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Lengua Española I

EL MITO DE LA CAVERNA.

Releyendo, pues, uno de los diálogos, el conocido Mito de la caverna, una alegoría
para mostrar la diferencia entre el conocimiento y la ignorancia, vemos cómo Platón
escenifica su comentario con unos prisioneros inmovilizados en el interior de una
cueva en la que solo pueden ver en una única dirección y contemplar el paso de
seres y objetos por el exterior proyectando sus sombras, confundiendo a estas con
la realidad. Solo uno de los más arriesgados, después de conseguir liberarse, pudo
contemplar el exterior, no sin gran esfuerzo y tras un período de adaptación a la
realidad.

Es posible que muchos estemos encadenados hoy en una mítica caverna, sometidos
a las diversas y contrapuestas informaciones, contradictorias, muchas veces, a las
que tenemos parcialmente acceso. La oscuridad de la caverna nos impide ver la luz.
Creemos ver la realidad y solo vemos sombras a las que confundimos con ella. El
problema es más grave aun cuando el prisionero lo es por voluntad propia. Es más
fácil ser animal rebañego diría Nietzsche y no enfrentarse diríamos nosotros con la
cruda realidad cerrando los ojos ante la luz.

Quizá, llevamos mucho tiempo sumidos en la oscuridad en la ignorancia y, como le


sucede al prisionero, en cuanto queremos salir de ella la luz nos ciega el
conocimiento-. Con los ojos cerrados no realizamos ningún esfuerzo; con los ojos
abiertos nos implicamos en lo que ocurre a nuestro alrededor. Y ello nos obliga a la
responsabilidad. Y la responsabilidad, a la acción. Por tanto, salir o no salir de la
caverna: esa es la pregunta.

REALIZADO POR: ADDERLY ANTH. PEÑA SILVERIO

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