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2513122, 08:00 Contra la econcioncia desdichadas en el eistanismo -La Gwvita Catalica Contra la «conciencia desdichada» en el cristianismo @ tacvitacattoica.8/2022031 Icontra-la-conciencia-desdichada-en-el-cistianismo Dominique Bertrand 25 de marzo de 2022 Originalidad de una tradicién teolégica El para contrarrestar los miltiples y diversos ataques tanto internos como externos que sufrieron a lo largo de los siglos. La doctrina se constituye en cuanto tal desde el comienzo. Asi, algunos padres griegos como Atanasio (295-373), Basilio (330-379), Gregorio de Nacianzo (329-390) y Gregorio de Nisa (+ 394) arrojan luz, contra el arrianismo, sobre la trinidad de personas y su igualdad eterna, que se revela actual a través de la encarnacién del Hijo y del don del Espiritu Santo. conjunto de la doctrina de la fe es el resultado de los esfuerzos realizados por los cristianos A pesar de participar en esta controversia, los padres latinos tuvieron que afrontar de lleno el aspecto antropolégico de la fe en el peligroso problema de la gracia y de la libertad humana planteado por el monje Pelagio (ca. 354-420) y retomado por el obispo Julian de Eclana (ca. 380-455). La figura que sobresale en esa controversia es Agustin (354-430), que consumié en ella sus iltimas fuerzas sin llegar a prevalecer del todo por encima de sus objetores. Frente a la obstinacién de Julién en particular, Agustin acentué los datos de las Escrituras sobre la predestinacién, sobre el pecado original y sobre la concupiscencis Ninguna de las controversias se extinguié nunca por completo. En Oriente se pasé del dogma trinitario al cristolégico, primero en el concilio de Efeso (431) y después en el de Calcedonia (450), con las dolorosas secuel: Maximo el Confesor, + 662), hasta llegar a la lastimosa polémica generada en torno a los s del monofisismo y, mas tarde, del monotelismo (san tps ww acivitacattoica s/2022/08/28/eontrada-conciencia-descichada-or-o-crstanisma we 2518122, 08:00, Contra la econcioncia desdichadas en el eistanismo -La Gwvita Catalica iconos, con la importante aportacién de Juan Damasceno (+ ca. 749). En Oceidente la influencia de Agustin y el relativo fracaso de su posicién en el campo particular de la gracia divina y de la libertad humana favorecieron el continuo retorno de la cue: iglo tras iglo, He aqui la importancia de conocer otra tradicién en el mismo Occidente latino. Volveremos sobre el tema, Primero seguiremos el devenir de la controversia mas importante de Occidente. Aunque los aspectos de la ensefianza de Agustin hayan sido del todo positivos, sus sucesores en especial, a pesar de sus innegables éxitos —con sus posiciones rigidas sobre la naturaleza y la gracia— redujeron el agustinismo a una «mala conciencia» de Occidente o, si utilizamos la expresion acufiada por G. W. F. Hegel (1770-1831) para resumir toda esta historia, a una «conciencia desdichada». El interés de esta expresidn estrictamente filos6fica es mostrar la fuerza en dltima instancia cultural de una nocién en origen teoldgica. Las primeras sefiales se manifiestan bajo los carolingios a través de las tesis predestinacionistas de Godescalco el Sajén (ca. 805-870). Mis tarde estallard en el protestantismo, para terminar en el jansenismo y, en particular, con Ia figura del «creyente enfermizo» que seria el genial Blaise Pascal, espina clavada en la carne de Voltaire. La «conciencia desdichada», es decir, la necesidad de negarse a ser feliz, de rechazar lo que nos hace felices, no deja de despertarse. Mas atin, su influencia crece y se expande. Ha desaparecido, quizé, en nuestro tiempo? éHa desaparecido en nuestra Iglesia posconciliar? Por el contrario: esa misma conciencia es mas bien lo que nos amenaza y nos lleva cada vez de ese modo se pudiese aleanz: realidad de Dios, también en la teologfa, por temor a despertarla. mas —como la curacién— a evocar lo menos posible la Aqui puede entrar en juego la ya citada linea doctrinal, que resiste a este latente pesimismo. ‘Menos Iamativa que las tradiciones oriental «teologia galorromana» solo pudo ponerse de manifiesto al arrojar luz de una forma cada vez mas viva en los diltimos tiempos a sus portavoc de Lyon, pasa por Hilario de Poitiers y Cesdreo de Arlés, y después se difunde de manera ttil y sin ruido en toda la teologia. agustiniana, la que podemos definir como . Esta linea se afirma ante todo con Ireneo Inscribete a la newsletter Cada viernes recibirds nuestros articulos gratuitamente en tu correo electrénico. Las obras de estos autores han llegado ya al gran piblico —no sin la ayuda de un trabajo paciente de los estudiosos de los textos patristicos—. Asf, de Ireneo puede citarse el Contra los herejes"); de Hilario, La Trinidad); de Cesdreo, los Sermones y los Optisculos!?). En tps ww acivitacattoica.s/2022/03/28icontraa-conciencia-descichada-er-o-crstanismal 22 2518122, 08:00, Contra la econcioncia desdichadas en el eistanismo -La Gwvita Catalica estas obras partir de aqui para fundar, sin hesitacién, una teologia del mos a apoyarni «més que la felicidad». Ireneo de Lyon y la gloria de Dios en el hombre El contraste entre este titulo y la «conciencia desdichada» de la que hemos hablado antes es fuerte. Ahora comprobaremos que no se trata de una afirmacién forzada. Misionero Ilegado de Esmirna —en la Grecia jénica— al lejano Occidente —en concreto a Lyon, en la Galia—, Ireneo (ca. 130-200) aparece como un aerolito en la historia del dogma. Como tal, es el primero en dirigirse contra el poderoso movimiento de los «anticristos», estigmatizados por las Cartas primera y segunda de Juan porque la fe de la Iglesia se considera demasiado carnal en su apego a la encarnacién: «Han salido en el mundo muchos embusteros, que no reconocen que Jesucristo vino en carne. El que diga esto es el embustero y el anticristo» (2 Jn 7); «éQuién es el mentiroso sino el que niega que Jesiis es el Cristo? Ese es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo» (1 Jn 2,22). Primer avatar de la «conciencia desdichada», la gnosis, que se afirma en cl cristianismo a partir del afio 140, teme, desprecia y rechaza la condicién del hombre en la carne. Huye de ella y niega que Dios sea el creador de este mundo malvado o que el Verbo se haya encarnado. En cambio propone, con toda suerte de argumentos, el puro espiritualismo de los perfectos, al que se accede de la manera més simple al abandonar a Cristo y su Iglesia por cualquier «guri» en cualquier grupisculo. Ireneo insta a los creyentes: «Conservemos la Regla de la Verdad> y opone de forma imperiosa a los gnésticos dicha regla, cuya fuerza concentra de la siguiente maner: «Manteniendo, pues, esta Regla, aunque otros digan muchas cosas diversas, facilmente les probaremos que se han desviado de la verdad. Pues casi todos los herejes dicen que hay un solo Dios, pero lo cambian por sus perversas doctrinas, volviéndose ingratos para con el que los hizo, como lo hacen los paganos por la idolatria. Desprecian la creatura modelada por Dios, oponiéndose a su salvaci6n, y torndndose al mismo tiempo acérrimos acusadores y falsos testigos contra si mismos» (Contra los herejes I, 22, 1) La aregla» es una verdad probada y no un fantasma pseudoteolégico. Examinemos, pues, la prueba para verificar si se ha infiltrado en ella la mas minima inspiracién de «mala conciencia». Estos son los argumentos 1) Ante todo, Ireneo se impide a si mismo, como a cualquier otro, pensar cualquier cosa de Dios que Dios mismo no le dé con su palabra tal como se recibe esta de la Biblia y que los «anticristos» no cesan de utilizar, por lo que deforman su sentido. El hombre no puede dar nada a Dios, ya esta «nada» llegan todos los dones y la conciencia misma de todos los dones. tps ww acivitacattoica.s/2022/03/28icontraa-conciencia-descichada-er-o-crstanismal a2 2518122, 08:00, Contra la econcioncia desdichadas en el eistanismo -La Gwvita Catalica Es Dios el que todo lo da; el hombre todo lo recibe. Esta verdad, ella misma recibida, un estribillo que acompafia y determina toda la obra de Ireneo. La verdad es clara, sin duda frustrante para cl orgullo humano, pero liberadora en particular. omo 2) En esta «nada» se funda lo que sigue: toda la Biblia, en sus palabras, en sus libros, en sus contradicciones y en la diferencia capital de sus dos momentos —el Antiguo y el Nuevo Testamento—, es, como tal, el don de los dones, y por lo tanto es acorde a la verdad tomar estos dones en su singularidad y en su totalidad, en cuanto que su coherencia se manifiesta ella misma como don. De ese modo relee Ireneo todo el Antiguo y el Nuevo Testamento para ver si alli se afirma que el Padre no es el creador o que el Verbo no se ha hecho carne segiin las Escrituras. Pero en ninguna parte se afirma eso, Estas amplias indagaciones conforman los libros II y IV de la obra de Ireneo y son caracteristicas de su manera de argumentar. Transmiten al lector una gran seguridad. Manifiestan diversidad de estilo y de proposicién y, con ello, un dinamismo inherente a la realidad suscitada por la palabra. De ese modo afirma Jestis mismo la positividad de la ley para el progreso del hombre, pero impide que la ley se cierre en si misma, gracias al profetismo, que abre un camino de salvacién a pesar de todas las infidelidades a la ley, y manifiesta asi que la alianza es capaz de salvar la alianz desemboca en la obra del mismo Jesiis como desde una fuente. Yeso 3) El modo de tratar el drama del capitulo 3 del Génesis es significativo. De hecho, la gravedad del pecado no se ignora, como tampoco se ignora la justicia de Dios en su bondad y su bondad en su justicia: si no se las mantiene juntas, todo cae en la ausencia de significado. Pero a todos aquellos poseidos por la «conciencia desdichada» les aconsejamos que lean lo que Ireneo dice sobre Adan y Eva y sobre la reeapitulacién de Adan en Cristo y de Eva en Maria (III, 21 y 23). Nuestros primeros padres no fueron sino pequefios adolescentes ingenuos y engafiados. En verdad, fueron castigados por su Padre, pero él ya los habfa unido al éxito de aquel que es su Hijo e hijo de ellos, carne de su carne. iCémo no exclamar, pues, en esta recapitulacién, incluso aquel felix culpa de la liturgia pascual! 4) Por tanto, en apariencia los gnésticos tenfan raz6n al no capacitar al hombre hecho de carne para entrar en contacto con Dios, y aducir siempre el texto de Rom 8,8: «Los que estan en la carne no pueden agradar a Dios». Aunque no consideraron lo que sigue: «Pero vosotros no estdis en la carne, sino en el Espiritu, si es que el Espiritu de Dios habita en vosotros» (Rom 8,9). Los gnésticos no captaron toda la verdad porque, al afirmar la incapacidad de la carne para encontrar a Dios, terminaron por prohibir a Dios que viniera a habitar en ella. Ireneo, que no vacila en reprochar de manera aspera a sus ovejas extraviadas, en particular cuando analiza —no sin humor— sus fantasmagorias (las compara con «calabazas»), sabe bien orar por ellas. tps ww acivitacattoica.s/2022/03/28icontraa-conciencia-descichada-er-o-crstanismal ana 2518122, 08:00, Contra la econcioncia desdichadas en el eistanismo -La Gwvita Catalica 5) Con Ireneo todo se encamina no solo hacia la felicidad, sino hacia la gloria, que agrega a aquella una dimension de plenitud y de comparticion. Su mensaje no solo es positive a nivel teolégico, sino que exalta de manera fundamental la relacién entre Dios y el hombre, que es el corazén de la teologfa. Dos frases de Ireneo preparan la formula que lo repente. En os libros III y IV se halla, en primer lugar, la cuestidn de la «gloria del hombre»: «Porque la gloria del hombre es Dios. Y, a su vez, el ser humano es el recipiente de toda la obra de Dios, y de su poder y sabiduria» (III, 20, 2); «¥ es una gloria del ser humano perseverary mantenerse en el servicio de Dios» (IV, 14, 1). 0 célebre de Entonces puede imponerse la sorprendente inversién de esta misma gloria del hombre en Dios mismo: «E] Hijo habla del Padre desde el principio, porque desde el principio esta con el Padre, y comunica al género humano, para su utilidad, las visiones proféticas, la reparticin de los carismas y sus ministerios, y en forma continuada y al mismo tiempo la glorificacién del Padre, en el tiempo oportuno. Pues donde hay continuidad hay constancia, y donde hay constancia hay desarrollo en el tiempo, y donde hay desarrollo en el tiempo hay utilidad: por eso el Verbo fue hecho dispensador de la gracia del Padre para utilidad de los hombres, por los cuales ordené toda esta Economia, con el fin de mostrar a Dios a los presentar el hombre a Dios. De esta manera, custodié la invisibilidad del Padre para que, por una parte, el hombre nunea despreciase a Dios y siempre tuviese en qué progresar y para, por otra parte, revelar a Dios a los hombres mediante una rica Economia, a fin de que el hombre no cesase de existir con la entera falta de Dios. Porque «la gloria de Ia vida del hombre es la vision de Dios» (Contra los herejes, IV, hombres Lo que aqui tenemos no es una formula aislada, sino la clave de boveda de una coherencia cuya belleza se pone de manifiesto, desde el punto de vista literario, junto a su verdad. Frente aesta gloria, de hecho, la gnosis histérica se disolvi6. Ademas de los que lo siguieron, poco posteriores —en particular Tertuliano (ca. 160-220) y Origenes (ca. 180-253), Ireneo detiene asi la primera gran aparicién de la «conciencia desdichada» en aquellos puntos en los que esta se manifestaba con su poder més destructor: en el Dios creador y en el Verbo de Dios encarnado. Observemos dos aspectos a propésito de estos inicios de la «tradicién galorromana» en los siglos ILy II. Por una parte, muy pronto, y ya en el Nuevo Testamento (cf. 1 Jn 2,8), la compleja impugnacién formulada por la «conciencia desdichada» represent6 una «puerta del infierno» (cf. Mt 16,18). Pero, por otra, también muy pronto la conciencia cristiana la rechazé con fuerza. Habria que subrayar aqui que la doctrina de la gloria es, al mismo tiempo —y como han sefialado los estudiosos—, la de un evangelio de la plena libertad de Cristo en beneficio nuestro, Hilario de Poitiers y la glorificacién divina del hombre tps ww acivitacattoica.s/2022/03/28icontraa-conciencia-descichada-er-o-crstanismal siz 2513122, 08:00 Contra la econcioncia desdichadas en el eistanismo -La Gwvita Catalica La posteridad doctrinal del autor de Contra los herejes —Erasmo pensaba que la obra habia sido eserita en latin, porque nos ha llegado integra en esa lengua— es considerable por partida doble: por un lado, se trata de un texto casi con seguridad muy citado, sobre todo por los padres griegos y en griego, aunque también en lengua armenia y sirfaca: en particular los libros IV y V, los més teolégicos; por otro, hasta la crisis arriana, a comienzos del siglo IV, fueron muchos los que prosiguieron su accién contra los gnésticos, como Vietorino de Petovio (+ 304). La que hemos definido como «la tradicién galorromana» pudo ponerse de manifiesto solo en fecha reciente, cuando empezaron a sobresalir sus figuras mas significativas, que son, después de Ireneo de Lyon, Hilario de Poitiers (315-367) y Cesdreo de Arlés (470-543). En los siglos Vy VI la gnosis ya no representaba un problema. Hilario era uno de los actores principales en la resolucién de la crisis arriana en Oriente y Occidente. Cesareo, en cambio, intervenia de manera decisiva en la disputa sobre la gracia y la libertad. Es muy interesante constatar en ambos —que actuaban cada uno por su cuenta en las dos grandes cuestiones doetrinales recordadas al comienzo— no solo la permanencia, sino también la feeundidad de la teologia dela gloria de Ireneo. Aunque Hilario no menciona nunca el nombre de Ireneo —como, por lo demas, tampoco otros nombres de personas fuera de los de la Biblia salvo, alguna vez, los de los herejes alos que se opone—, hay una fuerte semejanza en el modo de concebir la teologta por parte de ambos. La base se halla constituida por la imposibilidad del hombre de conocer a Dios en su intimidad, lo que no significa en absoluto que Dios no sepa ni pueda revelarse al hombre. Este fundamento aparece en los primeros tres libros de La Trinidad. En lo que la obra refiere yen el modo en que lo hace, la Biblia es la palabra por medio de la cual Dios mismo se daa conocer al hombre Para Hilario el problema a tratar no es ya el de un Dios creador y el de un Verbo encarnado, sino el de la igualdad del Verbo encarnado, que es el Hijo, con el Padre, a partir de la negacién de tal igualdad, que proviene del sacerdote alejandrino Arrio (+ 336) y se difunde por varios lugares. Cuatro libros de la obra de Hilario titulada La Trinidad explican — primero en el Antiguo y después en el Nuevo Testamento— de manera sucesiva «la generacién eterna del Hijo», «el Hijo de Dios verdadero y no inferior», «la verdadera » y «la unidad de naturaleza del Padre y del Hijo» (Evangelio de Juan). En verdad, la amplitud de esta documentacién depende de la muy abundante producida por los, opositores. De hecho, se duplica de modo constante, pues se trata de refutar sin descanso las referencias de desigualdad —que no faltan— gracias a las referencias contrarias, voluntaria o ideologicamente olvidadas. El ejemplo dirimente es la frase de Jesucristo: «El Padre es mayor que yo» (Jn 14,28), que hay que tener la inteligencia de compensar con otra que dice: «Yo y el Padre somos uno» (Jn 10,30). Se trata de arrebatar a los arrianos las citas que ellos falsean, ya sea a sabiendas, ya tps ww acivitacattoica s/2022/08/28/contrada-conciencia-dessichada-or-o-crstanism! wiz 2518122, 08:00, Contra la econcioncia desdichadas en el eistanismo -La Gwvita Catalica ea por ignorancia. Este trabajo, de primeras negativo, permite a la vez abrir, como en Ireneo, un camino de glorificacién en el conocimiento de la salvacién en la verdadera Trinidad. Observemos ante todo que Hilario se sirve mucho de la cuestién con las palabras gloria, glorior, glorificatio (mas de cuatrocientas veces). Esta realidad se refiere a Dios mismo, a Cristo glorificado en su misién y al hombre glorificado por Cristo en ella, Nada queda fuera. He aqui las etapas, en una exposieion sumaria: 1) Con el Antiguo Testamento se descubre que Dios no es un ser solitario, y ello ni en si mismo, ni en relacién con el mundo, que es su obra, ni tampoco en relacién con el hombre, que es su imagen. Adems, Dios deposita en el mundo, y sobre todo en el hombre, un impulso hacia el progreso. 2) Con el Nuevo Testamento el Padre y el Espiritu realizan en el Hijo una filiacién del hombre capaz de alcanzar poco a poco a una multitud de hombres. Mientras los padres orientales y Agustin sostienen la divinidad del Verbo también en su encarnacién —en analogia con la inteligencia que, siendo una en si misma, piensa y habla—, Hilario insiste en Ia filiacién, En efecto, la mayorfa de los padres parten de lo que es «semejante> o «lo mismo» (S1o.0g + 616g, similis + idem) para llegar a la igualdad del Padre y del Hijo, cosa que parece més conforme a la dignidad espiritual de la divinidad. Hilario, en cambio —ya lo hemos visto a propésito de la documentacién biblica— pone en primer plano la generacién y la filiacién. Esta analogia es del todo carnal y, como tal, se encuentra a menudo ausente de los debates trinitarios. Y lo que Hilario elige en la generacién y en la filiacién como signo de identidad y de igualdad es lo siguiente: un padre que no engendra a un vastago idéntico a si mismo en su naturaleza no es un padre. Para que la frase se comprenda bien debemos agregar lo siguiente: esto vale desde la reproduccién asexuada de las bacterias hasta la reproduccién sexuada de Adan y Eva a imagen de Dios. Dejemos hablar a Hilario: «emos recordado esto solamente para la comprensién del nacimiento humano, no porque sea un ejemplo completo del nacimiento del Dios unigénito [...] Pero todo cuanto hay en Dios vive, pues Dios es la vida, y de la vida no puede salir nada mas que lo vivo. Y la generacién no se realiza por emanacién, sino por el poder divino. Y asf, ya que en Dios todo vive y lo que de él nace es por entero poder, se produce un nacimiento, pero no un cambio; comunica el ser al que de él procede, pero no pierde su naturaleza, pues sigue presente en el Hijo, al que dio el ser debido a la semejanza de la naturaleza indiferenciada, y el Hijo al nacer no pierde aquella naturaleza que vive a partir del viviente» (La Trinidad, VI, 28). 3) El Hijo prolonga en sf, en su encarnaci6n, su filiacién divina y hace participes de ella a todos aquellos que creen en él. Al contemplar, en el libro IX, la ascensi6n de Cristo muerto, resucitado y «sentado a la derecha del Padre», Hilario ve aquello que, a través de la historia tps ww acivitacattoica.s/2022/03/28icontraa-conciencia-descichada-er-o-crstanismal m2 2518122, 08:00, Contra la econcioncia desdichadas en el eistanismo -La Gwvita Catalica de su cuerpo, que es la Iglesia, constituye la glorificacién del hombre, realizado primero en el Hijo del hombre: «Por lo demés, el Dios unigénito, aunque ha nacido como hombre, no es otra cosa mas que Dios todo en todas las cosas (1 Cor 15,28). Pues aquella sumisién del cuerpo por medio de la cual lo que él tiene de carnal es absorbido en la naturaleza espiritual, determina que sea Dios todo en todas las cosas aquel que, ademas de Dios, es también hombre; es nuestra humanidad la que llega a alcanzar este estadio. Y también nosotros progresaremos hasta hacernos conformes con la gloria del que es hombre como nosotros. Renovados para el conocimiento de Dios, seremos transformados en imagenes del Creador» (La Trinidad, XI, 49). iQué alcance tan amplio! En verdad, Hilario no tiene menos mérito que Ireneo. Lo que resulta bastante extraordinario en la trasposicién que La Trinidad hace de Contra los herejes es la permanencia de la amplitud, que alcanza a dos disputas muy distintas: contra los gndsticos, por una parte, y contra los arrianos por la otra. En efecto, tanto en un caso como. en el otro se combate una persistente repugnancia frente a la condicién carnal del hombre por la cual no se puede ni se quiere imaginar que el Espiritu pueda actuar y habitar en ella ni que el Verbo pueda encarnarse en ella. Esta irresistible repugnancia debe atribuirse a la desdichada», precisamente en sus complicaciones m: de los galorromanos supo hacerla retroceder por lo menos en dos ocasiones. «concienci sutiles. La linea doctrinal Ceséreo de Arlés y su discernimiento sobre la predestinacién Desde el comienzo de esta exposicién hemos sefialado una tercera ocasién que se presenté en Jo que se ha convertido en una cuestién punzante en el Occidente latino, que tiene que ver con la relacién entre la gracia divina y la libertad humana y surge de manera clara a comienzos del siglo V. Pelagio, preocupado por el fervor espiritual de sus fieles, insiste tanto en el compromiso total de su libertad que termina por ensombrecer la ayuda que la gracia de Dios otorga a esta victoria de la ascesis. Dona APOYA A LACIVILTACATTOLICA.ES Queremos garantizar informacién de calidad incluso online. Con tu contribucién podremos mantener el sitio de La Civilta Cattolica libre y accesible para todos. El principal representante de toda una reaccién a esta simplificacién, que es una falsificacién, es Agustin, apoyado por los papas. Con toda la fuerza de su experiencia espiritual y de su ciencia teolégica, Agustin libra una batalla que, en primer término, se estabiliza en torno al concilio de Cartago del afio 411, pero sin llegar hasta el fondo, que es tps ww acivitacattoica.s/2022/03/28icontraa-conciencia-descichada-er-o-crstanismal a2 2518122, 08:00, Contra la econcioncia desdichadas en el eistanismo -La Gwvita Catalica Dios mismo en su poder de conocer todo y de prever todo y por todo. La relacién entre la gracia divina y la libertad humana pone en entredicho a Dios mismo en su presciencia y en su predestinacién universal. Un siglo ms tarde los debates contin‘ian y llegan a enfocar la cuestién del initium fidei, es decir: «Cémo ocurre que se comience a creer?». O, dicho de forma més dramatica: «2A. quién corresponde atribuir el acto de creer? éAl hombre por si solo o a Dios en él y con él? Pero entonces ées el hombre el que cree, o es Dios, que prevé todo y predestina todo?». Lo que est en juego es enorme y, a primera vista, no hay solucién. Por muchas razones sera Provincia —asi denominada en latin—, la futura Provenza, donde el debate se libre de forma més viva, Seré entonces cuando Cesareo se vea impulsado a ocuparse de ello, pues ejerce el primado, honrado por el célebre pallium, justo en Provenza. El segundo sinodo de Orange (3 de julio de 529), en una quincena de cdnones extraidos casi todos de Agustin, dirime el problema de la siguiente manera: 1) el initium fidei pertenece a Dios, que concede al hombre también ser libre en este compromiso; 2) hay una predestinacién para el bien segiin todo el proyecto salvifico de Dios para el hombre, y 3) no hay una predestinacién para el mal. iUn verdadero juicio saloménico! ¥ el correspondiente golpe de espada lo tenemos aqui, en la «conclusién» que el mismo Cesdreo redact6 para el segundo sinodo de Orange: «Innumerables son los testimonios que podrian alegarse de las sagradas Escrituras para probar la gracia; pero se han omitido por amor a la brevedad, porque realmente a quien los pocos no bastan, no aprovecharén los muchos. Segiin la fe catélica también creemos que, después de recibida por el bautismo la gracia, todos los bautizados pueden y deben, con el auxilio y cooperaci6n de Cristo, con tal que quieran fielmente trabajar, cumplir lo que pertenece a la salud del alma. Que algunos, empero, hayan sido predestinados por el poder divino para el mal, no solo no lo creemos, sino que si hubiere quienes tamajio mal se atreven, a.creer, con toda detestacién pronunciamos anatema contra ellos (si sunt, qui tantum mali credere velint, cum omni detestatione illis “anathema” [de todo el documento esta palabra aparece solo aqu{] dicimus). También profesamos y creemos saludablemente que en toda obra buena no empezamos nosotros y luego somos ayudados por la misericordia de Dios, sino que E nos inspira primero —sin que preceda merecimiento bueno alguno de nuestra parte— la fe y el amor a El, para que busquemos fielmente el sacramento del bautismo, y para que después del bautismo, con ayuda suya, podamos cumplir lo que a El agrada»!41, Hagamos tres breves observaciones sobre e texto’ 1) El juicio libera a Agustin de todo predestinacionismo inveterado. Sus excesos, por lo dems bien inventariados, se ven cubiertos por el valor general de su doctrina, citada con complacencia en todas las actas del concilio. Al mismo tiempo, este es el tinico «anatema» de todo el magisterio contra la predestinacién al mal. Ni el mismo Trento lo retomara. Y el papa Bonifacio II, en la aprobacién del segundo sinodo de Orange, no haré alusién alguna a la tps ww acivitacattoica.s/2022/03/28icontraa-conciencia-descichada-er-o-crstanismal ann 2518122, 08:00, Contra la econcioncia desdichadas en el eistanismo -La Gwvita Catalica expresién. En cierto sentido, Cesdreo carga solo con toda la responsabilidad y el honor de una definicién conciliar de la nica predestinacién al bien sin la minima contrapartida de una predestinacién al mal, 2) En efecto, la teologia galorromana esta de su parte. Seria dtil mostrar con mayor amplitud que su «detestacién» de la predestinacién al mal, que solo es comparable con la reservada a los maniqueos, hunde sus raices en la fidelidad a Ireneo y a Hilario. Como todo tiene su comienzo en Dios, Ceséreo puede salir con facilidad de la trampa del initium fidei. Es conocida también su preocupacién pastoral de hacer leer —o de hacerse leer— todas las Es pericopas, incluidas las més extrafias (pensemos en la del hierro del hacha caido al agua en 2 Re 6, que Ceséreo trata en un discurso inspirado por Ireneo V, 17, 14), dan testimonio de una fidelidad a sus predecesores en este campo, no solo en contra de eruditos extra gnésticos o los arrianos—, sino por el amor paterno hacia todo el pueblo que lucha de todas las maneras contra el mal para vivir la salvacién. ituras a todos los cristianos, asi como sus muchos discursos acerca de innumerables dos —los Por lo dems, Cesareo practica asimismo con brio la argumentacién mediante los contrarios, cara a sus dos predecesores. Utiliza este tipo de argumentacién solo en el pequefio opisculo sobre la «naturaleza y la gracia», y anula especie de agradable juego de bolos al final del cual aparece la esencial cita: «iQué abismo de riqueza, de sabiduria y de conocimiento de Dios!» (Rom 11,33). citas a favor y en contra de una y otra en una Sin duda, el vocabulario de la gloria en el estado actual de la investigacién sobre Cesareo no parece ser lo primero para él. Demasiado preocupado esta —aunque ées posible estar demasiado preocupado?— por la conversién de su pueblo!5!, Pero su comentario del Apocalipsis, muy original, no trata de las catéstrofes de la escatologfa: toda la luz.se dirige hacia la lucha de la Iglesia en el mundo y sobre todo en si misma y, también alli, hacia la victoria de la Iglesia gracias a todos sus hijos. Solo una doxologta final de los diecinueve capitulos evoca la «gloria» (IV). Pero la décima, en el centro de la obra, termina asi: «los cristianos estamos “signados desde el origen del mundo”, porque, en la presciencia de Dios, mucho antes, la Iglesia ha sido predestinada y signada. iQue Dios mismo se digne ser su garante!». 3) Dom Germain Morin, monje de Maredsous, que ha reunido desde 1942 doscientos treinta y ocho sermones de Cesdreo, ha publicado en Echos de Saint-Maurice un articulo para el XIV centenario de la presunta fecha (542) de su publicacién original. Morin explica en dicho articulo por qué esta luz del siglo VI cristiano ha desaparecido entretanto. Se imponen dos razones: la falta de «herederos» en la Provenza franca en los tres siglos siguientes bajo las, incursiones de los sarracenos, pero también la humildad editorial de Cesareo. He ahf la razén por la cual el segundo sinodo de Orange, con su «conclusién», tuvo poca influencia contra la tps ww acivitacattoica.s/2022/03/28icontraa-conciencia-descichada-er-o-crstanismal sone 2518122, 08:00, Contra la econcioncia desdichadas en el eistanismo -La Gwvita Catalica «conciencia desdichada» predestinacionista, que no dejé de levantar la cabeza. La linea galorromana se convirtié asi en una suerte de levadura escondida, lo cual no podria in fecundidad en la Iglesia a corto, a medio o a largo plazo permanecer s Una ayuda fraterna para nuestras batallas actuales Muchos son los puntos de vista desde los que habria que completar la descripeién de la tradicién galorromana. Sin embargo, habria que subrayar tres en particular: ante todo, el hecho de que estos autores colaboraron estrechamente con Roma; después, que estaban abiertos e intimamente ligados a los orientales y, por tiltimo, que fueron intrépidos defensores de la libertad humano- En estas paginas hemos relatado una historia del pasado. éHabriamos podido hacerla atin ms bella? Debemos responder que no, Es nuestra historia actual la que revivimos. En efecto, se nos ha manifestado una constante teolégico-filoséfica que parece no morir con facilidad; mis atin, que no deja de levantar la cabeza. En 2017 esta «puerta del infierno», esta «conciencia desdichada» de cien rostros turba no solo al pueblo de Dios, sino también al mundo oceidentalizado —y, por tanto, ya no muy cristianizado— que es nuestro mundo. Resulta provechoso resituar todas las dificultades del presente —eclesial y humano— en esta zona de sombra. Al hacerlo se iluminan de verdad. Yes alli donde se ha manifestado, también en los siglos XX y XXI, una fuerza de resistencia en el pueblo cristiano. Es verdad: Ireneo, Hilario y Cesareo no han abandonado nunca del todo la inteligencia de los ereyentes para pasar a la de los historiadores de la Iglesia. Pero es alrededor del perfodo del concilio Vaticano II, y también al revivir sus obras, como los padres antes casi desconocidos han llegado a secundar al incomprensible Agustin: los griegos y los capadocios, por ejemplo, o este esmirneo devenido lionés, Ireneo. A este tiltimo se agregaron, gracias a publicaciones de base cientifica, verdaderos luchadores de la doctrina renovadora del Concilio, Todo ello sucede en la actualidad. La «conc Tinea doctrinal galorromana, que en verdad puede ser todavia reforzada por otros decididos Tuchadores, es actual. Nuestra batalla es la suya. Modernos con nosotros en su descubrimiento, ellos no inventan nada en nuestro lugar, porque somos nosotros los que los redescubrimos por las necesidades de nuestra causa. encia desdichada» existe hoy. La Los padres, en nuestras batallas y victorias, no son solo hermanos para nosotros, sino hermanos verdaderos. Con ellos sabemos que procurar siempre hacer entrar en razén a esta «puerta del infierno» de la que nos hemos ocupado aqui no es en vano. Con ellos retomamos en Dios la sabidurfa y el coraje necesarios en esta tarea de salvacién del mundo. Con ellos podemos recuperar en la Trinidad, primera amiga del hombre, el realismo de una ambieién divina por cl hombre mismo: su gloria, su filiacién, su tinica predestinacién al bien. Copyright © La Civilta Cattolica 2022 Reproduccién reservada tps ww acivitacattoica.s/2022/03/28icontraa-conciencia-descichada-er-o-crstanismal se 2518122, 08:00, Contra la econcioncia desdichadas en el eistanismo -La Gwvita Catalica 1, San Ireneo de Lyon, Contra los herejes: exposicién y refutacién de la falsa gnosis [traduccién, estudio introductivo, notas e indices de Carlos Ignacio Gonzalez], México, Conferencia del Episcopado Mexicano, 2000 (de aqui tomamos las citas). 1 2. San Hilario de Poitiers, La trinidad [ed. bilingiie preparada por Luis Ladaria}, Madrid, La Editorial Catélica (BAC), 1986 (de aqui tomamos las citas). + 3. Cf. Cesdreo de Arlés, Predicare la Parola: scelta di sermoni sull’amore per la Scrittura ela predicazione, Magnano, Qiqajon, 2000. + 4. H. Denzinger y P. Hiinermann, El magisterio de la Iglesia. Enchiridion symbolorum definitionum et declarationum de rebus fidei et morum, Barcelona, Herder, 1999, n.° 396-397. T 5. En el Regina coeli del 11 de mayo de 2014 el papa Francisco puso en evidencia la imagen viva de un celo semejante, dado que Ces4reo compara la avidez del pueblo con Ia de los terneritos por la ubre de la vaca. tps ww acivitacattoica.s/2022/03/28icontraa-conciencia-descichada-er-o-crstanismal sane

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