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Capítulo X

OTRAS ENTESACTUALES

En este capítulo final presento, en orden departamento consiguió prestigio como uno
cronológico por año de nacimiento, a cuatro de los mejores lugares donde estudiar.
autores -Turner, Geertz, Harris y Sahlins-, de Como muchos otros miembros de este depar-
los que los tres últimos viven todavía y están tamento, Turner siguió la ruta de «Rhodes-Li-
vingstone». El Instituto Rhodes-Livingstone lo
en plena producción. Representan nuevas co-
estableció el gobierno colonial británico en los
rrientes o nuevos enfoques en las corrientes de
años 40 y 50 en Lusaka, en lo que hoy se cono-
la antropología cultural, que no siempre son
ce como Zambia. La idea del «gobierno indi-
fáciles de clasificar por la variedad de temas recto» fue un principio importante que aportó
que desarrollan. De todos modos, aunque esta luz al colonialismo británico de aquel momen-
inicial catalogación se matice en las respectivas to, y un número de antropólogos, muchos de
exposiciones, los dos primeros pueden consi- ellos influyentes, trabajaron en el área: Max
derarse antropólogos simbólicos, el tercero, Gluckman, Elisabeth Colson, Clydc Mitchell,
materialista cultural, y el cuarto, neoevolucio- John Barncs, Theo van Velson y Víctor Turner
nista. (1993:515).

l. VICTOR W. TURNER (1920-1983) Sus principales obras son: 1957 Schism


and Continuity in an Afrícan Socíety. 1961
Este autor, aunque por nacimiento, for- Ndembu Divínatíon. Its Symbolism and Techni-
mación y primeros años de investigación y do- ques, 1962 Chíhamba. The White Spirit. 1967
cencia es un antropólogo social, sin embargo El bosque de símbolos. Aspectos del ritual ndem-
tiene asegurado un lugar importante en la an- bu (Madrid, 1980, Siglo XXI), 1968 The Drums
tropología cultural, porque a los cuarenta y of Afflíctíon. l 969 El proceso ritual. Estructura y
cuatro años se radica en Estados Unidos, don- antiestructura (Madrid, 1988, Taurus) y 1974
de pasa la mayor parte de su vida académica, Dramas. Fields rmd Metaphors. Ahora la
publica sus obras más conocidas y enseña en mayoría de estas obras pueden ubicarse en la
las universidades de Corncll (1964), Chicago antropología simbólica. Es sabido que ésta e::
( 1968) y Virginia ( 1977) hasta su muerte. Tur- la rama de la disciplina que analiza el signifi-
ner nació en Glasgow (Escocia) y obtuvo su cado que tienen, para los poseedores de uni
bachillerato en el University College de Lon- cultura, sus ritos y símbolos. En la historia de
dres y su doctorado en la universidad de Man la disciplina, tal enfoque parece más
ch ester en 1955. Bohannan y Glazer ( 1992) lo y respetuoso de la especificidad del «otro>>que
presentan así: los enfoques del origen o de la función. Así, en
el caso de la religión, mientras que ia antropo-
Turner vivió en una época fructífera de la an-
logía evolucionista se pregunta cómo nace y
tropología y, durante mucho tiempo, se man-
evoluciona la religión y la estructural-funcio-
tuvo en el primer puesto. Su educación en la
nalista, cuál es su estructura y qué funciones
universidad de Londres le permitió ir a la uni-
versidad de Manchester, donde Max Gluckman cumple en la sociedad, la antropología simbó-
había fundado un nuevo departamento de an- lica se pregunta qué significa la religión para el
tropología. Al cabo de muy poco tiempo, este creyente. Pero, en esta antropología convergen
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varias preguntas, que son origen de diversos la patrilocalidad (en el sentido de residencia ta es la más importante de las características dominantes tienen tres propiedades, que son
enfoques 1. con el padre), aunque, para Turner, el poblado observables, por lo que a partir de aquí me la condensación (un solo símbolo representa
De los temas de Turner sobre el símbolo, sigue siendo en lo esencial una estructura de re- propongo llamarlo «árbol de la leche»
muchas cosas), la unificación de significados
me limito a recoger dos, que juzgo sus dos ma- laciones entre parientes varones, pero es la ma- (1980:22).
dispares (así el mudyi representa los pechos de
yores aportes a la historia de la antropología. trilinealidad la que determina la forma de la
Además de esos datos observables, Turner las mujeres, la maternidad o la matrilineali-
El primero consiste en señalar dos polos de mayoría de esas relaciones. Se sigue subrayando
obtiene información de las mujeres, que con- dad) y la paralización de sentido, que es una
sentido en los símbolos rituales; el «ideológi- la unidad de los hermanos, pero los hermanos
sideran a ese árbol el símbolo más antiguo o propiedad importante, porque:
co», de orden moral y social, que concentra las que viven juntos son hermanos uterinos, hijos de
normas y valores del grupo, y el «sensorial», de la misma madre (1980:7). «dominante» del rito, que está por la leche hu-
No sólo el árbol de la leche, sino todos los sím-
orden natural y fisiológico, que condensa los Al presentar el ritual, Turner confiesa que mana y también por los pechos que la producen, bolos dominantes ndcmbu poseen dos polos
significados que son objeto de sentimientos y fue una experiencia asombrosa y enriquecedora, y que es como «el árbol de una madre y de su de sentido claramente distinguibles. En un po-
deseos; cuando se celebra el ritual, hay un in- el percibir el contraste entre la vida económica y hijo» (1980:22-23). También torna informa- lo se encuentra el agregado de signifícata que
tercambio entre ambos polos, pues las normas doméstica de aquellos cazadores y agricultores ción de un especialista, para quien el árbol de se refieren a componentes de los órdenes social
y valores se cargan de emoción, mientras que de azada, una vida relativamente simple y mo- la leche es el lugar de todas las madres del linaje y moral de la sociedad ndembu, a principios de
las emociones básicas se ennoblecen con los nótona, y el orden y polícromo simbolismo de su y en él durmió nuestra antepasada cuando fue la organización social,a tipos de grupos corpo-
iniciada (1980:23), lo que simboliza el princi- rativos y a normas y valores inherentes a las re-
valores sociales. El segundo aporte es el análi- vida religiosa (1980:2). Expone dos tipos de ri-
pio de la rnatrilinealidad. Luego Turner se pre- laciones estructurales. En el otro polo, los sig-
sis de la relación del individuo y la estructura tual; los ritos de crisis vitales, que marcan un
gunta cómo el antropólogo puede interpretar nifícata son usualmente fenómenos naturales y
social, que parte de la teoría de los ritos de pa- punto importante en el desarrollo físico o social fisiológicos. Llamaré al primero de éstos el
so de van Gennep y redefine el concepto de li- de un individuo (los ritos de transición de van los símbolos más profunda y comprensivamen-
«polo ideológico» y al segundo el «polo senso-
minalidad como elemento importante de la Gennep), como los ritos de iniciación y los fu- te que los propios actores,y responde que lo ha-
rial». En el polo sensorial, el contenido está es-
communitas. Paso a presentar cada aporte. nerales, y los ritos de aflicción, como los cultos ce, al colocar el ritual en el marco de su campo trechamente relacionado con la forma externa
de caza, los cultos de fertilidad de las mujeres significante y describir la estructura y propieda- del símbolo. Por ejemplo, un significado del
1.1 Polos ideológico y sensorial del símbolo ri- y los cultos curativos, que sirven para conjurar des de ese campo (1980:29). árbol de la leche -leche materna- está estrecha-
tual. una creencia arraigada en la cultura ndembu, Para eso, Turner distingue dos tipos de mente relacionado con la exudación del látex
que la mala suerte en la caza, los trastornos re- símbolos: dominantes e instrumentales, según lechoso propio del árbol. Un significado senso-
Turner presenta este tema en un artículo expresen una relación más profunda con los rial de otro símbolo dominante, el árbol mu-
productivos de la mujer y varias formas de en-
( 1964), que es el capítulo uno de La selva de seres sagrados o sean un mero instrumento del kula, es la sangre: es un árbol que segrega una
fermedad se deben a la acción de los espíritus de
símbolos. Aspectos del ritual ndembu (1967) 2 . los muertos ( 1980: l 0- l 1). Según Turncr, la es- efecto que se quiere lograr. Así los símbolos goma de color oscuro.
Tal obra, que no es una clásica etnografía so- En ei polo sensorial se concentran
tructura y propiedades de Jos símbolos rirn2- dominantes, como ciertos árboles de donde se
bre el pueblo ndembu (Zambia), sino un con- de los cuales puede esperarse que provoquen
ies: sacan elementos rituales para los cultos curati-
deseos y sentimientos; en el se
junto de artículos hasta ahora dispersos en revis- vos o los altares donde se hacen los cultos, es-
valore 2,
tas y antologíiJ.ssobre rituales ndembus, tiene pueden deducirse a partir de tres clases de da- tán estrechamente vinculados a seres no empíri-
que guían y controlan a las personas como
dos partes, uná más teórica y otra más etno- tos: l) forma externa y características obscrv;:;. cos, unas veces como sus soportes, otras como su miembros de los grupos y las categorías socia
gráfica (1980:1). Turner hizo su trabajo de bles; 2) interpretaciones ofrecidas por los espe- representación y otras por fin son identificados les ( 1980:31).
campo durante dos años y medio, como cialistas religiosos y por los simples fieles, 3 i con ellos (1980:34). En cambio, los símbolos
miembro del Rhodes- Livingstone Institute, en conlcxtos significativosen gran parte claborn- instrumentales deben verse en términos más Volviendo a la interpretación antropológi-
el distrito de Mwinilunga, un área boscosa de dos por el antropólogo.
amplios, es decir, en términos del sistema total ca y sus límites, Turner recuerda que la antro-
Daré un ejemplo. En el nkang'a, el ritual de pu-
unos 18.000 kms2., donde vivían unos diecio- de símbolos que constituye el ritual dado, por- pología, a lo largo de su historia, ha adquirido
bertad de las muchachas, la novicia, envuelta
cho mil mdernbu en aldeas de una docena de que cada ritual tiene su propia teleología, tiene técnicas y conceptos que la capacitan para ma-
en una manta, yace al pie de un vástago de
casas. En esta zona las aldeas tienen que trasla- mudyi. El árbol mudyi... es notable por su látex sus fines explícitos y los símbolos instrumentales nejar el polo ideológico, porque puede anali-
darse y aun fisionarse a menudo, pues la socie- blanco, que exuda en gotas lechosas cuando se pueden ser considerados como medios para con- zar los fenómenos culturales, ideológicos y
dad está organizada sobre la matrilinealidad y araña su delgada corteza. Para los ndembu, és- secución de esos fines (1980: 35). Los símbolos tecnológicos con tres de sus enfoques, la an-
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tropología cultural, la teoría estructuralista y análisis simbólico, Turner pregunta si la debi- la competencia del psicólogo o del psicoanalis- explicación adecuada del sentido de un símbo-
la dinámica social. Pero, el polo sensorial, ¿no lidad mayor de éstos frente a aquellos está, no ta, aunque éstos últimos puedan ayudar al an- lo particular, lo primero necesario es examinar
está parcialmente modelado bajo la influencia en el análisis del polo ideológico, sino del sen- tropólogo examinando la naturaleza y las in- el contexto más amplio del campo, de acción,
de motivaciones y de ideas inconscientes? sorial. Responde, en primer lugar, que el an- terconexiones de los datos agrupados en el po- del que el mismo ritual es simplemente una fa-
(1980:36). Turner contrapone a psicoanalistas, tropólogo con su formación actual no puede lo sensorial del simbolismo ritual (1980:41). se. Aquí hay que considerar qué tipo de cir-
cunstancias dan motivo a la celebración del ri-
como Ernest Jones o Bruno Bettelheim, que explicar qué sentimientos y deseos inconscien-
Siguiendo con la interpretación antropo- tual, si son circunstancias relacionadas con los
suelen considerar irrelevante el polo ideológico tes generara el símbolo. Para el antropólogo:
lógica de los símbolos, cuyos significados no fenómenos naturales, o con los procesos eco-
de sentido y centrar su atención en la forma ex- nómicos y tecnológicos, o con las crisis vitales
es suficiente con decir que el símbolo evoca formulan de modo explícito los informantes,
terna y en los significados sensoriales de los sím- humanas, o con la ruptura de relaciones socia-
emociones. Lo que le interesa es el hecho que la Turner habla del modo de inferir el significa-
bolos con antropólogos, como Nade! o Wilson, les cruciales. Las circunstancias determinarán
emoción sea evocada y no las cualidades espe- do que se basa en el patrón simbólico del gru-
para los cuales sólo las interpretaciones indíge- probablemente la clase de ritual que se celebra.
cíficas de sus constituyentes ... Para él, el símbo- po y en la conducta. Esta conducta es un cam-
nas de los símbolos conscientes y verba/izadas Los fines del ritual tendrán relación abierta o
lo ritual es en primer término un factor en una po importante del significado social, pero el
son sociológicamente pertinentes (1980:37). implícita con las circunstancias antecedentes y
dinámica de grupos, y en consecuencia sus as- antropólogo no podrá descubrir su significa-
Luego expone su punto de vista, que no es ne- a la vez ayudarán a determinar el sentido de los
pectos de mayor interés son sus referencias a do, si no ha estudiado previamente las configu-
gar el recurso al método psicoanalítico, pues es símbolos. Luego hay que estudiar los símbolos
los grupos, las relaciones, los valores, las nor- raciones simbólicas de otros tipos de ritual en el en el contexto concreto de ese ritual. Es aquí
otro útil acercamiento a la realidad, sino afir- mas y las creencias de una sociedad. Con otras
mismo sistema social, así como los sentidos que donde se recurre a la ayuda de los informantes
mar que no siempre hace falta recurrir a dicho palabras, el antropólogo trata el polo sensorial
a los símbolos componentes de esas configuracio- indígenas ( 1980:50).
método: de significado como si fuera una constante,
nes atribuyen los informantes expertos
mientras que los aspectos sociales e ideológicos
(1980:48 ). Turner concluye resumiendo su 1.2 Liminalidad y communitas en los símbolos
Hemos demostrado antes cómo los sucesivos los trata como variables cuya interdependencia
actos simbólicos de muchos rituales ndembu tiene que explicar (1980:40). análisis de los símbolos en los procesos socia-
les: Es el otro aporte de Turncr, donde éste re-
están ordenados y estructurados por los fines
toma el viejo problema antropológico de la re-
explícitos de esos rituales. Para explicar su evi- En segundo lugar, Turner responde que
dente regularidad no necesitamos recurrir a la Las celebraciones del ritual son fases de am- lación entre la estructura social y el individuo.
los psicoanalistas, al analizar los símbolos ri-
noción de conflictos subyacentes. Los psicoa- plios procesos sociales,cuyo alcance y comple- Lo hace, partiendo de la teoría de Les rites de
tuales, deberían conceder más importancia de
nalistas pueden argüir que en las sociedades jidad son más o menos proporcionales al ta- passage (1909) de Arnold van Gennep, según
la que ahora le dan a los factores sociales y, por maño y al grado de diferenciación de los gru-
patríarc:a!,,s el ritual muestra mayor rigidez y la cual el individuo sigue en cada etapa de la
consiguiente, dejar de considerar las intetpreta- pos en los que se presentan. Una clase de ritua-
un carácter más compulsivo que entre los vida social un proceso de tres . El
ciones, las creencias y íos dogmas como mems les se sitúa cerca del vértice de toda la jerarquía
ndembu, que son matrilincales. Con otras pa- mero es la separación del individuo de su gru-
racionalizaciones, pues con suma _fi-ecuencinsé de instituciones reparadoras y reguladoras que
labras, el patrón formal puede ser sobredeter- po anterior, ei segundo es su tránsito bajo el li-
refieren a realidades sociales y rrnturnics las desviaciones de la conducta pres-
minado por el conflicto inconsciente padrc-hi men o umbral y el tercero es su integración ei,
( 1980:40). Y en tercer iugar, que es útil distin- crita por la costumbre. Otra clase previene las
jo. La comparación etnográfica, empero, pare- el nuevo grupo. La liminalídad, que
guir entre símbolos rituales, que son medíos desviaciones y los conflictos: en ésta se inclu-
ce refutar esta opinión, ya que el más rígido momento en que el individuo ha perdido s,,
groseros de la realidad social y natural, yen los rituales periódicos y los rituales de cri-
formalismo que conocen los estudiosos de las status anterior y aún no ha adquirido el
sis vitales. Cada tipo de ritual es un proceso
religiones comparadas es el de los indios pue- y los símbolos psíquicos individuales, que:
pautado en el tiempo, cuyas unidades son ob- guiente, prepara al individuo para la commu-
blo, más marcadamente rnatrilineales que los
se forman fundamentalmente bajo la influen- jetos simbólicos y aspectos señalizados de la nitas. En su obra El proceso ritual ( 1969} Tur-
ndembu, mientras que los nigerianos nupe,
cia de internos. Al analizar los conducta simbólica. ner recuerda este punto de partida:
con una sociedad fuertemente patrilincal, po-
ros, la atención debe centrarse principalmente Los constituyentes simbólicos en sí mismos
seen rituales con una forma «fluida» y de nin-
pueden clasificarse en elementos estructurales Van Gennep ha demostrado que todos los ritos
guna manera «excesivamente estricta» (Nade! en las relaciones entre los datos externos y la
psique; al analizar los segundos, en datos endo- o «símbolos dominantes», que tienden a ser fi- de paso o «transición» se caracterizan por tres
1954:101) (1980:38).
nes en sí mismos, y elementos variables o fases, a saber: separación, margen ( o limen,
síquicos. Por esta razón el estudio del simbolis-
«símbolos instrumentales», que se usan corno que en latín quiere decir «umbral,,) y agrega-
En su reflexión interdisciplinar sobre el mo ritual queda más bien dentro <lela compe-
medios para los fines explícitos o implícitos de ción. La primera fase (de separación) com-
papel de psicoanalistas y antropólogos en el tencia del antropólogo social que no dentro de
cada ritual determinado. Para llegar a dar una prende la conducta simbólica por la que se ex-
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presa la separación del individuo o grupo, bien tico-jurídico-económicas con múltiples crite- mentación interna y jerarquías de autoridad bien la sociedad concreta que se vive incluye
sea de un punto anterior fijo en la estructura rios de evaluación, que separa a los hombres en (1993:518-19). ambos modelos, separados o unidos en pro-
social, de un conjunto de condiciones ( un «es- términos de «más» o «menos». El segundo, que En segundo lugar, Turner examina la rela- porciones variables (1993:521). Sin embargo,
tado»), o de ambos; durante el período «limi- surge de forma reconocible durante el período
ción entre los tres aspectos citados y la rela- para Turner:
nal» intermedio, las características del sujeto liminal, es el de la sociedad en cuanto commu-
ción dialéctica entre communitas y estructura.
ritual ( el «pasajero») son ambiguas, ya que nitas, comunidad, o incluso comunión, sin es-
Define ésta en oposición a Radcliffe- Brown y a !.os hombres que están trabajando en la es-
atraviesa un entorno cultural que tiene pocos, tructurar o rudimentariamente estructurada, y
Lévi-Strauss. Las estructuras Son, para aquél, tructura jurídico-política, pública y conscien-
o ninguno, del estado pasado o venidero, y en relativamente indiferenciada, de individuos
modelos repetitivos de acción, que se pueden te, no pueden planear y especular con las opo-
la tercera fase (reagrupación o reincorpora- iguales que se someten a la autoridad genérica
siciones del pensamiento ... Pero en Ja liminali-
ción) se consuma el paso. El sujeto ritual, ya de los ancianos que controlan el ritual... observar empíricamente, y para éste, entidades
dad ritual, se sitúan, por decirlo así, fuera del
sea individual o colectivo, se halla de nuevo en De todo ello infiero que, tanto para los indivi- independientes de la propia conciencia de los
sistema total y sus conflictos; transitoriamente
estado relativamente estable y, en virtud de duos como para los grupos, la vida social es un hombres (aunque de hecho gobiernan la existen- se convierten en hombres aparte, y es sorpren-
ello, tiene derechos y obligaciones vis a vis tipo de proceso dialéctico que comprende una cia de los hombres), que no se pueden observar dente cómo el término «sagrado» se puede tra-
otros de un tipo claramente definido y «estruc- vivencia sucesiva de lo alto y de lo bajo, de la directamente, sino en expresiones, cada cual ducir por «estar aparte» o «a un lado» en varias
tural» (1988:101-102). communitas y de la estructura, de la homoge-
parcial e incompleta, de la misma estructura sociedades. Si el ganarse la vida y esforzarse en
neidad y de la diferenciación, de la igualdad y
Luego Turner analiza con más amplitud la subyacente, que reproducen en varias copias sin ello, a pesar de la estructura social, se puede
de la desigualdad ( 1988:103-104).
terminar nunca sus realidades (1993:520). Para llamar «el pan», entonces el hombre no vive
liminalidad, cuya ambigüedad e indetermina-
Turner, las estructuras son, no un sistema de «sólo de pan». La vida como una serie y estruc-
ción se expresan por una amplia variedad de Cinco años más tarde, Turncr retoma este
categorías inconscientes, sino, como dice Mer- tura de incumbencias de status, inhibe la plena
símbolos en todas las sociedades que tienen ta- tema en el capítulo «Pasos, márgenes y pobre-
utilización de las capacidades humanas
les ritos de paso; así se compara frecuentemen- za: símbolos religiosos en la communitas» 3 de ton, los arreglos modelados de grupos de pape-
(1993:524).
te con la muerte, con el encontrarse en el úte- su obra Dramas. Fields and Metaphors (1974). les, grupos de status y secuencias de status; esto
ro, con la invisibilidad, la obscuridad, la bise- Como lo confiesa, él desea allí definir más ex- le permite relacionar los tres aspectos citados, En cuarto lugar, Turner analiza más pro-
xualidad, la soledad y los eclipses solares o lu- plícitamente lo que quiero decir por «communi- puesto que la liminalidad: fundamente la comunitas. Para él, la gente tie-
nares (1988:102). Pero, sobre todo, relaciona tal tas» y por «estructura» ( 1993:517). Para ello, en ne necesidad de quitarse las máscaras y las in-
primer lugar, distingue tres aspectos en los representa el punto medio de transición en
liminalidad con la communitas, pues lo que signias de status de vez en cuando, incluso aun-
símbolos rituales: la liminalidad, en el sentido una secuencia de status entre dos posiciones; el
nos interesa de los fenómenos liminales para que sea para ponerse las máscaras liberadoras de
intrusismo se refiere a acciones y reacciones
los fines que aquí perseguimos es la mezcla que de estar en medio-entre; el intrusismo, que es la la mascarada liminal, lo que hacen de modo li-
que no aparecen en un status social reconoci-
en ellos se observa de lo humilde y lo sagrado, de condición de estar de los acuerdos estrnc- bre (1993:325). un símbolo claro de la com-
do, sino que se originan en el exterior de éste,
la homogeneidad y el compañerismo, añadien- turales de un sistema social dado permanente- munitas es la pobreza, que se presenta en íos
mientras c¡ue el status inferior se refiere al es-
do que en dichos ritos hay un «momento en y mente y por atribución, o estar apartado sítue- calón más bajo en un sistema de estratificación más diversos sistemas estructuraies: entre 10::
fuera del tiempo,,, dentro y fuera de la estructu- cíonalmente o ternporalmente, y la inferioriáac; social en que recompensas desiguales se ofre- frailes mendicantes de la Edad Media, come
ra social secular, que evidencia, aunque sea fu- estructural, que también puede ser absoluta e cen a posiciones diferenciadas funcionalmente. íos franciscanos y carmelitas; entre ciertos san-
gazmente, un cierto reconocimiento forma relativa, permanente o pasajera; se da en mu- Un «sistema de clases», por ejemplo, sería un tos católicos, como San Benito de Labre, que
de si no de lenguaje) de un vín- chas sociedades africanas conquistadas por los sistema de este tipo peregrinó por muchos santuarios de Europa
culo social generalizado ( 1988: 103). Turner europeos, donde éstos mantienen el poder po- como mendigo andrajoso; entre los santones
lítico en los distintos niveles, mientras que ,· En tercer lugar, retoma la diferencia pre- indúes, musulmanes o sijs de la India, que an-
concluye que se puede hablar de dos formas de
los africanos, a través de sus líderes, se les ho sentada en El proceso ritual (1969) entre los dan a veces desnudos; entre los grupos de con-
interacción humana o modelos, yuxtapuestos y
considerado como que tienen el poder 1nístico modelos de estructura, donde las unidades son tracultura de Estados Unidos, como los hip··
alternativos, estructura y communitas, que tie-
sobre la fertilidad de la tierra. O, dicho de otro status y papeles, no individuos humanos concre- pies, que se dejan crecer la barba y las uñas, se
nen un ciclo de desarrollo dialéctico:
modo, los africanos tienen poder religioso, el tos, y communitas, que a menudo aparece cul- automarginan en la sociedad tan competitiva,
El primer modelo es el que presenta a la socie- «poder de los débiles», opuesto al poder jurídico- turalmente como un estado edénico, paradisía- visten pobremente o renuncian a símbolos de
dad como un sistema estructurado, diferencia- político de los fuertes, y representan la tierra no co, utópico o milenario, para cuya consecución la virilidad, llevando aretes o collares. Turner
do y a menudo jerárquico, de posiciones polí- dividida opuesta al sistema político en su seg- se debería dirigir la acción religioso o política, si enumera aún a los movimientos religiosos,
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que han aparecido en distintos sitios a lo largo lo son, pero no todas; éstas incluyen las más re- cacron del Instituto Real de Antropología, el escrito: 1960 The Religión of Java. 1963 Pedd-
de la historia, conocidos como «entusiásticos», velantes, y es posible distinguir las más impor- trabajo de Turner en cuatro ideas: una, los sig- lers and Princes. Social Change and Economic
«heréticos», «milenarios», «revitalizantes», «na- tantes de las menos. Esto ha creado muchas di- nificados rituales son códigos de significados Development in Two Indonesian Towns, 1965
tivísticos», «mesiánicos» y «separatistas», que ficultades respecto a muchos problemas, como
sociales; dos, estos códigos rituales tienen mu- The Social History of a Javanese Town, 1966
el cambio social, la sociologíade la religión y la
comparten la liminalidad de los ritos tribales, cha influencia en la mente; tres, el «drama so- Agricultura[ Involution. The Process of Ecologi-
teoría del papel en la sociedad, por nombrar
la mendicidad religiosa y los grupos de contra- cial», es decir, modelos repetitivos de activida- cal Change in Indonesia. 1971 Observando el Is-
sólo algunas. También hemos observado que
cultura, aunque su liminalidad no está institu- todo lo que no es estructural social es psicoló- des, y cuatro, la «liminalidad», que es la forma lam. El desarrollo religioso en Marruecos e Indo-
cionalizada (1993:328). También el matrimo- gico, signifique lo que signifique.También nos en que mucha gente sobrepasa las limitaciones nesia (Barcelona, 1994, Paidós), 1973 La inter-
nio, que es base de la estructura social en mu- ha llevado a situar una falsa dicotomía entre el que hay en sus sociedades (Bohannan y Glazer pretación de las culturas (México, 1987, Gedi-
chas culturas, es puesto en cuestión simbólica individuo como sujeto, y la sociedad como ob- 1993:516). Estos, por su parte, expresan así su sa), 1975 Kinship in Bali, 1983 Conocimiento
y antitéticamente, por la negación o el uso in- jeto. Parece que lo social tiene una dimensión juicio sobre el enfoque simbólico y especial- local. Ensayos sobre la interpretación de las cul-
discriminado, en los ritos de paso tribales y en libre y sin barreras, así como una con barreras, mente sobre el segundo aporte de Turner: turas (Barcelona, 1994, Paidós) y l 988 El an-
los grupos religiosos o contraculturales. la dimensión de la communitas donde los
tropólogo como autor (Barcelona, 1989, Pai-
Pero la communitas es parte de la vida so- hombres se enfrentan, no como desempeñado- La estrategia de Turner consiste en enfocar la
res de un papel, sino como "humanos comple- dós). Además, se han publicado en castellano
cial. Por eso, Turner, contra los científicos so- sociedad no sólo como una estructura social,
tos-, seres integrales que comparten reconoci- dos libros con artículos suyos: 1973 Visión del
ciales que identifican lo social y lo estructural, como lo hacen Radcliffe-Browno Lévi-Strauss,
damente la misma humanidad. sino como si fuera algo más, principalmente la mundo y análisis de los símbolos sagrados (Li-
de modo que el hombre es homo hierárchicusy ma, Pontificia Universidad Católica, dos artí-
Una vez reconocido esto, será posible para las combinación de lo estructural y de lo ideológi-
el sistema deestructurado vive una forma de cienciassociales examinar más fructíferamente culos de 1957 y 1972) y 1996 Los usos de la di-
co. Su punto de encuentro en el proceso, lo li-
anomía, que en ciertos casos puede manifes- que antes fenómenos como el arte, la religión, minal, sitúa el compromiso del individuo en la versidad (Barcelona, Paidós, un artículo de
tarse en tasas altas de suicidio, juzga que en la filosofía e incluso muchos aspectos de la ley, communitas. Es, por supuesto, la dedicación a 1984 y dos de 1986, con una introducción de
muchas sociedades la interrupción de la estruc- la política y el comportamiento económico la communitas, lo que le da dirección a la es- Nicolás Sánchez Durá).
tura puede ser una victoria de la communitas y que antes ha eludido la estructura conceptual tructura social, que le permite funcionar. Lo Bohannan y Glazer (1992) hacen cuatro
que, cuando en ellas hay cierta estabilidad, se estructuralista. Tales dominios son ricos refi- interesante de los argumentos de Turner es
riéndose a la communitas. La tarea inútil de in- observaciones que ayudan a la ubicación teó-
tiende a desarrollar en la relación temporal en- que, como Spencer o Durkheim, él no utiliza el
tentar encontrar de qué forma ciertos símbolos rica de Geertz. Una es que él tiene una mente
tre estructura y communitas un proceso al que es concepto de cultura. Turner nos dice que sin lo
que se encuentran en el ritual, poesía o icono- muy original; no se puede predecir cuál será el
difícil no darle el nombre de dialéctico cultural, el aspecto estructural-social de la so-
grafia de una sociedad dada, reflejan o expre- próximo muro que derribe; la segunda es que, a
(1993:231). Y así la communitas, aunque no ciedad no se puede poner en práctica. Es la
san su estructura social o se «communitas», tai como está incorporada en de Harris o 'forne1; no se asocia a
tiene barreras y es universal, ha estado en fo
tonces abandonar. Los símboios pueden no re- el individuo, lo que ie da una dirección a la es- Geertz con unn o un grupo determinado r!e
práctica histórica limitada a regiones geográfi- flejar ninguna estructura, sino un~1antiestru(· tructura social. Este es un punto que vale la pe- ideas. Su mente observo todos !os temas; la
casparticulares y a aspectos de la vida social, co- tura, y no sólo rcflciaría, sino contribuir na recordar siempre (1993:517). cera es que no aporta términos clave o u1úone:;
mo los conventos, las colonias socialistas o crearla. En vez de eso, podemos considerar directas con otras tradiciones antropológicas ..,
hasta las grupos nudistas, que pueden consi- mismo fenómeno desde el punto de vista de i.i 2. CLIFFORD GEERTZ ni métodos fijos rnando hace y h;
derarse comunas de la contracultura, y tienen relación entre la eslructura y la communitas,
cuarta es que la conducta humana tiene mu-
que reforzar su estructura para mantenerse para encontrarnos en tales situaciones corno
Este antropólogo es hoy uno de los repre- chos niveles de significación, que se parecen"
fuera de la estructura (1993:342). Turner resu- pasos entre los estados estructurales, los inters-
sentantes más famosos de la antropología cul- las capas culturales que descubre el araueólo
me el aporte del capítulo en la siguiente con- ticios de las relaciones cstrncmraks y los pode-
res de los débiles (1993:543-544). tural. Nace en San Francisco y estudia en la go y encontrar y explicar esas intenciones es ei
clusión: Universidad de Harvard, donde se doctora en papel del etnógrafo quien, en el proceso, afila su
Resumiendo, un gran escollo en el desarrollo Termino con una breve valoración de los 1956. Hace trabajo de campo en Java, Bali y mejor arma, el concepto de cultura ( 1993:545 ).
de la teoría sociológica y antropológica ha sido aportes de Turner. Mary Duglas, que compar- Marruecos y enseña desde 1960 en la Univer- Por eso, aunque es considerado un antropólo-
la casi identificación total de lo social con lo es- tió mucho tiempo los enfoques teóricos y las sidad de Chicago hasta que marcha en 1970 al go simbólico, escribe de muchos temas y con
tructural social. Incluso las relaciones informa- preocupaciones analíticas de él, resume, en Instituto for Advanced Study de Princenton, muchos enfoques de la antropología contem-
les se consideran estructurales. Muchas de ellas una nota necrológica aparecida en una publi- donde está hace más de un cuarto de siglo. Ha poránea.
310 I Manuel Marzal Antropología cultural/ 311

En el rico pensamiento de Geertz me limi- Mi propio trabajo, en cuanto rebasa el mero tura- diseñados para sugerir que hay un siste- Al explicarlo, Geertz afirma, en primer lu-
to a dos·puntos, que considero dos aportes im- archivismo (una función de la antropología ma que persiste, que todas esas interrogacio- gar, que la etnografía es una observación densa.
portantes a la historia de la disciplina. Uno es muy desvalorada), representa un esfuerzo por nes, apuntadas con tanta variedad, quedan re-
Para ello, recuerda que el operacionalismo co-
introducir mi método en los extraños márge- sumidas en una sólida concepción del modo
el nuevo paradigma de la antropología inter- mo dogma metodológico nunca tuvo mucha
nes de la discusión. Todos los ensayos que vie- en que se podría emprender una crónica del
pretativa o simbólica, recogido en La interpre- imaginario de una sociedad (1994:13-14). fuerza en las ciencias sociales y está casi muer-
nen a continuación son reflexiones documen-
tación de las culturas (1973), y el otro es su de- tadas por la vía etnográfica (aunque, sólo Dios to en la actualidad y que para comprender la
finición subjetiva de religión (que completa la lo sabe, pueden resultar mal informadas) sobre Pasando ya al primer capítulo de La inter- ciencia antropológica hay que fijarse, no tanto
objetiva de Durkheim), que hace en su ensayo tópicos generales, sobre ese género de proble- pretación de las culturas. éste fue escrito para en sus teóricos, sino en los que hacen etnogra-
La religión como sistema cultural, recogida en mas al que los filósofos pueden aproximarse sistematizar los demás capítulos, publicados fía; ésta no es un problema de métodos, sino
la misma obra, aunque, yo voy a utilizar mi desde fundamentos más conjeturales, los críti- en quince años, y tiene una meta clara, que se del producto final, que debe ser una "descrip-
propia traducción4. cos desde fundamentos más textuales y los his- desprende del mismo subtítulo: Descripción ción densa», expresión que torna del filósofo
toriadores desde fundamentos más inductivos. densa: hacia una teoría interpretativa de la cul- Gilbert Ryle. Este pone el ejemplo de un mu-
2.1 Una teoría interpretativa de la cultura La naturaleza figurativa de la teoría social, la tura. Allí Geertz recuerda que la antropología chacho que guiña un ojo; lo puede hacer por
interacción moral de mentalidades opuestas, nace del concepto de cultura y se preocupa, ca- tener un tic nervioso o congénito, por querer
Geertz pretende interpretar la cultura. Así las dificultades prácticas para observar las co-
da vez más, de limitar, especificar,circunscribir comunicar un mensaje secreto, por burlarse de
sas tal como otros las observan, el estatuto
se deduce al menos de sus dos obras más im- y contener el dominio de aquélla, que es preci- otro, o por practicar ante un espejo para hacer
epistemológico del sentido común, el poder
portantes La interpretación de la cultura samente lo que él ha querido hacer en dichos la burla o la broma mejor, y distingue entre la
clarificador del arte, la construcción simbólica
(1973) y Conocimiento local (1983), que son en de la autoridad, la ruidosa diversidad de la vi- artículos. En efecto, ellos, de modo explícito o «descripción superficial» ( contraer el ojo ce-
verdad recopilaciones de artículos publicados da intelectual moderna, así como la relación en virtud de un análisis concreto,preconizan un rrado rápidamente) y la «descripción profun-
y de coníerencias pronunciadas a lo largo de entre lo que la gente toma como un hecho y lo concepto de cultura más estrecho, especializado da» {practicar un guiño ante el espejo para si-
un cuarto de siglo (1958-1983), que, al mismo que considera justo; estos temas son aborda- y ... teóricamente más vigoroso que el de Tylor, al mular la burla o la conspiración).
tiempo que hacen un balance crítico de la an- dos, uno tras otro, en un intento de compren- que pretende reemplazar; Geertz aduce como Esta distinción define, según Geertz, el ob-
der de algún modo cómo comprendemos razón que el «todo sumamente complejo» de Ty- jeto de la etnografía: una jerarquía estratifica-
tropología en ese período, ofrecen un nuevo
comprensiones que no nos son propias. Esta lor, rnya fecundidad nadie niega, me parece ha- da de estructuras signijfrativas, atendiendo u las
paradigma, unas veces por contraste con anti-
tarea, «la comprensión de la comprensión», se ber llegado al punto en el que oscurece más las
guos o nacientes paradigmas, y otras veces, por cuales se producen, se perciben, se interpretan
suele designar actualmente con el nombre de cosas de lo que las revela (1987:19-20). Luego
la aplicación de su paradigma interpretativo al los tics, los guiños, los guiños fingidos, las paro-
hermenéutica, y en ese sentido, lo que yo hago hace su propuesta:
análisis de ciertos campos, como la religión, el las ensayos de de modo que sin
encaja bastante bien bajo esa rúbrica, particu-
larmente si se ic añade ei término «cultural,,. estructuras significa tivas no puede hablarse si.
arte, la ideología o el sentido común. Por tra- El concepto cíe cultura que propugno y cuya
Sin embargo, lo que sigue no se sitúa en h quiera, independientemente de lo que se
tarse de ensayos escritos en distintos contextos utilidad procuran demostrar los ensayos que
académicos, no puede buscarse en ellos una rierspectiva de una «teoría y metodología de i,, siguen es esencialmente un concepto semióti- o no con los párpados, de los tics de grado cero
interpretación» (para dar la definición encicio- ca. Creyendo con Max Weber que el hombre es que, como categoría cultural, son tan no
exposición exhaustiva y sistemática del nuevo
pédica del término), pues no creo que lo que un animal inserto en tramas de significación como los guiiíos son 110 tics (1987:22).
paradigma, no sólo porque Geertz «hace ca-
necesite la «hermenéutica» sea materializarse que él mismo ha considero que la cultu- Geertz recoge una historia sucedida entre be
mino al andar», sino porque piensa que la an- en forma de una para-ciencia, como lo es la ra es esa urdimbre y que el análisis de la cultu- reberes, judíos, y franceses en l\1arruecos en
tropología interpretativa nunca llegará a lo- epistemología, dado que ya existen suficientes ra ha de ser por lo tanto, no la ciencia experi- 1912, que le contaron en su trabajo de campo
grar un método seguro y definitivo; con todo, principios generales en el mundo. Lo que en mental en busca de leyes,sino una ciencia in en 1968, que confirma muy bien la densidad
hay exposiciones más sistemáticas, como la del realidad se encontrará es un buen número de terpretativa en busca de significaciones.Lo que del dato etnográfico, pues lo que nosotros lla-
capitulo uno de la primera obra (1973), en la verdaderas interpretaciones de algo, así como busco es la explicación, interpretando expre-
una serie de formulaciones antropologizantcs mamos nuestros datos son realmente interpreta-
que baso esta presentación. Pero, para conocer siones sociales que son enigmáticas en su su-
de algunas de las implicaciones de las interpre- perficie. Pero semejante pronunciamiento, que ciones de interpretaciones de otras personas so-
la postura más completa de Geertz, es útil re- bre lo que ellas y sus compatriotas piensan y
taciones que considero más interesantes y así contiene toda una doctrina en una cláusula,
coger lo que sostiene en la introducción de su sienten (1987:23 ), para concluir que sólo quie-
mismo, un ciclo recurrente de términos -sím- exige en sí mismo alguna explicación
segunda obra citada (1983): bolo, sentido, concepción, forma, texto.., cul- (1987:20). re destacar que:
312 / Manuel Marzal
Antropología cultural! 313

la etnografía es descripción densa. Lo que en resulta una concepción, igualmente afirmada,


gente, sabiendo que a veces nos cuestiona ha- modelo de «experimento natural» (1987:32-
realidad encara el etnógrado (salvo cuando es- de lo que es describirla: la exposición de reglas
blar por otro y no tanto hablar a otro, y para, 33). Por eso, arguye diciendo que no hay que
tá entregado a la más automática de las rutinas sistemáticas, una especie de algoritmia etno-
que es la recolección de datos) es una multipli- gráfica que, de ser seguida, haria posible obrar no sólo recoger lo que nos dicen, como si fue- confundir el lugar de estudio y el objeto de es-
cidad de estructuras conceptuales complejas, como, o pasar (dejando de lado la apariencia ra una escultura exótica, sino para clarificar: tudio, pues los antropólogos no estudian al-
muchas de las cuales están superpuestas o en- física) por un nativo. De esta manera, un sub- deas (tribus, pueblos ... ); estudian en aldeas y así
lazadas entre sí, estructuras que son al mismo jetivismo extremado se vincula con un forma- lo que ocurre en tales lugares, reducir el enig-
él arguye que encontró en periféricas zonas de
tiempo extrañas, irregulares, complejas, no ex- lismo extremado, y el resultado no ha de sor- ma -¿qué clase de hombres son éstos?- al que
naturalmente dan nacimiento hechos no fami- Marruecos o Indonesia las mismas cuestiones
plícitas, y a las cuales el etnógrafo debe inge- prender: un violento debate sobre si los análi-
liares que emergen en escenarios desconoci- que en lugares centrales, por ejemplo, el orgu-
niarse de alguna manera para captarlas prime- sis particulares, que se realizan en la forma de
dos. Esto plantea varios problemas serios de llo del grupo. Luego concluye que el problema
ro y explicarlas después. Y esto ocurre hasta en taxonomías, paradigmas, tablas, árboles y otras
los niveles de trabajo mas vulgares y rutinarios ingenuidades, refleja lo que los nativos «real- verificación, o si la palabra «verificación» es metodológico del rasgo microscópico de la et-
demasiado foerte para una ciencia tan blanda nografía:
de su actividad: entrevistar informantes, obser- mente» piensan o si son meramente hábiles
var ritos, obtener términos de parentesco, esta- formulaciones, lógicamente convincentes, pe- (yo preferiría decir «evaluación»), el problema
de cómo hacer una relación mejor a partir de es real y de peso. Pero no es un problema que
blecer límites de propiedad, hacer censo de ca- ro sustancialmente diferentes de lo que pien-
otra menos buena. Pero aquí está precisamen- puede resolverse mirando una remota locaii-
sas.., escribir su diario. Hacer etnografía es co- san los nativos ( 1987:25).
te la virtud de la etnografía. Si ésta es descrip- dad como si fuera el mundo metido en una ta-
mo tratar de leer (en el sentido de interpretar
ción densa y los etnógrafos son los que hacen za de té o el equivalente sociológico de una cá-
un texto) un manuscrito extranjero, borroso, Luego Geertz señala la diferencia entre es-
las descripciones, luego la cuestión fondamen- mara de niebla. Ha de resolverse -o en todo ca-
plagado de elipsis, de incoherencias, de sospe- te enfoque y el suyo con un ejemplo de un
tal en todo ejemplo ... es la de saber si la des- so se le mantendrá decentemente a raya- com-
chosas enmiendas y de comentarios tendencio- cuarteto de Beethoven. Este es una pieza mu-
cripción distingue los guiños de los tics y los prendiendo que las acciones sociales son co-
sos y, además, no en las grafías convencionales sical, pero que no se identifica con la partitu-
guiños verdaderos de los fingidos. Debemos mentarios sobre algo más que ellas mismas, y
de representación sonora, sino en ejemplos vo- ra, ni con la habilidad para ejecutar el cuarte-
medir la validez de nuestras explicaciones, no que la procedencia de una interpretación no
látiles de conducta modelada (1987:24)6. to, ni con lo que sienten al escucharlo los mú- atendiendo a un cuerpo de datos no interpre- determina hacia dónde va a ser luego impulsa-
sicos o el público, ni con cierta ejecución del tados y a descripciones radicalmente tenues y da. Pequeños hechos hablan de grandes cues-
mismo, ni con una realidad misteriosa que superficiales, sino atendiendo al poder de la tiones, guiños hablan de epistemología o co-
En segundo lugar, Geertz marca la diferen- rrerías contra ovejas (alude al suceso de Ma-
transciende la existencia material. Geertz afir- imaginación científica para ponernos en con-
cia antropología interpretativa y la cognitiva 7 . rruecos en 1912 que narró) hablan de revolu-
ma: la cultura es pública porque la significación tacto con gentes extrañas (1987:29).
Recuerda que en la polémica sobre la objetivi- ción, porque están hechos para hacerlo así
lo es, en esos diversas modos de expresarla;
dad y subjetividad de la cultura, que degeneró ( 1987:34-35).
mientras que para los cognitivistas, otro En cuarto lugar, Geertz recoge cuatro ras-
a veces en recíprocos insultos intelectuales gos propios de su etnografía densa. Uno, es in-
vocero, Stephen Tyler, la cultura consiste en
(¡idealista!, ¡conductista!, ¡impresionista! o En quinto lugar, Geertz presema ci ení-o-
nómenos mentales que pueden (el autor terpretativa; dos, interpreta el flujo del discur-
¡positivista!), para huir del doble escollo de quc teórico. Recuerda q uc io malo de los enÍo-
decir «deberían») ser analizados mediante 1111;- so social; tres, trata de rescatar «lo dicho» en ese
reificar la cultura como superorgánica a lo ques interpretativos de sueüos, füeratur& ::
todos formales de la matemática y de la discurso de sus ocasiones perecederas y fijarlo en
Kroeber, o reducirla al simple esquema de cultura, es que tienen conceptos poco elabora-
Tal pretensión es, según Geertz, una faiacia términos susceptibles de consulta, pues el kula
conducta observado en los individuos de un dos y así no soportan las evaluaciones: se acep-
más sutil aún que la del conductismo y del ha desaparecido, pero queda su modelo en Los
grupo, Ward Goodenough introdujo un nuevo tan o no; pero, se debe admitir que dos rn
idealismo, que se tratan de evadir 0987:26), argonautas de Malinowski; y cuarta, es micros-
paradigma, conocido como análisis exponen- racterísticas de la interpretación cultural que
En tercer lugar, Geertz amplia ei concepto cópica. Al explicar el cuarto rasgo, Geertz sos- hacen el desarrollo teórico mucho más difícil que
cial, etnociencia o antropología cognitiva. Pa- semiótico de cultura, tan vinculado a la etno tiene que la antropología, aunque nace en tri- en otras disciplinc1s. La primera es la necesidad
ra Geertz, es una terminología fluctuante que grafía densa: No tratamos ( o por lo menos yo no bus indias, islas del Pacífico o comunidades de que la teoría, permanezca más cerca del terre-
refleja profunda incertidumbre, y supone que la trato) de convertirnos en nativos (en todo caso africanas, puede interpretar sociedades com- no estudiado de lo que permanece en el caso de
cultura de una sociedad consiste en lo que uno una palabra comprometida) o de imitar n los plejas o acontecimientos mundiales; pero, ciencias más capaces de entregarse a la abstrac-
debe conocer o creer, a fin de obrar de una ma- nativos. Sólo los románticos o los espías encon- piensa que se ha abusado de dos modelos: Jo- ción imaginativa; o dicho en otros términos, la
nera aceptable para sus miembros (1987:25). A trarían sentido en hacerlo (198 7: 2 7). Lo que se nesville como modelo «microcósmico» de Esta- teoría cultural no es dueña de sí misma, y por
partir de tal concepto de cultura: trata es de ir al campo, para conversar con la dos Unidos y la isla de Pascua como prueba y eso, para Geertz, cuando se emprende un estu-
314 / Manuel Marzal Antropología cultural / 315

dio, no se abordan las cuestiones donde otros convincentes son las que descansan sobre bases fundamental, que analiza la existencia del Dios efectivamente de acuerdo con la realidad
estudiosos las dejaron, sino que, con mejor in- más trémulas... Pero esta circunstancia es lo que se revela, la revelación como hecho histó- (1969:206).
formación y conceptualización, los nuevos estu- que significa ser etnógrafo, aparte de importu- rico y ciertos rasgos del fenómeno religioso en
dios se sumergen más profundamente en las nar a personas sutiles con preguntas obtusas. distintos pueblos y culturas, tema éste que Al e:iq,oner esta definición, Geertz desa-
mismas cuestiones; de esa manera, se puede lle- Uno puede escapar a esa situación de varias aborda la nueva ciencia de la religión. rrolla sobre todo cuatro puntos. En primer lu-
gar a profundizar en una línea de interpreta- maneras: convirtiendo la cultura en folklore y gar, el concepto de perspectiva religiosa. Como
Para captar mejor la definición de religión
colectándolo, convirtiéndola en rasgos y con- se desprende de la etimología (per-spicere-
ción etnográfica, pero no se puede escribir una de Geertz, hay que tener presentes las de otros
tándolos, conviniéndola en instituciones y cla- =mirar a través de), para Geertz, una perspec-
Teoría General de la Interpretación Cultural autores que le precedieron. Ya se vio que Tylor
sificándolas,o reduciéndola a estructuras y ju- tiva es un modo peculiar de ver la vida y de
(1987:35-36). La segunda característica es que gando con ellas. Pero éstas son escapatorias. Lo da la definición mínima de creer en seres espi-
tal teoría no es predictiva en el sentido más es- rituales y que Lowie juzgaba tal definición de construir el mundo; aunque hay perspectivas
cierto es que abrazar un concepto semiótica de
tricto; además, a diferencia de lo que ocurre intelectual y, por eso, prefería definir la reli- diferentes, a las que él consagra distintos artí-
cultura y un enfoque interpretativo de su estu-
con otras disciplinas, no se debe hablar de des- gión como un sentimiento ante lo Extraordina- culos, ahora se limita a cuatro: la del sentido
dio significa abrazar una concepción de las
cribir y explicar los fenómenos, sino de «ins- rio. Sin embargo, ambas definiciones son ta- común, la científica, la estética y la religiosa. La
enunciaciones etnográficas ... «esencialmente
cripción» («descripción densa») y «especifica- discutible». La antropología, o por lo menos la primera es la simple aceptación de que el mun-
chadas de unilaterales, pues se fijan en una so-
ción» («diagnóstico»), que Geertz explica así: antropología interpretativa, es una ciencia cu- do, sus objetos y procesos, son lo que parecen ser;
la dimensión (la creencia o el sentimiento) del
yo progreso se caracteriza menos por su per- ella puede ser calificada de realismo ingenuo.
fenómeno religioso y así muchos científicos
Nuestra doble tarea consiste en descubrir las feccionamiento del consenso que por el refina- La perspectiva científica no acepta el mundo
sociales prefieren la definición que da Durk-
estructuras conceptuales que informan los ac- miento del debate. Lo que en ella sale mejor es sin más, sino que introduce la duda deliberada
heim en el capítulo primero de una obra clási-
tos de nuestros sujetos, lo «dicho» del discurso la precisión con que nos vejamos unos a otros y la búsqueda sistemática, la suspensión del mo-
ca ( 1912), 8 un sistema de creencias y prácticas
social, y en construir un sistema de análisis en ( 1987:39). tivo pragmático en favor de la observación de-
cuyos términos aquello que es lo genérico de relativas a lo sagrado o lo prohibido, que agru-
sinteresada, el intento de analizar el mundo en
esas estructuras, aquello que pertenece ·a ellas, 2.2 La religión como sistema cultural pan a los que las comparten en una comuni-
términos de conceptos formales, cuya relación
porque son lo que son, se destaque y perma- dad o iglesia. La razón de la preferencia es que
con los conceptos informales del sentido común
nezca frente a los otros factores determinantes Es sabido que el análisis del hecho religio- esta definición es más completa, pues incluye
es cada vez más problemática; puede ser califi-
de la conducta humana. En etnografía, la fun- so ha sido una preocupación constante de la creencias, formas de organización y prácticas,
cada de realismo critico.
ción de la teoría es suministrar un vocabulario antropología y de otras ciencias humanas y so- donde Durkheim coloca tanto ritos que hay
La perspectiva estética desarrolla respecto
en el cual pueda expresarse lo que hace que la ciales, que pueden considerarse ciencias secto- que celebrar como normas que hay que guar-
acción simbólica tiene que decir sobre sí mis- a la científica, una diferente del rea-
riales de la ciencia de la religión. Esta ciencia dar. De todos modos, Durkheim excluye la di-
ma, es decir, sobre el papel de la cultura en la lismo ingenuo y el interés puesto q¡¡e,
apareció a fines del siglo XIX, cuando se crea- mensión privilegiada por Lowie, el sentimien-
vida humana (1987:37-38). en vez de cuestionar las credenciales de la expe
ron cátedras de la misma en algunas universi- to9, y además define el hecho religioso desde rícncia diaria, ignora esa
dades, a menudo contra la opinión de los teó- fuera y como «cosa».
Y en sexto lugar, Geertz se refiere a los lí- cia, se sitúa con vehemencia en lo aparente y se:
logos que defendían cierto monopolio sobre Geertz, en cambio, en el citado artículo,
mites de la antropología interpretativa. Aun- embelesa con lo externo (1965:212); tal pers-
los fenómenos religiosos. Pero, la diferencia define la religión desde dentro; es decir, no co-
que él ofrece dicho paradigma, es muy cons- pectiva se puede calificar de idealismo ingenuo.
era bastante clara, pues la teología es una refle- mo un objeto externo al sujeto, sino como
ciente de sus límites, que expresa con cierta Geertz describe la
xión sistemática sobre la revelación o la pala- parte de su cultura o de su manera de ver y
crudeza y que se deben sin duda a la ambicio- ligiosa por contraste con las olras tres come
bra de Dios al hombre y la ciencia de la reli- construir el mundo. Para él la religión es:
sa tarea de la antropología de interpretar la una especie de idealismo crítico:
complejidad del comportamiento cultural hu- gión es una reflexión sobre la palabra de hom-
un sistema de símbolos, que actúa para esta-
bre a Dios o, de otro modo, sobre las diferen- La perspectiva religiosa difiere de la del sentido
mano. Para él: blecer en el hombre estados de ánimo y moti-
tes modos cómo el hombre de todas las socie- común en que va más allá de la realidad diaria,
vaciones, que son fuertes, penetrantes y dura- hacia realidades más profundas que corrigen y
el análisis cultural es intrínsecamente incom- dades y culturas se ha representado y ha trata- deros, por medio de concepciones globales del
pleto. Y,lo que es peor, cuanto más profunda- do de comunicarse con el misterio de lo divi- completan la realidad cotidiana, y su verdade-
sentido de la vida, y que reviste dichas concep- ra preocupación, no es actuar sobre tales reali-
mente se lo realiza, menos completo es. Es ésta no. Es cierto que muchas teologías, como la ciones de una atmósfera tal de verdad, que los dades profundas, sino accp1arlas y tener fe en
una extraña ciencia cuyas afirmaciones más católica, parten de una tratado de teología estados de ánimo y las motivaciones parecen ellas.
316 I Manuel Marzal Antropología cultural / 317

La perspectiva religiosa difiere de la científi- do como se realizó el accidente; y el hombre movilidad religiosa como la actual, la mayoría pretan los procesos sociales y psicológicos en
ca por cuestionar la realidad de la vida diaria, religioso puede ubicar el hecho dentro de un de le gente muere profesando la religión en la términos cósmicos (en cuyo caso serían fisosó-
no en términos de un escepticismo instituciona- plan misterioso de la providencia divina, pues que nació), aunque pueda hacerlo a la luz de la ficas,no religiosas),sino que les dan forma. En
lizado que somete la experiencia a un torbellino hasta los cabellos de la cabeza están todos conta- ciencia de la religión, de la filosofía y de la teo- la doctrina del pecado original se encierra una
dos (Mt 10,30). Por eso, la mayoría de los seres logía, para obtener una certeza más objetiva. Y aconsejable actitud ante la vida, un recurrente
de hipótesis probables, sino en términos de ver-
el segundo hecho es que, cuando alguno da estado de ánimo y un persistente conjunto de
dades que se aceptan como mas profundas y na- humanos emplean las distintas perspectivas
importancia excesiva a la perspectiva religiosa, motivaciones... Los estados de ánimo y las mo-
da hipotéticas. Su lema es el compromiso antes para analizar la realidad; sin embargo, en la tivaciones que la orientación religiosa produ-
que la neutralidad y la entrega antes que el aná- práctica los individuos y aun las sociedades tiene el peligro de ser incapaz de captar bien
cen emiten una luz indirecta, lunar, sobre los
lisis. pueden situarse preferentemente en una pers- las otras perspectivas. Se sabe que el artista a sólidos trazos de la vida secular de la gente.
pectiva como orientación fundamental, pues menudo no puede ver la vida sino a través del La descripción del papel social y psicológicode
La perspectiva religiosa difiere de la artística, funciona como cultura, y así se habla de indi- arte y que el hombre moderno, cuya sociedad la religión no consiste tanto en encontrar co-
en que, en vez de prescindir del problema de la viduos o pueblos de sentido común, científi- está tan marcada por la dimensión positiva y rrelaciones entre comportamientos religiososy
realidad y de tomar a propósito un aire de apa- cos, artistas o religiosos. técnica, tiene bastante dificultad en captar las seculares determinados (aunque tales correla-
riencia e ilusión, ahonda su interés en los he- dimensiones propias de otras sociedades y sis- ciones existen por supuesto y deben seguir in-
En segundo lugar, el modo de operar de la
chos y trata de crear una atmósfera de la más . temas simbólicos. De la misma manera los in- vestigándose, sobre todo sí podemos contri-
perspectiva religiosa. Esta opera por medio del
pura realidad. Este sentido de lo realmente real dividuos o los pueblos que viven intensamen- buir a decir algo sobre ellas), cuanto en ver có-
respectivo sistema de símbolos, que es el que
es donde descansa la perspectiva religiosa y el te una perspectiva religiosa, sobre todo si es mo las concepciones, aun implícitas, del hom-
produce la perspectiva. Para Geertz, son sím -
que los hechos simbólicos de la religión como una visión sacralizada, según la cual se cree bre sobre la verdadera realidad y las disposicio-
sistema cultural deben producir, intensificar y, bolos cualquier objeto, acto, suceso, cualidad o nes que dichas concepciones inducen en el
relación, que sirve de vehículo de una concep- que Dios y sus intermediarios actúan directa-
en lo posible, hacer inviolable ante las discor- hombre, colorean su sentido de lo razonable,
ción, donde la concepción es el significado del mente en el mundo, a diferencia de lo que
dantes revelaciones de la experiencia secular de los práctico, de lo humano y de lo moral
símbolo (1965:206). Y así considera símbolos, piensa la sociedad secular donde hay mayor (1965:215).
(1965:213).
no sólo los ritos, que para todos son una Con- autonomía religiosa, corren el peligro de mez-
Es decir, el hombre del sentido común ducta simbólica, sino también las creencias, las clar las perspectivas y pueden dar, al problema Es claro que Geertz afirma el influjo de la
acepta los hechos tal como se manifiestan, el formas de organización, las normas éticas y los de la explotación socioeconómica, explicacio- perspectiva religiosa fuera de su campo especí-
científico profundiza en los mismos para des- sentimientos peculiares que constituyen el sis- nes o justificaciones religiosas. Por eso, Geertz fico y reconoce la utilidad del estudio de las
cubrir sus causas, a la luz de las teorías de las afirma: correlaciones entre la religión y otros aspectos
tema religioso, pues sirven precisamente para
ciencias naturales y el artista pres- inducir en el creyente la concepción de la cultura, como, por ejemplo, la creencia
Las concepciones religiosas se exrienden más
cinde adrede de los hechos para imaginar un de dicho sistema. Tales símbolos, aí mismu en Dios y el nivel educativo o la actitud
allá de sus contextos metafísicos, para propor-
mundo ideal, y el hombre religioso busca la tiempo que inducen una perspectiva religios,:. cionar un marco de referencia de ideas genera ca de determinado grupo social; pero io im-
explicación ultima de las cosas y situarse en lo condicionan al sujeto para la misma, come ícs, de modo que un amplio campo de la expe- portante es analizar cómo se da ese influjo dr.,
realmente real. No hace falta decir que estas ocurre con todo sistema cultural. Es sabido riencia intelectual, emocional y moral pueda ia religión sobre la vida secular y, por eso.
cuatro perspectivas no son contradictorias, si- que el ser humano satisface sus necesidades ser conformado de forma significativa.El cris- Geertz juzga que las ciencias humanas deber
no complementarias, de modo que todo hecho por medio de su pero al mismo tiem- tiano ve el nazismo sobre el trasfondo del pe- desarrollar un análisis teórico de la acció11
social puede explicarse por cada una de ellas. po queda condicionado para que no puede sa- cado original, que, aunque no lo explica en el simbólica, similar al que ya tienen para la ac
Por ejemplo, frente a un accidente automovi- tisfacerlas, o al menos le resulte más difícil, de sentido causal, lo sitúa dentro de un sentido ción social o psicológica (1965:216).
lístico, el hombre del sentido común dirá que cognitivo, moral y aun afectivo... Una síntesis En tercer lugar, ia perspectiva .~''"''vº"
otra manera. Esto explica dos hechos impor-
de orden cósmico, un conjunto de creenciasre-
el conductor iba a excesiva velocidad o que se tantes. acepta por la autoridad y se conserva por el ri-
ligiosas son también un comentario sobre el
quedó dormido; el científico acudirá a las leyes El primero es que, cuando una persona to. En efecto, la autoridad que entraña la hie-
mundo secular de las relaciones socialesy aun
de la mecánica, de la física, de la química y aun tiene determinada perspectiva religiosa, la ca- de los sucesos sicológicos, al hacer a unas y rofanía, que varía de acuerdo al tipo de reli-
de las ciencias sociales que teorizan sobre los tólica o la budista, está convencido de ella con otros comprensibles. gión (tribal, carismática, escriturística, sacer-
hábitos de conductores y peatones; el artista una certeza subjetiva y no suele cuestionarla Pero tales creencias, más que un comentario, dotal...), es lo que explica la aceptación de la fe
puede descubrir una extraña belleza en el mo- (lo que explica que, aun en épocas de mucha son un modelo de acción. Ellas no sólo ínter- por el creyente, que no cree lo que conoce, si-
318 / Manuel Marzal Antropología cultural/ 319

no más bien conoce lo que cree. Por otra par- dramas plásticos los hombres tocan su fe, en la do del dolor intenso e interminable, la irracio- l. Estudio antropológico (IX:220-226). Sólo
te, la perspectiva religiosa aceptada se conser- medida en la que aquellos la retratan nalidad enigmática de las injusticias graves, quiero añadir que, si el nuevo enfoque de la re-
va o mantiene por los ritos. Dice Geertz: (1965:214). Y no se debe confundir la vivencia suscitan en nosotros la incómoda sospecha ligión como cultura, subraya acertadamente el
ritual de la fe, que sólo puede darse en el rito, que quizás el mundo y, por tanto, también la
sentido de la vida que la religión proporciona
A través del ritual (es decir, de la conducta con- vida del hombre en el mundo carecen de ver-
con la consecuencia de la fe, que se manifiesta al creyente, al convertir el caos en cosmos,
sagrada) es como se genera, de algún modo, la dadero orden, de regularidad empírica, de for-
sobre todo en el comportamiento ético exigi- Geertz no expone suficientemente los estados
convicción de que las concepciones religiosas ma emocional y de coherencia moral. La res-
do por la fe. puesta religiosa a esta sospecha viene a ser de ánimo y las motivaciones propias de la pers-
son verídicas y las directrices religiosas son só-
Y en cuarto lugar, la perspectiva religiosa siempre la misma: la formulación, mediante pectiva religiosa, y así no hay o, al menos yo no
lidas. En la actividad ritual, aunque ésta no sea
apenas más que la recitación de un mito, la se aplica al problema del sentido de la vida. símbolos, de una imagen en la que el orden del conozco, estudios empíricos que hayan segui-
consulta de un oráculo o la decoración de una Aunque la antropología estructural-funciona- mundo adquiere tales perfiles de autenticidad, do esta línea de investigación.
tumba, es donde los estados de ánimo y las lista ha estudiado, sobre todo, las funciones so- que es capaz de explicar y hasta celebrar las
motivaciones que los símbolos sagrados indu- ciales de la religión, es indudable que ésta sir- ambigüedades innegables, los enigmas y hasta 3. MARVIN HARRIS (1927-)
cen en el hombre y las concepciones globales ve también para ubicar al hombre en el uni- las paradojas de la experiencia humana
del sentido de la existencia humana, se encuen- verso, respondiendo a las preguntas sobre su ( 1965:211). Norteamericano, estudia en la Universi-
tran y refuerzan mutuamente. En la actividad origen, sobre su fin y sobre su relación con to- dad de Columbia, donde obtiene su licencia-
ritual el mundo que vivimos y el mundo que das las demás realidades. Geertz analiza espe- Así el hombre religioso explica el caos tura en letras en 1949 y su doctorado en antro-
imaginamos se fusionan bajo un singular jue- existencial de lo que no entiende, no soporta o pología en 1953. Comienza su docencia en
cialmente cómo el ser humano aplica la pers-
go de formas simbólicas, vienen a ser el mismo cree injusto por medio de la perspectiva reli- 1951 en la misma universidad y, después de
pectiva religiosa para convertir en cosmos el
mundo ... giosa; pero es posible, sobre todo en socieda-
caos que le amenaza cada día, es decir, todo treinta años en su alma mater, decide, ante la
Cualquiera que sea el papel que la intervención des tradicionales con una perspectiva científi-
aquello que no entiende, no soporta o consi- extrañeza ele no pocos, trasladarse a la Univer-
divina pueda o no pueda jugar en la formación
dera injusto. Al analizar la explicación religio- ca poco desarrollada, que se explique religio-. sidad de Florida. Según Bohannan y Glazer
de la fe (y no es asunto del científico social pro-
sa de lo que no se entiende, Geertz recuerda el samente también el caos social, que se debe no (1993), Harris:
nunciarse en esta materia a favor o en contra),
es en el contexto de estos actos concretos de clásico estudio de la brujería entre los azande, tanto a los límites de la condición humana co-
conducta religiosa, donde emerge en el plano donde estos habitantes del Africa central expli- mo a la mala organización del sistema socio- tiene, en el mejor sentido de la palabra, una
humano, primariamente al menos, la convic- can que un árbol se caiga sobre una persona y político. mente unidireccional. Ha seguido un camino
ción religiosa (1965:213). Como siempre, concluyo mi presentación lógico que, realmente, ha ido desarrollando;
la mete por razones de brujería, sin negar por
con un juicio crítico de la obra de Geertz, aun- casi lo ha creado, ya que sus raíces se remontan
ello las causas «naturales», como las de que ci a muchos científicos sociales, como Karl Marx,
En el último párrafo Geertz se ubica clara- árbol estaba apolillado y que el hombre se lrn- que ya adelanté la opinión de Bohannan y Gla-
del siglo XIX, y al antropólogo del siglo XX, Jt,-
mente en el terreno de una ciencia positiva, bía sentado debajo porque estaba cansado. zer. Un primer mérito de Geertz es su capaci-
lian Steward, finalmente la idea se conoció co
que no puede decir nada de la dimensión so- analizar la explicación religiosa ele lo que no se dad de cuestionar los enfoques teóricos y me-
mo «materialismo cultural,,. Ei próximo trab,,-
brenatural de la fe; para el científico social lo soporta, Geertz sostiene que, para la todológicos de la antropología cultural, gra-
jo de campo de llarris en Brasil y en el Afric;1
importante es que la fe se conserva por el rito, de las religiones, la vida es dura y así puede de- cias a su sentido crítico, su agudeza analítica y de habla portuguesa se desarrolló a partir de
como ocurre con cualquier otra relación per- cirse que el sufrimiento, como problema reli- su recurso a su propio material empírico. Un esa idea. Ha formado a varias de
sonal o social, por ejemplo, la amistad, que no gioso, no es cómo evitarlo, sino cómo sopor- segundo mérito es la construcción del nuevo estudiantes en sus comienzos ( 1993:391 ),
puede conservarse a la larga, si no se actualiza tarlo. Finalmente, Geertz, al analizar la paradigma de la antropología interpretativa,
periódicamente con actos o gestos de amistad. cación religiosa del mal, afirma que el por provisional y precario que, a menudo, Es un autor muy prolífico, que ha escrito
Por eso, los ritos no son sólo modelos de lo que rna del mal o en torno al mal: Geertz lo considera. Y un tercer mérito es su obras sobre sus investigaciones de campo, co-
se cree, como la recitación del credo para un enfoque simbólico en el estudio de la religión, mo Town and Country in Brasil (1956), y, so-
católico, sino también modelos para creerlo, pertenece esencialmente al mismo orden que que completa y profundiza los enfoques evo- bre todo, obras de reflexión teórica y libros de
pues las ceremonias religiosas son para quie- el problema de lo que no se entiende y de lo lucionista y estructural-funcionalista. Una sín- texto. Entre éstas merecen reseñarse El desa-
nes las realizan, interpretaciones, materializa- que no se soporta. La extraña opacidad de cier tesis de los diferentes enfoques la hace Geertz rrollo de la teoría antropológica. Una historia de
ciones o realizaciones de la religión... En esos tos acontecimientos empíricos, el ciego absur- en su artículo del Diccionario de Sills, Religión. las teorías de la cultura ( 1968) (Madrid, 1978,
320 / Manuel Marzal Antropología cultural/ 321

Siglo XXI), un manual extenso, bien informa- sido el primero en acuñar el término materia- tegia definida. Se trata de la alternativa que de- las causas materiales de los fenómenos socio-
do y crítico de historia de la antropología, des- lismo cultural, aunque no haya sido creador de nomino «estrategia del eclecticismo» culturales difieren de las que, en rigor, corres-
de su óptica de materialista cultural, El mate- ese paradigma que es seguido, en su opinión, (1982:12)11. Sin embargo, Harris confiesa ponden a los determinismos de índole orgáni-
rialismo cultural (1979), (Madrid, 1982, Alian- por muchos antropólogos americanos moder- después que el materialismo cultural no es un ca e inorgánica. Así, nuestra estrategia es con-
za), donde hace la exposición más sistemática nos 10. Once años después, en 1979 Harris de- paradigma más, sino que tiene la ambiciosa ta- traria a los materialismos reduccionistas de
de dicho paradigma, e Introducción a la antro- dica al mismo tema todo un libro, en el que rea de crear una ciencia panhumana de la so- corte biológico, tales como las explicaciones
pología general (1980) (Madrid, 1981, Alian- baso mi exposición. Harris habla de estrategias ciedad, cuyos hallazgos sean aceptables, tanto raciales, sociobiológicas o etnológicas de las di-
za). Además ha escrito otras obras de tópicos de investigación, cuyo objetivo es explicar los desde un punto de vista lógico como fáctico, pa- ferencias y semejanzas culturales. Además, el
diversos, en las que combina la misma pers- ra la comunidad panhumana, si bien las ten- término «cultural» expresa con mayor exacti-
hechos culturales por medio de teorías, y las
pectiva materialista, una gran erudición y un tud que otros -como «histórico» o «sociológi-
define como el conjunto explícito de directrices dencias nacionales, étnicas y de clase vigentes
co,,- el hecho de que los fenómenos que trata-
lenguaje vivo. Entre éstas debo reseñar Pat- relativas al estatuto epistemológico de las varia- que pretenden subordinar la ciencia a la polí-
mos de explicar son humanos, tanto sincróni-
terns of R.ace in the Americas (l 964a), traduci- bles a estudiar, las clases de principios o leyes que tica han ensombrecido dicha tarea como nun-
cos como diacrónicos, tanto prehistóricos co-
da como Raza y trabajo en América. El desarro- probablemente manifiestan tales variables y el ca desde el siglo XVIII (1982: 15). A continua-
mo históricos. Pone, asimismo, de relieve que
llo histórico en función de la explotación de la creciente corpus de teorías interrelacionadas a la ción Harris expone la razón y el origen de los la estrategia en cuestión es un producto carac-
mano de obra (Buenos Aires, 1973, Siglo XX), que la estrategia ha dado lugar hasta el presente dos términos del materialismo cultural. terístico de la antropología y de sus disciplinas
The Nature of Cultural Thíngs (l 964b ), Vacas, (1982:42). La tesis del libro aparece ya en la El término «materialismo» es una deuda afines; que se trata de una síntesis que persigue
cerdos, guerras y brujas. Los enigmas de la cul- primera página del prefacio y es la siguiente; con Marx, para quien la producción de los me- la superación de las fronteras disciplinarias, ét-
tura (1974) (Madrid, 1980,Alianza), Caníbales dios materiales de subsistencia forma la base a nicas y nacionales ( 1982:14).
y reyes. Los orígenes de las culturas ( 1977) (Ma- El materialismo cultural es la estrategia que ha partir de la cual se han desarrollado las institu-
drid, 1987, Alianza), y America Now. The Anth- resultado ser más eficaz en mi intento de com- ciones políticas, las concepciones jurídicas, las En resumen, el nuevo paradigma es mate-
ropology of a Changing Culture ( 1981), tradu- prender las causas de las diferencia y semejan- ideas artísticas e incluso las ideas religiosas de rialista, porque la explicación última de los
cida como La cultura norteamericana contem- zas entre sociedades y culturas. los hombres y con arreglo a la cual deben expli- cambios de la conducta humana está en la
Se basa en la sencilla premisa que la vida hu-
poránea. Una visión antropológica (Madrid, carse (1982:13). Pero, no debe nada a Hegel y producción de los medios materiales para vi-
mana es una reacción frente a los problemas
1984, Alianza). Como se ve, la mayoría de sus prácticos de la vida terrenal. Confío en poder menos Lenin, con quien el rabo dialéctico aca- vir, y cultural, porque tal conducta y sus cam-
obras se tradujeron al castellano, lo cual, como demostrar en esta obra que eí materialismo bó por menear al perro materialista. El marxis- bios se explican, no por la raza, la sociobiolo-
es sabido, no siempre es fruto de su intrínseca cultural conduce a mejores teorías sobre los fe- mo-leninismo vino a representar el triunfo de la gía o la etnología el sentido de
calidad, pues puede deberse a otros factores, nómenos socioculturales que cualquiera de las dialéctica sobre los aspectos obietivos del mate- sino por la cultura en sentido
corno a ciertas modas o a determinados inte- estrategias rivales de que disponemos en b ac rialismo científico de Marx (1982: 14). Es una con cierto sabor a social. Un pun-
tualiclacL No afirmo que se trate de una estra-
reses de los editores. Paso a exponer el rnaym deuda también con David Hume y el empiris- to es la distinción entre étic y énllc,
tegia sino única exclusivamente que
aporte de Harris. es más eficaz que las alternativas existentes mo inglés, que llega basta Tylor, Morgan y tomada de la lingüísiica; c:11 ésta la fonctí,:c
(1982:l 1). Boas, padres de la antropología académica. describe los sonidos deí babia, que
El materialismo cultural Aunque tal materialismo no sea dialéctico y así los órganos vocales del ser humano y que pue-
Corno se ve, Harris presenta su posición es un ruptura con el pensamiento marxista den tener valor universal porque dichos orga-
Como ya se vio, I-Iarris hizo sus trabajos con modestia, pues habla de su propia expe- (no con el marxiano ), se interesa por la inte- nos son iguales, mientras que la fonémica or-
de campo con este paradigma teórico y puede riencia (más eficaz en mi intento), de una cs- racción entre el pensamiento y conducta, por los dena dichos sonidos, de acuerdo a combina
decirse que todas sus obras están orientadas más, y de una estrategia que no es per- conflictos tanto como por las armonías, por las ciones de sonido y diferencias, que son exclu-
por el mismo. En 1968 en El desarrollo de la fecta, aunque él espera demostrar que es la que continuidades y las discontinuidades, los cam- sivas de cada lengua. Para Harris, el enfoque
teoría antropológica dedica al materialismo mejor explica los datos. Además, reconoce bios revolucionarios y graduales, la adaptación y émic es propio de las estrategias de la antropo-
cultural los dos capítulos finales, en los que es- que, aunque muchos antropólogos la mane- la inadaptación, la función y la disfunción logía que se basan en la visión de la cultura
tudia a White, Childe, Steward, Wittfogel y jan, la mayoría se inclina por otra de las alter- (1982: 14). Por su parte, el término «cultural» que tienen los miembros de ella y debe ser in-
Sahlins, en su doble versión de la evolución ge- nativas disponibles. La más popular es la que se debe a que: terpretada por la metodología propia de esas
neral y de la ecología cultural, y confiesa haber niega la necesidad misma de adoptar una estra-
322 I Manuel Marzal
Antropología cultural / 323

estrategias, y el enfoque étic es exterior a los los requisitos mínimos de subsistencia. Debe la religión, etc. Harris toma como punto de explican tanto las semejanzas como las dife-
portadores, objetivo y universal. existir, por consiguiente, un modo de produc- partida una afirmación de Marx en 1859: El rencias, lo cual hace más útil la estrategia usa-
El libro está bien estructurado, pues en los ción conductual étic. En segundo lugar, deben
modo de producción de la vida material deter- da. Y tercero, porque las pautas de producción
cuatro capítulos de la primera parte expone el hacer-frente, conductualmente, al problema de
mina el carácter general de los procesos de la vi- y de reproducción, al contrario de lo que ocu-
la reproducción; evitar aumentos o decremen-
materialismo cultural como estrategia de in- da social, política y espiritual. No es la concien- rre con las ideas, no se pueden hacer aparecer
tos que puedan destruir los efectivos demográ-
vestigación, y en los siete de la segunda, critica cia de los hombres la que determina su ser, sino, sin romper el equilibrio, por estar insertas en
ficos. Así, pues, debe existir un modo de repro-
las otras siete estrategias: la biología evolucio- ducción conductual étic. En tercer lugar, deben al contrario, es su ser social lo que determina su la naturaleza. Así formula de nuevo las venta-
nista darwiniana y neodarwiniana, el materia- satisfacer la necesidad de mantener relaciones conciencia (1982: 71). Pero piensa que lamo- jas de su estrategia, aunque confiesa que ésta
lismo dialéctico de Engels y Lenin, el estructu- conductuales seguras y ordenadas entre sus derna antropología debe hacer tres reformula- no le permite conocer la verdadera realidad
ralismo de Lévi-Strauss, el marxismo estruc- grupos constitutivos y otras sociedades. Para ciones a Marx, que se refieren a las ambigüe- del hecho social:
tural de Godelier y de Sahlins, el idealismo de los materialistas culturales, guiados por consi- dades del «modo de producción», la ausencia Parece razonable buscar los comienzos de
la Escuela de cultura y personalidad y de la an- deraciones de índole práctica y terrenal, la del «modo de reproducción» y las distinciones las cadenas causales que afectan a la evolución
tropología cognitiva (Ward Goodenough), el amenaza de desorden proviene sobre todo de émic-étic y mental-conductual. Su reformula- sociocultural en el complejo de actividades ca-
eclecticismo de Boas y algunos seguidores, co- los procesos económicos, que distribuyen el ción de Marx es la siguiente: porales consumidoras de energía que inciden
mo Foster o Lewis, y, finalmente, el oscurantis- trabajo y sus productos materiales entre los in-
entre el tamaño de cada población humana, la
dividuos y los grupos. Por ello, según radique Los modos de producción y de reproducción
mo, que es la estrategia que pretende, según cantidad de energía dedicada a la producción
el foco organizativo en los grupos domésticos conductuales étic determinan probabilística-
Harris, desbaratar la posibilidad de lograr una y la provisión de recursos necesarios para el
o en las relaciones externas de la sociedad glo- mente la economía doméstica y política con-
ciencia de la vida social humana, negando la sostenimiento de la vida. Los materialistas cul-
bal, vale inferir la existencia universal de eco- ductuales étic, que a su vez determinan las su-
aplicabilidad de los principios de investigación nomías domésticas y economías políticas con- turales sostienen que este equilibrio es tan vi-
perestructuras conductual y mental émic. Para
científicos al estudio de los fenómenos sociocul- ductuales étic. Finalmente, dado la prominen- tal para la supervivencia y bienestar de los in-
abreviar, podemos calificar a este principio de
turales (1982:343), donde sitúa varios autores cia de los actos lingüísticos humanos y la im- dividuos y grupos que lo disfrutan, que todas
determinismo infraestructura!.
y corrientes, incluso la fenomenología de Don portancia de los procesos simbólicos para la La significación estratégica de este principio las actividades y pensamientos culturalmente
Juan, el chamán yaqui informante de Carlos psique humana, se puede deducir la presencia radica en que proporciona un conjunto de estructurados que éstos realizan probable-
Castaneda 12. universal de un comportamiento cuyos resul- prioridades para la formulación y contratación mente se hallan determinados directa o indi-
No puedo recoger todo el contenido de es- tados son serviciosrecreativos,deportivos y es- de teorías e hipótesis sobre las causas de los fe- rectamente por su carácter específico. Ahora
ta obra y me limito a los principios teóricos téticos de tipo étic. Superestructura conceptual nómenos sociales.Los materialistas culturales bien, esta afirmación no es producto de la con-
del materialismo cultural del capítulo 3. Tales constituye una etiqueta adecuada para este sec- otorgan la máxima prioridad al esfuerzo de vicción última de que sabemos cómo es ei
tor étic de implantación universal ( 1982:67- mundo en realidad; la proponemos con el úni-
principios tratan el problema de comprender la formular y contrastar teorías en las que los fac-
68 ). tores causales primarios son las variables in-
relación entre las partes de los sistemas sociocul- co fin de formular las mejores teorías posibles
turales y la evolución de tales relaciones, partes y fraestructurales (1982:72 ). acerca de cómo es probablemente d munnc
El contenido de ias cuatro categorías es ;-:1
sistemas ( 1979:63). Harris critica el patrón uni- (!982:74-75).
siguiente: l) la infra-estructura conduáua/ étic En su reformulación Harris, en primer lu-
versal de Wissler y las categorías de Murdock y En segundo lugar, Harris analiza la rela-
abarca los modos de producción ( ecosistemas, gar, pregunta por qué dar a la in-
Parsons 13 en el análisis de los sistemas socia- ción entre pensamiento y conducta, pues, pano.
tecnología, y de reproducción fraestructura. Responde, primero, porque ésta
les y presenta las del materialismo cultural que muchos, ésta está regida por aquél. Pero, vuei-
fía, crianza de los niños, etc.); 2) la estructura es la frontera donde se produce la interacción de
se fundamenta en: ve a afirmar la primacía de la inji-aestructur{!
conductual étic, la economía doméstica ( es- las restricciones ecológicas, químicas y físicas a conductual sobre la superestructura émic y ínen-
tructura familiar, y la eco- que está sujeta la acción humana con las princi-
las constantes biológicas y psicológicas de la tal, no por el modo cómo surgen los inventos,
nomía política (organización, división del tra- pales prácticas socioculturales destinadas a in-
naturaleza humana y en la distinción entre sino por el modo cómo llegan a cobrar exis-
pensamiento y conducta, así como entre las vi- bajo, clases, etc.); tentar superar o modificar dichas restricciones tencia social; recuerda que ciertos inventos,
siones émic y étic. En primer lugar, las socieda- 3) la super-estructura conductual étic, el ar- ( 1982:73). Segundo, porque, como las restric- como la turbina de vapor por Herón de Ale-
des deben hacer frente a los problemas de la te, la danza, los rituales, etc., y 4) la super-es- ciones son siempre variables cuya influencia es jandría en el siglo IlI o el helicóptero por Leo-
producción, o sea, satisfacer conductualmentc tructura mental y émic, los símbolos, los mitos, mensurable, se pueden construir teorías que nardo da Vinci en el XVI, no pudieron hacerse
324-/ Manuel Marzal Antropología cultural/ 325

realidad por falta de los medios materiales ne- nivel bio-psicológico, no esposible explicar cómo marxismo es considerar la producción de niños la cooperación y/o minimizan los costos del
cesarios. Más aún, para Harris, la intuición de media la infraestructura entre cultura y natura- como parte de la infraestructura (1982:82). Pa- mantenimiento del orden. Al fin Harris formu-
que el pensamiento determina la conducta bro- leza. Luego enumera sólo cuatro de los princi- ra Harris, Marx no aceptó la tesis de Malthus la su tesis materialista cultural de la determi-
ta de la limitada perspectiva temporal y cultural pios según los cuales las personas toman sus sobre el papel decisivo de la demografía en el nación de la estructura y la superestructura
de la experiencia ordinaria, que le trae a la decisiones: la necesidad de comer, de estar ac- modo de producción, porque éste sostenía que por la infraestructura conductual étic en los
mente la conocida expresión de Freud, la «om- tivos, de tener vida sexual y de rodearse de ningún cambio en la economía política sería sistemas:
nipotencia de las ideas», que Harris juzga un amor y afecto, recordando que: capaz de eliminar la pobreza. Sin embargo,
Harris cree que no es necesaria suscribir la reac- Aunque sostengo que es elevada la probabili-
infantilismo intelectual que deshonra nuestra
Nada hay en la enumeración de principios bio- cionaria ini-erpretación de la historia que nos dad que ciertos géneros de cambios en los mo-
capacidad específica de la especie (1982;76). dos de producción y reproducción logran alte-
En tercer lugar, Harris analiza la relación psicológicos que indique que una selección propone 1\lfalthuspara reconocer la importancia
que actúe a través de las preferencias de los in- rar el sistema, también sostengo que el inicio
entre las opciones tomadas por los individuos del modo de reproducción en la determinación
dividuos vaya a contribuir a la larga a maximi- de los cambios simultáneos y funcionalmente
y las respuestas culturales colectivas y dice que del curso de la evolución sociocultural (1982: relacionados en los tres sectores incrementará
zar los resultados previstos. Por el contrarío, la 87).
la evolución cultural ha tenido lugar a través la probabilidad de la transformación sistémica.
selección de rasgos maximizadores suelen de- En sexto lugar, Harris analiza el papel atri-
de cambios oportunistas que inc,-ementan los De hecho, sería irracional afirmar que la lucha
sembocar en agotamientos ecológicos. Así, el
beneficios y disminuyen los costos para los indi- buido por el materialismo cultural a la estruc- política o ideológica no puede aumentar o dis-
intento repetido de aumentar el consumo de minuir la probabilidad de la transformación
viduos. Más aún, piensa que los héroes y los tura y la superestructura en las determinacio-
proteínas muchas veces acaba disminuyéndo- sistémica. Pero la cuestión crucial que separa al
santos, aunque se sacrifican por el «bien» de nes causales. Parte de que, cuando hay un
lo; la adopción de mecanismos destinados a materialismo cultural de sus rivales es ésta: ¿En
los demás, la aceptación del sacrificio por éstos cambio en uno de los tres niveles (infra-es-
ahorrar trabajo no consigue sino que la gente qué medida pueden las ideologías y los movi-
depende de la balanza de costos y beneficios in- trabaje más ... Estas paradojas no invalidan la tructura, estructura y super-estructura), éste
mientos políticos propagar y amplificar cam-
dividuales. Con todo, tal cosa no significa que lista de universales, ni falseanlos principios del repercute en los otros dos, cosa que también
bios fundamentales cuando se les oponen los
sea posible predecir la dirección del cambio cul- materialismo cultural; sencillamente, revelan dicen los funcionalistas, aunque hablen más
modos de producción y reproducción? Para el
tural a corto plazo evaluando lo que constituye los enigmas que el materialismo cultural se de interdependencias entre las «células» y «ór- materialismo cultural, la propagación y ampli-
el mayor bien para el mayor número de perso- propone resolver de un modo más efectivo que ganos» del «cuerpo social». Pero Harris distin- ficación de innovaciones funcionalmente in-
nas, y Harris reconoce que muchas costum- las estrategias rivales (1982:80). gue las interdependencias que mantienen al compatibles con los modos de producción y
bres muy aceptadas, desde el punto de vista bio- sistema de las que lo cambian. Un ejemplo de reproducción existentes es poco probable, me-
sicológico, mucho más a unos miem- En quinto lugar, Harris, después de aludir las primeras es la «revolución cultural» juvenil nos, desde luego, que la situación inversa: esto
a diversas interpretaciones que se han dado al de Estados Unidos a mediados de los sesenta, es, cuando existe una resistencia inicial e11 el
bros de la sociedad que a otros. Por la
modo de producción y a las relaciones de pro- que Lomó forma de «contracultura» y difun- plano político-ideológico pero ntl en los mo
endogamia de casta, que muchas castas infe-
ducción de Marx, analiza cómo los interpretes dió nuevas formas de cantar, vestir, rezar y dos de producción o reproducción. Esto es lo
riores de la India siguen defendiendo, contra que los materialistas culiuralcs quieren dccn
un posible cuestionamiento del sistema que el materialismo Cultural. Este traslada aspecros pensar, sin producir cambio alguno en la es-
cuando afinnan que, a la larga y ~e ci n1ayo;·
sería beneficioso para ellas, porque el liberarse clave de Lo que muchos marxistas denominan tructura e infraestructura del capitalismo nor-
número de casos, la infraestructura conductuai
de los privilegios acumulados de las castas supe- «relaciones de producción» del ámbito de la in- teamericano. Luego Harris añade que la prio- étic determina el carácter de ia estructura y
riores sobrepasa su capacidad práctica fraestructura al de la estructura o superestructu- ridad causal de la infraestructura para generar la superestructura ( 1982:90).
(1982:77-78). ra. Por ejemplo, las pautas de intercambio co- cambios en el sistema es mayor estadística-
En cuarto lugar, Harris presenta las cons- mo la reciprocidad no están en la infraestruc- mente que la de la estructura y superestructu- Para aclarar su tesis, Harris pone un case
tantes bio-psicológicas de la especie humana. tura, sino, por una parte, en los elementos es- ra, lo cual no quiere decir que éstas no tengan de Estados Unidos sobre el modo de
Aunque las semejanzas en la conducta cultural tructurales étic (economía doméstica y políti- importancia y sean meros epifenómenos de la ción (infraestructura), la organización domés-
no se deban a la naturaleza o al «biograma» ge- ca) y, por otra, en la superestructura émic y primera, puesto que ¡os procesos productivos y tica (estructura) e ideología sobre los naci-
nético imaginario, que defienden ciertos socio- mental, pues Harris juzga que se pueden prede- reproductivos dependen funcionalmente de la mientos. Cuando la mayoría de los norteame-
biólogos, cuanto a los procesos evolutivos socio- cir las pautas de intercambio CTpartir de un con- organización política y doméstica étic, al mismo ricanos vivían en granjas agrícolas de frontera,
culturales, Harris sostiene que sin postular la junto de variables mcís básicas (1982:81 ). Otra tiempo que la dimensión étic depende de ad- las mujeres eran parte de la mano de obra no
existencia de principios selectivos que operan a divergencia entre el materialismo cultural y el hesiones ideológicas a valoresy fines que realzan remunerada en familias muy numerosas;
326 I Manuel Marzal
Antropología cultural/ 327

cuando se extendió el proceso de urbaniza- 4. MARSHALL D. SAHLINS (1930-) 1985), un tercer aporte, que no voy a desarro- cultural. La evolución general se centra en los
ción, las mujeres accedieron al mercado de llar por motivos de brevedad, sino a indicar modos en que el progreso de una sociedad es-
trabajo en igualdad con los hombres y dismi- Nace en Chicago y es considerado, junto someramente, que es el replanteamiento de la pecífica nos permite considerar la sociedad
nuyó el número de hijos, cuyo costo de pro- con Clifford Geertz, uno de los más célebres antropología cultural con una crítica de viejos más avanzada y, por tanto, en un nivel más al-
ducción no parecía compensado por las venta- antropólogos actuales de Estados Unidos. Es- y nuevos temas y donde hay un acercamiento to de la evolución cultural (1993:370).
jas que se obtenían de los mismos. Aunque en tudia en la Universidad de Michigan (Ann Ar- entre Sahlins y Geertz.
esta «liberalización» de la mujer como esclava bor) con White, donde obtiene en 1952 la En esta larga cita parece claro que Sahlins,
del hogar influyó sin duda la lucha ideológica, maestría en letras, y en la de Columbia, donde 1.1 Evolución cultural especifica y general en su libro Evolution and Culture (1960), del
para Harris no es pensable que una lucha de obtiene el doctorado en antropología en 1954. que es coautor Elman Service, habla de la evo-
sentido contrario para restaurar la condición Hace un primer trabajo de campo en Turquía Siguiendo la línea trazada en el capítulo VI lución biológica y cultural, donde puede dis-
laboral del siglo XIX tuviera éxito por el cam - y luego otros más sistemáticos en distintas de esta libro, Sahlins suele ser considerado tinfuirse un aspecto específico y otro gene-
bio de la infraestructura urbana e industrial. épocas en las Islas Fidji, Nueva Guinea y Ha- neoevolucionista por sus trabajos sobre evolu- ral 6. Sólo voy a hablar de la evolución cultu-
Sin embargo, Harris no dice que las metas se wai, especializándose en temas de Oceanía. ción cultural específica y universal, aunque sus ral y de la importante distinción entre evolu-
alcancen con absoluta independencia que las Inicia su docencia en la Universidad de Co- intereses son mucho más amplios, como lo re- ción específica y general. Sahlins explica la pri-
gentes luchen conscientemente por alcanzarlas, lumbia y la continúa en la de Michigan entre fleja la amplia temática de sus obras. Según mera por las modificaciones a que lleva el pro-
puesto que está seguro que tal lucha posee la 1956 y 1974, cuando pasa a la de Chicago, Bohannan y Glazer, a Sahlins: ceso de adaptación y afirma que, cuando el an-
f acuitad de sostener, acelerar, desacelerar y des- donde está aún. Es uno de los pocos antropó- tropólogo:
no le gusta que a su obra se la llame «neoevo-
viar la dirección y el ritmo de los procesos de logos norteamericanos que pasó períodos de
lucionismo». Dice que no hay nada de «neo» examina los logros etnográficos y arqueológi-
transformación nacido en el seno de la infraes- estudio con Lévi-Strauss.
en ella. Más bien, el concepto de evolución cos de su disciplina, se enfrenta a la variedad.
tructura (1982:91). Sus libros principales son: 1958 Social unilineal relaciona las etapas de la cultura des- Hay miríadas de tipos culturales, es decir, de la
Para terminar, un breve juicio sobre el ma- Stratification in Polinesia, que fue su tesis doc- de un punto de vista general. Sabemos que to- cultura característica de un grupo étnico o una
terialismo cultural de Harris. Aunque éste pre- toral, 1960 Evolution and Culture, de la que es das las sociedades no atraviesan las mismas región, y una variedad de culturas propias in-
tende hacer del mismo nada menos que una coautor Elman R. ServicelS, 1962 Maola. Cul- etapas, lo cual pone en duda la teoría de la evo- cluso mayor, de la organización cultural de so-
ciencia panhumana de la sociedad, cuyos ha- ture and Nature on a Fijian Island, 1968 Tribes- lución unilincal. Pero, en el caso de la evolu- ciedades cohesivas dadas. ¿Cómo ha sucedido
llazgos sean aceptables, tanto desde el punto de men. A Study of Segmentary Society, traducida ción universal, la relación entre culturas exis- esto? En una palabra, a través de la modifica-
vista lógico como práctico, por la comunidad como Las sociedades tribales (Barcelona, 1972, tentes (con una «s») y etapas evolutivas sigue ción de la adaptación: la cultura se ha diversi-
lo cual sería una meta digna y de- Labor), 1972 Economía de la Edad de Piedra siendo incierta. Las hipótesis de Sahlins sobre ficado como ha llenado la variedad ele oportu-
seable, si se probara, sin embargo presenta (Madrid, 1977, Akal), l 976a Cult11ru y razó11 la evolución específicay general se dirigen a es- nidades para la existencia humana
te aspecto de la teoría evolutiva. por la tierra. Este es e! aspecto especír:co de ·
unas conclusiones mucho más modestas. práctica. Contm el utilitarismo en ia teorín m1-
Sahlins, la evolución cultural y biológi- evolución cultural ( 1993:377).
pues, al hablar de la determinación de la in- tropológica (Barcelona, 1988, Gedisa), l 976b
ca se mueve en dos direcciones a la vez. La evo-
fraestructura conductual étic sobre la superes- Uso y abuso de la biología. U¡¡acrítica antropo-
lución crea diversidad y progreso. La diversi- Al explicar el desarrollo filogené,ico de 1,:
tructura y la estructura, añade que es a la lar- lógica de la sociobiología (Madrid, 1990, Siglo dad en la evolución se refiere a los cambios de cultura, Sahlins dice que éste consiste en la
ga y en la mayoría de los casos. Por más que las 1981 Historical Metaphors and lVIythical adaptación que desarrollan nuevas formas a de los rernrsos de la naturalczn y c11
condiciones materiales influyan en la conduc- Realities, y 1985 Islas de Historia. La muerte dei partir de las viejas, mientras, por otra parte, el hacer frente a la influencia cultural cxtern~, ic
ta de muchas sociedades y personas y así el capitán Cook. Metáfora, antropología e lzistorir. progreso se refiere al hecho de que la evolución
cual se logra por medio del invento v de la di-
materialismo cultural como estrategia de in- 1988, Gedisa). En estos libros se crea formas más complejas. La evolución gene-
fusión o acult-uración. Además, los n,uevos ras-
vestigación, tal como la propone Harris, tenga pueden señalar dos ejes temáticos, que juzgo ral es la que proporciona la base para las etapas
evolutivas de la evolución.Sin embargo, la evo- gos culturales que surgen a través de la adapta-
un valor heurístico, no tiene un valor explica- los mayores aportes de Sahlins a la antropolo-
lución específica y la general se consideran, no ción pueden considerarse avances de adapta-
tivo total y corre el riesgo de otras macroteo- gía: evolución cultural específica y general
como hechos diferentes, sino como parte del ción. Luego Sahlins pregunta qué relación hay
rías de abandonar el lugar de teoría empírica (1960) y estudios de antropología económica
proceso evolutivo. La evolución específica se entre estos avances de la evolución específica y
propia de la antropología y convertirse en una sustantivista (1968 y 1972). Pero hay sin duda,
centra en la adaptación de una cultura particu- el progreso, que era la meta o el supuesto del
forma de filosofía de la historia 14. en sus últimas obras (1976a, 1976b, 1981 y
lar a su entorno, en términos de la evolución evolucionismo clásico, para responder:
328 / Manuel Marzal
Antropologíacultural/ 329

Cuando observamos el aspecto específico de la ve muy reforzada por el conocimiento que hay La distinción entre evolución general y especi- senta lo que llama modo de producción fami-
evolución de la cultura somos relativistas cul- una relación genérica entre el subsistema téc- fica es relevante para el debate, y pensamos que liar o doméstico:
turales. Pero esto no justifica la extensión o nico de una cultura y los subsistemas filosófi- lo resuelve. El desarrollo histórico de las for-
distorsión del mandato relativista que dice que cos y sociales, de manera que una cultura pri- mas culturales particulares es evolución espe- Un intercambio de mercancías se presenta co-
el «progreso» es sólo un juicio moral, y que to- mitiva contemporánea con una tecnología da- cífica, la transformación filogenética es a través mo un episodio de una relación social conti-
do «progreso», como toda moralidad, es por da es equivalente, para fines generales, a ciertas de la adaptación. El entorno, tanto natural co- nua. Las condiciones del trueque son impues-
tanto sólo relativo. Los avances de adaptación culturas extinguidas conocidas sólo por los mo superorgánico, es esencial para entender tas por las relaciones de las partes con él. A di-
considerados como tal son relativos. Los pro- restos de una tecnología similar ( 1993:382). tales procesos. La progresión de clases de las ferentes relaciones, diferentes condiciones. Lo
gresos morales serán juzgados como especiali- formas o, en otras palabras, la sucesión de la que en la erudición convencional de la ciencia
zaciones más o menos efectivas. Pero el progre- Pero, al analizar la secuencia de etapas del cultura a través de etapas de progreso total es económica son factores «exógenos» o «antie-
so general también se da en la cultura, y puede orden dado de desarrollo, ¿qué criterios usa evolución general. Este proceso no es ni filoge- conómicos», tales como parentesco y política,
comprobarse absolutamente de manera objeti- Sahlins para clasificar las culturas en superio- nético ni de adaptación; consecuentemente, el
en la realidad tribal son la organización misma
va y no moralista (1993:379). res e inferiores? El analiza tres. El primero es la entorno es «constante» o, mejor dicho, irrele-
del proceso económico. La economía antropo-
vante. Este proceso que Krocber llama «histo-
cantidad de energía (White 1959), pero dice lógica no puede concebirlos como externos,
Así Sahlins pasa a hablar de la evolución ria», Steward, «evolución multilineal» y Mur-
que el progreso general no va a igualarse con el obstaculizadores de «la economía» desde algún
general, que define como la aparición sucesiva dock, «evolución», es el aspecto específico del
rendimiento termodinámico y que se está sobre lugar fuera de ella. Son la economía, elementos
de nuevos niveles de desarrollo total, aunque pa- gran movimiento evolutivo; el proceso que
esenciales del cálculo económico y de todo
un terreno incierto; de todos modos piensa que White llama «evolución» es la evolución gene-
ra él tal proceso no es de suyo históricamente análisis auténtico de él. El caso es de aplicación
si por el momento hay una falta de estimaciones ral. Adoptando la perspectiva del gran movi-
continuo o filogenético, ya que se consiguen ni- general, como Evans-Pritchard dijo de los
disponibles del progreso cultural en términos de miento sugerida aquí, la evolución es por una
veles de posición general en tradiciones cultura- nuer: «No cabe estudiar las relaciones econó-
energía, el intento de medir la posición general parte «historia», pero por otra no; por una par-
les no conectadas (o sólo parcialmente conecta- micas de los nuer en sí mismas, porque forman
no debe abandonarse ( 1993: 283). Los otros dos te incluye acontecimientos particulares, pero
das). Por eso, para Sahlins la meta de la inves- siempre parte de relaciones sociales directas de
por otra los clasifica; por una parte el entorno
criterios son la «integración», que puede me- tipo general» (The Nuer 1940:90) (1972: 119-
tigación evolutiva general es la determinación es relevante, pero por otra debe ser excluido de
dirse por medio de las categorías societas y ci- 120).
y explicación de las sucesivas transformaciones toda consideración ( 1993:388).
de la cultura a través de sus varias etapas de pro- vitas de Margan, que diferencian a sociedades
integradas por el parentesco o por el territorio Este tema lo retoma Sahlins con mayor
greso (1993:380). Esto puede aplicarse a cada 4.2 Estudios de antropología económica sustan-
tivista amplitud en un libro sobre la economía paleo-
uno de los elementos de la cultura, como las y el Estado, y la «adaptabilidad total», pues las
lítica de la caza y la recolección, La economía
instituciones políticas, la economía, el paren- formas culturales superiores tienden a dominar
Como se vio en el un tema de la edad de piedra (1972), que reúne ensayos
tesco o la guerra. No se debe olvidar que aquí y sustituir a las inferiores, y el alcance del domi-
clásico de la antropología económica es la po- en parte publicados a lo largo de diez años.
no se habla de determinada cultura que reco- nio es proporcional al grado de progreso. Des-
lémica entre formalistas y sustantivistas. Sah- libro tiene cinco ensayos: dos sobre la
rre las distintas etapas, sino de la cultura hu- pués Sahlins resume la diferencia entre amba,:
lins se alinea claramente entre los segundos. ción (la sociedad opulenta prímii:iva y el mu-
mana. Para señalar mejor la diferencia entre evoluciones: la general pasa de una trm1sfor1111,
En su obra Las sociedades tribales ( 1968) ofre- do de producción doméstico, en su doble ª"
las dos evoluciones, Sahlins escribe: ción menor de energía a otra mayor, de niveles
ce una buena teoría de las tribus, es decir la he- pecto de la estructura de ia subproducció11
de integración inferiores a superiores, y de i1:
rencia de los neolíticos. Pe- de la intensificación de la producción) y tres
La diferencia fundamental entre evolución es- adaptabilidad total menor a mayo1; por su par-
ro, sobre todo, los pueblos que consideramos sus sobre la distribución y el intercambio (el espí-
pecífica y general es ésta: la primera es una se- te, la específica es el pasaje histórico, filogenético
cuencia histórica y relacionada de formas; la afines en patrón cultural o también las «socie- ritu del don, la sociología del intercambio
y ramificador de la cultura a lo largo de sus mu- mitívo y el valor del intercambio y ia
ultima es una secuencia de etapas ejemplifica- dades segmentarías primitivas" ( 1972:5 ). En los
chas líneas, la modificación de adaptación de cía en el intercambio primitivo). Sahlíns plan-
da por formas de un orden dado de desarrollo. seis capítulos de la obra presenta seis temas: las
culturas particulares (1993:384-385). Sahlins tea en la introducción la situación del debate:
En la clasificación evolutiva general, cualquier tribus en la historia y la antropología, la cultu-
representante de una etapa cultural es inheren- todavía expone ciertas implicaciones de su dis-
ra tribal y su transformación, las adaptaciones
temente tan bueno como cualquier otro, tanto tinción, para presentar una vez más su pensa- El debate formalista-sustantivista, endémico
tribales, las estructuras tribales, la economía
si el representante es contemporáneo y etno- miento y la relación con el de otros antropólo- en la Economía durante más de un siglo, pare-
tribal y la religión tribal. Al exponer la econo-
gráfico o sólo arqueológico. La afirmación se gos, sean o no evolucionistas: ce, sin embargo, carecer de historia, ya que
mía, adopta una postura sustantivista y pre-
aparentemente nada ha cambiado desde que
,,,
330 I Manuel Marzal Antropología cultural I 331

Karl Marx definió los puntos fundamentales tienen más meta que perpetuar la posibilidad que hay dos caminos para llegar a la opulencia: En segundo lugar, Sahlins se refiere a los
en contraposición a Adam Smith ( cf. Althusser de una economía antropológica mediante algu- la economía de mercado, que supone necesi- bosquimanos y a los nativos australianos, que
y otros, 1966, vol. 2). Con todo, su nueva en- nos ejemplos concretos (1983:9-10), dades casi infinitas y medios limitados, pero eran ejemplo clásico de un pueblo cuyos recursos
carnación bajo la forma de la Antropología ha Por esto, en mi presentación del libro, que que pueden aumentar, y otras economías, si- económicos son de lo más escasos, según Hers-
destacado otros aspectos de la discusión. Si en
no tiene conclusiones generalizantes, sino que milares al camino Zen, con necesidades esca- kovits en su Antropología económica (1958 ),
un principio fue la «antropología ingenua» de
deja que sean los ensayos mismos quienes zanjen sas y medios inalterables pero adecuados. El diciendo de ellos que vivían una especie de
la economía, se trata hoy de la «economía inge-
nua» de la antropología. «Formalismo frente a
esta cuestión, en la creencia de que ellos explica- segundo camino es, para Sahlins, la mejor ma- abundancia material (1983:22). Para ello, ana-
sustantivismo» se reduce a la siguiente opción rán mejor las cosas que cualquier forma de com- nera de describir a los cazadores y la que ayuda liza detenidamente los datos de Richard Lec
teórica: entre los modelos prefabricados de la petición teórica ( 1983: 13), me limito al primer a explicar algunas de sus conductas económicas sobre los bosquimanos y los de la American-
Economía ortodoxa, en especial la «microeco- ensayo, que tiene el provocativo título de «La más curiosas: por ejemplo, su «prodigalidad», es Australian Scíentifíc Expedición de 1948 a Arn-
nomía», aceptados como universalmente vali- sociedad opulenta primitiva». Para Sahlins, ca- decir la inclinación a consumir rápidamente to- hem Land, publicados por McCarthy y McArt-
dos y aplicables grosso modo a las sociedades da ensayo muestra que la sociedad paleolítica das las reservas de que disponen como si no du- hur (1960) sobre los nativos australianos; estos
primitivas y la necesidad -suponiendo que la se rige por los principios de la economía sus- daran ni un momento en poder conseguir más datos lanzan un desconcertante si 110 decisivo
posición formalista sea infundada- de desarro- tantivista. Sahlins inicia el tema de su estudio, (1983:14). ataque sobre las atrincheradas posiciones teoré-
llar un nuevo análisis más apropiado para las subrayando la sombría visión que sobre !a eco- ticas (1983:37) de los formalistas convenciona-
Sa!,Jins prueba su tesis, en primer lugar,
sociedades históricas en cuestión y para la his- les, tesis que Sahlins confirma con otros mu-
nomía del paleolítico tienen los economistas: señalando las fuentes del error de la visión pe-
toria de la Antropología. En términos genera-
simista sobre la caza y la recolección y adu- chos estudios de la sociedad paleolítica.
les, se trata de una opción entre la perspectiva Si la economía es la ciencia de las épocas som-
ciendo mucho material empírico de cada una. En tercer lugar, hace nuevas consideracio-
del Comercio, ya que el método formalista se brías, el estudio de las economías de la caza y la
La primera fuente son los juicios de los antro- nes sobre los cazadores y recolectores,para expli-
inclina a considerar a las economías primitivas recolección debe ser su rama más importante. car la paradoja de la inseguridad de tal modo
como versiones subdesarrolladas de la nuestra, Nuestros manuales de economía, casi en su to- pólogos sobre ambas economías: «mera eco-
y un estudio culturalista que por cuestiones de de producción y de la relativa abundancia que
talidad partidarios declarados de que la vida nomía de subsistencia», «ausencia de tiempci
principio valora a las diferentes sociedades por disfrutan quienes lo practican:
fue dura y difícil durante el paleolítico, coinci- libre», «demanda incesante de alimentos» o
lo que son (1983:9). den en transmitir una sensación de fatalismo, «máximo de energía por mayor número de La caza y la recolección tienen toda la fuerza
dejando a la imaginación del lector que adivi- personas», etc. La segunda, los juicios de otras que le dan sus debilidades. El desplazamiento
Luego Sahlins presenta su postura de mo- ne cómo lograban subsistir los cazadores, sino
disciplinas, como la economía desde Adam periódico y las restricciones en cuanto a fortu-
do modesto, pues en la polémica la solución también si aquello era vida, después de todo. El
Smith, con su etnocentrisrno burgués, a pesar na y a la población son, al mismo tiempo, im-
no está a la vista, nada permite aplimr la feliz fantasma del hambre acecha al cazador a lo lar- dc la cconómicu y
solución académica que «la respuesta debe en- go de estas púginas. Se dice que su incompc- de que, para Sahlins, la economía de mercado
ciones creativas, del mismo modo que esas ne-
contrarse en algún lugar intermedio». Pero, di- Icncia técnica le impone una labor contim:,1 instituye la pobreza de una manera que no tie-
cesidades de ias que se hacen virtudes.
ce que su libro es sustantivista y abandona la que apenas le sobrevivir, v que por :n nen parangón aiguno y en un grado que hasta cisamentc en esta marco donde se iiacc
visión capitalista de la economía, porque ésta tanto no ic proporciona excedentes ni le dcj:1 nuestros días no se había alcanzado ni aproxi· la opulencia. La movilidad y !a moderación
es en verdad una categoría de la cultura más descansar, y mucho menos arribar al «ocio,, madamente (1983:16). La tercera, la predispo- ponen los fines de los cazadores al alcance óc
para ~<crearcultura,,. Sin embargo, para todos sus recursos técnicos. Es así que una modali-
que de la conducta, más cercana a la religión y a sición de los antropólogos a subrayar las ven-
sus esfuerzos, ci cazador los niveles le:· dad de producción no evolucionada puede re-
la política que a la racionalidad o la prudencia. tajas de la economía neolítica sobre la paleolí-
modinámicos más bajos: menos energía pcr sultar muy eficaz. La vida del cazaóor no es tan
Más aún, contra los defensores de la economía tica en estudios comparativos. La cuarta, cier-
capita y por aiio que cualquier otro modo ck difícil, como parece, vista desde fuera. En cin-
formalista que anunciaron la muerte prematu- producción. Y en íos tratados sobre el dcsarrn- tos estudios de campo de los actuales cazado-
to modo, la economía refleja una ecología cala
ra de la sustantivista, como Nash, para quien Jlo económico está condenado a ctcscmpciiar el res y recolectores, que aparecen ahora en una mitosa, pero también puede darse completa--
desde los comienzos, los sustantívistas (represen- papel del mal ejemplo: la llamada «economía situación agobiante con recursos «escasos e inse- mente a la inversa (1983: 119).
tados por los merecidamente famosos trabajos de subsistencia» ( 1983: 13). guros», y sobre lo cual Sahlins pregunta: ¿debe
de Polanyi y otros) se mantuvieron heroicamen- ello considerarse un indicador de su condición En cuarto lugar, Sahlins desarrolla un ar-
te en el desorden y en el error (1967:250), Sah- A esta visión contrapone Sahlins la suya, gumento más para evaluar la caza-recolección,
aborigen o de la compulsión colonial? (1983:
lins sostiene que todos los ensayos del libro no que trata de probar en su ensayo, y observa diciendo que la escasez de alimentos no es la ca-
21).
332 / Manuel Marzal
Antropología cultural/ 333

racterística indicativa de este modo de produc- do de hacer antropología, como lo fue en su (1985). En cinco ensayos, Sahlins aborda un la cual el acontecimiento es una actualización
ción por oposición a los otros y se refiere tanto a momento la Escuela de Cultura y Personali- viejo tema de la antropología, el de la relación única del fenómeno general, una realización
la sociedad neolítica agrícola, como incluso a dad, cuanto la crítica profunda de viejos y entre la estructura y la historia, para presentar contingente del modelo cultural; observación
nuestra moderna sociedad tecnológica, llegan- nuevos temas. Un primer ejemplo es este re- una tesis. sugerente y aparentemente paradóji- que puede ser una buena caracterización de la
do a decir que el hambre aumenta relativa y planteamiento es su obra Cultura y razón prác- ca, que él mismo resume en la introducción historia tout court. Por otra parte, entonces,
absolutamente con la evolución de la cultura: tica. Contra el utilitarismo en la teoría antropo- del libro: como las circunstancias contingentes de la ac-
lógica (1976). Es sabido que muchas teorías de ción no tienen por qué coincidir con la signifi-
¿Qué decir del mundo de hoy día? Se dice que La historia es ordenada por la cultura, de dife- cación que algún grupo podría asignarles, los
la antropología han defendido la idea que la
de un tercio a la mitad de la humanidad se rentes maneras en diferentes sociedades, de individuos reexaminan creativamente sus sis-
cultura tiene una razón práctica y fines utilita-
acuesta todos los días con hambre. En la anti- acuerdo con esquemas significativos de las co- temas convencionales. Y en esa medida, la cul-
rios. Sahlins critica esta idea en cinco ensayos; tura se ve históricamente alterada en la acción.
gua Edad de Piedra la proporción debe haber sas. Lo contrario también es cierto: los esque-
l. Marxismo y los dos estructuralismos (el in- Podemos hablar incluso de «transformación
sido mucho menor. Esta, en la que vivimos es mas culturales son ordenados por la historia,
la era del hambre sin precedentes. Ahora, en la glés y el francés); 2. Dos paradigmas de la teo- estructural», puesto que la alteración de algu-
puesto que en mayor o menor grado los signi-
época del más grande poder tecnológico, el ría antropológica; 3. Antropología y dos mar- ficados se revalorizan a medida que van reali- nos significados modifica las relaciones posi-
hambre es una institución. Dándole la vuelta a xismos. Problemas del materialismo histórico; zándose en la práctica. La síntesis de estos con- cionales entre las categorías culturales, produ-
otra venerable sentencia: el hambre aumenta 4.La pensée bourgeoise. La sociedad occidental trarios se desarrolla en la actividad creativa de ciendo por consiguiente un «cambio de sis-
como cultura; y 5. Conclusión. La utilidad y el tema».
relativa y absolutamente con la evolución de la los sujetos históricos, los individuos en cues-
Las expuestas son las ideas generales de los en-
cultura. Esta paradoja responde, por completo, orden cultural. El mismo Sahlins hace en la in- tión. Pues, por una parte, la gente organiza sus
sayos que integran este libro. Pueden sinteti-
a mi punto de vista. Los cazadores y recolecto- troducción de la obra un buen resumen de su proyectos y da significación a sus objetos a par-
zarse en la afirmación siguiente: lo que losan-
res tienen un bajo nivel de vida por fuerza de contenido: tir de los conocimientos existentes sobre el or-
tropólogos llaman «estructura» -las relaciones
las circunstancias. Pero, tomado como su obje- den cultural. En esa medida, la cultura se pro-
simbólicas del orden cultural- es un objeto his-
tivo, y dados los adecuados medios de produc- Este libro contribuye a una crítica antropológi- duce históricamente en la acción. Más adelan- tórico ( 1988:9).
ción, pueden, por lo regular, satisfacer fácil- ca de la idea que las culturas se formulan a par- te cito la observación de Clifford Geertz según
mente todas sus necesidades materiales. La tir de la actividad práctica y, subyacente a ella,
evolución de la economía ha conocido, enton- del interés utilitario ... En contraposición prác-
ces, dos movimientos contradictorios; el enri- tica, este libro propone una razón de otra ín- Notas
quecimiento, pero simultáneamente el empo- dole, la razón simbólica o significativa. Adopta
brecimiento, la apropiación con respecto a la como cualidad distintiva del hombre, no el he- Carlos Reynoso, en Paradigmm y estrategias en de simbolización; 2. enfoque retórico o expresi-
naturaleza, pero la expropiación con relación cho que deba vivir en un mundo material, cir- m1tropoiogía simbóíica, Buenos Aires, 1987, vo; el símbolo como tropo expresivo. Metáfora
d hombre. El aspecto progresivo es, desde lue- cunstancia que comparte con todos los demás Ediciones Búsqueda, dice que ésta parece cons- y metonimia. El contexto simbóíico como ,e:--
go, e! tecnológico. Este se ha manifestado de organisn1os) sino el que io según un es- tituir una modalidad de indagación que, io. La acción s1n1bólica con10 dran1a. enjo
muchas maneras: como un aumento de la ofer- quema significativo concebido por él mismo. contrapelo de lo habitual, se define por su ob- que posicional o sintáctico: el símboio como
ta y la demanda de bienes y servicios, de la can- de lo que sólo la humanidad es capaz. En con- jeto (el símbolo) más que por sus métodos o elemento de una combinatoria. enfoque se-
tidad de energía puesta al servicio de la cultu- secuencia, el libro toma como cualidad decisi- por sus teorías. Para dicho autor, no es un «pa- miótico o comwiicacional: el símbolo como
ra, de la de la división del traba- va de la cultura -en cuamo confiere a cada mo- radigma" en el sentido kuhniano del término no. 5. criptológico o hermenéutico:
jo y de la libertad con respecto a los condicio- do de vida las propiedades que lo caractcrizan- de «matriz disciplinaría»; caracterizado por un símbolo como portador de significado, 6.
namientos del medio (1983:51). no el hecho que la cultura deba ajustarse a res- conjunto de principios o por una serie de mo- o socioiógico;el símbolo como
que i11teracClo11al
tricciones materiaies, sino que lo haga de delos a título de denominador común, sino ...
Antes de terminar este autor, cuyo juicio expresión de la estructura social y viceversa. 7.
acuerdo con un esquema simbólico que nunca una concordancia en un interés específico por
crítico está implícito en lo dicho en mi exposi- enfoque holíslico: el símbolo en relación con ci
es el único posible. De ahí que la cultura sea lo un objeto elusivo, que no es otra cosa que el contexto total. Ubica a Turner en los enfoques
ción, voy a referirme de modo sumario a un que constituye la utilidad ( 1988:9). símbolo (1987:9-10). Reynoso presenta un es- retórico (1957, 197'1), hermenéutico (dimen-
tercer aporte de Sahlins, su replanteamiento quema de siete enfoques de la antropología sión «exegética») y sociológico (dimensión
de la antropología cultural. Entiendo por éste, Un segundo ejemplo de replanteamiento simbólica, con el objeto y los estudiosos más «operacional»); a Geertz, en los enfoques her-·
no tanto un cambio de paradigma, que enrola es la obra Islas de historia. La muerte del capi- representativos: 1. enfoquepsicológicoo cogniti- menéutico y sociológico (1957, 1963), y a Sah-
a antropólogos que comparten un nuevo mo- tán Cook. Jv[etáfora antropología e historin vo, cuyo objeto son los procesos psicológicos lins, en el enfoque holístico (1987:153-156).
334 / Manuel Marzal Antropología cultural/ 335

2 Este primer capítulo, junto con el cuarto, «Al géneros de escritura superpuestos en Tristes rialismo cultural. Una de las más suscintas es con esa gran teoría, punto éste que es la crítica
margen del margen; el período liminal en ritos trópicos de Lévi-.Strauss; las técnicas retóricas la que está contenida en la discusión que le in- básica al materialismo cultural.
de pasaje», fue traducido y publicado como y plásticas de Evans-Pritchard para describir dujo a revisar la clasificación de las áreas cul- 12 Es un antropólogo peruano qué estudió y resi-
Simbolismo y ritual. Lima, 1973, Pontificia las sociedades nuer y azande; la construcción turales en el Handbook ot the South American de en Estados Unidos, quien fue iniciado por
Universidad Católica del Perú, Serie Antropo- del yo del etnógrafo en las etnografías de Ma- Indians ... (1949:674) (1978:570-571). Poco an- el «maestro» yaqui Juan Matus primero en Ca-
logía, nº-3, Jorge Dandler, coord. linowski; y la crítica de la sociedad norteame- tes, Harris se excusa de revisar las investigacio- lifornia y luego en Sonora (México). Ha publi-
3 Ha sido reimpreso en la antología, Antropolo- ricana como trasfondo del estudio de otras so- nes antropológicas que se han realizado si- cado tres libros sobre el tema, traducidos al
gía. Lecturas de Bohannan y Glazer, pp.517- ciedades en El hombre y la cultura o El crisan- guiendo las líneas de la versión ecológica del castellano por el Fondo de Cultura Económi-
544, que es el texto que utilizo en mis citas. temo y la espada de Ruth Benedict. materialismo cultural. Recoger, aunque fuera ca: 1968 Las enseñanzas de Don Juan. Una for-
4 Clifford Geertz, Religion as a Cultural system, 7 Puede consultarse a Carlos Reynoso, Teoría, sumariamenle, la obra realizada por aquellos ma yaqui de conocimiento (México, 1974,
en Reader in Comparative Religion de W. A. historia y critica de la antropología cognitiva. que han recibido la influencia directa de Ste- prólogo de Octavio Paz), 1970 Una realidad
Lessa y E. z.Vogt (edits), NewYork, 1965, Har- Buenos Aires, 1986, Ediciones Búsqueda. ward -Sidney Mintz (1956), Eric Wolf (1957, aparte. Nuevas conversaciones con don Juan
per and Row, second edition, pp. 204-216. 8 Emile Durkheim, Las formas elementales de la 1966), Morton .Pried ( 1952, 1967), Elman Ser- (México, 1971) y 1972 Viaje a Ixtlan. Las lec-
5 Los ocho tem~s se exponen en los ocho capítu- vida religiosa. Buenos Aires, 1967, Schapire. vice (1955, 1962) ...- resultaría una tarea ím- ciones de Don Juan (México, 1975). La obra,
los del libro, cuyos títulos son: l. Géneros con- 9 Varios años antes que Lowie el fenomenólogo proba ( 1978:567). que expresa sin duda el interés por lo mágico y
fusos: la refiguración del pensamiento social. alemán Rudolf Otto, reaccionando contra la 11 Aunque Harris presenta y evalúa esta postura lo maravilloso tan del gusto de la postmoder-
2. Hallado en traducción: sobre la historia so- teología racionalista que se limita a hablar de con las demás en sendos capítulos de la segun- nidad, tuvo mucho éxito editorial y mereció,
cial de la imaginación moral. 3. «Desde el pun- Dios por medio de conceptos, escribe una da parte, siente la necesidad de refutarla ya por cosa rara en los libios de los antropólogos,
to de vista del nativo»: sobre la naturaleza del obra clásica, Lo santo: lo raccional y lo irracio- dos razones. La primera es que, aunque ella aparecer en la carátula de la revista Time.
conocimiento antropológico. 4. El sentido co- nal en la idea de Dios (1917), Madrid, 1965, parece más abierta que las demás, pues ser 13 Wissler habla de un patrón universal presente
mún como sistema cultural. 5. El arte como Revista de Occidente. En ella describe el senti- ecléctico equivale a sostener que toda estrate- en las sociedades humanas, que se reduce a:
sistema cultural. 6 Centros, reyes y carisma: miento religioso, al que aplica el neologismo gia investigadora puede contribuir a la solu- habla, rasgos materiales, arte, conocimiento,
religión, sociedad, propiedad, gobierno y gue-
una reflexión sobre el simbolismo del poder. 7. de numinoso (lo que procede del numen o ción de ciertos enigmas y que no cabe predecir
rra. Murdock en su World Ethographic Atlas
El modo en que pensamos ahora: hacia una et- Dios, como lo luminoso es lo que procede de cuál de ellas será más fructífera en un caso da-
(1967) recoge 47 categorías para clasificar las
nografía del pensamiento moderno. 8. Cono- lumen o luz), como la experiencia ante el mis- do, en la práctica resulta tan cerrada como las
sociedades en tarjetas perforadas para compu-
cimiento local: hecho y ley en la perspectiva terio tremendo y fascinante; el misterio es lo otras, porque el mantener indefinidamente
tadora. Y Talcott Parsons presenta nueve ca te-
comparativa ( 1991:7). incomprensible y lo totalmente otro, que pro- abiertas todas las opciones supone tomar una
gorías como condiciones necesarias universa-
6 Geertz retoma, una y otra vez, el tema de la et- duce, al mismo tiempo, en la conciencia dos posición estratégica muy clara, y porque lo que
les para el mantenimiento del sistema (Harris
nografía. Ya se vio que, en Conocimiento local estados de animo opuestos; por una parte, te- garantiza la amplitud de miras no es el eclecti-
J 979:63-67)
(1983), recoge el artículo «Desde el punto cíe mor y terror por su grandeza e inaccesibilidad cismo, sino el choque de las diferentes opcio-
t ,1 En este sentido ser útil recoger un co-
vista del nativo»: sobre la naturaleza del cono- y, por otra parte, fascinación que se traduce nes. La segunda razón es que, aunque sea de mentario del polémico libro de Francis hiku-
cimiento antropológico, partiendo del escán- beatitud y esperanza. sentido común que todas las alternativas tie- yama, El fin de la historia y el último hombre
dalo que para muchos produjo la publicación JO En el último capítulo de dicha obra, Harris d;" nen algo de verdad, no todas tienen la misma ( l 992) (Barcelona, J 994, Planeta, 4il cdic. ):
del Diario de Maslinowski. Y en El antropólo- ce que Stewarcl era materialista cultural: Par,; dosis de ésta, ni debe abandonarse la búsqueda rá mejor que no confiemos en Mar:: v en l;,
go como autor ( 1987) analiza la etnografía co- demostrar que la ecología cultural es un caso de la posibilidad de las grandes verdades para tradición de las ciencias sociales oue .
mo escritura, cosa que no se había intentado especial del materialismo cultural hay que conformarse con la certeza ele las pcqucüas de su visión de la historia basada' la econo-
antes por creerse que es más importante infor- probar dos puntos: 1) que en la estrategia de b ( 1982:12). En mi opinión, ambas razones de mía, sino en Hegel, Sll predecesor «idealista»,
mar sobre cómo vive la gente en el campo, lo ecología cultural las variables tecnoecológica:, Harris deben matizarse. En primer lugar, los el primer filósofo que respondió al reto ele
cual es cierto, pero no debe olvidarse que la] y tecnoeconómicas tienen prioridad en ia in" eclécticos suelen ser, en efecto, más abiertos y, Kant de escribí:· una historia universal. Pues L•
información se comunica a través de un texto vestigación; 2) que esa prioridad se les otorga recurriendo al viejo espectro político, diría que comprensión por Hegel del mecanismo que
literario, en cuya composición hay estrategias en base a la hipótesis que, en cualquier mues- los de centro son más abiertos que los ele iz- subyace en el proceso histórico es incompara-
narrativas y mecanismos retóricos del etnó- tra diacrónica amplia de sistemas sociocultu- quierda y derecha, aunque haya personas de blemente más profunda que la de Marx o de
grafo y otros rasgos de la persona y del texto rales, la organización social y la ideología tien- centro radical que tampoco son abiertas. Y en cualquier sociólogo contemporáneo. Para He"·
que es útil analizar. Por eso, en elidía obra den a ser las variables dependientes. Es eviden- segundo lugar, la búsqueda de grandes teorías gel, el motor primario de la historia no es la
Geertz compara el enfoque del autor en cuatro te que Stcward es autor de numerosas exposi- no se puede hacer sacrificando 'una parte im- ciencia natural moderna ni el horizonte, cada
etnografías clásicas: la configuración de varios ciones que se ajustan a la definición de mate- portante de la realidad que quiere explicarse vez más extenso, del deseo que la da energía,
336 / Manuel Marzal
B GENE
sino un impulso totalmente no económico, la nísm. Theory in Practíce, y 1975 Los orígenes
ludia por el reconocimiento (1994:198). del Estado y de la civilización. El proceso de la
15 Es un antropólogo del clan neoevolucionista evolución cultural (Madrid, 1984, Alianza). I. OBRAS GENERALES KAHN.f. S. (cdit.)
de la Universidad de Michigan, que ha escrito: 16 Uso el capítulo «Evolución: específica y gene- 1975 El concepto de cultura: textos fundamen-
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