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Tejuelas de tetra pack: ayudar no cuesta nada

Las cajas de tetra pack, correctamente lavadas y cortadas, se


transforman en excelentes tejuelas de material aislante para recubrir el interior de las
mediaguas
El pasado miércoles 5 de mayo, cayeron en Concepción cerca de 30 milímetros de agua.
Una lluvia suave en el contexto de los fuertes temporales que las ciudades del Biobío
están acostumbradas a soportar, pero la suficiente para interrumpir el sueño de miles
de familias que aún permanecen en débiles y diminutas carpas tras el 27F. Las que
tuvieron más suerte, capearon la lluvia de una manera un poco más digna, en alguna de
las “viviendas de emergencia” -que todos conocemos como mediaguas- que justamente
ese día llegaron al número 10 mil en nuestra zona.

Conversaba ese miércoles con el Gobernador Provincial de Concepción, quien


mostraba su satisfacción por la cifra, aunque sin ocultar que al menos faltan otras 10
mil mediaguas más. El gobierno central ha puesto como fecha el 10 de junio para tener
las 20 mil casas levantadas. Pero para eso falta un mes, en el que no sólo la lluvia, sino
que el frío y la humedad pueden hacer más que lo que cualquier campaña de
prevención aspire evitar.

La situación se hace más preocupante cuando el mismo Ministro del Interior admitió
que las mediaguas tienen deficiencias y filtraciones,  y afirmó que habrá un «invierno
complejo».  A través de los medios de comunicación no eludió el asunto y reconoció
que las personas de los campamentos están en »condiciones muy precarias».

A través de la pantalla, diariamente vemos la compleja situación que estas personas


están viviendo. A toda hora, los testimonios televisivos  hablan de mujeres, de adultos
mayores y de miles de niños que hasta hoy permanecen en el más absoluto desamparo,
sin un lugar digno donde pasar la noche y el frío. Cuando nos exponemos a estos
mensajes, pensamos en la suerte que tenemos de contar con nuestras casas, tibias y
acogedoras. Pensamos en nuestros hijos, nos emocionamos, y damos gracias a Dios
porque pertenecemos a la mayoría que le tocó vivir la cara más amable de esta tragedia.

¿Quién no se ha preguntado qué puede hacer para ayudar, para contribuir a que esta
situación mejore? “Es labor de las autoridades” pensamos. “Que el gobierno haga algo”,
en nuestra reflexión más común. Que alguien haga algo: el alcalde, la intendenta, los
políticos, los empresarios, los que tienen más dinero, los jóvenes…quien sea. Pero ese
quien siempre es otro, nunca nosotros mismos. Es que la intención de ayudar siempre
está, pero el proceso de movilización, de transformar la intención en acción nunca es
fácil.

Aunque si se piensa un poco,  siempre existe una posibilidad. Me invitaron y me sumé a


un grupo de personas que, asesoradas por arquitectos especializados en medio
ambiente, lanzaron la novedosa idea de reciclar las cajas de leche y jugo, los conocidos
envases tetra pack para forrar las viviendas de emergencia, que hasta la fecha ha sido
una iniciativa no sólo pionera, barata y útil, sino que deja de manifiesto además todo lo
que se puede hacer si las voluntades de muchos se unen, aunque se trata de un gesto
sencillo, pero con insospechados resultados.

Las cajas de tetra pack, correctamente lavadas y cortadas, se transforman en excelentes


tejuelas de material aislante para recubrir el interior de las mediaguas, protegiéndolas
del agua, del frío, del ruido y de la humedad. El primer grupo de mediaguas forradas
pertenece a la zona de Dichato y Coliumo, aunque no fue fácil. La gente no quería que
sus ya reducidas casas tuvieran que ser llenas de “basura”. Pero bastó que la primera
casa estuviera terminada para ver los resultados, para que se corriera la voz y se
generara automáticamente una larga lista de espera para el otorgamiento de este
preciado beneficio.

Pero al mismo tiempo surge un gran desafío: reunir los envases reciclados suficientes.
Sólo para una mediagua se requieren cerca de 900 tejuelas. Multiplique ahora por la
cantidad de viviendas que es necesario forrar. Se necesita colaboración y buena
voluntad, ahora.

Este proyecto pone de manifiesto una gran certeza: para ayudar, no es necesario
caminar muy lejos ni invertir grandes sumas. Si está interesado en hacerlo, basta que
consulte, porque ya son varios los miembros de la comunidad UCSC que en lugar de
desechar las cajas, se han matriculado con esta idea, destinada a que muchas personas
–pese al complicado momento que viven- al menos pasen las noches un poco más
abrigados.

Instructivo sobre cómo procesar las cajas para transformarlas en tejuelas

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