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3. La ciencia politica y las otras ciencias sociales ‘Marte Docax La disciplina de la ciencia politica esté «mal definida, [es] amorfay beterogénca». Los editores Fred L. Greenstein y Nelson W. Polsby abren su prefacio al primer Handbook of Political Science (1975, p. 1) con este diagndstico. Veinte aitos después, Jos rasgos principales de las ciencias politicas son: Ja especial. zaciOn, la fragmentacién y la hibridaci6n, Sus fronteras son abies tas, movibles y no necesitan definirse, El proceso de especiali- _zaci6a ha generado una fragmentacidn creciente en subcampos, ‘que no son «amorfos» sino, ms bien, bien organizados y crea- tivos. La eheterogeneidady se ha nutrido de los imtercambios con Jas disciplinas vecinas mediante Ia construcci6n de puentes entre ‘campos especializados de varias ciencias sociales. El proceso de fertilizacin mutua se logra mediante la hibridacién, Las relaciones entre la ciencia politica y las otras ciencias sociales son en realidad relaciones entre sectores de distintas xno entre disciplinas enteras. No es una erapresa linar». Dado que no hay progreso sin especializa intercambios creativos tienen lugar entre subcampos specializados, que la mayor parte del tiempo se encuentran mérgenes de las disciplinas formales. El avance actual ancias sociales puede explicarse en gran parte por la in de distintos segmentos de estas ciencias. Seria concebir tna historia de fa ciencia politica y de sus teadencas actuals sin referencia alas otras clencias sociales. i6n, fragmentaci6n, hibridacién Hay que hacer ma distinci6n entre especializacién dentro de una disciplina formal y especializacién en la intersecci6n de subcampos monodisciplinares. Lo segundo, la hibridacién, sélo puede tener lugar después de que lo primero haya Hega- doa desarrollarse plonamente. En la historia de la ciencia pue Ge observarse un doble proceso: por un Iado, una fragmenta- con un duro programa de t6e- Tcas estadisticas importadas en detrimento del razonamiento cientffico. IIL. Dominios hibridos las doce ciencias sociales principales se cr- Jas demés, obtendrfamos en teorfa una partilla , pero mas de tres cuartas partes de las mismas cialidades hfbridas que gozan de Pare, 1990). Estas especialidades bibridas se dividen intex~ amente y dan Jogar, en una segunda generaciéa, a un ntime- to de hibridos incluso mayor. No se puede obtener un inven- existentes cruzando segunda genera- 's enue los nds dindmicos Jos campos hibridos como tario completo de todas las combina las disciplinas de dos en dos en el sida, ya que algunos campos hibr tienea un origen miltiple. Ademé 167 la prebistoria que se enraizan parcialmente rales, no aparecerian en la parilla de las 144 celdas, limitada ‘como esté alas recombinaciones de segmentos de las ciencias sociales. La configuracin de Ios campos hibridos cambia cons- tantemente. La psicologia politica, la sociologia politica y Ia economia politica ban sido reconocidas desde hace tiempo, ‘mientras que la antropologfa politica no es atin auténoma, 4) Psicologia politica Ente la psicologia y la ciencia politica hay un d Infbrido que ondea su propia bandera: la psicologia polit ‘un hibrido de tercera generacién porque la pr nacié como una disciplina hibrida, con parte de Is ciencias naturales y parte en las Sociales. La psi tica iene dos hermanas: una mayor, la psicolo§ , nocida formalmente en todas las universidades importantes del mundo; y una més joven, la ciencia cognitiva, la mejor dotada hoy de todas las j6venes ciencias a ambos lads de! Atlntico. La psicologia politica rara vez coincide con la ciencia cogni- tiva, pero esté en contacto permanente con la psicologia soc En un estudio reciente, D. O. Sears y C. L. Funk (1991, p. 346) escriben que la psicologfa politica, siendo «una empre~ a interdisciplinar, corre el peligro de caer por las rendijas de las instituciones académicas» a causa de las presiones a favor de da orto linar inducida por la inercia burocrati- ca». Pero ia politica no parece justficarese temo. a revista Political Peychology cs una buena ventana a este campo hibrido. En su tertitorio encontramos las provincias de la sociali- zacién politica, la teoria del rol, Ia alienac el andlisis de le personalidad, las «as, los pequefios grapos, ei Jas ciencias natu | r liss de contenido, método clinico, enfoque cuasi-experimen- taly, en particular, la investigaci6n mediante encuestas). ay pocos dominios his conmemoraa an padre fn. ador Pero la psicologia politica americana tiene un Lassweil, Sa progenie inciuye a Fred I. Greenstein, Lane, Herbert Hyman, Erik Brikson, Sidney Verba y James avies, entxe nachos om CS te cin cpp tica se encuentra institucionalizado en muy pocas universida- des, eto la literatura elacionada con el campo es rca y de gran ‘ariedad como ilustra en Francia, por ejemplo, el trabajo de Philippe Braud o en Alemania las contribuciones de Erwin K Seheuch a la metodologfe de los estudios muestrales y los problemas de la comparabilidad en politica y en psicologfa {otia, Scheuch tiene el mérito de haber descubierto la «fala cia individualista» (Scheach, 1966, 1969). Entre Jos libros que icologia politica habria que sin- Action, compilado por Samuel Bames y Max ogia de protestantes, activistas,reformistas, com- sgularizar Pol ‘Kaase. Su tipol 2 fouistas ¢ inactivos tiene aplicacién en mtichos pases. b) Geografia cientifica en tra por Thomas Kubn. Los comparativistas interesados en este caso deberfan proceder como los bidlogos cuando tienen 1a ‘vena fortuna de descubrir una anormalidad. Podsfan seguir el consejo de Claude Bernard en la Introduction @ la médecine ‘apérimentale (1865), que todavia constituye un libro perti- nente, Podrfan empezar con tno de Jos mejores indicadores que tenemos en la politica comparada: la pequelia propiedad agricol sino indio es pobre, jpeto os propielario!® En relacién al Africa tropical y a otras dreas semejantes, Jeberfamos introducir en el dibujo a las ciencias naturales y a Ia demografia cuando preguntamos, como hace Samuel Hun- fiagion, ,cusntos pafses Hlegarén a ser democréticos? La teoria de la dependencia quiz sea algo stil para América Latina y Europa del Este, pero lo es mucho menos para el Africa tro- pical. La literatura sobre los pardmetros ecoldgicos de los 6- picos puede contrastarse com la literatura sobre Ja transferen- Gia de la fauna y la flora de una zona templada a otra, Por ejemplo, la obra de 1986 de Alfred Crosby sobre Ecological Imperialism: The Biological Expansion of Europe 900-1900 atroja aueva luz sobre la construeciGn del poder americano. Siol eminente comparativista Charles Darwin estuviese todavia a la monodisciplinatiedad, en particular a W. W. Rostow, cuya teoria de las xetapas del crecimicato» no admni- te ningiin Iimite fisico 0 ambiental sobre el crecimiento, ruye un caso clini~ ido dado a esta pala- 2) La politica comparada como dominio htbrido El proceso de hibridaci6n no aparece s6lo en los inter- cambios de conceptos, teorfas y métodos entse las disciplinas 2 Sobre propiedad de Ja tetra, véense Jos datos reeogides por etn Van- soem 381 acin empfrica. Este comercio es excedentario en algunas disciplinas y deficitario en otras, La sefiala ala marginalidad crea- svn como el puesto de in disidad de aeadénicos, in ol porfodo rociente, cl campo ¢e la politica comparads se ha expandido en todas las diecciones, peoetand ef en torios de otras disciplinas: a transicign a la democracia, los valores y las exeencias, la crisis de confianza, la corrupcién dad, los limites para cl crecimient campo de la politica comparada? ‘Como podemos ver, la politica comparada no consiste s6lo cn el andlisis entre naciones. Es necesariamente también una empresa entre distintas disciplinas porque en la investigacion a comporad cruzamos unidades (naciones) y variables (namé- ficas 0 nominales). Generalmente, las variables son mas name- rosas que las unidades. Las relaciones entre variables son fecuentemente mds importantes para las explicas cas que cl descubrimiento de analogias y diferencias entre naciones. En la politica comparada no hay un solo libro importante intente explicar la politica estrictamente mediante varia- bes politicas, excepto en temas constitucionales. Pero tatt- relmente la dosis de bibridacion varfa sogtin la materia y la tapacidad del autor para dejar ea la sombra lo que deberfa ‘admitirse impl(citamente. Por ejemplo, en sus comparaciones de sistemas politicos, académicos como Klaus von Beyme 0 Giovanni Sartori podrian no necesitar discutir en detalle la estrtetura social ola diversidad cultural. Por el contratio, Arend Lijpbart (en su comparacin de democracies consociativas) y Ronald Inglehart (en su andlisis de creencias y valores) tienen ‘que subrayar la importancia de las variables sociales, religio- ‘25, lingtisticas e hist6ricas. En estos casos, Lijphart ¢ Ingle hart cruzan las fronteras disciplinares més ce To que Jo bacen ‘Yon Beyme y Sartori ‘La politica comparada a través de disciplinas diversas sig- sifice, en primer lagar, cruzar la historia. La relacién entre 1a tistorla comparada y la politica comparada merece una larga discusién. Lo que Hlevamos dicho es suficiente para admitir que Jas dos subcampos no cooperan 2 lo Iargo de sus fronteras co sritorio ‘oo campos hibridos: la sociologfa hist6rica, Ia historia social, la historia econdmica, la historia cultural, las comparaciones ssincrOnicas. Algunos de los libros més importantes en politi- ta comparada pertenecen también a esta ¢historia unida con sguiones», desde Homo Hierarchicus de Dumont, De Jericho @ Mexico, villes et économie dans l'histoire de Baitoch, Orien- tal Despotism de Witfogel, El modemo sistema mundial de Wallerstein, hasta The First New Nation de Lipset o Kings or People ée Bendix. ironicamente, estos contsibuidores a la poli tiea comparada y a la historia con guiones no son ni politslo- gos ni historiadores; son, administrativamente, sociélogos. aca IV. Conclusién Distintas disciplinas pueden procedet a examinar el mismo fenmeno desde distintos focos. Esto implica una division de temtitorios entre las disciplinas. Por el contrario, ta hibrida- ci6n implica un solapamiento de segmentos de disciplinas, una jento on nuevos campos especiali- tores de la ciencia polit tica depende en gran medida de los intezcambios con otros cam- pos que peitenecen a otras disciplinas. En los niveles més altos de Ia pirdmide de la ciencia politica, la mayorfa de los inves- tigadores pertenccen a una subdisciplina hibrida: la sociologfa po- logia politica, la filosofia politica, la geografia pol studios de drea, etc: Alternativamente, pueden na (relacioi nestar (elacionado con la economia social Jos valores (relacionado con Ia filosofia, la ética y la psicologia social), las eapacidades de gobierno (relacionado con el d ccho y la economia), 1a pobreza en los pafses tropicales (rel cionado con la agronomia, la climatologfa y la goografia.econ¢ ica), el desarrollo (relacionado con todas las ciencias sociales yy varias naturales), Probablements hay tanta comunicacién con Jos de fuere como entre subcampos intemnos. Por ejemplo, un psicélogo politico que estudia los movimientos de protesta y la ign interactia s6lo un poco con el colega que utiliza I de juegos para estudiar el mismo tezna, Puede encontrar un terfeno intelectual comin con e} historiador social que esti- dia el fenémeno en épocas anteriores 0 con el soci6logo que cstudia e! impacto del desempleo o la inmnigracién sobre la vio- Jencia y la deslegitimacién en algunos paises europeos. No hay comunicacién entre dos politdlogos que analizan la crisis del sistema de seguridad social, uno mediante la construccién de modelos abstractos, el otro mediante el estudio del lenguaje 186 e la calle. El primero esté en coutacto con otras constructo- res de modelos ea la economia, y el segundo cita @ académi- cos de otras disciptinas. ‘Todos los temas importantes cruzan las fronteras formales ée as disciplinas: Ja quiebra de las democracias, fa anargu‘a, fa ‘guerra y la paz, el cambio generacional, el nexo libertad-igual- dad, el individualismo en las sociedades avanzadas, el funda- mentalismo en las sociedades tradicionales, la clase goberuan- te, la opinidn pablica. La mayorfa de los especialistas no estén izados en el asf llamado nticleo de la disciplina. Estén en Jos margenes de fuera, en contacto con los especialistas de otras diseiplinas. Prestan y toman prestado en la fronteras. Son acadé- icos hfbridos. El niimero de politélogos «generales» decrece répidamente. Todos tienden a especializarse en uno o varios dominios. Cuando dos politélogos se encuentran por primera vez, la pregunta esponténea que se haven es: «2A qué campo te Esto también es asf en otras disciplinas. En los con- jesionales, los académicos se encuentran de acuerdo ar con sus especialidades. Los congresos que juntan a maltitudes 6e personas que tienen poco en comin consumen mucha energla, «que podria invertise mejor en la organizacién de encuentros por ‘campos que junten a especialistas de varias disciplinas. Suponga que fuese posible seleccionar eatre todos los logos de los distintos paises a los quinientos o seiscien- -adémicos que estén llevando a cab la investigacién més creativa, aquellos que hacen avanzar el conocimiento, los mis renombrados. Suponga también que de este estrato superior de Ja eminencia eliminamos a los académicos especializados en temas constitucionales y en procesos gubemamei propio pais, algunos de los cuales son famosos en su propio ‘campo. Tras hacer esta doble delimitaci6n, descubrisfamas que ‘entre este conjunto de académicos, la mayorfa no soa polit6- logos «purosm. Son especialistas en un dominio de investiga- cién que no es exclusivamente politico. Quienes se encierran asf mismos en las fronteras tradicionales de la ciencia politi- ca estén estrechando sus perspectivas y red tanidades que tienen para innovar, a oxcer constitucionales y Ja organizacién del aparato del Es rr Enel otto extrem estén los imitadores entusiastas. En algu- ‘nos dominios, Jos préstamos se convierten en una imitaciGn ‘demasiado simple y no en una adaptacién imaginativa. Si fue- ra posible jerarquizar los distintos subcampos y escuelas en ‘una escala de eclecticismo, nos apareceria que las dos escue- Jas que més imitan son In del andlisis estadistico sofisticado y Ja de las asunciones heuristicas econémicas. Ya me he referi doa los sobrecuantificadores. Recurro a Neil J, Smelser, espe- i fa econémica, para un j ‘Anthony Downs jiento politico imita a la teoria econdmica al postalar una versidn de la racionalidad politica ‘yal construir una teorfa del proceso politico sobre ésta y otras asunciones -adoras» (Smelser, 1967, p. 26). La ciencia politica vive en simbiosis con las demés ciencias sociales, y continuard siendo una ciencia creativa en la medida en que siga siendo extrovertida, De hecho, esta ciencia no tie- ‘ne elecciGn porque est genéticamente programada para gene- rar nietos que hablarén distintas lenguas y se sentardn, como dice Almond, en «mesas distantes». Estas mesas son distantes porque estén colocadas en los intersticios de las disciplinas en ‘el enorme territerio interior de la ciencia politica. re, Politics and the Social Sciences ( pilaciones de Lirser sobre Politics and the Social Sciences de Devrscrt, MARKOVITS y PLATT sobre Advances in the Social Sc ces (1986); eL informe de la OCDE, Interdisciplinarie de ensefianza e investigacin en Tas universidades elde la secciGn de ciencias sociales de la UNESCO, Principales tendencias de [a investigacién en las cizncias sociales y hunanas (1970). 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