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LEANDRO GONZALEZ

5to EIE

Aristoteles:

La antropología y psicología aristotélica

La teoría de la sustancia mantenida por Aristóteles le apartará también de la


interpretación platónica del hombre. Platón, en efecto, había concebido al hombre
como el resultado de una unión accidental entre el alma y el cuerpo, dos entidades de
naturaleza diferente que se veían obligadas a convivir provisionalmente, hallándose el
alma en el cuerpo como un piloto en su nave o, como nos sugiere en el Fedón, como
un prisionero en su celda. La muerte significa para el hombre la separación del alma y
el cuerpo. Siendo el alma inmortal y el cuerpo corruptible, Platón identificará al hombre
propiamente con su alma, por lo que, de alguna manera, concibe la idea de que el fin
de la vida del hombre está más allá de su vida en la tierra.

Aristóteles, sin embargo, ha de concebir al ser humano de acuerdo con su teoría de la


sustancia, es decir, en consonancia con la idea de que no es posible la existencia de
formas separadas: la sustancia es un compuesto indisoluble de materia y forma.
Además, todas las sustancias del mundo sublunar están sometidas a la generación y a
la corrupción. El hombre, pues, ha de ser una sustancia compuesta de materia y
forma: la materia del hombre es el cuerpo y su forma el alma. Aristóteles acepta, como
era admitido entre los filósofos griegos, la existencia del alma como principio vital:
todos los seres vivos, por el hecho de serlo, están dotados de alma, tanto los
vegetales como los animales. Pero interpreta también que ese alma es la forma de la
sustancia, es decir, el acto del hombre, en la medida en que la forma representa la
actualización o la realización de una sustancia. Coincidirá pues, con Platón, en la
concepción de que el hombre es un compuesto de alma y cuerpo; pero se separará de
Platón al concebir esa unión no como accidental, sino como sustancial. No existen el
alma por un lado y el cuerpo por otro lado, sino que ambos existen exclusivamente en
la sustancia "hombre" la distinción entre alma y cuerpo es real, pero sólo puede ser
pensada. Por lo demás, el alma no puede ser inmortal, como afirmaba Platón, ya que
no es posible que subsistan las formas separadamente de la materia. Cuando el
hombre muere se produce un cambio sustancial y, como hemos visto en la explicación
aristotélica del cambio, eso supone la pérdida de una forma y la adquisición de otra
por parte de la sustancia "hombre": la forma que se pierde es la de "ser vivo" (lo que
equivale a decir "ser animado"), y la forma que se adquiere es la de "cadáver" (lo que
equivale a decir "ser inanimado").

Aristóteles distinguirá en su tratado "De Anima" tres tipos de alma: la vegetativa, la


sensitiva y la racional. El alma vegetativa ejerce las funciones de asimilación y de
reproducción y es el tipo de alma propio de las plantas; asume , por lo tanto, las
funciones propias del mantenimiento de la vida, en lo que podríamos considerar su
escala más baja, ya que son ajenas a ella todas las funciones sensitivas así como el
control del movimiento local. Dado que estas funciones vitales son comunes a todos
los seres vivos todos han de poseer un tipo de alma capaz de realizarlas.

El segundo tipo de alma, superior al alma vegetativa, es el alma sensitiva, el alma


propia de los animales. No sólo está capacitada para ejercer las funciones vegetativas
o nutritivas, sino que controla la percepción sensible, el deseo y el movimiento local, lo
que permite a los animales disponer de todas las sensaciones necesarias para
garantizar su supervivencia, tales como las derivadas del gusto y el tacto; ello permite
también a los animales disponer de imaginación y memoria dos facultades que, para
Aristóteles, derivan directamente de la capacidad sensitiva de los animales.

El tercer tipo de alma, superior a las dos anteriores, es el alma racional. Además de
las funciones propias de las almas inferiores, la vegetativa y la sensitiva, el alma
racional está capacitada para ejercer funciones intelectivas. Es el tipo de alma propia
del hombre. Siendo el alma la forma del hombre no puede existir más que un alma que
ha de realizar tanto las funciones "irracionales" de la nutrición y la sensación, como las
funciones racionales, intelectivas, la capacidad de razonar. Las funciones
"irracionales" son las señaladas anteriormente para los otros tipos de alma. Las
funciones racionales o intelectivas son el conocimiento de la verdad en sí misma (la
capacidad del conocimiento científico), y el conocimiento de la verdad con fines
prácticos (la capacidad deliberativa). Para Aristóteles, pues, el alma es no sólo
principio vital, sino, al igual que para Platón, principio de conocimiento. De hecho,
Aristóteles definirá el hombre como animal racional, atendiendo precisamente al tipo
de alma que le es propia; aunque en la Política lo defina, atendiendo también a las
características de su naturaleza, como animal social o "político".

E. Kant

Como fenómeno, el hombre está sometido a las leyes de la Ha: como noumeno, es un
ser libre y pertenece al ámbito de lo inteligible, de la moral. En este rigen las ideas de
la moralidad y de la libertad, cognoscibles por la razón práctica.

Dimensión empírico sensible: egoísta, cerrado en sí, antisocial.

Dimensión ético-social: el hombre es parte de una comunidad, convive con otros


hombres en el reino de los fines. Muestra una insociable sociabilidad o una sociable
insociabilidad.

Antropología en sentido pragmático estuvo dirigido a un público amplio,


presumiblemente, hacia aquellos lectores interesados en la cultura que pudieran
captar las sutilezas y los argumentos con los que Kant revelaba su vasto conocimiento
acerca de la vida y las relaciones entre los seres humanos.

Él decía que el hombre es un ser autónomo, que expresa su autonomía a través de la


razón y de la libertad. Para ser autónomo el hombre debe usar su razón
independientemente.
Max Scheler:

Scheler cree que es necesario elaborar un saber denominado "antropología filosófica"


que presente una imagen unitaria del hombre. La cuestión principal para él es: ¿qué
es el hombre y cuál es su puesto en el ser? ... 2) Cuál es la característica esencial o
peculiar del hombre que lo distingue respecto de los otros seres.

Si bien jamás se supieron tantas y tan variadas cosas sobre el hombre como en la
actualidad se trata, nos dice Scheler, de un conocimiento abundante pero fragmentario
el cual ha sido abordado por biólogos, médicos, psicólogos y sociólogos, aparte de los
filósofos quienes trabajan en bosquejar una nueva imagen del hombre, a través de los
múltiples enfoques con que es abordado, teniendo como consecuencia, que lejos de
iluminar la estructura esencial de su ser, terminan por ocultarla.

En su opinión la antropología filosófica es:

Una ciencia fundamental en la esencia y de la estructura esencial del hombre; de su


relación con los reinos de la naturaleza (inorgánico, vegetal y animal) y con el
fundamento de todas las cosas; de su origen metafísico y de su comienzo físico,
psíquico y espiritual en el mundo… esta antropología sería la única ciencia que podría
establecer un fundamento único de índole filosófica y señalar al mismo tiempo,
objetivos ciertos de investigación a todas las ciencias que se ocupan del objeto
"hombre".

Scheler (1942). p. 53

Después de señalar las nociones que del hombre han impregnado la historia de la
cultura occidental: la tradición judeocristiana, la antigüedad clásica y la ciencia
moderna de la naturaleza, Scheler expondrá su propia concepción.

En este sentido su investigación se dedicará a destacar que sea el hombre con


respecto a dos puntos:

1) Cual sea su relación respecto a la totalidad del ser o el fundamento de todas las
cosas y
2) Cuál es la característica esencial o peculiar del hombre que lo distingue respecto de
los otros seres.

tiene por objetivo de su antropología filosófica establecer la relación metafísica del


hombre con el fundamento de todas las cosas, es decir, con Dios, y cuya misión
consistiría en tomar conciencia de ser parte por la lucha en la divinidad y coautor de
ésta para así contribuir a engendra el Dios que se está haciendo.

F. Nietzsche

La antropología de Nietzsche está en la misma línea crítica de los valores culturales de


occidente, el hombre entra en esa misma visión pesimista de la decadencia occidental.
Para Nietzsche el hombre es:

- un ser Miserable: desprecia la tierra, el cuerpo, el instinto; es un ser a medio hacer


entre la bestia y el Superhombre.

- es un Animal Defectuoso: es el único animal del universo que aún está por hacer;
corre un riesgo: o vencer al hombre mediante la superación (convertirse en
Superhombre) o volver a la animalidad. Este hombre se resiste a abandonar los
valores del pasado y dar un nuevo sentido a la humanidad.

El Superhombre.

Por lo tanto el hombre tiene que ser superado, lo que significa que tiene que
transformarse; el hombre no es un ser estático, inmóvil, sino que está dotado de una
enorme

capacidad creadora, y la manera de superarse es la “voluntad de poder”.

La vida tiene una fuerza enorme, expansiva; está en proceso evolutivo constante que
le hace ir hacia especies superiores. Este sentido de superación implica que para que
el hombre llegue al Superhombre tiene que superar la moral tradicional, decadente y
alienante y

llegar a una nueva moral de acuerdo con la naturaleza. Este afán de superación le
debe llevar a expulsar a Dios de su interior: Dios ha muerto y sólo queda el hombre
que se va superando hasta llegar al superhombre.

El tema de la muerte de Dios aparece en la primera parte de Así Habló Zaratustra, en


la que aparece la metáfora de las tres transformaciones del espíritu:

- se convierte en camello: el animal que soporta grandes pesos, el hombre que se


inclina ante la omnipotencia de Dios y ante la ley moral.

- en león: destruye los valores establecidos.

- en niño: simboliza al hombre capaz de crear nuevos valores y de llegar a ser el


Superhombre.

Zaratustra es el pregonero de la muerte de Dios, suplantado por el Superhombre

Características del Superhombre


A partir del tercer momento (el niño) es cuando empieza a aparecer el Superhombre
que da lugar a la nueva humanidad libre y creadora; las características fundamentales
del

Superhombre son:

a) Ansia de vivir: el hombre nuevo, el Superhombre, se preocupa de la vida, sobre


todo de la vida corporal, la salud, el placer, la violencia, la victoria, el éxito... Las
virtudes que ama son la fuerza física, el poder, la rebeldía del fuerte y del poderoso.

b) Superación: sobre todo de la moral tradicional cristiana: no está sometido a ningún


precepto moral porque se sitúa por encima del bien y del mal. Lo que favorece a la
naturaleza es bueno, lo que la perjudica es malo.

c) Superior: se aceptan las jerarquías entre los hombre, ya que la igualdad sólo lleva a
la moral del rebaño. El Superhombre debe practicar la moral de los señores que
dominan por la fuerza y la violencia.

d) Valores: no se cambian sólo los valores, sino también la forma de valorar, es decir,
la forma de vivir.

e) Terrenal: vive la fidelidad a la tierra, lejos de la trascendencia metafísica y de la idea


de Dios.

f) Poder: el Superhombre vive la voluntad de poder: la conciencia de las ansias de


vivir; es la voluntad de dominar y de recrear al mundo y sus valores, el ser señor y no
esclavo.

g) Retorno: es el ser que vive el eterno retorno: querer el futuro es volver a querer el
pasado todo ha existido ya.

La Voluntad de Poder

Significa la voluntad de dominio, fuerza, impulso vital, emoción, pasión, la ley del más
fuerte. Es la exaltación de la fuerza y de la agresividad. El Superhombre es el que
debe fundar una sociedad de nobles. Es el deseo y la voluntad de desarrollarse como
lo que verdaderamente se es: un ser humano, apegado a la vida y a la tierra.

Nietzsche intentó compensar su débil salud con una voluntad férrea por vivir e
imponerse a su naturaleza enfermiza. Para Nietzsche, el mundo, el hombre y la vida
son voluntad de poder.

Esta no es “voluntad que busca el placer y evita el dolor”, ni “voluntad de vida”; más
bien al contrario: la vida es voluntad de poder, sinónimo de voluntad de ser más, de
vivir más, de superarse y de mostrar una fuerza siempre creciente: voluntad de crear.
Por eso es voluntad creadora de valores nuevos y aniquiladora de los tradicionales. La
voluntad de poder constituye el principio fundamental de todas las valoraciones. Para
Nietzsche, el mundo, la vida y el superhombre son voluntad de poder, y los nuevos
valores son la expresión de esa voluntad

El Eterno Retorno
Dijo Nietzsche que era su pensamiento más profundo pero el menos elaborado. Es un
sí a la vida que no solamente afirma los valores de esta tierra, sino también el deseo
de que se repita eternamente. Parece ser que el eterno ciclo de nacer y morir se repite
eternamente para todos. Este pensamiento asusta a aquellos que han vivido toda su
vida bajo la moral tradicional en espera de un más allá que pague sus sacrificios; en
cambio al Superhombre, que ha vivido bajo su propia moral de los señores, este
pensamiento debe llenarlo de gozo.

Nietzsche niega la posibilidad de la Metafísica y, además, parte de la pérdida de la fe


en Dios y de la inmortalidad del alma. Esta vida que se afirma pide siempre ser más,
pide la eternidad en el placer y volverá una y otra vez.

Sartre:

Sostiene Jean Paul Sartre que el existencialismo es un humanismo. Contra sus


detractores afirma que se trata de una doctrina destinada estrictamente a los técnicos
y filósofos. Hace notar que todos los existencialismos tienen en común que consideran
que la existencia precede a la esencia.

¿Cuál es el concepto de Jean Paul Sartre del hombre?

El ser-para-sí es el ser de las personas, es la persona en tanto que subjetividad, en


tanto que dotada de conciencia y libertad. ... Sartre hace una presentación abstracta
del ser-en-sí, presentación que recuerda al ser de Parménides: “El ser es. El ser es
en-sí. El ser es lo que es”.

¿Cuál fue la frase de Jean Paul Sartre?

Sartre considera que el ser humano está "condenado a ser libre", es decir, arrojado a
la acción y responsable plenamente de su vida, sin excusas. Aunque admite algunos
condicionamientos (culturales, por ejemplo), no admite determinismos. Concibe la
existencia humana como existencia consciente. Significa que la libertad es inherente a
la condición humana y que, por ello, el hombre es absoluto responsable del uso que
haga de ella.

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