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Carita Sonriente
Carita Sonriente
Para ayudar a esta campaña, la compañía recurrió a un diseñador gráfico, Harvey Ball. Ball
dedico aproximadamente diez minutos a la creación del rostro sonriente, y cobro su tarifa
regular, 45 dólares. El dibujo, impreso en botones, tuvo una excelente acogida, tanto por los
empleados como por los clientes. Pronto se empezó a hacer pedidos de estos botones, de
diez mil en cada pedido.
Varios años después, Bernard y Murray Spain, de filadelfia, empezaron a producir sus
propios botones, además deponer la carita sonriente en camisetas y pegatinas, ganando una
gran cantidad de dinero. A partir de este momento, el emblema empezó a distribuirse en
todo el mundo. Se calcula que el año 1972 se había vendido alrededor de 50 millones de
botones con la carita sonriente.
Con la llegada de internet, el dibujo encontró un nuevo campo donde establecerse, cuando
se ideo una forma de comunicado con caracteres: las subsecuentes variantes fueron
llamadas emoticones. Con el desarrollo de la comunicación en la red llego a utilizar muchas
variaciones de la carita sonriente para expresar a otros usuarios el estado de ánimo.
Harvey Ball, su creador, falleció en abril de 2001. Nunca patento su diseño, por lo que no
recibió más de 45 dólares que le pagaron por el. Sin embargo fundo la corporación World
Smile , que organiza el “World Smile Day” cada mes de octubre, donde se recauda dinero
para obras de beneficencia.