Está en la página 1de 5

Tema: El niño hospitalario.

Consignas:
1- Definición de niño hospitalario.
2- Efectos de la hospitalización.
3- Factores de la hospitalización.
4- La familia del niño hospitalizado.
5- El rol del adulto en el juego del niño.
6- El juego en el niño con discapacidad.

Respuestas:
1. El niño hospitalizado es el niño que está internado. La estancia en un
hospital supone una experiencia desconocida en el niño, acostumbrado a
su ambiente familiar y sus relaciones afectivas, lo que constituye todo lo
que conoce y sin duda va a repercutir en su desarrollo normal. No sólo por
este cambio de ambiente, sino por la falta de estimulación normal que un
niño en otra situación recibiría, y que le haría aprender y desarrollarse.
Los niños entienden el ingreso al hospital de maneras muy distintas. Todo
depende de la edad que tenga, del carácter y de su desarrollo psicomotor,
de cuántos días tendrá que permanecer en el hospital, de la enfermedad
que padezca, si siente dolores y molestias, si su físico ha cambiado, y qué
tipo de compañía le hacen
Los niños hospitalizados requieren más cariño y cuidados de los padres o
familiares cercanos, debido a que experimentan angustia, miedo y ansiedad
al haber sido extraídos de su ambiente natural en el que se desenvuelven:
familia y amigos.

2. Efectos de la hospitalización
La hospitalización es un acontecimiento no deseado para nadie, los niños
son los más propensos a sufrir alteraciones importantes en su estado
emocional.
El trauma de la hospitalización se produce según: el momento evolutivo, de
vivencia interna, biológica, y biográfica, que este atravesando el paciente
pediátrico.
El impacto de la hospitalización y todo lo que esto implica, puede frenar su
desarrollo, por lo que la estimulación sensorial, la interacción verbal son tan
importantes en el niño como lo es la alimentación y el reposo.
Constituye una gran fuente de estrés, y algunos miedos residuales que
pueden permanecer en el interior del niño.
La hospitalización tiene un efecto porque se produce una separación de los
padres.
Las conductas suelen pasar por tres fases: protesta, ambivalencia y
adaptación.
3. Factores de la hospitalización:
Factores personales: son aquellos que dependen del niño que va a
ingresar al hospital y que se deben tener en cuenta.
- Edad y desarrollo biopsicosocial del niño: la etapa entre los 4 meses
y los 6 años, es la más susceptible a las alteraciones emocionales
como consecuencia de la hospitalización.
- Naturaleza y grado de severidad de la enfermedad que padece: las
limitaciones que impone la enfermedad, si ésta es aguda o crónica,
dolorosa o no, etc. El simple hecho de que la enfermedad sea
dolorosa o no se debe tener en cuenta a la hora de evaluar los
efectos de la hospitalización.
- Temperamento y características personales del niño: que se
manifiesta en el modo que éste responde a la hospitalización.
- Naturaleza de las experiencias previas que se haya tenido con
médicos y hospitales: los niños hospitalizados Por primera vez
muestran mayores alteraciones emocionales, aquellos que ya tienen
experiencia medica negativa muestran mayores niveles de ansiedad
frente a la hospitalización.
Factores familiares:
El modo en que los padres, hermanos, familiares y compañeros responden
a la hospitalización del niño puede ser muy importante.
La hospitalización supone para el niño una forma particular de experimentar
la separación de la familia:
- La separación de la madre es el factor mas importante de riesgo para
el niño hospitalizado, esto puede provocar comportamientos
agresivos, ansiedad y depresión, modifica la conducta del niño y la
de sus familiares. Es importante que la familia adopte una seie de
estrategias o incluya nuevas rutinas, en sus relaciones, para que
éstas no se vena afectadas a causa de la hospitalización de uno de
sus miembros.
- El estrés paterno aparece también como uno de los principales
factores que dificultan el ajuste del niño a la hospitalización. Las
conductas que suelen adoptar los padres es de sobreprotección y
baja tolerancia a las frustraciones y a los conflictos familiares.
-
Factores hospitalarios:
- la separación del niño con el entorno familiar y el contacto con un
ambiente extraño al que debe adaptarse, los continuos cambios de
personal hospitalario que no posibilitan o que dificultan la conducta
de apego en el niño.
- La duración de la estancia en el hospital es muy importante: una
hospitalización media o repetidas readmisiones de pequeña duración
pueden llevar a alteraciones conductuales.
- Las características y la misma organización del centro hospitalario: el
rígido reglamento de algunos hospitales que limitan, restringen y
prohíben las visitas de los familiares no favorecen a la adaptación del
niño. En la actualidad se tyiende3 a que los niños sean atendidos en
pediátricos donde estén rodeados de otros niños y sus propios
padres.
- La total ausencia de información que se les ofrece acerca de su
tratamiento, lo que se hará con él y cómo será su estancia en el
hospital.
4. La familia del niño hospitalizado.
Con la hospitalización del niño, se produce un trastorno en la vida familiar y
una desorganización de los padres,  pues no logran controlar sus
sentimientos y aceptar la nueva situación, se produce un derrumbe de  las
conductas normales y surgen diversas necesidades de acuerdo al problema
y gravedad del estado de salud del niño. Por eso es muy importante la
preparación y acompañamiento de los familiares.

Todas las personas que están presentes en el ambiente del niño enfermo,
deben promover su calidad de vida y se entiende como: “bienestares
subjetivas como de la familia”. Si el adulto quiere ayudar al niño a afrontar
la experiencia de hospitalización, resulta útil conocer como comprender la
enfermedad y conocer la actividad lúdica. El profesional puede organizar
juegos y actividades apropiadas a la naturaleza de la enfermedad y otras
características personales del niño o adolescentes. Se debe analizar
descriptivamente la conducta cognitiva, esta hace referencia a lo que
piensa o experimenta el niño, la conducta motora, conductas
psicofisiológicas, como se manifiestas los sistemas corporales, análisis de
ver si la respuesta ansiosa tiene un carácter estable (rasgo de
personalidad) o pasajero (estado). Se le debe informar: ¿Qué le ocurre?,
¿Por qué va hacer ingresado?, ¿Qué enfermedad tiene?, ¿Qué le van
hacer?
Para ayudarlos a los usuarios hospitalizados deprimidos, se cuide el
entorno, así como pueda ejercitar sus costumbres y hábitos cotidianos, que
siga disfrutando de los juegos de su elección y pueda recibir visitas.
5. El rol del adulto en el juego del niño : El primer juguete que posee el niño
son sus padres, es el primer contexto natural de juego, y tiene para el niño
valor y es insustituible.
El juego para los niños es la forma de expresión y comunicación donde se
crean vínculos afectivos, emergen emociones, se propicia la autoestima a la
vez que se fomenta tener recuerdos importantes que puedan perdurar en su
memoria.
Las pautas a seguir por el adulto para influir de manera positiva en el juego
del niño son:
- No olvidar que el protagonista en el juego es el niño.
- Hacer posible un espacio de juego, facilitar un ambiente tranquilo
acogedor y seguro donde no haya peligro
- Proporcionar el juguete o juego apropiado a su nivel de desarrollo
haciendo una elección adecuada.
- Acompañar y compartir la actividad lúdica como tiempo de disfrute y
de juego espontaneo.
- Utilizar un lenguaje sencillo y claro pero no infantil.
- Dejar al niño que actué de forma independiente para que vaya
adquiriendo autonomía, a medida que su edad y sus capacidades lo
permitan.
- Respetar las preferencias de cada niño evitando imponer un juego o
actividad.
- Facilitar el contacto con otros niños para compartir juego.
- Ayudar a resolver los conflictos que surgen durante el juego. Es
decir, se trata de enseñar también a los pequeños a resolver los
conflictos, llegar a acuerdos, a negociar o a compartir etc.
- Observar el compartir del niño en el juego para conocerlo mejor y
saber que le motiva más. Ver si mantiene una actitud atenta y
concentrada, si hace un uso correcto del material, si termina lo que
empieza, ver qué relación tiene con los compañeros de juego, si se
respeta las reglas del juego, si acepta perder, si es dependiente otros
niños o por el contrario tiende a ser líder etc.
- Proporcionar que la rutina sea en cierta forma especial y motivadora,
incluso podemos hacer que tenga intencionalidad educativa, o sea
que el niño aprenda algo todos los días.

La actitud de acompañar al niño en el juego es de vital importancia y


crea la diferencia. Es fundamental crear un espacio donde el niño se
sienta reconocido por la mirada de su mama y de los adultos que le
acompañan. No se trata de dirigir la experiencia sino de participar con su
presencia, como un compañero simbólico de juego.
El lenguaje empleado por el adulto en momentos de juego, puede ser
decisivo, pues este le hace comprender y asimilar mejor.

La mayor parte de las veces nuestra actitud es ajustada, en otras


ocasiones puede distorsionar o dirigir excesivamente la experiencia del
niño. Por ello es necesario silenciar nuestra mente, nuestros prejuicios,
ideas, modelos y evitar el lenguaje innecesario siempre que no exista un
peligro eminente.
Nuestro acompañamiento y palabras tienen que servir para crear un
puente entre su comprensión y sus emociones siempre pensado en
favorecer su experiencia no en obstaculizar. Si no pierde su conexión
innata con sus experiencias al sentir será capaz de identificar su alegría,
su tristeza, su rabia, viviendo sus emociones de forma espontánea y
natural.

6. El juego en el niño con discapacidad:

El juego tiene un papel fundamental en el desarrollo de los niños pero, aún


más en los niños con necesidades funcionales. Además de representar una
vía de aprendizaje socio-educativo, son herramienta eficaz de psicomotriz
para la mejora en su desarrollo.
El juego infantil facilita el desarrollo creativo y la personalidad del niño. Para
Piaget los infantes aprenden mediante la experiencia y la exploración
creada a través del juego y los juguetes.
El juego y los juguetes aportan a los discapacidad física múltiples
beneficios, siempre y cuando estos estén adaptados a sus necesidades
tanto físicas como desarrollo psicosocial. Son un derecho y un deber a la
vez en el caso de la discapacidad física, una vía facilitadora de inclusión
con el resto de niños, también una potente herramienta rehabilitadora frente
a los diferentes déficits físicos dados de la diversidad funcional.
Por ejemplo: Cuando hablamos de niños con algún tipo de discapacidad
física, el juego puede convertirse en terapéutico, que les beneficia a nivel:
- Motor: estimulando el movimiento, mediante juegos de construcciones e
interactivos, lo cuales facilitan gatear, voltear, etc.…
- Sensorial: ejercitando el desenvolvimiento viso- espacial y auditivo a
través de la identificación de objetos y sonidos.
- Cognitivo: descubriendo formas, colores y conceptos
- Social: mediante el juego colaborativo o grupal donde se crean
interacciones entre iguales.
- Emocional: todo aquello fomenta la autoestima del niño puesto que
encuentra en el juego o juguete un lazo común entre sus iguales con o
sin discapacidad.

También podría gustarte