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Aubrey Watt - Serie Rancho 02 - Sexo en El Rancho
Aubrey Watt - Serie Rancho 02 - Sexo en El Rancho
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Habían pasado dos meses desde que Cal había soñado con
Brandon, y aunque todavía eran difíciles de ignorar sus guiños de
broma, pensaba que con unas pocas horas de trabajo agotador día tras
día, sería suficiente para matar sus deseos, por su bien. La temporada
de lluvias se acercaba, y estaban accediendo a transportar el heno,
tanto como pudieran conseguir mientras el tiempo se los permitiera.
Intentar trabajar la empacadora bajo un aguacero sólo sería sinónimo
de problemas.
Brandon se había convertido en una buena ayuda en el rancho.
Aunque Cal había tenido sus dudas al principio, ahora sabía que el
chico de la ciudad se perfilaba para eso, aprendiendo todo lo que había
que saber sobre la crianza de ganado. Cal era un buen maestro, aunque
tal vez un poco estricto, y Brandon había absorbido sus conocimientos
como una esponja.
Su jefe, Warren, le había preguntado cómo la llevaba con la nueva
ayuda. Bueno, lo había expresado un poco diferente de eso. Lo que él
había preguntado fue en realidad —¿Cuántas cabezas de ganado ha
perdido ya, el pequeño maricón de ciudad?
—Ninguno. Lo está haciendo muy bien— murmuró Cal. No
quería que Warren se deshiciera de Brandon. Por un lado, era genial
tener a alguien cerca para ayudar en el rancho. Y por otro, él seguía
pensando en Brandon en ocasiones, recordando la forma en que sus
3 labios habían susurrado el nombre de Cal, cuando yacía en la cama,
acariciándose a sí mismo. Brandon no lo había visto, no sabía de Cal, y
Cal tenía toda la intención de mantenerlo así. Sin embargo, Cal no
podía evitar sentir una extraña atracción hacia él, y una cosa era
segura. No quería que Brandon se fuera.
—Bueno, está bien entonces— se quejó Warren. —Me alegro de
oír eso—
Y que era eso. Dos meses de compañía, amistad y la mejor comida
que Cal había comido fuera de la cocina del rancho. Esperaba que
nunca terminara.
Se aferró a otro fardo de heno, arrastrándolo en el granero.
—¡Uno, dos, tres! —La paca cayó de punta a punta, llegando un
poco cerca de su lugar contra la pared del granero. El pajar estaba a
mitad del camino, lleno de fardos de heno, y todavía había mucha luz
para trabajar.
Otra paca. —¡Uno, dos, tres! —Cal pudo sentir claramente cuando
se le escapaba de las manos, y veía a Brandon tropezar en la orilla de la
puerta del desván, el rebote fue lo suficientemente duro, para hacerle
perder el equilibrio.
—¡Mierda, mierda! — Él gritó, cayendo torpemente sobre el
borde. Cal lo oyó aterrizar con un golpe y miró por encima del borde
del desván donde se encontraba, sobre los fardos de heno. Brandon
gimió.
—¿Estás bien? —Preguntó Cal.
—No, estoy todo roto— dijo Brandon, con los ojos bien cerrados.
Cal rápidamente se deslizó por las paredes del desván, en las vigas de
soporte lateral de la escalera. No existía tanta distancia en la caída.
4 ¿Realmente se había roto algo?
—¿Qué te romp…AH!— Brandon había rodado, tirándolo al suelo
con las piernas. Sintió el viento golpeando contra él cuando aterrizó en
el heno.—¡Hijo de puta!— Brandon juguetonamente le empujó cuando
trató de levantarse y Cal cayó hacia atrás en el heno comprimido. —Eso
fue intencional.
Cal trató de recuperar el aliento, pero se sorprendió al sentir su
propio cuerpo siendo recogido desde el suelo. —¡Jesús, Brandon! ¡Me
rindo! ¡No es mi culpa que seas un idiota torpe! —Luchó, pateando sus
piernas en el aire.
—Vamos a ver cuánto te gusta ser lanzado desde lo alto— dijo
Brandon, tratando de volver a subir el pajar con Cal doblado en la
espalda. —¡Vamos arriba!— Cal fue echado contra la pared y Brandon
subió, colgándose de una sola viga del soporte. Cal sintió su cambio de
peso por debajo de él.
—Deja de patear, vas a hacerme caer de nuevo.
—Cristo, te vas a romper el cuello —El heno se movía bajo los pies
de Brandon, y Cal sólo pudo cerrar los ojos cuando él se lanzó y cayó de
cabeza de nuevo en los fardos. Brandon perdió su agarre sobre Cal y él
salió volando, aterrizando en una pieza desigual, terminando con paja
pegada a cada parte de su cuerpo. Esta vez Cal se había levantado y
estaba listo antes que Brandon, podría girar contra él.
—Inténtalo de nuevo y te mato — Él estaba en cuclillas, sin
aliento, y con el heno en los pantalones pinchando su piel —Deja de
tratar de matarme y no voy a intentarlo de nuevo, ¿qué te parece?
¿Trato? —Brandon dio la vuelta y levantó la mano.
Cal miró la mano como si fuera una serpiente venenosa. Brandon
5 le sonrió, y él se veía tan adorable con las partículas de heno pegadas en
el pelo, que Cal no pudo resistir durante más de un segundo. Movió su
mano hacia Brandon y éste le arrojó un puñado de heno en la cabeza. —
Oh, por el amor de Dios— dijo Cal, cepillando el heno de sus hombros y
pasándose los dedos por el pelo.
—Ahora bien, esto es como yo pensaba que sería vivir en una
granja— dijo Brandon, cuando se dejó caer de nuevo en el heno con las
manos detrás de la cabeza.
—Es un rancho, no una granja — Cal se quitó un trozo de heno de
la boca, haciendo una mueca.
—Bien, bien— dijo Brandon. —Vivir en un rancho.
Cal se irguió y comenzó a subir de nuevo hasta el desván. —No te
pongas demasiado cómodo. Será mejor que me ayudes con el resto de
ellos—
—¿O si no qué? —Brandon le sonrió, y Cal no podía dejar de
mirar su cuerpo delgado y musculoso, extendido sobre el heno. Dios,
era atractivo. Cal negó ante la idea en su mente, miró por encima del
hombro y se puso a recoger más heno.
—O bien la siguiente paca estará aterrizando en tu cabeza—
FIN
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