Cametan.
hesturse
Al levantarse dijo la rana
mientras espiaba por la oes
tira con tirita
y ojal con botén,
Un pajarito que esta en la cama
busca el zapato bajo la rama;
tira con tirita
y ojal con botén.
tot
Apa dijeron cuatro ratones Una gallina muerta de risa par
y se quitaron los camisones; se pone el gorro y la camisa; |
tira con tirita tira con tirita ;
y ojal con botén. y ojal con botén. Be
No hallo mi flauta, protesto el grillo, Medio dormido dice el morrongo, t j
y la tenia en el bolsillo; cuando madrugo siempre rezongo; la
tira con tirita tira con tirita hen
y ojal con botén. y ojal con botén. Fra
ferv
|. ala
”
Y el sapo dice iqué disparate!, | las]
desayunarse con chocolate; :
tira con tirita i i
y ojal con botén, baj
tira con tirita sea
y ojal con botén. ]Aviles del rio Arno, en Italia, hay
una vieja y esplendorosa ciudad con
torres doradas y numerosos palacios que
parece salida de un cuento de hadas.
En esta bella ciudad, llamada Florencia,
vivia la pequeia Francesca, con sus
padres y su hermano Nino, en una
diminuia casa de una angosta calle.
A Francesca le gustaba mucho visitar
la galeria de arte. Alli, rodeada de
hermosas pinturas en marcos dorados,
Francesca sofiaba con algo que deseaba
fervientemente, Era un deseo secreto.
Artistas de todo el mundo acudian
a la galeria para copiar las grandes obras
maestras. Las obras menos importantes
las pintaba una dama americana.
Francesca no se cansaba de observar
a la dama, que ocultaba su rostro
bajo un enorme sombrero. Nunca
se acercaba a ella para no molestarla.
Francesca repetia para sus adentros
una y otra vez:
—iOjal4, ojalé poseyera yo un cuadro,
uno pequefio que pudiera llevarme a casa!
Un dia que Francesca se dirigia a la
galeria, con sus pensamientos secretos
a cuestas, tropez6 con un gato.
—Perdén —dijo, y continud su camino.
Pero el gato la seguia y se metia
continuamente entre sus piernas. Al fin