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La Matriz de Virtudes Roger Martin
La Matriz de Virtudes Roger Martin
Virtud: Actividad o fuerza de las cosas para producir o causar sus efectos.
Diccionario de la Lengua Española
Las imágenes que nos llegan de las recientes reuniones sobre globalización
llevadas a cabo en Seattle, Davos y Génova, parecerían sugerir que la presión a las
empresas para que demuestren una mayor responsabilidad social y ambiental,
provienen únicamente de revoltosos, enemigos del jabón y del sistema. Sin
embargo, cada vez es más evidente que sectores mucho más formales y menos
marginales de la sociedad, también está planteando esa exigencia. Muchos
consumidores e inversionistas, así como un creciente número de líderes
empresariales, han unido sus voces a aquellos que instan a las corporaciones a
cumplir con sus obligaciones hacia sus empleados, hacia las comunidades en
donde operan y hacia el ambiente, sin que ello resulte incompatible con el objetivo
de generar mayores ganancias para sus accionistas.
Estos dilemas, que han preocupado por largo tiempo a los pensadores del mundo
empresarial, se convirtieron en el foco de discusión de un grupo de ejecutivos,
académicos y propulsores de políticas públicas (de los cuales yo hago parte), que
nos reunimos recientemente en el Instituto Aspen en Colorado bajo los auspicios de
la “Iniciativa para la Innovación Social a través de los Negocios” (Initiative for Social
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Innovation Through Business.) Afirmar que nuestro grupo encontró la solución
definitiva para resolver estos problemas urgentes, sería ir demasiado lejos. Sin
embargo, motivado por nuestra discusión, diseñé una herramienta analítica para
ayudarles a los ejecutivos a manejar adecuadamente el tema prioritario de la
responsabilidad social corporativa. Después de ensayarla y de refinarla con mis
colegas del Instituto, tengo confianza en que esta herramienta, a la que he llamado
matriz de virtudes, resulte útil para que quienes toman las decisiones en las
empresas comprendan los elementos que determinan que la conducta de una
corporación se pueda considerar socialmente responsable.
Una reacción común de la gente que escucha por primera vez esta historia, es
preguntar: “¿Por qué más compañías no actúan en esta forma?” Sería demasiado
simple responder que Feuerstein es mejor persona que la mayoría de los
empresarios. Independientemente de sus virtudes, Feuerstein estaba obligado a
rendirle cuentas a un número de accionistas menor que el número de accionistas a
que tiene que responderles un gerente promedio. Los únicos accionistas de la
empresa de Feuerstein eran él mismo y varios miembros de su familia quienes, se
supone, compartían la misma buena voluntad de sacrificar sus ganancias en favor
del bienestar de los empleados. (Feuerstein quizá fue demasiado lejos y “Malden
Mills” debió solicitar protección contra bancarrota en Noviembre del 2001.) En
contraste, el gerente típico de una corporación pública debe rendirles cuentas a
miles de accionistas.
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teoría, el interés y el instinto de conservación aseguran que ningún ejecutivo en
sano juicio vaya a comprometerse con actividades que puedan erosionar el capital
de los accionistas.
Por supuesto, los intereses de los accionistas y los de la comunidad no siempre son
opuestos. Muy frecuentemente las corporaciones se comportan de manera
socialmente responsable, precisamente para aumentar el valor de su imagen y de
sus acciones. Deciden hacerse cargo, por ejemplo, de actividades filantrópicas,
tales como apoyar a los museos locales o a programas benéficos de nutrición,
porque la administración supone que los clientes de sus productos sentirán que el
precio que pagan, contribuye a la realización de buenas obras. De esa misma
manera, las compañías les ofrecen a sus trabajadores servicios de guardería e
instalaciones para hacer ejercicio físico, porque el incremento en la productividad y
en la tasa de retención que esos beneficios generan, es mucho más alto que su
costo. Un creciente número de compañías como “The Body Shop”, una cadena de
almacenes de productos para el cuidado de la piel y del cabello, hacen de la virtud
corporativa el eje central de su declaración de valores: “The Body Shop” informa de
manera expresa a sus clientes, que mediante la compra de sus productos están
contribuyendo a mejorar la calidad de la vida de las mujeres en los países en
desarrollo, promoviendo los derechos de los animales y protegiendo el ambiente;
con lo cual, a su vez, incrementan la oferta de posibilidades para obtener artículos
de belleza sin afectar la responsabilidad social del consumidor.
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efectos de este artículo, a tales formas de responsabilidad social corporativa se les
da el nombre de instrumentales, es decir, aquellas que explícitamente sirven al
propósito de aumentar las ganancias de los accionistas. En cualquier momento en
que se miren, las prácticas instrumentales basadas en leyes, regulaciones, usos o
convenciones sociales, abren el mayor abanico de posibilidades para un
comportamiento corporativo responsable.
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en el momento de evaluar las alternativas y las oportunidades para alcanzar un
comportamiento socialmente responsable.
La Frontera
Alcance
Inversión
Liderazgo
Social
Licencia
Cumplimiento
Social para
de la Ley
Operar
La Base Civil
La Matriz de las Virtudes - Roger L. Martin - Harvard Business Review – March 2002
A los dos cuadrantes inferiores les he dado el nombre de base civil. Esta base
constituye la “ley común” del comportamiento corporativo responsable y es una
acumulación de costumbres, normas, leyes y regulaciones. Promueve la conducta
socialmente responsable y aumenta el valor de las acciones y los beneficios de los
accionistas. En el cuadrante izquierdo se encuentran las conductas que la
corporación elige de manera voluntaria, de acuerdo con las normas sociales y las
costumbres. El cuadrante derecho representa aquellas que la empresa cumple por
obligación (conductas responsable ordenadas por ley o regulación). Una línea
punteada en la base civil, divide las conductas voluntarias de las obligatorias, y
muestra cómo los límites entre ambas son permeables. La aceptación de algunas
de las conductas que ingresan en la base civil por el cuadrante izquierdo, puede
volverse tan generalizada, que acaban convirtiéndose en leyes o regulaciones de
obligatorio cumplimiento. Así por ejemplo, en el pasado sólo unas cuantas
compañías ofrecían seguro médico para las familias de sus empleados. Debido a
que la relación costo-beneficio de esta práctica resultó altamente positiva en
términos de la actitud favorable que generó tanto en los trabajadores como en los
clientes, más compañías empezaron a replicarla, hasta el punto de que esa práctica
inicialmente voluntaria, pasó a ser parte de las reglamentaciones gubernamentales
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que cada vez les exigen a más empresas hacer extensivo el seguro médico de sus
empleados a las familias de los mismos.
Quizá el aspecto con mayor significado de la base civil sea su límite superior, es
decir, la línea que la separa de los cuadrantes de frontera. Esa línea no es fija, sino
que con el tiempo tiende a moverse hacia arriba en economías robustas, a medida
que los beneficios sociales se convierten en normas o requerimientos legales. Pero
así como se expande, la base civil también se puede encoger. Las presiones que
sufren las economías menos saludables pueden llegar a debilitar a las normas y en
algunos casos hasta los mecanismos que vigilan el cumplimiento de las leyes que
sustentan la base civil. Un caso concreto fue lo que sucedió Rusia inmediatamente
después de la caída del régimen soviético. Las reglamentaciones sobre las
condiciones laborales, el trabajo infantil y temas similares, se descuidaron
enormemente y las autoridades, lejos de proteger los bienes del Estado, participaron
del saqueo general. Como resultado, las empresas comerciales, que hasta ese
momento habían estado sujetas, por lo menos, a una mínima disciplina impuesta
por las autoridades soviéticas, se convirtieron en vehículo para el enriquecimiento
de unos cuantos plutócratas. Solamente hasta hace unos poco años Rusia pudo
reestablecer la fisonomía de una base civil, cuando los inversionistas extranjeros
condicionaron sus inversiones a unos mínimos de comportamiento corporativo
responsable.
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favor de la sociedad y no de la corporación, y le generan un obstáculo estructural a
la acción corporativa. Un caso clásico de conducta en la frontera estructural lo
constituyen las decisiones ya descritas, que Aaron Feuerstein tomó a raíz del
incendio de “Malden Mills”. Feuerstein continuó pagándoles los salarios a sus
empleados, con lo cual los liberó de afrontar una crisis económica y les ahorró al
Estado y a la ciudad los costos del subsidio de desempleo y los pagos de asistencia
social. Pero esta generosidad les representó enormes pérdidas a él y a los
accionistas de la compañía. Al contrario de la conducta de “Prudential”, la de
Feuerstein probablemente nunca se convierta en los Estados Unidos en una norma
corporativa.
Las fronteras estratégica y estructural están separadas por una línea vertical
ondulada que sugiere que algunas acciones pueden no resultar claramente
beneficiosas o dañinas para los accionistas. “Procter & Gamble”, por ejemplo, tenía
una política muy estricta en contra de la utilización de sobornos para obtener
contratos en el extranjero, desde mucho tiempo antes de que la “Ley de Prácticas
Corruptas en el Extranjero” prohibiera expresamente esa conducta. Si bien la
decisión de “Procter & Gamble” pudo haber afectado su competitividad frente a sus
rivales en el mercado, mejoró de tal manera su reputación entre los consumidores
de los Estados Unidos y de otros países, que se convirtió en beneficiosa.
Una vez recorrida la matriz de virtudes, vamos ahora a utilizarla para analizar los
aspectos que deben afrontar los altos ejecutivos cuando toman decisiones
referentes a la responsabilidad social de sus corporaciones. La primera cuestión
para abordar, es la razón por la cual la presión del público para aumentar la
conducta corporativa responsable, parecería no tener límite.
En cierta forma, las compañías son víctimas de sus propias buenas obras.
Volvamos nuevamente a la base civil. Los comportamientos corporativos
enmarcados en los cuadrantes inferiores de la matriz de virtudes, pueden haber
tenido su origen en la frontera estratégica, pero hoy en día constituyen mandatos de
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ley o se han convertido en obligatorios por la vía de la tradición y la costumbre. De
ahí que cumplir hoy con la ley ambiental o dotar de guarderías a sus trabajadoras,
les represente a las compañías poco reconocimiento por parte del público. Tales
conductas constituyen una obligación más que una muestra de responsabilidad, o
como dirían los ingleses: “las compañías no son mejores de lo que deben ser. Para
que el comportamiento de una compañía obtenga el reconocimiento del público,
tiene que adoptar conductas “de frontera”. Allí es donde el público reconoce los
obvios beneficios sociales o ambientales que una determinada conducta podría
producir, pero no encuentra la suficiente decisión de las empresas para adoptar esa
conducta. En un momento determinado, sólo muy pocas empresas operan en la
frontera estratégica.
Las diferencias de profundidad entre las bases civiles de distintos países del mundo,
pueden afectar tanto negativa como positivamente la oferta global de
responsabilidad social corporativa. Visto desde el lado positivo, las
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corporaciones globales de países avanzados pueden entrar en economías de
desarrollo y llevar con ellas empleos y prácticas éticas y ambientales propias
de las bases civiles de sus países de origen. Estas mismas prácticas
probablemente ya sean parte de la frontera estratégica o la estructural de la matriz
de virtudes de los países anfitriones. Mediante la adopción de estas nuevas
prácticas, los negocios locales adquieren un comportamiento responsable que
eventualmente emigra hacia la base civil del país y entra a formar parte de ella. De
esta forma la globalización “eleva a un promedio” las bases civiles del mundo.
La escasez de visión
Por último, vamos a activar la matriz de virtudes con dos preguntas cruciales y
relacionadas entre sí: Una: ¿Qué barreras impiden el incremento de la oferta de
virtud corporativa? Y dos: ¿Qué pueden hacer las compañías para superar de
estas barreras?
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Abundan las oportunidades para idear programas y procesos que beneficien a la
sociedad y que al mismo tiempo aumenten la riqueza de los accionistas de una
empresa. Lo que aparentemente hace falta, es imaginación y motivación intrínseca
de parte de las corporaciones y sus ejecutivos, lo cual no representa un obstáculo
insuperable. La economía fundamental se encuentra del lado de la innovación en la
frontera estratégica. Pero se necesita sí, apoyo para las compañías y para los
líderes corporativos que emprenden iniciativas atrevidas. Este apoyo es esencial
debido a que los beneficios de las innovaciones en la frontera estratégica, son
meras especulaciones hasta el momento en que entran en acción.
La presión que ejercen los consumidores puede ayudar a los ejecutivos a sopesar
los riesgos de sus decisiones. Así por ejemplo, los consumidores escandinavos
presionaron durante mucho tiempo para que se fabricaran productos tales como
papel higiénico y pañales desechables que no fueran dañinos para el ambiente. Esa
exigencia de los consumidores convenció a los productores escandinavos de papel,
de la necesidad de impulsar iniciativas innovadoras, tales como el uso en sus
productos de pulpa sin blanqueadores.
El ejemplo de otras compañías del mismo sector puede resultar aún más efectivo
que la presión de los consumidores. Cuando se hacen públicos los éxitos que las
empresas han alcanzado en la frontera estratégica, los líderes empresariales
animan a otras compañías a arriesgarse en la innovación. “Prudential” le hizo amplia
publicidad a la entusiasta aceptación que tuvieron las nuevas condiciones para los
pacientes con SIDA, y los comentarios favorables de la prensa y los avisos de
televisión, convencieron a las aseguradoras rivales de que los riegos de introducir
productos similares en el mercado resultaban insignificantes en comparación con los
beneficios que se podían obtener.
Mucho más difíciles de superar son los obstáculos para la acción en la frontera
estructural. Debido a eso las soluciones que propongo son provisionales e invito a
los lectores a discutir y a complementar mis ideas en este campo
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un promedio de 500 a 800 dólares por automóvil. Y si los productores rivales no
hubieran añadido ese implemento -y en consecuencia no hubieran elevado los
costos-, el fabricante que sí lo hizo hubiera perdido competitividad, lo cual no habría
permitido incrementar el nivel de la base social. Cuando las regulaciones de los
Estados Unidos hicieron obligatorias las bolsas de aire en los vehículos, se
redujeron las muertes por accidentes de tráfico, al tiempo que se eliminaron las
desventajas competitivas que la inclusión diferencial de este dispositivo hubiera
generado entre unos fabricantes y otros. Así mismo, las regulaciones referentes a
los Promedios Corporativos de Economía de Combustible, estimularon a los
fabricantes de automóviles a tomar acciones que ninguna empresa hubiera estado
en condiciones de adoptar de manera individual.
Es una lástima que no todas las regulaciones produzcan resultados tan positivos. Se
ha estimado, por ejemplo, que algunas medidas tendientes a controlar la
contaminación en los Estados Unidos, le cuestan a la sociedad mil millones de
dólares por cada vida que se logra salvar. Si tales ineficiencias ocurrieran en la
frontera estratégica, serían eliminadas rápidamente por las fuerzas del mercado.
Los juicios equivocados en la frontera estructural, en cambio, muy frecuentemente
afrontan menos escrutinios y como consecuencia pueden permanecer vigentes
indefinidamente, generando costos sociales que a la larga reducen la base civil. Por
tal razón, antes a imponerles nuevos requisitos a las empresas, los responsables de
las regulaciones deben asegurarse de contar con mecanismos para evaluar si los
beneficios de una determinada regulación compensan los costos. El solo hecho de
no hacer esto, puede provocar la reducción de la base civil debido a una dramática
disminución del desarrollo económico. Esto fue precisamente lo que sucedió en la
Columbia Británica (Canadá) durante las últimas dos décadas. Con el propósito de
que las corporaciones incrementaran su responsabilidad social, los reguladores
impusieron tantos costos y tantas cargas administrativas a las empresas, que
muchas simplemente se trasladaron a entornos menos exigentes en términos
regulatorios. Como resultado, la provincia canadiense ha sufrido un marcado
descenso en el mejoramiento de los niveles de vida, en las condiciones laborales y
en las ganancias económicas, un resultado muy distinto del que buscaban los
reguladores.
Quizá la presión más efectiva sobre los líderes corporativos es la que ellos
mismos se imponen. Hasta la fecha el gobierno de los Estados Unidos no ha dado
señales de forzar a los productores de energía, a los proveedores de servicios y a
las industrias pesadas, a reducir sus emisiones de gases invernadero, y no puede
esperarse que ninguna compañía lo haga de manera individual, porque los costos
serían mucho mayores que cualquier beneficio marginal que pudiera obtenerse para
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la seguridad pública y la salud. De decidirse alguna acción en ese sentido, tendrá
que provenir de una coalición corporativa, liderada por alguien intrínsecamente
motivado y que posea la energía, la visión y las habilidades de comunicación
necesarias para convencer a otros líderes corporativos sobre la importancia de
asumir ese riesgo.
No es nuevo el clamor del público para que las empresas demuestren una mayor
conciencia al tiempo que generan ganancias para sus propietarios. En la Inglaterra
del siglo diecinueve, William Blake y Charles Dickens convirtieron ese reclamo en el
punto central de sus obras literarias. Por supuesto, tampoco es novedosa la
posición que defiende que la única obligación de los negocios es enriquecer a
quienes los ejercen. En lugar de intentar un acuerdo en este debate que no tiene
solución, me permito anotar que en ambos casos, hoy existe convicción y
expectativa generalizada sobre el hecho de que las compañías deben actuar con,
por lo menos, un mínimo de responsabilidad social.
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Las virtudes de la Matriz de Virtudes
Cuando “Prudential” les permitió a las personas con SIDA utilizar sus pólizas de
seguro de vida para amortizar los gastos de su tratamiento médico, dicha decisión
generó una reacción tan positiva, que las demás empresas aseguradoras también
comenzaron a ofrecer condiciones similares. Este comportamiento corporativo, que
al principio parecía radical, se convirtió en poco tiempo en algo corriente.
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desde la frontera estratégica, a través de la imitación generalizada de una
innovación exitosa; o desde la frontera estructural a través de la acción colectiva o
del mandato gubernamental. Esta migración hace que se incremente la solidez de la
base civil. Pero así mismo, dicha base civil también se puede debilitar si una masa
crítica de compañías abandona las conductas socialmente responsables.
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