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Coaching Ontológico

MATERIA: COACHING ONTOLÓGICO


SEMANA 4

TEMAS SEMANA 4:
a) Funciones del lenguaje
b) Función descriptiva
c) función generativa

• ¿Por qué la comunicación descansa en la escucha y no en el


habla?
Generalmente se concibe el hablar como más importante porque pareciera
ser el lado activo de la comunicación, mientras que escuchar suele
considerarse como pasivo. Puede suponerse que si alguien habla lo
suficientemente bien, es decir, fuerte y claro, será bien escuchado. Sin
embargo, se ha comenzado a reconocer que debido a que escuchamos mal
nos es difícil escuchar lo que otros dicen; encontramos dificultades para
hacernos escuchar de la manera en que deseamos.

Identificamos como en el entorno laboral


la escucha es determinante por ejemplo,
cuando tenemos personas a nuestro
cargo y estas nos quieren explicar un
problema, alguna inquietud que tienen o
cómo se sienten en su puesto de trabajo
o con su carrera profesional y esperan de
nosotros ayuda, guía o simplemente
necesitan ordenar sus ideas con alguien.
Quien lo expresa, puede creer que es perfectamente claro, sin
embargo, hay una brecha importante si nosotros no estamos
interesados, dispuestos o atentos a la conversación.
También entre compañeros que, por ejemplo, quieren mejorar
aspectos comunes de su trabajo o intercambiar impresiones acerca de
cómo la forma de trabajar o la actitud ante
el trabajo de uno afecta al otro. Estas
palabras pudieran ser desechadas y no
mejorar en absoluto las funciones
laborales.
Nuestros juicios nos impiden escuchar, y si
no nos permitimos ampliar nuestra
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perspectiva, solo seremos generadores de malos entendidos o


conflictos que pueden llegar a tener consecuencias importantes.

• Exactamente, ¿Por qué escuchar no es oír?


Oír es la capacidad biológica de percibir sonidos, mientras que escuchar
constituye nuestras interacciones sociales con otros, es decir, cuando
escuchamos, generamos un mundo interpretativo. Escuchar es oír más
interpretar.
Para apoyarnos veamos las siguientes afirmaciones::
El mayor problema de la
comunicación es la confusión entre
ambos conceptos. Esta confusión
entre escuchar y oír es la causa que
origina los malos
entendidos, enfados y discusiones,
así como muchos problemas de
liderazgo.
Es habitual oír pero no escuchar,
percibir sonidos sin prestar atención real a lo que nos están transmitiendo.

“¡Total! Si ya sé lo que quiere decir”

Tenemos la respuesta preparada para contestar en cuanto el otro se calle sin


escuchar lo que está diciendo.
No escuchamos para entender, sólo oímos lo necesario para responder. A
veces, ni dejamos terminar la frase a nuestro interlocutor, respondemos por
él. O respondemos lo que queremos decir sin escuchar lo que nos está
diciendo el otro:

“¡Para que voy a seguir oyendo su mismo rollo de siempre!”

Nos hemos hecho una idea preconcebida de


cada miembro del equipo, dando por sentado
lo que van a decir, cómo actúan y lo que
quieren conseguir. Les hemos puesto
etiquetas, este es un vago, esta no entiende
nada, a este no lo soporto, o esta es la única
que vale. Con lo cual, no escuchamos lo que
nos dicen, ni les miramos cuándo nos
hablan, ni observamos su lenguaje
corporal en el trabajo. Actuamos siempre de
la misma manera, cometiendo los mismos
errores y obteniendo siempre el mismo
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resultado.

• ¿Por qué el lenguaje es acción?

Decimos que el lenguaje es acción porque a través de nuestras


conversaciones, creamos realidades y posibilidades, abrimos y cerramos
opciones, encontramos soluciones, nos metemos en problemas, tomamos
decisiones, emprendemos nuevos retos. El lenguaje tiene un impacto
definitivo sobre nuestra realidad y sobre nuestro futuro.

LENGUAJE PASIVO LENGUAJE ACTIVO

Lo intentaré Lo haré

No puedo hacer nada Consideraré las alternativas

Yo soy así Voy a mejorar

Me desesperas No permitiré que me arruines el día

• ¿En qué consiste el ámbito de lo posible?


Este ámbito surge cuando escuchamos, en este momento es que
podemos preguntarnos sobre las consecuencias de aquello que se dijo,
sobre cómo aquello se relaciona con nuestras inquietudes, sobre las
nuevas acciones que a partir de lo dicho es posible tomar, en general,
sobre las nuevas oportunidades que se generan a partir del hablar y
también sobre las nuevas amenazas que pueden llegar a surgir, a partir
de esto podemos preguntarnos: ¿Estamos listos para hacernos cargo
tanto de las unas como de las otras?
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Cuando hablo, cuando hago una declaración, por ejemplo, una


declaración de afirmación:
“Sí acepto”, pueden surgir varias situaciones que es posible interpretar,
inclusive sin palabras escritas.
Sabemos que siempre existe la
posibilidad de que ocurra el mejor,
o el peor escenario, que quizá
tendremos herramientas
personales para resolverlo, o
quizá, necesitemos vislumbrar
alternativas para poder
enfrentarnos a cualquier situación
en caso de que se llegase a
suscitar.

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