Revista Guadalupe Coronación

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EAs asa Wea esse ee i q Nimeros 200 y 201 EL MONASTERIO | DE GUADALUPE ts, | | REVISTA MENSUAL iLusTRADA | de 1928 |) ‘Afio Xt J. el Rey y sl Cardenal Primade le ine de tu Carsencion “to Rediqes. Toledo.) RELIEVES DE LA CORONACION - Dos palabras de prélogo a la historia de la misma © vamos a hacer la erénica de la Coronacién de la Santisima Vir- gen de Guadalupe; la leeran mis adelante los que ojeen estas ginas. Lo que si queremos, a modo de pri logo, ¢3 destacar los hechos mis culminan- tes con los personajes que en ellos figura- ron, ya que se trata del hecho més tras- cendental de la historia de Guadalupe en nuestros dias y, a la vez, de una de las manifestaciones més hermosas de la fe es- pafola, No podia faltar en estos actos la figura del Rey catélico Don Alfonso XIII, y a fe que su actuacién en todos ellos revi stodos los caracteres de una verdadera apo- teosis. Su recibimiento y despedida fueron de lo més entusiasta y carifioso que jamais se ha visto. EI Monarca y su séquito se alojaron en el Monasterio, y S. M. el Rey se interesé vivamente por la labor de la Comunidad Franciscana en Guadalupe y por el éxito de la Coronacién, Acababa de legar el Monarca y, ya en sus habitaciones, al hacerle la presentacién de los religiosos el Rvmo. P. l'r. Germin Rubio, Vicario General de la Orden en Espafia, manifesté reiteradamente su agra- do ante la presencia de los numerosos re- ligiosos de toda Espafia que habian yenido para la Coronagin. Es mis: manifests sus deseos de que hubiera asistido una bue- na representacién de los Franciscanos de Méjico; a lo que respondié nuestro reve- rendisimo P, Vicario General que esto habia sido imposible, porque los religiosos de aquel pais que habia en Espafia eran casi em su to- talidad estudiantes. Asimismo se enteré deta- lladamente del nrimero de religiosos que com- ponian la Comunidad del Monasterio, de la marcha de los estudios, etc., ete. Visitd Su Majestad, sirviéndole de cicerone el que esto escribe, todo el Monasterio, y muy es- pecialmente el Museo de telas y bordados, quedando entusiasmadisimo de la inmensa riqueza que encierra y del modo en que se habia hecho Ja instalacién, Podemos asegurar que Su Majestad el Rey se aduefié enteramente del corazén de la inmensa multitud que acudid a las fiestas de la Coronatién; y para nogotros fueron su piedad y religiosidad, su afabilidad y llaneza y Ja apostura y marcialidad que realzan la persona augusta del Monarca es- pafiol, las causas del entusiasmo de la mul- titud, que en cuantas ocasiones divisé la persona del Monarca, le tributé las ovacio- nes ms delirantes. Pero donde verdaderamente se desbordé 1 entusiasmo de Ja muchedumbre fué en el momento de la Coronacién, ante el rasgo del Monarca, que no se content con coro- nar a la Virgen en nombre de Espafia y América, sino que quiso entregarle su me- jor bastén de mando. Este rasgo del Mo- narca levanté una ola de entusiasmos y lagrimas, como podré verse en la crénica. Su religiosidad y recoginifento en todos los actos religiosos no es para ponderada; y una prueba de su intensa devocién a la Santisima Virgen de Guadalupe fué lo mu- cho que agradecié a la Comunidad Fran- ciscana el obsequio de las medallas de oro, ‘conmemorativas de la Coronacién, y de los Devocionarios de Nuestra Sefiora de Gua- dalispe, magnifica y primorosamente encua- dernados, para S. M. el Rey y para la Real Familia. “Su Majestad se despidié muy carifiosa-. mente de la Communidad, y al significarle nuestro Rvmo. P. Vicario General su gra- titud en nombre de toda la Orden Francis- cana, manifesté reiteradamente lo muy sa- tisfecho que iba del éxito de las fiestas y de Ja actuacién de los Franciscanos. Otra de las figuras mas salientes de Ja Coronacién ha sido nuestro Eminentisimo 284 EL MONASTERIO DE GUADALUPE Cardenal Primado. No nos detendremos en ponderar su inmensa labor, porque de ella se habla detalladamente en la Crénica. Su- po entusiasmar a todos y con la coopera- cién de la Comunidad Franciscana, para la que tuvo grandes elogios, que mucho agra- decemos; y con los demis elementos valio- EL MONASTERIO DE GUADALUPE sisimos, logrése dar a aquellas inolvidables solemnidades un realce verdaderamente ex- traordinario y jamis visto. Es de justicia absoluta que hagamos constar aqui nuestra profunda gratitud hacia el santo y sabio Primado de las Espafias, Y como un dato elocuentisimo de su celo apostdlico, secun: dado por la Comunidad y sacerdotes, ha- remos constar aqui el hecho consolador de que durante los dias de la Coronacién, se celebraron miis de 2.000 misas y se distri- buyeron més de 25.000 comuniones en el templo del Monasterio, Otro dato elocuen- tisimo y pocas veces visto en casos seme- jantes es que el Primado de las Espafias coroné a la Santisima Virgen de Guadalu- pe como legado del Papa; circunstancia in- teresantisima, ya que podemos decir que ha sido el mismo Romano Pontifice quien ha coronado a la Virgen por medio del Primado de Espafia. Otros aspectos interesantisimos ha teni- do la coronacién de la Virgen de Guadalu- pe, que podran leerse en los documentos pontificios que més adelante pubilicamos; conste, sin embargo, por adelantado, como el mis interesante de todos, que Roma otor- g6 la Coronacién canénica “por el peculiar afecto de la piedad del Cardenal Primado a la gloriosisima Virgen, cuanto por los de- -seos del piadoso Rey catélico, de los Obis- pos de Espafia, del Clero y del pueblo”, como textualmente se dice en el decreto del (Cabildo vaticano. Este glorioso docu- mento formara época en la historia de la devocién a la Santisima Virgen de Gua- dalupe, Corona gioriosisima de aquellas solem- nidades fué sin duda el crecido ntimero de Prelados de 1a Iglesia espafiola que vinie- ron a Guadalupe. En primer lugar, el Car denal Primado con los Exemos. Sres. Obis- pos sufragineos de Coria, Cuenca, Ma- drid-Aleala, Plasencia y Sigiienza; y des- pués, los Excmos. y Rvmos. Sres. Nuncio de Su Santidad, Arzobispo de Valencia y Obispos de Ciudad Real, Badajoz, Avila, Calahorra, Ciudad-Rodrigo (Vicario capi- tular) y Jaén. De ahi que las funciones re~ ligiosas resultasen de una brillantez verda- deramente extraordinaria, por la asistencia 285, de tan gran mimero de Prelados, revesti- dos, ademas, con los magnificos ornamen- tos que atesora Guadalupe. Entre los Obis- po’ tomé siempre asiento, por su alta digni- dad, nuestro Rvmo, P. Vicario General de la Orden en Espafia, Fr. German Rubio, Por demas esta signifiquemos nuestra pro- funda gratitud a los Rvmos. Prelados que nos honraron con su asistencia; lo mismo que a los Cabildos catedrales y a los sefio- res Magistrales, que, con su elocuencia, te- jieron para Nuestra Sefiora bellisima coro- na de alabanzas y bendiciones durante los dias del novenario de la Coronacién y en el triduo de la misma, El magnifico local de nuestra Biblioteca quedé honradisimo y consagrado por las con- ferencias episcopales que en él celebré con sus sufragdneos el Emmo. Cardenal Prima- do durante los dias de la novena. Hemos de mencionar aqui como honor preciadisimo dispensado a las fiestas de la Coronacién, la presencia en las mismas de dos Ministros de la Corona: el de Instruc- cién piblica, Sr, Callejo, y el de Gracia y Justicia, Sr. Galo Ponte. La actuacién de este tiltimo como Notario mayor del Reino, en los actos oficiales de la Coronacién es de una trascendencia inolvidable. Ambos se- fiores Ministros fueron muy entusiasmados de las fiestas de la Coronacién, como podra verse por las manifestaciones del de Gracia y Justicia, que publicamos mis abajo; y por lo que se refiere al Sr Callejo, se interes6 vivamente por la marcha de la restauracién, y visité personalmente, acompafiado por los PP. de Ja Comunidad, la antigua Sala Capi- tular del Monasterio, que muy pronto adqui- rir el Estado para anexionarla al Monas- terio, La Nobleza espafiola, tan intimamente li- gada a la historia del Monasterio, no podia estar ausente en las solemnidades de la Co- ronacién, y por ello tuvo en ellas una repre- sentacion dignisima y numerosa, Es de jus- ticia que hagamos resaltar aqui ta presen- cia del Excmo. Sr. Marqués de la Romana, que ostenté la representacién de la Diputa- cién de la Grandeza y actud ademis como Presidente de la Junta Nacional de fa Co- ronacién, con los Excmos. Sres. Raroues 286 EL MONASTERIO DE GUADALUPE. del Castillo de Chirel, Vicepresidentes de la misma, A ellos gos nuestros, y a los demas miembros de la Nobleza, hemos de significar nuestra pro- funda gratitud. Otro tanto hemos de aifa~ dir para las Dipataciones, Ayuntamientos y demis corporaciones oficiales que aqui vinieron en aquellos dias, muy especialmen- como tan queridos ami- Exemo, Sr. Marqués de Borja, levado de su gran devocién a la Santisima Virgen de Guadalupe, quiso ofrecerle en el dia de su, Coronacién él homenaje de ta gloriosa Avia- cién militar espafiola. Al efecto, y cediendo a nuestros deseos, como jefe que es en el Aerédromo de Jetafe, gestiond personalmen- te de la superioridad la venida de tres apa- ‘Vista general del Monasterio y pusblo de Guadalupe. te a las Diputaciones de Caceres y Bada- joz, que vinieron en pleno. (Capitulo aparte merece nuestro glorioso Ejército, tan dignamente representado aqui ‘por una compafiia del batallén de Lanzaro- te, que vino con masica y bandera para ren- dir honores a la Santisima Virgen. Su Ma- jestad el Rey felicité efusivamente al jefe de la fuerza, el dignisimo Teniente Coro- nel. Sr. Ortiz de Zarate, por la marcialidad y magnifico desfile de las tropas en todos los actos de ta Coronacién. Uno de los mimeros que mayor interés desperté fué el gesto heroico de nuestros aviadores. Nuestro queridisimo amigo l (Foto Eapan. Mads) ratos, que evolucionaron brillantisimamente y varias veces sobre la plaza de Guadalupe y sobre el Monasterio, haciendo verdaderas proezas, sobre todo en los momentos de la Coronacién y procesién, en que, ademas, no cesaron de arrojar flores sobre la Sagrada Imagen. Todo cuanto digamos para significar nues- tra gratitud al Sr. Marqués de Borja y de- ‘mas pilotos y oficiales que con él vinieron sera poco. Aterrizaron a quince kilémetros de Guadalupe, en terrenos ofrecidos genero- samente por el Excmo, Sr. Marqués de la Romana, a quien reiteramos nuestra grati- tud, lo propio que a su administrador en FL MONASTERIO DE GUADALUPE 287 Guadalupe, D. Victoriano Salinas, que pre- paré con toda diligencia el campo de aterri- nije. También las Ordenes Religiosas estuvie- ron dignamente representadas, en primer lu- gar, y como era natural, la Franciscana, De ésta asistieron el Rvmo. P. Fr, German Ru- bio, Vicario general de la Orden en Espafia, con st secretario, el R. P, Bernardino Uzal. EI M. R. P, Lucas Gorostiza, Provincial de Andalucia; el M. R. P. José Moya, Provin- cial de San Gregorio, de Filipinas. El Reve- rendo P, Julian Alcorta, Comisario de la Mi- sién Franeiscana de Marruecos; los Reve~ rendos PP, Federico Curieses y Juan Legi- sima, de Madrid, y varios religiosos de nues- tra Serdfica Provincia de Andalucia. De otras Ordenes Religiosas vinieron, en- tre otros, Capuchinos, Agustinos, Carmeli- tas, Jesuitas, Hijos del Corazin de Maria, de San Juan de Dios, Terciarios Regulares Franciscanos e innumerables sacerdotes sect- lares. ‘Mencién especial merece en estas lineas el dignisimo alcalde de Guadalupe, D. An- gel Sanchez Herrero, que desplegé extraor- dinaria actividad en todos los preparativos y solemnidades de la Coronacién. Empez6 por enviar entusiastas proclamas y cartas de invitacién a todos los Ayunta- mientos de Espafia para que se sumasen al gran homenaje mariano; especialmente se dirigié a todos fos Ayuntamientos de Extre- madura, invitindoles a contribuir a los gas- tos de los festejos publicos que pensaba or- ganizar. Estos fueron muchos y de gran atraccién. Se adornaron todas las calles prin- cipales del pueblo, levantindose arcos y tri- bunas, tuciendo todas ellas brillantisima ilu- minacién eléctrica. Hubo ademas cines pi- blicos y se quemaron vistosisimas colecciones de fuegos artificiales. Digna de las mayores alabanzas es la di- figencia del alcalde de Guadalupe en vigilar la circulacién de coches, pues con haber venido a Guadalupe los dias 11 y 12 de cetubre més de 2.000 automéviles, no ocu- trig el menor accidente. Rasgo simpitico del Sr. Sénchez Herre- ro fué el reparto de timosnas a los pobres el dia 10 de octubre. A presencia del Ayun- tamiento, del Rdo, P. Lazaro Epelde, pi- rroco de Guadalupe, y (por mano del Emmo. Sr, Cardenal Primado, se dié a todos los pobres de Guadalupe y demés que acudieron, una racién de pan, bacalao y arroz, para que a nadie faltase ef sustento en aquellos dias de universal alegria, Fué este un acto leno de ternura y de edificacién, La prensa toda espafiola se ocupé exten- samente de las fiestas de a Coronacién de la Santisima Virgen de Guadalupe, y los periddicos ghificos, asi diartios coma se~ ‘manales, publicaron grandes informaciones, tanto del acto de la Coronacién como del Monasterio y de sus tesoros artisticos, Fueron dias de inmensa propaganda gua- dalupense, y gustosos y agradecidos hemos de recoger una nota que dié toda fa pren- sa, asi espafiola como extranjera, sobre fa labor franciscana en Guadalupe. Veinte afios de continuos trabajos y res- tauraciones en el famoso Monasterio; de intensisima propaganda de sus tesoros ar- tisticos y de la devocién y culto de la Vir- gen de Guadalupe, no podian pasar desaper- cibidos, porque fueron la preparacién inme- diata para el acto solemnisimo de la Coro- nacion, Y, aparte de esto, la propaganda intensisima Ievada a cabo por los Francis- ‘canos durante los meses inmediatos a la Co ronacién, en escritos, conferencias y otros actos de cardcter cultural y religiosos por casi toda Espafia, dieron magnifico resul- tado, Desde estas columnas nos complacemos en significar nuestra gratitud a la prensa espafiola, hispanoamericana y extranjera, por su labor guadalupense de aquellos dias y por Jos elogios tributados a los Franciscanos ; y, finalmente, por tratarse del érgano oficioso del Vaticano, lo cual es de gran interés para nosotros, como catélicos y como reli- giosos, queremos hacer singular mencién de Ja magnifica y documentada i L’Osservatore Romano publicé en su mime- ro del 21 de octubre, sobre las fiestas de a Coronacién de ta Virgen de Guadalupe. a 288 EL MONASTERIO DE GUADALUPE Podemos asegurar que no falté elemen- dard grabada para siempre en los anales del to ninguno para que las fiestas de la Coro- Monasterio de Guadalupe como la mis glo- nacién de la Sagrada Imagen tuviesen todo riosa de su historia. | el relieve histérico y ta magnificencia que requerian. | La fecha de 12 de octubre de 1928 que- Guadalupe y octubre de 1928. Fr. Cantos G. Vintacampa, E] Cardenal Primade con los Peelados sufragineot de Toledo, durante las conferencins que celebraron en la Biblioteca del Monasterio, (oto Redrigce) EL MONASTERIO DE GUADALUPE. 289 LA CORONACION DE NUESTRA SENORA DE 2901GY VADALUPE ha vuelto a vivir sus me- YPQDS, jores dias. La fecha en que estas WS IF Tineas escribo, quedara escrita con SDPEKEA letras de oro en la historia de este Santuario de fa fe espafiala. La presencia de Su Majestad el Rey Don Alfonso XIII (q. D. g), las representacio- nes de su Gobierno, de la Grandeza y No- bleza espafiolas, de las Diputaciones y Ayun- tamientos y de las clases todas sociales de la Patria en el acto solemnisimo de la Corona- cién de Ja Sagrada Imagen, han reproduci- do con intensa emocién escenas que en un tiempo se desarrollaron en este solar de la piedad espafiola, Quiera vuestra buena Madre y excelsa Reina concedernos la gracia de que se ini- GUADALUPE cie bajo su patrocinio para Espafta una nueva era, la de la restauracién cristiana de este pueblo, que fué el pueblo mas grande de fa tierra, mientras estuvo al amiparo de su manto, Quiera por medio de su reinado prepa- rar en nuestra Patria el reinado del Sacra- tisimo Corazén de Jesis. + PEDRO, Carpenat Secura y Saenz, Arzobispo de Toledo, Guadalupe, 12 de octubre de 1928. (Palabras escritas por Su Eminencia en el Album de Visitantes Ilustres del Real Mo- nasterio de Guadalupe.) [Las Antoridades eperendo la oped de S. Mz ol Rey 29) EL MONASTERIO DE |ADALUPE Los Franciscanos y la Coronacién de la Virgen de Guadalupe tortA a Dios y a su Santisima Madre...! Ayer tuvimos la dicha de vi- mis grande de Gua- dalupe. Espafia entera, ante su excelsa Ma- dre de Guadalupe, por manos de su Rey y oso pecho, colocé sobre sus sienes, las de Santa Maria de Guadalupe, opulenta y her- mosisima corona de oro y pedreria. iQuién hubiera sido capaz de previ veinte afios, cuando la Orden fran tomé posesién del Santuario, el 8 de no- las de su Primado, en presencia de su pro- pio Gobierno, de la Grandeza de la sangre y de las letras, de su glorioso Ejército, de numerosisimos Prelados, rodeada de belli- sima ¢ inmarcesible corona de sacerdotes y de pueblo, en medio de un ambiente de set cillez franciscana, cuyo cordén rodeaba con su albura inmaculada la grandiosa escena que iluminaba un sol esplendoroso y de lumbrador, Espafia, postrada ante su Rei na, palpitindole de emocién santa el amo- (oto Radigez) viembre de 1908, tan glorioso aconteci- miento...! Pero Dios quiso bendecir la labor calla- da y humilde de los Hijos del Serafin de Asis, y en veinte afios quedé el terreno aboniado y germind fa semilla_y aparecie- ron los frutos; y cuando ya éstos iban en sazén y voces mil clamaban con santa im- paciencia que se echara mano a Ja hoz para la siega, llegé, efectivamente, el enviado del Sefior, nu EL MONASTERIO DE GUADALUPE tas Espafias, el Cardenal Segura; dié la voz de alarma el dia mismo de su entrada en fa Sede Toledana y en menos tiempo del preciso para labrar tan rica corona, segdse la mies, hizose la recoleccién y ayer, glo- ria a Dios, obrése el milagro de la Coro- nacién, Gloria, honor y bendicién a nuestro ca- tolico Monarca, a su Gobierno, al Ejército

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