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Unilever revoluciona su cadena logística, interconectando puntos de venta

(minoristas) con sus propios canales de producción, almacenaje y


producción

Demand Driven MRP o la gestión del


pedido perfecto en la industria
alimentaria
Pepe Varela, periodista y community manager21/03/2018
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Con más de 400 marcas, distribuidas en 14 categorías de productos, Unilever es una de


las productoras de alimentos, elaborados para el cuidado personal y productos para el
hogar más grandes del mundo. Todo esto, evidentemente, crea grandes desafíos en su
cadena de suministro. Ante la necesidad de optimizar su inventario, Unilever
implementó Demand Driven (DDMRP) como metodología de gestión de su supply chain.
De este modo, la compañía consiguió mejorar la planificación de su inventario, reducir
los costos de su cadena de suministro y, sobre todo, mejorar considerablemente su
nivel de servicio.

Unilever es una de las productoras de alimentos, elaborados para el cuidado personal y productos para el
hogar más grandes del mundo.

Unos productores diferentes a los demás


Para que Unilever consiguiera alcanzar estos objetivos, primero tuvo que estudiar cuales eran
las propias peculiaridades de su mercado, como, por ejemplo, comprender cuales eran las
preferencias de sus consumidores o, también, como sincronizar sus fábricas con el gran
número de promociones que se realizan en este sector. Y es que los fabricantes de alimentos
y bebidas tienen sus peculiaridades.
Manuel Rodríguez es socio director de CMG Consultores, la única empresa en España
especializada en la implantación de la metodología DDMRP en la gestión de cadena de
suministros. Para Manuel Rodríguez que las empresas alimentarias sean peculiares, con
respecto al resto del mercado, se debe a que “a los objetivos a cumplir, que comparten con el
resto de las empresas del mercado (entregar los productos a tiempo y con los mejores
estándares de calidad posible, hacerlo con el precio correcto…), hay que sumar otros
específicos… como, por ejemplo, manejar ingredientes perecederos para los que se requieren
niveles adicionales de gestión operativa, visibilidad y control”. Además, añade el socio director
de CMG Consultores “las empresas alimentarias deben cumplir con los controles obligatorios,
impuestos por las autoridades, para el manejo y procesado tanto de ingredientes crudos como
de productos intermedios y acabados. Todos estos procedimientos incluyen, además, la
gestión de la producción de los productos primarios, así como la planificación de los
inventarios resultantes de los coproductos que se producen durante el procesamiento”.
Por todo esto, los fabricantes de alimentos y bebidas que desean mejorar el rendimiento de su
cadena de suministro, para mejorar, así, su nivel de servicio, deben abordar tanto la gestión
de los productos como de los procesos. Y todo ello en un mercado, como el alimenticio,
caracterizado por unos estrechos márgenes de beneficio. En palabras de Manuel Castro
Hermida, el primer europeo que obtuvo, por el International Supply Chain, el certificado en
Demand Driven (DDMRP), “es ahí donde entran en juego las ventajas de implementar una
metodología de gestión como Demand Driven MRP”.

Los fabricantes de alimentos y bebidas que desean mejorar el rendimiento de su cadena de suministro deben
abordar tanto la gestión de los productos como de los procesos.

¿Qué puede hacer Demand Driven MRP por mejorar la cadena de suministro en
la industria alimentaria?
Para empezar, cambiar la visión que el fabricante tiene de sus propios procesos comerciales,
siendo más flexible en la entrega de sus productos y mejorando el nivel de servicio al cliente.
Esto implica relacionarse con su cadena de suministro de una manera totalmente nueva,
desde la definición de que es demanda hasta la forma de gestionar la variabilidad del
suministro, producción y distribución. Manuel Castro apunta que “para enfocarse hacia la
demanda del cliente, el productor tendrá que decidir estratégicamente dónde colocar el
inventario y tener sistemas que, diariamente, digan a los planificadores que comprar, qué
fabricar y qué distribuir a lo largo de la supply chain”.
Hay quien afirma que los stocks son resultado de una información incorrecta. Y es cierto que
la variabilidad de la demanda, unida al gran número de promociones y lanzamiento de nuevos
productos, resulta especialmente acusada en la industria alimentaria. Sin embargo, en opinión
de Manuel Rodríguez “los fabricantes de alimentos y bebidas nunca podrán eliminar por
completo los picos y valles de la demanda… sobre todo cuando hablamos de productos que
sólo están disponibles una vez al año. En estos casos, se deberá encontrar ingredientes
sustitutos alternativos. Por ejemplo, frutas y verduras congeladas que sustituyan a las
frescas”.

Alineación y enfoque constante en el cliente final


A medida que se implementa un modelo de gestión como Demand Driven MRP, que permite
una visibilidad en tiempo real de lo que realmente está pasando, además de una toma de
decisiones más inteligente, se obtiene, también, una mayor velocidad en la respuesta de las
fábricas y la red de distribución. En palabras de Manuel Castro “ahora las fábricas producen lo
que realmente quiere el mercado y no se desperdicia capacidad en lo que quizás quiera el
mercado”.

Unilever cuenta con más de 400 marcas, distribuidas en 14 categorías de productos.

Reducir costos en la cadena de suministro


La reducción de los costos de la cadena de suministro es el resultado de focalizar diariamente
en la demanda real y cuestionarse, al mismo tiempo, todas aquellas políticas de gestión que
no se centran en la velocidad y si en la optimización local de los procesos. Por ejemplo,
entregas más frecuentes de producto en las cantidades necesarias. Este modo de relación
entre fabricantes y puntos de venta, explica Manuel Rodríguez “debería llevar a una
producción constante de una gama más amplia de productos. En todo caso, tener visibilidad,
en tiempo real, del inventario en el punto de venta permitirá al fabricante responder a la
demanda variable del cliente final y también, influir en la misma. Esto último permite, además,
reducir los picos y valles de la demanda”. ¿Qué más se puede pedir? Desde Unilever dan la
respuesta: nada.

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