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Bernardo Campos

HOMILETICA
EL PROCESO DE LA
PREDICACIÓN EN
SIETE PASOS

© 2020 Bernardo Campos / HOMILÉTICA: El Proceso de la Predicación en siete pasos


Primera Edición: Lima-Perú 2018, 1000 ejemplares
Segunda Edición: KDP 2020, 1000 ejemplares

© 2020 Bassel Publishers


Lima, Perú

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parcial de esta obra por cualquier medio de comunicación sea este digital, audio, video escrito, salvo
para citaciones en trabajos de carácter académico según los márgenes de la ley o bajo el permiso
escrito del autor.

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© 2020 Instituto Internacional de Estudios Superiores


www.iies-al.org

ISBN: 9798696999340

Kindle Direct Publishing


USA

Printed in the United States


Impreso de los Estados Unidos
DEDICATORIA

A Débora, mi esposa,
y a mis hijos, Raúl, Moisés y Sergio
con gratitud y aprecio.

A mis alumnos en distintas


partes de América
INDICE

PRESENTACION

PARTE I EL PREDICADOR Y LA PREDICACION

UNIDAD I LA PREDICACIÓN
Lección 1 La ciencia y el arte de la predicación
Lección 2 EL PROPÓSITO DE LA PREDICACIÓN
Lección 3 La persona del predicador

PARTE II EL PROCESO DE LA PREDICACION

UNIDAD II LA ELABORACION DEL MENSAJE


Lección 4 Paso 1: Conocer la necesidad de la gente
Lección 5 Paso 2: Encontrar el tema apropiado

UNIDAD III LA FUNDAMENTACION DEL MENSAJE


Lección 6 PASO 3: BUSCAR EL TEXTO BÍBLICO ADECUADO
Lección 7 Paso 4: Interpretar el texto bíblico

UNIDAD IV LA PRESENTACION DEL MENSAJE


Lección 8 Paso 5: Esquematizar o bosquejar el mensaje
Lección 9 Paso 6: Exponer creativamente el mensaje

UNIDAD V LOS EFECTOS DE LA PREDICACION


Lección 10 Paso 7: Acompañar la respuesta de la gente

APENDICES

APENDICE A: GUIA PARA EVALUACION DE UN SERMON


Cecilio Arrastia

APENDICE B: AUTO-EVALUACION DE UN PREDICADOR


Cecilio Arrastia

APENDICE C: POSICIONES INCORRECTAS

APENDICE D: LA COMUNICACION DEL EVANGELIO


EN AMERICA LATINA
Por Eugene Nida

APENDICE E: PREDICADORES Y PREDICADORES


Cecilio Arrastia

APENDICE F: EJEMPLO DE SERMONES DOCTRINALES


José C. Rodríguez
Dr. Russell V. Delong
Dr. H. O. Wiley

APENDICE G: EJEMPLO DE SERMONES EXPOSITIVOS


Por Doug Metzger
Por Thomas E. Cheyney, Jr.

APENDICE H: ESQUEMA ALFANUMERICO

BIBLIOGRAFÍA

FUENTES CITADAS

FUENTES RECOMENDADAS
PRESENTACION

Me complace presentar el siguiente Manual de Homilética que trata sobre el


Proceso de la Predicación en siete pasos sencillos. Está pensado para que
cualquier creyente pueda elaborar sermones con ayuda de unos instrumentos
de apoyo. Se muestra el proceso de la construcción sermonaria como parte
del proceso más amplio de la predicación, dentro del proceso todavía mayor
de la comunicación.

El libro empieza con una breve definición y descripción de la predicación y


sus propósitos, y un señalamiento de las características ideales del buen
predicador, desde el punto de vista comunicacional.

Luego, en capítulos separados, se describe el proceso completo de la


Construcción Sermonaria, mostrando paso a paso, cada uno de los
momentos que vive el predicador. Estos son entre otros la elaboración, la
fundamentación y la presentación del mensaje, así como el control
permanente de los efectos o consecuencias de la predicación. Si
resumiéramos esos siete pasos quedaría así:

El predicador 1) empieza por elaborar un marco de significación a


partir del contexto en que viven sus receptores, 2) encuentra el tema
apropiado a las necesidades de la gente, 3) busca el texto o base
bíblica oportuna, 4) lo interpreta con las herramientas de la
exégesis bíblica, 5) esboza un bosquejo que le servirá para 6)
presentar creadoramente su mensaje, y luego de predicar 7) seguir
atentamente las consecuencias o efectos que su predicación produjo,
para corregirlo, enmendarlo, profundizarlo o afianzarlo.

Tal es, en general, proceso de la predicación que se describe en este libro.


Cada capítulo está pensado y elaborado para que, al terminar su estudio, el
predicador o predicadora sea capaz de construir por sí mismo los sermones
que crea necesario.
Hemos incluido ocho apéndices, con la finalidad de que el estudiante tenga
insumos para una Teología de la Predicación. Se incluyen tres artículos del
Dr. Cecilio Arrastía, quizá el mejor predicador de América latina. Un
gráfico de posiciones incorrectas de los predicadores, mostrado por Samuel
Vila; un enjundioso artículo antropológico del Dr. Eugene Nida sobre la
comunicación del evangelio en América Latina y que describe muy bien el
carácter del hombre hispano.

Por otra parte, se incluye ejemplos de sermones doctrinales y expositivos de


autores diversos. Finalmente mostramos en una tabla el esquema
alfanumérico para ordenar las ideas principales y secundarias de nuestros
bosquejos de sermones.

Esperamos que el presente libro sea una contribución al proceso de su


formación en la fe y le sea útil en el ministerio de la predicación del
evangelio.

El Autor
PARTE I
EL PREDICADOR
Y LA PREDICACION
UNIDAD I
LA PREDICACIÓN

Lección 1
La ciencia y el arte de la predicación

OBJETIVO DE LA LECCION:

Esta lección se propone básicamente introducir al estudiante en el


conocimiento de la Homilética como ciencia de la predicación.

OBJETIVOS OPERACIONALES:

Al finalizar esta unidad el estudiante podrá:

1. Definir la Homilética y la predicación.


2. Conocer cuáles son las características de la predicación.
3. Realizar algunos ejercicios prácticos.

__________

La Homilética es la ciencia y arte que trata de la naturaleza, clasificación,


análisis, interpretación, construcción, y presentación de un sermón.

La Homilética es también la ciencia de la predicación, porque tiene que ver


con cuatro componentes básicos mutuamente relacionados: el sermón, el
predicador, los oyentes y la situación o contexto en la que ésta se produce[1].

A. LA PREDICACION

1. Definiciones
La predicación es la comunicación de la verdad divina con el fin de persuadir
o convencer a los oyentes acerca del plan redentor de Dios para sus vidas.

Es la presentación del CRISTO, (el personaje) a través del PREDICADOR


(la persona) a los OYENTES (otras personas), con el fin de satisfacer sus
necesidades.

Predicar, según Donald Miller, es venir a formar parte de un evento dinámico


en el cual el Dios viviente, el Dios redentor, reproduce su acto de redención
en un encuentro viviente entre él y los que escuchan, a través del
predicador[2].

2. Características de la predicación:

Varios rasgos caracterizan a una genuina predicación.

En primer lugar, es una prédica.

La predicación no es sólo un discurso elocuente acerca de la verdad cristiana.


Si así fuera cualquier persona con capacidad para hablar, sería un predicador
del evangelio. No es una simple perorata. La predicación es un encargo del
Señor a los creyentes: San Pablo le recordó a Timoteo un solemne encargo:
"que prediques la Palabra" (2 Ti 4.2). Aunque se oiga reiterativo, la
predicación es una prédica y no una alocución cualquiera. Predicar es
presentar una verdad, y en nuestro caso se trata de presentar la verdad de
Cristo con palabras y con el testimonio de nuestra vida.

En segundo lugar, es personal.

Eso es así porque incluye a varias personas. Un personaje central que es


Cristo; involucra a aquel que lo anuncia, esto es la persona del predicador; y
va dirigido a personas con capacidad de sentir, de elegir, de decidir, de
verificar si lo que el predicador dice es verdad o no, y de rechazar el mensaje
oído.

En tercer lugar, es persuasiva.

El anuncio del mensaje cristiano o la presentación de Cristo, debe ser hecho


de tal manera que convenza. Deberá estar dirigida al alma, a la persona,
orientada al corazón. Para que una predicación convenza, es necesario que el
predicador hable con su vida y con sus palabras de tal modo que a los oyentes
no les quede duda alguna. El predicador debe estar convencido de lo que
dice. Debe creer aquello que anuncia.

En cuarto lugar, debe estar dirigida por el Espíritu Santo.

Una predicación tiene buenos resultados, cuando es dirigida por el Espíritu


Santo. Aun cuando la persona no sea muy elocuente ni tenga aparentemente
las condiciones físicas o las dotes de buen orador, si está dirigida por el
Espíritu Santo, su ministerio será de gran provecho.

En quinto lugar, la predicación es un ministerio.

El predicador que no está convencido de que la predicación no es una


necesidad, evidentemente no la entenderá como un ministerio. La predicación
es una necesidad impuesta por Cristo. Por eso San Pablo decía "¡Ay de mí! si
no predicare el evangelio". En su gran comisión Jesús ordenó a sus discípulos
"Id y predicad el evangelio a todas las naciones".

En sexto lugar, la predicación es también un proceso comunicativo.

La predicación es también un proceso comunicacional, porque la


coloca dentro del proceso de la comunicación humana. Por medio de la
predicación se establece una comunicación entre Dios y el hombre. En el acto
de la predicación se establece además una relación entre el comunicador, el
mensaje, el receptor y contexto cultural.
Uno de los propósitos de la comunicación como proceso comunicativo es
precisamente forjar una comunidad humana signada por la presencia de
Cristo, una comunidad de amor.
EVALUACION DE LA LECCION 1

1. Defina usted en sus propias palabras lo que entiende por predicación


2. ¿Por qué la predicación es un proceso comunicativo?
3. ¿Qué es la Homilética?

EJERCICIOS

Busque en un diccionario de la lengua castellana el significado de las siguientes palabras:

1. Predicación
2. Comunicación
3. Mensaje
4. Homilía
5. Sermón

Lección 2
EL PROPÓSITO DE LA
PREDICACIÓN

OBJETIVO GENERAL
En esta lección se tratará acerca de los propósitos de la predicación, con el
objetivo de que usted sepa para qué se predica el evangelio.

OBJETIVOS OPERACIONALES

1. Conocer los propósitos generales y específicos de la predicación.


2. Desarrollar algunos ejercicios prácticos.

____________

¿Para qué predica el predicador?

Está claro que predicar no es solamente decir algo a alguien. La presentación


o entrega de un mensaje a una persona, siempre lleva una intencionalidad, un
propósito. El propósito es la clase de efecto que se espera producir.

En general, un propósito de la predicación es influir o modificar la conducta


o comportamiento de los demás, sobre la base de la promoción de valores.

La palabra es un arma poderosa para modificar el comportamiento, cuando


ésta apela al razonamiento de la persona. Si ésta se convence de que lo que
estaba haciendo está mal, ya se ha dado el primer paso para que busque
cambiar esa conducta.

Se puede influir en el comportamiento de los demás, transmitiendo


información oportuna y pertinente, reforzando actitudes positivas de la
persona, promoviendo la práctica de nuevas actitudes o cambiando las
existentes por otras.

La vía del ejemplo o el "efecto-demostración" es muy eficaz. Los


comunicadores por lo general se valen de este mecanismo para convencer a
las personas a consumir determinados productos.

La moda no es otra cosa que la imposición de una conducta, un modo de ser o


de comportarse, por vía del ejemplo o la demostración. Basta que un grupo de
personas asuman con naturalidad, por ejemplo, un determinado vestido y que
vendan como aceptable la imagen por televisión para que comience a
imponerse una moda. Tal vez al comienzo parezca ridículo, pero a medida
que más personas se convencen de ello lo integrarán. A medida que observan
que los demás de su medio social ya lo han asumido, a ellos les parecerá que
si no adoptan la misma conducta, están retrasados o fuera de época.

Los valores de la persona y de la comunidad son aquí determinantes. Pero


éstos no se imponen por la fuerza. Su poder se localiza precisamente, en la
razón.

Las personas deben convencerse de que ese valor (el bien, la belleza, Dios, la
justicia, etc.) tiene valor porque ha sido demostrado que es beneficioso para
todos.

El cumplimiento de un propósito puede darse inmediatamente o después de


algún tiempo.

Dependiendo del tema y del problema en cuestión, la predicación puede


asumir un propósito inmediato o instrumental. Es inmediato cuando el fin
que se persigue logra consumarse en el acto de la predicación y es
instrumental cuando la predicación solo alcanza una meta en el camino.

Para alcanzar el objetivo final, es necesario mucho más que una predicación,
es necesario un proceso más largo.

La predicación tiene, pues, propósitos generales y propósitos específicos y su


alcance puede ser inmediato o instrumental.

1. PROPÓSITOS GENERALES DE LA PREDICACIÓN:

A. Evangelístico

El propósito evangelístico de la predicación es el propósito de persuadir a los


perdidos a recibir a Cristo y se caracteriza por:

1. Declarar que el hombre natural está muerto en sus pecados, y por lo tanto
condenado.
2. Proclamar los hechos verídicos de la obra redentora de Cristo

3. Insistir en la necesidad del testimonio público de la fe en Cristo, seguido


por el bautismo y la comunión en una iglesia.

4. Hace resaltar los grandes temas del evangelio: El Pecado, la Gracia, el


Arrepentimiento, la Reconciliación.

B. Doctrinal: Didáctico

El propósito doctrinal consiste en instruir a los creyentes sobre el significado


de las grandes verdades de la fe cristiana, tales como:

1. La doctrina de Dios.
2. La doctrina del hombre, en relación con Dios.
3. La doctrina de la persona y obra de Cristo.
4. La doctrina de la aplicación de la obra de redención también es conocida
teológicamente como Soteriología
5. La doctrina de la Iglesia y los medios de gracia.
6. La doctrina de las últimas cosas.
7. El estudio sistemático de la Biblia:
a. Introducción al Antiguo Testamento.
b. Introducción al Nuevo Testamento.
c. Estudio libro por libro.
d. Estudio por temas especiales dentro de un libro o una colección
de libros.
C. De consagración

Es el propósito de estimular al creyente para que dedique sus dones,


ministerios y operaciones, tiempo e influencia al servicio del Señor. Piense,
por ejemplo, en los sermones sobre:

1. Mayordomía.
2. Obra personal.
3. Vocación al ministerio.

D. De Promoción
Es el propósito de abrir y dar una visión más amplia de la obra personal y
colectiva, que puede ser por ejemplo:

1. Promover obreros para la Obra de Dios.


2. Promover la apertura de nuevos anexos.
3. Promover la celebración de campañas.
4. Promover la construcción de un nuevo templo.
5. Promover la apertura de un comedor popular, por ejemplo.

E. Moral

Es el propósito de ayudar al creyente a ajustar su conducta diaria y sus


relaciones sociales a los principios cristianos.

Nuestra predicación debe tener un "tenor moral" pero sin caer en el error del
"moralismo". Se debe tener a la vez mucho tino y dirección del Espíritu para
predicar sobre ciertos temas.

Entre los temas morales tenemos, por ejemplo:

1. El matrimonio y divorcio.
2. Las relaciones obrero-patronales.
3. El racismo.
4. El alcoholismo.
5. La honradez.
6. Los problemas juveniles.
7. La democracia.
8. La violencia.
9. El control de la natalidad, etc.

El predicador debe tener en cuenta que la Biblia no se dedica a hablar de


bailes, uso de cigarrillos, modas, costumbres, etc., pero sí de una vida
consagrada a Dios y del amor al prójimo. Por lo tanto, es preferible que estos
temas sean expuestos en la forma de una enseñanza o una charla con los
creyentes.
Eso no significa que una predicación no tenga un efecto moral sobre la
conducta de los oyentes ni que no se toquen esos temas dentro de una
predicación.

F. Alentador

Es el propósito de animar al creyente en medios de crisis y pruebas


espirituales. "Nuestra predicación debe tener un carácter exhortativo, pero
nunca debe ser hiriente".

Aun cuando se prediquen mensajes de juicio, siempre al final debe darse una
palabra de amor y de esperanza.

2. Propósitos específicos de la predicación:

Es la aplicación del propósito general respecto a la más apremiante (urgente)


necesidad que la congregación tenga en un momento dado. Para saber cuál es
esa necesidad responderemos, por ejemplo, a las siguientes preguntas:

a. ¿Es un entierro?
b. ¿Es un bautismo?
c. ¿Es un matrimonio?
d. ¿Es celebración de una santa cena?
e. ¿Ocurrió una catástrofe?
f. ¿Es un culto de adoración?
g. ¿Es un día de oración?

Debemos tomar en cuenta la situación particular de los oyentes y lo que


queremos alcanzar en forma específica con esta predicación. ¿Cuál es la
situación específica del momento?

3. La formulación del propósito de la predicación.

Una vez que ya tenemos claro el propósito de la predicación, debemos


formularlo en la forma de una proposición o una oración.

Supongamos una situación cualquiera:


La ocasión:

Este domingo por la noche se celebrará un matrimonio y tengo que predicar.


Dada la situación particular, la ocasión, formulo un propósito para mi
predicación, preguntándome ¿qué es lo quiero lograr con mi predicación ese
domingo?

Propósitos generales:

DIDACTICO Enseñar que el matrimonio es una institución


creada por Dios.

EVANGELISTICO Mostrar cómo el matrimonio es un ejemplo de


la unidad entre Cristo y la iglesia y por lo tanto
los oyentes deben estar unidos a Cristo.

PASTORAL Exhortar a los oyentes a ser fieles a sus


cónyuges, de la misma manera cómo el Señor
es fiel a su iglesia.

Propósito específico:

Animar a la pareja a que cultive siempre el amor que se profesan, pues Dios
que es fiel, los bendecirá y afianzará su unión.

EVALUACION - LECCION 2
1. ¿Cuál es el propósito fundamental de la predicación?
2. ¿Qué diferencia existe entre un propósito instrumental y un propósito inmediato?
3. ¿En qué consiste el propósito específico de la predicación?

EJERCICIOS:

En hoja aparte, formule un propósito de predicación para tres de las siguientes ocasiones:

1. Una fiesta de bodas


2. Una campaña de evangelización.
3. Un servicio de bautismo.
4. El día de pentecostés.
5. Un grupo de jóvenes universitarios.
6. Una clase de escuela dominical para niños de 6 a 8 años.
Lección 3
La persona del predicador

OBJETIVO DE LA LECCION
El objetivo de esta lección es presentar algunas cualidades ideales del
predicador. Se presenta a modo de sugerencia, pero las exigencias variarán
según el contexto o situación cultural donde vive.

OBJETIVOS OPERACIONALES:

Al terminar la lección el estudiante podrá:

1. Reconocer algunas cualidades espirituales e intelectuales


del predicador
2. Conocer la biblioteca básica del predicador
3. Realizar algunas lecturas afines al tema

_________

El predicador, es la persona escogida por Dios para llevar y proclamar las


verdades de salvación a la gente que lo necesita.

El predicador es aquella persona que ha sido separada por Dios en la obra de


su providencia y capacitada en el conocimiento de las Sagradas Escrituras,
para comunicar adecuadamente el mensaje de redención. A continuación,
veremos algunas cualidades ideales del predicador o predicadora.

1. CUALIDADES DEL PREDICADOR

A la pregunta de cómo debe ser la personalidad de un predicador, hay que


responder que depende de los modelos que hayamos interiorizado. Por
supuesto, hay muchos modelos bíblicos ideales. Pensemos, por ejemplo, en
los profetas del Antiguo Testamento, como son Elías, Eliseo, Moisés, Isaías,
Jeremías, el mismo Noé. En el Nuevo Testamento, igualmente, tenemos a
Jesús, Pablo, Pedro, Juan, entre otros.

Aparte o junto a estos modelos bíblicos, existen imágenes ideales de


predicadores latinoamericanos, europeos, asiáticos, africanos o
norteamericanos. En la práctica, algunos nuevos predicadores a veces tratan
de imitar a otros predicadores de prestigio. Cualquiera sea el caso, lo más
importante es destacar las cualidades espirituales, intelectuales y culturales
ideales del predicador.

Pensando en nuestro contexto cultural, mencionamos a continuación algunas


sugerencias que, creemos, pueden ser útiles para el desarrollo de la
personalidad del predicador.

a. Cualidades espirituales.

* Profunda experiencia con Cristo.

Aunque parezca obvio, es importante recordar que el predicador de Cristo,


debe haber tenido una profunda experiencia de conversión. La experiencia
cristiana es permanente. No se trata solo de ser un convertido, sino de alguien
que después de la primera conversión experimenta diariamente la presencia
del Señor en su vida.

La Biblia enseña que somos testigos, mensajeros, embajadores de Cristo.


Hemos sido enviados por el Señor a predicar el evangelio y nuestro mensaje
debe llevar las huellas de una profunda experiencia espiritual con el Señor
que nos envía.

Recordemos el encargo del Señor a Moisés. Cuando él le preguntó al Señor:


cuando me pregunten quién me envió, ¿qué les diré? El Señor le respondió:
tú dirás "Yo soy" me envió. Con ello quiso indicarle que la identidad de
Moisés descansaba en el nombre, identidad y naturaleza del Señor. La
autoridad de Moisés radicaba en la autoridad de aquél que lo enviaba. Pablo
dice una cosa parecida:

"Porque esta noche ha estado conmigo el ángel de Dios de quien soy


y a quien sirvo" (Hch. 27:23).
En la vida cristiana todos tenemos algún nivel de experiencia con el Señor.
La calidad de la experiencia con él, no se mide por los años que uno haya
pasado en la vida cristiana, sino en la intensidad cómo uno la haya vivido en
comunión con él. El malhechor que se convirtió en la cruz tuvo una corta
pero profunda experiencia con el Señor.
La experiencia de un gran predicador como San Pablo no se mide por todos
los conocimientos que él acumuló durante sus estudios de teología, o de
filosofía y cultura en la universidad de Tarso, sino por su profunda y grata
experiencia con el Señor. Sus convicciones descansaban en su cercanía con el
Señor.

La samaritana, una de las predicadoras más animosas del movimiento de


Jesús, lo fue porque tuvo una experiencia con el Señor. No esperó mucho.
Tan pronto como el Señor le habló, y vio la gracia de Dios, ella salió
corriendo a testificar de Cristo.

* Conciencia de ser un enviado de Dios.

El predicador debe tener conciencia de que ha sido enviado por Dios para esa
tarea. Si es consciente de esto, será capaz de asumir la tarea de la predicación
aun cuando la gente lo rechace.

Noé estaba consciente de su llamado y, pese a la resistencia de la gente,


nunca desistió de su tarea de predicar el evangelio, hasta que llegó el día en
que Dios castigó la tierra con el diluvio.

Cuando Dios convocó hermosamente a Isaías diciendo, en tercera persona:


¿A quién enviaré y quién irá por nosotros? Isaías, después de responder a ese
llamado diciéndole: ¡Heme aquí Señor, envíame a mí!, le preguntó al Señor:
¿Hasta cuándo, Señor? ¿Hasta cuándo habré de anunciar este mensaje? El
Señor le respondió en pocas palabras: hasta el final. "Hasta que las ciudades
estén asoladas y sin morador, y no haya hombre en las casas, y la tierra esté
hecha un desierto..." (Is.6:8-13). Es el llamamiento a un ministerio de juicio.

* Conducta moral intachable.

No hay peor cosa que un predicador pierda credibilidad precisamente por su


mala conducta. Debe tener una reputación intachable. La buena conducta
moral de un predicador, respaldará sus palabras (1 Ti. 3). No tener una
conducta moral intachable resta autoridad y es motivo de deshonra del
evangelio. Provoca murmuraciones y se desvirtúa el mensaje.

* Responsabilidad en el uso de sus palabras.

El predicador debe ser responsable de todos sus actos, y más aún de lo que
dice. No hay cosa más cara al predicador que sus palabras. Una palabra de
aliento puede ayudar muchísimo a una persona. Pero un chisme, una palabra
mal administrada, una palabra pronunciada irresponsablemente, puede hacer
que una persona se aleje del Señor. El predicador debe cuidar mucho el
sentido de sus palabras cuando visita alguna cultura diferente, especialmente
si es de otros países. Cada país, como cada cultura, tiene un conjunto de
palabras y la connotación de muchas de ellas puede ser radicalmente
diferente a la del predicador. En Brasil, por ejemplo, “esquisito” (con “s”)
tiene la connotación de desagradable, y es sinónimo de algo raro o
extravagante. Igual pasa con la palabra “presunto”. En español, presunto es
un adjetivo que se aplica a aquellos que se cree que han cometido un delito,
pero aún no han sido juzgados. Sin embargo, en Portugal presunto es un
sustantivo que significa jamón serrano.

Hoy en día, los muchachos dan connotaciones diferentes a las palabras.


Cuando ellos dicen “está maldito”, no quieren decir que está bajo maldición,
sino que algo está muy bueno. No obstante, se recomienda que el predicador
hable con propiedad, pero también que privilegie la comunicación con su
auditorio.

* Dirección del Espíritu Santo.

No hay mejor halago para un predicador que el que sea reconocido como una
persona dirigida por Dios, un hombre o una mujer de oración. La búsqueda
constante de la llenura del Espíritu Santo debe ser una de las cualidades que
el predicador debe cultivar. Ello requiere dedicación y búsqueda constante en
oración. Ser guiado por el Espíritu es fundamental. Si el predicador es
sensible a la voz del Espíritu, muchas veces tendrá que cambiar el mensaje,
aun si fuera en el momento mismo en que está a punto de predicar. Si es
obediente a la voz de Dios, tendrá que improvisar. La improvisación es
posible, gracias a la experiencia, la docilidad y el conocimiento o repertorio
del predicador.
* Amor por las almas.

La palabra "alma" se deriva de la voz latina "anima" que significa "aliento de


vida", "vida" o "ser". Es el equivalente de "persona". La Biblia en su
traducción antigua usaba la expresión "y fue el hombre un alma viviente"; "vi
las almas de los decapitados". Por ello el pueblo evangélico se acostumbró a
expresarse de ese modo. Cuando alguien dice que hay que tener pasión por
las almas, evidentemente se refiere a la pasión por las personas que hay que
ganar para Cristo.

El predicador debe ser capaz de conmoverse por las almas y eso no es


sensiblería.

Ser capaz de conmoverse ante la caída en pecado de un hermano; ser capaz


de sufrir por el hecho que muchos miembros de su comunidad aún no han
conocido al Señor; conmoverse ante el hecho de que una persona se declare
atea, aunque en el fondo no sea más que un necesitado de Dios; mirar con
respeto a alguien que reniega de su vida, porque no le va bien las cosas;
entregarse de lleno a la tarea de la evangelización con el riesgo de ser mal
interpretado por su familia (lo que no indica que la familia deba ser
descuidada); buscar oportunidades para predicar el evangelio a cuanta
persona Dios ponga en su camino; enseñar a los nuevos convertidos cómo
debe presentarse el evangelio en forma sencilla; alentar a aquellos que
testifican de Cristo a sus amigos.

He aquí algunos signos de un profundo amor por las almas.

b. Cualidades intelectuales.

Junto con el cultivo de cualidades espirituales, el predicador debe también


poner diligencia y empeño en cultivar algunas cualidades intelectuales y
desarrollar algunas habilidades como:

* Facilidad de palabra.

La Predicación del evangelio es un ministerio de la Palabra. No decimos que


un tartamudo no puede testificar de Cristo. A lo mejor hasta puede ser
interesante que lo haga, pues le pone algo de "su-su-suspenso y emo-emo-
emoción a lo que-que-que dice".

Lo único que queremos decir es que debe poner empeño también en cultivar
el don de la palabra. Los buenos oradores recomiendan encerrarse en el baño
o un lugar privado y hablar en voz alta frente a un espejo. Tratar entonces de
vocalizar bien cada palabra que se pronuncia. Hablar claro, lo más claro
posible.

Dicen que uno no debe susurrar las palabras, debe decirlas con franqueza y
claridad; sin miedo y con honestidad. La persona que está revestida de
autoridad en lo que dice, no teme decir las cosas claramente. Si usted piensa
que no tiene facilidad de palabra cuando habla en público, ejercítese en
privado.

La palabra no es más que la expresión de lo que uno siente y vive. Aun


cuando hay muchas formas de decir las cosas, usted debe decirlo a su
manera. Cada persona va formándose un estilo propio. Hablar en público sin
temor es un asunto de práctica. Hablar bien en público, es un asunto de
experiencia y empeño en lo que uno dice. Hay que decir las cosas con
elegancia.

No es necesario herir a las personas para comunicarles alguna verdad. Hablar


bien no es hablar fuerte y menos gritar. Hablar bien es poner sentido en cada
cosa que uno dice, con la debida entonación, de tal forma que tanto un niño
como un anciano se sientan a gusto al escucharle.

* Don de gentes.

Hay personas que se relacionan fácilmente con otras personas. Otras son más
apáticas o reprimidas. De las primeras se dicen que tienen "carisma", o sea
un "don" especial para el trato personal. Son buenos relacionistas públicos.
Tienen lo que se dice un "don de gentes".

La mejor manera de adquirir ese don, es observar cómo lo hacen los


"carismáticos". Utilizamos la palabra carismático aquí en el sentido popular
del término. Varios de nuestros presidentes nacionales han tenido dotes de
buenos oradores. Eso que podría ser una virtud, para nosotros que nos
dedicamos a difundir la palabra de Dios, en ellos a veces llegaba a ser un
defecto. No por la forma en que decían las cosas, sino porque lo que decían
pocas veces lo cumplían.

Ellos cultivaban el don de la palabra. Eran a mi juicio "Grandes maestros del


arte de decir las cosas". Esto que se llama "don" no nace con uno; se cultiva.
Ellos mismos lo han aprendido de otros. Han sabido imitar lo bueno de otros
líderes carismáticos.

* Visión amplia.

El predicador no debe ser ni monotemático ni sectario. Debe tener una visión


amplia de la vida. El monotemático es aquel que siempre repite el mismo
tema. Habla de lo mismo, aunque lo diga de muchas formas distintas cada
vez. El sectario es aquel que no es capaz de reconocer que puede estar errado.
Cree que lo que dice es la última palabra, y lo poco que dice, lo dice como si
fuera un gran descubrimiento o una última revelación. El sectario no admite
que otros tengan la razón. Cree que su religión no sólo es la única y la mejor,
sino que los demás, todos, a excepción de él y el pequeño grupo de sus
seguidores son los únicos que están en la verdad.

Para tener una visión amplia, es necesario leer mucho y ser de espíritu
abierto. Dispuesto siempre a aprender lo bueno de los demás. El hombre de
visión amplia, es un visionario, que se proyecta al futuro, imagina cosas, es
creativo. Tiene grandes sueños y es claro respecto de sus propias
limitaciones.

Ser agudo en sus definiciones no es precisamente ser estrecho. Ser agudo en


su análisis significa poder ver una cosa desde varios ángulos, y evaluar un
objeto desde varios horizontes del saber. El predicador es un especialista de
la religión, pero no debe quedarse en ese tema únicamente. Debe poder
correlacionar la religión con otras facetas de la vida.

El predicador debe tener amplitud de espíritu y una visión muy amplia, pues
el público al que se dirige es casi siempre heterogéneo.
* Preparación académica

Los hombres a quienes Dios uso para fijar por escrito su revelación fueron
hombres cultos. Hombres que estudiaron en las mejores universidades de su
época. Piense, por ejemplo, en Moisés y en San Pablo. Moisés escribió una
de las colecciones más densas del A.T., conocida sintéticamente como "La
Ley" o el Pentateuco (los 5 primeros libros de la Biblia). Trabajo que después
algunos redactores ampliaron y actualizaron para su época. San Pablo
escribió la mayoría de las epístolas del N.T.

Hay que descartar el mito de que Jesús nunca fue a la escuela y que Pedro fue
"un hombre del vulgo y sin letras" en el sentido de que no sabía nada de nada,
o que era un pescador analfabeto.

Primeramente, Jesús asistió a las sinagogas de su tierra. Fue educado con los
rabís y conoció profundamente la Ley (la Torah), que era la base de los
conocimientos de su época.

Pedro poseía una cultura muy amplia. La primera epístola que escribió
Pedro, es una de las epístolas escritas en griego más difíciles de leer, porque
está escrita en un griego que se asemeja a los escritos de los filósofos más
destacados de la antigüedad. Los biblistas piensan que no es de Pedro.

Cuando los sacerdotes dijeron que eran hombres del vulgo y sin letras, no se
referían a que eran ignorantes. Se referían al hecho de que no eran
considerados parte de la intelectualidad religiosa y política de su época.

El predicador tiene el deber o la responsabilidad de tener una educación que


merezca respeto. Una adecuada preparación académica le permitirá
desarrollar mejor su ministerio. Tendrá mayores posibilidades e instrumentos
para comunicar el evangelio. La cultura moderna o postmoderna de hoy, ha
hecho que nuestra población esté cada vez mejor informada y que aumenten
los conocimientos. Hoy sabemos más cosas que hace 10 años, por lo tanto,
los oyentes poseen una cultura más amplia.

Los medios masivos de comunicación tienen hoy la virtud de alcanzar


información inmediata, vía satélite, de lo que ocurre en distintas partes del
planeta, y aún de los cambios que el hombre produce allá afuera de nuestro
planeta. La ciencia y la tecnología han avanzado enormemente. El creyente
y, más aún, el predicador, debe ser una persona con una buena preparación
académica. Un gran científico y filósofo de la comunicación como Mc Luhan
refiriéndose a la revolución de las comunicaciones dijo acertadamente que el
mundo de hoy es como una aldea, pues gracias a la mega-comunicación
nuestro planeta se ha empequeñecido.

Debe tener entre otras cosas una buena formación bíblica y teológica, para
que las doctrinas a las que refiere y en las que se basa, tengan un sólido
fundamento. La experiencia le enseñará que cuanto más amplia sea su
preparación académica, mejor se expresará y dará consejos. No es necesario
oponer una profunda espiritualidad con una alta cultura. Espíritu y palabra no
se oponen. Espiritualidad genuina y formación teológica se necesitan
mutuamente.

Es imposible hoy por hoy poseer conocimientos como sucedió en una época
pasada con los llamados "enciclopedistas". Ellos tenían un conocimiento
enciclopédico de las ciencias de su época. Eran por decirlo así, "enciclopedias
andantes". Uno podía consultarles cualquier ámbito del saber y tenían una
respuesta. Ahora eso es imposible. Es necesario especializarse. Sólo las
máquinas, como las computadoras, pueden almacenar gran cantidad de
conocimientos y procesarlos con algún grado de racionalidad y de lógica.
Pero aún allí el hombre es necesario.

c. Una persona de su época

El predicador debe ser una persona de su época. Debe estar profundamente


comprometido con la hora actual de la humanidad. Mucho se ha criticado a
los estudiantes de teología el hecho de que en un determinado momento
llegan a conocer más de la antigüedad, de la geografía de Israel, de los
israelitas o de los romanos, que a su propia gente o a su propio país. Se
hacen expertos en el conocimiento de la antigüedad clásica y desconocen casi
por completo lo que pasa en el mundo de hoy.

Pues bien, al predicador no le puede pasar eso. Él o ella debe ser una persona
de su época; estar al día con lo que sucede en el mundo de hoy, en oriente
como en occidente. Debe desarrollar una mentalidad acorde a lo mejor de su
época y ser un crítico permanente de las desviaciones de su sociedad. Debe
ser una persona leída y enterada de todo lo que pasa.

Hay una expresión popular en nuestro medio que gráfica lo que decimos. Se
dice que la persona debe ser "mosca", es decir, rápida, ágil, despierta.

El predicador necesita estar en contacto permanente con la gente de su


entorno, conocer "la calle", lo que pasa allá afuera de la iglesia y de su casa.
Debe ser sensible a las expectativas del pueblo, a sus esperanzas y
frustraciones; debe saber interpretar el "sentir popular" para poder "hablarle
en su lenguaje" y presentar el evangelio de tal modo que el hombre común se
sienta interpelado y su sentir sea interpretado.

Pasaremos ahora a considerar el equipo mínimo del predicador o predicadora.

2. EL EQUIPO DEL PREDICADOR

El equipo del predicador lo conforman todos los instrumentos necesarios para


alcanzar sus propósitos desde la predicación del evangelio. Aquí nos
referimos especialmente a la oficina y a la biblioteca especializada del
predicador, como herramientas fundamentales, sin minusvalorar el trabajo de
campo y la experiencia personal.

a. La "oficina" del predicador

1) Un lugar de producción

Usted debe disponer de un lugar especial para la preparación de su sermón.


El lugar específicamente no importa. Lo que interesa realmente es que
disponga de un lugar, en su casa, en el campo, en su trabajo, donde sea, en el
que usted pueda preparar con la serenidad necesaria su sermón. En ese lugar,
que supone mínimamente una silla y un escritorio o mesa, papeles y
lapiceros, debe haber también una biblioteca básica para consultar
rápidamente algunos libros.
2) Una biblioteca mínima.

En la biblioteca básica del predicador no debe faltar la literatura bíblica


necesaria para la elaboración de su mensaje.

1. Biblias: varias versiones.


2. Concordancias: Textual; Temática.
3. Diccionarios: de la Biblia, de la lengua castellana, de sinónimos, etc.
4. Libros básicos:

a. Obras de Introducción a la Biblia y a la teología


b. Obras afines a la teología: ciencias humanas y sociales
c. Teologías sistemáticas
d. Concordancia Strong de la Biblia
e. Teologías bíblicas del AT y NT
f. Comentarios exegéticos y explicativos de la biblia.
g. Armonía de los cuatro evangelios
h. Teologías pastorales
i. Historias de la iglesia o del cristianismo siglos I al XX
j. Compendios o enciclopedias de la Biblia
k. Geografía e historias de Palestina, etc.

Una biblioteca básica especializada del predicador puede construirse tomando


como base los libros recomendados al final del Diccionario Ilustrado de la
Biblia, pp.707-735, editado por W. M. Nelson de la Editorial Caribe. Véase
la Bibliografía en el Syllabus del curso.
Adicionalmente, el predicador debe incluir en su biblioteca obras de cultura
general que sirvan de apoyo a su formación teológica.

Aquí un consejo de valor universal. La mayoría de las disciplinas del


conocimiento consideran los siguientes ámbitos del saber:

Una Introducción a la disciplina (i.e., Introducción a la teología,


introducción a la medicina, introducción a las bellas artes)
Una historia de la disciplina (i.e., historia de la teología, historia de
la medicina, historia del arte)
Un Diccionario de la disciplina (i.e., Diccionario de la teología,
Diccionario de medicina, Diccionario del arte)
Una metodología de la disciplina (el método de la teología, métodos
en la medicina, métodos artísticos o de la plástica, etc.).
Una Sistemática de la disciplina ((i.e., teología sistemática, medicina
sistémica, sistemas en el arte)
Una temática (tópicos) de la disciplina (i.e., el estudio del hombre en
la teología, medicina interna, educación por el arte)
Una analítica de la disciplina. (i.e., Exégesis de Juan 3:16, el estudio
del sistema endocrino, la belleza y los valores en la historia del arte
rupestre)

Si usted sigue este esquema, aunque no sea del todo completo, por lo
menos podrá lograr una formación autodidacta en la disciplina que
desee. Aplíquelo a la psicología (introducción a la psicología, historia de
la psicología, Diccionario de psicología, los métodos de la psicología,
Psicología Sistemática, Temas de psicología, cuestiones fundamentales
en la investigación psicológica), aplíquelo a la sociología, la historia, la
arqueología, la jurisprudencia, la astronomía, la literatura, la filosofía,
las matemáticas, etc.

b. El uso de instrumentos audio-visuales

Sería recomendable que el predicador obtenga una grabadora y cada vez que
predique encargue a alguien que lo grabe, o grabarse él mismo con alguna
aplicación de su celular. De ese modo podrá escucharse, evaluarse a sí
mismo, y evaluar otros mensajes. Una grabadora es muy útil para practicar la
presentación de mensajes que se difundirán por radio. Para ello uno escribe
su mensaje y luego lo lee como si estuviera hablando sin notas escritas.

Hoy se recomienda además el uso de toda clase de instrumentos audio-


visuales para presentar el mensaje, de modo que llegue a la mayoría de las
personas de distinta edad, condición, y estilo de vida.

Se puede entregar un mensaje en la forma de un discurso (la predicación), un


drama, una obra teatral, un poema, por medio de títeres, proyector de vistas
fijas, videos, franelógrafo, rota folio, separatas, etc. Se utiliza la radio, la
prensa y la televisión como medios para difundirlos. Y a través de los medios
digitales actuales: World Wide Web (www) e Internet y allí Facebook,
Pinterest, YouTube, Vimeo, Instagram y otros. También streaming radio y
streaming TV.

Hay quienes utilizan también cartas, esquelas, folletos, trípticos y toda otra
clase de medios impresos para comunicar el mensaje del evangelio.

EVALUACION - LECCION 3

1. ¿Por qué el predicador debe cultivar cualidades espirituales?


2. ¿Por qué se debe cultivar cualidades intelectuales para la predicación?
3. ¿qué significa para usted "responsabilidad Homilética"?

EJERCICIOS

1. Tomando como base 1Ti.3:1-7; 1P.4:1-11; confeccione una lista de las cualidades espirituales de
un ministro del evangélico
2. A su juicio, ¿qué debe caracterizar la vida de un predicador del evangelio?
PARTE II
EL PROCESO DE
LA PREDICACION
UNIDAD II
LA ELABORACION DEL MENSAJE
Lección 4
Paso 1: Conocer la necesidad
de la gente

OBJETIVO DE LA LECCION

Con esta lección empezamos los siete pasos lógicos de la construcción del
sermón. El primer paso es ubicarse, conocer a la gente desde su contexto
particular.

Esta unidad en particular, le ayudará a:

1. Conocer la necesidad de la gente a la cual irá dirigido su sermón, es decir,


el contexto socio cultural.
2. Conocer la necesidad de nuestros interlocutores como primer paso de un
proceso que usted emprenderá para elaborar su sermón.

De la fidelidad con que siga usted las instrucciones sugeridas, dependerá que
pueda elaborar adecuadamente su sermón.

OBJETIVOS OPERACIONALES

Al terminar la lección usted deberá ser capaz de:

1. Observar el contexto cultural de los oyentes para conocer sus necesidades


2. Dar importancia a las características personales propias y de los oyentes.
3. Saber determinar con la dirección del Espíritu Santo el problema o
necesidad específica de su auditorio.
Comencemos con el primer paso: conocer la necesidad de la
gente.

El auditorio al cual el predicador se dirige es por lo general muy variado,


muy heterogéneo. Cada persona es un mundo en sí misma, con una historia
personal distinta, con un trasfondo cultural variado, con una necesidad
específica.

En la vida cotidiana hay necesidades de todo orden: religiosas, espirituales;


sociales; físicas, emocionales, de alimentación; culturales, educativas;
económicas; políticas; de salud; etc.

Como las necesidades de los individuos generalmente reflejan el contexto o


situación social al que pertenecen, podríamos agrupar las necedades humanas
en cuatro grandes rubros:

Necesidades socio-económicas
Necesidades socio-culturales
Necesidades socio-políticas
Necesidades socio-religiosas

Si bien el predicador no está llamado a resolver cada ámbito o tipo de


necesidades de la gente, no puede dejar de decir una palabra acerca de ellos.
Al menos debe estar consciente de la realidad en el momento y lugar donde
expone su mensaje.

En gran parte la predicación consiste en la comunicación de la respuesta de


Dios a los grandes problemas humanos. Si la predicación no responde a las
necesidades de la gente se convierte en un discurso estéril sin resultados
concretos. Por eso decimos que la predicación debe poder resolver los
grandes interrogantes de la gente en todas las áreas de su vida, especialmente
del área socio-religiosa.
El predicador debe poder plantear retóricamente[3] preguntas en la
presentación de su mensaje. Estas preguntas deben ser las mismas que los
oyentes se harían en esa ocasión, considerando las circunstancias del
momento.

Supongamos que la Iglesia está atravesando un serio problema de división


interna. Hay un malestar profundo entre los miembros. Los hermanos de la
iglesia se han dividido en pequeños bandos o grupos, por diversas razones.
No hay unidad de pensamiento ni de sentir.

Si a nosotros se nos ha invitado a predicar en ese contexto, lo más probable


es que en el fondo de su corazón la gente esté esperando una palabra de Dios
frente a ese problema. El predicador entonces plantea una pregunta:

"Hermanos; uno de los problemas que desafía al hombre moderno


tiene que ver con los avances de la ciencia ¿qué nos dice la Sagrada
Escritura acerca de los avances científicos?"

Con toda seguridad esa no es la pregunta que la mayoría se está haciendo en


ese momento. Seguramente ellos esperarían una pregunta como la siguiente:

"Hermanos, frente a los desafíos contemporáneos de nuestro país,


profundamente fragmentado y agobiado por la crisis, uno de los
problemas que se nos plantea es el de divisiones entre nosotros
¿cuál es el mensaje de Dios para un mundo dividido?".

Aun cuando el tema no toque específicamente sus problemas particulares de


división, los hermanos sentirán que viene una palabra de Dios muy oportuna
para ellos. Cada uno sacará las conclusiones más adecuadas para su particular
situación.

Como decimos en lenguaje popular, eso es "dar en el clavo" o "rascar donde


pica".

Tres son las condiciones de un mensaje adecuado a las necesidades de la


gente:
Primero, el mensaje debe ser oportuno a las necesidades de los oyentes.

En el idioma griego en el que se escribió el N.T. no hay dos palabras griegas


para traducir el "tiempo". Una es "cronos" que traduce el "tiempo lineal", el
"tiempo que transcurre". De allí viene la palabra cronómetro que se usa para
medir el tiempo. El cronos o tiempo que transcurre es el tiempo que
contamos en forma seguida: Ahora son las 9 am, luego las 9 y 1 minuto; 9 y 2
minutos; 9 y 3 minutos, etc.

Luego hay otra palabra griega para referirse al tiempo. Esta es "kairós".
Palabra que se traduce como "tiempo oportuno", el "momento propicio".
Aquí no interesa exactamente el tiempo lineal o cronos. Lo que importa es el
momento preciso en que se hacen las cosas. Generalmente el “kairós” ocurre
dentro del “cronos”

Un ejemplo puede ilustrar lo que decimos. Una persona va de visita a la casa


de un amigo o un pariente en cualquier momento. De pronto llegando,
encuentra que ellos están cenando. Y dice: "Uy, llegué justo a tiempo".
¿Interesa la hora acaso? No. Ese tiempo puede ser oportuno para el visitante o
inoportuno para los familiares.

Cuando Lázaro enfermó, ¿recuerdan ustedes que sus hermanas mandaron


llamar a Jesús, su íntimo amigo, para que lo curara? Pero Jesús demoró, a
propósito, dos días más (Jn. 11:6). Cuando Jesús llegó, Marta, una de las
hermanas de Lázaro, le dijo: "si hubieses estado aquí, mi hermano no habría
muerto. Aunque también se ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo
dará". Jesús le respondió: tu hermano resucitará. Luego se entabla una
conversación interesante acerca de a qué tiempo se refería Jesús cuando
Lázaro resucitaría (Jn.11:24-27).

¿Llegó Jesús a tiempo (Kairós) o llegó tarde (cronos)? Según el “cronos”


(tiempo lineal y subsecuente) llegó tarde, pero según el Kairós llegó
justamente en el tiempo oportuno, el tiempo de Dios. El “cronos” es el
tiempo del hombre, mientras que el Kairós es el tiempo de Dios.

Nuestros mensajes deben darse en el Kairós, ese tiempo oportuno de Dios


para nuestras vidas. Nuestros mensajes tienen que ser oportunos, es decir,
entregados adecuadamente en el momento propicio para su recepción.

Para hacerlo no hay nada mejor que dejarse llevar por el Espíritu Santo de
Dios que conoce nuestras necesidades y problemas. El discierne nuestras
intenciones y conoce nuestros pensamientos.

Hay mensajes que debieron entregarse hace mucho tiempo, pero la


negligencia de los predicadores ha hecho que no se entreguen" a tiempo". Si
Dios le ha dado una palabra, entréguela a su auditorio en el momento
oportuno. La mejor confirmación de que esto sucede, es cuando las personas
responden a la llamada de Dios de una manera sorprendente. Uno entrega el
mensaje y hay respuesta de la gente.

Nada más oportuna que las palabras de Jesús en la cruz a uno de los
malhechores: "Hoy estarás conmigo en el paraíso".

Pero no basta que sea oportuna la entrega de un mensaje. Esta es sólo una de
las condiciones.

Segundo, nuestro mensaje debe ser al mismo tiempo “relevante”.

Relevar es levantar o abordar un tema que es de interés inmediato de la


gente. Por eso decimos que para que nuestro mensaje sea eficaz, no sólo
debe ser oportuno; debe ser al mismo tiempo relevante. Relevante y
oportuno son dos condiciones para que un mensaje sea apropiado a las
necesidades de la gente.

El predicador debe "tematizar" o relevar asuntos de la vida cotidiana que


interesen de veras a la gente. No debe obviar o pasar por alto temas que son
ya la comidilla del grupo o comunidad a la que debemos entregar un mensaje.
No hacerlo es pecar de irrelevantes. Nuestro mensaje puede ser considerado
como muy interesante, pero absolutamente irrelevante para la situación.

"Este mensaje es tan bueno por la cantidad de información sobre los


avances de la ciencia, que debería ser planteado a nuestros jóvenes
universitarios. Lo que nosotros necesitamos ahora es una palabra
de Dios para resolver nuestras divisiones internas", susurró uno de
los oyentes en una predicación.

En palabras sencillas, "tematizar" es convertir en tema de interés particular un


tema que es también de interés general. Así, por ejemplo: un tema de interés
general para el país es el de las divisiones sociales, raciales, o sexuales. Ese
mismo tema debe ser tematizado para la predicación, levantado como
problema para la iglesia, desde una perspectiva religiosa o desde la
perspectiva de la fe.

Cuando un mensaje ha sido planteado así, tematizado de forma


contemporánea a los oyentes, entonces decimos que es un mensaje relevante.

Tercero, el mensaje debe ser “pertinente” a la situación de los oyentes.

Como dijimos, la vida es muy compleja y cada persona en cierto modo la


refleja.

Las personas forman parte de una cultura y por lo tanto están condicionadas
por su experiencia cultural, de modo que sus problemas y necesidades son
diversos y complejos.

Un mensaje es pertinente cuando trata directamente los problemas y las


necesidades de la gente, y cuando es presentado adecuadamente y en el
momento oportuno.

Para lograr estas condiciones para nuestros mensajes, y conocer mejor la


necesidad de la gente a la cual vamos a comunicar el evangelio, es necesario
seguir las siguientes recomendaciones:

1. OBSERVAR Y ESTUDIAR LA SITUACION SOCIAL DE LOS


RECEPTORES DEL EVANGELIO

Para conocer las necesidades de la gente, nada es mejor que convivir con
ellos. Recuerde el ejemplo de la encarnación de Jesucristo. Él vivió con los
judíos por un espacio de treinta años antes de predicar el mensaje del reino.
Luego de ese tiempo, él les habló con propiedad, utilizando sus palabras,
conociendo sus modales, percibiendo sus necesidades.

El predicador o la predicadora debe ser un(a) asiduo estudioso(a) de la cultura


de su tiempo. Debe ser un agudo observador de las tensiones humanas
generadas en un contexto socio-económico, socio-cultural, socio-político y
socio-religioso.

El predicador, como lo fueron los profetas antaño, debe ser un hombre de


Dios y un hombre de mundo. Debe tener su mente en el cielo, pero sus dos
pies sobre la tierra. Debe estar atento a los sufrimientos de sus hermanos aquí
abajo y atento a las palabras de Dios allá arriba.

La mejor manera de estar al tanto de la cultura de su época es vivir con la


gente, lo que la gente vive, siente y palpita. Debe estar al tanto de todos los
conocimientos que sean necesarios para interpretar la cultura y sus
transformaciones. Si es necesario debe estudiar, además de teología, ciencias
humanas y sociales, pues ello le permitirá observar con mayor agudeza la
realidad cultural de la que él y su público son parte.

Debe estar adecuadamente informado de lo que ocurre en el mundo, por


medio de periódicos y revistas o por medio de la radio y la televisión.

Debe participar en su localidad de los movimientos de cultura, entre ellos de


seminarios, simposios, conferencias que traten sobre la realidad del país.

2. ORAR A DIOS, PIDIENDO LA ILUMINACIÓN DE SU


ESPIRITU SANTO

Hay, sin embargo, otra forma de percibir las necesidades de la gente. El


conocimiento científico y la observación aguda, tienen sus limitaciones.
Llegan hasta donde alcanzan los instrumentos para observarlas. Podemos
hasta equivocarnos e interpretar incorrectamente lo que ocurre en un
determinado momento y lugar. Con todo, así vamos aprendiendo,
descubriendo nuevas cosas, acertando y también equivocándonos.

No obstante, la mejor manera de acertar al blanco, de ser oportunos,


relevantes y pertinentes, es pidiendo la dirección de Dios en oración.

Muchas veces podemos predicar temas que a nuestro juicio son relevantes y
pertinentes, pero nuestros oyentes confirman que no fue el mensaje
apropiado. ¿Por qué? Porque a lo mejor no fue dirigido por Dios. Tan
inmensa y tan compleja es la vida de una sola persona, que, si pensamos en
un conjunto de personas, con sinceridad no podríamos acertar el mensaje
propicio para todas ellas.

Seguramente a usted le ha ocurrido, en este ministerio, que ha predicado un


tema que a lo mejor no es del todo de su agrado. Y al final del mismo, se le
han acercado algunos hermanos para decirle: Hermano: ¡Gracias! ¡Dios me
ha hablado hoy por sus labios! ¡Ese mensaje era para mí!

Otras veces, a puertas ya de la predicación, hemos sentido hablar de un tema


que ni siquiera habíamos imaginado en el momento en que nos preparábamos
para predicar. Si somos lo suficientemente flexibles y atentos a la dirección
del Espíritu, tocaremos el tema muy a pesar nuestro y a las circunstancias.
Entonces ocurre lo inesperado. El auditorio responde a ese mensaje
compungiéndose en su corazón y hasta las lágrimas. ¿Qué ha sucedido? Dios
ha hablado a su iglesia y usted ha sido obediente a la voz del Espíritu.

Esto es así porque la realidad humana incluye también las realidades


espirituales. Es, por decirlo así, el mundo del Espíritu, en el que los hombres
como las mujeres del Espíritu pueden moverse con mucha facilidad. La
oración es irremplazable en la predicación. Predicador que no ora, es un
predicador que no atina.

Una oración antes de la observación científica de la realidad hace mucho más


rica nuestra interpretación. Afina nuestros instrumentos y los hace más útiles.

3. DETERMINAR CUAL ES, ENTRE LOS MUCHOS, EL


PROBLEMA FUNDAMENTAL QUE LOS AGOBIA EN EL
MOMENTO

Observación crítica de la realidad e iluminación del Espíritu Santo juntos, son


un instrumento poderoso para conocer las necesidades de la gente.
Tal vez la mejor manera de determinar, de entre los muchos, uno de los
problemas o necesidades que agobia a los oyentes en un determinado
momento, sea hacer una lista de todos ellos, para luego en oración elegir uno.

Tenemos que visualizar los problemas y necesidades mediante un cuadro


global de la situación actual. Se trata de un diagnóstico de la situación en la
que tendrá pertinencia nuestro mensaje. Aquí algunos aspectos que deberá
considerar:

DESCRIPCION, ANALISIS Y SINTESIS DE LA SITUACION

La lectura de la realidad comprende básicamente tres pasos: 1) una


descripción de la realidad tal como se nos presenta a la vista, 2) un análisis de
la situación que nos motiva o nos interpela más inmediatamente, y 3) una
síntesis analítica y teórica acerca de nuestra percepción de la realidad.
Los siguientes son las recomendaciones que los sociólogos hacen para
conocer objetivamente la realidad. Vale la pena escuchar sus sugerencias:

1. Describir la realidad que nos interpela

Consideración de los hechos que se nos presentan a la vista


(diagnóstico sentido)

Presentación de un cuadro de necesidades (una lista de ellas), en sus


diversos órdenes (económico, social, político, religioso) y en sus
diversos rubros (salud, alimentación, trabajo, familia, etc.)

Determinación de las necesidades según criterios: distinguir lo


general de lo específico, lo urgente de lo trascendente, lo pertinente
de lo relevante, etc.

Descripción de la realidad distinguiendo elementos (actores) propios


de la estructuras y coyunturas sociales. Distinguir en la coyuntura
social: actores, escenarios, períodos, acontecimientos, fuerzas en
conflicto, correlaciones y su significación en la estructura social e
histórica más amplia (larga duración o permanencia).
2. Analizar de la situación motivadora

De todos los aspectos de la realidad, uno de ellos nos interpela o


cuestiona y exige un urgente tratamiento. Es muy relativo qué
aspecto de la realidad "levantamos" o relevamos en un determinado
momento. Mucho depende de qué propósito me mueve al leer la
realidad. Qué es lo que busco. Un problema estructural, no
coyuntural, de nuestro país, por ejemplo, es la corrupción. Eso es lo
estructural. Pero dentro de esa estructura hay una serie de realidades
que son o bien sus causas o bien sus efectos, que interesa observar en
un determinado momento, dependiendo de cuál es la pregunta que
nos planteamos.
Una vez elegido ese aspecto, se lo ubica en la(s) disciplina del
conocimiento que lo trata en detalle y se lo descompone en todas sus
partes. Un diccionario especializado nos puede proporcionar sus
elementos y sus sentidos más importantes, pero es importante tratar
ese tema dentro del horizonte de los conocimientos de la ciencia o
disciplina que generalmente lo aborda.

De ese aspecto de la realidad, y desde la disciplina de nuestro


manejo, ubicamos un problema que sea pertinente a nuestro auditorio
y a nosotros mismos.

Los problemas se formulan por lo general en términos de preguntas o


cuestiones. Las preguntas pueden ser generales o específicas, directas
o indirectas, teóricas o prácticas, retóricas u operacionales,
problematizadoras o enunciativas, sintéticas o analíticas.

Las preguntas formuladas aquí son de orden existencial y las


denominaremos "preguntas básicas" (=PB). Son existenciales en
sentido individual y colectivo, porque cualquier persona sin ser
científico social se las formularía o de hecho ya se las está haciendo.

3. Hacer una síntesis de la situación motivadora

La situación analizada debe ser caracterizada o nombrada. Por


ejemplo, como parte de esta gran crisis estructural que vive nuestro
país desde hace más de quinientos años, una de sus manifestaciones
es la pérdida de credibilidad en las instituciones y de la democracia,
pues es puramente formal y en la realidad no se practica. Eso que
hemos llamado "pérdida de credibilidad de las instituciones" es
precisamente darle un nombre a aquella realidad que observamos.
Naturalmente usamos las palabras que usa la sociología, pues es ella
quien habla con propiedad sobre esta situación.

El análisis de la situación motivadora debe ser evacuado en forma de


un breve informe y, si es posible, formulado en términos de una
proposición.

Una proposición es un conjunto de palabras que expresan un sujeto y


sus atributos gramaticales, relacionados entre sí por un verbo. De ser
posible plantee la proposición como si fuera una fórmula, o sea en
una síntesis matemática. Ej.:

Dada la infidelidad del hombre:

Infidelidad =I
Sufrimiento =S
Dios =D
Hombre = h

> I (D) > S (h)

Se resume en la fórmula > I (D) > S (h) que se lee: “a mayor infidelidad a
Dios, mayor sufrimiento del hombre”

4. CONSIDERAR LAS DIMENSIONES COMPLEJAS DE LA


CULTURA EN LA QUE SE COMUNICA EL EVANGELIO
La cultura tiene varias dimensiones. Una de ellas es la que acabamos de
esbozar con todo lo dicho anteriormente que es la dimensión sociológica.

Pero la cultura tiene también otras dimensiones, Sigo para el efecto la


caracterización del antropólogo peruano Tito Paredes

La dimensión ideológica, que tiene que ver con las ideas, las
creencias y los conocimientos de un pueblo.
La dimensión sociológica, que es la forma como los pueblos se
organizan para satisfacer sus necesidades primarias y secundarias, a
través de las instituciones.

La dimensión técnica y económica, es la manera cómo los


miembros de una cultura utilizan los instrumentos para manejar las
cosas del mundo natural donde viven. Incluye los instrumentos de
guerra.

La dimensión ecológica tiene que ver con el lugar específico donde


vive el grupo. Es lo que se llama el "hábitat" de las personas, el
medio ambiente natural que condiciona la forma en que éstos se
comportan. Piense por ejemplo cómo el clima tropical de la selva
influye en la manera de vestir y en los modales de la gente.

La dimensión temporal. Las personas son lo que son hoy día, porque
sus antepasados llegaron al lugar donde ahora viven, trajeron
consigo ciertas costumbres, desarrollaron otras, inventaron nuevas
maneras de hacer las cosas, aprendieron a usar nuevos alimentos o
medicinas, etc., y todo esto sucedió a través de los años.

La dimensión espacial, tiene que ver con el mundo más amplio


donde coexisten otras culturas, otros "hábitats", otras ideologías,
otros sistemas de relaciones sociales. Las culturas no están solas,
también se relacionan entre sí y se mezclan. Forman mestizajes
culturales. Algunas veces unas se imponen sobre otras por la fuerza
y la conquistan y otras veces por vía del intercambio cultural
intercambian valores y patrones de conducta[4].
Cuando esta dimensión de la cultura se junta con la dimensión temporal, da
lugar a la historia de la cultura de un pueblo.
5. LAS CARACTERISTICAS PARTICULARES DE LOS
RECEPTORES DEL EVANGELIO Y DE SU EMISOR

Las personas son seres libres y tienen la capacidad de elegir. La cultura sola
por más fuerte y consistente que sea, no determina el comportamiento de la
gente. También está su propia personalidad, su individualidad, su forma
particular de ser.

Las personas aceptan voluntaria y gradualmente las formas de


comportamiento que establece la cultura de la que son parte, pero tienen
siempre la posibilidad de hacer algo diferente a lo que imponen los patrones
de cultura y sufrir las consecuencias de ser consideradas unas antisociales,
extranjeros reprimidos, locos y hasta herejes.

Si se deciden y se empeñan, las personas pueden afectar a la cultura en casi


igual dimensión en que la cultura afecta a las personas. Si fueron las
personas las que crearon la cultura, es posible que éstas también la
modifiquen.

Las culturas son susceptibles de cambio y transformación. Las culturas, igual


que las personas, nacen, crecen, se reproducen y también mueren o se
transforman.

El ciclo vital de una persona, desde que nace, crece o se desarrolla, hasta que
muere es importante. Cada uno hace un proceso y tiene un ritmo de
crecimiento rápido o retardado, dependiendo de las condiciones materiales y
espirituales que le sean favorables o desfavorables.

Las condiciones de su madurez psicológica y física deben ser consideradas


también cuando esta o aquella persona recibe un mensaje. Cada uno lo
asimila de acuerdo a sus condiciones personales y a su proceso de desarrollo
biológico, psíquico y espiritual.
EVALUACION - LECCION 4

1. ¿Por qué es importante conocer las necesidades de la gente a la cual vamos a entregar un mensaje?

2. ¿Cuáles son las tres condiciones para un mensaje apropiado a la necesidad de la gente? Explique
cada una de ellas.

3. ¿Cuáles son las dimensiones más importantes de la cultura?

EJERCICIOS:

1. Lea con atención, La comunicación del evangelio en la América Latina de Eugene Nida, en el
Apéndice D, al final de este libro, y haga un resumen anotando los puntos más importantes.

2. Haga un breve análisis de la situación de su iglesia local, interprétela y sintetícela en una oración o
proposición sencilla.

3. Confeccione una lista de las características personales y culturales propias de la gente que participa
de los cultos en su iglesia local. Anote todo lo que a su juicio es propio de su comunidad a diferencia de
otras comunidades.
Lección 5
Paso 2: Encontrar el tema apropiado

OBJETIVO DE LA LECCION

Realizar el segundo paso en el proceso de la elaboración del sermón: saber


cómo encontrar el tema apropiado

OBJETIVOS OPERACIONALES

Al terminar la lección el estudiante podrá:

1. Saber elegir un tema específico para su predicación.


2. Realizar ejercicios de aplicación para esta parte.

_________

El tema es el aspecto específico de un asunto sobre el cual tenemos


algo que decir.

Algunos suelen distinguir entre un asunto y un tema.

Según esta propuesta, el asunto es aquello sobre lo cual trata el pasaje bíblico.
Representa el área amplia y general de la cual se puede escoger un número de
temas específicos. El tema, en cambio, es el aspecto particular del asunto que
ha de ser desarrollado en el transcurso del mensaje.

De ese modo un pasaje bíblico normalmente tiene un solo asunto, pero


muchos temas y un sermón, por lo tanto, deben tener un solo asunto y
también un solo tema.

Orlando Costas pone como ejemplo de esta distinción, el asunto de la


oración. La oración es el asunto y de él se pueden des implicar por lo menos
10 temas:

El alcance de la oración
El poder de la oración
El privilegio de la oración
El propósito de la oración
El valor de la oración
La adoración por medio de la oración
La necesidad de la oración
Los métodos de la oración
Los problemas de la oración
Los resultados de la oración [5]

El tema del mensaje apropiado a la necesidad de la gente (los perceptores) se


elige teniendo en cuenta las siguientes consideraciones:

a. Lo que Dios nos ha inspirado en oración


b. La ocasión especifica
c. El problema o necesidad específica
d. El enfoque de nuestra especialidad
e. La multiplicidad de enfoques o puntos de
vista.

Veamos cada uno de ellos.

a. La inspiración divina en la elección del tema.

Hay situaciones en la que "se nos mete en la cabeza una idea y no nos la
podemos sacar". Allí está en nuestros corazones, moviéndose, inquietándonos
por mucho tiempo, hasta el momento en que lo asumimos o lo presentamos
como tema de un mensaje.

Se trata de la inspiración de un determinado tema con la iluminación del


Espíritu Santo.

b. La ocasión específica.

Nos ayuda también a elegir el tema. Nos preguntamos si esta o aquella esa
ocasión es propicia para predicar sobre tal o cual tema. Así, por ejemplo:

* En un velorio:

La esperanza de vivir
El amor de Dios
La fugacidad de nuestra existencia
La vida eterna
La compañía de Dios

* En un culto de oración:

La oración
El arrepentimiento
El perdón
La llenura del Espíritu Santo
Los dones y ministerios

* En Navidad:

El nacimiento de Jesús
El futuro de la infancia
La vida nueva

c. El problema o necesidad específica de los oyentes:

Ver cuadro siguiente >>


PROBLEMA TEMA
O NECESIDAD APROPIADO

Divisiones en la iglesia La unidad del cuerpo de Cristo


La crisis económica La provisión oportuna de Dios
Enfermedades y desgracias Dios Sanador, Dios nuestra fortaleza
Infidelidad conyugal La fidelidad de Cristo para con su pueblo

d. El enfoque de nuestra especialidad.

Hay situaciones en que ya no elegimos nosotros el tema, pues la comunidad


que nos invita a exponer nos ha desafiado a predicar sobre un determinado
tema elegido por ella. En tal situación, el predicador debe decidir el
ENFOQUE o ángulo desde el cual tocará el tema.

Por lo general se espera de un predicador que enfoque su tema desde la


perspectiva teológica, religiosa o espiritual.

Se dan casos en el que una comunidad invita a varios expositores a tratar un


determinado tema. Pongamos por ejemplo el tema: "El futuro del país". Se
espera que el predicador trate el tema desde una perspectiva teológica, pues
seguramente habrán invitado también a un sociólogo, a un filósofo o a un
antropólogo o un político a tocar el mismo tema.

Si ese no fuera el caso y el predicador es el único expositor, entonces está


llamado a enfocar el tema desde varios ángulos, deteniéndose especialmente
en la perspectiva de su dominio: la perspectiva bíblico-teológica.

Se ve mal y carente de profundidad que un predicador aborde un tema desde


la perspectiva puramente sociológica, si éste además de predicador no es un
sociólogo o no está bien documentado en la materia que trata.

e. La multiplicidad de enfoques o puntos de vista.


Como se ha visto, un mismo tema puede ser abordado desde varios enfoques.
Aun dentro del enfoque teológico, hay varias perspectivas o puntos de vista.

El tema a elegir debe ser uno que vaya a tono con la situación específica y el
propósito específico de su predicación y el área de su dominio.

En una perspectiva teológica el tema del futuro del país puede tener un sesgo
escatológico si lo plantea en relación con los últimos acontecimientos de la
historia antes que Cristo venga. Un enfoque soteriológico si plantea el tema
en el sentido de si tiene futuro nuestro país. Un enfoque teológico-
antropológico del mismo tema se plantearía en términos del futuro de la niñez
de nuestro país con el aporte de la iglesia, de la juventud, de la ancianidad;
del futuro de la cultura peruana animada por el evangelio, etc.

f. El criterio de crecimiento y madurez espiritual del auditorio.

Por cierto, hay una cantidad de temas que pueden ser tocados en una
ocasión. El predicador tiene que hacerse la pregunta en serio:

¿Este tema realmente ayudará al crecimiento de la congregación?


¿Por qué tiene que ser precisamente este tema ahora, en esta etapa
del crecimiento de la iglesia?
¿Si se trata de un tema que será dirigido a un público no creyente, les
permitirá apreciar el evangelio a la medida de sus necesidades?

Hay temas que por su complejidad no deben ser tratados ligeramente.


Requieren de otro momento y otras condiciones. El predicador debe evaluar
la madurez de su auditorio para recibir el tema de su elección. Esto es lo que
llamamos el criterio del crecimiento o madurez espiritual del auditorio.

EVALUACION - LECCION 5

1. Defina en sus propias palabras lo que es un "tema" de predicación.


2. ¿En qué consiste el "enfoque múltiple" del tema de predicación?
3. ¿Qué criterios se siguen para elegir el tema apropiado para la predicación?

EJERCICIOS:
1. A partir del análisis de su Iglesia local (Ejercicio 2 de la lección 4) determine un tema de
predicación para el domingo próximo:

"____________________________________________________"

2. Señale cuáles serían los temas apropiados para las siguientes situaciones especiales:

(Escriba a la derecha de cada situación, el tema apropiado. Formúlelo en sus propias palabras.)

* Un velorio:
* Después de un terremoto:
* Un cumpleaños:
* El aniversario de una Iglesia:
* Viernes Santo:
* Día de Pentecostés:
* Un enfermo con cáncer:
* Un domingo por la noche en la iglesia:
* Un grupo de niños huérfanos:
* Un preso:
* Una drogadicta:
UNIDAD III
LA FUNDAMENTACION DEL MENSAJE

Lección 6
PASO 3: BUSCAR EL TEXTO BÍBLICO
ADECUADO

OBJETIVO DE LA LECCION

Realizar el tercer paso en el proceso de la elaboración del sermón: encontrar


una base bíblica que sustente su mensaje.

OBJETIVOS OPERACIONALES:

Al terminar la lección el estudiante podrá:

1. Saber elegir el texto bíblico adecuado en el que se sustentará su


tema elegido
2. Distinguir entre el tema y el texto del mensaje.
3. Realizar algunos ejercicios prácticos para esta parte.

__________

Una vez elegido el tema del mensaje, se busca en la Biblia un texto


(un pasaje bíblico o varios) sobre el cual estará basado el mensaje.

Un "texto" puede ser igualmente un pasaje o párrafo de la Biblia, un


versículo, una cláusula o una frase, un capítulo o varios de ellos, un libro de
la Biblia, una colección de libros (como los salmos o los evangelios), un tema
bíblico (como la salvación, el perdón, la vida eterna), o un concepto o
doctrina bíblica (el pueblo elegido), etc.

En la Biblia hay cientos de "textos" para cada situación. El asunto es saber


elegir el pasaje que sea el más adecuado al momento y necesidad de los
oyentes.

* Se recomienda utilizar una concordancia de palabras o una


concordancia temática.
* Anotar varios textos y elegir el texto que mejor se adecue.

La elección del texto está sujeta a varias consideraciones:

a. Debe limitarse a los conocimientos del predicador.

Hay textos obscuros, para el predicador, porque aún no los ha estudiado con
amplitud. Debe elegir los textos que ya conoce pues, de lo contrario, no sabrá
explicarlos adecuadamente.

b. Debe ser un texto que se apodere del corazón y de la mente del


predicador. Sobre un mismo tema hay varios textos posibles. Pero uno de
ellos debe ser uno que se apodere del corazón del predicador, que lo inquiete
y que le agrade.

c. Debe procurar variedad.

Si la vez anterior ya utilizamos ese texto, debemos elegir otro, de modo que
se logre variedad en la predicación. Por cierto, un texto puede dar para varios
enfoques o temas, pero hay otros textos similares que podemos usar o elegir
como base bíblica.

*Si es un tema contemporáneo, que no se encuentra directamente en la Biblia,


se descompone del tema actual las ideas centrales y se busca los textos
alusivos.
Tomemos, por ejemplo, el tema del control de la natalidad. Se trata de un
tema moderno no contemplado directamente en la Biblia como tal. Por lo
tanto, si uno busca en un diccionario bíblico o una concordancia no va a
encontrar ningún texto específico sobre el tema. Lo que se hace entonces, es
des implicar, o descomponer los temas contenidos en él:

* El tema de la vida
* El tema de la libertad
* El control de la natalidad
* El tema de la muerte
* El tema de la fecundidad y longevidad
* El tema de la responsabilidad de los padres

Sobre estos temas en particular sí hay pasajes o textos bíblicos. Debe


juntárselos al rededor del tema central y construir un sentido: el control de la
natalidad.

EVALUACION - LECCION 6

1. ¿Qué constituye un "texto" o "base bíblica" para la predicación?


2. ¿Qué criterios debe seguirse en la elección de un texto como base bíblica para la predicación?

EJERCICIOS:

1. Busque en una CONCORDANCIA BIBLICA textos alusivos a los siguientes temas:

Evangelio
Predicación
Dios
Vida
Hombre
Pastor
Salvación

2. Tomando como base el tema elegido en el Ejercicio 1 de la lección 5, busque un texto bíblico que le
sirva de referencia para su predicación del domingo próximo.

Texto: .......................................................
Lección 7
Paso 4: Interpretar el texto bíblico

OBJETIVO DE LA LECCION

Conocer algunas pautas para interpretar el texto bíblico que fundamentará el


mensaje a predicar.

OBJETIVOS OPERACIONALES

Al terminar la lección el estudiante podrá:

1. Conocer los pasos fundamentales para una interpretación adecuada del


texto bíblico.
2. Ubicar el género literario de su texto base para su predicación.
3. Realizar algunos ejercicios de interpretación.

_________

Elegido el texto, pasamos a interpretarlo. Para ello debemos hacer


lo siguiente:

1. Leer el texto por lo menos unas tres veces, si es posible en varias


versiones de la Biblia. La aplicación (app) de internet YOUVERSION del
ministerio LifeChurch.TV para aparatos electrónicos (teléfonos celulares,
tabletas, etc.) trae consigo muchas versiones de la Biblia.

Consulte por lo menos tres versiones:

La versión Reina-Valera
La Biblia de Jerusalén
La versión popular Dios Habla Hoy, o
La Nueva Versión Internacional.
2. Divida el pasaje en párrafos

Procure que cada párrafo contenga una unidad de pensamiento. Leyendo cada
párrafo, extraiga del mismo la idea central o la oración principal. Este
procedimiento le dará los puntos principales de su sermón.

3. Estudiar el contexto histórico del texto. Considere, entre otras cosas:

¿Quién fue el autor del texto?


¿Quiénes fueron los receptores originales?
¿En qué tiempo o época se escribió o apareció publicado este texto?
¿Desde qué lugar se escribió y a qué lugar fue dirigido?
¿Con qué propósito se escribió?

4. Analice el texto al detalle

Delimite dónde comienza y dónde termina el texto y en particular la


unidad o unidades de pensamiento que va a exponer. Para saber dónde
comienza y donde termina un texto o una unidad de pensamiento fíjese en
lo siguiente:[6]
Cambio de personas en la conversación o involucradas en cualquier otra
forma
Cualesquiera etapas sucesivas en torno al tiempo, lugar de acción e
incidentes (Lc.15:11-32)
Cualquier pronunciación acumulativa de ideas, principios o enseñanzas
(1Co.13)
Todo paralelismo o agrupación de ideas basado en semejanzas (Sal. 19)
Cualquier contraste, oposición o intercambio de ideas (1Jn.4:1-5)
Cualquier indicación de causa y efecto (Mt.25:34-43)
Cualquier repetición de algunas cláusulas, frases o palabras (como por
ejemplo, "fe" en He.11)
Cualquier frase tradicional o cualquier palabra conectiva, como, por
ejemplo, "por tanto, así que, de modo que, pues o ahora pues, finalmente,
pero, y, o".

Reconozca el género literario en que fue escrito el texto


preguntándose si este texto,

¿Es una parábola?


¿Una Epístola o carta?
¿Una Historias?
¿Un Himno?
¿Una profecía?
¿Una fábula?
¿Una Poesía?
¿Un relato apocalíptico?
¿Una Biografía?
¿Un relato doctrinal?
Analice el texto gramaticalmente, distinguiendo en lo posible:

Sujeto de la oración
Verbos
Predicados
Oraciones principales y oraciones subordinadas
Casos
Preposiciones
Conjunciones

Estudie el significado de las palabras por separado y su significado en


conexión con otras del mismo pasaje.

Consulte en un diccionario la etimología, o la raíz de esa palabra, así como


los posibles sentidos de la palabra: literal o simbólico, en el contexto del
pasaje.
Distinga las figuras literarias

Verifique si se trata de una metáfora, una alegoría, un símil, un enigma, o de


una fábula.

Interprete el desarrollo del pensamiento del autor del texto, siguiendo


ordenadamente su secuencia en el texto.

En lo posible grafíquelo o haga un esquema o Bosquejo del desarrollo


de la idea dentro del pasaje elegido. Esto es importante. Debemos
respetar la secuencia del discurso o pensamiento del autor del texto, pues
debió tener algún propósito. Muchas veces la secuencia de una oración en
el idioma castellano no se corresponde con la secuencia del autor que
escribió en el idioma hebreo o griego. Nosotros regularmente seguimos
el siguiente orden: SUJETO, VERBO Y PREDICADO y a veces lo
alteramos para dar algún énfasis. Los autores sagrados también lo
hicieron, y la manera de decir una cosa expresa la intención de los
autores.

Nosotros decimos, por ejemplo: "La flor es linda". Pero cuando decimos "la
flor linda es", anteponiendo el adjetivo al verbo, lo hacemos para dar énfasis
a la cualidad de la flor y no a la flor.

5. Confronte su interpretación con otras interpretaciones

Consulte en obras de historia, la interpretación que hizo de este texto


la iglesia en el pasado.

Frecuentemente los buenos comentarios bíblicos traen una historia breve de


cómo fue interpretado un determinado texto en el pasado. Eso es lo que se
denomina la historia de la interpretación de un texto, y conforma --bien
entendida-- nuestra tradición confesional. La base histórico-doctrinal de por
qué creemos lo que creemos.

Comparta con otros hermanos, su interpretación y recoja otros


enfoques de interpretación del mismo texto.
Cuando un pasaje le sea difícil, consulte más de un comentario
bíblico y decida usted mismo por la interpretación más equilibrada y
cercana a la verdad. Antes de comunicar algo al pueblo, usted debe estar
convencido que su interpretación del texto es la más acertada o la
correcta. El púlpito no es lugar para dubitaciones o dudas respecto a la
interpretación de un pasaje bíblico.

NOTA ACLARATORIA:

Si usted desea mayores detalles para interpretar un texto, consulte por favor
algún libro de HERMENEUTICA de la Biblia.

EVALUACION - LECCION 7

1. Mencione los cinco pasos básicos para interpretar un texto

2. ¿Qué significa para usted interpretar un texto?

EJERCICIOS

1. Distinga oraciones principales de oraciones secundarias en el pasaje de Ef.3:1-10.

2. En los ejercicios anteriores usted eligió un tema y un texto bíblico. Ahora interprételo siguiendo las
cinco recomendaciones señaladas.

3. Escriba un resumen final de la interpretación de su texto elegido.


UNIDAD IV
LA PRESENTACION DEL MENSAJE
Lección 8
Paso 5: Esquematizar o bosquejar
el mensaje

OBJETIVO DE LA LECCION:

Aprender a esquematizar o bosquejar en mensaje como guía para su


presentación o exposición.

OBJETIVOS OPERACIONALES:

Al terminar la lección el estudiante podrá:

1. Preparar ordenadamente un mensaje.


2. Apreciar un ejemplo de un bosquejo de mensaje
3. Realizar ejercicios prácticos.

_________

Si ha seguido la secuencia o desarrollo del pensamiento en el texto


interpretado, le será fácil hacer ahora un BOSQUEJO con los puntos
centrales y secundarios para su tema de mensaje.
Todo pasaje tiene por lo menos un punto principal y uno o más puntos
secundarios.

Normalmente una UNIDAD DE PENSAMIENTO tiene:

1) Una introducción o encabezamiento


2) Un cuerpo o desarrollo de pensamientos o ideas
3) Una conclusión o "remates" de las ideas.

Así, por ejemplo, en el pasaje del "Buen Pastor" de Jn.10:7-18, encontramos


la siguiente secuencia de ideas.

....Jesús es el buen Pastor;


....Hay otros que son ladrones y salteadores;
....Un buen Pastor su vida da por las ovejas;
....Un buen Pastor conoce a sus ovejas y ellas lo conocen a él;
....Jesús, el buen Pastor, tiene un redil y traerá a otras ovejas a ese
redil.

* De aquí en más, se elabora el BOSQUEJO

PUNTO PRINCIPAL...... JESUS ES EL BUEN PASTOR

/ 1) Da su vida por las ovejas


PUNTOS / 2) Conoce a sus ovejas
SECUNDARIOS...........
\ 3) Traerá otras ovejas a su redil
\ 4) No es ladrón o salteador

IMPORTANTE

Sólo después de tener las ideas o puntos principales y secundarios, se


preparará la introducción y la conclusión, así como el título y las
ilustraciones para su presentación.
Esto se elabora después. No antes.
Para mostrar cómo se elabora un bosquejo, tomemos el pasaje de Mt.9:35-
38.

Vayamos paso por paso.

1. Veamos primero la secuencia del pensamiento:

35 RECORRIA Jesús

- todas las ciudades y


(todas) las aldeas

-Enseñando... en las sinagogas de ellos, y


-Predicando... el evangelio del Reino, y
-Sanando....... toda enfermedad y
(toda) dolencia en el pueblo
36 y al VER (Jesús) las multitudes
TUVO compasión de ellas
Porque ESTABAN... (Las multitudes)
- desamparadas y
- dispersas
- como ovejas
Que no tienen pastor
37 entonces (Jesús)
DIJO....a sus discípulos:

"A la verdad, LA MIES ES mucha


Más los obreros (SON) pocos.
38
ROGAD, pues, al Señor de la mies
Que envíe obreros a su
mies"

Como se puede apreciar en el pasaje, los verbos han sido levantados con
mayúsculas para poder notarlos.
Las oraciones principales están anotadas más a la izquierda y las
secundarias más a la derecha.
El Sujeto de la oración está subrayado.
Las líneas ( \___ ) y los puntos (....) indican subordinación

2. Tomamos una de las ideas centrales indicada por el verbo RECORRIA


(v. 35) para ver una parte de la secuencia lógica del pensamiento y la
estructura del pasaje:

La pregunta básica que debemos hacernos siempre que leemos e


interpretamos un texto literario es la siguiente:

¿DE QUE TRATA ESPECIFICAMENTE ESTA PARTE DEL


TEXTO?

P = ¿De qué habla el v.35?


R = Del recorrido de Jesús. “Recorría ciudades y aldeas”.

P = ¿Qué hacía Jesús en su recorrido?


R = Enseñaba, Predicaba y Sanaba.

Como se ve, en el v.35 hay sólo una idea central y cinco ideas secundarias,
que las podemos esquematizar así:

IDEA CENTRAL: “EL RECORRIDO” DE JESUS
- En todas las ciudades
IDEAS - En todas las aldeas
SECUNDARIAS - (Para la) enseñanza en las sinagogas
- (Para la) predicación del evangelio del
Reino
- (Para la) sanidad de enfermedades y
dolencias del pueblo

En el v.36 la idea central parece no tener más ideas secundarias que las
características de las multitudes.

La idea central es: “LA COMPASIÓN DE JESUS POR LAS


MULTITUDES”

- que estaban desamparadas


- que estaban dispersas...
- (que estaban desamparadas y dispersas)
Como las ovejas que no tienen pastor

En el v.37 se aprecia la realidad de la obra misionera comparada con un


campo listo para la cosecha.

P = ¿De qué habla el versículo 37?


R = De la amplitud de la misión (la mies) y de la carencia de misioneros
(obreros).
Dos ideas centrales destacan en el versículo:

- LA MIES ES MUCHA > LA MISION ES INMENSA


- LOS OBREROS SON POCOS > HAY POCOS MISIONEROS

El v. 38 es un remate o una conclusión del pensamiento:

Por lo tanto, (en consecuencia...):


ROGAD, pues, al Señor de la mies (el campo de la misión) que ENVIE
obreros (misioneros) a su mies.

Interpretando el pasaje, una sola idea central destaca:

RUEGUEN AL PADRE DE LA MISION QUE ENVIE MISIONEROS AL


CAMPO.

Juntando las partes, las ideas principales y secundarias nos daría el siguiente
Bosquejo:

I. EL RECORRIDO DE JESUS (v.35)

En todas las ciudades


IDEAS En todas las aldeas
SECUNDARIAS (Para la) enseñanza en las sinagogas
(Para la) Predicación del evangelio del reino
(Para la) sanidad de enfermedades y
dolencias del pueblo
II. LA COMPASIÓN DE JESUS POR LAS MULTITUDES (v.36)

que estaban desamparadas


que estaban dispersas...
que estaban como las ovejas que no tienen pastor.

3. Se procede luego a preparar la introducción, la conclusión y el título,


pensando ya en la presentación del mensaje.

Cuando elabore la introducción y las conclusiones de su mensaje, debe tener


en mente al público. Debe hacer como si estuviera frente a ellos
introduciendo su mensaje. Eso le permitirá encontrar las palabras adecuadas
para empezar a decir algo con dirección hacia el tema central de su mensaje.

Lo mismo la conclusión. Piense cómo reaccionarán o imagínese cómo


debieran reaccionar cuando usted afirme, remarque, o recuerde el mensaje de
Dios aplicado a sus vidas.

LA INTRODUCCION

La introducción es la parte del sermón que prepara al auditorio para oír el


mensaje de la palabra de Dios.

El propósito de la introducción es despertar el interés por el tema que será


expuesto. Ayuda al predicador a presentar progresiva y ordenadamente su
tema.

La introducción es como un puente que une al oyente con el tema de la


exposición.

Características de una buena introducción

Una buena introducción:

1. Debe conducir directamente al tema del sermón.


2. No debe prometer más de lo que pueda ofrecer.
3. No debe reemplazar al tema. Debe ser sencilla y modesta.
4. Debe ser variada. No siempre debe introducirse al tema con una
anécdota.
5. Debe ser breve. Tres minutos basta.
6. Debe ser franca, sincera, llena de tacto y sugestiva.
Fuentes para elaborar la introducción:

1. Una pregunta llamativa.


2. El contexto histórico del mismo texto bíblico a exponer.
3. Una anécdota, una parábola.
4. Las circunstancias del momento.
5. Una poesía, un pensamiento o frase célebre.

La introducción permite, entonces:

1. Interesar al oyente.
2. Remover prejuicios que los oyentes traen en relación con el tema.
3. Producir calma en el auditorio.
4. Desvelar los misterios de un título periodístico dado al sermón.
5. Introducir el pasaje bíblico elegido como base para el tema de
exposición.

LA CONCLUSION

La conclusión es la consecuencia lógica de un pensamiento antecedente. Es el


desenlace del contenido que ha venido presentándose y muestra su unidad de
sentido.

La conclusión permite:

1. Resumir, repetir, y recordar las principales ideas expuestas.


2. Producir un impacto final respecto del mensaje presentado.
3. Convocar a los oyentes a responder activamente al mensaje.
4. Aplicar la verdad expuesta a la vida del oyente.
5. Contrastar ideas opuestas a las presentadas y mostrar sus perjuicios o
bondades.
6. Alertar sobre posibles consecuencias negativas de no seguir las
recomendaciones éticas del mensaje.

Características de una buena conclusión:


1. Debe ser corta, variada, natural.
2. Debe ser personal, dirigiéndose a las personas en general sin
ambigüedades ni parcialidades.
3. Debe ser precisa, remarcando las verdades concretas.
4. Debe concluir. No debe abrir nuevos temas.

Una conclusión elegante puede valerse de:

1. Alguna promesa de bendición para los oyentes.


2. Preguntas retóricas (que no esperan una respuesta inmediata -y menos en
voz alta- de los oyentes).
3. Un poema alusivo.
4. Una frase célebre que ayude a recordar todo lo dicho.
5. Una declaración sorprendente.

6. Una vez preparadas la introducción y la conclusión se procede a colocar


un título sugestivo al sermón.

EL TITULO

El título es el nombre que se le da al sermón.


Es una frase que indica el rumbo que va a seguir el tema de la exposición.

Sugerencias para un buen título:

1. No debe ser exagerado ni sensacionalista.


2. Insinúa el tema, pero no lo describe.
3. No debe contener más de cinco palabras.
4. Debe ser una frase en la cual nada se afirma y nada se niega.
5. Debe generar expectativa.

Características del título:


1. Guía la presentación de las ideas principales.
2. Caracteriza al tema de la exposición.
3. El título debe diferenciarse del tema.

Por ejemplo:

TEMA: LA SALVACION ETERNA


TITULO: ¿Vivirás para siempre?

TEMA: EL RECORRIDO DE JESUS


TITULO: Un ministerio para nuestro tiempo

TEMA: LA FE DE ABRAHAM
TITULO: Un hombre digno de imitar

6. El paso siguiente es buscar una ilustración para presentar el mensaje de


manera más fácil y asimilable.

LAS ILUSTRACIONES

La naturaleza, la historia, las biografías, las Sagradas Escrituras, las


anécdotas, los cuentos, las fábulas, los casos de la vida real, son todas fuentes
de ilustraciones útiles para distintos temas de predicación.

Las ilustraciones pueden ser usadas en cualquier momento que el predicador


estime conveniente: así en la introducción para presentar un tema, en la
conclusión para remarcar una idea, o en el cuerpo del sermón mientras se
explica el texto, para aclarar algunas ideas obscuras.

Es preferible que las ilustraciones sean familiares a los oyentes en cuanto a


usos y costumbres culturales. Por ejemplo. En la más profunda serranía de
nuestro país no cuente el caso "que le sucedió a la señora Robertson en
Carolina del Norte al prender su tele-cable". Relate "la historia de la señora
Aliaga el día que salió a cosechar su maíz".
Si la ilustración que usted eligió la ha leído en algún libro, pues tradúzcala,
adáptela, ambiando los nombres de los personajes, ciudades, circunstancias,
adaptándolos al contexto cultural nuestro.

El Bosquejo final con todas sus partes quedaría estructurado, por ejemplo,
del siguiente modo:

UN MINISTERIO PARA NUESTRO TIEMPO

Fecha: / / .
Texto Base: Mt. 9.35-38
Predicador: Su nombre aquí [7]______________________

INTRODUCCION

El ministerio apostólico de nuestro tiempo está en crisis

a. Por el descuido de la verdadera labor apostólica


b. Por los conflictos sociales y económicos del liderazgo
c. Por tener una iglesia sin un liderazgo positivo
d. Por la crisis de vocación ministerial

Se hace imperativo mirar la actividad de Jesús

a. Mateo escribió este pasaje a los judíos de Palestina


* Para demostrar que Jesús era el Mesías
* Para mostrar a Jesús como obrero de la mies del Señor
b. Galilea fue escenario de este acontecimiento

ILUSTRACION: Historia acerca de quiénes eran los Galileos.[8]

De una mirada atenta al pasaje de Mt.9:35-38 se desprende que:

O.T.[9] UN MINISTERIO PARA NUESTRO TIEMPO ES:

I. UN MINISTERIO EXTENSO (V. 35)


A. En cuanto a lugar:
1. Urbano (“ciudades”)
2. Rural (“aldeas”)

B. En cuanto a forma:
1. Educativo (“enseñando”)
2. Comunicativo (“predicando”)
3. Terapéutico (“Sanando”)

II. UN MINISTERIO COMPASIVO (V. 36)

A. Por los desamparados


B. Por los que andaban sin rumbo (“dispersos...sin pastor”)

III. UN MINISTERIO APOSTOLICO (VV. 37-38)

A. En su Concepción de la bastedad de la Obra


(“La mies es mucha...”)
B. En su análisis de la situación imperante (crisis ministerial)
(“Obreros pocos...”)
C. En su iniciativa para pedir más misioneros
(“Rogad...”)

CONCLUSION

1. Por lo tanto, el ministerio para nuestro tiempo DEBE SER:

a. Amplio, en su extensión
b. Educativo, comunicativo y terapéutico en su forma
c. Misericordioso, con todas las personas: el pueblo y la Iglesia
d. Crítico, de la crisis ministerial
e. Pertinente, para la hora actual

2. Esta fue la labor apostólica de Jesús


3. Debemos imitar a Jesús.
4. ¿Tienes tú el llamado de Dios al ministerio? Vive como Jesús.
EVALUACION - LECCION 8

1. ¿Qué es un bosquejo?
2. Defina cada una de las siguientes partes del Bosquejo

a. El TITULO
b. LA INTRODUCCION
c. LA CONCLUSION
d. EL CUERPO DEL SERMON

EJERCICIOS:

1. De cualquiera de los siguientes textos, prepara un bosquejo de sermón anotando solamente los
puntos principales y sus puntos secundarios:

a. Mt.10:1-15 j. 1R.17:8-12
b. Dn.9:1-19 k. He.11
c. Ex.19:1-18 l. Mt.13:1-9
d. Sal.23 m. Ap.20:1-10
e. Is.65:17-25 n. Fil.2:1-7
f. Ec.12 o. Hch.22:6-16
g. 1Co.12:1-11s p. Ap.22:1-7
h. Neh.8:1-12 q. 1S.17
i. Hch.2:1-13 r. Mt.24

2. En la página siguiente, se presenta una carta para realizar un ejercicio o práctica. Léala atentamente
y elabore un bosquejo distinguiendo los siguientes elementos:

La ocasión
El autor
El destinatario
El tema principal
Los temas secundarios

CARTA

Lima, 25 de octubre del 2020

Pastor: Cristian Salvador


México.
Apreciado amigo:
Al escribirte estas líneas no puedo más que recordar a una persona que ha sido para mí un estímulo en
mi vida y un verdadero amigo. En verdad tu nombre hace honor al de un verdadero cristiano y está
lleno de contenido, pues en momentos difíciles tu supiste ayudarme y darme aliento para seguir en este
difícil pero hermoso camino cristiano.

Querido amigo, te agradezco por todo lo que me has ayudado hasta el momento en que tuviste que
viajar. Ahora que te encuentras en México, sé que sigues comportándote como un verdadero siervo de
Dios, pues he sabido que sigues realizando tu ministerio de pastor entre los mexicanos.

Por testimonio de algunos hermanos me he enterado que estás sufriendo por causa de Cristo, y que
muchas veces pasas necesidad por servir a los más necesitados. De verdad valoro tu ministerio. Pero si
de algo estoy convencido es que Dios nunca abandona a sus hijos. Conmigo no lo hizo, pues te puso a ti
en mi camino para consolarme en medio de la prueba.

Hace poco me escribió un compañero tuyo, también consiervo en el Señor, quien me comunicó que
enfermaste gravemente y estuviste a punto de morir. Por lo que te conozco, sé que a ti te daría lo
mismo estar con el Señor o con nosotros, pero Dios te conservó entre nosotros para beneficio de
muchos mexicanos que aún no conocen al Señor, pues por tu ministerio de intercesión muchos han sido
sanados y por tu predicación se han convertido a Cristo miles de personas.

Nosotros aquí te apoyamos en oración y rogamos al Señor para que fortalezca a ti y a tu familia.
Antonio, mi hijo mayor, pronto viajará a la ciudad de México invitado por la Iglesia Pentecostal de la
Ciudad de México y desea desde allí unirse a tu ministerio entre los mexicanos. Encamínalo en el Señor
y ojalá te sea de apoyo en el trabajo que realizas entre los pobres de la ciudad. El acaba de terminar sus
estudios de Trabajo Social y tiene muchos deseos de servir al Señor con su profesión. Antes de
terminar sus estudios, hizo además algunos cursos del Programa Descentralizado de Capacitación en la
Facultad Pentecostal de Teología, obteniendo un Diploma en Teología.

Espero que el apoyo de mi hijo pueda retribuir de alguna forma el gran apoyo que me brindaste.

En lo que se refiere a tu pedido, ya lo he enviado por correo la semana que pasó. Espero que lo recibas
sin dificultad.

Con un abrazo fraterno y un cordial saludo para la iglesia que pastoreas, te saluda

Tu amigo de siempre,
Juan Pere Serás
Pastor de la Iglesia Evangélica Naciente
Lección 9
Paso 6: Exponer creativamente
el mensaje

OBJETIVO DE LA LECCION

Recibir indicaciones de cómo presentar el mensaje a los oyentes

OBJETIVOS OPERACIONALES:

Al terminar la lección el estudiante podrá:


1. Conocer los dos momentos básicos de la exposición
2. Recibir recomendaciones útiles para una exposición con
provecho.
3. Realizar algunos ejercicios prácticos de exposición.

_______

Una vez bosquejado el sermón, estamos listos para exponer


creativamente el mensaje. Antes de hacerlo, sin embargo, hay varias
consideraciones a tener en cuenta.

1. Los momentos retóricos de la exposición

La exposición tiene dos momentos básicos:

1) LA NARRACION o explicación del pasaje bíblico partiendo desde su


contexto histórico o desde nuestra situación presente. En esta parte, el
predicador o predicadora debe asegurarse que sus oyentes entiendan bien lo
que dice el texto. Qué significó para los primeros oyentes del escritor
sagrado (hagiógrafo) y el significado de sus palabras en esa época.

2) LA APLICACION de las enseñanzas del pasaje para la vida personal y


colectiva de nuestros oyentes en el contexto actual.

Como parte de la presentación del mensaje, CUATRO momentos más que no


deben pasarse por alto y que forman parte de la exposición:

1) LA INTERPRETACION. Esta se da mayormente en la presentación de


las ideas principales y secundarias del pasaje o base bíblica, procurando no
traicionar la intensión del escritor sagrado.

2) LA ILUSTRACION. Incluye una anécdota, testimonio, comparación,


contraste, ejemplo, amplificación, video, power point, etc. Se da en cualquier
momento de la exposición, cuando el discurso requiera desarrollar mejor una
idea o pensamiento abstracto.

3) LA ARGUMENTACION. Es un razonamiento lógico para demostrar la


veracidad o falsedad de una idea o pensamiento. Es el porqué de las cosas.

4) LA EXHORTACION. Es la invitación al oyente a responder activamente


al mensaje presentado.

2. La preparación física y emocional del predicador

Un aspecto a veces descuidado por el predicador latino es su preparación


física y emocional previa a la presentación del mensaje. Puesto que muchos
predicadores no son rentados, éstos se dedican a duras tareas para su auto
sostenimiento que le implican un gran desgaste físico y también emocional.

Esto naturalmente, por más que obre la gracia de Dios y el poder del Espíritu
Santo, le resta capacidad y energía para la entrega del mensaje. Una persona
agotada físicamente o con problemas emocionales, no tiene la agilidad mental
necesaria ni la concentración requerida para exponer con agudeza un tema.

Es altamente recomendable que el predicador se prepare también física y


emocionalmente antes de exponer su mensaje. Necesita estar sereno,
reposado y con la paz interior que le proporciona una oración previa y sincera
con el Señor.

Si llega del trabajo cansado, un buen baño y un breve (¡solo breve!) descanso
le ayudarán a recobrar nuevas energías y quedar listo para la predicación. No
es bueno llegar corriendo y cansado y subir directamente al púlpito. Es una
falta de respeto a nuestro auditorio. Es mejor, en ese caso, pedir al que dirige
el culto haga una oración por el mensaje y se cante algunos coros de
inspiración, antes de la entrega del mensaje.

3. Características de una buena exposición

Para que una exposición sea eficaz:


1) Debe ser comunicada, de preferencia:

a. En un lenguaje accesible a la mayoría de los receptores


b. Un lenguaje sencillo pero convincente.
c. Si usa palabras técnicas, debe explicarlas inmediatamente.
d. Usando ejemplos, pero sin abusar de ellos
e. Usando ilustraciones relativas al tema. Una buena ilustración es
mejor que cinco malas.
f. Y, en lo posible, debe ser directo, conciso y breve. Debe ir "al
grano" y no andar con muchos rodeos

2) La exposición debe estar centrada todo el tiempo en el tema elegido.

Hay que tomar tiempo para explicar un subtema mencionado de paso durante
la predicación, o para presentar una ilustración, pero volver inmediatamente
al tema del sermón. Después de una explicación, es conveniente decir algo
así como: "Volviendo al tema central de nuestra exposición...".

Para eso precisamente son las notas o bosquejo que llevamos con nosotros:
para recordarnos los puntos principales y secundarios y no salirnos del tema.
A eso se le llama "no salirse por las ramas".

3) Para no salirse del tema, es necesario valerse de un esquema


memorizado o escrito.

El bosquejo o ayuda memoria y visual puede tomar tres formas:

a. Las notas bosquejadas

Son recomendables como ayudas a la memoria. Se anotan de preferencia las


ideas principales y algunas notas de introducción y conclusión. Si sólo son
NOTAS su tamaño no debe exceder al de una hoja tamaño cuaderno, y deben
estar escritas con letra grande y legible. Que se pueda leer a 35 centímetros
de la vista del predicador. Las letras tamaño "pulga" son un verdadero
problema durante la entrega del sermón, porque hace esforzar más de lo
necesario al predicador. Puede ser útil subrayar, colorear o resaltar (con un
resaltador claro) el tema, la Introducción, la conclusión y los puntos
principales.

b. un manuscrito del sermón

Se usa de preferencia cuando un mensaje está siendo grabado o se está


exponiendo para la Radio. En este caso debe ser escrito de la manera cómo se
habla, es decir, en tono coloquial. Al leerlo, se deben respetar los signos de
puntuación e interrogación, comas e interjecciones. Debe aparecer al oyente
como que no está leyendo. Para eso conviene repasarlo varias veces, antes de
su lectura en el púlpito.

c. una presentación memorizada

Hace más coloquial la presentación del mensaje. Le da un estilo más personal


y mantiene mejor el interés de la gente. Para ello el predicador prepara su
bosquejo previamente y debe aprender de memoria los puntos principales,
asignándole mentalmente un tiempo promedio a cada punto del mensaje.
Nosotros tenemos una especie de reloj interno. Si nos proponemos no hablar
más de 30 minutos, de seguro terminaremos de hablar y redondear nuestras
ideas en ese tiempo. Haga la prueba.

e. La improvisación.

Es una presentación espontánea pero ordenada. Generalmente uno improvisa


sobre la base de temas anteriormente expuestos en otros auditorios. Mucho
depende de la experiencia del predicador y de su bagaje de conocimientos.
No se puede improvisar sobre lo que no se conoce.

Es muy importante archivar los mensajes ya dados. Eso ayuda en momentos


en que nos sorprenden pidiéndonos entregar un mensaje de Dios para la
gente. El predicador debe estar todo el tiempo preparado. Jamás debe decir
"no estoy preparado". Eso es como decir "Dios no tiene palabra para ustedes"
o "no soy un predicador del evangelio".

Un predicador atento a las circunstancias del momento, está capacitado para


percibir la necesidad de la gente y exponer un tema que sea precisamente
oportuno y pertinente. La experiencia y la confianza en el Señor, son armas
poderosas para la predicación del evangelio.

Si usted acostumbra hacer notas al margen de su Biblia, acostúmbrese


también a dividir párrafos y señalarlos. Eso le dará las divisiones de su
mensaje para momentos de apuro como éstos.

Le aseguro que, con la práctica, usted adquirirá esta destreza. Llegará a leer
un pasaje y, mientras lo lee, irá notando secciones y párrafos
automáticamente. Al punto que puede leer el pasaje a ser predicado y sobre la
marcha observar las posibles divisiones principales y secundarias para su
exposición.

4) Cuando termine, remarque (recuerde a los oyentes) las ideas centrales.

- Repita las ideas principales, y;


- No introduzca ideas nuevas al terminar la exposición. Eso genera nuevas
expectativas y los oyentes se van con la sensación de no haber recibido una
respuesta a sus últimas interrogantes.

4. El estilo retórico del predicador

El estilo es la manera peculiar de presentar el mensaje. Va de acuerdo a la


personalidad y a las convicciones del predicador. Su manera de ser, de hablar,
de pararse, de moverse, de "llegar" a la gente. Todo eso hace su estilo
personal.

No es bueno imitar la personalidad de otros predicadores, por más buenos


que sean. Ni Billy Graham, ni Yiye Ávila, ni Luis Palau o Dante Gebel,
deben ser imitados en su estilo personal. Hay quienes adoptan posturas,
ademanes e inflexión de voz como algún predicador conocido. En el pasado
hubo una época en la que los predicadores jóvenes imitaban al gran
predicador Yiye Ávila, y, en consecuencia, no eran ellos mismos cuando
hablaban. Es cierto que habían quedado muy impactados con su forma de
presentar el mensaje de Dios, pero era mejor que impusieran su propio estilo
de predicar.

Hay varios factores que influyen sobre el estilo de la predicación:

1. La personalidad del predicador es determinante en el estilo. Su manera


de ser.

2. El contenido del sermón. No se usa el mismo énfasis cuando el sermón es


doctrinal que cuando es biográfico o evangelístico.

3. La clase de auditorio condiciona el estilo de la predicación. Hay


congregaciones muy alegres al recibir el mensaje y lo siguen con frecuentes
"amenes" asintiendo que lo que se dice es verdad. Pero hay también
auditorios "apáticos". Usted puede decir una hermosa verdad y parece no
emocionarlos mucho. Son aparentemente más racionales. Hay auditorios
desconfiados, pues han pasado por sus púlpitos predicadores que no siempre
han comunicado verdades sino falsedades. De modo que han quedado
"curados" y mantienen una desconfianza permanente. Pero una vez que se
dan cuenta que lo que se dice es verdad, cambian en su actitud.

4. La personalidad del predicador condiciona al auditorio. Los auditorios


u oyentes también se acostumbran a un determinado estilo de predicación y
les choca cuando se cambia al predicador. El nuevo predicador se les hace
como que no llena sus expectativas, pues ya se han hecho un modelo ideal de
estilo de predicación. Entonces juzgan una predicación como buena o mala
por el estilo de la predicación.

Cualidades de un buen estilo de predicación:

1. El buen estilo cuida la pureza gramatical en el lenguaje.


2. El buen estilo es elegante, enérgico y agradable a los oídos. No es
vehemente al punto de alterar los nervios del auditorio.
3. El buen estilo es natural, sin imitaciones.
4. El buen estilo es claro en la transmisión de ideas. No es enredado ni
confuso.
5. El buen estilo es fluido, sin lagunas en el discurso.
6. El buen estilo usa pausas, es progresivo y llega al clímax de la exposición
de una manera natural y espontánea.
7. Es modulado y variado en su ritmo de entonación. Entona las palabras de
acuerdo al contenido del mensaje y al estado anímico del auditorio.
8. El buen estilo no hace ademanes, muecas ni movimientos exagerados que
distraigan al auditorio.
9. Constituye parte del estilo del predicador su forma de vestirse sin
exageraciones y que vaya a tono con el medio ambiente en que se
desenvuelve, las exigencias del auditorio y la ocasión.
10. El buen estilo es ameno, alegre y envolvente. Transmite entusiasmo y
deseo de seguir escuchando. No cansa al auditorio.

EVALUACION - LECCION 9

1. ¿Cuáles son las características de una buena exposición?


2. ¿En qué consiste la improvisación?
3. ¿Qué es el estilo retórico?
4. ¿Cuáles son los momentos retóricos de la presentación del mensaje?

EJERCICIOS:

1. Observe el Gráfico de posiciones incorrectas (APENDICE C) que presenta Samuel Vila. Ubique en
ese gráfico su defecto más común en el momento de la entrega del mensaje. Escriba algunas
sugerencias prácticas para superar este problema.

2. Escuche un mensaje en un programa radial y evalúelo siguiendo las recomendaciones de Cecilio


Arrastía: Guía para la Evaluación de un Sermón que se presenta en el APENDICE A. Indique fecha,
emisora y nombre del predicador.

3. Lea el apéndice E, "Predicadores y Predicadores" de C. Arrastía (p. 126ss) y conteste las siguientes
preguntas:

a. ¿Qué tipo de "predicadores" presenta Arrastía?


b. ¿Qué opina usted al respecto?
c. ¿Cómo debe ser, entonces, el predicador-predicador"?
UNIDAD V
LOS EFECTOS DE LA PREDICACION
Lección 10
Paso 7: Acompañar la respuesta
de la gente

OBJETIVO DE LA LECCION

Realizar el séptimo y último paso en el proceso de construcción sermonaria:


acompañar la respuesta de la gente o vigilar sus efectos

OBJETIVOS OPERACIONALES:

Al terminar la lección el estudiante podrá:

1. Cobrar conciencia de la necesidad de seguimiento de un sermón


presentado.
2. Velar por los efectos de su predicación en la comunidad donde lo presentó
3. Realizar algunos ejercicios prácticos de evaluación de los efectos de su
predicación.

________

La comunicación del evangelio tiene por finalidad lograr un cambio


de actitudes en las personas, procurando su transformación o Renovación
integral. Esto no se consigue únicamente con un mensaje presentado en la
predicación de una hora. A veces demanda toda una vida. Recuerde lo que
dijimos en la Lección 2 acerca de los propósitos inmediatos e instrumentales
de una predicación.

La gente que escucha el evangelio responde al llamado de Dios de muchas


maneras y en tiempos y ritmos distintos.

La tarea del predicador, no termina con la presentación o exposición del


mensaje Bíblico. El predicador es responsable de lo que transmite, y debe
hacer un seguimiento de los efectos de su mensaje.

Según G. Maletzke "en el sentido más amplio, quedan comprendidos bajo el


concepto de efectos todos los procesos de comportamiento y de vivencia
susceptibles de ser observados en el hombre y que derivan de la circunstancia
de que el hombre es receptor en el campo de la comunicación colectiva.
Morzán[10] comenta que en la terminología angloamericana se utiliza
indistintamente términos como "efects" (efectos) "impacts" (impactos),
"reactions" (reacciones), "responses" (respuestas) o "succes" (éxito).

En el lenguaje evangélico, especialmente en el campo de la misiología, esto


se ha traducido por "resultados". Los efectos pueden ser positivos o
negativos, instrumentales o inmediatos, profundos o superficiales, deseados y
no deseados, etc., dependiendo de varios factores.

1. El entorno

Nos referimos a la situación social y al


"entorno cultural" de los oyentes, su medio ambiente, las circunstancias o el
momento específico en que un mensaje es entregado.

Cuando el mensaje es precisamente oportuno, pertinente y relevante a la


situación de los oyentes, causa el efecto deseado. Produce los resultados
esperados o calculados por el predicador. Se cumple según el objetivo o
propósito para el cual fue elaborado.

2. El medio

El medio que usa para comunicar un mensaje condiciona los efectos de ese
mensaje. La televisión es muy buena en imágenes, pero no logra relacionar al
oyente con el emisor del mensaje de una manera real y personal.

Lo mismo pasa con los canales para la comunicación. Pensemos por ejemplo
en el micrófono. Un micrófono defectuoso dificulta la llegada del mensaje y
este llega con interferencias. Cuando esto sucede no se logra producir el
efecto deseado. A ello se le llama ruido.

3. El propósito del predicador

El predicador busca desde el primer momento alcanzar los objetivos que se


trazó al preparar su mensaje. Si tiene su propósito de predicación bien
establecido, buscará todo el tiempo que éste se cumpla. El efecto deseado
debe medirse de acuerdo al tiempo en que este debe producirse, en forma
inmediata o a lo largo de un proceso.

Naturalmente que el efecto de una predicación con un propósito evangelístico


puede medirse en función de los convertidos de ese día, porque "hoy es el día
aceptable para la salvación", pero no siempre esto es así.

El Espíritu Santo trabaja en las personas con ritmos muchas veces


inesperados por nosotros. Una predicación evangelística no se mide
necesariamente y únicamente por el número de conversiones, sino también
por el número de personas que recibieron el evangelio y fueron edificadas en
la fe.

El efecto de una predicación se mide cualitativamente y sus resultados no se


evalúan por la emoción causada, sino por el crecimiento espiritual de los
oyentes. Los propósitos de la predicación deben ser por eso, reales y
medibles. No hacerlo así provoca frustración y apatía.

4. La predisposición del receptor

La mayor parte de las veces un efecto de la predicación lo determina el


receptor que, debido a la retroalimentación es también un emisor. Pues él
escucha, siente, y ve lo que quiere escuchar, sentir o ver.

Si el auditorio está predispuesto para recibir un mensaje del tipo emocional,


cualquier sermón presentado en una forma más bien racional provocará un
efecto distinto. Su estado anímico es importante y no debe pasarse por alto.

Hay ocasiones en que después de una enseñanza (no evangelística) se


convierten las personas, sin que el predicador haya hecho explícitamente un
llamamiento. ¿Por qué? Probablemente el receptor ha estado predispuesto
para recibir al Señor, y para hacerlo cualquier momento es bueno.

También hay ocasiones en que el auditorio ya está cansado, pues lleva horas
en una reunión. En esos casos el predicador debe ser muy breve y decir todo
lo que tenía que decir en el menor tiempo posible. De manera concreta, sin
correr, exponer las verdades que traía para este auditorio. O si lo prefiere,
buscar el momento oportuno para comunicárselo.
Le cuento un caso. Cierta vez me invitaron a predicar para el aniversario de
una iglesia. Como era costumbre en ese lugar, la iglesia local invitó a varias
congregaciones vecinas, para acompañarle en la acción de gracias por sus 25
años. Cada Iglesia trajo un "especial", con cantos o poemas para el Señor.
Luego los testimonios, la lectura de la Palabra, las ofrendas, cantos varios,
himnos especiales del pastor y de su esposa, la lectura del acta de fundación
de la Iglesia, lectura de una carta del misionero fundador, tan interesante
como extensa. Todo bien, y después de haberse completado el extenso
programa, al final o "de fondo", como dijo el director del programa, vino el
mensaje de la Palabra de Dios.

"Y ahora hermanos, favor de estar atentos, no se inquieten ni se duerman, que


viene el sermón a cargo del predicador..."
Apenas dijo esto, parece que se acabó la diversión. Varios hermanos salieron
de puntillas, aprovechando la oración, para retirarse a sus hogares o a sus
templos. Otros salieron al baño. Y así cada uno, se predispuso como pudo a
recibir lo que quedaba del culto.

Allí aprendí --y de seguro ellos también-- lo que significa ser BREVE.

Les dije:

"Hermanos. Lo que el Señor tiene que decirles a ustedes, se los


puedo decir en dos palabras: Dios los ama y los ha ayudado hasta
aquí. Oro al Señor para que él los siga bendiciendo, Amén" Me uno
a su alegría, de hecho, ya hemos disfrutado de la alegría de ser sus
hijos, así como de la lectura de su Palabra. Varios mensajes hemos
recibido el día de hoy, a través de los cantos y de los testimonios. El
Señor complete su obra en vosotros. Que la Paz del Señor siga con
ustedes. Oremos". Y terminé.

5. El contenido y la clase de mensaje

El contenido del mensaje también condiciona el efecto a producir en los


receptores.

Una buena enseñanza edifica; un sermón evangelístico comunica el evangelio


y trae personas; un relato biográfico invita a imitar el buen ejemplo; una
doctrina controversial invita a la polémica.

Si una predicación va acompañada de señales, el efecto será mayor. Por


señales nos referimos a sanidades, milagros, y una serie de obras portentosas
de Dios que confirman la palabra predicada (Mr.16:20). Estas son las señales
del Reino de Dios que acompañaron la predicación de Jesús.
.
Una predicación acompañada de señales (sanidades, milagros, liberación de
endemoniados) es una predicación distinta y sus efectos serán mayores.

6. La forma de presentar el mensaje

Muchas veces la forma como se presenta un mensaje es determinante para


que este sea aceptado o rechazado. Un mensaje de juicio dicho a buenas
maneras provoca en el receptor el deseo de cambiar o deponer su actitud. Por
el contrario, un mensaje de amor, presentado de forma no muy amigable
produce desconfianza y rechazo.

Un mensaje de juicio en tono de risa, suena a burla o a sátira.

No hay palabras para señalar la importancia de sonreír con franqueza en el


momento de la entrega del mensaje.

Los buenos predicadores, con dominio de auditorio, empiezan siempre su


exposición con una sonrisa en los labios, pues manifiestan la alegría o el
placer de entregar el mensaje que Dios les ha encomendado. Una sonrisa
franca al empezar la exposición pone de buen humor al auditorio que
"soportará" tal vez una larga media hora de mensaje.

Una palabra amable o de elogio a los anfitriones de la comunidad, incluida a


los oyentes, prepara en gran forma al auditorio para la entrega de cualquier
clase de mensaje.
Lo que va a decir, dígalo, pero dígalo con buenas maneras, de la forma más
culta posible; demuestre cautela y respeto a las formas y costumbres
culturales de los oyentes.

La dulzura, la amabilidad y el buen trato son cualidades que todo auditorio


reclama mínimamente de cualquier orador o expositor, pues le está brindando
un momento de su vida para oír la buena nueva que tiene que comunicarle.

Por sobre todas las cosas, el predicador debe estar convencido de que es Dios
quien usará sus labios y toda su persona para comunicar su mensaje a los
oyentes.

Puestos en las manos de Dios, todas las dificultades son superadas, y el poder
del Espíritu Santo completará la obra que ya ha empezado con usted.

EVALUACION - LECCION 10

1. ¿Qué es un efecto en el proceso de la predicación?


2. A su juicio, ¿cómo debe medirse los efectos de una predicación?

EJERCICIOS
Realice cualquiera de los dos siguientes ejercicios:

1. Evalúe los efectos de un breve sermón grabado ((3 MINUTOS) Para ello realice la siguiente
encuesta entre 10 personas haciéndoles a cada una dos preguntas:

1. QUE ES LO QUE MAS LES IMPACTO DEL MENSAJE


2. QUE ENSEÑANZA LE DEJA PARA SU VIDA PERSONAL

Luego, escriba un comentario sobre los distintos efectos logrados por ese mismo mensaje.

2. Si por alguna razón usted no puede realizar el ejercicio Nro. 1 de esta lección, haga la misma
encuesta al final de un mensaje en la Iglesia, un Día Domingo. Anote las respuestas de los encuestados
y escriba un breve comentario de no más de una página, sobre los distintos efectos de esa predicación.
APENDICES
APENDICE A:
GUIA PARA EVALUACION
DE UN SERMON
Cecilio Arrastia [11]

A. Predicador: ____________________
B. Evaluador: ____________________

1. Escriba un resumen breve del contenido verbal del mensaje, tal como Ud.
lo percibió. Si el contenido no fue claro, dígalo.

2. ¿Qué aspecto del sermón (si alguno) hizo que usted se identificara con el
mismo en un nivel de experiencia personal? Si ninguno, dígalo.

3. ¿Qué "buenas nuevas" o evangelio (si alguno) oyó usted en el sermón?


Diga ¿qué entiende usted por "buenas nuevas" y el cuál podría ser un
resultado del sermón en la vida de usted?

4. ¿En qué forma la entrega del sermón (voz, ademanes, uso del lenguaje,
estilo, ilustraciones, actitud del predicador) ayudó o impidió una autentica
comunicación?

5. En general ¿qué otra observación quiere usted compartir con el predicador


o la predicadora acerca de su forma de comunicar el evangelio? Sea tan
franco y cándido como usted pueda y quiera serlo.
APENDICE B:
AUTO-EVALUACION DE
UN PREDICADOR
Cecilio Arrastia [12]
1. Eje del proceso

¿Cuáles son los problemas más comunes que usted encuentra en el


proceso homilético? (USE UNA ESCALA DE 1 AL 5 DE ACUERDO
CON LA INTENSIDAD DEL PROBLEMA)

1.1 Proceso preparatorio:

------- Selección del texto - tema


------- Selección del material específico para el sermón
------- Organización lógica y progresiva del material
------- Concebir el esquema o estructura del sermón o
------- Bosquejo
------- Resumir el contenido bíblico-teológico del sermón a
una frase.

1.2 momento de la entrega

------- Internalizar o dominar el material (contenido)


------- Uso de notas o predicar sin notas
------- Técnicas de oratorias (voz, ademanes, ojos, etc.)
------- Manejos del idioma (vocabulario, fluidez, imágenes)

2. La dimensión emocional

2.1 ¿Es el proceso para usted una CARGA que lo molesta o una
AVENTURA de flexión e imaginación que lo cautiva y "descansa"?
¿Analiza su estado anímico cuando piensa en preparar o predicar un
sermón semanal a la misma congregación?
2.2 ¿Necesita usted el comentario "elogioso" de su congrega-ción?
¿cómo le afecta el silencio, la crítica abierta, el co-mentario
indirecto?

3. Comentarios adicionales:

Añada cualquier comentario que usted considere pertinente en este


aspecto de su ministerio
APENDICE C: POSICIONES INCORRECTAS[13]
Samuel Vila
APENDICE D: LA COMUNICACION DEL
EVANGELIO EN AMERICA LATINA
Por Eugene Nida [14]

Un análisis de lo que es y lo que comprende la comunicación en la América


Latina, nos muestra la diferencia que tiene con su vecino del Norte. En
Norteamérica, por ejemplo, nunca un ingeniero escribiría un poema para
celebrar la terminación de una nueva supercarretera, sin embargo, esto ha
sucedido en México. ¿Dónde podrían hallarse en Norteamérica tantas
librerías que exhiban en sus aparadores tan considerable número de libros de
poesía o de filosofía como en América Latina? ¿Es de extrañarse, por tanto,
que la obra misionera protestante en la América Latina, influenciada como
está por el pensamiento y la acción norteamericanos, haya fracasado en
mucho al tratar de comunicar el evangelio a la mente latinoamericana? Por lo
general los misioneros están saturados del "activismo" norteamericano en el
que las ideas sólo adquieren valor por los resultados que producen y por la
rapidez con que lo hacen. Gran parte de la literatura evangélica impresa en la
América Latina es material traducido y adaptado, escrito originalmente en
inglés con la orientación del punto de vista anglosajón.

Por fortuna existe ya un buen número de personas, tanto misioneros como


latinoamericanos, preocupados en forma creciente por lograr la comunicación
del evangelio en la forma más completa y efectiva posible; por tanto, están
dispuestos a reexaminar las técnicas tradicionales. Pero no basta con eso,
porque la comunicación no depende sólo del método, sino del contenido; y
si, además de estudiar los problemas, se buscan soluciones específicas, es
necesario analizar primero algunos de los temas fundamentales de la vida
latinoamericana, para descubrir la relación que puedan tener con la
presentación del mensaje del evangelio. Más adelante se podrán considerar en
forma inteligente algunos problemas secundarios de metodología que
abarquen las formas y los métodos.

Temas fundamentales de la vida latinoamericana

Conscientes de la imposibilidad de considerar plenamente los temas


fundamentales de la vida latinoamericana en el espacio limitado de un
artículo como éste, trataremos de tocar en forma somera algunos elementos
del pensamiento y la conducta latinoamericanos que tienen relación particular
con la comunicación del evangelio, puesto que se relacionan íntimamente con
la vida y expresión religiosas del pueblo.

Es claro que no todas las personas ni todos los grupos de la América Latina
presentan los mismos temas con igual intensidad, puesto que hay diferentes y
profundos puntos de vista y de sentimientos entre una cultura casi "europea"
como la de quienes viven en Montevideo, Uruguay, y los habitantes de la
ciudad de México; estos últimos no podrían olvidar, aun queriendo, la cultura
autóctona tan entretejida en la trama de la vida diaria.

Los pensamientos y la vida de quienes habitan los barrios paupérrimos de


Lima, contrastan drásticamente con el nivel de los ricos, dueños de elegantes
residencias en Miraflores, a corta distancia de allí. La misma América Latina
de habla hispana es una unidad con muchas diferencias, diferencias que fuera
de esa unidad se aumentan considerablemente; por ejemplo, al comparar
Brasil con Colombia, Jamaica con Haití, con la Guayana Francesa, etc.

Para la finalidad del presente artículo nos circunscribimos primordialmente a


los temas dominantes en el sector latinoamericano de habla hispana, aunque
en medio de esa limitación recordamos de continuo que la importancia de un
tema en relación con otro, varía de grupo a grupo, de acuerdo con las gentes
en cuestión.

1. Idealismo profundo

Es imposible hallar en otra parte del mundo el idealismo tan profundo que
hay en la América Latina, donde existen leyes muy avanzadas de justicia
social y se descubre en forma increíble una devoción intensa para cualquier
causa que trate de aliviar el sufrimiento humano o de enderezar los males del
pasado. Los millares de hombre y mujeres que han muerto en "revoluciones
sin esperanza" son un tributo al idealismo imperecedero que se mantiene en
el pensamiento latinoamericano, principalmente entre los estudiantes, cuya
devoción a las gran-des ideas y a los ideales, se refleja en la intensa
preocupación política que sienten. Este aspecto del idealismo es tan
importante, que a menú-do los latinoamericanos están dispuestos a perdonar a
quien deja de hacer algo cuando la meta que se persigue es suficientemente
idea-lista. Por ejemplo, en el norte de México, se investigó el proceder del
administrador de una escuela en cuanto a su negligencia para el trabajo, y el
mal uso de ciertos fondos; sin embargo, fue defendido vigorosamente por
muchos, basados en "los propósitos gloriosos" del mismo administrador.

En cambio, siempre al lado del idealista Don Quijote está el hombre realista y
práctico, Sancho Panza, que también habita en estos pueblos latinos. Cuando
Don Quijote gana una revolución, Sancho Panza recoge los beneficios para sí
mismo y para su familia. Ese acaparador hedonista, que vive en el alma de
muchos idealistas latinoamericanos, explica el hecho de que muchas personas
altruistas sean a la vez rea-listas, impacientes por adquirir lo que les toca, y
llegan al punto de traicionar sus ideales del futuro por causa de los placeres
del presente.

Por otro lado, no hay que subestimar el lugar que en la vida latino-americana
tiene Don Quijote, cuyo idealismo, a veces anticuado e irreal, sirve de norma
para hacer juicios y, por tanto, influir mucho en el concepto de algunos
católicos-romanos que estiman a quienes se convierten al protestantismo
como mercenarios de los "gringos", habiéndose hecho evangélicos a cambio
de facilidades educativas, trabajos mejores y un mejor nivel social, todo lo
cual es realmente fruto de una forma nueva de ver y estimar el trabajo y la
integridad moral.

2. Pesimismo melancólico.

Parece muy extraño que los latinoamericanos, quienes se cree que son
apasionados devotos de los goces de la vida, tiene también un dejo profundo
del pesimismo melancólico. Por siglos han sido presa del sufrimiento, del
dolor y de la tragedia, mezclados con esperanzas revolucionarias que a
menudo se despedazan contra las rocas de los intereses egoístas de sus
mismos caudillos.
De la victoria constante de Sancho Panza en la vida real, no es extraño que el
idealismo se mezcle con un pesimismo melancólico en el que la
desesperación y la seguridad de la muerte producen un tono menor dentro de
la sinfonía de la vida. Esa relación emotiva con la muerte, siempre se halla
presente, no sólo en los detalles de la vida diaria, lo mismo del pueblo que de
los barrios bajos de la ciudad y hasta en las escenas macabras que describen
los diarios, y en el símbolo constante del "Cristo muerto" que es el tema
central de la Iglesia católico-romana.

El símbolo verdadero del Cristo como demostración de "la victoria de la vida


sobre la muerte" ha sido desfigurado y modificado, pues el simbolismo de la
vida se ha relacionado con la virgen radiante, y el de la victoria se relaciona
con una Iglesia poderosa, que deja al Cristo como el prototipo de la muerte.
En las corridas de toros, por ejemplo, el elemento dominante es el de la
muerte, y en México puede apreciarse en toda su fuerza; precisamente es allí
la región de la Amé-rica Latina donde el enfoque de la religión indígena era
la muerte.

No es extraño, por tanto, que llegara tanto a los latinoamericanos el


existencialismo, especialmente en la forma en la que se ha desarrollado en
Francia. Para ellos la desilusión del positivismo francés y del
"enciclopedismo", los condujo a la unilateralidad trágica.

En parte, ese pesimismo fundamental acerca de la vida, es producto directo


de la teología católico-romana, porque ¿cómo puede haber esperanza si la
materia es esencialmente pecaminosa, y, el hombre se halla corrompido
simplemente por tener un cuerpo material? Y como casi no hay hombre que
se incline a huir de lo carnal mediante el celibato o el escape monástico, no es
posible la victoria moral, y por tanto se vivirá siempre bajo la sombra
creciente de la desesperación.

3. El personalismo

Sólo en la América Latina se puede encontrar tan intensa devoción a la


amistad, y en lealtad personal tan poderosa. Esta sensibilidad humana en las
relaciones personales hace la vida latinoamericana rica, va-liosa, romántica y
alegre. De esto mismo resulta, que los latinoamericanos reaccionen
instintivamente contra la mecanización y la normalización o tipificación. El
personalismo se expresa en mil y una formas: en el reconocimiento de los
lazos familiares, en la dependencia obrero-patronal, y en la lealtad del pueblo
a los caudillos políticos. Sin embargo, ese mismo sentido de personalismo
choca con otros "ideales", porque la justicia nunca es ciega en la América
Latina como parece serlo en la tradición anglo-sajona. De hecho, siempre nos
enfrentamos con el proverbio de que "la ley es sólo para los desconocidos; su
rigor para los enemigos y sus beneficios sólo para los amigos”.

El personalismo también se expresa en la lealtad emotiva de los hé-roes


nacionales y a los santos del barrio; porque todos contribuyen a formar el
mundo ideal, no subjetiva sino objetivamente.

4. Autoritarismo.

Para la mayoría de los latinoamericanos, "el error no tiene derechos"; ésta es


una de las enseñanzas y prácticas de la Iglesia católica-romana. Muchos
latinoamericanos están dispuestos a morir por la verdad en la forma en que
ellos la conciben, pero no por la verdad como otros la ven. Ese autoritarismo
no se estima desligado del idealismo latino, porque la exaltación intensa de la
causa personal lleva inevitablemente a una intolerancia extrema de cualquier
oposición, de derecha o de izquierda. De hecho, la idea de "una oposición
leal" se considera imposible en la teoría e irrealizable en la práctica.

5. "Trabajo" sin valor

Casi todos los norteamericanos califican al latinoamericano como indolente;


en el fondo no lo es. La verdad es que los latinoamericanos aceptan el trabajo
como un medio para gozar del descanso; es decir, para el ocio. Para ellos el
trabajo en sí mismo no es una bendición; en especial, el esfuerzo manual es
un castigo, y debe evitarse en lo posible, ya que estorba para el logro del
escalafón social. Lo opuesto es el punto de vista protestante.

Lo tradicional en Norteamérica es que el trabajo es una auténtica virtud.


Muchos de ellos, por ejemplo, no organizan su tiempo de ocio para el placer,
sino para descansar la mente en fin de trabajar después con mayor intensidad.
Las vacaciones según ellos, no son el reconocimiento por el trabajo realizado,
sino un medio para mejorar su eficacia productiva. Ese punto de vista para el
latinoamericano es como una mitificación; él trabaja para poder descansar, y
lo hace hasta donde le alcanza su dinero. No ve la necesidad de cultivar un
solar mayor del que satisface lo indispensable, porque hacerlo significaría
más trabajo y mayores preocupaciones. Su teoría y práctica del trabajo no
producen grandes ganancias, pero tampoco crea úlceras. Ha de tomarse en
cuenta este punto de vista tan diferente, cuando se presente lo que se llama
"ética protestante".

6. Sentido artístico

Comparando al latinoamericano con el norteamericano, se verá que el


primero ha desarrollado mucho su sentido artístico, lo mismo en la poesía que
en la música, en el drama que en la danza. Casi todo lo latinoamericano culto
y educado puede escribir algún poema, o por lo menos es capaz de redactar
con mucho pulimento cualquier escrito. Para el hombre de negocios común y
corriente en Norteamérica eso parece incomprensible; tal forma de escribir se
dejaría más bien para gentes poco cuerdas o que estén al margen de la
sociedad.

En Latinoamérica, se aprecian las flores, la arquitectura moderna (no hay en


los EE.UU. de Norteamérica algo comparable a lo que se ve en México y en
Brasil), las pinturas (hasta el punto de que en los hogares más humildes
siempre hay algo de colorido) son parte importante de la vida diaria. Son
elementos de alto valor dentro de la experiencia religiosa; especialmente en la
Iglesia católico-romana donde el drama de la misa, la gama de colores en los
altares y el vestuario, fascinan la vista y sobrecogen el alma.

La oratoria constituye un instrumento elaborado de arte en la América Latina,


que a menudo produce lo que en inglés se llama "un estilo brillante"; pero al
sur del Río Bravo, la retórica florida del orador latinoamericano es un medio
más efectivo de comunicación, al compararlo con la forma simple de palabras
sin sabor que caracteriza algunos de los sermones de los misioneros.

7. El sentido de honor

Cuando un latinoamericano hace hincapié en la dignidad de la persona,


realmente está insistiendo en la "dignidad de mi persona" porque si no hace
énfasis en sus propios derechos, pierde su estado legal. El concepto del
honor personal se halla íntimamente ligado con el patrón de la venganza que
parece ser típico y provenir de la Península Ibérica desde tiempos anteriores a
Roma, en la Edad de la Caballería, cuando los hombres preferían cualquier
revancha por un insulto personal, o vengarse por algún daño moral.

Implicaciones que resultan de estos temas fundamentales para la


comunicación del evangelio.

Cuando además de la teología del mensaje cristiano, se considera la forma en


que Cristo deber ser comunicado, aumenta en importancia la implicación de
los temas fundamentales para la presentación del evangelio en la América
Latina. La presentación del evangelio que pretenda ceñirse a estos factores
dinámicos de la vida latinoamericana tiene que ser una forma de
acercamiento integral y completo; no únicamente un esfuerzo descompuesto
en lemas para capitalizar los intereses humanos.

Al examinar con cuidado el mensaje del evangelio a la luz de estos temas


fundamentales, se ve que hay muchos puntos en los que la proclamación de
"las Buenas Nuevas" responde en forma dramática al problema que ofrece el
modo de vida en la América Latina. En respuesta al "intenso idealismo" que
tienen los latinoamericanos contra las injusticias, se pueden proclamar los
efectos revolucionarios de la predicación de Jesucristo. Por desgracia ha
habido entre los misioneros, la tendencia de pasar por alto cuanto se relaciona
con la revolución social, económica y política, y en cambio han insistido en
que el evangelio significa solamente una "revolución personal". De hecho,
para los latinoamericanos las misiones evangélicas han estado completamente
vinculadas a los conceptos del capitalismo norteamericano, ignorando que el
capitalismo en la América Latina es una institución de tipo completamente
diferente al de los Estados Unidos de Norteamérica.

Obviamente, la tarea de la iglesia no es proclamar un "evangelio social";


porque eso no es el evangelio. En cambio, si las Buenas Nuevas no tienen
transcendencias sociales que lleguen más allá de lo que comúnmente han
admitido los hombres, la presentación resulta inadecuada para los
latinoamericanos. La levadura del evangelio debe tener significado no sólo
para la comunidad protestante, sino a través de ella, para toda la sociedad.

Para quienes viven con un sentido de "melancolía pesimista" el evangelio


tiene dos respuestas: la primera, es el significado de la vida que llega por el
conocimiento de Dios revelado en Jesucristo. Es significado de la existencia
en los propósitos activos de Dios, sentido de la historia que significa a la vez
sentido de responsabilidad moral. Más aún, produce confianza en el triunfo
final del propósito de Dios puesto que esa es su meta. En segundo lugar, el
pesimismo que brota del sufrimiento halla respuesta favorable en el
reconocimiento de que Cristo fue un ser humano con sufrimiento, con
aflicciones; ser con plena comprensión de los problemas puesto que
experimentó una convivencia plena. Con mucha frecuencia los misioneros
norteamericanos presentan a Cristo como una "gloriosa historia", quitándole
el realismo del mensaje bíblico y el profundo sentido de la tragedia que le
dan proporción y significado a la cruz.

El "personalismo" en la vida de la América Latina puede compararse en


mucho al mensaje mismo de la Biblia que es intensamente personal. Sus
verdades están relacionadas con gentes, y no con ideas o con movimientos.
La Biblia es esencialmente una vasta serie de encuentros personales de
hombres con Dios. La fe bíblica no es solamente lealtad a un dogma, sino
entrega a una persona: al Dios revelado en Jesucristo. Las Iglesias
Protestantes no se han escapado de imitar a menudo a la Iglesia católico-
romana, definiendo la fe por las doctrinas, y proclamando la vida por
preceptos.

Para las personas que sostienen un punto de vista estrictamente "autoritario",


podemos indicar que el mensaje evangélico contiene valores absolutos pero
que se relacionan con Dios, no con instituciones humanas. Dios es el único
plenamente autoritario, aunque el misterio divino estriba en que siendo Él, el
único conocedor de lo recto, el que tiene poder para hacer lo justo, sin
embargo, no pretende obligar al hombre. Por tanto, si un Dios sin pecado
puede amar a los pecadores, y amó a sus enemigos hasta el punto de
mostrarles su amor, el hombre debe estar dispuesto a mostrar también una
tolerancia vicaria hacia los demás.

Para presentar en forma efectiva el evangelio en la América Latina, hay que


enfrentarse también a la teología del trabajo. Para el protestante, no tiene
sentido la glorificación del trabajo por el trabajo mismo, o como a veces
resulta ser, sólo un medio para alcanzar justicia propia. Por otro lado, el
trabajo no es una maldición, no es un castigo, o penitencia, sino experiencia
creadora por medio de la cual puede ser santificada la vida, para la gloria de
Dios. Esa cualidad creadora no ha de ser tergiversada por simple activismo,
tan característico del protestantismo norteamericano, y que significa tan poco
en la América Latina.

En materia de expresión artística podría experimentar un desarrollo radical el


culto protestante. No se quiere decir que con vestimentas atractivas y con
rituales coloridos se aumenta significado el mensaje evangélico para la
América Latina. Sin embargo, en las Iglesias Evangélicas hay áreas de
expresión artística en donde se anotan fallas considerables.

En primer lugar, debería haber ya una himnodia genuina de la Amé-rica


Latina. Es algo que no puede imponerse desde fuera ni tampoco equivale a la
traducción de los grandes himnos de otras iglesias. Tiene que ser un
desarrollo autóctono, en el que se combinen las fórmulas musicales
latinoamericanas, con significado y métrica líricos, que expresen un sentido
nuevo de la adoración. En algunas de las iglesias completamente "auténticas"
en la América Latina (por "auténticas" queremos decir las que han surgido sin
paternalismo misionero, en contraste con las "iglesias hijas" que fueron
establecidas por esfuerzos misionero y que en la actualidad se hallan en
varios períodos de emancipación), ya existe en desarrollo una himnodia pero
que necesita ayuda y estímulo.

En segundo lugar, los sencillos salones de reunión de las Iglesias Protestantes


deberían ser transformados en lugares atractivos para la adoración. En
algunas de las iglesias auténticas ya se han hecho cambios mediante el
empleo de adornos sugestivos; en otros, por medio de adornos colgantes y
arreglos florales. Lo cierto es que las iglesias latinoamericanas utilizan
colores más intensos y que reflejan simbólicamente el brillo de su fe, en
contrastes con los "severos blancos" que simbolizan la frialdad de algunas
iglesias protestantes de Norte-américa.

Algunas personas piensan, que el "honor personal" en cualquier forma es


antitético del evangelio; sin embargo, hay un sentido en que se justifica la
lucha por el honor individual como expresión misma de la naturaleza
humana. El pecado se opone al verdadero honor del ser humano, y es el
pecado el que destruye la dignidad del hombre ante Dios. Tal vez hay en esto
un punto de vista más adecuado al presentar la naturaleza verdadera del
pecado, que los puntos tradicionalistas al mismo respecto. El pecado pesa
poco en los hombros de los latino-americanos porque se identifica al
"pecado" con "pecadillos", es decir "faltas", estimadas como inherentes al
hombre. Pero en las Escrituras se describe el pecado como aquello que
amenaza la verdadera dignidad y el honor del hombre, una afrenta a la
naturaleza que es don divino, un enemigo que debe ser acorralado y
destruido.

La comunicación del evangelio vista a la luz de esas formas de abor-dar los


temas fundamentales de la vida latinoamericana, requiere una valoración
drástica del tradicionalismo con el que hemos venido en-tendiendo el
ministerio de la comunicación.

Formas y medios de la comunicación

No es suficiente abordar con propiedad los temas de la vida latino-americana;


debe entenderse algo de las formas y los medios de comunicación, porque
aun sabiendo lo que "hay que decir" podemos fallar si no apreciamos
debidamente la forma que debe llenar el mensaje, y los medios para
difundirlo más efectivamente. Al analizar las formas y los medios de
comunicación a emplearse en la América Latina, hay que examinar los que se
han hallado hasta ahora como más adecuados y efectivos y precisar si son
adaptables para el evangelio.

Hay muchas formas de comunicación, por ejemplo: ensayos, escritos,


noticieros, reportajes, novelas, lemas, cuadros, etc. Ya se ha demostrado que
los más efectivos para la América Latina, y con especialidad en el área de la
comunicación religiosa son: (1) el drama, (2) algunas formas visuales de arte,
y (3) la poesía y el canto. Entiéndase por drama no solo la presentación
formal en escena, es decir en teatros; más importante quizás es la
representación dramática con motivo de las fiestas religiosas en las calles,
que se cuentan por centenares y que son tan famosas en muchos pueblos y
provincias de la América Latina.

A decir verdad, que, si se eliminasen repentinamente los sacerdotes católico-


romanos en América Latina, la gente del pueblo se encarga-ría por décadas
de la vida religiosa del pueblo a través de esos dra-mas pueblerinos. En la
Iglesia católica-romana, la misa es un drama y es muy impresionante porque
en ella se sacrifica a Dios por los pecados de los hombres y se dice que ellos
participan en Su substancia.

La segunda forma importante de comunicación, es a través de los medios


visuales de arte. Por siglos la religión católica-romana ha enseñado sus
grandes verdades por medio de cuadros acerca de los santos, de estatuas,
imágenes y grabados. En algunos lugares donde la gente era bastante
ignorante, se hacía pintando en lienzo, en las paredes, o en el techo de
edificios importantes gran número de escenas bíblicas. En otras partes fueron
talladas en piedra. En vista de este difundido "plasmar" de ideas no es de
sorprenderse que los gobiernos que quieren comunicar algo a las masas
utilicen profusa-mente los murales. México ha tenido algunos de los mejores
mura-listas de todos los tiempos, como Diego Rivera, Orozco, y Siqueiros
para mencionar sólo tres de los más destacados.

El tercer medio importante de comunicación es la poesía y el canto, o sea dos


aspectos de la misma tendencia lírica. En el catolicismo romano se ha dado
mucha atención a la poesía religiosa, y sus coros han sido instrumentos
valiosos de comunicación en los actos de adoración. Pero aparte del uso
estrictamente religioso de la poesía y del canto, es impresionante el lugar que
la música tiene en la América Latina, no sólo en la radio, sino en sus formas
de expresión popular en los pueblos, villas y caseríos donde el canto es una
forma de expresión personal y de comunicación; lo que no es tan manifiesto
en Norteamérica.

Los medios de comunicación probablemente son más numerosos que las


formas; puede haber comunicación en muchas formas mediante el uso de
infinidad de medios. Por ejemplo: los periódicos, diarios, revistas, la radio, la
televisión, el teatro, el cinematógrafo, los discursos (o la predicación), y la
conversación. Todos esos medios son útiles, pero si tratáramos de determinar
cuál de éstos es más utilizado, y si buscáramos, potencialmente hablando,
cuál es más significativo para la extensión del evangelio, la única conclusión
sería, que, sobre todos ellos, los más efectivos son la conversación personal y
la predicación.

En primer lugar, a los latinoamericanos les gusta mucho hablar, discutir,


conversar y argumentar. Puede verse en las cantinas, los parques, cafés y
restaurantes a los hombres hablando continuamente. A las mujeres se les verá
platicando en los mercados, en los lavaderos públicos, o en los patios de las
vecindades. Los temas de conversación son muy variados: para los hombres,
la política, los acontecimientos personales y la filosofía (aunque no siempre
se les reconozca como tales); en tanto que, para las mujeres, los quehaceres
de la casa, los acontecimientos locales, y las frustraciones personales, son los
temas más frecuentemente usados. Para nuestro interés, no importa de qué
hablen los latinoamericanos; lo importante es que les gusta mucho conversar.
Más aún, gran número de ellos se enorgullecen de su habilidad para
conversar y para argumentar.

Además, del orgullo de hablar mucho y de su interés en conversar, los


latinoamericanos gustan y aprecian la mejor clase de oratoria, la que cautiva
al auditorio y arrastra los sentimientos de las masas. De entre ellos, quienes
tienen habilidad para identificarse con sus oyentes, posee una fuerza increíble
de comunicación y de influencia. No cabe duda que un buen orador no sólo
combina el sentido artístico del lenguaje con la pasión de la expresión
personal, y lo hace con tanta eficacia que se gana devotamente el auditorio, y
es capaz hasta de lograr que se lance a las calles en manifestaciones o que se
vuelque contra alguna institución oficial.

Al hacer hincapié en la conversación y en el discurso, no quiere decir que


perdamos de vista otros medios; sólo quiere decir que para la América Latina
los otros medios son de carácter secundario. Los periódicos no son muchos, y
no alcanzan a las masas. Las revistas a excepción de las que traen historias
policíacas y de misterio, o cuentos animados, aún están menos al alcance de
las gentes.

La radiodifusión tiene importancia en las ciudades grandes, pero aún se duda


de la influencia que puedan tener en la estructuración de opiniones. Hay que
reconocer que, para los evangélicos, sí llenan una necesidad de comunicación
que no se tendría de otro modo, pero si se sigue dando mayor atención al
equipo que a la programación como en la actualidad, la radio seguirá siendo
un instrumento muy débil. Como para la televisión, el potencial es valioso,
pero los resultados obtenidos hasta ahora son demasiados limitados; el nivel
económico y el clima político en la América Latina impiden en mucho el
desarrollo más rápido y el uso de la televisión.

Aplicación específica de las formas y los medios de comunicación al


evangelio

Más que tratar de juzgar el valor relativo de algunas formas y medios de


comunicación en la América Latina es mejor para nosotros discutir los modos
en que esas formas y medios pueden ser empleados efectivamente en la
comunicación de evangelio dentro del contexto evangélico.

El uso y la aplicación del drama en su forma más amplia no tiene límite y aún
no han sido debidamente explorados. La participación principal del auditorio
en un acto de adoración puede hacerse en forma más dramática
principalmente en la oración, el canto y el ofertorio. Actualmente en las
iglesias protestantes, la mayor parte del auditorio son simples espectadores, y
aparte del canto congregacional raras veces se convierten en participantes
activos. Sin embargo, en muchas de las congregaciones autóctonas, la gente
tiene una parte bastante activa en el culto. (Habrá quienes digan que es
demasiado activa), pero la verdad es que el efecto de esa participación
dramática produce una comunicación que llega al corazón. El Servicio de la
Santa Cena en las Iglesias evangélicas puede transformarse de modo que sea
para la participación del grupo total y no sólo la administración de una
recompensa que el predicador otorga a los fieles.

El drama puede extenderse mucho más. El uso de buenas películas


debidamente preparadas y presentadas en la iglesia dará muy buenos
resultados. Los programas de radio deben utilizar mejor el drama y no abusar
de los sermones y discursos o conferencias, ya que la ausencia visual del
orador los hace aún menos efectivos en Latinoamérica que en Norteamérica.
Las clases de la Escuela Dominical deben dramatizar con más frecuencia sus
lecciones a fin de lograr un mejor desenvolvimiento de los individuos que
producirá una verdadera identificación. En las iglesias debe estimularse a la
juventud para que haga representaciones que puedan conocerse por todo el
público, géneros que se puedan representar tanto en las iglesias como en las
salas públicas, como se hace actualmente en Francia con mucho éxito durante
los meses de vacaciones, con equipos de jóvenes miembros de un conjunto de
actores cristianos.

Todavía puede intensificarse el uso de formas visuales de arte en las iglesias


evangélicas. En arquitectura, por ejemplo, pueden hacerse construcciones
adecuadas que "encajen" antes que tratar de copiar lo que se hace en los
Estados Unidos del Norte. Los interiores pueden pintarse con colores vivos
escribiendo en forma atractiva textos bíblicos y lemas en las paredes. Pueden
usarse mejor los símbolos que representen algo profundo y efectivo, como
por ejemplo el velo partido (del templo) (que es recordatorio del sacerdocio
de los laicos), un pez (símbolo de la minoría perseguida con un sentido de
unidad en Jesucristo), un ancla, el yugo, el pan y el vino, el alfa y el omega.
Los símbolos pueden ser pintados en las paredes, o tallados en las bancas,
bordados en las cubiertas de los púlpitos o en cortinajes. Su uso no quiere
decir una imitación de la iglesia católico-romana, porque si ella no los
tuviera, de todos modos, los tendrían los protestantes, no como banderas o
signos de autoridad, sino como medios de comunicación.

En cuanto se refiere a la poesía y al canto evangélico, hay varias cosas que


podrían hacerse. Primero, debe estimularse a los evangélicos con dotes para
escribir poesía a fin de que escriban, produzcan y se difundan extensamente
sus obras en las publicaciones evangélicas circulantes. Deberían publicarse
colecciones de las mejores poesías evangélicas, aunque tengan que hacerse
altas erogaciones a fin de que la comunicación del mensaje se logre por esos
medios en lugar de publicar tantas series de sermones traducidos cuyo valor
es relativo.

Para desarrollar una himnodia evangélica latinoamericana debería


seleccionarse a algunos latinoamericanos, creadores y especialistas en este
campo para que estudien e investiguen lo que se ha hecho en las iglesias, a
fin de coordinar y establecer después un programa median-te el cual se
estimule a músicos y poetas para que produzcan en un nivel alto, digno de los
progresos artísticos y de la sensibilidad de los latinoamericanos. Por supuesto
eso no quiere decir que se evite la traducción y adaptación de himnos que
representan la herencia de la Iglesia Cristiana Mundial. Pero ya las Iglesias
Evangélicas de la América Latina han sido obligadas por muchos editores de
himnarios a cantar un alto porcentaje de himnos "prestados" tanto en su letra
como en su música.

La Sociedad Bíblica Americana en un esfuerzo experimental para alcanzar a


un público nuevo, hará imprimir el libro de Eclesiastés, cuyo tema llega a los
habitantes de América Latina. La impresión se hará en forma poética, lo que
realmente es, y se encuadernará como un libro de versos con bordes dorados.

Al pensar en los medios de comunicar el evangelio, no deben eliminarse


algunos tipos o formas de difusión mayormente si son de carácter personal en
la presentación, dramáticos en la orientación, y con contenido apropiado. Los
programas de radio, por ejemplo, en vez de dar tanta atención a sermones y
conferencias o discursos, le den al drama y a la discusión. La discusión no
debe ser de tipo prefabricado sobre moldes exactos, tal que al principiar ya se
sabe dónde terminará. La discusión verdadera incluye argumentos de una u
otra forma en la que protagonista del evangelio gana al final, pero no a cada
paso, la batalla. El cristianismo no es una historia llena de triunfos y el dar
esa impresión, sería erróneo.

Hay que tomar en serio el hecho de que no importa cuántas ventajas


impresionantes ofrezcan otros medios, pero que no son tan útiles para llevar
el evangelio hasta las masas como lo son la conversación y la identificación
del que predica. Por tanto, es nuestro deber desarrollar estos medios con la
mayor efectividad posible. En la actualidad la tendencia es decir a todas las
congregaciones que cada miembro es un "testigo", aunque para muchos eso
quiere decir que cada persona debe salir a predicar "sermoncitos" imitando a
los que escuchan en la iglesia. "Cuchichear" el evangelio no quiere decir
predicarlo; la conversación consiste en el hecho de que un vecino le cuente a
otro lo que para él significa la nueva vida en Cristo. Por supuesto no es
posible que la gente converse acerca de lo que no ha experimentado. Eso
implica que primero hay que darle algo a la gente, no sólo palabras para
repetir, sino experiencias que pueda contar.

En segundo lugar, necesitan ayuda para poder contar eficazmente sus


experiencias. Por supuesto que las técnicas del testimonio son relativamente
de menor importancia frente al hecho mismo de la experiencia religiosa. La
tragedia estriba en que a menudo, la iglesia emplea más tiempo y energía
tratando de ayudar a la gente acerca del cómo comunicarse, olvidando que en
verdad la mayor parte de las personas no tienen algo que contar porque no
han llegado a tener la menor experiencia de esa vida nueva.

No cabe duda que la América Latina tiene algunos de los mejores


predicadores de la cristiandad, pero para muchos existen dos tentaciones muy
sutiles. Una es dar tanta atención a la belleza de la retórica, que el contenido
es débil y carente de poder; y la otra es hablar para impresionar al auditorio
más que para instruirlo. En vez de utilizar ilustraciones propias que brotan del
corazón, existe una tendencia grande a sacar de los libros unas bastante
trilladas; a menudo sin conexión cultural con la situación actual. No hay que
olvidar que muchos de esos es herencia de la práctica de los misioneros, pero
los poderes creadores de la predicación latinoamericana no deben sucumbir
ante esos moldes culturales ya fuera de uso.

Para que la predicación sea efectiva, necesita tener tres niveles de


identificación: primero, con el mensaje (porque el hombre necesita proclamar
con su vida lo que dice); segundo, con su público (porque hay que hablarle a
la gente donde está), y tercero, el del público con el orador. La tercera fase de
identificación, sin embargo, no puede adquirirse a menos que exista un grado
de transparencia espiritual y presentación personal de una vida sin engaños
que es producto de la dedicación total a la causa de Cristo.

La comunicación por medio del Espíritu de Dios

El total de nuestra preocupación por la aplicación efectiva de las técnicas de


comunicación de ningún modo debe hacernos desconocer el hecho
fundamental de que la comunicación de la vida nueva de Dios no se efectúa
por la palabra del hombre, sino por la palabra de Dios. Puede el hombre ser
testigo de la verdad, pero únicamente el Espíritu de Dios es el que, hablando
a través de las palabras de los hombres, puede comunicar la vida nueva. Más
aún, nuestras técnicas nunca deben ser metas, sino sólo medios, y su
efectividad no debe ser juzgada por su popularidad, sino por la medida en que
el Espíritu de Dios los utiliza para llevar a los hombres a una relación vital
con El mismo mediante el poder de su Hijo. Reconocerlo, nos acercará más a
esa gran nube de testigos, pioneros de la fe que carecieron de tales técnicas
pero que tenían en cambio un mensaje arrobador. También podremos
entender mejor al estudiar los resultados excelentes dentro de los
movimientos autóctonos, a los que a menudo se considera al margen de la
causa cristiana, pero que en más de una vez son más dinámicos y
transformadores de lo que cualquier grupo tradicional pudiera pretender.

Finalmente recordad que: "No con ejército, ni con fuerza, sino con mi
Espíritu, ha dicho el Señor de los ejércitos".
APENDICE E:
PREDICADORES Y PREDICADORES
Cecilio Arrastia [15]

Clasificar siempre es difícil. Si comparar es odioso, clasificar no lo es menos


porque toda clasificación es, de hecho, una comparación de los distintos tipos
de predicadores que padece nuestro púlpito protestante latinoamericano.
Porque hay predicadores y predicadores...

1. EL PREDICADOR - “Palabra”

Aquí palabra sale con minúscula, porque es palabra de hombre. Es el


predicador que habla, pero no dice. Esconde el mensaje en un follaje espeso
de palabras y más palabras. Obsesionado por la forma, se olvida el fondo y
sólo frases bien logradas se pueden encontrar en lo que habla. Es el
predicador que busca el mensaje, más que en la propia Biblia, en intérpretes y
concordancias, en diccionarios de la lengua en antologías y en sinónimos.
Cuando termina su discurso -sí, discurso; no sermón- ha emitido muchas
palabras, pero no ha dejado ningún mensaje.

2. EL PREDICADOR -"TEXTORRAGIA".

Aquí la preocupación no es el uso de palabras, sino la avalancha de textos


bíblicos, la ráfaga de frases bíblicas sin afán alguno de exégesis seria. Este
predicador es el que cree que la Biblia se escribió en español y las palabras
significan lo mismo hoy que hace mil años, y que la trastienda cultural de la
Biblia es igual a la de cualquier pueblo de América Latina hoy por hoy. Aquí
se trabaja, no con manuales de interpretación, sino con una pinza extractora.
Y se sacan los textos como se sacan motas de algodón de un frasco
antiséptico para frotar con ellas una herida. Se cree que el Evangelio entra por
osmosis y que repetir es predicar. No se lucha con el sentido del texto, y se
niega, de hecho, la obra de iluminación del Espíritu Santo.

Cuando la exposición termina el pueblo sale maravillado de la memo-ria


certera del predicador y de su "conocimiento de la Biblia" (¡Como si recitar
fuera conocer!) Pero el mensaje no llegó. No lo hubo.

3. EL PREDICADOR - “ANÉCDOTA”.

Este es el tejedor de ilustraciones. Su instrumento básico es una aguja, para


tejer; o un frasco de pegamento para empatar ilustraciones. No importa que
tenga relación con el texto bíblico leído. Son dramáticas o jocosas o
personales. A veces se fuerzan y se golpean para deformarlas y meterlas a
empellones en el marco del sermón. Cuando ter-mina, el pueblo ha pasado un
tiempo muy grato, ha reído mucho. Y punto. Nada más pasó. Porque el
mensaje se enredó en los hilos de mil ilustraciones que a nada dieron lustre.

4. EL PREDICADOR - “CONCEPTO”

Este es el predicador de gabinete. Seco y estirado como un junco. Abstracto


como un suspiro. Despegado de la tierra como un avión de retropropulsión en
pleno vuelo. Ni siquiera mira a los ojos del pueblo. Como que no está
"disparado" al corazón del pueblo, no es necesario mirarle al rostro, que dice
que es "espejo del alma". No predica para que le oigan: predica para oírse así
mismo. Expresa, en palabras muy bien escogidas, conceptos muy hondos que
nadie entiende. Contesta preguntas que nadie ha hecho, y la respuesta se
pierde en el vacío. Cuando termina, la congregación dice: ¡Cómo sabe ese
hombre, qué culto es!

¡Qué bueno fuera poderle entender...!"

5. EL PREDICADOR – “ALMIDON”.

Este va siempre cerca del anterior. Es más tieso y más artificial que un
cadáver embalsamado. Le gustaría predicar teniendo siempre al frente un
espejo de tamaño natural. La voz se le trasforma al llegar al púlpito. Adquiere
el "tono santo", o el acento del misionero americano. Las "eles" intermedias
se le llenan de aire. Y dice "alalalma" cuando quiere decir "alma". Por lo
general ensaya, antes de predicar, los ademanes que va a hacer. Levanta los
brazos a la altura siempre prefijada. La sonrisa, no importa que no venga al
caso, es también objeto de ensayo previo. Si usted le oye repetir un sermón,
podrá adivinarle los ademanes antes de que lleguen. Han sido tan bien
ensayados que no fallarán. No le importa el mensaje -tal vez no tenga - pero
sí le importa la inflexión de la voz, y lo teatral del ademán, y lo dramático de
la pausa, y lo intenso de su mirada. Es el predicador "Made in Hollywood".
Cuando termina, el pueblo dice: "Qué lindo habla -y qué bien predica...!"
Todo en él está almidonado: desde el cuello de la camisa, hasta la garganta.

6. EL PREDICADOR – “ELECTRÓNICO”.

Este no confía en el Espíritu Santo y todo lo ha calculado de antema-no. Es


electrónico en la presión humanista con que todo prevé. La asistencia al culto
lo calcula sobre la base de una propaganda "científica". Todo se analiza y
detalla de modo que "nada falle". Hasta las luces que van a caer sobre el
predicador se miden y se calculan. Su entrada al "teatro" -sí, teatro; no
santuario- es dramática y hecha en un momento especial para que, a partir de
ese momento, él sea el centro de todo el culto. Es el predicador que no se
arriesga y tiene su equipo bien organizado para que su prestigio no sufra y
casi de antemano calcula el número de "profesiones de fe".

Todo en su organización trabaja como si fuese máquina de IBM y el trabajo


del Espíritu de Dios -que es sorpresa, aventura, cosa inesperada e
incalculable- no se tiene encuentra. Cuando termina de hablar, el pueblo dice:
"¡Qué bien organizado estuvo todo; qué bonito cuando el predicador entró al
culto! Nada falló y hubo cientos que se entregaron" Queda, no el recuerdo ni
el impacto de Cristo, sino el de una super engrasada super estructura humana.

7. EL PREDICADOR – “MASAJISTA”.

Este debió haber nacido en Suecia, para que el mensaje fuera sueco. No
predica. Lanza "motas de algodón" o pastillas sedantes desde el púlpito. Sus
frases son pastillas de aspirina glorificadas, sus ilustraciones son como éter:
duermen al pueblo, no de aburrimiento, sino de falsa paz. Por lo general es
baboso, sensiblero, inventor de anécdotas que no ocurrieron. Es humanista en
el fondo. Más que proclamar lo que Dios hace por el hombre, proclama lo
que el hombre puede hacer por sí mismo y hasta en favor de Dios. Su
"predicación" carece de virilidad desafiante del Evangelio. Es oblicuo y
almibarado. Más que profeta de Dios, parece redactor de un consultorio
amoroso en un periódico local. Cuando termina, unos salen indignados del
culto, y otros dicen: "¡Qué bien me siento! Parece como si me hubiesen
puesto una inyección de morfina..." Y otros recuerdan el dictum leninista de
que la religión es “opio para el pueblo”. Y piensan que un predicador así es
expendedor de drogas.

¿Cómo ha de ser entonces el PREDICADOR–“PREDICADOR?”

Digámoslo sin rodeos. En cuanto a la forma, debe combinar todos los


elementos positivos que concurren con los anteriores descritos. Debe ser
cuidadoso en el uso de la palabra porque un mensaje tan hermoso sólo con
hermoso ropaje debe cubrirse. Debe substanciar sus afirmaciones con textos
bíblicos para que no sean caprichosas expresiones producto de la imaginación
humana. Hay porciones bíblicas que sirven para interpretar otras, y deben
traerse a colocación en tiempo oportuno. Las ilustraciones deben ser válidas -
que den brillo a una idea opaca por abstracta-, pero deben engastarse bien en
la joya retórica que debe ser un sermón. El ademán debe ser elegante,
discreto, medido, producto de la idea que se expresa. Ha de ser consuelo su
sermón: consuelo para el afligido. Pero también para el satisfecho indolente.
Caricia y látigo.

El sermón es exposición del Evangelio. Y el Evangelio es Cristo. Urge


recordar que hay una doble estructura en un sermón. Primero, la estructura
dada, esto es, la teología, el mensaje en sí. Esto es lo básico y es hecho manu
Dei (con la mano de Dios). Segundo, la estructura hecha. Este es el sermón.
Pero lo ideal nos pide un mensaje sin sermón. O que haya sermón sin
mensaje. Si de escoger se trata, prefiramos siempre lo primero: el mensaje es
más que el sermón. Pero lo ideal nos pide un mensaje claro y poderoso,
encerrado en un sermón bien estructurado y entregado con humildad, pasión
y belleza. Lo que es el manu Dei debe unirse a lo que es el manu hominis
(mano del hombre) para producir el milagro de la gracia Divina que es un
sermón-mensaje.

Mucha necesidad dramática tiene el púlpito protestante contemporá-neo, pero


la primera es la recuperación de la predicación expositiva. Nada necesita
tanto el pueblo creyente y por creer, que este tipo de predicación. Predicar así
es caminar. Sí. Es caminar dentro de un pasaje bíblico, junto a los personajes
mismos que protagonizan el incidente comentado. Es "descubrir" (que aquí
vale por ser descubiertos por) el universo de conceptos, emociones, imágenes
y realidades que el pasaje encierra. Todo pasaje bíblico es cofre: urge hallar
la llave que la abra y exponer frente al pueblo las joyas que encierra. Para
esto hay que hacer labor de transculturación: hay que partir del conocimiento
de la cultura que se interpreta -la bíblica- hasta llegar a la cultura para la cual
se interpreta. Y hay que romper palabras, y descubrir raíces y significados
originales. Y hay que leer la prensa y los autores que diagnostican los males
del presente. Y después "clavar" la verdad bíblica en el corazón mismo de la
presente condición humana. Hacer de esa verdad bandera y apoderarse de
territorio del enemigo "ad majorem Gloriam Dei..." (para la mayor gloria de
Dios). Eso es predicar.

Hay predicadores y predicadores. América Latina reclama, con dramática


urgencia, predicadores-predicadores, "que tracen bien la Pa-labra de la
Verdad".
APENDICE F:
EJEMPLO DE SERMONES
DOCTRINALES
José C. Rodríguez [16]

¿POR QUE CREO EN LA SANTIDAD?


Dr. Russell V. Delong

LECTURA: I Tesalonicenses 4:1-8

PROPOSITO: Examinar varias razones por las que la santificación es una


segunda obra de gracia.

Introducción: Los argumentos o razones de creer que la santificación es una


segunda crisis son variados y convincentes. Consideremos seriamente las
siguientes razones.

I. RAZONES BASADAS EN DIOS Y SU PALABRA

A. Dios es santo y demanda la santidad (I P.1:15-16).


B. La santidad se enseña claramente en la Biblia (I Ts.5:23-24, etc.).
D. El Espíritu Santo es el Agente santificador (Mt.3:11; Hch.2:1-4).

II. RAZONES PERSONALES Y ETICAS

A. La santificación es una experiencia real: Testimonio personal.


B. Muchas personas han sido santificadas enteramente: Ilustraciones
C. La santidad es la única corrección para un corazón pecaminoso.
D. La demanda del carácter ético de Dios.
E. La santidad significa victoria completa sobre todo el pecado.
F. La santidad capacita para una vida servicial.
G. La santidad es un testimonio ético que el mundo no puede resistir o
refutar.
III. RAZONES BASADAS EN LAS CIENCIAS HUMANITARIAS.

A. Filosóficamente la santidad es un bien supremo.


B. Sicológicamente la santidad es el único cimiento para una personalidad
bien integrada.
C. Éticamente la santidad es la base segura y la mejor garantía posible para
las relaciones correctas.
D. Sociológicamente la santidad es la fuerza motriz de una sociedad, un
grupo limpio que lleva el evangelio a otros.
E. Históricamente, los avivamientos genuinos han sido los conducidos por
personas santas.

CONCLUSION:

No hay argumento válido contra la doctrina y experiencia de la santificación


como segunda obra de gracia. La evidencia del celo de Dios, de la condición
del hombre, del conocimiento y del testimonio de la iglesia la confirman.

LAS CAUSAS DINAMICAS DE LA SANTIFICACION


Dr. H. O. Wiley
LECTURA: Juan 17:17-19

PROPOSITO: Ver la naturaleza y lugar de las causas activas en la obra de la


entera santificación.

INTRODUCCION:

La obra de la entera santificación es una obra dinámica con muchas fases que
vienen a revelar la naturaleza de la obra divina en el corazón humano. Hay
varias causas activas que operan simultáneamente para realizar la obra de
santificación en el creyente. Notemos algunas de estas causas.

I. LA CAUSA ORIGINADORA: EL AMOR DE DIOS

A. El amor de Dios hacia el pecador


Jn.3:16 Para salvación de los pecados.

B. El amor de Dios hacia el creyente y la iglesia.


1. Ef.5:25-17: Santificación del creyente.
2. He.13:12-13.

II. LA CAUSA MERITORIA O PROCURADORA: LA SANGRE DE


CRISTO

A. La sangre de Cristo y el pecador Mt.26:28.


B. La sangre de Cristo y el creyente He.13:12; 9:14.

III. LA CAUSA EFICIENTE O AGENCIA ACTIVA: EL ESPIRITU


SANTO

A. El Espíritu Santo y el pecador Jn.16:5-11.


B. El Espíritu Santo y el creyente Tit.3:5; 1P.1:2; 2Ts.2:13; Mt.3:11.
IV. LA CAUSA INSTRUMENTAL: LA VERDAD O LA PALABRA DE
DIOS

A. La palabra de Dios y el pecador Ro.10:13-17.


B. La palabra de Dios y los creyentes Jn.17:17.
V. LA CAUSA CONDICIONAL: LA FE

A. La fe y el pecador Ro.5:1.
B. La fe y los creyentes Hch.15:9; 26:18.

CONCLUSION:

A. RECAPITULACION: Hay causas dinámicas tras la obra de la


entera santificación. Cada una de ellas revela alguna fase de la obra
del Espíritu Santo. Es importante que veamos y comprendamos el
lugar de cada una de estas dimensiones de la santificación.

B. APLICACION: Cada causa tiene su lugar y orden. Se debe hacer un


examen de nuestra experiencia espiritual a la luz del mensaje
presentado.

C. APELACION: La causa principal desde el punto de vista divino es


el amor de Dios; desde el punto de vista humano es la fe. El amor de
Dios no falla. ¿Cómo está tu Fe?
LA HERMOSURA DE LA SANTIDAD

LECTURA: Salmos 110:3; 96:3

PROPOSITO: Ver en qué consiste la belleza de la santidad.

INTRODUCCION:

La belleza de la santidad se halla en lo que es en sí misma, lo que revela de


Dios y el hombre y en lo que se puede hacer para el hombre. En otras
palabras, revela el corazón de Dios y el corazón del hombre. También revela
la potencia de Dios y la necesidad del hombre.

I. REVELA LA ESENCIA DE LA DIVINA TRINIDAD

A. La santidad en la trinidad
1. La ley de la santidad perfecta.
2. La ley del amor perfecto.
3. La ley de la justicia perfecta.

B Santidad en el padre: Originalidad y eterna.

C. Santidad en el hijo: Luz y personificación.

D. Santidad en el Espíritu santo Impartida y dinámica.

II. REVELA EL PLAN ETERNO DE LA TRINIDAD

A. El plan de Dios para su creación


1. Santidad y justicia en el hombre.
2. Armonía y perfección en la creación física.
3. Cayó el hombre con él la naturaleza.
4. Pero sigue el plan de santidad para el hombre.

B. Cristo y el Espíritu son la repuesta divina a la necesidad del hombre.


III. REVELA LO HORRENDO DEL PECADO

A. Naturaleza del pecado personal


1. Ro.1:18-32.
2. Ro.3:9-20.

B. Naturaleza del pecado heredado


1. Gn.6:1-5.
2. Sal.51:5
3. Is.1:6; Ro.6:6; Ef.4:22-31.

IV. REVELA LA VICTORIA DE DIOS SOBRE EL PECADO

A. Victoria sobre el pecado personal


1. Justificación.
2. Regeneración.
3. Adopción.

B. Victoria sobre el pecado heredado


1. Santificación del espíritu.
2. Potencia para servicio.
3. Gracia para perseverancia.

CONCLUSION:

La santidad es hermosura por lo que es y por lo que hace. ¡Permite que Dios
revele tu necesidad y te dé completa victoria sobre el pecado!
APENDICE G:
EJEMPLO DE SERMONES
EXPOSITIVOS
¿CÓMO SE ESCRIBE “VICTORIA”?[17]
Romanos 8:31-39

Por Doug Metzger

Introducción. ¿Cómo se deletrea “victoria”? ¿Cómo deletrea Dios


“victoria”? Con toda certeza no en términos de edificios, ni de dinero, ni de
cosas similares, aun cuando estas cosas son importantes en la obra de Dios.
El diseño divino para la victoria final de su pueblo es una vida abundante,
llena del Espíritu. Victoria es Su pueblo viviendo vidas espirituales,
saludables, ricas y sabias.

Pablo considera estos asuntos en el versículo 37 cuando dice que los


creyentes somos más que vencedores; triunfadores, y sin embargo más que
vencedores, súper-conquistadores. Pablo ofrece algunas consideraciones
importantes acerca del creyente súper-conquistador, al enseñarnos cómo se
deletrea victoria.

I. La Victoria Implica una Experiencia en el Campo de Batalla.


v. 37: “En todo esto,” se refiere a las experiencias que vienen a robarnos
nuestra victoria.
v. 36. Nuestra vida cristiana en ocasiones puede parecer un matadero.
vv. 35-38. Aquí hallamos algunos de los oponentes en la batalla.

II. La Victoria Depende Totalmente del Señor


v. 38: “vencedores por medio de aquel que nos amó.”
(1 Corintios 15:57; Salmos 33:13-22; Proverbios 21:31)
v. 31: ¡Dios está de nuestro lado! Él y yo hacemos mayoría.
v. 32: ¿Daría Dios lo mejor y retendría el resto?
vv. 33-34: Satanás no puede ganarle por más acusaciones que presente.
III. La Victoria Resulta de Reconocimiento

La salud física, riqueza y sabiduría se reflejan en la evidencia documentada.


Nuestra prosperidad espiritual está documentada en la palabra de Dios. Los
sentimientos, circunstancias, acusaciones de Satanás no deben afectar la
victoria que tenemos.

No hay condenación en Cristo, Romanos 8:1


No hay obligación de vivir según la carne, Romanos 8:5ss.
No hay frustración debido al sufrimiento, Romanos 8:19ss
No hay separación del amor eterno, Romanos 8:38-39.

RESUMEN DE APLICACIÓN

No hay campo de batalla del que debamos regresar derrotados.


Hay uno que va a la batalla con nosotros y que nos asegura la victoria.
Hay un marco mental de reconocimiento que debemos desarrollar para
vivir en la realidad de la victoria.

EL CORDERO DE DIOS
Texto Bíblico: Juan 1:35-51

Por Thomas E. Cheyney, Jr.

Introducción: El concepto de Jesús como el Cordero de Dios es uno de los


más conocidos, y una de las presentaciones de nuestro Señor más mal
interpretadas. Se le interpreta como Cordero débil delante de los que lo
mataron. No es este el caso. Es el Cordero manso (Isaías 53:7), pero mantiene
su posición de poder y autoridad. Su muerte se debe a su sacrificio personal
(Juan 10:17-18), no a alguna fuerza externa superior. El Cordero de Dios
tiene control total. Veamos como lo presenta Juan.

I. El Anuncio del Cordero, 1:36


A. Juan el Bautista, el portavoz
B. Los discípulos de Juan: los oyentes
C. Jesucristo: El enfoque

II. La Atracción del Cordero, 1:37


A. Los oídos fueron abiertos
B. Los corazones fueron abiertos
C. Las voluntades fueron abiertas

III. La Asociación del Cordero, 1:38-42


A. Definición del propósito
B. Revelación de la presencia
C. Compartiendo un tesoro

IV. La Aclamación del Cordero, 1:43-50


A. Felipe sigue a Cristo
B. Felipe aclama a Cristo
C. Natanael aclama a Cristo

V. Los Honores del Cordero, 1:51


A. El Cordero habla con autoridad
B. El Cordero relata su experiencia
C. El Cordero recibe alabanza del cielo

Conclusión: El Cordero de Dios quita los pecados del mundo. ¿Ha quitado
Él sus pecados? El Cordero de Dios merece toda adoración.

¿Está recibiéndola mediante su forma de vida?

EL PREDICADOR PRESO
Efesios 3:1; 4:1; 6:20

Algunos de los más grandes mensajes de nuestra Biblia surgieron de detrás


de las puertas de la prisión. El evangelio no puede quedar encerrado excepto
en un corazón egoísta.
El predicador no puede quedar…

I. Encarcelado por una Causa (3:1; Hechos 26:6-23)


II. Encarcelado por una Preocupación (4:1; Filipenses 2.12-18)
III. Encarcelado con un Reto (6:20; Hechos 23:11).

EL OBJETIVO DE DIOS
Efesios 4.13

¿Cuál es el propósito de los esfuerzos de las iglesias, universidades cristianas,


seminario, y misiones? ¿Adónde apuntan todas estas instituciones?

¿Qué es lo que Dios piensa, espera y procura?

I. La Unidad (“unidad de la fe”)


II. El Conocimiento por experiencia (“conocimiento del Hijo de
Dios”)
III. La Madurez Cristiana (“a una humanidad perfecta”)

BENDICIONES CON PROPÓSITO


Efesios 1:1-23

Sea que leamos el acuerdo y pacto con Abraham, las instrucciones para su
implementación dadas a Moisés, las interpretaciones proféticas, o las palabras
y hecho de Cristo al cumplir la parte divina de ese pacto, nos vemos
obligados a ver y admitir que todas las bendiciones de Dios tienen un
propósito.

¿Qué leemos en el pasaje?

I. El Amor del Padre y su Propósito (1:3-6)


II. La Obra del Hijo y su Propósito (1:7-12)
III. La Garantía del Espíritu y su Propósito (1:13-14)
¿QUÉ TIENE DIOS PARA OFRECER?
Efesios 2:1-22

Para los que no tienen ni estatus social ni derecho a reclamar algo de Dios y
lo bueno, Dios tiene mucho que ofrecer. Para el hombre que está sufriendo
gran dolor cualquier alivio es bien recibido, pero una cura es maravillosa.

I. Dios Ofrece Gracia para Redimir (2:1-10)


1. Cómo eran las cosas con nosotros (2:1-3)
2. Cómo son las cosas con Dios (2:4-7)
3. Cómo pueden ser por medio de Cristo (2:8-10).

II. Dios Ofrece Paz para Sostener (2:11-22)


1. Paz de Corazón debido a una nueva situación (2:11-13)
2. Paz por medio de una persona (2:14 a)
3. Paz mediante relaciones personales (2:14b-18)
4. Paz en unión con Dios (2:19-22).

LA MAYORDOMÍA DE LA GRACIA
Efesios 3:1-21

El hecho de que Pablo use la palabra “encomendar” (v. 2) dice que la gracia
nos ha sido dada no para que la acaparemos. No tenemos derecho ni razón
para interrumpir la línea de comunicación entre Dios y el mundo perdido.

Pablo administró la gracia de Dios, siendo:

I. Prisionero (3:1-6)
II. Predicador (3:7-13)
III. Persuadidor (3:14-19)
IV. Perfeccionador (3:20-21)

VIDA DIGNA
Efesios 4:1-32

Pablo amonesta a los creyentes a “que vivan de una manera digna del
llamamiento que han recibido.”

Juan Wesley dijo una vez: “Denme diez hombres que no detesten nada sino el
pecado, que no teman a nada sino a Dios, y que no busquen nada sino la
salvación de sus semejantes, e incendiaré el mundo para Dios.”

El pasaje muestra que somos llamados a:

I. La Unidad (4:1-7)
II. El Entendimiento (4:8-16)
III. La Unción (4:25-32)

IMITADORES DE DIOS
Efesios 5:1-20

El poeta ha dicho: “Soy parte de todos los que he conocido” Le hemos


conocido a Cristo y él es parte de nosotros. Nuestras vidas deben seguir su
molde.

Seamos imitadores de Cristo, en:

I. Compasión (5:1-2)
II. Limpieza (5:3-7)
III. Convicción (5:8-13)
IV. Obligación (5:14-21)
APENDICE H: ESQUEMA ALFANUMERICO
Normalmente las divisiones principales y secundarias siguen un or-den
correlativo. Se escribe I cuando hay II, o A cuando hay B. En su defecto, no
se anotan. El orden debería ser el siguiente:

INTRODUCCIÓN

I. IDEA PRINCIPAL
A. IDEA SECUNDARIA
B. IDEA SECUNDARIA
1. Sub punto 1
2. Sub punto 2
a. Sub sub punto
b. Sub sub punto
II. IDEA PRINCIPAL
A. IDEA SECUNDARIA
B. IDEA SECUNDARIA
1. Sub punto 1
2. Sub punto 2
a. Sub sub punto
b. Sub sub punto
1) Sub sub sub punto
2) Sub sub sub punto
a) Sub sub sub sub
punto
b) Sub sub sub sub
punto
C. IDEA SECUNDARIA

III. IDEA PRINCIPAL


CONCLUSION
BIBLIOGRAFÍA
FUENTES CITADAS

Arrastia, Cecilio Autoevaluación de un Predicador. Homilética. Separata de


estudio. Lima, Perú: AC&M, agosto de 1985.
Arrastia, Cecilio Guía para la evaluación de un Sermón. Homilética: Separata
de estudio. Lima, Perú: AC&M, agosto de 1985.
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Costa Rica, Año 4, Nro.9 (diciembre,1982): 40-43.
Costas, Orlando E. Comunicación por medio de la predicación. Editorial
Caribe: Miami, Florida, 1973
Ferreira, S. Yeury "Bibliografía Selecta sobre Predicación" en:
https://purapredicacion.wordpress.com/2012/10/29/ bibliografia-
selecta-so-bre-predicacion
Koller, Charles W. Expository Preaching Without Notes. Grand Rapids:
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Nelson, W. M. Diccionario Ilustrado de la Biblia. Miami: Editorial Caribe,
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Paredes Rubén (Tito) y Padilla, Washington “Hacia una transformación
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Perspectivas antropológicas y misionológicas de la relación entre el
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Parra Morzán, Carlos Medios de comunicación colectiva y Cultura de masas.
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Vila, Samuel, Manual de Homilética. Tarrasa (Barcelona): CLIE, 1968Nida,
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Noticiero Audiovisual Evangélico (suplemento especial). Nro. 1
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Doug Metzger ¿cómo se escribe “victoria”? Bosquejo de sermón en
http://www.sigueme.net/bosquejos/como-se-escri be-victoria-romanos
-8-bosquejo-biblico
Varios. Biblioteca de Sermones, en: https://es.scribd.com/do
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FUENTES RECOMENDADAS [18]
LIBROS EN ESPAÑOL

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[1]
Orlando E. Costas, Comunicación por medio de la predicación. Miami, Florida: Editorial Caribe,
1973:36-37

[2] Donald G. MIller, Fire in thy Mouth. Nashville: Abinddon: 1954:17


[3]
Preguntas retóricas son aquellas que el predicador u orador se hace, sin esperar que
necesariamente el público las conteste. Son preguntas reflexivas, hechas en voz alta, tratando de
interpretar al público.
[4]
Rubén (tito) Paredes, Washington Padilla, “Hacia una transformación integral”, Buenos Aires: FTL,
1989. Una actualización del mismo artículo en Tito Paredes, El evangelio: un tesoro en vasijas de
barro. Perspectivas antropológicas y misionológicas de la relación entre el evangelio y la cultura.
Buenos Aires: Kairós ediciones, 2000: 63-67
[5]
Óp. cit., p. 50.
[6]
Recomendaciones ofrecidas por Charles Koller, Expository Preaching Without Notes. Grand
Rapids: Baker, 1952: 67ss, tomado de O. Costas op.cit.: 53-54.
[7]
Conviene grabar la fecha y ocasión para el archivo
[8]
Utilice un Diccionario o un libro de Introducción a la Biblia
[9]
O.T. = Oración transicional
[10]
Psicología de la comunicación colectiva p. 232. citado por Carlos Parra Morzán, Medios de
comunicación colectiva y Cultura de masas. Lima, Perú: Ediciones Ama Llulla, 1989: 109.
[11]
Exposición de Cecilio Arrastia en Lima, Perú, en agosto de 1985. Separata de estudio. p. 5
[12]
Exposición de Cecilio Arrastia en Lima, Perú, en agosto de 1985: p. 6
[13] Gráfico tomado de Samuel Vila. Manual de Homilética. Editorial CLIE: Terrassa, España, 1970
[14]
Tomado de Noticiero Audio-visual Evangélico (suplemento especial). Nro. 1 México 1, DF.: 10
páginas.
[15]
Tomado de la revista Pastoralia: Cecilio Arrastías. La Predicación evangélica en la América
Hispana. San José, Costa Rica, Año 4, Nro.9 (diciembre,1982): 40-43.
[16]
Tomado de José C. Rodríguez (Compilador), Santidad desde el Púlpito. Vol 1, Kanzas City:
Casa Nazarena de Publicaciones, s/f: 9-14.
[17]
Bosquejos tomados de: https://es.scribd.com/document/35569538/Biblioteca-de-Sermo-nes
[18]
Esta bibliografía ha sido tomada de S. Yeury Ferreira, "Bibliografía Selecta sobre Predicación" en:
https://purapredicacion.wordpress.com/2012/10/29/bibliografia-selecta-so-bre-predicacion/ Las obras
con asterisco (*) son de autores o escritores adventistas. Por respeto, hemos citado todas las obras
sugeridas en esa fuente.

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