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Fuente 4: Las rabonas y la guerra

A las mujeres que siguieron a sus maridos, padres y hermanos en largas y fatigosas marchas, se las llamó
peyorativamente rabonas porque caminaban al final de la tropa […].
Marchaban llevando las mochilas y los utensilios de cocina y, con frecuencia, a un niño pequeño a cuestas. Estas
heroínas anónimas de las campañas no recibían ración: se alimentaban con la parte asignada a sus familiares. Ellas
levantaban los campamentos, adelantándose tres o cuatro horas a las marchas, cuidaban el agua en los arenales
desérticos de la Costa, cocinaban la diaria ración alimenticia, atendían a los heridos, enterraban a los muertos y,
cuando era necesario, empuñaban las armas en defensa de los suyos y de la patria.
Adaptado de Guardia, S. (2013). Mujeres peruanas. El otro lado de la historia. Lima: Centro de Estudios de la Mujer en la Historia de América
Latina.

Fuente 5: Las cantineras y las guerras


El prototipo femenino más emblemático en las campañas es la cantinera o camarada. Esta figura oficiaba de
lavandera, cocinera y costurera de la tropa; auxiliaba a los soldados heridos y les suministraba agua en pleno
combate. Justamente, para apagar la sed de la soldadesca, la cantinera siempre portaba una cantina o
cantimplora, objeto distintivo de su misión, y de su legítima incorporación a un regimiento. Estaban dispuestas a
dar la vida, arriesgándose al desplazarse entre las balas y las enfermedades contagiosas que contraían los
combatientes. Aunque no era su papel oficial, en muchas ocasiones las cantineras se vieron obligadas a tomar
fusiles y bayonetas para defender las posiciones del ejército chileno.
Adaptado de Mujeres en la guerra del Pacífico (1879-1884). (S. f.). Memoria chilena. Recuperado de https://bit.ly/347j6ds

1. Extrae las coincidencias y contradicciones de ambas fuentes


2. Escribe un breve comentario del rol de las mujeres peruanas y chilenas en el desarrollo de la guerra entre
Perú y Chile.

Fuente 4: Las rabonas y la guerra


A las mujeres que siguieron a sus maridos, padres y hermanos en largas y fatigosas marchas, se las llamó
peyorativamente rabonas porque caminaban al final de la tropa […].
Marchaban llevando las mochilas y los utensilios de cocina y, con frecuencia, a un niño pequeño a cuestas. Estas
heroínas anónimas de las campañas no recibían ración: se alimentaban con la parte asignada a sus familiares. Ellas
levantaban los campamentos, adelantándose tres o cuatro horas a las marchas, cuidaban el agua en los arenales
desérticos de la Costa, cocinaban la diaria ración alimenticia, atendían a los heridos, enterraban a los muertos y,
cuando era necesario, empuñaban las armas en defensa de los suyos y de la patria.
Adaptado de Guardia, S. (2013). Mujeres peruanas. El otro lado de la historia. Lima: Centro de Estudios de la Mujer en la Historia de América
Latina.

Fuente 5: Las cantineras y las guerras


El prototipo femenino más emblemático en las campañas es la cantinera o camarada. Esta figura oficiaba de
lavandera, cocinera y costurera de la tropa; auxiliaba a los soldados heridos y les suministraba agua en pleno
combate. Justamente, para apagar la sed de la soldadesca, la cantinera siempre portaba una cantina o
cantimplora, objeto distintivo de su misión, y de su legítima incorporación a un regimiento. Estaban dispuestas a
dar la vida, arriesgándose al desplazarse entre las balas y las enfermedades contagiosas que contraían los
combatientes. Aunque no era su papel oficial, en muchas ocasiones las cantineras se vieron obligadas a tomar
fusiles y bayonetas para defender las posiciones del ejército chileno.
Adaptado de Mujeres en la guerra del Pacífico (1879-1884). (S. f.). Memoria chilena. Recuperado de https://bit.ly/347j6ds

1. Extrae las coincidencias y contradicciones de ambas fuentes


2. Escribe un breve comentario del rol de las mujeres peruanas y chilenas en el desarrollo de la guerra entre
Perú y Chile.

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