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Misa de San Sebastián
Misa de San Sebastián
Rito Hispano-Mozárabe
LITURGIA DE LA PALABRA
Lectura del libro de Isaías, Profeta. Is 43, 1-3, 4-5; 44, 2-4
Si caminaras por el fuego, no te quemaría, ni te abrasarían las llamas, por que yo soy el
señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador.
Tú eres precioso a mis ojos y te he horrado, yo te amo, entregare hombres por ti, pueblos
a cambio de tu vida. No temas, que yo estoy contigo.
Así dice el Señor, tu creador, el que te formo desde el vientre materno y te auxilia: “No
tema, siervo mío, Jacob, Israel a quien yo elegí.
Derramare agua sobre la tierra sedienta y torrentes sobre el suelo seco; infundiré mi
espíritu sobre tu descendencia y mi bendición sobre tu prole y brotará como entre la
hierba, como sauces junto a corrientes de agua.
Amén
PSALLENDUM Salmo 111, 7-8
1
APOSTOLUS
Lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Corintios II Cor 11, 19-30
Vosotros que sois tan sensatos, soportáis con gusto a los insensatos, pues soportáis que
os esclavicen, que os devoren, que os roben, que os traten con altanería, que os
abofeteen. Con vergüenza lo digo: nos hemos mostrado débiles.
En cualquier caso que alguien presume -lo digo como un insensato- también presumo
yo. Son hebreos, también yo. Son Israelitas, también yo. Son descendencia de Abraham,
también yo. Son ministros de Cristo pues -delirando hablo- yo más: en fatigas más; en
cárceles más; en azotes, mucho más. En peligros de muerte, muchas veces. Cinco veces
recibí de los judíos cuartan azotes menos uno, tres veces me azotaron con varas, una
vez fui lapidado, tres veces naufrague, un día y una noche pase naufrago en alta mar.
En mis repetidos viajes sufrí peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de
mi raza, peligros de los gentiles, peligros en ciudad, peligros en despoblados, peligros
en el mar, peligros entre falsos hermanos; trabajos y fatigas, frecuentes vigilias, con
hambre y sed con frecuentes ayunos, con frío y desnudez. Y además de otras cosas mi
responsabilidad diaria: el desvelo por todas las iglesias. ¿Quien desfallece sin que yo
desfallezca?, ¿Quién tiene un tropiezo sin que yo me abrase de dolor?
Amén.
2
EVANGELIUM
“Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguir el título de rey y volver
después. Llamo a diez siervos suyos, les repartió diez onzas de oro y diciéndoles:
“Negociad hasta mi vuelta”. Sus conciudadanos le odiaban y enviaron una embajada
tras él para decir: “no queremos que este reine sobre nosotros”.
Y les dijo a los presentes: “quitadle la onza de oro y dádsela al que tiene diez”. Entonces
le dijeron: “Señor, si ya tiene diez”. Os digo: “A todo el que tiene se le dará, pero al
que no tiene se le quitara hasta lo que tiene.
Y a esos enemigos míos que no me han querido como rey, traedlos aquí y matadlos en
mi presencia”.
Amén.