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Contacto lingüístico, actitudes e ideologías entre

el español y el inglés. El caso de la prensa


hispana de los Estados Unidos (1848-1899)

Presentada por

Marta García Caba

Dirigida por el

Dr. Manuel Rivas Zancarrón


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Agradecimientos

El 23 de agosto de 2021 me encontraba en una terraza de un bar en Cádiz teniendo una


conversación que no cobró sentido completo hasta que me senté a escribir estas líneas. Y es que
se discutía sobre hasta qué punto estamos determinados por el entorno geográfico en el que
nacemos. Esta teoría recibe el nombre de determinismo geográfico y fue acuñada por Friedrich
Ratzel en la segunda mitad del siglo XIX. Básicamente, este autor estudió la forma en la que el
medio ambiente y el paisaje geográfico de cada zona del mundo repercute en el comportamiento
y en las acciones de los individuos. Aunque lo que se planteó esa tarde de agosto me pareció
muy interesante, no ha sido hasta el día de hoy, el 26 de diciembre de 2021, cuando he podido
hilar el sentido completo que el determinismo geográfico ha tenido, tiene y tendrá en mi carrera
investigadora. Pero empecemos por el punto de partida.
La realización de esta tesis doctoral ha estado determinada por una serie de
acontecimientos que se sostienen por una misma piedra angular, que no es otra que el entorno
geográfico en el que nací y crecí: El Campo de Gibraltar y, en concreto, Algeciras. Nacer en
este entorno supone crecer mirando hacia África y hacia Gibraltar (por supuesto, siempre y
cuando el viento de levante lo permite). Por tanto, desde bien niña he escuchado expresiones
como «comer chinga» o «jugar a los meblis», que, para el que no lo sepa, son términos
resultantes del contacto entre el inglés y el español que se usan en la zona para referirse a comer
chicle y jugar a las canicas. De esta forma, sin ser consciente de ello, crecí con la estrecha
influencia de procesos de contacto lingüístico que se convertirían en el objeto de estudio,
primero, de un trabajo de fin de grado y, más tarde, de una tesis doctoral. Por supuesto, no todo
el mundo en Algeciras (y, sobre todo, de mi generación, por desgracia), se encuentra
familiarizado con este tipo de términos. Por este motivo, tengo que agradecer enormemente a
mi familia que me haya facilitado desarrollar mi interés por la cultura y la lengua de aquella
enorme roca que siempre veía mientras me bañaba en la playa en verano. Gracias por el cariño,
los buenos momentos, las expresiones y por las anécdotas. Y gracias sobre todo a mis padres
por el apoyo, por nunca ponerme trabas en mi crecimiento intelectual y personal y por hacerme
llegar de Algeciras a Nueva York, pasando por Cádiz.
Es en esta última ciudad, en Cádiz, donde he pasado la mayor parte de mi vida
académica estudiando y aprendiendo primero sobre las dos lenguas que me han fascinado desde
la infancia. Gracias a todos aquellos que han formado, de alguna forma u otra, parte de esa etapa
de mi vida. Gracias en especial a mis amigas Rocío y Pilar por coincidir conmigo en un
momento tan importante y por los buenos recuerdos compartidos que nunca caerán en el olvido.

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Gracias también a la doctora Mamen Fernández Martín por iniciarme en el estudio del contacto
y las actitudes lingüísticas durante mi trabajo de fin de grado. Gracias siempre por tu entusiasmo
y amabilidad. Más tarde, en mi etapa como doctoranda y como investigadora predoctoral he
podido investigar más en profundidad sobre el contacto resultante entre esas dos lenguas.
Gracias al Departamento de Filología de la Universidad de Cádiz por las facilidades prestadas
durante dicha etapa. Asimismo, agradezco a todos los profesores y compañeros que forman
parte del departamento por su simpatía y por los consejos prestados cuando lo he necesitado,
en especial, a los doctores Victoriano Gaviño Rodríguez y Fernando Durán López. Tengo que
dar las gracias especialmente a mi director de tesis, el doctor Manuel Rivas Zancarrón, por creer
en mi capacidad como investigadora y por ser la mejor guía que he podido tener en mis primeros
pasos en el mundo de la investigación. Gracias por proponerme un nicho de estudio con tanto
potencial, por tus sabios consejos, por la autonomía a la hora de trabajar, por la confianza y por
la amistad. Gracias también por acompañarlo todo siempre con tu especial sentido del humor.
Mi tesis doctoral se encuadra en un espacio temporal y geográfico muy particular: el
Estados Unidos de la segunda mitad del siglo XIX. Y al ser el objeto de estudio de la misma la
prensa hispana, no me quedó más remedio (¡qué pena!) que desplazarme in situ al lugar del
crimen: Nueva York. Tengo que agradecer al Departamento de Latin American, Iberian and
Latino Cultures de la City University of New York por albergar mi estancia de investigación
durante los meses de diciembre de 2019 a febrero de 2020. Gracias a José del Valle y a Lina
Meruane por ofrecerme su ayuda con el alojamiento y por ser excelentes anfitriones en mi
primer contacto con Nueva York. La realización de esta estancia supuso un antes y un después
en el rumbo de mi tesis doctoral, que culminará, por supuesto, con la defensa ante un tribunal.
Agradezco a las doctoras Teresa Bastardín Candón de la Universidad de Cádiz, Carmen
Hernández González de la Universidad de Valladolidad y Ulrike Mühlschlegel del Instituto
Iberoamericano de Berlín por formar parte del mismo.
Como dije al comienzo, el determinismo geográfico es lo que da sentido a mi tesis
doctoral. Creo que queda claro por esta narración que mi interés por el contacto lingüístico se
ha forjado como resultado de pertenecer a un enclave geográfico propicio para ello. Sin
embargo, las vicisitudes de la vida hacen que una llegue a olvidar su esencia, ya sea por
influencia de personas, modas o convenciones sociales pasajeras, por lo que es necesario contar
con alguien que te recuerde tu naturaleza. En este sentido, tengo que dar las gracias a Víctor
Lara Bermejo por ser precisamente la figura que contribuyó a que recuperara mi esencia.
Gracias por animarme a desechar perspectivas de estudio que poco tenían que ver con mi forma
de concebir la lingüística (y de entender el mundo) para retomar el enfoque del contacto

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lingüístico, por ayudarme a diseñar una buena metodología y análisis de los resultados y por
ser el más paciente de los revisores (de español e inglés) que jamás tendré. Gracias
especialmente por la amistad, la complicidad, la paciencia infinita, las canciones, los viajes y
los momentos compartidos. Nunca caerán en el olvido. Gracias por situarme de nuevo en el
punto de partida.

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Resumen: El contacto lingüístico entre el inglés y el español en los Estados Unidos se conoce
popularmente con el nombre de Spanglish y ha sido estudiado por autores como Betti (2008,
2010), Lipski (2007, 2008), López García-Molins (2014, 2015), Moreno Fernández (2015),
Otheguy et al. (2005, 2007) o Zentella (1981, 1982, 1985). Sin embargo, estas investigaciones
se han centrado en el aspecto sincrónico y no arrojan luz sobre los orígenes históricos del
fenómeno. Esta tesis doctoral tiene el objetivo principal de analizar la configuración histórica
de este contacto entre el inglés y el español en la prensa publicada por las comunidades de
hispanohablantes (mexicanas, españolas y cubanas) en la segunda mitad del siglo XIX. Para
ello, nos valdremos de los postulados teóricos y metodológicos propios del contacto lingüístico
para desentrañar el funcionamiento interno de esta situación de contacto; pero también haremos
uso de las actitudes y las ideologías lingüísticas como herramientas para entender los factores
extralingüísticos de dicho entorno de contacto entre el inglés y el español. El estudio de la
configuración histórica del Spanglish permitirá comprender la realidad lingüística actual, el
motivo de muchas de las actitudes e ideologías que surgen en torno al español y por qué esta
lengua no puede ser considerada minoritaria en los Estados Unidos.

Palabras clave: sociolingüística, contacto lingüístico, actitudes lingüísticas, ideologías


lingüísticas, español, inglés, Estados Unidos, prensa.

Abstract: The linguistic contact between English and Spanish in the United States is popularly
known as Spanglish and it has been studied by Betti (2008, 2010), Lipski (2007, 2008), López
García-Molins (2014, 2015 ), Moreno Fernández (2015), Otheguy et al. (2005, 2007) and
Zentella (1981, 1982, 1985). However, these studies have focused on the synchronic aspect and
they do not shed light on its historical origins. By carrying out this doctoral thesis I will analyse
the historical configuration of the contact between English and Spanish in the press published
by the Spanish-speaking communities (Mexican, Spanish and Cuban) in the second half of the
nineteenth century. In order to do so, I will use the theoretical and methodological postulates of
linguistic contact to unravel the patterns of this contact situation. Nevertheless, the linguistic
attitudes and the linguistic ideologies will also be used as tools to understand the extralinguistic
factors of this contact situation. The study of the historical configuration of Spanglish will allow
to the understanding the current linguistic reality, the reason for many of the attitudes and
ideologies that arise around Spanish and why it cannot be considered a minority language in
the United States.

Keywords: Sociolinguistics, linguistic contact, linguistic attitudes, linguistic ideologies,

6
Spanish, English, United States, press.

7
ÍNDICE

1. Introducción .................................................................................................................. 14

1.2. Hipótesis y objetivos .............................................................................................. 16

1.3. Introduction ............................................................................................................ 18

1.3.1. Hypotheses and objectives.............................................................................. 20

2. Estado de la cuestión ..................................................................................................... 21

2.1. El contacto lingüístico en la tradición anglosajona: antecedentes teóricos ............... 21

2.2. El contacto lingüístico en la tradición hispánica.................................................... 28

2.3. El contacto lingüístico entre el inglés y el español ................................................ 33

2.3.1. Estados Unidos ............................................................................................... 33

2.3.2. Gibraltar .......................................................................................................... 36

2.3.3. Puerto Rico ..................................................................................................... 38

2.3.4. Filipinas, Guam y las islas Marianas del Norte .............................................. 40

2.4. El inglés como lengua de contacto en la prensa .................................................... 41

2.5. Los estudios de actitudes lingüísticas en la tradición anglosajona ........................ 42

2.6. Los estudios de actitudes lingüísticas en la tradición hispánica ............................ 45

2.7. Las actitudes lingüísticas en la prensa en español: antecedentes ........................... 49

2.8. Las actitudes lingüísticas en Estados Unidos......................................................... 51

2.9. Las ideologías lingüísticas ..................................................................................... 54

2.9.1. Las ideologías lingüísticas en la tradición anglosajona .................................. 54

2.9.2. Las ideologías lingüísticas en el contexto hispánico ...................................... 58

2.9.3. Las ideologías lingüísticas sobre el español en el contexto estadounidense .. 62

2.9.4. Relación entre prensa e ideología ................................................................... 63

2.9.5. La prensa y las ideologías lingüísticas en los Estados Unidos ....................... 68

3. Marco teórico ................................................................................................................ 71

3.1. El contacto lingüístico: diglosia, superposición y bilingüismo ................................. 71

3.2. Sustrato, superestrato, adstrato, préstamos e interferencias ................................... 76

8
3.2.1. Cultural borrowings ........................................................................................ 81

3.2.2. Core borrowings ............................................................................................. 82

3.2.3. Therapeutic borrowing ................................................................................... 83

3.3. Adoption vs. imposition .......................................................................................... 83

3.4. El contacto lingüístico entre el español y el inglés en los Estados Unidos: los
anglicismos y el Spanglish ................................................................................................ 88

3.5. Las actitudes lingüísticas ....................................................................................... 89

3.5.1. Las actitudes en la Sociolingüística sincrónica .............................................. 89

3.5.2. Las actitudes en la Sociolingüística histórica ................................................. 93

3.6. Las ideologías lingüísticas ..................................................................................... 94

4. Contexto sociopolítico................................................................................................... 97

4.1. Situación histórica, política y social: del Tratado de Guadalupe-Hidalgo (1848) a la


Guerra Hispano-estadounidense (1898) ............................................................................ 98

4.1.1. El Suroeste y las comunidades hispanas de origen mexicano ............................. 98

4.1.2. Nueva York y las comunidades hispanas de origen español y cubano .............. 100

4.2. Nacionalismos y transnacionalismos: la creación de «comunidades imaginadas»


102

4.2.1. El (pan)hispanismo ............................................................................................ 103

4.2.2. El panamericanismo .......................................................................................... 104

4.2.3. Los nacionalismos vernáculos: latinoamericanismos ....................................... 106

4.3. El lugar de la lengua española en Estados Unidos ............................................... 107

4.4. La prensa como espacio ideológico-discursivo ................................................... 109

4.5. El desarrollo de la prensa hispana en Estados Unidos ......................................... 110

5. Metodología ................................................................................................................ 112

6. Presentación y justificación de los periódicos seleccionados ..................................... 117

6.1. La prensa del Suroeste ............................................................................................. 118

6.1.1. El Clamor Público (Los Ángeles, 1855-1859) .............................................. 118

6.1.2. La Voz del Nuevo Mundo (San Francisco, 1865-1884) ................................ 119

9
6.1.3. Revista Católica (Las Vegas, 1875-1962) ..................................................... 119

6.1.4. El fronterizo (Tucson, 1878-1893) ................................................................ 120

6.1.5. El Horizonte (Corpus Christi, Texas, 1879-1880) ......................................... 121

6.1.6. El Boletín Popular (Santa Fe, 1886-1895)..................................................... 121

6.1.7. La Voz del Pueblo (Las Vegas, 1889-1892).................................................. 122

6.1.8. El Hispano Americano (Las Vegas, 1892) .................................................... 122

6.1.9. Las Dos Repúblicas (Los Ángeles, 1892-1898) ............................................ 123

6.1.10. El Independiente (Las Vegas, 1894)............................................................ 123

6.1.11. La Voz de Nuevo México (Alburquerque, 1894) ........................................ 124

6.2. La prensa de Nueva York: españoles y cubanos .................................................. 124

6.2.1. Periódicos españoles ..................................................................................... 124

6.2.1.1. La Crónica (Nueva York, 1849-1865) ...................................................... 125

6.2.1.2. Las Novedades (Nueva York, 1876-1918) ............................................... 126

6.2.1.3. El Progreso (Nueva York, 1884-1885) ..................................................... 127

6.2.2. Periódicos cubanos ....................................................................................... 128

6.2.2.1. El Eco de Cuba (Nueva York, 1854-1855) ............................................... 128

6.2.2.2. El Papagayo (Nueva York, 1855) ............................................................. 129

6.2.2.3. La Estrella de Cuba (Nueva York, 1870) ................................................. 129

6.2.2.4. La Revolución de Cuba (Nueva York, 1872) ........................................... 130

6.2.2.5. El Pueblo (Nueva York, 1874) ................................................................. 130

6.2.2.6. El Correo de Nueva York (Nueva York, 1874) ........................................ 130

6.2.2.7. El Ateneo (Nueva York, 1874-1875) ........................................................ 130

6.2.2.8. El Suramericano (Nueva York, 1875) ...................................................... 130

6.2.2.9. El Comercio (Nueva York, 1875) ............................................................. 131

6.2.2.10. La Independencia (Nueva York, 1876-1877) ......................................... 131

6.2.2.11. Patria (Nueva York, 1892-1898)............................................................. 132

6.2.2.12. El Guaimaro (Nueva York, 1895-1896) ................................................. 133

10
6.2.2.13. La Doctrina de Martí (Nueva York, 1896-1898) .................................... 133

7. Exposición de los datos ............................................................................................... 134

7.1. Nivel léxico (material borrowing) ........................................................................... 135

7.1.1. La prensa del Suroeste....................................................................................... 135

7.1.2. La prensa española en Nueva York ................................................................... 137

7.1.3. La prensa cubana en Nueva York ...................................................................... 140

7.2. Nivel morfosintáctico (structural borrowing) ..................................................... 141

7.2.1. La prensa del Suroeste .................................................................................. 142

7.2.2. La prensa española en Nueva York ............................................................... 143

7.2.3. La prensa cubana en Nueva York ................................................................. 144

7.3. El sistema de datación .......................................................................................... 144

7.3.1. La prensa del Suroeste .................................................................................. 145

7.3.2. La prensa española en Nueva York ............................................................... 146

7.3.3. La prensa cubana en Nueva York ................................................................. 147

7.4. El caso de la traducción ....................................................................................... 150

7.4.1. La prensa del Suroeste .................................................................................. 151

7.4.2. La prensa española en Nueva York ............................................................... 153

7.4.3. La prensa cubana en Nueva York ................................................................. 154

8. Análisis de los resultados ............................................................................................ 156

8.1. El contacto lingüístico entre el inglés y el español en los Estados Unidos: aspectos
generales ......................................................................................................................... 156

8.1.1. El nivel léxico.................................................................................................... 156

8.1.2. ¿Préstamos lingüísticos o code-switching? ....................................................... 163

8.1.3. El nivel morfosintáctico .................................................................................... 164

8.1.4. El sistema de datación: un caso de transferencia morfosintáctica y cultural .... 167

8.2. El contacto lingüístico entre el inglés y el español en los Estados Unidos:


comparación con otras situaciones de contacto .............................................................. 175

8.2.1. El contacto entre el inglés y el español en Gibraltar .................................... 175

11
8.2.2. El Spanglish y el englañol en Puerto Rico ................................................... 178

8.2.3. El español como lengua residual o vestigial en Filipinas, Guam y las islas
Marianas del Norte ...................................................................................................... 180

8.3. El contacto lingüístico entre el inglés y el español en los Estados Unidos: el


Suroeste vs. en Nueva York............................................................................................. 184

8.3.1. Variables geográficas .................................................................................... 187

8.3.2. Variables sociolingüísticas ............................................................................ 188

8.3.3. Variables histórico-culturales y políticas ...................................................... 192

8.4. Diferencias en las actitudes y las ideologías lingüísticas en los periódicos del
Suroeste y en los de Nueva York .................................................................................... 196

8.4.1. Las actitudes y las ideologías lingüísticas en el Suroeste ............................. 196

8.4.2. Las actitudes y las ideologías lingüísticas en Nueva York ........................... 203

8.4.2.1. La prensa española .................................................................................... 203

8.4.2.2. La prensa cubana ...................................................................................... 208

9. Conclusiones ............................................................................................................... 210

9.1. Conclusions .............................................................................................................. 213

10. Bibliografía .............................................................................................................. 217

10.1. Fuentes primarias: .................................................................................................. 217

10.2. Fuentes secundarias: ......................................................................................... 218

ILUSTRACIONES

Ilustración 1. Mapa de la expansión hacia el oeste de Estados Unidos. .................................. 99


Ilustración 2. Cabecera de El Clamor Público (Los Ángeles, 1855-1859). ........................... 119
Ilustración 3. Cabecera de La Voz del Nuevo Mundo (San Francisco, 1865-1884). ............. 119
Ilustración 4. Cabecera de la Revista Católica (Las Vegas, 1875-1962). ............................... 120
Ilustración 5. Cabecera de El fronterizo (Tucson, 1878-1893). ............................................. 120
Ilustración 6. Cabecera de El Horizonte (Corpus Christi, 1879-1880). ................................. 121
Ilustración 7. Cabecera de El Boletín Popular (Santa Fe, 1886-1895). ................................. 121
Ilustración 8. Cabecera de La Voz del Pueblo (Las Vegas, 1889-1892)................................. 122

12
Ilustración 9. Cabecera de El Hispano Americano (Las Vegas, 1892). .................................. 122
Ilustración 10. Cabecera de Las Dos Repúblicas (Los Ángeles, 1892-1898). ....................... 123
Ilustración 11. Cabecera de El Independiente (Las Vegas, 1894). ......................................... 123
Ilustración 12. Cabecera de La Voz de Nuevo México (Alburquerque, 1894). ..................... 124
Ilustración 13. Cabecera de La Crónica (Nueva York, 1849-1865). ...................................... 125
Ilustración 14. Cabecera de Las Novedades (Nueva York, 1876-1918). ............................... 126
Ilustración 15. Cabecera de El Progreso (Nueva York, 1884-1885). ..................................... 127
Ilustración 16. Cabecera de El Eco de Cuba (Nueva York, 1854-1855). ............................... 128
Ilustración 17. Cabecera de El Papagayo (Nueva York, 1855). ............................................. 129
Ilustración 18. Cabecera de La Estrella de Cuba (Nueva York, 1870). .................................. 129
Ilustración 19. Cabecera de El Ateneo (Nueva York, 1874-1875). ........................................ 130
Ilustración 20. Cabecera de El Suramericano (Nueva York, 1875)........................................ 131
Ilustración 21. Cabecera de El Comercio (Nueva York, 1875). ............................................. 131
Ilustración 22. Cabecera de La Independencia (Nueva York, 1876-1877). ........................... 131
Ilustración 23. Cabecera de Patria (Nueva York, 1892-1898). ............................................... 132
Ilustración 24. Cabecera de El Guaimaro (Nueva York, 1895-1896). ................................... 133
Ilustración 25. Cabecera de La Doctrina de Martí (Nueva York, 1896-1898). ...................... 133

ESQUEMAS

Esquema 1. Panorama de las relaciones sociopolíticas en el siglo XIX. ................................. 97

TABLAS

Tabla 1. Información básica sobre los periódicos elegidos para el análisis. .......................... 113

13
1. INTRODUCCIÓN
El Especialito. El semanario de la familia hispana es el título de un periódico que circula por
las calles de Nueva York. Puede encontrarse semanalmente en «La Esquina de Tu Casa», unas
cajas amarillas que pueden verse en casi todas las calles de barrios como Washington Heights
o Harlem, de gran presencia hispanohablante y, en concreto, dominicana. Este diario semanal
es una de las muchas evidencias de que en Nueva York y, en general en Estados Unidos, la
situación del español y de la «familia hispana» es, efectivamente «especial». Basta con
montarse en el metro de Nueva York o pasear por Miami o Los Ángeles y contar cuántas veces
se escucha una conversación en español para darse cuenta de que la hispanidad se encuentra en
estado latente. ¿Pero es que acaso no lo ha estado siempre? Esta es una de las preguntas que
vamos a tratar de responder en esta tesis. Es una cuestión que contradice a lo que se ha venido
discutiendo en torno al estatus de la lengua española en Estados Unidos, pues pretendemos
llegar a constatar que el español no es una lengua minoritaria en este país, sino todo lo contrario:
es una lengua a la que desde el siglo XIX se le ha conferido un estatus de prestigio en el ámbito
cultural y en el socioeconómico.
Volvamos a situarnos de nuevo en las calles de Nueva York. Nos entra hambre y
entramos en cualquier local de comida rápida, o entramos en un supermercado y las
interacciones que tenemos con el camarero o el dependiente comienzan en inglés, pero cambian
al español tan rápido como el segundo se da cuenta de que compartimos lengua nativa.
Efectivamente, esta es una situación recurrente en muchos puntos del país estadounidense, y es
que el contacto entre ambas lenguas, que se lleva produciendo desde el siglo XIX, ha derivado
en situaciones de bilingüismo o de diglosia. Es aquí donde planteamos entonces otra pregunta:
¿cómo se fraguó esta mezcla lingüística en lo que se conoce actualmente como Spanglish? Es
esta la segunda pregunta que vamos a tratar de responder con esta investigación, pues
pretendemos establecer la configuración histórica del contacto entre el inglés y el español.
Pero no hace falta estar físicamente en Estados Unidos para darse cuenta de que, además,
el español y su contacto con el inglés, deriva en multitud de actitudes y valoraciones ideológicas
por parte de los propios hispanohablantes y por los angloparlantes. Caso Cerrado es un
programa de televisión que se emite en la cadena de televisión Telemundo, cuya lengua de
transmisión es el español de forma íntegra. En uno de los programas, la presentadora recrimina
a una adolescente por no querer hablar en español, su lengua materna. Las actitudes y las
ideologías que subyacen al discurso planteado por la presentadora inciden en el valor del
español como símbolo de unión de la familia hispanohablante en Estados Unidos y, aunque se
vislumbra cierta actitud purista y defensora de su lengua, también es posible encontrar en su

14
discurso una actitud conciliadora ante el hecho de conocer ambas lenguas. Es aquí donde
planteamos la tercera pregunta para esta tesis: ¿por qué se producen estas actitudes ante el
español y ante el contacto con el inglés? Por supuesto, la respuesta a esta pregunta también la
vamos a encontrar en el mismo periodo, en el siglo XIX, pues tampoco es una situación nueva.
Desde que Uriel Weinreich publicara en 1953 su obra de referencia Language in contact,
el fenómeno del contacto lingüístico ha ocupado un lugar relevante en las investigaciones
sociolingüísticas. Este autor contribuyó a asentar las bases de estudios posteriores, como los de
Poplack (1980), Gumperz (1982) o Appel y Muysken (1987), en los que se desarrollan
conceptos como el de contacto, el de bilingüismo individual o el de social, transferencia o
préstamo lingüístico. La realización de este proyecto parte de estos postulados teóricos, pero se
centra en un nicho de investigación más específico, como es el caso del contacto entre el inglés
y el español en Estados Unidos. Este contacto lingüístico se conoce popularmente con el
nombre de Spanglish y ha sido estudiado por autores como Betti (2008, 2010), Lipski (2007,
2008), López García-Molins (2014, 2015), Moreno Fernández (2015), Otheguy et al. (2005,
2007) o Zentella (1981, 1982, 1985). Sin embargo, estas investigaciones se han centrado en el
entendimiento del fenómeno desde una perspectiva sincrónica y no arrojan luz sobre su
configuración desde una perspectiva histórica. La investigación que aquí proponemos se centra
precisamente en analizar la configuración histórica de este contacto entre el inglés y el español
en la prensa publicada por las comunidades de hispanohablantes (mexicanas, españolas y
cubanas, principalmente) en la segunda mitad del siglo XIX. De esta forma, no solo nos
valdremos de los postulados teóricos y metodológicos propios del contacto lingüístico para
desentrañar el funcionamiento interno de esta situación de contacto, sino que también será
necesario hacer uso de las actitudes y las ideologías lingüísticas como herramientas para
entender los factores extralingüísticos de dicho entorno de contacto entre el inglés y el español.
Es, de hecho, la interrelación de estos tres aspectos teóricos, el contacto, las actitudes y las
ideologías, lo que nos hace englobar esta investigación bajo el título general de «Contacto
lingüístico, actitudes e ideologías entre el español y el inglés. El caso de la prensa hispana de
los Estados Unidos (1848-1899)».
Esta investigación sigue la siguiente estructura. En el capítulo 1 ofrecemos las hipótesis
y objetivos generales y específicos de la tesis. En el capítulo 2 se proporciona el estado de la
cuestión, con estudios sobre contacto lingüístico, actitudes e ideologías lingüísticas que pueden
ser tomados como antecedentes a la investigación que se propone. El capítulo 3 está dedicado
al marco teórico, donde se postulan los principales aspectos teóricos que se utilizan para realizar
el análisis posterior. En el capítulo 4 se ofrece el contexto histórico, sociopolítico y cultural del

15
periodo y espacio geográfico seleccionado para el análisis. El capítulo 5 recoge la metodología
seguida en la tesis. El capítulo 6 constituye la descripción del corpus de trabajo. En el capítulo
se exponen los datos obtenidos del vaciado de los periódicos que integran el corpus de trabajo.
El capítulo 8 está dedicado al análisis y al contraste de los datos obtenidos. Por último, en el
capítulo 9 ofrecemos las conclusiones de este trabajo.

1.2. Hipótesis y objetivos


En una primera instancia, no fue posible formular una hipótesis de trabajo deductiva, pues hasta
que no se recopilaron los datos procedentes de los documentos sometidos a estudio, no se vieron
las repercusiones que tenían, por un lado, el uso de la lengua en los periódicos y, por otro lado,
los comentarios y opiniones ante la lengua y la situación de contacto lingüístico del Estados
Unidos de la segunda mitad del siglo XIX. Así pues, una vez realizado el vaciado de datos de
los periódicos, se establecieron las siguientes hipótesis de trabajo:
H1: la situación de contacto lingüístico de los periódicos hispanos sigue los parámetros
universales que se dan en toda situación de contacto lingüístico. Por tanto, es el nivel
léxico el que primero se presta al cambio y, de forma gradual, se pasa al nivel
morfológico y al sintáctico.
H2: el caso del contacto inglés-español en Estados Unidos es paradigmático, pues, a
diferencia de lo que ocurre en otros territorios como Gibraltar, Filipinas o Guam, se
observa una tendencia a la preservación y aumento del prestigio de esta lengua.
H3: las transferencias interlingüísticas del nivel morfosintáctico que encontramos son
indicativas de que la mayor parte del contenido de los periódicos constituyen
traducciones o adaptaciones de artículos procedentes de periódicos escritos en inglés.
No es posible que sean casos de transferencias como las que se dan a nivel oral por el
tipo de tradición discursiva ante la que nos encontramos: la prensa. Se trata de un tipo
textual más conservador y menos permeable al trasvase interlingüístico.
H4: las diferencias existentes entre el contacto que se da en el Suroeste y el que se da
en Nueva York vienen dadas por las variables históricas, políticas y culturales de cada
una de las zonas geográficas y grupos étnicos.
H5: el español no es una lengua minoritaria en Estados Unidos.
H6: el estudio del contacto lingüístico, las actitudes y las ideologías existentes en la
prensa hispana del siglo XIX contribuye al entendimiento de la situación actual del
español en Estados Unidos.

16
Expuestas las hipótesis de partida, se pueden formular unos objetivos de carácter general,
que son los siguientes:
(1) Esclarecer la situación general del contacto lingüístico entre el inglés y el español que
había en los periódicos hispanos de la segunda mitad del siglo XIX publicados en los
Estados Unidos, para poder establecer la configuración histórica de lo que
posteriormente se conoce como Spanglish.
(2) Dar cuenta de las valoraciones y comentarios metalingüísticos relacionados con el
contacto y con la política y la planificación lingüísticas patentes en la prensa hispana de
dichos territorios. Para ello, es necesario considerar las características de la tradición
discursiva que se somete a estudio, pues sus condicionantes externos (el auge de la
prensa, la intervención del Estado en las publicaciones, la figura del editor y el impresor,
el género discursivo, la procedencia del emisor, el tipo de receptor, etc.) pueden causar
un impacto en el seguimiento —o no— de la norma lingüística del momento y,
consecuentemente, dejarían entrever ciertas actitudes en lo escrito.
Igualmente, hemos establecido una serie de objetivos específicos, que son los siguientes:
(1) Delimitar la dirección del contacto y el tipo de manifestaciones interlingüísticas que
había en los periódicos. En este sentido, distinguir el nivel lingüístico afectado en cada
caso (léxico y morfosintáctico).
(2) Contrastar la situación de contacto lingüístico que se da en Estados Unidos con la que
se da entre otras lenguas emparentadas o no para comprobar la universalidad del
contacto.
(3) Contrastar la situación específica de contacto inglés-español (y viceversa) que se da en
otros lugares para constatar si estamos ante un caso de contacto particular.
(4) Constatar cómo se relacionan los factores lingüísticos y extralingüísticos y cómo los
segundos afectan al uso lingüístico y a la valoración de la lengua en los periódicos.
(5) Analizar los comentarios metalingüísticos sobre el contacto lingüístico para determinar
el grado de legitimidad o de condena que recibían estas prácticas lingüísticas por parte
de los emisores de dichas publicaciones.
(6) Señalar las diferencias en las actitudes e ideologías de cada uno de los grupos étnicos
(mexicanos, españoles, cubanos) y áreas (territorios del Suroeste y Nueva York)
seleccionados.
En suma, esta tesis se postula como una investigación novedosa que pretende resolver
cuestiones que hasta ahora no se habían tratado, como es la configuración histórica de una
situación de contacto lingüístico y otros asuntos que se habían dado por sentado en la mayor

17
parte de la literatura científica sobre el tema, como el estatus del español como lengua
minoritaria en Estados Unidos.

1.3.Introduction
El Especialito. El semanario de la familia hispana is the name of a Hispanic newspaper from
New York City. It is weekly distributed among the streets of Washington Heights and Harlem
and it can be found in some yellow boxes called «La Esquina de Tu Casa». The existence of
this newspaper pinpoints that the situation of «la familia hispana» and, specifically, the Spanish
language, is special. You only need to hop on the New York subway or to walk around Miami
or Los Angeles and count how many times you come across people talking in Spanish to realise
that «la hispanidad» is alive. But, has it not been always like that? This question contradicts
everything that has been said about the status of the Spanish language in the United States. Most
researchers have established that Spanish is a minority language in this country. However, I will
determine that it is actually the opposite: the Spanish language has been quite a relevant
language since the nineteenth century forward and its cultural and economic status is growing.
Let us go back to the streets of New York. We get hungry and we go into any fast-food
restaurant or into a supermarket to get some food. Although the interactions with the waiter
begin in English, the conversation switches to Spanish as soon as the latter realises that our
mother tongue is the same one. This is a common linguistic contact situation that takes place in
many parts of the United States. It has been occurring since the nineteenth century and it has
led to situations of bilingualism and diglossia. Taking these facts into account, another question
arises: how was this linguistic mixture forged and how it developed to what is currently known
as Spanglish? Therefore, in this work, I will establish the origins of the contact between English
and Spanish in the United States.
But you do not have to physically be in the United States to realise that the contact
situation between English and Spanish leads the speakers to develop many different attitudes
and ideologies about both languages. Caso Cerrado is a TV show that is broadcasted in the TV
channel Telemundo, which is fully conducted in Spanish. In one episode, the TV host criticises
a teenage girl who does not want to speak Spanish, her mother tongue, during the show. The
attitudes and the ideologies emerging from the speech of the TV host pinpoints the value of the
Spanish language as a symbol of the union of «la familia hispana» in the United States.
Although her linguistic attitude towards the Spanish language is somehow purist, she also
exhibits a conciliatory attitude about the fact of speaking both languages (Spanish and English).
Bearing this in mind, a final question arises: why do these attitudes towards Spanish and English
18
emerge? To answer this and the previous questions, it is necessary to look at the nineteenth
century, as the current linguistic situation of the United States is not new.
Since Uriel Weinreich published his referential work, Language in contact (1953), the
phenomenon of linguistic contact has been widely studied from a sociolinguistic perspective.
Weinreich established its main principles, which were taken into account later by Poplack
(1980), Gumperz (1982), Appel, and Muysken (1987) in order to develop their own theories
about this phenomenon. Furthermore, they pinpointed definitions and explanations of concepts
such as individual and social bilingualism, linguistic transfer and loanword. Although the
starting point are these broad concepts, this study focuses in a much more specific niche: the
contact between English and Spanish in the United States.
The contact between these two languages is popularly known as Spanglish, and it has
been broadly studied by authors such as Betti (2008, 2010), Lipski (2007, 2008), López García-
Molins (2014, 2015), Moreno Fernández (2015), Otheguy (2005, 2007, 2012) and Zentella
(1981, 1982, 2012, 2015). Their investigations provide an understanding of the phenomenon
from a synchronic perspective, but they have failed to establish its historical origins. Therefore,
by conducting this study, I will determine the historical origin of the contact between English
and Spanish in the Hispanic press published within the United States between 1848 and 1899.
In order to attain this general objective, I will not only employ the theoretical and
methodological basis of language contact, but I will also look at the linguistic attitudes and
ideologies emerging from the abovementioned corpus. Using these two sociolinguistic tools
will allow to the understanding of the extralinguistic factors of this contact situation. The
interrelation of these three sociolinguistic concepts is what encompasses this study under the
general title of «Linguistic contact, attitudes and ideologies between Spanish and English. The
case of the Hispanic press of the United States (1848-1899)».
This investigation is structured as follows: in chapter 1, I will provide the hypotheses
and the general and specific objectives of this thesis; in chapter 2, I will depict the state of the
art; in chapter 3, I will argue the theoretical framework; in chapter 4, I will describe the
historical, socio-political and cultural context; in chapter 5, I will explain the methodology I
will employ; in chapter 6, I will present the corpus of study; in chapter 7, I will show the data I
have found in the newspapers; in chapter 8, I will discuss and analyse the data depicted
previously; and finally, in chapter 9, I will synthesise the conclusions of this work.

19
1.3.1. Hypotheses and objectives
As I have previously mentioned, in this section I will provide the hypotheses and objectives
that I will attain by conducting this study. The hypotheses have been obtained by applying a
deductive process, and they can be described as follows:
H1: the linguistic contact situation between English and Spanish in the Hispanic
newspapers follows cross-linguistic patterns. As a result, the lexical level is first
affected, and then, the morphosyntactic level.
H2: the case of the contact between both languages in the United States is paradigmatic,
since contrary to what happens in other areas in which they coexist, there is a general
tendency to the preservation and increasing of the prestige of the Spanish language.
H3: the presence of the English morphosyntactic transfers pinpoints that the Hispanic
newspapers are translations of English-language newspapers. They cannot be compared
to the interlinguistic transfers that take place in orality, because the press is a much more
conservative textual medium.
H4: The differences between the linguistic contact happening in the Southwest and the
one occurring in New York City are given by historical, political and cultural variables.
H5: Spanish is not a minority language in the United States.
H6: the linguistic attitudes and ideologies attested in the nineteenth-century Hispanic
press resembles the current situation of the Spanish language in the United States.
Furthermore, I will address the following general objectives:

(1) To establish the historical origins of the contact between English and Spanish in the
abovementioned corpus.
(2) To provide a general account of the metalinguistic evaluations regarding linguistic
contact and language policy and planning emerging from the Hispanic press. In order to
achieve this objective, it is necessary to consider the features of this textual tradition:
the rise of the press, the intervention of the State, the importance of the publisher and
the printer, the discursive genre, the origin of the issuer, the type of receiver, etc. These
factors have an impact on the language use and, therefore, certain linguistic attitudes
can be revealed.
Likewise, I have established the following specific objectives:
(1) To determine the direction of the contact and to distinguish the linguistic level that is
affected in each interlinguistic manifestation.

20
(2) To establish if this situation of linguistic contact follows universal cross-linguistic
patterns.
(3) In this sense, I will also compare to what extent the contact attested between English
and Spanish in the abovementioned areas resembles that existing in other regions where
these two languages coexist.
(4) To attest how linguistic and extralinguistic factors are intermingled and how they affect
the linguistic use within the Hispanic newspapers.
(5) To analyse the metalinguistic comments about the linguistic contact so as to determine
whether those contact phenomena were accepted or condemned.
(6) To pinpoint the attitudinal and ideological differences between the Southwest and New
York, and the internal differences between each group (Mexicans, Spaniards and
Cubans).
To sum up, this thesis aims to resolve several issues that has not been correctly addressed
yet, such as the historical origins of the contact between English and Spanish and the
linguistic status of the latter language in the United States.

2. ESTADO DE LA CUESTIÓN
En este capítulo ofrecemos la exposición de los antecedentes teóricos que se encuentran en el
ámbito del contacto lingüístico, de las actitudes y de las ideologías lingüísticas, que constituyen
los tres pilares claves para el desarrollo teórico de esta tesis.

2.1. El contacto lingüístico en la tradición anglosajona: antecedentes teóricos


En el ámbito anglosajón, el fenómeno del contacto de lenguas no empezó a tener relevancia
como objeto de estudio hasta las décadas de 1960 y 1970. A principios de la década de 1980
encontramos las investigaciones de Heath (1984), la de Harris (1984), que estudió el papel que
el contacto tenía en la emergencia de ciertas variedades del inglés en Irlanda, la de Lass y Wright
(1986), que ofrece argumentos en contra del contacto del inglés con la variedad del Afrikaans
como fuente para rasgos específicos de los sudafricanos blancos angloparlantes. En la década
de 1990 encontramos estudios como los de Ureland y Broderick (1991), Fisiak (1995) o
Thomason (1997a, 1997b), pero es a partir de la década del 2000 cuando el fenómeno del
contacto lingüístico se vuelve relevante en las investigaciones sociolingüísticas. De esta forma,
encontramos los estudios de Van Coetsem (2000), que ofrece una aproximación general sobre
el contacto de lenguas y el cambio lingüístico, la de Katovsky y Mettinger (2001), sobre lenguas
en contacto y la historia del inglés, la de Baker y Huber (2001), en la que se aproximan a los

21
rasgos del léxico inglés derivados del contacto lingüístico, es decir, los pidgins y criollos; o la
de Clyne (2003), en la que examina el contacto lingüístico entre el inglés y las lenguas
inmigrantes en Australia. Este tipo de contacto se basa en el bilingüismo, un campo de estudio
relevante en los últimos años.
El incremento de los datos empíricos sobre contacto lingüístico en el ámbito anglosajón
ha llevado a formular unas reflexiones generales sobre la naturaleza del fenómeno y sus efectos.
Desde esta perspectiva, destacan los estudios de Winford (2003, 2005, 2008) y el de Matras
(2009). Hay algunos autores que han señalado la necesidad de determinar la importancia del
cambio lingüístico inducido por el contacto entre lenguas. Por tanto, la pregunta sobre qué tipo
de cambios han sido atribuidos al fenómeno del contacto ha sido contestada en numerosos
estudios, como los de Siemund (2008), Poplack, Zentz y Dion (2012), Poplack (2018), Lucas
(2012) o Seifart (2019). En las últimas dos décadas los estudios sociolingüísticos han señalado
el papel del hablante en la variación y en el cambio. Este hecho puede haber conducido a
consideraciones sobre la agentividad y la identidad en escenarios de contacto lingüístico.
El fenómeno del code-switching ha sido crucial dentro de los estudios sobre contacto
lingüístico y se ha examinado desde diferentes perspectivas. En los últimos años, las
investigaciones se han concentrado sobre todo en el cambio gramatical (Torres Cacoullos
[2015]). Otro asunto de relevancia ha sido el de los préstamos y los cambios de código de una
palabra, es decir, cómo se determina que una palabra ha sido prestada a otra lengua. Como el
tema de los préstamos lingüísticos (no solo a nivel léxico, sino también morfosintáctico) es de
crucial importancia en esta tesis, es necesario hacer hincapié en una serie de estudios que han
tratado este asunto y que además sirven como antecedentes teóricos a la investigación que aquí
proponemos.
El volumen editado por Haspelmath y Tadmor (2009) sobre los préstamos léxicos en las
diferentes lenguas del mundo constituye un pilar de referencia para la investigación que
llevamos a cabo. Este trabajo ofrece los resultados del proyecto titulado «Loandword Typology
Project», que son los siguientes. En primer lugar, se observa una clara evidencia interlingüística
de que ciertos aspectos sociales, como la posesión, el comercio, la religión, la justicia o el hogar,
tienden más a la «prestabilidad» que otros conceptos más abstractos que reflejan el espacio
natural o físico (es decir, el mundo físico, el cuerpo, las emociones, la percepción, el espacio o
el parentesco). La aparición en una lengua de los préstamos léxicos que expresan dichos
aspectos sociales está motivada por innovaciones culturales, por los tabús y por razones de
prestigio de la lengua donante. Para aquellos préstamos que reemplazan conceptos preexistentes
en la lengua receptora no existe otra explicación de su aparición que el prestigio que el término

22
tiene en la lengua donante. A este respecto, los cambios inducidos por el contacto lingüístico,
como el cambio interno, pueden ser prestigiosos, pero también vernáculos. Haspelmath pone el
ejemplo del inglés, donde encontramos palabras como estate y constitution, que provienen del
francés, que se introducen una vez que la lengua alta tiene prestigio social. También en inglés
hay términos como chavvy y minge, de origen romaní, que es una lengua estigmatizada y
vinculada a una minoría marginal, que pueden explicarse por cuestiones de tabú lingüístico.
También se expresa en el volumen que el entendimiento del trasvase de préstamos léxicos puede
contribuir a entender las relaciones sociales existentes en las sociedades bilingües y
multilingües. Los préstamos léxicos constituyen la forma en la que los hablantes bilingües
ajustan su repertorio general de palabras y los límites en el uso selectivo de palabras de ciertos
ámbitos. El repertorio léxico compartido de dos comunidades en contacto es símbolo de los
aspectos sociales y culturales que comparten: el comercio, la religión, la administración, la
tecnología, etc. Aunque no se ofrece una explicación detallada de la teoría del préstamo léxico,
los datos obtenidos proporcionan una base factual para nuevos enfoques en las funciones del
lenguaje y en el procesamiento lingüístico de las situaciones multilingües. Por lo tanto, los
hallazgos de este volumen constituyen otro antecedente a tener en cuenta en la investigación
precedente, sobre todo en el caso concreto de los préstamos en el nivel léxico, pues se podrán
establecer (o no) correlaciones con la mayor o menor «prestabilidad» que el inglés tiene sobre
el español en ciertos campos léxico-semánticos por cuestiones de prestigio o de vacío cultural.
El volumen de Schreier y Hundt (2013) es crucial para entender cómo el inglés
constituye una lengua de contacto a lo largo de la historia. Estos autores proporcionan datos de
diferentes ámbitos lingüísticos y evalúan y contextualizan los resultados del contacto con el
inglés en diferentes periodos tanto de forma cuantitativa como cualitativa. Así, en el volumen
se incluyen numerosos estudios que analizan el papel del inglés como lengua de contacto en los
periodos del Old y Middle English (Fischer, 2013) o en áreas como Irlanda y Escocia (Hickey,
2013); también hay estudios que analizan la dinámica del contacto del inglés con las variedades
socioétnicas en Norteamérica (Wolfram, 2013) y como lengua de contacto con otras variedades
menos conocidas (Scherier, 2013); finalmente, se incluyen análisis sobre el surgimiento de las
variedades New Englishes (Schneider, 2013).
La situación de contacto del inglés en los periodos del Old y Middle English ha sido
ampliamente analizada por diferentes autores. Así, podemos destacar el estudio de Durkin
(2014), que analiza cómo los préstamos han influenciado el léxico del inglés a lo largo de su
historia: desde el contacto con el latín en la época del Old English, pasando por el contacto con
las lenguas escandinavas, el contacto con el francés y el latín en el Middle English, hasta el

23
contacto producido después del 1500 con, de nuevo, el francés y el latín, con otras lenguas
romances, como el español, y otras lenguas como el japonés, el maori en Nueva Zelanda, el
árabe, el sánscrito, el hindi, el hebreo, el persa, el malayo o el urdu. El estudio de Durkin (2014)
no solo se centra en la introducción de préstamos y calcos de otras lenguas en el nivel léxico,
sino que también trata las transferencias que se producen en el nivel morfológico y sintáctico.
Así, por ejemplo, señala que las palabras que son calcos de otras lenguas pueden conducir a
formaciones analógicas en la RL (recipient language), como el caso de -ment en el Late Middle
English. En este sentido, también destaca el estudio de Blake (1992) sobre la historia de la
lengua inglesa, en el que también indica el proceso de trasvase lingüístico de otras lenguas que
ha experimentado el inglés a lo largo de su historia. También destacaremos el estudio de Fischer
(2013), que analiza el papel del contacto en el cambio sintáctico del inglés en los periodos del
Old y Middle English. Esta autora intenta demostrar que es difícil que el préstamo sintáctico en
el inglés haya sido consecuencia del contacto con el latín y el francés, a menos que una
construcción análoga estuviera disponible en la lengua meta, como en el caso de la construcción
latina aci y, posiblemente, la construcción causativa del francés faire. En este caso, el uso de la
construcción nativa puede haber sido impulsado, pero la lengua de contacto no ha afectado
realmente el sistema gramatical de la lengua nativa como tal. En otros casos, la similitud entre
las lenguas en contacto puede ser accidental porque forma parte de un desarrollo natural de la
lengua nativa, como se observa en el caso del relativo which, o en la construcción perifrástica
del genitivo, que también ocurre en otras lenguas germánicas que no han tenido un contacto
estrecho con el francés. La sintaxis del inglés ha estado más afectada en el caso del contacto
con el Old Norse, pero incluso en este caso, no ha sido afectada directamente por la imitación
o por el préstamo, sino por un aprendizaje imperfecto que ha conducido a la reducción de las
formas variantes. A través de estos dos estudios se pueden comprobar las pautas que se siguen
en toda situación de contacto lingüístico, por lo que sirven de referencia para constatar si lo que
ocurre en el caso que aquí nos atañe (el contacto inglés-español en la prensa hispana de Estados
Unidos) sigue los parámetros universales de toda situación de contacto entre lenguas.
El estudio de Van Hamel (1912) sobre la situación de contacto entre el gaélico y el inglés
en Irlanda puede ser tomado como un antecedente para entender el funcionamiento del trasvase
interlingüístico no solo en el nivel léxico, sino también en el nivel morfosintáctico. Así, este
autor sostiene que el contacto entre ambas lenguas comenzó en el nivel léxico y después se
extendió al resto de niveles. En el plano morfosintáctico, destaca el caso de las cláusulas
subordinadas. Van Hamel (1912) indica que las subordinadas en gaélico se forman con un

24
sustantivo verbal, pero la influencia del inglés, que utiliza infinitivos o gerundios, ha motivado
que en el angloirlandés se utilice un infinitivo en las subordinadas.
La situación de contacto lingüístico entre el inglés, el italiano y el maltés también ha
recibido atención en la literatura de la disciplina teórica que estamos tratando. Desde 1964, el
inglés y el maltés coexisten como lenguas oficiales en Malta, pero anteriormente, el italiano
había sido el único idioma oficial en la isla. Consecuentemente, el maltés se vio influenciado
fonética, gramatical y léxicamente por el italiano, tal y como atestiguan Aquilina (1959),
Mazzon (1993), Borg y Azzopardi-Alexander (1997) y Bricat (2005). Durante ese periodo de
oficialidad del italiano, la situación lingüística de la isla era claramente diglósica, en el sentido
tradicional del término: el italiano era la variedad alta, hablada en el ámbito gubernamental,
educativo y religioso y estaba vinculada a las clases altas; por el contrario, el maltés era la
variedad que usaban las clases bajas y era conocida como la «lengua de la cocina» (Camilleri,
1992: 14). Aunque el inglés no se convirtió en lengua oficial hasta 1934, tuvo influencia en la
isla desde antes, pues había sido introducida como resultado de la colonización británica en
1813 y los malteses se vieron obligados a aprenderla. Autores como Frendo (1975) o Mazzon
(1992) denominan esa situación de coexistencia de tres lenguas (el inglés y el italiano como
lenguas de prestigio y el maltés como lengua vernácula) con el nombre de esquizoglosia o
triglosia. Estos últimos autores han estudiado la rivalidad existente entre las dos lenguas de
prestigio, el inglés y el italiano, y han concluido que el uso del italiano fue desapareciendo
como consecuencia del crecimiento del maltés como marcador de la identidad maltesa. Por
tanto, el maltés experimentó una estandarización: se publicaron gramáticas y diccionarios,
floreció como lengua literaria y mediática, empezaron a usarla gente de toda clase social e,
incluso, se produjo una situación de code-switching con el inglés. La situación lingüística de
Malta ha sido estudiada ampliamente desde el punto de vista de la sociolingüística, pues existen
numerosos estudios sobre las actitudes ante la coexistencia de las tres lenguas y los ámbitos en
los que cada una de ellas es usada. Así, por ejemplo, puede citarse la investigación de Kontzi
(1983), que realiza un estudio sobre el uso lingüístico de los malteses menores de dieciséis años
de tres escuelas diferentes, una pública y dos religiosas (ambas con segregación por sexos) en
diferentes ámbitos, como el hogar, el barrio y la escuela, con el objetivo de constatar si, en
efecto, el uso lingüístico es diferente dependiendo del tipo de colegio y de la situación
comunicativa, como suele ocurrir en este tipo de situaciones de contacto. Los estudiantes del
colegio público tenían un mayor uso del maltés en el ámbito familiar y en contextos informales,
mientras que en el contexto escolar no lo usaban tanto. Los estudiantes de las escuelas
religiosas, sobre todo las niñas, registraban un mayor uso del inglés, sin importar el contexto y

25
su uso del maltés se reducía a las interacciones con los vecinos. Otro estudio que puede citarse
es el llevado a cabo por Sciriha (1993), quien realiza una encuesta sociolingüística sobre la
situación lingüística en el ámbito familiar y concluye que la familia es un factor importante en
la transmisión del maltés. Otra conclusión a la que llega es que el uso del inglés se incrementa
en las conversaciones de familias con un mayor estatus socioeconómico, sobre todo entre las
generaciones más jóvenes y también se aprecia un mayor incremento del uso de esta lengua en
el ámbito escrito. En suma, el maltés es el idioma más favorecido en Malta, pero el inglés sigue
siendo la lengua de prestigio, pues es la que se utiliza con el fin de prosperar
socioeconómicamente.
Scihira y Vasallo (2006) investigan sobre la situación de code-switching del inglés y el
maltés en diferentes niveles. El cambio de código se ha registrado sobre todo en el ámbito
educativo, donde el uso del inglés y el code-switching se incrementa sustancialmente, sobre
todo en escuelas privadas y entre niños de áreas rurales. Otro ámbito en el que se registra un
uso elevado es en los medios, sobre todo entre los presentadores malteses de la televisión.
Autores como Mazzon (1993) o Camilleri (1992) se han preguntado si es posible considerar el
code-switching como una nueva variedad local resultante de dicha situación de contacto y si,
en dicho caso, la base lingüística es el inglés o el maltés. Según Camilleri (1992), los malteses
son cada vez más conscientes de la diferencia existente con el inglés británico, pero no
consideran su inglés una nueva variedad sino una manifestación de interlengua. Por su parte,
Mazzon (1993) indica que el estatus del inglés en Malta es debatible y no ha sido adquirido por
la totalidad de la comunidad. Además, añade que la variedad maltesa del inglés ha sido
estudiada a diferentes niveles. Gramatical y fonológicamente recibe influencias del maltés,
sobre todo en la oralidad; mientras que, en el nivel morfosintáctico, la influencia del maltés se
observa en la distribución del artículo definido e indefinido, en la preferencia de las of-phrases
para indicar posesión, en la yuxtaposición de dos sustantivos sin marca de genitivo explícita,
en la confusión del plural de los nombres contables e incontables, en la omisión de los sujetos
pronominales y de los objetos, etc. La diglosia existente en Malta puede correlacionarse con la
situación que analizaremos posteriormente del inglés y el español en los periódicos hispanos,
pues en este caso también tenemos una variedad alta (el inglés en el ámbito institucional) y una
variedad baja (el español).
El caso del contacto entre el inglés y el francés en Canadá también ha sido ampliamente
investigado. De esta forma, podemos destacar el estudio de Mougeon y Beniak (1991), sobre
las consecuencias lingüísticas del contacto en el francés de Ontario. Estos autores ofrecen un
análisis del impacto que el contacto con el inglés, por un lado, y la restricción del uso de la

26
lengua, por otro, tienen en la evolución del francés hablado en la provincia de Ontario, en la
que predomina el uso del inglés. Como antecedente, los autores proporcionan información
sobre el contexto histórico y sociolingüístico de la comunidad francófona de Ontario y la
comparan con otras variedades del francés dentro y fuera de Norteamérica. Las conclusiones
de este estudio ofrecen resultados teóricos novedosos, como la interrelación entre los factores
lingüísticos y extralingüísticos como causa del cambio estructural de la lengua y los
mecanismos del cambio lingüístico en los bilingües como oposición a lo que ocurre en las
comunidades monolingües, que coinciden con la situación que encontramos en el contacto
inglés-español de los periódicos hispanos del siglo XIX en Estados Unidos, pues las
conclusiones también dependen de la conjunción de factores lingüísticos y contextuales. Otro
estudio de relevancia también realizado en la comunidad francesa de Ontario es el de Mougeon,
Nadasdi y Rehner (2005) sobre las innovaciones lingüísticas inducidas por el contacto en el
continuum del uso lingüístico del francés en dicha provincia. El estudio ofrece un acercamiento
metodológico que puede determinar que las innovaciones observadas en una lengua minoritaria
son el resultado del contacto lingüístico. Esta aproximación metodológica sirve de
contextualización para el análisis de datos sobre ocho innovaciones lingüísticas que se
atribuyen a la transferencia del inglés sobre el francés de los francófonos residentes en Ontario.
La discusión de los resultados determina que los factores lingüísticos y los extralingüísticos
también desempeñan un papel crucial en la emergencia de dichas innovaciones. Asimismo,
estos autores señalan que hay diferencias en el uso de estas innovaciones en cada grupo y
comunidad de hablantes y que dichas diferencias sugieren que hay umbrales de contacto
lingüístico asociados a la emergencia o a la falta de innovaciones inducidas por transferencias
particulares. Por último, podemos destacar el estudio de Sankoff, Thibault, Nagy, Blondeau,
Fonollosa y Gagnon (2009) sobre la variación en el uso de los marcadores discursivos en la
situación de contacto lingüístico de la región angloparlante de Montreal. Estos autores sostienen
que el uso de los marcadores discursivos de diecisiete hablantes de francés en dicha región está
supeditado a una gran variación individual en los repertorios individuales y en la frecuencia de
uso. Tan solo cinco sujetos manifestaron rangos de uso comparables a aquellos usados por
hablantes nativos cuya L1 es el inglés. En un orden decreciente de frecuencia, los hablantes
usaban como marcadores discursivos tu sais, y’know, là, there (el más frecuente entre los
hablantes de francés como L1 en Montreal), bon, good, alors, so, comme, like y bien, well; y la
conjunción discursiva local fait que, so. Los sujetos del estudio hacían un uso ocasional de los
marcadores ingleses you know, so, like y well. Los marcadores del francés de Quebec sin
equivalente en inglés eran usados por los hablantes que habían estado expuestos al francés en

27
las etapas más tempranas de su niñez. El único marcador que mostraba la influencia del inglés
era comme, que parece ser un calco del inglés like. En general, las frecuencias de uso de los
marcadores discursivos se correlacionaban únicamente con el conocimiento de la gramática
francesa de los hablantes, un hecho que evidenciaban que una mayor frecuencia de uso del
marcador discursivo era la fluidez del hablante. Por último, como los marcadores discursivos
no se enseñan explícitamente en la escuela, su uso apropiado revelaba el grado de integración
de los individuos en la comunidad de habla local.
En definitiva, en este apartado hemos visto una serie de antecedentes teóricos centrados
en situaciones donde el inglés es una de las lenguas implicadas en el contacto. La exposición
de todos estos estudios proporciona una visión general sobre cómo funciona esta lengua en las
situaciones de contacto, por lo que nos sirve de referencia para entender y correlacionar o refutar
el comportamiento que dicha lengua tiene en la situación de contacto que vamos a estudiar.

2.2.El contacto lingüístico en la tradición hispánica


Los ejemplos más representativos de contacto lingüístico en el mundo hispánico son los de
Filipinas, la zona del Caribe, Hispanoamérica con las lenguas indígenas (Paraguay, Uruguay,
Perú, Ecuador, Bolivia, México), y dentro de la Península Ibérica, la situación de las
comunidades bilingües, Galicia, País Vasco, Navarra, Cataluña, Valencia, las Islas Baleares y
Gibraltar. El caso del contacto entre el español y el gallego ha sido estudiado por Regueira
(2015) en un estudio sobre el español y el portugués como lenguas vehiculares minoritarias en
contacto dentro de la esfera pública en el lenguaje político gallego. Este autor examina la
presencia de estas lenguas en debates televisivos de la campaña política para la presidencia de
la Xunta de Galicia de 2012, concretamente, en el discurso de los representantes del Partido
Popular, del Partido Socialista y del Bloque Nacionalista Gallego. El análisis realizado denota
los motivos por los que el español y el portugués están más o menos presente en el discurso en
gallego de cada uno de los políticos analizados. En la misma línea, podemos destacar el trabajo
de Varela (2015), que analiza el contacto de lenguas en la caracterización de personajes de
programas de la televisión gallega. En concreto, analiza un sketch del programa humorístico
Lan Róber, O encantador de perros. Las conclusiones a las que llega denotan que la elección
de una u otra variante gallega y el uso de sintagmas en español del protagonista del sketch
contribuyen a la creación de efectos cómicos y a la transmisión de un sentimiento de empatía
con los televidentes.
La situación lingüística del País Vasco es de bilingüismo social diglósico en el que hay
cierto grado de bilingüismo individual. El castellano es la lengua de cultura y la usada en
28
situaciones formales, mientras que el euskera está relegado a situaciones informales. Etxebarria
(2004) realiza un estudio en el que examina la función de la alternancia de códigos en el País
Vasco. La autora constata que se trata de una función más lingüística que social, en otras
palabras, que la alternancia de código tiene lugar para aclarar lo comunicado de forma más
explícita, para compensar la falta de conocimiento de lo que se dice en el otro idioma y para
manifestar los sentimientos personales del hablante hacia lo que se dice en una conversación.
No obstante, el code-switching está condicionado por la competencia lingüística del hablante,
por el grupo sociolingüístico al que pertenece y por el carácter formal o informal de la situación
comunicativa. Además, la autora indica que es necesario destacar el uso metafórico que algunos
hablantes utilizan en la alternancia de código para intensificar su mensaje. En otra investigación
de Etxebarria (1996) se analiza la tipología del cambio de código español-euskera en hablantes
bilingües de español como lengua dominante y de euskera como lengua familiar y para
contextos informales en el País Vasco. Las conclusiones a las que llega es que el conocimiento
del español no se encuentra en ningún caso en peligro de desaparecer incluso entre los alumnos
euskaldunes. Sí es cierto que en algunos casos el dominio del español necesita un refuerzo,
sobre todo en los registros cultos y formales. Donde sí se percibe un déficit de competencia
idiomática considerable es en el nivel de conocimiento de euskera de algunos alumnos, pues no
tienen la fluidez verbal y corrección de habla oral y escrita necesaria en la lengua vasca. En este
sentido, se puede establecer un parangón con la situación que vamos a ver en el análisis, pues
se correlaciona con lo que ocurre en el suroeste de Estados Unidos con la competencia
lingüística oral y escrita de los jóvenes hispanohablantes. Por último, la autora subraya que el
factor más importante a la hora de predecir el nivel de conocimiento de las lenguas es el de la
lengua materna del alumno y el idioma que prepondera en su ámbito familiar.
Otro estudio sobre el contacto español-euskera es el de Oñedera (2015), en el que se
analiza el seseo, el yeísmo y otros aspectos de la pronunciación del español en Vitoria y San
Sebastián. La autora constata que, en Vitoria, donde existe menor presencia de la lengua vasca,
y en San Sebastián, que cuenta con mayor presencia, el español hablado se corresponde con la
norma culta del español peninsular del norte y centro, pero eso no coincide con la pronunciación
de algunos fonemas del euskera, como la africada alveolar /ts/ en hablantes de español que han
tenido un contacto inferior con el euskera. Otro estudio destacado es el de Igarreta Fernández
(2015), en el que analiza la realización de las sibilantes fricativas y africadas de los hablantes
del Goierri. Concretamente, se centra en los jóvenes bilingües de dominancia vasca de la zona
guipuzcoana con el objetivo de constatar la transferencia acústica del euskera al castellano

29
según diferentes contextos de la citada africada, como el vocálico o la posición que ocupa el
segmento.
El contacto español-catalán también ha sido ampliamente estudiado. Podemos destacar
los estudios de Blas Arroyo (1993, 1999, 2007) sobre el contacto en Cataluña, Valencia o las
Islas Baleares. Podemos hacer referencia, por ejemplo, al estudio de 2007 en el que analiza el
contacto de lenguas como factor de retención en los procesos de variación y cambio lingüístico.
El autor presenta datos empíricos de algunas investigaciones variacionistas en torno a dos
variables lingüísticas en una comunidad de habla bilingüe peninsular en la que hay contacto
entre el español y el catalán desde hace siglos. Los resultados a los que llega muestran ciertas
diferencias asociadas al contexto etnolingüístico de los hablantes. Podemos citar también el
estudio de Vila (2015), en el que realiza un estudio demolingüístico sobre el porcentaje de
hablantes de español, de catalán y de francés e inglés que existen en Cataluña, donde el
castellano se sitúa como la lengua socialmente más usada. Alcoba y Martí (2015) estudian la
influencia del catalán en el uso del pretérito perfecto de hablantes cultos de español frente al
uso del pretérito indefinido. El uso del pretérito perfecto para expresar acciones en el pasado es
obligatorio en catalán, pero no en español. Por tanto, estos autores demuestran que los bilingües
suelen exhibir con mayor frecuencia la forma compuesta del verbo cuando hablan español, a
diferencia de lo que ocurre con otras variedades del español. También puede citarse el trabajo
de Poch Olivé (2015) sobre las particularidades fonéticas del español de Cataluña. Este estudio
compendia diversos estudios sobre la interferencia fonética del catalán en el español de
Cataluña para advertir de que no debería hablarse del «castellano de Cataluña», sino más bien
de las variedades del castellano en Cataluña.
Es necesario hacer mención también a algunos estudios que han examinado la situación
de contacto existente entre el español y las lenguas indígenas en Hispanoamérica. El español
ha estado presente y en contacto con diferentes lenguas indígenas desde el momento de la
colonización y ello ha posibilitado la emergencia de ciertas situaciones de contacto lingüístico
en las que el español ha penetrado en las estructuras lingüísticas de las lenguas indígenas y, a
su vez, estas últimas han influenciado al español en el nivel léxico y morfosintáctico. Esta doble
dirección del contacto se correlaciona con la que tenemos en la situación de contacto del inglés
y el español en Estados Unidos. Algunos de los trabajos más representativos en este sentido son
los de Granda (1982, 1994, 1996, 1999, 2001), Calvo (1996, 1997, 2000), Palacios (2000, 2006,
2007, 2008), Escobar (2000), Klee (1989, 1990) o Caravedo y Klee (2012). No en todas las
áreas se ha dado el mismo tipo de contacto, pues, como veremos que ocurre en el caso del inglés
y el español en contacto en Estados Unidos, entran en juego numerosos factores

30
extralingüísticos, como el económico, el demográfico, el político, el religioso, etc. Así, por
ejemplo, es imposible equiparar la situación de bilingüismo histórico de la sierra peruana con
la situación que se da en el Caribe, donde el bilingüismo no llegó a producirse, ya que los
pueblos indígenas desaparecieron en el siglo XVI. En uno de los estudios de Granda (1999) se
realiza una clasificación de las modalidades de transferencia estructural al español desde las
lenguas indígenas, en función de las variables sociológicas y lingüísticas. Las primeras tienen
que ver con el tipo de sociedades indígenas que se vieron afectadas por la colonización
española, que, según el autor, son tres: las de mínima complejidad, extensión territorial y
densidad de población dedicadas a la caza y a la recolección; las de mayor complejidad social,
extensión geográfica y población dedicadas a la agricultura de roza; y las altas sociedades con
gran complejidad social y desarrollo cultural, cuya economía se basa en la agricultura intensiva
y con excedentes económicos. La segunda variable está vinculada a las variedades de
estructuración social que surgen como consecuencia de la colonización y que se desarrollaron
en los territorios hispanos de la América colonial: las áreas centrales, las intermedias y las
periféricas o marginales. La variable lingüística se relaciona con los procesos de trasvase
lingüístico, tales como el préstamo o la sustitución (Thomason y Kaufman, 1988). La
interrelación entre ambas variables sociológicas motiva la aparición de cuatro situaciones
diferentes de contacto, en las que los códigos en contacto se ven afectados por diferentes
procesos lingüísticos.
Otro estudio de Granda (1995) se centra en la influencia léxica que las lenguas
amerindias tienen sobre las variedades de español de dichos territorios. Este autor afirma que
la influencia léxica es diferente a la influencia gramatical, pues esta segunda se da solo en tres
variedades en contacto de español: las que están en contacto con el quechua, con el guaraní y
con las lenguas mayas. Esto lo explica desde una perspectiva histórico-social, pues la ausencia
de influencia gramatical de las lenguas amerindias en el español de dichas zonas de
Hispanoamérica se debe a factores demográficos, que involucran la temprana extinción o
reducción de la población indígena en el territorio, y socioculturales, que hacen referencia a la
hostilidad de los habitantes hacia la integración en la sociedad hispana y hacia la sustitución de
la lengua indígena por el español. Asimismo, la presencia de transferencias gramaticales se debe
a otras dos variables sociológicas: al tipo de sociedad indígena que se vio afectada por la
dominación española y al tipo de organización comunitaria que había en la época colonial. El
estudio de Granda (1995) se correlaciona con la investigación que aquí postulamos, pues, como
veremos, existen diferencias entre las transferencias léxicas y las gramaticales en los periódicos
hispanos.

31
Otro ejemplo claro en el que se producen transferencias interlingüísticas en el nivel
léxico es en el caso del contacto que se produce entre el español y el portugués en la Península
Ibérica. Fernández-Ordóñez (2011) ha descrito y argumentado los numerosos fenómenos
lingüísticos iberorromances que han tenido lugar en la Península Ibérica en el nivel léxico,
fonético y morfosintaxis por el contacto entre el portugués y el español. Históricamente, puede
decirse que la dirección del contagio en los elementos morfosintácticos ha sido de oeste a este
y viceversa; en los cambios fonéticos, de norte a sur; y en el léxico, de ambas maneras,
dependiendo del término. Aunque se trata de un contacto relativamente cohesionado en la
Península Ibérica, es cierto que pueden señalarse zonas en las que se produce un funcionamiento
propio, como es el caso de Andalucía occidental y la mitad sur de Portugal, una zona en la que
han tenido lugar una serie de fenómenos que no se dan en otras zonas hispanas o lusófonas. Por
tanto, puede considerarse que estamos ante la existencia de un Sprachbund caracterizado por
los anteriores elementos. Al igual que ocurre en el caso del contacto entre el inglés y el español
en los periódicos hispanos de Estados Unidos, el léxico es el nivel en el que primero se produce
un trasvase interlingüístico. De esta forma, Fernández-Ordóñez (2011) atestigua un léxico
compartido perteneciente a los campos léxico-semánticos de la agricultura, la ganadería y la
vida rural que no se da en el resto de la Península Ibérica (por ejemplo, borrego en vez de
cordeiro; chivo/chibo en vez de cabrito; o marzorca/maçaroca por espiga). Por su parte, Cintra
(1970) señala que este Sprachbund peninsular también se basa en cuestiones fonéticas y pone
el ejemplo de la producción de la sibilante correspondiente a las grafías /s/ y /ss/. Mientras que
la pronunciación septentrional es ápico-alveolar, la del sur es predorsodental. Asimismo, Lara
Bermejo (2022) atestigua una transferencia interlingüística en el sistema de cortesía, que se
materializa en la elección del pronombre de tratamiento, su concordancia y la mayor tendencia
a la deferencia pragmática, que va en contra de lo que ocurre en el resto de Europa, donde se
tiende a la solidaridad pragmática. Por tanto, vemos que el caso del contacto que se produce
entre el portugués y el español en esta zona sur de la Península comparte características
comunes con la tendencia universal que vemos en toda situación de contacto lingüístico, en la
que el dominio léxico es el primero que se ve afectado y después la morfología y la sintaxis.
Otra situación de contacto es la que se da entre el español y el árabe en la época del al-
Andalus. En este periodo hubo una necesidad de nombrar nuevas realidades de la vida material
que no existían en el acervo lingüístico de los hispanos. Por tanto, se introdujeron numerosos
préstamos léxicos desde el árabe, la lengua fuente, al español, la lengua receptora. Los
elementos del árabe que se transfieren al léxico del español pertenecen a los campos léxico-
semánticos de la arquitectura (adobe, alminar, alféizar, tabique, azulejo), la agricultura

32
(acequia, aljibe, alfalfa, aceite, berenjena, noria, azucena, alubia), la astronomía (cenit, nadir),
las matemáticas (álgebra, algoritmo, cifra, cero), la química (alcohol, alambique, elixir) o la
medicina (jaqueca, jarabe, zaratán) (Fasla, 1998, 1999). Estos campos léxico-semánticos
coinciden con las áreas de la vida que experimentaron una mayor influencia cultural árabe. Por
tanto, también aquí vemos un parangón con lo que ocurre en la situación de contacto que
analizamos, pues también tenemos casos de préstamos culturales que se introducen en el
español por influencia del inglés para nombrar realidades inexistentes en el mundo hispánico,
tal y como se explicará con detenimiento en apartados posteriores.
Todos estos antecedentes teóricos contribuyen a esclarecer el papel que el español toma
en diferentes situaciones de contacto donde constituye una lengua mayoritaria o minoritaria.
Por tanto, en el análisis posterior se verá si en el caso que aquí nos concierne, el contacto inglés-
español en la prensa hispana, esta lengua sigue los mismos patrones universales o, por el
contrario, constituye un caso diferente al resto. Para poder constatarlo o refutarlo, también es
necesario conocer qué sabemos sobre situaciones de contacto en las que las lenguas implicadas
son el inglés y el español.

2.3. El contacto lingüístico entre el inglés y el español


2.3.1. Estados Unidos
La lengua española en Estados Unidos ha sido tratada desde múltiples enfoques. Uno de los
más prolíferos ha sido el del contacto lingüístico, sobre todo en su perspectiva más
variacionista, como los estudios de Lipski (2007, 2008), los de Zentella (1981, 1982, 1985,
2015), los de Otheguy (2005, 2007, 2012) o los de Silva-Corvalán (1982, 1986, 1990, 1993,
1994, 2014). La mayoría de los estudios sobre el contacto lingüístico del inglés y el español en
Estados Unidos se han realizado desde una perspectiva sincrónica y no arrojan datos sobre los
orígenes de ese contacto y sobre su perspectiva histórica, por lo que esta tesis presenta una
investigación novedosa. En este sentido, destaca el volumen editado por Roca y Lipski (1993)
en el que se reúnen diferentes estudios que analizan diferentes fenómenos derivados de la
situación de contacto lingüístico existente en los Estados Unidos entre el inglés y el español.
Fishman, Hidalgo, Pearson y McGee y Coles realizan estudios en los que el tema principal es
el mantenimiento y el cambio lingüístico, la política lingüística y la relación entre la lengua y
la estructura sociopolítica. En el volumen se observa otro grupo de estudios que analizan
fenómenos lingüísticos concretos del español, como los de Gutiérrez y Silva-Corvalán, el de
Otheguy y el de García. Hay otro estudio que analiza fenómenos relacionados con el discurso,

33
como el de Cisneros y Leone (1993: 103-120) y, por último, encontramos los trabajos de
Aparicio, Barnwell y Lipski, que analizan cuestiones pedagógicas en situaciones de contacto
lingüístico.
Así, por ejemplo, podemos señalar el estudio de Coles (1993: 121-134), sobre el
mantenimiento lingüístico del español «isleño» en las instituciones. El autor señala que existen
esfuerzos desde las instituciones de mantener la pequeña cantidad de isleño que queda en St.
Bernard Parish, en Luisiana. A pesar de los esfuerzos de un pequeño grupo de residentes locales,
e incluso cierto apoyo desde el National Park Service, las esperanzas de que se preserve dicha
variedad son pocas. El reciente influjo de hablantes de español de otras zonas dialectales no ha
sido de ayuda por las diferencias lingüísticas y culturales existentes entre los inmigrantes de
otras zonas hispanohablantes y los isleños, que han vivido en la zona desde hace generaciones.
También es interesante la investigación de Gutiérrez y Silva-Corvalán (1993: 79-90), que versa
sobre los clíticos del español en situación de contacto. Estos autores demuestran que, en el
español hablado en Los Ángeles, que se encuentra en una situación de continuo contacto con el
inglés, el sistema del clítico de objeto directo está cambiado, aunque la causa no está siendo el
contacto directo con la estructura del inglés. La dirección del cambio evoluciona hacia la
simplificación, es decir una reducción de los rasgos distintivos superficiales, pero no se están
incorporando los rasgos del inglés. Este hallazgo se encuentra en consonancia con resultados
similares de Silva-Corvalán en otras áreas de la gramática española, que han contribuido a
entender mejor el cambio gramatical en situaciones de contacto lingüístico.
Uno de los estudios más destacados sobre el contacto del inglés y el español en Estados
Unidos lo realiza Silva-Corvalán (1994). Esta autora propone la siguiente hipótesis sobre las
situaciones de contacto lingüístico: los bilingües desarrollan estrategias que tienen el objetivo
de arrojar luz sobre la carga cognitiva de tener que recordar y usar dos sistemas lingüísticos
diferentes y dichas estrategias conducen a cambios en la segunda lengua. Su estudio examina
cuatro estrategias específicas: la simplificación de categorías gramaticales y oposiciones
léxicas, la sobregeneralización de las formas, el desarrollo de las construcciones perifrásticas
para alcanzar regularidad paradigmática o para reemplazar menos morfemas libres
semánticamente transparentes, las transferencias directas o indirectas desde la lengua
superordinada y su correlación con los factores extralingüísticos. Los datos de este estudio
fueron extraídos de hablantes bilingües mexicano-americanos de diferentes generaciones
residentes en un área mayoritariamente hispana de Los Ángeles entre los años 1983 y 1988.
Otro estudio que puede citarse es el de Zentella (2015), en el que se analizan ciertas
consecuencias lingüísticas del contacto inglés-español en el habla de los puertorriqueños en

34
Nueva York. La autora proporciona el contexto sociopolítico existente tras la polémica entre
los críticos del español de Puerto Rico y sus defensores, y además ofrece una discusión sobre
el Spanglish, que ha sido tradicionalmente vinculado a un deterioro de la lengua española
provocado por la influencia del inglés. Con dicha base contextual, la autora realiza un análisis
etnográfico y cuantitativo del habla de niños puertorriqueños de entre seis y doce años criados
en Nueva York. Las conclusiones a las que llega prueban que el cambio de código en los niños
tiene lugar por los siguientes objetivos comunicativos: las muletillas, las peticiones y la
manipulación. Asimismo, determina que los niños más jóvenes hacen gala de una gran habilidad
lingüística para seguir las normas gramaticales del español y del inglés a la vez y que los que
mejor dominan el cambio de código son los que mejor hablan ambas lenguas.
Los estudios sobre el contacto inglés-español en los Estados Unidos citados hasta ahora
se enfocan en la influencia del inglés sobre el español, es decir, en una direccionalidad que va
de la L2 (inglés) a la L1 (español). No obstante, también existen investigaciones enfocadas en
la dirección contraria del contacto: de la L1 (español) a la L2 (inglés). Un ejemplo claro lo
tenemos en el volumen editado por Rodríguez González (1996) sobre los préstamos léxicos del
español en la lengua inglesa. De todos los estudios que se incluyen, podemos destacar la
investigación realizada por Algeo (1996), en la que da cuenta de los préstamos léxicos que se
pueden encontrar en la lengua inglesa hasta el año 1900. Este autor constata que la lengua
española ha sido una influencia importante en el léxico del inglés durante casi quinientos años,
especialmente en la variedad americana. El siglo diecinueve fue el más productivo en la historia
de los préstamos del español al inglés. Casi un 46% de los préstamos que se utilizan en la
actualidad fueron introducidos en el siglo XIX. Este incremento de los préstamos tuvo lugar
por la situación de contacto lingüístico entre el inglés y el español en el Suroeste americano.
Mientras que los préstamos anteriores al siglo XIX provenían de España, los decimonónicos y
posteriores provenían del español americano. La historia de los préstamos del español está
relacionada por tanto con la importancia de la expansión hispana y estadounidense en América.
Los préstamos del español que se introdujeron en el inglés provienen de los siguientes campos
léxico-semánticos: animales (caribe, coyote, lobo, burro), plantas y comida (alfalfa, madroño,
roble, piñón, pimiento), cocina (Cuba libre, gaszpacho, tequila, chorizo, enchilada,
manzanilla), tabaco y drogas (cigarrillo, Havana, perceto, marijuana), enfermedades (dengue,
pinta), humanos (amigo, compadre, Negrito, señorita, simpatico, paisano, muchacho,
muchacha), lugares (Aymara, Filipino, Dominican, Madrileño, Moro, Quechua, Yuma, Yaqui,
gringo), arquitectura, edificios y construcciones (barrio, bodega, cafeteria, pueblo, cantina,
parador, paseo), gobierno (camarilla, caudillo, pronunciamento), ejército (conquistador,

35
guerrilla), crimen y castigo (contrabandista, vigilante), ropa y cosméticos (máscara, serape,
zamarra), meteorología, minerales, topografía (arroyo, caldera, campo, cuesta, canyon,
hornito, playa), viajes (breaker), entretenimiento (corrida, fiesta, flamenco, habanera, pelota,
tango), dinero (boliviano, duro, escudo, dinero, peseta), agricultura (acequia, ejido, silo),
ganadería (aparejo, bolas, gaucho, rancho, vaquero, rodeo), otros artefactos (chicle),
miscelánea (bonanza, caramba, mañana, tilde), etc.
Los estudios aquí expuestos sobre diferentes situaciones de contacto lingüístico inglés-
español en Estados Unidos pueden ser tomados como antecedentes teóricos a la investigación
que proponemos, pues llegan a conclusiones que la mayoría de veces coincide con los estadios
tempranos del contacto que analizamos en esta tesis. Además, la exposición de todos ellos nos
sirve para constatar la necesidad del trabajo que realizamos, pues no existen estudios que hayan
esclarecido los aspectos lingüísticos de la dirección del contacto inglés → español. Veamos
ahora a qué conclusiones se ha llegado en otros trabajos que analizan situaciones de contacto
inglés-español en otros territorios.

2.3.2. Gibraltar
La situación de contacto entre el inglés y el español en Gibraltar ha sido estudiada por autores
como Fernández Martín (2000, 2003), García Caba (2019, en prensa), García Martín (2000),
Kellerman (2001), Levey (2008), Lipski (1986), Moyer (2013) o Said Mohand (2010). El
estudio de Fernández Martín (2000) es muy relevante para la tesis que realizamos, pues en él
se refleja el trasvase léxico del inglés al español que se da en las zonas colindantes del Campo
de Gibraltar, como La Línea, San Roque o Algeciras, es decir, la misma dirección del contacto
que tenemos en el caso de los periódicos hispanos que analizamos. En dicho estudio se
enumeran una gran cantidad de préstamos léxicos que han sido adaptados al sistema fonológico
del español, como los siguientes: mesita de vestir (dressing table), pasar un examen (pass an
exam), tener uindi (to get the wind, tener miedo), darse un uashi (to go for a wash), nitin
(knitting, hacer calceta), rolipó (lollipop, piruleta), carne con bí (corned beef, lata de carne en
conserva), likirbá (liquorice bar, barrita de regaliz), leggings (pantalón ajustado de licra), babi
(vestido que llevan los bebés), yersi (jersey), etc. Los datos que pueden extraerse de esta
situación en el Campo de Gibraltar contribuye a comprender la evolución que sigue el contacto
lingüístico entre ambos idiomas. Fernández Martín (2000) confirma que las «yanitadas» se
castellanizan e incluso se adaptan al sistema fonológico andaluz, pero que siguen siendo casos
de anglicismos léxicos patentes porque se identifican claramente como palabras inglesas ajenas
al sistema lingüístico del español.
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En García Caba (2019, en prensa) y Rivas Zancarrón (2008) se realizan investigaciones
sobre el code-switching escrito de Gibraltar, que se materializa en una columna llamada
Calentita: Gibraltar's National Dish. El telephone conversation de Cynthia y Cloti, incluida en
la revista Panorama. Estas investigaciones se correlacionan con el trabajo llevado en la tesis
por el tipo de medio que se utiliza: en ambos casos coincide que estamos ante un medio escrito,
la prensa. En García Caba (2019) se realizó un análisis de textos publicados en dos periodos
diferentes (1969-1982 y 2016-2017). El objetivo de dicha investigación es determinar cómo en
momentos de mayor convulsión sociopolítica la variedad yanita se utiliza como un instrumento
de difusión de la identidad gibraltareña. En la misma línea, García Caba (en prensa) se centra
en el estudio sociolingüístico de textos de esa misma columna publicados en el periodo de 2014
a 2017. En concreto, se realizaron dos análisis diferentes: uno puramente lingüístico, en el que
se describe el estado del code-switching y el tratamiento que se otorga a la lengua española en
los textos; el segundo, sobre las actitudes lingüísticas que se extrapolan de ese uso del code-
switching y del tratamiento que se da a la lengua española. La conclusión a la que se llega es
que el estatus que se confiere al español actualmente viene dado por la actitud social que los
gibraltareños tienen hacia la nación española en un contexto de convulsión sociopolítica. Por
último, en Rivas Zancarrón (2008) se analizaron las influencias que el dialecto andaluz,
variación del español de las zonas colindantes a Gibraltar, tiene sobre la manifestación escrita
del yanito en los textos de la columna Calentita. Asimismo, el autor también estudió la
viabilidad de dichos documentos como apoyo didáctico en el aprendizaje y en la enseñanza del
inglés y el español.
En el estudio realizado por Lipski (1986) se afirma que el español no es una lengua de
un grupo oprimido, tal y como sí ocurre en ciertas zonas de Estados Unidos, pues se constata
que los gibraltareños descienden de británicos y españoles emigrados a Gibraltar por voluntad
propia. Tal y como se verá posteriormente, estos postulados no coinciden con los datos
obtenidos del análisis llevado a cabo en esta tesis. Otra similitud que este autor encuentra entre
ambas situaciones de contacto es el paralelismo entre el bilingüismo gibraltareño y el
anglohispánico estadounidense. En ambas situaciones, es cierto que el inglés es el idioma oficial
y de mayor prestigio y también es verdad que el bilingüismo da lugar a los mismos tipos de
fenómenos, como el code-switching, los calcos semánticos o los préstamos léxicos. Lipski
(1986) señala que la diferencia se encuentra en el hecho de que los gibraltareños hablan el inglés
y el español por voluntad propia en vez de por coacción y que prefieren, en palabras del propio
autor, «el más difícil camino de la comunicación en inglés por razones enteramente
extralingüísticas» (1986: 426).

37
Autores como Kellerman (2001: 91-93) o Levey (2008: 58) constatan que en las últimas
décadas se aprecia un incremento del uso del inglés en situaciones inter-parentales entre los
jóvenes gibraltareños, sobre todo entre los preadolescentes (9-12 años) masculinos, por motivos
de prestigio social y lingüístico. Estos mismos autores establecen un patrón diacrónico que
condensa la situación lingüística de Gibraltar. A comienzos del siglo XX, la lengua vehicular
de las primeras generaciones era claramente el español y el conocimiento del inglés era muy
reducido, pero la imposición del inglés en el nivel oficial fue lo suficientemente rápida como
para que las segundas generaciones lo tuvieran como lengua vehicular una variedad de code-
switching entre el inglés y el español, es decir, el yanito. El conocimiento de inglés de las
terceras generaciones es mucho más alto y en la comunicación entre iguales suele ser en inglés.
Por tanto, el inglés pasa de ser una lengua formal a una lengua vehicular en la comunicación
informal entre los gibraltareños. En la última etapa de este patrón diacrónico, es decir, las
cuartas generaciones, se observa una tendencia general al uso del inglés sobre el español y el
yanito. Esto es particularmente visible en el ámbito doméstico. Esta situación se acelera por la
presión política y sociológica y por una mayor exposición al inglés. Por tanto, estos autores no
dudan en afirmar que el inglés se está convirtiendo en la primera lengua de los gibraltareños,
una situación lingüística que da lugar a una nueva variedad de inglés, que Levey (2008)
denomina Gibraltarian English. Por último, puede citarse el estudio de Said-Mohand (2010),
que sigue la misma línea que los trabajos de Levey y Kellerman. En concreto, establece que los
jóvenes gibraltareños tienen actitudes positivas ante el fenómeno del bilingüismo entre ambas
lenguas, pero no las tienen tanto al hecho de que el español pueda sustituir al inglés.
En definitiva, el caso de la situación de contacto de Gibraltar contribuye a entender
cómo los factores extralingüísticos motivan el estatus que una lengua como el español puede
tener en un territorio. Por supuesto, al ser la dirección del contacto la misma que en el caso que
investigamos (inglés →español), se pueden establecer correlaciones en el trasvase léxico y
gramatical que se dan en ambas situaciones.

2.3.3. Puerto Rico


En relación con la situación de contacto lingüístico que se da en Puerto Rico entre ambas
lenguas, podemos citar los estudios realizados por Nash (1971, 2015) sobre el Spanglish y el
englañol. Este autor determina que la influencia en este caso sería la del sustrato y estaríamos
ante una situación de contacto por imposición, en la que las transferencias léxicas son
minoritarias y las sintácticas, mayoritarias. Esta última variedad lingüística es tan vital como el
Spanglish en el plano económico y cultural de la isla. El perfil de los hablantes de englañol se
38
corresponde con el de una persona adulta, educada y bilingüe, cuya primera lengua es el español
y que ha residido en la isla casi toda su vida. Ha estudiado inglés en la escuela durante al menos
doce años y lo usa con frecuencia en su vida diaria, por lo que suele tener fluidez en dicho
idioma. En el nivel léxico, el englañol incorpora préstamos del español que son falsos cognados,
traducciones literales de expresiones idiomáticas o palabras acuñadas de términos ingleses,
como, por ejemplo: She was molested (molesta, annoyed), My skin is very sensible (sensible,
sensitive), I like to use (usar, wear) pants, etc. La dirección de la incorporación de falsos
cognados es doble, por lo que ocurre tanto en Spanglish como en englañol. Las diferencias más
salientes entre el Spanglish y el englañol se encuentran en el cambio de código en el léxico. Por
ejemplo, se observan casos de oraciones que comienzan en español pero que incluyen luego
palabras en inglés que son más familiares para los hablantes:

Se solicitan 2 clerk typists. (classified advertisement)


2 huevos plain. (menu listing)
Abierto 24 hours. (sign on a coffee shop) (citado en Nash, 1970: 107)

También se da el caso contrario, oraciones que comienzan en inglés y cambian al español:

Make big dinero.


He has that special manera de ser. (citado en Nash, 1970: 107)

En el nivel morfosintáctico, se produce la transferencia de las categorías flexivas, el


orden de palabras y los patrones de uso. Uno de las diferencias más obvias sobre la flexión entre
el Standard English y el englañol la tenemos en los nombres compuestos derivados de
construcciones que contienen un sustantivo plural que cambia a compuesto por la posición de
sustantivo modificador que en otros casos la ocupa un adjetivo, como, por ejemplo, en a pie
made of cherries: cherry pie, que, en la lógica del español nos referimos a una tarta que está
hecha de tan solo una cereza. En el englañol la flexión del plural se retiene y esto da lugar a
construcciones como cherries pie (pastel de cerezas), salads dressing (salsa para ensaladas),
mushrooms gravy (salsa de hongos), customers parking (parking para clientes), garbages area
(area de desperdicios), children discipline (disciplina de los niños), etc. También hay
construcciones que son inusuales en el Standard English, como systems analysis, earnings
history, operations manager, sales department, innovations committee, etc. Otro caso de
transferencia morfosintáctica la encontramos en el uso del artículo definido tal y como ocurre

39
en español: «I hope this has the acceptance (la aceptación) from all of you; The French (el
francés) is a beautiful language», etc. En el orden de palabras también se produce la
transferencia interlingüística del español, por lo que tenemos casos en los que la posición del
adverbio y de sintagmas adverbiales en oraciones que contienen verbos transitivos y objetos
directos. En español, los modificadores verbales se encuentran entre los verbos y los objetos
directos, mientras que en inglés se colocan delante del verbo o después del objeto directo. Así
que el englañol toma la estructura del español, dando lugar a ejemplos como «This affects
directly my work (Esto afecta directamente mi trabajo)».
En definitiva, vemos que los préstamos léxicos que se introducen en el Spanglish y en
el englañol no experimentan ningún tipo de adaptación fonológica o morfológica, sino que son
importados en el Spanglish y en el englañol como sus modelos en inglés o en español. El caso
de la situación de contacto lingüístico en Puerto Rico presenta muchas similitudes con el que
se da en Estados Unidos, pues en ambos casos estamos ante una doble dirección en el contacto.
Por tanto, los estudios aquí presentados constituyen un antecedente relevante para constatar
algunas de las hipótesis y de los objetivos que aquí se plantean.

2.3.4. Filipinas, Guam y las islas Marianas del Norte


El caso del contacto lingüístico en Filipinas, Guam y las islas Marianas del Norte ha sido
tratado por autores como Argüelles (1964), Lipski (2001, 2004), Albalá y Rodríguez Ponga
(1986), Munteanu (2003), Otero (2005) o Molina Martos (2006). Por ejemplo, el estudio de
Lipski (2004) analiza las ambigüedades lingüísticas existentes entre el español y el chabacano
en Filipinas. Este autor determina que las variedades hispano-criollas, es decir, el chabacano,
se diferencian bastante del español y están dotadas de estructuras gramaticales propias. Este
trabajo de Lipski analiza precisamente cómo las referencias históricas sobre la existencia de
dialectos chabacanos y sus entornos sociolingüísticos motivaron la aparición de una
terminología ambigua y un reconocimiento ambiguo entre los propios hablantes de chabacano.
Otro estudio destacado es el que realiza Molina Martos (2006) sobre los aspectos
sociolingüísticos del español en estos territorios. Molina Martos ofrece una exhaustiva
descripción sobre la presencia española y su evolución en estos territorios. En la mayoría de
estas áreas del Pacífico, el español se conserva de forma residual o vestigial, pues su presencia
casi se reduce a los antropónimos y topónimos hispánicos. En Filipinas y en las islas Marianas
la huella del dominio español fue más prolongada. Sin embargo, no consiguió imponerse como
lengua nacional ni como lengua vehicular. En definitiva, los estudios existentes sobre la
situación lingüística de estos territorios del Pacífico constituyen ejemplos prácticos sobre cómo
40
se produce la diglosia en un territorio. Asimismo, proporcionan una valiosa evidencia sobre la
política y la planificación lingüísticas llevadas a cabo en territorios multilingües.

2.4.El inglés como lengua de contacto en la prensa


El último apartado de la sección de antecedentes teóricos sobre contacto lingüístico está
dedicado a tratar la cuestión específica del inglés como lengua de influencia en la prensa. La
aparición de este medio, la prensa escrita, en el siglo XVIII contribuyó a que el trasvase
interlingüístico entre lenguas se extendiera con una mayor rapidez y facilidad, no solo en la
prensa hispana, sino también en otras como la italiana, donde se registra una influencia anglófila
muy elevada, tal y como confirman los estudios de Carrera Díaz (2000) y de Demata (2014),
en los que se concluye que el uso masivo de anglicismos en la prensa italiana es un fenómeno
único en el contexto europeo y que su preferencia de uso se debe a una mera cuestión de
prestigio. En el ámbito hispánico, la incorporación de préstamos lingüísticos del inglés en el
español actual ha sido ampliamente estudiada, tanto en el español peninsular, con trabajos como
los de Gimeno y Gimeno (1991), Pratt (1980), Lorenzo (1987, 1996), Gómez Capuz (1997,
1998, 2000, 2004 y 2005) y Rodríguez González (1999, 2008); como en el español en América,
con estudios como los de Alfaro (1948), Lope Blanch (1977), López Morales (1987), Giralt
Latorre (1991), Moreno de Alba (1992), Haensch (2005) o Gerding et al. (2012). Todos estos
estudios se realizan desde una perspectiva sincrónica; sin embargo, las investigaciones
históricas de los préstamos del inglés son mucho más reducidas y tan solo podemos citar los
trabajos de Fernández García (1972), Vázquez (2011, 2012), Vázquez y Lario (2014) y Vázquez
Amador (2014, 2015).
En cuanto a las investigaciones históricas sobre la presencia del inglés en la prensa, se
encuentran los trabajos de Vázquez Amador (2014, 2015), en los que se presentan los resultados
de dos estudios descriptivos sobre los anglicismos en la lengua española patentes en un corpus
de textos periodísticos publicados en el siglo XIX en España (el trabajo de 2014) y en México
(el trabajo de 2015). Por una parte, en el de 2014 la autora realiza un trabajo meramente
descriptivo sobre el tipo de anglicismo recurrente en la prensa española de la primera mitad del
siglo XIX. En concreto analiza la tipología formal, las áreas temáticas en las que se incluyen,
su frecuencia de aparición y el grado de admisión de dichos anglicismos en el diccionario de la
RAE. Por otra parte, el trabajo de 2015 recoge la influencia del inglés en la prensa mexicana
durante el siglo XIX y expone la evolución de los anglicismos a nivel formal y semántico para
esclarecer si estos permanecieron y se adaptaron a la lengua española.

41
La escasez de trabajos sobre la presencia histórica de préstamos del inglés en la prensa
en español acentúa el interés y la novedad que supone la realización de esta tesis doctoral, pues
contribuye a arrojar luz sobre la configuración histórica de un fenómeno de gran actualidad en
la literatura científica sobre el contacto lingüístico.

2.5.Los estudios de actitudes lingüísticas en la tradición anglosajona


Los estudios sobre actitudes lingüísticas surgen a partir de finales de la década de 1960 con los
trabajos de Labov (1966) y Lambert, et al. (1960), aunque es cierto que pueden encontrarse
antecedentes muy tempranos, como el de Pear en 1931. Lambert fue quien introdujo el
«paradigma de evaluación de hablantes (speaker evaluation paradigm)» al marco de los
estudios de las actitudes para investigar las percepciones que los francófonos y anglófonos de
Montreal tenían los unos respecto a los otros. Asimismo, Lambert et al. (1960) introducen la
técnica del matched-guised, que es una de las más extendidas y populares en los estudios sobre
actitudes lingüísticas. El desarrollo de esta técnica sentó la preferencia por las aproximaciones
indirectas y por las categorías evaluativas del estatus y la solidaridad. El diseño metodológico
de este tipo de estudios está orientado a ocultar a los sujetos el objeto lingüístico por el que se les
pregunta. Se intenta, de esta manera, llegar al nivel «subconsciente» de las opiniones y valoraciones.
Ejemplos en los que se aplica esta técnica a un caso práctico lo vemos precisamente en el estudio
de Lambert et al. (1960), en el que el matched guised lo aplican en comunidades interétnicas
en Estados Unidos, Israel y Filipinas, o el de Haddock (2004)1.
Además de la aproximación metodológica de Lambert para el estudio de las actitudes,
se distinguen otras aproximaciones que analizan el lenguaje de forma directa y desde la
perspectiva del tratamiento social (Garrett, 2010). En los estudios que utilizan una metodología
directa se pregunta abiertamente a los sujetos lo que piensan sobre fenómenos lingüísticos,
normalmente a través de cuestionarios. Garrett, Coupland y Williams (2003) utilizaron
programas integrales de investigación en los que combinaban técnicas directas e indirectas con
el fin de llegar a comprender la complejidad que entrañan las actitudes lingüísticas de los
hablantes. Las metodologías directas han ido ganando popularidad a partir de la década de 1990
porque se descubrió que permitían obtener una información mucho más valiosa desde el punto
de vista cualitativo. En este sentido, Niedzielski y Preston (2003) desarrollan una aproximación
teórica y metodológica conocida como «lingüística popular» que tiene el objetivo de describir
los modelos culturales que los individuos no versados en cuestiones lingüísticas tienen sobre el

1
Gilles y Billings (2004) recopilan los estudios sobre actitudes que se han venido realizando en las últimas cuatro
décadas.

42
lenguaje. De esta forma, dichos autores consideraron que recurrir a una articulación consciente
y explícita de las actitudes de los hablantes era un imperativo para la consecución de
conclusiones certeras sobre las actitudes lingüísticas. Los estudios de tratamiento social
(también llamados análisis de contenido) tienen el objetivo de describir el tratamiento que se
otorga a las lenguas y a sus hablantes en diferentes aspectos sociales, tales como el discurso
público. Suelen emplear técnicas de tipo etnográfico, como la observación de los participantes
o el análisis crítico del discurso.
Por otra parte, se han realizado otro tipo de estudios sobre actitudes que versan
específicamente sobre la valoración de las variedades lingüísticas. En este sentido, podemos
destacar el trabajo de Edwards (2011), que realiza en torno a dos grandes dimensiones
valorativas: el estatus y la solidaridad. Por un lado, el estatus se encuentra estrechamente
relacionado con conceptos como la «corrección», que constituye un aspecto central en culturas
lingüísticas como la norteamericana (Preston, 2002) o la hispánica (Coseriu, 1990) y que se
vincula además con la dimensión cognitiva de las actitudes (creencias, ideologías lingüísticas,
etc.). La relevancia que tiene este aspecto para la tesis que desarrollamos es fundamental, pues
en situaciones en las que hay dos o más lenguas en contacto suelen surgir actitudes que giran
en torno a la corrección y el purismo lingüístico en el uso de una de las lenguas. Por otro lado,
la solidaridad puede relacionarse con conceptos como el del agrado. Asimismo, existen
numerosos trabajos que identifican y agrupan dimensiones valorativas recurrentes. Por ejemplo,
Zahn y Hopper (1985) han estudiado tres macrodimensiones valorativas del lenguaje: la
«superioridad», que hace referencia a aspectos como la educación o la riqueza, el «atractivo
social», que incide en conceptos como la amigabilidad o la honestidad» y el «dinamismo», que
se vincula a aspectos como la energía o el entusiasmo. Edwards (2011) también añade otras
macrodimensiones, como la «competencia» (inteligencia), la «integridad personal»
(confiabilidad), o el «atractivo social» (amigabilidad o sentido del humor). Recientemente, se
han realizado ciertas investigaciones que concluyen que pueden establecerse simplemente dos
grandes categorías: el «estatus social», que equivaldría a la competencia, y la «solidaridad»,
que unifica la integridad y el atractivo social. Ambas macrodimensiones son cruciales para
comprender las distintas valoraciones que reciben ciertas variedades lingüísticas. En el mismo
estudio de Edwards (2011) se dirime que usualmente las variedades que son valoradas
positivamente en la dimensión del estatus, como la Received Pronunciation del inglés británico,
reciben una evaluación negativa en la dimensión de la solidaridad. Sin embargo, las variedades
que son peor valoradas en la dimensión del estatus, como los dialectos no estándares, reciben
una evaluación positiva en la dimensión de la solidaridad. Este patrón se aplica a los hablantes

43
de todo tipo de variedades lingüísticas (estándares o no). De hecho, la valoración positiva del
estándar y la negativa del resto de variedades se da con mayor frecuencia en los hablantes de
variedades no estándares. A este respecto, Lambert, Hodgson, Gardner y Fillenbaum (1960)
denominaron esta tendencia como la «reacción de grupo minoritario», pues estas minorías
adoptaban percepciones y estereotipos sobre ellos mismos surgidas dentro de los grupos
mayoritarios.
Normalmente se piensa que el prestigio se otorga a las variedades estándares. No
obstante, esta relación no tiene por qué darse siempre, pues se observan casos en los que los
rasgos lingüísticos estigmatizados o propios de los grupos de clases bajas constituyen símbolos
de identidad de dichos grupos (Edwards, 2011). Este hecho puede explicarse a través de la
distinción entre «prestigio manifiesto» y «prestigio encubierto». El primero hace referencia a
la valoración positiva que se otorga a ciertas formas o variedades lingüísticas en consonancia
con el estatus que tienen dentro del ámbito institucional como las normas válidas para todos los
hablantes. El segundo se corresponde con la valoración positiva de ciertos rasgos o variedades
pertenecientes a los grupos minoritarios y se relaciona con la formación de identidades locales
y con la solidaridad intragrupal (Wolfram, 1998). Esta dicotomía es también muy importante
en el caso concreto del contacto entre el inglés y el español de la prensa hispana de Estados
Unidos, pues en el discurso de los hispanohablantes del Suroeste y de Nueva York se encuentran
valoraciones lingüísticas que inciden precisamente en el prestigio encubierto del español como
símbolo de identidad.
Edwards y Jacobsen (1987) realizan un estudio en el que afirman que las variedades
estándares regionales, como el inglés de Nueva Escocia en Canadá, suelen recibir valoraciones
positivas en ambos tipos de dimensiones, porque son a la vez estándares y regionales. Por tanto,
pueden recibir incluso una mejor valoración que los estándares suprarregionales. En este
sentido, puede hablarse tanto del «poder de las variedades estándares», relacionado con el
estatus socioeconómico, el poder y el uso mediático, que son bien valoradas incluso por
hablantes de variedades no estándares, como del «poder de las variedades no estándares», que
constituyen jerarquías en consonancia con su grado de cercanía al estándar, tal y como lo hacen
Gilles y Billings (2004).
Por último, es necesario hacer referencia a los conceptos de lealtad y deslealtad
lingüística, pues se encuentran vinculados a muchas de las cuestiones tratadas en la tesis a nivel
actitudinal. En este sentido, podemos hacer referencia a los estudios de autores como Bickerton
(1975), Fishman et al. (1986), Gumperz (1976), Le Page (1968), Milroy y Margrain (1980) o
Silverman y Rusell (1977). Por ejemplo, en el estudio de Fishman et al. (1986) se realiza una

44
investigación sobre la lealtad lingüística y el cambio lingüístico en grupos de inmigrantes de
habla no inglesa en Estados Unidos.
En definitiva, los estudios aquí recogidos sirven de precedente en el ámbito de las
actitudes lingüísticas hacia lenguas como el inglés. En dichas investigaciones se utilizan
conceptos como el de prestigio manifiesto o encubierto, lealtad y deslealtad lingüística o la
corrección lingüística, que son pilares básicos para la reconstrucción de las creencias y actitudes
sobre el español y el inglés patentes en el corpus de textos periodísticos que utilizamos.

2.6.Los estudios de actitudes lingüísticas en la tradición hispánica


Las investigaciones sobre actitudes lingüísticas en la tradición hispánica aún no se encuentran,
ni en cantidad ni en profundidad, al nivel de la realizada en los ámbitos angloparlante y
francófono (Garret, 2010). No obstante, en los últimos años se han venido desarrollando
estudios de referencia en el ámbito de lo hispano que se centran, sobre todo, en las actitudes
que se dan en hablantes de comunidades en las que hay una situación de lenguas en contacto.
Así, nos encontramos con investigaciones que analizan las actitudes hacia el asturiano o el bable
(De Andrés y Álvarez, 2001; López Morales, 2001), hacia el gallego (Rojo, 1979; Fernández
Paz, 2001) o hacia el catalán y el valenciano (Blas Arroyo, 1994, 1995, 2011)2. De este último
autor podemos destacar, por ejemplo, el estudio de 1994, en el que examina las actitudes
sociolingüísticas patentes en una comunidad de habla valenciana en la que se observa una alta
proporción de hablantes de castellano y de catalán. Los datos empíricos obtenidos demuestran
que existe una progresiva dignificación del valenciano en la actitud de los hablantes, sobre todo
cuando se comparan estos resultados con los obtenidos en estudios anteriores. Sin embargo, se
observa una estrecha relación entre el progreso social y cultural y el castellano, sobre todo entre
las clases socioeconómicas y culturales más altas de la sociedad y en los hablantes monolingües
de castellano. Estos factores provocan que la normalización del catalán sea mucho más lenta en
dicha región, un hecho que constituye un patrón sociolingüístico diferente al que se observa en
Cataluña.
Otro trabajo de Blas Arroyo que puede mencionarse es el de 2011, en el que investiga
las actitudes lingüísticas existentes en la comarca de Els Ports en Castellón a través de la técnica
del matched-guised. Los resultados obtenidos confirman que el valenciano y el español

2
Es precisamente este autor (Blas Arroyo, 1999) quien recopila en un ensayo bibliográfico las principales líneas
de investigación que se han seguido en el ámbito de la sociolingüística hispánica sobre el tema de las actitudes
lingüísticas. En dicho ensayo se sintetizan los distintos aspectos que se asocian al estudio de las actitudes, que se
relacionan con la metodología utilizada (el matched-guised, los cuestionarios, etc.) y con la evaluación de las
principales correlaciones observadas en la bibliografía con variables como el sexo, la edad, la clase social, etc.

45
conviven en una situación diglósica, en la que el valenciano recibe valores instrumentales
inferiores al español. No obstante, se observan ciertos factores sociales, tales como la edad, el
sexo y el estrato social, que corroboran la existencia de un mayor dinamismo y unas actitudes
más positivas hacia el valenciano entre las mujeres y los jóvenes, tal y como ocurre en el caso
de las valoraciones que los hablantes más jóvenes y las mujeres tienen hacia el inglés en las
comunidades del suroeste de Estados Unidos. Estos resultados coinciden con los de estudios
anteriores, en los que se habían utilizado otras técnicas directas, como el cuestionario
sociolingüístico (González Martínez, 2010).
También se han realizado investigaciones en las que se exploran las actitudes
lingüísticas de hispanohablantes peninsulares hacia su propia lengua materna. Por ejemplo, hay
estudios que tratan sobre las actitudes lingüísticas y la conciencia lingüística en hablantes
andaluces, como el de Martínez y Moya (2000), el de Narbona (2003) o el Hofseth (2012). En
el último de los mencionados se estudió la conciencia lingüística de los granadinos. Los
resultados obtenidos sugieren la existencia de una fuerte identificación del dialecto de los
granadinos como un símbolo de su identidad. Por tanto, el acento funciona como un factor
unificador, aunque en ocasiones se observan connotaciones despectivas: los hablantes
encuestados mostraron actitudes bastante negativas hacia su propia pronunciación, porque no
era igual al estándar. Por tanto, de la investigación de Hofseth (2012) se concluye que el
estereotipo «los andaluces hablan mal» se encuentra presente en la conciencia lingüística de los
granadinos, y no sólo se da de cara al resto de España. El hallazgo de este estudio se correlaciona
con la valoración que el español recibe como símbolo identitario para las comunidades
hispanohablantes de Estados Unidos. Por otra parte, las actitudes lingüísticas que los hablantes
canarios tienen hacia su propia forma de hablar también han sido exploradas en investigaciones
como la de Morín Rodríguez (1993) o la de Johannessen-Toft (2007). También destaca el
estudio de Díaz-Campos y Navarro-Galisteo (2009), en la que se encuesta a veinte españoles y
a treinta venezolanos sobre la percepción que tienen sobre algunos dialectos hispánicos
originarios de España, Chile, Argentina, Colombia, Costa Rica y México.
Moreno Fernández y Moreno Fernández (2004) realizan un estudio en el que examina
los diferentes elementos afectivos que existen hacia las variedades regionales del español
peninsular. Los datos fueron extraídos de un grupo de informantes madrileños y sobre la base
de variables sociales. Su trabajo constituye la primera investigación realizada sobre las actitudes
hacia las variedades regionales, en el que se toman en consideración factores como la
percepción sobre el lenguaje, el dialecto, y la diversidad de acentos (Hernández Campoy y
Conde-Silvestre, 2005: 135). Estas últimas consideraciones pueden vincularse a ciertos

46
aspectos del discurso metalingüístico de algunos de los periódicos españoles que analizamos
posteriormente, como El Progreso (Nueva York, 1884-1885).
También se han realizado estudios sobre las actitudes lingüísticas hacia las variedades
del español en Hispanoamérica. Entre los numerosos estudios que podemos encontrar, destaca
especialmente el monográfico editado por Chiquito y Quesada Pacheco (2014) en el que se
reúnen trabajos sobre las actitudes lingüísticas de los hispanohablantes hacia el español y sus
diferentes variantes. Los estudios se llevaron a cabo en veinte países hispanohablantes entre
2009 y 2012: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador,
España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Puerto Rico, República
Dominicana, Uruguay y Venezuela. Se utilizó la técnica de cuestionario común de entrevistas,
con el fin de poder realizar una comparación entre todos los países. Los resultados obtenidos, a
grandes rasgos, los detallamos a continuación. En primer lugar, se pudo constatar que, a pesar
de las variaciones dialectales y sociolectales, los entrevistados sienten que hablan el mismo
idioma, por lo que existe una conciencia de unidad lingüística y cultural. En segundo lugar, se
demostró la existencia de una creciente autoestima lingüística en gran parte de los países
hispanohablantes, pues en casi todos se prefería la propia variante nacional en los medios de
comunicación y en la educación. Finalmente, los informantes guardaban respeto por las otras
variantes de la lengua española como símbolos de identidad nacional. Esto coincide
parcialmente con las creencias y las actitudes que encontramos en la prensa hispana de Estados
Unidos, pues, se observa una dicotomía entre el prestigio encubierto que recibe el español y el
prestigio manifiesto que recibe el inglés como lengua vinculada al progreso socioeconómico en
Estados Unidos. Repasaremos a continuación algunas de las investigaciones realizadas en el
volumen de Chiquito y Quesada Pacheco (2014).
Por ejemplo, Bernal, Munévar y Barajas (2014) analizan las actitudes lingüísticas que
diferentes hispanohablantes nativos de Bogotá tienen hacia el español de Colombia y hacia el
que se da en otros países hispanohablantes. Los datos fueron tomados a través de entrevistas
realizadas a cuatrocientas personas en Bogotá, teniendo en cuenta las variables sociales de edad,
sexo y nivel socioeconómico. Los resultados obtenidos confirman que se otorga un alto
prestigio al habla de la capital y que las hablas de la costa del Caribe y la región nariñense en
el sur del país se encuentran peor consideradas. Asimismo, los informantes poseían una alta
autoestima lingüística, pues consideraban que el habla colombiana era un elemento esencial en
la identidad nacional y le otorgaban una corrección lingüística superior al del español en
España, México o Argentina. Por su parte, Llull y Pinardi (2014) centran su investigación en
las actitudes lingüísticas de hablantes argentinos hacia su propia variedad y hacia la de otros

47
países hispanohablantes. Los datos fueron tomados en Buenos Aires, a través de entrevistas a
cuatrocientos informantes, teniendo en cuenta las variables sociales anteriormente
mencionadas. Los resultados obtenidos arrojan interés en relación a la mayoría de los tópicos
analizados y sobre todo en lo relacionado con aspectos como la valoración positiva de la propia
variedad lingüística. Asimismo, también se observó cierta resistencia a identificar España como
la única fuente de la norma lingüística de la lengua española, por lo que, consecuentemente,
había cierto rechazo hacia la unificación de la lengua y, por el contrario, un mayor apego a la
defensa de la diversidad lingüística como portadora de riqueza cultural. Estas dos posturas
también se encuentran en el discurso de la prensa hispana en Estados Unidos, por lo que en ese
sentido puede establecerse un parangón en las actitudes que encontramos en ambas situaciones.
Por último, destacamos el estudio de Morett (2014) sobre las actitudes lingüísticas de
hablantes en Ciudad de México. Su análisis, en el que se entrevistó a cuatrocientos informantes
teniendo en cuenta las variables sociales, denota la existencia de factores lingüísticos y
extralingüísticos que derivan en percepciones cognitivas y actitudes afectivas de orgullo,
aceptación, rechazo y estigmatización. Especialmente, se prestó atención a las creencias
relacionadas con la corrección lingüísticas y al papel que los medios de comunicación tienen
en la difusión de estereotipos. Los resultados obtenidos concuerdan con los de investigaciones
precedentes: las variantes española y mexicana fueron las consideradas más prestigiosas. No
obstante, en varias ocasiones se registró una mayor autoestima lingüística y también una
creciente conciencia y aceptación hacia la diversidad intralingüística y cultural, sobre todo hacia
las hablas de otros países hispanohablantes. Por tanto, Morett (2014) llega a la conclusión de
que las creencias sobre los grupos sociales constituyen la base de las actitudes lingüísticas, por
encima de criterios internos del lenguaje. El estudio de Morett (2014) también constituye un
antecedente relevante para la investigación que desarrollamos, pues se confirma el peso que los
factores extralingüísticos tienen en las percepciones sociocognitivas sobre la lengua, tales como
el orgullo, la aceptación, el rechazo y la estigmatización lingüísticos.
En suma, la compilación de todos estos estudios sirve de marco referencial para entender
los factores sociolingüísticos que contribuyen a comprender las actitudes y las creencias que
los hablantes tienen hacia su lengua nativa o hacia otra lengua, unos factores que por supuesto
serán de gran importancia para el correcto desarrollo del análisis de las actitudes encontradas
hacia el inglés y el español en nuestro corpus de trabajo.

48
2.7. Las actitudes lingüísticas en la prensa en español: antecedentes
Los estudios sobre actitudes lingüísticas no solo se han aplicado al ámbito de la oralidad, sino
que también encontramos numerosos trabajos que versan sobre las actitudes que pueden
encontrarse en continentes escritos, como puede ser la prensa o el género epistolar. En este
sentido, podemos destacar las investigaciones de Rivas Zancarrón sobre las actitudes explícitas
e implícitas sobre el español en la prensa de diferentes países hispanohablantes en los siglos
XVIII y XIX. De esta forma, en Rivas Zancarrón (2017) se expone la importancia de revisar
las opiniones que los gramáticos del siglo XIX tenían sobre la lengua española con el fin de
determinar su influencia sobre el cambio lingüístico. Para ello, es necesario también tener en
cuenta la opinión que la sociedad tenía respecto de los gramáticos y la Real Academia Española,
así como el papel que desempeñaban en la elaboración de manuales escolares y académicos.
También en Rivas Zancarrón (2018a) se compila una serie de opiniones presentes en los
espacios de opinión pública publicados en los siglos XVIII y XIX con el objetivo de determinar
la influencia del cuerpo académico sobre el proceso de normalización ortográfica y cuál es el
impacto de sus normas sobre las diferentes formas de escritura de los impresores, la prensa y la
escritura manual. Desde el punto de vista metodológico, en este trabajo se identifican diferentes
tradiciones discursivas para poder observar los límites y el alcance de la aceptación o el rechazo
de estas nuevas normas y, de esta forma, poder alcanzar conclusiones certeras sobre las
diferentes actitudes lingüísticas que había hacia el sistema gráfico. En este estudio se analizan
las opiniones de gramáticos, escritores y personas no especializadas para poder aproximarse a
los posibles cambios lingüísticos concernientes al sistema gráfico de expresión.
La tradición discursiva periodística resulta crucial en la caracterización de un estado de
la lengua específico, por lo que es posible determinar cuáles son los rasgos orales de un texto
escrito en una época concreta. En este sentido, las cuestiones gráficas deben examinarse con
cautela en el momento de valorar posibles cambios lingüísticos, por lo que el uso de diversos
mecanismos tipográficos de resalte, como la cursiva, la negrita o las versalitas, puede contribuir
a esclarecer actitudes lingüísticas implícitas que se ponen de manifiesto por dichos instrumentos
formales que operan sobre las letras. De esta forma, el autor de un editorial o de un artículo de
información podía utilizar estos resaltes para advertir su actitud hacia la realidad lingüística
expresada. Además, el uso del resalte revela en muchas ocasiones manifestaciones que se
conciben como no normativas o rechazos explícitos de expresiones que transgreden la pureza
del idioma. Teniendo en cuenta estas consideraciones, en Rivas Zancarrón (2018b) se analiza
cómo dichos resaltes tipográficos revelan ciertas actitudes hacia realidades concretas de la
lengua en la prensa costarricense del siglo XIX con dos objetivos principales: identificar los

49
modismos y los americanismos costarricenses y centroamericanos y esclarecer las actitudes
lingüísticas del hablante-escritor de dicha época. Las conclusiones extraídas del análisis dan
cuenta de que las actitudes presentes están determinadas por cuestiones extralingüísticas, tales
como la relación entre escritor/componedor, los condicionantes socioculturales que giran en
torno al escrito, el lugar y el momento de la composición, el género y el subgénero del texto
analizado o las repercusiones que las obras lexicográficas y gramaticales de la época tenían
sobre el texto analizado. Asimismo, en Rivas Zancarrón (2019b) también se expone el enorme
potencial descriptivo que los resaltes tipográficos tienen para el análisis de las actitudes
lingüísticas extraídas de las manifestaciones explícitas de la prensa española de los siglos XVIII
y XIX.
En Rivas Zancarrón (2019a) se pone a debate la necesidad de recurrir al concepto de
«tradiciones discursivas» para poder extraer conclusiones certeras sobre las valoraciones que
los hablantes de los siglos XVIII y XIX emitían sobre la lengua de forma implícita o explícita
en un amplio corpus de cartas de América y España. Las conclusiones extraídas contribuyen a
esclarecer la forma en la que la oralidad se refleja en la escritura, a entender la evolución de la
grafía y a cómo aproximarse hacia una caracterización de los cambios lingüísticos acontecidos
en la forma de escribir el español. Por último, en Rivas Zancarrón (2020) se analiza la evolución
gráfica de la prensa costarricense del siglo XIX en parangón con los manuscritos encontrados
en los archivos de Gobernación del mismo periodo y en el mismo espacio geográfico con el fin
de obtener las manifestaciones actitudinales y creenciales existentes en torno al sistema gráfico
de la lengua en un periodo determinado y en una diatopía concreta.
Por último, en García Caba (2020a) se ofrece una aproximación sobre el procedimiento
metodológico a seguir en el estudio de las actitudes ante el español y sus variedades en
periódicos decimonónicos publicados por hispanohablantes en Estados Unidos. En concreto,
los emisores eran cubanos, españoles y mexicanos de origen, por lo que interesaba conocer el
grado de conciencia lingüística que todos ellos presentaban respecto a la norma estándar. Se
pudo comprobar cómo la lengua de la distancia, que se asocia a un tipo textual como el
periodístico, queda en ocasiones explícita e implícitamente marcada por factores diastráticos,
diatópicos y diafásicos, que se asocian normalmente a la inmediatez comunicativa. En
definitiva, en este estudio interesaba conocer la actitud de los emisores ante la norma lingüística
del español y sobre distintas realidades de la lengua.
En recapitulación, en este apartado hemos expuesto una serie de trabajos que inciden en
la búsqueda de actitudes lingüísticas en un medio escrito como la prensa. Todos ellos
constituyen algunos de los antecedentes teóricos más relevantes para la tesis que realizamos,

50
pues parten de los mismos prismas metodológicos para la búsqueda las actitudes: los resaltes
tipográficos como la cursiva.

2.8.Las actitudes lingüísticas en Estados Unidos


La lengua española ha sido definida como una lengua de herencia e identidad (Lynch, 2003;
Urciuoli, 2008; Zentella, 1997, 2005) y, más específicamente, ha recibido atención desde el
punto de vista de las actitudes lingüísticas. En este sentido, podemos destacar una serie de
investigaciones, que detallamos a continuación.
Attinasi (1985) analiza el uso del español en una muestra de sesenta y cinco informantes
procedentes del noroeste de Indiana. El análisis conjunto de varias preguntas relacionadas con
el dominio y el uso del español y el inglés demostró que tanto el índice de uso monolingüe del
español como el uso bilingüe eran bajos, bastante inferiores a los observados en el grupo de
Nueva York con el que se realizó un estudio comparativo. Para Attanasi, la situación lingüística
en el noroeste de Indiana puede describirse como una situación de bilingüismo con mejor
dominio del inglés, lo que parece indicar la posibilidad de un cambio lingüístico al inglés en el
futuro.
Mendieta (1998) analiza las reacciones que veinte hablantes residentes en el estado de
Indiana tienen hacia diferentes variedades del español. Dicho estudio fue realizado desde la
corrriente mentalista, por lo que se llevaron a cabo entrevistas y cuestionarios en los que se
solicitaba de forma directa la valoración del habla de la comunidad, de las diferencias con
respecto a otros grupos de hispanos y la percepción de la valoración social de la variedad
lingüística de los propios hablantes y su viabilidad como lengua de cultura. Todos los
informantes pertenecían a clases medias y bajas, procedían de Estados Unidos, México y Puerto
Rico y tenían diferentes edades y profesiones. Los resultados muestran que la mayoría de los
encuestados se identifica con el español hablado en su comunidad, lo consideran un medio de
comunicación eficiente e, incluso, algunos lo contemplan apto para ser vehículo de cultura en
las escuelas. Todos los informantes se mostraron partidarios del mantenimiento del español
dentro de su comunidad, pero su uso del español no parece reflejar dicha preferencia, pues esta
lengua no es la dominante para algunos de los informantes en ningún contexto. Lo que sí queda
claro es que el ámbito de uso del español preferente es el hogar. En definitiva, de este estudio
se dirime que el español puede ser considerado un marcador simbólico de una identidad
sociocultural «latina» o «hispana», que hace que los individuos se sientan pertenecientes a un
grupo, como bien indican las actitudes positivas que recibe el español en este sentido. Estos

51
resultados coinciden con la situación que encontramos en nuestro corpus de estudio, tal y como
se verá posteriormente.
Lynch y Klee (2005) también se aproximan al estudio de las actitudes con un trabajo en
el que se analizan las actitudes hacia el español en el ámbito de la educación, la política
lingüística y el uso del lenguaje en dos escenarios urbanos de Estados Unidos: uno bilingüe,
Miami, y el otro monolingüe, Minneapolis. El estudio consistió en un cuestionario
sociolingüístico de cincuenta ítems realizado a 359 estudiantes universitarios hispanos y no
hispanos que se encontraban en diferentes niveles de estudio del español en Miami y en
Minneapolis. El análisis revela que existe una amplia aceptación del español en la vida pública
estadounidense en ambas ciudades. Sin embargo, los estudiantes de Miami y aquellos que
tenían un nivel de español básico en general parecían adoptar actitudes mucho más
conservadoras hacia el movimiento English Only en la educación y hacia las políticas del inglés.
Por tanto, se concluyó que la intensa situación de lenguas en contacto que hay en Miami
fomenta una postura a favor del inglés más elevada entre los estudiantes universitarios, que, al
mismo tiempo, también se encuentran a favor de la importancia que el español debe tener en la
sociedad y en el ámbito económico y profesional.
Velázquez (2013) estudia las actitudes hacia la transmisión intergeneracional del
español en un grupo de diecinueve familias latinas de primera generación de la ciudad de
Lincoln, en Nebraska. Las encuestas solicitaban información sobre las actitudes hacia la
transmisión, las percepciones sobre la viabilidad de transmisión en el contexto estadounidense,
las actitudes hacia el bilingüismo de los niños y las percepciones del desarrollo del español en
los niños en relación con su identidad cultural. Los resultados muestran de forma general que
los informantes tenían fuertes actitudes positivas sobre la transmisión intergeneracional del
español. No obstante, las actitudes fueron menos positivas hacia la creencia que los niños
pueden confundir o sobrecargarse cognitivamente si están expuestos a más de una lengua. Este
estudio también corrobora una de las hipótesis que planteamos en la tesis, como es el aumento
del prestigio y del valor del español en Estados Unidos.
Casillas (2013) realiza una investigación en la que trata de desentrañar las actitudes
lingüísticas existentes hacia las realizaciones de /ʧ/. Para ello, se aportan datos empíricos sobre
la variante fricativa [ʃ] en una comunidad bilingüe del suroeste de Estados Unidos, fronteriza a
una comunidad mexicana en la que la presencia de [ʃ] ha sido documentada ampliamente. Las
conclusiones a las que llega el autor son que la realización de /ʧ/ es un aspecto clave para la
valoración del grado de prestigio del habla de un interlocutor en la comunidad de Tucson.
Además, la variante fricativa recibió valoraciones mucho más bajas en cuanto a la competencia,

52
porque se trata de la variante no estándar. Por tanto, el estudio de Casillas demuestra cómo las
variantes de /ʧ/ están ligadas estrechamente con los diferentes grados de prestigio que recibe el
habla de Tucson.
Montes-Alcalá (2011) explora las actitudes lingüísticas hacia diferentes variedades
regionales de español en un grupo de estudiantes universitarios hispanohablantes nativos. La
encuesta fue realizada entre estudiantes procedentes de distintos lugares hispanos que vivían en
los Estados Unidos. Los objetivos principales del estudio fueron, en primer lugar, determinar si
estos individuos eran capaces de atribuir espontáneamente más (o menos) prestigio a una
variedad específica del español respecto a otras. En segundo lugar, se analizó la racionalidad
(explícita o implícita) existente detrás de la elección de dicha variedad como la de mayor
prestigio. Finalmente, se examinó hasta qué punto las actitudes lingüísticas de los estudiantes
estaban motivadas (o no) por algún tipo de lealtad hacia sus propias comunidades de habla. Las
conclusiones obtenidas revelan resultados imprevistos, especialmente en relación con las
variedades de menor prestigio, pues un 70% de los participantes señaló su propia variedad de
español como la más prestigiosa, a excepción de los puertorriqueños y estadounidenses.
Pano Alamán (2016) realiza una investigación cualitativa sobre las actitudes lingüísticas
hacia el español en Estados Unidos a través de un corpus de comentarios publicados por latinos
en los canales de YouTube de Telemundo y Univisión. Los resultados obtenidos señalan que las
actitudes lingüísticas expresadas son positivas a la hora de evaluar la variedad hablada por los
protagonistas de los vídeos que, en su mayoría, eran periodistas estadounidenses de origen
hispano y actores estadounidenses angloparlantes. No obstante, también se observan ciertas
actitudes de condena hacia la imagen negativa de lo hispano que aparece en los vídeos.
Concretamente, en los programas de entretenimiento de Univisión se da una imagen
estereotipada del colectivo hispano y de su forma de hablar español que contrasta con la
diversidad sociolingüística existente entre las comunidades hispanas de Estados Unidos.
Asimismo, el estudio confirma que la identidad social hispana adquiere significado cuando es
comparada con la del grupo angloparlante. En definitiva, el análisis de Pano Alamán revela la
existencia de una creencia compartida sobre la importancia de preservar el español en Estados
Unidos y sobre la necesidad de su enseñanza entre los angloparlantes que coincide plenamente
con las ideas que exponemos en uno de los capítulos de esta tesis, en el que se enumeran una
serie de datos empíricos que confirman dicha creencia.
Los trabajos expuestos en este apartado son antecedentes teóricos directos sobre las
actitudes que generan los hablantes hacia el español y el inglés en diferentes momentos,

53
espacios y contextos en Estados Unidos, pues hemos visto que en algunos de ellos se sugieren
los mismos postulados que trataremos de constatar a lo largo del análisis posterior.

2.9.Las ideologías lingüísticas

2.9.1. Las ideologías lingüísticas en la tradición anglosajona


Los estudios sobre ideologías lingüísticas nacen en el ámbito anglosajón con trabajos que han
logrado describir algunos modelos culturales del mundo moderno. Algunos de los más
destacados son los de Milroy y Milroy (1985) y Milroy (2001) sobre la ideología de la lengua
estándar. En ellos se explican las percepciones sobre el lenguaje en una parte importante de las
comunidades modernas, sobre todo las de origen europeo, como las culturas de habla inglesa y
española. Otro trabajo que ha sido crucial en el desarrollo de las ideologías lingüísticas es el de
Irvine y Gal (2000) en el que se propone tres procesos habituales en la construcción ideológica
de la variación lingüística: la iconización, el ocultamiento y la recursividad fractal. Con la
iconización se refieren al proceso a través del que ciertos rasgos lingüísticos que se vinculan a
ciertos grupos humanos son conceptualizados como representaciones icónicas de dichos
grupos, es decir, como manifestaciones naturales de la esencia de los hablantes. El ocultamiento
es la invisibilización consciente de ciertos elementos o participantes del panorama
sociolingüístico de una comunidad con los objetivos de simplificar la realidad y mantener la
coherencia de las interpretaciones sobre dicha realidad. Por último, la recursividad fractal
consiste en la proyección de oposiciones existentes en ciertos niveles hacia otros niveles, como
puede ser desde el nivel intragrupal hacia el extragrupal. Irvine y Gal (2000) consideran que
estos tres procesos constituyen herramientas analíticas fundamentales para poder desentrañar
la articulación de las identidades lingüísticas de los entornos culturales.
Por su parte, Woolard (2007) propone la importancia de dos modelos de ideologías
lingüísticas que se encuentran estrechamente relacionadas con nociones epistemológicas,
morales, de identidad y de comunidad, de nación y Estado y además están profundamente
imbricadas con estructuras de poder. Estas ideologías son las de autenticidad y anonimato y
suelen ser usadas por agentes políticos como forma de establecer autoridad lingüística a través
de la legitimación (o deslegitimación) o valorización (o desvalorización) de cierta variedad
lingüística, como ocurre en el caso de algunas de las ideologías encontradas en los periódicos
hispanos Por un lado, a través de la ideología de la autenticidad podemos presentar una lengua
como la expresión genuina y esencial de una comunidad y de un individuo y suele estar
vinculada a los casos de variedades lingüísticas minoritarias, tales como el inglés vernáculo

54
afroamericano, el corso, el francés estadounidense o el español en Estados Unidos. Las
variedades de lengua que se relacionan con esta ideología suelen estar vinculadas a ciertos tipos
icónicos de individuos y lugares particulares.
Por otra parte, la ideología del anonimato concibe las lenguas como voces públicas,
despersonalizadas y deslocalizadas, por lo que es habitual en el caso de lenguas hegemónicas
transnacionales. Un caso práctico de este segundo tipo de ideología lo encontramos en el trabajo
de López García (1985) en el que analiza cómo la lengua española fue una koiné desarraigada
a lo largo de su fase formativa, es decir, que tenía origen en todas partes y en ninguna. Según
Woolard (2007), reconocer una lengua como «anónima» implica la aceptación popular de la
autoridad que promulga dicho anonimato. Un escenario habitual en la que se materializan este
tipo de ideologías es la escuela, pues es allí donde se purifica y legitima la variedad de lengua
dominante (el estándar) y se le despoja de cualquier origen social. Todo esto oculta el hecho
fundamental de que la lengua anónima siempre pertenece más a unos que a otros, pues son las
clases dominantes las que suelen tener un mayor control de la misma. Por último, es necesario
tener en cuenta que estos dos tipos de ideologías no tienen por qué estar enfrentadas, pues
pueden coexistir dentro de un mismo discurso y también pueden servir para justificar, explicar
y evaluar la presencia de cada una de las dos. Woolard (2007) sugiere además que existen
muchos otros modelos de ideologías lingüísticas que se pueden aplicar al contexto actual y que
surgen del análisis post-estructuralista mediante visiones de descentramiento, multiplicidad,
hibridación y fluidez. Un ejemplo de ello son los análisis ideológicos que se centran en el
proyecto discursivo de la formación de lengua estándar o las ideologías que inciden en el nivel
de corrección o de belleza de las lenguas. Asimismo, también resulta útil el modo en el que se
articulan las ideologías puristas sobre la lengua en los discursos de los grupos dominantes. Este
último asunto resulta de especial interés para el análisis que ofreceremos posteriormente.
Blommaert y Verschueren (1991, 1998) han estudiado la ideología lingüística del
homogeneism, a la que se refieren como una visión de la sociedad en la que las diferencias son
concebidas como peligrosas y centrífugas y en la que la «mejor» sociedad es aquella en la que
no existen diferencias intergrupales. Es decir, que el modelo de sociedad ideal es monolingüe,
monoétnica, monorreligiosa y monoideológica. Según estos autores, el nacionalismo debe
interpretarse como una lucha a través de la que mantener la pureza y la homogeneidad. Por ello,
las sociedades pluriétnicas y plurilingües son vistas como problemáticas, pues requieren formas
de organización del estado que van en contra de las características naturales de la agrupación
de personas. En el trabajo de 1998 de estos mismos autores, se aplica esta ideología para el
análisis de un caso práctico: el análisis de artículos sobre conflictos étnicos y separatistas,

55
movimientos unificadores y otros temas (como las minorías políticas), en relación a asuntos de
identidades grupales asociadas con el nacionalismo. Estos artículos provienen de la prensa
diaria de al menos el 80% de los países de Europa (tanto del este como del oeste), de casi tres
meses de 1991. A partir del análisis de dicho corpus, Blommaert y Verschueren (1998)
encontraron que el homogeneísmo es una ideología que está muy presente en la prensa europea,
pues vieron que había toda una teoría política primitiva intrínseca en aparentes afirmaciones
triviales y comentarios sobre el papel de la lengua en el nacionalismo, tal y como se observa en
muchos de los periódicos que analizamos en la tesis.
Dicha teoría está en consonancia con las premisas del homogeneísmo, por lo que rechaza
las comunidades heterogéneas y naturaliza las comunidades homogéneas, a las que se conocen
como el Volk. Asimismo, esta teoría se promulga en contra del comunismo, no en términos de
crítica ideológica ni económica, sino en el sentido de una supuesta característica antinatural del
sistema comunista. Por tanto, el nacionalismo es una prueba inescrutable del desarrollo de la
Guerra Fría. La forma en la que la lengua está presente en la mayoría de discursos en los que
se aprecia una ideología nacionalista en Europa determina que se trata de una visión folclórica
muy poco sofisticada. Aunque el análisis de Blommaert y Verschueren (1998) se basa en un
corpus de pequeñas dimensiones, estos autores pudieron demostrar la utilidad que tiene la
búsqueda sistemática de la vista desde abajo a través del análisis pragmático de patrones del
lenguaje. Por tanto, el estudio de estos autores demostró las discrepancias existentes entre un
aspecto de la ideología de la lengua popular y la forma en la que la lengua se usa en las
sociedades multilingües. Como ya demostró Woolard (1989) en su estudio del bilingüismo en
Cataluña, la elección lingüística es bastante simbólica y el cambio lingüístico suele estar
motivado por las dinámicas del cambio social. En la ideología popular (que no es la misma que
la ideología pública) sin embargo, la lengua tienda a ser un aspecto mucho más fundamental,
natural e inalienable de la etnicidad o de las identidades de los grupos en general. La ideología
del dogma del homogeneísmo propuesta por estos autores es crucial para esta tesis, pues
muchos de los textos que se analizan se articulan discursiva e ideológicamente en torno a ella.
En estrecha relación con la ideología del homogeneísmo se encuentra la ideología del
purismo lingüístico (Ludwig, 2001). Esta ideología se materializa en discursos que condenan
los neologismos en la prensa, tal y como ha sido estudiado por autores como Gómez Torrego
(1995) o Ludwig (2001). Gómez Torrego (1995) constata que en el siglo XX se observan una
serie de escritos que denuncian la aparición de extranjerismos y la propagación de errores de
estilo derivados de la mezcla lingüística en diferentes medios de comunicación, como la prensa
escrita, la radio, la televisión o internet, tal y como señala Gómez Torrego (1995: 7). En este

56
sentido, también encontramos reacciones puristas ante la influencia del inglés entre los
miembros de la Real Academia Española, como el discurso de Emilio Lorenzo titulado «El
anglicismo, problema hispánico» (Ludwig, 2001: 188-189):

¿qué es el inglés, en rigor, sino un sistema lingüístico lleno de impurezas bien asimiladas procedentes de
todas las lenguas del mundo? Precisamente esa capacidad de integración es la clave de su hegemonía, no
siempre deliberadamente buscada, pero tampoco rehuida, en el mercado actual de las comunicaciones
humanas, sean culturales, políticas, comerciales o meramente de circunstancia (Lorenzo, 1995/1996:
262).

En el trabajo de Weinstein (1976) se analiza la ideología purista de la lengua de un


movimiento como la Francofonía en Canadá, donde existe una situación de contacto entre el
inglés y el francés. Este autor sostiene que el objetivo de la Francofonía es proteger y reforzar
el peso de la lengua francesa y servir a los intereses de sus hablantes. Este movimiento depende
de organizaciones no gubernamentales y subunidades del gobierno en casi veintiséis países. Sus
líderes advierten que el movimiento sirve para los objetivos de todos los francófonos y que es
un movimiento transnacional. Sin embargo, algunas élites francesas intentan controlar directa
e indirectamente las organizaciones formales de la Francofonía, y, por tanto, puede fallar en el
objetivo de convertirse en una fuerza transnacional en el mundo de la política. Por otra parte,
el trabajo de los profesionales y de los especialistas de la lengua para fortalecer el francés,
difundirla entre la población y construir un circuito cerrado para la comunicación de
información importante, responde a la necesidad de proteger contra la americanización. Un
claro caso de amenaza del ámbito francófono, lo tenemos en el caso de la provincia de Quebec,
en Canadá. En dicho territorio las élites francesas reivindicaron sus preocupaciones lingüísticas
y políticas ante situación de aislamiento y subdesarrollo en la que han estado durante casi un
siglo por las políticas discriminatorias angloamericanas.
No obstante, en 1960, el año en el que la mayoría de las colonias francesas en África
alcanzaron la independencia, comenzó una revolución en Quebec, porque sus habitantes
tomaron consciencia sobre su subdesarrollo educativo y social. Además, percibieron que tenían
mucho menos poder que los angloparlantes del resto de Norteamérica y temieron que los
inmigrantes decidieran aprender inglés al ser la lengua de mayor prestigio, porque los
angloamericanos también controlaban los medios de comunicación. Asimismo, las élites
francófonas de Quebec temían que la lengua inglesa corrompiera su dialecto, llenándolo de
arcaísmos y relegándolo a una posición de inferioridad respecto del estándar internacional. Por
tanto, demandaban el reconocimiento de la lengua francesa como uno de los idiomas oficiales

57
de Canadá, que fue concedido en 1969, y el reconocimiento del francés como la lengua oficial
de Quebec, que se llevó a cabo en 1974.
Por último, es necesario hacer referencia a las teorías descritas por autores como Heller
y Duchêne (2012) sobre las ideologías del beneficio económico (profit) y de orgullo (pride). La
primera de ellas constituye una concepción de las lenguas como productos o recursos
económicos, por lo que se encuentra vinculada al proceso de comodificación característico del
capitalismo. Por tanto, el lenguaje y las lenguas son concebidos como habilidades técnicas
susceptibles de ser explotadas en el contexto del mercado de trabajo o también como un
producto con capacidad de añadir valor a ciertos bienes. Esta ideología se encuentra
estrechamente relacionada con las condiciones político-económicas actuales (la globalización).
La ideología de orgullo (pride) se caracteriza por exacerbar los atributos propios de ciertos
grupos o comunidades y es habitual de los discursos nacionalistas. Un caso de este tipo de
ideología del orgullo lo encontramos en la idea de Estado-nación moderno, pues este se
fundamenta en la construcción simbólica de sus fronteras y de la supuesta homogeneidad de su
«comunidad imaginada» (Anderson, 1983). El sentido de pertenencia a una nación se transmite
a través de la saturación de la conciencia de sus miembros mediante el reconocimiento y respeto
a sus símbolos (bandera, mapa, lengua, literatura, etc.). Este proceso también conduce a la
reafirmación del poder de las élites y de la marginalización de los grupos minoritarios (Bourdieu
et al., 1977; Gramsci, 1971; Heller y Duchêne, 2011). Esta ideología también se encuentra
patente en la prensa hispana que analizaremos posteriormente, pues se ve como el conocimiento
del inglés y del español se concibe como un recurso por el que prosperar socioeconómicamente.
Los estudios expuestos en esta sección contribuyen a esclarecer el tipo de ideologías
lingüísticas que tradicionalmente se han vinculado con el mundo anglosajón en general y con
la lengua inglesa en particular, por lo que, en ese sentido, constituyen pilares fundamentales
para la comprensión del tipo de ideologías que encontramos en el corpus de trabajo utilizado
en esta investigación.

2.9.2. Las ideologías lingüísticas en el contexto hispánico


Los estudios sobre ideologías lingüísticas en el contexto hispano se han centrado sobre todo en
la época de la segunda mitad del siglo XX y la mayoría tienen como objetivo el análisis de los
discursos y prácticas de la Real Academia España y la Asociación de Academias de la Lengua
Española, que son los principales agentes encargados de la política lingüística actual del mundo
hispanohablante. Un ejemplo de ello es el libro editado por Del Valle (2007a), en el que se
reúnen una serie de trabajos que examinan, desde una postura política muy concreta y por tanto
58
alejado de toda la objetividad científica que caracteriza al ámbito de la investigación, las
relaciones que existen entre el contexto sociopolítico y económico del mundo hispanohablante
durante las últimas cuatro décadas y las ideologías lingüísticas que se articulan en torno a los
discursos existentes, especialmente los que emanan desde las autoridades encargadas de la
política y la planificación lingüísticas (la RAE y la ASALE). A grandes rasgos, lo que se
propone en dicho volumen es que la RAE manifiesta una construcción discursivo-ideológica de
la lengua española que se encuentra en consonancia con los supuestos intereses neocolonialistas
que el Estado español sigue teniendo en Hispanoamérica. En Del Valle (2007b) se estudia una
ideología lingüística conocida como la hispanofonía, que hace referencia al sentido en el que la
comunidad lingüística internacional se configura como una comunidad imaginada (Anderson,
1983). Desde esta perspectiva, la lengua española se presenta como un lugar de encuentro (la
«patria común» de los hispanohablantes), que tiene carácter global y un gran potencial
económico (el español como recurso económico), que son quizás conceptualizaciones que sí
pueden dotarse de cierta veracidad, pues en el discurso de la prensa que analizamos en la tesis
se han encontrado textos en los que se encuentran patentes estas ideas.
El trabajo de Fernández (2007) considera la idea del mestizaje en la caracterización del
discurso moderno de la Academia. En los discursos de las instituciones académicas se le
atribuye la condición de mestiza a la lengua española con el objetivo de superar la dimensión
nacional, por lo que se alude de nuevo a la idea del español como lengua de encuentro. Woolard
(2007) establece que las ideologías de autenticidad y anonimato aparecen entrelazadas en los
discursos sobre la lengua española en la actualidad. La autenticidad, por una parte, tiene
inspiración romántica, por lo que el valor de una lengua se encuentra en la expresión del espíritu
de la comunidad a la que se encuentra vinculada. Por otra parte, el anonimato toma inspiración
en el concepto de «lo público», es decir, en una abstracción de «todo el mundo», por lo que se
sitúa en el lado opuesto a la autenticidad y constituye «una visión de ningún lugar» (Woolard,
2007: 133). Desde esta perspectiva, la ideología del anonimato otorga a la lengua una
transparencia que garantiza su eficacia comunicativa.
Por otra parte, encontramos trabajos que versan sobre las ideas y las ideologías sobre el
español que toman una perspectiva contraria a los que acabamos de exponer, como los de López
García (2005, 2007) o los de Lara (2005, 2007). Por ejemplo, en López García (2007) se pone
en entredicho la pertinencia de utilizar el concepto de ideología lingüística en relación con la
lengua española en los mismos términos en los que plantean autores como Del Valle (2007).
Este autor ofrece un recorrido diacrónico de las «ideas» sobre la lengua española, que se
concentran en torno a los conceptos de icono, índice y símbolo. Los distintos fragmentos y citas

59
que utiliza para el análisis corroboran esas tres dimensiones que señala y construyen diferentes
visiones de la lengua española, como «icono de comunicación y de expansión», «índice de un
pueblo» y como «símbolo de cultura, de nación y de progreso». En referencia a esta última idea,
López García (2007) acepta que el español sí ha originado una estructura de doctrina, por lo
que sí es posible hablar de ideología lingüística en este caso (concretamente de ideología de
cultura, de nación y de progreso). De esta forma, el autor plantea la evolución de una ideología
lingüística bimembre: por un lado, españolista (combativa, en términos del autor) y, por otro
lado, hispanística (utópicamente fraternal, según López García), que avanza hacia lo que
denomina «ideología unificada de la lengua española», una ideología que es posible observar
en la prensa que analizamos en la tesis. Por último, López García (2007) señala una ideología
sobre el español que denomina «emonilingüística» y que está basada en términos comerciales
y mercantilistas. Según esta ideología, el español y el inglés se encuentran sincronizados
actualmente, aunque es cierto que la lengua española ha experimentado etapas de asimilación
de una ideología nacionalista y que la lengua inglesa es ahora cuando está empezando a
experimentar una etapa nacionalista. Esta última idea coincide con uno de los postulados que
proporcionamos en esta investigación, pues hay datos empíricos que demuestran tal evidencia.
En Lara (2007) se ofrece un análisis diacrónico para verificar el estatus de imaginario
colectivo de la lengua española, cómo se han ido forjando sus diferentes etapas y figuras
históricas que la han configurado hasta lo que conocemos actualmente. Específicamente, Lara
se centra en la idea de la lengua española en Hispanoamérica y en el valor que el siglo XIX ha
tenido en su configuración, pues se trata del siglo de las independencias políticas y de los
debates lingüísticos e identitarios. Además, el autor cuestiona algunos aspectos de corte
eurocentrista de la historiografía canónica de la lengua española y concluye enfatizando la
necesidad de apostar por un español pluricéntrico y multipolar para la actualidad.
También hay estudios que tratan sobre el aspecto ideológico de la lengua española desde
una perspectiva histórica. Un ejemplo es el volumen editado por Del Valle y Gabriel-Stheeman
(2002) en el que se tratan las ideas sobre el español que diferentes intelectuales del mundo
hispánico (Andrés Bello, Domingo Faustino Sarmiento, Rufino José Cuervo, Juan Valera,
Miguel de Unamuno, Ramón Menéndez Pidal, José Ortega y Gasset y José María Arguedas)
tuvieron en lo que derivó en lo que estos autores denominan la «batalla del idioma». Este
término hace referencia a los debates lingüístico-ideológicos (Blommaert, 1999) que
mantuvieron durante el siglo XIX y comienzos del XX, un periodo caracterizado, en palabras
de los autores, por la «constitución postcolonial de la comunidad hispánica» (Del Valle y
Gabriel-Stheeman, 2002: 9). Estos eventos están contextualizados dentro del marco de

60
surgimiento de los nacionalismos, que se divide en dos etapas: una primera de carácter cívico
y una segunda de carácter cultural, en la que la lengua se sitúa como eje vertebrador. No
obstante, es a finales de siglo cuando se acentuaron las fuerzas centrífugas secesionistas, que
amenazaban la unidad de España y América en términos de la construcción de la nación y la
identidad cultural hispánica. Por tanto, el Gobierno español tuvo que hacer frente a estas fuerzas
centrífugas por medio del terreno discursivo, así que se crearon una serie de revistas culturales
que manifestaban su deseo de unidad, tales como La Ilustración Ibérica o La Revista Española
de Ambos mundos. Algunos de los periódicos españoles que analizamos posteriormente también
pueden ser considerados como abanderados del hispanismo en Estados Unidos, tal y como se
adelanta en García Caba (2020b; 2021a; 2022).
También vemos una serie de trabajos realizados desde una perspectiva historiográfica,
que se han recogido en forma de número de revista y de volumen monográfico. Así, podemos
destacar los trabajos incluidos en el monográfico de la revista Circula. Revue d’idéologies
linguistiques, como el de Calero Vaquera (2018: 6-29) sobre la teorización del concepto de
ideología, el de Pantoja Gallego (2018: 30-51) sobre los aspectos ideológicos en El Diálogo de
la lengua de Juan de Valdés o el de Hidalgo Martínez (2018: 129-146) sobre la ideología criolla
en la Nueva España.
Igualmente, es necesario señalar el volumen monográfico Lazos entre lingüística e
ideología desde un enfoque historiográfico (ss. XV-XXI) (Alonso Pascua, Escudero Paniagua,
Villanueva García, Quijada Van Den Berghe y Gómez Asencio (eds.), 2020), en el que se dan
cabida trabajos que analizan, desde una perspectiva historiográfica, las ideologías lingüísticas
sobre el español o las distintas lenguas de la Península Ibérica que se manifiestan de forma
implícita o explícita en textos metalingüísticos (como obras gramaticales, lexicográficas,
ortográficas, sobre historia de las lenguas, artículos de prensa, discursos o manifiestos). Estos
trabajos no solo hacen referencia al español de España y América, sino también a otras lenguas
y dialectos, como el mozárabe, el catalán, el menorquín, el latín, el euskera, el inglés, el árabe
marroquí, el japonés e incluso a las lenguas artificiales. Asimismo, los estudios incluidos en
este monográfico inciden en aspectos diferentes, como la lengua, con trabajos como los de
Calero Vaquera (2020: 37-52) sobre las ideologías lingüísticas que se perciben en los discursos
académicos de la RAE en el siglo XIX, o el de Ennis (2020: 53-69) sobre el romance mozárabe
en la obra Orígenes del español de Menéndez Pidal; la norma, con estudios como el de Gaviño
Rodríguez (2020: 85-104) o el de Benavent Llinares (2020: 105-115) sobre la prescripción del
catalán en obras gramaticales de los siglos XX y XXI; la política, en la que se incluyen trabajos
como los de Bellés (2020: 131-146) sobre la relación entre ideología y política en la obra del

61
menorquín Jaime Ferrer y Parpal, o el de El-Founti Zizaoui (2020: 147-159) sobre la
imbricación entre lengua, política y fraternidad en el Manifiesto de los escritores en defensa de
la lengua catalana (1924); la sociedad, con trabajos como los de Galán Rodríguez (2020: 161-
182) sobre el género como ideología en las lenguas artificiales españolas del siglo XX, o el de
González Jiménez (2020: 197-213) sobre las ideologías en los ejemplos de la obra de Giró y
Roma, Elementos de gramática castellana (1852); por último, también se encuentran trabajos
que inciden en la enseñanza de lenguas, como los de Fernández de Gobeo Díaz de Durana y
Quijada Van Den Berghe (2020: 215-232) sobre las ideologías lingüísticas en obras contrastivas
español-euskera del siglo XIX y principios del XX, o el de Quilis Merín y Martínez Alcaide
(2020: 277-292) sobre la presencia de las lenguas hispánicas en la lexicografía hispano-
británica Captain John Stevens (1706).
En definitiva, en este apartado se han expuesto una serie de trabajos que han estudiado
cómo se configuran las ideologías lingüísticas vinculadas a la lengua española en el mundo
hispánico. Todos ellos pueden ser tomados como antecedentes teóricos, aunque es evidente que
las conceptualizaciones teóricas y las conclusiones a las que se llega, sobre todo los que hacen
gala de una perspectiva política y subjetiva, no coinciden con los que expondremos en nuestra
investigación.

2.9.3. Las ideologías lingüísticas sobre el español en el contexto estadounidense


La lengua española en Estados Unidos también ha sido objeto de estudio de las perspectivas
sociales que anclan el español a diversas políticas lingüísticas, sobre todo las que conciernen al
ámbito educativo (Coles, 1991; Del Valle, 2009; García, 2011; García et al., 1985; García, 2009;
Potowski y Carreira, 2010; Schweda Nicholson, 1991; Silva-Corvalán, 2001, 2004; Zentella,
1985, 1997, 1997b, 2004). Los estudios de ideologías lingüísticas sobre el español en Estados
Unidos se clasifican en dos grandes grupos. Por un lado, encontramos trabajos, como el de Del
Valle (2000), que inciden en ideologías que conciben la lengua española en competencia con el
inglés, pues se trata de un escenario, Estados Unidos, en el que el bilingüismo se encuentra
ligado a la cultura monoglósica anglosajona, entendida esta última como un sistema en el que
no se acepta la coexistencia de diferentes normas o variedades lingüísticas. Por otro lado,
existen estudios en los que se examinan las ideologías difundidas por las agencias de política y
planificación lingüística españolas que censuran las prácticas de los hispanohablantes en
Estados Unidos y los relegan a una posición de inferioridad, un hecho que, como veremos en
el análisis posterior, es bastante discutible. No obstante, también reconocen la competencia
existente entre la lengua española y el inglés por conquistar el espacio global y reconocen el
62
valor que tiene el español como recurso económico y mercantil, por lo que intentan integrar a
la comunidad latina en una imaginada hispanofonía (DuBord, 2010; Fernández-Gibert, 2005,
2009, 2010; García, 2009, Baker et al., 1997, etc.). Estas dos líneas conceptuales sobre el
español en Estados Unidos se manifiestan en dos tipos de discursos que se anclan a las
ideologías monoglósicas: por un lado, la ideología nacionalista estadounidense y, por otro lado,
la ideología panhispanista.
Por último, es necesario hacer referencia al trabajo de Rosina Lozano (2018) en el que
se realiza un recorrido en la historia de la lengua española en Estados Unidos desde el año 1848
hasta la actualidad. La autora revela los orígenes del español como una lengua vinculada a los
residentes del Suroeste, a la política y la cultura de una nación que se estaba expandiendo en la
década de 1840. A medida que el oeste iba integrándose como parte de los Estados Unidos a lo
largo del siglo, la autora narra una serie de luchas sobre el poder, la identidad y la ciudadanía
que transformaron el lugar de la lengua española en la nación.
La objetividad que trasciende a las investigaciones basadas en datos empíricos se ve
nublada en ocasiones por trabajos que proporcionan una visión ideológica que cae
continuamente en conceptualizaciones vinculadas a una postura política muy concreta y que
dista lejos de la realidad lingüística de un territorio como Estados Unidos. Teniendo en cuenta
estas consideraciones, los trabajos presentados en este apartado sirven como antecedentes
teóricos que han conseguido ser refutados en la investigación que aquí se propone.

2.9.4. Relación entre prensa e ideología


La prensa es un género discursivo que tiene como objetivo proporcionar información a los
individuos que forman parte de las comunidades sociales y lingüísticas. Consecuentemente,
también es un espacio que contribuye a infundir una determinada visión o representación de la
realidad. Dicha representación suele estar relacionada con sistemas ideológicos, formados por
ciertas creencias, valores y actitudes (van Dijk, 2010). De esta forma, los discursos
metalingüísticos de la prensa pueden concebirse como constructores y portavoces de
representaciones sobre la lengua, como manifestaciones de diferentes imaginarios ideológicos
(Houdebine, 2002) sobre lo que debe y no deber ser el idioma.
La relación entre prensa e ideología ha sido ampliamente estudiada, sobre todo desde el
ámbito anglosajón. Fowler (1991) realiza un estudio desde la perspectiva de la lingüística crítica
en el que examina el crucial papel del uso del lenguaje en la prensa periódica. La teoría de las
representaciones del lenguaje en las noticias del trabajo de Fowler está basada en la que se
establecieron en la década de 1970 Stuart Hall, el Glasgow Media Group y varios científicos
63
de la sociedad y especialistas en medios de comunicación en un volumen titulado The
Manufacture of News: Social Problems, Deviance and the Mass Media (1973). Según estos
autores, las noticias no son fenómenos naturales que emergen directamente de la realidad, sino
productos culturales hechos por la industria y moldeados por las estructuras burocráticas y
económicas de esta industria, por las relaciones entre los medios de comunicación y otras
industrias y, lo más importante, por las relaciones con el gobierno y con otras organizaciones
políticas. Desde una perspectiva general, refleja los valores establecidos de una sociedad en su
particular contexto histórico. Fowler comienza su trabajo ofreciendo una visión general del
valor de la prensa y de los procesos de selección y transformación que hacen falta para la
formación de las noticias. Asimismo, también considera las representaciones del género, el
poder, la autoridad, la ley y el orden en la prensa y discute los estereotipos, los términos de
abuso y poder, la voz editorial y la formación del consenso en la misma. Un ejemplo práctico
en el que aplica sus argumentos es en el análisis de las noticias más relevantes de la década de
Thatcher, como el bombardeo americano de Libia en 1986, el asunto de la salmonelosis, el
problema del Servicio Nacional de Salud y la controversia existente sobre los métodos
anticonceptivos en los jóvenes.
El libro de Richardson (2007) también puede considerarse un precedente importante en
el estudio de la relación entre la prensa y las ideologías lingüísticas. En él, introduce un enfoque
al análisis crítico del discurso periodístico precisamente con el objetivo de motivar a los lectores
a implicarse y criticar el discurso periodístico. El discurso periodístico tiene unos rasgos
textuales, un proceso de producción y consumo muy concretos y puede definirse a través de un
conjunto particular de relaciones entre el propio discurso y otros agentes de poder simbólico y
material. Estos tres conjuntos de rasgos (el lenguaje periodístico, su producción y consumo y
las relaciones que el periodismo guarda con las ideas sociales y las instituciones) están
claramente interrelacionadas y algunas veces son complicadas de separar; es decir, que, aunque
constituyan elementos diferentes, no pueden concebirse de forma separada (Fairclough, 2000:
122). Específicamente, la fuente y la construcción de las noticias están estrechamente
vinculados con las acciones y las opiniones de los grupos sociales (los más poderosos
normalmente), por lo que es imposible seleccionar y componer las noticias sin concebir la
audiencia meta previamente. Richardson (2007) señala que es complicado considerar asuntos
como las políticas democráticas actuales, los valores sociales o la existencia de prejuicios y
desigualdades sociales sin hacer referencia a la influencia del periodismo. Cada uno de estos
tres aspectos representa temas claves del volumen que el autor revisa cuando discute las
estructuras, las funciones y el poder del periodismo. El autor también afirma que el análisis de

64
cómo los periódicos pueden reproducir las relaciones sociales debe enfocarse en función de tres
niveles: el primero, de la realidad social en general; el segundo, de las prácticas del periodismo;
y el tercero, en el carácter y la función del lenguaje periodístico, más específicamente. Sobre
este último nivel, Richardson (2007) sugiere que el lenguaje es social, es decir, propio de una
identidad, es activo y es político. El libro se divide en dos partes. En la primera, se encarga de
definir y explicar los aspectos teóricos concernientes al análisis crítico del discurso periodístico,
como la relación entre el contenido de las noticias y el contexto, las herramientas propias del
análisis crítico del discurso, las prácticas discursivas del periodismo (cómo se produce la prensa
escrita) y las prácticas sociales del periodismo (la relación del periodismo con la realidad
social). La segunda parte del libro está dedicada a casos prácticos de análisis del discurso,
centrados, especialmente en la argumentación y las cartas al editor y en los reportes de guerra.
Johnson y Milani (2010) editaron un volumen en el que tratan esta relación entre el
discurso de los medios de comunicación y las ideologías lingüísticas en el que se adopta un
nuevo enfoque de discusión sobre esta relación a través de una variedad de diferentes casos
prácticos. El libro explora las funciones que tiene el lenguaje en una amplia escala de contextos
socioculturales, geográficos y tecnológicos. El hilo conductor es la concepción de los medios
de comunicación como espacios discursivos para examinar los debates lingüístico-ideológicos.
Igualmente, también se ejemplifica cómo el lenguaje puede usarse para resolver conflictos de
una forma legítima, sin levantar necesariamente tensiones entre los actores sociales
involucrados. Se divide en cuatro partes: en la primera se examinan casos prácticos que tienen
que ver los estándares y la estandarización en contextos nacionales y globales, es decir, que se
discute el papel que la prensa nacional y los medios de comunicación en general tienen sobre
el «buen uso» del lenguaje. De todos ellos, es importante destacar el trabajo de Paffey sobre el
modo en el que se presentan las ideologías lingüísticas en la prensa española usando como
referencia artículos provenientes de dos de los periódicos españoles más importantes (El País
y el ABC). La segunda parte está dedicada a contemplar las políticas de planificación
lingüísticas existentes en los programas de televisión, por lo que se presta especial atención al
uso del lenguaje en la televisión en relación con las condiciones de retransmisión de los
programas. La tercera parte examina el vínculo existente entre medios de comunicación,
etnicidad y la racialización del lenguaje y la cuarta parte está dedicada a tratar las relaciones
que hay entre las ideologías lingüísticas y los nuevos medios de comunicación. En definitiva,
Johnson y Milani (2010) ofrecen un gran punto de partida en los estudios sobre la imbricación
entre las ideologías lingüísticas y los medios de comunicación.

65
Paffey (2012) realiza un estudio sobre los discursos lingüístico-ideológicos existentes
sobre el español que aparecen en dos de los periódicos peninsulares más relevantes: El País y
el ABC. En él, examina cómo el discurso mediático moderno en España está influenciado por
las dos instituciones de planificación lingüísticas del español, la RAE y el Instituto Cervantes.
Por tanto, las representaciones de la lengua española que aparecen en ambos periódicos se
encuentran moldeadas por las consideraciones de estas instituciones, que se corresponden con
tópicos como los del «español común», la «lengua de encuentro», el valor de la unidad de la
lengua, etc., que resultan, en cierto sentido, pertinentes para el análisis que planteamos
posteriormente.
Por otra parte, en los últimos años se han venido desarrollando una serie de trabajos
desde la tradición hispánica sobre la imbricación entre lengua, ideología y prensa. Destaca el
volumen editado por Marimón Llorca (2019), en el que se analiza un tipo discursivo de la prensa
concreto: las columnas sobre la lengua (CSL). Este tipo de textos ya existía en el siglo XIX, tal
y como plantearemos en el análisis; por este motivo, los estudios realizados sobre las CSL
pueden ser tomados como antecedentes teóricos relevantes para la tesis3. En la introducción de
dicho volumen se explica que los autores de este tipo de género textual suelen ser académicos
como Lázaro Carreter o Julio Casares, periodistas como Álex Grijelmo, profesores como Luis
Cortés o Humerto Hernández, o personalidades como el Marqués de Tamarón. Estos textos, que
suelen caracterizarse por tener un tono humorístico, irónico e, incluso, beligerante, muestran
cómo se usa y cómo cambia la lengua en las comunidades lingüísticas. La valoración lingüística
suele presentarse desde una perspectiva divulgativa y argumentativa. Las cuestiones
metalingüísticas que ofrecen las columnas sobre la lengua permiten que los hablantes sean
capaces de juzgar aspectos de su propia lengua, de transmitir sus propios puntos de vista sobre
el idioma y también que valoren cuestiones como la unidad, la diversidad, la norma y la
transgresión. Uno de los tipos más comunes de CSL son aquellas en las que se hace referencia
a los usos «incorrectos» de la lengua, en contraste con los usos prescriptivos, pues estos textos
son transmisores de la norma. La primera parte del volumen está dedicada a analizar las CSL
desde una perspectiva multidimensional, pues este tipo de discurso puede presentar un carácter
lúdico, normativo, argumentativo o metalingüístico. En la segunda parte, se examinan los temas
que suelen incluirse en las CSL, como el purismo, los préstamos, las dimensiones de la

3
Parece lógico que este tipo de contenidos se incluyera en la prensa del siglo XIX, pues la prensa se movía por
los siguientes parámetros: el grado de celeridad en la transmisión y en la inmediatez comunicativa, la censura, el
analfabetismo… (Rivas Zancarrón, 2018b). Por tanto, era una forma de conseguir transmitir el pensamiento
lingüístico de ciertas autoridades filológicas a través de un medio que aseguraba llegar a gran cantidad de
población.

66
autoridad lingüística, las variedades de la lengua o el feminismo. En definitiva, el objetivo de
este volumen era evidenciar cómo el columnismo lingüístico contribuye a esclarecer los rasgos
que identifican el español moderno. Los postulados a los que se llega en dicho volumen se
correlacionan con muchas de las situaciones que encontramos en la prensa hispana de Estados
Unidos, sobre todo la que se publica en los territorios del suroeste.
También es necesario destacar el volumen monográfico Ideología sobre la lengua y
medios de comunicación escritos. El caso del español (Marimón Llorca y Santa-María Pérez,
2019) en el que se aportan una serie de trabajos sobre la relación entre las ideologías sobre la
lengua y los medios de comunicación escritos en el ámbito hispánico. Los dieciocho trabajos
que componen el volumen están divididos en tres bloques temáticos. El primero está dedicado
a analizar las ideologías lingüísticas desde una perspectiva histórica, con trabajos como el de
Ennis (2019: 57-74) sobre los debates sobre el idioma nacional en la prensa argentina de la
última década del siglo XIX; o el de Marimón Llorca (2019: 75-93), en el que se analiza el
papel de la lengua española como instrumento de legitimación en el diario ABC durante el
primer franquismo (1939-1945). El segundo bloque se centra en el estudio del componente
ideológico de la diversidad lingüística y se incluyen capítulos como el de Carriscondo Esquivel
(2019: 133-149), en el que establece las bases para el análisis del español de América desde la
perspectiva de la prensa española. Otro trabajo destacado en este bloque es el de Sánchez
Manzanares (2019: 217-234), en el que analiza las ideologías lingüísticas que se desprenden de
las columnas sobre la lengua de Álex Grijelmo, como la unidad de la lengua y el purismo
lingüístico. También aquí podemos establecer un parangón con la situación que encontramos
en la prensa hispana analizada, pues en ambos casos se centran en la condena de prácticas
lingüísticas que surgen como consecuencia del contacto lingüístico con el inglés. El tercer
bloque está dedicado a estudiar los recursos discursivos que se usan en la manifestación verbal
de las ideologías lingüísticas. En esta última parte pueden destacarse los trabajos de Alvarado
Ortega (2019: 257-272) sobre las estrategias argumentativas usadas para la expresión de las
ideologías lingüísticas relacionadas con la identidad y el género en los artículos de opinión y el
de Martínez Linares (2019: 313-337) sobre las ideologías lingüísticas que se asocian a la
categoría verbal en un corpus de artículos escritos por Álex Grijelmo.
En definitiva, los trabajos que integran este volumen constituyen una valiosa
contribución al ámbito de las ideologías en los medios de comunicación porque proporcionan
respuestas, desde múltiples perspectivas (histórica, discursiva, normativa, etc.) a aspectos como
la gestión de la autoridad lingüística, la percepción que los hablantes tienen de la lengua o el
papel que la prensa ejerce como distribuidor y legitimador de todas estas cuestiones. Las

67
cuestiones teóricas tratadas en este apartado han sido tomadas en cuenta a la hora de realizar el
análisis posterior, pues como se ha dicho, se correlacionan con muchos de las situaciones que
encontramos en la prensa hispana de Estados Unidos.

2.9.5. La prensa y las ideologías lingüísticas en los Estados Unidos


La prensa escrita en español en los Estados Unidos no ha sido aún estudiada con exhaustividad,
por lo que son pocas las investigaciones que pueden encontrarse al respecto. Algunos autores
estadounidenses han proporcionado estudios de corte general que pueden interesar en el nivel
bibliográfico, como los de Shearer (1954), Chabrán y Chabrán (1993), Kanellos (2002) o
Kanellos y Martell (2000). Al otro lado del Atlántico, también encontramos algunos trabajos
enfocados al estudio de la función didáctica de estos periódicos en la enseñanza del español en
el país norteamericano (Vilar, 1996); al estudio de la prensa como instrumento de promoción
de la literatura española (Caballer Dondarza, 2007); y otros de corte histórico que tienen como
función la de proporcionar un marco de referencia sobre la actividad periodística y cultural
desarrollada por los hispanohablantes en la ciudad de Nueva York en el siglo XIX (Varela-Lago,
2008; Hernández Fuentes, 2019).
En cuanto a la relación entre prensa e ideologías lingüísticas en Estados Unidos, debemos
destacar especialmente los de Fernández-Gibert (2012, 2015). El primero de ellos tiene como
objetivo el análisis de las ideologías lingüísticas que ciertos grupos sociales y políticos
neomexicanos utilizaron para promover, por un lado, el aprendizaje del inglés para las nuevas
generaciones, es decir, la lengua nacional, y, por otro lado, la defensa del español, la lengua
ancestral de la comunidad neomexicana desde hacía tres siglos. Estas ideologías se
manifestaban discursivamente en textos pertenecientes al semanario más importante en lengua
española de Las Vegas, La Voz del Pueblo (1890-1910). Fernández-Gibert concluye el estudio
afirmando que son tres factores los que influyeron en la formación y en la circulación de dichas
ideologías lingüísticas. El primero fue la incorporación de Nuevo México al sistema político y
económico de Estados Unidos y la consecuente imposición de su cultura e idioma. El segundo
factor fue el acelerado y el profundo cambio demográfico que experimentó el territorio, que
pasó de tener una población nativa hispanohablante mayoritaria en 1890 a estar casi igualada
por los angloamericanos en 1910, fecha de la Constitución del nuevo Estado. Por último, el
tercer factor fue la resistencia que algunos individuos del ámbito político de la sociedad
nuevomexicana tuvieron hacia la rápida asimilación al inglés, pues promovieron la defensa de
la lengua ancestral, el español, como símbolo de la identidad neomexicana. Esta afirmación
resulta un poco evidente y puede llegar a inferirse si se conoce el trabajo de Joseph (1987) sobre
68
la configuración de los estándares lingüísticos. No obstante, es una idea que sí guarda cierta
relación con las conceptualizaciones a las que llegamos en nuestra investigación. Esta defensa
estuvo reforzada por discursos legitimados por cuestiones de arraigo cultural hispánico y
justificada por la herencia europea de habla española. La suma de estos tres factores contribuyó
al mantenimiento de ideologías lingüísticas opuestas: la de la defensa del español (resistencia)
y la de la imposición del inglés (asimilacionista). Estas ideologías influyeron decisivamente en
la formación del estado de Nuevo México a lo largo del siguiente siglo. Aunque la ideología
asimilacionalista fue imponiéndose progresivamente, la preservación de la ideología de la
resistencia consiguió forjar en el territorio y en sus individuos una idiosincrasia única en los
Estados Unidos, que, a nuestro parecer, ha conseguido triunfar en la actualidad, por lo que la
situación se ha revertido y sería el inglés el que se encuentra amenazado en cierto sentido (tan
solo habría que recordar el derribo de las estatuas de personalidades hispanas en algunos puntos
de la costa oeste estadounidense en el año 2020, un hecho que puede ser tomado como un
sentimiento angloamericano de amenaza hacia el auge de lo hispano).
El segundo de los trabajos de Fernández-Gibert que debemos destacar se integra en el
volumen editado por Del Valle en 2015, titulado Historia política del español. La creación de
una lengua. En él, examina los papeles que las lenguas española e inglesa tuvieron en el Nuevo
México territorial (1850-1912) a través de un corpus de textos periodísticos en español
publicados dentro de dicho periodo. El autor llega a conclusiones parejas a las de su anterior
trabajo, pues demuestra que las ideologías asimilacionistas del inglés fueron asentándose en el
territorio y en los individuos hasta la constitución del nuevo Estado; sin embargo, las ideologías
que promulgaban la resistencia del español originaron una marca de identidad única en esta
zona de los Estados Unidos, tal y como se ve en nuestra propia investigación.
También en este mismo volumen se encuentra el trabajo de DuBord (2015), en el que
examina cómo en las décadas de 1870 y 1880 la población de Arizona que tenía posibilidades
económicas mostraron resistencia a los discursos y políticas racistas y asimilacionistas a través
de la producción de discursos propios que hacían uso de ideologías que giraban en torno a la
defensa de la cultura y los derechos sociopolíticos de los hispanohablantes. Uno de los pilares
más relevantes para la defensa de la comunidad fueron los sistemas escolares católico y privado,
pues garantizaban el mantenimiento del español en la escuela a la vez que también promovían
la enseñanza del inglés. Asimismo, existía una prensa en español que contribuyó a la
constitución de esferas públicas arizonianas y neomexicanas a través de las que se organizaban
las estrategias de resistencia de dichas comunidades. En el discurso de esa prensa se aprecian
comentarios sobre la lengua española que contienen ideologías de tipo mercantil y económica,

69
pues se enmarcan en un contexto en el que Estados Unidos pretendía mantener una relación
comercial con Latinoamérica, por lo que imaginaban un tipo de ciudadanía que no implicaba
necesariamente el abandono de la tradición cultural hispana. DuBord concluye su estudio
afirmando que al no aceptar la asimilación lingüística y cultural angloamericana que emanaba
directamente de las escuelas públicas, la élite mexicana se volvió en contra de la noción utópica
de la educación propuesta por el Estado. Como consecuencia, los mexicanos hicieron uso de su
herencia etnolingüística y del bilingüismo adquirido para crear una identidad peculiar en el
resto de los Estados Unidos.
Por último, es necesario destacar los trabajos que han servido de antecedentes directos
a esta tesis, que pueden tomarse como resultados parciales de la misma. En García Caba (2020b)
se analizaron los discursos lingüístico-ideológicos sobre la lengua española y, en concreto,
sobre la idea de «nacionalidad filológica» que se encontraban en el periódico El Progreso
(Nueva York, 1884-1885) publicado por el español Ramón Verea García. En este trabajo se
utilizaron las ideologías lingüísticas como herramienta metodológica. Las conclusiones que se
obtuvieron es que el binomio lengua-nación que se encontraba en este periódico estaba
determinado por el contexto sociopolítico, los condicionantes de producción y la filosofía
librepensadora del editor. Además, los resultados de este trabajo contribuyeron a comprender
el inicio del hispanismo en ese entorno diatópico concreto y se dio a conocer un material inédito
sobre la lengua española nunca antes trabajado desde una perspectiva lingüística.
En García Caba (2021a; 2021b) se examinó la prensa publicada por una comunidad
hispanohablante de Estados Unidos muy específica: los «mexicanos ayankados». En los
periódicos publicados por estos individuos se observaban, implícita y explícitamente, ecos y
reminiscencias de una incipiente influencia del inglés. El objetivo de estos trabajos fue, por una
parte, analizar el estado lingüístico de estos textos, es decir, determinar el grado de influencia
lingüística del inglés (materializada en forma de préstamos y calcos lingüísticos) en un
escenario en el que los hispanohablantes abogaban por la pureza y la conservación de su lengua
nativa. Por otra parte, también se analizaron las representaciones ideológico-discursivas sobre
la lengua española y sobre el deseo de preservar la pureza de su idioma y la condena que
recibían las prácticas lingüísticas de estos «mexicanos ayankados». Se pudo demostrar que,
como se ha sugerido teóricamente (Fernández-Gibert, 2012, 2015), la imposición de la
hegemonía sociopolítica y cultural del grupo de mayor poder ─el angloamericano─ contribuyó
a configurar una relación de subordinación con el grupo minoritario ─el mexicano─.
Consecuentemente, este último grupo construyó una nueva identidad fronteriza que se
encontraba tensada por la cultura y la lengua del ingroup y del outgroup y marcada por la

70
discriminación y el rechazo de los miembros de ambas comunidades, al convertirse en
individuos que pertenecen a una otredad, que no son ni de un lado ni de otro.
Por último, en García Caba (2022) se examina un corpus de textos publicados en el
periódico español Las Novedades (Nueva York, 1876-1918), que era uno de los más destacados
en lengua española en la segunda mitad del siglo XIX en los Estados Unidos. En este trabajo se
examinaron las ideologías lingüísticas y las estrategias discursivas utilizadas por los editores de
este periódico para la promoción del Hispanismo y de la lengua española en un contexto en el
que la hegemonía española estaba perdiendo fuerza en el plano internacional. Las ideologías
encontradas hacían referencia tanto al plano cultural como al económico. Los resultados
obtenidos en este artículo contribuyen a comprender la importancia del español en los Estados
Unidos.
Los trabajos expuestos en este apartado llegan a conceptualizaciones que fueron
tomadas como ciertas al comienzo de esta investigación. Sin embargo, durante el desarrollo y
la culminación de la misma, se pudo comprobar cómo muchas de esas conclusiones no
coincidían con los datos empíricos que ofrecían los periódicos, pues se adscriben a posturas
«pseudocientíficas» que hacen gala de un discurso político que se aleja de toda objetividad.
Todo esto será, por supuesto, debidamente fundamentado y explicado objetivamente con datos
empíricos en el capítulo del análisis.

3. MARCO TEÓRICO
3.1. El contacto lingüístico: diglosia, superposición y bilingüismo
Toda situación de contacto lingüístico implica necesariamente un contacto cultural masivo entre
pueblos o comunidades de lenguas y culturas diferentes. Las razones de dicho contacto son
múltiples, pero todas ellas se simplifican en el traslado de grupos de población de un lugar a
otro del planeta. Se diferencian dos casos especialmente: (1) el contacto producido por la
conquista militar de un pueblo sobre otro, con sus correspondientes etapas de dominio y
colonización (véase el caso de la conquista de Estados Unidos sobre los territorios del norte de
México en 1848); y (2) el contacto derivado de movimientos migratorios impulsados por
razones económicas o políticas (el caso de los españoles y cubanos que emigraron a Estados
Unidos a partir de la segunda mitad del siglo XIX). Otra distinción que se puede realizar al
hablar de contacto es el tipo que se da en el seno de la sociedad receptora, dentro de los límites
de un estado (como los hispanos en Estados Unidos) y el que se da en las fronteras entre países
diferentes, usuarios o no de lenguas diferentes (como en el de la frontera entre Estados Unidos

71
y México). Las condiciones del contacto en cada caso son diferentes, pero las características
generales del proceso y las cuestiones psicológicas y sociológicas involucradas son las mismas.
De forma general, el contacto entre lenguas puede darse entre lenguas cercanas, como en el
caso del contacto entre el portugués y el español, o entre lenguas lejanas, como el caso entre en
guaraní y el español. Por tanto, el tipo de lenguas que entra en contacto es un problema de la
tipología lingüística, pero también desde la sociolingüística puede entablarse una problemática
de poder: entre lenguas más o menos poderosas y entre las que no lo son. Un ejemplo claro de
esta problemática sociolingüística la tenemos en la situación de contacto entre el inglés y el
francés en Canadá (Weinstein, 1976). En ambos casos los procesos lingüísticos se producen
independientemente del poder que tenga cada lengua.
El contacto de lenguas se relaciona íntimamente con otros dos fenómenos lingüísticos:
la variación y el cambio. La jerarquía de actuación de cada fenómeno sería la siguiente: contacto
> variación > cambio. En ese sentido, una lengua puede mantenerse, o, por el contrario, se
puede producir cambios lingüísticos en una u otra lengua. Existen muchos factores que
contribuyen al mantenimiento de la variedad de prestigio, como el estatus económico, el social,
el sociolingüístico, factores demográficos, institucionales, o incluso la influencia de los medios.
Appel y Muysken (1987: 40-41) explican que el cambio lingüístico tiene lugar por el
crecimiento gradual de una nueva forma en ciertos contextos. La lengua (o variante) A nunca
se reemplaza de forma inmediata por la lengua (o variante) B, pero ambas pasan a ser usadas
indistintamente en el mismo contexto social. Tras esa fase de variabilidad, el uso de la variante
B se convierte en categórico.
En definitiva, el contacto de dos o más lenguas en un mismo territorio puede desembocar
en diferentes situaciones lingüísticas, como la diglosia (Ferguson, 1959), la superposición
(Fasold, 1984) o el bilingüismo social e individual (Weinreich, 1953; Appel y Muysken, 1987).
Ferguson (1959) explica que la diglosia es una situación en la que se usan dos variedades de un
sistema lingüístico en una misma comunidad de habla: existe una variedad formal, a la que
denomina H (high) y otra variedad vernácula o popular, que llama L (low). Cada variedad tiene
sus propias funciones en la comunidad de habla, desde discursos políticos en los que se usa la
variedad H hasta conversaciones informales de amigos en la variedad L. Los discursos formales
cuentan con un mayor grado de prestigio que se asocia a funciones religiosas y con herencia
literaria e histórica, por lo que es la variedad estándar y, por tanto, es la que tiende a tener una
gramática más compleja, en la que hay distinciones gramaticales marcadas, un sistema
morfofonémico complejo, menor inflexión simétrica y menos regularidad en la marca de casos.
Ferguson (1959) señala que un ejemplo claro de diglosia lo tenemos en el caso de los países

72
árabes en los que coexisten una variedad local vernácula derivada del árabe y el árabe clásico,
como, por ejemplo, en Marruecos. En dicho país, el árabe clásico y el árabe marroquí son dos
variedades separadas y cada una se utiliza para una función comunicativa diferente. El árabe
clásico tiene una rica tradición de comentarios y tratados gramaticales, una gran tradición
literaria, un alto prestigio y una fuerte vinculación con la religión y la cultura. No todos los
marroquíes aprenden esta variedad y aquellos que la aprenden lo hacen mucho más tarde que
el árabe marroquí. Por el contrario, el árabe marroquí casi no se reconoce como una lengua
separada, pues no tiene un sistema escrito oficial y tiene un paradigma verbal menos complejo.
No obstante, también hay casos en los que el concepto de diglosia es menos adecuado
para describir situaciones de bilingüismo estable. Uno de ellos lo tenemos en Paraguay, donde
hay una distinción entre el español y el guaraní como variedades L y H, respectivamente: el
español se utiliza en las esferas públicas, tiene alto prestigio internacional, una rica tradición
literaria, los hablantes lo aprenden fuera de casa y tiene una norma estándar clara; el guaraní se
usa en las esferas privadas, tiene un bajo prestigio por ser considerada lengua indígena, su
literatura se reduce al plano de la oralidad, se aprende en casa y no hay estándar. Aunque el
guaraní es claramente la lengua indígena y el español la lengua estándar, muchos paraguayos,
incluidos los no indígenas, son bilingües, tal y como señala Rubin (1968). Sin embargo, las
características lingüísticas de esta situación difieren de las descritas por Ferguson (1959),
siguiendo su criterio, el guaraní es una lengua mucho más compleja que el español.
Según Fasold (1984), la superposición hace referencia a una situación en la que dos o
más lenguas con diferente grado de prestigio coexisten en un mismo territorio y se puede
producir por cuatro motivos diferentes: la migración, la conquista imperialista, la federación y
la intercomunicación fronteriza. Una lengua estándar puede tener el suficiente grado de
prestigio como para convertirse en dominante tan solo por su propia fuerza cultural, sin apoyo
directo a nivel político. El apoyo político no garantiza por sí mismo que la lengua de una
sociedad se establezca como la variedad alta, pues la dominación política puede crear una
reacción violenta y, consecuentemente, el prestigio cultural de dicha lengua puede decrecer. En
los casos en los que hay discrepancias entre el poder político y militar y el prestigio lingüístico
y cultural, se observa una tendencia a que sea el prestigio el factor que prevalezca el desarrollo
de una lengua en un territorio. El poder político y militar puede desembocar en una situación
de prestigio cultural ante de que se ejerza la influencia lingüística. No obstante, no todas las
situaciones de contacto lingüístico se rigen por el mismo patrón, por lo que es necesario
reconocer que muchos otros factores sociales pueden jugar un papel importante.

73
Asimismo, para que una lengua con prestigio bajo se estandarice, la situación de
superposición debe ser estable durante un largo periodo de tiempo. Esta estabilidad se vincula
con el prestigio relativo de las lenguas H y L y, sobre todo, con las relaciones interculturales
que permiten que los hablantes de la lengua L aprendan la lengua H. Durante el periodo de
estandarización de la lengua L, puede incrementar su prestigio progresivamente y es posible
que otras lenguas H aparezcan. Cuando los factores sociales, culturales y políticos que
determinan la situación de superposición cambian, la relación entre las lenguas implicadas
apenas puede mantenerse.
Por último, el bilingüismo (Weinreich, 1953; Appel y Muysken, 1987) ha sido definido
desde dos perspectivas: la individual y la social. Este último tipo se caracteriza por aparecer
cuando se hablan dos o más lenguas en una misma comunidad, por lo que también se utiliza el
término «multilingüismo». El concepto de bilingüismo lleva intrínseco numerosos problemas a
la hora de encontrar una definición que incluya los casos que el término trae consigo. Teniendo
esto en cuenta, se observan dos definiciones, desde el punto de vista psicológico: por una parte,
Bloomfield (1933: 56) considera que un hablante bilingüe es aquel que posee un control nativo
de dos o más lenguas; por otra parte, Macnamara (1969) reduce esta definición a alguien que
tiene habilidades de segunda lengua en una de las cuatro tradicionales modalidades, aparte de
sus habilidades de primera lengua. Moreno Fernández (1998), por su parte, define el
bilingüismo desde una perspectiva sociolingüística y se refiere simplemente al uso alternativo
de dos lenguas.
Una de las principales consecuencias del bilingüismo (y del contacto de lenguas en
general) es la alternancia de dos lenguas en el mismo discurso, un fenómeno que se conoce por
el nombre de code-switching o code-mixing. Según Moreno Fernández (1998: 268), este
fenómeno hace referencia a la yuxtaposición de lenguas en el mismo discurso de un hablante,
aunque cada oración sigue las reglas morfológicas y sintácticas de cada una de las lenguas
implicadas. Auer (1999: 3) también reflexiona sobre este fenómeno y especifica que está
vinculado a la pertenencia a grupos en tipos particulares de comunidades de habla bilingües.
Las regularidades del uso alterno de dos o más idiomas dentro de una conversación pueden
variar en un grado considerable entre las comunidades de habla y el cambio de código
intraoracional, cuando ocurre, está limitado por consideraciones sintácticas y morfosintácticas
que pueden ser de tipo universal.
Se pueden trazar numerosas clasificaciones teniendo en cuenta diferentes criterios. De
esta forma, Moreno Fernández (1998) realiza un análisis de este fenómeno desde el punto de
vista general del discurso, y una clasificación, en la que se distinguen dos subgrupos: el cambio

74
situacional, por el que se encuentra una distinción temática cuando se trata de usar una variedad
lingüística u otra; y el cambio metafórico, que implica un cambio de lengua entre la variedad
local para asuntos personales y la lengua estándar para asuntos oficiales. Aparte de estos
criterios generales, otros autores, como Appel y Muysken (1987) centran la atención en el nivel
lingüístico y distinguen tres variedades de code-switching: tagswitches, intra-sentential e inter-
sentential. Respecto al primero, existe un acuerdo general sobre los rasgos básicos que lo
componen, de esta forma, tal y como afirman Appel y Muysken (1987: 118), este involucra una
exclamación, una etiqueta o una expresión parentética en otra lengua distinta a la del resto de
la oración. Los cambios intraoracionales constituyen un tipo de fenómeno lingüístico por el que
se produce un cambio de lengua dentro de una misma oración. Este tipo de cambio de código
también se conoce con el nombre de code-mixing. Finalmente, los cambios interoracionales
tienen lugar cuando se produce un cambio de código entre oraciones. En el siguiente ejemplo
se ofrece un texto en el que se pueden observar los tres tipos diferentes de code-switching:

Oh, well, I’ve already decided to speak less Spanish and more English, and my
Charlie is now eating bacon and eggs for breakfast, steak and kidney pie for
dinner and rhubarb and custard for postre.
Bueno, you must excuse me porque tengo que ir al Mackingtosh Hall a los English lessons. Quien lo iba
a decir que a mi edad fuera yo de clase, pero como no aprenda ingles no me dan el pasaporte.
(Panorama, 2/11/1981, citado en García Caba, 2019: 163).

También es necesario mencionar las razones por las que el code-switching se produce
en el discurso de los hablantes bilingües. Teniendo en cuenta el marco lingüístico funcional de
Jakobson (1960) y Halliday et.al. (1964), Appel y Muysken (1987) recogen una explicación
sobre cómo la alternancia de códigos contribuye a la activación de cada función del lenguaje
de una forma particular. Así, el code-switching puede activar la función referencial del lenguaje,
pues ciertos temas se discuten mejor en una lengua que en otra, y la introducción de un tema
nuevo en la conversación puede conducir a un cambio de lengua. La función directiva del
lenguaje incide en el oyente de forma directa, y consecuentemente, el impacto que la alternancia
produce se refleja en los diferentes comportamientos sobre el oyente, como el hecho de excluir
o incluir a ciertas personas en la conversación según la lengua que se utilice en cada momento.
Poplack (1980) sostiene que mediante la alternancia de dos lenguas en el mismo discurso se
produce la enfatización de la identidad mezclada del hablante, como pasa con el cambio de
código entre inglés y español en la comunidad puertorriqueña. Otro de los objetivos del code-
switching recae directamente sobre la función fática del lenguaje, y consecuentemente, se usa

75
para expresar un cambio de tono en la conversación. En relación a la función metalingüística,
la alternancia de códigos desempeña un importante papel cuando se comenta directa o
indirectamente sobre una de las lenguas implicadas en la conversación. Finalmente, Appel y
Muysken (1987) hacen referencia a la función poética del lenguaje, que es reforzada por el uso
del code-switching en chistes y bromas.

3.2.Sustrato, superestrato, adstrato, préstamos e interferencias


El sustrato hace referencia a la influencia léxica, fonética y gramatical que recibe la lengua
hablada originalmente en un territorio concreto (Wartburg, 1952; Alonso, 1939, 1941, 1982;
Navarro Sánchez, 2006). Normalmente, la acción del sustrato tiene lugar en contextos de
conquistas de un pueblo sobre otro. Cuando la influencia se da al revés, es decir, la lengua del
pueblo conquistador recibe la influencia de la lengua del pueblo conquistado, el fenómeno
recibe el nombre de superestrato. La teoría del sustrato como causa de diferenciación lingüística
en un territorio en el que hay situación de contacto lingüístico, como por ejemplo el caso del
español y las lenguas indígenas en América, tan solo puede aplicarse al ámbito del léxico y, en
menor medida, a algunas cuestiones fonéticas; pero esta teoría no soluciona nada en el nivel
gramatical y sintáctico. Por otra parte, el término adstrato constituye la influencia existente
entre dos lenguas que, tras haber convivido durante cierto periodo de tiempo en el mismo
territorio, viven posteriormente en territorios vecinos o colindantes. Muchos lingüistas utilizan
este término para explicar la influencia mutua de dos lenguas o dialectos vecinos, como por
ejemplo el caso del catalán o el gallego con el español en España. El adstrato también se utiliza
para denominar una lengua o dialecto que influye parcialmente por motivos de cercanía
geográfica o coincidencia temporal sobre otra lengua o dialecto, como el caso del árabe sobre
el español. En otras palabras, la acción del adstrato tiene lugar cuando ambas lenguas, la
invasora y la nativa, coexisten e influyen la una sobre la otra sin necesidad de que alguna de
ellas desaparezca.
Haugen (1950) sostiene que los préstamos (en inglés, borrowings) se definen como el
intento de reproducir rasgos lingüísticos de una lengua en otra. Esta reproducción no tiene por
qué ser mecánica, sino todo lo contrario: su naturaleza puede variar de la original. Este autor
realiza una clasificación de los préstamos en la que tiene en cuenta el proceso que siguen para
introducirse en una lengua y compara el material lingüístico original con la imitación en la
lengua recipiente o receptora. Los préstamos léxicos (loanwords o lexical borrowings) se han
definido como palabras que en algún momento de la historia de la lengua han entrado en el
léxico como resultado de un proceso de préstamo (o transferencia). Este término se ha usado
76
con dos sentidos diferentes: (1) como un término general para referirse a todo tipo de procesos
de transferencia, ya sea debido a que los hablantes nativos adoptan elementos de otras lenguas
en la suya propia o a que hablantes no nativos imponen propiedades de su lengua nativa a otras
lenguas. Este sentido del término es el más aceptado en la literatura específica del contacto
lingüístico; (2) los préstamos hacen referencia a la incorporación de elementos de lenguas
ajenas a la lengua nativa de los hablantes (Thomas y Kaufman, 1988: 21). Esta acepción del
término es un sinónimo de «adopción» (en inglés, adoption). Haspelmath (2009) utiliza el
término préstamo en un sentido amplio y común y llama a los dos tipos de préstamos, adopción
e imposición, dependiendo de si se trata de hablantes nativos o no (Van Coetsem, 1988;
Winford, 2005). También utiliza los términos transferencia y calco como sinónimos de
préstamo. La lengua de la que el préstamo se toma se llama donor language y la lengua a la que
se transfiere el préstamo, la lengua recipiente o receptora (recipient language). Otros términos
que se han utilizado en el ámbito del contacto de lenguas son lengua fuente (en inglés, source
language/borrowing language) y lengua modelo o réplica (en inglés, model language/replica
language). La palabra que sirve como modelo para el préstamo se llama palabra fuente (en
inglés, source word).
Los préstamos siempre son palabras, en el sentido amplio, y normalmente no pueden
analizarse en la lengua recipiente. La source word correspondiente en la lengua donante puede
ser más compleja en su forma, pero su estructura interna se pierde cuando la palabra se introduce
en la lengua recipiente. Por ejemplo, en ruso existe el préstamo buterbrod (sandwich), tomada
del alemán. Esto es un compuesto transparente en alemán, pero como el ruso no tiene otras
palabras con los elementos buter o brod, la palabra rusa ha pasado a ser monomorfémica y no
puede analizarse por hablantes nativos. Sin embargo, cuando una lengua toma prestada
múltiples palabras complejas de otra lengua, los elementos pueden surgir con un significado
similar para que la estructura morfológica pueda reconstruirse. Esto es lo que ocurre en japonés
con préstamos compuestos del chino. También ocurre esto con compuestos en el inglés
neoclásico, como ethnography, ethnocracy o ethnology, cuyo patrón está claro hasta para
hablantes que no saben griego o latín. El término préstamo hace referencia a un cambio
lingüístico completo, un proceso diacrónico que empezó como una innovación individual pero
que se ha propagado en el discurso de la comunidad.
Se puede realizar una distinción entre material borrowing y structural borrowing. El
primero hace referencia a la transferencia de pares de sonidos y significado (generalmente
lexemas, o concretamente, raíces lexemas, pero a veces pueden ser tan solo afijos y
ocasionalmente frases enteras). Haugen (1950: 219) proporciona el siguiente ejemplo de

77
material borrowing: el término alemán de Pennsylvania, bockabuch (pocketbook), en el que
bocka- es material prestado del inglés, pocket, y –buch, que proviene del alemán. Los structural
borrowings constituyen la transferencia de patrones sintácticos, morfológicos o semánticos,
como el orden de palabras, el caso, patrones semánticos, etc. Un ejemplo de structural
borrowing lo tenemos en el término alemán, herunter-laden, que constituye un calco del inglés,
down-load (Haspelmath, 2009: 39). Los préstamos son el tipo más importante de material
borrowing y los calcos son un tipo importante de structural borrowing. Un calco es una unidad
léxica compleja, puede ser una palabra simple o una expresión, puede crearse a través de la
traducción de elemento por elemento de la source unit. Ejemplos claros son los calcos
compuestos como los el del alemán herunter-laden (calco del inglés, down-load; o del alemán,
Lehn-wort).
Los hablantes bilingües suelen alternar entre dos lenguas en un mismo discurso, a veces
incluso en la misma oración o en la misma palabra. Aunque existen restricciones gramaticales
en el code-switching (Myers-Scotton, 1993, Muysken, 2000), la alternancia entre dos lenguas
no está convencionalizada. Esto no significa que no haya mezcla de códigos, sino que los
hablantes producen enunciados mezclados con elementos de ambos códigos. Por tanto, el code-
switching no es un caso de cambio lingüístico inducido por el contacto, sino que es un cambio
inducido por el comportamiento del discurso. En ese sentido, este fenómeno se diferencia
bastante de los préstamos: en estos últimos, hay siempre una necesidad, mientras que en el
code-switiching, no. Sin embargo, cuando un enunciado está formado por una sola palabra de
una lengua y el resto de palabras pertenecen a otra lengua, puede ser difícil decidir si dicha
palabra es un préstamo o simplemente estamos ante un cambio de código de una sola palabra,
como veremos posteriormente en el análisis.
Desde la perspectiva de una lengua entera, no de un solo hablante, un préstamo es una
palabra que puede usarse convencionalmente como parte del sistema. En particular, puede
usarse en situaciones donde no ocurre el code-switching, como el discurso de monolingües.
Este es el criterio más simple y más seguro para distinguir préstamos de cambios de código de
una sola palabra. Pero normalmente se puede dar el caso de que la totalidad de la comunidad
de habla sea bilingüe, de manera que el code-switching siempre puede ocurrir. En esas
circunstancias, el criterio de la frecuencia es útil: si conceptos particulares pueden ser
expresados con frecuencia o con regularidad por una palabra originada en otra lengua, mientras
que otros conceptos exhiben mucha más variabilidad, entonces el primer grupo puede ser
considerado préstamos, mientras que el segundo grupo son cambios de código (Myers-Scotton,
1993: 191-204).

78
Además, los préstamos normalmente exhiben varios grados de adaptaciones fonológicas
y morfológicas, mientras que el code-switching por definición no exhibe ningún tipo de
adaptación. No obstante, este hecho no se observa tanto en la literatura escrita de Gibraltar,
donde se ha señalado cómo también existen mezclas en el nivel morfológico, tal y como se
observa en los textos de la publicación Calentita (García Caba, 2019, en prensa; Rivas
Zancarrón, 2008). Algunos autores lo han concebido como el rasgo distinguidor más saliente
de los préstamos, pero está claro que no es un criterio que esté convencionalizado a la
perfección. En particular, palabras no convencionalizadas tomadas de otra lengua pueden
integrarse morfológicamente y los cambios de código suelen pronunciarse con el acento de la
lengua de la que se toma si el hablante habla una de las dos lenguas de forma no nativa. Estos
cambios de código pueden difícilmente distinguirse de los préstamos que se han adaptado
fonológicamente. Para esas palabras adaptadas fonológica y morfológicamente y no
convencionales, el término nonce borrowing se usa bastante, en contraste con los established
borrowing (Sankoff et al., 1990). Sin embargo, esta terminología es confusa, pues el préstamo
en general puede definirse como un proceso de cambio lingüístico completo, y un préstamo
léxico en particular puede ser un tipo específico de ese cambio. Según esto, los préstamos serían
estables por definición. En cambio, el code-switching se define como el uso de un elemento de
otra lengua en el discurso en el momento en el que se emite, por lo que ese tipo de préstamos
serían cambios de código.
Por supuesto que todos los préstamos léxicos comienzan siendo innovaciones en el
discurso, como ocurre en otros tipos de cambio lingüístico, y el proceso de propagación de la
palabra novedosa a través de la comunidad de habla es gradual (Croft, 2000). También es
posible que el proceso en el que una palabra se introduce en el lexicón mental de un hablante
sea gradual, como vemos en el caso de nuestra investigación. Entonces, es probable que haya
casos intermedios entre préstamos y cambios de código de una sola palabra. Estos casos reciben
el nombre de incipient loanwords, regular switches, o similares, pero no serían casos de nonce
borrowings, porque este término es contradictorio. Según Myers-Scotton (1993) muchos
préstamos léxicos comienzan siendo simples cambios de código que gradualmente se van
convencionalizando como préstamos, aunque bien es cierto que no hay mucha evidencia de que
esto sea así al cien por cien. En cualquier caso, la ocurrencia del code-switching es universal en
situaciones bilingües y el préstamo léxico no depende del primero.
La palabra fuente de los préstamos léxicos normalmente tienen propiedades fonológicas,
ortográficas, morfológicas y sintácticas en la lengua donante que no encajan en el sistema de la
lengua recipiente. Por ejemplo, el ruso no tiene el sonido vocálico frontal redondeado, así que

79
palabras del francés como résumé son problemáticas. En estas situaciones, los préstamos
léxicos experimentan cambios para adaptarse a la lengua recipiente. Estos cambios suelen
conocerse por el nombre de loanword adaptation o loanword integration. Así, el ejemplo
anterior experimenta el siguiente proceso de adaptación en el ruso: résumé > rezjume.
La adaptación de los préstamos léxicos a veces es indispensable para poder usar la
palabra en la lengua recipiente. En particular, las lenguas que tienen género y flexión necesitan
asignar cada palabra a un género y a un tipo de flexión para que puedan ocurrir los patrones
sintácticos que requieren concordancia de género o ciertos tipos de formas flexivas. Así, por
ejemplo, los préstamos del árabe tienen que adaptarse ortográficamente en inglés porque de
otra forma no podrían leerse. Sin embargo, en muchos casos el grado de adaptación varía en
función de la edad del préstamo, el conocimiento de la lengua donante de los hablantes de la
lengua recipiente y su actitud ante la lengua donante. Si la lengua donante es conocida y/o el
préstamo es reciente, los hablantes de la lengua recipiente pueden adaptar o no la pronunciación
de la palabra, y pueden tomar prestados ciertas formas de flexión de la lengua donante, como,
por ejemplo, las formas plurales de palabras inglesas tomadas del griego y del latín, como
phenomenon/phenomena, fungus/fungi, crisis/crises. La adaptación ortográfica no implica
necesariamente que los hablantes o lectores tengan que estar familiarizados con el sistema de
escritura de la lengua donante, como ocurre en el japonés y el ruso con las palabras del inglés
que no siempre se adaptan ortográficamente, porque se espera que los hablantes estén
familiarizados con el alfabeto latino.
Los préstamos léxicos que no se han adaptado al sistema de la lengua recipiente se
suelen reconocer como tal y reciben el nombre de extranjerismos. Sin embargo, el
reconocimiento de una palabra como préstamo puede ser un asunto complejo que depende de
diferentes factores, y la adaptación solo es uno de ellos. Otro factor es la novedad: si una palabra
acaba de entrar en la lengua, muchos hablantes viejos podrán recordar un estadio anterior de la
lengua y de esta forma serán conscientes de la juventud de la palabra. Los hablantes innovadores
pueden recibir las críticas de los hablantes más conservadores por el hecho de usar un préstamo
léxico, y esto contribuye a crear conciencia general sobre el grado en el que una palabra es
aceptada y establecida como parte de la lengua. La noción de extranjerismo se encuentra
cercana a los cambios de código de una sola palabra, porque incluso estos últimos se encuentran
menos integrados que los extranjerismos. Por tanto, el proceso de integración es el grado en el
que una palabra pertenece por completo al sistema lingüístico de la lengua recipiente. Los
préstamos léxicos pueden clasificarse en préstamos culturales (cultural borrowings), que
designan una nueva realidad, y los préstamos duplicadores (core borrowings), que duplican el

80
significado de una palabra nativa que ya existe (Myers-Scotton, 2002: 41, Myers-Scotton,
2006).

3.2.1. Cultural borrowings


Los préstamos culturales también son conocidos como «préstamos por necesidad». Sin
embargo, los préstamos nunca son necesarios realmente, porque todas las lenguas tienen los
suficientes recursos creativos para crear nuevas palabras que designen nuevas realidades.
Brown (1999) documenta que muchas lenguas norteamericanas no usan préstamos para
introducir nuevos conceptos como «arroz», «reloj» y «semana», porque utilizan sus propios
recursos para nombrar esas realidades. Si un nuevo concepto se hace frecuente y la expresión
creada es demasiado complicada, hay siempre formas de acortar las expresiones. Este proceso
es bastante parecido al cambio semántico o a la extensión, que es un mecanismo que también
suele usarse frecuentemente en la creación de palabras. Por ejemplo, las palabras inglesas
volume, mouse, menu, memory y bookmark han adoptado nuevos significados en el ámbito de
la informática y el inglés no tiene la necesidad de adoptar préstamos para designar esas
realidades. Por tanto, para explicar el amplio uso de los préstamos para nuevos conceptos es
necesario pensar antes en la conveniencia de usar préstamos en situaciones de bilingüismo. Un
ejemplo lo tenemos en los Andes: tan pronto como los hablantes se convierten en bilingües de
quechua y español, el uso de palabras españolas para designar nuevos conceptos se vuelve
necesario, y usar neologismos del quechua o extensiones de significado se vuelve innecesario.
Esta eficiencia puede anularse si existe una convención cultural fuerte en la comunidad
al usar la lengua propia como un marcador de la identidad étnica. Por ejemplo, Aikhenvald
(2002) describe la situación de contacto entre la lengua arahuaca tariana y las lenguas tucanas
del este, que son dominantes en la región de Vaupés en la Amazonia. Todos los hablantes de
tariana son bilingües y los rasgos gramaticales de dicha lengua se encuentran fuertemente
influenciados por los rasgos de las lenguas tucanas, pero por la presión cultural de querer
mantener la lengua tariana, casi no hay préstamos tucanos en la lengua tariana, así que
realmente los neologismos son calcos: di-tape-dapana (medicina- casa), ‘hospital’, es un calco
del Tucano /hko-wi’i/ (Aikhenvald 2002: 229). De igual forma, mientras que las élites educadas
de los países francófonos tienden a ser bilingües en inglés, hay cierta presión cultural para evitar
préstamos léxicos del inglés en ciertos ámbitos, como en la informática, por lo que se prefiere
usar neologismos basados en palabras francesas e, incluso, los órganos de planificación
lingüística los aceptan y promulgan (un claro ejemplo es la preferencia del término courriel por
el inglés, e-mail). El caso del francés contrasta con lo que ocurre en muchas lenguas europeas,
81
como el italiano, el alemán y el holandés, en las que las élites educadas son más receptivas al
uso de los préstamos léxicos del inglés. La resistencia cultural al uso de préstamos se llama
purismo.
El problema de esta explicación basada en actitudes culturales es que hay cierto peligro
de circularidad (circularity), es decir, que se pueden inferir actitudes puristas al evitar el uso de
los préstamos. Mientras que la mayoría de los préstamos léxicos pueden medirse, las actitudes
de los hablantes no pueden inferirse tan fácilmente de una forma objetiva. Los hablantes no
suelen ser conscientes de las actitudes que tienen hacia los préstamos, porque raramente tienen
conocimiento suficiente sobre otras situaciones sociolingüísticas y otras posibles actitudes. Sin
embargo, en las lenguas con tradiciones discursivas con un estatus poderoso, el purismo se
manifiesta entre las élites educadas en publicaciones recomendadas, o incluso a través de la
existencia de autoridades lingüísticas, como las academias de la lengua, cuyas recomendaciones
son seguidas por los profesores, periodistas, etc. En estos casos, puede triunfar el purismo, pues
los préstamos son reemplazados por palabras de la lengua nativa. Por ejemplo, este fenómeno
tuvo lugar en varias lenguas del centro y este de Europa desde el siglo dieciocho hasta la primera
mitad del siglo veinte; también ocurrió en el coreano, que sustituyó muchos elementos del
japonés tras la liberación de 1945 (Song, 2005: 84).
Por tanto, a no ser que haya actitudes puristas significativas entre hablantes con
influencia, es más probable que los nuevos conceptos de otras culturas se expresen a través de
préstamos si la lengua donante es más conocida. Si hay poca gente que hable la lengua donante,
los neologismos nativos y los cambios de significado son más propicios que aparezcan para
expresar nuevos conceptos. Por ejemplo, Brown (1999) señala que las lenguas norteamericanas
que tienen contacto con el inglés toman prestado menos palabras que las lenguas que están en
contacto con el español. Esto ocurre porque las poblaciones indígenas tuvieron un mayor acceso
al español a través de los colegios de los misioneros que al inglés durante el periodo inicial de
contacto europeo.

3.2.2. Core borrowings


Son los préstamos que duplican o reemplazan palabras que ya existen en la lengua nativa. Los
hablantes utilizan este tipo de préstamos porque dichos términos se vinculan al prestigio que
recibe la lengua donante. Al igual que ocurre con la actitud purista, el prestigio es un factor que
es complicado de medir de forma independiente. Sin embargo, parece que el prestigio es un
factor de vital importancia en el cambio lingüístico. La forma en la que hablamos o escribimos
no está solo determinada por las ideas que queremos expresar, sino también por la impresión
82
que queremos dar y por el tipo de identidad social a la que queremos que nos asocien. Otros
términos como el de cultural pressure (Thomason y Kaufman, 1988: 77) o el de loss of vitality
(of the recipient language) (Myers-Scotton, 2006: 215) están relacionados, pero son más
imprecisos e intangibles que el prestigio.
En situaciones de bilingüismo, es fácil de entender por qué se adoptan palabras para
nombrar conceptos que ya existen, como en el caso los hablantes bilingües de árabe marroquí
y bereber. Cuando casi todo el mundo entiende la otra lengua, no es importante qué palabras se
usan para describir una realidad, pues el resto lo seguirá entendiendo. El efecto que puede tener
un préstamo léxico en el sistema de la lengua recipiente se clasifica de la siguiente forma:
inserción (insertion), cuando la palabra se introduce en el vocabulario como un elemento
completamente nuevo; reemplazo (replacement), cuando la palabra puede reemplazar una
palabra anterior con el mismo significado que cae en desuso o cambia su significado;
coexistencia (coexistence), cuando la palabra puede coexistir con una palabra nativa con el
mismo significado. Los préstamos léxicos que se insertan son los préstamos culturales, mientras
que los core borrowings son los que se introducen en la lengua a través del reemplazo y la
coexistencia. A veces es difícil establecer la diferencia entre ambos tipos de préstamos. Ambos
tipos de préstamos, los culturales y los duplicadores, están presentes en los periódicos que
hemos analizado, como se verá posteriormente.

3.2.3. Therapeutic borrowing


Los préstamos léxicos también pueden introducirse en una lengua cuando la palabra original en
la lengua nativa no puede usarse más. Se distinguen dos casos: el préstamo por motivos de tabú:
en algunas culturas, hay reglas estrictas sobre ciertas palabras que son tabú; y el préstamo
también puede introducirse para evitar la homonimia.

3.3.Adoption vs. imposition


La distinción entre ambos términos es importante en el caso de los préstamos de rasgos
estructurales. Algunos rasgos fonológicos y sintácticos de una lengua dominante se adoptan en
la lengua nativa de los hablantes, pero otros rasgos son impuestos por hablantes no nativos de
forma no intencionada. Los rasgos impuestos sobreviven solo si un gran número de hablantes
adquieren una nueva lengua y cambian a ella. Por tanto, los rasgos de las lenguas indias
sobreviven en el inglés indio, pero en el inglés británico, donde la mayoría de hablantes de la

83
India no tienen el suficiente impacto en la lengua general. Los préstamos por imposición
también pueden denominarse influencia del sustrato o del superestrato.
En las situaciones de imposición, ya sea por influencia del sustrato o del superestrato,
los préstamos se relacionan con la fonética y la sintaxis, mientras que en las situaciones de
adopción (por influencia del adstrato), los préstamos afectan al ámbito léxico primero y luego
se extiende a otros ámbitos de la estructura de la lengua. Esto se entiende porque los hablantes
de la segunda lengua no pueden evitar las interferencias fonológicas y sintácticas de su lengua
nativa, pero es fácil de evitar usar palabras de su lengua nativa. Pero si la influencia del sustrato
es igual que la imposición (la agentividad de los hablantes no nativos), solo la influencia del
adstrato es igual a la adaptación (la agentividad de los hablantes nativos), por lo que la pregunta
es por qué la influencia del sustrato léxico ocurre. Las palabras no se retienen de forma
inintencionada en una situación de sustrato porque hay otros mecanismos de préstamo. En
primer lugar, las palabras pueden haberse adoptado antes de que la lengua prestada se convierta
en dominante y antes de que los hablantes de la lengua donante empiecen a cambiar. En segundo
lugar, el grupo dominante puede tomar prestado palabras para conceptos que no existen
previamente, especialmente en el caso de los nombres de animales, plantas y otros fenómenos
de la naturaleza. En tercer lugar, las palabras del sustrato pueden ser retenidas ocasionalmente
por los hablantes del sustrato como marcadores de su identidad. El cambio lingüístico tiene
lugar generalmente cuando un grupo de hablantes decide que quiere integrarse en un grupo de
mayor prestigio y con más poder, pero esto no es incompatible con retener algunas palabras
emblemáticas de la lengua original. Ross (1991) discute que los préstamos emblemáticos son
casos especiales de adopción más que de imposición. Por ejemplo, el uso de algunas palabras
Yiddish en el inglés neoyorquino, especialmente cuando marcan la identidad judía, pueden
integrarse en esta categoría. Finalmente, la supervivencia de ciertos términos de la lengua
subordinada en la lengua dominante, como el caso de los galicismos en el inglés, se denomina
tradicionalmente superestrato.
Otras categorías a tener en cuenta en situaciones de contacto lingüístico son las de los
préstamos y las interferencias lingüísticas (interferences). El fenómeno del préstamo lingüístico
se relaciona normalmente con situaciones de mantenimiento de la lengua. Autores como
Haugen (1950) o Thomason y Kaufman (1988: 37) lo han definido como la incorporación de
rasgos lingüísticos ajenos a la lengua nativa de una comunidad y esta adopción de préstamos
lingüísticos de otras lenguas en la lengua nativa de un hablante se suele produce de forma
consciente en la mente de los hablantes. Por el contrario, las interferencias lingüísticas se
vinculan a situaciones de adquisición de una segunda lengua y al cambio lingüístico y se define

84
como la influencia de la L1 en la L2. No obstante, no existe un consenso claro sobre cómo
debería definirse el préstamo lingüístico o sobre cómo puede distinguirse de las interferencias,
otra categoría sobre la que se discutirá posteriormente. Por ejemplo, Aikhenvald (2002) Y Trask
(2000) definen los préstamos como la transferencia de rasgos lingüísticos de cualquier tipo
desde una lengua a otra como resultado del contacto. Estos mismos autores definen la
interferencia como la transferencia no deliberada de rasgos lingüísticos desde la L1 de un
hablante a la L2, por lo que señalan que es un fenómeno aplicable sobre todo a situaciones de
adquisición de una segunda lengua. Por tanto, su definición implica que las interferencias son
un subtipo de préstamo lingüístico. Por el contrario, Heine y Kuteva (2005: 6) definen el
préstamo de forma más concreta y se refieren a la transferencia de contacto inducido que
implica la sustancia fonética de un tipo o de otro y lo distinguen de las transferencias de
significado (incluyendo significados o funciones gramaticales) y de las relaciones sintácticas.
Esto implica que la transferencia de rasgos estructurales no puede considerarse un caso de
préstamo. El planteamiento que Thomason y Kaufman (1988) proponen es diametralmente
opuesto, pues estos autores consideran que no solo la estructura puede ser un caso de préstamo,
sino que, efectivamente, puede conducir, en casos extremos, a cambios tipológicos en la lengua
de la que se cogen los préstamos.
Por su parte, van Coetsem (1998, 2000) introduce una clasificación en la que se observa
una distinción mucho más clara de los dos tipos de influencias interlingüísticas, el préstamo y
la imposición (en inglés, borrowing and imposition). El segundo equivale a términos como
«interferencia por cambio» e «influencia del sustrato». Desde esta perspectiva, la transferencia
responde a un sentido neutro y hace referencia a cualquier tipo de influencia interlingüística.
En ambos tipos de transferencias, hay una source language (SL) y una recipient language (RL).
La direccionalidad del cambio es siempre la misma: desde la SL a la RL. El agente del cambio
puede ser tanto un hablante de la RL, que sería un caso de préstamo (RL agentivity) como uno
de la SL, que sería el caso de la imposition (SL agentivity). Van Coetsem (1988: 3) proporciona
la siguiente definición de préstamo lingüístico: la transferencia de rasgos lingüísticos de la
source language a la recipient language llevada a cabo por el hablante de la RL (recipient
language agentivity). Por el contrario, este autor define la imposition como la transferencia de
rasgos lingüísticos desde la RL a la SL llevada a cabo por un hablante de la SL. Esta distinción
está basada, sobre todo, en la noción psicolingüística de dominación lingüística. Como explica
este mismo autor (1995: 70), un hablante bilingüe puede estar lingüísticamente dominado en la
lengua en la que es más hábil y en la que tiene mayor fluidez, que no tiene por qué
corresponderse con su lengua nativa. En el caso de los préstamos, los rasgos de la SL no

85
dominante se transfieren a la RL a través de la agentividad de hablantes dominantes en la RL.
En estos casos, los préstamos suelen ser sobre todo de tipo léxico, aunque también pueden
tratarse de préstamos de rasgos estructurales. En la imposición, la SL es la lengua dominante
del hablante, que transfiere rasgos de la SL a la RL, en la que el hablante es menos habilidoso,
como por ejemplo en una L2 que esté aprendiendo (Winford, 2005; Smits, 1998). También se
observa una distinción entre la dominación lingüística y la dominación social, que hace
referencia al estatus sociopolítico de los hablantes. Es importante señalar que la lengua
socialmente dominante puede ser o no la lengua lingüísticamente dominante del hablante. Esto
significa que tanto el préstamo como la imposición pueden llevarse a cabo desde la lengua
socialmente dominante a la lengua socialmente subordinada, y viceversa. Asimismo, las
relaciones de dominación pueden cambiar a lo largo del tiempo, tanto individual como
grupalmente en las comunidades de habla.
Por tanto, los préstamos pueden ser definidos como la transferencia de materiales
lingüísticos desde una SL a una RL a través de la agentividad de hablantes que tienen como
lengua dominante la RL, es decir, a través de la agentividad de RL. La naturaleza y la extensión
de los préstamos también dependen de otro importante factor, que van Coetsem (1988: 25)
denomina stability gradient of language. Este factor hace referencia al hecho de que ciertos
ámbitos o componentes de la estructura lingüística, como la fonología, la morfología o ciertos
aspectos de la sintaxis y la semántica, tienen a ser más estables y por tanto más resistentes al
cambio que otros, como el léxico y ciertas áreas de la estructura como la morfología
derivacional, los morfemas libres y algunos aspectos de la sintaxis, que son menos estables y
por tanto más propensos al cambio. De forma general, los préstamos suelen darse sobre todo el
ámbito léxico y en los campos menos estables y normalmente no tienen un impacto significativo
en la gramática de la RL. En definitiva, para estos autores los préstamos pueden ser definidos
como la transferencia de materiales lingüísticos desde una SL a una RL a través de la
agentividad de RL, es decir, de la lengua dominante del hablante. Es una definición que tiene
en consideración los mecanismos psicolingüísticos por los que los hablantes introducen
materiales desde una lengua ajena o externa a la lengua en la que son más habilidosos. En todo
ese proceso se observa una tendencia a mantener los campos más estables de la RL: esto no
quiere decir que los préstamos pueden ser de elementos estructurales o rasgos gramaticales
abstractos, sino que los préstamos de elementos estructurales ocurren solo bajo circunstancias
muy específicas.
Elizaincín (2007) aúna las tradicionales teorías del sustrato y del superestrato con las
propuestas sobre los préstamos y las interferencias de Winford (2005) y van Coetsem (1988).

86
Por un lado, Elizaincín (2007) llama B a la comunidad autóctona, β a su lengua y b a los
individuos de dicha comunidad. Por otro lado, denomina A a la comunidad invasora o migrante,
α a su lengua y a los individuos que integran esa comunidad. Teniendo en cuenta estos
presupuestos plantea dos situaciones básicas:

A conquista a → B, entonces A/B (Elizaincín, 2007: 125)

Propone entonces dos posibilidades:

* b aprende → α, entonces, bilingüismo β/α


Resultado: en α se hallarán rasgos de β (SUSTRATO)
** a aprende → β, entonces, bilingüismo α/β
Resultado: en β se hallarán rasgos de α (SUPERSTRATO)
(Elizaincín, 2007: 125)

El mismo autor añade la siguiente información al esquema:

A//B ------------------------ b (β/α) ----------------------- α←β


β←α
Contacto Bilingüismo Acción del
sus-superstrato
Elizaincín, 2007: 126)

Los préstamos (léxicos) y las transferencias estructurales (fonéticas, morfológicas y sintácticas)


se relacionan con cada una de estas tendencias de la siguiente forma: la acción del sustrato, es
decir, de la primera de las posibilidades expuestas, favorece la aparición de las transferencias
interlingüísticas estructurales; mientras que la acción del superestrato, la segunda de las
posibilidades, favorece la de los préstamos. En Elizaincín (1992: 59) encontramos la siguiente
explicación:

En el habla de b [v. esquema anterior] será fácilmente observable lo siguiente:


1) cuando utiliza α, ésta estará en mayor o menor grado influida por β (ello dependerá de muchos y complicados
factores).
2) cuando utiliza β (lengua nativa) ésta evidenciará rasgos, formas y estructuras de α.
1) es la situación normal de sustrato, campo propicio para las interferencias. Las interferencias, sobre todo si del nivel
fónico se trata, se dan en forma inconsciente, no son controladas en absoluto por el hablante;
2) es la situación normal de superstrato, campo quizás más propicio para los préstamos. Los préstamos, sobre todo si
de léxico se trata, no se dan en forma inconsciente. En general se pide conscientemente algo prestado. En otras
palabras, podrá observarse en el individuo bilingüe que habla su lengua nativa, rasgos de la otra lengua (superstrato:
préstamos); cuando habla la otra lengua, rasgos de la suya (sustrato: interferencias).

87
Por tanto, las teorías de Winford (2005) y van Coetsem (1988) se relacionarían con lo expuesto
de la siguiente forma: la acción del superestrato se correspondería con la agentividad de RL,
mientras que la acción del sustrato se correspondería con la agentividad de SL.

3.4.El contacto lingüístico entre el español y el inglés en los Estados Unidos: los
anglicismos y el Spanglish
La situación de contacto entre el inglés y el español puede derivar en la presencia de dos
fenómenos: los anglicismos y el Spanglish. En cuanto al primero de los fenómenos, los
anglicismos, existen numerosas definiciones, pero la mayoría de autores hace referencia a la
distinción elaborada por Haugen (1950), entre préstamos y calcos o traducciones; es decir,
aquellas palabras que, o bien se parecen al original en lengua inglesa, aunque se hayan adaptado
al español, o bien aquellos términos que se han calcado directamente al español para expresar
una idea o expresión inglesa (Huyke Freiría, 1978; Rodríguez Segura, 1999). Sin embargo,
otros autores también consideran que el anglicismo debe tener apariencia inglesa (Latorre
Ceballos, 1991; Gómez Capuz, 2000, 2004, 2005 y Görlach, 2003). De esta forma, los
anglicismos pueden entenderse como las palabras de procedencia anglosajona que llegan a otras
lenguas con la intención de expresar una realidad o concepto desconocido en la lengua de
origen. Normalmente, los anglicismos se introducen a través de los medios de comunicación,
como la prensa, que constituye el objeto de estudio de esta tesis. La alta frecuencia de aparición
de anglicismos en los medios contribuye a su adopción en la lengua receptora. Existen
numerosas clasificaciones de anglicismos según diferentes criterios: la necesidad de
incorporación a la lengua, su frecuencia de uso o su tipología formal. Este tipo de criterios
atiende a los rasgos ortográficos de los anglicismos y las diferencias que presentan respecto de
la lengua receptora.
El contacto entre el inglés y el español que tiene lugar en el habla de la mayor parte de
los hispanohablantes en los Estados Unidos se ha denominado con el nombre de Spanglish
(Hernández-Chávez, Cohen y Beltramo, 1975). Este fenómeno lingüístico no es nada nuevo,
pues el contacto entre el inglés y el español se lleva dando en este territorio desde 1848 (o
incluso años antes), fecha en la que se firma el Tratado de Guadalupe Hidalgo y Texas, Nuevo
México, Arizona, Colorado, Utah y California se incorporan a los Estados Unidos. Desde la
perspectiva del contacto lingüístico, Torres (2004) define el Spanglish como la interlengua que
usan los hablantes de inglés que aprenden español, aunque también coincide con otros autores
en el hecho de que este fenómeno también integra el uso de préstamos del inglés en el español,

88
ya se trate de calcos simples (carpeta, del inglés, carpet, para referirse a la alfombra), complejos
(maquina lavadora, del inglés, washing machine, lavadora) o léxico-sintácticos (tuve un buen
tiempo, del inglés, I had a good time, lo pasé bien). Por su parte, Moreno Fernández (2004) lo
define como una «mezcla de lenguas bilingüe» que engloba diferentes grados de contacto:
desde el uso del español con algunos anglicismos, al uso del inglés con hispanismos y a la
presencia constante de préstamos, calcos y alternancias aleatorias en áreas intermedias del
continuo bilingüe español-inglés. Asimismo, este mismo autor señala que, desde una
perspectiva sociohistórica, el Spanglish se forma en un grupo étnico que se resiste a la completa
asimilación al grupo dominante estadounidense. No obstante, desde una perspectiva lingüística,
este fenómeno se encuentra más diversificado, pues se manifiesta, como se ha mencionado
anteriormente, de diversas formas como los préstamos, los calcos, las transferencias
gramaticales o la alternancia de lenguas.
Autores como Castro Roig (2001), Lipski (2002), Stavans (2003), Torres (2004) o
Salaberry (2005) sugieren que el Spanglish no se inscribe geográficamente al territorio
estadounidense de forma exclusiva, sino que señalan que se trata de un fenómeno que tiene
lugar en todos los países hispanohablantes.

3.5.Las actitudes lingüísticas


3.5.1. Las actitudes en la Sociolingüística sincrónica
En las comunidades bilingües y multilingües, el concepto de actitud lingüística es relevante,
pues las normas y valores culturales de un grupo se transmiten a través del lenguaje (Appel y
Muysken, 1987: 11). De esta forma, el hecho de que una determinada variedad sea usada por
cierta comunidad de hablantes suscita un sentido de identidad que discierne a sus hablantes de
los de otras comunidades, y, en consecuencia, lengua e identidad son dos conceptos que parecen
estar ligados. Moreno Fernández (1998) se acerca a la idea de identidad y sostiene que este
concepto constituye un elemento fundamental en la diferenciación entre grupos étnicos.
Paralelamente, este autor también distingue dos formas de definir la identidad: objetiva y
subjetivamente; mientras la primera viene dada por patrones culturales e institucionales, la
segunda tiene en cuenta el sentimiento de comunidad compartida y la idea de diferenciarse de
los otros. Además, este autor considera que la lengua desempeña un importante papel en
relación al concepto de identidad, pues una comunidad no solo se caracteriza por su variedad
lingüística, sino que esta también sirve de instrumento de diferenciación y percepción
comunitaria.

89
En relación a este tema, Appel y Muysken (1987: 12) utilizan la comunidad de hablantes
de español que viven en Estados Unidos como un ejemplo de ethnolinguistic group, y afirman
que, aunque no existen criterios fijos, la identidad de un grupo es considerada étnica cuando
tiene rasgos suficientes para diferenciarla de la de otros grupos. A este respecto, Fishman (1977)
diferencia tres dimensiones para explicar el concepto de etnia: paternidad, que hace referencia
a la idea de que la etnia se hereda y se adquiere generación tras generación; patrimonio, que
hace referencia al legado del colectivo; y fenomenología, que alude a las actitudes subjetivas
que los individuos tienen hacia la pertenencia de un potencial grupo étnico. Paralelamente, Ross
(1979) realiza una distinción entre las diferentes aproximaciones a la definición de este término
que coincide con la propuesta de Moreno Fernández (1998) de perspectivas subjetiva y objetiva.
En toda comunidad bilingüe y multilingüe, las diferentes variedades lingüísticas
habladas por sus miembros se exponen a cierto criticismo por parte de sus propios hablantes y
de las personas ajenas a ese grupo, un hecho que determina los cambios lingüísticos que tienen
lugar dentro de las comunidades lingüísticas. El estudio de las actitudes ante la lengua se perfila
como el más adecuado para una investigación sociolingüística, pues puede contribuir de manera
decisiva a una explicación más abarcadora del cambio lingüístico. Rona, 1974), junto con el
acercamiento a los fenómenos externos (Carranza, 1982). López Morales (1989), por su parte,
considera que este tipo de acercamiento en el ámbito sociolingüístico podría contribuir de
manera decisiva a un mayor conocimiento de la competencia comunicativa. A pesar de que la
mayor parte de investigadores considera que el estudio de las actitudes es el acercamiento más
prometedor dentro de la sociolingüística, también es verdad que «todavía hoy nos encontramos
en un estadio temprano de su desarrollo» (Arroyo, 1999: 48). Estas manifestaciones otorgan
novedad y necesidad a esta tesis, ya que esta variable se convierte en instrumento de apoyo
inestimable para llegar a conclusiones certeras en el ámbito sociolingüístico.
El concepto de «actitud» se define, dentro del ámbito de la sociolingüística, como la
opinión crítica y valorativa que tienen los hablantes sobre aspectos concretos de la lengua, sobre
dialectos o sobre diasistemas completos (Appel y Muysken, 1987). En este sentido, vale
cualquier consideración de si una lengua es percibida como fea, pobre o rica; de si el
instrumento comunicativo tiene o no futuro; de si se defiende el habla dialectal o no, etcétera
(Fasold, 1984). Sin embargo, López Morales (2004: 286) cuestiona esta definición y sostiene
que existe un problema a la hora de discernir la extensión de la actitud manifestada: se pregunta
si se proyecta sobre fenómenos lingüísticos específicos o si constituye una valoración hacia los
individuos de un grupo social determinado. También considera que existe una relación entre
determinados fenómenos lingüísticos y grupos de hablantes específicos, pues el estatus de una

90
forma de hablar depende del prestigio de sus hablantes. En ese sentido, Giles y St. Clair (1979)
elaboran una hipótesis en la que incluyen las ideas de valor inherente, que se refiere a la crítica
que viene de la comparación entre dos variedades; y la de norma impuesta, que recae sobre la
valoración positiva de una variedad –la hablada por la mayor parte del grupo de prestigio– sobre
la otra. Por este motivo, una misma variedad puede inducir diferencias lingüísticas según el
grupo social al que se encuentra ligado (Edwards, 1982; López Morales, 2004: 287).
Tradicionalmente, las diferencias diastráticas han sido las que han permitido obtener más
conclusiones en este ámbito, pues cada individuo observa su forma de hablar en relación con el
ambiente social que lo percibe como más o menos prestigioso. Así, es posible considerar que
una variedad es más atractiva que otra sin más, o que, por el contrario, sea más atractiva porque
es la que habla el grupo social de mayor prestigio. Esta teoría tendrá especial relevancia para
esta tesis, pues habrá que considerar la percepción lingüística entre el español y el inglés.
Existe un acuerdo general en las aproximaciones teóricas que se han seguido para
estudiar el concepto de actitudes lingüísticas: el conductista, que consiste en el detenimiento en
las reacciones de los hablantes ante el uso lingüístico (Blanco de Margo, 1991) ─el más
apropiado para una investigación de carácter histórico─, y el mentalista, es decir, enfocar una
actitud como un estado mental interno (Agheyisi y Fishman, 1970), que es el más oportuno para
estudios de enfoque sincrónico. En relación a la primera, Fasold (1984: 147) afirma que las
actitudes deben estudiarse a partir de la observación de las reacciones de los individuos hacia
ciertas lenguas durante interacciones reales. Para López Morales (2004: 287) esta aproximación
acepta un estudio directo sin la necesidad de llevar a cabo un análisis introspectivo, pues se
basa en las respuestas de los hablantes a ciertas situaciones sociales. Sin embargo, la visión
conductista sostiene que existen algunos problemas cuando se trata de predecir una actitud
verbal, a diferencia de la visión mentalista. Respecto a la segunda aproximación, Appel y
Muysken (1987: 16) sostienen que lleva consigo numerosos problemas, pues es necesario que
exista un proceso interno por el que los estados mentales tienen que inferirse del
comportamiento o de datos autoinformados cuya validez puede ser cuestionable. En la misma
línea, López Morales (2004: 287) apunta que el problema de metodología que esta concepción
acarrea solo permite un análisis parcial, por lo que se crean dos dificultades a la hora de
determinar los tipos de datos de los que se infieren las actitudes; además la elaboración del
mecanismo solo permite medir algo que no posee una forma manifiesta.
Los componentes de la estructura de las actitudes lingüísticas constituyen otro rasgo de
interés, pues cada visión, la conductista y la mentalista, mantiene una concepción diferente
sobre los componentes que subyacen a este término. Los defensores de la visión conductista lo

91
conciben como una unidad indivisible; mientras que la visión mentalista considera que posee
múltiples componentes. Por tanto, existen tres elementos que han sido tradicionalmente
considerados como parte de este concepto de actitud lingüística: cognitivo, que incluye las
percepciones, las creencias y los estereotipos; el afectivo, que hace referencia a las emociones
y sentimientos del individuo; y el comportamiento, que se encuentra estrechamente relacionado
con la disposición de actuar y reaccionar de cierta forma en relación al objeto. Desde esta
concepción múltiple de la estructura de las actitudes lingüísticas, López Morales (2004: 290)
subraya que solo existe un único componente, el conativo, y además propone una distinción
entre actitud y creencia, de la misma forma que lo hace Fishbein (1965). Desde esa perspectiva,
ofrece una definición de creencia lingüística teniendo en cuenta que dentro de una creencia el
elemento cognitivo y/o el afectivo pueden estar incluidos (2004: 291). El componente conativo
del concepto de actitud se perfila como el más interesante para un estudio lingüístico, pues
permitiría conocer más detalles sobre el ámbito comunicativo; pero el resto de elementos
(cognoscitivo y afectivo) deben ser igualmente analizados para ofrecer una descripción
sociolingüística más pormenorizada, ya que los hablantes, según su sentimiento de inferioridad
y superioridad ante el uso, podrían llevar a una manipulación del código con consecuencias
sobre el sistema (Rojas y Avilés, 2014a, 2014b).
Un concepto que tiene bastante relevancia en el tipo de actitudes e ideologías que surgen
en las situaciones de contacto es el de lealtad lingüística (language loyalty). Al igual que ocurre
con el nacionalismo, designa el estado mental en el que la lengua se concibe como una entidad
intacta y, en contraste con otras lenguas, asume una posición alta en una escala de valores, una
posición que necesita ser defendida. Para impedir el cambio lingüístico, se intenta preservar la
lengua amenazada reaccionando ante las interferencias, por lo que la versión estandarizada de
la lengua se convierte en símbolo y en una causa. Por tanto, la lealtad lingüística puede definirse
como un principio por el que la gente se moviliza y resiste de forma consciente a los cambios
en las funciones de su lengua (como resultado del cambio lingüístico) o en la estructura o su
vocabulario (como consecuencia de las interferencias). Así, en el ámbito del purismo
sociolingüístico, la estandarización, la lealtad lingüística y los mecanismos de defensa
relacionados son fenómenos de gran importancia que requieren tratamientos sistemáticos,
incluso si son considerados irrelevantes en la lingüística estructural descriptiva.
Es en una situación de contacto lingüístico donde la gente se vuelve más consciente de
las peculiaridades de su lengua contra la de otros, y es entonces cuando la lengua más pura o
estandarizada se convierte en símbolo de la integridad grupal. La lealtad lingüística crece en
situaciones de contacto tanto como el nacionalismo crece en las fronteras étnicas. Además, si

92
un grupo se considera superior, pero en la práctica está subordinado al otro grupo en ciertos
aspectos de la lengua o tiene que utilizar préstamos de la otra lengua en algún ámbito, puede
surgir cierto resentimiento que deriva en una actitud de lealtad lingüística. De esta forma, la
lealtad lingüística no suele aparecer en situaciones en las que las dos comunidades están
satisfechas con su actual relación. Esto es lo que ocurre en el caso de los hispanohablantes en
los Estados Unidos, aunque podemos establecer dos tipos de reacciones ante el contacto. A
tenor de las consideraciones de Joseph (1987), hay que diferenciar entre aquellos individuos
que gozaban de un estatus socioeconómico alto antes de ser conquistados por Estados Unidos
o antes de haber emigrado a dicho país (estatus que suelen conservar en la nueva situación) y
aquellos que tenían un estatus socioeconómico más bajo antes de la conquista o migración y
que por tanto necesitan adaptarse o asimilarse rápido a la lengua y a la cultura del grupo de
prestigio para poder prosperar socioeconómicamente.

3.5.2. Las actitudes en la Sociolingüística histórica


Esta tesis se encuadra dentro de los métodos de esta disciplina, cuyas conclusiones parten del
examen de textos. Los dos tratamientos (histórico y sincrónico) pueden llegar a
conceptualizaciones parecidas, pero la base empírica es de otra naturaleza. Así, por ejemplo, no
es posible partir de herramientas metodológicas como el matched-guise (Lambert, 1960), ni es
viable el uso de cuestionarios y técnicas directas (Agheyisi y Fishman, 1970). No obstante, sí
serían aprovechables muchos de los conceptos y conclusiones planteados por los grandes de la
sociolingüística sincrónica, como las actitudes ante la variedad regional (Ortega, 1981 o Alvar,
1986); las actitudes marcadas por la edad (Silva-Corvalán, 1984 o Dorta, 1986), o el sexo
(Labov, 1972 o Calero, 1990). Igualmente, un concepto de la sociolingüística actual al que quizá
se le podría sacar partido en la histórica es el de «conciencia e inseguridad lingüística», es decir,
uno basado en aquellas diferencias que se plantean entre lo que el hablante cree correcto y lo
que luego realmente emite en su discurso espontáneo (Labov, 1972 o López Morales, 1979).
En el rastreo de las diferentes variables para esta tesis solo disponemos de textos
escritos, por lo que la extracción de resultados deberá tener en cuenta la lengua de distancia
como única fuente de conclusiones. Para ello, resulta necesario proporcionar una revisión
bibliográfica sobre lo que sabemos sobre el estado y las actitudes ante la lengua en ese espacio
geográfico y temporal concreto (Estados Unidos en el siglo XIX), tal y como se verá en el
apartado cuatro de esta tesis.

93
3.6.Las ideologías lingüísticas
Otra categoría de análisis que vamos a utilizar son las ideologías y, en concreto, aquellas que
afectan de forma directa a las representaciones del lenguaje. Blommaert (1999) considera que
el estudio de las ideologías lingüísticas, así como el de las actitudes, puede contribuir a la
comprensión científica del lenguaje humano, por lo que puede también incrementar el impacto
de los estudios lingüísticos tradicionales. Swiggers (2019) establece el recorrido histórico y
metodológico que ha experimentado esta categoría de estudio. El término ideología presenta
cierta ambigüedad y confusión desde el punto de vista semántico, pues ha experimentado un
cambio radical en su significado desde sus orígenes hasta la actualidad y además puede
aplicarse en un vasto número de campos y ámbitos de estudio. Este concepto fue creado por
Destutt de Tracy en 1796 e inicialmente designaba una ciencia que tenía el propósito de estudiar
el origen, el desarrollo y el funcionamiento de las ideas. En sus inicios los estudios sobre
ideología eran científicos y se encontraban desligados de factores de tipo externo y contextual.
Sin embargo, a partir de la obra de Marx y Engels en el siglo XIX, la semántica del término
cambia de forma radical y las ideologías comenzaron a relacionarse con la emisión de
opiniones, prejuicios y convicciones que se encontraban determinadas por factores contextuales
(económicos o sociopolíticos) y que contribuían positivamente a los intereses de los grupos o
comunidades. De esta forma, puede decirse que la semántica del término ideología transitó
desde ser concebida como una ciencia exacta, pasando por un sistema de ideas hasta
relacionarse con todo lo que subyace a los sistemas de ideas, como las ideas políticas, religiosas,
metafísicas o científicas4. Por otra parte, también las ideologías pueden trazar los límites entre
distintas disciplinas de estudio (por ejemplo, Gal e Irvine, 1995).
En cuanto al término concreto de ideología lingüística, es necesario hacer referencia a
los ámbitos de estudio que se han asociado a su entendimiento. Las ideologías han sido tratadas
desde la perspectiva de la historiografía lingüística, sobre todo en relación con cuestiones
vinculadas a la estandarización de las lenguas (Joseph, 1987) o la lingüística misionera. En este
sentido, podemos destacar los trabajos de Swiggers (2018, 2019) sobre la conceptualización
historiográfica de las ideologías, en los que examina detalladamente el recorrido histórico del
término, las distintas dimensiones de estudio que ha abarcado y sus múltiples categorizaciones.
Disciplinas de estudio que contemplan el lenguaje desde una perspectiva crítica, como
la Antropología lingüística, la Sociolingüística o la Sociología del lenguaje también han

4
Swiggers (2019) añade información lexicográfica sobre el término ideología y esquematiza los sentidos que
aparecen en la entrada del Trésor de la langue française, en la que se distinguen sentidos con focalización
«referencial» y otros más «centrífugos».

94
contribuido al campo de estudio de las ideologías lingüísticas con conceptualizaciones que
incluyen elementos como la indicialidad, los mercados lingüísticos y la normatividad (Del Valle
y Meirinho-Guede, 2016). El estudio de las ideologías lingüísticas ha tomado un creciente
interés por intervenir en las cuestiones relacionadas con la imbricación entre lengua y poder,
influenciados por las teorías desarrolladas por autores como Bourdieu (1982), Foucault (1966,
1969), Althusser (1971) o Bakhtin (1981), con un marcado influjo de la semiótica y de la
filosofía postestructuralista. Desde esta perspectiva, las ideologías lingüísticas pueden definirse
como la forma de legitimación del poder de un grupo social dominante. Kroskrity (2000) indica
que las ideologías representan percepciones del lenguaje y el discurso, este último construido
teniendo en cuenta los intereses de los grupos sociales o culturales que los emiten. Igualmente,
los miembros de los grupos poseen diferentes grados de conciencia ante las ideologías
lingüísticas, que inciden entre las formas de hablar y las estructuras sociales. Añade además que
la multiplicidad es uno de sus principales rasgos5. Por último, es necesario añadir el componente
sociocultural que poseen las ideologías, tal y como se afirman Irvine y Gal (2000).
Es necesario detenernos en estos conceptos antes de ofrecer la definición de ideología
lingüística que adoptamos en este estudio. En primer lugar, la indicialidad es un rasgo que indica
no solo el valor literal de un enunciado, sino que también indica cuestiones relacionadas con el
contexto de la situación en el que dicho enunciado se emite, así como las identidades sociales
de los interlocutores y sobre la relación existente entre ellos (Hanks, 2000). En segundo lugar,
la metáfora del mercado lingüístico fue propuesta por Bourdieu (1999) en estrecha relación con
el concepto de habitus: el mercado lingüístico es un espacio o un sistema estructurado en torno
a ciertas condiciones sociales y relaciones de poder, mientras que el habitus son los espacios
sociales que cada uno de los sujetos puede habitar y transitar. El perfil económico, político y
sociológico de una determinada comunidad siempre está relacionado con su perfil lingüístico.
En este sentido, el habitus es la capacidad de un individuo de usar una lengua o varias, una
determinada variedad u otra, siempre en función tanto de su capacidad de movimiento en el
mercado lingüístico y del grado de sometimiento y autonomía que tenga en relación con el
régimen de normatividad, que es el conjunto de normas que están asociadas a las diferentes
situaciones o contextos comunicativos. Cameron (1995) y Taylor (1997: 111-166) afirman que
la producción verbal siempre gira en torno a contextos de normas que están socialmente

5
En este respecto dice específicamente que «language ideologies are profitably conceived as multiple because of
the multiplicity of meaningful social divisions (class, gender, clan, elites, generations, and so on) within
sociocultural groups that have the potential to produce divergent perspectives expressed as indices of group
membership. Language ideologies are, thus, grounded in social experience, which is never uniformly distributed
throughout polities of any scale (Kroskity, 2000: 12).

95
aceptadas, por lo que es lógico pensar que la comunicación verbal se encuentre determinada
por la normatividad. De todos los trabajos antropológicos podemos destacar el de Woolard
(2012), en el que expresa el sentido en el que se suele emplear el concepto de ideología
lingüística en ese tipo de trabajos y afirma que la gran división que existe entre los estudios
sobre el tema oscila entre una valoración negativa que se deriva de la concepción ideológica de
una determinada posición social y una valoración neutra, como conjunto de ideas para adquirir
o mantener el poder.
La noción de ideología lingüística que tomamos como categoría central para este estudio
se sustenta en los presupuestos teóricos de autores como Schieffelin, Woolard y Kroskity (1998)
y Eagleton (1990), quien concibe las ideologías lingüísticas como una intersección entre
sistemas de creencias y el poder político. Woolard define las ideologías lingüísticas como las
«representaciones, sean explícitas o implícitas, que interpretan la relación entre la lengua y los
seres humanos en el mundo social» (2012:19). La relación entre lenguaje y poder se organiza
teóricamente a partir de este concepto de ideología, pues a ella se anclan tres elementos claves
que explican su interdependencia constante con el contexto sociopolítico y cultural, la
naturalización de sus representaciones ideológicas y su producción en los espacios
institucionales: la contextualidad, es decir, una interdependencia constante del contexto
político, social y cultural en el que se genera; el efecto naturalizador de las representaciones
ideológicas del lenguaje (Bourdieu, 1985), que contribuye a la creación de una visión de estas
representaciones en relación con un grupo particular de categorías y procesos culturales,
sociales o políticos; y la institucionalidad, que permite identificar los espacios institucionales
que hacen posible o incluso pueden llegar a favorecer su producción.
También es necesario incidir en dos aspectos de las ideologías lingüísticas que son
cruciales para entender el posterior análisis: su localización social y la relevancia de su
producción y reproducción para el establecimiento del poder. La multiplicidad de las ideologías
lingüísticas en una misma comunidad es clara, por tanto, es necesario analizar su emergencia,
su relación con el poder y su papel en la naturalización de los órdenes sociales. Asimismo, hay
que tener en cuenta las manifestaciones discursivas de las ideologías, los ideologemas, que
constituyen los postulados o lugares comunes que pueden realizarse de forma explícita o
implícita y que funcionan como presupuestos del discurso (Angenot, 1962). Los ideologemas
son vitales para comprender la apariencia, el funcionamiento, el proceso de creación, cambio y
reproducción de las ideologías (van Dijk, 2006: 19).

96
4. CONTEXTO SOCIOPOLÍTICO
El surgimiento de los nuevos estados americanos que se produce a lo largo del siglo XIX a
causa de los procesos de independencia da lugar a un nuevo mercado de interés geopolítico y
comercial tanto para las antiguas metrópolis, que intentan constituir nuevas relaciones y enlaces
con sus excolonias (el caso de España) como para Estados Unidos, el escenario que nos interesa
para esta tesis. En la segunda mitad del siglo XIX surge todo un cuestionamiento en relación
sobre el binomio «Estado-nación» y también se crea toda una red de relaciones transnacionales
que tienen que ver con la promoción de ciertos movimientos culturales, políticos y económicos.
A través del siguiente diagrama queda representado el panorama general de dicho contexto
sociopolítico:

Esquema 1. Panorama de las relaciones sociopolíticas en el siglo XIX.


Es necesario desarrollar cada uno de los aspectos de este esquema para entender el posterior
análisis.

97
4.1. Situación histórica, política y social: del Tratado de Guadalupe-Hidalgo (1848) a la
Guerra Hispano-estadounidense (1898)
4.1.1. El Suroeste y las comunidades hispanas de origen mexicano
Con el establecimiento de la Doctrina Monroe 6 en 1823 se anunciaron las intenciones
hegemónicas de Estados Unidos en la América hispana, pues a través de esta se advertía a las
potencias europeas de que cualquier nuevo proyecto colonialista en el continente americano
sería visto como una amenaza hacia Estados Unidos. Los deseos expansionistas de este último
estuvieron motivados además por la doctrina del Destino Manifiesto y por la política
estadounidense de controlar el comercio. Resultados obvios de esta política fueron la anexión
de Texas en 1845 y la guerra entre Estados Unidos y México en 1846, que culminó con la firma
del Tratado de Guadalupe Hidalgo en 1848. A raíz de este tratado el Río Grande se convirtió en
la frontera entre ambos países y además México tuvo que entregar los territorios de California
y Nuevo México (que en aquel tiempo estaba formado por Arizona, Colorado y Nevada) a
cambio de compensaciones económicas. Posteriormente, en 1854 se produjo la Venta de la
Mesilla (Gadsden Purchase), en la que otros territorios mexicanos se transformaron en
estadounidenses. Nuevo México se convirtió en territorio incorporado en 1850, mientras que
en 1863 Arizona consiguió su autonomía. Ambas regiones fueron admitidas oficialmente como
estados de la Unión en 1912. La cronología de la expansión estadounidense por el Suroeste se
observa en la Ilustración 17:

6
Dicha doctrina se basa en cuatro principios fundamentales: «Primero. Los Estados Unidos no permitirán nuevas
colonias europeas en América. Segundo. Los Estados Unidos se opondrán a las intervenciones europeas en los
Estados iberoamericanos. Tercero. Los Estados Unidos no han intervenido, ni intervendrán, en las colonias
europeas ya establecidas en América. Cuarto. Los Estados Unidos no intervendrán en los negocios internos de las
potencias europeas. (Fabela, 1962: 266).
7
Tomado de Merino (2020), publicado en el periódico El Orden Mundial (véase la referencia completa en el
apartado 10.2. Fuentes Secundarias).

98
Ilustración 1. Mapa de la expansión hacia el oeste de Estados Unidos.
Lozano (2018) utiliza el término treaty citizens para hacer referencia a aquellos
mexicanos que pasaron a formar parte de los territorios anexados de California y Nuevo México
(conocidos como los californios y los nuevomexicanos, respectivamente). A través del artículo
IX del Tratado de Guadalupe Hidalgo, Estados Unidos concedió la ciudadanía de los mexicanos
que residían en dichos territorios, pero los ciudadanos indígenas no eran tratados de la misma
forma.
Aunque la población hispanohablante seguía siendo superior a la angloamericana, la
lengua española experimentó un declive progresivo que estuvo condicionado por varios sucesos
históricos. La llegada del ferrocarril en 1870 determina el comienzo de la expansión
demográfica y económica de las élites angloamericanas y, consecuentemente, comenzaron a
ocupar puestos en el ámbito de los negocios, la política o la educación. En este último ámbito
también se produjeron grandes cambios, pues a raíz de la invasión angloamericana en el
territorio, los mexicanos experimentaron una escolarización progresiva que culminó con la
implantación de la ley de educación pública en el año 1891. Sin embargo, el idioma de
impartición en las escuelas públicas era el inglés, por lo que los treaty citizens se vieron
obligados a recurrir a las instituciones privadas y católicas para poder acceder a una educación
en su idioma nativo. De hecho, según Fernández-Gibert (2015) la mayor parte de los directores
99
y editores de los periódicos en español que surgieron en la década de 1890 en esta zona se
educaron en estas escuelas.
A partir de la década de 1880 surgieron numerosos debates sobre la lengua del estado y
la ciudadanía de los habitantes de origen mexicano a raíz del aumento progresivo de ciudadanos
angloamericanos. Esto últimos rechazaban toda lengua que no fuera el inglés, pues dificultaba
el desarrollo de una «correcta» identidad americana y contaminaba la pureza de la raza
anglosajona. De esta forma, desarrollaron todo tipo de discursos racistas que tachaban la raza
mexicana de «impura», pues era considerada una raza mixta, en la que se entremezclaban lo
español, lo indio y lo africano y, por extensión, también la lengua española era considerada una
lengua mixta o, incluso un dialecto o un mero patois (Fernández-Gibert, 2015: 328-329). Por
tanto, el problema que presentaban los territorios del suroeste para ser reconocidos como
Estados oficiales era en parte lingüístico, pues suponía aceptar un territorio en el que la mayoría
de la población no hablaba inglés y no pertenecía a la raza «pura»8. Los mexicanos se rebelaron
ante esta situación y protagonizaron numerosas reivindicaciones políticas, sociales y culturales,
como la del neomexicano Jesús María Hilario Alarid (1834-1917), que elaboró un poema de
estilo romance en el que apelaba a la identidad neomexicana a causa de la prohibición del
español en la educación pública y su limitación en el gobierno9. Alarid, al igual que un amplio
sector de la población hispanohablante, no se posicionaba en contra de la lengua inglesa, pues
de hecho presentaban una disposición positiva para aprenderla. Lo que reivindicaban era que la
preservación de su idioma materno y de su cultura no se viera amenazada. Aunque la expansión
del inglés en todos los ámbitos de la vida acabó por originar la asimilación lingüística de las
nuevas generaciones de mexicanos, este tipo de protestas contribuyeron a preservar su
identidad, por lo que el español siguió estando presente en sus vidas.

4.1.2. Nueva York y las comunidades hispanas de origen español y cubano


La ciudad de Nueva York se convirtió a lo largo de todo el siglo XIX en lugar de destino
migratorio de gentes procedentes de diversos lugares del mundo. La experiencia inmigrante

8
Existen testimonios en los que se trata este tema en cuestión, como el que encontramos en el periódico
angloamericano Las Vegas Optic, en el que se dice sobre aquellos que no hablaban el inglés lo siguiente: «a quiet,
inoffensive people, with as little activity in development and progressive ideas as they have in wrong doing». En
otro testimonio, insisten además en que «the only way to make American citizens is to teach the youth the English
language, so that they will think and talk in the common tongue of the United States» (Lozano, 2018: 109).
9
El poema es el siguiente: «Cuando el mejicano entienda / Bien el idioma materno / Muy fácil será que aprenda /
El idioma del gobierno / Rogaremos al eterno / Que nos dé sabiduría / Y que se nos llegue al día / De poder hablar
inglés / Pues señores justo es / Que lo aprendamos hablar / Y siempre dale lugar / Al idioma nacional / Es justo y
es racional / Pero les hago un recuerdo / Para a San Pablo adorar / No desadoren a San Pedro» (Meléndez, 2005:
41).

100
española en los Estados Unidos durante el siglo XIX es prácticamente desconocida, por lo que
Varela-Lago (2008) ha utilizado el término de invisible immigrants para referirse a aquellos
inmigrantes españoles. Si bien es cierto que por aquellos tiempos la colonia hispanohablante no
superaba en número a la alemana, la irlandesa o la italiana (contaba con apenas mil residentes
españoles y unos mil quinientos cubanos, aunque estos últimos pertenecieron a la monarquía
hispánica hasta 1898), no debemos pasar por alto que desde su llegada a la Gran Manzana
fueron capaces de organizarse para la defensa y promoción de sus intereses sociales, políticos
y culturales. La presencia de españoles en el continente americano aumentó tras la
fragmentación del imperio: entre mediados del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX
encontramos numerosos emigrantes que buscaban oportunidades en las repúblicas
hispanoamericanas independientes, o en Cuba y Puerto Rico. Así, la diáspora española en
Estados Unidos tiene lugar en un espacio abierto entre imperios: entre la desintegración de la
hegemonía española y el ascenso de Estados Unidos como nueva potencia global.
El aumento de la población cubana se produjo como consecuencia de la construcción de
fábricas de tabaco en Florida, Luisiana y Nueva York, en el año 1859. Estos cubanos pertenecían
a la clase obrera y emigraban a Estados Unidos con el objetivo de poder prosperar
económicamente. Sin embargo, muchos de los cubanos que emigraron a Estados Unidos lo
hicieron con motivo de intentar contribuir a la independencia de la nación cubana. Los cubanos
revolucionarios protagonizaron varios movimientos para intentar librarse de la autoridad
española, como la Conspiración de la Escalera en 1844, las actividades filibusteras de Narciso
López en la década de 1850, la llamada «Guerra de los Diez Años» (1868-1878) o la Pequeña
Guerra (1880-1882). Durante la Guerra de los Diez Años se adoptó en Estados Unidos la 14ª
Enmienda a la Constitución, por la que se declaró a todas las personas de origen hispano nacidas
en el territorio ciudadanos estadounidenses. Por otra parte, también se consiguió liberar a los
esclavos en Cuba y Puerto Rico y en 1873 se consiguió abolir la esclavitud en este último
definitivamente. En 1892 se creó el Partido Revolucionario Cubano, que constituyó el órgano
representante del movimiento independentista. Estuvo liderado por José Martí, poeta y
periodista cubano considerado el líder de la revolución cubana, que abanderó la insurrección
del año 1895 con el objetivo de conseguir la independencia total de la nación. La Guerra cubana
de Independencia de 1895 y la articulación del nacionalismo popular cubano son interpretados
como la culminación de los continuados esfuerzos de los revolucionarios cubanos para el
establecimiento de la nación cubana. En 1897 España concedió la autonomía de Cuba y Puerto
Rico, pero el 15 de febrero de 1898, se produjo la explosión del barco de guerra estadounidense
Maine, desembocando en la guerra entre Estados Unidos y España. Por otra parte, el Partido

101
Revolucionario Cubano hizo un trato con el Congreso de Estados Unidos a través del que se
pidió la cooperación de los rebeldes con la intervención militar estadounidense y por el que
Estados Unidos prometió retirarse de Cuba al finalizar la guerra.

4.2.Nacionalismos y transnacionalismos: la creación de «comunidades imaginadas»


El conocido término de Anderson, imagined community (1983), nos indica que la nación es un
constructo moderno en el que el pueblo es el verdadero soberano, en contraste con la concepción
tradicional que lo vinculaba con el poder de Dios y la monarquía. Según Hobsbawm (1992), es
durante el siglo XIX cuando se produce este cambio de perspectiva en el nacionalismo. En una
primera fase, estuvo favorecido por la burguesía liberal y el desarrollo del capitalismo: sin
crecimiento económico no era posible considerar un territorio como nación. Este mismo autor
proporciona cuatro criterios para determinar si un territorio es un candidato legítimo para
conformar una nación, lo que él denomina el threshold principle: la asociación histórica con un
estado, una élite cultural establecida, poseer una literatura nacional y administrativa vernácula
y tener capacidad comprobada para conquistar (Hobsbawm, 1992: 37-38). Aunque uno de estos
criterios hace referencia al idioma, el binomio «lengua-nación» cobró mayor importancia a
partir de 1880, momento en el que se inició la segunda fase del nacionalismo.
En esta nueva fase los criterios que se tuvieron en cuenta para la definición de las
naciones eran de carácter puramente lingüísticos y étnicos por dos motivos principales. Por un
lado, el desarrollo del capitalismo favoreció la aparición de los sistemas democráticos en los
que las grandes naciones tuvieron que usar todo su aparato ideológico para difundir la creencia
en la pertenencia nacional, cultural y lingüística a todos sus miembros (Joseph, 1987;
Hobsbawm, 1992). Por otro lado, hay que tener en cuenta el desarrollo de diferentes grupos
sociales a causa de los movimientos migratorios, que produjeron el contacto social, cultural y
lingüístico de individuos de múltiples procedencias. Estos grupos supusieron una amenaza del
orden político, cultural y lingüístico establecido durante la primera fase de los nacionalismos.
La emergencia de «nacionalismos periféricos» basados en criterios lingüísticos provocó una
reacción por parte de los defensores del nacionalismo liberal, por lo que comenzaron a producir
discursos para asegurar la lealtad de sus ciudadanos y su fe en la unidad del estado nacional
(Joseph, 1987; Hobsbawm, 1992).
De esta forma, el binomio «Estado-nación» implica la homogeneización y la
estandarización del idioma nacional (Hobsbawm, 1992: 93). Es necesario explicar ahora cómo
se configuran las diferentes «comunidades imaginadas» implicadas en el posterior análisis y
cómo cada una de ellas configura los movimientos culturales a los que hacíamos referencia
102
anteriormente: el (pan)hispanismo, por parte de España, el panamericanismo, por parte de
Estados Unidos y los nacionalismos vernáculos o latinoamericanos, por parte de México y
Cuba.

4.2.1. El (pan)hispanismo
La pérdida de las colonias en América incentivó la reflexión por parte de las autoridades
intelectuales españolas sobre el valor geoestratégico de recuperar la relación política y
económica con los nuevos Estados americanos. De esta forma, comenzaron a prosperar las
relaciones diplomáticas entre ambos frentes con la firma de varios tratados de paz a lo largo del
siglo XIX10 y, por otra parte, se fue gestando un movimiento, promovido tanto por instituciones
privadas como por el gobierno español, que pretendía solidificar la relación de España y las
naciones hispanohablantes en América en base a los vínculos culturales con la antigua
metrópoli, pues consideraban que su cultura seguía siendo fundamentalmente cultura española,
pese a su independencia política y económica11. Este movimiento es conocido con el nombre
de panhispanismo y su objetivo principal era el fortalecimiento de la unidad cultural
transatlántica —de base peninsular— a ambos lados del Atlántico. También constituía una
forma de no perder la batalla por el poder en América con otras potencias internacionales como
Francia, Gran Bretaña o, especialmente, Estados Unidos. Este movimiento fue tomando forma
poco a poco a lo largo del siglo XIX a través de la publicación de ciertas revistas como La
América, Crónica Hispano-Americana, La Ilustración Española y Americana, Revista
Hispano-Americana, El Correo Español o La Revista Española de Ambos Mundos (Sepúlveda
1994: 38); y por la creación de la Unión Ibero-Americana (UIA) en 1885, que tenía el objetivo
de establecer el hermanamiento político, social, económico, científico y artístico de España,
Portugal y las naciones americanas.
Los elementos constitutivos del ethos panhispánico en sus inicios fueron la conquista,
concebida como misión civilizadora y reivindicada como el eje articulador de «la gran familia
española», y el «origen, religión, costumbres e idioma» (Pike, 1971). No obstante, el idioma
también adquirió un papel protagonista en los discursos panhispanistas durante las últimas
décadas del siglo, pues aumentaban las divergencias ideológicas en cuanto a religión y
costumbres debido a la heterogeneidad cultural de los territorios hispanoamericanos. Así, el
idioma no solo se convirtió en el eje programático del nacionalismo español, sino que también

10
Según Pereira y Cervantes (1992), el primero de estos tratados se firmó con México en 1836 y el último con
Honduras en 1894.
11
Consulte Pike (1971), Sepúlveda (1994; 2005), van Aken (1959) o Del Valle (2011) para más información.

103
se situó en el centro de la unidad panhispánica (Sepúlveda, 2005). La lengua era el elemento
icónico representante de una identidad compartida y el instrumento a través del cual se
materializarían los materiales impresos de una literatura a la que tendrían acceso los individuos
de dicha «comunidad imaginada». La estandarización del idioma no era suficiente, pues era
necesario además la naturalización de esa homogeneización lingüística 12 . El papel de las
instituciones fue esencial en la legitimación de ese estándar como base para la nación. Por otra
parte, el auge en el prestigio científico de disciplinas como la Filología y la Lingüística motivó
el aumento de la conciencia política del lenguaje y, en este sentido, los filólogos y lingüistas se
convirtieron, de forma voluntaria o no, en las autoridades capaces de producir determinados
discursos sobre el lenguaje para transmitir la creencia en la unidad (Pike, 1971). Es así como
surgen los debates lingüístico-ideológicos (Blommaert, 1999) de la segunda mitad del siglo
XIX entre las distintas figuras de la esfera filológica y lingüística hispánica —tales como Bello,
Sarmiento, Cuervo, Varela, Menéndez Pidal o Unamuno.
En definitiva, la unidad panhispánica a ambos lados del océano se enfrentó al peligro de
fragmentación lingüística y cultural que supuso la aparición de regionalismos y nacionalismos
a nivel subestatal en España, los nuevos mercados americanos y las divergencias culturales de
los pueblos indígenas. Asimismo, no es de extrañar que este movimiento se haya entendido
como una reacción al imperialismo político, económico y político de Estados Unidos, pues fue
allí donde tuvo mayores impactos fue interpretado de forma singular, por dos motivos: la
pérdida de la amenaza española y la articulación ideológica del movimiento panamericanista
(Fernández 2002: 133; Sánchez, 2017: 194; Sepúlveda Muñoz 1994: 275-276).

4.2.2. El panamericanismo
La América inglesa fue la primera colonia que obtuvo su independencia de la dominación
europea en el año 1776 y esto propició que los estadounidenses tomaran el denominativo
«americano» como propio, por lo que se trastocó el sentido identitario general que se extendía
al resto del continente. Posteriormente, Estados Unidos se convirtió en un referente para el resto
de las regiones hispanas y lusas del continente americano, por su liberalismo y
constitucionalismo político y, además, prestó ayuda intelectual a las independencias

12
De hecho, según Fasold la naturalización de la relación lengua-comunidad es un aspecto crucial en la política y
la planificación lingüísticas: «I would dare to suggest that the most frequent single problem in installing a national
language has nothing to do with the vocabulary expansion, spelling or grammar standardization, the adequacy of
the educational system or the presence of an ensconced colonial language. The biggest problem is that there often
simply is no language that a sufficiently large majority of the citizens will accept as a symbol of national identity»
(1984: 185).

104
hispanoamericanas. No obstante, las élites de los nuevos Estados hispanoamericanos
comenzaron a concebir el peligro que entrañaba la hermandad con Estados Unidos, por su
potencial económico y político, lo que desembocó en una actitud de rechazo (Zea, 1971)13. Dos
fueron los acontecimientos que provocaron esta actitud: el primero fue el tardío reconocimiento
que obtuvieron las primeras repúblicas hispanoamericanas en independizarse en 1819 y 1821
por parte del presidente estadounidense James Monroe. Precisamente, el segundo hecho que
generó el rechazo de los hispanoamericanos estuvo protagonizado por Monroe y fue el
establecimiento de su famosa doctrina en el año 1823.
Por otra parte, en las primeras décadas del siglo XIX surge en Estados Unidos un interés
académico por la lengua y la cultura hispánicas. Intelectuales estadounidenses como
Longfellow, Benjamin Franklin o Thomas Jefferson vieron en la emancipación de las antiguas
colonias de España en el Nuevo Mundo un nuevo escenario de mercado que ofrecía grandes
oportunidades políticas y económicas. Este interés estadounidense por la lengua española puede
entenderse desde una doble perspectiva: «from Latin America to Spain and from
language/politics/commerce to literature/history/culture». In a sense, although the eyes of
pragmatism looked south, the gaze of students and scholars became fixed toward the east»
(Fernández, 2002: 124). Según Kagan, esto puede explicarse a través de lo que él llama
«Prescott's paradigm» (1996: 430), por el que explica que España se entiende como la antítesis
de América; es decir, que la atracción por lo hispánico se produjo porque representaba todo lo
que no es América: si América representaba el futuro, con su carácter republicano, espíritu
emprendedor y racionalidad, España representaba el pasado, por ser monárquica, indolente y
fanática. Por su parte, Fernández también acoge estas premisas en su «ley de Longfellow» (o

13
Según Zea, la tensión política que se fraguó entre Estados Unidos y los nuevos Estados hispanoamericanos se
puede analizar del siguiente modo: «Los Estados Unidos de Norteamérica tienen el mismo origen: colonia del
Viejo Mundo, fruto de la expansión occidental. Salvo que de colonia pasan a ser colonizadores y creadores de un
nuevo imperialismo hasta encabezar las fuerzas del llamado mundo occidental y convertirse en sus líderes,
manteniendo su expansión y predominio, ocupando, llenando el «vacío de poder» de los viejos y ya en retirada
líderes del mundo occidental, los imperialismos europeos. Este origen y el posterior desarrollo de los Estados
Unidos, el paso de país colonial a país imperialista, ha dado lugar a un doble sentimiento en las relaciones de esta
nación con los pueblos latinoamericanos: de admiración y de rechazo. De admiración para la nación que alcanzó
su emancipación de la colonia y es un ejemplo por su capacidad de desarrollo, y, por otro, de rechazo para la nación
que olvidando estos antecedentes crea un nuevo imperio, al mismo tiempo que frena las posibilidades de otros
pueblos para que sigan el camino del que son gran ejemplo. Y dentro de estos Estados Unidos se da también un
doble sentimiento en su relación con los pueblos latinoamericanos. Se saben ejemplo, un gran ejemplo moral, pero
al mismo tiempo se saben destinados a crear un gran imperio, a encabezar el mundo del que eran instrumento para
convertirse en sus líderes. Combina esta doble relación considerándose no solo ejemplo a seguir, sino los guías
indispensables en este camino por ellos elegido. Fácilmente hacen de su propio desarrollo la meta de todo posible
desarrollo, de sus fines, los fines de los otros. Son los representantes indiscutibles del nuevo mundo creado por el
Occidente, pero al mismo tiempo sus únicos beneficiarios» (1971: 12).

105
«Longfellow's law»), según la cual «U.S. interest in Spain is and always has been largely
mediated by U.S. interest in Latin America» (2002: 124).
Los hechos que se acaban de explicar constituyen el germen del nacimiento del
Panamericanismo. Este movimiento fue un proyecto estratégico de base estadounidense que
tenía como principal objetivo el dominio económico, político y cultural de todo el continente a
través de una supuesto «hermanamiento» histórico, geográfico e institucional con el resto de
los países latinoamericanos. En definitiva, es la afirmación de una comunidad compartida
formada por la unidad de los hemisferios norte y sur y perpetuada en base a los mismos
objetivos, uno de los más claros era la eliminación de la huella europea en el presente y el futuro
del continente americano.

4.2.3. Los nacionalismos vernáculos: latinoamericanismos


A partir del establecimiento de la doctrina Monroe y la doctrina del Destino Manifiesto, los
Estados Unidos adquirieron una autoconciencia de su poder de dominación y expansión frente
al resto de territorios, que desembocó en una mirada peyorativa hacia sus vecinos del sur. Todo
este entramado político derivó en el desarrollo de los latinoamericanismos, que nacen a raíz de
la expresión América Latina14, acuñada en 1856 con el objetivo de hacer frente a la realidad
geopolítica del momento (la invasión estadounidense en Centroamérica a cargo de William
Walker). Por tanto, el latinoamericanismo puede definirse como un proyecto para la
reivindicación de la unidad histórica, cultural y lingüística de los estados hispanoamericanos y
portugueses. Asimismo, pretendía fomentar la integración política y económica de todos estos
países para hacer frente a los Estados Unidos. De esta forma, se crea una identidad
supranacional (o transnacional) para la autodeterminación y la protección de la soberanía
nacional.
Aunque se trataba de un arma discursiva frente al poder estadounidense en la región,
llama la atención que el movimiento no surgiera en el año 1848, momento en el que se produce
una de las mayores pérdidas de territorio a favor de Estados Unidos (con el Tratado de
Guadalupe-Hidalgo). A este respecto Gobat (2006) afirma que este hecho

tiene mucho que ver con cuatro cambios que ocurrieron durante esos ocho años: el comienzo de la
expansión estadounidense en ultramar, la apertura democrática de varias naciones latinoamericanas que
llevó a una mayor participación de grupos no pertenecientes a las élites en la política electoral, el

14
El término fue creado por Michel Chevalier en 1836, pero no es hasta 1856 cuando los hispanoamericanos lo
asumen como denominativo.

106
aplastamiento de las revoluciones liberales europeas de 1848 y la difusión transatlántica de ideologías
raciales que le dieron una fuerza a la política de la blancura racial. En conjunto, estos cambios llevaron
a las élites de México, Centroamérica y Sudamérica a imaginar una comunidad continental basada en la
idea europea de una «raza latina», un concepto que hacía más uso de criterios culturales que raciales. Los
medios impresos, como Benedict Anderson había predicho, fueron cruciales para la formación de esta
entidad. Sin embargo, fue igualmente importante el papel de ciertos acto-res que normalmente se ignoran
en los estudios de comunidades imaginadas: los diplomáticos. Gracias a sus esfuerzos por crear una
alianza antiimperial entre to-dos los estados independientes al sur del río Bravo, una identidad racial —
la raza latina— se transformó en el nombre de un continente: América Latina (Gobat, 2006: 65).

Por tanto, el latinoamericanismo se dirime como una reacción ante el expansionismo


estadounidense que se articula entre la admiración y el rechazo y que persigue la autonomía y
la igualdad para los estados latinoamericanos.

4.3.El lugar de la lengua española en Estados Unidos


La realidad de la lengua española entró en crisis en el siglo XVIII, pero tan solo un siglo
después, en el siglo XIX, parece fortalecerse. Entre las razones de esta ruptura, se encuentran
la distancia de las colonias con la metrópoli, la bicefalia de poder, el mercado, la religión o el
nacimiento de nuevos estratos sociales. Todo ello, contribuyó a la inestabilidad del español
como instrumento de comunicación general, que presentaba una vacilación constante entre estar
en la cima o tocar tierra (Rivas Zancarrón, 2011). El siglo XIX se inicia en España con la
ocupación francesa. En esta situación previa a la independencia por parte de ambos territorios,
las discusiones sobre la lengua española y, en especial, sobre su sistema gráfico (Rivas
Zancarrón, 2018a), eran constantes y en ellas se aprecian posturas heterógrafas, motivadas,
quizás, por el liberalismo político. No obstante, a partir del edicto de Isabel II (1844) se confiere
un mayor prestigio a la ortografía, por lo que el hecho de saber escribir con propiedad era signo
de distinción social. De esta forma, se observan numerosas referencias en la prensa con la
finalidad de presentar obras didácticas sobre ortografía y, por tanto, se aprecia un mayor
sentimiento por el cuidado de la norma y el sistema gráfico, lo que motiva, paralelamente, el
aumento de críticas hacia aquellos que siguen este «decoro institucional» (Rivas Zancarrón,
2018a). Por otra parte, movimientos como la Ilustración y el Romanticismo favorecieron un
despertar por las lenguas de un país que, habiendo probado también el dulce de la rebeldía, se
resistía a cualquier medida no populista» (Rivas Zancarrón, 2018a: 776). Asimismo, las
independencias americanas que estaban teniendo lugar durante ese siglo puntualizan el hecho
de que la lengua española no era ya patrimonio exclusivo de los españoles. Estamos, pues, ante

107
un periodo profundamente marcado por las independencias. En este contexto político y social
se vislumbra también una necesidad de independencia lingüística: contra el galicismo en la
metrópoli y contra «lo castellano» en los nuevos países de América (Rivas Zancarrón, 2018a),
una reacción que estuvo encabezada por gramáticos como Bello o Sarmiento.
Paralelamente, la autoridad de la Real Academia se fue fortaleciendo durante el siglo
XIX, hasta llegar a convertirse, progresivamente, en el único referente, pues los impresores, al
ocupar la función de correctores de los manuscritos, requerían un modelo sólido y estable con
el que pudieran ahorrar tiempo y dinero (Rivas Zancarrón, 2018a). No obstante, según Lara
(2005: 181), esta consolidación se produjo a costa de la «reducción de la variedad a un español
centrado en Castilla y en Madrid, seleccionado por los académicos, que educa a las sociedades
hispanohablantes en la pasividad verbal, a la espera de la sanción académica de sus usos y de
la ‘aceptación’ de su vocabulario en el diccionario». Consecuentemente, la norma peninsular
—que se erigió como un instrumento unificador en la política del nuevo continente
americano— se acabó imponiendo nuevamente en el territorio americano. Esta situación dio
paso a continuos debates lingüísticos en torno a las actitudes sobre la forma de hablar entre los
gramáticos, lingüísticas y filólogos de la época.
Este conflicto estuvo contextualizado, como ya se ha mencionado, por la formación de
los nuevos Estados hispanoamericanos, un periodo en el que la lengua se constituye como un
símbolo identitario y cultural y que tiene su reflejo discursivo en estos debates lingüísticos de
los que venimos hablando, que se dirimen como esenciales para la extracción de las actitudes e
ideologías ante la lengua en ese periodo. En definitiva, durante el siglo XIX en los países de la
América hispana surge una necesidad por estudiar las diferencias lingüísticas de sus territorios
en relación con la antigua metrópoli, pues su objetivo perseguía la distancia con los límites del
segundo; en consecuencia, surgieron numerosas discusiones sobre múltiples ámbitos de la
lengua española.
Es necesario explicar el papel que juega la lengua española en el espacio geográfico y
temporal concreto que aquí nos concierne (el Estados Unidos de la segunda mitad del siglo
XIX). El español siempre ha estado presente en los Estados Unidos de una manera u otra, pues
es necesario recordar que parte de su territorio del suroeste perteneció a España y a México
antes de la anexión de 1848; y también se situó en un lugar protagónico como consecuencia de
la Intervención estadounidense en México y la Guerra hispano-estadounidense. El auge del
capitalismo y de los diferentes movimientos sociales, el incremento de la migración procedente
de países de habla hispana, las diferentes configuraciones del nacionalismo y del expansionismo
estadounidense con fines comerciales a nivel internacional y el aumento de la defensa de los

108
derechos hispanoamericanos son factores cruciales para poder entender la historia del español
en Estados Unidos. Además, contribuyeron en la configuración de los debates lingüístico-
ideológicos (Blommaert, 1999) que surgieron a partir del siglo XIX, en los que la lengua
española aparece representada de diferentes formas: como símbolo de reivindicación de la
cultura hispana o como herramienta de gran utilidad en el mercado internacional.
Por otra parte, se instauraron numerosos programas en español en diferentes
instituciones académicas de Estados Unidos y aumentaron las publicaciones escritas en esta
lengua, como los tratados gramaticales, los diccionarios, los ensayos o los periódicos. Este
último tipo de publicación es el que más nos interesa en este estudio, pues contribuyeron a la
difusión y a la popularización de la cultura y de la lengua hispana en Estados Unidos. Vilar
(1996) destaca que también sirvieron como instrumentos transnacionales para la consecución
de los objetivos sociopolíticos de cada comunidad dentro y fuera del país estadounidense. La
prensa es un instrumento crucial en el desarrollo de las naciones y en la estandarización de las
lenguas, por lo que es necesario detenernos en este aspecto para entender el posterior análisis.

4.4.La prensa como espacio ideológico-discursivo


Para la construcción y la configuración de las identidades nacionales (y, en el caso que aquí
compete, transnacionales) es fundamental la estandarización del idioma nacional. Según
Anderson (1983), el desarrollo de una literatura nacional es crucial para que se produzca dicha
estandarización, por lo que, en este sentido, la prensa puede considerarse como el instrumento
simbólico por el que ejercer influencia en las instituciones de poder, tales como el sistema
educativo, que es clave para la normalización y estandarización de un estándar lingüístico y,
por tanto, para la construcción y configuración del Estado-nación (Paffey, 2012: 40). También
es la prensa un espacio propicio para la mediatización y la circulación de las ideologías
lingüísticas (Ennis y Toscano y García, 2019).
Para ser considerados «autoridad» es necesario obtener dicho reconocimiento por los
miembros de una determinada comunidad. Consecuentemente, el reconocimiento de la
autoridad implica el poder de imponer una determinada visión (y división) del mundo social,
es decir, el establecimiento de los límites (o las fronteras) entre naciones, regiones o
comunidades. En el caso concreto de la lengua, estas autoridades se conocen con el nombre de
«guardianes de la lengua» (Heller, 2003; Milroy y Milroy, 1999), que suelen ser periodistas o
escritores que comentan sobre el buen o el mal uso de la lengua.
En definitiva, en la legitimación de una división del mundo social (el establecimiento
de las fronteras) es necesario que las autoridades se valgan de unas armas adecuadas que
109
conduzcan a la producción de la unidad o la creencia en la unidad, ya sea la de sus propios
miembros como la de individuos ajenos a ella. En el caso concreto que aquí nos concierne, estas
armas se corresponderían con valores de tipo cultural como la religión, las costumbres y, sobre
todo, la lengua. Estos valores son los criterios por los que estas autoridades configuran su visión
de la identidad legítima de su comunidad imaginada.

4.5.El desarrollo de la prensa hispana en Estados Unidos


La imprenta nace en Estados Unidos un siglo después que en Hispanoamérica: concretamente,
en el año 1638, en Cambridge (Massachussets). No obstante, alcanza un gran nivel de desarrollo
y perfección en menos de cuarenta o cincuenta años. En poco tiempo se convirtió en un
instrumento básico para la difusión de información. Las comunidades hispanas de Estados
Unidos aprovecharon las imprentas estadounidenses para difundir ideas y temas censurados por
los Gobiernos de sus respectivos países. Sus publicaciones datan del año 1780, en su mayoría
eran libros de temas políticos o de escritura creativa que a su vez contribuían en la defensa de
los incipientes movimientos de independencia que tendrían lugar tiempo después en
Hispanoamérica.
En Luisiana y otros lugares del suroeste y del noreste se empezaron a desarrollar
publicaciones bilingües como consecuencia de la nueva vida «bicultural» que se estaba forjando
en esas zonas de Estados Unidos (Kanellos, 2002: 13). De hecho, según Kanellos, «había
literalmente cientos de periódicos: el Proyecto Recuperación de la Herencia Literaria Hispana
ha documentado y descrito alrededor de 1700 de los 2500 que probablemente se publicaron
entre 1808 y 1960» (2002: 14). El primer periódico en lengua española que se publicó en
Estados Unidos fue El Misisipí (Nueva Orleans, 1808). En esta época era difícil distinguir entre
los términos «revista» y «periódico» en cuanto a formato, periodicidad o contenido. No
obstante, sí se emitían «periódicos» en el sentido moderno de la palabra, como por ejemplo Las
Novedades (Nueva York, 1876-1918). Estos se publicaban diariamente y se encargaban de
suministrar noticias y emitir opiniones editoriales dirigidas a una audiencia hispanohablante,
que es, sin duda, la función tradicional y básica de un periódico. El contenido de estas
publicaciones solía ser bastante variado e incluía desde noticas de tipo político o económico
hasta poesías, novelas por entregas, comentarios o ensayos. Algunos periódicos eran muy
efímeros, pues su publicación estaba condicionada por las circunstancias del momento: la vida
de estas publicaciones dependía, en la gran mayoría de casos, del fin social o político al que
estaban sujetas, por lo que no era extraño que desaparecieran de la noche a la mañana. Del
mismo modo, hay que destacar la trascendencia que las editoriales tenían, pues muchos de los
110
periódicos y revistas que cesaban de publicarse tras fracasar comercialmente solían renacer
tiempo después con el mismo o distinto nombre y hasta con el mismo director. Estas
publicaciones se diferenciaban del resto que se publicaban en otros países, pues se convirtieron
en lo que Kanellos denomina «baluartes de la cultura inmigrante» (2002: 14), contribuyendo a
reafirmar culturalmente la tierra natal de los hispanohablantes y a consolidar la relación con los
Estados Unidos.
Los periódicos del suroeste de Estados Unidos, en especial los publicados en Nuevo
México, California y Arizona, tenían como función principal la defensa de las comunidades
hispanas (procedentes de México, generalmente) que allí residían y la promoción de sus
actividades políticas. Así, por ejemplo, nos encontramos con El Crepúsculo de la Libertad, que
lideró una campaña política en 1834 para las elecciones al Congreso mexicano (Kanellos 1993:
108). Por tanto, esta prensa hispana asumió el liderazgo cultural y político de la población
inmigrante.
En el noreste, la actividad periodística mayoritaria era obra de cubanos y
puertorriqueños, que dedicaban las publicaciones a tratar el asunto de la independencia. Estas
publicaciones podían ser de carácter autonomista (Las Avispas, La Habana-Nueva York, 1892-
1896), separatista (El Oriente, Tampa, 1897) o anexionista (El Cubano, Nueva York, 1852-
1854); las que trataban asuntos religiosos (La Lira Católica, Filadelfia, 1860), o las consagradas
a la promoción de la cultura y la enseñanza (El Educador Popular, Nueva York, 1873-1881).
Igualmente, también prosperaron las revistas ilustradas, que se caracterizaban por tener un
marcado corte enciclopédico y por incluir contenido literario, científico o artístico. Algunos
ejemplos son El Museo de las Familias (1872-1873) o El Ateneo (1874-1877). Solían tener una
extensión mayor, sobre las veinte páginas, y se emitían de forma semanal, mensual o bimestral.
También se encuentran otro tipo de publicaciones que estaban dedicadas íntegramente
a cuestiones de tipo literario, como La Revista Ilustrada (1882-1894) o Las Tres Américas
(1893-1896). Estas revistas tenían un gran valor histórico, pues según Shearer (1954: 49)
contribuyeron a esclarecer la historia literaria de la época y los intercambios socioculturales
que se daban entre Estados Unidos y la América Hispana. A finales del siglo XIX surge en
Nueva York la «revista comercial» como consecuencia del auge económico y financiero que
alcanza dicha ciudad en el país estadounidense. Algunos ejemplos de este tipo de publicaciones
eran La Industria (1877-1885) o El Exportador Americano (1889-1917). También aparecen
revistas de carácter técnico o profesional (El Repertorio Médico, Nueva York, 1883-1884),
enfocadas a órganos específicos de ciertas industrias o negocios (La Moda Ilustrada, Nueva
York, 1896-1897) o a asociaciones obreras (La Gaceta de Bomberos, Nueva York, 1884-1885).

111
Recapitulando, la publicación de la mayoría de estos periódicos tuvo como fin principal
la promoción de los movimientos culturales, políticos y económicos que se estaban produciendo
en el ámbito hispánico. Además, tampoco se puede dejar de lado la inestimable función que
desempeñaron como motores de difusión de la cultura y la lengua españolas en el territorio
norteamericano, ya fuera de forma interna entre los propios hispanohablantes o de forma
externa, como medio de comunicación con las comunidades angloparlantes del país.

5. METODOLOGÍA
La metodología seguida en esta tesis sigue los parámetros metodológicos propios de un trabajo
sociolingüístico y, en especial, del contacto lingüístico. En primer lugar, es necesario indicar
que la elección del corpus de análisis se ha realizado a través de una búsqueda de archivo. Por
tanto, hemos seguido un proceso inductivo en el que hemos partido de la búsqueda de datos
concretos para poder llegar a las conclusiones y objetivos generales. El sistema de búsqueda de
estos materiales se ha llevado a cabo tanto en archivos físicos como el de la New York Public
Library o la biblioteca del Graduate Center de la City University of New York como en bancos
de datos y archivos digitalizados, entre los que destacan los siguientes: Chronicling America,
READEX, Hemeroteca de la BNE, archivo Ricardo Flores Magón, etcétera.
Los datos de los periódicos se han clasificado en función de un criterio geográfico (lugar
de publicación de los periódicos) y un criterio étnico (origen de los editores de los periódicos)
tal y como se aprecia en la Tabla 1:
PERIÓDICO LUGAR DE EDITOR ORIGEN
PUBLICACIÓN
El Clamor Público Los Ángeles Francisco P. Mexicano
(1855-1859) (California) Ramirez
La Voz del Nuevo San Francisco Felipe Fierro Mexicano
Mundo (1865-1884) (California)
Revista Católica Las Vegas (Nuevo Donato M. Italiano
(1875-1962) México) Gasparri
El fronterizo (1878- Tucson (Arizona, Carlos Ignacio Mexicano
1893) Nuevo México) Velasco
El Horizonte (1879- Corpus Christi (Texas) José L. Montalbo Mexicano
1880) & Bro
El Boletín Popular Santa Fe (Nuevo José Segura Mexicano
(1886-1895) México)
La Voz del Pueblo Las Vegas (Nuevo Enrique H. Salazar, Mexicano
(1889-1892) México) Néstor Montoya,
Félix Martínez
El Hispano Las Vegas (Nuevo Víctor L. Ochoa Mexicano
Americano (1892) México)

112
Las Dos Repúblicas Los Ángeles Antonio Cuyas, A. Mexicano
(1892-1898) (California) J. Flores
El Independiente Las Vegas (Nuevo Enrique H. Salazar, Mexicano
(1894) México) Néstor Montoya
La Voz de Nuevo Alburquerque (Nuevo Baca, Escobar Mexicano
México (1894) México)
La Crónica (1849- Nueva York Manuel Peña Español
1865) Cagiao, José Ferrer
de Couto
Las Novedades Nueva York José G. García Español
(1876-1918)
El Progreso (1884- Nueva York Ramón Silvestre Español
1885) Varea
El Eco de Cuba Nueva York José Mesa Cubano
(1854-1855)
El Papagayo (1855) Nueva York Miguel Teurbe Cubano
Tolón
La Estrella de Cuba Nueva York Hallet y Breen Estadounidense
(1870)
La Revolución de Nueva York Raphael Lanza Cubano
Cuba (1872)
El Pueblo (1874) Nueva York Ramón Ignacio Cubano
Arnao
El Correo de Nueva Nueva York L. Lameda Díaz Cubano
York (1874)
El Ateneo (1874- Nueva York Juan Ignacio de Cubano
1875) Armas y Céspedes
El Suramericano Nueva York Robert Wensioe Estadounidense
(1875)
El Comercio (1875) Nueva York A.K. Philips & Co. Estadounidense
La Independencia Nueva York Juan Bellido de Cubano
(1876-1877) Luna
Patria (1892-1989) Nueva York José Martí, Cubano
Enrique José
Varona
El Guaimaro (1895- Nueva York José C. Andreu, Cubano
1896) Agapito Losa
La Doctrina de Nueva York Rafael Serra Cubano
Martí (1896-1898)
Tabla 1. Información básica sobre los periódicos elegidos para el análisis.

Posteriormente, se ofrece una descripción detallada de cada uno de los periódicos seleccionados
(la precisión de los detalles depende de la cantidad de información que existe de cada
publicación). Hemos elegido el Suroeste y Nueva York como puntos geográficos clave por
cuestiones de producción de la prensa, es decir, que eran los lugares en los que más periódicos
se publicaban en el siglo XIX y también eran los puntos en los que se asentaban más

113
comunidades de hispanohablantes. Los grupos étnicos seleccionados responden también a
cuestiones cuantitativas, es decir, que son los grupos más numerosos y los que más periódicos
publicaban. Esta división nos permite además contemplar las diferentes consideraciones que
cada grupo tenía sobre el español y los fines de los discursos que sobre dicha lengua realizaban.
Se han realizado dos procesos de vaciado de datos: por un lado, hemos buscado los casos
de transferencias interlingüísticas (léxicas y morfosintácticas) entre el inglés y el español
vertidas en los periódicos; por otro lado, hemos buscado textos en los que hubiera valoraciones
y testimonios explícitos sobre cuestiones metalingüísticas y relacionados con la política y la
planificación lingüísticas de los territorios seleccionados. En el caso concreto de los archivos
digitalizados hemos seguido la búsqueda a través de palabras clave, pues consideramos que
constituyen un punto de entrada en la investigación y en ningún caso ha sido un sistema que
constriña el acceso a información relevante. Así, hemos utilizado las siguientes palabras clave:
«lengua española», idioma», «español», «lengua inglesa», «castellano», «inglés», «Spanish
language», «English language», «Castilian».
Los datos necesarios para el análisis del contacto lingüístico se han obtenido de la
revisión y el vaciado de textos de los periódicos seleccionados. A tenor de las propuestas
terminológicas de autores como Haspelmath (2009), Van Coetsem (1998, 2000) y Winford
(2005), hemos utilizado los términos «préstamo» y «transferencia» indistintamente para
referirnos a los fenómenos derivados del contacto entre el inglés y el español en los periódicos
hispanos. La elección de estas etiquetas se ha realizado en función de la direccionalidad del
contacto observada en los periódicos: L2 (inglés) → L1 (español). En términos de Van Coetsem
(1998, 2000) y Winford (2005), esta direccionalidad en el cambio recibe el nombre de adopción
y suele implicar la agentividad de hablantes de la lengua receptora. Para la clasificación de los
préstamos o transferencias hemos seguido la propuesta de Haspelmath (2009) y hemos atendido
al nivel lingüístico al que pertenecen. Así, hemos diferenciado entre préstamos léxicos (material
borrowing), préstamos morfosintácticos (structural borrowing) y, por último, hemos añadido
un tipo especial de préstamo que aúna tanto criterios morfosintácticos como culturales: el
sistema de datación.
Los préstamos léxicos se han clasificado según dos tipos de criterios:
(1) Criterio temático: los préstamos se han agrupado según el campo léxico-semántico al
que pertenecen (política, negocios, economía, cultura, etc.). Asimismo, hemos tenido en
cuenta la división propuesta por Myers-Scotton (2002, 2006) de préstamos culturales
(cultural borrowings), que son aquellos que designan una nueva realidad en la lengua
receptora, y préstamos reduplicadores (core borrowings), que duplican el significado de

114
una palabra que ya existe en la palabra nativa. Este criterio nos permite conocer, por un
lado, los ámbitos de la vida en la que los préstamos se introducen antes y, por otro lado,
distinguir los préstamos que se toman como necesidad para nombrar una realidad
inexistente en el español y aquellos que se introducen para reemplazar términos
preexistentes por cuestiones de prestigio.
(2) Criterio ortotipográfico: los préstamos se han clasificado atendiendo a la grafía y a los
resaltes tipográficos con los que se introducen. De igual manera, una herramienta de
gran utilidad para desentrañar la manifestación de una actitud es la introducción de
resaltes tipográficos como la cursiva, que puede dejar «traslucir la relación entre lengua
y sociedad dentro de una manifestación textual concreta» (Rivas Zancarrón 2018a: 244),
o incluso, la propia ortografía puede ejercer un impacto sobre el cambio lingüístico
(véase Rivas Zancarrón 2010, 2017). Así, el uso de los resaltes tipográficos nos indica
que los préstamos del inglés son reconocidos como ajenos a la variedad de habla de los
emisores de los periódicos; mientras que la introducción de préstamos en letra redonda
nos indica que los préstamos estaban normalizados en la variedad de habla de los
emisores.
Para la clasificación y descripción de las transferencias morfosintácticas, no hemos atendido
a ningún criterio a la hora de clasificarlas, pues el tamaño de la muestra no es tan grande como
el de los préstamos léxicos. Por último, es necesario mencionar el caso particular del sistema
de datación, que sigue parámetros morfosintácticos y culturales. Los ejemplos de este tipo de
transferencias se han clasificado según el tipo textual y el orden en el que se encontraban.
Una vez obtenido los datos de la situación de contacto inglés-español en la prensa
hispana se han contrastado con otras situaciones de contacto lingüístico entre diferentes lenguas
con el objetivo de constatar si los resultados obtenidos en la tesis responden a un patrón
universal o no. La comparación se ha realizado por niveles lingüísticos, por lo que hemos
dedicado un apartado al léxico, otro al nivel morfosintáctico y otro al sistema de datación.
Asimismo, hemos contrastado la situación del contacto inglés-español en Estados Unidos con
lo que ocurre en otros contextos en los que el contacto se produce entre las mismas lenguas,
como Gibraltar, Puerto Rico, Filipinas, Guam y las islas Marianas del Norte. El objetivo de
establecer dicha comparación también responde a la misma necesidad de constatar o refutar que
la situación que tenemos en los periódicos hispanos se correlaciona con una tendencia universal
en todas las situaciones de contacto lingüístico o si, por el contrario, existe algún aspecto que
sea particular y que no coincida con lo que ocurre en otras situaciones.

115
Para esclarecer las diferencias existentes en el contacto lingüístico en cada uno de los
espacios elegidos, es necesario atender a una serie de factores extralingüísticos. Por tanto, el
segundo vaciado de datos que hemos realizado, que se correspondía con la búsqueda de
valoraciones o testimonios explícitos sobre cuestiones metalingüísticas y sobre la política y la
planificación lingüísticas, ha servido para perfilar las diferentes variables que hay que tener en
cuenta para resolver dicha cuestión. Para la discusión de estos factores extralingüísticos, hemos
aunado las propuestas de Weinreich (1974) y Lewis (1978) para realizar una clasificación con
las siguientes variables:
(1) Variables geográficas: hemos atendido a cuestiones como las diferencias entre rural-
urbano, desierto-montaña, continuación continental-isla, año de conquista, otros
pueblos…
(2) Variables sociolingüísticas: los aspectos que se han tenido tienen que ver con dicotomías
como dinero-pobre, analfabeto-alfabeto, hombre-mujer, generación, migrante,
conquistado, editor, lector…
(3) Variables histórico-culturales y políticas: aquí entran en juego aspectos como las
diferentes en el momento de la conquista y si hay diferencias según el periodo
cronológico, la presión de la Doctrina Monroe, las actitudes, las ideologías, cómo lucha
el hispano contra lo hegemónico…
Es necesario mencionar que para obtener una visión certera y fiable deben tenerse en cuenta
una serie de factores, como la procedencia del emisor, el lugar de publicación, los agentes que
han intervenido en la elaboración de los textos o las ideologías lingüísticas del momento. No
obstante, en la mayoría de ocasiones es complicado diferenciar a los agentes que intervienen en
la elaboración de los periódicos. Es complejo determinar si la autoría del texto pertenece al
director o editor de la publicación, a algún redactor o cajista o si, por el contrario, el texto fue
manipulado posteriormente por el impresor. Esto acarrea ciertas trabas en el acceso filológico
a los textos, pues puede suponer diferentes consideraciones en las actitudes ante la lengua y en
el prestigio normativo que se observe a través de la ortografía o del uso tipográfico15. Como no
existen muchos datos sobre esta cuestión en los periódicos elegidos, se acuñará el término
genérico «responsables» para hacer referencia a los agentes que intervienen en su elaboración,

15
Esta problemática ha sido discutida ampliamente por Rivas Zancarrón en relación con la ortografía en la prensa
de España y América de los siglos XVIII y XIX (2018a) y el uso de resaltes tipográficos en la prensa costarricense
(2018b).

116
corrección e impresión. Ahora bien, especificar quiénes eran los directores de estos periódicos16
es una variable de gran peso para poder obtener conclusiones acertadas.
Son las variables histórico-culturales y políticas que tienen más peso a la hora de
esclarecer las diferencias existentes en el contacto lingüístico inglés-español en los territorios
seleccionados. Así, las actitudes y las ideologías lingüísticas tienen un gran peso en el análisis
realizado, por lo que es necesario señalar la división que se ha realizado a la hora de clasificar
las representaciones ideológicas sobre la lengua. A tenor de las consideraciones de Paffey
(2010, 2012), las categorizaciones sobre el español se configuran en torno a un valor cultural y
a un valor económico, por lo que seguimos este mismo criterio en nuestro análisis. Por un lado,
este valor cultural recoge representaciones lingüísticas que inciden en el simbolismo que la
lengua española tiene en el territorio estadounidense, como patria común de todos sus hablantes.
Asimismo, recoge representaciones que tienen que ver con la reacción de los hispanohablantes
ante el hecho del contacto, por lo que se generan actitudes puristas ante la lengua (Ludwig,
2001) que condenan la mezcla que se produce entre ambas lenguas. Por otro lado, el valor
económico índice en el valor que la lengua española y que la lengua inglesa tiene en el territorio
estadounidense, pues su conocimiento implica el progreso social y económico de los hablantes.

6. PRESENTACIÓN Y JUSTIFICACIÓN DE LOS PERIÓDICOS SELECCIONADOS


La prensa en español publicada en Estados Unidos durante el siglo XIX resulta peculiar y
pertinente para los objetivos que se proponen en esta tesis por varios motivos. Uno de ellos
tiene que ver con la naturaleza propia de esa prensa, que lleva a clasificarla en dos grupos. Por
un lado, existe una prensa del exilio, que es aquella que utiliza las ventajas y la protección de
un suelo extranjero para expresar mensajes que no eran bien recibidos por las autoridades de
sus países de origen. Por tanto, su objetivo es el de influenciar en la vida y la política de la tierra
de origen, aunque en la mayoría de las ocasiones, debido a los condicionantes políticos, la
distribución se limitaba entre las comunidades de expatriados residentes en los nuevos
territorios (Kanellos y Martell, 2000: 8). Por otro lado, se encuentra la prensa inmigrante, que
surge como instrumento para ayudar a la población en transición de sus países de origen a
Estados Unidos. Este tipo de prensa proporcionaba noticias y traducciones orientadas a
facilitarles el ajuste a la nueva sociedad, al mismo tiempo que se mantenía el vínculo con la
antigua tierra. La defensa de los derechos políticos y sociales también era una función
importante de este tipo de publicaciones (Kanellos y Martell, 2000: 31). De esta forma, queda

16
En estos casos, se hará uso de los términos «director» o «fundador».

117
claro que ambas clases de publicaciones establecían conexiones entre el país de origen y el
nuevo lugar de residencia: mientras primero estaba más relacionado con intentar realizar
cambios en el lugar de origen, el segundo buscaba el ajuste a la nueva tierra.
Hemos seleccionado periódicos de cada uno de estos tres grupos étnicos para observar
y analizar la evolución de las representaciones de la lengua que cada uno de los grupos tiene a
lo largo de la segunda mitad del siglo XIX. La descripción de cada periódico se ha consultado
en los distintos archivos físicos y digitales anteriormente nombrados y en los propios ejemplares
de cada uno de ellos. Por tanto, debe apuntarse que no todos han podido ser examinados con la
misma precisión por la falta de información que existe en cada caso.

6.1. La prensa del Suroeste


El periodismo de esta zona es consecuencia directa de la transformación económica y
tecnológica que la región sufrió a raíz de la anexión angloamericana. La aparición de estos
periódicos supuso un cambio de la cultura oral a la impresa. Estas publicaciones sirvieron como
forma de expresar oposición a la hegemonía política, social y cultural angloamericana y,
además, como forma de difusión y defensa de la cultura hispana. El auge definitivo de la prensa
hispana en el suroeste tuvo lugar en las últimas décadas del siglo XIX, pues es cuando
comenzaron a obtener imprentas propias. El aumento de la producción de periódicos en el
suroeste propició en el año 1891 la creación de una asociación formada por diferentes
periodistas de habla hispana de Nuevo México, el sur de Colorado y el oeste de Texas: la Prensa
Asociada Hispano-Americana. Los periodistas que integraban dicha asociación compartían
lazos culturales y un sentimiento de fraternalismo profesional que los motivaba a compartir
artículos entre ellos con el objetivo de trabajar en una misma dirección, guiada por los mismos
patrones culturales: «language, culture, and identity provided a foundation for the unity of
purpose that drove La Prensa Asociada's cultural agenda» (Meléndez, 2005: 73). Los periódicos
que se analizarán son los siguientes:

6.1.1. El Clamor Público (Los Ángeles, 1855-1859)

118
Ilustración 2. Cabecera de El Clamor Público (Los Ángeles, 1855-1859).

Este periódico, subtitulado como «Periodico Independiente y Literario, fue el primero publi-
cado en lengua española en California tras la ocupción angloamericana. Fue fundado por el
antiguo editor californio de Los Angeles Star, Francisco P. Ramirez, un impresor de tan solo
diecinueve años. Se publicaba de forma semanal y sus 233 números de cuatro páginas cada uno
fueron publicados entre julio de 1855 y agosto de 1859. Inicialmente, se trataba de un periódico
que contaba con una editorial de ideología moderada, pero evolucionó hacia una línea más ra-
dical, pues se convirtió en un tabloide activista casado con fuertes perspectivas políticas, que
generalmente se encontraban en consonancia con la defensa de las comunidades mexicanas de
la zona. Incluía artículos que trataban fundamentalmente con la ideología política americana,
pero destacaba por su interés por la poesía y la literatura, lo que lo convirtió en una gran fuente
de historia y cultura. Su distribución no iba más allá del norte de San Francisco.

6.1.2. La Voz del Nuevo Mundo (San Francisco, 1865-1884)

Ilustración 3. Cabecera de La Voz del Nuevo Mundo (San Francisco, 1865-1884).


Fue un periódico publicado por Felipe Fierro. Periódico político y literario consagrado a la
defensa de los intereses legítimos de la América.

6.1.3. Revista Católica (Las Vegas, 1875-1962)

119
Ilustración 4. Cabecera de la Revista Católica (Las Vegas, 1875-1962).

Fue una periódico católico hispano-americano que se publicaba diariamente y circulaba de


forma internacional. El italiano y jesuita Donato M. Gasparri fue su fundador en Las Vegas,
Nuevo México. La imprenta en la que se publicaba se llamaba Imprenta de Río Grande y
normalmente suministraba uan variada cantidad de materiales educativos y devotos. El
Reverendo Lorenzo Fede, S. J. ayudó a Gasparri a comenzar la publicación del periódico.

6.1.4. El fronterizo (Tucson, 1878-1893)

Ilustración 5. Cabecera de El fronterizo (Tucson, 1878-1893).

Este periódico fue fundado por Carlos Ignacio Velasco en 1878. Se publicaba en lengua
española de forma semanal y estuvo asociado con el periódico angloamericano Arizona Citizen.
El periódico de Velasco seguía una línea editorial republicana y constituyó uno de los
principales promotores del orgullo de la cultura hispánica en la región. Junto con Pedro C,
Pellón y Mariano G. Samaniego fundó en 1894 la Alianza Hispano-Americana, una asociación
política que tuvo una gran acogida en el suroeste. Velasco adoptó una posición anti
asimilacionista a favor de la preservación de la cultura de la población hispana de Arizona y
realizó campañas para la repatriación a México. También promulgó la deportación de los
chinos, que habían llegado a Tucson en masa para construir el ferrocarril. Este periódico tuvo
un gran éxito entre el público hispanohablante, por lo que estuvo en circulación durante 36
años.

120
6.1.5. El Horizonte (Corpus Christi, Texas, 1879-1880)

Ilustración 6. Cabecera de El Horizonte (Corpus Christi, 1879-1880).

Fue un periódico dirigido por José L. Montalbo & Bro. Se publicaba de forma bisemanal y era
un «Periódico independiente, literario, de variedades y anuncios». Según sus editores, la
publicación de un periódico de esas características y en lengua española era una necesidad por
la gran cantidad de población hispanohablante que residía en la zona. Por tanto, creían que el
periódico podría ser beneficioso como un medio por el que transmitir las noticias de la tierra
mexicana de origen y del resto del mundo. Además, también servía como medio para dar a
conocer los negocios de la zona al público hispanohablante y una forma de establecer y
mantener las relaciones entre mexicanos y angloamericanos.

6.1.6. El Boletín Popular (Santa Fe, 1886-1895)

Ilustración 7. Cabecera de El Boletín Popular (Santa Fe, 1886-1895).

José Segura, miembro de la Prensa Asociada Hispano Americana, fue el fundador de este
periódico. Segura nunca tuvo una implicación política demasiado exacerbada, por lo que su
carrera aparece únicamente vinculada a su profesión periodística. Su periódico se convirtió en
uno de los más influyentes de todo el periodismo neomexicano gracias, entre otros motivos, a
su peculiar estilo. El contenido que solía incluir eran noticias locales, regionales, nacionales e
internacionales, pero también ocupaba gran espacio a la literatura y el arte, por lo que en ese

121
sentido El Boletín sirvió como transmisor de la cultura oral neomexicana. Solía incluir trabajos
de poetas neomexicanos locales, de escritores conocidos en el suroeste y obras literarias
conocidas a nivel internacional, especialmente de autores españoles o latinoamericanos. El
periódico alcanzó gran éxito en la década de 1890, fecha en la que se convirtió, como muchos
otros coetáneos, en la voz de las preocupaciones y aspiraciones de los neomexicanos en el
suroeste e incluía textos de personalidades reconocidas en el periodismo neomexicano, como J.
M. H. Alarid, Eleuterio Baca, Benjamin M. Read o Camilo Padilla.

6.1.7. La Voz del Pueblo (Las Vegas, 1889-1892)

Ilustración 8. Cabecera de La Voz del Pueblo (Las Vegas, 1889-1892).

Este periódico semanal fue fundado en Las Vegas el 14 de junio de 1890 y estuvo en circulación
hasta el 10 de febrero de 1927. Antes de establecer su publicación en Las Vegas, estuvo dirigido
por Enrique H. Salazar y Néstor Montoya en Santa Fe y estuvieron a cargo del periódico desde
el 2 de febrero de 1889 hasta el 7 de junio de 1890, cuando Félix Martínez, el líder del partido
Unions People, compró el periódico. Principalmente, estaba dedicado a promulgar los intereses
y el progreso del pueblo hispanoamericano en la región. En sus primeros números se incluían
sobre todo noticias locales, pero también había una sección de literatura, casi exclusivamente
en lengua española. Por otra parte, también había secciones dedicadas a las noticias nacionales
e internacionales, como por ejemplo sobre la guerra hispano-americana.

6.1.8. El Hispano Americano (Las Vegas, 1892)

Ilustración 9. Cabecera de El Hispano Americano (Las Vegas, 1892).

122
Su director fue Víctor L. Ochoa, que fue presidente de la Prensa Asociada Hispano Americana.
La elección como presidente de la asociación tuvo lugar en los meses en los que movió la
publicación del periódico desde El Paso (Texas) a Las Vegas (Nuevo México) en 1892. El
periódico se publicaba con los mismos objetivos que promulgaba la asociación: la defensa de
los derechos sociopolíticos de las comunidades neomexicanas en el territorio.

6.1.9. Las Dos Repúblicas (Los Ángeles, 1892-1898)

Ilustración 10. Cabecera de Las Dos Repúblicas (Los Ángeles, 1892-1898).

Fue un periódico semanal editado por Antonio Cuyas y A.J. Flores en 1892 y por A.J. Flores a
partir de 1893.

6.1.10. El Independiente (Las Vegas, 1894)

Ilustración 11. Cabecera de El Independiente (Las Vegas, 1894).

Este periódico semanal en lengua española fue fundado el 24 de marzo de 1894 en Las Vegas
por Enrique H. Salazar. Salazar era nativo de Santa Fe y previamente había editado La Voz del
Pueblo con Néstor Montoya hasta el año 1890, cuando decidieron venderlo y mudarse a Las
Vegas. En octubre de 1899, El Independiente se convirtió en el periódico oficial del condado
de San Miguel. Muchos de los editoriales del periódico estaban dedicados a temas como la

123
educación, la historia, la lengua y asuntos políticos de importancia para los nativos
neomexicanos, como la excesiva dominación angloamericana en el territorio. También se
incluían muchas noticias locales, había una sección dedicada exclusivamente a las noticias de
Santa Fe e, incluso, se empezaron a incluir noticias bilingües sobre asuntos legales. En
diciembre de 1905 el editor del periódico pasó a ser Secundino Romero, aunque Salazar
continuó siendo su tesorero y administrador. El periódico continuó publicándose hasta agosto
de 1928, fecha en la que se trasladó a Alburquerque con el mismo nombre.

6.1.11. La Voz de Nuevo México (Alburquerque, 1894)

Ilustración 12. Cabecera de La Voz de Nuevo México (Alburquerque, 1894).

Periódico semanal publicado por Baca y Escobar. Ofrecía contenido político, de actualidad y
literario.

6.2.La prensa de Nueva York: españoles y cubanos


6.2.1. Periódicos españoles
La población de origen española se condensa mayoritariamente en la ciudad de Nueva York.
Las publicaciones asociadas a esta comunidad incluyen tanto contenido destinado a
proporcionar colaboración en causas políticas y sociales vinculadas a España y a otros países
de Hispanoamérica, como a facilitar la transición de la población española (y con española
incluyen también a gente procedente de las excolonias americanas) a la vida norteamericana en
Nueva York. Es común la expresión de una ideología ligada a la cuestión de la lengua española
como eje unitario para las naciones de habla hispana. El tipo de publicaciones que solían emitir
eran periódicos o revistas ilustradas, de un mayor número de páginas y una distribución que se
extendía por diferentes puntos de los Estados Unidos y de la América hispana. Analizaremos
los siguientes periódicos:

124
6.2.1.1.La Crónica (Nueva York, 1849-1865)

Ilustración 13. Cabecera de La Crónica (Nueva York, 1849-1865).

Este periódico fue fundado en 1848 por el gallego Manuel Peña Cagiao con el objetivo de
defender los intereses de la comunidad española asentada en Nueva York y para hacer frente a
los independentistas cubanos. Tenía una frecuencia de publicación de dos o tres veces por
semana: el primer número salió en noviembre de 1849 y el último, en 1865, año en el que murió
su primer editor. José Ferrer de Couto fue el encargado de reemplazar a Peña Cagiao en la
dirección del periódico. Este español también procedía de Galicia y compartía los mismos
intereses y objetivos que el periódico tenía en su fundación: la defensa de los intereses españoles
en América. Ferrer de Couto había dedicado gran parte de su vida a la carrera militar y este
hecho influenció su trayectoria literaria17, tal y como se aprecia en la acentuada defensa del
españolismo que se aprecia en las páginas de la publicación en los años en los que se encargó
de dirigirla. Este patriotismo no fue bien acogido por todos y molestaba especialmente a los
independentistas cubanos que vivían en Nueva York, pues se les tildaba de cobardes, bandidos
y facineros. Las dificultades económicas y políticas de La Crónica provocaron que Ferrer de
Couto lo vendiera para poder liberarse de las deudas que la publicación acumulaba casi desde
su fundación, por lo que pasó a denominarse El Cronista y se estableció su sede en los números
64 y 66 de Broadway. La ideología del nuevo periódico era menos radical que la promulgada
por Ferrer de Couto, pero provocó toda una polémica con el editor de La Independencia, un
periódico independista cubano. Muchos españoles tenían una postura mucho menos radical y
consideraban que era necesario una actitud conciliadora respecto a la presencia española en el

17
En 1864 publicó una obra sobre la esclavitud en la que defendía que «la esclavitud de los negros fue en realidad
su rescate de sus atroces condiciones en África y que la aplicación de sus fuerzas es un hecho civilizador y
humanitario» (Burgoa, 2011: 20). Su edición en inglés y en español favoreció la difusión del texto y avivó la
polémica durante la Guerra de Secesión lo que trajo consigo la impopularidad del autor en los centros abolicionistas
(Diana, 1874: 619). Esta incursión de Ferrer de Couto en un asunto tan polémico venía motivada por la defensa de
los intereses españoles, pues la esclavitud afectaba a los negocios que algunos de sus compatriotas sostenían en
las Antillas.

125
Caribe y los intereses norteamericanos. Por tanto, se distanciaban de la línea editorial del
periódico y se produjo una brecha en la comunidad hispanohablante residente en Nueva York
(Varela-Lago, 2008: 42). Sin embargo, El Cronista consiguió mantener la supremacía sobre la
prensa española publicada en Estados Unidos hasta que desapareció en el año 1877.

6.2.1.2.Las Novedades (Nueva York, 1876-1918)

Ilustración 14. Cabecera de Las Novedades (Nueva York, 1876-1918).

Este periódico fue fundado por José G. García y Enrique Muñiz, antiguos editores de El
Cronista, con motivo de la Exposición Conmemorativa del Centanario de la Declaración de
Independencia de los Estados Unidos celebrada en Filadelfia en 1875. Se publicaba una vez a
la semana, contaba con una extensión de dieciséis páginas, el coste anual era de ocho dólares y
su imprenta estaba ubicada en el 108 de Fulton Street. El director de El Cronista consideró que
la fundación de este nuevo periódico era una traición a España y a su persona, pues tenían
diferentes concepciones sobre España, la hispanidad y el papel que debían jugar en los Estados
Unidos, por lo que protagonizaron una calurosa polémica que les llevó incluso a la edición de
panfletos en los que ambas publicaciones defendían sus causas. Las Novedades tenía una
concepción menos radical del patriotismo y optaba por una posición más liberal y pragmática
que se encontraba en consonancia con la actitud de los españoles en Estados Unidos y en Cuba.
El propósito principal del periódico era facilitar las nuevas relaciones entre los españoles y las
antiguas colonias como forma de volver a estrechar lazos entre todos aquellos que compartían
el mismo idioma. La polémica entre ambos periódicos (El Cronista y Las Novedades) terminó
en 1877 con la muerte de Ferrer de Couto. Tras este suceso, José G. García compró la cabecera
de El Cronista con el objeto de aprovechar su supremacía sobre la prensa hispanohablante de
Nueva York. De esta forma, Las Novedades se convirtió en el periódico de mayor popularidad
entre el público hispanohablante, pues empezó a presentarse como «sucesora de La Crónica y
El Cronista» y afirmaba ser «el periódico más antiguo de los publicados en Nueva York, órgano

126
de España y los pueblos hispanoamericanos» (Beldad, 1903: 120). Este periódico llegó a editar
más de 2.800 ejemplares que no solo se distribuían en Estados Unidos, sino que alcanzó a
distribuir transnacionalmente por Cuba, Puerto Rico, México y por muchas de las repúblicas
americanas, por lo que se convirtió en un medio de gran influencia. De esta forma, el gobierno
español decidió apoyar económicamente a la publicación del periódico, un subsidio que fue
incluso duplicado con la intención de captar el interés de los angloamericanos, pues compartían
posturas respecto de la independencia cubana. Así, pudieron sacar una edición en inglés,
cumpliendo además con el propósito que Enrique Dupuy de Lôme, el embajador español en
Nueva York, tenía de convertir la prensa en un arma para combatir la independencia cubana en
Estados Unidos (Varela-Lago, 2008).

6.2.1.3.El Progreso (Nueva York, 1884-1885)

Ilustración 15. Cabecera de El Progreso (Nueva York, 1884-1885).

En 1884, Ramón Silvestre Verea (1833-1899), un gallego que contaba con una amplia
trayectoria en el ámbito de la filosofía, la teología, la enseñanza, la escritura y la mecánica,
fundó El Progreso, un periódico que contaba con una línea editorial bastante novedosa respecto
de las publicaciones que se habían editado hasta dicho momento, pues la ideología que
propugnaba estaba en consonancia con las ideas del librepensamiento y el anticlericalismo. De
hecho, Verea mostraba una actitud escéptica y muy crítica sobre la monarquía española y la
política de Cánovas del Castillo (Varela-Lago, 2008: 47-48) y sobre la religión. La finalidad de
la publicación era la promoción de nuevos inventos científicos, mecánicos y productos artísticos
entre el público hispanohablante, pero también se incluían testimonios relacionados con la
lengua española, así como noticias sobre la actualidad política del momento. Este periódico se
publicaba en la imprenta del propio director, El Polígloto, que fundó en 1880 en Nueva York.

127
Además, constituye un caso inusual entre sus coetáneos por ser el único que sobrevivía sin la
necesidad de incluir muchos anuncios, así que «presumía de su independencia, denunciando
que los periódicos que vivían de la subvención eran deudores de sus patrocinadores»
(Hernández Fuentes, 2019: 57). El periódico alcanzó una gran difusión no solo entre los
hispanohablantes residentes en Nueva York y en otras partes de Estados Unidos, sino también
entre los diferentes países americanos, por el precio de subscripción tan bajo que presentaba.

6.2.2. Periódicos cubanos


Los cubanos emigraban principalmente al área sureste (Florida, Luisiana), aunque también
encontramos un foco importante en el noreste, sobre todo en Nueva York. Su prensa estaba
dedicada fundamentalmente a cubrir las necesidades políticas del movimiento independentista
cubano desde un territorio en el que la libertad de prensa lo permite. La idea de lengua española
como criterio de definición de la nación suele aparecer en contenidos donde se discute sobre la
posible americanización del territorio cubano en el caso de una posible intervención
angloamericana. Encontramos entonces dos tipos de publicaciones principales: aquellas
dedicadas exclusivamente a la cuestión de la independencia cubana, por lo general de corta
duración en el tiempo, y con un número limitado de páginas; y, por otro lado, aquellas
denominadas periódicos o revistas ilustradas, que tenían un número mayor de páginas y su
contenido estaba más vinculado a tratar el tema de la nación cubana y a índoles de tipo literario.
Las publicaciones que se analizarán son las siguientes:

6.2.2.1.El Eco de Cuba (Nueva York, 1854-1855)

Ilustración 16. Cabecera de El Eco de Cuba (Nueva York, 1854-1855).

Fue un periódico dirigido por José Mesa y publicado de forma irregular. Estaba dedicado
principalmente a emitir noticias de carácter político, en relación con la cuestión de la nación
cubana. Se publicaba bajo el lema «Libertad, igualdad, fraternidad».

128
6.2.2.2.El Papagayo (Nueva York, 1855)

Ilustración 17. Cabecera de El Papagayo (Nueva York, 1855).

Este periódico bimensual de pequeño formato estaba dedicada a tratar la independencia de Cuba
desde la ciudad de Nueva York. Su director y redactor, Miguel Teurbe Tolón, fue un poeta
matancero que tuvo que asentarse en Nueva York en 1848 por sus ideales separatistas. Cada
número incluía una célebre frase como epígrafe que Narciso López pronunció momentos antes
de ser llevado al patíbulo: «Adiós a Cuba: mi muerte no cambiará tus destinos». Aunque era un
periódico que estuvo casi exclusivamente dedicado a tratar el tema de la independencia de
Cuba, en ocasiones incluía artículos sobre la educación pública en Estados Unidos, poemas
escritos por el propio Teurbe Tolón o, incluso, poemas que estaban firmados bajos los
seudónimos Anacaona, Caonabo y Eldifonso Jubilao. El periódico cesó su publicación en abril
de 1855, fecha en la que pasó a denominarse El Cometa, dirigido por el mismo director.

6.2.2.3. La Estrella de Cuba (Nueva York, 1870)

Ilustración 18. Cabecera de La Estrella de Cuba (Nueva York, 1870).

Publicado por Hallet y Breen. Se emitía de forma irregular y en su publicación contribuyó la


Liga Cubana de los Estados Unidos y, de hecho, se convirtió en el órgano oficial de dicha
organización.

129
6.2.2.4.La Revolución de Cuba (Nueva York, 1872)18
No se conoce el nombre del fundador del periódico, pero Raphael Lanza fue su director a partir
de 1875. Estaba dedicado a la defensa de la independencia cubana desde el exilio
estadounidense y se publicaba en inglés y en español.

6.2.2.5.El Pueblo (Nueva York, 1874)19


Su director era Ramón Ignacio Arnao, estaba dedicado a los intereses políticos de la nación
cubana desde el exilio estadounidense.

6.2.2.6.El Correo de Nueva York (Nueva York, 1874)20


Periódico semanal dirigido por L. Lameda Díaz.

6.2.2.7.El Ateneo (Nueva York, 1874-1875)

Ilustración 19. Cabecera de El Ateneo (Nueva York, 1874-1875).

Fue un periódico literario publicado por Juan Ignacio de Armas y Céspedes.

6.2.2.8.El Suramericano (Nueva York, 1875)

18
No disponemos de imágenes de la cabecera de este periódico.
19
No disponemos de imágenes de la cabecera de este periódico.
20
No disponemos de imágenes de la cabecera de este periódico.

130
Ilustración 20. Cabecera de El Suramericano (Nueva York, 1875).

Este periódico estaba dirigido por Robert Wensioe y se emitía de forma semi mensual. Estaba
dedicado a cubrir los intereses de las repúblicas sudamericanas y se escribía en español y en
inglés.

6.2.2.9.El Comercio (Nueva York, 1875)

Ilustración 21. Cabecera de El Comercio (Nueva York, 1875).

Periódico independiente semanal publicado por A. K. Philips & Co. y dedicado a intereses de
tipo comercial, frabriles y financieros, tanto de los Estados Unidos como de la América
Española.

6.2.2.10. La Independencia (Nueva York, 1876-1877)

Ilustración 22. Cabecera de La Independencia (Nueva York, 1876-1877).

El director de este periódico fue Juan Bellido de Luna y estaba dedicado principalmente a
cuestiones políticas, relacionadas con el asunto de la independencia del pueblo cubano; de

131
hecho, se denominaba el «Órgano de Cuba libre e independiente». Se publicaba de forma
semanal.

6.2.2.11. Patria (Nueva York, 1892-1898)

Ilustración 23. Cabecera de Patria (Nueva York, 1892-1898).

Este periódico fue fundado el 14 de marzo de 1892 por José Martí, uno de los periodistas más
reconocidos de América Latina de su tiempo, en Nueva York con el propósito de impulsar el
triunfo del Partido Revolucionario Cubano para alcanzar la independencia total de Cuba y
Puerto Rico del dominio español mediante la lucha armada. Su último número salió a la luz el
31 de diciembre de 1898. Se publicaba de forma semanal con un precio de cinco centavos, tenía
cuatro páginas a cuatro columnas y se distrubía por correo fundamentalmente. Los tabaqueros
de Tampa y Cayo Hueso y los intelectuales cubanos y puertorriqueños residentes en Nueva York
fueron los encargados de la financiación del periódico. En el primer número, aparecen reflejadas
las bases del Partido Revolucionario Cubano y un artículo de José Martí titulado «Nuestras
ideas», en el que expresa la necesidad de alcanzar la libertad y la independencia mediante la
guerra. Los redactores del periódico fueron González de Quesada, amigo de Martí, y el
puertorriqueño Sotero Figueroa, un tipógrafo y escritor que era muy admirado por Martí.
Algunos de sus colaboradores frecuentes fueron los intelectuales cubanos Benjamín J. Guerra,
Manuel Sanguily, Francisco de Paula Coronado, Rafael Serra, Diego Vicente Tejera y Bonifacio
Byrne. El número correspondiente al 25 de junio de 1895 estuvo dedicado a José Martí, como
forma de honrar y glorificar su muerte en la guerra, por lo que muchos grandes intelectuales de
Cuba escribieron sus impresiones y recuerdos sobre el periodista más trascendental de la
historia de Cuba y América. Tras su muerte, el periódico pasó a ser dirigido por Enrique José
Varona, quien realizó un artículo que se interpretó como su opinión personal y no la del PRC,

132
por lo que la dirección del periódico fue sustituida por Eduardo Yero Buduén. El periódico cesó
de publicarse en 1898.

6.2.2.12. El Guaimaro (Nueva York, 1895-1896)

Ilustración 24. Cabecera de El Guaimaro (Nueva York, 1895-1896).

Este periódico estaba dirigido y redactado por José C. Andreu y administrado por Agapito Losa.
Estaba dedicado a cuestiones políticas relacionadas con la independencia del pueblo cubano;
de hecho, se publicaba bajo el lema «Unión, patria y libertad».

6.2.2.13. La Doctrina de Martí (Nueva York, 1896-1898)

Ilustración 25. Cabecera de La Doctrina de Martí (Nueva York, 1896-1898).

Este periódico biográfico, político, literario, de intereses generales y anuncios apareció en


Nueva York entre 1896 y 1898 y luego en La Habana entre 1899 y 1901. Su director fue Rafael
Serra, quien decidió fundarlo tras la muerte de José Martí en Dos Ríos. Se publicaba de forma
irregular y formaba parte de la prensa cubana que se editaba en el extranjero por emigrados
cubanos con el propósito de defender y hacer triunfar la independencia de su patria; de hecho,

133
utilizó el lema «La República con todos y para todos». Los redactores fueron Sotero Figueroa
y Juan Bellido de Luna, pero también contaba con la colaboración esporádica de Bonifacio
Byrne, Julio Flores, R. Reyes Eduardo Yero, F. Pi y Margall, Juan Bonilla, José A. Pujadas y
Enrique Hernández Miyares. El contenido que solía incluirse estaba dedicado
fundamentalmente a divulgar noticias y acontecimientos de la guerra, aunque también incluía
reseñas sobre las actividades del Partido Revolucionario Cubano y de los clubes de emigrados
cubanos en Estados Unidos. Por último, se publicaban biografías de distintos próceres cubanos
caídos en combate y contaba con una sección literaria en la que se incluían poesías de diversos
escritores.

7. EXPOSICIÓN DE LOS DATOS


Tras el vaciado de datos de los periódicos hispanos seleccionados para el análisis, se han
obtenido los siguientes resultados. En primer lugar, es necesario mencionar que la
direccionalidad del contacto patente en los periódicos es siempre la misma: L2 (inglés) → L1
(español). Siguiendo la terminología propuesta por autores como Van Coetsem (1998, 2000) o
Winford (2005), el trasvase interlingüístico que tenemos en los periódicos hispanos es un caso
de préstamo que se produce desde la SL (source language), el inglés, a la RL (recipient
language), es decir, el español; por lo que el contacto tiene lugar a través de la agentividad de
hablantes de la RL (hispanohablantes). En las situaciones de contacto que involucran la
agentividad de la RL, los préstamos suelen ser sobre todo de tipo léxico, aunque también pueden
producirse trasvases de rasgos estructurales. Esta es la situación que encontramos en los
periódicos, pues se ha observado un mayor número de casos de préstamos léxicos que de
préstamos estructurales.
Por tanto, para el análisis hemos realizado una distinción entre ambos tipos de
préstamos. A este respecto, Haspelmath (2009) señala que los términos transferencia y calco
pueden utilizarse como sinónimos de préstamo, por lo que en este análisis hemos decidido usar
los términos transferencia y préstamo indistintamente para referirnos al mismo tipo de trasvase
interlingüístico. Igualmente, siguiendo la terminología propuesta por Haspelmath (2009),
utilizaremos los términos lengua donante (donor language) para referirnos a la lengua de la que
se toma el préstamo y lengua receptora (recipient language) para indicar la lengua a la que se
transfiere. En el ámbito del contacto lingüístico también se han usado los términos source
language/borrowing language y model language/replica language para hacer referencia a este
binomio.

134
Teniendo en cuenta estas consideraciones, hemos dividido el análisis en tres partes: el
nivel léxico (material borrowing), el nivel morfosintáctico (structural borrowing) y, por último,
analizaremos un caso de transferencia interlingüística que involucra tanto al nivel
morfosintáctico como al plano cultural, el sistema de datación.

7.1. Nivel léxico (material borrowing)


Para el análisis de los préstamos léxicos, hemos tenido en cuenta dos criterios diferentes: el
criterio temático y el criterio ortotipográfico. Estos dos criterios nos indican, por un lado, el
ámbito social y cultural en el que los préstamos del inglés se introducen antes en el habla de los
hispanohablantes de dicho periodo y área geográfica; y, por otro lado, el grado de adopción y
naturalización que dichos préstamos tenían en el habla de estos hispanohablantes. Dentro del
criterio temático también hemos tenido en cuenta la clasificación de Myers-Scotton (2002,
2006) de préstamos culturales (cultural borrowings), que son aquellos que designan una nueva
realidad en la lengua receptora, y préstamos reduplicadores (core borrowings), que duplican el
significado de una palabra que ya existe en la palabra nativa. A continuación, expondremos los
resultados obtenidos del rastreo de datos de los periódicos publicados en los territorios del
suroeste (California, Nuevo México y Texas) y de los periódicos publicados en Nueva York
(españoles y cubanos) en el periodo comprendido entre 1848 y 1899.

7.1.1. La prensa del Suroeste


Los préstamos léxicos que aparecen en la prensa hispana del suroeste pertenecen a los siguientes
campos léxico-semánticos:
(1) Política: «los politicians» (La Voz del Nuevo Mundo, marzo 2 de 1877, nº 1501, p. 1);
«los Know Nothing» (El Clamor Público, agosto 14, 1855, nº 9, p. 33); «partido free-
soiler» (El Clamor Público, agosto 14, 1855, nº 9, p. 33); «Resultado del Know
Nothingism» (El Bejareño, octubre 27, 1855, nº 21, p. 3); informe del attorney (El
fronterizo, agosto 6 de 1887, nº 451, p. 3); «restringir el gobierno autónomo (self
government)» (El fronterizo, mayo 18 de 1889, nº 541, p. 2).
(2) Negocios y economía: «No es del Norte-americano el estudio lingüístico: ellos hasta
ahora se han mostrado solamente capaces en business y mechanica» (El fronterizo, abril
20 de 1883, nº 240, p. 1); «al bill Mckenley» (El fronterizo, mayo 16 de 1891, nº 642,
p. 2); «un millon de dollars / el dollar / del dollar» (El fronterizo, agosto 29 de 1891, nº
657, p. 2).

135
(3) Periodismo: «nuestro reporter» (El Horizonte, 13 de diciembre de 1879, nº 13, p. 3);
«En el articulo editorial ó leader, como lo llaman estos piadosos hombres, acumula y
ensarta insulto sobre insulto contra los extrangeros y Californios» (El Clamor Público,
agosto 21, 1855, nº 10, p. 38); «El reporter» (El fronterizo, mayo 16 de 1891, nº 642 ,
p. 2); «Algunas Interviews» (El fronterizo, marzo 28 de 1891, nº 635, p. 2); «Nuestro
reporter atendió al baile que se dió en el hotel» (La Voz del Pueblo, 1891, nº 24, p. 1).
(4) Comidas: «el lunch magnifico […] un exquisito lunch» (El fronterizo, febrero 27 de
1897, nº 917, p. 2); «un abundante y cuantioso lunch» (La Crónica, 17 de diciembre,
1873, nº 94, p. 2); «despues de haber tomado un lunch» (La Voz del Pueblo, 10 de julio
de 1897, nº 24, p. 1); «Hay cuartos reservados, desentemente amueblados, para las
personas que así lo deseen para tomar sus lunchs y sus copas y pasar su rato reunidos»
(La Voz del Pueblo, abril 21 de 1882, nº 188, p. 4).
(5) Gentilicios, topónimos: «los greasers (como él llama a los de México)» (El fronterizo,
agosto 6 de 1887, nº 451, p. 1); «los mexicanos ayankados» (La Voz del Pueblo, 1894,
p. 2); «yankee» (La Voz del Pueblo, 1894, p. 2); «sospechando que fueran «mexican»
periodistas» (El fronterizo, julio 4 de 1891, nº 649, p. 4).
(6) Otros: «CHRISTMAS se aproxima» (La Voz del Pueblo, diciembre 10, 1895, nº 45, p. 2).
Esta clasificación temática de los préstamos nos permite observar cuáles eran los ámbitos en
los que el inglés estaba más presente en la vida de los hispanohablantes en los territorios del
suroeste. Como vemos, dichos ámbitos se corresponden con áreas en las que los
angloamericanos constituían el grupo de mayor prestigio social: la política, la economía y los
negocios y el periodismo. Asimismo, la mayoría de préstamos léxicos que se atestiguan en la
prensa de estos territorios se corresponden con préstamos duplicadores (core borrowings),
como por ejemplo politicians, reporter, interview o lunch, que reemplazan a términos
preexistentes en español por cuestiones de prestigio. No obstante, también encontramos algunos
préstamos culturales que se introducen en el español porque designaban una realidad inexistente
en la lengua española, como partido free-soiler o los Know Nothing. Es necesario indicar que
los préstamos léxicos culturales que se observan en la prensa hispana de estos territorios
pertenecen sobre todo al ámbito de la política y de la economía.
Siguiendo un criterio ortotipográfico, podemos clasificar los préstamos de la siguiente
forma:
(1) Aquellos que se introducen a través de resaltes ortotipográficos como la cursiva o la
versalita: «nuestro reporter» (El Horizonte, 13 de diciembre de 1879, nº 13, p. 3).

136
(2) Aquellos que se introducen en letra redonda normal: «los Know Nothing» (El Clamor
Público, agosto 14, 1855, nº 9, p. 33).
(3) Aquellos que se introducen con adaptaciones a la ortografía del español: «un reporte»
(El Independiente, 1894, nº 1, p. 1); «el número de atendientes» (La Voz del Pueblo,
1891, 22: 1); «Su populación» (El Independiente, abril 14 de 1894, nº 4, p. 1);
«realizaremos que somos iguales» (El Independiente, diciembre 21 de 1895, nº 40, p.
1); «Dos mil personas victoriaron á Braya á su paso hoy por aquí» (El fronterizo, agosto
15, 1896, nº 890, p.1).
El uso de los resaltes tipográficos como la cursiva indica la diferenciación del código lingüístico
(Rivas Zancarrón, 2018b), un hecho que revela los casos en los que los emisores tenían
conciencia lingüística ante el cambio de código entre el inglés y el español. Igualmente, también
es usual encontrar casos en los que se percibe una vacilación entre el uso de la cursiva y la letra
normal para introducir un mismo término: esto significa que ese préstamo, aunque se siga
reconociendo como ajeno al español, se encontraba bastante aceptado y normalizado en el habla
de los emisores y de ahí que veamos que otras veces no aparezca resaltado con la cursiva.
Los préstamos léxicos que no se han adaptado al sistema de la lengua recipiente se
suelen reconocer como tal y reciben el nombre de extranjerismos. Sin embargo, el
reconocimiento de una palabra como préstamo puede ser un asunto complejo que depende de
diferentes factores, y la adaptación solo es uno de ellos. Otro factor es la novedad: si una palabra
acaba de entrar en la lengua, muchos hablantes viejos podrán recordar un estadio anterior de la
lengua y de esta forma serán conscientes de la juventud de la palabra. Los hablantes innovadores
pueden recibir las críticas de los hablantes más conservadores por el hecho de usar un préstamo
léxico, y esto contribuye a crear conciencia general sobre el grado en el que una palabra es
aceptada y establecida como parte de la lengua. La noción de extranjerismo se encuentra
cercana a los cambios de código de una sola palabra, porque incluso estos últimos se encuentran
menos integrados que los extranjerismos. Por tanto, el proceso de integración es el grado en el
que una palabra pertenece por completo al sistema lingüístico de la lengua recipiente.

7.1.2. La prensa española en Nueva York


Los préstamos que suelen aparecer pertenecen sobre todo a los siguientes campos léxico-
semánticos:
(1) Política: «Mr. Wilmot, exaltado free soiler» (La Crónica, 15 de diciembre, 1849, nº 15,
p. 97); «los whigs cometieron un error craso» ((La Crónica, 15 de diciembre, 1849, nº
15, p. 97); «Mr. Etheridge, knownothing de Tennessee» (La Crónica, 17 de diciembre,
137
1856, nº 1, p. 1); «una mayoría de votos (outvoted)» (La Crónica, 3 de marzo, 1856, nº
22, p. 113); «los freesoilers, ó doctrinarios» (La Crónica, 13 de octubre, 1956, nº 73, p.
441); «el partido know nothing» (La Crónica, 13 de octubre, 1856, nº 73, p. 441); «los
knownothings» (La Crónica, 13 de octubre, 1856, nº73, p. 441); «el standing principle»
(La Crónica, 13 de octubre, 1856, nº73, p. 441); «el Attorney» (La Crónica, 12 de
agosto, 1857, nº48, p. 329); «politicians de oficio» (El Progreso, mayo, 1884, nº 5, p.
94).
(2) Negocios, economía: «las minas de metales preciosos del imperio produjeron en 1847,
1,990 pouds de oro […], 1 poud de platina (19 kil.) y 1,298 pouds de plata» (La Crónica,
21 de abril, 1849, nº 54, p. 405); «el primer meeting» (La Crónica, 10 de octubre, 1849,
nº106, p. 796); «La legislatura de Albany ha aprobado el bill» (La Crónica, 17 de abril,
1857, nº24, p. 159); «un meeting» (La Crónica, 22 de abril, 1857, nº 25, p. 165); «El
bill relativo á la admision de Minesota como Estado en la Union» (La Crónica, 10 de
abril, 1858, nº24, p. 155); «un meeting» (El Progreso, febrero de 1884, nº 2, p. 36).
(3) Periodismo: «el Recorder» (La Crónica, 1º de agosto, 1849, nº85, p. 635); «Los penny
papers se han apoderado del caso del carcelero García» (La Crónica, 4 de agosto, 1849,
nº 86, p. 643); «un reporter» (El Progreso, nº16, abril, 1885, p. 300); «sus reporters»
(Las Novedades, 2 de agosto, 1888, nº334, p. 7); «al reporter» (Las Novedades, 2 de
agosto, 1888, nº334, p. 7).
(4) Turismo: «En efecto, en cualquiera aldea las hallará el viajero provistas de cuantas
comodidades puede apetecer, bajo los nombres de hotel, house y boarding house (1). El
nombre de hotel y aun el de house significan una posada donde los transeuntes pueden
alojarse por las horas ó dias que quieran, y aun almorzar, comer ó tomar el té solamente.
El de boarding house se aplica á lo que llamamos pension, casa de pupilos, ó sea posada
particular, donde se vive como en familia. […] los hoteles, y también los boarding
houses […] (1) Nunca he visto usada en Estados Unidos la palabra inglesa inn que
significa tambien posada ó meson» (La Crónica, 14 de abril, 1849, nº 52, p. 388);
«cédulas ó billetes (tickets) […] los tickets, ó sea unos pedazos de hoja de lata que tienen
el número correspondiente á cada bulto del equipaje» (La Crónica, 14 de abril, 1849, nº
52, p. 388).
(5) Comidas: «Sirven los que llaman Lunch […] lo que llaman tea» (La Crónica, 14 de
abril, 1849, nº 52, p. 388); «una omelet ó tortilla» (La Crónica, 25 de agosto, 1849, nº
92, p. 696); «al whiskey» (El Progreso, enero de 1884, nº 1, p. 14).

138
(6) Gentilicios, topónimos: «Era Yankee» (La Crónica, 25 de agosto, 1849, nº 92, p. 696);
«la intrepidez del yankee» (El Progreso, febrero de 1884, nº 2, p. 25); «los muchachos
yanques» (El Progreso, enero de 1884, nº 1, p. 14); «la diplomacia yankee» (Las
Novedades, 2 de agosto, 1888, nº 334, p. 7).
(7) Otros: «este hotel es el mas fashionable» (La Crónica, 14 de abril, 1849, nº 52, p. 388);
«no muy elegantes ni confortables» (La Crónica, 25 de agosto, 1849, nº 92, p. 696); «es
la mas fashionable del pueblo […] pasé una noche poco confortable» (La Crónica, 8 de
diciembre, 1849, nº 13, p. 83); «La sal política en la sombreria. – Mr. Genin, el famoso
propietario de la famosa tienda de sombreros de la esquina de Broadway y Fulton Street,
que es el emporio que cubre las mas fasionables cabezas masculinas de Nueva York»
(La Crónica, 13 de octubre, 1856, nº 73, p. 443); «la high life» (Las Novedades, 13 de
diciembre, 1888, nº 353, p. 3); «la sociedad fashionable» (Las Novedades, 13 de
diciembre, 1888, nº 353, p. 15); «dos sleeping cars» (Las Novedades, 13 de diciembre,
1888, nº 353, p. 15); «Bien notó el amo la falta de las prendas, pero la atribuía á ladrones
de tiendas de la clase llamada aquí shoplifters» (Las Novedades, 13 de diciembre, 1888,
nº 353, p. 15); «el sheriff Smith» (Las Novedades, 13 de diciembre, 1888, nº 353, p. 16).
Esta clasificación temática de los préstamos nos indica que los más comunes que en la prensa
española pertenecen al ámbito de política y de los negocios y la economía. Por tanto, vemos
que la adquisición del idioma inglés comienza en estos ámbitos. Esto nos indica que estos
hispanohablantes tenían un mayor conocimiento del inglés en el nivel profesional, que se
justifica por el contexto sociopolítico y demográfico del periodo elegido: el motivo de la
inmigración española en Nueva York era laboral y político. Por tanto, no es extraño que el
primer contacto que estos hispanohablantes tuvieran con el inglés, fuera en contextos
comunicativos relacionados con este mundo laboral y político. Los topónimos y gentilicios del
inglés se incorporan fácilmente al léxico de estos hispanohablantes porque son los términos
utilizados en el país que los acogía, por lo que la constante repetición motiva su rápida
naturalización en el habla de estos hispanohablantes.
La mayoría de los préstamos léxicos que vemos en la prensa española en Nueva York
son préstamos duplicadores, pues sustituyen a términos que ya existían en español. Al igual que
ocurría en la prensa del Suroeste, los préstamos culturales que se introducen en el español
pertenecen sobre todo al campo léxico-semántico de la política y la economía.
Siguiendo un criterio ortotipográfico, podemos clasificar los préstamos de la siguiente
forma:

139
(1) Aquellos que se introducen a través de resaltes ortotipográficos como la cursiva o la
versalita: «un meeting» (El Progreso, febrero de 1884, nº 2, p. 36).
(2) Aquellos que se introducen en letra redonda normal: «los whigs cometieron un error
craso» ((La Crónica, 15 de diciembre, 1849, nº 15, p. 97).
El uso de los resaltes tipográficos como la cursiva indica la diferenciación del código
lingüístico, un hecho que revela los casos en los que los emisores tenían conciencia lingüística
ante el cambio de código entre el inglés y el español. Igualmente, también es usual encontrar
casos en los que se percibe una vacilación entre el uso de la cursiva y la letra normal para
introducir un mismo término: esto significa que ese préstamo, aunque se siga reconociendo
como ajeno al español, se encontraba bastante aceptado y normalizado en el habla de los
emisores y de ahí que veamos que otras veces no aparezca resaltado con la cursiva.

7.1.3. La prensa cubana en Nueva York


Los préstamos léxicos que se dan en la prensa cubana pertenecen a los siguientes campos
léxico-semánticos:
(1) Política: «los leaders» (La Doctrina de Martí, 30 de diciembre de 1896, nº 12, p. 3).
(2) Negocios y economía: «el meeting» (El Eco de Cuba, 20 de julio de 1855, , nº 4, p. 2 y
1º de agosto de 1855, nº 5, p. 2); «el meeting» (La Estrella de Cuba, Abril 16 de 1870,
nº 2, p. 2); «el mass meeting efectuado el día 13 en San Cárlos […] UNION» (Patria,
julio 23, 1892, nº 20, p. 2); «en seguida comenzó el meeting […] en el meeting» (Patria,
agosto 6, 1892, nº 22, p. 3); «Al mass meeting dado allí» (Patria, agosto 13, 1892, nº
23, p. 1); «al meeting […] el meeting» (Patria, diciembre 31, 1892, nº 43, p. 2); «el
meeting» (La Doctrina de Martí, 30 de diciembre de 1896, nº 12, p. 1); « en el meeting
en honor á la memoria del inolvidable Charles A. Dana» (La Doctrina de Martí, 15 de
noviembre, 1897, nº 31,p. 3); «Remito á usted un check por $10 para ayudar» (La
Doctrina de Martí, 2 de septiembre de 1896, nº 4, p. 1).
(3) Periodismo: «los leaders» (La Doctrina de Martí, 30 de diciembre de 1896, nº 12, p. 3).
(4) Topónimos y gentilicios: «un Yankee» (El Papagayo, febrero 23 de 1855, nº 2, p. 11).
(5) Otros: «el confort» (La Doctrina de Martí, 6 de agosto de 1896, nº 2, p. 3); «Siguióle
en hermoso brindis, en inglés, lleno de esprit» (Patria, agosto 20, 1892, nº 24, p. 2).
Por tanto, teniendo en cuenta este criterio temático, los préstamos más comunes que vemos en
la prensa cubana pertenecen al ámbito de los negocios, de la política y de la economía. Esto nos
indica que estos hispanohablantes tenían un mayor conocimiento del inglés a un nivel
profesional, que se justifica por el contexto sociopolítico y demográfico del periodo elegido: el
140
motivo de la inmigración cubana en Nueva York y otras zonas de los Estados Unidos (Florida,
sobre todo) era laboral y político. Por tanto, no es extraño que el primer contacto que estos
hispanohablantes tuvieran con el inglés, fuera en contextos comunicativos relacionados con este
mundo laboral y político. Los topónimos y gentilicios del inglés se incorporan fácilmente al
léxico de estos hispanohablantes porque son los términos utilizados en el país que los acogía,
por lo que la constante repetición motiva su rápida naturalización en el habla de estos
hispanohablantes. También en la prensa cubana se cumple el mismo patrón que encontramos
en los casos anteriores: la mayoría de préstamos léxicos son duplicadores y, los casos de
préstamos culturales que se observan pertenecen de nuevo al ámbito de la política y de la
economía.
Siguiendo un criterio ortotipográfico, podemos clasificar los préstamos de la siguiente
forma:
(1) Aquellos que se introducen a través de resaltes ortotipográficos como la cursiva o la
versalita: «el meeting» (El Eco de Cuba, 20 de julio de 1855, nº 4, p. 2 y 1º de agosto
de 1855, nº 5, p. 2); «Al mass meeting dado allí» (Patria, agosto 13, 1892, nº 23, p. 1);
«Remito á usted un check por $10 para ayudar» (La Doctrina de Martí, 2 de septiembre
de 1896, nº 4, p. 1); etc.
(2) Aquellos que se introducen en letra redonda normal: «el meeting» (La Estrella de Cuba,
Abril 16 de 1870, nº 2, p. 2); «un Yankee» (El Papagayo, febrero 23 de 1855, , nº 2, p.
11); etc.
(3) Aquellos que se introducen con adaptación ortográfica al español: «He reportado á la
Habana» (La Doctrina de Martí, 30 de abril de 1897, nº 20, p. 4).
El uso de estos resaltes tipográficos marca una diferenciación del código lingüístico; es decir,
que el uso de la cursiva determina que la voz o el término resaltado pertenece a un código ajeno
al habitual en los textos (a la lengua nativa de los emisores). Por tanto, la incorporación de esos
términos en cursiva nos da pistas sobre la conciencia lingüística de los emisores hacia el
fenómeno del contacto lingüístico. Por otra parte, vemos también que es frecuente encontrar
casos de vacilación en la introducción de un mismo término entre la cursiva y la letra redonda.
Esto nos indica que el préstamo estaba bastante aceptado y normalizado en el habla de los
emisores, pero que dicho término se sigue reconociendo como ajeno a su variedad de habla.

7.2.Nivel morfosintáctico (structural borrowing)


Los casos de transferencias morfosintácticas entre el inglés y el español son minoritarios frente
a la situación que tenemos en el nivel léxico. Las transferencias del inglés que se observan se
141
aplican a casos muy específicos, por lo que no es posible realizar generalizaciones, sobre todo
si tenemos en cuenta el tamaño de la muestra analizada. Además, las pruebas que indican estos
casos de transferencias estructurales entre el inglés y el español no siguen los mismos patrones
y tampoco se observa una evolución cronológica en el contacto, pues en todo el periodo
analizado se observan las mismas vacilaciones.

7.2.1. La prensa del Suroeste


A continuación, exponemos los casos de transferencias morfosintácticas más frecuentes en la
prensa hispana de estos territorios. El caso de transferencia morfosintáctica más usual en la
prensa es el de las construcciones pasivas, como en los siguientes ejemplos:

(1) Estoy requerido de hacer un reporte al Gobernador del Territorio acerca de la accion é interes que se tome
por el pueblo en este día, y suplico á los directores de los diferentes districtos que me informen el éxito
que tengan en la celebracion del mismo (El Independiente, 1894, n º 1, p. 1).
(2) Aunque la Institución es católica, sin embargo, miembros de toda denominacion son recibidas. Para
mantener órden todas las alumnas están requeridas á observar el Método adoptado para su
adelantamiento. […] Alumnas son recibidas en todo tiempo y los cargos se calculan desde el día de
entrada. (El fronterizo, marzo 1 de 1889, nº 530, p. 1).
(3) El dia arriba designado será un dia de vacion en todas las escuelas públicas de este condado, y todos los
oficiales de distritos escolares son por esta requeridos de que las escuelas bajo su cargo observen ese día
plantando árboles, como antes dicho. Estoy requerido de hacer un reporte al Gobernador del Territorio
acerca de la accion é interes que se tome por el pueblo en este día, y suplico á los directores de los
diferentes districtos que me informen el éxito que tengan en la celebracion del mismo. (El Independiente,
marzo 24 de 1894, nº 1, p. 1).
(4) «Ya se an abierto tienda y restaurante, y como se tiene fé en la estabilidad de la población, se ha
peticionado por el establecimiento de una estafeta.» (El Independiente, marzo 24 de 1894, nº 1, p. 2).
(5) «Un despacho oficial de Solomonville, Arizona, al Republican, de Denver, con fecha 20 del corriente dice
que la diligencia del correo del Fuerte Thomas y el Fuerte Bowie fue detenido algunas millas al sur de
Solomonville, ese mismo día cerca de las once de la mañana, por dos hombres, iban cuatro pasajeros en
la diligencia y todos fueron robados de su dinero y halajas […] (El Independiente, marzo 24 de 1894, nº
1, p. 4).
(6) Querido señor: Tengo el honor de informar á Vd., que el Juez Fall há decidido que «El Fondo de Licencias
de Juego» debe ir al fondo general de escuelas del condado y no al precinto donde es colectada, y suplico
á Vd., que en lo futuro se dirija por dicha decisión. (El Independiente, mayo 5 de 1894, nº 7, p. 1).
(7) La Junta de Beneticencia de Puebla ha colectado la suma de 32,000 pesos para la compra de maíz
americano (Las Dos Repúblicas, 16 de agosto, 1892, nº 35, p. 2).

142
Las construcciones pasivas de (1 – 7) no son habituales en español, por lo que se trata de un
calco directo de la construcción pasiva en inglés. Por tanto, vemos que la direccionalidad del
cambio en las transferencias morfosintácticas sigue siendo de la L2 (inglés) a la L1 (español).
A tenor de las consideraciones de Johanson (1992, 2000: 165-166, 2002: 3) y de Heine y Kuteva
(2005), estaríamos ante un caso de adopción y de réplica gramatical de la lengua dominante a
la lengua nativa.
También se atisban casos de transferencias a nivel morfológico en el que se aprecian
concordancias de género inusuales en español:

(8) […] cuyas palabras pertenecen á una idioma mas vieja que las antiguas pirámides, y cuyo significado
vertido á nuestro hermoso idioma […] (El fronterizo, mayo 2 de 1891, nº 640, p. 2).
(9) En un breve entrevista con un representante de la Prensa Asociada, dijo […] (El fronterizo, junio 12,
1897, nº 931, p. 2).

Como puede observarse en (8) y (9), no hay concordancia de género entre los determinantes
indefinidos y los sustantivos. Por último, se observan casos de transferencias morfosintácticas
relacionadas con la ausencia de la preposición «a» en el complemento directo de persona en
español:

(10) Hay padres que mandan sus niños á escuelas (La Voz del Pueblo, marzo 14, 1891, nº 7, p. 2).

Tal y como ha podido comprobarse los casos de transferencias estructurales suponen un número
muy inferior al de los préstamos léxicos, por lo que esto nos proporciona evidencia suficiente
para afirmar que estamos ante un estadio temprano de la situación de contacto. Asimismo, esta
diferencia con los préstamos léxicos también se encuentra determinada por el tipo de medio que
estamos analizando: la prensa. Al ser un medio escrito y caracterizado por el lenguaje de la
distancia comunicativa, suele ser menos permeable a los trasvases interlingüísticos
gramaticales, pues estos no suelen realizarse de una forma consciente, como sí ocurre en el caso
del trasvase a nivel léxico.

7.2.2. La prensa española en Nueva York


En los periódicos españoles publicados en Nueva York no se registran casos de transferencias
interlingüísticas a nivel morfosintáctico.

143
7.2.3. La prensa cubana en Nueva York
Es necesario indicar que, aunque se han detectado casos que indican la transferencia
interlingüística entre el inglés y el español, esta situación es la minoritaria, pues estas
transferencias se han detectado en casos muy concretos y específicos y que para nada se pueden
realizar generalizaciones teniendo en cuenta el tamaño de la muestra que utilizamos para el
análisis. También es necesario indicar que las pruebas que denotan este trasvase interlingüístico
entre el inglés y el español no siempre siguen el mismo patrón y no se observa ningún tipo de
cambio a nivel cronológico o temático (si tenemos en cuenta la diversidad temática de cada uno
de los periódicos consultados). Los casos de interferencias que encontramos son de tipo léxico
y sintáctico y a continuación exponemos los casos más frecuentes que se dan:
1) Hay algunos ejemplos en los que hay transferencias morfológicas de concordancia de
género inusual en español: «una iglesia de tamaña importancia» (La Doctrina de Martí,
30 de diciembre de 1896, nº 12, p. 1).
2) Otra transferencia sintáctica la vemos en el caso de las construcciones pasivas en
español: «Las noticias respecto á este acontecimiento, ha sido cuidadosamente tenidas
en secreto por las autoridades españolas»; «Beato como ha sido reportado en el Sun»
(La Doctrina de Martí, 30 de abril de 1897, nº 20, p. 4).
3) También encontramos una interferencia sintáctica en el caso del complemento directo
en español: «Menelek desea entregar los prisioneros» (La Doctrina de Martí, 6 de
agosto de 1896, nº 2, p. 3). Como se observa en este ejemplo, el complemento directo
de persona no va precedido de la preposición «a», como es frecuente, sino que la
preposición se omite, como ocurre en el caso del inglés.
En el caso de la prensa cubana nos encontramos en una situación muy similar a que se registra
en los periódicos mexicanos de los territorios del Suroeste, si bien en los primeros se observan
incluso menos casos. Por tanto, se puede afirmar que el contacto inglés-español también se
encuentra en un estadio temprano.

7.3.El sistema de datación


Un caso particular de transferencia morfosintáctica y cultural de las publicaciones periódicas
que aquí analizamos lo vemos en el sistema de datación, pues se distingue una continua
vacilación entre la estructura dd/mm/aaaa, que es la que se sigue en casi todos los países, y la
estructura mm/dd/aaaa, que es la que se sigue tan solo en Estados Unidos.

144
7.3.1. La prensa del Suroeste
Encontramos los siguientes casos de transferencias:
1. En la cabecera del periódico: «Las Vegas, Marzo 23, de 1894«, «Las Vegas, Nuevo Mexico,
sabado, enero 3, de 1895», «Tucson, Arizona, viernes, enero 4, de 1878», etc.
2. Como encabezado en cartas o correspondencia enviadas al periódico desde otras partes de
los Estados Unidos o desde otros países (hispanohablantes o no):

Chicago, Agosto 10. – La temperatura esta muy alta. Un fuerte viento caliente está soplando, y este estado
de calor insufrible está ocasionando víctimas. (El fronterizo, agosto 15, 1896, nº 890, p. 1).
Los Angeles, Cal. Marzo 12 de 1892. Sr. Prof. Á. Cuyas. Editor de «Las Dos Repúblicas.» Muy Sr. mio:
Suplico á usted tenga la bondad de dar cabida en las columnas de su acreditado periódico a las siguientes
líneas, por lo que le quedara agradecido su atento y S. S. Andres Monroy. (Las Dos Repúblicas, marzo
15, 1892, nº 2, p. 2).

3. Como despedida en cartas o correspondencia enviadas al periódico desde otras partes de los
Estados Unidos o desde otros países (hispanohablantes o no):

AVISO AL PUBLICO. […] ISIDORO V. GALLEGOS. Las Vegas, N. M., Junio 29 1895. 6mts. (La Voz del
Pueblo, septiembre 21, 1895, nº 32, p. 3).

4. Al comienzo o al final de un artículo sacado de otro periódico (ya sea este último en inglés o
en español):

CUBA. Washington, Junio 4. – El Capitan W. D. Smith, del ejecito cubano, paso la mayor parte del dia
con el comité de relaciones exteriores. […] (El fronterizo, junio 12, 1897, nº 931, p. 2).

Como se puede observar en todos estos ejemplos, se dan casos en los que es posible establecer
una generalización de cuándo aparece la fecha con la estructura en inglés. De esta forma, la
fecha suele aparecer con la estructura en inglés cuando el emisor de la carta, correspondencia o
artículo que se transcribe es de origen anglosajón o viene de algún país anglosajón, como vemos
en los ejemplos de 2. También aparece con la estructura en inglés cuando se trata de una carta
procedente de otro lugar de Estados Unidos y cuando el artículo se saca de un periódico escrito
en inglés, como se ve en los ejemplos de 3. Estos casos pueden ser muestra de que las
transferencias se dan porque el contenido se ha traducido o adaptado al español, por lo que en
ese proceso de traducir se transfiere material interlingüístico de tipo sintáctico, en este caso. No

145
obstante, hay otros ejemplos que parecen contradecir esta norma o patrón general, pues el
emisor es hispanohablante o la carta o artículo procede de un país hispano.

7.3.2. La prensa española en Nueva York


En los periódicos españoles publicados en Nueva York encontramos que también se produce
una vacilación constante entre ambos sistemas de datación. En concreto, hemos detectado que
el sistema estadounidense se registra en las siguientes ocasiones:

1. En la cabecera del periódico: en los periódicos de españoles peninsulares siempre aparece el


formato dd/mm/aaaa en la cabecera del periódico.

2. Al final de los anuncios:

De la Oficina de Impresiones del Gobierno, Washington, D. C, U.S.A. Oficina de Impresiones Publicas,


Washington, Abril 4, de 1880. Hon. John D. Defres, Impresor Pùblico: […] O. H. Reed, Encargado de
las Prensas. (El Progreso, marzo 1885, nº 15, p. 289).

3. Como encabezado en cartas o correspondencia enviadas al periódico desde otras partes de


los Estados Unidos o desde otros países (hispanohablantes o no):

[…] A pesar de estos contratiempos y calamidades, el coronel Fremont insiste en llevar á cabo su
espedicion á California, aunque por distinta ruta, como se verá por su última carta que reproducimos á
continuacion.
«Santa Fé, Febrero 17 de 1849.
«En medio de los preparativos para emprender de nuevo mi espedicion, solo tengo tiempo para decir que
estoy bueno y en vísperas de seguir mi viaje á California. Saldré de Santa Fé en la tarde de hoy […] (La
Crónica, 21 de abril, 1849, nº 54, p. 405).
[…] Mr. Bowlin al Secretario de Estado de Nueva Granada. (Traduccion). Legacion de los Estados
Unidos. – BOGOTA, junio 30 de 1856 […] (La Crónica, 27 de septiembre, 1856, nº 70, p. 422).
Carta del Ecuador. Quito, Junio 20 de 1888. (Las Novedades, 2 de agosto, 1888, nº 334, p. 2).

4. Como despedida en cartas o correspondencia enviadas al periódico desde otras partes de los
Estados Unidos o desde otros países (hispanohablantes o no):

No habiendo rendido cuenta los Sres. Don Andres de la Campa y Herrera y Campa y Cª., Mercaderes 11,
Habana, de los efectos que les fueron entregados en clase de depósito como muestrario y para su venta

146
en comision, y sí manifestado por conducto de un señor Rodriguez, que se los habian robado, queda
siempre vigente nuestra reclamacion ante los Tribunales de Justicia de Cuba, España ó donde quiera que
ese Sr. ó Sres. Se encuentren. Luis de Abrisqueta, Cª. é hijo. New York Abril 2 de 1885. (El Progreso,
marzo, 1885, nº 15, p. 288).
[…] WASHINGTON, lúnes, junio 27 de 1859 […] A. C. DODGE. (La Crónica, 18 de julio, 1859, nº 37, p.
247).

5. Al comienzo o al final de un artículo sacado de otro periódico (ya sea este último en inglés o
en español):

Traducimos del Journal of Commerce la siguiente correspondencia: Washington; abril 5. (La Crónica, 10
de abril, 1858, nº 24, p. 156).
NOTICIAS VARIAS AMERICANAS. Nuevo método para obtener empleos. El Jamestown Journal
contiene estos dos avisos, que transcribimos como dignos de imitarse, por la liberalidad de las partes
interesadas: […] el saldo que quedare despues de deducidos los desembolsos anteriores, lo distribuiré
entre los oficiales del ramo. Jamestown, julio 19 de 1849. Henry Baker.» […] Jamestown, julio 27 de
1849. Milton Hill.» (La Crónica, 4 de agosto, 1849, nº 86, p. 647).

Tal y como ocurría en el caso del Suroeste, a partir de la exposición de todos estos ejemplos se
pueden especificar los momentos en los que aparece la fecha con la estructura en inglés. De
esta forma, la fecha suele aparecer con la estructura en inglés cuando el emisor de la carta,
correspondencia o artículo que se transcribe es de origen anglosajón o viene de algún país
anglosajón. También aparece con la estructura en inglés cuando se trata de una carta procedente
de otro lugar de Estados Unidos y cuando el artículo se saca de un periódico escrito en inglés.
Aunque gran parte de los casos en los que el sistema de datación sigue la estructura
estadounidense parecen ser muestra de que se trata de casos de traducción, hay otros ejemplos
que parecen contradecir dicha hipótesis, pues no existe ningún tipo de norma o patrón general
para que se produzca tal vacilación en el sistema de datación.

7.3.3. La prensa cubana en Nueva York


En los periódicos cubanos publicados en Nueva York el sistema de datación se manifiesta en
las siguientes situaciones comunicativas, que exponemos a continuación:
1. En la cabecera del periódico: «Marzo 16 de 1855» (El Papagayo, suplemento al Nueva York,
marzo 16 de 1855, nº 5, p. 1).

2. Al final de los anuncios:

147
(1) Botica […] En el establecimiento se habla inglés, frances i español. 6 m. mayo 20 (El Eco de Cuba,
1º de agosto de 1855, nº 5, p. 2).
(2) Farmacia Internacional […] En este establecimiento se habla Español, Ingles, Frances, Italiano i
Aleman. 6 m. Mayo 10. (El Eco de Cuba, 1º de agosto de 1855, nº 5, p. 2).

3. Como encabezado en cartas o correspondencia enviadas al periódico desde otras partes de


los Estados Unidos o desde otros países (hispanohablantes o no):

(3) «New York, marzo 31 de 1892. El Presidente, S. FIGUEROA.- El Secretario, F. GONZALO MARIN.»
(Patria, abril 3 de 1892, nº 4, p. 3).
(4) Comunicaciones oficiales DEL CUERPO DE CONSEJO DE N.Y. New York, Abril 30 de 1892. Sres.
Redactores de PATRIA. Presentes. […] S. FIGUEROA. Secretario (Patria, mayo 7, nº 9, p. 3).
(5) Partido Revolucionario Cubano. Kingston, Jamaica, Mayo 28 de 1892. […] El Secretario de la
Asamblea JUAN PREGO. (Patria, junio 18 de 1892, nº 15, p. 1).
(6) Cuerpo de Consejo de Jamaica. Kingston, Mayo 31, de 1892. […] El Secretario: JUAN PREGO. (Patria,
junio 18 de 1892, nº 15, p. 1).
(7) Desde Cayo Hueso. CAYO HUESO, Julio 16 de 1892. Sr. Director de Patria. […] UNION (Patria, julio
23, 1892, nº 20, p. 2).
(8) CLUBS NUEVOS «Guerrilla de Roloff N. 1». Tampa, Fla. Julio 25 de 1892 […] Presidente CORNELIO
BRITO. Secretario JOSÉ FERNANDEZ GONZALEZ (Patria, agosto 6, 1892, nº 22, p. 3).
(9) CLUB REVOLUCIONARIO CUBANO. Augustin Sta. Rosa. SECRETARIA, KEY WEST, Agosto 1 de
1892 (Patria, agosto 13, 1892, nº 23, p. 3).
(10) TAMPA FLORIDA Agosto 10 de 1892 (Patria, agosto 20, 1892, nº 24, p. 3).
(11) Albany Dic. 18 1892. D. Ramon L. Miranda. Querido Señor: El Gobernador Flower ha recibido su
carta del 14 del corriente, poniendo á su disposición un palco para el Baile de Caridad que se dará en el
Lenox Liceum, el 12 de Enero, á beneficio de la Sociedad de Beneficiencia Hispano-Americana, y desea
le dé las gracias por la atención. Me encarga incluya su cheque de $25 para los fondos de la Sociedad.
Soy de V. con toda mi consideración. T. S. WILLIAMS. (Patria, diciembre 24, 1892, nº 42, p. 3).
(12) CARTA DE ESPAÑA Barcelona, noviembre 15 de 1896 […] HATUEY (La Doctrina de Martí, 30 de
diciembre de 1896, nº 12, p. 1).
(13) ÚLTIMAS NOTICIAS. Habana, Cuba, julio 21. Santiago de Cuba, julio 12 (La Doctrina de Martí,
6 de agosto de 1896, nº 2, p. 3).
(14) LO QUE DICEN LOS AMIGOS […] New York, septiembre 5 de 1896 […] (La Doctrina de Martí,
2 de octubre de 1896, nº 6, p. 3).
(15) […] FIDEL G. PIERRA 31 New St. New York, agosto 24 de 1896. Sr. Rafael Serra. 122 W. 33 d St.
– City. Muy señor mío y compatriota […] (La Doctrina de Martí, 2 de septiembre de 1896, nº 4, p. 1).
(16) CARTA DE UN HERMANO. Ibor City, Tampa, Fla., junio 22 de 1897. (La Doctrina de Martí, 15
de julio de 1897, nº 24, p. 2).

148
4. Como despedida en cartas o correspondencia enviadas al periódico desde otras partes de los
Estados Unidos o desde otros países (hispanohablantes o no):

(17) COMUNICADO. Señor (¿) de «El Eco de Cuba». Muy señor mio: agradeceré a V. tenga la bondad
de dar cabida en las columnas de su apreciable periódico á la siguiente comunicacion que he dirijido al
señor Redactor de «El Cometa». La R.S. Junio 20 de 1855 (El Eco de Cuba, 1º de agosto de 1855, nº 5,
p. 4).
(18) Los Desterrados de Cuba […] JOHN T. PHILLIPS. New-York, Marzo 10 de 1855 (El Papagayo, marzo
12, 1855, nº 7, p. 17).
(19) […] «Estoy seguro de que ningun poder humano seria capaz de conseguir del pueblo español la MAS
INSIGNIFICANTE CONCESION, miéntras la rebelion permanezca en pié». – (Conversacion del General Prim,

con Mr. Sickles, carta de éste á Mr. Fish, fechada en Madrid el 16 de Agosto de 1869.). (La Estrella de
Cuba, abril 30 de 1870, nº 4, p. 3).
(20) «El General Prim me dijo que no tenia ninguna duda sobre que, cualquiera que fuese el resultado del
conflicto, Cuba habia de venir á parar en SER LIBRE: que él reconocia sin titubear el curso manifiesto de
los sucesos en el Continente americano, y la INEVITABLE terminacion de las relaciones coloniales; pero
que NINGUN ACONTECIMIENTO, NI EMERGENCIA DE NINGUNA CLASE, NI CONSIDERACION ALGUNA

DETERMINARIA á España á hacer concesiones mientras las hostilidades no cesasen.» – (Carta de Mr.
Sickles á Mr. Fish. Madrid Agosto 20 de 1869). […] (La Estrella de Cuba, abril 30 de 1870, nº 4, p. 3).
(21) Comunicaciones Oficiales. Club Ygnacio Agramonte N. 4. SECRETARÍA. A todos los Cubanos y
Puertorriqueños residentes en esta localidad, sin distincion de sexos, clases ni colores. […] Patria y
Libertad, Filadelfia Junio 23 de 1892. Secretario. J. A. LUCENA. (Patria, junio 25 de 1892, nº 16, p. 1).
(22) […] La visita reciente del distinguido patriota Sr. José Martí, Delegado del referido partido que supo
sellar la obra de los buenos, con su elocuente palabra en los distintos meetings que se celebraron […] Por
hoy basta. Tampa, Fla. Junio 18 de 1892. NOMAS (Patria, julio 23, 1892, nº 20, p. 2-3).
(23) «Obreras de la Independencia» Secretaria. Tampa Julio 30 1892 (Patria, agosto 6, 1892, nº 22, p. 3).
(24) «Henry Reeve». New York […] Brooklyn Julio 24 de 1892 (Patria, agosto 6, 1892, nº 22, p. 3).
(25) […] Por el taller de Starlight Bros. J DE C. PALOMINO. New York, Agosto 25, 1892 (Patria, agosto
27, 1892, nº 25, p. 4).
(26) LO QUE DICEN LOS AMIGOS […]New York, septiembre 4 de 1896 […] G.T. LAMOUTTE (La
Doctrina de Martí, 2 de octubre de 1896, , nº 6, p. 3).

5. Al comienzo o al final de un artículo sacado de otro periódico (ya sea este último en inglés o
en español):

(27) Lo que es el Norte i lo que es el Sur de los ESTADOS UNIDOS […] Publicado en el Herald de N.
Y. el 18 de Enero prócsimo pasado i traducido por FRANCISCO AGÜERO E. (El Papagayo, febrero 23 de
1855, nº 2, p. 11-12).

149
(28) NOTICIAS DE CUBA (Del Sun) BAHÍA HONDA QUEMADO. Este importante pueblo de la
provincia de Pinar de Río, ha sido destruído por los patriotas, que desde la captura de Rius Rivera,
Bacallao y Ferry, son incesantemente hostilizando al enemigo. Así se expresa el corresponsal del Sun de
esta ciudad: Habana, Abril 11, 1897, via Key West, Abril 12. – […] Las noticias respecto á este
acontecimiento, ha sido cuidadosamente tenidas en secreto por las autoridades españolas […] He
reportado á la Habana, el desembarco de otra formidable expedición en la provincia de Pinar del Rio. […]
Todos los reportes de las Villas, confirman, que á despecho de las grandes fuerzas de la tiranía […] Beato
como ha sido reportado en el Sun […] (La Doctrina de Martí, 30 de abril de 1897, nº 20, p. 4).
(29) UN NUEVO CADETE. Washington, abril 14 de 1897. El Representante Mr. Sehattuc, de Ohio,
habilitó ayer á D. J. Bundy, de Cincinnati, para ser admitido en el colegio de cadetes en Annapoli. El
joven nominado y que por oposición, y después de un riguroso exámen conquistó el derecho de entrar en
la academia, es un joven negro de pura sangre. Del Herald. (La Doctrina de Martí, 30 de abril de 1897,
nº 20, p. 3).
(30) MURIENDO DE FIEBRE Y HAMBRE. Según el corresponsal del Sun, de Nueva York, en la
Habana, 440 personas entre mujeres y niños […] (Del Sun.) – Habana, enero 8 de 13 (La Doctrina de
Martí, 15 de enero, 1897, nº 34, p. 1).

De nuevo, la exposición de todos estos casos permite establecer cuándo aparece la fecha con la
estructura en inglés: cuando el emisor de la carta, correspondencia o artículo que se transcribe
es de origen anglosajón o viene de algún país anglosajón, como vemos en los ejemplos (5), (6),
(11), (12), (18), (20), (22) y (26); cuando se trata de una carta procedente de otro lugar de
Estados Unidos; y cuando el artículo se saca de un periódico escrito en inglés, como se ve en
los ejemplos (3), (4), (7), (8), (9), (10), (14), (15), (16), (21), (23), (24), (25), (27), (28), (29) y
(30). Así, se demuestra que las interferencias sintácticas se producen a partir de una traducción
del inglés al español. No obstante, hay otros ejemplos, como (12), (13), (17) y (19), que parecen
contradecir esta norma o patrón general, pues el emisor es hispanohablante o la carta o artículo
procede de un país hispano.

7.4.El caso de la traducción


En este apartado, tal y como se ha dicho anteriormente, es donde se desarrolla una de las
hipótesis principales de esta tesis: ¿son los casos de transferencias lingüísticas encontradas en
la prensa indicativas de que la mayor parte del contenido de los periódicos son traducciones o
adaptaciones de artículos procedentes de periódicos escritos en inglés? Trataremos de responder
a esta pregunta basándonos en los periódicos del Suroeste y de Nueva York (prensa española y
cubana) y expondremos las pruebas que denotan que es muy probable que la hipótesis sea
afirmativa.

150
Antes de proceder a exhibir dichas pruebas, es necesario detenernos en ciertos aspectos
de la sistematización de los fenómenos que surgen del contacto de lenguas, tales como la
reduplicación, la explicación, la equivalencia léxica, la traducción, la definición, etc. Estos
procedimientos fueron utilizados por los cronistas de Indias, como Bernal Díaz del Castillo y
Juan de Castellanos (Alvar, 1970), o por Fray Pedro Simón (Maffla Bilbao, 2003), para
describir la realidad lingüística americana. De todos estos fenómenos los que más relevancia
tienen para los apartados que siguen son los de la traducción y la explicación. El primero de
ellos es un recurso que los cronistas utilizaban con gran frecuencia, tal y como se expone en los
siguientes ejemplos recopilados por Maffla Bilbao sobre las noticias historiales de Fray Pedro
Simón: “este vocablo chocam que es lo mismo que nosotros llamamos año” (2, IX, 273); “para
significar el pasado decían chocamana” (2, IX, 273); “Fo que quiere decir zorra” (2, IV, 241),
“Furachoque que quiere decir mujer buena” (2, II, 228); “lulomoy que quiere decir dios grande”
(9, L, 108); “tapasas que quiere decir en su lengua piedra ardiente o encendida, porque tapa
significa piedra y sa encendido o ardiente” (4, XXIII, 214) (Maffla Bilbao, 2003: 88). El
segundo de ellos, la explicación, es un fenómeno que los cronistas empleaban en los casos en
los que no existía equivalencia entre el español y las lenguas indígenas. En estas situaciones los
cronistas incorporaban elementos americanos de la flora, la fauna, la sociedad o la religión para
comparar lo nuevo con lo conocido en Europa. Es un recurso didáctico que pretende desentrañar
las diferencias y las similitudes de cada realidad. Algunos ejemplos de explicaciones son los
siguientes: “Críanse también cierta especie de monos (entre las demás), que llaman aquí
cubames, pequeñuelos de cuerpo, pero de una cola larga y el pelo tan espeso, largo y blando en
ella y en el cuerpo que compiten con las finas martas y cebellinas, son animales nocturnos como
la liebre y otros” (4, XX, 201) (Maffla Bilbao, 2003: 90-91).
Estas variadas formas de adaptación de los indigenismos al español contribuyen a
esclarecer el panorama evolutivo del castellano en el continente americano y también dan
cuenta del proceso que siguieron los indoamericanismos léxicos (Maffla Bilbao, 2003: 92). Por
tanto, ambos fenómenos de adaptación en el contacto lingüístico, la traducción y la explicación,
son también grandes herramientas para entender la evolución que los préstamos léxicos del
inglés en el español en el corpus de estudio que utilizamos en esta tesis.

7.4.1. La prensa del Suroeste


Encontramos ejemplos en los que se incluye el texto original en inglés acompañado de la
explicación que los editores de los periódicos realizan en español:

151
(1) Y habiendo aceptado estas explicaciones el Ministro de Relaciones de la República Mexicana, declara,
en nombre de su Gobierno que bajo los conceptos que ellas importan (en el texto inglés, that with the
understanding conveyed by them,) […] (El fronterizo, junio 20 de 1891, nº 647, p. 1).
(2) […] Pero hay más: el art. 14 de dicha ley, artículo que por ciertos conceptos censuramos en nuestro
anterior artículo, dice terminantemente: «Either partly deeming himself aggrieved by such judgement,
may appeal in the same manner as provided here in in cases of confirmation of á Spanish or Mexican
grant.» (Cualquiera de los interesados que se crea perjudicado por tal decisión, puede apelar de la misma
manera que esta ley establece para los casos en que sea confirmada una concesión ya sea española, ya
mexicana.)» (El fronterizo, julio 18 de 1891, nº 651, p. 1).
(3) El curso de estudios comprende los Ramos Elementales y Comerciales en Inglés; lecciones de francés,
español, aleman, fonografía, y la escritura tipográfica, (type writing.) (La Voz del Pueblo, 1892, 30: 1).
(4) El agente se encargará tambien; de traer al redil a los novios ingratos, alegrones o..... guajolotes (fools),
siempre que la niña se empeñe en recobrar su prenda (El fronterizo, 1882, nº 176, p. 3).
(5) To Advertisers we guarantee the largest Circulation of any other weekly in the Territory and give our Post
Office as reference to verify.A los Avisadores garantizamos mas grande Circulacion que ningun otro
Semanario en Nuevo Mexico. Ofrecemos nuestra Estafeta como referencia, para verificarlo (La Voz del
Pueblo, 1895, nº 26, p. 1).
(6) Anoche un grupo de quince ó veinte white caps [disfrasados con capas y gorras blancas] se dirigieron á
las moradas de cuarenta á cincuenta mexicanos (El fronterizo, abril 4 de 1891, nº 636, p. 1).
(7) Si puede demostrarse el perjurio con buena probanza (by further evidence) (El fronterizo, julio, 19 de
1890, nº 601, p. 1).

También se observan referencias explícitas a que el contenido del periódico se ha traducido de


periódicos en inglés:

(8) Y habiendo aceptado estas explicaciones el Ministro de Relaciones de la República Mexicana, declara,
en nombre de su Gobierno que bajo los conceptos que ellas importan (en el texto inglés, that with the
understanding conveyed by them,) […] (El fronterizo, junio 20 de 1891, nº 647, p. 1).
(9) […] A continuacion traducimos lo que dice un corresponsal de Washington, escribiendo a ese diario […]
He aquí la carta que fielmente traducimos […] (El Clamor Público, septiembre 6 de 1856, nº 12, p. 1).
(10) Traducimos del periódico Morning Call de San Francisco, del 25 de Enero último, lo siguiente […] (El
Fronterizo, febrero 19 de 1890, nº 580, p. 1).
(11) No hace mucho que leimos lo que á continuacion traducimos, en el Chronicle de San Francisco.
Ignoramos los hechos y tenemos alguna duda de la veracidad de lo que se dice; pero caso de que estemos
equivocados y sea cierto todo, no podemos ménos de llamar la atencion de las autoridades que debian
tratar de corregir un mal tan grave. Hé aquí lo que traducimos del periódico de San Francisco […] (La
Crónica, 8 de octubre de 1873, nº 74, p. 1).

152
(12) Acabamos de recibir de nuestro digno delegado el Hon. Antonio Joseph el texto de un acta que debido á
sus infatigables esfuerzos para el bien de su país ha pasado en ambas Cámaras del Congreso de los Estados
Unidos y por consiguiente ya es ley. Por ser de suma importancia para el pueblo entero, con gusto lo
traducimos para el beneficio de la gente mexicana que no entiende el inglés (La Voz del Pueblo, 25 de
febrero, 1893, nº 4, p. 1).

Tanto los ejemplos de traducciones explicativas entre paréntesis en inglés como las referencias
explícitas al hecho de la traducción en los periódicos parecen indicar que, efectivamente, el
contenido de estos periódicos podría tratarse en su mayoría de casos de traducciones y de
adaptaciones del inglés al español y por ello nos encontramos con los casos de transferencias
interlingüísticas (al menos las gramaticales, pues las léxicas se introducen en su mayoría de
forma consciente).

7.4.2. La prensa española en Nueva York


En la prensa española de Nueva York también se vislumbran casos en los que se introduce la
explicación de ciertos términos o expresiones en español y en inglés, como los siguientes:

(1) dos grandes salones (halls) (La Crónica, 14 de abril, 1849, nº 52, p .388).
(2) Dice el citado corresponsal que las disposiciones de policia con respecto á la entrada de los
norteamericanos en el territorio de Honduras eran en extremo molestas (annoying) (La Crónica, 23 de
julio, 1856, nº 55, p. 329).
(3) El venado, en ingles buck (cabron) […] (La Crónica, nº13, 25 de febrero, 1857, p. 88); En la palabra
bridge (puente) que con sus diversas acepciones y combinaciones ocupa tres columnas, falta span, que es
una de las partes principales en un puente (El Progreso, nº2, febrero de 1884, p. 38); […] el banco está
desesperadamente [hopelessly] desbaratado […] ha nombrado un receptor (receiver) (El Progreso, mayo,
1884, nº 5, p. 86).
(4) palabra algodon (cotton) (Las Novedades, 13 de diciembre, 1888, nº 353, p. 16).
(5) […] Y habiendo considerado atentamente dicho testimonio y las leyes que señalan y prescriben los
deberes de los jueces de exámen y condena (eximining and committing magistrates) […] Que los acusados
no aparecen claramente culpables de asalto y golpes (assault and battery) y falsa prision (false
imprisonment) […] (La Crónica, 25 de agosto, 1849, nº 92, p. 692).

Igualmente, también hay referencias explícitas al hecho de que el contenido del periódico se ha
traducido de periódicos en inglés:

153
[…] No copiamos los párrafos que preceden, del documento original; pues este no ha llegado todavía á
nuestras manos, sino que los traducimos de una traduccion del Herald (La Crónica, 17 de abril, 1857, nº
24, p. 157).

Misterios de Nueva York. Los Churiadores de América. – Tomamos del Kaneatles Columbian la siguiente
relacion del modo de beneficiar los animales que mueren diariamente en las calles y en las casas de Nueva
York, y del comercio que de ellos se hace en la parte alta de la ciudad. Es un asunto en que la policía
debiera tener sumo cuidadno, para alejar toda posibilidad de que una parte del público fuese engañada
por traficantes en animales muertos. La correspondencia inserta en el diario arriba mencionado, la
traducimos á continuacion. […] (La Crónica, 19 de diciembre, 1849, nº 16, p. 108).

Traduccion. – Al señor Comandante de la isla del Tigre. – A bordo del vapor de guerra de su Magestad
Británica Gorgon, 16 de octubre de 1849. – Señor. – […] Noticia de estos procedimientos debe remitirse
inmediatamente al Gobierno del Estado de Honduras […] Ningun cambio es necesario hacer en el manejo
de la isla […] Tengo el honor de ser su muy obediente humilde servidor. – J. A. PAYNTER. (La Crónica,
15 de diciembre, 1849, nº 15, p. 98).

Al igual que ocurre en el caso de la prensa mexicana del Suroeste, los casos de traducciones
directas del inglés al español y las referencias explícitas a su introducción en los periódicos
sugieren que las transferencias interlingüísticas del inglés podrían deberse precisamente a que
su contenido sea en su mayoría traducciones o adaptaciones al español.

7.4.3. La prensa cubana en Nueva York


Por último, en la prensa cubana publicada en Nueva York también es posible ver casos de
traducciones al español de términos en inglés, tal y como aparece en los siguientes ejemplos:

ambos fueron criaturas de sí mismo, (self made men) que ganaron el pan en su niñez […] (La Doctrina
de Martí, 15 de noviembre, 1897, nº 31, p. 3).

En 1894 tenemos 600 abogados con su National Bar Association (Círculo de Abogados). […] Cuentan
con 200 periódicos, y tienen su National Press Association (Prensa Asociada). (La Doctrina de Martí, 15
de enero, 1897, nº 34, p. 2).

También hay muchas referencias explícitas a que el contenido del periódico se ha traducido o
se ha adaptado de periódicos en inglés:

154
(32) Simpatias Americanas. Con placer traducimos e insertamos en nuestro presente número el siguiente
comunicado que se nos ha remitido en su orijinal inglés por el individuo que lo suscribe; i creemos que
nuestros lectores se congratularán con nosotros por esta sincera i espontánea espresion de unas simpatías
que son casi universales en el noble pueblo Americano a favor de la Libertad de nuestra Patria. Ed. Los
Desterrados de Cuba […] JOHN T. PHILLIPS. New-York, Marzo 10 de 1855 (El Papagayo, marzo 12, 1855,
p. 17).
(33) Copiamos del «Herald» de Nueva York: «Se ha calculado que cuatro quintos de nuestros pordioseros,
dos quintos de nuestros pobres, i tres quintos de nuestros criminales, son estranjeros. E. W. Andrews.»
Traslado a quien corresponda. (El Papagayo, febrero 23 de 1855, nº 2, p. 9).
(34) Lo que es el Norte i lo que es el Sur de los ESTADOS UNIDOS […] Publicado en el Herald de N.
Y. el 18 de Enero prócsimo pasado i traducido por FRANCISCO AGÜERO E. (El Papagayo, febrero 23 de
1855, nº 2, pp. 11-12).
(35) Cuba i la Democracia Americana. En la gran junta de fusion celebrada en esta ciudad en la noche del
7 del corriente por la Union Democrática Central, se adoptaron unánimemente varias resoluciones de las
cuales estractamos i traducimos las tres siguientes […] (El Papagayo, abril 16, 1855, p. 36).
(36) Ahora, no es el «Herald», ni el «Tribune,» ni el «Sun:» ni ninguno de esos periódicos que calificais
de vendidos á los cubanos, el que apoya tambien expontáneamente nuestra causa: es un órgano respetable
de la clase industrial del Estado de Pensilvania el que deja oir su voz levantada en favor de Cuba. Es el
«Industrial Protector» de Philadelphia de quien traducimos el siguiente artículo […] (La Estrella de Cuba,
junio 14 de 1870, nº 9, p. 4).
(37) El «George B. Upton.» Por el único parte español que nos ha trasmitido el telégrafo censurado de la
Habana, acerca de la espedicion del «George B. Upton,» venimos en conocimiento, sin traducir ni
interpretar, de que el buque llegó al punto de su destino, descargó y volvió á salir, sin que nadie le opusiese
el menor obstáculo. Sáquese por ahí la cuenta de lo que vale la marina española (tan avisada como estaba
de antemano) con sus treinta cañoneras de auxilio americano, y todo lo demás. Cuando llegue el caso de
que el Secretario de Estado tenga que decirle al diplomático español: «no puedo sostener mas la política
anti-americana,» podrá con mucha razon añadir: «no es culpa mia que no hayais sabido sacar mas
provecho de los recursos de mi neutralidad.» (La Estrella de Cuba, junio 14 de 1870, nº 9, p. 4).
(38) La Prensa Americana y nuestro movimiento. La Prensa americana hace dias que se vie- ocupando de
los trabajos recientemente ciados por el Partido Revolucionario Cubano. […] Ayer en las columnas del
Times, publicaron de seriedad reconocida, aparece lo siguiente: Tampa, Fla. June 21. – Algunos de los
agitadores cubanos andan preocupados al saber que relaciones de sus movimientos se han trasmitido á la
prensa de New York. (Patria, julio 23, 1892, nº 20, p. 2).
(39) HERMOSO DISCURSO. Nos complacemos en traducir y dar á conocer á nuestros lectores el sentido
discurso que pronunció en inglés nuestro siempre espontaneo y solícito Gonzalo de Quesada, en el
meeting en honor á la memoria del inolvidable Charles A. Dana: […] «Cuba ha perdido su mejor amigo!»
[…] la originalidad en el sello de su literatura: la historia penosa de los primeros años de periodismo del
uno así como la historia del otro; ambos fueron criaturas de sí mismo, (self made men) que ganaron el pan
en su niñez […] (La Doctrina de Martí, 15 de noviembre, 1897, nº 31, p. 3).

155
(40) MURIENDO DE FIEBRE Y HAMBRE. Según el corresponsal del Sun, de Nueva York, en la
Habana, 440 personas entre mujeres y niños […] (Del Sun.) – Habana, enero 8 de 13 (La Doctrina de
Martí, 15 de enero, 1897, nº 34, p. 1).
(41) LOS NEGROS AMERICANOS […] Para probarlo, traduciremos brevemente algunos datos que
tomamos de The History of the American Negro, escrita por el distinguido abogado R. C. O. Benjamin, y
que se abraza el período de 1863 á 1894. […] En 1894 tenemos 600 abogados con su National Bar
Association (Círculo de Abogados). […] Cuentan con 200 periódicos, y tienen su National Press
Association (Prensa Asociada). (La Doctrina de Martí, 15 de enero, 1897, nº 34, p. 2).

La exposición de estos datos nos lleva a las mismas conclusiones que en el caso de la prensa
mexicana y de la española: estos ejemplos son prueba de que es muy probable que la mayor
parte del contenido de estos periódicos sea una traducción o una adaptación del inglés al español
y que, por ese motivo, aparecen las transferencias interlingüísticas que hemos visto en los
apartados anteriores.
En este capítulo hemos podido comprobar que las transferencias interlingüísticas que
hay en los periódicos hispanos que hemos seleccionado para la investigación siguen una
direccionalidad en el contacto que va desde la L2 de los editores (es decir, el inglés) a la L1 (el
español). Asimismo, las transferencias encontradas se clasifican en tres niveles diferentes: el
léxico, el morfosintáctico y el del sistema de datación, que sigue patrones sintácticos y
culturales. Por último, se han descubierto ciertos datos que evidencian que el contenido de
dichos periódicos podría ser caso de traducciones o adaptaciones del inglés al español. En
definitiva, la exposición de todos los datos obtenidos denota que hay una serie de patrones en
el contacto que van a ser tratados con mayor exhaustividad en el siguiente capítulo, el del
análisis de los resultados.

8. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS


8.1. El contacto lingüístico entre el inglés y el español en los Estados Unidos: aspectos
generales
El contacto lingüístico entre el español y el inglés en la prensa hispana de los Estados Unidos
en la segunda mitad del siglo XIX se da principalmente en tres ámbitos: en el léxico, en la
morfosintaxis y en el sistema de datación.

8.1.1. El nivel léxico


El plano léxico es en el que se observan más casos de transferencias interlingüísticas. Esto
coincide con las teorías de autores como Haugen (1950), Moreno de Alba (1992: 196), Sala

156
(1988), López Morales (1989: 142-181) o van Coetsem (1988: 25). Este último autor explica
cómo algunos elementos de la lengua son más propensos al cambio que otros por la gradualidad
de la estabilidad en las lenguas (en inglés, stability gradient of language). Es decir, que ciertos
ámbitos o componentes de la lengua, como la fonología, la morfología o ciertos aspectos de la
sintaxis o la semántica tienden a ser más estables y más resistentes al cambio; mientras que el
léxico, la morfología derivacional, los morfemas libres y algunos aspectos de la sintaxis son
menos estables y por tanto más propensos al cambio. A tenor de estos presupuestos, Muysken
(1981) ofrece la siguiente jerarquía:

sustantivos > adjetivos > verbos > preposiciones > conjunciones coordinativas > cuantificadores >
determinantes > pronombres libres > pronombres clíticos > conjunciones subordinadas

Asimismo, Malmberg (1982: 144) considera que los préstamos léxicos constituyen el primer
testimonio de un contacto cultural y denotan la relación cultural que dos comunidades entablan
en un periodo y territorio determinado. Este mismo autor distingue entre casos de préstamos
aislados, en el que estaríamos ante un contacto superficial y pasajero, y casos de préstamos
numerosos, que indican un contacto duradero y recíproco entre ambos grupos, sobre todo si los
préstamos se vinculan a los niveles centrales de la vida social. Igualmente indica que cuando
los préstamos se transfieren al ámbito gramatical, estaríamos ante un caso de bilingüismo
extendido entre dos comunidades. Esto es justamente lo que ocurre en el caso del contacto
lingüístico del inglés al español que vemos en la prensa hispana de los Estados Unidos.
Generalmente, los préstamos que se han encontrado en los periódicos hispanos proceden
de los campos léxico-semánticos de la política, la economía, los negocios o el periodismo (como
bill, meeting, politician, leader, whig…) y todos ellos son sustantivos. Según Matras (2009), el
alto porcentaje de «prestabilidad» (del inglés, borrowability) en el dominio nominal (Haugen,
1950; Muysken, 1981; Matras, 2007) se debe principalmente a la función referencial que se les
atribuye: nominar conceptos, objetos y funciones. Esto incluye por supuesto la mayoría de
productos industriales y agrícolas, artefactos, instituciones y agentes institucionales,
procedimientos o instrumentos técnicos, por lo que no es una coincidencia que este tipo de
realidades se materialicen lingüísticamente a través de préstamos extraídos de lenguas y
culturas que tienen esas realidades previamente. Haspelmath (2009) realiza una distinción entre
préstamos culturales y préstamos reduplicadores (core borrowings): los primeros hacen
referencia a aquellos préstamos léxicos que se introducen para poder nombrar realidades o
conceptos nuevos que no tienen significante en la lengua recipiente, mientras que los segundos
reemplazan o coexisten con palabras que nombran la misma realidad en la lengua receptora. La

157
situación que vemos en los periódicos analizados coincide con esta distinción, pues nos hemos
encontrado, por un lado, con préstamos léxicos como partido free soiler, whig o Know-nothing,
cuya incorporación en el español se fundamenta en cuestiones culturales, pues nombran
realidades inexistentes en el ámbito hispánico; por otro lado, nos hemos encontrado con
préstamos léxicos como meeting, politician, lunch o bill, que, o bien reemplazan o coexisten
con los términos en español reunión, político, almuerzo y factura. La preferencia en la elección
de los términos anglosajones se explica a través de una cuestión de prestigio de la lengua
dominante del territorio en el que estos hispanohablantes residían. El inglés, al ser la lengua
oficial de los Estados Unidos, era la lengua dominante y de mayor prestigio, un hecho que
coincide además con el prestigio social que recibía la comunidad anglosajona en dicho periodo.
Por tanto, la incorporación de estos términos por parte de la comunidad hispanohablante no se
realiza de forma inconsciente, sino todo lo contrario: incorporan estos términos con la intención
de alcanzar un estatus social mayor y equipararse al grupo de mayor prestigio. También es cierto
que en los territorios en los que coexisten dos o más lenguas, en las que existe una situación de
bilingüismo social o de diglosia, nombrar una realidad con el término nativo o con el de la
lengua dominante es indiferente, pues los hablantes entenderán ambas palabras. No es este el
caso de los periódicos hispanos, pues se han observado casos en los que los términos en inglés
van acompañados de la traducción en español al lado y viceversa. El conocimiento del inglés y
el español no era equiparable para todos los hablantes y de ahí que se incluyera la traducción.
Por tanto, el motivo de la preferencia de los términos anglosajones sigue estando atada a una
cuestión de prestigio, porque además hay que tener en cuenta el campo léxico-semántico al que
pertenecen los préstamos léxicos del inglés que se incorporan, que coincide con aquellos
ámbitos de la vida en la que el grupo anglosajón tiene más poder.
La situación de contacto entre el inglés y el español que hemos visto en los periódicos
hispanos es equiparable a la que encontramos en el contacto entre otras lenguas romances y el
inglés, como el caso del francés y el inglés histórico en Francia e Inglaterra. En el periodo del
Middle English se hablaban tres lenguas en Inglaterra: el inglés, el francés y el latín. El uso del
francés se extendía a los planos oral y escrito en la variedad que actualmente se conoce como
Anglo-Norman. Se usaba como lengua literaria, para documentos oficiales y en obras religiosas.
El Anglo-Norman era la variedad vernácula utilizada por los aristócratas en Inglaterra y derivó
durante la primera mitad del siglo XIII en el Anglo-French, que era esencialmente una lengua
administrativa que los ingleses debían aprender como lengua extranjera. Sin embargo, el inglés
nunca tuvo competencia. El latín se mantuvo como lengua religiosa y administrativa durante
todo el periodo de Middle English y el inglés se usaba solo por razones religiosas específicas.

158
El inglés continuó usándose en el plano oral, excepto en la corte y consecuentemente su estatus
era menor al latín o al francés. Pero luego el inglés comenzó poco a poco a suplantar al latín y
al francés, primero en el plano escrito y luego en el plano oral. El contacto entre estas lenguas
se aprecia por ejemplo en la poesía del Middle English, que asimiló la métrica y la rima del
francés como rasgos básicos. También el romance francés tuvo un impacto en el inglés, pues se
atisban paralelismos. En el plano administrativo, los documentos y las cartas que se escribían
en latín o en francés contenían nombres latinizados en inglés.
La influencia del francés en el nivel gramatical y fonológico en el inglés no es tan
relevante como la influencia que tuvo a nivel léxico. Dicha influencia comenzó antes de la
conquista como resultado de los contactos políticos y religiosos entre los gobernantes
anglosajones y los normandos. La lengua francesa tenía un estatus alto de prestigio social, por
lo que aquellos que querían prosperar social y económicamente la aprendían conscientemente.
Hay varios factores que explican dicha influencia: la mezcla entre hablantes de diferentes
lenguas, el uso del francés como lengua instrumental en el ámbito legal, educativo y
administrativo, su estatus como dialecto de la aristocracia y, finalmente, la percepción que se
tenía de ella como lengua de privilegio. Además, esta influencia es compleja porque la
influencia del francés vino de dos dialectos separados del francés: primero del normando a nivel
oral y escrito y luego, como una lengua literaria y artificial, del francés en Francia. En esa última
etapa de la influencia, se desarrolló una distinción en el prestigio entre el anglofrancés
contemporáneo de Inglaterra y el francés continental. Este último sobrepasó al inglés y al
anglofrancés como la lengua de mayor prestigio social. En este sentido, se puede establecer un
parangón con lo que ocurre en el caso del inglés y el español en el caso que nos atañe. El inglés
es la lengua de prestigio en los Estados Unidos y además es la oficial a nivel institucional,
educativo y administrativo, por lo que la influencia léxica de la lengua anglosajona en la hispana
se explica a través de la concepción prestigiosa que recibe el inglés.
Los préstamos que el inglés tomó del francés en esta época aparecen en documentos
anteriores a la conquista y reflejan valores y gustos aristocráticos, como por ejemplo, prud'
valiant'; castel'castle';gingifer'ginger'; o capun 'capon' (Blake, 1992: 452). Otros préstamos
léxicos pertenecen al campo léxico-semántico de la onomástica, como nombres de individuos
(Henri) o de países (Normadie, France); tecnicismos del ámbito militar y de la política (werre
'v/at',pais 'peace', iustise 'justice', acorden 'come to agreement'), de la religión (pasches '
Easter', miracle, canonie ' canon', messe 'mass' (OE massse gives the form masse), capitele
'chapter', clerc 'scholar') o de la aristocracia (due, cuntesse, emperice, rente 'income', curt 'court',
tresor,prisun 'arrest'). Estos préstamos se introducen en la lengua inglesa claramente por

159
motivos culturales, pues esos términos designaban ideas e instituciones que no estaban
presentes anteriormente en el ámbito anglosajón (en el periodo del Old English). No obstante,
muchos de estos términos no fueron introducidos para rellenar espacios en la estructura del
léxico del inglés, sino porque parecían apropiados en el discurso. Por ejemplo, el tecnicismo
dubbade fue introducido en el inglés en una frase en el que sustituía a ciertos elementos del
inglés: dubbade to ridere ‘dubbed a knight’ (AN aduber a chevalier). La frase entera imita la
estructura del francés, pero el hecho de que las formas francesas no fueran adoptadas en su
totalidad indica que no había un vacío léxico en ese ámbito, sino que se trataba simplemente de
una elección estilística. De hecho, hay evidencias suficientes de que el préstamo romance no
siempre está motivado por innovaciones culturales (Gay, 1899; Fischer, 1979), pues muchas
palabras francesas se introdujeron como parte de frases que eran convenientes al asunto tratado,
por lo que los elementos de la lengua nativa fueron sustituidos dejando una o más palabras
francesas sin traducir, bien por conveniencia comunicativa, bien por razones estilísticas. Esta
distinción se materializa en el caso del contacto entre el inglés y el español que analizamos en
la división que hemos realizado entre los casos de préstamos culturales, que se introducían por
necesidad de nombrar una realidad nueva en la lengua nativa, y los préstamos reduplicadores
(core borrowings), que se introducían en la lengua por motivos estilísticos y por cuestiones
actitudinales (como la vinculación a un estatus de mayor prestigio). Además, hemos visto que
al igual que ocurre en el caso que nos atañe, los préstamos del francés que se introdujeron en la
lengua inglesa pertenecían a campos léxico-semánticos muy específicos, que se corresponden
con aquellos ámbitos en los que el francés era la lengua vehicular de comunicación, como la
administración, la política, la onomástica o la religión21. En el caso del inglés y el español, los
préstamos pertenecen también a campos léxico-semánticos en los que el inglés constituye la
lengua vehicular, como la política, la economía y los negocios.
Otro ejemplo claro en el que se producen transferencias interlingüísticas en el nivel
léxico es en el caso del contacto que se produce entre el español y el portugués en la Península
Ibérica. Fernández-Ordóñez (2011) ha descrito y argumentado los numerosos fenómenos
lingüísticos iberromances que han tenido lugar en la Península Ibérica a nivel léxico, fonético
y morfosintáctico por el contacto entre el portugués y el español. Históricamente, puede decirse
que la dirección del contagio en los elementos morfosintácticos ha sido de oeste a este y

21
Asimismo, durante el periodo normando, la introducción de los préstamos del francés en el inglés evidenciaba
también contenidos sociolingüísticos. Al ser el francés la lengua de cultura y de los gobernantes, existía una
distinción entre, por ejemplo, palabras como mouton/lamb o pork/pig, que se correspondía con las diferencias
sémicas entre «muerto/vivo». Era evidente que el primero (muerto), lo usaban los cortesanos, que no tenían que
hacerse cargo del animal vivo, pues lo servían ya muerto.

160
viceversa; en los cambios fonéticos, de norte a sur; y en el léxico, de ambas maneras,
dependiendo del término. Aunque se trata de un contacto relativamente cohesionado en la
Península Ibérica, es cierto que pueden señalarse zonas en las que se produce un funcionamiento
propio, como es el caso de Andalucía occidental y la mitad sur de Portugal, una zona en la que
han tenido lugar una serie de fenómenos que no se dan en otras zonas hispanas o lusófonas. Por
tanto, puede considerarse que estamos ante la existencia de un Sprachbund caracterizado por
los siguientes elementos. Al igual que ocurre en el caso del contacto entre el inglés y el español
en los periódicos hispanos de Estados Unidos, el léxico es el nivel en el que primero se produce
un trasvase interlingüístico. De esta forma, Fernández-Ordóñez (2011) atestigua un léxico
compartido perteneciente a los campos léxico-semánticos de la agricultura, la ganadería y la
vida rural que no se da en el resto de la Península Ibérica (por ejemplo, borrego en vez de
cordeiro; chivo/chibo en vez de cabrito; o marzorca/maçaroca por espiga). Por su parte, Cintra
(1970) señala que este Sprachbund peninsular también se basa en cuestiones fonéticas y pone
el ejemplo de la producción de la sibilante correspondiente a las grafías /s/ y /ss/. Mientras que
la pronunciación septentrional es ápico-alveolar, la del sur es predorsodental. Asimismo, Lara
Bermejo (2022) atestigua una transferencia interlingüística en el sistema de cortesía, que se
materializa en la elección del pronombre de tratamiento, su concordancia y la mayor tendencia
a la deferencia pragmática, que va en contra de lo que ocurre en el resto de Europa, donde se
tiende a la solidaridad pragmática. Por tanto, vemos que el caso del contacto que se produce
entre el portugués y el español en esta zona sur de la Península comparte características
comunes con la tendencia universal que vemos en toda situación de contacto lingüístico, en la
que el dominio léxico es el primero que se ve afectado.
Incluso en el caso de lenguas que no están emparentadas, como el contacto entre el
español y el árabe que tuvo lugar en la Península Ibérica, se siguen los mismos patrones que en
los casos que acabamos de analizar. En la época del al-Andalus hubo una necesidad de nombrar
nuevas realidades de la vida material que no existían en el acervo lingüístico de los hispanos.
Por tanto, se introdujeron numerosos préstamos léxicos desde el árabe, la lengua fuente, al
español, la lengua receptora. En este caso, estamos ante una direccionalidad del contacto que
se equipara parcialmente a la que tenemos en el contacto entre el inglés y el español en Estados
Unidos durante el siglo XIX, pues el trasvase léxico se produce desde la lengua de la sociedad
dominante a la lengua de la sociedad dominada (aunque ya veremos que en Estados Unidos la
direccionalidad del contacto también se produce del español al inglés). Los elementos del árabe
que se transfieren al léxico del español pertenecen a los campos léxico-semánticos de la
arquitectura (adobe, alminar, alféizar, tabique, azulejo), la agricultura (acequia, aljibe, alfalfa,

161
aceite, berenjena, noria, azucena, alubia), la astronomía (cenit, nadir), las matemáticas
(álgebra, algoritmo, cifra, cero), la química (alcohol, alambique, elixir) o la medicina (jaqueca,
jarabe, zaratán) (Fasla, 1998,1999). Estos campos léxico-semánticos coinciden con las áreas
de la vida que experimentaron una mayor influencia cultural árabe, tal y como ocurre en los
casos expuestos anteriormente.
Las transferencias léxicas que vemos en estos periódicos se introducen de forma
consciente y de forma inconsciente. Los casos más numerosos son aquellos en los que los
préstamos se introducen de forma consciente. Esto lo sabemos porque se introducen a través de
resaltes tipográficos como la cursiva. Rivas Zancarrón (2018b) nos indica que este tipo de
resaltes refleja una actitud concreta del hablante ante la realidad lingüística que introduce. Por
tanto, los préstamos del inglés que están en cursiva indican que se trata de términos extraños o
ajenos al español. Esto ya lo constata Rivas Zancarrón (2018b) en el caso de la prensa
costarricense del siglo XIX. Este autor atestigua que los términos ajenos al español se resaltan
a través de la cursiva: «yerbabuena; flor de tilo (limetree)» (Noticioso Universal, 1833: 104
citado en Rivas Zancarrón, 2018b: 258). Como puede observarse en este ejemplo, el término
en inglés se introduce en el periódico con la cursiva, por lo que este resalte tipográfico responde,
en palabras de Rivas Zancarrón «al retrato de lo foráneo, tanto del exterior de la lengua, como
desde su interior, pues la función metalingüística también activa su silueta» (2018b: 258). La
introducción consciente de los préstamos a través de la cursiva indica además que estamos ante
un estadio temprano de contacto lingüístico, pues la ausencia de resalte nos indica que el emisor
no tiene conciencia de que dicho término deba resaltarse, porque lo valora positivamente dentro
de su propia modalidad de habla. Por tanto, el factor del resalte nos indica el momento en el
que un préstamo ha sido naturalizado en el sistema lingüístico del español de aquella zona
geográfica. A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX vemos que hay una vacilación continua
entre el uso de la cursiva o no en la introducción de ciertos términos, como meeting o bill, por
nombrar algunos. Esto nos indica que estos préstamos ya habían alcanzado un cierto nivel de
estandarización, pero que aún eran reconocidos como ajenos al sistema. En el momento en el
que encontramos un préstamo que se introduce todo el tiempo sin ningún tipo de resalte
tipográfico, se ha pasado a una siguiente etapa en el contacto lingüístico.
Este proceso coincide parcialmente con la propuesta que realiza Haugen (1950) sobre
los préstamos. Este autor indica que las transferencias interlingüísticas experimentan un
proceso, en el que identifica dos aspectos: la importación y la sustitución. El primero de los
términos indica que el préstamo se introduce con su forma original o con cambios mínimos,
mientras que el segundo término indica que el préstamo ha sustituido a otro elemento en la

162
lengua del hablante. En los periódicos hispanos vemos que los préstamos se introducen con la
forma original del inglés, exceptuando algunos casos en los que los préstamos se han adaptado
a la fonética y a la morfología del español. Por ejemplo: el término Know-Nothingism se adapta
al español como Know-nothingismo. Estos pequeños cambios alteran mínimamente la forma
original, por lo que es posible considerar que se tratan de términos importados del inglés. Es
otro criterio por el que podemos considerar que nos encontramos ante un estadio temprano del
contacto y cambio lingüístico en el español de estos hispanohablantes en los Estados Unidos.
Sala (1988: 17) distingue que el contacto puede ser directo (cuando distintas comunidades
lingüísticas conviven en el mismo territorio) o indirecto (cuando el contacto tiene lugar a través
de relaciones culturales, económicas y políticas). Asimismo, el contacto indirecto suele afectar
a los planos léxicos y sintácticos, mientras que el directo influye en el plano fonético y
fonológico, el morfológico y en la formación de palabras. Teniendo en cuenta esta clasificación,
el tipo de contacto que vemos en los periódicos hispanos es indirecto, pues claramente son los
planos léxico y sintáctico los que se ven más afectados por el contacto. Este mismo autor dice
que en un primer estadio, el contacto solo afecta a algunos estilos de la lengua literaria,
científica o periodística, por lo que se trata de interferencias estilísticas que no repercuten en el
sistema de la lengua (Sala, 1988: 18). Por tanto, de acuerdo con este autor, también podríamos
afirmar que el análisis de las transferencias léxicas del inglés al español en los periódicos
hispanos indica que estamos ante un estadio temprano del contacto entre ambas lenguas.

8.1.2. ¿Préstamos lingüísticos o code-switching?


Aunque es cierto que la línea divisoria entre un préstamo léxico y un caso de code-switching
de una sola palabra sea muy fina, como ya se afirmó en el marco teórico de acuerdo con las
consideraciones de autores como Myers-Scotton (1993) o Muysken (2000), es posible
establecer una serie de patrones generales que determinan que la situación de contacto que
encontramos en los periódicos hispanos se reduce a la incorporación o adopción de una serie
de préstamos léxicos, sintácticos y morfológicos. Es necesario tener en cuenta que la tradición
discursiva ante la que nos encontramos, es decir, la prensa, es más conservadora en el nivel
lingüístico y que, por tanto, suele despojarse de marcas coloquiales o de la oralidad. El code-
switching es un fenómeno que se da principalmente en el plano de la oralidad o en textos
escritos, como las cartas privadas, en donde no hay intervención de un impresor, por lo que no
es posible afirmar que los casos de transferencias interlingüísticas del inglés que encontramos
en los periódicos sean casos de code-switching. Además, otro factor a tener en cuenta y que
confirma que son solo préstamos léxicos es la inclusión de la cursiva: el uso de este resalte
163
tipográfico indica que los términos del inglés se reconocen como ajenos a la norma del español,
por tanto, los responsables de los periódicos tienen conciencia lingüística ante la introducción
de extranjerismos.
Sin embargo, es preciso señalar que es muy probable que en el ámbito de la oralidad el
code-switching estuviera ya presente en muchos de los individuos hispanohablantes. De hecho,
Lamar Prieto (2018) documenta la presencia de este fenómeno en el habla de los californios en
el último cuarto del siglo XIX. Esta autora atestigua en diferentes cartas privadas escritas por
Estolano Larios, que era un niño en el momento de la anexión de California a Estados Unidos,
la mezcla entre el inglés y el español: «Yo his son Estolano Larios» (Lamar Prieto, 2018: 207).
Asimismo, señala que hay numerosos ejemplos en esas cartas en los que se indica que el español
de los hablantes bilingües ha experimentado ciertos cambios que lo convierten en un idioma
«impuro» y «sucio». Estas referencias a la impuridad en el idioma español lo vemos también
en varios periódicos de Nuevo México, los que se utiliza el término mexicano ayankado para
denominar a aquellos neomexicanos que se habían asimilado a la lengua y la cultura
angloamericanas, tal y como se atestigua en García Caba (2021a; 2021b).

8.1.3. El nivel morfosintáctico


En el plano morfosintáctico, también se observan casos de transferencias interlingüísticas entre
el inglés y el español, como el caso de la voz pasiva en inglés, en las cláusulas del complemento
directo de persona sin la preposición a o casos de concordancias de género inusuales en español.
El caso de las transferencias a nivel morfosintáctico nos indica que se ha alcanzado un grado
superior en el proceso del contacto lingüístico entre el inglés y el español. Como se ha dicho
anteriormente, los aspectos de la lengua que son más permeables al cambio son aquellos que
son menos estables, como hemos visto en el caso del léxico. Se observan dos posturas diferentes
en cuanto a la permeabilidad de los sistemas morfológico y sintáctico de la lengua a las
transferencias interlingüísticas. Lefebvre (1984: 30), Blas Arroyo (1998: 53) y Gómez Capuz
(1998: 21-23) han constatado que la mayor parte de los investigadores anteriores a Haugen
negaban o eran reacios a aceptar el trasvase morfológico y sintáctico de una lengua a otra. Es a
partir de trabajos como los de Haugen (1950), Weinreich (1953) o Bynon (1977), cuando este
tipo de trasvase o transferencia interlingüística se empieza a tomar en consideración y lo
catalogan como un fenómeno común dentro del ámbito del contacto de lenguas. Johanson
(1992, 2000: 165-166, 2002: 3) realiza una distinción entre dos tipos de escenarios en el que
las transferencias gramaticales tienen lugar. Su distinción concuerda con los términos adopción

164
e imposición. En el caso de la adopción, se copia material de una lengua dominante a la lengua
nativa. Tradicionalmente, este fenómeno se ha denominado con los términos préstamo y calco.
En el caso de la imposición, se transfieren elementos de la lengua nativa a la lengua dominante
(Johanson, 2000: 166).
Heine y Kuteva (2005) sugieren que la distinción de Johanson se corresponde con las
dos formas posibles de réplica gramatical que existen: L2→L1 y L1→L2. Las réplicas
gramaticales suelen ocurrir en situaciones en las que hay un alto grado de bilingüismo entre los
hablantes de la lengua réplica y en las que ha habido contacto durante un periodo prolongado
de tiempo. En etapas incipientes del contacto no son tan comunes. En el caso que nos atañe,
está claro que estamos ante una situación de adopción, pues la dirección del contacto
interlingüístico va del inglés, la lengua dominante en el territorio estadounidense, al español, la
lengua nativa de los emisores de los periódicos analizados. Por tanto, en términos de Heine y
Kuteva (2005), estamos ante el primer caso posible de réplica gramatical: L2 (inglés)→L1
(español). Esta direccionalidad en el contacto lingüístico la vemos también en el caso de otras
lenguas, como la situación de contacto existente en Irlanda entre el gaélico y el inglés. Van
Hamel (1912: 273) sostiene que el gaélico es una lengua muy idiomática y que es natural que
los irlandeses empezaran a hablar inglés traduciendo frases del gaélico a palabras inglesas. En
este sentido, podemos decir que el contacto se inicia de la misma forma en la que se produce el
contacto entre el inglés y el español en la prensa hispana. La traducción, en efecto, juega un
papel crucial en las situaciones de contacto lingüístico intenso, pero está constreñida a casos
muy concretos.
Veremos ahora casos específicos en los que se producen transferencias interlingüísticas
en el nivel sintáctico entre distintas lenguas (emparentadas o no). En la situación de contacto
del gaélico y el inglés, tenemos un claro ejemplo de transferencia a nivel sintáctico en el caso
de las cláusulas subordinadas. Van Hamel (1912: 279) sostiene que las claúsulas subordinadas
en gaélico se construyen con un sustantivo verbal, mientras que en inglés se realizan con
infinitivos o gerundios. La influencia del inglés ha motivado que en el angloirlandés se utilice
un infinitivo en las subordinadas. Por tanto, vemos que se produce una transferencia
morfosintáctica del inglés en el gaélico. Otro ejemplo de transferencia sintáctica lo vemos en el
caso del Sprachbund de los Balcanes. Thomason (2001: 1644-1645) explica que entre las
lenguas balcánicas se produce un proceso de gramaticalización relacionado con las
subordinadas, en la que se produce la siguiente evolución:

165
Complementos nominales > complementos que tienen un infinitivo, un participio o un gerundio como
núcleo > claúsulas subordinadas finitas

El reemplazo del infinitivo por las cláusulas subordinadas finitas se encuentra motivado por
factores extralingüísticos, como es el ambiento religioso del griego medieval bizantino (Banfi,
1985: 179). Otro ejemplo de transferencia sintáctica en el Sprachbund de los Balcanes lo
tenemos en el caso de las variedades indoarias de la lengua romaní. En estas variedades existe
una construcción del tipo «It does itself to X», donde el sujeto se formula con un dativo y el
verbo contiene un sujeto referencial de tercera persona y un pronombre reflexivo para expresar
la noción predicativa desiderativa «X wants/desires to do». Esta misma construcción la tenemos
en lenguas balcánicas como el serbio, el búlgaro o el albanés:

Southern Balkanic Romani


Na beˇs- el pes man.ge.
NEG sit- 3.SG REFL to.me
‘I don’t want to sit.’ (Lit. ‘It doesn’t sit itself to me.’) (Boretzky & Igla 1999: 722).
Bulgarian
Ne mi se jade.
NEG to.me REFL eat.3.SG
‘I don’t want to eat.’ (Lit. ‘It doesn’t eat itself to me.’) (Boretzky & Igla 1999: 722).

Este tipo de gramaticalización constituye una transferencia de ergatividad y no es usual a nivel


interlingüístico, aunque las lenguas implicadas están genéticamente emparentadas, pero dicha
relación no explica el motivo de la similitud de esta construcción sintáctica. Por tanto, Boretzky
e Igla (1999: 722) sugieren que se explica como resultado del contacto lingüístico entre estas
lenguas, en el que la construcción romaní es una réplica sintáctica de la construcción modelo
que tenemos en las lenguas balcánicas.
La exposición de estos casos sirve para reafirmar que los casos expuestos en los que se
observa la transferencia de la voz pasiva del inglés al español en la prensa son paradigmáticos.
En la tradición periodística anglosajona, la voz pasiva, que es un elemento que además es
mucho más frecuente en el plano oral que en otras lenguas, es característica, por lo que dicha
es gracias a que nos encontramos ante este tipo de textos por lo que se produce dicha
transferencia. En otro tipo de tradiciones discursivas no es tan frecuente usar la voz pasiva, por
lo que esta no se produce. Las construcciones pasivas se han catalogado en la literatura
especializada como casos de interferencia sintáctica de frecuencia (Gómez Capuz, 1998;
Lorenzo, 1987, 1991) o también ampliación de la estructura preexistente (Pratt, 1980). Vemos

166
que es un tipo de transferencia sintáctica que ha sido frecuente a lo largo de la historia y que se
ha documentado tanto en la prensa como en otro tipo de textos especializados, como en
manuales técnicos, tal y como vemos en trabajos como el de Rodríguez Molina (2002), en el
que analiza las transferencias sintácticas en la voz pasiva del inglés que se dan en distintos
manuales de informática traducidos al español. Aunque bien es cierto que la prensa es un tipo
de discurso que se ha servido siempre de la pasiva, la gran mayoría de los ejemplos expuestos
anteriormente no se justifican por la preferencia periodística de la pasiva. Por tanto, hay que
diferenciar entre los casos en los que el español se sirve de la pasiva en el lenguaje periodístico
y aquellos en los que jamás funcionaría, que son los hemos ejemplificado anteriormente.

8.1.4. El sistema de datación: un caso de transferencia morfosintáctica y cultural


El sistema de datación en los periódicos hispanos refleja una alternancia entre el formato
dd/mm/aaaa y el formato mm/dd/aaaa. El primero es el que se sigue en la mayoría de los países,
mientras que el segundo se da tan solo en los Estados Unidos. En el apartado anterior hemos
visto los contextos en los que suele aparecer esta alternancia en el sistema de datación. Esta
continua vacilación parece indicar, en primer lugar, que estamos ante un tipo de transferencia
interlingüística morfosintáctica, pues lo que se ve afectado es el orden de los constituyentes.
Esta vacilación entre ambos sistemas también se daba en documentos escritos en inglés del
mismo periodo y de periodos anteriores, como, por ejemplo, en la Declaración de
Independencia de los Estados Unidos en el año 1776. Las razones de este contacto son
geográficas y culturales, pues se trata de una cuestión autóctona de Estados Unidos y no tiene
que ver con el origen del emisor, pues ya hemos visto que se da en todos los periódicos en
mayor o menor medida. Weinreich (1953) ya señalaba que el contacto lingüístico implica
también un contacto cultural, por lo que este fenómeno de interferencia en el orden de los
constituyentes del sistema de datación es también parte de un proceso de difusión cultural y de
aculturación de las comunidades hispanas al sistema cultural dominante, es decir, el
angloamericano. Asimismo, dice Weinreich (1953) que el contacto cultural no solo implica la
adición de nuevos elementos a una cultura determinada, sino que también tiene que ver con la
eliminación de ciertos elementos que existen previamente y la modificación y la reorganización
de otros elementos. De esta forma, la vacilación que vemos entre ambos sistemas de datación
se debe al grado de familiaridad de los individuos con el sistema. No obstante, este hecho
también manifiesta la tensa polaridad que se les planteaba a los hispanos residentes en los
Estados Unidos en aquel periodo, pues oscilaban entre el mantenimiento de su identidad cultural

167
y lingüística y la adopción de la cultura y la lengua del grupo dominante y de mayor prestigio.
¿Cuál es el sistema que acaba imponiéndose entonces?
Esta pregunta tiene una respuesta contraintuitiva, pues, cualquiera podría pensar que es la
lengua y la cultura de prestigio las que acaban imponiéndose en un territorio y que, por tanto,
los individuos acaban por adoptarlos y se convierten en bilingües y, en muchos casos, en
monolingües de dicha lengua. No obstante, y contra todo pronóstico, no es esto lo que ocurre
en el caso de los hispanos en los Estados Unidos; y es aquí donde planteamos una cuestión que,
de hecho, contradice a todos los estudios que se han venido realizando sobre cuestiones
ideológicas y políticas de la lengua en Estados Unidos. Esta tendencia ha sido globalmente
denominada por un sector muy específico de la comunidad científica con el nombre de
«Glotopolítica» y decimos tendencia y no disciplina porque hasta el día de hoy no se ha
proporcionado una definición precisa, al igual que ocurre en el caso de los llamados «Estudios
culturales», que son el equivalente de la «Glotopolítica» en la literatura. En los estudios
glotopolíticos y culturales (Del Valle 2007, 2015; Leeman, 2015, Leeman y Fuller, 2020;
Lozano, 2018; Martín Villarreal y García Caba., 2021) se dice que la lengua y la cultura
hispanas son minoritarias en los Estados Unidos y que, por tanto, forman parte de una otredad
cultural y lingüística en dicho país vinculadas además a cuestiones de identidad y de
dominación geopolítica.
Primero es necesario saber hasta qué punto podemos considerar una lengua como
mayoritaria o minoritaria. Según Trudgill (2000), existen naciones multilingües en todas partes
del mundo, de hecho, lo difícil es encontrar un país que sea únicamente monolingüe. Incluso
en Europa no hay muchos ejemplos de naciones monolingües, aunque parezca lo contrario: casi
todos los países europeos tienen minorías lingüísticas indígenas (es decir, grupos de hablantes
cuya variedad nativa es una lengua distinta a la oficial, a la dominante o a la mayoritaria en el
país donde viven). En algunos casos, en los que las minorías son relativamente numerosas, la
nación suele tener más de un idioma oficial, como ocurre en Bélgica (el flamenco y el francés),
Suiza (el alemán, el francés, el italiano y el retorromano) o en Finlandia (finés y sueco). Cuando
la minoría es pequeña o menos influyente, la lengua o lenguas minoritarias no suelen tener
estatus oficial y sus hablantes suelen ser bilingües en mayor o menor grado. Este último aspecto
es lo que contribuye a proporcionar una visión monolingüe en Europa, como ocurre en Francia
o en Reino Unido. En el caso de este último, la apariencia monolingüe no casa con la realidad.
Es cierto que no ha tenido una minoría lingüística nativa desde que el Cornish se extinguiera
en el siglo XVIII, pero existen todavía grupos de considerable tamaño en los que hay hablantes
de galés (es la primera lengua de casi una quinta parte de la población de Gales) y de gaélico

168
escocés (hablada por casi 70.000 personas a lo largo de West Highlands y las Hebridean Islands
en Escocia). Trudgill (2000) también expone el caso del multilingüismo en Estados Unidos. La
política y la planificación lingüísticas seguidas en el ámbito de la educación en este país trajo
consigo una serie de actitudes sociales hacia el papel de las lenguas minoritarias22 y sobre la
rápida asimilación de los grupos de dichas lenguas a la lengua y la cultura de la mayoría
angloparlante. Estas políticas fueron acentuadas con la aparición del movimiento English Only,
que promulgaba la exclusión de lenguas diferentes al inglés del ámbito educativo, cultural y
político de la mayoría de los estados americanos. Los defensores de este movimiento argüían
que el inglés estaba amenazado por la presencia de otros idiomas, pero lo cierto es que, según
Trudgill (2000), el inglés americano es la variedad que menos peligro tiene de desaparecer o de
convertirse en minoría. En el caso concreto de los hispanohablantes, se realizó una propuesta
educativa para poder ser educados en su propia lengua y se han tomado otros pasos como
colocar los anuncios y avisos en inglés y en español en Nueva York, para complacer a la gran
cantidad de población hispanohablante residente en la ciudad. Sin embargo, otras minorías
lingüísticas que también son relativamente numerosas, como los francófonos en el norte y este
de Luisiana o los germanoparlantes en la Pennsylvania holandesa, están decayendo en número
rápidamente.
Por tanto, vemos que una lengua puede ser considerada minoritaria cuando se la excluye de
ámbitos de la vida social, cultural, política y educativa de un país, sin importar que el número
de hablantes sea muy numeroso. En este sentido, es cierto que el español ha estado expuesto a
políticas lingüísticas que lo relegaban a un segundo plano en el ámbito institucional, pero
podemos ofrecer una serie de datos empíricos que refutan el hecho de que el español pueda ser
considerada una lengua minoritaria. Ofrecemos los siguientes datos:
1. El sistema de datación que acaba imponiéndose en la prensa hispana a partir del siglo
XX no es el estadounidense, sino el que sigue el orden de constituyentes dd/mm/aaaa.
La vacilación que encontramos en el sistema de datación a mediados y finales del siglo
XIX se extiende hasta la actualidad. Sin embargo, es a finales de la segunda década de
dicho siglo cuando la estructura en el sistema de datación parece mantener una tendencia
general en incluir el orden dd/mm/aaaa. Esta afirmación puede constatarse tras el
vaciado de datos de periódicos hispanos publicados a lo largo del siglo XX23 y del siglo

22
Trudgill (2000) señala que en 1970 las minorías lingüísticas en Estados Unidos eran las siguientes: hispanos (7,9
millones), alemanes (6,2 millones), italianos (4 millones), franceses (2,6 millones), polacos (2,3 millones), Yiddish
(1,5 millones), noruegos (0,6 millones), suecos (0,6 millones, eslovacos (0,5 millones), húngaros (0,5 millones).
23
Los periódicos consultados han sido los siguientes: El Imparcial (Phoenix, 1937-19??), El Imparcial (Phoenix,
1956-19??), El Mensajero (Phoenix, 1925-1945), El Tucsonense (Tucson, 1915-1957), La Crónica (Tucson, 1914-

169
XXI 24 . Por supuesto, la adopción de un sistema fijo de datación depende del
conocimiento de inglés de los responsables del periódico en cuestión o de si se trata de
versiones en español de periódicos angloamericanos (el caso de la versión en español
de Los Ángeles Times, por ejemplo). Es evidente que en una situación de diglosia o de
bilingüismo inestable como la de Estados Unidos, existen hablantes hispanos que son
bilingües en inglés, otros que tienen ciertos conocimientos del inglés como segunda
lengua, pero no llegan a ser bilingües, otros con escasos conocimientos de la segunda
lengua y también muchos otros que siguen siendo monolingües de español. Toda esta
casuística se complica aún más si tenemos en cuenta la variable de la edad (los hablantes
más jóvenes tienen a ser bilingües mientras los más mayores no) y también las
circunstancias sociopolíticas (hay que tener en cuenta el momento de cuando se produjo
la migración de los hablantes o, en el caso concreto del suroeste, el momento en el que
se produjo la invasión y la conversión en Estado oficial estadounidense). Por supuesto,
esto no quita que siga habiendo casos de transferencias interlingüísticas entre ambas
lenguas, pues es inevitable que en una situación de contacto no se produzcan en mayor
o menor grado. En el siglo XX en adelante también se encuentran casos de
transferencias léxicas y morfosintácticas (estas últimas en mayor grado, por lo que nos
da una pista del estadio del contacto es mayor). Sin embargo, estos fenómenos de
transferencia del inglés se corresponden con una tendencia global de contacto que tiene
que ver con la tipología textual ante la que nos encontramos: la periodística. En el
ámbito del periodismo se concede un alto prestigio al inglés, por lo que no es extraño
encontrarnos con casos de transferencias morfosintácticas del inglés en la prensa no solo
hispana en Estados Unidos, sino también en otros países, como en el caso de Italia. La
presencia de anglicismos es particularmente visible en la prensa de este país y, sobre
todo, en la prensa política, por lo que hay autores como Carrera Díaz (2000) que
constatan que el caso del uso masivo de anglicismos en la prensa italiana es un
fenómeno único en el contexto del periodismo europeo. La preferencia en los términos
anglosajones se debe a una cuestión de prestigio, por lo que, en ese sentido, podemos
establecer un parangón con el caso de la prensa hispana de Estados Unidos en el siglo
XIX.

1917), Hispano América (San Francisco, 1917-1934), La Prensa (Los Ángeles, 1912-1924), Diario las Américas
(Miami, 1953-actualidad), El Nuevo Mexicano (Santa Fe, 1890-1958), El Heraldo de Brownsville (Brownsville,
1934-19??), La Prensa (San Antonio, 1913-1962), El Mosquito (19?-19?).
24
Hemos consultado Los Ángeles Times (Los Ángeles, 1881-actualidad), The New York Times (Nueva York, 1851-
actualidad), La Tribuna Hispana (Nueva York, 1988-actualidad).

170
2. Hemos visto que, a tenor de las consideraciones de Kanellos y Martel (2000), la prensa
hispana de los Estados Unidos en el siglo XIX se clasifica en dos grupos: la prensa
inmigrante y la prensa del exilio. Ambos tipos tenían la particularidad de establecer
nexos con los países de origen y ayudar a los hispanohablantes a adaptarse a su nueva
realidad en el país de destino. Además, echando un vistazo a las últimas páginas de estos
periódicos, se observa cómo los inmigrantes hispanos se organizaban en torno a
comunidades en las que la lengua vehicular para todo tipo de actividad diaria (ya fuera
laboral, comercial, doméstica o social) fuera el español, pues se incluían anuncios de
tiendas, hoteles, restaurantes o incluso escuelas y consultas médicas o de abogacía
destinados exclusivamente para los hispanohablantes de aquellas zonas. Vemos que esta
situación no ha cambiado a pesar de la presión del grupo de prestigio angloamericano.
De hecho, autores como Silva-Corvalán (2000) señalan que a finales del siglo XX los
inmigrantes procedentes de distintos países de Hispanoamérica buscaban establecerse
en zonas en las que ya estuviera la presencia hispana con el objetivo de poder seguir
utilizando el español como lengua vehicular en vez de tener que usar el inglés. Por otra
parte, atestigua que la tendencia a mantener el contacto con sus países de origen sigue
estando presente, sobre todo en inmigrantes procedentes de México y Puerto Rico. Estos
datos contribuyen a consolidar el español en Estados Unidos, hasta tal punto que, en
ciudades como Miami, Nueva York, Los Ángeles, San Antonio o Chicago, la presencia
del español se siente a todos los niveles: los medios de comunicación, los anuncios
callejeros, las conversaciones por la calle, en los comercios, restaurantes u hoteles, etc.
3. Hay un continuo crecimiento de la población latina en Estados Unidos. En 1990 la
quinta nación hispanohablante del mundo, tan solo por debajo de México (101.879.170),
de Colombia (40.349.388), de España (40.037.995) y de Argentina (37.384.816). La
inmigración hispana en Estados Unidos ha cogido un ritmo desorbitado en las últimas
décadas, no se había producido algo igual desde la primera década del siglo XX, donde
la media de inmigrantes era de 195.000 por año entre 1921 y 1979. Según autores como
Cancela (2007), por cada minuto entran 2,5 hispanos en Estados Unidos, es decir, un
total de 3.700 personas al día y, casi más de 13 millones al año. Por tanto, no es
peliagudo pensar que las previsiones de autores como López Morales (2011) u Overberg
(2008) sean que se aumente a 132,8 millones de hispanohablantes en el año 2050. Esto
supondría cambios sobresalientes en las políticas del país y, además, Estados Unidos
podría llegar a convertirse en el primer país hispanohablante del mundo, incluso por
encima de México.

171
4. Los medios hispanos de comunicación son cada vez más numerosos. Así, por ejemplo,
en Miami existen más de treinta emisoras de radio y varios canales de televisión que
cuentan con una programación exclusiva en español y también existen dos periódicos
de amplia tirada y más de cinco semanarios escritos íntegramente en español (López
Morales, 2003). Esto también ocurre en mayor o menor grado en ciudades como Nueva
York y Los Ángeles. López Morales (2003) constata además que periódicos como el
Diario Las Américas o El Nuevo Herald, publicados dentro de la comunidad hispánica
miamense, incluyen artículos sobre temas metalingüísticos en los que se condenan las
incorrecciones que se cometen en los medios de comunicación y en la vida diaria que
tienen un gran número de lectores. En la misma línea, la Academia Norteamericana de
la Lengua Española publicó el libro Hablando se entiende la gente (Nueva York, 2010),
en el que se recogen también este tipo de comentarios metalingüísticos con un tono
humorístico con el objetivo de promulgar la corrección y el buen uso del español. En
este sentido, podemos establecer un parangón con la situación que encontramos en el
siglo XIX, pues, como se verá un poco más adelante, ya en ese periodo encontramos
numerosos textos en los que se promulga el buen uso de la lengua española en el país.
Por tanto, vemos que la situación actual a la que se refiere López Morales no es nueva.
Asimismo, hay que tener en cuenta la presencia de grandes empresas multinacionales
como Televisa, que emite una programación por todo el país e incluso por
Hispanoamérica y España. En este sentido, es necesario hacer referencia al estudio de
Pano Alamán (2016) sobre las actitudes lingüísticas hacia el español en Estados Unidos
a través de un corpus de comentarios publicados por latinos en los canales de YouTube
de Telemundo y Univisión. Los resultados obtenidos señalan que las actitudes
lingüísticas expresadas son positivas a la hora de evaluar la variedad hablada por los
protagonistas de los vídeos que, en su mayoría, eran periodistas estadounidenses de
origen hispano y actores estadounidenses angloparlantes. También se observan ciertas
actitudes negativas hacia la imagen de lo hispano que aparece en los vídeos, sobre todo
en lo referente a los programas de entretenimiento de Univisión, pues se da una imagen
estereotipada del colectivo hispano y de su forma de hablar español que contrasta con
la diversidad sociolingüística existente entre las comunidades hispanas de Estados
Unidos. No obstante, esto puede deberse más bien al tipo de programa, pues al ser una
temática de entretenimiento, puede dar lugar a discursos cargados de tópicos y que suele
ir acompañado de un tono humorístico. El estudio también confirma que la identidad
social hispana adquiere significado cuando es comparada con la del grupo

172
angloparlante. En definitiva, el análisis de Pano Alamán (2016) revela la existencia de
una creencia compartida sobre la importancia de preservar el español en el país y sobre
la necesidad de su enseñanza entre los angloparlantes.
5. Autores como Betti (2018), Franco Rodríguez (2008), Escobar y Potowski (2015) o
Silva-Corvalán (1994) han estudiado el paisaje lingüístico de Estados Unidos,
concretamente, el de las ciudades con mayor número de hispanohablantes, como Los
Ángeles, Miami o Nueva York, y demuestran que la lengua española se encuentra
vigente. Es cierto que sigue habiendo casos de transferencias léxicas y morfosintácticas
del inglés, pues reiteramos que es inevitable que en situaciones de contacto no haya,
aunque sea una mínima influencia de las lenguas que conviven en un territorio. Sin
embargo, la influencia del inglés no ha provocado que el español pierda fuerza, sino
todo lo contrario, pues autores como Franco Rodríguez (2008) atestiguan que el español
tiene una utilidad pública incuestionable en las zonas urbanas de Los Ángeles y de
Miami. Este mismo autor señala que el bilingüismo suele ser la opción más favorecida,
pero que en ciertas zonas de Miami se prefiere la distinción entre el español y el inglés,
un hecho que para el autor es reflejo de un mayor conocimiento metalingüístico de
ambas lenguas, como así lo demuestran los datos, pues en LA solo el 6,8% de los
hispanos posee estudios superiores, mientras que en Miami es el 18,1%, tal y como
aparece en el U.S. Census Bureau en el año 2000 (Franco Rodríguez, 2008).
6. En el ámbito político, se ha incorporado el español como lengua en las campañas de los
candidatos a la presidencia en numerosas ocasiones y esto no ha ocurrido con otras
lenguas habladas en Estados Unidos, como el italiano (que cuenta con una importante
colonia en el país) u otras lenguas indígenas. Al contrario, el contacto con estas lenguas
es casi inexistente. De hecho, López Morales (2011) constata que en las dos últimas
campañas políticas para la presidencia del país había páginas electrónicas en español e
incluso en los discursos públicos de los candidatos había fragmentos íntegramente en
español. Incluso existe documentación oficial en español, sobre todo en estados como
Nuevo México. Por último, en los últimos años se han llegado a crear versiones en
español de páginas webs de conocidas instituciones estadounidenses, como la Biblioteca
Pública de Nueva York.
7. Ciudades como Miami presentan un grado de aculturación lingüística al inglés muy
bajo, por lo que López Morales (2011) afirma que en el condado de Miami-Dado, que
oficialmente es bilingüe y bicultural, se puede comprar una casa o un coche, realizar
consultas médicas o jurídicas únicamente usando el español como lengua vehicular.

173
8. El español tiene un innegable valor como lengua vehicular en el nivel local e
internacional y una gran utilidad económica. Esto último se comprueba actualmente en
el ámbito del turismo: el conocimiento del español es un requisito para poder ser
contratado en dicho ámbito, pues Estados Unidos cuenta con muchos puntos clave de
atractivo para el público hispanohablante. Esta situación tampoco es nueva, pues ya en
el siglo XIX el español era reconocido como lengua vehicular y con gran proyección
socioeconómica por parte incluso de los angloparlantes, pues veían en Hispanoamérica
un nuevo mercado de oportunidades económicas y políticas.
9. El español se ha convertido en la lengua más estudiada en las universidades
norteamericanas con 850.000 matrículas al año. A este respecto, se encuentran
numerosas opiniones de periodistas estadounidenses, como la de Nicholas D. Kristoff
(editorialista del New York Times) que alaban el valor del español como instrumento
para la vida diaria del país. De hecho, en la actualidad los hablantes bilingües de inglés
y español tienen mayores oportunidades laborales y obtienen mayores sueldos que
aquellos que son monolingües en inglés. Asimismo, han aumentado los intercambios
internacionales universitarios con España e Hispanoamérica, por lo que los
angloamericanos están teniendo acceso directo a la cultura hispánica. Esta situación se
correlaciona con la que encontramos en el siglo XIX, pues encontramos numerosas
referencias en los periódicos hispanos y angloamericanos a la importancia del español
como lengua vehicular a nivel internacional y en el plano de los negocios, hasta el punto
de que se cuestionó la valía del español como lengua franca a nivel internacional, tal y
como ya se constata en García Caba (2021a; 2021b).
Todos estos datos corroboran la hipótesis anteriormente expuesta, por lo que es evidente que el
español no es una lengua minoritaria en Estados Unidos y, si alguna vez lo fue, se reducía tan
solo a ámbitos muy específicos, como su uso como lengua vehicular en el sistema educativo y
a nivel gubernamental. Además, basta con comparar la situación del español en Estados Unidos
con la de otras lenguas como el italiano, el Yiddish, el alemán o el francés, para darnos cuenta
de que el español está lejos de ser considerado lengua minoritaria. No solo hablamos
porcentajes de población, sino que también de la aparición de estas lenguas en ámbitos como
los medios de comunicación, pues el resto de lenguas no están representadas en los medios.
Tampoco vemos en el paisaje lingüístico muestras de estas lenguas ni existe documentación
oficial en ningún estado en estas lenguas. Igualmente, podemos comparar la situación del
español en Estados Unidos con la situación en otros territorios como Gibraltar, Filipinas, Guam

174
o las islas Marianas del Norte, territorios en los que el español sí constituye una lengua
minoritaria e incluso residual, tal y como veremos en los siguientes apartados.

8.2.El contacto lingüístico entre el inglés y el español en los Estados Unidos:


comparación con otras situaciones de contacto
Acabamos de ver cómo la situación de contacto lingüístico que se observa en los periódicos
hispanos de la segunda mitad del siglo XIX coincide con lo que ocurre con otras lenguas en
contacto (emparentadas o no) en distintos periodos y lugares de la historia. No obstante, es
necesario analizar lo que ocurre con otras situaciones de contacto en las que el inglés y el
español también están en contacto, como pueden ser los casos de Gibraltar, Puerto Rico,
Filipinas, Guam o las islas Marianas del Norte. El análisis de dichas situaciones de contacto
lingüístico nos permite entender si lo que ocurre con el contacto en los periódicos hispanos no
es un caso aislado o no.

8.2.1. El contacto entre el inglés y el español en Gibraltar


El contacto entre el inglés y el español que se da en Gibraltar y por extensión, en las zonas
colindantes del Campo de Gibraltar como La Línea, San Roque o Algeciras, motivó la
transferencia interlingüística a nivel léxico con préstamos como los siguientes: mesita de vestir
(dressing table), pasar un examen (pass an exam), tener uindi (to get the wind, tener miedo),
darse un uashi (to go for a wash), nitin (knitting, hacer calceta), rolipó (lollipop, piruleta),
carne con bí (corned beef, lata de carne en conserva), likirbá (liquorice bar, barrita de regaliz),
leggings (pantalón ajustado de licra), babi (vestido que llevan los bebés), yersi (jersey), etc.
Como vemos, estos préstamos léxicos ya han sufrido adaptaciones fonológicas, fonéticas y
morfológicas al español, por lo que en la clasificación tradicional de Haugen (1950) estaríamos
ante casos de préstamos con sustitución morfémica e importación (loanblends). Por tanto, estas
transferencias léxicas denotan un estadio mucho más avanzado en el contacto lingüístico entre
el inglés y el español del que vemos en los periódicos hispanos que hemos analizado, que se
incorporan a la lengua española sin ningún tipo de adaptación, como en los casos que veíamos
de meeting, bill, politician o reporter. No obstante, los datos que pueden extraerse de esta
situación en el Campo de Gibraltar contribuye a comprender la evolución que sigue el contacto
lingüístico entre ambos idiomas. De esta forma, vemos que Poplack y Sankoff (1980) atestiguan
que en el español de los puertorriqueños de Nueva York en el siglo XX se incorporan los
préstamos léxicos del inglés hispanizados en los que no se producen alteraciones en los procesos

175
fonológicos, por lo siguen siendo reconocibles como ajenos al español. Estos mismos autores
(1984) establecen que la integración de términos ingleses en el español de los puertorriqueños
de Nueva York tiene lugar de forma gradual a través de cuatro parámetros: la frecuencia de uso,
el desplazamiento de los sinónimos nativos, la integración gramatical y la aceptación par parte
de los hablantes. Esto es lo mismo que Fernández Martín (2000) confirma en el caso de las
«yanitadas», que se castellanizan e incluso se adaptan al sistema fonológico andaluz, pero que
siguen siendo casos de anglicismos léxicos patentes porque se identifican claramente como
palabras inglesas ajenas al sistema lingüístico del español. Una diferencia que encontramos con
el trasvase léxico del inglés al español de Estados Unidos es que, mientras en el primer caso los
campos léxico-semánticos afectados se corresponden con los ámbitos de la economía, la
política o los negocios, en el caso de Gibraltar los campos léxico-semántico afectados son
aquellos que se relacionan con la vida cotidiana, como la moda, la alimentación o situaciones
de la vida cotidiana. Esto se debe a factores extralingüísticos relacionados con el prestigio que
reciben las lenguas implicadas en el contacto y la actitud de los hablantes hacia cada una de
ellas, así como la temporalidad en la que tiene lugar el cambio lingüístico. Tanto en el caso de
Estados Unidos como de Gibraltar coincide que la lengua de mayor prestigio es el inglés y es
además la oficial en el nivel institucional. Por tanto, no es extraño que se trasvasen términos
del inglés en las áreas de la vida en la que se utiliza como lengua vehicular. No obstante, en el
caso de Gibraltar, es necesario tener en cuenta que los términos que se incorporan a la variedad
de español de los hablantes de la zona son préstamos culturales que se introducen porque hacen
referencia a realidades desconocidas por esos hablantes.
Una diferencia que encontramos entre ambas situaciones de contacto es la
direccionalidad del cambio: mientras que en el caso de Estados Unidos la direccionalidad es
doble (del inglés al español y viceversa), en el caso de Gibraltar se da tan solo del inglés al
español; por tanto, no es de extrañar que dicha lengua se encuentre en situación de total
inferioridad respecto del inglés, tanto en el nivel institucional o académico como en el nivel
social, cultural e incluso actitudinal. No obstante, en un estudio sobre la situación de contacto
en Gibraltar realizado por Lipski (1986) se afirma que el español no es una lengua de un grupo
oprimido, tal y como sí ocurre en ciertas zonas de Estados Unidos, pues se constata que los
gibraltareños descienden de británicos y españoles emigrados a Gibraltar por voluntad propia.
Otra similitud que este autor encuentra entre ambas situaciones de contacto es el paralelismo
entre el bilingüismo gibraltareño y el anglohispánico estadounidense. En ambas situaciones, es
cierto que el inglés es el idioma oficial y de mayor prestigio y también es verdad que el
bilingüismo da lugar a los mismos tipos de fenómenos, como el code-switching, los calcos

176
semánticos o los préstamos léxicos. Lipski (1986) señala que la diferencia se encuentra en el
hecho de que los gibraltareños hablan el inglés y el español por voluntad propia en vez de por
coacción y que prefieren, en palabras del propio autor, «el más difícil camino de la
comunicación en inglés por razones enteramente extralingüísticas» (1986: 426). No podemos
estar de acuerdo con las afirmaciones realizadas por Lipski, pues existen datos empíricos que
demuestran que el inglés sí se habla por coacción y por claros motivos extralingüísticos y que
el español (ya en esa época desde la que Lipski realiza su estudio) está en camino de convertirse
en una lengua minoritaria (aunque no llegue nunca a desaparecer) en Gibraltar.
En primer lugar, es necesario hacer mención al progresivo cambio en el sistema
educativo público de Gibraltar que favoreció al inglés por encima del español, pues se impuso
un sistema educativo basado en el modelo británico (Education Code) en 1880. Aunque el
abandono del uso del español fue progresivo, ya en el siglo XX la hegemonía del inglés en el
ámbito institucional y educativo fue total, quedando el español relegado al uso cotidiano y
familiar (Travero, 1980; Kramer, 1986; Archer y Traverso, 2004). También es necesario hacer
mención a ciertos factores sociopolíticos que motivaron cambios actitudinales hacia el español
por parte de los gibraltareños. Uno de ellos es la situación de evacuación a territorios
angloparlantes que los gibraltareños experimentaron como consecuencia de la Segunda Guerra
Mundial: las mujeres y los niños fueron enviados a lugares como Londres, Madeira o Jamaica,
donde experimentaron una conversión total hacia la lengua y la cultura británicas. Por tanto,
esto supuso un cambio drástico de su modo de vida al volver al Peñón. El otro factor es el cierre
de la Verja en 1969: el gobierno de Franco decidió cerrar la frontera entre España y Gibraltar y
este último territorio queda aislado hasta la reapertura de la Verja en 1982. Por tanto, esta
situación de aislamiento provocó un cambio actitudinal hacia lo español y se desarrolló un
sentimiento de identidad local antes inexistente en el Peñón, motivado, en parte, por ese
sentimiento de rechazo hacia lo español (Oda-Ángel, 1998). En cambio, el elemento británico
en el Peñón se vio reforzado, pues gracias a Gran Bretaña los gibraltareños pudieron obtener
recursos en esa situación de aislamiento. Desde aquellos momentos, los habitantes de Gibraltar
han desarrollado un sentimiento pro-británico exacerbado para demostrar sus diferencias con
respecto al territorio vecino español. Por tanto, las nuevas generaciones de gibraltareños han
ido favoreciendo el uso del inglés por encima del español. De hecho, autores como Kellerman
(2001: 91-93) o Levey (2008: 58) constatan que en las últimas décadas se aprecia un incremento
del uso del inglés en situaciones inter-parentales entre los jóvenes gibraltareños, sobre todo
entre los preadolescentes (9-12 años) masculinos, por motivos de prestigio social y lingüístico.
Estos mismos autores establecen un patrón diacrónico que condensa la situación lingüística de

177
Gibraltar. A comienzos del siglo XX, la lengua vehicular de las primeras generaciones era
claramente el español y el conocimiento del inglés era muy reducido, pero la imposición del
inglés a nivel oficial fue lo suficientemente rápida como para que las segundas generaciones lo
tuvieran como lengua vehicular una variedad de code-switching entre el inglés y el español, es
decir, el yanito. El conocimiento de inglés de las terceras generaciones es mucho más alto y en
la comunicación entre iguales suele ser en inglés. Por tanto, el inglés pasa de ser una lengua
formal a una lengua vehicular en la comunicación informal entre los gibraltareños. En la última
etapa de este patrón diacrónico, es decir, las cuartas generaciones, se observa una tendencia
general al uso del inglés sobre el español y el yanito. Esto es particularmente visible en el ámbito
doméstico. Esta situación se acelera por la presión política y sociológica y por una mayor
exposición al inglés. Por tanto, estos autores no dudan en afirmar que el inglés se está
convirtiendo en la primera lengua de los gibraltareños, una situación lingüística que da lugar a
una nueva variedad de inglés, que Levey (2008) denomina Gibraltarian English.
Es cierto que esta lengua no ha desaparecido por completo y quizás no llegue a
desaparecer nunca, pero los motivos de su mantenimiento se reducen simplemente a una
cuestión de necesidad comunicativa por la cercanía geográfica con España y por cuestiones
laborales: son muchos los españoles que se desplazan a Gibraltar cada día para trabajar, por lo
que el contacto se mantiene activo en todo momento. En este sentido, Said-Mohand (2010)
establece que los jóvenes gibraltareños tienen actitudes positivas ante el fenómeno del
bilingüismo entre ambas lenguas, pero no las tienen tanto al hecho de que el español pueda
sustituir al inglés. Por tanto, vemos que la diferencia siempre es una cuestión de prestigio: el
español sigue siendo una lengua que los gibraltareños relacionan con opresión política, por lo
que es imposible que su estatus esté equiparado al que el inglés recibe en el Peñón. Tras la
exposición de estos datos, podemos refutar la afirmación de Lipski y decir que el español sí es
una lengua oprimida en Gibraltar.

8.2.2. El Spanglish y el englañol en Puerto Rico


En el caso de Puerto Rico, el contacto entre el inglés y el español empezó a principios del siglo
XX y a lo largo del siglo y del siguiente se registran diferentes variedades híbridas de español
de Puerto Rico e inglés americano que se usan frecuentemente en las zonas metropolitanas de
la isla. La más conocida de esas variedades es el Spanglish, en la que el inglés es la lengua que
influye en el español. Por tanto, se observa la misma direccionalidad en el cambio y en el
contacto que en los casos anteriores. En términos de Winford (2005), estamos ante una situación
de adopción en la que el inglés es la lengua fuente (source language) y el español la lengua
178
receptora (recipient language); es decir, la direccionalidad del cambio sería de la L2 (inglés) →
L1 (español) (Heine y Kuteva, 2005). No obstante, en Puerto Rico observamos también que la
direccionalidad del contacto y del cambio es opuesta: de la L1 (español) a la L2 (inglés), que
tradicionalmente se conoce como englañol (Nash, 1970). Es decir, que la influencia en este caso
sería la del sustrato y estaríamos ante una situación de contacto por imposición, en la que las
transferencias léxicas son minoritarias y las sintácticas, mayoritarias. Esta última variedad
lingüística es tan vital como el Spanglish en el plano económico y cultural de la isla. El perfil
de los hablantes de englañol se corresponde con el de una persona adulta, educada y bilingüe,
cuya primera lengua es el español y que ha residido en la isla casi toda su vida. Ha estudiado
inglés en la escuela durante al menos doce años y lo usa con frecuencia en su vida diaria, por
lo que suele tener fluidez en dicho idioma.
A nivel léxico, vemos que el englañol incorpora préstamos del español que son falsos
cognados, traducciones literales de expresiones idiomáticas o palabras acuñadas de términos
ingleses, como, por ejemplo: She was molested (molesta, annoyed), My skin is very sensible
(sensible, sensitive), I like to use (usar, wear) pants, etc. La direccionalidad de la incorporación
de falsos cognados es doble, por lo que ocurre tanto en spanglish como en englañol. Las
diferencias más salientes entre el spanglish y el englañol se encuentran en el cambio de código
en el léxico. Por ejemplo, se observan casos de oraciones que comienzan en español pero que
incluyen luego palabras en inglés que son más familiares para los hablantes:

Se solicitan 2 clerk typists. (classified advertisement)


2 huevos plain. (menu listing)
Abierto 24 hours. (sign on a coffee shop) (citado en Nash, 1970: 107)

También se da el caso contrario, oraciones que comienzan en inglés y cambian al español:

Make big dinero.


He has that special manera de ser. (citado en Nash, 1970: 107)

En el nivel morfosintáctico, se produce la transferencia de las categorías flexivas, el orden de


palabras y los patrones de uso. Uno de las diferencias más obvias sobre la flexión entre el
Standard English y el englañol la tenemos en los nombres compuestos derivados de
construcciones que contienen un sustantivo plural que cambia a compuesto por la posición de
sustantivo modificador que en otros casos la ocupa un adjetivo, como, por ejemplo, en a pie
made of cherries: cherry pie, que, en la lógica del español nos referimos a una tarta que está

179
hecha de tan solo una cereza. En el englañol la flexión del plural se retiene y esto da lugar a
construcciones como cherries pie (pastel de cerezas); salads dressing (salsa para ensaladas);
mushrooms gravy (salsa de hongos); customers parking (parking para clientes); garbages area
(area de desperdicios); children discipline (disciplina de los niños), etc. También hay
construcciones que inusuales en el Standard English, como systems analysis, earnings history,
operations manager, sales department, innovations committee, etc. Otro caso de transferencia
morfosintáctica la encontramos en el uso del artículo definido tal y como ocurre en español: I
hope this has the acceptance (la aceptación) from all of you; The French (el francés) is a
beautiful language, etc. En el orden de palabras también se produce la transferencia
interlingüística del español, por lo que tenemos casos en los que la posición del adverbio y de
sintagmas adverbiales en oraciones que contienen verbos transitivos y objetos directos. En
español, los modificadores verbales se encuentran entre los verbos y los objetos directos,
mientras que en inglés se colocan delante del verbo o después del objeto directo. Así que el
englañol toma la estructura del español, dando lugar a ejemplos como This affects directly muy
work (Esto afecta directamente mi trabajo).
En este sentido, vemos que, aunque haya bastantes diferencias en el contacto y, sobre
todo en el estadio del contacto en el que se encuentra el englañol o el Spanglish en Puerto Rico,
podemos establecer un parangón con lo que ocurre con el contacto entre el inglés y el español
en los periódicos hispanos. Estas similitudes se basan sobre todo en cuestiones extralingüísticas.
Hemos visto que el perfil de los hablantes de englañol es de individuos de alto nivel educativo
que tienen como L1 el español y que han aprendido el inglés durante muchos años. La
direccionalidad del contacto, por tanto, es la misma que en el caso que aquí nos atañe. Ambos
casos comparten similitudes también en cuestiones actitudinales y de prestigio hacia la lengua
fuente, es decir, el inglés. A pesar de que nos encontramos en estadios diferentes del contacto,
vemos que los préstamos léxicos que se introducen en el englañol no experimentan ningún tipo
de adaptación fonológica o morfológica, sino que son importados en el englañol como sus
modelos en inglés o en español.

8.2.3. El español como lengua residual o vestigial en Filipinas, Guam y las islas
Marianas del Norte
También es necesario ilustrar el caso del contacto entre el inglés y el español en Filipinas, pues
constituye un caso paradigmático para explicar cuestiones relacionadas con el estatus del inglés
y el español y el prestigio que cada una de estas lenguas irradian a nivel estatal en un territorio.

180
La situación lingüística de Filipinas es complicada, pues el inglés y el español (en su momento)
conviven con el filipino o tagalo y la lengua malaya. El español en Filipinas es una lengua
residual, pues tan solo quedan restos anecdóticos tras la oficialización de inglés en el territorio
después de la colonización cultural y económica por parte de Estados Unidos desde 1898. Desde
entonces el inglés se convirtió en la lengua oficial en el sistema educativo y con el tiempo se
ha convertido en la lengua de uso formal y coloquial, pues incluso llega a usarse en el ámbito
familiar. Por el contrario, el español cayó en desuso prácticamente desde principios del siglo
XX. La política lingüística impuesta por el gobierno estadounidense en Filipinas prohibió el
uso del español como lengua de instrucción en el sistema educativo público (Argüelles, 1964:
283) a favor del inglés como única lengua común. El inglés se vincula con el progreso científico
y tecnológico y con la comunicación internacional, el tagalo era la lengua que representaba la
identidad nacional y el español representa el vínculo con el pasado, pues era la lengua en la que
se escribieron los textos fundacionales. El español solo se ha conservado como símbolo de
distinción y de prestigio social, pues tan solo una élite hispanizada local continúa hablándolo y
transmitiéndolo entre sus familias.
El motivo por el que el inglés se convirtió en lengua oficial en todos los ámbitos de la
sociedad filipina tiene mucho que ver con el éxito de la política lingüística impuesta por Estados
Unidos y también a las posibilidades económicas y sociales que su aprendizaje suponía. El
inglés es la lengua que se utiliza en el ámbito gubernamental, en la industria, los negocios, la
tecnología y en la enseñanza. El filipino, por su parte, se utiliza por motivos diferentes, pues se
relaciona, como hemos dicho, con la identidad y el patriotismo. De esta forma, los filipinos
están obligados o se ven en la necesidad de aprender las dos lenguas y ser bilingües tanto para
poder promocionar en el ámbito laboral, económico y social, como para poder conservar su
identidad y herencia nacional. Esto es lo mismo que ocurre en el caso que aquí nos atañe: los
hispanos del siglo XIX en Estados Unidos se ven en la necesidad de aprender inglés para poder
prosperar económica y socialmente en el país en el que residen, pero, por otra parte, sienten la
necesidad de conservar su idioma como símbolo de su identidad. De hecho, los periódicos que
analizamos tenían como una de sus funciones el mantenimiento y la difusión de la lengua
española en el territorio estadounidense. Como veremos en secciones posteriores, este objetivo
se cumple con creces.
En el caso del español en Filipinas, nos encontramos con una situación radicalmente
distinta. Esta lengua no triunfa en la isla porque, según Lipski (2001), se relaciona con la
esclavitud y la opresión ejercida por el gobierno español hasta mediados del siglo XX. Los
pocos hispanohablantes que habitan en Filipinas tienen una actitud negativa hacia el tagalo,

181
porque esta ha sustituido al español como lengua nacional y su concepción del resto de lenguas
filipinas también es negativa, por lo que una gran mayoría ha optado por aprender el inglés
(Lipski, 2001: 5). En este sentido, volvemos a no poder estar de acuerdo con las afirmaciones
de Lipski, porque si el inglés ha conseguido establecerse de forma oficial en Filipinas ha sido a
costa de la supresión de una lengua como el español en el ámbito educativo, político e
institucional a favor de la oficialización del inglés como lengua de prestigio y lengua vehicular
en todos estos ámbitos. Asistimos entonces a una situación en la que se eliminado una lengua a
costa del privilegio hacia otra, por lo que sería un caso equiparable a la opresión que lo español
realizó en la isla, e incluso peor, pues el español no llegó a sustituir a ninguna lengua, sino que
coexistió con las lenguas autóctonas de Filipinas, que desembocó a situaciones de contacto
entre ambas, como el chabacano.
El chabacano, una lengua criolla de base hispano-filipina. Esta lengua criolla es la única
de base española en Asia. A nivel léxico, destaca la presencia de términos españoles de
connotación rústica o vulgar, tales como pescuezo («cuello»), barriga, miá («mear»), parí
(«parir»), etc. Vemos diferencias en el trasvase léxico que tiene lugar en la situación de contacto
de los periódicos hispanos, pues los campos léxico-semánticos no pertenecen a ámbitos
institucionales, administrativos o económicos, como sí ocurre en los Estados Unidos. Esto se
debe principalmente a una cuestión actitudinal y de prestigio: al ser la lengua española una
lengua vestigial y que genera actitudes negativas entre los filipinos, su influencia no puede
hacer mella en áreas de la vida en la que se presupone una situación económica elevada y de
cierto prestigio social.
La situación lingüística de Guam y la de las islas Marianas del Norte es parecida a la de
Filipinas. En estos casos, se da el contacto entre el inglés, el español y el chamorro. Guam pasó
a estar bajo el control del gobierno estadounidense desde 1898, por lo que el inglés se convirtió
en la lengua oficial junto con el chamorro. Pero la situación lingüística es aún más complicada,
pues además de estas lenguas mayoritarias, también se hablan otras lenguas autóctonas de raíces
asiáticas, por lo que el inglés se ha convertido en la lengua vehicular de comunicación en todo
ese entramado multicultural y multilingüístico. En el caso de las islas Marianas, las lenguas
secundarias son micronesias, pero también se adopta el inglés como lengua vehicular. La
influencia estadounidense en Guam es mayor a la que existe en Filipinas, por eso existe una
situación de diglosia entre el inglés y el chamorro, en la que el inglés se sitúa como variedad
alta, como lengua institucional, administrativa, de enseñanza y para los medios de
comunicación, mientras que el chamorro constituye la variedad baja, usada para el ámbito
familiar y las relaciones coloquiales. El prestigio del inglés se debe a una política lingüística

182
favorable por parte de Estados Unidos y a las actitudes positivas que la población autóctona
tiene hacia dicha lengua. También se trata de una situación generacional, pues los más jóvenes
tienen el inglés como primera y, a veces, como única lengua (Albalá y Rodríguez Ponga, 1986:
22-23). En cuanto al español, la situación se vuelve más dramática, pues la población
hispanohablante supone tan solo un 0,5% sobre el total (Otero, 2005). En el caso de las islas
Marianas del Norte, sí existe una situación de bilingüismo estable y equilibrado entre el inglés
y el chamorro. En este territorio la primera lengua oficial es el chamorro y se usa en los actos
políticos, sociales y religiosos. No obstante, el inglés se usa en el plano escrito en la
Administración y sigue siendo la de mayor prestigio.
En cuanto al español en las islas Marianas del Norte, la situación sigue siendo de una
lengua vestigial y residual. Esta lengua llegó a través de españoles y mexicanos, por lo que el
chamorro incorpora rasgos fonéticos, léxicos y morfosintácticos americanos (Albalá y
Rodríguez Ponga, 1986: 31). Por tanto, de nuevo podemos establecer un parangón con la
situación de contacto que se da entre otras lenguas, en la que los elementos más comunes y
propicios al contacto son precisamente los mismos que se incorporan al chamorro desde el
español. Durante el periodo de dominación española en las islas, la relación entre el español y
el chamorro era diglósica: el español era la lengua administrativa y la usada en el sistema
educativo y en la iglesia católica, mientras que el chamorro se reducía al ámbito familiar
(Munteanu, 2003: 747). Tras la Guerra del Pacífico y la imposición del gobierno estadounidense
en las islas, el estatus del español se pierde a favor del inglés. El chamorro constituye un caso
de «intertwined language» (Bakker, 2003), pues toman prestado gran cantidad de léxico de otra
lengua, en este caso el español, pero mantienen sustancialmente parte de su propio léxico,
incluyendo vocabulario básico.
Las situaciones de contacto lingüístico expuestas en esta sección tienen en común el hecho
de que, exceptuando el caso de Puerto Rico donde se mantiene con fuerza al ser la lengua oficial,
el español sea la variedad baja y de menor prestigio, por debajo del inglés. Hemos visto cómo
en Gibraltar, Filipinas, Guam y las islas Marianas llega convertirse incluso en una lengua
residual. Es necesario plantearse entonces la siguiente pregunta: ¿por qué no ocurre lo mismo
con el español en Estados Unidos y en Puerto Rico y consigue mantenerse e incluso ganar
mucha más fuerza que el inglés en ciertos casos? La respuesta la tenemos al analizar las
variables sociolingüísticas, geográficas, histórico-sociales y políticas que son los factores por
los que podemos entender el estatus del español en el siglo XIX y la evolución que dicha lengua
toma a lo largo de la historia hasta la actualidad. No obstante, también es necesario tener en
cuenta criterios puramente lingüísticos que tienen que ver sobre todo con la situación diglósica

183
o bilingüe de los Estados Unidos (y que también vemos en el caso de Puerto Rico), que es esa
doble direccionalidad en el cambio y el contacto entre ambas lenguas. De acuerdo con Winford
(2005), la influencia del inglés sobre el español constituye un caso de préstamo, es decir, de
agentividad del hablante de la lengua receptora, es decir, la dirección del contacto es del inglés,
la source language y en este caso la L2, al español, la recipient language, en este caso, la L1.
Pero también nos encontramos con la dirección contraria: del español (L1) al inglés (L2), es
decir, un caso de imposición, en el que es la agentividad del hablante de la SL. De hecho, vemos
que la lengua española ha sido una influencia importante en el léxico del inglés durante casi
quinientos años, especialmente en la variedad americana. El siglo diecinueve fue el más
productivo en la historia de los préstamos del español al inglés. Casi un 46% de los préstamos
que se utilizan en la actualidad fueron introducidos en el siglo XIX. Este incremento de los
préstamos tuvo lugar por la situación de contacto lingüístico entre el inglés y el español en el
suroeste americano. Mientras que los préstamos anteriores al siglo XIX provenían de España,
los decimonónicos y posteriores provenían del español americano. La historia de los préstamos
del español está relacionada por tanto con la importancia de la expansión hispana y
estadounidense en América. Los préstamos del español que se introdujeron en el inglés
provienen de los siguientes campos léxico-semánticos: animales (caribe, coyote, lobo, burro),
plantas y comida (alfalfa, madroño, roble, piñón, pimiento), cocina (Cuba libre, gazpacho,
tequila, chorizo, enchilada, manzanilla), tabaco y drogas (cigarrillo, Havana, perceto,
marijuana), enfermedades (dengue, pinta), humanos (amigo, compadre, Negrito, señorita,
simpatico, paisano, muchacho, muchacha), lugares (Aymara, Filipino, Dominican, Madrileño,
Moro, Quechua, Yuma, Yaqui, gringo), arquitectura, edificios y construcciones (barrio, bodega,
cafeteria, pueblo, cantina, parador, paseo), gobierno (camarilla, caudillo, pronunciamento),
ejército (conquistador, guerrilla), crimen y castigo (contrabandista, vigilante), ropa y
cosméticos (máscara, serape, zamarra), meteorología, minerales, topografía (arroyo, caldera,
campo, cuesta, canyon, hornito, playa), viajes (breaker), entretenimiento (corrida, fiesta,
flamenco, habanera, pelota, tango), dinero (boliviano, duro, escudo, dinero, peseta),
agricultura (acequia, ejido, silo), ganadería (aparejo, bolas, gaucho, rancho, vaquero, rodeo),
otros artefactos (chicle), miscelánea (bonanza, caramba, mañana, tilde).

8.3.El contacto lingüístico entre el inglés y el español en los Estados Unidos: el


Suroeste vs. en Nueva York
La situación de contacto entre el inglés y el español en los Estados Unidos puede describirse
como una situación de bilingüismo inestable (en inglés, unstable bilingualism) (Winford, 2013),
184
pues tenemos un grupo minoritario (al menos minoritario en términos de prestigio y poder
socioeconómico en el siglo XIX), el hispano, que continúa preservando su lengua ancestral a
pesar de la presión existente para cambiar a la lengua socialmente dominante, es decir, el inglés.
Loveday (1996: 20) denomina esta situación como bounded o subordinate bilingualism, en el
que hay más o menos contacto entre un grupo dominante y una minoría lingüística. Este tipo
de contacto puede tener lugar por motivos de migración, invasión o conquista militar, el
rediseño de las fronteras nacionales o el establecimiento de un contacto intergrupal por motivos
de comercio, matrimonio, etc. Según Lewis (1978), algunos de los factores asociados a estos
tipos de contexto son los siguientes: el aislamiento geográfico (como sucede en el caso de los
hablantes de gaélico en los Scottish Highlands), la segregación urbana (como los hispanos en
los Estados Unidos), la persistencia de los enclaves de minorías étnicas (los vascos en el sur de
Francia) y una tradición de contacto cultural limitado (los holandeses en Pennsylvania, Estados
Unidos). En este tipo de situaciones, la lengua ancestral del grupo minoritario recibe la intensa
influencia de la lengua del grupo dominante socialmente. En las primeras etapas de dicho
contacto, la influencia puede restringirse a los préstamos léxicos en la lengua minoritaria, que
es justamente la etapa en la que se encuentra el contacto entre el inglés y el español en los
periódicos hispanos que analizamos. En etapas posteriores, los grupos minoritarios pueden
convertirse en bilingües o incluso monolingües (si hablamos de las generaciones más jóvenes),
tal y como ocurre en los últimos años del siglo XIX, pues se ven numerosas referencias en los
periódicos a la situación de bilingüismo de las generaciones jóvenes, sobre todo en el territorio
de Nuevo México. Un hecho que, por supuesto, es criticado por parte de los editores de los
periódicos, tal y como veremos en apartados posteriores en los que analizaremos las actitudes
y las ideologías que surgen en estos contextos de contacto lingüístico. La gran intensidad del
contacto durante la etapa de bilingüismo y de cambio y la asimetría en el poder y el prestigio
de las lenguas implicadas, provoca el incremento de la influencia estructural de la lengua
dominante en la lengua ancestral o subordinada.
El caso de la comunidad hispanohablante en Estados Unidos no es aislado, pues vemos
numerosas situaciones en las que comunidades minoritarias han podido preservar su lengua, al
menos, durante ciertos periodos de la historia. Es el caso de las comunidades griegas en Asia
Menor, que han podido preservar su lengua e incluso resistir ante cualquier tipo de transferencia
durante largos periodos de tiempo. Sin embargo, la presión de acomodarse a la comunidad
dominante (en este caso, la turca) y los cambios lingüísticos que sobrevienen pueden tener
serias consecuencias en la lengua minoritaria, como las interferencias estructurales desde la
lengua mayoritaria, la atricción lingüística e incluso la extinción de la lengua (que

185
evidentemente no es el caso del español en los Estados Unidos). La transferencia de estructura
abstracta en estas situaciones puede involucrar a la agentividad de los hablantes bilingües, que
se vuelven cada vez más eficientes en la lengua dominante, pues es la fuente de las innovaciones
estructurales (Thomason y Kaufman, 1988: 218). Por supuesto, este hecho requiere evidencia
suficiente de la naturaleza del contexto en sí.
Las áreas analizadas se corresponden con el Suroeste de los Estados Unidos (en
concreto, los territorios de California, Nuevo México y Texas) y la ciudad de Nueva York. Se
pueden establecer similitudes y diferencias en los rasgos interlingüísticos que encontramos en
cada uno de los periódicos analizados. Las similitudes responden a factores estructurales de la
lengua y a ciertos factores extralingüísticos. Los factores estructurales los hemos comentado en
la sección anterior y es que la situación de contacto lingüístico entre el inglés y el español de
los periódicos hispanos responde a una serie de patrones universales que se dan en otras
situaciones de lenguas en contacto, ya estén estas emparentadas o no, como la mayor
prestabilidad del dominio léxico. Los factores extralingüísticos se adhieren a cuestiones
actitudinales y de prestigio sociolingüístico, como son los campos léxico-semánticos en los que
se vierten un mayor número de préstamos léxicos o el hecho de que un préstamo sustituya o
coexista con el término de la lengua receptora. Estas son algunas de las similitudes que hemos
encontrado en los periódicos analizados, pero también se observan diferencias a un nivel interno
entre cada una de estas áreas. Estas diferencias sí que están motivadas por cuestiones
extralingüísticas, como veremos a continuación.
En el plano léxico, hemos visto que los préstamos que se incorporan a la lengua
pertenecen principalmente a los mismos campos léxico-semánticos en todos los periódicos,
independientemente de la zona geográfica, origen del emisor, etc. Las únicas diferencias que se
encuentran en esta zona es que hay un mayor número de préstamos léxicos que han sufrido
cambios fonéticos y morfológicos y un mayor número de transferencias morfosintácticas, por
lo que se encuentran en un estadio del contacto más avanzado que el resto. Esta diferencia en
el estadio del contacto no solo se aplica a la zona geográfica, sino que en un mismo territorio
podemos tener individuos que ostentan un estadio mayor o menor en el contacto con la otra
lengua. Esto se explica por una serie de factores extralingüísticos que expondremos a
continuación.
Los factores extralingüísticos tienen lugar por el contacto del sistema lingüístico con el
mundo exterior, de la familiaridad de ciertos individuos con el código y del valor simbólico y
las emociones que el sistema puede evocar (Gómez Molina, 1986: 50). Algunos ejemplos de la
acción de los factores extralingüísticos en el contacto de lenguas son los siguientes: Lewis

186
(1972: 340) ha demostrado que el papel que las migraciones masivas tuvo en la URSS provocó
múltiples interferencias estructurales entre las distintas lenguas, como la que tiene lugar entre
el ruso y las diferentes lenguas nacionales de los antiguos territorios de la URSS, que además
es planificada. En España, los dialectos peninsulares del catalán también han experimentado
transferencias del castellano con más frecuencia que las hablas baleares (Payrató, 1985: 98).
Weinreich (1974: 21) establece varios tipos de factores extralingüísticos y distingue dos grandes
ámbitos: (1) los que involucran al individuo que habla la lengua, que incluye aspectos como la
facilidad del hablante de separar ambas lenguas en la producción verbal, su habilidad
comunicativa en cada una de ellas, la especialización temática en el uso de cada una o las
actitudes que los hablantes tienen hacia ambas; y (2) los factores que involucran a toda la
comunidad de habla, que integra aspectos como la dimensión del grupo bilingüe, su relativa
homogeneidad sociocultural, las diferencias sociales y políticas entre posibles subgrupos, el
predominio del bilingüismo a nivel individual, las actitudes estereotipadas hacia cada una de
las lenguas implicadas, hacia sus culturas y hacia el bilingüismo como fenómeno social, la
aparición de ideologías puristas o no y las relaciones entre bilingües y monolingües.
Para la discusión de los factores extralingüísticos que influyen en el caso del contacto
lingüístico entre el inglés y el español en el suroeste y en Nueva York, vamos a tener en cuenta
tanto los aspectos mencionados por Weinreich (1974) como los expuestos por Lewis (1978), de
tal forma que nuestro análisis tendrá en cuenta las siguientes variables, que ya se mencionaron
en el capítulo de la metodología:
1. Variables geográficas.
2. Variables sociolingüísticas.
3. Variables histórico-culturales y políticas.
A continuación, expondremos y discutiremos cada una de estas variables.

8.3.1. Variables geográficas


En situaciones de contacto en las que hay una lengua local que se usa como L1 y una lengua
regional que se usa como L2, los hablantes de contextos urbanos suelen transferir más rasgos
de la L2 que los de poblaciones rurales, como ocurre en Nueva Irlanda, en Papua Nueva Guinea
(Jenkins, 2002: 256). En contextos urbanos es más común que los hablantes reflejen el estado
más temprano y avanzado del cambio gramatical. En el caso que aquí nos atañe, es necesario
señalar que es complicado tener en cuenta las variables de tipo geográfico, pues no contamos
con muestras orales o con testimonios explícitos que hablen sobre las diferencias de habla
existentes entre los distintos lugares, etc.
187
8.3.2. Variables sociolingüísticas
En el caso de las variables sociolingüísticas, nos enfrentamos a la misma complejidad que
ocurre con el caso de las geográficas. No podemos constatar diferencias a nivel grupal entre los
territorios del suroeste y Nueva York, pues carecemos de testimonios explícitos que hagan
referencia a esta cuestión. Así, en esta sección nos ceñiremos a comentar las diferencias que sí
que se encuentran a nivel individual en cada una de las zonas y en cada uno de los periódicos
analizados. Las variables de la edad y el sexo suelen ser bastante relevantes en los estudios
sociolingüísticos. Normalmente, los jóvenes suelen ser más propensos al contacto lingüístico
que los mayores. En cuanto a la variable del sexo, los estudios sociolingüísticos han constatado
que son las mujeres las que suelen adaptarse a lo prestigioso, ya suponga esto el cambio o el
mantenimiento de un elemento lingüístico, tal y como ya se sugirió en el estado de la cuestión.
En casos recientes de contacto de lenguas no es sorprendente entonces observar cómo los rasgos
que usan las generaciones más jóvenes se ven más afectados por el contacto que los que usan
los hablantes de generaciones más viejas. Contrariamente, si en una situación de contacto
lingüístico se observan diferencias en el discurso a nivel generacional, esto puede sugerir que
el discurso de los jóvenes es más innovador que el de los mayores, que es más conservador. En
el caso del contacto en la prensa hispana, vemos que hay testimonios que confirman dichas
premisas, pues son las generaciones más jóvenes y las mujeres los sujetos que se adaptan a la
lengua de prestigio y, por ende, se producen cambios en su discurso inducidos por el contacto
entre ambas lenguas. Esto lo observamos en algunas referencias explícitas en periódicos del
suroeste:

La juventud de origen latino nacida bajo la bandera americana, en su mayor parte ha tenído que adoptar las
costumbres del anglosajon, cosa que tal vez sea la única diversion de los dueños legítimos de este suelo.
Peor entre la juventud, por desgracia, triste cierto elemento de «gomosos niñas cranks» á quienes, no
obstante lo «trigueñito» de su cútis, les ha metido entre ceja y ceja ?e son amuricanas «legitimas,» á eso se
debe que ni por todos los santos quieren conversar ya en el dulce idioma de Valera y Nuñez de Arce. Nada
extraño es pues, que la «Mises Jacinta ó el Mister Cabeza de Mula,» hagan de los dos idiomas una jerga ó
«patuá» que no es poco dificil de comprender (El Nuevo Mundo, 1897, p. 1).

La variable del nivel educativo (y consecuentemente, la del nivel socioeconómico) es


relevante en el caso que aquí nos atañe. El contacto entre los miembros de un grupo étnico
minoritario y los miembros de un grupo étnico dominante socialmente también es un patrón de
contacto interétnico muy común. Este es el caso del contacto entre los hispanohablantes y los
angloamericanos en Estados Unidos (al menos en el siglo XIX). Si los dos grupos tienen

188
variedades lingüísticas diferentes, es muy probable que haya influencia entre ellas, dependiendo
del contexto social. La variedad dominante es la que será privilegiada en el sistema educativo,
por lo que esta será impuesta a los hablantes de las otras variedades. Sin embargo, como la
lengua se vincula fuertemente con la identidad y no es fácil determinar cómo acabará hablando
un individuo. En situaciones donde el contexto social favorece los contactos interétnicos, sin
embargo, algunos hablantes de los grupos minoritarios podrían elegir incorporar rasgos de una
variedad dominante en su discurso (y el caso contrario, aunque esta última posibilidad está
limitada por el hecho de que la variedad minoritaria se encuentra normalmente desfavorecida
socialmente). De nuevo, las ideologías sociales y lingüísticas en el trabajo afectarán el grado y
la naturaleza de la asimilación lingüística. Contrariamente, estudiar los patrones de la
asimilación lingüística puede iluminar las complejidades de la estructura social en una
comunidad.
Esto también ocurre en situaciones de contacto entre otras lenguas. Aikhenvald (2002)
ejemplifica la diferencia generacional en el contacto con el caso específico de los hablantes
norarahuacos de tariana del noroeste de Brasil. Esta autora observa una diferencia en el uso
entre los jóvenes y los mayores, en el que los últimos no exhiben copulaciones en las fórmulas
de identidad, mientras que los primeros tienen una copulación con el verbo ser, al menos cuando
hay un foco contrastivo. Esta lengua ha estado fuertemente influenciada por las lenguas tucanas,
como el tucano y el desano, que usan obligatoriamente la copulación en este tipo de cláusulas
identitarias. Esto sugiere que hay un cambio lingüístico inducido por el contacto con estas
lenguas: desde una estructura sin copulación a una estructura copulativa. No obstante, hay que
ser cautos con la variable de la edad, pues numerosos estudios sugieren que las diferencias
relacionadas con la edad pueden estar relacionadas también con el resultado de una variación
estable en diferentes grupos de edad (Silva-Corvalán, 1994: 5).
Los emisores de los periódicos que hemos analizado cuentan todos con un nivel
educativo alto, así como un nivel socioeconómico elevado. Consecuentemente, estos individuos
suelen mostrar una conciencia normativa de la lengua superior y en una situación de contacto
lingüístico llegan a saber separar ambas lenguas en la producción verbal, pues conocen los
contextos de uso de cada una de ellas. Asimismo, son capaces de generar actitudes ante cada
una de ellas, tanto a nivel individual como a nivel grupal. En García Caba (2020a; 2020b;
2021a; 2021b) ya se documentaron testimonios en periódicos editados por españoles
peninsulares y por mexicanos en los que se reflejaban actitudes ante el uso lingüístico del
español y del inglés que tenían ciertos individuos hispanohablantes y angloamericanos:

189
Hemos tenido el gusto de leer el discurso que este distinguido hijo de Ámerica pronunció en la apertura
de la «Academia de Venezuela, correspondiente de la Española», y nos ha sorprendido que un hombre tan
ocupado en los azares de la política, un hombre que como César y Napoleon han tenido que pelear y
legislar á la vez, hubiese encontrado tiempo para hacer tan vastos estudios acerca de los idiomas que
dominaron en la península Ibérica y la parte que de cada uno de ellos tomó el Castellano. Si hemos de ser
francos, nosotros creíamos que el Sr. Blanco era uno de tantos que en la América española entraron en el
ejército sentando plaza de generales, y no cuidaron luego de nada mas que de ser presidentes; mas vemos
con gusto que nos habíamos equivocado por completo.
El Sr. Blanco aceptando la presidencia de la Academia de Venezuela, correspondiente de la Española, ha
dado un gran paso en este camino; y estudiando como ha estudiado el origen de la lengua de sus padres
nos ha dado una prueba de que no es enemigo de la madre patria. Mucho se puede esperar de un hombre
que, en medio de las múltiples ocupaciones que pesan sobre él, encuentra tiempo para escudriñar tan á
fondo el idioma y la historia de sus abuelos. Ese hombre debe tener otra ambicion mas elevada que la del
mando y de las riquezas materiales; debe aspirar á un alto puesto en la Historia, no solo por lo que hizo
en favor de su patria, sino por lo que hizo en favor de su raza (El Progreso, 1884, nº 2, p. 35).

Señaladísimas han sido las atenciones tributadas á nuestra representación diplomática por Mr. Palmer, quien
ama á España con entusiasmo, conoce á fondo su historia que ha cultivado desde sus mocedades con
predilección especial se ha empapado en su literatura y habla la lengua castellana con la corrección y fluidez
de un madrileño (Las Novedades, 1891, n. 484, p. 8).

Estos dos ejemplos reflejan una actitud positiva ante el uso lingüístico de los individuos de los
que se habla. Coincide que ambos pertenecen a una clase sociopolítica alta, por lo que se les
presupone que haya una correspondencia con el nivel educativo y el uso normativo que tengan
de la lengua. En el primer caso, estamos ante un sujeto hispanohablante mientras que el segundo
se trata de un angloamericano. El segundo caso es bastante relevante porque además se refleja
el interés cultural existente en Estados Unidos hacia lo hispano (sobre todo lo procedente de
España). También se observa a través de este ejemplo como la direccionalidad del contacto
entre el inglés y el español es doble: no solo influencia el inglés al español, sino que también,
al contrario. Estas actitudes positivas ante el uso del español contrastan con la que encontramos
en el suroeste, pues se detectan numerosas referencias al bajo nivel de español que tienen los
hispanohablantes de clases socioeconómica baja y los de generaciones jóvenes:

Para el dia 2 de Enero de 1882, se abrirá en este establecimiento de educacion, una clase de Aritmetica
Mercantil y Teneduria de libros por partida doble, dirijida por Don F. T. Dávila tan competente como idóneo
para el desempeño de dicha clase. Tambien se habrirâ una clase de Lectura superior analítica razonada, que
tanta falta hace a la juventud de esta ciudad, para perfeccionárse en leer bien su propio idioma, corrigiendo
el vicio contra las reglas y pureza del lenguaje, que se comete al leer y hablar el Castellano» (El fronterizo
1882, nº 173, p. 3).

190
En la prensa de estos territorios hay además muchos anuncios en los que se ofertan este tipo de
clases de español, no solo destinada a hispanohablantes, sino también a angloamericanos. Por
tanto, vemos que las variables del nivel educativo y del nivel socioeconómico juegan un papel
importante en el conocimiento lingüístico de los hablantes, tal y como se atestigua en otras
situaciones de contacto lingüístico. Un ejemplo claro de ello son los estudios de Labov (1966,
1972) sobre los dialectos en la ciudad de Nueva York, en los que afirma que el mayor o menor
dominio lingüístico de los individuos depende del factor étnico, económico y social: los grupos
europeo-americano dominante reciben privilegio social, mientras que otros grupos han sido
objeto de sanciones económicas y sociales, que van desde la esclavitud a la discriminación
laboral. Los miembros de los grupos de minorías étnicas se encuentran desproporcionalmente
representados en ámbitos socioeconómicos bajos y poco representados en posiciones de poder
social y autoridad. También tenemos un ejemplo claro en el estudio que dicho autor realizó en
Martha’s Vineyard (1972), pues ejemplifica este tipo de patrones y determina las complejas
formas en las que la etnicidad, la estructura social y la lengua interactúan. La isla, en ese
momento, estaba habitada por tres grupos étnicos principales: descendientes de ingleses,
descendientes de portugueses y nativos americanos. Además, había una variable de crítica
social en dicha comunidad, que era el grado en el que los hablantes estaban orientados hacia la
vida en la isla y la comunidad local, contrariamente a, por ejemplo, buscar trabajos o tener
amigos en el continente. Este factor de localidad contra lo regional o nacional tiene bastante
importancia en las comunidades pequeñas, donde las oportunidades económicas pueden ser
limitadas. En Martha’s Vineyard, las generaciones de jóvenes adultos normalmente tienen
trabajo fuera de la isla y aspiran a vivir fuera. Labov estudió las variantes centralizadas
asociadas a la identidad local de la isla. Encontró que los hablantes jóvenes descendientes de
ingleses usaban menos estas variedades que los de las generaciones mayores, como era de
esperar por las oportunidades que los primeros tienen fuera de la isla. Las generaciones jóvenes
de americanos portugueses y los nativos americanos en general, sin embargo, usaban más estas
variedades centrales. El mayor uso de estas variedades en los hablantes jóvenes de los dos
grupos étnicos minoritarios demuestra que existe un deseo de estar conectados a las raíces
identitarias locales.
Por tanto, son estos factores los que motivan la aparición de un mayor o menor número
de préstamos léxicos o estructurales del inglés, en un primer momento, y de casos de code-
switching, en una etapa posterior y, consecuentemente, florecen actitudes e ideologías puristas
ante la lengua (motivadas además por cuestiones sociopolíticas), tal como veremos

191
posteriormente. Es esta conciencia normativa de los editores de los periódicos la que provoca
que el contacto con el inglés se reduzca a los casos que hemos explicado anteriormente.
Además, es necesario tener en cuenta que la prensa es una tradición discursiva conservadora en
el nivel lingüístico, por lo que no es tan propensa a los cambios como otro tipo de medios o
como en el plano de la oralidad y, cuando se incluyen se suelen realizar por medio de resaltes
tipográficos, como la cursiva. La inclusión de este tipo de resaltes también es signo de la
conciencia normativa de los editores, pues nos indican que son conscientes de que una
determinada voz o elemento o estructura gramatical no son propios de una tradición discursiva
caracterizada por la distancia comunicativa, tal y como se constató en Rivas Zancarrón (2018b)
y García Caba (2020a). El nivel educativo y socioeconómico de los editores también puede
determinar la frecuencia en la que se incluye el sistema de datación estadounidense (es decir, el
que sigue la estructura mm/dd/aaaa): un mayor socioeconómico y educativo alto puede
conducir a conductas más conservadoras en el plano cultural y lingüístico y a saber diferenciar
los contextos de uso de ambos sistemas culturales y lingüísticos.

8.3.3. Variables histórico-culturales y políticas


Las variables histórico-culturales y políticas son las más relevantes y las que nos ayudan a
comprender las diferencias existentes en las razones en las que se produce el contacto en ambas
zonas. En primer lugar, vemos que existe una diferencia notable en las circunstancias en las que
se produce el contacto en una y otra zona: en el suroeste se produce por medio de la conquista,
mientras que en Nueva York (así como otras zonas del país) se produce por los movimientos
migratorios. En ambas zonas, estamos ante una situación de «superposición» (en inglés,
superposition), que, como se dijo en apartados anteriores, es aquella en la que dos o más lenguas
coexisten en un mismo territorio o comunidad, por lo que puede definirse como un tipo especial
de multilingüismo. Anteriormente se dijo que existen cuatro patrones por los que se puede
producir una situación de superposición: la migración, la conquista imperialista, la federación
y la intercomunicación fronteriza Fasold (1984: 9-12). La migración ha sido históricamente un
importante factor en la formación de lenguas, aunque no específicamente en el proceso de
estandarización. Lo mismo ocurre con las zonas de intercomunicación fronteriza. La historia de
los estándares lingüísticos ha estado vinculada a la cuestión del nacionalismo, que es el
homólogo del federalismo y el imperialismo, es decir, la ideología de la conquista.
Empezaremos exponiendo cómo se produce el contacto por medio de la conquista, que se
corresponde con el caso de los territorios del suroeste estadounidense.

192
Tal y como se ha dicho anteriormente, los territorios del Suroeste que pertenecían a
México y estaban habitados por hispanohablantes (California, Nuevo México y Texas) fueron
conquistados y anexados a Estados Unidos a partir del Tratado de Guadalupe Hidalgo en 1848.
Por tanto, la comunidad angloamericana impuso su lengua y cultura a nivel institucional y como
idioma vehicular en el sistema educativo. Si la cultura de los conquistados posee un prestigio
más elevado que la de los conquistadores, es más propicio que sobreviva a pesar de la fuerza
superior de los conquistadores. En efecto, una situación de superposición se desarrolla
regularmente después de una conquista, en la que la lengua de los conquistados sirve como
modelo para la estandarización de la lengua de los conquistadores. Si, por otra parte, los
conquistadores poseen la cultura más prestigiosa, pueden presionar para imponer su lengua,
para afirmar su dominación cultural y para asimilar a la gente conquistada. Si los conquistados
hablan una lengua diferente, esta se convierte en símbolo de su identidad, de su nacionalismo
y de su resistencia. Fasold (1984: 190) dice al respecto lo siguiente: si el grupo dominante
espera conservar su dominación, entonces los miembros deben asumir sin pensarlo que los
miembros del grupo subordinado harán cualquier tipo de ajuste lingüístico que sea necesario.
Como resultado, hablarán su propia lengua o dialecto prestigioso en el modo usual sin intentar
ninguna convergencia. Pero si los miembros del grupo subordinado no hacen esos ajustes, el
grupo dominador lo pensará y podrá actuar en consecuencia. El rechazo de una lengua
prestigiosa impuesta puede tener consecuencias para una cultura postimperial, pues es privada
de un modelo necesario para llevar a cabo la estandarización de su propia lengua nativa.
Esto es lo que ocurre en el caso de los territorios del suroeste de Estados Unidos: los
hispanos que allí residían tenían como L1 el español y cuando son conquistados por Estados
Unidos se les impone el inglés como lengua dominante. Pero, como no fue un proceso
inmediato el de la imposición de su lengua ─recordemos que no es hasta la última década del
siglo XIX cuando, por ejemplo, se establece una ley de educación pública en Nuevo México
(1890) ─ los hispanos consiguieron convertirla en símbolo de su identidad y por eso se ha
podido conservar. Esto es lo mismo que ocurre en el caso de África, tal y como sostienen Lass
y Wright (1986). Durante la colonización de África, el inglés no fue impuesto de inmediato, al
contrario que en el caso del francés: actualmente en las antiguas colonias británicas las lenguas
indígenas han llegado a un proceso de estandarización mayor que las que tienen las lenguas en
las antiguas colonias francesas. Aquí también se puede poner de ejemplo el caso del inglés y el
español en Gibraltar, Filipinas, Guam y las islas Marianas del Norte, donde claramente la
presión de la lengua del grupo dominador sí provocó la casi total desaparición del español en
dichos territorios. En estos territorios, la imposición del inglés en el ámbito institucional y

193
educativo fue mucho más rápido: en Gibraltar, se impuso un sistema educativo basado en el
modelo británico (Education Code) en 1880 y, aunque el abandono del uso del español fue
progresivo, ya en el siglo XX la hegemonía del inglés en el ámbito institucional y educativo fue
total, quedando el español relegado al uso cotidiano y familiar (Travero, 1980; Kramer, 1986;
Archer y Traverso, 2004); en Filipinas, se prohibió el español como lengua vehicular en el
sistema educativo como una de las primeras disposiciones que los Estados Unidos hicieron al
conquistar Filipinas en 1898 (Argüelles, 1964: 283); en Guam y en las islas Marianas del Norte,
la presencia española en el ámbito institucional finalizó oficialmente en 1899, tan solo un año
después de la conquista de Estados Unidos (Quilis, 1992).
Además, otro factor a tener en cuenta en el hecho de que el español sobreviva en Estados
Unidos es la direccionalidad del contacto: no solo tenemos el caso de L2 (inglés) → L1
(español), sino que también el español influye en el inglés. Y el interés económico, político y
cultural que Estados Unidos tenía en Hispanoamérica también contribuye a que el idioma
permanezca. No ocurre lo mismo en Gibraltar, donde los británicos e incluso los gibraltareños
no tienen ese interés en conservar la lengua española (por motivos políticos, pero sobre de todo
de prestigio) y donde la direccionalidad del contacto es solo una: la influencia va del inglés
hacia el español, dando como resultado lo que se conoce como yanito. En el caso de Estados
Unidos, ya se mencionó en apartados anteriores que el interés por la lengua y la cultura
españolas surge a principios del siglo XIX, momento en el que intelectuales como Longfellow,
Jefferson o Franklin vieron en la emancipación de las antiguas colonias de España en el Nuevo
Mundo un nuevo escenario de mercado que ofrecía grandes oportunidades políticas y
económicas. Fernández (2002: 124) señala que el interés que Estados Unidos tenía por la lengua
española se concibe desde una doble perspectiva: por un lado, el ámbito literario, histórico y
cultural se relaciona con España; por otro lado, la lengua, la política y el comercio se relaciona
con Hispanoamérica. Kagan (1996: 430) y Fernández (2002: 124) explican además que el
interés por lo hispánico de Estados Unidos siempre ha estado mediatizado por el interés
económico y político en Hispanoamérica. Por tanto, es este interés por lo hispánico el que ha
hecho que, a pesar de que hayan surgido movimientos nacionalistas estadounidenses en las que
se promulgaba el inglés como único idioma del país (como el movimiento English Only en la
década de 1980), el español se haya mantenido y vaya ganando incluso más fuerza en la
actualidad. También es este interés el que propicia la aparición de los periódicos hispanos que
hemos analizado.
La situación de contacto lingüístico en Nueva York se produce a partir de los
movimientos migratorios de hispanohablantes procedentes de España y de América. Por tanto,

194
el contacto con el inglés por parte de los hispanohablantes no es impuesto, como ocurre en el
caso de la conquista, sino que al ser inmigrantes deben adaptarse a la lengua y a la sociedad
angloamericana como necesidad para prosperar social y económicamente. No obstante, la
superposición entre el inglés y el español en este territorio, también provoca cambios en la
lengua de los inmigrantes (los hispanos), inducidos por la influencia del inglés, es decir, la
lengua del grupo más prestigioso. También hay que tener en cuenta que la direccionalidad del
contacto en Nueva York también es doble, por lo que el inglés recibe la influencia del español.
Hay numerosos estudios que atestiguan el papel de las migraciones en el contacto entre lenguas.
Por ejemplo, Lewis (1978: 340) ha demostrado que el papel que las migraciones masivas tuvo
en la URSS provocó múltiples interferencias estructurales entre las distintas lenguas, como la
que tiene lugar entre el ruso y las diferentes lenguas nacionales de los antiguos territorios de la
URSS, que además es planificada.
La diferencia entre ambos territorios la encontramos en las actitudes e ideologías ante
dicho contacto, que están determinadas por las circunstancias en las que se ha producido. En el
suroeste, hemos dicho que el contacto se produce en primer lugar por la conquista y posterior
anexión de los territorios de California, Nuevo México y Texas a Estados Unidos. Es una
imposición no elegida. Los hispanohablantes de esas zonas se ven obligados a adaptarse a la
lengua y la cultura angloamericanas por obligación, por invasión de su territorio. En cambio,
en Nueva York, aunque los hispanohablantes también tengan que adaptarse a la lengua y cultura
mayoritaria, es una imposición elegida, pues esos individuos han emigrado a ese territorio y por
tanto deben adaptarse, pero no han sido privados de su identidad por motivos de conquista. Lo
que sí es cierto es que en ambas zonas se consigue crear una comunidad hispanohablante con
fuertes lazos que tienen como símbolo identitario la lengua española. La diferencia es que en el
suroeste siempre han sido mayoría y en Nueva York comenzaron siendo minoría, pues la colonia
hispanohablante era bastante reducida en el siglo XIX, es a partir del siglo XX cuando se
produce la migración masiva de hispanohablantes a la ciudad.
Un concepto que tiene bastante relevancia en el tipo de actitudes e ideologías que surgen
en estas situaciones de contacto es el de «lealtad lingüística» (language loyalty). Al igual que
ocurre con el nacionalismo, designa el estado mental en el que la lengua se concibe como una
entidad intacta y, en contraste con otras lenguas, asume una posición alta en una escala de
valores, una posición que necesita ser defendida. Para impedir el cambio lingüístico, se intenta
preservar la lengua amenazada reaccionando ante las transferencias, por lo que la versión
estandarizada de la lengua se convierte en símbolo y en una causa. Por tanto, la lealtad
lingüística motiva a los hablantes a resistirse al cambio en las funciones de su lengua de forma

195
consciente (como resultado del cambio lingüístico) o en la estructura o su vocabulario (como
consecuencia de las transferencias). Así, en el ámbito del purismo sociolingüístico, la
estandarización, la lealtad lingüística y los mecanismos de defensa relacionados son fenómenos
de gran importancia que requieren tratamientos sistemáticos, incluso si son considerados
irrelevantes en la lingüística estructural descriptiva.
Es en una situación de contacto lingüístico donde la gente se vuelve más consciente de
las peculiaridades de su lengua contra la de otros, y es entonces cuando la lengua más pura o
estandarizada se convierte en símbolo de la integridad grupal. La lealtad lingüística crece en
situaciones de contacto tanto como el nacionalismo crece en las fronteras étnicas. Además, si
un grupo se considera superior, pero en la práctica está subordinado al otro grupo en ciertos
aspectos de la lengua o tiene que utilizar préstamos de la otra lengua en algún ámbito, puede
surgir cierto resentimiento que deriva en una actitud de lealtad lingüística. De esta forma, la
lealtad lingüística no suele aparecer en situaciones en las que las dos comunidades están
satisfechas con su actual relación. Esto es lo que ocurre en el caso de los hispanohablantes en
los Estados Unidos, aunque podemos establecer dos tipos de reacciones ante el contacto. A
tenor de las consideraciones de Joseph (1987), hay que diferenciar entre aquellos individuos
que gozaban de un estatus socioeconómico alto antes de ser conquistados por Estados Unidos
o antes de haber emigrado a dicho país (estatus que suelen conservar en la nueva situación) y
aquellos que tenían un estatus socioeconómico más bajo antes de la conquista o migración y
que por tanto necesitan adaptarse o asimilarse rápido a la lengua y a la cultura del grupo de
prestigio para poder prosperar socioeconómicamente. Por tanto, veremos a continuación el tipo
de ideologías y de actitudes que solían surgir entre los editores de los periódicos, pues
pertenecían al primer grupo mencionado.

8.4.Diferencias en las actitudes y las ideologías lingüísticas en los periódicos del


Suroeste y en los de Nueva York
8.4.1. Las actitudes y las ideologías lingüísticas en el Suroeste
En los territorios del Suroeste hay muchos más casos de actitudes e ideologías ante el hecho del
contacto inglés-español y más referencias a cuestiones de planificación y política lingüísticas
en el sistema educativo y a nivel institucional. En primer lugar, vemos una serie de ideologías
y actitudes que inciden en el valor de la lengua española como símbolo de las comunidades
hispanohablantes en el suroeste de Estados Unidos. La lengua es un elemento que ocupa un

196
lugar destacado en el discurso de los periódicos hispanos del suroeste, pues constituye un
símbolo de su identidad, tal y como puede apreciarse en ejemplos como el siguiente:

[...] Hoy que la sociedad novo-mexicana, por desgracia, atraviesa por una crísis tremenda que amenaza
nuestra ruina: hoy, que nuestros compatriotas se unen á otros por ejercer una estéril supremacía; hoy,
digo, que en los pueblos, aun los más pequeños, el caciquismo resucita exicisiones y banderías
semejantes á las de Montescos y Capuletos, y que en todas partes crecen y se desarrollan en progresion
aterradora los gérmenes de la discordia y envidia, hoy más que núnca se hace preciso animar y
fortalecer ideales comunes que tengan por resultado unirnos como miembros de una misma familia.
Así es que debemos vernos unos á otros como hermanos, como hombres por cuyas venas corre la
misma sangre, como hombres que hablamos el mismo idioma y profesamos la misma fé (El Boletín
Popular 1894: 2).

La expresión de la lengua como un elemento identitario y de pertenencia a una comunidad


compartida por todos los hispanohablantes se vehicula a través de una ideología que autores
como Fernández-Gibert (2012) han denominado, ideología de defensa de la lengua española o
de resistencia, y está caracterizada por la expresión exacerbada de los atributos propios de una
comunidad. A este respecto, Blommaert (1999) señala que el sentido de pertenencia a una
nación se transmite a través de la saturación de la conciencia de sus miembros mediante el
reconocimiento y respeto de sus símbolos, tales como la lengua o la literatura. Vemos que este
tipo de ideologías se manifiesta discursivamente a través de expresiones como «miembros de
una misma familia», «hermanos» u «hombres por cuyas venas corre la misma sangre». El uso
repetido de este léxico metafórico contribuye a naturalizar esa creencia en la unidad de la
comunidad hispanohablante y a reforzar el sentimiento de lealtad lingüística hacia el español.
Otros elementos discursivos que se suelen utilizar para materializar dicha ideología son los
religiosos, como «apostol» o «santuario», como se ve en este otro texto:

Así es que se hace el deber de todo novo-mexicano que ama á su gente y que se siente orgolloso de su
sangre y lengua constituirse un apóstol y esparcir palabras de ánimo y buena voluntad entre sus
compatriotas. Un mismo sentimiento y una misma esperanza deben, cual lazo misterioso y santo,
unirnos. Nuestro corazón debemos convertirlo en un santuario en el que la lámpara del amor pátrio
debe estar siempre encendida (El Boletín Popular 1894: 2).

La cultura de lo hispano en Estados Unidos se encuentra estrechamente vinculada a lo religioso,


pues desempeñó un papel crucial en la configuración de las comunidades hispanohablantes
gracias a la financiación que la iglesia católica para la creación de escuelas religiosas donde el

197
español era la lengua de instrucción, por lo que contribuyeron a preservar el idioma en el
territorio. Todos estos elementos identitarios (la lengua, la religión o el origen común de los
hispanohablantes) en la prensa contribuye a reforzar la creencia en la pertenencia en la
comunidad hispanohablante y, además, ponen de manifiesto las diferencias existentes con la
comunidad angloamericana, por lo que en ese sentido se marca una polarización entre los
miembros de la comunidad hispanohablante (el ingroup) y aquellos ajenos a ella, es decir, los
angloamericanos (el outgroup).
La legitimación de este tipo de ideologías en el espacio discursivo de la prensa
hispanohablante contribuye además a perpetrar la creencia en una memoria histórica
compartida de todos aquellos que hablan la lengua. De esta forma, vemos numerosas menciones
a figuras históricas relacionadas con el pasado heroico español: «Todo, absolutamente todo ha
cambiado en este país descubierto por el franciscano Fray Marcos de Niza, explorado por
Espejo y Coronado; colonizado por Oñate y reconquistado por el célebre D. Diego de Vargas»
(El Nuevo Mundo 1897: 1). Fernández-Gibert (2015: 333) y Nieto Philips (2004: 147) han
observado que a partir de la década de 1880 hay una tendencia a idealizar la imagen de los
territorios del suroeste con visiones romantizadas sobre su pasado colonial para que coincidiera
mejor con las percepciones angloamericanas y así conseguir una mejor inversión en el territorio.
Nieto-Philips (2004: 147) señala que el producto de esta romantización del pasado hispano en
Estados Unidos se conoce con el término de «hispanonofilia». Esta idealización de lo español
constituye una herramienta discursiva que tiene el objetivo de conseguir recuperar el control y
la influencia en el ámbito sociopolítico y lingüístico y contrarrestar la supremacía de las élites
angloamericanas en el territorio. Por tanto, la lengua, la herencia y la identidad están
estrechamente vinculados en el discurso de la prensa hispanohablante del suroeste como pilares
clave de sus reivindicaciones.
Asimismo, en la prensa en español de estos territorios se observa una clara ideología
purista de la lengua que, por supuesto, nace de ese sentimiento de lealtad lingüística que genera
el rechazo hacia el grupo de prestigio en la mayoría de ámbitos de la sociedad: el
angloamericano. Este tipo de ideologías suele aparecer como solución a las situaciones de
contacto lingüístico y cultural, como es el caso que aquí nos concierne. El purismo lingüístico
tiene dos tipos de manifestaciones: por un lado, el purismo frente a lo extraño, que constituye
el rechazo a lo que se percibe como extraño a la lengua o a la cultura autóctona; por otro lado,
el purismo de estilo, que rechaza las formas lingüísticas consideradas bajas diastráticamente
(Ludwig, 2001). El tipo de purismo que aparece en el contexto que aquí nos interesa es el
primero, el purismo frente a lo extraño.

198
En los periódicos del Suroeste hay muchas actitudes negativas y de rechazo ante las
prácticas lingüísticas derivadas del contacto entre el inglés y el español, como el code-
switching. De esta forma, se abogaba en todo momento por el mantenimiento de la lengua
materna:

El Idioma Español.
Mas de una vez nos hemos esforzado, en nuestro humilde modo, el imprecionar en las mentes de nuestros
lectores la importancia de enseñar el idioma español en nuestras escuelas públicas.
Primero, porque el idioma español es el que habla la mayoria del pueblo de este Territorio, y segundo,
porque enseñándoles primeramente su propio idioma los niños de habla español podrán aprender con mas
facilidad el idioma extranjero. Para ‘conseguir esto, se hace necesario que los maestros sepan ambos
idiomas, y que se haga este un requistio tan escencial como el saber leer y escribir. […]
En vista de la importancia del idioma español en las relaciones comerciales que se estan estableciendo en
los paises hispano-americanos, y siendo un hecho que se hace necesario que los comerciantes de aquí, y si
no ellos sus dependientes, conozcan el idioma español para que puedan llevar á cabo sus transaciones,
¿Quiénes pueden ser mas derechosos á esos empleos que los hispano-americanos que vivimos aquí en los
Estados Unidos? Pero para eso se hace necesario que el idioma nuestro se estudie, tanto y aun mas que el
inglés, en nuestras escuelas públicas, á fin de que alguno de los nuestros que llegue á ir á México, con algun
negocio, pueda hablar á nuestros vecinos en un idioma que medio paresca español, y no en un lenguaje tal
como el que hablan algunos jóvenes neo-mexicanos que se educan en el oriente, que hablan un dialecto que
no es ni español ni inglés. Tómese en cuenta que en México se habla el idioma nuestro muy correctamente
y por lo tanto un lenguaje americanado no suena bien allí.
Por eso, reiteremos otra vez que debemos de insistir que se enseñe en nuestras escuelas públicas, el idioma
español; que los maestros que sean empleados en las escuelas en donde la mayoría de los niños son de habla
español, sepan ambos idiomas, inglés y español. Esto es necesario y debemos de insistir en ello.» (La Voz
del Pueblo 1895, nº 26, p. 1).

Este texto en concreto pertenece al periódico neomexicano La Voz del Pueblo. Como se dijo
anteriormente, en 1890 se estableció una ley educativa pública que tenía el inglés como única
lengua de instrucción, por lo que este hecho tuvo muchas críticas por parte de la comunidad
hispanohablante, que abogaba por el establecimiento de un sistema educativo público en
español ya no solo como beneficio de su economía, sino también para evitar que la población
neomexicana comenzara a hablar «un dialecto que no es ni español ni inglés».
También se observa en los periódicos una continua defensa de la corrección idiomática
del español como forma de evitar la corrupción de su idioma, tal y como vemos reflejado en
este texto: «Nuestra lengua, que hace dos siglos era la mas extendida de todas, no ha cesado de
perder terreno y está amenazada de ser ahogada por sus vecinos, y sobre todo por los ingleses,

199
sus mas terribles rivales» (El fronterizo 1882, nº 175, p. 1). A tenor de las consideraciones de
Weinstein (1976), las doctrinas de purismo lingüístico se alejan de todo tipo de fuentes de
innovación de lenguas ajenas que constituyen una amenaza de su aparato político y social. Así,
se observa cómo en estos periódicos se condenaba el uso de neologismos surgidos de la mezcla
de distintas comunidades con idiomas diferentes:

EL BELIZ.
He aquí una nueva palabra bárbara, un disparate que nos ha entrado por las puertas sin saber cómo ni
cuándo. El ferrocarril, entre otros muchos que dicen, nos ha traído, nos está causando también algunos
males de no poca trascendencia, entre ellos la pérdida de nuestras costumbres nacionales y la corrupción
de nuestro bello idioma; pues ya no sólo mezclamos palabras y frases inglesas, vengan ó no al caso, en la
conversacion ó en el trata de los negocios, sino que acogemos con entusiasmo cualquier palabra disparatada
que oímos pronuncir á los que vienen de allende el Bravo, y sin más averiguación le damos carta de
naturaleza. El beliz es uno de tantos disparates que desde que tenemos ferrocarriles nos está sonando en los
oídos todos los días. Apenas piensa alguno en emprender un viaje á la moderna y lo primero que ordenaen
su casa es que le preparen el beliz; baja del cohe ó carro tranvía en la estación y por todas partes lo rodean
los muchachos preguntándole, ¿llevamos el beliz? ¿quiere vd. que bajemos los belices? Y si al llegar al
término del viaje algún pasjero olvidó el famoso bultito, ceurre al telegrafista y éste muy formal habla á la
estación inmediata encargando se recoja el beliz de D. Fulano que se olvidó en el carro tal ó cual; y hasta
los periodistas que por razon de su oficio están obligados á no desbarrar en la propiedad del lenguaje, suelen
insertar algún aviso encargado, con todas sus letras el beliz de D. Mangano, que se ha extraviado etc., etc.
Pero dejando á un lado la censura de este vício en que todos, rícos y pobres, hombres de letras é ignorantes,
incurren por mera imitación, vamos á dar la verdadera palabra que se quiere sustituir con la palabra bárbara
beliz.
Esta palabra no es ni castellana ni inglesa ni francesa; tiene algún parecido con la palabra francesa
equivalente, y creemos que esto ha dado origen al disparate que estamos usando.
Lo que llamamos beliz se llama propiamente en castellano BALIJA en frances VALISE: y se origina la palabra
VALISIA, del bajo latín.
En el diccionario inglés no encontamos la palabra equivalente; tal vez se sirvan de palabra francesa, y esto
haya dado origen á que algunos buscando la pronunciación imitativa hayan dicho el BELIZ en lugar de la
BALISE y de aquí nació el disparate que venimos censurando.
Sin pretensiones de dar una lección á nuestros lectores, y sólo sí con el deseo de coadyuvar en cuanto cabe
á que nuestro rico y bello idioma se conserve en toda su pureza, escribimos este párrafo, que ojalá sirva de
alguna manera para extirpar de nuestro lenguaje la palabra bárbara beliz, de que no tenemos necesidad,
pues ya dijimos que la palabra propia en castellano es balija, vulgarmente maleta, el saco ó bolsa de cuero
ú otra materia en que los viajeros llevan las cosas más indispensables para su servicio de viaje (El fronterizo
1894, nº 793, p. 1).

200
Como «guardianes de la lengua» (Heller 2010), estos periodistas tenían la obligación de hacer
uso de este tipo de estrategias como forma de legitimar el buen uso del español. La condena de
neologismos en la prensa es una práctica que surge en este tipo de situaciones de contacto
lingüístico y que ha perdurado hasta la actualidad. Ya en el siglo XX encontramos una serie de
escritos que denuncian la aparición de extranjerismos y la propagación de errores de estilo
derivados de la mezcla lingüística en diferentes medios de comunicación, como la prensa
escrita, la radio, la televisión o internet, tal y como señala Gómez Torrego (1995: 7). En este
sentido, también encontramos reacciones puristas ante la influencia del inglés entre los
miembros de la Real Academia Española, como el discurso de Emilio Lorenzo titulado «El
anglicismo, problema hispánico» (Ludwig, 2001: 188-189):

¿qué es el inglés, en rigor, sino un sistema lingüístico lleno de impurezas bien asimiladas procedentes de
todas las lenguas del mundo? Precisamente esa capacidad de integración es la clave de su hegemonía, no
siempre deliberadamente buscada, pero tampoco rehuida, en el mercado actual de las comunicaciones
humanas, sean culturales, políticas, comerciales o meramente de circunstancia (Lorenzo, 1995/1996:
262).

También encontramos otro tipo de textos periodísticos que recibe el nombre de «columnas sobre
la lengua» (CSL) y Manzanares (2019) los define como un discurso metalingüístico en el que
se abordan los usos «incorrectos» de una lengua y se defienden los usos prescriptivos o
aconsejables con un tono divulgativo y argumentativo. En las CSL los autores valoran la
actuación verbal (oral u escrita) en relación con el concepto de normatividad, por tanto, se
reproduce una ideología lingüística que se encuentra en consonancia con la del purismo
lingüístico. Un ejemplo bastante claro de CSL lo tenemos en las columnas escritas por el
periodista Álex Grijelmo. Este autor se centra especialmente en la condena del uso de
anglicismos, por lo que en este sentido, puede establecerse un parangón con la condena que los
periodistas hispanos del Suroeste de Estados Unidos realizaban sobre los fenómenos derivados
del contacto entre el inglés y el español. Por tanto, vemos que, en el ámbito hispanohablante,
las actitudes y las ideologías puristas han sido y siguen siendo frecuentes, sobre todo cuando se
trata del contacto con lenguas de grupos de prestigio, como el inglés o el francés. En el caso del
contacto entre estas dos últimas lenguas, Weinstein (1976) sostiene que el objetivo de la
francofonía es proteger y reforzar el peso de la lengua francesa y servir a los intereses de sus
hablantes. Este movimiento depende de organizaciones no gubernamentales y subunidades del
gobierno en casi veintiseis países. Sus líderes advierten que el movimiento sirve para los
objetivos de todos los francófonos y que es un movimiento transnacional. Sin embargo, algunas

201
élites francesas intentan controlar directa e indirectamente las organizaciones formales de la
francofonía, y, por tanto, puede fallar en el objetivo de convertirse en una fuerza transnacional
en el mundo de la política. Por otra parte, el trabajo de los profesionales y de los especialistas
de la lengua para fortalecer el francés, difundirla entre la población y construir un circuito
cerrado para la comunicación de información importante, responde a la necesidad de proteger
contra la americanización. Un claro caso de amenaza del ámbito francófono, lo tenemos en el
caso de la provincia de Quebec, en Canadá. En dicho territorio las élites francesas reivindicaron
sus preocupaciones lingüísticas y políticas ante situación de aislamiento y subdesarrollo en la
que han estado durante casi un siglo por las políticas discriminatorias angloamericanas. No
obstante, en 1960, el año en el que la mayoría de las colonias francesas en África alcanzaron la
independencia, comenzó una revolución en Quebec, porque sus habitantes tomaron consciencia
sobre su subdesarrollo educativo y social. Además, percibieron que tenían mucho menos poder
que los angloparlantes del resto de Norteamérica y temieron que los inmigrantes decidieran
aprender inglés al ser la lengua de mayor prestigio, porque los angloamericanos también
controlaban los medios de comunicación. Asimismo, las élites francófonas de Quebec temían
que la lengua inglesa corrompía su dialecto, llenándolo de arcaísmos y relegándolo a una
posición de inferioridad respecto del estándar internacional. Por tanto, demandaban el
reconocimiento de la lengua francesa como uno de los idiomas oficiales de Canadá, que fue
concedido en 1969, y el reconocimiento del francés como la lengua oficial de Quebec, que se
llevó a cabo en 1974.
En los periódicos del Suroeste encontramos también una serie de textos en los que se
observan actitudes e ideologías que conciben la lengua desde un prisma económico, un tipo de
ideología que autores como Heller (2010) o Heller y Dûchene (2012) denominan «ideologia
mercantil o del producto». Un ejemplo lo tenemos en el siguiente texto:

Dice un periódico americano «Cada dia se hace mas y mas esencial el conocimiento del idioma
español en el comercio americano, y á la juventud de Nuevo México debiera de enseñársele á hablar
y escribir ese idioma con fluidez». Correcto. Nada mas importante para la juventud Neo-Mexicana.
Primero, por ser esta la lengua madre de la mayoria de los habitantes del Territorio, y segundo porque
con ello se acarrearán un bien incalculable en todo ramo de negocios (La Voz del Pueblo, 1893, p. 2).

A través de este tipo de ideologías se contribuye a afianzar el español como lengua vehicular
en el ámbito de los negocios y la economía. Este era un argumento recurrente en el discurso de
los periodistas hispanos y, al igual que ocurría con el tipo de ideologías que hemos comentado

202
anteriormente, su objetivo último era la preservación de su lengua en el territorio. La diferencia
en este caso se encuentra en el tipo de argumento que utilizan: los hispanohablantes eran
conscientes de que existía un interés económico en Hispanoamérica por parte de Estados
Unidos y que por dicho motivo los angloamericanos necesitaban saber la lengua para poder
realizar sus transacciones económicas.
Por otra parte, aunque el inglés era visto como una amenaza para el mantenimiento del
español, también es cierto que se valoraba su importancia social en el territorio y el
conocimiento de esta lengua se valoraba positivamente también desde un plano utilitario. Por
tanto, el conocimiento de ambas lenguas era sinónimo de un mayor prestigio social, pues podía
traer beneficios socioeconómicos, tal y como vemos en el siguiente texto:

La próxima ocupacion de Cuba por las tropas americanas, que tendrá el efecto de que pase todo el
gobierno de de la isla á autoridades designadas por el presidente de los Estados Unidos, se anticipa
que ocasionara una gran demanda de jovenes neo-mexicanos que sepan perfectamente los idiomas
inglés y castellano. Son pocos los oficiales civiles y militares americanos los que saben el español,
para despachar los negocios que se presenten á su atención necesitan que los entíendan los
gobernadores, que son los españoles y cubanos de Cuba. Eso puede conseguirse solamente empleando
un gran número de jóvenes que sepan las dos idiomas, cosa que creemos no puede encontrarse en otra
parte sino en Nuevo-México (El Independiente, 1898, p. 4).

De esta forma, vemos que también hay textos en los que se expresa una actitud positiva ante la
convergencia de ambas lenguas en el territorio.

8.4.2. Las actitudes y las ideologías lingüísticas en Nueva York


8.4.2.1.La prensa española
Las actitudes y las ideologías que vemos en los periódicos publicados por españoles en Nueva
York coinciden parcialmente con las que vemos reflejadas en el suroeste. Las ideologías que sí
tienen en común con los del suroeste son las que inciden en el símbolo identitario de la lengua
española como nexo común de unión entre todos los que hablan el español:

Grato será el recuerdo de la fiesta de familia celebrada el 2 de Mayo por españoles é


hispano-americanos en memoria del inmortal autor del D. Quijote. La sociedad de
recreo «La Armonia», iniciadora de la idea, invitó indistintamente á los españoles de
uno y otro hemisferio, y éstos respondieron con el entusiasmo propio de los hombres
que aman sus glorias nacionales. El idioma no reconoce divisiones políticas; todos los
que hablamos la lengua de la antigua Castilla formamos una nacionalidad filológica,

203
donde quiera que hayamos nacido, así como los que profesan un mismo credo forman
una secta religiosa, no importa la parte del mundo donde residan. En aquella fiesta no
habia bajo este concepto mas que una nacionalidad: la castellana. La Sociedad «Coral»
y «La Estudiantina» embellecieron la velada, la una con cantos patrióticos, la otra con
armoniosos acordes de guitarras y bandurrias. El Sr. Baralt hizo un juicio crítico del
carácter de D. Quijote y Sancho, y recitó el famoso soliloquio de «La vida es Sueño».
El jóven é inspirado poeta Sr. Perez Bonalde, explicó en frases lacónicas y elegantes el
carácter de la reunion, rindiendo tributo al valor temerario de los españoles que en el
memorable Dos de Mayo se rebelaron contra el dominio de las huestes francesas.
Ademas de algunas poesias traducidas por él del aleman, recitó con la entonacion que
solo los poetas saben dar á sus composiciones, el siguiente soneto, cuyo indisputable
mérito reconocerán nuestros lectores: Embellecieron la velada con cantos é
instrumentos músicos algunas señoritas que no tenemos el honor de conocer ni
recordamos en este momento sus nombres. La fiesta terminó con un baile que duró hasa
la madrugrada. Esperamos que esta fiesta llegue á tomar un carácter nacional entre todos
los que hablamos la lengua de Cervantes (El Progreso, 1885, nº 16, pp. 308-309).

A tenor de las consideraciones de Blommaert (1999: 427-431), este tipo de ideologías en las
que se concibe una relación biunívoca entre lengua y nación reciben el nombre de the one
nation, one language ideology o the standard language ideology. Por tanto, el uso de
expresiones como «nacionalidad filológica» contribuye a perpetuar esta imbricación entre
lengua y nación. Esta ideología era bastante común en la segunda mitad del siglo XIX, pues es
cuando surge una ola de nacionalismos en la que la lengua se convierte en un criterio esencial
para la pertenencia a una nación (Hobsbawm, 1992). La aparición de este tipo de ideologías en
la prensa de los inmigrantes hispanohablantes en Nueva York tiene además un sentido
particular: el sentimiento de pertenencia a una determinada comunidad lingüística se acentúa
en situaciones de inmigración, tal y como se aprecia en este otro texto:

Nueva York es un índice de la humanidad; un area mas grande que la de Noe donde
viven muchísimas parejas de hombres y mujeres y tambien de animales. [...] En esta
moderna Babel se hablan todos los idiomas del mundo y se dan culto á Dios bajo todas
las formas modernas, porque hasta á la religion alcanzan las invenciones; aquí hay
partidarios de todos los sistemas, de todas las escuelas, de todas las creencias y de la
negacion de toda creencia. [...] Cerraremos esta revista á vuela pluma con la colonia
española, incluyendo en ella todos los que hablan castellano. Nos parece que el español
al llegar aquí contrae el vicio de trabajar, enfermedad que no le acomete tan fuerte en
su clima natal. Cábenos la satisfaccion de decir sin que el amor de raza nos ciegue, que
la colonia española puede servir de ejemplo á calquier otra. [...] Y á ser los de raza

204
española tan amigos de protegerse los unos á los otros como los franceses ó los
alemanes, mucho mejor papel pudiéramos hacer entre las colonias extranjeras. Nuestro
defecto mas capital es la desunion. Aplaudimos lo ageno y criticamos lo nuestro. Pero,
¡que criticos, gran Dios! (El Progreso, 1884, pp. 13-14).

De nuevo, el español se dirime como rasgo principal de pertenencia a la nación española. Este
sentido de comunidad compartida de los inmigrantes de habla hispana en Nueva York es
considerado como un signo de progreso: la unión y la fraternidad entre aquellos que hablan el
mismo idioma era la senda por la que prosperar económica y socialmente en el país
estadounidense.
También en las páginas de Las Novedades encontramos este tipo de ideología, pues se
observa un uso continuo de estrategias discursivas que enfatizan la creencia en la unidad de
todos los hispanohablantes, tales como «nuestra lengua» (Las Novedades, 1888, n. 317: 15),
«nuestro común idioma» (Las Novedades, 1888, n. 318, 6), «nuestra civilización castiza», «tan
nuestras, tan españolas considero yo las poesías de usted» o «nuestras antiguas colonias» (Las
Novedades, 1888, n. 319: 11), que, además, hacen referencia a los valores culturales del
Hispanismo. Asimismo, en los periódicos españoles publicados en Nueva York se ve
usualmente representada la relación entre España y los países hispanoamericanos a través de
un léxico metáforico en el que España representa la madre patria y las antiguas colonias sus
hijas, tal y como se puede observar en el siguiente texto:

Fenómeno verdaderamente halagador es la tendencia, hoy más notable que nunca entre las naciones
hispano americanas, de estrechar sus vínculos de amistad, de cariño fundados en la comunidad de orígen
y en la identidad de aspiraciones. España no podrá menos de ver con íntima complacencia la aproximación
de sus hijas, á las cuales contempla con el orgullo natural de la madre común de tantas naciones. Cuanto
más se conozcan, se acerquen y fraternicen tanto mayores serán las seguridades de que el espíritu español
crzca y se perpetúe en América, espíritu que viene á ser símbolo de concordia y bandera común bajo
cuyos pliegues caben y deben cobijarse todos los miembros de nuestra dilatada familia en el Nuevo
Mundo (Las Novedades, 1891, n. 467: 4).

La inclusión de este tipo de textos tenía el objetivo de afianzar la unidad de la comunidad


lingüística y cultural hispana a nivel transnacional. En este sentido, el objetivo de estos
periódicos coincide con el propósito general del Hispanismo, pues en ambos casos la lengua
española se consideraba un símbolo unitario de todos los que la hablaban. Vemos así que este
tipo de textos era muy recurrente en la prensa hispana de Nueva York:

205
VELADA A CERVANTES. Siguiendo la costumbre de años anteriores, unos cuantos jóvenes
entusiastas de la inmortalidad del Quijote, prepararon una velada artístico-literaria en
conmemoracion del tercer centenario del nacimiento de Cervantes. El 26 del actual tuvimos el
gusto de asistir á dicha velada en el espacioso teatro «Lexington Avenue Opera House,» donde
vimos representantes de muchas de las nacionalidades donde se habla el español. […] El público
quedó satisfecho de aquella reunion que pudiéramos llamar de familia, y creemos que muchos
desearán, como lo deseamos nosotros, que se repitan estas veladas para demostrar que sabemos
apreciar el mérito del Quijote, y tener una ocasión de reunirnos y conocernos los que hablamos
el mismo idioma. (El Progreso, nº4, abril, 1884, p. 77).

También era bastante común utilizar figuras como Cervantes, el Quijote o Colón como símbolos
de la cultura hispana, tal y como vemos reproducido en este otro texto. En este sentido, la Real
Academia Española desempeñaba una importante labor en la promoción de la lengua y la
cultura hispanas a nivel transnacional. Un ejemplo lo tenemos por ejemplo en la difusión de la
literatura y las letras castellanas que realizaba a raíz de la convocatoria de un certamen literario
dedicado a conmemorar el aniversario del centenario de Colón:

[…] En la vieja España, como en los países que de ella recibieron la savia de la civilización
cristiana y el habla hermosa y sonora de los Cervantes, Argensolas y Quintanas, abundan hoy
ingenios capaces de ofrecer «partos al mundo que le colmen de maravilla y de contento.» Feliz
acuerdo ha sido el de la Academia y grande el servicio que con él presta á las letras castellanas.
Su llamamiento está concebido en los siguientes términos: Real Academia Española. Deseando
contribuir en lo posible esplendor de las fiestas con que todos los pueblos civilizados, y muy
particularmente España y las repúblicas que de España proceden, van á celebrar el cuarto
centenario del descubrimiento del Nuevo Mundo, la Real Academia Española ha dispuesto abrir
un certamen literario, y convidar y excitar para que concuran á el á los ingenios de aquellos
países donde sea idioma nacional el castellano […] (Las Novedades, 1891, n. 463: 2).

Concretamente, el centenario de Colón ofrecía una oportunidad a los inmigrantes españoles


para integrarse en la narrativa de la historia americana y, según Varela-Lagos (2008), para
defender la hegemonía española en el Caribe. Igualmente, la inclusión de este tipo de textos en
los periódicos en español publicados en territorio estadounidense, constituía una forma de
marcar diferencias importantes entre los dos países que acabarían en guerra en 1898: España y
Estados Unidos.
También encontramos ideologías puristas de la lengua en los periódicos publicados en
Nueva York, pero, curiosamente, estas ideologías no inciden en el contacto existente entre el
inglés y el español, sino ante la presencia de galicismos, como puede observarse a continuación:

206
Afirma don Juan Eugenio Hartzenbusch que en materia de galicismos todos pecamos […] si los puristas
y los que con laudable empeño consagran buena parte de su tiempo á estudiar los clásicos, para
perfeccionarse en el bien decir, cometen, como el hombre justo, siete pecados al dia, ¿qué haremos
nosotros, pecadores impenitentes y dejados de la mano de Dios, que sólo hojeamos libros franceses y
leemos malas traducciones de esos libros, lo cual es peor y desdeñamos conocer á los autores españoles
que no escriben novelas, y decimos á cada paso: «es por esto que opino;» «fué entonces que se obtuvo».
[…] El indicado giro francés va generalizándose de tal manera, que se oye alguna vez aún en la
conversacion de personas cultas y acáso más entre éstas, porque los que no leen, hablan como hablaron
sus antepasados y no tienen oportunidad de conocer construcciones nuevas, ni buenas ni malas, ni
afrancesadas ni castizas (Las Novedades, 1888, n. 329: 2).

La presencia de ideologías y actitudes puristas ante la lengua es un hecho universal que se da


en toda situación de contacto lingüístico. En el caso concreto del español, podemos nombrar
multitud de ejemplos. Uno de los más significativos es el caso de la denuncia de la influencia
francesa en la lengua española, que se materializa en la presencia de galicismos léxicos o
morfosintácticos. De esta forma Torres Martínez (2021: 279) documenta varios textos en la
prensa española del siglo XIX, como uno en el que se denuncia el «diluvio de voces y modismos
de la lengua francesa, los quales a manera de un torrente han inundado nuestro idioma» (Diario
de Madrid, núm. 32 de 7 de febrero de 1812, citado en Torres Martínez, 2021: 279), y en el que
se insta a sustituir dichos galicismos por términos en español.
El mantenimiento de la pureza de la lengua española también se hacía en detrimento de
la condena de los americanismos. Desde instituciones como la Real Academia Española o desde
el propio espacio que ofrecían los periódicos, se intentaba difundir un ideal de lengua culta,
basada en la norma peninsular. Esto se ve reflejado en Las Novedades de la siguiente manera:

Como admiradores apasionados de nuestro hermoso idioma, deseamos que en los países de América
donde se habla y se hablará la lengua patria se conserve ésta en toda su pureza. Sin rechazar en modo
alguno, antes acogiéndo con interés, como lo hace nuestra Real Academia, todo americanismo merecedor
de carta de naturaleza en el idioma, es lo cierto que hispano-americanos y españoles debemos estar muy
en guardia contra las corruptelas, no escasas en número por desgracia, que existen ya y contra las que
inevitablemente han de ocurrir y presentarse en lo sucesivo. Grande y eficaz es la cooperacion que al
efecto pueden prestar las Academias Correspondientes de la Lengua, y por eso hemos visto siempre con
singular interés cuanto se refiere a los proyectos de su fundacion, á los trabajos de las ya establecidas y á
la formacion definitiva de nuevos y autorizados centros en diversas naciones del Nuevo Mundo. Mexico,
Colombia, Venezuela, Ecuador, Chile y otras repúblicas poseen ya sus respectivas Academias; y á ellas
debe apegarse ahora la que há un mes quedó inaugurada en Guatemala. Razon tenemos, pues, para
felicitarnos españoles é ispano-americanos al ver que léjos de existir entre nosotros esos antagonismos,

207
predomina y triunfa en todo el territorio de la América no anglosajona la tendencia á trabajar unidos y en
perfecta armonía por la conservacion y el juicioso aumento del precioso tesoro que poseemos: de la
hermosa, rica y sonora lengua castellana (Las Novedades, 1888, nº 318, p. 6).

Otro de los casos más conocidos es el de la polémica existente entre las lenguas regionales de
España (catalán, vasco y gallego) y el español. De esta forma, a finales del siglo XIX y
principios del XX surgió en España una tendencia purista contra las lenguas regionales y se
estableció una ley de instrucción pública (la Ley de Moyano) en la que el español, el idioma
patrio, era la única lengua oficial a nivel nacional. Igualmente, surgieron publicaciones que
denunciaban el uso de los catalanismos, como la Colección de vocablos y modismos usados por
los catalanes cuando hablan castellano y tomados al oído ò leídos en los periódicos (1883), de
Joaquín Casanova y Ferrán (Ludwig: 2001: 188).

8.4.2.2.La prensa cubana


Al igual que ocurre con la colonia española en Nueva York, el contacto con el inglés de los
cubanos ha venido dado por cuestiones migratorias. Por tanto, las actitudes e ideologías que
suelen surgir están relacionadas con la concepción simbólica de la lengua española en un
territorio anglosajón, como en el siguiente ejemplo:

«Y los jóvenes que viven en el extranjero no son como los de antaño que en el país hospitalario
aprendieron á ansiar más por la patria ausente, que propagaron sus ideales, que prepararon para la guerra;
su patria está en el Broadway que pasean, y para renegar más, tuercen la pronunciación de sus nombres,
y hablan solamente inglés. Ya no conservan en la memoria ni siquiera el vago recuerdo del anciano que
por no someterse á la dominación española murió de hambre y de frio, lejos de Cuba, pidiendo que
llevaran sus restos á su tierra amada, cuando fuera libre. ¡No repercute en sus oídos sordos la exclamación
última del noble anciano: Mi Patria!» [...] (Patria , abril 3 de 1892, nº 4, p. 1).

También vemos alguna actitud por parte de los cubanos en un contexto sociopolítico muy
concreto: en el momento en el que los cubanos ven el peligro de ser conquistados por Estados
Unidos y experimentar la misma situación que bajo el gobierno español, como en el siguiente
ejemplo:

Obedeciendo á esta tendencia expansiva, existen en la Unión Américana dos agrupaciones que tratan, por
caminos diametralmente opuestos, de abrir nuevos horizontes á los dos únicos pueblos que aún
permanecen esclavizados en América. A la emancipación absoluta aspira la una, y la otra á la anexión de
las Antillas españolas al coloso del Norte. Nosotros no podemos figurar en esta última, porque no debemos

208
ni queremos resignarnos á la absorción completa de nuestra raza por otra que no nos seduce hasta el punto
de olvidar por ella idioma, costumbres, tradiciones, sentimientos.... todo lo que constituye nuestra
fisonomía de pueblo latino-americano (Patria, nº1, marzo 14, 1892, pp. 3-4).

A excepción de estos dos testimonios, no existen más referencias explícitas de cubanos en los
que se expresen valoraciones actitudinales e ideológicas sobre el hecho del contacto o sobre la
lengua española.
En definitiva, en este capítulo hemos podido constatar que la situación de contacto
lingüístico que se da en los periódicos hispanos de la segunda mitad del siglo XIX en Estados
Unidos se encuentra en un estado temprano del contacto por el mayor número de casos de
transferencias a nivel léxico que morfosintáctico. Por otra parte, se ha podido constatar que,
efectivamente, dicha situación de contacto se correlaciona con lo que ocurre entre otras lenguas
en contacto, como el caso del inglés y el francés, el inglés y el gaélico o el español con el árabe
o con el portugués. Por tanto, estamos ante una situación que sigue los patrones universales que
se dan en todo tipo de situaciones de contacto. No obstante, sí que se han encontrado evidencias
de que estamos ante una situación de contacto particular entre otras situaciones en las que el
inglés y el español también coexisten, como Gibraltar, Puerto Rico, Filipinas, Guam o las islas
Marianas del Norte, pues el contacto sigue una doble direccionalidad (inglés → español y
español → inglés), como también ocurre en Puerto Rico. Es por este motivo por el que el
español no ha llegado a ser una lengua residual, sino todo lo contrario: es una lengua que va
creciendo en número de hablantes y en prestigio. Esto también se ve motivado por una serie de
factores lingüísticos, como el sistema de datación, y extralingüísticos (las variables geográficas,
sociolingüísticas, históricas y sociopolíticas) que hemos analizado de forma exhaustiva.
También son estos últimos factores extralingüísticos los que hacen que las actitudes y las
ideologías lingüísticas en cada uno de los espacios elegidos para el análisis (el Suroeste y Nueva
York) sean distintas.

209
9. CONCLUSIONES
En un periódico hispano publicado a finales del siglo XIX en Nuevo México encontramos un
texto en el que se realiza toda una declaración de intenciones sobre la postura que los hispanos
residentes en el Estados Unidos decimonónico debían adoptar respecto al mantenimiento de su
cultura y su lengua:

Se hace el deber de todo novo-mexicano que ama á su gente y que se siente orgulloso de su sangre y
lengua constituirse un apóstol y esparcir palabras de ánimo y buena voluntad entre sus compatriotas. Un
mismo sentimiento y una misma esperanza deben, cual lazo misterioso y santo, unirnos. Nuestro corazón
debemos convertirlo en un santuario en el que la lámpara del amor pátrio debe estar siempre encendida
(El Boletín Popular, 1894, p. 2).

Más de un siglo después, en el programa de televisión Caso Cerrado, emitido en la cadena


estadounidense Telemundo, se afirmaba lo siguiente: «Aquí estamos para defendernos, para
decir lo que es correcto y lo que es la verdad, y los latinos somos parte íntegra de Estados
Unidos de América y nos merecemos hablar nuestro idioma, mantenerlo y hacerlo vibrar»
(Caso Cerrado, 2019). El formato y las palabras han cambiado, pero el mensaje sigue siendo
el mismo que encontramos en aquel periódico del siglo diecinueve. La realización de esta tesis
doctoral ha contribuido a entender, precisamente, cómo es posible que más de cien años después
la realidad de la comunidad y la lengua hispanas en los Estados Unidos siga siendo la misma y
que lingüísticamente haya alcanzado incluso un mayor prestigio.
A lo largo de estas páginas que aquí presentamos hemos podido comprobar que el
contacto entre el inglés y el español en Estados Unidos es paradigmático, pues, al contrario de
lo que ocurre en otros territorios donde el inglés convive con el español, en los que esta última
lengua se ha convertido en minoritaria, se observa una tendencia a la preservación y al aumento
de los hablantes y del prestigio de esta lengua en el país. Esto se ha podido constatar a través
del análisis del sistema de datación de los periódicos. En el siglo XIX y comienzos del XX se
observaba una vacilación continua entre la estructura dd/mm/aaaa y la de mm/dd/aaaa que se
resuelve evolutivamente a favor de la primera en los periódicos en lengua española publicados
en el país. Esta tendencia hacia el sistema que suele utilizarse en español, junto con otros datos
empíricos que hemos ofrecido, como el aumento de los hispanohablantes en Estados Unidos, el
auge de los medios hispanos como la prensa, la televisión o la radio, el incremento de dicha
lengua en el discurso de los políticos o su reconocimiento como lengua vehicular en el plano
económico, contribuyen a refutar la hipótesis planteada por los estudios culturales y

210
glotopolíticos de que la lengua y la cultura hispánicas son una minoría y forman parte de la
otredad cultural y lingüística del país.
Asimismo, se ha podido constatar que la situación de contacto lingüístico que se
observa en los periódicos hispanos sigue los parámetros universales que se dan en todas las
situaciones de contacto lingüístico. De esta forma, hemos visto cómo es el dominio léxico el
que presenta una mayor prestabilidad al cambio inducido por el contacto, al igual que ocurre en
otras situaciones, como la que hemos visto en el caso del inglés y el francés en los periodos del
Old y Middle English, o la que ocurre en el caso del español y el portugués en la Península
Ibérica. En el ámbito del léxico, también se ha podido comprobar que hay diferencias en cuanto
al tipo de préstamos: los préstamos culturales y los duplicadores; y que los últimos se suelen
introducir por cuestiones de prestigio. Por último, se han visto que los ámbitos en los que
primero se introducen los préstamos son los que conciernen a la vida política, económica y al
ámbito periodístico, pues constituyen las áreas de la vida en la que el inglés y la comunidad
angloamericana tenían un mayor prestigio en el periodo elegido. Así, gracias a las explicaciones
ofrecidas podemos entender cómo en el programa de televisión al que nos hemos referido
anteriormente, Caso Cerrado, se escuchen intervenciones en español en las que se introducen
préstamos del inglés, como la siguiente: «normalmente esto es un delito menor, pero como se
considera que esto es un hate crime, obviamente, que aquí tienen odio contra los latinos, la
penalidad se convierte ahora en un delito major, una felonía, entonces sí hay causa probable
para arrestarles en estos momentos» (Caso Cerrado, 2019).
Por otro lado, hemos podido determinar que las transferencias en el nivel
morfosintáctico se reducen a los casos de las pasivas (excluyéndose los casos en los que se
utiliza por las peculiaridades del lenguaje periodístico) y alguna concordancia de género inusual
en el español y que la limitación de este tipo de transferencias se debe a una cuestión de estadio
en el contacto y a la poca permeabilidad al cambio por contacto del medio que analizamos, la
prensa. También se pudo constatar que la direccionalidad del cambio es la misma que
encontramos en el nivel léxico: L2 (inglés) → L1 (español).
Las transferencias interlingüísticas del nivel morfosintáctico que encontramos son
indicativas de que la mayor parte del contenido de los periódicos constituyen traducciones o
adaptaciones de artículos procedentes de periódicos escritos en inglés. No es posible que sean
casos de transferencias como las que se dan a nivel oral por el tipo de tradición discursiva ante
la que nos encontramos: la prensa. Se trata de un tipo textual más conservador y menos
permeable al trasvase interlingüístico. La hipótesis sobre la traducción que se planteaba aun
presenta dudas de su confirmación que serán abordadas con mayor precisión en futuros trabajos.

211
El análisis de las actitudes e ideologías lingüísticas realizado en esta tesis también
contribuye a entender que se pueda emitir el siguiente mensaje en televisión en el año 2021:

Yo me crie en este país, con 2 años yo llegué de Cuba. Yo aprendí a hablar inglés aquí. Si yo hoy soy una
persona reconocida y respetada por miles de países en el mundo entero no fue por mi inglés, fue por mi
español. Porque mi madre siempre me dijo, mantén tu idioma, tú nunca sabes cuándo te va a hacer falta,
y mira estoy aquí hoy. Y tú me conoces, me conoce mucha gente por mi español. No pierdas tus raíces
(Caso Cerrado, 2021).

Este tipo de ideologías y de actitudes ya se daba en el siglo XIX y a través del análisis realizado
hemos podido comprobar también que las diferencias existentes en el contacto que se daba en
el Suroeste y en Nueva York en la segunda mitad del siglo XIX, así como en cada uno de los
grupos étnicos (mexicanos, españoles, cubanos) se debían a cuestiones extralingüísticas de tipo
sociolingüístico, histórico, político y cultural. De esta forma, hemos analizado las actitudes y
las ideologías lingüísticas que había en los periódicos de cada zona y grupo sobre cuestiones
metalingüísticas y sobre la política y la planificación lingüísticas de los territorios. Se ha podido
verificar que las diferencias dependían sobre todo por diferencias en el momento de adquisición
de la lengua y sobre si el territorio había sido conquistado, como en los territorios del Suroeste,
o, por el contrario, los hispanohablantes habían emigrado de forma voluntaria al territorio
angloamericano, como el caso de Nueva York. Por tanto, se observaban muchas más ideologías
y actitudes puristas ante el hecho del contacto en los territorios del Suroeste, mientras que en
Nueva York no ocurría lo mismo.
En definitiva, los objetivos generales y específicos propuestos en esta tesis se han
podido alcanzar de forma satisfactoria. Por un lado, hemos podido esclarecer cuál era la
situación general del contacto entre el inglés y el español en el corpus de estudio elegido y de
esta forma hemos podido determinar cuál es la configuración histórica del Spanglish. De esta
forma, se ha delimitado la direccionalidad del contacto (del inglés al español) y que las
transferencias son léxicas y morfosintácticas, en menor grado. También se ha contrastado esta
situación de contacto con otras y se ha podido correlacionar la universalidad de los fenómenos.
En la misma línea, hemos podido afirmar que se trata de una situación paradigmática en relación
con otras situaciones de contacto inglés-español. Por otro lado, se han podido dar a conocer una
serie de valoraciones y comentarios metalingüísticos relacionados con el contacto y la política
y la planificación lingüísticas hasta ahora inéditos en el ámbito académico. A través de estos
textos hemos podido confirmar cómo se relacionan los factores lingüísticos y extralingüísticos

212
y cómo los segundos afectan al uso y a la valoración de la lengua en los periódicos. También se
han visto diferencias en el grado de legitimidad o condena que recibían estas prácticas
lingüísticas en los territorios seleccionados y cómo existían diferencias en las actitudes e
ideologías promulgadas por cada uno de los grupos seleccionados.
Por tanto, esta tesis presenta unos resultados inéditos y novedosos en el ámbito
sociolingüístico y del contacto lingüístico en concreto, de las actitudes y las ideologías
lingüísticas, pues hemos podido esclarecer un aspecto que a día de hoy no había sido estudiado:
la configuración histórica del Spanglish. Gracias a los resultados obtenidos hemos podido
verificar además que, si bien si existen diferencias en el nivel lingüístico, porque estamos ante
estadios diferentes del contacto, sí que puede establecerse un parangón entre la situación que
se daba en el siglo XIX a la que tenemos actualmente en el nivel actitudinal hacia el español:
en ambos periodos el español es considerada una lengua de gran importancia a nivel cultural e
identitario y como lengua vehicular en el ámbito socioeconómico. En conclusión, esta tesis se
presenta como un antes y un después en el ámbito sociolingüístico para poder afirmar con
rotundidad que el español en Estados Unidos está lejos de ser la lengua minoritaria a la que la
literatura científica se ha referido con asiduidad; pues la comunidad hispanohablante de los
Estados Unidos ha conseguido hacer que su lengua, el español, vibre con más fuerza que nunca.

9.1. Conclusions
In a nineteenth-century, Hispanic newspaper published in New Mexico there is a statement
which expresses the attitude that the Hispanic community living in that territory of the United
States should adopt about the maintenance of their culture and language:

Se hace el deber de todo novo-mexicano que ama á su gente y que se siente orgulloso de su sangre y
lengua constituirse un apóstol y esparcir palabras de ánimo y buena voluntad entre sus compatriotas. Un
mismo sentimiento y una misma esperanza deben, cual lazo misterioso y santo, unirnos. Nuestro corazón
debemos convertirlo en un santuario en el que la lámpara del amor pátrio debe estar siempre encendida
(El Boletín Popular, 1894, p. 2).

More than a century later, in the TV programme Caso Cerrado, which is broadcasted on the US
TV channel Telemundo, the following statement was made: «Aquí estamos para defendernos,
para decir lo que es correcto y lo que es la verdad, y los latinos somos parte íntegra de Estados
Unidos de América y nos merecemos hablar nuestro idioma, mantenerlo y hacerlo vibrar»
(Caso Cerrado, 2019). Although the format and the words expressed have changed, the
message remains the same as the one found in the abovementioned nineteenth-century
213
newspaper. After having carried out this thesis, I have come to the conclusion that the linguistic
reality of the Hispanic community in the United States has not changed at all; on the contrary,
Spanish has even achieved a higher prestigious status in this country.
Another outcome that I have achieved is that the contact situation between English and
Spanish in the United States is paradigmatic, as the latter has been preserved and even achieved
a higher status, contrary to what happens in other territories where English and Spanish coexists.
This outcome has been obtained through the analysis of the newspapers’ dating system. I have
proved how there was a constant vacillation between the use of the two different dating systems:
the dd/mm/yyyy structure and the mm/dd/yyyy structure. Whereas the former one is used in
most Hispanic countries, the latter one is adopted by Americans since the end of the eighteenth
century in the United States. The dating system that ends up prevailing in the Hispanic
newspapers is the former one.
The preference of the Hispanic dating system over the American one, as well as other
empirical data that I have also pointed out, such as the increase of Spanish-language speakers
in the United States, the rise of Hispanic media (press, television and radio), the proliferation
of Spanish-language discourses in politics and its recognition as a vehicular language in the
economic field, contribute to refute the hypothesis raised by several cultural and glotopolitical
studies, which affirmed that Spanish is a minority language and the Hispanic community is part
of the cultural and linguistic otherness of the United States.
Likewise, I have discovered that the situation of linguistic contact between English
and Spanish in the Hispanic newspapers follows cross-linguistic patterns. Therefore, the lexical
domain is the first one affected by the contact, as it happens in the case of English and French
in the Old English and Middle English periods and in the case of Spanish and Portuguese in the
Iberian Peninsula. Furthermore, I have pinpointed two different types of lexical borrowings:
cultural borrowings and core borrowings. In addition, I have pointed out the areas in which
lexical borrowings were first introduced, where the Angloamericans had a greater prestige:
politics, economics and journalism. After having explained these facts, it can be understood
how it is possible to find the following kind of statements in television nowadays:
«normalmente esto es un delito menor, pero como se considera que esto es un hate crime,
obviamente, que aquí tienen odio contra los latinos, la penalidad se convierte ahora en un delito
major, una felonía, entonces sí hay causa probable para arrestarles en estos momentos» (Caso
Cerrado, 2019). As it can be observed, English borrowings are introduced within this Spanish
statement, just as it happened in the case of the nineteenth-century Hispanic press.

214
Furthermore, I have determined that the situation of linguistic contact between English
and Spanish had not undergone many changes at a morphosyntactic level, because I have only
found some cases of unusual uses of the passive voice and gender agreement in Spanish. It was
also possible to verify that the direction of the contact resembles the one found at the lexical
level: L2 (English) → L1 (Spanish).
Moreover, the morphosyntactic borrowings abovementioned pinpoint that the content
of the Hispanic newspapers is made up of translations and adaptations of English-language
newspapers. These borrowings differ from the ones produced at an oral level, because the press
is a more conservative textual gender and it is less permeable to change. Nonetheless, this
hypothesis cannot be totally confirmed yet, as it is still necessary to carry out an in-depth
analysis about this topic.
By analysing the linguistic attitudes and ideologies found in the nineteenth-century
Hispanic press, it is possible to understand actual messages about the Spanish language that are
broadcasted in the abovementioned TV show, Caso Cerrado:

Yo me crie en este país, con 2 años yo llegué de Cuba. Yo aprendí a hablar inglés aquí. Si yo hoy soy una
persona reconocida y respetada por miles de países en el mundo entero no fue por mi inglés, fue por mi
español. Porque mi madre siempre me dijo, mantén tu idioma, tú nunca sabes cuándo te va a hacer falta,
y mira estoy aquí hoy. Y tú me conoces, me conoce mucha gente por mi español. No pierdas tus raíces
(Caso Cerrado, 2021).

The attitudes and ideologies found in this text are the same ones that have been analysed within
this thesis. I have verified that there were several differences between the contact situation in
the Southwest and in New York. Furthermore, there were differences between the attitudes and
the ideologies that emerged in each ethnic group (Mexicans, Spaniards and Cubans). Those
differences were due to the following extralinguistic factors: sociolinguistic, historical, political
and cultural. I have determined that those differences also depended on the moment of the
acquisition of the English language, on whether the territory had been conquered, as in the case
of the Southwestern territories, or, on the contrary, if the Spanish speakers had emigrated
voluntarily to the Anglo-American territory, as in the case of New York. Therefore, there were
many more purist ideologies and attitudes towards the fact of contact in the Southwest
territories, while in New York the same was not the case.
The general and specific objectives proposed in this thesis have been achieved. On the
one hand, I have been able to analyse the general situation of the contact between English and
Spanish in the abovementioned corpus of study. Therefore, I have determined the historical

215
origins of Spanglish. Furthermore, I have pinpointed the direction of that contact (from English
to Spanish), the type of borrowings (lexical and morphosyntactic) and how they were triggered.
In addition, I have established how the contact attested between English and Spanish in the
abovementioned corpus resembles that existing in other regions where both languages coexist,
as in the case of Puerto Rico. Likewise, I have studied how the behaviour of either of these
languages in contact with a third one (as in the case of Spanish and Arabic in the Iberian
Peninsula, or English and French in the Middle English period) also resembles the case of the
Hispanic press. On the other hand, I have highlighted several metalinguistic texts regarding
language contact and language policy and planning that were still unknown. Therefore, I have
discovered how the linguistic and the extralinguistic factors are related and how they both
influenced the speakers’ use and linguistic assessment of Spanish in that period. Furthermore,
I have pinpointed several differences regarding the degree of legitimacy or condemnation that
these linguistic practices received in each territory and ethnic group.
To conclude, this thesis displays novel sociolinguistic outcomes about the contact
between English and Spanish in the United States, as I have been able to establish the historical
origins of Spanglish. Therefore, despite the temporal differences existing between the situation
of contact in the nineteenth century and the current one, there are several linguistic features that
have remained until the present day, such as the case of the lexical borrowing and the linguistic
attitudes and ideologies that emerged. From the nineteenth century until the present, Spanish
has been considered an important language at a cultural and an identity levels, and it has also
served as a vehicular language in the socioeconomic sphere. In conclusion, by carrying out this
thesis, I have been able to firmly state that the Spanish language in the United States is far from
being a minority language; on the contrary, the Hispanic community has achieved to make its
language, Spanish, vibrate more strongly than ever.

216
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