Está en la página 1de 1

Señor Jesús, cuyo conocimiento supera el Señor Jesús, cuyo conocimiento supera el

saber de todas las ciencias humanas. Hazme saber de todas las ciencias humanas. Hazme
profundizar cada vez más en el misterio profundizar cada vez más en el misterio
insondable de tu persona y de tu misión, para insondable de tu persona y de tu misión, para
que, saciada mi mente, mi entendimiento y mi que, saciada mi mente, mi entendimiento y mi
corazón, alcance la Vida Eterna con una dicha con corazón, alcance la Vida Eterna con una dicha con
una dicha inenarrable. Como dijo un día San una dicha inenarrable. Como dijo un día San
Agustín: que te conozca Señor y que me conozca. Agustín: que te conozca Señor y que me conozca.

Madre María, que conociste íntima y Madre María, que conociste íntima y
profundamente a Jesús y lo haces conocer cada profundamente a Jesús y lo haces conocer cada
vez más a los que acuden a ti. Enséñame a vez más a los que acuden a ti. Enséñame a
mirarlo, a observarlo, a estudiarlo, para que, mirarlo, a observarlo, a estudiarlo, para que,
penetrando más y más en su misterio, lo ame penetrando más y más en su misterio, lo ame
también cada vez más profundamente y consiga también cada vez más profundamente y consiga
así la alegría mayor que puede llenar mi mente, así la alegría mayor que puede llenar mi mente,
mi alma y mi ser. mi alma y mi ser.

Señor Jesús, cuyo conocimiento supera el Señor Jesús, cuyo conocimiento supera el
saber de todas las ciencias humanas. Hazme saber de todas las ciencias humanas. Hazme
profundizar cada vez más en el misterio profundizar cada vez más en el misterio
insondable de tu persona y de tu misión, para insondable de tu persona y de tu misión, para
que, saciada mi mente, mi entendimiento y mi que, saciada mi mente, mi entendimiento y mi
corazón, alcance la Vida Eterna con una dicha con corazón, alcance la Vida Eterna con una dicha con
una dicha inenarrable. Como dijo un día San una dicha inenarrable. Como dijo un día San
Agustín: que te conozca Señor y que me conozca. Agustín: que te conozca Señor y que me conozca.

Madre María, que conociste íntima y Madre María, que conociste íntima y
profundamente a Jesús y lo haces conocer cada profundamente a Jesús y lo haces conocer cada
vez más a los que acuden a ti. Enséñame a vez más a los que acuden a ti. Enséñame a
mirarlo, a observarlo, a estudiarlo, para que, mirarlo, a observarlo, a estudiarlo, para que,
penetrando más y más en su misterio, lo ame penetrando más y más en su misterio, lo ame
también cada vez más profundamente y consiga también cada vez más profundamente y consiga
así la alegría mayor que puede llenar mi mente, así la alegría mayor que puede llenar mi mente,
mi alma y mi ser. mi alma y mi ser.

También podría gustarte