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Experiencia docente durante la pandemia

El aislamiento social obligatorio causado por la pandemia del covid 19, descolocó
en todas sus medidas a las actividades sociales en general.

En el ámbito educativo, impulsó a tomar medidas respecto a la continuidad de las


actividades escolares, se cerraron las escuelas lo que provocó que tuviéramos que
encontrar la manera de continuar las clases de manera virtual.

Esto nos llevó, con muchas inseguridades y miedos, a intentar reinventar la clase.
El esquema didáctico ya no se sostenía en la virtualidad, y nos impulsó a pensar en
una propuesta más minimalista, lo cual no quería decir más fácil. Se hizo necesario
que nos centráramos en lo más relevante, en lo más estructurante del espacio
curricular e intentar generar intervenciones que sean transformadoras.

La complejidad del aislamiento social y obligatorio, no residía en que teníamos que


quedarnos en nuestras casas o en usar una aplicación que nunca habíamos usado
(lo cual también implicó un desafío). El desafío consistió en que los estudiantes
continúen con sus estudios, que aprendan lo que tengan que aprender y que puedan
seguir a delante en condiciones tan explusivas, como se evidenciaron en ese
periodo. Había que reconocer los usos culturales de los alumnos y reconocer
también que había muchas deudas de acceso.

Sabemos que lo que sostiene el sentido de la educación es la construcción de


vínculos, y se hizo más evidente en ese tiempo, había una responsabilidad política
que cumplir, de intentar sostener a los estudiantes, de ayudar a que los aprendizajes
que tengan que suceder sucedan, había que hacer todos lo que estaba a nuestro
alcance, todo esto implicó un desafío muy grande.

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