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Sexo en el Rancho

Por Aubey Watt

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Habían pasado dos meses desde que Cal había soñado con
Brandon, y aunque todavía eran difíciles de ignorar sus guiños de
broma, pensaba que con unas pocas horas de trabajo agotador día tras
día, sería suficiente para matar sus deseos, por su bien. La temporada
de lluvias se acercaba, y estaban accediendo a transportar el heno,
tanto como pudieran conseguir mientras el tiempo se los permitiera.
Intentar trabajar la empacadora bajo un aguacero sólo sería sinónimo
de problemas.
Brandon se había convertido en una buena ayuda en el rancho.
Aunque Cal había tenido sus dudas al principio, ahora sabía que el
chico de la ciudad se perfilaba para eso, aprendiendo todo lo que había
que saber sobre la crianza de ganado. Cal era un buen maestro, aunque
tal vez un poco estricto, y Brandon había absorbido sus conocimientos
como una esponja.
Su jefe, Warren, le había preguntado cómo la llevaba con la nueva
ayuda. Bueno, lo había expresado un poco diferente de eso. Lo que él
había preguntado fue en realidad —¿Cuántas cabezas de ganado ha
perdido ya, el pequeño maricón de ciudad?
—Ninguno. Lo está haciendo muy bien— murmuró Cal. No
quería que Warren se deshiciera de Brandon. Por un lado, era genial
tener a alguien cerca para ayudar en el rancho. Y por otro, él seguía
pensando en Brandon en ocasiones, recordando la forma en que sus
3 labios habían susurrado el nombre de Cal, cuando yacía en la cama,
acariciándose a sí mismo. Brandon no lo había visto, no sabía de Cal, y
Cal tenía toda la intención de mantenerlo así. Sin embargo, Cal no
podía evitar sentir una extraña atracción hacia él, y una cosa era
segura. No quería que Brandon se fuera.
—Bueno, está bien entonces— se quejó Warren. —Me alegro de
oír eso—
Y que era eso. Dos meses de compañía, amistad y la mejor comida
que Cal había comido fuera de la cocina del rancho. Esperaba que
nunca terminara.
Se aferró a otro fardo de heno, arrastrándolo en el granero.
—¡Uno, dos, tres! —La paca cayó de punta a punta, llegando un
poco cerca de su lugar contra la pared del granero. El pajar estaba a
mitad del camino, lleno de fardos de heno, y todavía había mucha luz
para trabajar.
Otra paca. —¡Uno, dos, tres! —Cal pudo sentir claramente cuando
se le escapaba de las manos, y veía a Brandon tropezar en la orilla de la
puerta del desván, el rebote fue lo suficientemente duro, para hacerle
perder el equilibrio.
—¡Mierda, mierda! — Él gritó, cayendo torpemente sobre el
borde. Cal lo oyó aterrizar con un golpe y miró por encima del borde
del desván donde se encontraba, sobre los fardos de heno. Brandon
gimió.
—¿Estás bien? —Preguntó Cal.
—No, estoy todo roto— dijo Brandon, con los ojos bien cerrados.
Cal rápidamente se deslizó por las paredes del desván, en las vigas de
soporte lateral de la escalera. No existía tanta distancia en la caída.
4 ¿Realmente se había roto algo?
—¿Qué te romp…AH!— Brandon había rodado, tirándolo al suelo
con las piernas. Sintió el viento golpeando contra él cuando aterrizó en
el heno.—¡Hijo de puta!— Brandon juguetonamente le empujó cuando
trató de levantarse y Cal cayó hacia atrás en el heno comprimido. —Eso
fue intencional.
Cal trató de recuperar el aliento, pero se sorprendió al sentir su
propio cuerpo siendo recogido desde el suelo. —¡Jesús, Brandon! ¡Me
rindo! ¡No es mi culpa que seas un idiota torpe! —Luchó, pateando sus
piernas en el aire.
—Vamos a ver cuánto te gusta ser lanzado desde lo alto— dijo
Brandon, tratando de volver a subir el pajar con Cal doblado en la
espalda. —¡Vamos arriba!— Cal fue echado contra la pared y Brandon
subió, colgándose de una sola viga del soporte. Cal sintió su cambio de
peso por debajo de él.
—Deja de patear, vas a hacerme caer de nuevo.
—Cristo, te vas a romper el cuello —El heno se movía bajo los pies
de Brandon, y Cal sólo pudo cerrar los ojos cuando él se lanzó y cayó de
cabeza de nuevo en los fardos. Brandon perdió su agarre sobre Cal y él
salió volando, aterrizando en una pieza desigual, terminando con paja
pegada a cada parte de su cuerpo. Esta vez Cal se había levantado y
estaba listo antes que Brandon, podría girar contra él.
—Inténtalo de nuevo y te mato — Él estaba en cuclillas, sin
aliento, y con el heno en los pantalones pinchando su piel —Deja de
tratar de matarme y no voy a intentarlo de nuevo, ¿qué te parece?
¿Trato? —Brandon dio la vuelta y levantó la mano.
Cal miró la mano como si fuera una serpiente venenosa. Brandon
5 le sonrió, y él se veía tan adorable con las partículas de heno pegadas en
el pelo, que Cal no pudo resistir durante más de un segundo. Movió su
mano hacia Brandon y éste le arrojó un puñado de heno en la cabeza. —
Oh, por el amor de Dios— dijo Cal, cepillando el heno de sus hombros y
pasándose los dedos por el pelo.
—Ahora bien, esto es como yo pensaba que sería vivir en una
granja— dijo Brandon, cuando se dejó caer de nuevo en el heno con las
manos detrás de la cabeza.
—Es un rancho, no una granja — Cal se quitó un trozo de heno de
la boca, haciendo una mueca.
—Bien, bien— dijo Brandon. —Vivir en un rancho.
Cal se irguió y comenzó a subir de nuevo hasta el desván. —No te
pongas demasiado cómodo. Será mejor que me ayudes con el resto de
ellos—
—¿O si no qué? —Brandon le sonrió, y Cal no podía dejar de
mirar su cuerpo delgado y musculoso, extendido sobre el heno. Dios,
era atractivo. Cal negó ante la idea en su mente, miró por encima del
hombro y se puso a recoger más heno.
—O bien la siguiente paca estará aterrizando en tu cabeza—

Esa noche Brandon hizo como postre para acompañar la cena,


una extraña compota de fruta, frita en una sartén con mantequilla y
6 azúcar.
—¿Qué es esto? —Dijo Cal, recogiendo las cosas dulces con un
trozo de pan.
—Cactus — dijo Brandon. —¿Te gusta?
Cal dejó de masticar. —¿Cactus? — Murmuró, hablando con la
boca llena.
—Sí, los nopales que se ven cada vez más en todas partes—
Brandon siguió comiendo. —¿Por qué?
Cal negó con la cabeza. La realidad era que estaban bastante
deliciosos. —Tú eres la única persona que he conocido a quien se le
ocurriría freír la maldita cosa para el postre. No como cualquier cosa y
jamás hubiera pensado que un cactus sería bueno para comer.
—Bueno, nunca sabrás si te va a gustar algo hasta que lo pruebas
— Dijo Brandon, raspando el último bocado de su plato y de pie para
recoger los platos.
Cal murmuró su asentimiento y se dirigió a la cama, con el
estómago lleno de un delicioso postre raro.
Al acostarse, se sorprendió de encontrar su mente a la deriva en
diferentes direcciones. Normalmente se quedaba dormido tan pronto
como golpeaba la cama. Esta noche, sin embargo, no podía evitar que
su cerebro estuviera turbado.
Implicando, como lo hacía últimamente, a Brandon. Hoy en el
día, el asunto del heno se le había ido de las manos. Cal había bajado la
guardia, y con todas las circunstancias, se había encontrado a sí mismo
disfrutando, disfrutando demasiado. Dejó que su mente repitiera el
incidente, recordando la sensación de los fuertes brazos de Brandon
levantándolo, agarrándolo por la cintura, Cal contuvo el aliento dentro,
7 cuando se imaginó luchando contra Brandon, pero en vez de parar ahí,
continuaban, hasta inmovilizarlo contra el heno. En su cabeza, sentía a
Brandon empujar los hombros hacia atrás, presionando sus cuerpos en
un dulce contacto. Los labios carnosos y suaves de Brandon, su pelo
áspero y arenoso, la muy bronceada piel de su pecho, apenas de dos
meses de sol de verano.
Sintiendo la contracción de su polla, con la imagen de la cara
inocente de Brandon, Cal metió la mano por debajo de la manta y
comenzó a acariciarse a sí mismo. Se mordió el labio. Lo que estaba
haciendo era malo, no tenía ninguna duda de eso. No era natural, no
estaba bien. Pero, oh Dios, esos labios calientes, sus labios hinchados.
Cal imaginó la boca de Brandon rodeando su polla, esos labios
moviéndose lentamente sobre su eje, y tragó saliva, mientras que
trabajaba su mano sobre su polla llorosa, ahora completamente erecta.
Los golpes en la puerta fueron tan ligeros que casi no los oyó. Cal se
quedó inmóvil, y escuchó el golpe de nuevo.
—Hey, ¿aún estas despierto?— Brandon estaba en la puerta.
—Sí— Cal contesto con voz ronca, luego se aclaró la garganta. —
¿Qué quieres?
—La lluvia está empezando de nuevo. ¿Crees que tenemos que
entrar al novillo?
Cal reflexionaba. —¿Qué tan malo es?
—No está mal —La voz de Brandon era baja, lo que causo un
espasmo en la polla de Cal bajo las sábanas.
Él se encogió de hombros en el colchón, con la mano sin soltar
libremente su erección. —Va a estar bien hasta mañana.
—Bueno, sólo quería comprobar. Buenas noches.
8 —Buenas noches —Cal exhaló, cuando se alejó de la puerta, con la
polla dura presionando insistentemente contra su mano.
Se agarró con fuerza, imaginando la mano de Brandon en torno
suyo, y cayó en un ritmo de sacudida hacia atrás y hacia adelante. Su
respiración se volvió rápida y no pasó mucho tiempo antes de que él se
sintiera tenso, lanzando su caliente corrida en la palma de su mano,
abriendo y cerrando su ingle con espasmos de alivio. Su cabeza cayó
sobre la almohada murmurando —Brandon —mientras sus párpados se
cerraban de golpe y caía de cabeza en el sueño.

Aunque la mañana comenzó con un sol fresco, durante el día los


vientos cambiaron, y no paso mucho tiempo después del almuerzo,
cuando las nubes oscuras se comenzaron a reunir por encima.
—Parece que habrá una tormenta —dijo Brandon, con las manos
en las caderas.
Cal estaba sentado en el suelo con las piernas cruzadas, fijando
una hebilla curvada en la silla, cuando él cayó hacia atrás riéndose de
Brandon.
—¿Se acerca una tormenta? ¡Vaya, que tenemos, un tradicional
Nostradamus por aquí! —Se golpeó las rodillas. —¿Qué podrían
augurar esas nubes?
9 —Oh, cállate— dijo Brandon, mientras cerraba la puerta del
corral. —Dime, oh grande y sabio oráculo, ¿mi cabello se mojará
cuando la lluvia comience a caer? ¿Será que el sol saldrá mañana por la
mañana? ¿Qué pasará en el futuro?
—Te voy a decir algo que va a pasarte en un futuro cercano— dijo
Brandon. Cal se rió.
Las nubes por encima comenzaron a retumbar con truenos y Cal
guardo los alicates en su bolsillo. —Tienes razón, sin embargo. Mejor
reunimos el ganado y lo resguardamos en el interior, si no lo hacemos,
tendrán la necesidad de ponerse en movimiento hacia dios sabe dónde.
Cuando estaban sobre sus caballos, dirigiéndose hacia la llanura,
la lluvia comenzó a caer.
—Maldito desierto —dijo Cal. —No se puede decidir si quiere ser
una selva tropical.
—A mí me gusta —dijo Brandon, inclinando la cabeza hacia atrás
y dejando caer la lluvia sobre su rostro. Cal lo miró, vio la línea de su
cuello y la barbilla donde la lluvia corría por su oscurecida piel y el pelo
rubio. Luego espoleó a su caballo.
—Vámonos ahora. No tenemos todo el día.
De hecho, tenían menos tiempo del que Cal pensó. El viento
soplaba con fuerza desde el suroeste, trayendo consigo un temporal de
lluvia y relámpagos. Habían encontrado la manada de novillos, las
vacas se habían asustado de los truenos y debían guiarlas de nuevo. Les
llevó el doble de tiempo que de costumbre llevarlas al establo.
Cal echó el lazo sobre la puerta del redil y se balanceó hacia atrás
en su caballo. —Nos faltan dos terneros. Deben estar asustados lejos del
10 grupo por los truenos o algo así.
—Mierda— dijo Brandon, mirando a través de la lluvia hacia las
llanuras oscuras. Un trueno retumbó en el cielo. —¿Qué hacemos?
—Vamos a por ellos —dijo Cal, y pateó a su caballo en galope.
Brandon lo siguió de cerca. Le había tomado un tiempo para
acostumbrarse a los caballos.
Él era de la costa oeste, y Cal sabía que se sentiría más cómodo en
un velero que en la silla. Esta no era la ciudad, y él se había adaptado
bien a su nuevo entorno. Bajo la lluvia, sin embargo, con la precaución
en la mente y la silla de montar, se rezagaba cada vez más atrás.
Muy pronto Cal fue demasiado impaciente para esperar por él,
con su caballo impulsado por los destellos de plata de los rayos en la
lluvia. Cal alcanzo el barranco seco y giró hacia el sur, llevando el
caballo a lo largo de su borde. Muy pronto se encontró con el motivo de
la separación de los terneros. Uno de ellos se había deslizado hacia
abajo en el barranco. Balando ante el peligro, tratando inútilmente de
volver a subir las empinadas y fangosas laderas de la quebrada. Su alto
lamento atravesó el trueno y Cal saltó de su caballo, para comprobar si
podía encontrar a Brandon bajo la lluvia torrencial. Nada. Bueno,
tendría que esperar que su caballo no se asustara por los truenos.
Deslizándose por un lado del inclinado barranco entre la maleza,
agarró la ternera de la tierra fangosa, que gemía y se retorcía con
fuerza, aterrorizada por los relámpagos y truenos, con el lodo
resbaladizo todo lo que Cal pudo hacer, fue sólo eso, mantenerla bajo
su brazo. Oyó un ruido, la voz de alguien, y miró hacia arriba. Brandon
estaba corriendo su caballo junto al barranco, gritando frenéticamente
hacia Cal. A través del rugido del viento y la lluvia, Cal no podía
11 entender nada, pero afuera, Brandon estaba agitando sus brazos,
haciéndole a Cal un gesto para salir del barranco. Entonces Cal miró
hacia atrás contra la corriente, y se congeló de terror. Una pared de
agua turbia se precipitaba por el barranco, viniendo directamente hacia
él. Una inundación repentina. Cal sólo tuvo un par de segundos para
refugiarse en algún lugar, por la ladera del barranco, aferrándose a la
maleza cuando la fuerza del río golpeó sobre él. El becerro fue
arrancado de su brazo y apenas se colgó de las ramas en el agua fangosa
que arrasaba sus pies por debajo de él. La corriente de agua lo
arrastraba hacia un lado, y sus dedos se deslizaron sobre la ribera,
tosiendo y aspirando con la boca llena de limo. Chisporroteando y
respirando con dificultad, vio a Brandon extendiendo su brazo hacia
abajo, hacia él, aún a unos pocos metros por encima, en la pared del
barranco. No estaba lo suficientemente cerca.
El agua se agitaba debajo de él, y él sintió una de sus botas ser
arrancada fuera, con la corriente. Brandon se había ido, tal vez para
obtener una cuerda, pero en lo único que podía pensar era en aferrarse
a las ramas resbaladizas, que se deslizaban una a una, fuera de su
alcance. Vio a Brandon volver y bajar por una cuerda, pero las raíces en
la pared de barranco se desprendieron y la cabeza de Cal se deslizó bajo
el agua fangosa.
Cal se elevó, dando arcadas por el agua limosa, girando con la
corriente que lo arrastraba. No sabía nadar, él agitaba sus brazos
violentamente, tratando de mantenerse a flote en el río. Entonces
golpeó algo, y sintió un brazo llegar bajo su hombro, sosteniéndolo por
encima del agua. Era Brandon, nadando duro.
—Relájate —le gritó a Cal, que seguía sacudiendo sus
12 extremidades imprudentemente por miedo. Cal aspiró y dejó de
moverse, dejando a Brandon retenerlo contra su pecho. Ellos estaban
siendo arrastrados por el barranco a un ritmo notable, y Brandon
estaba luchando para permanecer a flote y acercarse más. Se sintió
como una eternidad antes que el barranco llegara a una curva poco
profunda, y Brandon aprovechara la oportunidad para empujarlos a
ambos a la orilla, balanceándose sobre Cal y tirando hacia arriba detrás
de él. Se quedaron en la orilla del barranco, jadeando en busca de aire.
Sobre sus cabezas un trueno aún retumbaba, pero la tormenta se movía
hacia el norte. Un rayo crepitaba en las montañas distantes.
—¿Estás bien? —Preguntó Brandon. Tosiendo, limpiándose la
boca con el dorso de su brazo.
Cal se inclinó y escupió. Podía sentir la arena entre los dientes. —
Estoy bien— Él miró a Brandon, cuyo pelo mojado estaba enmarañado
en su cabeza.
Ambos habían llegado y se aferraban a la maleza de la orilla, y
sangraban de un sin número de pequeños cortes y raspaduras.
—Gracias.
—Claro —dijo Brandon, poniéndose en pie y mirando a su
alrededor. —Creo que he perdido los caballos.
Cal se rió débilmente, permitiéndole a Brandon levantarlo. –Han
de estar de vuelta en el rancho esperando por nosotros.
—¿Qué pasa con el otro novillo? ¿El ternero?
—Vete a la mierda — dijo Cal. Había sangre corriendo por su
frente en su ojo. Debió de haber golpeado su cabeza contra el muro de
la quebrada. —La carne no es digna de tantos problemas —Trató de dar
un paso, pero se tambaleó, mareado por el cansancio y el golpe en la
13 cabeza. Brandon lo estabilizó, y se fue cojeando hacia el rancho a través
de la disminuida lluvia.
Cal tenía razón, los caballos estaban de pie justo en frente de la
puerta del rancho cuando llegaron, mirándolos con benevolencia, como
preguntando, por qué habían tardado tanto tiempo para recuperarlos.
Cal se derrumbó en el suelo mientras Brandon amontonaba leña en la
chimenea.
—Tan extraño— dijo Cal, mirando las vigas en el techo. —¿Qué
es?
—Tuve un sueño sobre el barranco no hace mucho. Se inundaba
en mi sueño, al igual que el día de hoy.
Brandon sonrió, avivando las llamas del fuego. —¿Te salvaba a
continuación en tu sueño también?
Cal se sonrojó profundamente. En su sueño, Brandon le había
salvado.
Y había hecho un montón de otras cosas con él también.
Cambiando rápidamente el tema.
—¿Qué diablos estabas pensando, de todos modos, saltando
detrás de mí? Podrías haber conseguido tu muerte.
—Oh, no lo sé —dijo Brandon, calentándose las manos sobre el
14 corazón. —Pensaba que simplemente estábamos nadando, eso es todo.
No quería que tuvieras toda la diversión sin mí —Él sonrió a Cal. Cal
levantó la ceja. —Divertido tal vez, si sabes nadar.
—¿No sabes nadar? —Brandon dejo salir un silbido. —Por suerte,
entonces.
—Sí —dijo Cal, mirando las llamas del fuego.
—Por suerte.
Veinte minutos más tarde, el fuego comenzaba a rugir. Ambos
hombres estaban tirados en el suelo delante del fuego caliente, sus
camisas secándose en las sillas frente al calor. Recuperado de toda la
emoción del día, Cal sintió el dolor de su cuerpo por el agotamiento. Se
frotó el cuello, rodando la cabeza para aliviar un poco la tensión.
Brandon estiró los brazos, la boca bien abierta en un bostezo. Cal
lo miró por el rabillo del ojo. Sus músculos bronceados ondeaban en las
sombras vacilantes del fuego y el vello de su pecho brillaba como el oro.
Brandon volvió la cabeza hacia Cal, que rápidamente desvió la mirada.
—Gracias —dijo Cal, con ganas de romper el silencio de alguna
manera.
—Sabes —dijo Brandon, rodando a su lado, —Puedo sentir
cuando me miras a mí de esa manera.
Cal se olvidó de respirar. Parpadeando. —¿Qué manera? —Él no
lo diría. No podía.
La adrenalina corría a través él, y cada parte de él se tensó.
—No soy estúpido, Cal —dijo Brandon. Dios, la forma en que
pronunció el nombre de Cal le perforó el corazón. Quería escucharlo de
nuevo, para tirar de sus labios.
Al mismo tiempo que quería matar a Brandon por traer a
15 colación su secreto.
Su secreto. Lo había mantenido en el interior de sí mismo
durante meses, y si pensaba en ello, tal vez más, tal vez había existido
siempre. La atracción que reprimía amenazaba con abrirse paso y
manifestarse. Cal se vio obligado a suprimirla, la había interiorizado
con las nociones del bien y el mal que desde una edad temprana le
habían llevado a creer que lo que estaba sintiendo en ese momento
estaba del todo en el lado malo. Eso que le hacía sentirse solo también,
no entraba en su mente como una posible consecuencia de suprimir sus
sentimientos, y había vivido con la soledad tanto tiempo que se había
convertido en una parte familiar de él, una que le hacía sentirse
cómodo.
Así que cuando este hombre, este hermoso hombre sentado junto
a él, este chico a quien amaba más intensamente de lo que jamás había
amado, cuando este hombre se asomó en su soledad y se la señaló,
estuvo aterrorizado. La soledad no había sido tan mala, porque él
pensaba que era inevitable. Ahora que Brandon estaba aquí, él ya no
estaba solo, y al acercarse Cal a él, se encontró que ya no disfrutaba de
la conformidad de estar solo. Al igual que el conejo congelado en la
jaula cuando le abren la puerta, Cal estaba aterrorizado de ser puesto
en libertad.
Brandon se acercó y le tocó la mano, y Cal reaccionó
instintivamente, golpeándolo en la cara, antes de que él supiera lo que
estaba haciendo. Brandon lo trajo de nuevo a la tierra, al distinguir la
mirada confusa de miedo exteriorizada en sus ojos, levantando los
brazos para defenderse. Cal se detuvo, con los brazos temblando. El
labio de Brandon estaba cortado, sangrando, y con su mano se limpiaba
16 el oscuro hilo de sangre.
—¡Hey, lo siento! —Brandon levantó las manos en señal de
rendición y Cal vio verdadero miedo en sus ojos. Se le rompió el
corazón. Dos meses de tensión acumulada estallaron en la superficie de
Cal, inclinándolo, presionando con fuerza contra su propia voluntad,
por lo que, empujando contra sus inhibiciones, agarro la barbilla de
Brandon y tiró de él en un beso duro.
Debajo de él, Cal sintió que el cuerpo de Brandon respondía al
abrazo. La sangre de Brandon sabía a monedas en la boca de Cal y le
chupó el labio, por lo que Brandon grito de sorpresa. Oh, esa voz. Se
sorprendió a sí mismo con el movimiento de su mano para acariciar la
mejilla de Brandon. Quería ver a los ojos del hombre, para ver si el
deseo en ellos igualaba su reacción.
Sus respiraciones se mezclaban en el espacio poco profundo entre
ellos.
—¿Qué es esto? —Preguntó Brandon, su voz era un susurro sin
aliento.
—Te quiero —murmuró Cal, sus dedos cerrándose en el pelo de
Brandon.
—Está bien, eso es bueno —dijo Brandon. Enderezando la cabeza
en alto con entusiasmo. —Porque por un segundo...
Cal apretó su boca con fuerza contra Brandon, sintiendo la
tensión de su polla contra la parte delantera de sus pantalones. El
hombre era fuerte, empujando de nuevo en el beso, y por un momento
Cal perdió el aliento y sintió como si se estuviera ahogando en el
delicioso calor.
Entonces la boca de Brandon bajó a su cuello, chupando y
17 lamiendo su piel. La soledad se había derretido hasta desaparecer
frente al fuego, y Cal se llenaba de una ola libre de lujuria que corría
por sus venas, su corazón latiendo a un ritmo más y más rápido.
Se quedó sin aliento cuando Brandon se agachó para acariciar su
erección a través del pantalón.
—Oh, eres uno grande, ¿verdad, vaquero? —Brandon susurró,
trazando la tela con sus dedos atrevidos.
Sus labios temblaron entre sí cuando la mano se trasladó de
nuevo, envolviendo el contorno de su virilidad. Se sintió abriendo y
cerrando la boca, mientras su polla se sacudía bajo el firme toque de
Brandon. El fuego proyectaba sombras en el rostro de Brandon, y Cal
no podía dejar de pasar sus dedos por el cabello rubio del hombre,
barriendo la humedad de los rizos que aún no se secaban. El aumentó
la fricción a continuación, acaparando toda su atención.
Brandon deslizó sus dedos por debajo, en su cintura, y Cal inhalo
cuando Brandon sacó su cinturón, arrancándolo y tirándolo por el
cuarto. Ciñendo su fuerte brazo en la cintura de Cal, levantándolo para
que los vaqueros pudieran ser empujados hacia abajo con más
facilidad. El pene erecto de Cal saltó de su ropa y él se estremeció,
sintiendo el frío del aire, gimiendo cuando Brandon se agachó para
tomar su polla hinchada con la mano.
Se sorprendió cuando la boca de Brandon se movió hacia abajo en
su pecho y siguió su camino. Su corazón casi golpeaba fuera de su
pecho, hacia el aire caliente que se sentía en su piel, más y más caliente.
Brandon besó su eje y Cal respiró hondo, sus uñas arañando el suelo de
madera. La boca de Brandon se acercó a su cabeza hinchada
experimentalmente, lamiendo y chupando suavemente. Cal gimió.
18 Quería más.
Brandon pareció leer su mente, y le susurró, su aliento
hormigueando sobre la carne sensible.
—Pon tu mano en mi cabeza, demuéstrame lo que te gusta.
Cal estaba nervioso de hacer las cosas mal. —¿No puedes
simplemente hacerlo y pregúntame si me gusta?
Brandon sonrió y le pasó la lengua suavemente sobre la punta
sensible, causando que Cal cerrara los ojos, apretándolos con placer
angustioso. —Muy bien, vaquero —Inclinando de nuevo la cabeza,
mantuvo a Cal en su boca, con Cal arqueándose hacia arriba,
arqueando la espalda en las tablas ásperas. Brandon chupó con fuerza
una vez, luego se retiró, girando su lengua alrededor del eje. Cal sentía
que su corazón comenzaba a correr aún más rápido con la mamada.
—¿Te gusta esto? —La boca de Brandon se movió a través de un
lado del eje duro de Cal, lamiéndolo suavemente, él gimió. —¿Qué tal
esto? —Preguntó Brandon, bromeando. Moviendo la lengua a través de
la cabeza hinchada, haciendo que Cal impulsara sus caderas hacia
arriba para buscar más presión. El aliento de Brandon era frío en la piel
de Cal, cuando susurró —¿Te gusta esto?
—Oh, por el amor de Cristo —dijo Cal, haciendo algo que nunca
pensó que haría, alcanzando hacia abajo, empujo su mano en la parte
posterior de la cabeza de Brandon. Brandon siguió su ritmo, obediente,
y Cal se encontró disfrutando de guiar la boca caliente de Brandon
arriba y abajo por su eje.
Cal aumento su movimiento oscilante, por lo que Brandon se
sacudía hacia arriba y abajo, trabajando con furia la lengua contra la
parte inferior de su polla hinchada, los labios de Brandon rodeando el
19 eje con fuerza. Brandon le tomó completamente en la boca y Cal pudo
sentir su polla deslizándose en la parte posterior de la garganta de
Brandon.
Se quedó sin aliento ante los jadeos que aliviaban la presión. A
continuación, Brandon se había ido y Cal quería gritar. Él quiso
tomarlo con la mano pero Brandon descarto su muñeca, alejándose.
—Ven por mí, vaquero —dijo Brandon, tumbándose delante de
cal. Las llamas crepitaban hacia arriba en el fuego del hogar, y Cal pudo
ver las chispas que se refleja en los ojos de Brandon, dilatados con
lujuria. —Sabes que lo quieres.
Abrió las piernas, deslizando sus pies al lado de los muslos de Cal,
alargando su mano hasta su polla, acariciándose. —Ven y tómame, Cal.
Estoy listo para ti.
Cal jadeó, su polla dura como roca se agito lentamente en el aire.
A continuación, Brandon le guiñó un ojo y algo dentro de él se rompió.
Él se dejó caer sobre Brandon, agarrando sus muslos con las manos,
tirando de su cuerpo hacia arriba. Su pene presionando contra el dulce
agujero de Brandon y vaciló, sólo por un segundo, antes de empujarse a
sí mismo. Incluso con el agujero de Brandon mojado con saliva, lo
sentía apretar alrededor de él con fuerza, por lo que sacudió la punta,
entrando y saliendo, para mojar la carne, deliciosamente apretada, con
sus propios jugos. Las tablas de madera en bruto estaban duras debajo
de sus rodillas, pero en lo único que podía pensar era en el placer
exquisito cuando la punta de su hinchada polla se deslizaba dentro y
fuera del anillo caliente de Brandon.
Brandon gritó —¡Fóllame! ¡Fóllame duro! —Acarició su polla,
deslizando su mano arriba y abajo de su longitud, con sus piernas
20 alrededor de Cal, tirando de él más profundamente. Cal se volvió loco
al ver como Brandon se retorcía debajo de él con placer. Se metió
dentro y fuera de la dulce carne, trabajando su polla hinchada, que se
introducía más y más por el agujero estrecho. Era más intenso de lo
que nunca había sido antes y destellos blancos pulsaron a través de su
visión como un relámpago, cegándolo, mientras lo montaba duro.
—¡Sí! ¡Sí! —Brandon estaba apoyándose con una mano y
empujando hacia atrás en el mismo ritmo, haciéndose montar por Cal.
—¡Oh, Dios, sí! —Su pene estaba enterrado hasta la empuñadura
cuando Brandon se sacudió debajo de él, con la cabeza echada hacia
atrás en un éxtasis silencioso. Cal miró cuando agarró su polla con
fuerza, deslizándola a través de su puño en convulsiones hasta que
llegó, echando su semilla caliente en el pecho y el estómago. Su mano
trabajando febrilmente, ordeñando la polla dura hasta gastarla.
—¡Oh! ¡OHH! —Brandon gimió, sus dedos pegajosos con su
liberación, mientras seguía siendo sacudido arriba y abajo por Cal,
montándolo duro.
Al ver a Brandon venirse, sus labios se abrieron ante su clímax
dichoso, y Cal metió su polla dura con un ritmo frenético y delirante,
hasta que no pudo contenerse más. Una onda eléctrica pulsó sus
nervios mientras la empujaba profundamente, desesperadamente, con
una necesidad de liberación más fuerte y salvaje como jamás había
conocido.
El sudor resbalaba por su cuello hasta que los empujes llegaron
más rápidos y más duros. Su pene, hinchado y grueso, trabajaba tan
profundamente como podía, gritando en voz alta cuando se sintió
explotar en el interior del dulce agujero de Brandon. Derrapando de
21 rodillas en el suelo cuando al contraerse, su ingle le quemaba por el
calor de la pasión. Empujó una vez, dos veces, y lanzó su carga en el
cuerpo de Brandon.
Cal se desplomó en el suelo, con el pecho agitado. El aire de la
habitación era sofocante y todos los nervios que tenía, estaban
exaltados, sus miembros no podían moverse correctamente.
—Jesús —dijo, cuando encontró su aliento. Miró a Brandon. —
¿Estás seguro puedo hablar?
Brandon se rió. —¿Te gustó?
Cal se sonrojó. A él le había gustado, y le gustaba saber que
montaba al salvaje Brandon. Mirando a Brandon, su corazón seguía
corriendo por el esfuerzo.
—Gracias —dijo, y no sabía cómo lo decía en serio. Brandon le
había salvado la vida, pero le había alejado de la soledad también, al
menos por una noche.
No estaba seguro de lo que iba a pasar a partir de ahora,
cumplido su deseo, pero no tenía que preocuparse por eso. No esta
noche.
—En cualquier momento, vaquero —dijo Brandon, inclinándose
para presionar un beso suave en sus labios. —Absolutamente en
cualquier momento.

FIN

22

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