Está en la página 1de 8

Convicción de pecado.

INTRODUCCIÓN.

2 Crónicas 7:13-16
13
Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare
pestilencia a mi pueblo; 14 si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi
rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y
sanaré su tierra. 15 Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar; 16 porque ahora he
elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí
para siempre.

Tengo muy poco tiempo, pero quiero ver si logro transmitirles lo que Dios ha estado poniendo en mi corazón
durante el tiempo que ha transcurrido desde mi ultima participación como predicador en este pulpito. Ponga mucha
atención porque tenemos poquísimo tiempo. Hemos estado orando aquí en las reuniones de oración que tenemos
todos los jueves a las 7:30 pm. Como saben; esta reunión de oración es básicamente con el liderazgo de esta
iglesia. Nuestra Pastora y nosotros usamos este período para interceder por la iglesia, esta reunión de 1 hora y
media aproximadamente, es hecha para orar, como dije, por la iglesia, por su vida, por los ministerios, por el perdón
de nuestros pecados, etc.

En estos tiempos Dios ha puesto en mi corazón algo muy profundo, grave, que yo quiero compartir con ustedes.
Ponga mucha atención.

He visto que pocas personas se convierten, no hay cambios en la vida de nadie, hace tiempo que Dios no
derrama un avivamiento; los hijos no quieren venir a Jesús, pocos matrimonio restaurados. Muchas cosas profundas
no ocurren, ¿Por qué? Porque hay mucho pecado que tiene que ser confesado aún, porque no hay arrepentimiento
sincero y genuino. Mientras la iglesia no sea llevada a las rodillas y comience a llorar por su propio pecado, Dios no
va a derramar de su Espíritu. Hemos estado pasando por alto el pecado, viéndolo al pecado superficialmente. La
Biblia dice que Dios es muy limpio de ojos para ver el mal (Habacuc 1:13)

Estamos dejando pasar por algo los pecados, estamos cometiendo crímenes, actitudes terribles y todo esto está
pasando desapercibido. Sin confesarlas, sin llorar por ellas. Y Dios no va a derramar de su Espíritu donde hay
pecado. Donde hay pecado no confesado, donde hay cáncer escondido, donde hay lascivia, prostitución, codicia,
altivez, deshonestidad, trampas.

Queremos derramamiento del Espíritu Santo donde hay personas que salen de un servicio o culto y lo primero
que hacen es ir a envanecerse en los programas de tv. Donde personas hacen negocios sucios toda la semana y
levantan las manos en el culto. Donde personas mienten toda la semana, chismean toda la semana, se vengan,
blasfeman de lunes a sábado y el domingo van a adorar a Dios.
Pecados están pasando por alto, el mirar a una mujer no esta siendo confesado. Se toma dinero indebidamente y no
está siendo confesado. Una ofensa al prójimo y no está siendo confesado. No se esta sintiendo pesar por el pecado,
no se esta sintiendo la fuerza del pecado.

La cuestión no es solo reconocer que pecó, no solo es decir “reconozco que he mentido” porque sabemos que ha
mentido. Yo se que hay mucha gente mentirosa que vive de la mentira, el lugar que le espera es el infierno. Mire, le
voy a decir cuál es el problema. Sabemos que lo que hacemos es errado. Que si pido que levante la mano: “Diras yo
sé que lo que estoy haciendo esta mal”, el problema no es eso, el problema es que no está habiendo pesar por el
pecado. El problema es que se está conviviendo normalmente con la codicia, la fornicación, el adulterio, la
vanagloria; no se está teniendo pesar, no se está percibiendo la gravedad del pecado. ¡No se le está dando el
debido peso al pecado!

¡El pecado está siendo una cosa psicológica! ¡El pecado está siendo una cosa superficial, técnica, burocrática!
¡No puede ser!
¡Es el pesar por el pecado! ¡Es la contrición la que está faltando! ¡Es el arrepentimiento genuino que no está
habiendo! Y así esperamos que Dios derrame de su Espíritu, que haya sanidades, almas, un avivamiento, sin lloro,
sin llanto!

Estamos conviviendo con el pecado normalidad. No es normal, tomar un dinero que no es tuyo. No es normal,
mirar a una mujer siempre con codicia cuando está cerca de ti. No es normal odiar, no es normal maltratar. ¡No, no
es normal! ¡No esperemos progreso, si no hay confesión de pecados, si no hay lloro por pecados!

John Bunyan un hombre al que Dios uso poderosamente en el siglo 19, los historiadores comentan que el oró 18
meses por su propio pecado. Este hombre sintió convicción de pecado durante un año y medio. El pavor del pecado,
el asco por el pecado, el Espíritu Santo le permitió ver la profundidad de su pecado. ¡Y durante 18 meses ese
hombre lloró, él sollozó por su pecado!
Y nosotros tratamos el pecado con una oración de 5 minutos, luego nos olvidamos como si nada hubiese
pasado. ¡No! Iglesia, no. Tenemos que vestirnos de cilicio y de cenizas. ¡Hay mucho pecado que confesar! ¿No será
por eso que su vida no va bien? Tal vez tendríamos que ser como esa mujer que rogo, y rogo y rogo hasta que Dios
le escucho. No será que tendríamos que decir noche tras noche, Señor yo me arrepiento, y me arrepiento, y me
arrepiento. ¡Día tras día, noche tras noche, confesando, confesando de nuevo, y otra vez hasta que un día, Dios
venga y te cure!

Tal vez llegó aquí, estoy viendo algunos rostros así: ¡Hermano Adrian, pero yo necesitaba tanto de una cura, hoy!
¡Hermano Adrian, yo necesitaba tanto de una palabra! Mire iglesia, yo le pude haber dado una palabra que la
motivara, yo podría haberle dicho lo que usted quería oir, pero ¡Eso no sirve! Tenemos que ir a la raíz. No sirve, que
recibas el auto que querías, la casa que quería, el milagro que quería, si estas con cáncer. ¡Es el cáncer el que tiene
que ser afectado! ¡Es la raíz de amargura, es la depresión! ¡Es el alma la que está enferma, es ella la que tiene que
ser tocada!

No es el aumento de salario, no es el empleo que tanto has pedido, no es que aprueben tu nuevo proyecto. ¡No
es eso! No es que sea curado de la enfermedad. ¡No! ¡Es el pecado que tiene que ser quitado!

I ¿Qué es lo que causa la salvación?

Vamos a comenzar haciéndonos esta pregunta ¿Qué es lo que determina la salvación? En otras palabras ¿Qué
es lo que causa la salvación? Alguien me puede dar una breve respuesta a esta pregunta.--- Muy bien.

Algunos piensan que la salvación depende del hombre, en otras palabras; que depende del deseo humano de
querer ser salvo. Pero el Apóstol Pablo nos enseña que esa no es la razón por la cual una persona es salva,
veamos:

Romanos 9:15-16
15
Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me
compadezca. 16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.

Otra respuesta que escuchamos es que nuestra buena conducta nos lleva a salvación, muchos de los que
venimos de extracción católica-romana se nos inculco que las buenas obras son parte de la salvación, uno llega a
Dios y es acepto delante de Él por medio de buenas obras; pero las escrituras nos enseñan que esto no es real.

Efesios 2:8-9
8
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no es de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras,
para que nadie se gloríe.
El punto es este; si alguien pudiera ser salvo por sus méritos y obras, tendría de que gloriarse y Dios no va
aceptar esto, porque nadie puede salvarse por sus obras, porque para ser salvo uno necesita ser perfecto y
obviamente nadie es perfecto.

También se piensa que los que buscan la salvación, Dios les presta especial atención; pero de nueva cuenta el
Apóstol Pablo nos demuestra que no es así

Romanos 3:10
10
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno. 11 No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios.

Claramente la escritura nos dice que el hombre no busca a Dios, porque el hombre está muerto en delitos y
pecados; porque nació en esa condición.

Romanos 5:12
12
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte paso a todos
los hombres, por cuanto todos pecaron.

Todos los hombres pecan, nacemos en pecado; en iniquidad. Es nuestra naturaleza pecaminosa que nos lleva a
pecar, desde la matriz el hombre nace y se cría pecador y con el correr del tiempo simplemente expresa sus
pecados de diferentes maneras, pero lo hacemos porque esa es nuestra naturaleza.

Necesitamos salvación de nuestros pecados y de la condenación del pecado que es muerte, y estamos
entendiendo que la salvación no está en el hombre, ni en nada que el hombre pueda hacer para ser salvo. En pocas
palabras iglesia, estamos en una condición trágica; a menos que… Dios intervenga.

II. LA SOBERANÍA ABSOLUTA DE DIOS SE ENCUENTRA DETRÁS DE LA SALVACIÓN.

Vamos a observar que Dios es el responsable absoluto de nuestra salvación, Dios es absolutamente soberano
en todo lo que el hace. Claramente Pablo nos dice que él hace todas las cosas de acuerdo o según el designio de
su voluntad.

La soberanía de Dios se observa en forma particular en la elección de muchos para salvación, sin que esta
salvación tenga nada que ver con algo que ver con aquellos que Él escoge. No existe nada bueno o digno en
nosotros que mueva a Dios a responder “No si, esta persona realmente merece salvación” todo lo contrario antes de
ser redimidos por Cristo nuestra paga era una condenación eterna.

Ahora, Dios salva a algunos pero no salva a todos, esto ha traído consternación y tensión a la vida de muchas
personas, aun creyentes que van a la iglesia, que han sido enseñados de una manera un poquito parcial, y tienen
problemas con toda esta idea de que Dios es soberano en la salvación y que nosotros no tenemos ninguna parte en
ello.
Jamás vamos a entender porque Dios salva a algunos y pasa por altos a otros, la Biblia no nos explica el ¿Por
qué? Bueno, hay cosas que no vamos a entender.

Deuteronomio 29:29
29
Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos
para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.

Hay cosas secretas que Dios sabe y que nunca revela y por supuesto, simplemente aceptamos lo que el nos dice en
su palabra, por fe. Y no podemos discutir con Dios, porque simplemente no entendemos todo lo que él nos enseña y
nos revela; muchas veces tenemos que simplemente contentarnos con la respuesta que da el Apóstol Pablo.

Romanos 9:20
20
Mas antes, oh hombre, ¿Quién eres tú? ¿Para qué alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: Por
qué me has hecho así?

Cuando hablamos de la soberanía de Dios en la salvación del hombre, entonces nos encontramos ante una de
esas verdades bíblicas que simplemente debemos aceptar por fe, debemos confiar que Dios quien es justo y bueno
ha revelado en su palabra que él es soberano en nuestra salvación, y lo aceptamos. La soberanía de Dios aplicada
a la salvación afirma que nuestra salvación es la obra de Dios en su T O T A L I D A D. Es decir la salvación es
ciento por ciento obra de Dios en todas sus partes, por lo tanto toda la gloria y la alabanza se atribuyen o se dan a
él. No hay partecitas nuestras y la mayor parte es de Dios; como algunos piensan.

III. UN HIMNO DE ALABANZA

En esencia lo que vamos a ver en el pasaje de Efesios 1:3-14 es lo que Pablo nos enseña acerca de la
soberanía de Dios en la salvación. Si ponemos mucha atención en estos versículos podemos ver que es un himno
de alabanza que fluye del corazón de Pablo al contemplar lo que Dios ha hecho en nuestra salvación. Estos mismos
versículos en su idioma original, el griego; son una sola oración, una oración que no se detiene; una oración que
recuerda el favor Dios hacía nosotros, esos que el salvó.

En la medida que yo vaya leyendo este pasaje, le pido que vaya pensando en lo que el Apóstol Pablo nos
muestra; que la salvación en su totalidad es obra de Dios.

Efesios 1:3-14
1
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los
lugares celestiales en Cristo, 4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos
y sin mancha delante de él, 5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo
aceptos en el Amado, 7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su
gracia, 8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, 9 dándonos a conocer el misterio
de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, 10 de reunir todas las cosas en Cristo,
en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.
11
En él asimismo tuvimos herencia habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las
cosas según el designio de su voluntad, 12 a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que
primeramente esperábamos en Cristo. 13 En él también vosotros, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo
creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que es las arras de nuestra herencia hasta la
redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

Lo que sobresale en esta maravillosa porción de la escritura, es la idea de que Dios ha hecho la obra de
salvación por su propia voluntad, conforme a su propósito, por pura gracia y para alabanza de su propia gloria.
Como vamos a ver; Dios Padre, Dios hijo y Dios Espíritu Santo están involucrados.

Note que en los versículos 5, 9 y 11 se habla de la salvación que se atribuye a la voluntad del Padre; en los
versículos 6 y 7 la salvación se atribuye a su gracia. En el versículo 5 la salvación se atribuye a su amor, en el 9 a
su beneplácito, es decir; nos salvó porque él así lo quiso. En el 11 toda la salvación es de acuerdo a su propósito. Y
en los versículos del 12 al 14 todo es para la alabanza de su gloria. Vieron como el énfasis es Dios, no vemos aquí
ningún momento alguna intervención o mérito alguno del ser humano en la salvación. Si usted nota, no existe
ninguna mención o alusión al hombre en el proceso excepto que el simplemente recibe salvación gratuita, salvación
inmerecida.

Todo lo que debemos, lo debemos a él, el crédito entero por la salvación que gozamos es y va para Dios, notan
también que Jesucristo está involucrado en esto, la segunda persona de la trinidad. Vea… fuimos escogidos en él
(versículo 4) y en el versículo 5 dice: por medio de Él fuimos hechos aceptos. Versículo 6 en Él, versículo 7 en Él
tenemos redención y perdón de pecados, versículos 10 y 11 En él, refiriéndose a Cristo otra vez, versículo 12 En
Cristo, versículo 13 se menciona 2 veces “En Él”, o sea toda nuestra salvación fue mediante Cristo Jesús, es por Él;
y finalmente note en el versículo 13 que nos dice “que fuimos sellados por el Espíritu Santo, el cual es la garantía de
nuestra salvación.

Lo que es obvio entonces en este pasaje, es que: Dios Padre, Dios hijo y Dios Espíritu Santo reciben el crédito
de nuestra salvación, las tres personas de la trinidad llevando acabo la obra de salvación sin la más mínima
intervención nuestra; por esta razón querida iglesia toda alabanza es a Dios, espero que esto sea claro en nuestra
mente.

IV. EXPONIENDO EFESIOS 3-14 (La elección Divina).

Vamos a exponer este pasaje empezando desde el versículo 3, bien… comienza con una expresión de alabanza
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”.
Bendito = Eleugeo en el original griego que significa “aquel que es digno de alabanza” desde el inicio de la
epístola Pablo nos dice que Dios merece todo el crédito, toda la gloria, toda la alabanza por nuestra salvación. No
hay nada mas digno que como hijos de Dios podemos hacer que bendecir a Dios, por todo lo que el es y por todo lo
que el ha hecho y hace en nuestra vida como sus hijos, aquellos que hemos sido salvados.

¿Qué es lo que el Señor hizo por nosotros? Bueno en resumen dice Pablo que, nos bendijo con toda bendición
espiritual, vea que dice “Toda bendición espiritual” y se refiere a la fuente de toda bendición que gozamos, toda
bendición espiritual ya la tenemos en Cristo Jesús; no es que vamos a tenerla, sino que ya estas bendiciones son
nuestras, el problema es que a veces no las conocemos, no nos damos cuenta o no conocemos lo que las
escrituras nos enseñan acerca de estas cosas; por lo tanto vivimos vidas espiritualmente pobres, como si fuéramos
mendigos en lugar de vivir vidas como si fuéramos hijos del Rey; y vivimos una experiencia espiritual pobre, cuando
en realidad deberíamos disfrutar las bendiciones que Pablo aquí enumera. ¿Y cuáles son esas?

1. La primera bendición es que: Él nos escogió (Versículo 3), no cualquiera puede decir: Dios me escogió
desde antes de la fundación del mundo. Y lo mejor; el nos escogió para sí mismo, es decir nadie influyo en
su decisión mas que el mismo. Así que se nos quite de la cabeza eso de que nosotros escogimos a Dios.

Siempre que vaya por las almas, siempre que le hable a alguien de la salvación tome en cuenta lo siguiente:

 Nadie se salva por sus buenas obras.


 Nadie se salva por guardar la ley.
 Nadie se salva por su religiosidad.

Somos salvos porque a Dios le plació que así fuera, esta elección divina tuvo lugar desde la eternidad, desde antes
de la fundación del mundo.

2. La segunda bendición es que; Dios nos predestino para ser adoptados hijos suyos (versículo 5). Ahora
¿Qué es predestinar? Determinar de antemano el destino de alguien. Dios nos escogió y su propósito fue
establecer nuestro destino. ¿Cuál fue nuestro destino? El ser adoptado como su hijo, para eso fuimos
escogidos.
¡Qué destino increíble ser hijos de Dios, no! Yo en lo personal creo que no hay mayor cosa en la vida de un ser
humano que ser llamado “hijo de Dios”. Recordemos las palabras del Apóstol Juan

Juan 1:12
12
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

Cada uno de nosotros somos hijos de Dios porque creímos en Cristo Jesús. Tremenda realidad es esta, no solos
somos sus hijos, sino que somos sus hijos amados.

1 Juan 3:1
1
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce,
porque no le conoció a él.

Piense en esto, sumérjase en su conciencia, medite en ello.

Volviendo al tema, entendemos que Dios nos escogió y lo hizo con el propósito de predeterminar nuestro destino,
hacernos sus hijos y noten esto: que lo hizo según el puro afecto de su voluntad, otra vez; nada que ver con
nosotros. Lo hizo porque fue su placer hacerlo, punto final. No hay otra explicación.

Hay quienes le buscan la vuelta a esta verdad, queriendo explicar que a lo mejor algunos Dios los ve como que
se portan mejor que otros. Y si esa es su explicación, no procede de la escritura y si lo que no procede de la
escritura es falso y lo que es falso es mentira ¿y saben quién está detrás de la mentira?... el padre de mentira, o sea
el mismo diablo.

Y acerca de la voluntad decretada de Dios:

Isaías 46:10
10
Yo anuncio el fin desde el principio; desde los tiempos antiguos, lo que está por venir. Yo digo: Mi propósito se
cumplirá, y haré todo lo que deseo.
3. La tercera bendición: El nos hizo aceptos por gracia (poner efesios 1 versículo 6) La gracia fue la que
activo su elección, propósito y predestinación. La gracia es un don inmerecido. Todo en la salvación es un
don inmerecido y si es por gracia no podemos atribuirnos ningún mérito

La única manera en que una persona llega a creer, es por Gracia.

Romanos 3:23-24
23
Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios 24
siendo justificados gratuitamente por su
gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.

Por GRACIA, Dios nos da, Dios nos concede gracia en Jesucristo cuando no merecíamos nada sino la muerte
eterna a causa de nuestro pecado, porque la paga del pecado es muerte; muerte eterna.

Porque se dio la ley en el antiguo testamento, algunos dicen que “La Ley” fue dada por Dios para que la gente
pueda obedecerla y de esa manera obtener salvación en el “antiguo testamento” pero esto es imposible, porque por
las obras de la ley ningún ser humano será justificado dice Pablo.

Romanos 5:20-21
20
Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundase; mas cuando el pecado
abundó, sobreabundó la gracia. 21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la
justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.

La gracia fue el medio por el cual fuimos hechos aceptos en el amado. ¿Porque somos aceptos delante de Dios
en Cristo Jesús? Por gracia.
Dirían por ahí, “bueno mientras me porte bien”… NO; es por gracia, si es por gracia, no es por obras, no fue por
obras al principio, no es por obras hoy, ni será por obras hasta que Jesucristo venga. Si eres salvo, eres salvo por
gracia.

4. Cuarta bendición (Efesios 1:7) Redención = Redimir


Redimir: Libertar de la esclavitud por medio de un pago.
Cristo nos redimió, nos compró de la esclavitud en la que nos encontrábamos ¿De qué éramos esclavos todos
nosotros antes de venir a Cristo? De nuestro pecado.

Romano 6:17
17
Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de
doctrina a la cual fuisteis entregados.

Y no solo éramos esclavos del pecado, sino de satanás

Colosenses 1:13
13
El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.

¿Qué pago hubo por esa redención? Su sangre. Cristo pago el precio supremo y dio su vida por nosotros y derramo
su sangre como pago.
Pedro nos dice que no fuimos rescatados corruptibles, como oro o plata; sino que fuimos rescatados por la
preciosa sangre de Cristo, como la de un cordero sin mancha, sin contaminación. Eso es lo que se necesitaba, la
sangre de Cristo.

Y no solo nos redimió, si no que Nos perdonó de nuestros pecados, la palabra perdón es una forma del verbo
afiemien que en griego quiere decir “Soltar o dejar ir para nunca volver a ver”. Cuando Dios perdonó nuestros
pecados, el los alejo de nosotros, de la misma manera que el “ESTE” esta del “OESTE”, ¿Qué distancia hay entre
uno y otro? Infinita, Infinita porque nunca se unen, esa es la idea, de que el pecado y nosotros nunca mas se unan.
Y el libro de MIQUEAS habla de esto.

5. Quinta bendición (Efesios 1:8-9) Nos muestra su plan (Su palabra) y nos da a El Espíritu Santo para que
podamos entender su revelación.
Dios por su espíritu nos ilumina y nos ayuda a entender.

1 Corintios 2:11-12
11
Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así
tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del
mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.
Antes vivíamos cegados para las cosas de Dios, no podíamos entender verdades espirituales. Por eso cuando
vamos a por las almas muchas veces nos ha tocado compartirle el evangelio y en nuestro corazón deseamos que
les llegue el conocimiento y a veces es como si le habláramos a la pared, le hablamos y le hablamos y vemos sus
rostros inmutables.

Pero no es por nosotros, es porque esas personas están muertas a las cosas espirituales. Entonces nuestra
responsabilidad es dar el evangelio, presentar la verdad. Y la responsabilidad de abrir su entendimiento para que
ellos reciban esa verdad, ese evangelio es del Espíritu Santo.

¿Y porque esto es así? Porque así le place a Dios

6. Sexta bendición (1 efesios 11-12) Hemos obtenido herencia futura.


Él nos prometió una herencia que se manifestará en una gloria futura con sus hijos. En romanos nos dice que esa
herencia futura ni siquiera se puede comparar con lo que experimentamos en esta tierra.

Romanos 8:17
17
Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con
él, para que juntamente con él seamos glorificados. 18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente
no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.

Algún día recibiremos la herencia que ya tenemos en Cristo Jesús, somos hijos del Rey nuestra herencia
está con Cristo, somos coherederos con él; pero algún día esa herencia que es nuestra, será obvia y manifiesta
cuando el venga por sus hijos.

1 Juan 3:2
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él
se manifieste, seremos semejantes a él.

Recordemos lo que dijo que sus a sus discípulos antes de partir “voy pues a preparar lugar para vosotros”.

7. Séptima bendición (1 efesios 13) Fuimos sellados con el Espíritu Santo.


Fuimos sellados, tenemos una señal de posesión, una señal de autenticidad. El Señor nos salvó, él nos selló con
su Espíritu indicando que no solamente que le pertenecemos a Él, sino que estamos seguros en esa relación y que
nuestra herencia futura está garantizada. Pablo le llama a ese sello “Las Arras de nuestra herencia”

Yo no sé usted Iglesia, pero ¡Que increíble realidad! Esto es lo que tenemos en nuestra salvación.

Conclusión.

Cuando pensamos en la salvación debemos de enfocarnos en la obra de Dios a favor nuestro, porque todo
en la salvación es obra exclusiva de Dios.
Él nos escogió antes de la fundación del mundo.
Nos predestino para ser sus hijos
Hizo según el designio de su voluntad.
Nos hizo aceptos en Cristo por pura gracia.
Nos redimió
Pago el precio de nuestra libertad espiritual
Nos perdonó de todos nuestros pecados para siempre,
Nos ilumino por su Espíritu haciéndonos conocer su plan y designio en Cristo,
Nos prometió una herencia incorruptible en su gloria,
Nos garantizó esa herencia sellándonos con su Santo Espíritu
Y nos provee seguridad.

Salvación ciento por ciento de Dios, ¿Hay algo que nosotros hacemos?

Tal vez usted ya este mirando el versículo 13 de efesios 1 (leerlo) y ahora que ya lo leímos puede estar
pensando “ahí está nuestra partecita” ahí lo dice “tuvimos que creer”
Pero… la pregunta es ¿De dónde vino el deseo de Creer?...... y ¿de dónde vino esa fe para creer el evangelio?
- Preguntar a la iglesia –

No, no vino de ti, de usted; vino del Señor que te movió, el Espíritu Santo le llevo a ese punto.

Efesios 2:8
8
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de dios

O sea no, nos llevemos ningún crédito. Por eso cuando un alma llegue a Cristo no te glorifiques porque no fue
por ti. Alégrate porque Dios te ha utilizado.

Alégrate porque Dios en su soberana voluntad le ha placido salvarte. Y ante esa realidad solo nos queda
humillarnos, agradecer y alabar a Dios por ello.

Oración final.

Padre te damos gracias por esta mañana, por esta oportunidad de abrir tu palabra y claramente observar en esta
preciosa porción de tu escritura de que la salvación es tu obra, fuimos escogidos en Cristo Jesús desde antes de la
fundación del mundo y fue todo que lo hiciste porque así tu quisiste hacerlo, fue según tu beneplácito. Nos diste tu
gracia, tenemos en Cristo redención, el perdón de nuestros pecados y la promesa de una herencia futura con él por
los siglos de los siglos.

Gracias Padre, te alabamos y te bendecimos.

En el nombre de Jesús.
Amen.

También podría gustarte