El status estaba conformado por el conjunto de derechos y
facultades de una persona. El status de un ciudadano romano se integraba de tres aspectos: status libertatis, status civitatis y status familiae. La pérdida de alguno de estos elementos implicaba una disminución de su capacidad las consecuencias, según el caso, significaban la pérdida de ciertos derechos y facultades.
El derecho romano, de acuerdo a Margadant (1992), sólo reconocía
plena capacidad de goce a una minoría de seres humanos los cuales debían reunir, para ser personas, los tres requisitos siguientes:
Tener el status libertatis (ser libres, no esclavos).
Tener el status civitatis (ser romanos, no extranjeros). Tener el status familiae (ser independientes de la patria potestad). 2-LAS FORMAS DE MANUMICIÓN ACEPTADAS POR LA LEGISLACIÓN ROMANA. En Roma existían dos formas de otorgar la manumisión: una solemne (civil), por la cual el esclavo manumitido pasaba a ser considerado libre y con calidad de ciudadano romano, y la segunda, no solemne (pretoria), en la que el esclavo era liberado, pero no se le otorgaba la ciudadanía romana sino que quedaba en condición de ciudadano latino (latini iuniani), esto obligaba al liberado latino a traspasar todos sus bienes a su antiguo dueño al momento de su muerte.