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Miller - Sintoma y Fantasma
Miller - Sintoma y Fantasma
La experiencia analítica nos enseña que el sujeto habla mucho de sus síntomas, y habla para lamentarse
de él, es la razón por la que se analiza; en cuanto a sus fantasmas, la resistencia es mucha.
El FANTASMA tiene una función de consolación. El paciente encuentra en su fantasma un recurso
contra su síntoma, un consuelo.
Al NEURÓTICO, por lo general, su fantasma lo avergüenza, porque contradice sus valores morales.
Ahora, que el neurótico tenga fantasmas perversos no quiere decir que lo sea. Por ejemplo, es frecuente
en análisis encontrar mujeres feministas con fantasmas masoquistas con los que no saben qué hacer,
porque contradicen sus ideales; también se pueden encontrar hombres humanistas cuyos fantasmas son
particularmente agresivos.
Una idea freudiana considera al fantasma como algo que le permite al sujeto obtener placer.
Una hipótesis lacaniana dice que el fantasma es como una máquina para transformar el goce en placer. Al
decir máquina hace referencia a que doma el goce, ya que por su propio movimiento el goce no se dirige
hacia el placer sino hacia displacer.
El fort da es un emblema de cómo el fantasma funciona como maquinación para obtener placer, el sujeto
domina una situación y aprende a obtener placer de la misma.
El fantasma aparece como un medio para articular la dimensión del goce al principio de placer.
No debemos olvidar que la condición necesaria del “fort-da” es la ausencia de la madre. Es por ese otro se
fue, que el niño queda en una situación angustiosa y de lo que obtiene placer gracias a su maquinación
lúdica. Es importante recordar esa ausencia, porque es la ausencia del otro lo que pone en evidencia el
deseo del sujeto.
El fantasma fundamental nunca es interpretado realmente. Por fantasma fundamental se refiere a lo que
Freud acentúa como segundo tiempo del análisis de se pega a un niño, tiempo en cual nunca aparece la
experiencia misma como tal, y no sólo porque haya por parte del paciente una reticencia a comunicarlo,
sino porque está ubicado en tal lugar que nunca aparece en la experiencia. El fantasma fundamental es
correlativo a lo que, en lo reprimido, nunca podría salir a luz.