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U4 NDESARROLLO Marcelo Gorga, El Cerebro y El Proceso Del Desarrollo Infantil, 2018
U4 NDESARROLLO Marcelo Gorga, El Cerebro y El Proceso Del Desarrollo Infantil, 2018
Introducción:
Esta diferenciación de las células nerviosas dará como resultado cambios estructurales
y funcionales en el Sistema Nervioso. Esta interacción que se da entre biología cerebral
y contexto encuentra en la Epigenética y el Neuroconstructivismo, marcos teóricos
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Médico neuropediatra. Coordinador del Programa de Neuroética (Centro de Investigaciones Psicopedagógicas
Aplicadas), de la Escuela de Humanidades (EHU), Universidad Nacional de General San Martín (UNSAM). Profesor
adjunto de la Cátedra de Neurociencias Aplicadas al Aprendizaje (EHU- UNSAM). Médico neuropediatra del Centro
Asistencial Universitario (UNSAM). Miembro del Comité de Ética del Hospital de Clínicas de la Universidad de
Buenos Aires. Buenos Aires, Argentina.
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adecuados para su comprensión. Nos detendremos también en los aportes hechos por los
actuales estudios de neuroimágenes (fundamentalmente los estudios con técnica de
resonancia magnética nuclear), a través de los cuales podemos obtener datos acerca de
la estructura anatómica y funcional del cerebro y de su correlación con el desarrollo de
las distintas pautas madurativas valoradas a través de su observación en la clínica.
Martin Mahner y Mario Bunge (1997) señalan que un período (o etapa) en la historia
de vida de un organismo es un proceso de desarrollo sólo si va acompañado de la
emergencia o submergencia de al menos una propiedad (o cualidad) genérica (los
autores afirman que aunque no existen dos cosas exactamente idénticas, todas las cosas
comparten algunas propiedades, a éstas las llamamos propiedades genéricas). Se aclara
que una propiedad es emergente cuando siendo una propiedad de una totalidad, ésta no
es poseída por ninguno de sus componentes. A su vez, se menciona que cuando dos o
más cosas se juntan e interactúan fuertemente de una manera específica constituyen un
sistema, esto es, una cosa compleja que posee una estructura definida. Por otro lado, en
un sistema, una relación entre una cosa x y una cosa y es una relación vinculante si y
sólo si los estados de y se alteran cuando se cumple la relación con x.
Mahner y Bunge proponen entonces, pensar al desarrollo de los seres vivos en tanto
sistemas. Para esto proponen recurrir al modelo CES (siglas en inglés de: Composición,
Entorno, Estructura), que definen como el modelo cualitativo más simple de un sistema
material arbitrario, donde la composición (C) del sistema hace referencia a la colección
de todas las partes del mismo; el entorno (E) a la colección de cosas diferentes del
sistema que pueden ser influidas por el mismo o que pueden actuar sobre este; y la
estructura (S), que a su vez dividen en: 1) endoestructura, que es la unión de las
colecciones de relaciones vinculante y no vinculante entre las partes de un sistema, y 2)
exoestructura, que es la colección de todas las relaciones vinculantes y no vinculantes
entre el sistema, o sus componentes, y cosas del ambiente. La endoestructura más la
exoestructura conforman la estructura total:
Esta perspectiva sistémica es propuesta por Bunge también para la medicina en tanto
disciplina: “…. la medicina moderna no es un conglomerado sino un sistema de
disciplinas cuyos cultores interactúan entre sí. Esto, a su vez, se debe a que el
organismo que ellas estudian y tratan es un biosistema de partes interactuantes, al
mismo tiempo que está inmerso en un entorno natural y social”. (Bunge M. 2012, pp.
56) Esta mirada da cuenta del conjunto complejo de interacciones que se dan en el
organismo humano, y entre este y su entorno, además de los estados de salud resultantes
de dichas interacciones. Esta misma perspectiva sistémica es la que haría falta
incorporar al análisis del neurodesarrollo en el ser humano y sus trastornos, ya que la
complejidad de los sistemas reales involucrados en el neurodesarrollo nos obliga a
analizar los conceptos de composición, entorno y estructura de un sistema en tantos
niveles como sea necesario. Para Bunge, despreciar una o más de las tres coordenadas
lleva a un enfoque no sistémico, en particular reduccionista.
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Neuroconstructivismo y Epigenética
CEREBRO CUERPO
REGIÓN X Morfología
Estructu
Actividad corporal
ras
neurales Neural
Uso
corporal
Estructu MEDIOAMBIENTE
Actividad
ras Medioambiente
neurales neural
experimentado
Medioambiente
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El gen es la unidad fundamental de la herencia. Puede ser pensado como una unidad de información que
codifica una característica genética. Un gen que define una característica puede existir bajo la forma de
distintos alelos (por ejemplo, un gen que codifica la información para el color del pelo de un gato puede
existir en la forma de un alelo codificante para el pelaje de color negro o en otro para el pelaje de color
blanco). Los genes se heredan y en conjunto con los factores ambientales determinan cuál será la
expresión de los rasgos. La información genética (el conjunto de genes) que posee un organismo
individual constituye el genotipo, en tanto que el rasgo, constituye el fenotipo. La información genética
está codificada en la estructura molecular de los ácidos nucleicos: ácido desoxirribonucleico (ADN) y
ácido ribonucleico (ARN). Los ácidos nucleicos son polímeros formados por unidades repetitivas
llamadas nucleótidos; cada nucleótido está constituido por un azúcar, un fosfato y una base nitrogenada.
Hay cuatro tipos de bases nitrogenadas en el ADN (abreviadas como A,C,G y T), y la secuencia de estas
bases codifica la información genética. Los genes se localizan en los cromosomas, los cuales están
constituidos por ADN y proteínas asociadas. Las células de cada especie poseen un número característico
de cromosomas y cada cromosoma transporta un gran número de genes. (Pierce , 2010, pp. 12)
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Los cromosomas se separan a través de los procesos de mitosis y meiosis. Éstos garantizan que cada
célula hija de un organismo determinado reciba una dotación cromosómica completa. La mitosis consiste
en la separación de los cromosomas duplicados durante la división de las células somáticas (no sexuales).
La meiosis es el apareamiento y la separación de los cromosomas replicados durante la división de las
células sexuales para producir gametos (células reproductoras). (Pierce , 2010, pp. 12)
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La estructura primaria del ADN puede modificarse de varias maneras. Una de esas modificaciones es la
metilación del ADN, un proceso en el que grupos metilo (-CH3) se agregan, a través de enzimas
específicas) a ciertas posiciones en las bases nucleotídicas. En las células eucariontes (como las del ser
humano) la metilación suele relacionarse con la expresión génica. Las secuencias que se metilan muestran
casi siempre niveles bajos de transcripción, mientras que las secuencias que carecen de metilación se
transcriben activamente. (Pierce, 2010, pp. 281)
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En los eucariontes el ADN se asocia estrechamente con una clase especial de proteínas, las histonas,
para formar cromosomas densamente empaquetados. Este complejo de ADN e histonas se denomina
cromatina , que es el material que conforma los cromosomas eucariontes. (Pierce, 2010, pp. 18)
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Muchos genes codifican rasgos mediante la especificación de la estructura de las proteínas. La
información genética en primer lugar se transcribe de ADN a ARN, y luego el ARN se traduce en la
secuencia de aminoácidos de una proteína. (Pierce , 2010, pp. 12)
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La RMNf mide patrones de actividad dentro de las estructuras cerebrales. La metodología funcional
mide cambios en la oxigenación sanguínea en el cerebro. Estos cambios son asumidos como reflejo de
modificaciones en la actividad neural (es decir que aporta información acerca del funcionamiento cerebral
en relación con la estructura anatómica del cerebro). De esta manera se elimina la necesidad del uso de
agentes de contraste exógenos, que incluyen a los isótopos radioactivos. El uso de esta técnica es aún
infrecuente en clínica, pero es cada vez mayor en los trabajos de investigación vinculados con el
neurodesarrollo. (Maestú Unturbe F., Ríos Lago M, Cabestrero Alonso R. Neuroimagen. Técnicas y
procesos cognitivos. Barcelona. Elsevier Masson. 2008.)
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Verdaderos alcances
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que el porcentaje del nivel de difusión del agua en la sustancia blanca es distinto
según las diferentes direcciones, a este fenómeno se lo denomina “anisotropía
con difusión”. Esto no se da en la sustancia gris donde la difusión es
“isotrópica”, es decir que el coeficiente de difusión del agua es igual en todas
direcciones. La mielinización de los axones que transcurren por la sustancia
blanca, incrementa la anisotropía de la misma.
Figura 1: Imagen de RMN en un niño con agenesia de cuerpo calloso. Este estudio aporta datos
morfométricos del cerebro.
Figura 2: Activación de la Corteza Prefrontal en RMN funcional. Las áreas con aumento de señal
se relacionan con diferencias en los niveles de oxígeno sanguíneo y con la activación cerebral
durante una actividad cognitiva.
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Figura 3: Imagen por tensor de difusión (ITD) en un niño con agenesia de cuerpo calloso. Se puede
observar la densidad de los tractos de sustancia blanca, como expresión de la conectividad entre las
distintas áreas cerebrales.
Ya que ninguna de estas tres técnicas son invasivas, pueden ser utilizadas para evaluar
con mayor precisión el desarrollo y el aprendizaje en los individuos, a través de
mediciones sucesivas a lo largo de intervalos de tiempo cortos o prolongados (Por
ejemplo, días o años). Tienen la dificultad de requerir la colaboración del paciente en
cuanto a no moverse mientras se realiza el estudio. Esto hace que en el caso de los niños
muy pequeños se requiera el uso de anestesia general para poder realizar estos estudios,
lo cual representa una dificultad adicional en el caso de los protocolos de investigación.
Estos métodos proveen solamente una medida indirecta de la estructura cerebral y de su
función.
Los cambios en el volumen de una estructura o el monto de actividad tal como son
medidos por las resonancias magnéticas carecen de la resolución para caracterizar en
forma definitiva el mecanismo involucrado en dicho cambio (Por ejemplo: Proliferación
y migración celular durante la etapa prenatal o los cambios regionales en la densidad
sináptica – poda dendrítica-, cambios en la densidad vascular, neuronal y glial, durante
el desarrollo postnatal).
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sinaptogénesis hasta alrededor de los seis años. (Casey B.J. et al., 2005) Sin embargo, es
importante mencionar que hoy sabemos que la sinaptogénesis continúa durante toda la
vida, aunque no con la misma tasa vertiginosa que en la infancia. (Gretchen V., 2012)
Nótese entonces que esta capacidad cerebral de establecer nuevas conexiones entre sus
neuronas es una mediadora de los aprendizajes que se dan a lo largo del tiempo como
consecuencia directa de la experiencia que las personas tienen con su entorno.
La pérdida de sustancia gris durante la infancia y la adolescencia reflejan procesos
“esculturales” en el cerebro inmaduro. Estos procesos se relacionan con eventos
neuronales regresivos, tales como la “poda” (“pruning”), es decir la eliminación de
conexiones entre neuronas y la muerte celular. Un fenómeno como la apoptosis (muerte
celular programada) permite hacer muchos ajustes después del nacimiento. La
apoptosis puede eliminar hasta la tercera parte de todas las neuronas producidas antes
del nacimiento. (Casey B.J. et al., 2005) En otras palabras, el cerebro empieza con una
gran cantidad de recursos, en forma de neuronas, y los programas genéticos en conjunto
con la experiencia determinan cuáles de esos recursos son fundamentales y cuáles no
son tan necesarios. (Gluck M., 2009) En este sentido, investigaciones recientes
permitieron observar que subtipos específicos de interneuronas gabaérgicas,
definidas tempranamente durante la embriogénesis, podrían migrar selectivamente a
aquellos lugares del cerebro adonde finalmente residirían. Por otro lado, otro tipo de
interneuronas podrían migrar en forma difusa a través de múltiples regiones cerebrales,
siendo sometidas a una supervivencia selectiva a través de mecanismos de apoptosis
que se darían durante las dos primeras semanas de vida postnatal. (Petros T. 2018)
En algunas especies, ciertos tipos de aprendizaje son más eficaces en las primeras
etapas de la vida, durante un marco temporal conocido como período sensible. (Gluck
M., 2009) También se lo identifica con el tiempo óptimo para que ciertas habilidades
surjan y durante el cual el individuo es especialmente receptivo a las influencias del
medio ambiente. Es posible que el desarrollo de ciertas capacidades ocurra
posteriormente al período sensible, pero será más costoso producirlo en ese tiempo.
(Berk L. 1999)
¿Qué significan los períodos sensibles desde el punto de vista de la organización
estructural y funcional del sistema nervioso? Se piensa que los períodos sensibles para
el aprendizaje pueden reflejar períodos sensibles para el desarrollo neuronal, en que sea
más fácil que las entradas ambientales (como por ejemplo la estimulación visual)
modifiquen la organización del cerebro al cambiar la conectividad cortical local.
Como ejemplo de período sensible en el ser humano, Antonio Battro menciona el caso
del momento óptimo para adquirir el bilingüismo. Los primeros años de escolaridad
serían los más aptos para adquirir dos o más lenguas simultáneamente. ¿Qué hacer
entonces con esta información que nos proporciona la investigación neurocientífica? El
mismo autor sugiere que como consecuencia de esto las escuelas que pretendan impartir
una educación bilingüe deberían comenzar a hacerlo desde el jardín de infantes. (Battro
A., 2012)
Debemos mencionar también un período especial del desarrollo del cerebro llamado
período crítico; éste nos puede ayudar a comprender con más detalle las características
que adoptan los fenómenos de plasticidad en el sistema nervioso. El período crítico es
un tipo especial de período sensible que da por resultado un aprendizaje irreversible.
Como ejemplo de esto último, podemos señalar que los animales de muchas especies,
incluyendo las aves, son especialmente propensos a formar un apego al primer
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individuo que ven después del nacimiento, un fenómeno al que Konrad Lorenz llamó
impronta. El período para la impronta es un buen ejemplo de período crítico porque una
vez que ésta ocurre no es posible deshacerla y sus efectos pueden ser permanentes.
(Gluck M., 2009) A su vez podemos decir de este período que si el cerebro no recibe
los estímulos adecuados durante el mismo, será extremadamente dificultoso que se
recupere de los déficits resultantes. (Gretchen V., 2012) Los seres humanos también
presentan ejemplos de períodos críticos. Tomando en consideración el caso de los
bebés que nacen con cataratas congénitas, si se realiza una cirugía correctiva en los
primeros meses de vida, el desarrollo de la visión es normal pero si la cirugía se
posterga algunos años, ésta nunca se desarrollará normalmente (ceguera cortical).
En un artículo de Makinodan Manabu y colaboradores (2012) publicado
recientemente en Science, los autores señalaron que ratones aislados durante 2 semanas
inmediatamente después de haber nacido presentaron alteraciones en funciones y en la
mielinización propias de la corteza prefrontal que no pudieron recuperarse con la
reintroducción de estos animales en un medio ambiente social. Estas alteraciones
pudieron ser observadas exclusivamente durante un período, que los autores calificaron
como crítico y que se caracterizó por la pérdida de un tipo específico de receptores
denominados ErbB3 que se ubican en oligodendrocitos (un tipo de célula de la glía
vinculada con los procesos de mielinización). A su vez se pudo observar que el
aislamiento social permitió reducir la expresión de la neurorregulina-1, un ligando del
receptor ErbB3. Para los autores estos hallazgos estarían indicando que la experiencia
social regula la mielinización de la corteza prefrontal a través de la señalización que se
produce como resultado de la unión de la neurorregulina-1 y el receptor ErbB3 siendo
este proceso esencial para el desarrollo de las funciones cognitivas. Esto proveería una
explicación a nivel celular y molecular para comprender ciertas consecuencias del
aislamiento social. Este trabajo aportaría además evidencia de importancia relacionada
con los períodos críticos y con la influencia que determinadas características del
medioambiente social tendrían sobre algunos mecanismos biológicos genéticamente
determinados en ciertos animales, en este caso no humanos, como es el caso de los
mecanismos de mielinización en el sistema nervioso.
Con respecto a la plasticidad cerebral y nuestra intervención como seres humanos en
este proceso biológico, ¿podremos hacer que nuestros cerebros sean más plásticos y de
esta manera cambiar nuestra naturaleza biológica innata?
Hay buenas razones para que nuestros cerebros se vuelvan con el tiempo menos
flexibles al tiempo que maduran. Un cerebro desarrollado renuncia a algo de su
plasticidad en favor de eficiencia y estabilidad. Aparentemente, ciertos genes actuarían
frenando la plasticidad cerebral. ¿El ser humano a través de las tecnologías que
desarrolla podría actuar sobre la plasticidad cerebral? Gretchen Vogel menciona que se
han criado ratones que carecen de algunos de los múltiples genes que actúan como
frenos a la plasticidad. Dos drogas con efectos a nivel cognitivo y conductual en seres
humanos, la Fluoxetina y el Donepezilo, pueden prolongar e inclusive reabrir los
períodos críticos en ratones de experimentación.
A pesar de que la mayor parte de la neurogénesis (formación de nuevas neuronas) se
detiene en la niñez, dos áreas del cerebro se mantienen produciendo nuevas neuronas:
la zona subventricular que conecta con el bulbo olfatorio y la zona subgranular del
giro dentado (una parte del hipocampo). Hay varios caminos para estimular la
producción de nuevas neuronas en estas regiones: el aumento del ejercicio físico y la
exposición a entornos no familiares o complejos son dos claros mejoradores de la
neurogénesis. La Fluoxetina junto con otros antidepresivos que actúan a través de la
neurotransmisión dopaminérgica también aumenta la tasa de nacimiento de nuevas
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neuronas al tiempo que conserva su flexibilidad durante más tiempo. En relación a estos
descubrimientos se ha propuesto que la neurogénesis en los mamíferos adultos podría
ser una adaptación que ayude a ciertos animales (ratones y humanos por ejemplo) a
adaptarse y desarrollarse en una amplia variedad de nichos ecológicos.
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Figura 4: Tomado de: Casey B.J. et al.,“Imaging the developing brain: what have we learned about
cognitive development?”. Trendas in Cognitive Sciences. Vol. 9. Nº 3. March 2005.
Vemos de qué manera se van desarrollando en términos cronológicos los distintos tipos de corteza
cerebral, comenzando por las cortezas primarias para terminar con las cortezas de asociación.
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El desarrollo de la mielinización
(Barkovich A.J., 2001)
Desde la perspectiva del diagnóstico por imágenes, el desarrollo postnatal normal del
cerebro consiste principalmente en los cambios de la intensidad de señal derivados del
proceso de mielinización.
A diferencia de la sustancia gris, el volumen de la sustancia blanca se incrementa en
forma aproximadamente lineal, incrementándose a lo largo del desarrollo hasta los
primeros años de la adultez. Estos cambios presumiblemente reflejen la mielinización
de los axones por lo oligodendrocitos que resultan en un incremento en la conducción y
comunicación neuronal.
El oligodendrocito es la célula de la glia encargada de elaborar la mielina en el
Sistema Nervioso Central. Desde el punto de vista genético, la expresión de los genes
de mielina por los oligodendrocitos del SNC parece depender de la presencia de
astrocitos, el otro tipo fundamental de célula glial del SNC.
Histológicamente, la mielinización del cerebro comienza durante el quinto mes de
desarrollo del feto a partir de la mielinización de los nervios craneanos, y continúa
durante toda la vida. Es decir que la mayor mielinización del cerebro comienza antes del
nacimiento hasta los 2 años, pero continúa durante el resto de la vida. Es un ejemplo de
esto el crecimiento en tamaño posterior a los 2 años, del cuerpo calloso, el mayor tracto
de sustancia blanca del cerebro.
En general, la mielinización progresa desde lo caudal a lo cefálico (es decir de inferior
a superior) y desde lo dorsal hacia lo ventral (es decir de posterior a anterior) (Yacovlev
and Lecours, 1967, en Durston S.et al., 2001). Entonces, el tronco encefálico (inferior,
desde lo topográfico) mieliniza antes que el cerebelo y que los ganglios basales
(topográficamente superiores), en tanto que el cerebelo y los ganglios basales mielinizan
antes que los hemisferios cerebrales.
Podemos afirmar también que, dentro de cualquier área particular del cerebro, la
región anatómicamente posterior tiende a mielinizar primero. Por lo tanto, el tronco
encefálico dorsal, que contiene el lemnisco medial y los fascículos longitudinales
mediales, mieliniza antes que el tronco encefálico ventral, que contiene los haces
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Los estudios por RMN funcional muestran regiones del cerebro asociadas con el
control cognitivo.
Casey (Casey B.J. et al., 2005, en CON) se pregunta qué significado tienen los
cambios en la estructura cerebral en términos de la función cerebral. Para estudiar la
función en relación con la estructura cerebral, como ya mencionamos, se ha recurrido a
las imágenes por RMN funcional de cerebro.
Tomaremos como ejemplo a la corteza prefrontal pues sabemos que ésta juega un
papel fundamental en la maduración de las habilidades cognitivas.
La cognición madura se caracteriza por la habilidad de filtrar y suprimir información
irrelevante, pensamientos y acciones a favor de otros más relevantes. A esta habilidad,
se la ha dado en llamar control cognitivo y sirve para mediar la selección de respuestas
en la planificación y resolución de problemas.Esta habilidad se desarrolla durante las
primeras dos décadas de vida. Varios tests neuropsicológicos, utilizados para evaluar el
desarrollo, sirven para evaluar estas habilidades de control cognitivo (Por ejemplo el
test de Stroop, las pruebas Go/no Go, etc.). Se ha podido observar que en el caso de los
niños, éstos ponen en actividad áreas corticales prefrontales más extensas y difusas que
los adultos cuando se los evalúa a través de estos tests.
Con la edad, el patrón de actividad en las regiones cerebrales que se correlacionan con
el rendimiento en estos tests, se hace más focal y mayor. A su vez, aquellas regiones del
cerebro no correlacionadas con el rendimiento en dichas evaluaciones disminuyen en su
actividad. Se ha sugerido que este patrón de actividad estaría relacionado con el
desarrollo y el refinamiento de las proyecciones que van hacia y desde estas áreas
específicas del cerebro.
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Los resultados de los estudios morfométricos con RMN de cerebro sugieren que las
conexiones corticales se definen y especifican a través de la eliminación de una
sobreabundancia de conexiones sinápticas y el fortalecimiento de conexiones relevantes
a través del desarrollo y el aprendizaje.
El desarrollo de nuevas tecnologías asociadas a las técnicas de RMN, como las
imágenes por tensor de difusión (ITD) (ver figura 3), provee una herramienta potencial
para el estudio del rol jugado por la conectividad cortical en el desarrollo de la
cognición y del desarrollo cerebral. Como hemos mencionado, este método provee
información acerca de la direccionalidad y regularidad de los tractos de fibras
mielinizadas. Un ejemplo de esto es el trabajo de Nagy et al. (Nagy et al. 2004, en
Casey B.J. et a, 2005, en TICS ) en el cual se vio que el desarrollo de la memoria de
trabajo se correlacionó positivamente con el desarrollo de la conectividad prefronto-
parietal.
Conclusiones
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Bibliografía
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