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Repú blica Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educació n Superior


Universidad Nacional Experimental De los Llanos Occidentales
“Ezequiel Zamora”
Extensió n Santos Marquina Tabay Mérida

SUJETOS DEL DERECHO INTERNACIONAL


PÚBLICO
DIVERSAS ACEPCIONES.

Dentro de esta categoría se encuentran algunas denominaciones que se


remontan al origen antiguo como es el derecho romano se especificaran en orden
cronoló gico:
 Ius Gentium: (derecho de gentes) era un conjunto de normas y costumbres
propio, el cual se aplicaba para dirimir conflictos o litigios. Su objetivo
principal era resolver controversias entre extranjeros (peregrinos) y
ciudadanos romanos, es de hacer notar que en este periodo romano existía un
derecho interno que se le denominaba, jus civilis era aplicado ú nicamente a
los ciudadanos romanos. Poseía algunas reglas que regulaban las relaciones
entre roma con otras entidades políticas extranjeras en cuestiones de
comercio.
 Jus Inter Omnes Gentes: (Derecho entre todas las Gentes). Por los añ os de
1480-1546 el dominico españ ol Francisco de Vitoria es considerado fundador
del derecho internacional pú blico moderno, le da esta acepció n ya que el
término de “Gentes” para esa época era considerado una expresió n sinó nima
de entidad pú blica o Estado. Actualmente está en desuso ya que su significado
es caducado.
De Jure Belli ac Pacis (Derecho de la Guerra y la Paz). El jurista holandés. Hugo
Van Groot (1583-1645) conocido también como Grotius le da esta denominació n. Sin
embargo Kant la denomina: Derecho Interestatal.
Y Jeremías Bentham la acuñ a como: International law (derecho internacional) má s
tarde se le agregaría la palabra “publico” para diferenciarla del Derecho internacional
Privado. Sin embargo en este punto se da unas breves diferencias entre estos dos
derechos de aspecto internacional. Las cuales radica es en los sujetos de la relació n
jurídica, fuentes y sanció n.
El Derecho Internacional Público:
 Los sujetos de las relaciones jurídicas son los Estados.
 Fuentes. Constituida por los tratados.
 Sanció n. Se resuelve por la solució n pacifica de la controversia, por guerras,
también se recurre a la Corte Internacional de Justicia o a un Tribunal Arbitral.
Derecho Internacional Privado:
 Los sujetos de las relaciones jurídicas son las personas naturales y jurídicas.
 Fuentes. Es lay nacional de cada Estado.
 Sanció n. Será dirimido por un Juez nacional quien decidirá que establecerá que
ley nacional se deberá aplicar.

LA NACIÓN COMO PRODUCTO HISTÓRICO.

Dá ndole continuidad al presente trabajo nos adentramos a un tema


controvertido es decir no trivial ya que existe un dualismo con referente al mismo,
aunque luego de investigar llegamos a la conclusió n que la historia de la nació n (tanto
en lo político como cultural).en tiempos antiguos se concebía muy diferentes. Surge a
finales del siglo XVIII, Concordando con el fin del antiguo régimen absolutista t dando
inicio a la edad contemporá nea, es allí que se da las primeras teorías solidas de la
nació n y su creació n con movimientos políticos concretos en otras palabras gracias a
las dos revoluciones como fueron la americana y la francesa. Sin embargo este
termino de nació n proviene del latino ñ atio(derivado de nascor, nacer)que podría
significar el nacimiento de un pueblo en sentido étnico.
En la edad media y moderna el término seguía empleá ndose en sentido étnico,
al margen de que ahora las naciones estuvieran integradas en diversas entidades
políticas, como reinos e imperios, también se aplicaba para designar a grupos de
personas segú n su procedencia, en el cual se seguía un criterio muy variable como el
geográ fico con el objetivo de distinguir a unos de otros. Se dice como anedocta que en
el añ o 968 el obispo liutprando de cremona en enfrentamiento con el emperador
Bizantino Niceforo II le declara en su cró nica “lo que dices que te pertenece a tu
imperio pertenece, como lo demuestran la nacionalidad y el idioma de la gente, al
reino de Italia”.
Antecedentes algunos autores han tratado de estudiar la nació n desde el punto
antropoló gico primigenios de la nació n cultural, que son inciertos donde las disputas
se han llevado a cabo en un capítulo de la teoría del nacionalismo como las de índole
bioló gicas de sus orígenes que ven al ser humo como animal territorial y a la nació n
como a un territorio. Otros autores rechazan esta teoría por ser simplista y han
acordado decir que son agrupació n social humana relativamente nueva. Tenemos a un
filó sofo de nombre Avishal margalit en su libro ética de la memoria.
Define la nació n como una sociedad que alimenta un embuste sobre los
ancestros y comparte un odio comú n por los vecinos. Por lo tanto de mantener una
nació n se basa en memorias falsas y el odio a todo aquel que no la comparte.
Para concluir se ha estudiado algunos tipos de nació n entre las cuales tenemos:
LA NACION LIBERAL .Se da en el siglo VII con autores como John Locke,era
una oposició n a los principios teó ricos del antiguo régimen. Los liberales del siglo
XVIII cuestionaban las monarquías absolutas ló gico que esto afectaba la Soberanía del
rey o emperador frente a sus sú bditos, introdujeron el nombre de ciudadano y el
sujeto de soberanía dejaba de ser el rey para ser la nació n.
LA NACION ROMANTICA. Nace con la llegada de Napoleó n en Europa y la
militarizació n que pretendía extender los valores heredados de la revolució n francesa,
resaltando el nacionalismo germá nico opuesto al liberal estadunidense y francés que
era en sentido cultural ético-político.
EL ESTADO NACION. En este orden de ideas sabemos que la nació n se
promulga primero como el sentido de mantener una lengua estandarizada o lenguas
hermanas como base de una nacionalidad y a poner en especial evidencia las
diferencias raciales .por su parte el estado se erige sobre sus políticas de gobierno y
poderes que lo componen es decir hay una integració n de ambos para el beneficio de
los pueblos.
En nuestro país Venezuela su producto histó rico como nació n se da en 1811
gracias al generalísimo francisco de miranda que convenció al congreso nacional de
Venezuela a declarar la independencia ese 05 de julio se redacta una constitució n.

UNIONES DE ESTADO.
En los á mbitos del Derecho Constitucional y del Derecho Internacional hay dos
formas de unió n de Estados: la unió n personal y la unió n real.
Existe unió n personal si el gobernante de un Estado es, al mismo tiempo,
gobernante de otro. O sea si los ó rganos principales de gobierno de Estados diferentes
tienen un titular comú n. Este tipo de unió n se produjo en las viejas monarquías
cuando, en virtud de leyes sucesorias de coronas distintas, una misma persona ocupó
el trono de dos Estados, aunque éstos mantuvieron su propia organizació n e
independencia. En la actualidad no existen casos de unió n personal. Ellas só lo tienen
un valor histó rico. Como ejemplos del pasado pueden citarse a Españ a y Alemania
bajo Carlos V (1520-1556), Inglaterra y Hannover (1714-1837) y Holanda y
Luxemburgo (1815-1890). Algunas de esas uniones se disolvieron por obra de las
mismas leyes sucesorias que las produjeron, que no permitían el reinado de las
mujeres. En otros casos, en cambio, la unió n personal se transformó en unió n real,
como ocurrió con los reinos de Castilla y Aragó n en Españ a o con Inglaterra y Escocia.
La literatura jurídica y política del siglo XIX y principios del XX se ocupó
ampliamente de este tipo de uniones. Jellinek, Brie, Hatschek y otros tratadistas les
dedicaron muchas pá ginas de sus libros.
Las uniones personales se produjeron siempre de manera casual y se debieron a
la aplicació n automá tica de leyes sucesorias de distintos Estados. Lo característico de
estas uniones fue que, no obstante la comunidad del titular del principal ó rgano
gubernativo estatal, los Estados por ellas vinculados se mantuvieron como entidades
políticas distintas, regidas por ó rdenes jurídicos independientes. Por tanto, el
gobernante que les fue comú n tuvo dos personerías jurídico-políticas enteramente
desligadas entre sí: una con relació n a cada Estado. Estas personerías obraron por
separado y sus actos surtieron efectos exclusivamente con respecto al Estado para el
que fueron celebrados. De modo que no hubo actos jurídicamente comunes ni
interferencias entre los Estados. El gobernante ejerció dos autoridades diferentes y
tuvo dos voluntades políticas.

Lo cual significa que no existió vinculació n orgá nica entre los Estados puesto
que lo ú nico que tuvieron en comú n fue la persona del gobernante.
La unió n real es diferente. No es el fruto de un acto casual sino de una decisió n
deliberada y conscientemente adoptada. Se da siempre que dos o má s Estados se
articulan entre sí con el propó sito de cumplir determinadas finalidades comunes, que
ordinariamente se refieren a la defensa nacional y a la gestió n de los asuntos
exteriores bajo la conducció n de ó rganos de gobierno compartidos.
La unió n real no entrañ a el nacimiento de un nuevo Estado sino la creació n, a
través de sendas reformas constitucionales, de ciertas instituciones gubernativas
comunes. Los Estados por ella vinculados no pierden su soberanía por el hecho de la
coalició n sino que la limitan en aquellos temas que, como el de la política exterior u
otros, han decidido manejarlos de comú n acuerdo y por medio de ó rganos
compartidos.
En consecuencia, la distinció n fundamental entre la unió n personal y la unió n
real es que, a diferencia de aquélla, ésta determina para los Estados coligados no
solamente la comunidad del titular del ó rgano sino la del ó rgano mismo, con lo que se
vuelve evidente el cará cter institucional de esta unió n.
Si bien la unió n real se origina en un pacto o tratado internacional, sus efectos
jurídicos comprometen directamente el Derecho Constitucional de los Estados
asociados puesto que el hecho de que ellos decidan en un momento dado tener
ó rganos de gobierno comunes y leyes que regulen esa comunidad no puede ser
ignorado por su ordenamiento jurídico.
Esta unió n, sin embargo, no tiene la fuerza ni la estabilidad ni la profundidad ni
tampoco la duració n que caracterizan al Estado federal o a la confederació n de
Estados, puesto que es una unió n circunstancial.
La má s importante de las uniones reales y probablemente la má s poderosa y
mejor lograda de todas fue la de Austria, Hungría, que duró desde 1867 hasta 1918.
Sus fundamentos jurídicos se encuentran en la Pragmá tica Sanció n de 1723 que
estableció el derecho hereditario de los Habsburgos a la corona de Hungría mientras
existan descendientes de Leopoldo I y que declaró ademá s que los países y las
provincias que estén sometidos al mismo soberano será n poseídos en forma
inseparable e indivisible. Y en 1867, después de vencer la resistencia de Hungría, el
emperador Francisco José de Austria convirtió a esos países en el Imperio Austro-
hú ngaro, cuyo soberano tomó el título de Emperador de Austria y Rey Apostó lico de
Hungría.
El acuerdo que dio nacimiento a esa unió n, contenido en dos leyes de orden
constitucional, dispuso que los asuntos a resolver por gestió n comú n de los dos países
eran la política exterior, las cuestiones militares y los asuntos de hacienda, para lo cual
se unificaron e integraron conjuntamente los respectivos ministerios, sin perjuicio de
que cada Estado mantuviese en lo demá s sus propias instituciones políticas, tales
como la Constitució n, el parlamento, los otros ministerios, etc.
Otro caso de unió n real de Estados fue el de la Repú blica Á rabe Unida (RAU)
formada en 1958 por Egipto y Siria, bajo la inspiració n del líder egipcio Gamal Abdel
Nasser, y deshecha en 1961 por la separació n de este ú ltimo país. En virtud de ella se
unificaron la jefatura del Estado y los ministerios de asuntos exteriores, de guerra y de
finanzas, se adoptó una misma bandera y se reconoció la igualdad de derechos a los
ciudadanos de los dos Estados.
Cosa parecida hicieron Tanganyika y Zanzíbar en el sureste de Á frica. Tras el
plebiscito celebrado el 26 de abril de 1964, en el que se aprobó el tratado de unió n
real, los dos Estados formaron la Repú blica Unida de Tanzanía, que fue admitida como
nuevo miembro en la Organizació n de las Naciones Unidas (ONU) el 1º de noviembre
1964.
Unió n real fue también la constituida el 17 de abril de 1971 entre Egipto, Libia y
Siria, por la cual se formó la Unió n de las Repú blicas Á rabes, cuyo instrumento
constitutivo fue firmado por Anwar el Sadat, Presidente de Egipto, Muammar el
Khadaffi, Presidente de Libia, y Hafez el Assad, Presidente de Siria.
Segú n tal documento, los Estados coligados establecieron como ó rganos
comunes de gobierno:
1. El Consejo Presidencial de la Unió n, integrado por los jefes de Estado de
los tres países, encargado de ejercer la funció n ejecutiva de la Unió n de Repú blicas
Á rabes.
2. La Asamblea Nacional compuesta por igual nú mero de representantes de
los parlamentos de cada Estado, a cuyo cargo estuvo el ejercicio de la funció n
legislativa; y
3. La Corte Constitucional formada por dos delegados de cada uno de los
Estados, cuya misió n fue la de pronunciarse acerca de la constitucionalidad de las
leyes y dirimir las disputas entre las autoridades e instituciones de la Unió n.
A partir de 1973, debido a los conflictos internos entre los tres países, la Unió n
perdió fuerza y en 1974 ella se disolvió fá cticamente.
La má s reciente unió n real fue la constituida el 14 de marzo del 2002 entre
Serbia y Montenegro (que fueron parte de la antigua Yugoeslavia) mediante el
acuerdo suscrito, bajo la inspiració n de la Unió n Europea, por Vojislav Kostunica,
Presidente de Serbia, y Milo Djukanovic, Presidente de Montenegro. La unió n creó un
presidente comú n, un parlamento unicameral, un consejo de ministros y una corte de
justicia. Estableció como las principales competencias conjuntas la gestió n de las
relaciones exteriores, la defensa nacional, la conducció n de las transacciones
econó micas con el exterior y la protecció n de las minorías. En el momento de la unió n
Serbia tenía 10’057.290 habitantes y Montenegro 640.000.
El acuerdo tuvo un plazo de tres añ os, después de los cuales los dos Estados
pudieron recurrir a procedimientos institucionales para independizarse y cambiar su
vinculació n jurídica.
EL FEDERALISMO.

El federalismo es una doctrina política que busca que una entidad política u
organizació n esté formada por organismos (estados, organizaciones, agrupaciones,
sindicatos, etc) que se asocian delegando algunas libertades o poderes propios a otro
organismo superior, si no a quien pertenece la soberanía (Estado federado o
federació n) y que conservan una cierta autonomía, ya que algunas competencias les
pertenecen exclusivamente. En otras palabras, es un sistema político en el cual las
funciones del gobierno está n repartidas entre un grupo de Estados asociados, en
primer lugar, que luego delegan competencias a un Estado federal central.

Principales Características Del Federalismo.


Para entender mejor el federalismo existen cuatro características esenciales,
así como principios y procesos operacionales que son comunes en un sistema federal:
a) Constitución Escrita. También conocida como carta magna y, una necesidad
de las democracias que forman federaciones para regular los principios por los que se
regirá el gobierno, pues si éstas tuvieran que actuar sin un cuerpo de leyes específico
produciría enfrentamientos.
b) División Territorial. El federalismo está constituido por la divisió n de
poderes sobre la base geográ fica de cada territorio.
c) Descentralización. En un sistema federal existe tanto un gobierno central
como unidades de gobierno inferiores al central, tomando decisiones cada uno
respecto a la provisió n de ciertos servicios pú blicos en sus respectivas jurisdicciones
geográ ficas.
d) Suprema Corte de Justicia. Para contrarrestar la rigidez de la constitució n
escrita, se requiere la acció n judicial para que interprete dicha constitució n y se
puedan efectuar cambios necesarios.

Estados federales.
Algunos países con regímenes federales son: Austria, Alemania, Argentina,
Bélgica, Brasil, Birmania, Estados Unidos, India, México, Pakistá n, Rusia, Venezuela,
Suiza (que a pesar de llamarse Confederació n Helvética funciona como una
federació n).
Sin embargo, Españ a, Italia y el Reino Unido son Estados descentralizados. Su
organizació n territorial tiende a parecerse al federalismo. La reforma constitucional
en curso en Italia tiene por objetivo convertir al país en una repú blica federal.
De entre los grandes Estados de la Unió n Europea, Francia es el país menos
descentralizado. No obstante, desde la revisió n constitucional del 28 de marzo de
2003 una gran parte de las responsabilidades sobre transporte y educació n han sido
descentralizadas.
La Unió n Europea es una confederació n (ver federalismo europeo). Las
Naciones Unidas no son má s que una asociació n intergubernamental, pero si se tiene
en cuenta el conjunto de tratados que forman organizaciones como la OMC, la FAO, el
FMI, etc., se obtiene un resultado similar a una federació n.
ESTADOS EN SITUACIÓN PARTICULAR.

En estos casos debemos hablar de los protectorados y los estados en


neutralidad perpetua.
Protectorados.
El protectorado es una institució n de Derecho internacional en la que dos
Estados, establecen una relació n en la que uno llamado Estado protegido cede a otro
llamado Estado protector, el ejercicio de ciertas competencias determinadas en el
tratado que da origen al protectorado.
Para Seara, los rasgos distintivos de esta figura son:
 Es voluntario pues depende de un tratado. Hay ocasiones con voluntad dudosa
como el protectorado de Bohemia con la Alemania nazi.
 Nace necesariamente de un tratado, no hay ortra forma de constituirlo.
 Se establece la delimitació n de competencias en el tratado.
 Una característica típica es que el Estado protector se encarga de las relaciones
internacionales del Estado protegido.
 Es provisional, por lo que nunca se puede presumir permanente.
Como es ló gico, cada protectorado tiene un tratado distinto y se rige só lo por él,
ratificando esta postura por la sentencia de la Corte Internacional de Justicia en el
caso “Derechos de los nacionales de Estados Unidos en Marruecos” donde establece
que los derechos de Francia sobre Marruecos está n definidos por el Tratado de Fez de
1912 y por lo tanto, las obligaciones previamente contraídas por el estado protegido,
siguen en vigor, no obstante el protectorado se encuentre vigente y que no hayan sido
suspendidas o terminadas por el protegido en términos del Derecho internacional.
Esta institució n está teniendo un declive, debido a la tendencia actual a gozar de
una independencia plena, pero subsiste en el caso de países pequeñ os que tienen
problemas de representació n internacional, como lo es el caso de Mó naco,
protectorado de Francia; San Marino, protectorado de Italia; Liechtenstein,
protectorado de Suiza y Andorra, protectorado conjunto de Francia y Españ a, éste
ú ltimo a través del Obispo de Seo de Urgel.
Estados en Neutralidad Perpetua.
Este caso también es una institució n de Derecho internacional en donde un Estado
es colocado bajo la categoría de neutralidad permanente, mediante un tratado,
comprometiéndose a no iniciar una guerra, ni apoyar a algú n bando en la guerra entre
terceros países, ni a participar en guerras, salvo el caso de la legítima defensa.
Su característica principal es su permanencia, pues en el tratado que le da origen
debe haber garantía de alguna de los Estados parte, para que esa neutralidad no sea
dañ ada.
En ese sentido, la responsabilidad de los Estados neutrales implica que ni siquiera
preventivamente pueden participar en alianzas militares, tratados de legítima defensa
colectiva, ni permite que concedan permisos para instalar bases militares. Esto no
quiere decir que el Estado neutral pierda el derecho de tener ejército o fuerzas
armadas.
El ejemplo típico de esta institució n es Suiza que es neutral permanente desde la
Declaració n de las Potencias del 20 de marzo de 1815.
Bélgica también tuvo este cará cter, pero lo perdió en la Segunda Guerra Mundial
cuando apoyó a los aliados en contra de los países del eje.
Austria lo tiene con base en el llamado Memorandum de Moscú , entre los
soviéticos y los austriacos, ratificado por el Estatuto Constitucional Federal sobre
neutralidad permanente, ambos de 1955. Esta calidad fue posteriormente reconocida
por los miembros permanentes del Consejo de seguridad de las naciones Unidas.
A comienzos de 1984, Costa Rica se declaró en estado de neutralidad perpetua,
pero fue mediante una declaració n unilateral, por lo que hay que tener reserva de
dicho cará cter.
Hay que distinguir le neutralidad permanente, del estado de neutralidad o de la
neutralidad tradicional.
El estado de neutralidad consiste en la posició n de un Estado de no participar en
una guerra determinada. Su régimen jurídico será con base en los estatutos del
derecho de guerra.
La neutralidad tradicional es la adoptada por un país durante cierto periodo
histó rico, de no participar en discusiones políticas o conflictos bélicos, Evitando
alinearse o aliarse con otros Estados para dichos fines, pero que se reserva el derecho
de abandonar dicha posició n en el momento en que lo desee. El ejemplo típico es
Suecia.

EL VATICANO.

Hubo dos estrategias críticas distintas respecto del Vaticano y el Papa ante esa
visita de Estado al Reino Unido. Por un lado, había quienes atacaban la estatalidad del
Vaticano, diciendo que el Vaticano no cumple con las condiciones para ser un Estado
de acuerdo con el derecho internacional. Desde el punto de vista del derecho
internacional, sin embargo, el Vaticano es un Estado reconocido como tal desde la
firma del tratado de Letrá n de 1929, que tiene los elementos necesarios para ser
considerado como Estado (territorio, població n y gobierno), es reconocido por otros
Estados, participa en organizaciones internacionales (aunque no es miembro, sino
solo observador permanente de las Naciones Unidas) y es parte en varios tratados
internacionales. Por otro lado, estaban quienes pretendían que se quitará el
reconocimiento del cará cter de Estado para el Vaticano, con fundamento en que la
estatalidad de la Ciudad del Vaticano amparaba situaciones que no merecían ser
protegidas con el manto del Estado, incluyendo responsabilidad por vergonzosos
crímenes cometidos por miembros de la Iglesia. Coincido con Dapo Akande, que ha
escrito un buen post sobre el tema en EJIL: Talk!, en que los argumentos jurídicos para
defender estas posiciones son débiles, no só lo porque el Vaticano cumple las
condiciones jurídicas para ser un Estado, por má s pequeñ o e inusual que sea y con
independencia de las simpatías o antipatías que generen sus políticas, sino también
porque un cambio de esa condició n no necesariamente afectaría a la influencia de la
glesia en la política internacional y porque tanto los miembros de la Iglesia como la
Iglesia misma está n sometidos a las jurisdicció n de los Estados donde operan y son
responsables de sus actos segú n el derecho de esos Estados.
«En la propia Introducció n del Sumo Pontífice a la Ley Fundamental del Estado
Ciudad del Vaticano de 2000 se justifica la adopció n de la nueva Ley en la necesidad
de adecuar el Estado de la Ciudad del Vaticano “cada vez mejor a los fines
institucionales del mismo, que existe como conveniente garantía de la libertad de la
Sede Apostó lica y como medio de asegurar la independencia real y visible del Romano
Pontífice en el ejercicio de Su misió n en el mundo”. Ya anteriormente se había
destacado que el
“Estado de la Ciudad del Vaticano es soberano, pero no posee todas las
características ordinarias de una comunidad política. Se trata de un Estado atípico:
existe para la conveniente garantía del ejercicio de la libertad espiritual de la Sede
Apostó lica, esto es, como medio para asegurar la independencia real y visible de la
misma en su actividad de gobierno a favor de la Iglesia Universal, como también de su
actividad pastoral dirigida a todo el género humano; no posee una sociedad propia
para la cual haya sido constituido, ni siquiera se basa sobre las formas de acció n social
que determinan de ordinario la estructura y la organizació n de cualquier Estado.
Ademá s, las personas que colaboran con la Sede Apostó lica, o incluso cooperan en el
gobierno dentro del Estado de la Ciudad del Vaticano, no son, salvo pocas excepciones,
ciudadanos de éste ni, en consecuencia, tienen los derechos y las obligaciones (en
particular las tributarias) que ordinariamente nacen de la pertenencia a un Estado”.
La diplomacia y las actividades internacionales del Papa no derivan de la
soberanía territorial vaticana, sino de ser cabeza de la Iglesia Cató lica. Los
diplomá ticos extranjeros está n acreditados ante la Santa Sede en nombre de la Iglesia
Cató lica y no en nombre de la Ciudad del Vaticano y los lazos diplomá ticos existen con
la Iglesia Cató lica y no con el Vaticano. Es má s, cuando el Vaticano ha suscrito
directamente un tratado internacional, bien en atenció n a la repercusió n territorial o
espacial, bien a la trascendencia estrictamente jurídica o econó mica del mismo,
inmediatamente se hace referencia a la Santa Sede como representante internacional
del sujeto contratante. En otros supuestos, en atenció n a la posible aplicació n del
acuerdo sobre el Estado de la Ciudad del Vaticano, la Santa Sede se adhiere a la
convenció n de que se trate en nombre de esta ciudad. Así, por ejemplo, podemos citar:
el Convenio monetario de 2001 celebrado entre la Repú blica Italiana, en nombre de la
Comunidad Europea, y el Estado de la Ciudad del Vaticano y, en su nombre, la Santa
Sede; el Tratado de no Proliferació n Nuclear, en el que la Santa Sede actú a en nombre
y por cuenta del Vaticano; la Convenció n contra la tortura y otros tratos o penas
crueles, inhumanos o degradantes de 1987, respecto del cual la Santa Sede se adhiere
en nombre de la Ciudad del Vaticano y se compromete a aplicarlo en la medida en que
resulte compatible, en la prá ctica, con la naturaleza peculiar de este Estado . Como ha
sido señ alado, la misma Santa Sede fue abandonando paulatinamente la praxis
utilizada en el período sucesivo al Pacto lateranense de personificarse bajo el título de
Ciudad de Vaticano. Las razones del cambio de política son principalmente dos: en
primer lugar, porque no convenía ni respondía a la naturaleza e intereses de la Santa
Sede subrayar una subjetividad la vaticana que, a la larga, hubiera podido
ensombrecer la suya propia y, en segundo lugar, porque detrá s de cualquiera de esos
dos títulos el ente real con el que se contraen derechos y las obligaciones
internacionales es siempre el mismo, la Santa Sede.

MANDATOS Y TERRITORIOS EN RÉGIMEN DE ADMINISTRACIÓN FIDUCIARIA


OTROS SUJETOS.

Cuando hablamos de administració n fiduciaria nos referimos a la parte que se le


transfieren los bienes, con la ú nica obligació n de llevar a cabo una sana
administració n siendo encomendado por la ley para el ejercicio de dicha funció n, a
través de un consejo de administració n fiduciario, para el beneficio social, econó mico
y político de cada territorio fideicometido, rindiendo anualmente un informe de la
gestió n realizada.
En 1945, en virtud del capítulo XII de su carta, las Naciones Unidas establecieron el
régimen internacional de administració n fiduciaria para la supervisió n de los
territorios en fideicomiso colocados en dicho régimen, por medio de acuerdos
especiales con los estados que los administraban.
El artículo 77 de la carta nos señ ala los territorios a la cual se le aplicaba el régimen
fiduciario como son:
 Territorios bajo mandatos establecidos por la sociedad de las naciones tras la
primera guerra mundial.
 Territorios que, como resultado de la segunda guerra mundial, se habían
segregado de estados enemigos
 Territorios voluntariamente colocados bajo este régimen por los estados
responsables de su administració n.
Los objetivos bá sicos del régimen fiduciaria de acuerdo con el propó sito de las
naciones unidas, era la de promover el adelanto político, econó mico, social y educativo
para el desarrollo progresivo hacia un gobierno propio o la independencia,
encaminado al respeto a la conservació n de los derechos humanos y a las libertades
fundamentales de todos, así como el reconocimiento de la independencia de los
pueblos del mundo. Para el logro de todos los objetivos de la carta, las naciones unidas
establecieron un consejo de administració n fiduciaria en virtud del capítulo XIII de la
carta, donde se autorizaba al consejo de administració n fiduciaria a examinar y
considerar los informes de la autoridad, conforme al artículo 87 de la carta que
manifiesta el progreso econó mico político y social de los pueblos de los territorios en
fideicomiso, examinando las peticiones de los territorios como enviando misiones
especiales a los mismos.
En los primeros añ os de las naciones unidas fueron once los territorios colocados
bajo el régimen internacional de administració n fiduciaria, donde los mismos ya se
han convertido en estados independientes o se han unido voluntariamente a países
vecinos independientes. El ultimo territorio en fideicomiso que fue las islas del
pacifico Palau, que se hallaba bajo la administració n de los EEUU, dejo de serlo en
1993. Donde en 1994 el consejo de seguridad dio fin al acuerdo de administració n
fiduciaria de las naciones unidas para ese territorio, después de que este hubiera
elegido la libre asociació n con los EE. UU en un plebiscito celebrado en 1993. Palau
alcanzo la independencia en 1994 y se convirtió en el 185 estado miembro de las
naciones unidas. Sin má s territorio en su agenda, el consejo de administració n
fiduciaria suspendió las actividades el 1 de noviembre de ese mismo añ o, en la
actualidad el consejo de administració n fiduciaria funciona como ó rgano de las
naciones unidas y se reú ne cuando sea necesario.

CONCLUSIÓN.

A todo lo acontecido, a lo largo de nuestra historia se observa como fueron


evolucionando los pueblos, que a través de una serie de procesos se transformaron en
naciones siendo nuestro derecho internacional pú blico el principal protagonista que
fue direccionando el camino de la evolució n, como fue la unificació n de los estados con
propó sitos econó micos y comerciales para el desarrollo sustentables de los mismos,
pero má s importante aú n, fue el papel fundamental para intervenir en las
organizaciones políticas tratante temas como la soberanía y las libertades de los
pueblos, atado a esto nos llama la atenció n como nace el estado protector que
direcciona las relaciones internacionales para la defensa de los pueblos.
Entre eso la creació n del vaticano como estado reconocido por la organizació n
internacional, donde se le da la potestad de participar en organizaciones
internacionales, pero principalmente en las naciones unidas como conservador y
protector en la lucha por los derechos humanos, que a pesar de circunstancias
negativas en actos irresponsables cometidos por la iglesia, y la no aceptació n como
estado por partes del reino unido, fue reconocido como tal, creando una ley con los
fines internacionales para el ejercicio de su misió n en el mundo.
De igual manera, nace el régimen fiduciario como elemento fundamental para la
protecció n y la administració n de los bienes encomendado por las leyes
internacionales para la supervisió n de los territorios dirigidos por las naciones unidas,
con el fin ú nico de promover una sana política, interviniendo en el plano econó mico y
social, en busca de los gobiernos propios encaminados a las libertades y a la
protecció n de los derechos humanos con la independencia de los pueblos del mundo,
siendo así el papel primordial de la administració n fiduciaria.
Ante toda esta cronología cabe resaltar lo vital y lo indispensable de ver las
actuaciones de como interviene el derecho internacional pú blico para mantener el
ordenamiento jurídico en todos los procesos que se llevaron a cabo y que hasta
nuestros días sigue siendo pieza fundamental resolviendo controversias para el
fortalecimiento y el entendimiento entre las naciones con el fin de promover la paz
los derechos humanos, la libertad y el desarrollo en todos los á mbitos econó mico
social y político y el cese de los conflictos en el mundo.
BIBLIOGRAFÍA.

https://www.enciclopediadelapolitica.org/
https://es.wikipedia.org/wiki/Federalismo
https://aquiescencia.net/2010/09/23/el-estado-vaticano/
es.scribd.com>doc>Tema-i-conce
es.scribd.com>document>LA-NA
www.unicef.edu.pe>lumen15-2
concepto.de>derechointernacional

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