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CRI TN Viaje a lo mas profundo del delito ! CADAVERES EN UN BAUL JOHN ROBINSON, TONY MANCINI, JUDD: Tres asesinos cuyo equipaje ocultaba sus inconfesables secretos. | a > = ey Viaje a lo mas profundo del delito UN CADAVER SIN DESTINO SORDIDOS SECRETOS 7 2 2278-2279 BD opens WA fracas, Su vida amoross esta ‘ba marcada por la deshonestidad y el engaio. jg) MUERTE AL ATARDECER 280-2285, TACONFESION roe tater acco scans dean ESS 1A CONEESION atague epiléptico... o asesinada NERNEY" sssssoer seems a eva cameron ROLLA mrs rs CARER, Tsar oma TAS PRUEBAS, ¥en eg fe, | —_________ TU esa i een POR MAL CAMINO 2292 pers siento un muchacho Gitioey LA DETENCION DE. UN honest normal, po des- i) SDONIUAN PLAYERO. nae hanbeaie pont BLJUICO. 2298-2207 poco en el oscuro muna del cimen. a A pesar de qv corian trae aetansslebe damaate, a. ‘hes ensabn so ded vanes me UII nce cepa “70° "2300-2303 OPNIARY &. Tee in ya tay DESCUBIERTA ®voe, enstie, proensa ios" to drat un tempo. enfados volentos..y al homiciin. Cada fascfcilo de la coleccin le proporciona i vi- si6n de un caso de asesinato. Reuniendo la serie completa de SUMARIO DEL CRIMEN tendrs, ade- més, un conocimiento més profundo de este del to; pode juzgar todas las similtudes y diferencias, ‘examinar las pruebas y, sobre todo, sacar sus pro- pias conclusiones. Estaré ms cerca de compren- der lo incomprensible: cémo una persona puede llegar a matar. PLAN DE LA OBRA * 100 fasciculos de 32 paginas, més cubiertas. © 10 Tapas-Revistero. ‘© 10 Indices. Uno para cada volumen. * Indice General con el fascfculo 100. ‘ior Joie Doing. Direc Eto: age Arango y acta Co- rods Deca de Produce: Jost Munoz ‘recs d Fabteeon: Aue Oreo ree de Maret: Ramin Scher, alors treo: Ee fur, Radar ie Rico. Poveda eopcinden Manus Nass, "raroar Peer Aboln y Arn Gut, up de vedtciny poses: José ho. wis fquogtey, Neves era Paonia se Tass han Cavs avios, Hen ex tite Suda 8, Mercedes Vl eEtabn, sett de edoeis Plone Gonz Corel Asoo Tear Toes Ooo ca Susan Sat silo. Sst Lae Gat og ate Gam Pree anole Dav Jest least Fat ie Cour edo ors anas Merton boot ates Paaragin Caragtend (mio fo. ree non VeuoreHrojs misono "od Coetpo Naina de Pl fl Wa! ects dt Museo co Scot ‘a ctor s eu leech de aro ate devewsen vanes de obaante las osigens del erate, sa su proved haba ser de Forel de SUMARIODEL CRIN, Conapurs Un aeons pce yc. ‘Stecipsansynvree sass pr Eopa- "ar EISA. pen de Hoyos 14, 28002 ae (i. Tat: (61 519 87 78, Dstrblor pa Expat Mc nis, Dis ‘Tint ftoomes SA. Cece S50 Voto ce Fra 2003¢ Ma. Din pra Meso: Flomax 5, As 6 CV. ean 436: 02400 cD Feocenponsin: Ci Ftcunposcin S.A Ingres ate Came Ares Ges, A. Inpro en Eset Piso Spa. ISBN 648085238 ere compat ISBN: GF 29532.988.fesceuos, Dope gat 27807-1990, ‘2 Mora Coven Ld, 19. © etna co! Dr, 18 eben feoo, 90: 28012 Moshi H eI i | i LOS NAN DEL BAUL i bee cuerpos despedazados, los cadaveres poLTina ci eCacocM mes MoCe tsp oy-1 Cc ensangrentado aumentan la aversién hacia el asesinato. éQué mezcla de valor y de locura impulsa a un criminal a mutilar a la victima para ocultarla después en un baul? John Robinson, Tony Mancini y Winnie Judd Pre eo Meco heel se deshicieron de los restos empaquetandolos. Su intencién era enviarlos a un viaje sin retorno. Todos los dias, una riada de embalajes, paquetes y maletas inundaba la estacién de Charing Cross. Uno de aquellos buitos empezé a despedir un hedor extrafio que hizo sospechar a los empleados. Avisaron a la policia, y el foco de la peste resulté ser un montén de carne podrida. Este hallazgo marcé el principio de un caso repleto de inesperadas sorpresas. 2272 artes, 10 de mayo de 1927, Era uuno de esos dias calurosos y soleados que anuncian la lege da del verano. Los periddicos publicaban Fotografias de los ofcinistas pasedndose por Hyde Park, y refrescandose ea la fuen- te de Trafalgar Square. Pero en la estacién dde Charing Cross el calor parecia ser la causa de un olor desagradable. Provenia de tuno de los equipajes dejados en la consi na, Elencargado lamé a un agente de poli cia para que investigara el asunto, Se decidié abril el bail... y el descubt- miento fue horrendo. En su interior yacian apiladas los pedazos del cuerpo de une ‘mujer, Répidamente se trasladaron al deps- sito de eadiveres de Westminster, donde los examiné el eminente patdlogo del Ministerio del Interior, sir Bernard Spils ‘bury. Uno de los detectives que asistié al examen lo describié como de la fallecida: fa prostitucién, Bsto compl aba considerablemente el asunto, y aumentaba el nimero de posibles asesinos. ‘A pesar de todo, se hicieron grandes es- ferzos para localizar a los clientes de la sefiora Bonati, Entre ellos habia un pedn ccaminero calvo, un ehéfer Tamado Jim que 1a habia escrito postales, un albaril que res- pondia al nombre de Tom y un sujeto que despertd especialmente el interés de Tos VCD smicero. El médio forens tras el examen de los resto detectives: un habia diche ‘que el desmembramiento del c caba un cierto conocin parte del criminal. Cabia la pable hubi ‘en un matadero, ra trabajado, por cjempl Se averigué el paradero de tod pech probar 1308 para com- pero esta linea investigacion ‘acabé en ua punto muerto. No queda ba otro reme orientar las pesaui a direc mat HN ROBIN ba al ball. Se habian publicado fotos del mismo en todos los periédicos, finalmente, un vendedor de maletas de seguntia mano de Brixton lo reconoci6. Se apunta- To habian comprado a principios de mayo, hija confirms este hecho: ella misma habia tenido dos nuevas correas del bail para que hicieran juego con el ‘Adem, llevaba etiquetas con Ia inserip ida «London South Western Railway», v Que yo sepa, nunca he visto a la sefiora Bonati F. Austin to St. Lenards», En la tapa se podian ler ls iniciales «IFA, y asimismo se habia grabado Ia Tetra «A» en ambos remos del basi. La hija del vendedor ‘daba un rétulo viejo y rafdo con la ‘misma falta de ortogratia al deletrear la ciu- dad de St. Leonards. Pare ‘se decidi a copiarlo para evitar que este detalle Hamase la atencién a Tos em de Ia con- signa, La polic perdi el tiempo. Se localizé al sefor Austin en St. Leo: nards; pero a nadie ala pak Te extrand que no tuviera la menor co- men. Todo este epi sodio no fue mas que otra de las descon- certantes pista flsas del caso Bonat La inve teros. Dio la casualidad de que un limpia botas habia recogido del suelo el resguar- depésito del basil en la consigna; au ‘que después de hacer con él una bolita de papel, lo vols a tirar. No obstante, pud ser recuperado y ayudé a la policia a aver‘ guar e] momento en que el equipaje fue igacién siguié por otros derro- Aepositado y qué empleado atendid al ase sino. También sirvié para refrescar Ia memoria de un mozo de estacién que vio llegar a un hombre en taxi, con un batil similar al del caso. sta informacidn se publicé en la prensa vy. poco depaés, maullitud de taxistas se pre- ‘entaron en Tas comisarias para dar parte de pasajeros acompaiatlos de grandes Dalles negros con las iniciales «A» en los costados. Un penoso y arduo trabajo de el minacién concluyé al quedar seleccionalo ‘un sospechoso especialmente idéneo. Extrafio comportamiento Uno de tos conductores recordaba a dos hhombres que habia llevado hasta Ios juge- os de Westminster, en Rochester Row, donde un eliente le lamé desde el otro Indo de la calle. Necesitaba ayuda para ras- iadar un gran eajén negro que estaba apo- yado en la pared de un edificio de oficinas. Juntos subieron el bail al taxi. El chofer Los periédicos publicaron la historia, Un vendedor, Bill Ward (abajo, izda.), reconoci6 cel bail (izda.) ‘como vendido en su tienda. La olicia rastreé ef bauil hasta dar ‘con un tal john Robinson, pero Ward no identifico posteriormonte al saspechoso. Elbatllse encuentra hoy en el Maseo Negro de Scotland Yard. as etiquetas de lavanderia en la ropa do la sofiora Bonati (der.) ‘permitieron Iocalizar a su anterior ropiotaria. Los agentes wtlizaron Ja consigna (abajo) pare ‘encontrar al taxista que lieve recordaba haber bromeado so {No estaralleno de dinero, eh..2 te solté una carcajada y respoadié que eran libros. EI destino: Ia estacin de ferrocarril de Charing C: Eltaxista estaba muy seguro del destino de Ia carrera y de la hora en auc subié el pasajero, pero no del dia, y averiguar la fecha cxacta del servicio requirié un ingen- te trabajo de investigacién. La policia sabia que el taxista habia recogido a los dos lentes anteriores en el Club RAC, en Pall ‘Mall. Probablemente los habia levado has- ta los juzgados de Rochester Row en rel cin con alguna infraccién de trifico. Se consult6 el registro de comparecencias del dia 6 de mayo y se consiguié dar con los dos pasajeros. Gracias a ello se supo la fecha, hora y método que el supuesto ase- sino habia utilizado para trasladar et cadé- ver de la victima hasta la estacion, Por afadidura, todo coincidia exacta- mente con Ta declaracién de un conductor de autobuses que recordaba cémo un hom 2 el resguardo de bre con un gran bail vacio habia subido a su linea en la parada de Brixton Road. No ppudo decir en qué parada se aped, pero si que debia de ser una de las comprendidas entre Vauxhall y Vietoria. Rochester Row estaba entre ambas. Tas pesquisas se centraron de ahora en ‘adelante en e186 de Rochester Row, el edif- io de oficinas ante el cual fue visto el ati, En el piso bajo habia una tienda y en los, dos siguientes un despacho de abogados. BI lime piso cra una gran sala de confe- ‘encias alquilada por varias companias. Los detectives interrogaron a toda perso- 1a relacionada con el elificio, y se recopila: ron mis de ciento cincuenta declaraciones. Date of - DELIVERY, in respect of which this tick i to the Conditions exhibc cations and Notices dnt of the charges published erie, ? in the Le SCR Sepest covers storage forthe cay sen ket is issued ted at this Of eth Ja mecanografa y la mujer dio tn informe francamente desagradable de su jefe. Dio que la ultima vez que lo vio fue en Ia tarde Gel 4 de mayo, al regresar a la oficina Dorracho en compania den desconocido, ‘Un golpe de suerte John Robinson coment6 que iba a viaiar a Lancashire; pero la fortuna sonrié a les policias y en la oficina encontraron un tele- sgrama dirigido al hotel Greyhound, en Hammersmith. El telegrama habia sido devuelto con el sello de «destinatario des- conocido». Los detectives realizaron las oportunas averiguaciones y resulté que en Hammersmith trabajaba la espose del sos pechoso. Por pura caswalidad, el chico que repartiael correo habia entregado el tele .grama a una nueva camarera del hotel y Esta no reconocis el nombre, y sencilla mente devolvié la misiva, La seora Robinson pudo facilitar a ta polica la direccién de su marido, pero en la asa no habia ni un alma. No obstante, com siguié citar a su esposo el 19 de mayo en el pub Elephant y Castle de Walworth, y dos detectives la acompafiaron al encuentro Si la policia esperaba toparse eon un hombre nervioso y acomplejado por la culpa ‘que pesaba sobre sus hombros, se levé un chasco. Robinson se comporté de forma reljada y muy tranguila: mostrindose bien dispuesto para responder a todas las pre- ‘guntas que desearan formularle, Un vetera no polcia comentaria ms tarde que «en la actitud de aqucl hombre nada hacia sospe- ‘char que padlera tratarse de un sujeto capaz ‘de cometer un asesinato a sangre fi». Ba Scotland Yard, Robinson habl6 con ‘ran franqueza sobre todos sus asuntos, La uiebra del negocio se habia debido a la falta de dinero para amunciarlo adecuada- mente, y también explicé con todo lujo de detalles sus movimientos del dia 4 de mayo, En realidad, se habia encontrado con un masico de una banda militar en un pub de ta localidad, y tras cerrar el estable- cimiento, decidieron subir a su oficina y seguir bebiendo y charlando hasta ls 4,15. La policia ao pudo localizar nunca al :iisico, pero la historia del sospechoso parecia ser cierta, ya que encajaba con las ddeclaraciones de la mecandgrafa,y en cuah quier caso, era bien facil comprobarla Robinson estuvo de acuerdo en carearse con ef mozo de estacién, con el vendedor de segunda mano y con el taxista, Tal ‘como todo hacia prever, su confianza se vio premiada y ninguno de los tres le recono- cid. El sefior Robinson sali6 de Scotland ‘Yard tan libre como habla entrado; daba la impresion de que en el mundo no habia nada por To que tuviera que preocuparse. Para la polica, el asunto adquirié un ceriz bien distinto, Las investigaciones no les hhablan condueido a ningin sito. LA PROSTITUTA victna de John Robinson result ser una Retr Chi Pee etre oe eercceeor ty ocean ee eer ec eto t ees eee ere eee Braye ian eect rg (eames ee eee eae eae Coe ees ar) cee 2277 profesionales se vieron parcialmente compensados por los éxitos que logré con las mujeres; asta el momento en que conocié a Min- Bona, la vida de Robinson habia sido una ininte- ‘rumpida sucesion de fracasos. Nacié en 1891 en Leigh, un ‘oscuro pueblo de molineros de Lancashire, al oeste de Man- chester. Su familia era pobre, de manera que a los doce aos John salié de la escuela y empe- 26 a trabajar para ganarse la vida, 2278 El primer empleo fue de chi 0 de los recados para la coope: rativa local, aunque no Te-duro mucho, Hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial probs en otros empleos, pero nunca permanecié desempelandolos 1 tiempo suficente como para aprender a ejercerlos con solt a, Entre otras cosas, trabajé de oficinista, barman y ayudante de carnicero, Esto confirmaba la sugerencia de Spilsbury: el ‘asesino conocia el arte de des ‘cuartizar un cuerpo. Quiza vi viera los dias mis felices como conduetor de tranvias en Black pool. En esa época conocid a si primera mujer, Mabel Vickers, La pareja se casé en 1912 y tuvieron cuatro hijos. No se se ‘be mucho de su vida matrimo- nial, aunque parece que John tenia Ta costumbre de pegar @ su esposa. Se separaron allé por 1920, y Mabel no supo una sols Robinson fue ascendido a sargento (arriba) on 1918y dos afios después le destinaron a irlanda, Su ‘primer matrimonio con ‘Mabel'se convirtio en ‘cosa del pasado». palabra de su ex marido hasta que leyé en fos periédicos que ‘estaba detenido acusado de ase- sinato. Robinson se alsté en el Ejér- etNowiemone S08 cito antes de la guerra, en 1914, Los tres afios siguientes los as6 destinado en Egipto, con ia graduacion de cabo; después volvié a Inglaterra aquejado de reumatismo. Permanecié en el Ejército tras finalizar Ja guerra con la graduacién de sargento, y en 1920 fue destinado a The Curragh, en Irlanda, Mabel y la familia vivieron un tiempo con 4), pero durante ese ato se pro- Ajo la ruptura defintiva Encuentro casual Mientras estuvo en Irlanda, conocié a su segunda «mujer, Annie Maxwell. Bra una austra. liana de Tasmania que trabaaba e camarera en Dublin, Otro, soldado la habia invitado a s y Annie cogié un paquete de cigarillos para él. Quiso gastar- ana broma, y escribié en el, qucte: «Si estis soltero, dae ado, qué se le anie esperé en el dos entablaron una agradable conversacién, y finalmente ella le regalé los cigarrillos destina- dos. su otro «noviow John y Annie se «casaron» el 28 de marzo de 1923, No hace falta decir que 61 mantuvo en secreto su matrimonio anterior. [En esta época fue licenciado del jército por razones de salud, © intent montar algin tipo de negocio. En realidad, nunca lo consi- uid. Al principio, los recién casados se establecieron en Braiford, donde Robinson invi- ti6 su paga de excedencia en tuna tienda de ultramarinos, pero el negocio se und en menos de un afo, Se trasladaron a FoF keestone, donde se gané la con- finnza de una mujer adierada y ase largo» con todas sus joyas. No se sabe si le atormenté mas la culpa o el miedo, el caso es que devolvié lo robado por correo al cabo de pocos dias. La policia le arest6 a pesar de todo, yile sentenciaron a un mes de trabajos forzados. ma s, pert en un solo dia en Jas carreras de Newbury y una partcipacion de 50 libras de una agencia de negocios. La empresa se fue a pique, La quiebra de Rochester Row no fue més que otro frace- so profesional dentro de una larga serie. Los ahorros de Robinson quedaron muy mer mados ¢ incluso empezé a ‘ltimo, de diez libras, lo firmé cl dia despues de matar a Min- nie Bonati, Donjuan Existia un patron claro en el ‘comportamiento del asesino; ‘uno de fos detectives lo expresé con toda exacttud al deseribirle ‘como «un perdedor con Ios hhombres, pero un ganador con las mujeres». Su buena presen: ia y le palabreria facil le valie ron muchas admiradoras; ‘que, como es natural, también atrajo la ira de los respectivos rmaridos. La misma tarde del dia en que asesino a Bonati, John se smedié en una pelea frente a un club tras flirtear con la mujer de ROBINSON EN IRLANDA Entre 1920 y 1922 el sargen- to Robinson estuvo destina- do en el cuartel Curragh, la base mas importante dol cjército briténico en Iranda, 18 klbmetros de Dublin, ala peor época de dios Desérdenes», unos afos en que el Fjército Republiceno andes (IRA) se dedicé hostigar ¢ las fuerras de la Corona con una eruenta guerra de guerrillas pare forzar la creacion de un Es- tado irlandés independien- te, Muchos soldados desmo- ‘ilizados sirvieron en flan- da en wnidades especiales, Negando 2 ser conocido: como os Black and Tansy la lucha se extencié por toda franda, de manera que el ejetito britanico recur a vehiculos acorazadis lige- 108 del tipo Crossley para contener al TRA (abajo) ‘Muchos quedaron marca- dos para toda la vida por la experiencia ilandesa, Para im sujeto de pars inostable, como Robinson, debi6 rel tar muy difcl adaptarse de revo ala vida ci Det BE Mp iq 1 n ya habia sido interrogado una vez, pero atin no istia la prueba irrefutable que demostrase que el batil negro le pertenecia. Sélo cuando la policia volvié a estudiar las pruebas, aparecié la pieza clave. 1.21 de mayo, 1os detectives mas veteranos se reunieron para dis- cautir el caso Bonati, Tras la eliza nacién de Robinson, todo el esfuerzo se habia quedado en agua de horrajas. Era el momento de repasar con cuidado los datos recopilads, E] inspector jefe Cornish tomé una dec sidn crucial que fe daria nuevo imperu a Ia investigacion. La cabeza de la mujer muser ‘aestaba envuella en un palo sucio al que nadie, hasta ahora, le habia prestado Ix mais minima atencidn. Se limpié la sangre seca del trapo con la esperanza de dejar al escubiertoalgin tipo de marca y,efecti ‘mente, aparecis; la palabra «Greyhound» se apreciaba con claridad sobre una etique ‘2 blanca, El principal sospechoso volvia ser Robinson, Buscando a fondo piv, todo parecia perfectan hasta que se fjaron en I na reflla de rimbre, hallaron una cerila usada y manchada de sang. A primeras horas del lunes dos agent se presentaron en el domicilio det sospe- 080 y le rogaron que les acompafase a cotland Yard, donde tenian que hacerle ‘unas preguntas sobre su anterior declera cida. El asesino debié sentirse alarmado Dor esta peticién. zHabria hecho la poli san nuevo y sosprendente descubrimiento? Guerra de nervies Una vez en Scotland Yard, Robinson se ‘quedé en tna habitacién ala espera, con la sola compat del sargento Clare. El tr 0 psicolégico funcioné, y al cabo de una hora avisaron a Cornish; Robinson queria hablar com é! en seguida. Al inspector le falt6 tempo para entrar = en la habitacién, En cuanto el sospechoso = lc vio, confess: «Me doy cuenta de que slo es serio... Me encontré con esa mujer en Victoria, la levé a mi oficina y quiero contarle lo que ocurrié all, Lo hice, y la Robinson vivia en una habitacién «iquilada en la calle Claylands Road, en ‘Kennington (leda.). Era una zona residencial y respetable de South London, corté en pedazos.» En este qunto Cornish interrumpio a Robinson; le informa de su derecho a permanccer en silencio o llamar ‘um abogado, y despues se sent tranqui- lamente a escuchar y tomar nota de la con- fesiin. Minnie Bonati no habia tenido ninguna relacién duradera con él, simplemente le abordé en la estacién Vietoria mientras compraba unos sellos. Ela misma suri ‘que ambos subiesen a fa oficina Una vez alli, John se senté a escribir unas cartas mientras ella esperaba, Al cabo de un rato ‘empez6 a pedirle dinero. Robinson se nes ‘pagar, y Minnie recurré a la violencia, Se lanz6 sobre 6! para pegarle, pero John le sacudié en la cara y lla cay de espaklas ‘golpeéndose con una silla. £1 impulso hizo ‘que finalmente quedase tendida con medi ‘cuerpo en la chimenea, Ella dejé all sin preocuparse de misy regresé a au ease de Kennington hacia les 5,20 dela tarde, Robinson declaro que pensaba que la Robinson pasé la mayor parto do sus afios mozos en el efército briténico (arriba), Incluso se dejé crecer e} Bigote para ocultar su juventuc, Cuando abandons el ejército, recibio una paga de excedencis. mujer slo estaria aturdida por el golpe. Supuso que cuando se despertara se mar- charia, pero al entrar en su despacho al dia ‘Siguiente, se sobresalté: yacia inmvil en el mismo sitio. «Mi sitacién era desespera- da, No sabia qué hacer» ‘Tras unos instantes de reflexién, deci \escuartizar el cuerpo ¥ sacarlo del ediicio ‘en paquetes, El método més refinado de ‘ullizar un bat se le acurrié algo despues. En principio, bajé a la calle Victoria, com: pr seis hojas de papel de envolver marron, un ovillo de cuerda y un gran cuchillo de cocina. El resto del dia lo empled en llevar a cabo el espantoso plan, Tras dejar Histos tos paquetes, los guardé en un armario y 2281 salié de la oficina para encontrarse con st mujer. ‘Todos los movimientos del asesino el dia 66 de mayo coincidian ala perfeccion con lo ‘que la policia ya sabia. Por la manana fue a Brixton a comprar el bail, y regresé en autobiis, Una vez en el despacno, metié los paquetes en el bail, junto con las ropas y zapatos de Ta vietima, y arrastr6 el pesado fardo hasta el descansillo, Ala hora de ‘comer bajé al pub para hablar con un tal sefior Judd y con el pretexto de querer dar- le ciertos detalles sobre un negocio, le con- veneié para que subiera a la oficina. Alli consiguié que le echara una mano para Las ropas de Bona! (izde,) aparecieron intactas enrolladas alrededor ciel ‘cuerpo en el bail. La policle dedujo de ello que el asesina habla desnudado el ‘cuerpo antes de trocearic. ELMAGO Y DEL CRIMEN El oficial a cargo de la investigacion Gel asesinato de Charing Cross fue el tenaz George Cornish (abajo). $1 carrera abarcé treinta y mueve largos afi durante los cuales garé el sobre- nombre de cel mago del crimen. Era ‘capaz de solucionar Jos més dificiles rompecabezas delictives. Al final de su vida policial lego a ser comisario detective y se ocupé de casos como el de la muerte de lady White o el asesi- rato de Vera Page. Sin embargo, solo era sargento detective cuando solven- 18 el més famoso de los casos, el del doctor Crippen boiar el batil hasta la entrada del edificio. ss Tame a un tan y se dirigid a ka scion de Charing Cross. Le policie pudo verificar la mayor parte confesién de Robinson, Su secretaria nd haber visto la balleta de polvo Greyhound» en Iaofieina. Judd fue izado,y afirmé haber ayudado a John el atl por la escalera. Entonces, el spector Cornish Tevé al asesino a Clap- » Common, donde se recuperd el cuchi- Je cocina que habia enterrado bajo un caso parecta resuelto. John Robinson nculpade del crimen. No obstante, rante la comparecencia preliminar del icio, la defensa intenté sembrar la duda specto a la valider de la confesién del ctenido, Su abogado Mamé la atencién sobre el largo tiempo que Robinson habia ado incomunicado en el cuarto, compa: do por el sargento Clarke. «Esti claro prosiguié— que algo paso entre estos, 2s hombres, Ese algo es lo que eonduijo 2 que se hicieran aquellas declaraciones Juntarfamente.» Este queria decir que la confesién del Sino lo hubiera hecho, me hubiese fastidiado durante el resto de mi vida JOHN ROBINSON, a la poi | sospechoso se habia obtenide por coac | ‘on, malos tratos « otro tipa de método vo. Por ejemplo, se barajd la idea que los detectives habian hecho creer al tendo que la muerte de Bonati se debid un fallo eardiaco, y que no tenia nada que mer si hablaba francamente con ellos. Si iquiera de estas sugerencias resultaba ser cierta la confesién no seria admitida smo prueba en el juicio. El juez ordenaria ratlo que no la tuviese en cuenta para siti el veredicto. EI magistrado, empero, rechaz6 esta posibilidad durante la audien iminar. Aun ast, la cuestion se vob 4 mencionar varias veces més durante rocedimiento principal. Eljuicio comenz6 el lunes, 1 de julio de ante los tibunales de Old Bailey. El ruculento asesinato habia impactado a Ia on, y aunque el dia era muy caluro- formaron largas coles para p LA CERILLA ENSANGRENTADA De ee eRe nea crc Pesce er wee Ter eee rre niece el bail y la cerzilla quemada de reeom rec cree i eect oe ences Poem erste Ceci Pogbosbaerc warts Reena Okc ecm SIE e ecco c rar! eee cree pei Gare csnrrd Preece reer Poemicneccuc tence ct entrar en la sala desde primeras horas de a manana Confesién crucial El juicio se prolongé escasamente tres sas; Robinson admitié la mayoria de las acasaciones que s¢ le imputaban. Sélo que 66 en el aire la confesién poticial. Una vez iis, la defensa intent6 desvalorizarla, alegando que contravenia Ia reglamen- tacién del cuerpo de policia. Sin embargo, €juez Swift no acepté la alegacién; al re- vés, considers que la reglamentacién se ajustaba con creces a las exigencias legales pertinentes. Por iiltimo, el juicio giré en toro a las pruebas forenses de sir Bernard Spilsbury. Los abogados defensores sostuvieron que clinculpado maté a Minnie Bonat involun 0 sol eee ese eo Peon rece eetecce) pened Retr oece tac Preecsre cra tc ences etre sae sero re Pe eye mena) Peroni tt) Preenter sete aces epee opr c ons Por Ce eens erence rere Pecan cr ne teiccart esters debido a un desafortunado accidente. La primera teoria en este sentido argumenta- ‘ba que la victim habia muerto de un ate ‘que eardiaco y Ia prensa lo habia publica do, Pero el forense descarts Ia idea; el corazén de la victina estaba, a su juicio, perfectamente sano tra teoria postulaba que habia muerto ‘causa de un escape de gas de la chime- ‘nea en la ofcina de Robinson. La defensa y fa acusacin estuvieron de acuerdo en que cierta cantdad de gas se filtraba por el ce re. Pero el patélogo habia analizado la ‘sangre del cadver en busca de alin indi cio que pudiese hacer pensar en un enve- rnenamiento por gas sin hallar nada digno de menciéa, Ademés, amo Is atencion sobre las contusiones y araflazos que pre- sentaba el cuerpo de la mujer. Las heridas mostraban un escaso flujo de sangre, 1o que significaba que las sufrié muy poce 2283 IACONFESION criminales pocas veces son crigina peep eerce tains sinc Foss eee bere eet eee es pre nccree Dos aos antes, Norman Thorne habia Perera eka Peco cone eae hs eee eeny ee eet o UN PATRON COMUN antes de morir, no més de unos minutos. El forease mantenia que a la victima no le podia haber dado tiempo a inhalar una dosis mortal de gas. La siguiente idea giraba en torno a un ataque epilépico,sufrido como consecuen- cia del golpe propinado por el acusado, Para apoyar esta teoria, la defensa hizo tes- tiffcar al ex amante de Minnie, Frederick Rolls, e] cual aseverd que la mujer podia Hfegar a ponerse muy violenta, sobre todo después de haber bebido, También dects- ré que habia asistido a sus ataques en va rias ocasiones. No obstante, la victima nunca habia sido tratada medican supuesta af Por qué murié Finalmente, se sugitié que Minsie Bonatt podia haber muerto asfisiada entre los pie ‘gues de su propia ropa o Tos dela alfombra, sobre la que queds tendida boca abajo. Una vez mis, el testimonio de Spilsbury fue esclarecedr. encontrada en ls puilmones de a vicina se habia deposi tado en las paredes de Ia espalda, por lo tanto, no cabfa ninguna posibilidad de que hnubiera quedado tumbada sobre el trax Bl instrumento con el que se provocé la fia fue, muy probablemente, un cojin hallado en el despacho del asesi Cuando el acusado se senté en el bar ‘uillo de los testigos, se esperaba de él una firme defensa, pero hizo mas bien poco por sustraerse a las acusaciones vertidas en su ontra.Insistié en que silo habia golpeado ala mujer una ver, a pesar de que las con ones en el cadéver eran numerosts. El ‘cuerpo también presentaba moretones en las costillas y el estomago. El \edico de Ie polica, sostenia 2 que no podian haber sido causados por un eo ee ees pee ces eee tc con el arma del asesinato y les ropas pee reo Ces Poteet areca ee eee ot ee Pee eee ema Jos nstrumentos para perpetar el asesi- eee ome C nono Sree Ce eC oe Coe oy feet chen. golpe directo, sino por la presién mante dda de una rodilla, mientras se sujetaba a la ‘ietima contra el suelo, Bl acusado no supo {qué responder. Tampocn supo qué contes tar cuando le preguntaron que por qué no hhabia elegido el camino mis fil: dar parte de lo ocurrido a la policia. Robinson: «size a muy confundide y no sabia qué hacer.» Lo que si negé fue una dectaracién espe cialmente comprometedora que habia rea- zado ante un agente de Scotland Yard: «Si no lo hubiera hecho, ella habria sido un ‘astidio para ol resto de mi vida.» jez, durante el resumen de la causa, insists en que el jurado debia centrarse en decisién de si el acusado habia tenido intencidn de dafar voluntariamente a la vi tima, Reprobé sin palitivs lo que el acu sado habia hecho con el cadaver, pero advrtié al jurado de que el juicio no debia quedar empaiado por el horror que de ello pudliera derivarse. El jurado se retiré a deliberar unos cua cinco minutos, Solicitaron ver con rnimiento el cojin y el abrigo de ta jespues, emitieron su veredicto: puso el birete negro = La vida de Minnie Bonati no se diferenciaba en ada de Ia de miles de mujeres ‘que en aquellos dias luchaban por ‘manenerse a si mismas 7a sus hljos. Su hija adoptiva, lily (arriba), tenia doce aifos cuando ‘su madre fae azesinada. El juez Swift (ieda.) no vacilé al condenar Robinson a la pens capital mujer que habia indicado ala poicfa dénde localizar al criminal. Le visit varies veces mientras estuvo recluido en la celda para condenados a muerte de la penitenciaria de Pentonville, Hasta el final crey6 en st ino- or su parte, John Robinson dabs la imptesién de gozar de un excelente buen humor durante estas visitas. Has insistié en que la muerte de Bonati habia sido accidental. Annie le visité le antes de la ejecucidn, 11a miré a los ojos dijo: Explicales que digan lo que di: mi, yo a0 maté intencionadamente a es. mujer... Annie, yo no te momento.» Robinson fue ahi LA CONFESIONS, Y LA LEY La policia cree frecuentemente haber detenido al culpable sin tener cualquier precio. ra el lego en la mate ria, los casos en que existe una confesién por parte del inculpado debe- Flan considerarse listos para sentencia, Pero hasta hace poco, el valor legal de las conte siones constituia wna de esas zonas neblinosas que ha gene- rado interminables discusiones juridicas durante los procesos. En época del asesinato de Charing Cross, la regulaciéa. lesa respecto a las confesiones cslablecia que no debian haber sido obtenidas «por temor, pre- 2286 juicio 0 benefcio esperadon. Slo cabian las realizadas por volun tad propiay libre de detenid. Los abogados de Robinson basaron ou defensa en este hecho, alegando que su defend do habia sido en el mejor escondite ey EL cannes Entro la pruebas presentadas en el ‘proceso de Mancini estaba ia cabe- chamuscada de un martilo, que 3 encontré en el sétano del’ piso de Park Crescent. El forense crefa que la herida de Je cabeza de la ‘victima indicaba el empleo de una herramionta posada y roma; por Jo tanto, era muy posible que se trala- se del arma del crimen. Sin embar- go, el fuego habia consumido total- mente el mango de madera y hhecho desaparecer todo rastro de sangre. Kiios después, Mancini dio ‘varias versiones del papel que jug6 el mariillo en la muerte de Vioiette. vim periodista le cont6 que se Jo habia arrebatado a la mujer cuando ésta se abalanzb sobre él para gol- peatle, ya otto le dijo quo lo lanzé contra la victima alcanzéndola en la sion izquierda. El tio Charlie Pese a todo lo dicho, a Birkett le quedabs una carta por jugar: Violette y la prostits cidn, Cualquiera de sus clientes podia haber cometide el asesinato en el piso. Cito a varios, «Hoppy», «Darkies, y uno muy particular, Charlie Moores, al que ella la aba «Tir, Este incluso agasajé a Kaye ‘con regalos; pero justo antes del asesinato habia ingresado en una institucién para deficientes mentales, Acto seguido, Birkett se centré en las pruebas forenses. En el cuerpo de Ia viti- ‘ma se habia encontrado restos de morfina, y como presentaba un avanzado estado de descomposicién, significaba que habia El juicio de Mancini fue un verdaciero acontecimiento para la ciudad de Lowes (der.). La vida do la urbe se interrumpla frecuentemente porque vendedores y clientes se arremolinaban cerca del juzgado para conseguir ver al ecamarero bailarin El verano de 1924 fue muy caluroso 7 los policies cambiaron el elsico casco negro por ‘otro de color blanco. ingerido dosis «mis que puramente med cinales». El abogado defensor relacions este hecho con el testimonio de Thomas Kerslake, un conductor que habia visto ala victima ia tarde de su muerte, el cual decls- 16 que la mujer «estaba intranquila y cris pada», como cuando uno ha bebide o to- mado drogas. Fi nalmente, Birkett mostré una fotogra- fia delasestrechas y cempinadas esealeras que conducian al semisétano de los Watson. Bra perfec tamente posible que Kaye, aturdida por las droga, se hubie- rutrastabillade y cai do, rompiéndose asi la cabeza. El pa tologo no parecia muy convencido ¢ insistié en que las her! das apuntaban hacia un arma como el mar tile... Pera la semilla de Ta duda ya estaba sembrada, Tas dudas aumentaron cuando la defen- onsiguié probar que algunas prendas -opa manchadas de sangre fueron com- de la muerte de la victim, ualmente impre Sista ineraora El asesinato nunca se me habia pasado por la cabeza. Yo no eva un asesino. Yo era un luchador, pero no un asesino ‘TONY MANCIN, a un periodita ayuda para Mancini: Ios restos de la prost- tuta no estaban mutilados, E] acusado se sentd en el banquillo de los testigos. Declaré que su compaaera vivia en Brighton con una extratia sensa- cion de temor, y solo debido a su insist cia cambiaron tantas veces de apart mento. También records que en cierta ocasién, due rante una caminata por el paseo mari , dos hombres cuchillas de afei tar. No se consiguid Probar este punto, pero dada la ma la reputacién de Brighton, parecia centeramente dentro de lo posible. Bl juicio duré cinco dias y terminé el 14 de diciembre. El jurado se retird a delibe rar durante dos horas y media, y al volver, la sorpresa fue general: «Inocente.» El abogado defensor estaba completamente desconcertado; no creia lo que acababa de escuchar. La estupefaccién del juez ain fue mayor. De hecho, ya tenia en una de suis manos el birrete negro que era pre- ceptivo ponerse antes de pronunciar la sentencie de muerte. Oficialmente, el fallecimiento de Violette Kaye seguiria siendo un misterio. 2297 Tres personas que aparentemente parecian muy normales cometen varios asesinatos y se deshacen de los cadaveres de la misma manera. tun batil es un procedi- 0 complejo y en nil para ‘mer lugar, los restos 0 1 el espacio disponible de descuartizar a la vietima en 2298 trozos «empaat tarea desagradable, engorrosa y requiere tiempo—, En undo lugar, los ever. pridren y helen, con fo que se aac Ia atoncion de la gent frustra el intento de a ma permanezca oculta por siempre jamas. Sélo en el primero de sinatos de Brighton el criminal planed de antemano ¢ zamiento del cuerpo rentes trozos fueron escondidos en varias maletas y la cabeza ranea fuehallada, Estas

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