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Esquema - Área de Indagación Científica - Categoria A
Esquema - Área de Indagación Científica - Categoria A
Descriptivo:
- Pasos:
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Con este experimento con flores se puede ver el resultado, ya que el agua coloreada llega
hasta los pétalos y los tiñe de acuerdo con el tinte requerido.
Según pasen las horas, irá cambiando poco a poco. Si todo va como lo esperado, podremos
observar lo siguiente:
A las 12 horas la flor colocada en colores más intensos como el azul o verde
comienza a mostrar dicho color en los bordes de la flor, en este caso, del clavel.
A las 24 horas han aparecido todos los colores.
A las 48 horas los colores de cada clavel son más intensos.
El proceso puede tardar en completarse varios días (2 o 3 días, incluso), pero es importante
tener en cuenta que puede darse el caso de que los pétalos no se tiñan en su totalidad. Esto
dependerá de varios factores relacionados con las condiciones atmosféricas y las
características del colorante alimenticio que se ha utilizado.
Hacer este experimento resulta muy beneficioso para los niños. Y estos son algunos de los
aprendizajes o prácticas que los niños pueden obtener al llevarlo a cabo.
- Para las primeras edades, este experimento resulta muy visual. Les ayuda a diferenciar y
aprender los colores (incluso podemos aprovechar para enseñarles los nombres de los colores
en inglés) e incluso comenzar con las mezclas.
- Es un ejemplo claro de cómo se pueden alterar los objetos y cambiar su estado inicial,
mediante la observación los niños y niñas irán notando los cambios que en ella se producen.
- Es una actividad muy sencilla de realizar en la que pueden participar los niños siempre y
cuando los adultos realicen los cortes pertinentes en la flor.
Además, se trata de una actividad con la que podemos sorprender a los niños y niñas,
aprovechando el momento para explicarles cuáles son las partes de una flor y cómo es el
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proceso para que no se marchiten, es decir, los cuidados que deben de tener para que no se
mueran.
¿Qué ha ocurrido?
Las plantas transforman la energía del sol, el dióxido de carbono (CO2) del aire y el agua y
las sales minerales del suelo en alimento mediante el proceso de la fotosíntesis. Como la
fotosíntesis se realiza en las hojas, debe existir un mecanismo de transporte para que el agua
y las sales minerales disueltas en ella asciendan desde las raíces hasta las hojas. Este
transporte se lleva a cabo gracias a la acción conjunta de dos fenómenos físicos: la
capilaridad y la transpiración.
Capilaridad. Para entender este proceso vamos primero a recordar dos importantes
propiedades del agua debidas a la estructura de su molécula.
La molécula de agua está formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno dispuestos
de tal manera que por el lado del oxígeno posee carga negativa y por el lado del hidrógeno
carga positiva. Esta diferencia de carga es lo que hace que la molécula de agua sea polar.
Pensemos en las consecuencias de esta disposición: como las cargas de distinto signo se
atraen, las moléculas de agua se van a atraer fuertemente entre ellas. Esta propiedad del agua
se llama cohesión. Y ahí no queda todo porque también gracias a su polaridad, el agua
presenta una gran atracción por otras sustancias distintas a ella. Por ello, el agua tiene una
elevada adhesión.
Cohesión: atracción entre las moléculas de agua.
Adhesión: atracción por otras moléculas distintas.
Ahora ya estamos en condiciones de explicar la capilaridad. La capilaridad o acción capilar
es la capacidad que tiene el agua de ascender en contra de la gravedad por pequeños tubitos,
poros o capilares. El que el agua pueda desafiar así a la gravedad se debe a las propiedades de
adhesión y cohesión del agua. El agua se pega a la supercicie del tubito por adhesión. Las
moléculas que se han adherido a la superficie del tubito están fuertemente ligadas a otras
moléculas de agua (gran cohesión entre ellas). De este modo las moléculas que se han
agarrado al tubito arrastran a sus moléculas vecinas tirando de ellas hacia arriba. Y el agua
consigue trepar.
En el caso de las plantas los tubitos se llaman vasos conductores del xilema y puedes verlos
haciendo el experimento de transporte de savia bruta (agua y sales minerales) con apio y
colorante.
Transpiración. La capilaridad por sí sola no es suficiente para que el agua y las sales
minerales recorran el largo camino desde las raíces hasta las hojas. Llega un momento en el
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que la masa de agua es tan grande que las fuerzas de adhesión y cohesión no pueden vencer a
la gravedad.
Para ayudar a la capilaridad entra en acción la transpiración. La transpiración es la pérdida de
agua mediante evaporación a través de las hojas, principalmente, pero también por el tallo y
las flores. La pérdida de agua hace que la presión hidrostática en los vasos conductores baje,
lo que produce un empuje hacia arriba de la columna de agua. El agua que ha subido
reemplazará a la que se ha evaporado y el proceso comenzará de nuevo.