Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Smauel Gavilan
Smauel Gavilan
Hay un gran movimiento en hacernos creer que para ser felices tenemos que
añadir una nueva relación, objeto o experiencia a nuestra vida. Pero esa sensación
subyacente de que todavía no es suficiente, de que todavía falta algo para
sentirnos completos es ilusoria, es el juego de la mente, el ego. La felicidad es
un estado innato del ser humano, no tiene causa y normalmente suele estar
debajo del ruido y las trabas que nosotros mismos le ponemos por miedo a sentir
el ser vulnerable que somos.
Samuel Gavilán
E S C U R IO S O …
Es curioso que la única misión a nivel espiritual que tenemos en esta vida sea
despertar y ni siquiera nos nombren esta dimensión.
Ahora sería incapaz de vivir sin un espacio que me ancle a la verdad, ese sitio que
solo yo puedo acceder y me da fortaleza y valentía en todo momento.
Pero no siempre he vivido así. Desde que era pequeño he sido un niño muy
inquieto, revoltoso, intenso y curioso. Desde muy pequeño mi energía ya rebosaba
allí donde fuera. Pero a medida que me hacía mayor y me enfrentaba al mundo
de los adultos, todo esto jugó en mi contra. Me metía en líos, coqueteaba con las
drogas y más tarde me volví adicto a prácticamente todo, compras, tecnología,
comida… Empecé a actuar desde el miedo y el miedo era el que guiaba mi
vida. Querer encajar en el grupo, el miedo a ser discriminado, el miedo a no tener
seguridad… No sé si os suena, pero ahora echo la vista atrás y veo mi falta de auto
estima y de integridad, se me hace tan evidente.
No cambio ni una coma de mi vida porque eso me ha llevado a ser la persona
que soy ahora, pero también os digo que los mejores momentos de mi vida han
sido cuando he observado mis pensamientos, mis emociones y mi piloto
automático. Esto me ha desvelado en que soy bueno, por donde suelo romper
cuando estoy mal, ir más allá de los síntomas y poder sacarme todo mi potencial,
pero sobre todo me ha hecho estar más en paz y vivir una vida más serena y es por
eso que merece la pena echar la vista dentro y empezar a eliminar toda la basura,
a limpiar nuestro mundo interior, para que luego sane nuestro mundo exterior.
Sigo pensando que es curioso que la única misión espiritual en este paso por aquí
sea despertar, y la gran mayoría pase por aquí sin prestarle una pizca de atención,
parece que hemos olvidado aquello que de niños era tan evidente.
Todo está dentro
Observar las sensaciones del cuerpo para darse cuenta que nos provoca esa
sensación de felicidad y bienestar.
En lo más profundo de nosotros hay una consciencia que no podemos engañar, que
sabe que algo sigue marchando mal a pesar de nuestras píldoras edulcoradas.
Desprendernos del ruido, de los parches y lo superfluo, es uno de los primeros
pasos para conocerse, para que nuestra parte más esencial aflore. Al principio
duele, es como entrar en nuestra propia casa y descubrir que ha estado mucho
tiempo sin habitar y está todo destrozado, huele a humedad y las paredes se caen.
Pero poco a poco vas sacando la basura y eso te da más espacio para conocer el
estado de las habitaciones; limpias, ordenadas y reparadas. Este proceso se puede
hacer tanto interiormente como exteriormente, las dos maneras te acercan a lo que
es esencial. Al haber menos ruido fuera, se hace más evidente el ruido interior y
viceversa. Este proceso hace que nuestra atención y foco vaya al cuerpo y luego a
lo que es inmutable e imperturbable, algo que no ha cambiado desde que vinimos
a este mundo. Vivir desde ahí es vivir desde el desapego, el amor y la felicidad.
Cuando lo experimentas y vives, la vida coge otra tez, ya sabes cómo volver a tu
centro, aunque eso no significa que no haya subidas y bajadas. El ego volverá y la
ansiedad, pero ya no te lo creerás, lo observarás con una sonrisa, porque sabrás
dónde está lo que de verdad importa.
¿Qué es el Minimalismo?
Hubo una corriente que empezó a plantearse que era esencial en su vida, y a
prescindir del resto. Cuando te das cuenta de que es esencial, que es
verdaderamente importante, el resto se cae. Cuando esto ocurre, te das cuenta que
con poco dinero puedes llevar una vida completamente feliz, incluso más que con
un empleo bien pagado. Esto pone en evidencia la importancia del tiempo y el
valor de la salud y la vida, de ahí que los minimalistas compren cosas que perduren
en el tiempo, de esta manera ahorras las idas y venidas de reparaciones o comprar
de nuevo.
Hace poco leía el libro de “hábitos atómicos” y había un apartado en el que
comentaba que si querías construir buenos hábitos era de vital importancia estar
en un entorno que te llevase a esa creación de nuevos patrones. Esto es exactamente
lo que consiste el orden y un entorno donde no tengas muchas distracciones.
Minimalismo es descubrir qué es esencial en nuestra vida y dónde colocarlo,
armoniza el hogar para que allí donde se dirija nuestra vista haya esa sensación de
relajación.
Tener menos cosas no es ser más minimalista, cada uno de nosotros debe
determinar cuál es la cantidad de objetos con los que considera que pueda vivir.
Yo tengo una cantidad de cámaras y de objetos que son esenciales para mi trabajo,
eso no significa que este fuera, al final estos estilos de vida surgen para ser más
feliz, para dar más sentido y propósito a nuestras vidas.
Simplificar nuestras vidas nos puede aportar muchos beneficios, el que es más
evidente es el de vivir todos los días de nuestra vida, no sé si os habéis pasado una
tarde entera charlando o días en los que vas a pasear sin hacer gran cosa. Si es
posible que no sea productivo, es posible incluso que el ritmo frenético nos diga
que somos gandules, pero si observas la magia, te das cuenta de que eso es la vida
y que es esencial.
Afirmaciones Positivas
Esto significa que es tan importante lo que nos sucede, como lo que pensamos
acerca de lo que nos sucede. Y aquí entraría el circulo de pensamientos negativos
o como nos hablamos a nosotros mismos. Es decir, si tenemos pensamientos
negativos acerca de nuestro trabajo, estás integrando esos pensamientos y esas
emociones en tu red neuronal. Y eso puede hacer que tu vida sea un constante
sufrimiento, que encarnes estados apáticos o estados de ánimo, sobre todo cuando
no somos conscientes de estos pensamientos. De esta manera podemos decir que
estamos controlados por nuestros pensamientos.
Pero ahora vienen las buenas noticias, podemos recuperar el control de nuestra
vida mental y de esta manera influir directamente en el cerebro. Si nuestro cerebro
cambia al tener una experiencia y nuestro cerebro no sabe distinguir entre lo real y
un pensamiento, podemos influir voluntariamente en nuestro cerebro para tener
emociones y pensamientos más constructivos, y que lleven nuestra vida al lugar
que queremos.
Nadie puede convencer a otro de que cambie, cada uno de nosotros custodia
una puerta de cambio que solo puede abrirse desde dentro. No podemos abrir
la puerta por otro, ni con argumentos ni con apelaciones emocionales, lo
mismo que nadie puede abrir esa puerta por nosotros, solo nosotros podemos
recorrer el camino, aunque duela.
En el templo de apolo en Delfos había una gran inscripción en la entrada que decía
“Conócete a ti mismo”, los viajeros acudían al templo para encontrar respuestas
a preguntas que siempre han atormentado al ser humano, pero la propia inscripción
ya apuntaba hacia una dirección. La respuesta está dentro, solo tienes que
conocerte a ti mismo.
Antes de empezar quiero decirte que todos y cada uno de nosotros somos un coctel
de nuestro esqueleto psicológico con el que nacemos, el ambiente en el que
crecemos, es decir lo que vemos, sentimos y como interpretamos lo que nos pasa,
nuestra herencia física, nuestros traumas y muchas más cosas.
De este coctel podemos extraer tres grandes áreas, una seria nuestra parte
psicológica, entender que tenemos un ego y una esencia y que la voz que hay
dentro de nuestra cabeza no somos nosotros. Comprender que cosas nos molestan,
nos preocupan, como nos comportamos, por que actuamos como actuamos y para
qué.
Otra es nuestra parte corporal, no todo el mundo tienes las mismas capacidades
ni ve la vida igual que nosotros. Hay personas que son más visuales, otras más
emocionales, sensitivas, mentales, viscerales… Entender que nos sienta bien para
relajarnos, que alimentos nos dan energía y que hábitos nos sirven para acercarnos
al ser.
La primera herida es la de
nacimiento, estar en la barriga de
nuestra madre es la unión. Allí no
había separación ni dualidad,
éramos uno con la vida y el
universo. Entonces nos arrancan
de esa sensación y nos ponen en
el mundo que conocemos
actualmente, donde necesitamos
sobrevivir, buscamos
protección, amor y afecto, y nos
dicen que tenemos que hacer en
cada momento para obtenerlo,
nos empiezan a condicionar (o
mejor dicho, nos dejamos
condicionar), asociamos las
emociones a actitudes y a cosas,
por como interpretamos ese mal
trago. De este acontecimiento
surge la culpa, el odio, la envidia,
la ira, la auto exigencia, la
moralidad…
Estamos identificados con el ego, con la máscara que nos hemos creado para no
sufrir, para encajar y que no hieran al ser vulnerable que somos, y eso nos lleva a
actuar, pensar y sentir de una manera determinada, lo cual hace que veamos el
mundo de una manera distorsionada, exacto, no vemos la realidad tal cual es y
encima creemos que nuestra manera de ver la vida es la única, pero vemos a
través de unas lentes que deforman la realidad, solo hay que entender cómo
funciona el ego para empezar a levantar la venda que nos impide ver y el
eneagrama es un mapa bastante bueno para desenmascarar al gran farsante, el
ego.
Una técnica que han recomendado todos los sabios a lo largo de la historia y en
este post veremos mucho es la observación, el observador observado o mirarnos
en tercera persona.
Observar tanto fuera como dentro de nosotros, sin ponerle ningunas etiquetas,
no hay nada bien ni mal, tan solo hay situaciones en las que podemos aprender.
El cuerpo también tiene una manera de comunicarse con nosotros, a través del
dolor y la enfermedad. La alimentación es la base del cuerpo. Nuestro estado
natural es de salud, energía vitalidad y equilibrio. Si no estamos en ese estado
o incluso enfermos, es que no estamos dando a nuestro templo el alimento idóneo,
y nuestro cuerpo nos lo está comunicando. Y lo mismo sucede con el deporte, la
relajación de nuestro sistema nervioso o las actividades para acercarnos al ser, la
esencia o la unidad, como queráis llamarlo.
No es que haya un orden, pero esta parte si que puede ser una consecuencia de
conocernos a un nivel mental y corporal.
Cuando llega esta parte es muy evidente y lo reconoces de seguida. Hay una
fuerza superior que te mueve hacer lo que haces y encuentras el porqué. Solamente
con esto, la vida te parece una aventura apasionante que disfrutas y amas. Quizás
nuestra parte espiritual tan solo sea que se nos desvela el porqué de nuestra
existencia.