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Pastoral Familiar “Creciendo en el Amor”

Este folleto pretende orientar a aquellas parejas que desean formar parte
del servicio en la Pastoral Familiar “Creciendo en el Amor”.

Forma parte de los medios e instrumentos utilizados en esta nueva


etapa llamada de inclusión al servicio que prestaran como pareja coordinadora
de futuros equipos de la Pastoral “Creciendo en el Amor”.

Este folleto encontrará los aspectos más importantes y básicos de la


Pastoral, el cual no pretende ser una exposición exhaustiva de lo que nuestra
pastoral quiere lograr, es y hace.

Habrá cumplido su propósito si los futuros miembros de la Pastoral,


logran tener una idea clara, aunque de manera muy general, de qué pueden
esperar de la Pastoral y a que se comprometen al ingresar al servicio.

Los siguientes capítulos dan la información básica sobre que es la


Pastoral.

1. Objetivos
Que Sigue de la Pastoral “Creciendo en el Amor”.
2. Oportunidades básicas
Que Ofrece
3. Ciclo básico de formación
Como crecemos
4. La Organización de la Pastoral “Creciendo en el Amor”
Como Funciona

Si después de una reflexión personal, con tu pareja, con tus hijos y con
tu equipo, sobre los aspectos aquí presentados, decides ingresar en este
movimiento de servicio, éste te abre sus puertas y te recibe con gozo, y
recuerda que la pastoral será de tu beneficio en la medida de tu apertura,
disponibilidad, y la voluntad que tengas para tu propia formación y promoción

1. OBJETIVOS Y RESPONSABILIDADES DE LA
PASTORAL “CRECIENDO EN EL AMOR”.

¿QUÉ NOS PROPONEMOS?

Cuando una persona pretende ingresar a una asociación de cualquier


tipo, lo primero que se pregunta ¿a qué se dedican aquí? ¿Qué se proponen?
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Toda organización tiene objetivos y responsabilidades; de otra manera


será como un automóvil sin volante direccional: simplemente no podría ir a
ninguna parte.

La Pastoral “Creciendo en el Amor”, también tiene su objetivo y sus


responsabilidades. Son la expresión de su ideal, de su mística.

Si ustedes van a dar el siguiente paso como servidores, es necesario


que antes que nada conozcan bien su objetivo y sus responsabilidades, porque
al ser miembros los harán suyos; a ustedes corresponderá responsabilizarse
de cumplirlos.

El objetivo de la Pastoral Parroquial Familiar Creciendo en el Amor es:


Promover los valores humanos y cristianos de la familia en la
comunidad, para que la familia sea formadora de personas,
educadora en la fe y, por tanto, comprendida activamente en el
desarrollo integral de la comunidad, a través de sus miembros.
De este objetivo derivan una serie de responsabilidades para nuestra
Pastoral como institución y para sus miembros individualmente.

La Pastora “Creciendo en el Amor” como organización tiene


responsabilidades hacia sus propios miembros:

Queremos que todos los miembros de la Pastoral Creciendo en el Amor,


se promuevan entre sí para llegar a ser más útiles y felices.

Queremos crecer humana y cristianamente como personas y como


familias y servir a nuestra comunidad.

Buscamos vivir, en espíritu de pobreza evangélica, los valores de justicia


y solidaridad.

Somos responsables del sostenimiento económico de la Pastoral


“Creciendo en el Amor”, queremos ser un movimiento de servicio a las
familias, comprometido y responsable.

Laicos y sacerdotes queremos aprovechar al máximo la oportunidad de


enriquecernos espiritualmente al trabajar juntos. Nos esforzamos porque todas
las familias de la Pastoral, seamos evangelizadoras y educadoras en la fe.

Tiene también, responsabilidades hacia las familias que no pertenecen a


la Pastoral.

Queremos llevar a toda la comunidad el mensaje de la familia integrada,


útil y feliz; contribuir con nuestros bienes a que la evangelización y el mensaje
familiar lleguen a todos los venezolanos. Nos proponemos ayudar a que las
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futuras familias se funden, crezcan y vivan en el amor y sean capaces de vivir


en una vida sacramentada en la fe y sean conscientes de ello.

Ofrecemos a los padres de familias actuales y futuras, elementos para


ejercer responsablemente su paternidad.

Trabajamos porque cada familia pueda evangelizar y educar en la fe a


sus miembros.

Como movimiento de futuros laicos tiene responsabilidades para con la


iglesia, sus instituciones y miembros:

Nos esforzamos porque la Pastoral sea un movimiento verdaderamente


evangelizador, comprometido en la misión de anunciar la Buena Nueva del
amor de Dios a los hombres. Queremos, con el testimonio de nuestra vida,
ayudar a construir e instaurar la Iglesia de Cristo en Venezuela. Nos
corresponsabilizamos con nuestros pastores en la misión de la Iglesia. Nos
esforzamos por contribuir a la formación de un laicado adulto en la Iglesia.
Queremos ayudar a que las vocaciones sacerdotales se desarrollen y realicen
plenamente. Queremos ser instrumento eficaz de pastoral familiar.

Por último, la Pastoral, tiene responsabilidades hacia toda la


comunidad humana:

Nos proponemos a ser personas comprometidas, capaces de servir a la


comunidad. Buscamos que cada persona ejerza una actitud civil y política y se
responsabilice ente la realidad política de nuestro país. Queremos contribuir
democráticamente al buen desempeño del poder civil. Ante el problema
demográfico de Venezuela, nos esforzamos por difundir la mística de la
paternidad responsable. Queremos contribuir a que las escuelas desarrollen
toda su potencialidad de servicio a las nuevas generaciones, para edificar el
desarrollo humano de Venezuela. Buscamos ser elemento de opinión pública
en los asuntos que afectan a las familias.

Así, pues, nuestros objetivos y responsabilidades son importantes. Nos


señalan una serie de campos de acción en los que debemos actuar como
personas, familias, ciudadanos, como Pastoral “Creciendo en el Amor” y como
iglesia.

PARA COMENTAR USTEDES DOS Y EN SU GRUPO


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Después de haber estudiado los objetivos y responsabilidades de la


Pastoral.

 ¿quieren hacerlos suyos?


 ¿les parecen dignos de un esfuerzo serio y constante?
 ¿Les ilusiona pensar que el ideal expresado en ellos puede
hacerse realidad con la participación de ustedes?

La Pastoral “Creciendo en el Amor”, en su objetivo y en las


responsabilidades hacia sus propios miembros, les describe brevemente lo que
pueden esperar de él para su propia formación.

¿Creen ustedes que responde a sus necesidades?

2. COMO NOS FORMAMOS EN LA PASTORAL, SEIS


OPORTUNIDADES BÁSICAS.

Como lo que buscamos es crecer, ser más adultos y responsables, nos


importan sobre todo nuestras actitudes. No se trata tanto de hacer las cosas
como de ser mejores.

Diariamente tenemos ocasión de escoger entre el camino más fácil o el que


nos exige más. Podemos conformarnos con ser <<del montón>> y no
esforzarnos en nada, o podemos pedirnos las actitudes más maduras, no
importa que sean las más fáciles.

Los miembros de la Pastoral tienen en común el estar dispuestos a vivir


una vida exigente. Para facilitarnos este camino de superación, la Pastoral nos
ofrece seis oportunidades básicas. Si las vivimos a conciencia transformarán
nuestra vida. Las llamamos oportunidades, no requisitos o exigencias, porque
cada uno las aprovechará en la medida de su generosidad y su inquietud por
mejorar. Por eso la Pastoral nos pide que, si no estamos dispuestos a servirnos
de ellas, no ocupemos el sitio que otra persona podría aprovechar mejor.

Las enumeraremos en seguida, para explicarlas en detalle más


adelante:

1. Vida de equipo
2. Hospitalidad
3. Estudio
4. Vida de Oración
5. Uso cristiano de los bienes materiales
6. Compromiso de servicio
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1. VIDA DE EQUIPO

<<No camines delante de mí, podría no


seguirte, no camines tras de mí, podría no
guiarte. Solo camina junto a mí y sé tu amigo>>

Lo Fundamental de la Pastoral es el equipo. Todo el movimiento está


organizado en equipos; sus miembros, a todos los niveles, operan en equipos.

Si ustedes deciden seguir este camino en la Pastoral, formaran parte del


equipo de servidores. Allí descubrirán una experiencia maravillosa, capaz de
transformar sus vidas y a quienes les sirvan ustedes de guía. Se encontraran
con un pequeño grupo de parejas con inquietudes, deseosas de progresar,
dispuestas a dar y recibir. Allí vivirán la ilusión y el esfuerzo de ser mejores y
esto creara entre ustedes una relación muy profunda y sincera.

El equipo tiene un espíritu, un alma, que es la amistad fraterna. Les


sorprenderá comprobar en que poco tiempo serán capaces de hablar con
sinceridad y propiedad, con sus equipos, de las cosas que más les importan y
afligen, siendo capaces de ayudarse como equipo y siendo una guía para
todos.

La riqueza del equipo es que todos sus miembros son distintos, pero
saben que en su dignidad de personas son iguales y así se aceptan y se
complementan. Sus opiniones, necesariamente, son diferentes; por eso se
aprende tanto en equipo. Cada quien se forja, nadie se escandaliza, todos
aprovechan.

En el equipo no valemos por lo que tenemos, sino por lo que somos.


Nadie es más que otro ni es dejado a un lado, porque todos somos
conscientemente hermanos. A veces la opinión más sencilla y tímida es la que
más ilumina la discusión.

Esto nos recuerda el ejemplo de la vida de Jesús. A la entrada del


templo, Cristo y sus apóstoles observaban a quienes depositaban su ofrenda.
Algunos personajes importantes daban una cantidad elevada y hacían sonar
las monedas para que se notara su generosidad. Una pobre viuda dejo
calladamente dos moneditas. Cuando el Señor pregunto << ¿Quién de estos
ha dado más?>>, los discípulos trataron de recordar quien había dado más
monedas. Pero el Señor no quería poner a prueba su memoria, sino hacerles
comprender un valor nuevo y diferente, les dijo: <<Ha sido esa mujer humilde.
Ella fue la que más dio, porque en su pobreza dio todo lo que tenía>>. (Lucas,
capítulo 21, 1- 4.)
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El equipo de la Pastoral funciona con este criterio de Cristo. Así pues, en


el comentario de un tema, ustedes no pregunten ¿Quién dio más?
Simplemente den con buena voluntad todo lo que tienen.

Ustedes se preguntarán ¿Quién dirige un equipo?

En el equipo no hay directores maestros o jefes. Es un grupo de


personas adultas, a las que no hay que decir cómo han de actuar, que han de
pensar o que recetas han de seguir.

Pero el equipo necesita un orden y para esto tiene una pareja


coordinadora, el cual será su rol en dichos equipos. Como su nombre lo
indica, no hace más que dar unidad al esfuerzo de todos. Da la palabra,
procura que todos participen, les ayuda a no salirse del tema. Pero si el equipo
no le ayuda, esta pareja no podrá cumplir su función, por bien preparada y
dispuesta que este para hacerlo.

La pareja coordinadora es igual al resto de los miembros del equipo;


también está en el para aprender, dar y recibir. Solo tiene una responsabilidad
de servicio más directo y para esto se prepara en sesiones especiales con los
coordinadores de la Pastoral.

Y, ¿a qué nos lleva la reunión de equipo?

Su resultado se expresa en la actitud sugerida. Esta es una manera de


llevar a la propia vida las conclusiones de la reflexión, el estudio, el dialogo y la
oración a propósito de un tema. Pensemos un momento un breve ejemplo:
después de haber tenido más de diez reuniones de equipo anteriormente
(Finalización de Temario), ya tienen más de diez actitudes nuevas que
desean poner en práctica. Si las hacemos vida, habremos provocado en
nosotros mismos un cambio muy importante; seremos mucho más abiertos,
maduros, generoso y capaces de relacionarnos con los demás de una forma
eficaz. Por eso es importante aprovechar la oportunidad que nos ofrece este
sistema de cambio voluntario y constante, gradual y sistemático, a través de la
vida en equipo.

En resumen, el equipo es más que la simple reunión de equipo: es un


compromiso de vida, vida compartida. Por eso la primera oportunidad básica de
la Pastoral “Creciendo en el Amor” es la vida en equipo.

PARA COMENTAR USTEDES DOS:

 ¿Sentimos necesidad de escuchar a otras personas para que nos


ayuden a crecer y progresar humanamente?
 ¿Podemos ayudar a orientar a otras parejas?
 ¿Nos atrae la idea de compartir con un equipo de amigos
nuestras inquietudes, ilusiones – problemas?
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 Nuestros hijos también pueden beneficiarse con esto. ¿Cómo los


haremos participar de la riqueza que nos ofrece el equipo de la
Pastoral Creciendo en el Amor?

PARA COMENTAR CON SU EQUIPO (Equipo a servir)

 Que cada persona y cada pareja comente que espera de los


demás y que está dispuesta a ofrecerles.
 Ustedes como pareja coordinadora comenten como servirán a los
miembros del equipo y que esperan de ellos.
 ¿Qué pueden hacer cada uno de nosotros para que haya
verdadera vida de equipo?
 Como equipo, ¿Qué nos proponemos hacer con este fin?

2. HOSPITALIDAD
<<Cuando toca a tu puerta un huésped, es
el Señor quien está tocando>>

La hospitalidad es algo que todos practicamos, estemos o no en la


Pastoral ¿Por qué, entonces, este movimiento afirma que es oportunidad de
formación?

En la Pastoral “Creciendo en el Amor” la hospitalidad tiene


características muy peculiares. Todas las reuniones de equipo se realizan en
las casas de las parejas. Estos nos dan ocasión de abrir nuestro hogar con
sencillez y buena voluntad. Nadie vendrá a ver si tenemos un hogar sencillo o
elegante. Vendrán a vernos a nosotros, porque nos quieren tal como somos.

Así a través de la hospitalidad física, tratamos de vivir un equipo y formar


una pequeña comunidad; nos acercarnos a la hospitalidad del corazón.
Abrimos voluntad y mente para recibir a personas que se nos acercan a
compartir sus experiencias y persuasiones, sus búsquedas y hallazgos. Al
escucharles aprendemos también a confiarles a lo que somos y sentimos, en
un clima de amistad, libertad y respeto.

Esta hospitalidad de casa y corazón es oportunidad de crecer


humanamente. Aprendemos a encontrarnos como personas, a salir de nuestro
aislamiento para dar más valor a las personas que a las cosas. A este tipo de
hospitalidad se debe en gran parte la amistad tan duradera que se forma entre
los compañeros y ser capaces de aceptar a muchas otras personas para repetir
con ellas la experiencia del equipo de la Pastoral “Creciendo en el Amor”.

Se trata de dar y recibir una hospitalidad sencilla y cordial. Una de sus


reglas es no ofrecer alimentos complicados ni bebidas alcohólicas, Es
preferible ofrecer refresco, una taza de café, tal vez acompañados de algo
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sencillo. Nos proponemos que los anfitriones no tenga que realizar gastos o
esfuerzos inconvenientes, que participen en la reunión en vez de agobiarse con
preparativos superfluos. Lo que hay que preparar con cuidado es el alimento
del espíritu que todos se ofrecerán durante el comentario del tema.

Es importante que la hospitalidad se mantenga a este nivel de sencillez,


para que ninguna pareja, no importe su posición económica o sus ocupaciones,
sienta como un peso el recibir a los amigos en su hogar.

Recibimos, al mismo tiempo, al Señor. Él nos ha prometido que:


<<donde dos o más se reúnen en mi nombre, allí estaré yo en medio de
ellos>> Mateo 18,20. Es hermoso dar hospitalidad a Cristo presente en una
reunión de hermanos que se aman. Él nos habla por boca de ellos. Nos diría
muchas cosas que no habríamos descubierto solos. Y se alegraría de ser
recibido con tanto cariño, escuchado con tal atención. Al abrir nuestra casa y
nuestra persona para recibir a otros, aprendemos a ser mejores discípulos de
Cristo.

PARA COMENTAR USTEDES DOS:

¿Qué nos parece más atractivo de esta forma de hospitalidad?

¿Estamos dispuestos a dar y recibir hospitalidad con sencillez y apertura de


corazón?

¿Qué puede aprender nuestra familia al practicar esta hospitalidad?

¿Qué podemos hacer por nuestro equipo para aprovechar al máximo la


oportunidad de formación que nos ofrece la hospitalidad?

3. ESTUDIO
<<El hombre excelente es el que se exige
mucho a sí mismo; el hombre vulgar es el que
no se exige nada, sino que se contenta con lo
que es y está encantado consigo mismo>>

Hay tres clases de personas: Las que no saben lo que sucede, las que
son espectadores de lo que sucede, y las que hacen que sucedan las cosas.

Todos queremos ser de estas últimas. No nos gusta vernos en


situaciones que no podemos comprender, ni que los acontecimientos nos
lleven o nos traigan como hojas secas a la deriva.

Las personas que influyen en los acontecimientos no nacieron con esa


capacidad ya desarrollada; han cultivado sus cualidades, han observado,
reflexionado y juzgado. En una palabra, nunca han dejado de estudiar. Por eso
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pueden dar un sentido a lo que sucede y pueden actuar para modificar los
acontecimientos.

La Pastoral “Creciendo en el Amor” nos ofrece la oportunidad de ser


cada vez más libres., a ser capaces de influir en las circunstancias que nos
rodean, de crear una vida familiar y una comunidad donde se vivan los valores
que juzgamos mejores. Para esto es indispensable aprovechar la oportunidad
básica de estudio.

Habrá quien escucha palabra <<estudio>>, piense que ya pase la edad


del aprendizaje. Esta es una de las actitudes que más nos impiden madurar.
Mientras hay vida debe haber crecimiento humano, y quien no se esfuerza por
avanzar no puede permanecer inmóvil, sino que forzosamente retrocede.

El estudio en la Pastoral “Creciendo en el Amor” no es un aprendizaje


escolar. No estudiamos para ser más sabios ni para graduarnos en
determinada especialidad. Tampoco los libros son la base de nuestro estudio,
sino la propia vida. Los acontecimientos, las circunstancias en que vivimos. Los
libros nos ayudaran, con la luz del pensamiento de otros, a formarnos un buen
juicio sobre nuestra propia realidad y así poder darnos un discernimiento para
poder ayudar a otros como coordinadores de nuestro equipo.

En la Pastoral no se estudia la receta de <<que se hace en un caso


determinado>>; sino que cada quien descubre <<que debo hacer yo, que
debemos hacer los dos y nuestra familia>> ante esta o esta otra circunstancia
única de nuestra vida, que nos pide una respuesta y una actitud personal.

El estudio que nos ofreció la Pastoral consistió en encontrar cada vez


mejores respuestas al cuestionario básico personal, conyugal, familiar y
comunitario.

¿Quién soy yo, como soy, que necesito, que cualidades tengo? ¿Qué
espero de mi pareja, de mi familia, de mi trabajo, de mis amistades, de la
comunidad en general? ¿Qué hago con la riqueza humana que poseo, como la
utilizo? ¿Qué desea Dios de mí? ¿Qué esperan de mí mis prójimos? ¿Qué
actitudes quiero tener hacia ellos? Y para tenerlas, ¿en qué quiero cambiar yo
para poder ayudar a otros a mejorar?

¿Quién es mi pareja, como es, que necesita, que riqueza humana me


ofrece? ¿Qué espera de mí y como le responderé? ¿Cómo profundizaremos en
nuestra relación como nos entenderemos cada vez mejor? ¿Qué desea Dios
de nosotros dos? ¿Cómo, con que actitudes, responderemos a todos ellos?

¿Cómo es cada uno de nuestros hijos? ¿Qué necesidades tiene, que


cualidades? ¿Cuál es su ideal de vida? ¿Qué espera de nosotros, que nos
ofrece? ¿Cómo ayudarles a dar la respuesta que Dios espera de el? ¿Cómo
integrar las distintas personalidades en una familia donde se viva el amor, la
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libertad y el respeto? ¿Cómo aprovechar los elementos que tenemos para que
nuestra familia viva dignamente y cumpla su misión?

¿Cómo es nuestra comunidad? ¿Qué características, que carencias, que


oportunidades tiene? ¿Qué necesita de nosotros, que ofrece? ¿Qué deberes y
derechos tiene cada miembro de nuestra familia hacia la comunidad? ¿Cómo
quisiéramos que fuera nuestra comunidad, y que nos proponemos hacer para
hacerlo realidad?

Estas son algunas de las líneas básicas de estudio en Pastoral


“Creciendo en el Amor”. Este estudio lo han realizado mediante el análisis
sistemático del temario junto con su crítica.

Para que podamos realizar un estudio sistemático, La Pastoral ha


elaborado una especie de <<plan de estudios>>, que es el ciclo básico de
formación. Nos presenta en forma planeada y progresiva, una serie de temas
de estudio, y medios e instrumentos de formación, todos relacionados con
asuntos que nos afectan en lo personal, en lo familiar y en nuestra vida social.

La Pastoral, también nos ayuda a realizar un estudio crítico; esto es, a


no aceptar las cosas simplemente porque están allí, porque se nos repiten o
parecen ciertas. Nos acostumbramos a preguntar, dudar, verificar, juzgar con
espíritu libre y llegar a nuestra propia conclusión, a nuestra parte de verdad.

El método de estudio, si bien nos pide un esfuerzo, no resulta imposible


para nadie; no depende del grado de instrucción que tengamos. Consiste en
aprender a ver, juzgar y actuar. Vemos inmediatamente el análisis. El diálogo
con otras personas y con Dios; juzgamos con nuestra inteligencia y nuestro
sentido común; actuamos con nuestra voluntad, poniendo en juego el corazón.

El ciclo básico de formación cuenta con una serie de instrumentos que


nos facilita el estudio y las otras oportunidades básicas. Mencionaremos
algunos de los más importantes: los temarios, que nos dan elementos para
estudiar, reflexionar y dialogar, nos sirven como punto de partida para el
estudio critico de nuestra propia vida y nuestra circunstancias; no solo una
ayuda y una guía pero bien usados pueden darnos muchos frutos. El dialogo
es elementos indispensable para <<ver>>, primer paso de estudio. Las
reuniones de equipo es otro instrumento muy valioso para profundizar en
cada tema. Las reuniones de coordinadores para preparar los equipos que
nos dan nuevos elementos para sacar fruto del estudio. La Labor del Sacerdote
asistente nos da nueva luz e inspiración. Las enseñanzas de la iglesia, que la
Pastoral “Creciendo en el Amor” nos ayuda en conocer, son otro instrumento
importante en nuestra formación. Los encuentros, retiros, reuniones con los
equipos, los eventos Diocesanos, Regionales y Nacionales, y los otros
instrumentos beneficiosos de la Pastoral también apoyan nuestro estudio, a los
cuales asistimos, contribuyendo más a nuestra formación.
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Así pues el estudio en la Pastoral, es inquietante, preguntarse,


investigar, aportar, participar, tomar conciencia de quienes somos y de la
realidad que nos rodea. Se trata de que todo lo que aprendamos lo
compartamos y lo volvamos vida, nos transforme y nos lleve a ser más.

En verdad, este estudio es una hermosa aventura que todos podemos


comprender. No pasaremos exámenes ni recibiremos diplomas; nuestra
recompensa será una vida más plena, útil y feliz.

PARA COMENTAR USTEDES DOS

 ¿Nos interesa el estudio que nos propone la Pastoral “Creciendo en el


Amor? ¿Porque?
 ¿Estamos dispuestos a hacer el esfuerzo de ver y juzgar para poder
actuar?
 ¿Cómo nos ayudaremos mutuamente en nuestro estudio?

4. VIDA DE ORACIÓN
<<A nadie te pareces desde que yo te amo>>

Una cosa es crecer en Dios y otra llegar a tener con El una relación
personal, íntima y constante.

Para muchas personas creyentes la vida de oración, que este dialogo


diario entre Dios y yo, resulta sumamente difícil; esto suele deberse a ideas
equivocadas sobre lo que es la oración.

Dios es <<algo lejano>>. Es una persona muy cercana a mí, que me ha


creado parecido a Él, es decir, persona. Soy único, irrepetible, porque Dios me
creo con características propias, con una historia y en una época y ambiente
peculiares a mí. En la vida de oración voy descubriendo esta cualidad de único
que Dios me dio. Si dejo que Dios me transforme en la vida de oración, el único
que me pareceré será a Cristo.

Este Dios personal me busca con mucho más interés del que yo pongo
en encontrarle. Quiere hablarme a mí, aquí y hoy, porque desea revelarme el
plan maravilloso que su amor tiene para mi vida, es decir, me tiene una
vocación, una misión. Al responderle me encuentro a mí mismo y descubro el
sentido profundo de mi vida, que va más allá del mero existir.

¿Difícil la vida de oración? Yo puedo estar en lo mío, cumplir mis


deberes, divertirme, amar, en una palabra, vivir y hacerlo con Dios o sin Dios.
Si lo busco en mis quehaceres, si lo escucho en boca de mi pareja, de mis hijos
y mis prójimos, en los acontecimientos diarios; si en todo estoy voy
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encontrando la misión que Él me ha confiado, encontrare la plenitud en ser


instrumento de paz, de amor y de felicidad. ¡Toda mi vida será oración!

Si, por el contrario, en nuestras decisiones personales, en la conyugales,


familiares y sociales no tomamos en cuenta la Voluntad de Dios, entonces nos
constituimos nosotros mismo en Dios. Y así desencadenamos el proceso del
egoísmo, la injusticia y la infelicidad. Nos convertimos en instrumentos de
opresión y retroceso.

Sin la oración tal vez nunca descubramos quienes somos y para que se
nos ha dado la vida. Cuando una persona casada, un padre o madre de familia,
busca en la vida de oración cual es el llamado –la vocación- que Dios le da,
encuentra la principal respuesta en su vida diaria de laico, casado y padre. El
trabajo y el descanso, el dialogo, la lectura del periódico, el estudio, la relación
con el prójimo, el cuidado de los hijos, cuando se hacen conscientemente, son
oportunidades de responder a Dios; son momentos de Fe. De esta manera,
toda nuestra vida se convierte en un diálogo con un Dios personal y cercano.

Hemos llegado a la Pastoral “Creciendo en el Amor” porque queremos


ser mejores. En el movimiento todas las actividades están orientadas a
ayudarnos a descubrir y hacer nuestra vida de oración. Aquí encontramos la
oportunidad de ir más allá de un cambio superficial; si emprendemos,
iluminados en la fe, el camino de la vida de oración, Dios hará de nosotros
personas nuevas, con un corazón nuevo y un panorama de vida nuevo y
amplísimo. Esto va mucho más allá del camino superficial que pueden darnos
los medios puramente humanos; solo el Señor puede renovarnos así.

PARA COMENTAR USTEDES DOS

 ¿Encontramos en esta descripción de la vida de oración algo nuevo?


¿Qué?
 ¿Sentimos ilusión por vivir dialogando con Dios en nuestros quehaceres
diarios?
 ¿Cómo nos ayudaremos a vivir la oración?
 ¿Cómo haremos participar en ella a nuestros hijos?

PARA COMENTAR EN EQUIPO:

La vida de nuestro equipo es ocasión constante de oración.

 ¿Cómo podemos favorecer el que la Voz de Dios resuene entre


nosotros?
 ¿Cómo ayudarnos mutuamente a vivir la oración?
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5. USO CRISTIANO DE LOS BIENES MATERIALES

<<Que cada uno sirva a los otros según capacidad que Dios le ha dado
como buenos administradores de los varios dones de Dios>> (La
Epístola de San Pedro, capítulo 4, versículo 10)

¿Se nos ha ocurrido alguna vez hacer el recuento de nuestras riquezas?


Si lo hacemos nos sorprenderá comprobar de cuantos bienes disfrutamos
diariamente.

La persona tiene tres clases de bienes; los materiales (salud, tiempo,


vigor, dinero), los bienes humanos (inteligencia, voluntad libre, conciencia,
cultura, familia, educación, sexo, cualidades, amistades, libertad, amor,
habilidades, valores) y los dones de Dios (fe, esperanza, caridad, gracia de
Dios, sacramento, el ser templo vivos de Dios, la vocación a construir el Reino
de Dios, la pertenencia a la iglesia, etc.).

Aunque en apariencia seamos pobres, todos tenemos muchísimo que


dar a nuestros semejantes. Nadie hay tan desposeído en lo material, lo
humano y lo espiritual que no pueda acercarse a su hermano con un hermoso
regalo.

Cualquiera que tenga una mínima conciencia social sabe que tiene una
responsabilidad de usar bienes en beneficio de los demás. El cristiano por
añadidura, se santifica administrando sus bienes con espíritu de pobreza
evangélica, considerando las necesidades de los demás como suyas propias.
El cristiano sirve con lo que tiene, y tiene para servir. Por esta actitud será
juzgado; <<tuve hambre, tuve –sed, fui forastero, me falto ropa, estuve enfermo
y en la cárcel… tu acudiste a remediar mis necesidades>>. Evangelio de San
Mateo capítulo 25,31-46.

Aquí trataremos de la administración de uno de nuestros bienes, el


dinero. En el punto siguiente nos ocuparemos de los demás.

Todos estamos muy conscientes de nuestras propias necesidades


económicas; como padres de familia trabajamos sin cesar para cubrirlas. Pero
no siempre nos damos igual cuenta de la realidad, muchas veces dramática,
que nos rodea. Venezuela es un país lleno de carencias y necesidades
angustiosas. La desnutrición quita a miles de venezolanos el vigor y la
inteligencia la ignorancia condena a millones a una vida oprimida: la mayoría
de las familias viven en condiciones indignas; la pobreza material en todas sus
formas destroza, a diario la mejor riqueza de Venezuela que son las personas
y, en medio de tanta miseria, parece el contraste aterrador que nos marca con
el estigma de la injusticia: hay unos pocos que no solo tienen lo suficiente, sino
–que atesoran bienes que nunca llegarán a consumir.
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En la Pastoral tendremos oportunidad constante de ver y juzgar esta


realidad y tomar conciencia de nuestra responsabilidad de administradores
para actuar en consecuencia. El poco o mucho dinero que tengamos al mismo
tiempo que sirve para cubrir nuestras necesidades, debe ser usado para hacer
realidad la justicia y la solidaridad en la comunidad y en el país.
A medida que –conocemos la realidad de Venezuela y nos damos cuenta de
que somos responsables ante ella, vamos sintiendo mayor necesidad de dar de
compartir, no una limosna o un favor, sino como una exigencia interna de
justicia, como una manifestación de amar a nuestros semejantes. Así vivimos la
solidaridad y nos convertimos en constructores de una sociedad más justa.
Esta es una prueba definitiva de nuestra madurez humana y cristiana.

Además, la Pastoral se sostiene únicamente con la aportación de sus


miembros. No tiene subvenciones ni donativos externos. Todos y cada uno
somos responsables de que se dé un buen servicio a todas las familias de
Venezuela o de nuestra comunidad en la cual hacemos vida. La Pastoral es del
tamaño de nuestra generosidad.

No se fija una cuota ni se cobra los servicios. La aportación de cada uno


es libre, voluntaria y anónima. Cada pareja decide en conciencia cuanto
puede dar, y ella misma se hace responsable de que esa cantidad grande o
pequeña. Llegue puntualmente a su destino para no entorpecer la acción del
Movimiento. Para esto se cuenta con parejas encargadas de recolectar las
aportaciones.

Al administrar el dinero de todos, la Pastoral actúa como <<nivelador>>


y promotor de la justicia. Da el mismo servicio a quien aporta mucho que a
quien solo puede dar una cantidad reducida. Sirve igual a una comunidad rural
muy pobre que a un grupo de familias urbanas favorecidas. No espera que una
pareja pague para darle un servicio; este folleto que leen ustedes ahora ya fue
pagado por otros miembros, a quienes les interesaba que ustedes recibieran su
mensaje. Una vez que ustedes ingresan al servicio de ayudar a otras parejas
demuestran su solidaridad en apoyar dicha Pastoral, a su vez también querrán
expresar a otros su cariño haciéndose responsables de apoyar y ayudar a otras
parejas en este caminar a la medida de sus posibilidades.

PARA COMENTAR USTEDES DOS Y CON SUS HIJOS:

 Revisemos el modo en que distribuimos nuestro dinero.


 Nuestro presupuesto ¿tomo en cuenta las necesidades urgentes de
otros, o solamente las nuestras?
 ¿Nos parece que la justica y la solidaridad son valores que vale la pena
desarrollar en nuestra vida?
 ¿Qué podemos hacer todos –papás e hijos- para aprender a ser buenos
administradores del dinero?
 ¿Qué nos pide Dios en esa reflexión?
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 ¿Cómo le contestaremos?
 ¿Cuáles ideas nos parecieron más valiosas? ¿Por qué?
 ¿Cómo entendemos la justicia? ¿Y la solidaridad?
 ¿Estamos dispuestos a desarrollar en nuestra vida estos valores?
 ¿Cómo ayudarnos mutuamente a ser buenos administradores de
nuestro dinero?
 ¿Qué puede hacer nuestro equipo para que la aportación libre de sus
miembros llegue a la Pastoral “Creciendo en el Amor”, con puntualidad,
sin necesidad de recordatorios?

6. COMPROMISO DE SERVICIO

<<El hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para
servir>> Evangelio de San Mateo, capítulo 20, versículo 28.)

Hemos visto cual es nuestra responsabilidad humana y cristiana


respecto al uso de nuestro dinero. Pero, ¿acaban allí nuestras obligaciones y
posibilidades de servicio? Ciertamente no; la persona es mucha más que su
dinero. Ya vimos antes la diversidad de bienes materiales, humanos y
espirituales que se nos han dado para administrarlos en beneficio de los
hermanos.

Un cristiano tiene fe y desea tenerla aún más profunda y viva. Vivir la fe


es dar una respuesta concreta y diaria de palabras y de obra. ¿A qué
respondemos? No a <<algo>> sino a alguien: a la PERSONA DE
JESUCRISTO.

En efecto, vivir la fe –ser cristiano- es seguir a Jesús que nos pregunta si


queremos poner nuestra vida en juego por lo mismo que El, la arriesgo.
Jesucristo vino a anunciarnos la mejor noticia que ha tenido la humanidad: el
amor del Padre, que nos hace hermanos y nos enseña a amarnos y a romper
las barreras del egoísmo, injusticia y opresión que nos desunen. El cristiano
tiene esta misma misión de Cristo, anunciar con su vida el amor del Padre, la
fraternidad humana y la instalación del Reino del Dios entre nosotros, viviendo
la justicia y la solidaridad.

Este es el servicio cristiano: jugarse la vida por lo mismo que se la jugó


el Señor Jesús. Así se anuncia el Evangelio, la buena noticia del amor de Dios
y la hermandad humana. El cristiano que responde con su vida a esta misión
se convierte en anuncio viviente del Evangelio; es, por tanto, un
evangelizador.
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La iglesia es, ante todo, evangelizadora; esta es su vocación y gozo. Los


cristianos formamos entre todos la iglesia de Cristo y entre todos cumplimos
esta misión de evangelizar al mundo. Este es el ser y quehacer de la iglesia y,
por tanto, el nuestro propio. Como bautizados, como familia cristiana, como
Pastoral “Creciendo en el Amor”, hemos de anunciar nuestra fe respondiendo
diariamente a la pregunta de Cristo: ¿Quieres dar tu vida por lo mismo que yo
la doy?

Para eso se nos ha dado la inteligencia, la salud, el tiempo, la capacidad


de amar, los conocimientos, la gracia de Dios. Para que, como Jesucristo, no
estemos aquí para que nos sirvan, sino para servir.

La Pastoral “Creciendo en el Amor”, es parte viva de la iglesia, es


corresponsable en esta misión evangelizadora. Ha venido para servir a todas
las familias y lo hace a través de esta misión que todos compartimos. Nos da
elementos para descubrir el modo concreto en que cada quien responderá a la
pregunta de Jesucristo. Y nos ofrece también oportunidades de servicio a otras
familias, tanto en la Pastoral como fuera de ella.

Les pedimos que regresen a la primera parte de este folleto, donde se


describen el objetivo y las responsabilidades de la Pastoral “Creciendo en el
Amor”. Allí verán el campo tan amplio en que pueden desarrollar su vocación
de servicio. Pueden trabajar dentro de la estructura del Movimiento, como lo
hacen sus coordinadores de la Pastoral y a todos los que les sirven de diversas
maneras. Pueden servir a otras parejas y familias en la comunidad, mediante
los diversos servicios que la Pastoral “Creciendo en el Amor”, les lleva.
Posteriormente recibirán ustedes información amplia sobre el panorama de
servicio de la Pastoral ofrece a sus miembros, Y, si encuentran que su
vocación es trabajar con y para la Familia la Pastoral les da la bienvenida no
solo como miembros de un equipo sino como parte de la gran comunidad que
hace posible que la Pastoral de un servicio eficaz.

Pero la Pastoral “Creciendo en el Amor”, no agota las posibilidades de


servicio que sus miembros tienen; no quiere ni debe ser una organización que
conserve para si todos sus miembros. Los impulsa a comprometerse en su
comunidad, a responder al Señor allí donde vean una necesidad, una injusticia,
una posibilidad de anunciar el Evangelio. Esto es lo que ha hecho todas las
parejas que han pasado por este caminar y hoy sirven a su comunidad.

Además de ayudarlos a tomar conciencia de sus compromisos de


servicio, la Pastoral “Creciendo en el Amor” les ofrece la oportunidad de
formarse en la acción, durante el ciclo básico. Les pide que no solo reciban y
aprendan. Jesús espera de ustedes una respuesta HOY, no en un futuro
incierto. Por eso tiene, como una de sus características principales, la
formación en la acción. En el Movimiento, el ver, juzgar y actuar, llevamos a la
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vida lo que hemos descubierto y somos desde un principio, dinámicos y


activos.

Por esto, el compromiso de servicio, que nos es común a todos los


cristianos, en la Pastoral “Creciendo en el Amor” es una oportunidad especial,
porque estamos rodeados de hermanos que desean servirnos para que, como
Jesús, podamos definir nuestra vida como un servicio constante dado a los
hermanos por amor.

PARA COMENTAR USTEDES DOS Y CON SUS HIJOS

 ¿Qué ideas nuevas nos ha dado esta reflexión?


 ¿Nos entusiasma, nos convence el ideal de vivir para el servicio?
 ¿Qué cualidades y dones tiene cada uno de nosotros para el servicio de
sus hermanos?
 ¿Cómo puede cada uno ayudar a los demás en familia a dar su
respuesta al llamado de Jesús?

PARA COMENTAR EN EQUIPO (servidores y coordinadores)

 ¿Qué ideas nuevas nos ha dado la reflexión de este tema?


 Repasemos el objetivo y las responsabilidades la Pastoral “Creciendo en
el Amor” en el Capítulo I de este folleto.
 ¿Queremos pertenecer a un Movimiento que hace realidad estos,
ideales a través de la participación de todos nosotros?
 La Pastoral “Creciendo en el Amor” nos ofrece la formación en la
acción. ¿Estamos dispuestos a actuar?
 Nuestro equipo puede descubrir servicios que podemos prestar juntos.
¿Cómo nos proponemos actuar para aprovecharlos?

IV. ORGANIZACIÓN DE LA PASTORAL “CRECIENDO EN EL AMOR”

EQUIPO BÁSICO

Un equipo de parejas (6 a 10) y la pareja coordinadora forman el Equipo


Básico.

Estas parejas se reúnen semanalmente para reflexionar y formarse en el


ciclo básico con la compañía de la pareja coordinadora.
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EQUIPO COORDINADOR PARROQUIAL

El equipo coordinador parroquial está formado por un matrimonio


coordinador, un matrimonio financiero, el sacerdote asistente y las parejas
promotoras de los equipos básicos de cada parroquia.

Su responsabilidad es asistir con un servicio adecuado a los equipos


básicos de su parroquia y, para ello, reciben una formación apropiada por los
coordinadores principales de la Pastoral.

EQUIPO COORDINADOR DIOCESANO

El equipo coordinador diocesano es responsable de todos sus miembros


vivan en carisma y en la espiritualidad del movimiento, asistiendo a los equipos
básicos y a las comisiones de servicio. Con el propósito de mantener en una fe
vibrante la Pastoral.

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