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diálogos sobre democracia,

soberania popular e
direitos sociais

Cuba-Brasil
to
do
Ed

diálogo sobre democracia,


s

soberanía popular y
ito re
os

derechos sociales
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di

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diálogos sobre democracia,
soberania popular e
direitos sociais

Cuba-Brasil
to
do
Ed

diálogo sobre democracia,


s

soberanía popular y
ito re
os

derechos sociales
ra ito

vol. iii
di

D sr
'P es
lá e

[Orgs.]
ci rv

Lucas de Alvarenga Gontijo


do a

Marciano Seabra de Godoi

Mariana Ferreira Bicalho

Yazmín Bárbara Vázquez Orti

Yuri Pérez Martínez


d os
Belo Horizonte São Paulo
Av. Brasil, 1843, Av. Paulista, 2444,
Savassi, Belo Horizonte, MG 8º andar, cj 82
Tel.: 31 3261 2801 Bela Vista – São Paulo, SP
CEP 30140-007 CEP 01310-933
to

W W W. E D I TO R A D P L A C I D O. C O M . B R
Copyright © 2021, D’Plácido Editora.
Copyright © 2021, Os autores.
do
Ed

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s

sem a autorização prévia do Grupo D’Plácido.


ito re

Editor Chefe Plácido Arraes


os

Editor Tales Leon de Marco


ra ito

Produtora Editorial Bárbara Rodrigues


di

Capa, projeto gráfico Letícia Robini


Imagem por xxx
D sr

Diagramação Nathalia Torres


'P es
lá e
ci rv

Catalogação na Publicação (CIP)


do a
d

Bibliotecária responsável: Fernanda Gomes de Souza CRB-6/2472


os
SUMÁRIO
to
do
Ed
s

PRÓLOGO11
ito re
os

Los coordinadores
ra ito

PRÓLOGO15
di

Os coordenadores
D sr

1. DESINFORMACIÓN COMO ACCIÓN


'P es

ESTRATÉGICA DEL GOBIERNO


lá e

BOLSONARO EN LA AMAZONIA
BRASILEÑA  17
ci rv

Adriane Maria Arantes de Carvalho


do a

2. EL NEOCONSERVADURISMO
EN BRASIL: UNA PERSPECTIVA DE
MENTALIDADES E INFLUENCIAS TEÓRICAS 45
Alexandre Sugamosto e Silva

3. ENSAIAR A REVOLUÇÃO PELA


d

LITERATURA E POR MULHERES  65


os

Bernardo Gomes Barbosa Nogueira


Carolina Pereira Lins Mesquita
4. A ADVOCACIA CRIMINAL E
A ALMA REVOLUCIONÁRIA 79
Dório Henrique Ferreira Grossi
João Marcos Araújo Tomé
to

5. LA REFORMA CONSTITUCIONAL DE
do

2019 EN CUBA Y SU IMPACTO EN EL


Ed

DERECHO DEL TRABAJO 103


s

Guillermo Ferriol Molina


ito re
os

6. CONTRIBUIÇÕES DE PETR STUCKA


ra ito

SOBRE POSSIBILIDADES DE SUPERAÇÃO


di

DA FORMA JURÍDICA DA MERCADORIA 121


D sr

João Paulo de Faria Santos


'P es

7. ESTADOS UNIDOS:
lá e

IMPERIALISMO Y GEOPOLÍTICA
HEMISFÈRICA EN EL SIGLO XXI 159
ci rv

Jorge Hernández Martínez


do a

8. GLOBALIZACIÓN, PRESENTISMO
Y CORROSIÓN DE LA SOBERANÍA
POPULAR EN BRASIL 185
Juliana Neuenschwander Magalhães
d

9. EL REFERENDO A DEBATE  201


os

Lisandra Esquivel Cabezas


Yuri Pérez Martínez
10. FRAGILIDADES DAS DEMOCRACIAS
LIBERAIS SOB AS AMEAÇAS DO
FASCISMO ESTRUTURAL 257

Lucas de Alvarenga Gontijo


to

Mariana Ferreira Bicalho


do

11. AGOTAMIENTO LITERARIO X


Ed

RESISTENCIA POLÍTICA: COMO NO


s

HACER UN POEMA DE PROTESTA 291


ito re
os

Marcílio Godoi
ra ito

12. EL ASCENSO DE LA EXTREMA


di

DERECHA AL GOBIERNO DE BRASIL  305


D sr

Marcus Giraldes
'P es

13. C-2019: GARANTÍAS


lá e

CONSTITUCIONALES.
ci rv

COMENTARIOS PARA UN ANÁLISIS 325


do a

Martha Prieto Valdés


Amanda Prieto Valdés

14. A DIMENSÃO GEOPOLÍTICA DO


GOLPE DE 2016 NO BRASIL 341

Natacha Rena
d

Maira Ramirez
os

Danilo Barbosa
Henrique Porto
15. LA COMUNICACIÓN POLÍTICA EN
CUBA EN TIEMPOS DE COVID-19 389
Olga Rosa González Martín
Noel González García
to

16. EL PROCEDIMIENTO
ADMINISTRATIVO: GARANTÍA PARA
do

LA TUTELA DE LOS DERECHOS DE LOS


Ed

ADMINISTRADOS EN CUBA – NOTAS


s

PARA ANALIZAR 419


ito re
os

Orisell Richards Martínez


ra ito

17. POLÍTICA PÚBLICA DE SALUD DE


di

LA FAMILIA Y TRABAJO COMPARTIDO:


D sr

ENTRE LO GLOBAL Y LO LOCAL 433


'P es

Patrícia Pinto de Paula


lá e

18. TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN


Y EL DESAFÍO DE LA FORMACIÓN
ci rv

POLÍTICA JUVENIL 457


do a

Paulo Agostinho Nogueira Baptista

19. EDUCOMUNICACIÓN EN PROYECTOS


DE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA:
UNA CONTRIBUCIÓN PARA LA
FORMACIÓN CIUDADANA DE NIÑOS
d

Y ADOLESCENTES EN SITUACIÓN
os

DE RIESGO - LAS EXPERIENCIAS DE


RE SIGNIFICACIÓN A TRAVÉS DA
FOTOGRAFÍA EN LOS TALLERES NUEVAS
MIRADAS, NUESTROS LUGARES Y
CABELLO Y PODER 477
Sandra Maria de Freitas
Ana Gleicimara Vaz Martins
Ane Guimarães
to

Pedro Fernandino Ogando


do

20. LÍMITES DEL MODELO DE


Ed

DESARROLLO ACTUAL PARA UN


s

PROCESO DE DECOLONIALIDAD:
ito re

EXPERIENCIA DE PAÍSES DEL CONO


os

SUR - ARGENTINA Y BRASIL 501


ra ito

Tania Cristina Teixeira


di

21. REVOLUCIÓN EN LA IZQUIERDA


D sr

CATÓLICA BRASILEÑA 513


'P es

Wellington Teodoro da Silva


lá e

22. ESTADOS UNIDOS: POLARIZACIÓN


SOCIOECONÓMICA, CLASE CAPITALISTA
ci rv

E IMPERIALISMO EN EL SIGLO XXI 527


do a

Yazmín Bárbara Vázquez Ortiz

23. SOBERANÍA POPULAR COMO


SIGNIFICACIÓN SOCIAL POSITIVA:
REFLEXIONES PARA DEBATIR 557
Dr.Yuri Pérez Martínez
d os
dos
do a
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lá e
'P es
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Ed di
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do
to
PRÓLOGO
to
do
Ed
s

ito re
os

MÃOS DADAS
Não serei o poeta de um mundo caduco
ra ito

Também não cantarei o mundo futuro


di

Estou preso à vida e olho meus companheiros


Estão taciturnos mas nutrem grandes esperanças
D sr

Entre eles, considero a enorme realidade


O presente é tão grande, não nos afastemos
'P es

Não nos afastemos muito, vamos de mãos dadas


lá e

Não serei o cantor de uma mulher,


de uma história
ci rv

Não direi os suspiros ao anoitecer,


a paisagem vista da janela
do a

Não distribuirei entorpecentes


ou cartas de suicida
Não fugirei para as ilhas nem serei
raptado por serafins
O tempo é a minha matéria, o tempo
presente, os homens presentes
A vida presente.
d

Carlos Drummond de Andrade


os

La colección Diálogos Cuba-Brasil es el resultado de


una alianza académica virtuosa y consolidada entre la Uni-

11
versidad de La Habana y la Pontificia Universidad Católica
de Minas Gerais. Desde 2017, investigadores, docentes y
estudiantes cubanos y brasileños vienen realizando investi-
gaciones de manera conjunta y transdisciplinarias de manera
interactiva a través de seminarios sobre democracia, soberanía
popular, derechos sociales, imperialismo y geopolítica.
to

Las investigaciones sociales están determinadas por el


período histórico y el contexto social en el que se insertan:
do

son las contradicciones de la realidad las que develan la


Ed

necesidad de acciones científicas urgentes, estructuradas


s

desde el pensamiento crítico y dirigidas a solventar los


problemas más acuciantes de nuestras comunidades.
ito re
os

Los diálogos Cuba-Brasil son simultáneos al agrava-


miento de la crisis política y social impuesta por los avances
ra ito

neoliberales en los países capitalistas, sin embargo también


di

es el resultado de las subjetivaciones recién instauradas del


mundo globalizado, como la hegemonía del capitalismo
D sr

financiero, el enfrentamiento cultural, la fractura del rol


'P es

social de trabajo, el agravamiento de la polarización so-


cioeconómica entre clases sociales, el vaciamiento de los
lá e

espacios públicos y la expansión de las injusticias.


Este tercer volumen se publica en una coyuntura sor-
ci rv

prendente. Junto con las amenazas a las instituciones demo-


cráticas impulsadas por líderes y movimientos de extrema
do a

derecha, la inseguridad sobre el futuro de la civilización


global se ha intensificado por la pandemia infecciosa viral
Covid-19. Los síntomas estructurales de la globalización
capitalista, especialmente las desigualdades sociales, econó-
micas, políticas y la concentración del poder económico y
politico fueron retroalimentados por esta gran crisis sani-
taria, que evidencia la incapacidad del modelo capitalista
d

para propiciar la dignidad plena de los seres humanos y


os

con ella, la salvaguarda a los derechos sociales.


En este contexto, esta colección reflexiona sobre la
situación económica y política en disputa hoy y las nuevas

12
configuraciones económicas, ideológicas y jurídico-polí-
ticas del capital: desinformación, secuestro de la soberanía
popular, polarización socioeconómica, guerras mediáticas
y poderes paraestatales.
Precisamente el contenido de los ensayos y artículos
científicos del presente volumen tienen como objetivo
to

superar los desafíos actuales a través de políticas que ga-


ranticen la soberanía popular y el desarrollo sociocultural
do

de los más vulnerables, de los históricamente excluidos,


Ed

optando por vías inclusivas y participativas. Con este fin, los


s

autores revisitan las prácticas revolucionarias del pasado y el


presente. Parafraseando a Carlos Drummond de Andrade,
ito re
os

el tiempo presente, los hombres presentes, la vida presente


son asunto de quienes están comprometidos con la dig-
ra ito

nidad humana, los derechos sociales y la democracia. Esta


di

obra es una invitación a quienes quieran estar de la mano


en un mundo que insiste en desmantelar la solidaridad, la
D sr

alteridad y el compromiso con la justicia.


'P es

Nuestro propósito insistir una vez más en que un


mundo mejor, alternativo al capitalismo es posible.
lá e

La Habana-Minas Gerais,
ci rv

Los coordinadores
do a
d os

13
dos
do a
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lá e
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D sr
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ito re
Ed di
os
s
do
to
PRÓLOGO
to
do
Ed
s

A coleção Diálogos Cuba-Brasil é resultado de uma


ito re
os

aliança acadêmica virtuosa e consolidada entre a Universida-


de de Havana e a Pontifícia Universidade Católica de Minas
ra ito

Gerais. Desde 2017, pesquisadores, docentes e discentes


di

dos cursos de mestrado e doutorado cubanos e brasileiros


realizam pesquisas conjuntas e transdisciplinares de forma
D sr

interativa por meio de seminários sobre democracia, sobe-


'P es

rania popular, direitos sociais, imperialismo e geopolítica.


A pesquisa social é determinada pelo período histórico
lá e

e pelo contexto social em que está inserida: são as con-


tradições da realidade que revelam a necessidade de ações
ci rv

científicas urgentes, estruturadas a partir do pensamento


crítico e voltadas para a solução dos problemas mais ur-
do a

gentes da vida comunitária.


Os diálogos Cuba-Brasil são simultâneos ao agra-
vamento da crise política e social imposta pelos avanços
neoliberais nos países capitalistas, mas também é resultado
das novas subjetivações do mundo globalizado, como a
hegemonia do capitalismo financeiro, o confronto cultural,
a fratura do papel social do trabalho, o agravamento da
d

polarização socioeconômica entre as classes sociais, o esva-


os

ziamento dos espaços públicos e a expansão das injustiças.


Este terceiro volume é publicado em um momento
surpreendente. Junto com as ameaças às instituições demo-

15
cráticas conduzidas por líderes e movimentos de extrema
direita, a insegurança sobre o futuro da civilização global foi
intensificada pela pandemia viral infecciosa Covid-19. Os
sintomas estruturais da globalização capitalista, sobretudo as
desigualdades sociais, econômicas, políticas e a concentração
do poder econômico e político foram retroalimentados por
to

esta grande crise de saúde, que mostra a incapacidade do


modelo capitalista de promover a plena dignidade do ser
do

humano, assim como de proteger os direitos sociais.


Ed

Neste contexto, esta coleção reflete sobre a situação


s

econômica e política em disputa hoje e as novas configura-


ções econômicas, ideológicas e jurídico-políticas do capital:
ito re
os

desinformação, sequestro de soberania popular, polarização


socioeconômica, guerras hibridas e poderes paraestatais.
ra ito

Justamente o conteúdo dos ensaios e artigos cien-


di

tíficos deste volume visa superar os desafios atuais por


meio de políticas que garantam a soberania popular e o
D sr

desenvolvimento sociocultural dos mais vulneráveis, dos


'P es

historicamente excluídos, optando por caminhos inclusivos


e participativos. Para tanto, os autores revisitam as práticas
lá e

revolucionárias do passado e do presente. Parafraseando


Carlos Drummond de Andrade, o tempo presente, os ho-
ci rv

mens presentes, a vida presente são assunto daqueles que


estão comprometidos com a dignidade humana, os direitos
do a

sociais e a democracia. Esta obra é um convite a quem quer


estar de mãos dadas num mundo que insiste em desmantelar
a solidariedade, a alteridade e o compromisso com a justiça.
Nosso propósito é insistir mais uma vez que um mun-
do melhor, uma alternativa ao capitalismo, é possível.

Havana-Minas Gerais,
d

Os coordenadores
os

16
DESINFORMACIÓN COMO
ACCIÓN ESTRATÉGICA DEL
GOBIERNO BOLSONARO EN
LA AMAZONIA BRASILEÑA 1
to
do
Ed
s

Adriane Maria Arantes de Carvalho1


ito re
os

1. INTRODUCCIÓN
ra ito

La deforestación y los incendios en la parte brasileña


di

de la floresta amazónico (Amazonia Legal) ha ocupa-


D sr

do espacio en los medios de comunicación brasileños y


internacionales en los meses de agosto y septiembre de
'P es

2019. A lo largo de ese periodo se observa claramente la


tentativa del gobierno brasileño en minimizar el impacto
lá e

y de negar su responsabilidad por medio de acciones de


desinformación. El caso más visible fue la polémica creada
ci rv

alrededor de la divulgación de datos relativos al aumento


do a

de 88% de deforestación ocurrido en la región, en junio


de 2019 en relación a junio de 2018, y divulgados por el
Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE)2
(MORENO, 2019; SPRING, 2019).

1
Doctora y Máster en Ciencia de la Información por la UFMG. Gra-
duada en Economía y Administración por la PUC Minas. Profesora
del Departamento de Administración de la PUC Minas. Correo elec-
d

trónico: adriane.arantescarvalho@gmail.com.Traducción al español:


Juan Ferrari Rizzo. Correo electrónico: frizzobh@yahoo.com
os

2
El INPE es el órgano vinculado al Ministerio de Ciencia,Tecnología,
Innovaciones y Comunicaciones que realiza el mapeo sistemático
de la Amazonia Legal y elabora desde 1988 las tasas anuales de de-

17
Esos datos fueron públicamente impugnados por el
presidente Jair Bolsonaro, representante de la extrema de-
recha brasileña, que alegó que los datos eran mentirosos
y que el “presidente del instituto, Ricardo Galvão, parecía
ser ‘alguien vinculado a alguna ONG (organización no
gubernamental)” (MAZIEIRO, 2019). Se destaca que el
to

cuestionamiento hecho no divulgó datos que pudiesen


substituir los presentados por el INPE y tampoco se aclaró
do

la denuncia hecha en relación a la participación de alguna


Ed

ONG (MAZIEIRO, 2019).


s

El director del INPE defendió la metodología y los


ito re

sistemas utilizados en el monitoreo de la deforestación


os

(FOLHA DE SÃO PAULO, 2019a). Siete importantes


sociedades científicas3 enviaron una carta al Presidente de
ra ito

la República defendiendo el monitoreo de la deforestación


di

hecho por el INPE, la metodología adoptada, destacando


D sr

la relevancia internacional del Instituto. (ACADEMIA


BRASILEIRA DE CIÊNCIAS, 2019a), así como también
'P es

lo hicieron algunas otras instituciones - tales como el pro-


grama de Pos Graduación e Investigación de Ingeniería de
lá e

la Universidad Federal de Río de Janeiro (Coppe / UFRJ),


la Academia de Ciencias del Estado de São Paulo (Aciesp),
ci rv
do a

forestación en la región. Utiliza tres programas de monitoreo de la


deforestación, lo que permite el monitoreo por medio de imágenes
de la destrucción de la floresta. (INSTITUTO NACIONAL DE
PESQUISAS ESPACIAIS, 2019).
3
Academia Brasileña de Ciencias (ABC), Asociación Nacional de
los Dirigentes de las Instituciones Federales de Enseñanza Superior
(ANDIFES), Consejo Nacional de las Fundaciones de Apoyo a las
Instituciones de Enseñanza Superior y de Investigación Científica
y Tecnológica (CONFIES), Consejo Nacional de las Fundaciones
d

Estaduales de Amparo a la Investigación (CONFAP), Consejo


os

Nacional de las Instituciones de la Red Federal de Educación


Profesional, Científica y Tecnológica (CONIF), Red Brasileña
de Ciudades Inteligentes y Humanas, Sociedad Brasileña para el
Progreso de la Ciencia (SBPC)

18
entre otras - y personas destacadas de la ciencia (ACADE-
MIA BRASILEIRA DE CIÊNCIAS, 2019c, 2019d).
Por otro lado, también hubo manifestaciones de
apoyo a las declaraciones del presidente por parte de
otros ministros de Estado. El ministro-jefe del Gabinete
de Seguridad Institucional (GSI), el general de la reserva
to

Augusto Heleno Ribeiro Pereira, afirmó que los índices


de deforestación en la Amazonia son “manipulados”,
do

al ser cuestionado sobre la creciente preocupación in-


Ed

ternacional sobre la política ambiental del gobierno de


s

Jair Bolsonaro (CARMO, 2019). El ministro de Medio


Ambiente, Ricardo Salles, inicialmente afirmó que los
ito re
os

datos sobre la deforestación eran falsos o eran “interpre-


taciones sensacionalistas” (CALGARO, 2019; ESTADÃO
ra ito

CONTEÚDO, 2019a), y posteriormente cuestionó la


di

metodología adoptada en el sistema Deter, que elabora


el levantamiento rápido de alertas de evidencias de alte-
D sr

ración de la cobertura forestal de la floresta amazónica


'P es

(KAFRUNI; COSTA, 2019). El Ministro de Ciencia y


Tecnología, Marcos Pontes, responsable por la pasta a
lá e

la cual se encuentra subordinado el INPE, inicialmente


asumió la posición del Presidente (LELLIS, 2019) pero,
ci rv

posteriormente, en audiencia pública en la Cámara de


Diputados, afirmó que los datos no estaban incorrectos
do a

y que “necesitaban de mejorías a partir de un sistema


más actual” (O TEMPO, 2019). Esa posición también fue
adoptada por la diputada federal y Ministra de Agricul-
tura, Ganadería y Abastecimiento,Tereza Cristina Corrêa
da Costa Dias, que afirmó que los datos necesitaban ser
mejor trabajados (ESTADÃO CONTEÚDO, 2019b).
El resultado inmediato del conflicto fue la exoneración
d

del Director del INPE y la nominación de un oficial de la


os

Fuerza Aérea como director interino. Sin embargo, la cues-


tión de la deforestación no se encerró con la substitución
del director, ya que, posteriormente, una onda de incen-

19
dios en la Amazonia Legal ganó destaque en el escenario
nacional, con repercusiones internacionales.
Pero, ¿qué es lo que el conflicto en torno a los datos
del INPE coloca en discusión? ¿Qué está por detrás de la
tentativa de evadir / omitir / descalificar los datos oficiales
del INPE sobre la deforestación de la Amazonia brasileña?
to

¿Cuál es la intención del gobierno brasileño al utilizar la


desinformación al tratar la cuestión ambiental?
do

Debe destacarse que la utilización del término


Ed

desinformación (disinformation) sirve para designar una


s

información falsa que se comunica deliberadamente


porque, al engañar o confundir, tiene objetivos políti-
ito re
os

cos (BENNETT; LIVINGSTON, 2018). Es importante


destacar sus objetivos políticos para diferenciarla de
ra ito

otros tipos de informaciones falsas (misinformation) o


di

fake news, que tienden a encuadrar el problema como


aislados incidentes de falsedad o confusión (BENNETT;
D sr

LIVINGSTON, 2018).
'P es

Mucho se ha discutido sobre el uso de la desinfor-


mación en el escenario político brasileño e internacional,
lá e

especialmente, aunque no exclusivamente, por la extrema


derecha. En Brasil, durante la campaña a la presidencia de
ci rv

la república, surgieron varias denuncias de financiamiento


ilegal de la acción de robots para la divulgación de desin-
do a

formaciones en las redes sociales, como Twitter, FaceBook


y WhatsApp. Después de la toma de posesión de Bolsonaro,
el volumen de desinformaciones y de desmentidos oficiales
se ha convertido en una constante.
El caso del INPE permite investigar cómo el gobier-
no brasileño ha usado la desinformación para promover
una ruptura en la política ambiental brasileña. Se parte del
d

presupuesto de que la formulación y ejecución de una


os

política pública requiere de una política de información o


un régimen de información que la sustente. Un régimen
de información puede ser conceptuado como:

20
el modo de producción informacional domi-
nante en una formación social, el cual define
quiénes son los sujetos, las organizaciones, las
reglas y las autoridades informacionales y cuáles
son los medios y recursos preferenciales de infor-
mación, los patrones de excelencia y los modelos
de su organización, interacción y distribución
to

vigentes en cierto tiempo, lugar y circunstancia,


según ciertas posibilidades culturales y ciertas
do

relaciones de poder. (GONZÁLEZ DE GÓ-


Ed

MEZ, 2012, p. 43).


s

El concepto permite expresar las relaciones existentes


ito re

entre política, poder e información (GONZÁLEZ DE


os

GÓMEZ, 2012). De esta forma, con una exposición de


carácter descriptivo elaborada a partir de la literatura es-
ra ito

pecializada sobre el tema, se pretende mostrar cómo esos


di

fenómenos se encuadran en la estrategia de reconfigura-


D sr

ción del régimen de información ambiental de la extrema


derecha brasileña en Brasil.
'P es

2. INFORMACIÓN FALSA
lá e

(MISINFORMATION) Y
DESINFORMACIÓN (DISINFORMATION)
ci rv

En la literatura existen diferentes conceptos y enfoques


do a

del término información. Para Capurro y Hjorland (2003)


el uso del término información en el campo de la Ciencia
de la Información debería remitir al entendimiento de que
información es lo que es informativo para una determinada
persona, lo que depende de las necesidades interpretativas
y habilidades del individuo, y es también compartido con
los miembros de una comunidad de discusión. Así, la in-
d

formación estaría asociada al acto de informar.


os

Sin embargo, “las formas de creación, procesamiento,


flujo y uso de la información son modelados por divisiones
de clase socioeconómicas y políticas que, a la vez, las repro-

21
ducen” (BRAMAN, 1989, p.233). La información puede
ser considerada como fuerza constitutiva de la sociedad,
asumiendo un papel activo como agente transformador que
afecta y modela el ambiente (BRAMAN, 1989). La autora
atribuye a la información un poder intrínseco, pues ella no
está solo insertada en una estructura social, sino que la crea.
to

Capurro (1991) considera importante el “reconoci-


miento del vínculo entre información y desinformación
do

como una dimensión existencial, es decir, como una manera


Ed

humana específica de compartir con otros la abertura al


s

mundo”. Una forma de diferenciar los conceptos de in-


formación falsa (misinformation) y desinformación (disinfor-
ito re
os

mation) remite a la evaluación de las dimensiones de daño


y falsedad (WARDLE, citada por SANTANA, SIMEÃO,
ra ito

BRANDÃO, 2018).
di

El concepto de misinformation se utiliza cuando se


comparten informaciones falsas, pero que no producen
D sr

daños significativos. Por su parte, la desinformación se


'P es

refiere a las informaciones falsas que se comparten cons-


cientemente con la intención de provocar daños. De esta
lá e

forma, el concepto de misinformation está asociado a una


acción no intencional y el de desinformación a una acción
ci rv

intencional que tiene por objetivo alcanzar un propósito


(WARDLE, citada por SANTANA, SIMEÃO, BRAN-
do a

DÃO, 2018; FETZER, 2004; BELLUZZO, 2005; STAHL,


2006; FALLIS, 2009; KERR PINHEIRO; BRITO, 2014;
BENNETT; LIVINGSTONE, 2018). Entonces, la desin-
formación puede ser descrita como “información falsa (mi-
sinformation) con actitud” (FETZER, 2004, p.231).También
pode ser entendida como “información descontextualizada,
fragmentada, manipulada, retirada de su historicidad, ten-
d

denciosa, que oculta la realidad, que distorsiona, substrae,


os

rotula o confunde (BRISOLA; BEZERRA, 2018).


Stahl (2006) destaca que se la información ayuda a
emancipar, mientras que la misinformation la desinformación

22
aliena y destituye los poderes de las personas. De esta forma,
aquel que disemina una desinformación muestra una falta
de respeto por los demás, ya que no está interactuando en el
modo comunicativo, sino en aquello que Habermas define
como modo estratégico en el que los otros son usados como
medio para los fines de aquel que habla (STAHL, 2006).
to

Para Belluzzo, la desinformación “golpea al ser huma-


no en su mayor propiedad: a racionalidad” (BELLUZZO,
do

2005, p.37). En este sentido, “el aspecto subjetivo de la


Ed

acción de engañar a otros forma parte determinante del


s

concepto. No existe desinformación sin la intención de


aquel que desinforma, así como del objeto de la acción, el
ito re
os

desinformado” (KERR PINHEIRO; BRITO, 2014, p.3).


Brisola y Bezerra (2018) destacan que el lenguaje es un
ra ito

importante elemento de la desinformación, ya que se utiliza


di

para “dar apariencia de información a la opinión, sugiriendo


distanciamiento y neutralidad, cuando realmente lleva con-
D sr

sigo participación y parcialidad” (BRISOLA; BEZERRA,


'P es

2018, p.322). Las nuevas tecnologías facilitan la creación y


diseminación de la desinformación, sea por medio de los
lá e

sitios, de las imágenes y vídeos manipulados o por medio


de la acción de robots y de otros recursos y herramientas
ci rv

de la propaganda computacional. Al comentar el concepto


de desinformación utilizado por el Facebook,Weedon et al
do a

(2017), citados por Bennett y Livingstone (2018), alertan


sobre el hecho de que la desinformación puede incluir
noticias falsas o utilizar métodos más sutiles, como falsas
citas o historias imprecisas para intermediarios inocentes,
o ampliar conscientemente informaciones tendenciosas
o engañosas. Eso pode incluir esfuerzos coordinados de
cuentas reales y falsas para alcanzar públicos específicos.
d

El uso de la desinformación no es algo nuevo y puede


os

incluir publicidad engañosa (en los negocios y en la polí-


tica), propaganda gubernamental, fotografías, documentos
y mapas falsos. (FALLIS, 2015).También pode encontrarse

23
en libros de historia, comics o en periódicos de gran cir-
culación (BRISOLA; BEZERRA, 2018).
Fallis (2009) alerta que la desinformación es fre-
cuentemente el resultado de un plan cuidadosamente
planeado y un engaño técnicamente sofisticado. Pero
recientemente se destacaron los casos de micro segmen-
to

tación ilegal ocurrida en el Facebook relacionados con


la votación del Brexit en el Reino Unido, con la partici-
do

pación de la empresa Cambridge Analytics, y la elección


Ed

de Donald Trump en los Estados Unidos (BENNETT;


s

LIVINGSTONE, 2018; BRADSHAW; HOWARD, 2019;


BRISOLA; BEZERRA, 2018).
ito re
os

3. EL ORDEN DE LA DESINFORMACIÓN
ra ito

El estudio “The Global Disinformation Order”, realizado


di

por investigadores de la Universidad de Oxford, analiza las


D sr

tendencias de la propaganda computacional realizada por


gobiernos y partidos políticos en los últimos tres años. Los
'P es

autores llaman de tropas cibernéticas a los actores guber-


namentales o partidos políticos encargados de manipular
lá e

la opinión pública online por medio de estrategias, herra-


mientas y técnicas de propaganda computacional, inclu-
ci rv

yendo “el uso de “bots4 políticos” para amplificar discursos


do a

de odio u otras formas de contenido manipulado, [...] un


ejército de trolls5 para intimidar o asediar disidentes políticos
o periodistas online”, entre otros recursos (BRADSHAW;
HOWARD, 2019, p.1).
En los 70 países pesquisados se encontraron en los me-
dios de comunicación sociales evidencias de manipulación
organizada por lo menos en un partido político u órgano
d

4
Bots son robots, o programas de computación, que realizan proce-
os

dimientos repetitivos y automatizados en la internet


5
Trolls son personas que tienen la intención de provocar a los miem-
bros de una comunidad por medio de mensajes controvertidos

24
gubernamental. Esa manipulación tiene como objetivo
“moldear actitudes públicas internamente” (BRADSHAW;
HOWARD, 2019, p.2). Los autores identificaron que la
propaganda computacional ha sido utilizada para suprimir
derechos humanos fundamentales, desacreditar a la oposi-
ción política y esconder disensiones políticas. De acuerdo
to

con el estudio, el Facebook continúa siendo la principal


red social de desinformación
do

En el caso de Brasil, se destaca el uso de campañas


Ed

de partidos políticos en el WhatsApp en la campaña


s

electoral de 2018 que diseminaron o ampliaron la des-


información en las redes sociales. Eso ocurrió con la
ito re
os

colaboración entre partidos políticos, empresas privadas,


ciudadanos e influenciadores y con el uso de tácticas
ra ito

de apoyo, ataques a opositores, distracción sobre temas


di

importantes, fomento de divisiones y supresión de puntos


de vista divergentes (BRADSHAW; HOWARD, 2019).
D sr

Como plantean Caldas y Caldas (2019), “tales fenóme-


'P es

nos son inevitables cuando se piensa en los regímenes


democráticos y los procesos electorales en la actualidad”
lá e

(CALDAS; CALDAS, 2019, p.198). El WhatsApp recono-


ció que hubo actuación de empresas en el envío macizo
ci rv

de mensajes con la utilización de sistemas automatizados


en las elecciones de 2018, lo que incumple la legislación
do a

brasileña y pone genera dudas sobre los resultados de las


elecciones (MELLO, 2019).
El estudio clasifica al país en un nivel de capacidad
de manipulación “medio” — el segundo más alto – lo
que significa reconocer que tiene equipos de capacidad
media que coordinan diversos actores y utilizan una
amplia variedad de herramientas y estrategias para la
d

manipulación de le los medios de comunicación social.


os

El estudio también señala que robots y humanos contro-


lan cuentas falsas con objetivos políticos. (BRADSHAW;
HOWARD, 2019).

25
Bennett y Livingstone (2018) alertan acerca de que

la desinformación es una invitación a la bús-


queda de interrupciones más sistemáticas de los
flujos de informaciones oficiales relacionados
con errores estratégicos que pueden parecer
muy creíbles para quien los usa. Resolver esos
to

problemas requiere más de que solo verificar


hechos y aclarar las cosas y remite a problemas
do

más profundos de reparación de instituciones


Ed

políticas y valores democráticos (BENNETT;


LIVINGSTONE, 2018, p.124).
s

ito re

Los autores examinan los elementos que definen el


os

orden de desinformación emergente que apoya el crecimiento


ra ito

de la derecha radical. El primer elemento sería el uso es-


tratégico de las campañas de desinformación por partidos
di

y políticos que pretenden obtener ganancias electorales


D sr

creando sistemas de información alternativos que bloquean


a la prensa tradicional (mainstream press) y presenta seguido-
'P es

res con creencias emocionalmente satisfactorias en torno


lá e

de las cuales ellos pueden organizarse. Las redes de infor-


mación de la extrema derecha (alt-right) tienen diferentes
ci rv

formas de operar en cada país, ora aglutinadas en torno a


partidos políticos, ora por medio de sitios y redes sociales,
do a

como el Facebook (BENNETT; LIVINGSTONE, 2018).


Otro elemento se refiere a agentes y gobiernos ex-
tranjeros que tienen como blanco procesos, partidos y
políticos de un país por medio de una forma creciente de
guerra de información estratégica (guerra híbrida). Eso se
puede ejemplificar con el caso del uso de bots, fábricas de
trolls y hackers por los rusos para influenciar procesos elec-
d

torales, comunicaciones legislativas y discusiones públicas


os

en el Reino Unido, Alemania, Holanda, Noruega, Suecia


y Estados Unidos (BENNETT; LIVINGSTONE, 2018).
Según los autores, la amplia circulación de muchas de esas

26
desinformaciones se debe a su circulación en redes sociales,
lo que les permite llegar a grandes audiencias nacionales e
internacionales. Se tienen así las llamadas operaciones de
información, que serían “acciones tomadas por gobiernos
o actores no estatales para distorsionar políticas nacionales
o extranjeras, la mayoría de las veces para llegar a un resul-
to

tado estratégico o geopolítico” (WEEDON et al., citados


por BENNETT; LIVINGSTONE, 2018).
do

Bennett y Livingstone (2018) plantean la preocupa-


Ed

ción por prestar más atención a la forma como los movi-


mientos de desinformación y otros procesos disruptivos se
s

encajan en órdenes de desinformación mayores.


ito re
os

¿Como ese orden de desinformación puede impactar


la construcción e implementación de políticas públicas?
ra ito

¿Tendría el poder de reconfigurar regímenes de informa-


di

ción ya establecidos?
D sr

4. RÉGIMEN DE INFORMACIÓN
'P es

Según Frohmann (1995), muchos teóricos limitan


el estudio de las políticas de información a las cuestiones
lá e

relativas a la elaboración, organización y diseminación de


informaciones técnicas y científicas y una consecuencia
ci rv

de eso es la obstrucción de la percepción de las relaciones


entre información y poder (FROHMANN, 1995).
do a

Frohmann introduce el concepto de régimen de in-


formación, que según él “es cualquier sistema o red más o
menos estable en el que las informaciones fluyen a través
de determinados canales y creadores, vía estructuras or-
ganizacionales específicas, para consumidores específicos”
y sugiere que su descripción incluye elementos natura-
les, elementos sociales y elementos discursivos (FROH-
d

MANN,1995, p. 1).
os

Como el poder se ejerce en y a través de las relaciones


sociales mediadas por la información, el dominio de la
información se ejerce y se mantiene por grupos específi-

27
cos con formas propias de dominación. El poder se ejerce
a través de la información. Así, las cuestiones relativas al
poder no se pueden disociar de la discusión sobre política
de información.
Braman (2004) propone el concepto de régimen
global emergente de información y define política de
to

información como “cualquier tipo de ley, regulación,


principio político o programa que trate de cualquier
do

colecta, procesamiento, flujo y uso de la información”


Ed

(BRAMAN, 2009). A partir de los teóricos del área de


s

relaciones internacionales sobre la Teoría del Régimen, la


autora considera que un régimen contiene tres elementos:
ito re
os

el gobierno, con instituciones formales, reglas, normas,


prácticas e historias de entidades geopolíticas; la gober-
ra ito

nanza, que se refiere a instituciones formales e informales,


di

reglas, acuerdos y prácticas (acciones y comportamientos)


de actores estatales y no estatales con efecto constituti-
D sr

vo en la sociedad; y la gobernabilidad, que consiste en


'P es

el contexto social y cultural en el cual emergen y son


sustentados modelos de gobernanza. Es ese conjunto de
lá e

elementos y sus acuerdos y procedimientos que van a


configurar un régimen específico (BRAMAN, 2004).
ci rv

A través de la Teoría del Régimen fue posible incor-


porar conflicto y cooperación en un cuadro teórico de
do a

análisis de la estructura de poder global (BRAMAN, 2004).


A pesar de las críticas existentes a la teoría del régimen,
debe decirse que, desde su origen, la teoría del régimen
ha dado atención a los procesos informales y a los aspectos
culturales de la gobernabilidad y “en este sentido, facilita la
transición para el análisis de lo global más de que la toma
de decisión internacional” (BRAMAN, 2004, p.28).
d

El concepto de régimen se presenta como una forma


os

de entender el lugar de la información en las dinámicas


organizacionales y sociales ante la nueva centralidad y las
especificidades del trabajo inmaterial. En vez de ejercer

28
el control de los comportamientos humanos a través del
controle del mundo material por la fuerza física (poder
instrumental), por el modelado de instituciones, reglas
y procesos (poder estructural), de los mundos material,
social y simbólico, por la configuración de creencias, per-
cepciones, imágenes y ideas (poder simbólico), el poder
to

informacional controla los comportamientos humanos


por la manipulación de las bases informacionales de los
do

poderes instrumental, estructural y simbólico y hace


Ed

posible el uso de nuevas herramientas para el ejercicio


s

del poder (BRAMAN, 2004; 2009). Para Braman, el ré-


gimen de información es global porque incluye actores
ito re
os

estatales y no estatales. Y es emergente porque lida con


temas contemporáneos que incluyen tensiones y conflictos
ra ito

(BRAMAN, 2009).
di

Para González de Gómez (2007), el concepto de


régimen de información es el resultado de una configura-
D sr

ción en red de elementos heterogéneos (grupos, prácticas,


'P es

intereses, discursos, instrumentos, artefactos científicos y


tecnológicos) sometidos a dinámicas de armonización y
lá e

de conflicto. La rede sería una instancia de estabilización


(GONZÁLEZ DE GÓMEZ, 2007). El concepto de régi-
ci rv

men de información abarca un complejo de relaciones de


fuerza y de poder que pueden confrontarse, ajustarse, así
do a

como construir alianzas (WILKE; JARDIM, 2006).


Describir un régimen de información significa repre-
sentar / mapear el proceso que resulta en una tentativa de
estabilización de conflictos entre grupos sociales, intereses,
discursos y también artefactos científicos y tecnológicos
(FROHMANN, 1995) o, como afirma González de Gó-
mez (1999), un régimen de información no tiene trans-
d

parencia inmediata porque en él hay “conflictos, deseos


os

plurales y efectos no deseados”. El concepto de régimen


de información, así como el de régimen, no son fáciles
de ser operados.

29
5. LA DESINFORMACIÓN EN LA
RECONFIGURACIÓN DO RÉGIMEN DE
INFORMACIÓN AMBIENTAL
Si “los regímenes establecen las reglas del juego”
(BREITMEIER.; YOUNG; ZÜRN, 2006, p.3), ¿pode-
to

mos considerar que las acciones de desinformación son una


estrategia para alterar esas reglas? Al analizar la actuación
do

de las redes de información da extrema derecha (alt-right)


Ed

en los Estados Unidos y en Europa, Bennett y Livingstone


alertan sobre el hecho de que “cuando movimientos y
s

partidos radicales aumentan su poder, la desinformación


ito re
os

y las noticias falsas se convierten en una de las estrategias


de comunicación que permiten atacar y desestabilizar los
ra ito

oponentes y establecer nuevos modos de gobernanza ultra


di

liberales (iliberal) (BENNETT; LIVINGSTONE, 2018,


p.135). El establecimiento de nuevos modos de gobernan-
D sr

za afectaría de forma significativa la configuración de un


régimen de información por provocar conflictos y deses-
'P es

tabilizar la configuración de los elementos heterogéneos


lá e

que se encuentran articulados en red.


El hecho en sí primeramente retrata la tentativa de
ci rv

descalificar el tratamiento científico de los datos sobre la


deforestación, promoviendo el descrédito de los sistemas y
do a

metodologías utilizados por el INPE. El ataque a la ciencia


y a la investigación han sido una constante en el gobierno
Bolsonaro por medio del corte de verbas y recursos y de
una descalificación / desconsideración del impacto social,
técnico y económico de los resultados de la investigación
en general. En el caso del INPE, la tentativa de su des-
crédito provocó una reacción en la comunidad técnica y
d

científica que públicamente defendió al Instituto y los datos


os

elaborados por él y puso de manifiesto el reconocimiento


nacional e internacional de las actividades desarrolladas
por esa institución.

30
Este hecho también revela la intención de descalificar
posiciones que se muestren contrarias a las del gobierno y
de culpar / atacar a otros grupos o segmentos de la sociedad
que mantengan una posición diferente a la del gobierno.
El pronunciamiento de Bolsonaro de que el INPE estaría
trabajando bajo la influencia de alguna ONG, hecho que no
to

fue comprobado o evidenciado en momento alguno, pone


de manifiesto más una desinformación con la intención de
do

difamar el trabajo del Instituto, de descalificar sus datos y de


Ed

eximir al gobierno de su responsabilidad en la prevención


s

de la deforestación. Eso también se puede comprobar en


un discurso del Presidente cuando afirmó que “si se sumara
ito re
os

la deforestación de los últimos 10 años de que hablan, la


Amazonia ya se acabó. Eu entiendo la necesidad de pre-
ra ito

servar, pero la psicosis ambiental dejó de existir conmigo.”


di

(BOLSONARO, citado por ACADEMIA BRASILEIRA


DE CIÊNCIAS, 2019b). Para él, los alertas relacionados con
D sr

la deforestación representarían no una ausencia de acciones


'P es

del gobierno para evitarlas, sino que serían el resultado de


una “psicosis” o preocupación exagerada con este hecho.
lá e

También se puede apreciar la intención de interferir


en la transparencia y en la divulgación de los datos guber-
ci rv

namentales. En esa ocasión, el Presidente defendió que


los servidores del INPE debieron comunicar al ministro
do a

de Medio Ambiente aquel número alarmante antes de


divulgar los datos públicamente (ESTADÃO CONTEÚ-
DO, 2019a). Como afirma Jardim (1999), el acceso a la
información gubernamental en Estados democráticos se
traduce en las nociones de transparencia administrativa y
derecho a la información. La transparencia administrativa es
uno de los requisitos de control de la sociedad civil sobre
d

el Estado. En contraposición al concepto de transparencia


os

está el concepto de opacidad del Estado, pero los conceptos


“no representan una simple relación de exclusión: existen
grados entre ambos” (JARDIM, 1999, p.51).

31
El derecho a la información gubernamental permi-
te que el ciudadano se oponga a la administración. La
intención de controlar los datos que van a ser publica-
dos interfiere en el derecho al acceso a la información,
elemento fundamental para a participación democrática.
Jardim (1999) destaca eso cuando compara los con-
to

ceptos de transparencia informacional y de opacidad


informacional del Estado. Según el autor, transparencia
do

informacional es
Ed

un territorio en el que confluyen prácticas in-


s

formacionales de la sociedad civil y del Estado.


ito re

Territorio “relacional”, por su parte, está cons-


os

truido y demarcado por esas mismas prácticas de


gestión y uso social de la información guberna-
ra ito

mental.Territorio que, por diversos mecanismos,


di

favorece la interacción informacional (como


práctica socialmente emancipadora/transforma-
D sr

dora) de dos instancias: la de los diversos agentes


del aparato de Estado y la del ciudadano-inclui-
'P es

do (JARDIM, 1999, p.72).


lá e

Mientras que la opacidad informacional do Estado


ci rv

es un territorio no menos relacional. Sin em-


bargo, los elementos que caracterizan este te-
do a

rritorio son la ausencia (total o casi total) de


interacción informacional que incluye el apa-
rato del Estado (por medio de sus agentes) y la
sociedad civil, en la que la masa de excluidos
supera grandemente la de ciudadanos-inclui-
dos. La opacidad informacional favorece la
(re)producción de un monopolio informacio-
nal opacado y, por eso, que instrumentaliza la
d

hegemonía. Como tal, la opacidad informa-


cional constituye un territorio estratégico en
os

la producción de hegemonía y de exclusión


(inclusive informacional) de clases sociales no
dominantes. (JARDIM, 1999, p.72).

32
En ese sentido la desinformación desempeña un pa-
pel importante en un régimen de información porque les
quita a los ciudadanos el derecho a la participación activa
en las discusiones relacionadas con las políticas públicas.
Al contrario de facilitar un debate sobre alternativas para
las políticas públicas, se crean “fantasmas”, descalificando
to

los interlocutores que tengan una posición divergente y


ampliando, de forma intencional y tendenciosa, la divul-
do

gación de informaciones falsas. De esta forma, se crea una


Ed

“distracción” que trata encubrir los hechos y las acciones


s

gubernamentales que implementan políticas de la extrema


derecha y, además, se impide que ellas puedan ser públi-
ito re
os

camente discutidas. Por medio de elementos sutiles se


alteran acciones y comportamientos de actores estatales y
ra ito

no estatales, interfiriendo así en las formas de gobernanza.


di

Otro aspecto que se debe considerar son los cambios


que se tratan de introducir bajo la forma de articulación
D sr

y de flujo de informaciones entre los órganos responsables


'P es

por la implementación de la política ambiental. De acuerdo


con el Observatorio del Clima, el ministro de Medio Am-
lá e

biente, Ricardo Salles, viene cuestionando al Inpe desde el


día de su nominación, en noviembre de 2018, y en 2019
ci rv

habría afirmado que los números del instituto federal no


logran diferenciar la deforestación legal de la ilegal, que
do a

ellos no sirven para orientar la fiscalización del Ibama y


que a partir de los datos no es posible “prevenir la defores-
tación” (OBSERVATÓRIO DO CLIMA, 2019). Según
denuncia del Periódico O Globo, el Instituto Brasileiro
de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables
(IBAMA), vinculado al Ministerio de Medio Ambiente,
lanzó un aviso público de licitación para la adquisición de
d

un nuevo sistema de monitoreo de florestas por satélite,


os

manifestando la decisión de contratar una empresa privada


para monitorear la deforestación (GLOBO, 2019). En otro
reportaje aparece la denuncia de que el IBAMA comenzó a

33
utilizar el sistema de una empresa americana (PRAZERES,
2019). Eso significa que la utilización de los datos gene-
rados científicamente pelo Inpe podrían ser descartados y
los órganos ambientales podrían comenzar a utilizar datos
generados por empresas privadas.
Pero su impacto también se refleja en la gobernabi-
to

lidad al influenciar el contexto social y cultural en el que


los nuevos modelos de gobernanza emergen. Por ejemplo,
do

en los meses de agosto y septiembre de 2019, se observó


Ed

un aumento significativo en el número de incendios en la


s

Amazonia Legal. Al discursar en la abertura de la Asamblea


General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU),
ito re
os

en septiembre de 2019, Bolsonaro afirmó que “el clima


seco y los vientos favorecen las quemadas espontáneas y
ra ito

criminosas” en esta época del año, y que “existen también


di

quemadas practicadas por los indios y poblaciones locales,


como parte de sus respectivas cultura y forma de sobre-
D sr

vivencia” (FELLET, 2019). Recurrió una vez más a una


'P es

desinformación. En nota técnica, el Instituto de Investi-


gación Ambiental de la Amazonia revela que la fuente de
lá e

los incendios es la deforestación y que, a pesar de haberse


presentado en todas las categorías de propiedad de la tierra,
ci rv

fue mayor “en las propiedades privadas (PP), que ocupan


el 18% del bioma Amazonia y concentraron el 33% del
do a

total de focos en este año” (INSTITUTO DE PESQUISA


AMBIENTAL DA AMAZÔNIA, 2019, p.2).
Es evidente el ataque a las culturas tradicionales. De
acuerdo con la Coordinadora de la Articulación de los
Pueblos Indígenas de Brasil (APIB), Sônia Guajajara, las
comunidades nativas hacen pequeñas quemadas para abrir
campos de cultivo, pero eso no se asemeja al incendio fo-
d

restal de gran escala y que se ve claramente la utilización


os

de esa “información sobre nuestras quemadas para escon-


der todo el desmonte de la política ambiental autorizado
por él” (GUAJAJARA, citada por FELLET, 2019). En

34
ese sentido, las acciones de desinformación del gobierno
Bolsonaro se asemejan a acciones de la extrema derecha
en otros países. En Brasil, el gobierno Bolsonaro amenaza
revisar la demarcación ya existente de tierras indígenas y
de no dar continuidad a los procesos que están en curso.
Por detrás de ese discurso se empiezan a vislumbrar
to

fuertes intereses económicos que no son ampliamente dis-


cutidos con la sociedad, pero que lentamente comienzan a
do

ser descubiertos. El Presidente implementa acciones para


Ed

retomar el plan de construcción de grandes hidroeléc-


s

tricas en la Amazonia, el que se encontraba paralizado


debido a los fuertes impactos ambientales que causarían
ito re
os

y por el tema de la tierra indígena (ESTADÃO CON-


TEÚDO, 2019c), de la misma forma que abrió espacio
ra ito

para negociaciones y apoyo de las Fuerzas Armadas a los


di

“garimpeiros” (buscadores de oro) supuestamente en si-


tuaciones que tengan amparo legal, y que constantemente
D sr

tienen enfrentamientos con las comunidades tradicionales.


'P es

(GULLINO, 2019). Recientemente The Intercept Brasil


divulgó documentos y audios que presentan un plan de
lá e

explotación económica que incluye explotar las rique-


zas de la región, hacer grandes obras (hidroeléctricas y
ci rv

carreteras) y atraer poblaciones de otras regiones del país


para la región amazónica. El plan tiene como principales
do a

opositores las ONGs ambientalistas e indigenistas, los me-


dios de comunicación, las presiones diplomáticas, la Iglesia
Católica, la movilización de minorías y el equipamiento
de las instituciones (THE INTERCEPT BRASIL, 2019).
Es importante incluir en ese contexto la posición
de subordinación / sumisión del gobierno brasileiro al
gobierno americano. Poco después de la toma de pose-
d

sión, el gobierno Bolsonaro cedió la base aeroespacial de


os

Alcântara a los Estados Unidos, liberó la exigencia de visas


para los americanos y se mostró claramente alineado con
el gobierno Trump. La única contrapartida sería el apoyo

35
de los Estados Unidos a Brasil para formar parte de la Or-
ganización para la Cooperación y Desarrollo Económico
(OCDE), lo que finalmente no ocurrió (UOL, 2019).
Otra fuente de apoyo ha sido la de la derecha conser-
vadora americana. Los medios de comunicación divulgaron
encuentros que ocurrieron en los Estados Unidos entre el
to

Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil y el diputado


federal Eduardo Bolsonaro, hijo del Presidente Bolsonaro
do

, con Steve Bannon. Este fue uno de los responsables por


Ed

la campaña de Trump en 2016 y fue demitido del cargo


s

que ocupaba hasta hace poco tiempo en la Casa Branca.


ito re

Bannon presidió durante años el sitio de noticias Breitbart,


os

de extrema derecha. (FOLHA DE SÃO PAULO, 2019b;


VEJA, 2019). El diputado Eduardo Bolsonaro, que también
ra ito

es presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de


di

la Cámara de Diputados logró aprobar la participación de


D sr

Bannon en el seminario Ambientalismo y Geopolítica, que


tuvo lugar en el Congreso brasileño en noviembre de 2019
'P es

(SENADO NOTÍCIAS, 2019).


Así, a despecho de la imagen que se trata presentar de
lá e

que las acciones de desinformación serían eventos aislados,


claramente se ve que el presidente y los demás miembros
ci rv

del primer escalón del gobierno las han utilizado de forma


do a

consciente y con un objetivo político específico.

6. CONSIDERACIONES FINALES
Al destacar la polémica en torno a la divulgación de
los datos sobre deforestación por el INPE, se pretende
poner al desnudo la forma como el gobierno Bolsonaro
utiliza la desinformación para desestabilizar el régimen de
d

información ambiental dirigido al tratamiento del problema


os

socio ambiental en la Amazonia Legal. Más que acciones


de desinformación aisladas, es posible ver un complejo
de interacciones que intentan desviar la atención y crear

36
un contexto que permita reconfigurar lo que existe de
política ambiental en la Amazonia Legal. De esta forma
se desestabiliza el conjunto de elementos en red (órganos,
sistemas, actores políticos) que componen el régimen de
información ambiental de la Amazonia Legal.
Para que eso surta efecto, se utiliza la desinforma-
to

ción para criticar actividades de investigación de órganos


públicos brasileños y actores sociales y políticos que se
do

opongan y critiquen las acciones del gobierno, para atacar


Ed

a las comunidades tradicionales y para apoyar las actividades


s

predatorias y de prácticas no sostenibles relacionadas con


la explotación económica.
ito re
os

La desinformación actúa como un operador funda-


mental en la tentativa de reconfigurar los modelos de go-
ra ito

bernanza y de gobernabilidad del régimen de información


di

ambiental de la Amazonia Legal, creando un terreno fértil


para que la extrema derecha brasileña logre implantar un
D sr

nuevo modelo de explotación económica en la región sin


'P es

discutirlo con la sociedad brasileña, como se esperaría de


un régimen democrático.
lá e

Sin embargo, es necesario destacar algunas señales


de reacción ante esta situación. Se creó una Comisión
ci rv

Parlamentar de Investigación en el Congreso Nacional


para evaluar el uso de Fake News en las elecciones de
do a

2018 (OHANA, 2019). Las acciones y posiciones del


gobierno Bolsonaro de no combate a la deforestación y a
los incendios acurridos en la Amazonia Legal provocaron
repercusiones internacionales, entre ellas la suspensión
de donaciones de Alemania y Noruega para el Fondo
Amazonia y a posición de Francia para que los países
europeos no firmaran el acuerdo comercial con el Mer-
d

cosul (FRAGA, 2019).


os

En un momento en el que la democracia brasileira


se encuentra fragilizada, es urgente pensar en formas de
reacción y de acción.

37
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ci rv
do a
d os

44
EL NEOCONSERVADURISMO
EN BRASIL:
UNA PERSPECTIVA
DE MENTALIDADES E
INFLUENCIAS TEÓRICAS 2
to
do
Ed
s

Alexandre Sugamosto e Silva1


ito re
os

1. INTRODUCCIÓN
ra ito

Con la victoria electoral de Jair Bolsonaro, varios po-


di

litólogos, analistas sociales y periodistas intentaron analizar


D sr

y describir el fenómeno de la “nueva derecha brasileña”


o, como prefiero llamarlo (por el rigor terminológico), el
'P es

neoconservadurismo brasileño.Todavía, el neoconservadu-


rismo brasileño es un fenómeno muy complejo. Esto se
lá e

debe a que no es un movimiento basado en el “centralismo


democrático” o encabezado por una figura central que lo
ci rv

anime y lo apoye. Por el contrario, es una aglutinación de


do a

fuerzas que en algún momento incluso albergan antago-


nismo entre sí, pero que, sin embargo, están unidas para
aumentar su capital político, cultural y social.
Las condiciones de examen del tema, sin embargo, son
bastante peculiares. Brasil, en la medida en que aceptamos
su existencia más allá de las fronteras meramente legalistas,
es “un animal muy extraño en el zoológico de las naciones”
(BENJAMIN, s / d) y tiene algunas especificidades en su
d

formación histórica:
os

1
Licenciado em Filosofía y Máster en Ciencias de la Religión (Pon-
tificia Universidad Católica de Minas Gerais).

45
El carácter de PUEBLO NUEVO de la etnia
nacional brasileña se basa en su formación mul-
ticultural y multirracial en la que desempeñaron
papeles decisivos, negros e indígenas, así como
europeos. Los procesos de desestabilización y
desculturación de estos contingentes para dar
forma a la etnia nacional operaron bajo las com-
to

pulsiones de la esclavitud y, simultáneamente,


con el mestizaje mutuo y todo con el portugués.
do

(Ribeiro, 1970, p.196)


Ed

Darcy Ribeiro llama a este carácter formativo único


s

del pueblo brasileño la protocelda. Sin embargo, la proto-


ito re

celda tiene en su núcleo histórico una estructura de poder


os

que se reacondiciona constantemente según lo necesiten


los grupos de interés.
ra ito

Sin embargo, la comprensión del fenómeno sólo es


di

posible si tenemos en cuenta la tradición historiográfica


D sr

del pensamiento político y social brasileño.


'P es

2. VISIÓN HISTÓRICA
En su origen, el pensamiento político brasileño es
lá e

el pensamiento político portugués. Con el amanecer de


ci rv

Brasil como patria, de hecho (para algunos nacidos en


la Batalla de Guararapes y para otros en el combate de
do a

Uruçumirim), comenzaron a aparecer sus singularidades


en relación con el pensamiento portugués. Aun así, “el es-
tado nacional brasileño nació de una tradición absolutista
con una forma liberal, para cooptar intereses económicos
divergentes, como el del jefe rural y los del comerciante
urbano”. (BARRETO, 1977, p. 105).
Raimundo Faoro, eminente politólogo brasileño, afirma
d

[...] el elemento nacional está en la dirección


os

correcta; No es un pensamiento nacional, un país


como una nación, sino un núcleo no homogé-
neo, con un proyecto, solo como un proyecto

46
nacional. Las circunstancias, la disolución del
sistema colonial, habrían formado los cimientos
de una conciencia histórica, estatal y práctica-
mente de clase, sin una situación revolucionaria,
al menos en su momento más temprano, capaz
de ser moldeada por la ausencia de diseño. Pero
la imagen es un conjunto de posibilidades en
to

un proceso difuso. Es una posible conciencia


(Faoro, 1987, p. 35).
do
Ed

Sin embargo, alrededor de 1920, una especie de ciclo


de textos interpretativos y teóricos comienza en un intento
s

por comprender Brasil. Estos textos incluyen el Manifies-


ito re
os

to regionalista de 1926, encabezado por Gilberto Freyre,


el Movimiento verde-amarillo (o verde-amarillento) de
ra ito

1926 dirigido por Cassiano Ricardo, Menotti Del Picchia


di

y Plínio Salgado, y el famoso Manifiesto Antropofágico


publicado en 1928 por Oswald de Andrade. Ejemplo de
D sr

pasajes importantes de estos manifiestos:


'P es

“Toda esta tradición está en declive o al menos en crisis en


lá e

el Noreste.Y una cocina en crisis significa toda una civilización


en peligro: el peligro de leer mal”
ci rv

(Manifiesto regionalista)
do a

“El grupo ‘verde-amarillo’, cuya regla es la libertad


total de cada ser brasileño como él o ella desee y pueda; cuya
condición es cada uno interpretar su país y su gente a través de
él mismo, a partir de su propia determinación instintiva”
(Manifiesto del Movimiento Verde-Amarillo)

“Tupi, or not tupi, esa es la pregunta”


d

(Manifiesto Antropofágico)
os

A partir de los ejemplos anteriores, es posible notar


que cada uno de estos movimientos esculpió sus preguntas

47
de acuerdo con lo que parecía ser más problemático en el
país: el vaciado de la tradición, la autonomía del brasileño y
la incorporación de elementos extranjeros, respectivamente.

2.1. LAS GRANDES OBRAS TEÓRICAS


Ya en el ámbito de los trabajos propiamente teóricos,
to

Oliveira Vianna publicó, en 1920, el primer gran esfuerzo


sintético en la comprensión del país: “Las poblaciones del
do
Ed

sur de Brasil”. El importante trabajo de Vianna, prácti-


camente relegado al olvido debido a la participación del
s

autor en movimientos amigables con la eugenesia, discute


ito re

el papel de la tierra, la morfología y la geografía espacial


os

en la formación de un pueblo.
En cierto modo, la problemática de la unidad planteada
ra ito

por el Estado Novo impulsó los estudios sobre identidad


di

brasileña. Desde 1930 hasta mediados de 1970, Brasil conoció


D sr

su gran ciclo interpretativo. Los frutos de esta época son:


“Casa Grande y Senzala”- Gilberto Freyre (1933); “Raíces
'P es

de Brasil”- Sérgio Buarque de Holanda (1936);“Formación


del Brasil contemporáneo”- Caio Prado Jr. (1942); “Los
lá e

dueños del poder”- Raimundo Faoro (1958) y el suspiro


ci rv

tardío que fue “La revolución burguesa en Brasil”- Florestan


Fernandes (1975). La consideración detallada de cada uno de
do a

estos trabajos estaría más allá del alcance de nuestro estudio.


Sin embargo, es importante recordar que todos estos
esfuerzos interpretativos en Brasil tienen en su núcleo tres
aspectos: 1) una perspectiva sobre las fuentes que originan
la vida en el país, 2) una propuesta para un vector de civi-
lización y 3) un programa político. En cierto modo, todas
las vicisitudes políticas que ocurrieron en el Brasil del
d

siglo XX son una imagen del codo de estos tres aspectos


os

traducidos al campo de la praxis política.


Así, de todos modos, era posible pensar en una civi-
lización autónoma, soberana y singular, tanto de la costa

48
como de las tierras remotas. En el primer caso, tenemos
el programa luso-tropical de Freyre y sus variantes en la
forma de un Brasil que se completa en un espacio atlánti-
co-africanista. En el interior del país, tenemos proyectos que
proponen una asociación con los vecinos de América del
Sur, en algunas formas, como la bolivariana, neolatina o la
to

“Nova Roma” de Darcy Ribeiro; y también las propuestas


de un capitalismo nacional basado en la fuerte acción del
do

estado, como en Caio Prado Júnior, que no confiaba en el


Ed

“papel histórico” de la burguesía brasileña, o en el nacio-


s

nalismo acérrimo de Manoel Bonfim, (BONFIM, 1930)


ito re

cuya principal manifestación pudo haber sido la defensa


os

de un mito de la fundación brasileña - un mito que puso


a los Estados Unidos en el centro de la historia mundial.
ra ito

Para Bonfim, no fue suficiente deshacerse de la ac-


di

ción del imperialismo que vino de la costa, haciendo


D sr

que el pueblo brasileño finalmente sea independiente del


proceso que lo había obstaculizado. Esta agenda se com-
'P es

pletaría con la reescritura de la historia, cuyo personaje


debería ser la gente centrada en el territorio de América
lá e

del Sur, y ya no más la reproducción de una historiografía


bragantina o eurocéntrica. El mito de América del Sur
ci rv

como el centro de nuestro mundo es necesariamente un


do a

mito de origen autonomista, porque se apropia del centro


de los acontecimientos y lo hace nuestro, invirtiendo a
su manera el significado de la colonización, para usar la
expresión de Caio Prado.

3. LOS CENTROS DE PENSAMIENTO


En 1955, bajo los auspicios del gobierno de Juscelino
d

Kubitschek, se funda el Instituto Superior de Estudios


os

Brasileiros (ISEB-RJ). El Instituto, extinguido en 1964


debido al golpe militar, estaba formado por figuras como
Alberto Guerreiro Ramos, Nelson Werneck Sodré, Alvaro

49
Vieira Pinto e Ignacio Rangel. ISEB adoptó una línea de
desarrollo nacional y incluso un discurso revolucionario en
sus publicaciones. Un ejemplo son los llamados “Cuadernos
del pueblo brasileño” que llevaban títulos como “¿Por qué
muere nuestro pueblo?”,“¿Cómo funciona el imperialismo
yanqui?” y “¿Quién puede hacer la revolución en Brasil?”
to

Debido a esto, muchos intelectuales isebianos han sido


acusados de “ideólogos”:
do
Ed

Es bien sabido que la mayor parte de la intelec-


tualidad de São Paulo, particularmente la reunida
s

alrededor de la Universidad de Sao Paulo, se


ito re

ha mantenido lejos de los logros y actividades


os

patrocinados por ISEB. Las ideologías isebianas


nunca se han protegido dentro de esta capa de
ra ito

intelectuales; del mismo modo, las críticas y


di

objeciones (latentes) al “nacionalismo del desa-


rrollo” rara vez se han expresado desde allí. La
D sr

razón de esto parece ser muy simple: en ningún


momento se reconoce a la institución como
'P es

un posible interlocutor para un debate común


sobre los problemas que afectaron al capitalismo
lá e

dependiente brasileño (TOLEDO, 1982, p. 26).


ci rv

Durante el período militar, algunos académicos crea-


ron una especie de contraparte tardía del ISEB: el Centro
do a

Brasileño de Análisis y Planificación (CEBRAP) creado en


1969 y aún activo. En sus formaciones iniciales, CEBRAP
presentaba figuras como Fernando Henrique Cardoso, pos-
teriormente elegido presidente de Brasil, Francisco Weffort,
José Arthur Giannotti y Boris Fausto.Tenía la intención de
ser un centro para generar análisis “exentos” (de ideología)
y científicos, “no ideológicos” y agradables; y condenó el
d

“populismo” de ISEB. Para llevar a cabo su tarea, CEBRAP


os

recibió generosas donaciones de la Fundación Ford y las


actividades de este núcleo gestionaron varios miembros del
personal político brasileño, principalmente en el Partido de

50
los Trabajadores (PT) y el Partido de la Social Democracia
Brasileña (PSDB). Aunque los dos partidos fomentaron
una especie de antagonismo teatral en la década de 1990,
ambos son, de hecho, el resultado de la misma mentalidad
de subordinación (uno sólo necesita mirar, por ejemplo, la
distorsión elaborada en la llamada ‘teoría de la dependen-
to

cia’). Para muchos, la afirmación de que el PT y algunos de


sus líderes se han gestado de alguna manera en un entorno
do

como el CEBRAP puede parecer poco razonable, ya que


Ed

Luis Inacio Lula da Silva siempre es visto como un líder


s

“auténtico” de la izquierda por cuenta de su hábil política


ito re

exterior. Cabe señalar, sin embargo, que en 2002, Lula firmó


os

la “Carta al pueblo brasileño”2 con la intención de calmar los


mercados financieros y garantizar la continuidad del llamado
ra ito

trípode macroeconómico de Fernando Henrique Cardoso:


di

superávit primario, tipo de cambio flotante y régimen de


D sr

metas de inflación. El resultado de esta política es claro: Brasil


es uno de los países con la mayor concentración de ingresos
'P es

en el mundo3 y los años de gobierno del PT no cambiaron


sustancialmente el problema de la desigualdad social. Es evi-
lá e

dente que siempre hubo en el PT alas sindicalistas, católicas


y marxistas (FRANCO, 1991), pero el grupo político que
ci rv

prevaleció en el partido fue el que se gestaba en los niveles


do a

académicos (excepto, por supuesto, el propio Lula). Por


lo tanto, a pesar de algunos logros sociales, la base teórica,
sociológica y financiera que sostuvo los gobiernos del PT
sigue la misma línea adoptada en los mandatos del PSDB.
Otro detalle interesante sobre la realidad política brasileña
es que las afiliaciones intelectuales y políticas anunciadas
por los grupos políticos generalmente no tienen conexión
d

2
https:/ /www1.folha.uol.com.br/ folha/brasil/ult96u33908.shtml
os

3
Cf: https:// www.ufjf.br/ladem/20 19/05/30 /brasil-tem-maior
-concentracao -de-renda-do-mundo-entre-o-1-mais-rico/ e ht-
tps://wid.world/news- article/new- paper-series- brazil/

51
con las prácticas reales. Siendo así, “tanto PT como PSDB
se presentan como seguidores de JK; El PTB de Roberto
Jefferson se presenta como un seguidor del “trabalhismo”
de Getúlio Vargas, y esto, cuando nada de la práctica política
de estos partidos indica ninguna lealtad sustancial a tales
personalidades históricas” (LYNCH, 2008, p.60).
to

Algunos de los “intérpretes de Brasil” elaboraron lec-


turas tan poderosas que eventualmente se convirtieron en
do

paradigmas desde los cuales los brasileños se entendieron,


Ed

una influencia que se extiende a lo largo de la vida política


s

del país y en muchos casos sigue siendo poderosa. Por lo


ito re

tanto, estas teorías son fundamentales incluso para un análisis


os

correcto de los días que vivimos, así como los fundamentos


de la acción de los principales agentes sociales. Gran parte
ra ito

del desempeño de personajes y grupos prominentes en la


di

política nacional actual se apropia de imágenes consolidadas


D sr

en varios estratos de la vida del país mediante una o más


de las interpretaciones que estamos analizando.
'P es

Los vínculos entre la construcción teórica y sus con-


secuencias prácticas en la vida nacional no son efectos in-
lá e

oportunos ni involuntarios. Más allá del papel apropiado de


las ideas y teorías sobre todo el cuerpo de la Patria, el hecho
ci rv

es que los “intérpretes de Brasil” a menudo eran defensores


do a

de proyectos políticos específicos. Sabían que no estaban y


no podían estar escribiendo desde un punto de neutralidad
hipotético e inexistente. Desde el principio, sus teorías fueron
medios de intervención en la realidad institucional y cultural
que pretendían describir y explicar. Eran conscientes del papel
que desempeñan no solo en la construcción de la imaginación
sino también en las elecciones inmediatas del país y sus élites.
d

4. PENSAMIENTO CONSERVADOR
os

Ahora, si la polaridad política de Brasil era entre dos


partidos con orígenes intelectuales muy cercanos, ¿de dónde

52
vinieron las fuerzas que llevaron al poder a Jair Bolsonaro
y los neoconservadores?
Para empezar a entender el problema, primero es ne-
cesario verificar si existe alguna afinidad entre la mentalidad
conservadora “clásica” y el neoconservadurismo brasileño.
En un libro fundamental sobre el tema, el filósofo
to

brasileño Paulo Mercadante afirma que “En general, la


mentalidad conservadora no contiene en sí misma la pre-
do

disposición a la teoría. Se parte de un punto pragmático


Ed

de que no es posible desviarse de las situaciones en las


que los hombres se adaptan naturalmente” (MERCA-
s

DANTE, 1972, p.217) Y más adelante: […] “las reaccio-


ito re
os

nes conservadoras a factores inmanentes y situaciones


determinadas consistirán en actitudes habituales, y en esta
ra ito

situación la mente acepta silenciosamente lo existente


di

como si fuera el orden exacto de las cosas y el mundo.”


(ibíd.). Según Mercadante, el arreglo de la mentalidad
D sr

conservadora brasileña, especialmente en las clases do-


'P es

minantes, siguió un sistema pragmático y cambiante con


el tiempo, incluso con respecto a su coalición de fuerzas.
lá e

Así, el pensamiento conservador no tendría más que un


carácter reactivo ante ciertas situaciones sociales. Por
ci rv

supuesto, esta afirmación no es universalmente válida


para toda la tradición del pensamiento de la escuela
do a

conservadora, que alguna vez ha albergado a pensadores


como Edmund Burke y Ortega y Gasset, sino más bien
algo de la formación intelectual de Brasil.
Otro intento teórico bastante común en Brasil es
tratar de naturalizar el pensamiento conservador como si
no fuera en sí mismo una construcción intelectual. Eso
dice un periodista liberal brasileño:
d

A menudo se le llama pensamiento de derecha,


os

o “pensamiento conservador”, algo que no es


más que el sentido común. En este sentido, la
ideología, sí, es la ingeniería social a la que se

53
dedica la izquierda, cuando se trata de impo-
ner un punto de vista anclado en creencias y
creencias que insisten en desafiar la realidad
(AZEVEDO, 2013).

Aunque los libros de Faoro y Freyre han sido clasifi-


cados como “conservadores”,“liberales” o “reaccionarios”,
to

categorías que a menudo se confunden en Brasil, en muchos


aspectos, ninguno de ellos tiene una correlación directa con
do
Ed

los movimientos neoconservadores brasileños. Es decir, no


es en los clásicos interpretativos del país donde la supuesta
s

“nueva derecha” brasileña busca su inspiración.


ito re
os

4.1. ORÍGENES Y DESARROLLOS


ra ito

Muchos analistas políticos y sociólogos (cf. CHAIA,


di

BRUGNANO, 2015; JUDENSNAIDER, LIMA, OR-


TELLADO, 2013) designan las llamadas “Rondas de
D sr

2013” como el punto de división política en el país que


'P es

se desarrolló en el impedimento de Dilma Roussef y,


posteriormente, en la elección de Bolsonaro. Todo co-
lá e

menzó con protestas desde la izquierda misma. El MPL


[Movimento Passe Livre] salió a las calles para resistir el
ci rv

aumento constante en el valor de los boletos de autobús


en São Paulo. La bola de nieve creció rápidamente y se
do a

tragó la vida nacional. Según el filósofo Paulo Eduardo


Arantes, el “aumento de la impaciencia” del evento en
2013 “causó un brote simétrico y antagónico que es la
aparición de una nueva derecha, uno de los fenómenos
más importantes del Brasil contemporáneo. Una dere-
cha no convencional, que no está contemplada por los
esquemas políticos tradicionales” (LUCENA, 2014). Sin
d

embargo, esta lectura es bastante superficial porque ignora


os

las similitudes del neoconservadurismo brasileño con el


existente en los Estados Unidos y hace parecer que la “ola
conservadora”, otra falacia, surgió ex nihilo.

54
En cierto modo, nombres como Luiz Felipe Pondé,
Marco Antonio Villa, José Guilherme Merquior, Paulo
Francis y Diogo Mainardi ya circulaban con sus libros y
artículos, que contenían ideas mixtas, liberales y conserva-
doras, mucho antes de 2013. Mainardi, por ejemplo, publicó
el libro “Lula is my Tapir” en 2007. El libro, una colección
to

de crónicas, trata principalmente de los ataques del perio-


dista a la figura del ex presidente y su participación en el
do

“Escándalo de Mensalão” (Escándalo de las mensualidades).


Ed

En el contexto filosófico y literario, figuras como


s

Antonio Paim, Gustavo Corção, João Camilo de Oliveira


ito re

Torres y el embajador J. O. de Meira Penna también por-


os

taron cierta bandera anticomunista y antirrevolucionaria


que podría considerarse una semilla de perspectivas futuras.
ra ito

En el ámbito político, por supuesto, la situación es aún más


di

compleja porque podríamos ver en la antigua UDN, en el


D sr

Movimiento Integralista, en la dictadura iniciada en 1964,


o también en algunos grupos para-católicos, el mismo tipo
'P es

de estructura que se intensificó y se organizó después del


impedimento de Dilma.
lá e

Aunque muchos trabajos recientes han discutido sobre


el surgimiento de la nueva derecha brasileña (BERLAN-
ci rv

ZA, 2017; MADEIRA, TAROUCO, 2011; CHALOUB,


do a

PERLATTO, 2016; RANQUETAT, 2019), gran parte


del marco teórico que llevó a Jair Bolsonaro al poder gira
en torno a una reimpresión de los neoconservadores y
paleoconservadores de los Estados Unidos.

4.2. BOLSOLAVISMO
De hecho, la figura central en la difusión de estas
d

ideas neoconservadoras, hoy genéricamente conocidas


os

como bolsolavismo, es el periodista Olavo de Carvalho,


actualmente considerado el ideólogo de la administración
Jair Bolsonaro. Ex militante comunista, Olavo comenzó

55
su carrera pública como escritor y astrólogo y ganó cierta
notoriedad por debatir el pensamiento de la llamada “Es-
cuela Tradicionalista” representada por autores como René
Guénon, Julius Evola y Frithjof Schuon.
El viaje de Olavo de Carvalho a los Estados Unidos,
en 2005, es un punto importante en su carrera. Cuando
to

se muda a América del Norte, entra en contacto con todo


el universo intelectual de la derecha estadounidense y
do

comienza a citar a los autores Sean Hannity, Ann Coulter,


Ed

etc. como intelectuales desconocidos en Brasil.


s

Antes de eso, sin embargo, ya coqueteaba con ciertas


posiciones políticas. Entre 2000 y 2001, Carvalho consiguió
ito re
os

un trabajo en los principales periódicos y revistas del país


y se dedicó a atacar al PT dos o tres veces por semana.
ra ito

Por lo tanto, prácticamente se convirtió en el ideólogo


di

anti-PT. Casi al mismo tiempo, comenzó a simpatizar con


la política neoconservadora de Bush poco después del 11
D sr

de septiembre.
'P es

Esta simpatía por la administración Bush también


fue una especie de giro, ya que él defendió abiertamente
lá e

la guerra de Irak (CARVALHO, 2004). Además de tener


un programa llamado TrueOutspeak, una especie de ra-
ci rv

dio de política y cultura, Carvalho también comenzó su


Curso de filosofía en línea (COF). Según el periodista,
do a

su curso ya había instruido a 12,000 personas (FELLET,


2016). Más allá de todas las ramificaciones, el libro “Lo
mínimo que debes saber para no ser un idiota”, una
colección de artículos de Olavo de Carvalho, se convir-
tió en un éxito de ventas, y su pensamiento comenzó
a influir, más directamente, diversos grupos ideológicos
y figuras políticas.
d

En un artículo de 2011 titulado “Principios de una


os

política conservadora”, Carvalho escribió una especie de


resumen programático de lo que consideraba un proyecto
político factible. Según él,

56
Estos principios no son reglas a seguir en la
política práctica. Son un conjunto de criterios
de reconocimiento para que pueda distinguir,
cuando escucha a un político, si se enfrenta a
un conservador, revolucionario o “liberal” en
el sentido brasileño del término actual (que
es una mezcla indecisa de los dos anteriores)
to

(CARVALHO, 2011)
do

Los principios son los siguientes: 1) Nadie posee


Ed

el futuro, 2) Cada generación tiene derecho a elegir


lo que les convenga, 3) Ningún gobierno tiene dere-
s

cho a hacer algo que el próximo gobierno no pueda


ito re
os

deshacer, 4) Ninguna propuesta revolucionaria vale la


pena debatir como alternativa respetable en un marco
ra ito

político democrático, 5) La democracia es lo opuesto a


la política revolucionaria, 6) La erradicación total de la
di

mentalidad revolucionaria es la condición esencial para


D sr

la supervivencia de la libertad en el mundo.


Con respecto a la lucha contra lo que él llama la
'P es

“mentalidad revolucionaria” dentro de Brasil, Olavo de


Carvalho enumera dos frentes principales: a) el Foro de
lá e

Sao Paulo, b) el marxismo cultural. El Foro de Sao Paulo,


ci rv

conocida organización de izquierda en América Latina, se


plantea, dentro del esquema mental de Carvalho, como
do a

una superorganización comunista, “la entidad política la-


tinoamericana más poderosa” (CARVALHO, 2007), cuyo
objetivo es dominar el continente a través de estrategias
políticas y culturales de origen gramsciana.
El marxismo cultural, a su vez, merece un análisis
más detallado.
d

4.3. MARXISMO CULTURAL


os

Aparentemente, la idea de un “marxismo cultural” es


una especie de disfraz actualizado de la noción de “bol-
chevismo cultural” difundida durante el gobierno nazi de

57
Alemania (JAY, 2011). Sin embargo, el origen propagan-
dístico del término “marxismo cultural”, y sus posteriores
desarrollos propagandísticos, se encuentra en un texto
llamado New Dark Age: Frankfurt School and ‘Political Co-
rrectness’ publicado por Michael Minnicino en 1992.
El texto de Michael Minnicino comienza con una
to

extensa diatriba contra la fealdad, la inmundicia y la hu-


mildad de nuestros tiempos. Luego elogia las mentes del
do

Renacimiento y afirma que en algún momento de la


Ed

historia humana surgió una especie de “contrarrenaci-


s

miento” diseñado como un proyecto político “diseñado


para debilitar el alma de la civilización judeocristiana de
ito re
os

tal manera que la gente creía que la creatividad no era po-


sible, que la adhesión a la verdad universal era evidencia de
ra ito

autoritarismo y que la razón en sí misma era en sí misma


di

sospechosa” (MINNICINO, 1992, p.5). Minnicino luego


desentraña un catálogo de acusaciones contra los proyectos
D sr

de la Escuela de Frankfurt y sus consecuencias en la vida


'P es

intelectual y cultural occidental. En una genealogía que


comienza con Georg Lukács, y pasa por Marcuse, Adorno,
lá e

Benjamin, Hannah Arendt, la contracultura de drogas, la


CIA, los programas de radio, Umberto Eco, Ginseberg,
ci rv

Thimothy Leary, Freud y el programa MK-ULTRA… el


Libel describe las “conexiones secretas” que vinculan todos
do a

estos elementos a la realización de un plan: establecer una


nueva Edad Oscura en la civilización occidental.
En una publicación de Twitter, el diputado federal
Eduardo Bolsonaro, hijo de Jair, (@BolsonaroSP) escribió:
“Vivimos en una guerra cultural y esta es la raíz de todos
los problemas. Negar esto es negar la realidad o mostrar
ignorancia total sobre el escenario en el que vivimos “.Y
d

luego, “si quieres abrir los ojos sigue, mira los videos y lee
os

Olavo de Carvalho @propriolavo” (Tweet, 6:41 AM · 21


de mayo de 2019). La retórica de Eduardo Bolsonaro, por
supuesto, se refiere al contexto de la guerra cultural como

58
lo defienden los neoconservadores de los Estados Unidos.
Incluso repite la famosa declaración dada por Pat Buchanan
en una conferencia del Partido Republicano celebrada en
1992 (HOPKINS, 2017).
La mención a la figura de Olavo de Carvalho, por
supuesto, no es gratuita. Carvalho fue responsable de pre-
to

sentar la teoría del “marxismo cultural” al público brasi-


leño. En un artículo publicado en el periódico O Globo,
do

Olavo de Carvalho, sin mencionar el texto de Minnicino,


Ed

reproduce muchas de las ideas presentadas en New Dark


s

Age: Frankfurt School and ‘Political Correctness’. Carvalho, sin


ito re

embargo, agrega algunos elementos específicos a la narra-


os

tiva: según él, “Gramsci descubrió la ‘revolución cultural,


que reformaría el’ sentido común ‘de la humanidad, lo
ra ito

que llevaría a ver en el martirio de los santos católicos una


di

sórdida maniobra publicitaria capitalista”. (CARVALHO,


D sr

2002) y “Lukács, por ejemplo, consideraba lo más natural


del mundo compartir a su esposa con alguien interesado”
'P es

(ibid.). Concluyendo la breve línea histórica presentada en


el artículo, Carvalho concluye el texto afirmando que “a
lá e

través del marxismo cultural, toda cultura se convirtió en


una máquina de guerra contra sí misma, sin dejar espacio
ci rv

para nada más” (ibid.).


do a

Pero la influencia de Olavo Carvalho no es puramente


intelectual. Además de que Jair Bolsonaro recomendaba los
libros y videos de los filósofos, Carvalho indicó nombres
para ocupar algunos puestos estratégicos en el gobierno de
Bolsonaro, incluido el del Ministerio de Relaciones Exte-
riores. Otra nominación del periodista fue la del escritor
colombiano Ricardo Veléz Rodríguez, quien llegó a servir
como Ministro de Educación en Brasil (01/01 / 2019-08
d

/ 04/2019). En una entrevista,Veléz declaró:


os

El marxismo cultural es malo para la salud. La


salud de la mente, cuerpo y alma. Porque corta a

59
los seres humanos, los hace masas, los hace cosas.
Por lo tanto, es un intento de seguir un enfoque
cultural que lea a la persona en su totalidad,
integridad, inteligencia e individualidad. En
primer lugar, somos personas individualizadas.
El marxismo cultural lo borra y nos considera
masivos. No somos masas, somos individuos.
to

Ricardo Vélez también declaró, en otra ocasión, que


do

“esta ola globalista loca, basada en el pensamiento Gramscia-


Ed

no (...), ahora ha destruido uno por uno los valores culturales


s

en los que se basan nuestras tradiciones más caras ...” (SAL-


DAÑA,2019). Por lo tanto, en su breve período en el Minis-
ito re
os

terio de Educación,Vélez dio a entender que los problemas


educativos de Brasil se derivan del “marxismo cultural” y
ra ito

su aparejo ideológico en las escuelas y universidades. Por lo


di

tanto, las políticas públicas educativas deberían priorizar esta


batalla si quisieran tener éxito en la guerra cultural.
D sr

En su reciente discurso en la ONU, Jair Bolsonaro,


'P es

armado con una serie de datos falsos (MARÉS; MORAES;


AFONSO, 2019), también utilizó diversos elementos re-
lá e

tóricos que parecen haber sido capturados de las ideas de


Olavo de Carvalho. Dijo, por ejemplo: “El Foro de Sao
ci rv

Paulo, una organización criminal creada en 1990 por Fidel


Castro, Lula y Hugo Chávez para difundir e implementar
do a

el socialismo en América Latina, todavía está viva y debe


ser combatida” (PIERI, 2019) y también “Mi país estaba
muy cerca del socialismo, lo que nos ha puesto en una
situación de corrupción generalizada, recesión económica
severa, altas tasas de criminalidad y ataques ininterrumpidos
contra los valores familiares y religiosos que dan forma a
nuestras tradiciones” (ibíd.)
d

Por lo tanto, la guerra cultural, importada de los think


os

tanks estadounidenses y dirigida por el neoconservadurismo


brasileño, muestra signos de tener una influencia muy alta
en las direcciones políticas del actual gobierno brasileño.

60
5. CONCLUSIÓN
Se podría decir mucho más sobre el ascenso de Jair
Bolsonaro y la construcción del neoconservadurismo bra-
sileño: la alianza con los líderes evangélicos, el apoyo de
grupos liberales y anarco-liberales, la participación del
to

ejército brasileño, etc. Siendo un tema relativamente nuevo,


traté de hacer un corte para explicar que el neoconserva-
do

durismo brasileño: a) no representa exactamente todo el


Ed

campo de la derecha brasileña, b) tiene varias similitudes


con el neoconservadurismo estadounidense, c) no es un
s

continuador del tradicionalismo ibérico y brasileño y no


ito re
os

se basa en los clásicos interpretativos del país para fundar


su visión del mundo, d) tiene, en su núcleo, la influencia
ra ito

del periodista Olavo de Carvalho, e) a través de una intensa


di

difusión intelectual, influye en las pautas aspectos políticos


y culturales del actual gobierno brasileño.
D sr

Por lo tanto, conocer las complejidades del neocon-


'P es

servadurismo brasileño es una tarea fundamental para todos


aquellos que estudian la realidad política del país.
lá e

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s

ito re
os

ra ito
di

D sr
'P es
lá e
ci rv
do a
d os

64
ENSAIAR A REVOLUÇÃO
PELA LITERATURA E
POR MULHERES 3
to
do
Ed
s

Bernardo Gomes Barbosa Nogueira1


ito re
os

Carolina Pereira Lins Mesquita2


ra ito

1. PRELÚDIO
di

Macabéa é outono. É imperdoável em um mundo


D sr

de verões e primaveras. Não há perdão que dê conta de


Macabéa. Antes de cometer o ato, lá está Macabéa, pronta
'P es

para o ato de pedir. Ela está à disposição. Mas Macabéa não


está apenas ao dispor das pessoas. Ela também se coloca ao
lá e

dispor das coisas. Ela é a hospitalidade em sua forma mais


crua. A hospitalidade de Macabéa é uma hospitalidade
ci rv

animal. Poderíamos pensar que em Macabéa há aquela


do a

realização do encontro com o animal que somos e que


nos propõe Derrida. Nela tem-se a inteireza do animal,
uma determinação improvável no humano. Uma necessi-
dade que se transforma em alienação quando pensada em
moldes humanos.
1
Doutor em Teoria Direito pela PUC/MG. Mestre em Direito pela
Faculdade de Direito da Universidade de Coimbra. Mediador.
d

Professor da Faculdade de Direito Milton Campos.


os

2
Doutora em Ciências Jurídicas e Sociais pela Universidade Federal
Fluminense (PPGSD/UFF). Mestre em Direito pela Universidade
Federal de Minas Gerais (UFMG). Professora Adjunta de Direito
do Trabalho da Universidade Federal do Rio de Janeiro (UFRJ).

65
Macabéa não é humana. Trabalha sem trabalhar. Na-
mora sem amar. Come sem saciar. Vive sem viver. A sua
tragidicidade se dá exatamente na sua impossibilidade de
encarar o outro. Ela simplesmente não vê. O outro habita
em Macabéa desde o seu olhar, passa por seu ventre virgem
e se afoga na ausência de palavras. Silêncio é coisa que bem
to

ensinada às mulheres. Por que as palavras são o que elas são


e não outra coisa? Macabéa talvez esteja assim, como em
do

Macondo, nos Cem anos de Gabriel Garcia Marquez, lá onde


Ed

as coisas não possuíam nomes e careciam ser apontadas.


s

A inquietude de Macabéa é aterrorizantemente inerte.


Macabéa é estrangeira de si. Não sabe que é, tampouco,
ito re
os

quem é. Macabéa é um rio que corre sem ter conta dos


peixes que nadam ali. Enquanto desce, seu leito nem se
ra ito

percebe, caem barrancos ao seu lado. Água barrenta, quase


di

com mau cheiro. Peixes vivem e morrem ali. O rio, Maca-


béa sequer se dá conta. Macabéa sequer conta sua história.
D sr

Narradores de fora dizem dela. Ela apenas está ali, a cumprir


'P es

um papel de absoluta alteridade, ou seja, um papel escrito


por outro, no qual, por certo, somente é habitado.
lá e

Poderíamos, assim, pensar Macabéa como sendo aquele


local no qual habita o “incondicional” derridiano. Não
ci rv

pelo fato de o humano, enquanto texto que é, abrir-se ao


transbordamento da linguagem, ao seu inaugural sertão. Ma-
do a

cabéa tinha de sertão lembrança vaga, longe dela carregava


imensidões. Mas, paradoxal que é, também ali, onde não
habitava conceito, nascia tudo, mesmo sem o saber. Ela se
dava ao mundo em uma medida tão restrita de linguagem
que o mundo a inundava. Ela nem se percebia. Macabéa
guardava segredos. E assim como o outono, mais marrom
que colorido. Ficam insuportáveis à razão. Daí nos diálogos
d

percebermos as incessantes perguntas sobre a felicidade.


os

Doce fel na boca do capital em dias de ontem e de hoje.


O texto nos arrebata, pois Macabéa em A hora da
Estrela de Suzana Amaral, igual outono, é também Val. Per-

66
sonagem principal do filme Que horas ela volta? de Anna
Muylaert.Val (Regina Casé) é mais uma mulher do sertão,
que se aventura na cidade grande e é submetida à lógica
binária e perversa narrada no livro Casa Grande e Senzala.Val
encarna esse cotidiano. Macabéa, mais que uma encarnação
dessas ordens sociais, ela é a própria ontologia daquilo que
to

se chama opressão. Assim, o outro, enquanto nosso local


de habitação, enquanto aquele que vem, aquele que nos
do

chega sem avisar, em Macabéa aparece de forma originária.


Ed

Enquanto Val, a doméstica que não come com os


s

patrões, não senta à mesa que ela prepara, não alcança


as pessoas sem antes um prenome, reitera essa formação
ito re
os

social; já Macabéa tem na sua própria existência o quadro


pintado por outro pintor. Essa pintura é de outrem. Ma-
ra ito

cabéa não é em si. Ela não existe enquanto modernidade.


di

Macabéa é uma heroína trágica que sequer dá conta de


sua tragédia, mas que nem por isso deixa de persegui-la,
D sr

mesmo que nas condições que citamos: a alienação é seu


'P es

motor. Macabéa não é Val. Mas Val é Macabéa, na medida


em que esta carrega todas as Val’s. Lispector construiu uma
lá e

personagem que é todos e é ninguém. Que ri sem abrir


a boca. Conversa sem emitir sons. Mas que a cada gesto
ci rv

redige um testamento. Macabéa é construtora do tempo


em si. De novo, sem saber. Macabéa é uma imigrante de si.
do a

Poderíamos pensar a existência dessa heroína na pers-


pectiva de mais uma imigrante nortista. Mas Macabéa é
mais que isso. Ela é o próprio norte. A condição de margem
dá a ela a condição de ser e de não ser ao mesmo tempo.
Macabéa recebe da margem aquilo que não lhe importa.
Convites para festas sem graça e cargos de trabalho que
ninguém aceita. As mulheres no romance de Lispector ocu-
d

pam locais interessantes na cidade dos homens. Uma amiga


os

que furta seu homem e comete abortos sorridentes. A dona


da pensão que vive da péssima vida que várias mulheres
levam dividindo um quarto e um banheiro.Além disso, uma

67
cartomante. Essa também lucra com manobras vis. O lugar
das mulheres, ali talvez seja o da própria escritora. Estran-
geira de seu país, estrangeira de si. Macabéas são mulheres
nas cidades dos homens. A elas resta a margem que está ali
evidente. Ela recebe ordens da vida, as acata, sem cessar,
rola pelo vento como um tufo de cabelos caído no chão.
to

Macabéa é mulher, nortista, datilógrafa e gosta de


coca-cola. Nem sempre ela se lembra disso. Ela também é
do

virgem, mas pensamos, aí mora o principal mistério des-


Ed

te texto. Ao mesmo tempo em que ela não fora tomada


s

por nenhum homem, distanciando-se assim da maioria


das mulheres oprimidas, ela também não ocupa em si de
ito re
os

determinadas sensações. Ou será que a negação do pró-


prio prazer também não seja outra vertente da opressão?
ra ito

Manter os véus da pureza e santidade para atender o de-


di

sejo e imposição do outro? O humano é linguagem, mas


também não ditos. Como Macabéa é o humano se sequer
D sr

ela conhecia as mais elementares palavras? Se não sabia do


'P es

gozo (no falar), poderia gozar? Como ser mãe sem saber da
maternidade? Ou como ser mulher, sem as exigências da
lá e

maternidade? Mas se Macabéa desconhece papeis, seria ela


então a mais livre das mulheres? Ou ao contrário, por não
ci rv

saber, sequer, portanto, poderia libertar-se? Macabéa é um


ventre: o bebê ali está preso. Não foi fecundado. Macabéa
do a

seria o humano em formação enquanto se descobre ou,


em decomposição, quando é impedido de conhecer? Os
conceitos que abrigam Macabéa são tão gerais que sequer
poderíamos construir seu rosto em um retrato. Macabéa
não foi fotografada. Qual o tempo dela? Se acaso Macabéa
não sabe porque foi parar no Rio de Janeiro, poderíamos
responder: quem é Macabéa?
d

Macabéa é outono, pois diferente do verão que tem


os

o céu azul de logos incandescente, distinto da primavera


que tem o amolecimento das flores, longe do inverno
que torna juntos os humanos, mesmo que apenas pelo

68
frio. O outono oferece apenas o não ser. Não arde. Não
cheira. Não esfria. O outono é como é. Macabéa também.
E assim, exatamente por essa “essência” de não ser, é que
Macabéa e a literatura se encontram quase que em uma
comunhão de placenta.
Não há literatura sem Macabéa, e o oposto também
to

não. A ordem está posta, cada coisa em seu lugar, mundo


dito, mas mutante. Macabéa apenas não está. Logo, como
do

uma aquarela em branco, como uma virgem à espera da


Ed

fecundação, Macabéa aguarda o mundo. Feia, sem jeito,


s

maltrapilha e condenada. Apenas deixa-se ir. Assim como


ito re

queria a alteridade levinasiana, Macabéa não tem fim. Ela é


os

espelho, e espelho não há, apenas acontece em acordo com


as “aconteções”. Se não rolar nada. Macabéa estará ali, de
ra ito

novo, sem estar. Assim também a literatura, essa fêmea do


di

mundo inteiro, prestes a parir, assim como prestes a matar,


D sr

pois, não se sabe de vida, nem de morte. Sabe apenas de


perguntar. A literatura é a pergunta eterna do mundo. Assim
'P es

como a mãe que pergunta pelo filho que vem. Da mesma


maneira que as mulheres perguntam pela mulher que vem.
lá e

Ela, essa mulher, ou ela, essa literatura, ainda não se pode


dizer, sob pena de negar o enigma do que se chama litera-
ci rv

tura enquanto feminino: não lugar de nascimento, morte


do a

e danação. Por isso Macabéa, de humana, não tem apenas


de estrela – esse feminino que brilha.

2. O ENSAIO, A REVOLUÇÃO:
O DIREITO E A LITERATURA
Não haveríamos, nós, cientistas do direito, que nos
espantarmos acerca da forma como esse texto está a se
d

compor? O objeto dele, a tratativa das relações de violência,


os

discriminações e trabalho, alia-se aqui ao campo de diva-


gação sobre o movimento “direito e literatura”. Porém,
distante de pretendermos dar conta do movimento, o que já

69
fizemos em outros locais, trata-se aqui de experimentações.
Mais uma (de várias outras, futuras). E estas, infelizmente
para o corpus científico que requer uma narrativa amoldada
a seus critérios próprios, aqui não terá morada. Isso por
motivos vários
É de se notar, entanto, que a própria forma aqui ta-
to

lhada evidencia a necessidade de atendimento ao próprio


local onde esse escrito será lido/ouvido. Estamos a escrever
do

desde o Brasil, para um Congresso que atravessa o país,


Ed

suas fronteiras, e como as fronteiras aqui são importantes,


s

lembremos que Derrida já nos ensinou que o estrangeiro é


aquele que põe a questão, denunciando com sua chegada,
ito re
os

os limites do eu que se anuncia desde há muito sob várias


alcunhas: a razão, o homem, o filósofo, o cientista, o soberano,
ra ito

enfim... Logo, chegar a Cuba é ao mesmo tempo ser tomado


di

por uma inscrição de vida, de organização social, estatal e


propriamente de trabalho, que, por vezes, nos escapa.
D sr

Aqui duas questões: aportamos em Cuba enquanto


'P es

estrangeiros. Cuba, na mesma medida, é estrangeira em re-


lação ao modo como nos compusemos enquanto estudiosos
lá e

e pesquisadores. Confessando-nos desde já, o mistério que


por vezes envolve essa ilha, talvez seja o mote que conduz
ci rv

a nossa inspiração. Se somos sempre estrangeiros quando


chegamos a outro país; no caso de Cuba, somos estrangeiros
do a

duplamente, pelo fato de ser outro país, mas mais ainda, pelo
fato de estarmos em solo no qual o ethos não é partilhado
de maneira clara como quando chegamos por exemplo
em Portugal, na Europa ou em países mais aproximados
de nossas instruções culturais coloniais.
O estrangeiro que logo somos é elevado ao extremo
quando falamos em Cuba. E assim, por essa peculiaridade,
d

não poderia endereçar-nos no modus convencional de um


os

artigo científico habitual. Cuba é a esperança que, a partir


de nossa dimensão estrangeira, permite explorar aquilo
que a nós se afigura como sendo o impossível. Porém, se

70
algo é, se algo ou alguém vem, entendemos, e continuamos
juntos de Derrida, isso só pode vir enquanto impossível. Ao
contrário, incorremos na desgastada petição de princípio na
qual falamos da invenção cumprindo as normas, falamos de
alteridade a partir do nosso ego, ou seja, não inventamos e
não acolhemos o outro, ao revés, apenas experimentamos
to

como o seguimento das regras pré- estabelecidas nos podem


conduzir a tal ou qual dimensão. Cuba é o impossível, e
do

nele, por ele, gostaríamos de nos manter.


Ed

Falamos que iríamos elencar os motivos pelos quais


s

escrevemos desta maneira. Bom, vê-se que o prelúdio se


ito re

anuncia já como se fosse enredo. Enredo misturado no


os

prelúdio produz para o cientista uma conotação de ausên-


cia de linearidade e de organização. E isso, a linearidade e
ra ito

organização do texto, já nos parecem um primeiro ponto:


di

o porto, seria a discussão estabelecida por Adorno em seu


D sr

texto O ensaio como forma, ali o autor coloca em questão o


problema de como o ensaio é encarado dentro do pensa-
'P es

mento científico e filosófico, desde já, alijado de uma altura


compatível com o que se quer dizer ciência.
lá e

A forma do ensaio ainda não conseguiu deixar


ci rv

para trás o caminho que leva à autonomia, um


caminho que sua irmã, a literatura, já percorreu
do a

há muito tempo, desenvolvendo-se a partir de


uma primitiva e indiferenciada unidade com a
ciência, a moral e a arte. Mas nem o mal-estar
provocado por essa situação, nem o desconforto
com a mentalidade que, reagindo contra isso,
pretende resguardar a arte como uma reserva
de irracionalidade, identificando conhecimento
com ciência organizada e excluindo como im-
d

puro tudo o que não se submeta a essa antítese,


nada disso tem conseguido alterar o precon-
os

ceito com o qual o ensaio é costumeiramente


tratado (...) a corporação acadêmica só tolera
como filosofia o que se veste com a dignidade

71
do universal, do permanente, e hoje em dia, se
possível, com a dignidade do “originário” (...)
Na alergia contra as formas, consideradas como
atributos meramente acidentais, o espírito cien-
tífico acadêmico aproxima-se do obtuso espírito
dogmático.A palavra lançada irresponsavelmente
pretende em vão provar sua responsabilidade no
to

assunto, e a reflexão sobre as coisas do espírito


torna-se privilégio dos desprovidos de espírito.
do

(ADORNO, 2012, p. 15-19)


Ed

O científico tem seus próprios alicerces, daí que volta-


s

mos à questão derridiana da invenção. Ora, se a ciência quer


ito re

fazer caminhar seus objetos, se nos propomos a cada vez criar


os

algo quando escrevemos um texto, parece que não erramos


ra ito

ao supor que encarar a forma de cumprimento dessa tarefa


também seja algo a ser posto em questão. Neste sentido,
di

ou inventamos ou não cumprimos o itinerário prescrito,


D sr

obedecendo aos limites racionais daquilo que se propõe por


científico. Nesta linha, o ensaio, a escrita não linear, é tornada
'P es

para a margem do saber, separada pela linha abissal que Boa-


ventura de Sousa Santos já denuncia há tempos.
lá e

Percebemos, então, que não poderíamos querer que


ci rv

um texto seja considerado inédito, apresentado em um


Congresso - em Cuba! -, se ele é composto pelos padrões
do a

anteriormente estabelecidos. Poderíamos em uma analo-


gia talvez não tão profunda, mas didática, pesarmos que a
revolução não poderia acontecer se ela não fosse da ordem
do impossível (tampouco, a partir de duas mulheres). Aliás,
no seio dessa reflexão, acreditamos que apenas o impossível
acontece e, se não erramos, um texto que se quer inédito,
portanto, deve ser um texto estrangeiro, nada mais afeito ao
d

que nos permite uma mirada sobre Cuba: a estrangeira ilha,


os

em relação ao seu regime, a um estrangeirismo que se veste


de duas roupagens caríssimas ao enredo das duas películas
que trabalhamos: resistência e esperança, ambas femininas.

72
Cuba resiste ferozmente aos bloqueios, aos preconcei-
tos, mostrando que a esperança, enquanto verbo, é aquilo
que não nos deixa crer em fórmulas prontas, em rotas pré-
-estabelecidas, que como nos ensinou um Fernando Pessoa,
servem para as navegações; para a vida, resta a dimensão da
imprecisão. E esse é um ponto de chegada em nosso texto:
to

a imprecisão, a revolução, o outro, o estrangeiro, a literatura, o


animal, são nomes novos do ensaio visto sob a perspectiva
do

que propomos aqui junto de Adorno. Em outros termos,


Ed

o ensaio põe em questão a primazia do formato da com-


s

posição científica, assim como, põem relevo as formas de


organização do trabalho por meio das personagens que
ito re
os

trouxemos, não por acaso, trabalhadoras mulheres.


Macabéa e Val evidenciam que há uma violência ob-
ra ito

jetiva e estrutural na composição da cena do trabalho, seja


di

doméstico ou não. O ensaio questiona o texto científico. O


animal não humano coloca o animal humano em questão.
D sr

O estrangeiro coloca a ordem soberana em questão. O


'P es

feminino coloca o macho em questão, a literatura, a seu


turno, coloca o direito em xeque. Cuba coloca a pseudo
lá e

democracia liberal-capitalista entre aspas.


Todas estas ideias levantadas queremos ver contrace-
ci rv

nadas aqui neste texto que apoia-se numa forma ensaística,


não apenas como meio de colocar a questão do científico,
do a

mas para atendimento a um chamado que vem da ilha


revolucionária, pela inspiração que ela nos permite, pois,
foi um Zizek que nos ensinou que o humano está a ponto
de imaginar inclusive o fim do mundo, mas não admite
pensar o fim do regime capitalista.
Por isso afirmarmos que a revolução é nossa prova maior
que só podemos dizer que acontece o impossível. Talvez por
d

isso nos seja lícito apresentarmos esse trabalho, que de al-


os

guma forma é experimental, pois, já estávamos a supor que


as relações de direito e literatura requerem uma faceta que
não seja necessariamente ligada à dimensão do científico

73
enquanto um conjunto de normas de hospitalidade que
apenas recebem à sua medida. Por certo, pensar a relação
direito e literatura requer uma transgressão, e como nos en-
sina um Barthes, ela só é possível na ordem da linguagem, na
dimensão da trapaça, termo que este autor usa para adjetivar
a literatura. Trapaça que aqui ousamos chamar de revolução,
to

para usarmos o idioma cubano e ao mesmo tempo, nos


lançarmos à maneira como estamos a compor esse escrito.
do

Escrito que, desde já, tornou-se um envio, uma remes-


Ed

sa, que quando chegar terá a orfandade de quem escreveu,


s

assim como vivenciamos a orfandade de quem irá ler no


ato da escrita. Não podemos, portanto, ter a arrogância de
ito re
os

encalacrar em uma miríade de regras antecipadoras aquilo


que o texto porta. Ou seja, ele porta, mais uma vez, o im-
ra ito

possível, pois carrega sempre a espera pelo olhar do outro


di

que vem. Se não podemos prever quem chega, se estamos


a apostar em uma relação mais amena e hospitaleira com
D sr

nosso leitor, o ensaio, como forma, talvez seja uma carta


'P es

menos violenta, que pelo fato de não estar aprisionado pelo


enfadonho criterismo científico, permite que o leitor, que
lá e

a leitora, atuem sobre o texto.


O ensaio é estrangeiro ao texto científico, o leitor é es-
ci rv

trangeiro ao escritor, o escritor é estrangeiro ao leitor, o brasileiro


capitalista é estrangeiro em face do cubano socialista, a mulher
do a

estrangeira ao homem, a trabalhadora estrangeira em rela-


ção aos patrões. Não podemos, portanto, estabelecer uma
relação de direito e literatura sem admitirmos de pronto o
estrangeirismo que esta última é-sendo.
Pensamos que a primeira travessia foi cumprida. Já não
somos os mesmos desde que iniciamos a escrita deste ensaio.
O Aleph de Borges nos ensina já que a cada vez que miramos
d

algo, no mesmo tom, mudamos o algo, mudamos o obser-


os

vador, adiantamentos literários do que a física quântica des-


cobrira recentemente.Assim, supomos que o estrangeirismo
da relação direito e literatura seja o idioma amaneirado desse

74
encontro.Trazer duas estórias de mulheres para a mesa deste
ensaio foi um jeito de preludiar as questões que envolvem
relações empregatícias domésticas e subalternas que quase
sempre são relegadas às mulheres.As domésticas, em que pese
terem uma recente legislação própria no Brasil, encerram
simbolicamente a violência que organiza a nossa sociedade
to

e que se quisermos, pode ser entendida como similar àquela


que é imposta à ordem do saber.
do

Assim, como se trata de um ensaio, como não nos


Ed

comprometemos certamente com a linearidade do argu-


s

mento cientifico, resta aqui um convite, qual seja, aquele


ito re

que permite o encontro do leitor com o escritor, aquele


os

que se dá na fusão de horizontes mediado pelo texto. Mais


ainda, por se tratar de um ensaio, permite-se aqui, declarada-
ra ito

mente, que o leitor rasure o texto em sua chegada. Desafio


di

deslimitar a leitura em prol da hospitalidade – mas não seria


D sr

esse o problema que estamos a desnudar, ou seja, a ciência


dos papers com seu rigor eclesiástico não opera no escritor
'P es

uma violência que sua própria inspiração acaba por ser


deslegitimada? Não incorreríamos em petição de princípio
lá e

se nos lançássemos ao abismo do outro que lê indicando


a ele os limites do texto e ao mesmo tempo traçando um
ci rv

itinerário de como deveria ser interpretado o texto?


do a

3. CONCLUSÃO
Do Brasil, tão distante do Brazil, nos remetemos a Cuba.
Terra da esperança para nós que ainda somos tão jo-
vens. Olhamos para a ilha como quem olha para o por vir,
como quem vê o que não se pode ver. Há, por conseguinte,
que não se olvidar acerca da necessidade de acolhida do
d

estrangeiro, esse que nos escapa a todo momento. Macabéas


os

talvez sejam uma estrangeiridade para vocês da ilha. Aí,


vocês se entendem iguais, ora, por força de um ato histórico
que aspira ao mais próprio do por vir, ou seja, a revolução, se

75
constroem e narram seu tempo na mesma direção, também
revolucionária, com a qual pensamos o movimento Direito
e Literatura. Nada que necessite vir resguardado em rótulos
científicos e, de per si, violentos, mas sim, com a alegria e
o encanto lutadores de um ensaio, que também por se por
avesso à forma ordinária, nos coloca em marcha. Quer dizer,
to

escrevemos aos cubanos, que nos inspiram ao por vir, isso


pois com sua estória revolucionária, mostram que aquilo
do

que se nos afigura como sendo da ordem do impossível, é a


Ed

única hipótese possível, quer dizer, a alteridade democrática,


s

científica, política, filosófica e, portanto, existencial, estão


a acontecer pelas cales de Cuba. Quiçá, essa ventura revo-
ito re
os

lucionária seja aquilo que moveu e move mulheres, como


Macabéas e Val’s, que em nosso ethos aspiram ao impossível,
ra ito

aquilo que vocês cubanos não cessam de pedagogicamente


di

nos ensinar enquanto forma de estar no mundo.


O impossível dos reclames de cá estão coloridos com
D sr

a estrutura daí. O estrangeiro que vos escreve ainda tem os


'P es

pés aqui, mas quer, com a novidade de uma criança, para


que a luta seja poética, que as linhas fronteiriças que nos
lá e

separam sejam tocadas uma pela outra, para que seja outra
a razão de cá, para que o relato de Macabéa e Val, receba
ci rv

o influxo revolucionário de vocês, para o bem da ciência,


da democracia e a bem dizer, para o bem o amor, pois,
do a

amamos apenas aquilo que nos arrebata, que nos desloca,


assim, Cuba sempre será o porto do amor, para quem não
se contenta em olhar sem querer ser transformado. Olhar
Cuba é olhar o impossível possível. Que esse outono não
cesse de chegar em nós, feito inspiração, feito jeito de
deslocar, geográfica, afetiva e intelectualmente, aquilo que
supúnhamos ser impossível.
d os

REFERÊNCIAS
ADORNO, Theodor, W. Notas de Literatura l. Trad. Jorge de
Almeida. São Paulo: Editora 34, 2012.

76
BERNARDO, Fernanda. Não há desconstrução sem democracia - não
há democracia sem desconstrução - idiomas da resistência - promessas
de reinvenção: o pensamento tal como a democracia por vir. In: HA-
DDOCK-LOBO, Rafael et al. (Org.). Heranças de Derrida da
ética à política. Rio de Janeiro: Nau, 2014.
DERRIDA, Jacques. Essa estranha instituição chamada literatura:
to

uma entrevista com Jacques Derrida. Tradução de Marileide Dias


Esqueda, revisão técnica e introdução de Evando Nascimento.
Belo Horizonte: Editora UFMG, 2014.
do
Ed

DERRIDA, Jacques. Paixões. Tradução de Lóris Z. Machado.


Campinas: Papirus, 1995.
s

DERRIDA, Jacques. Pensar em não ver: escritos sobre as artes do


ito re

visível (1979-2004); organização Ginette Michaud; Joana Masó;


os

Javier Bassas. Tradução de Marcelo Jacques de Moraes; revisão


técnica João Camillo Penna. Florianópolis: Ed. Da UFSC, 2012.
ra ito

DERRIDA, Jacques. Vadios dois ensaios sobre a razão. Coordena-


di

ção científica da edição, tradução e notas Fernanda Bernardo.


D sr

Tradução de Fernanda Bernardo, Hugo Amaral, Gonçalo Zagalo.


Revisão da tradução Fernanda Bernardo, Hugo Amaral. Coimbra:
'P es

Terra Ocre- unip. Lda, 2009.


EYBEN, Piero. Demoras na aporia: bordas do pensamento e da
lá e

literatura. Organização de Piero Eyben. Horizonte: Vinhedo:


Editora, 2012.
ci rv

FREIRE, Maria Continentino. A dimensão inventiva do pensamento


da desconstrução. [S. l.]: Maxwell, 2015. Disponível em: Acesso
do a

em: 15 maio 2017.


NOGUEIRA, Bernardo Gomes Barbosa; RIBEIRO, Fernando
José Armando (Orientador). Direito e Literatura: hospitalidade e
invenção. Tese (Doutorado) – Programa de Pós Graduação em
Direito Pontifícia Universidade Católica de Minas Gerais. Belo
Horizonte, 2018.
d os

77
dos
do a
ci rv
lá e
'P es
D sr
ra ito
ito re
Ed di
os
s
do
to
A ADVOCACIA CRIMINAL E A
ALMA REVOLUCIONÁRIA 4
to
do
Ed
s

Dório Henrique Ferreira Grossi1


ito re
os

João Marcos Araújo Tomé2


ra ito

1. INTRODUÇÃO
di

A associação da atividade da advocacia criminal -


D sr

aquela que, segundo Francesco Carnelutti, encontra sua


“essência, dificuldade e nobreza” exatamente na circuns-
'P es

tância de “sentar-se sobre o último degrau da escada ao


lado do acusado” (1995, p. 27) – com a aqui invocada alma
lá e

revolucionária pode guardar uma aparente contradição


ci rv

em termos.
E se diz isso pelo fato de que o sentido político-jurí-
do a

dico do qualificativo “revolução” é comumente associado à


inversão da ordem jurídico-constitucional, de cuja garantia
de observância e preservação, ao contrário, constitui-se o
1
Advogado Criminalista. Professor de Direito Processual Penal da
Pontifícia Universidade Católica de Minas Gerais – PUC Minas.
Mestre em Constituição e Processo pela Universidade de Ribeirão
Preto/SP. Doutorando em Ciências da Religião pela Pontifícia
d

Universidade Católica de Minas Gerais – PUC Minas.


os

2
Advogado Criminalista. Especialista em Direito Penal e Processo
Penal pela Pontifícia Universidade Católica de Minas Gerais – PUC
Minas. Mestrando em Constitucionalismo e Democracia pela Fa-
culdade de Direito do Sul de Minas – FDSM.

79
fundamento e múnus básico da advocacia, especialmente,
com relação às liberdades públicas processuais salvaguar-
dadas na Carta Política, da advocacia criminal.
Ocorre que, para além dos sentidos político e jurídico,
existe uma identidade, no plano psicanalítico, sociológico e
histórico vocacionando os conceitos de alma revolucioná-
to

ria e advocacia criminal, o que permite especular de uma


fina intersecção filosófica entre eles, no sentido de avaliar
do

certas características afins, tais como as ideias de confronto,


Ed

contestação, obstinação e, especialmente, luta pela liberdade,


s

no sentido mais amplo possível desta, associação cuja inves-


tigação constitui-se o objeto do artigo ora desenvolvido.
ito re
os

Para tanto, será empregada metodologia dedutiva, a


partir de pesquisa bibliográfica em livros e artigos científicos.
ra ito

Assim, parte-se, inicialmente, da delimitação do sen-


di

tido da palavra “alma”, extraído, para os fins da pesquisa


proposta, dos aportes da psicologia e da psicanálise, os quais
D sr

oferecem a noção de um possível conhecimento atingido


'P es

por meio da manifestação da psique, bem como da análise


do alcance da expressão “revolução”, contextualizada em
lá e

seu sentido histórico-sociológico, aqui tratada, a partir de


Hannah Arendt, como afastamento absoluto da opressão
ci rv

e ruptura em prol da liberdade, de modo a encontrar uma


síntese teórica que traduza um dado sentido à alma revo-
do a

lucionária que se comunicará com certos aspectos práticos


e ideológicos atribuídos à advocacia criminal.
Em seguida, será abordada a advocacia criminal, en-
quanto atividade profissional de defesa penal, o seu signi-
ficado para a democracia e as características que o profis-
sional desta área deva apresentar. Para esse fim, buscar-se-á,
além de aportes conceituais da atividade empreendidos
d

por próceres da tribuna, os exemplos históricos brasileiros


os

que convergem para a formulação de um imaginário algo


heroico e essencialmente contestatório dessa atividade ju-
rídica, desde o Império até a contemporaneidade, passando

80
pelos momentos autoritários da República, culminando na
relação estabelecida entre a prática da advocacia criminal
e o sentido de alma revolucionária.
Ao final, se concluirá afirmando as relações existentes
entre o conceito de alma revolucionária trabalhado no ar-
tigo e a prática da advocacia criminal, a partir dos exemplos
to

históricos destacados.
do

2. O SENTIDO DA ALMA REVOLUCIONÁRIA


Ed

E A ADVOCACIA CRIMINAL
s

2.1. A ALMA REVOLUCIONÁRIA


ito re
os

No contexto empregado por este artigo, torna-se im-


portante esclarecer que o sentido de alma é aquele utilizado
ra ito

por Serbena e Raffaelli (2003), os quais, ao se deterem


di

sobre a psicologia como disciplina científica, consideraram


a alma como uma metáfora da psique, ou seja, diante do
D sr

encontro do homem com a sua subjetividade, embora não


'P es

seja possível penetrar na sua psique, esta pode ser conhecida


e estudada quando se manifesta por meio dos gestos, falas
lá e

e comportamentos do ser humano.Vejamos:


ci rv

(...) é fundamental repensar o objeto da psi-


cologia e sua linguagem, considerando a sua
do a

origem como uma ciência também da alma.


Neste sentido as diversas abordagens teóricas
são diferentes discursos sobre a alma. O termo
alma pode ser considerado como uma metáfora
da psique, pois os diversos discursos psicoló-
gicos seriam explorações desta metáfora, per-
mitindo ampliar sua expressão e compreensão.
A necessidade da verdade modifica-se para a
d

necessidade de compreensão da experiência


humana; continuam a conviver as diferentes
os

linguagens da psique, pois a alma (ou psique)


se manifesta de diversas maneiras (SERBENA
e RAFFAELLI, 2003, p. 36)

81
Assim, os mistérios da alma humana que, aparente-
mente, são inatingíveis, acabam sendo revelados pelo agir
humano em sua dimensão sensorial, imaginária, afetiva
e racional, o que permite uma possível compreensão da
sua subjetividade.
Na medida em que as experiências tocam a alma,
to

imprimem na memória psíquica marcas indeléveis, que


movimentam o investimento erótico, o investimento de
do

amor e busca do reencontro com essas marcas, ou pelo me-


Ed

nos com algo que as represente, gerando um investimento


s

nos laços sociais. Tudo a possibilitar que as manifestações


contidas e representadas por várias expressões do sujeito te-
ito re
os

nham um vínculo subjetivo com a raiz do seu pensamento,


com aquilo que ele acredita e que se apoia no amor, isto
ra ito

é, com a sua alma.


di

Do mesmo modo, para o entendimento da expres-


são utilizada no título – alma revolucionária –, a ideia de
D sr

revolução, ou agir revolucionário, precisa ser apresentada,


'P es

pois o sujeito a ser abordado neste trabalho, o advogado


criminalista, tem a especificidade de conter em sua pisque
lá e

a luta pela liberdade, o caráter inovador, a condição de se


relacionar politicamente, a capacidade de transformar e
ci rv

romper padrões previamente estabelecidos.


Primeiramente, vale anotar que a concepção de revolução
do a

enquanto ruptura foi estabelecida pela Modernidade, eis que,


neste momento da história, há a inauguração de um processo
de trânsito e rompimento cada vez mais denso e veloz que não
ocorria em outras épocas. O modernismo é, por definição,
profundamente revolucionário (BERMAN, 1986).
Na Antiguidade, diferentemente do que se observa nos
nossos tempos, revolução significava constante mudança,
d

possibilidade de substituição da forma de governo por


os

outros modelos; não havia o contexto de mudança radical


política como passou a ser vivenciado a partir da Idade
Moderna (ARENDT, 2001).

82
Na Idade Média, por sua vez, o termo era utilizado
para explicar os fenômenos naturais. O início e o fim de
certos cíclicos astrológicos, as movimentações dos corpos
celestes eram tidas como revolução. Apesar de trazer o juízo
de mudança, no referido período não havia a interferên-
cia da ação humana, algo indispensável para o significado
to

atual da palavra, bem como para o próprio sentido a ser


desenvolvido por este texto.
do

Arendt, ao conceber a ideia de revolução como rompi-


Ed

mento de uma ordem e não apenas mudança, ensina que a


s

liberdade é um valor indispensável para se alcançar o novo:


ito re

Só podemos falar de revolução quando esta ca-


os

racterística de novidade está presente e quando a


novidade se liga à ideia de liberdade. É evidente
ra ito

que isto significa que as revoluções são mais que


di

insurreições bem sucedidas e que não temos o


direito de chamar revolução a qualquer golpe
D sr

de estado ou até de vermos uma revolução em


cada guerra civil (ARENDT, 2001, p. 39).
'P es

O homem livre, para a filósofa alemã, seria aquele


lá e

que se desvinculou da opressão e conseguiu a companhia


de outros homens para o compartilhamento do mesmo
ci rv

espaço público:
do a

A liberdade necessitava, além da mera liberação,


da companhia de outros homens que estivessem
no mesmo estado, e também de um espaço pú-
blico comum para encontrá-los – um mundo
politicamente organizado, em outras palavras, no
qual cada homem livre poderia inserir-se por
palavras e feitos (ARENDT, 2009, p. 194).
d

O pensamento revolucionário traz à superfície a per-


os

cepção de liberdade, uma concepção inovadora da capaci-


dade do homem de buscar a originalidade, na qual o novo
está intimamente ligado à condição de ser livre.

83
Deste modo, o valor liberdade, tão presente e neces-
sário na abordagem filosófica da citada autora, também
aparece como componente primordial na vida do advogado
criminal, daí porque o forte liame entre a concepção de
revolução em Arendt e a atuação do advogado no exercício
da defesa penal, quando trabalha tecnicamente em favor das
to

liberdades constitucionais, combatendo a opressão emanada


do Sistema Penal e, assim, revelando a sua própria alma.
do
Ed

2.2. A ADVOCACIA CRIMINAL E A


s

SUA ASSOCIAÇÃO À “ALMA


ito re

REVOLUCIONÁRIA”
os

A advocacia criminal talvez seja a profissão mais in-


ra ito

compreendida por parte da sociedade em geral. Há grande


di

dificuldade de entender e, consequentemente, valorizar a


atuação do profissional que se dedica a esta área do Direi-
D sr

to. Tal sentimento, todavia, não alcança as outras carreiras


'P es

jurídicas ou mesmo os ramos diversos da advocacia.


Os operadores jurídicos, excluídos os advogados cri-
lá e

minais, são bem aceitos e não encontram resistência social


quando exercem as suas atividades laborais.
ci rv

Tulio Viana, ao tratar da ética na advocacia criminal,


destrincha a questão.
do a

Qualquer pessoa pode entender facilmente a


contribuição social dada por um médico, um
professor, um ator, um pedreiro ou um lixeiro.
Todos eles, cada um a seu modo, contribuem
para uma vida social melhor. Difícil, mesmo,
é entender como alguém pode ganhar a vida
“defendendo bandidos.
d

(...)
os

A sociedade não recrimina o médico que cura


o criminoso, o professor que leciona para o
criminoso, o ator que entretém o criminoso,

84
o pedreiro que constrói para o criminoso e
o lixeiro que recolhe o lixo do criminoso. A
inerente confissão do criminoso e o perdoa por
seus pecados. Mas o advogado, ao prestar seus
serviços de defesa técnica ao criminoso, passa a
ser visto quase como seu cúmplice.
to

É aqui que a crítica se confessa uma homena-


gem. No imaginário popular, o bom advogado
é concebido como alguém capaz de absolver
do

um culpado, mesmo contrariando todas as pro-


Ed

vas apresentadas pela acusação. Capaz de superar


com sua habilidade o promotor e o juiz que
s

são pagos com as mais altas remunerações da


ito re

república, para respectivamente acusar e dar a


os

palavra final sobre o caso. Em suma: o advo-


gado de defesa é visto como uma espécie de
ra ito

anti-herói capaz de evitar que a “justiça” seja


di

feita (VIANA, 2012).


D sr

Há, com efeito, no imaginário social, um grande equí-


'P es

voco no que diz respeito ao exercício da defesa penal e ao


próprio defensor. E tal circunstância decerto representa ele-
lá e

mento deveras potencializador dos desafios dessa atividade.


É preciso fazer compreender que a defesa – que se
ci rv

mostra obrigatória, até como imperativo do próprio orde-


namento jurídico – é indispensável para o equilíbrio do sistema
do a

processual penal democrático.


Não existe sentença, ainda que condenatória, sem a
defesa técnica desenvolvida pelo advogado criminalista. O
juiz, marcado pela imparcialidade, precisa da parcialidade
inerente aos acusadores e defensores, sem a qual não haveria
prestação jurisdicional legítima.
Em verdade, se é certo que o advogado criminal pos-
d

sui um compromisso fundamental com seu constituinte,


os

com a defesa e a liberdade deste, não é menos certo que,


por outro lado, está ele, no plano abstrato, concretizando
o direito à liberdade e às garantias individuais, realizando,

85
portanto, o próprio sentido do Estado Democrático de
Direito, de modo que a sua função no processo concreto
tem nítida repercussão transcendental, superando, portanto,
o mero interesse individual envolvido: aqui reside, também,
o aspecto ideológico a partir do qual se pode perceber a
nítida relação entre essa prática profissional e a alma re-
to

volucionária acima tratada, que anseia por uma liberdade


emancipadora e refuta toda forma de opressão.
do

Logo, a advocacia criminal, especialmente diante dos


Ed

tempos atuais, detém um componente político singular.


s

Não é outra a compreensão de Márcio Thomáz Bastos


ito re

acerca do papel do advogado criminalista, que compreen-


os

de e defende uma concepção de liberdade que vai muito


além da sua repercussão corporal num dado caso concreto:
ra ito
di

Os advogados, individualmente, cada um, e


como um todo nas suas organizações e nas suas
D sr

corporações, têm dois compromissos: o compro-


misso com o Estado de Direito e o compromisso
'P es

com a justiça social. Nós gostamos de belas


palavras, falamos muito em liberdade, é comum,
lá e

é reiterativo, é repetitivo dizer que o advogado


defende a liberdade. Mas é preciso, neste fim
ci rv

de século XX (vinte), que nós saibamos, que


nós definamos, que nós concretizemos o que
do a

é efetivamente liberdade hoje. Não pode ser


a liturgia forma das liberdades, não pode ser
o funcionamento apenas das regras mínimas
do jogo democrático. Eu acredito que o nosso
compromisso vai mais fundo. O compromisso
dos advogados é com a liberdade concreta. O
compromisso dos advogados é com a transfor-
mação da sociedade brasileira. O compromisso
d

dos advogados é com a democracia, mas não


apenas com a democracia formal e, sim, com a
os

democracia real. A democracia que signifique o


acesso do maior número possível de pessoas aos
bens fundamentais da vida: educação, o trabalho,

86
a saúde, a possibilidade de emprego, a perseguição
da felicidade (BASTOS et al, 1997, p. 116-117).

Sobre o componente político da advocacia, especial-


mente a criminal, o que dá o tom da sua essência revolu-
cionária – no sentido aqui empregado -, que é compro-
to

metimento pleno e a viabilização da liberdade concreta, é


possível vislumbrá-lo a partir de experiências colhidas da
do

história brasileira, especialmente nos períodos autoritários,


Ed

nos quais se nota íntima conexão entre o regime político


do Estado e a proeminência da advocacia criminal, con-
s

forme se verá abaixo.


ito re

Aliás, essa proposta metodológica de analisar a advoca-


os

cia criminal a partir de seu desempenho em determinados


ra ito

momentos históricos mostra-se coerente com os objetivos


da pesquisa, na medida em que revolução é também, do
di

ponto de vista político, rompimento com uma dada ordem,


D sr

cujos sinais opressivos e de esgotamento que dão ensejo ao


sentimento subversivo são, para a perspectiva aqui trabalhada,
'P es

notados e denunciados inicialmente pela advocacia criminal.


Nesse esteio, convém inicialmente resgatar o papel
lá e

da advocacia no contexto das lutas antiescravagistas do


ci rv

período imperial, por meio das chamadas “ações de liber-


dade” (FALBO; RIBAS, 2017), por intermédio das quais os
do a

advogados postulavam em juízo o fim do status de escravo


de determinados cidadãos, em complexa argumentação
jurídica que buscava enaltecer e alargar o sentido do di-
reito de liberdade (consagrado constitucionalmente), de
forma a sobrepô-lo ao direito de propriedade (igualmente
salvaguardado pela Constituição da época), que se exercia
sobre a pessoa do escravo, então categorizado juridicamente
d

como res (FALBO; RIBAS, 2017):


os

No contexto do período imperial, analisado


no ponto anterior, havia uma certa unidade
em torno da luta pelo fim do regime escravis-

87
ta, com o apoio de advogados. Pode-se dizer
que a mobilização de direitos neste período
tinha uma centralidade em algo que poderia
causar a desestabilização do poder instituí-
do, caso das ações de liberdade. A advocacia
abolicionista ilustra a ideia de que as mudan-
ças sociais acontecem quando há luta social,
to

que efetivamente provoca a desestabilização,


já que o jurídico somente acompanha estes
do

processos de mudança, porque não teria uma


Ed

lógica própria. Isto é, a advocacia influencia no


campo jurídico uma disputa que o extrapola,
s

por meio de usos políticos. Desta forma, um


ito re

caráter transformador do direito poderia ser


os

observado nos usos políticos de mobilizações


de direitos em lutas emancipatórias (FALBO;
ra ito

RIBAS, 2017, p. 533).


di

Portanto, a advocacia engajada nas querelas antiescra-


D sr

vagistas do período imperial no Brasil significou a con-


testação jurídica do estado de escravo, centralizada numa
'P es

argumentação jurídica que se pode dizer revolucionária do


sentido de liberdade, porquanto o elevava, associado a um
lá e

viés humanista da condição escrava, a uma categoria supe-


ci rv

rior ao direito de propriedade, antecipando ou fornecendo


elementos para as concomitantes lutas emancipatórias.
do a

Outro período histórico elucidativo do papel da ad-


vocacia – e aqui a preeminência da advocacia criminal se
faz sentir de forma mais nítida – como instrumento de
contestação de regimes políticos arbitrários e/ou políticas
autoritárias é o contexto das ditaduras por que passara o
Brasil, seja a do Estado Novo (1937-1945), seja a do gover-
no militar da segunda metade do século XX (1964-1985).
d

No primeiro caso, os exemplos mais eloquentes de


os

uma advocacia criminal levada ao limite, em que algumas


vezes tornava-se mesmo difícil divisar sobre contra quem
recaía a persecução estatal, se ao cliente defendido ou ao

88
advogado defensor, colhem-se das experiências no fami-
gerado Tribunal de Segurança Nacional (TSN)3.
Sobre aquele momento histórico, e tendo lugar no
mesmo palco do citado Tribunal de Segurança Nacional,
legou-se para a História o episódio do caso de Harry Berger
(NEVES, 2013), em que um dos maiores tribunos de todos
to

os tempos, Sobral Pinto, em demonstração irretorquível da


alma revolucionária da advocacia criminal de que aqui se
do

trata (CARDOZO, 2019), invocara a Lei de Proteção aos


Ed

Animais para, na ausência de fundamentos jurídicos que


s

pudessem tutelar a dignidade humana de seu constituinte


- acusado de ser comunista numa época de caça às bruxas
ito re
os

e, logo, de suspensão de direitos fundamentais aos inimigos


do Estado -, fazer cessar a violência a ele então infligida
ra ito

Já sobre o período pós-1964, a advocacia criminal


di

é pródiga em exemplos nos quais a atuação profissional


ganhara tonos de verdadeiro ato de heroísmo e de literal
D sr

salvação de vidas4.
'P es

Nessa época, com efeito, em que pese a supressão de


direitos e garantias, como o habeas corpus, e novamente sob
lá e

a égide de uma legislação autoritária e que encampava a


“doutrina da segurança integral” (SPIELER; QUEIROZ,
ci rv

2013), a atuação do advogado criminal, não obstante grosso


modo não surtir necessariamente efeito quanto à elisão
do a

de imputações e/ou soltura do cárcere, “seria levar ao co-


3
Trata-se de órgão judiciário de cariz político-autoritário, criado
em 1936 com competência para processar e julgar, em primeira
instância, crimes contra a segurança nacional, o que englobava todos
os atos de contestação política levadas a cabo à época; vigorou até
1945, tendo julgado mais 1.400 pessoas (CPDOC, 2020).
4
Para aprofundamento acerca do papel da advocacia criminal no
d

período ditatorial no Brasil (1964-1985), ver, dentre outros: FRA-


os

GOSOS, Heleno; Advocacia da liberdade. Rio de Janeiro: Forense,


1984; e SPIELER, Paula; QUEIROZ, Rafael Mafei Rabelo (org.).
Advocacia em tempos difíceis: ditadura militar 1964-1985. Curitiba,
Edição do Autor, 2013.

89
nhecimento público o que acontecia com os perseguidos
políticos e, em casos extremos, evitar a morte de alguns
deles” (FALBO; RIBAS, 2017, p. 541).
A importância da atuação da advocacia criminal nesse
período é enfatizada por alguns autores como decisiva para
o próprio esfacelamento (gradual e longo) do regime:
to

A despeito das limitadas possibilidades, os Tri-


do

bunais Militares foram um espaço de resistência,


Ed

onde se destacaram a coragem e a atuação dos


advogados de defesa, assim como dos prisioneiros
s

políticos e seus familiares. Os advogados e as


redes de solidariedade aos presos estiveram entre
ito re
os

os principais agentes que impulsionaram as lutas


em defesa dos direitos humanos e a construção
ra ito

de uma consciência pública voltada ao tema,


contribuindo decisivamente para o desgaste da
di

ditadura (TELES, 2013, p. 300).


D sr

Assim é que, replicando o espírito de Sobral Pinto


'P es

para buscar alternativas no Direito (afinal, a matéria-pri-


ma do advogado criminal é por excelência, sob pena de
lá e

recair em proselitismo jurídico, o Direito e suas múltiplas


possibilidades), os advogados do período socorreram-se
ci rv

de inúmeras estratégias para tutelar os direitos de seus


constituintes, no mais das vezes destinadas unicamente a
do a

descobrir obliquamente se estes encontravam-se vivos ou


mortos (SPIELER; QUEIROZ, 2013).
Por isso, as práticas da advocacia criminal do período
foram epitetadas por alguns como de “advocacia arte” ou
“direito alternativo” (SPIELER; QUEIROZ, 2013), o que
se materializava muitas vezes por, em não sendo possível
impetrar-se habeas corpus, protocolar-se meras petições,
d

de idêntico conteúdo ao que seria veiculado num writ,


os

apenas substituindo-se o nome jurídico da peça de “habeas


corpus” por “petição”, genericamente, ou valendo-se de
instrumentos jurídicos assemelhados e que seguiam vi-

90
gorando, a exemplo do direito de petição e do mandado
de segurança (TELES, 2013).
Sobre o conceito de “advocacia arte”, para definir a
atividade dos advogados criminais do período:

De acordo com Mario Simas, o advogado tinha


to

que ser criativo. Era o que ele denominava de


advocacia-arte. A “petição”, que comunicava a
do

prisão de uma pessoa, era dirigida ao presidente


Ed

do STM. Ao recebe-la, ele oficiava ao comando


do I Exército (prisão ocorrida no Rio de Ja-
s

neiro) ou II Exército (prisão ocorrida em São


Paulo). O comandante enviava uma resposta,
ito re
os

dizendo se a pessoa estava ou não presa lá. A


resposta negativa era um problema, pois pode-
ra ito

ria significar que a pessoa já estava morta. Já a


resposta positiva oficializava a prisão, tornando
di

mais difícil que algo mais grave ocorresse com


D sr

a pessoa. Assim, o objetivo da petição era alcan-


çado através da legalização da prisão. A partir
'P es

de então, tanto os familiares quanto os advo-


gados poderiam visitar o preso. A identificação
e a localização do preso diminuíam os riscos
lá e

da tortura. No mesmo sentido, Belisário dos


Santos Júnior lembra que os advogados comu-
ci rv

nicavam a prisão de seu cliente ao presidente do


STM, mas através da chamada “representação”
do a

(SPIELER; QUEIROZ, 2013, p. 44)

Portanto, é correto afirmar que à advocacia criminal,


especialmente nos períodos de estresse autoritário (os quais
são a regra no Brasil), desde o Império e passando por
todos os períodos republicanos, é atribuído um valor que
transcende o campo jurídico, relacionando-se ao rechaço
d

dos regimes e políticas autoritárias, para cuja superação –


os

e aqui numa perspectiva sócio-histórica de inconfessável


teor revolucionário, a partir do seu sentido de amplificação
de liberdade conforme trabalhado por Hannah Arendt – a

91
prática advocatícia criminal mostra-se de singular impor-
tância, senão imprescindibilidade.
A advocacia criminal é, assim, o elemento vivo que
teima em se debater contra a morte inelutável de um
povo cujo Estado nega os meios necessários à sua coesão
e harmonia, tais como, mas não somente, a dignidade e a
to

liberdade; é sempre a primeira manifestação de denúncia


contra um poder abusivo, doente em sua sanha punitiva
do

(a qual sempre vem acompanhada de justificações filo-


Ed

sóficas depuradoras de um certo mal social, que apelam


s

invariavelmente para teorias etiológicas do fenômeno


criminoso, conforme já há muito apontado pela Crimi-
ito re
os

nologia Crítica).
O papel de denúncia (de ilegalidades e abusos de
ra ito

poder os mais diversos), assim, é inseparável da advocacia


di

criminal – cuja nomenclatura de seu protagonista, Augusto


Thompson prefere destacar como “Advogado de Defesa”
D sr

ao invés de advogado criminal, enfatizando sua essência


'P es

política (THOMPSON, 1992).


Nessa ordem de pensamento, não se pode deixar de
lá e

fazer alusão, porquanto coerente à ideia ora esposada, de


que foi exatamente no contexto da resistência da advocacia
ci rv

aos arroubos autoritários característicos dos períodos de


exceção vivenciados no Brasil, os quais, conforme a linha
do a

argumentativa aqui expressada, melhor ilustraram a afinida-


de dessa atividade profissional com o sentido histórico-psi-
canalítico de alma revolucionária enquanto constitutiva de
ações que exteriorizam a psique e que buscam a origina-
lidade norteada pela liberdade, que inúmeras entidades de
advogados de defesa dos direitos humanos tiveram origem
– ainda que não propriamente de advogados criminalistas –
d

e que atualmente ocupam papel de vanguarda na luta pela


os

afirmação de direitos (FALBO; RIBAS, 2017).


Podem ser citadas, a este propósito, conforme Falbo
e Ribas (2017), a Associação Nacional de Advogados

92
dos Trabalhadores na Agricultura (ANATAG); a As-
sociação Nacional de Advogados das Lutas Populares
(ANAP); a Associação Brasileira de Advogados Traba-
lhistas (ABRAT); Coletivo Jurídico da Central Única
dos Trabalhadores (CUT-Jur); o “grupo de esquerda da
OAB”; coletivo de direitos da Comissão Pastoral da
to

Terra (CPT); a Articulação Nacional dos Movimentos


Populares e Sindicais (ANAMPOS); o Instituto Apoio
do

Jurídico Popular (AJUP); e a Rede Nacional de Advo-


Ed

gados e Advogadas Populares (RENAP).


s

Por outro lado, também na contemporaneidade, no


ito re

contexto da advocacia criminal praticada no Brasil, vis-


os

lumbra-se esse aspecto de contraponto a certas práticas e


de crítica e denúncia de determinados modus operandi do
ra ito

Sistema de Justiça Criminal – ainda quando tais meios go-


di

zam do apoio indisfarçável da mídia e da opinião pública.


D sr

E isso porque se assiste atualmente a um sem-número


de iniciativas visando ao enfraquecimento das liberdades
'P es

públicas fundamentais, das quais o advogado criminal é o


seu guardião mais importante.
lá e

Aliás, Gamil Foppel e Pedro Ravel (2016) refletem


que, se a violência hoje contra o advogado não é mais física,
ci rv

como chegara a ocorrer em diversos casos dos períodos


do a

autoritários, nem por isso é menos grave, uma vez que se


concentra sobre as prerrogativas profissionais.
Diga-se, como exemplo de iniciativas autoritárias re-
centes, a limitação ao uso do habeas corpus pelos Tribunais
Superiores5; iniciativas legislativas que buscam flexibilizar
garantias como a presunção de inocência e a individua-
lização da pena a partir de propostas como a execução
d

provisória da pena privativa de liberdade a partir da con-


os

5
Cita-se, à guisa de exemplo, a inadmissibilidade do remédio
heroico como substitutivo de recurso ordinário (BRASIL, HC
109956-PR, 2012).

93
denação em 2ª instância6 ou, no caso do tribunal do júri, a
partir do veredito do Conselho de Sentença7, bem como o
recrudescimento dos critérios para a progressão de regime
de cumprimento da pena8.
Nesse conjunto de ideias, vale mencionar a assim
chamada “operação Lava Jato”, desencadeada no ano de
to

2014 no Brasil e que, a pretexto de combater a corrupção,


levou ao limite – e em muitos momentos ultrapassou-o – o
do

arcabouço de garantias fundamentais salvaguardadas pela


Ed

Constituição de 1988 contra o arbítrio estatal.


s

Se já há algum tempo certos modus operandi da re-


ito re

ferida operação causavam perplexidade e o repúdio de


os

numerosos e importantes atores da comunidade jurídica


em geral, inclusive internacional, como a banalização
ra ito

das prisões preventivas, conduções coercitivas ilegais, in-


di

terceptações telefônicas de comunicações entre clientes


D sr

investigados pela operação e seus advogados, realização


de operações policiais espalhafatosas, com nítido propó-
'P es

sito de captação da opinião pública em detrimento da


lá e

6
Vide a Proposta de Emenda à Constituição nº 199/2019, que “altera
os arts. 102 e 105 da Constituição, transformando os recursos extra-
ci rv

ordinário e especial em ações revisionais de competência originária


do Supremo Tribunal Federal e do Superior Tribunal de Justiça”
do a

(MANENTE, 2019).
7
Vide alteração do art. 492 do Código de Processo Penal empreendida
pela Lei Anticrime – Lei nº 13.964, de 24 de dezembro de 2019,
que determinou o recolhimento imediato ao cárcere do conde-
nado à pena igual ou superior a 15 anos no rito do júri (BRASIL,
2019); a matéria atualmente está pendente de julgamento pelo STF
no RE 123.534.0-SC, sendo certo que dois ministros já votaram
favoravelmente à fixação da tese segundo a qual “a soberania dos
veredictos do Tribunal do Júri autoriza a imediata execução de
d

condenação imposta pelo corpo de jurados, independentemente


do total da pena aplicada”. (BRASIL, RE 1235340, 2019).
os

8
Vide alteração do art. 112 da Lei de Execução Penal empreendida
pela Lei Anticrime – Lei nº 13.964, de 24 de dezembro de 2019
(BRASIL, 2019).

94
presunção de inocências dos personagens visados, entre
outras condutas, as recentes revelações, feitas pelo The
Intercept Brasil9, de diálogos entre os procuradores e o
juiz responsáveis pela operação, noticiadas pela imprensa
brasileira a partir de material obtido pela referida agência
de notícias, escancararam a real faceta da operação.
to

Dúvida alguma remanesce de que se elevou o com-


bate à corrupção, mazela decerto perniciosa e incrustada
do

no sistema político do país, como panaceia para todos os


Ed

problemas nacionais, em detrimento do esfacelamento do


s

estado de direito e do sistema acusatório no país, cujos


efeitos deletérios futuros não se pode ora mensurar.
ito re
os

A associação ilegal e imoral entre Ministério Públi-


co e Magistratura, síntese eloquente do que ora se sabe
ra ito

acerca dos bastidores da operação Lava Jato, e antítese da


di

ideia mais comezinha de devido processo, transformando


instituições da República em cúmplices de um projeto
D sr

político autoritário, constituiu-se no mais violento ataque


'P es

às liberdades públicas desde a redemocratização do país –


contando sempre com os advogados criminais na primeira
lá e

fileira da trincheira da resistência.10


O advogado criminal se faz necessário, portanto – e
ci rv

esse momento da vida nacional evidencia-o -, para realizar


o devido contraponto às sistemáticas arbitrariedades pra-
do a

ticadas por agentes públicos, os quais dispõem do enorme


9
Trata-se de um conjunto de reportagens investigativas divulgadas a
partir de junho de 2019 e que, em síntese, denunciaram, a partir de
dados de comunicação privada obtidos de celulares das autoridades
públicas envolvidas no caso, a associação oculta e inconstitucional
havida entre Ministério Público Federal e o juiz condutor dos
principais processos.
d

10
Concretizando a atuação da alma revolucionária da advocacia cri-
os

minal no âmbito da “operação Lava Jato”, consultar a obra coletiva:


STRECK, Lenio; CARVALHO, Marco Aurélio de (org). O Livro
das suspeições: o que fazer quando sabemos que sabemos que Moro
era parcial e suspeito? [S. l.] Grupo Prerrogativas, 2020.

95
aparato estatal e todos os seus instrumentos para atuar
contra a individualidade, que, por sua vez, conta apenas
com o advogado criminal.
E essa atividade advocatícia requer certo desassombro
– e daí talvez se assemelhe ao espírito do revolucionário -,
na medida em que a onda de iniciativas estatais arbitrárias
to

ora em curso conta, quando não com o apoio explícito,


certamente com o silêncio eloquente da ampla maioria
do

da sociedade, que aplaude inebriada ações lançadas sob o


Ed

pretexto de seus quixotescos artífices de atacar os índices


s

alarmantes de violência ou a morosidade do sistema judicial.


Aliás, é exatamente nesse contexto de pressão pu-
ito re
os

nitiva da opinião pública sobre determinados processos


– inflamadas por um Direito Penal Midiático – que a
ra ito

função do advogado criminal mostra-se menos compre-


di

endida, ao passo que é o palco em que sua importância


mostra-se ainda mais imprescindível, ante o perigo de tal
D sr

sentimento contaminar a própria parcialidade do Poder


'P es

Judiciário (VIEIRA, 2000).


Não foram poucos os casos de advogados que, con-
lá e

forme se disse acima, por representarem e defenderem


judicialmente os inimigos das ditaduras (jornalistas, polí-
ci rv

ticos, estudantes e operários, entre outros), passaram a ser,


eles próprios, inimigos e perseguidos, numa interessante
do a

transmutação da figura de advogado para a de investigado


e/ou processado.
Assim, percebe-se na coragem dos advogados crimi-
nais denunciando as defensores de perseguidos políticos
no Brasil o espírito revolucionário – como assim podem
ser caracterizados os advogados vanguardistas das lutas
abolicionistas, por meio das “ações de liberdade”, da se-
d

gunda metade do século XIX -, quando aceitar a defesa


os

de uma causa significava passar atestado de perseguido


e colocar a si e à sua família sob risco permanente de
assassínio (FALBO; RIBAS, 2017).

96
Poder-se-ia dizer o mesmo dos advogados criminais
contemporâneos, que, na era da informatização e da revo-
lução da comunicação, dispõem-se a defender pessoas já
condenadas pela cobertura midiática de processos criminais
ou defender réus que, mesmo distante das luzes dos ho-
lofotes da mídia e redes sociais, têm contra si toda a carga
to

acusatória, estigmatizante e seletiva do direito penal da


atualidade, que se transmuda em opressão.
do

O criminalista, enfim, é dique, é força que se contrapõe


Ed

ao arbítrio e à violência, hoje e ao longo da história. Em sua


s

atuação há de haver a capacidade de se indignar diante das


ito re

opressões sofridas pelo acusado que, independentemente


os

de sua condição política, social ou econômica, sempre será


o oprimido, mesmo nos casos em que o devido processo
ra ito

legal é respeitado, o que provoca em seu defensor o ímpeto


di

de resistência, próprio dos revolucionários.


D sr

Não há como dissociar, assim, a advocacia criminal,


ontem e hoje, de um nítido viés revolucionário, na medida
'P es

em que bradar em favor da liberdade, compreendida em


toda a sua extensão política e filosófica, não limita, portanto,
lá e

aos limites corporais do direito de ir e vir, foi ao longo da


História e continua a sê-lo na contemporaneidade um ato
ci rv

de coragem e desprendimento, protagonizado principal-


do a

mente pelos advogados criminalistas.

3. CONCLUSÃO
O presente artigo buscou situar a ação do advogado
em geral, e do criminalista em particular, como produto
genuíno da modernidade, pois a sua ação promove rup-
turas de determinados status quo e, quanto mais profundas,
d

densas e possíveis as suas ações, mais modernas elas são e,


os

consequentemente, serão ações revolucionárias.


Assim, acaba sendo revolucionário o causídico atu-
ante na área penal que, de forma muito espessa, propõe

97
continuadas rupturas quando a força estatal detentora do
poder punitivo, sob o fundamento de combate ao crime,
de necessidade do encarceramento como panaceia de todas
as questões criminais e de aniquilamento dos inimigos da
sociedade, esconde propósitos autoritários em descompasso
com Constituição Federal, marcados por verdadeira tirania.
to

Portanto, o advogado criminal sempre foi o garantidor


da cidadania, o que se procurou demonstrar a partir dos
do

exemplos históricos das lutas anti-opressão travadas no


Ed

Brasil desde o Império, passando pelos períodos autoritá-


s

rios da República, e chegando até a contemporaneidade,


ito re

levando esse ministério às últimas consequências, resistindo,


os

bem como fazendo da liberdade humana o seu ideal e,


nesse contexto, o seu sonho permanente, digno da alma
ra ito

dos grandes revolucionários que, no sentido empregado


di

por Christian Dunker (2015), continua respirando, “desde


D sr

que ligada a um coração capaz de sonhar”.


Percebe-se, desse modo, a partir de uma certa perspectiva
'P es

de alma revolucionária, centrada na ideia de desvelamento da


psique humana identificada nas ações concretas do sujeito,
lá e

associada à ideia de revolução em Hannah Arendt como ato


ci rv

subversivo em busca da liberdade plena, ou seja, revolução


como sinônimo de emancipação da opressão em vista de um
do a

espaço público livre, que há uma fina intersecção entre essa


concepção psicanalítica e histórica e a prática da advocacia
criminal enquanto atividade jurídica de louvação da liberdade
plena e da subjetividade, que pugna por um espaço público
plural e tolerante no qual essa individualidade poderá manifes-
tar-se de forma abundante, e que, portanto, atribui ao advogado
criminal um papel político e filosófico transcendente.
d os

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ra ito

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lá e

Direito constitucional penal. Recurso extraordinário. Feminicí-


dio e posse ilegal de arma de fogo. Condenação pelo tribunal do
ci rv

júri. Soberania dos veredictos. Constitucionalidade da execução


imediata da pena. Recurso extraordinário provido. Recorrente:
do a

Ministério Público do Estado de Santa Catarina. Recorrido:


Joel Fagundes da Silva. Rel. Min. Roberto Barroso, 19 set. 2019.
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do a
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101
dos
do a
ci rv
lá e
'P es
D sr
ra ito
ito re
Ed di
os
s
do
to
LA REFORMA
CONSTITUCIONAL DE 2019
EN CUBA Y SU IMPACTO EN
EL DERECHO DEL TRABAJO 5
to
do
Ed
s

Guillermo Ferriol Molina1


ito re
os

1. INTRODUCCIÓN
ra ito

Al acontecer una reforma constitucional, dada la pri-


di

macía de la Ley Suprema sobre el resto de las normas


D sr

jurídicas, se producen sin dudas modificaciones legislativas


ulteriores y necesarias, como modo de adecuar los esce-
'P es

narios y la vida jurídica de un país a los nuevos postulados


contenidos en la Ley Suprema.
lá e

En Cuba la proclamación de una nueva Constitución


de la República, el 10 de abril de 2019, también provocó
ci rv

la necesidad de introducir modificaciones, entre otras,


do a

en la legislación laboral y de seguridad social, la que se


realizará en su momento, en tanto no se vislumbra en lo

Presidente de la Sociedad Cubana de Derecho Laboral y de Segu-


1

ridad Social de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, Miembro


de la Junta Directiva Nacional de la Unión Nacional de Juristas de
Cuba, Profesor Asistente de Derecho del Trabajo en la Facultad de
Derecho de la Universidad de la Habana, Secretario General de la
Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas, Miembro
d

de número de la Asociación Iberoamericana de Derecho del Tra-


os

bajo y la Seguridad Social, Miembro de número de la Asociación


Iberoamericana de Juristas de Derecho del Trabajo y la Seguridad
Social. Email: ferriol_2005@yahoo.es / ORCID iD: https://orcid.
org/0000-0002-1734-2053

103
inmediato una reforma de su Código de Trabajo (Ley
116/13), de su Ley de Seguridad Social (Ley 105/08), de
su legislación de maternidad (Decreto Ley 339/13) o de
los procedimientos de solución de conflictos existentes
(regulados unos en la Ley 116 y en el Decreto 326 y otros
en la Ley 7/77, Ley de Procedimiento Civil, Administra-
to

tivo, Laboral y Económico).


No obstante, varias son las modificaciones y retos que
do

para el mundo del trabajo se prevén al analizar lo prescrito


Ed

en la nueva Constitución de la República. Observemos.


s

2. IMPACTO DE LA NUEVA
ito re
os

CONSTITUCIÓN EN EL MUNDO
LABORAL: MODIFICACIONES
ra ito

QUE INTRODUCE
di

Una primera idea. La Constitución proclamada el 10


D sr

de abril de 2019 en Cuba no estableció una ruptura entre


'P es

el escenario anterior y el que le sucedió tras su entrada en


vigor en la propia fecha, no estableció un antes y un después
lá e

en los escenarios nacionales, sino prescribió un escenario


de continuidad, de perfeccionamiento del sistema social,
ci rv

en el que interactúan desde antes de su promulgación su-


jetos diversos en el orden económico como en el laboral
do a

(Constitución, 2019).
Esos sujetos diversos están determinados por escena-
rios como los siguientes:
El sector estatal, prioritario por su mayor peso en la
economía nacional, brinda ocupación a poco más 3,1 mi-
llones de trabajadores, o sea, aproximadamente el 70,0 %
de la economía y el sector no estatal ocupa actualmente a
d

1,4 millones de trabajadores, aproximadamente el restante


os

30,0 % (www.cubahora.cu, 2019).


Este sector estatal comprende empresas estatales y
unidades presupuestadas, mientras que el no estatal inte-

104
gra al sector cooperativo con cuatro modalidades básicas,
Cooperativas de Producción Agropecuaria, Cooperativas
de Créditos y Servicios, Unidades Básicas de Producción
Cooperativa y desde el año 2012 las denominadas Coo-
perativas No Agropecuarias, estas últimas en sectores muy
diversos como la construcción, la reparación de vehículos,
to

la informática y otros.
Vinculado al sector jurídicamente privado se desa-
do

rrolla la actividad de la Inversión Extranjera que permite


Ed

la constitución de Empresas Mixtas, Empresas de Capital


s

totalmente extranjero y Contratos de Asociación Econó-


mica Internacional, y en otro segmento, se encuentran
ito re
os

los Trabajadores por Cuenta Propia, que hoy son más de


635 000 en el país.
ra ito

Contextualizado el escenario actual adentrémonos,


di

entonces, en las principales modificaciones que la nueva


Constitución introduce para el mundo del trabajo, consi-
D sr

derando en primer lugar su Artículo 1 que reconoce que


'P es

Cuba es un Estado socialista de derecho y justicia social,


democrático, independiente y soberano, organizado con
lá e

todos y para el bien de todos como república unitaria e


indivisible, fundada en el trabajo, la dignidad, el humanismo
ci rv

y la ética de sus ciudadanos para el disfrute de la libertad,


la equidad, la igualdad, la solidaridad, el bienestar y la pros-
do a

peridad individual y colectiva. Aquí se reconoce el papel


del trabajo en el desarrollo de la sociedad.
Bien, en el Artículo 64 de la nueva Constitución se
reconoce el derecho al trabajo y se dispone que la persona
en condición de trabajar tiene derecho a obtener un empleo
digno, en correspondencia con su elección, calificación,
aptitud y exigencias de la economía y la sociedad (Cons-
d

titución, 2019). Aquí se introduce un elemento nuevo y


os

preguntamos ¿qué es empleo digno? ¿Es el trabajo decente


que formula la Organización Internacional del Trabajo
(OIT)? ¿Es el trabajo en su concepción más integral, vin-

105
culado con el principio de dignidad social reconocido en
el artículo 1 de la propia Ley Suprema? Observemos.
Para la OIT el trabajo decente se sustenta en la afir-
mación de la Declaración de Filadelfia, de 1944, de que
todos los seres humanos tienen derecho a desarrollarse en
condiciones de libertad y dignidad, de seguridad econó-
to

mica y en igualdad de oportunidades, con lo que estamos


de acuerdo, más ¿solo se refieren o han de cumplirse estos
do

principios en los escenarios laborales o debe considerarse


Ed

que debe el trabajo propiciar una vida digna al trabajador


s

y su familia más allá de los límites del lugar de trabajo?,


¿se deben extender y entender los efectos del trabajo a
ito re
os

todos los aspectos de la vida del trabajador como persona,


como ser social?
ra ito

Considera este autor que podría hablarse de empleo


di

digno si el trabajo permite que el trabajador desarrolle su


vida en sociedad, con seguridad, respeto, consideración, de
D sr

modo pleno más allá de los límites de su lugar de trabajo,


'P es

que la labor que realice le permita actuar en el medio so-


cial, en su comunidad, en toda la sociedad, sin limitación
lá e

alguna a sus derechos. Y a modo de precisión, para este


autor cuando en el artículo constitucional se plantea la
ci rv

frase empleo digno se trata exactamente de trabajo digno


considerando que empleo existe cuando concurre una
do a

relación laboral de subordinación, mientras que trabajo es


un término más amplio, que comprende la labor que se
desarrolla de modo subordinada como de forma autónoma
y por estar ambas reconocidas en el texto constitucional es
por lo que realizamos esta consideración. Empleo o trabajo
digno podría ser aquel que permite al trabajador como
ciudadano desarrollar su vida más allá de los límites de su
d

lugar de trabajo en condiciones de libertad y dignidad,


os

de seguridad económica y en igualdad de oportunidades.


La nueva Constitución, también, en su Artículo 66
prescribe que se prohíbe el trabajo de las niñas, los niños

106
y los adolescentes. Este es un principio que ya se encon-
traba reconocido en el texto constitucional anterior como
en la Ley 116/13, Código de Trabajo, que en su artículo
2 reconoce como uno de los principios del Derecho del
Trabajo en Cuba la prohibición del trabajo infantil y la
protección especial a los jóvenes en edades comprendidas
to

entre quince y dieciocho años de edad, que se incorporan


al trabajo, con el fin de garantizar su desarrollo integral.
do

Sobre estas disposiciones, que de modo general se cumplen


Ed

en el país, es de recordar que la edad laboral, la capaci-


s

dad para concertar contratos de trabajo se adquiere a los


diecisiete años y que excepcionalmente los empleadores
ito re
os

pueden concertar contratos de trabajo con los jóvenes de


quince y dieciséis años, con el consentimiento de los padres
ra ito

o tutores y previa aprobación del Director Municipal de


di

Trabajo. Estas disposiciones han de cumplirse también en


el sector no estatal, pues con todo fundamento constituyen
D sr

principios fundamentales de Derecho del Trabajo en Cuba.


'P es

Un precepto de amplia repercusión incluido en la


nueva Constitución es el artículo 20 que dispone que los
lá e

trabajadores participan en los procesos de planificación,


regulación, gestión y control de la economía. En la Ley 116
ci rv

(2013), Código de Trabajo, se dispone que los trabajadores


participan en la dirección de las entidades donde laboran,
do a

participación que puede ser individual y colectiva, siendo


mayoritariamente la participación indirecta, a través de las
organizaciones sindicales o en asambleas.
Con la nueva Constitución se modifica, por tanto,
lo dispuesto en la Ley 116 y se amplía el alcance de esa
participación, lo que determina la necesidad de analizar
cómo en este nuevo escenario jurídico, se debe observar
d

la participación de los trabajadores en cada uno de los as-


os

pectos constitucionalmente descritos, en la planificación,


la regulación, la gestión y el control de la economía, sobre
lo que preliminarmente valoramos que la participación

107
de los trabajadores actualmente con relación a las nuevas
disposiciones constitucionales es limitada, de restringido
alcance, lo que impacta negativamente en el desarrollo de
los recursos humanos, en la eficiencia en el trabajo, en la
productividad, en la mejora continua, en la eficiencia em-
presarial, en la ampliación del sentido de pertenencia en el
to

colectivo y como propietarios de los medios de producción,


siendo necesario se modifique esta realidad no solo para
do

atemperarla a la nueva disposición constitucional, sino


Ed

también si reconocemos el impacto de la participación en


s

los resultados del trabajo.


Transitemos hacia otro artículo constitucional. En el
ito re
os

artículo 42 se prescribe que todas las personas son igua-


les ante la ley, reciben la misma protección y trato de las
ra ito

autoridades y gozan de los mismos derechos, libertades


di

y oportunidades, sin ninguna discriminación por razones


de sexo, género, orientación sexual, identidad de género,
D sr

edad, origen étnico, color de la piel, creencia religiosa,


'P es

discapacidad, origen nacional o territorial, o cualquier


otra condición o circunstancia personal que implique
lá e

distinción lesiva a la dignidad humana (Constitución,


2019). Por su parte, en la Ley 116 (2013), Código de
ci rv

Trabajo, al definir el principio fundamental de igualdad


en el trabajo no se incluye las condiciones o circunstan-
do a

cias de identidad de género, edad, origen étnico, origen


nacional, por lo que en cualquier próxima modificación
de la ley laboral deben incluirse.
En otro orden el artículo 68 constitucional precisa que
la persona que trabaja tiene derecho a la seguridad social
(Constitución, 2019). El Estado, mediante el sistema de
seguridad social, le garantiza la protección adecuada cuando
d

se encuentre impedida de laborar por su edad, maternidad,


os

paternidad, invalidez o enfermedad. La expresa referencia


a la paternidad debe reconocerse en la legislación general
como en las relativas a la seguridad social y a la maternidad,

108
si bien en el Decreto Ley 339 (2013) se conceden derechos
a la madre y al padre trabajadores del sector estatal, en lo
que a cada cual corresponda, para propiciar la responsabi-
lidad compartida con la familia en el cuidado y atención
del hijo e hija menores de edad.
Los retos más importantes en materia de Seguridad
to

Social se originarán según se enfrente el proceso de enveje-


cimiento poblacional presente en el país, hoy. La esperanza
do

de vida es de 79,92 años, en las mujeres de 81,93, en los


Ed

hombres de 77,95, la población se encuentra envejecida,


s

el 20% de ella tiene más de 60 años de edad y existe una


baja tasa de natalidad. Si bien se han adoptado medidas para
ito re
os

incrementar la fecundidad y la natalidad no parecen estas ser


aún de amplio impacto. Han sido causas del envejecimiento
ra ito

poblacional no solo la baja tasa de natalidad, sino también


di

el alto nivel educacional en el país, la relativa emigración


y las condiciones económicas recrudecidas cada día por el
D sr

bloqueo comercial, económico y financiero del gobierno


'P es

de los Estados Unidos contra el pueblo cubano.


En otro orden, la nueva Constitución en su artículo
lá e

92 dispone que el Estado garantiza, de conformidad con


la ley, que las personas puedan acceder a los órganos judi-
ci rv

ciales a fin de obtener una tutela efectiva de sus derechos e


intereses legítimos (Constitución, 2019). Aquí preguntamos
do a

¿Qué es tutela judicial efectiva?


Si se trata de que todos los trabajadores pueden acceder
a la vía judicial cualquiera que fuere el conflicto de trabajo,
ya fuere de disciplina, derechos o de contenido económico,
habría que pensar en varios aspectos considerando que por
ley algunas medidas disciplinarias, incluyendo la separación
del sector o actividad, no son impugnables actualmente en vía
d

judicial, que en determinados segmentos laborales la solución


os

de conflictos laborales se hace solo por vía administrativa, que


si sería menester o no aperturar la instancia provincial para
los conflictos ordinarios, así como, y es otra idea, si la gama

109
de medidas disciplinarias actuales son suficientes si realizamos
una valoración integral de los procedimientos. Otro asunto
a analizar es cómo se resuelven, en las nuevas condiciones,
los conflictos individuales de trabajo entre empleadores y
trabajadores en el sector privado.
¿Se trataría también de eliminar, en lo posible, proce-
to

dimientos especiales no necesarios y mecanismos adminis-


trativos de solución de conflictos laborales? y de ¿laborar
do

en la necesaria especialización de los jueces de trabajo,


Ed

dada la naturaleza y la especificidad sustantiva y procesal


s

del Derecho de Trabajo?


ito re

Sobre el procedimiento laboral recordemos que desde


os

el mes de junio de 2014, al entrar en vigor la Ley No. 116,


nuevo Código de Trabajo y el Decreto No. 326 (2014), que
ra ito

es su Reglamento, se precisa que los trabajadores según el


di

sector donde laboran, reclaman sus derechos de trabajo y


D sr

seguridad social al:


'P es

a. Sistema de Justicia Laboral: en los órganos, or-


ganismos de la Administración Central del Es-
lá e

tado y entidades nacionales, en ambos casos su


sistema empresarial y presupuestado, empresas y
ci rv

dependencias de las organizaciones políticas y de


masas, entidades empleadoras de las inversiones
do a

extranjeras y aquellas que contratan directa-


mente la fuerza de trabajo, con las excepciones
reguladas en el propio Código.
b. Sistema judicial: para los contratados por per-
sonas naturales autorizadas para ello y para los
trabajadores asalariados de las formas asociativas
y de las cooperativas, una vez agotado el proce-
dimiento específico cuando así se establezca.
d os

Sobre esta distinción pueden surgir varios criterios,


considerando que los órganos que forman parte del sistema
judicial son también, para esta rama del Derecho, órganos

110
de justicia laboral. En esencia, la diferencia radica en el
sector, tal como expresa este precepto en su primera parte.
Dispone el código que los trabajadores contratados
por personas naturales autorizadas para ello presentan
sus reclamaciones en materia laboral directamente ante
los tribunales municipales populares, cumpliendo el pro-
to

cedimiento establecido en la ley, lo que nos remite a lo


prescrito en la Ley No. 7 (1977), Ley de Procedimiento
do

Civil, Administrativo y Laboral. Por su parte, en las formas


Ed

asociativas y cooperativas las reclamaciones en materia


s

laboral de los trabajadores asalariados, se resuelven por el


procedimiento específico (en algunos se establece en los
ito re
os

estatutos o reglamentos internos), y, una vez agotado este,


cuando así se establezca, pueden acudir a la vía judicial.
ra ito

No debemos obviar la solución de conflictos en ma-


di

teria de seguridad social. Este procedimiento se encuentra


dispuesto, de modo específico, en la Ley No. 105 (2008),
D sr

De Seguridad Social y en el Decreto No. 283 (2009), que


'P es

es su Reglamento, prescribiéndose en su ejercicio la ac-


tuación de instancias de dirección del Instituto Nacional
lá e

de Seguridad Social, del Órgano de Justicia Laboral o del


sistema de tribunales, según la naturaleza de la reclamación.
ci rv

Obsérvese que no hemos practicado ni regulado aún


formas alternativas de solución de conflictos en el mundo
do a

del trabajo, y unas y otras se deben analizar junto a los


procedimientos de solución de conflictos colectivos de
trabajo. Sobre este debemos recordar que como el proceso
relativo a la negociación colectiva tiene un carácter bási-
camente conciliatorio, para resolver las discrepancias que
surjan en el proceso de elaboración, modificación y revisión
de los Convenios Colectivos de Trabajo, así como en su
d

interpretación o cumplimiento, las partes pueden acordar,


os

luego de agotado el proceso conciliatorio, someterlo al


procedimiento de arbitraje ante la Oficina Nacional de
Inspección del Trabajo.

111
En resumen, hoy tenemos procedimientos de solución
de conflictos diversos, en una economía ya no tan homo-
génea en cuanto a las formas de propiedad y de gestión
laboral, como diversa en cuanto a sus actores. De ahí que
las normas sustantivas laborales, en especial el Código de
Trabajo, en la parte correspondiente, comprendieran cada
to

una de las formas de trabajo y reconociera los principales


procedimientos a ejercer para la solución de conflictos.
do

Pero de aquí surgen varios retos:


Ed

Si recordamos que el Derecho Procesal de Traba-


s

jo surge como acompañante del derecho material, para


algunos como una disciplina auxiliar de aquel, debido a
ito re
os

su eficacia como medio de realización de intereses sub-


jetivos de ciudadanos amparados por el derecho material
ra ito

y que tiene por objeto la solución de las controversias y


di

conflictos de trabajo, ya sean individuales o colectivos, la


profundización de su desarrollo en las nuevas condiciones
D sr

económicas y laborales en Cuba se torna una necesidad,


'P es

considerando, además, que a partir de las nuevas condiciones


económicas y laborales, parte importante de las decisiones
lá e

en el mundo del trabajo se adoptan a nivel de empresa,


establecimiento o lugar específico de trabajo, en sectores
ci rv

estatales o privados, lo que hace que, de no regularse o


reconocerse adecuadamente las disposiciones o derechos
do a

laborales, se puedan originar en mayor o menor medida


conflictos de trabajo, que determinen la necesidad de un
Derecho Procesal de Trabajo aún más perfeccionado. Este
es un primer reto, que nace de la diversidad de escenarios
laborales presentes hoy en el país y de la descentralización
de facultades recién aprobada.
Para contribuir a nuestro análisis recordemos, también,
d

que el Derecho Procesal del Trabajo tiene autonomía pro-


os

pia, tiene sus propios principios y debe regularse de manera


independiente, según varios estudios, considerando que
parte de las relaciones de trabajo que se conocen en su

112
ejercicio lo hacen distinguir de las relaciones jurídicas que
conocen otras ramas procesales, tal el caso de las caracte-
rísticas y efectos que se originan por la natural desigualdad
de las partes en materia laboral, que sustenta la asimetría
presente en este tipo de relación. De ahí que el Derecho
del Trabajo tenga en especial un carácter Protector, por lo
to

que se hace necesario contar con un sistema procesal dife-


renciado claramente del sistema procesal civil, por ejemplo.
do

Esta puede ser otra idea, o sea, la necesidad de establecer o


Ed

aprobar una ley procesal laboral que permita regular en un


s

solo texto los variados procedimientos existentes o incluso


unificar algunos.
ito re
os

Es de apreciar que los procedimientos hoy existentes


en Cuba, en comparación con otros procedimientos cono-
ra ito

cidos, son ágiles, ajenos a formalidades, con garantías para las


di

partes. Es de destacar en ellos que la solución de conflictos


se realiza inicialmente en el lugar de trabajo y también
D sr

la participación popular en la solución de conflictos. Los


'P es

principios en los que se sustenta el procedimiento laboral


cubano son los aceptados generalmente en el mundo.
lá e

Por eso ratifico que un asunto a considerar es la di-


versidad normativa existente, en algunos casos por tipos
ci rv

de procesos, como los de seguridad social o los conflictos


colectivos. Hoy parte de los procedimientos se regulan en
do a

el Código de Trabajo (1984) y en su Reglamento, otros


se encuentran sustentados en la Ley No. 7, los conflictos
colectivos tienen su regulación en el Código y en su Re-
glamento. En este punto puede surgir la idea de sustraer
del Código y de su Reglamento la materia procesal y dejar
en esas normas solo lo sustantivo.
Otro asunto a analizar es cómo se resuelven, en las
d

nuevas condiciones, los conflictos individuales de trabajo


os

entre empleadores y trabajadores en el sector privado,


sector que hoy comprende al 30 % de la fuerza laboral del
país, y de modo especial los trabajadores contratados por

113
formas asociativas, por cooperativas agropecuarias o no y
por trabajadores por cuenta propia, considerando el tipo
de relación jurídica que entre ellos se establecen.
Se trata también de la necesidad de modernizar o per-
feccionar el procedimiento, haciéndolo más accesible aún
a las partes, evitando la dispersión legislativa, lo que es un
to

principio que en los últimos tiempos se ha practicado en


el país, como pudiera plantearse el debate por eliminar, en
do

lo posible, procedimientos especiales no necesarios y meca-


Ed

nismos administrativos de solución de conflictos laborales.


s

También sería posible punto de valoración la necesaria


especialización de los jueces de trabajo, dada la naturaleza y
ito re
os

la especificidad sustantiva y procesal del Derecho de Trabajo.


Se trata también de homogenizar en lo posible los
ra ito

procedimientos de solución de conflictos de trabajo que


di

existen en el país, y prever que de cada uno de ellos se puede


acceder a la justicia efectiva. Se trata en consecuencia de
D sr

abandonar algunas prácticas no laborales, sino administra-


'P es

tivas para la solución de conflictos de trabajo en práctica


en la actualidad.
lá e

Sobre lo antes valorado ya la nueva Constitución de


la República prescribe en Disposición Transitoria Décima
ci rv

que el Consejo de Gobierno del Tribunal Supremo Po-


pular, en el plazo de dieciocho meses de entrada en vigor
do a

de la Constitución, presenta a la Asamblea Nacional del


Poder Popular el proyecto de nueva Ley de los Tribuna-
les Populares, ajustado a los cambios que en la presente
Constitución se establecen, así como las propuestas de
modificaciones a la Ley de Procedimiento Penal y a la
Ley de Procedimiento Civil, Administrativo, Laboral y
Económico, que correspondan.
d

En otro orden, si de perfeccionamiento normativo


os

hablamos, de considerarse la modificación del Código de


Trabajo debe modificarse el reconocimiento de derechos
como principios como hoy aparece en el artículo 2 de la

114
Ley 116, Código de Trabajo, pues jurídicamente hablando
no son lo mismo los principios jurídicos que los derechos,
como también debe eliminarse la proliferación de remisio-
nes legislativas contenida hoy en el Código de Trabajo, el
que en 73 momentos remite a su Reglamento para explicar
lo que dispone, sin obviar que el Acuerdo del Consejo de
to

Estado que establece la Metodología para la elaboración


de las disposiciones jurídicas, de 14 de septiembre de 2018
do

y la Resolución 223 Ministro de Justicia, de 4 de noviem-


Ed

bre de 2018, disponen la estructura que deben tener los


s

Códigos en el país.
Como efecto de los nuevos tiempos, añado en este
ito re
os

artículo el influjo de la denominada Revolución 4.0 en


el mundo del trabajo en Cuba: E teletrabajo, el trabajo
ra ito

a distancia y el trabajo a domicilio, pues son elementos


di

devenidos en momento posterior a la aprobación de la


nueva Constitución que no debemos de obviar en mo-
D sr

mento alguno.
'P es

Dada la novedad de los términos y por su poco o


casi nulo uso hasta la fecha, se han confundido teletrabajo,
lá e

el trabajo a distancia y el trabajo a domicilio, lo que nos


motiva a exponer algunas de sus principales características.
ci rv

Comencemos por el teletrabajo. Esta es una modalidad


de amplio uso fuera de nuestro país, si bien ya se observa
do a

su desarrollo en algunas actividades autorizadas en Cuba


esencialmente a los trabajadores por cuenta propia, los
que utilizan las nuevas tecnologías para recibir o remitir
encargos de trabajo de personas naturales y jurídicas. Esta
modalidad permite trabajar en un lugar diferente a las
oficinas o domicilio del empleador, mediante la utiliza-
ción de las nuevas tecnologías de la información y de las
d

comunicaciones. Es el trabajo realizado a distancia (distante


os

del domicilio del empleador) utilizando las conocidas TICs.


Nos gusta decir que es la vinculación de la telemática con
el trabajo. Se realiza fuera del lugar normal de trabajo, la

115
presencia del trabajador no se certifica mediante las vías
tradicionales (tarjeta de asistencia, por ejemplo), sino me-
diante el uso de las tecnologías, permite trabajar en cual-
quier momento, no requiere un horario fijo, aunque deben
definirse los periodos en que el teletrabajador debe estar
accesible para el empleador, considerando especialmente
to

que todo puesto de trabajo se vincula a otro para lograr


los resultados programados. No se realiza necesariamente
do

en el domicilio del trabajador.


Ed

La Organización Internacional del Trabajo (OIT)


s

define al teletrabajo como una modalidad o forma de


trabajo que se realiza en una ubicación alejada, distante
ito re
os

de las instalaciones centrales del empleador, separando al


trabajador que lo realiza del contacto personal con colegas
ra ito

de trabajo, mediante el uso de las nuevas tecnologías.


di

El trabajo a distancia, por su parte, es aquel que se


realiza desde el domicilio del trabajador o trabajadora, del
D sr

de un familiar, del de un amigo, en un vehículo, en un


'P es

sitio wifi, puede realizarse con o sin el uso de las nuevas


tecnologías, se caracteriza porque se realiza en un lugar
lá e

distante de las oficinas del empleador.


El teletrabajo, entonces, es una forma específica del
ci rv

trabajo a distancia.
El trabajo a domicilio es una modalidad de trabajo que,
do a

como indica su nombre, se realiza en el domicilio del traba-


jador, constituyendo también una modalidad del trabajo a
distancia, que puede realizarse o no con el uso de las nuevas
tecnologías. En Cuba existen antecedentes de su uso, básica-
mente en la industria ligera, incluso en el Código de Trabajo
anterior al vigente se regulaba como una modalidad específica
de contrato, y si bien en el actual Código de Trabajo no se
d

dispone como tal, no se limita su utilización (Ley 49, 1984).


os

La utilización de estas modalidades de trabajo reporta


ventajas diversas para los empleadores, las organizaciones
así como para los trabajadores. Algunas de ellas son:

116
Para las organizaciones se reportan menores costos y
gastos, mayor productividad del trabajo de implantarse el
trabajo por objetivos, lo que en el país tuvo un importante
impulso a fines del siglo XX, se controlan los objetivos a
cumplir, su cumplimiento, no el horario de trabajo, menor
necesidad de determinados equipos, eliminación del control
to

de asistencia diaria, eliminación del ausentismo al trabajo.


Para los trabajadores comprende mayor autonomía en
do

el trabajo, dispone su horario, mayor especialización, menos


Ed

desplazamientos, menos estrés, elección de su entorno de


s

trabajo, más tiempo libre.


Para permitir una valoración integral, sus mayores
ito re
os

desventajas son la ausencia de ambiente y comunidad de


trabajo, no hay relación directa con otros trabajadores, a lo
ra ito

que se vincula que puede provocar la pérdida de colabora-


di

ción entre ellos o pueden existir horarios ilimitados, con lo


que se puede afectar la salud del trabajador o la trabajadora.
D sr

Ahora bien, estas modalidades de trabajo, de practicarse


'P es

con mayor amplitud, comportan la introducción de nuevos


retos para trabajadores como para empleadores. Pensemos
lá e

siempre que, como regla, todo puesto de trabajo tributa a


otro al que está vinculado por sus resultados, por lo que
ci rv

un primer elemento a valorar es qué puesto de trabajo


o qué funciones pueden desempeñarse a distancia en los
do a

que no se necesite la presencia diaria del trabajador en el


centro de trabajo.
Una vez determinado lo anterior, debe modificarse
el instrumento jurídico por el que se formalizó la relación
laboral del trabajador con su empleador, el contrato de
trabajo mediante un suplemento o el escrito de designa-
ción o nombramiento.
d

Lo anterior resulta de suma importancia, pues cam-


os

bian varios de los elementos que integran, por ejemplo, el


contrato de trabajo. Recordemos que el artículo 24 de la
Ley 116, Código de Trabajo, dispone, entre otros elementos,

117
que en el contrato de trabajo deben incluirse el lugar de
trabajo acordado entre las partes, el horario, la duración de
la jornada y el régimen de trabajo y descanso, así como las
condiciones de seguridad y salud en el trabajo, en corres-
pondencia con el cargo o labor.
De acordarse alguna de las modalidades analizadas debe
to

suscribirse el correspondiente suplemento al contrato de


trabajo modificando cada una de las condiciones de trabajo
do

expuestas. Además, en correspondencia con ello, deben


Ed

modificarse los procedimientos de control del trabajo, que


s

ya no se inicia cada día por la observación del registro o


tarjeta de asistencia para conocer si el trabajador o la tra-
ito re
os

bajadora asistió y de modo puntual al centro de trabajo, o


en otro ejemplo, la jornada de trabajo se sitúa en segundo
ra ito

plano pues lo que se controla no es el cumplimiento de


di

determinada cantidad de horas en el trabajo, sino el cum-


plimiento de objetivos y tareas (debe entregarse un trabajo
D sr

en un día determinado), como en otro orden se traslada


'P es

el cumplimiento de normas de seguridad y salud en el


trabajo del centro u oficina del empleador al lugar donde
lá e

se realiza el trabajo a distancia.


Y ya que tratamos de modificaciones al contrato de
ci rv

trabajo, recordemos que antes planteamos que la actual


legislación laboral no reconoce como una modalidad es-
do a

pecífica de contrato el trabajo a domicilio como si lo hacía


el Código de Trabajo anterior, tampoco se regulan en ella
de modo específico el trabajo a distancia o el teletrabajo.
En nuestro criterio pudieran incluirse estas modalidades
de modo particular en un futuro para precisar sus particu-
laridades, para una mayor precisión, si resultare necesario,
sin embargo, estas modalidades pueden entenderse insertas
d

hoy en cualquiera de los dos tipos de contratos de trabajo


os

reconocidos en la legislación laboral vigente: si el trabajo


a distancia se concierta para realizar labores de carácter
permanente se ha de entender como parte de un contrato

118
de trabajo por tiempo indeterminado, y si se concierta
para labores por tiempo determinado o para la ejecución
de un trabajo u obra se ha de entender como parte de un
contrato de trabajo temporal.

3. ENSEÑANZAS QUE LA COVID-19 HA


to

DEJADO EN EL MUNDO DEL TRABAJO


Y DE SEGURIDAD SOCIAL EN EL PAÍS
do
Ed

Varias son las enseñanzas que la pandemia de la CO-


VID-19 ha dejado en el mundo del trabajo y de seguridad
s

social en el país, por un lado, contrario a lo ocurrido en


ito re

otros países, se ha demostrado la importancia de la partici-


os

pación del Estado y de los actores laborales en la adopción


ra ito

de normas de protección a trabajadores y trabajadoras, por


ejemplo, se aplicó de modo intenso la adición que median-
di

te el Decreto 351, de 1 de julio de 2018, se introdujo al


D sr

artículo 78 del Decreto No. 326, Reglamento del Código


de Trabajo, que dispuso que excepcionalmente, cuando las
'P es

circunstancias así lo aconsejen, los trabajadores declarados


interruptos perciben una garantía salarial equivalente al
lá e

60 % de su salario básico diario a partir del segundo mes


ci rv

de interrupción, computado de forma consecutiva o no


por el período que se determine. Lo excepcional en esta
do a

adición es que la referida garantía se ofrece mientras duren


las circunstancias descritas.
A partir de esta regulación se ofreció esta protección a
los trabajadores en condiciones de vulnerabilidad, cuando
no era reubicado en otro puesto, a los que se encontraban
en aislamiento preventivo, a la madre, el padre o familiar
encargado del cuidado de un menor. A esta medida se
d

añadieron otras para proteger a los trabajadores por cuenta


os

propia ante la paralización o disminución de sus actividades.


Otra enseñanza lo ha sido la extensión del trabajo a
distancia, una medida que desde hacía meses se había va-

119
lorado introducir, pero que la pandemia generó su mayor
aplicación. Nadie duda de que esta modalidad de trabajo
no se circunscribirá solo al momento de ocurrencia de
esta crisis de salud.

4. CONCLUSIONES
to

La reforma constitucional aprobada en Cuba en el año


2019 impacta en no pocos aspectos de la legislación laboral
do

y de seguridad social. Esta reforma introduce nuevos retos


Ed

a la práctica laboral en el país.


s

El trabajo a distancia adquiere en los nuevos escena-


ito re

rios una importancia significativa y debe extenderse a los


os

lugares donde sea posible por las ventajas que ofrece a los
trabajadores como a los empleadores.
ra ito

La pandemia de la COVID-19 ha introducido nuevas


di

enseñanzas para el mundo del trabajo en Cuba y demostró


D sr

la importancia de la participación de Estado y de los actores


laborales en la adopción de medidas y normas laborales.
'P es

REFERENCIAS
lá e

Constitución de la República de Cuba, 1976


ci rv

Constitución de la República de Cuba, 2019


Ley No. 7/1977, Ley de Procedimiento Civil, Administrativo,
do a

Laboral y Económico.
Ley Nº. 49/1984, Código de Trabajo.
Ley 105, De la Seguridad Social
Ley 116, Código de Trabajo.
Decreto Ley 339/2013, De la maternidad de la mujer trabajadora.
d os

120
CONTRIBUIÇÕES DE PETR
STUCKA SOBRE POSSIBILIDADES
DE SUPERAÇÃO DA FORMA
JURÍDICA DA MERCADORIA 6
to
do
Ed
s

João Paulo de Faria Santos1


ito re
os

Não se deve pintar de vermelho


ra ito

as paredes velhas que estão caindo,


di

no lugar de reconstrui-las
Petr Stucka
D sr
'P es

1. INTRODUÇÃO
A teoria jurídica marxista tem se baseado, ao longo
lá e

da maior parte de seu amadurecimento, em uma dupla


crítica implacável do Direito. Por um lado, a crítica do
ci rv

Direito como falseamento da realidade; por outro, a crítica


do a

da própria forma jurídica adotada pela burguesia na im-


plementação do Estado Moderno, vendo-a como reflexo
fundante do modo de produção capitalista.
A primeira crítica, portanto, entende o Direito en-
quanto ideologia, ou seja, um falseamento da realidade
que consistiria na concepção de que o Direito é uma
norma geral que deve ser cumprida como vontade geral
d

ou como princípio universal racional, e, dessa forma, não


os

Mestre em Teoria do Direito pela Universidade de Brasília e Dou-


1

torando em Direito Econômico e Economia Política pela Univer-


sidade de São Paulo. Advogado da União.

121
pode ser visto como ele, na realidade, é: imposição de
interesses específicos de uma classe para o cumprimento
compulsório de todos. Essa crítica permanece na análise
do Direito como superestrutura social, ou seja, como um
reflexo que mantém, na verdade, a estrutura social de re-
produção econômica.
to

A segunda categoria de crítica é uma tentativa, a partir


da leitura da obra “O Capital” e outros textos de economia
do

política de Marx, de relacionar o Direito com a própria


Ed

estrutura econômica da sociedade. As relações de produção,


s

portanto, são uma categoria primária do próprio Direito,


especialmente do Direito de propriedade e da autonomia
ito re
os

contratual. Em uma sociedade centralizada no mercado,


não haveria também como não se falar na forma jurídica,
ra ito

que é necessária e imprescindível a realização dessa forma


di

produtiva, estabilizando-as como relações de propriedade.


A análise que nos propomos a fazer nesse artigo pro-
D sr

curará, primeiramente, a descrição dos próprios textos


'P es

marxianos e do clássico “Socialismo Jurídico” de Friedrich


Engels e Karl Kautsky, publicado somente quatro anos após
lá e

a morte de Marx, que resume a obra marxiana no aspecto


do Direito como ideologia, e será texto obrigatório para
ci rv

o amadurecimento da crítica posterior. Ainda, nesse ponto,


iremos analisar as críticas de Hans Kelsen e suas pondera-
do a

ções construtivas sobre ideologia, Direito e teoria jurídica.


Já em relação a crítica segunda, mais profunda, que
entende o Direito como linguagem da economia e da so-
ciedade sob um determinado modo de produção, não há
como se afastar da obra máxima de Evguiéni Pachukanis2,

2
Os nomes dos autores russos trazem, tendo em vista o alfabeto cirí-
d

lico, grafias bastante diversas em português. O critério adotado no


os

artigo foi o mais simples possível, mera cópia da grafia das traduções
das obras utilizadas, descritas nas referências ao final. Assim adotare-
mos Petr Stucka e Evguiéni Pachukanis como grafias padronizada
para nos referirmos a estes juristas.

122
que será a base para a tradução epistemológica de Economia
Política de Marx para a Teoria Geral do Direito.
Entretanto, a busca desse artigo não se encerrará na
dupla crítica desconstrutiva marxista, nem no tocante a ide-
ologia, nem no tocante ao modo de produção capitalista.Ao
final, nossa ideia é apresentar também vertentes marxistas
to

propositivas que apontem possibilidades emancipatórias do


Direito para além da forma jurídica da mercadoria.
do

Nossa lente, por isso, se focará no estudo da obra de


Ed

outro autor, contemporâneo a Pachukanis e que estabeleceu


s

debates jurídicos importantes com ele: o jurista letão Petr


ito re

Stucka (1865-1932). Sua obra não discorda da crítica da


os

forma jurídica da mercadoria elaborada por Pachukanis,


mas tenta reduzi-la a formas historicamente hegemônicas e,
ra ito

por isso, quase absolutas em determinadas épocas, de como


di

o Direito era pensado, desde Roma, sob certos aspectos,


D sr

inclusive.Todavia, Stucka aponta também para formas sim-


plificadoras e desmistificadas, que enunciem o caráter de
'P es

classe do Direito e, exatamente por isso, possam construir


formas jurídicas diferentes das estabelecidas na modernida-
lá e

de burguesa.Tais possibilidades foram intentadas de forma


ousada, inclusive pelo próprio Stucka, no experimentalismo
ci rv

soviético (1917-1924), mas não são por ele inauguradas:


do a

dessa forma, perseguiremos, à guisa de conclusão, as fontes


inspiradoras de superação da forma jurídica, ainda na Ale-
manha Bismarckiana, especialmente os escritos de Lorenz
Von Stein, ou mesmo nas primeiras obras de Karl Renner
e nos debates constitucionais da República de Weimar,
que enunciam teorias diversas sobre o Direito público e a
função social do Direito como um todo.
d

2. O DIREITO COMO IDEOLOGIA


os

O enunciado do Manifesto Comunista tem a clareza


de resumir o pensamento marxiano sobre o Direito até a

123
maturidade da crítica da economia política produzir algo
diverso. O Direito, no segundo capitulo do famoso mani-
festo, é assim definido: “... Direito não passa da vontade de
vossa classe erigida em lei”3. É a inversão marxiana absoluta
do idealismo da filosofia alemã de sua época (especialmente
hegeliana), que também inclua o mundo da teoria jurídica.
to

Ao contrário desse idealismo, Marx sabia que as ideias –


jurídicas, inclusive – eram meras abstrações de realidades
do

concretas, de classe, camufladas como realidades subjacentes.


Ed

O descobrimento do caráter ideológico do Direito


s

é um prenúncio importante da separação do Direito em


ito re

relação a moral, que será a tônica de teorias jurídicas nor-


os

mativistas ao longo do século XX. Sob a base epistemo-


lógica do materialismo histórico dialético, que busca uma
ra ito

interpretação econômica – e até certo ponto objetiva - da


di

realidade social baseada o modo de produção, o Direito


D sr

é equiparado ao próprio Estado (e inseparável deste), ou


mesmo à moral, como formas superestruturais que levam,
'P es

invariavelmente, à manutenção da exploração de classe


contida nas relações produtivas.
lá e

Já há algum tempo, o jovem Marx estabelecia essa


relação entre Direito e Ideologia. Entre seus primeiros
ci rv

escritos de fôlego, publicados em jornais alemães da época,


do a

podemos encontrar menções relevantes nesse sentido.


Um deles, ainda de 1842, é um dos primeiros que
publica no jornal Gazeta Renana (Rheinische Zeitung), um
ano depois de concluídos seus estudos universitários, no
qual versa sobre uma lei que criminalizava um costume
dos camponeses da Renânia de coletar gravetos e madeiras
desde tempos imemoriais.
Neste artigo, Marx compara a lei com um ritual de
d

uma comunidade indígena da Rússia Siberiana, os Samoie-


os

MARX, Karl. Manifesto Comunista. São Paulo: Boitempo, 2010.


3

Página 54.

124
dos, que matavam um animal esquartejando-o sempre com
uma faca russa, fazendo que assim, em sua cosmovisão tra-
dicional, toda a vingança da morte do animal recaísse sobre
os russos, povo historicamente inimigo dos samoiedos. É
nesse ponto que Marx assevera: “pode-se transformar a lei
em uma faca russa, mesmo que não se tenha a pretensão de
to

ser um samoiedo”4. Ou seja, a lei simplesmente estabelece,


por seu suposto padrão normativo universalizante, uma
do

obliteração do real interesse oculto que, posteriormente,


Ed

será nomeado de interesse de classe.


s

Já no início de 1844, na “Crítica a Filosofia do Direito


em Hegel – Introdução”, publicado nos Anais Franco-Ale-
ito re
os

mães (Deutsch-Französische Jahrbücher), seu foco é a Escola


Histórica do Direito, capitaneada por seu ex-professor
ra ito

Frederick Von Savigny, onde Marx classifica o Direito como


di

visto por esses teóricos, como a pura e simples perpetuação


da exploração:
D sr
'P es

Uma escola que legitima a infâmia de hoje pela


de ontem, que considera como rebelde todo
grito do servo contra o açoite desde que este
lá e

seja um açoite venerável, ancestral e histórico;


uma escola à qual a história, tal como o Deus de
ci rv

Israel fez com o seu servo Moisés, só mostra o


seu a posteriori – a Escola Histórica do Direito -,
do a

tal escola teria, assim, inventado a história alemã,


não fosse ela uma invenção da história alemã”5

O Direito, em seu caráter ideológico, era, então, des-


nudado desde o princípio das obras marxianas, seja como
pseudo-histórico, seja como método concreto de um de-
terminado poder político.
d

4
MARX, Karl. Os despossuídos: Debates sobre a Lei referente ao furto da
os

Madeira. São Paulo: Boitempo 2017. Página 104.


5
MARX, Karl. Crítica da Filosofia do Direito de Hegel. São Paulo,
Boitempo, 2010. Página 146-147.

125
Engels e Kautsky são mais diretos na enfáticos na crí-
tica ao Direito como ideologia, em sua obra “Socialismo
Jurídico”, ao afirmarem que o núcleo duro da ideologia
burguesa é sua concepção jurídica de mundo, denunciando
um certo “fetichismo da norma”, quase uma nova religião
que, na verdade, acaba formatando a luta de classes sob os
to

parâmetros burgueses, impedindo seu elemento desestabi-


lizador, que de fato perturbe a ordem vigente:
do
Ed

A bandeira religiosa tremulou pela última vez


na Inglaterra no século XVIII, e menos de cin-
s

quenta anos mais tarde aparecia na França, sem


ito re

disfarces, a nova concepção de mundo, fadada a


os

se tornar clássica para a burguesia, a concepção


jurídica de mundo (...) a classe trabalhadora não
ra ito

pode exprimir plenamente a própria condição


di

de vida na ilusão jurídica burguesa.6


D sr

A conclusão de Engels e Kautsky é que a mera conversão


'P es

das ideias socialistas em conceitos jurídicos traria a esterilidade


daquelas, mas não deixam de apontar para a necessidade dos
lá e

socialistas construírem também uma nova filosofia do Direito7.


ci rv

3. A IDEOLOGIA NA TEORIA JURÍDICA E


NÃO NO FENÔMENO JURÍDICO
do a

Como já explanado, a separação do Direito em relação


a moral e uma ênfase mais realista no estudo jurídico foi a
tônica do debate do século XX.Todavia, um dos principais
autores a concordar com essa visão, o austríaco Hans Kelsen,
em obra de 19558, insere um ponto nevrálgico no debate:
d

6
ENGELS, Friedrich & KAUTSKY, Karl. O Socialismo Jurídico. 2a.
Edição. São Paulo: Boitempo, 2012. Página 19-21.
os

7
ENGELS, op. cit., 2012. Página 48.
8
KELSEN, Hans. The Communist Theory of Law. Nova Iorque: Fre-
derick A. Praeger, 1955.

126
a diferença entre Direito como fenômeno concreto e as
teorias jurídicas que o qualificam como algo além dessa
realidade, marcando as segundas como a verdadeira fonte
da ideologia jurídica.
Em resumo, Kelsen afirma que não é o Direito, em si,
que é uma categoria ideológica. Na verdade, é o contrário,
to

o Direito existe, é objetivo, é a lei legislada, é a decisão ju-


rídica vigente e eficaz, é uma realidade social, portanto. O
do

que é inteiramente ideológico, todavia, é uma certa teoria


Ed

jurídica hegemônica, feita sempre pelos ideólogos da classe


s

dominante, que distorcem o Direito real, qualificando-o


como sempre normativo e justo, vendo-o como expressão
ito re
os

de princípios apriorísticos supostamente de justiça para


apresentá-lo como normas de vida para os indivíduos das
ra ito

classes dominadas, afim de instrumentalizar essa dominação


di

e suavizar suas condições concretas.


D sr

Law and morality are ideologies because they are


interpreted by bourgeois ideologists as norms.
'P es

Hence it is the normative interpretation of the


law, a special theory of the law, not the law itself,
lá e

the object of a theory, that is an ideology. (…)


This confusion is at the basis of the misleading
ci rv

but frequently made statement: the law presents


or interprets itself as norm and hence as just. But
do a

it is not the law; it is always some jurist who


presents or interprets the law in a certain way
and thus may produce – by his presentation or
interpretation – an ideology.9

Tais conclusões kelsenianas10 abrem espaço para a


análise de um outro ponto da obra marxiana, já na ma-
d

KELSEN, Hans. Op. Cit, 1955. Página 13.


9
os

É evidente que, ao fim de sua explanação, Kelsen insere sua


10

teoria pura como uma das poucas teorias não-ideológicas do


Direito, procurando simplesmente descrever a realidade jurídica
sem emitir juízo de valor sobre sua moralidade ou justiça: “But

127
turidade da crítica da economia política, na qual Marx
admite não só uma interação entre Direito e economia,
mas entre relações de produção e relações jurídicas. Stucka,
inclusive, esclarece que Marx, ao definir o Direito como
ideologia, confunde temporariamente o fenômeno con-
creto do Direito – para posteriormente, nos seus estudos
to

de Economia Política esclarecer – com as teorias jurídicas


voluntaristas, em voga em sua época11, que eram os mais
do

avançados representantes de uma ciência jurídica naquele


Ed

momento: “compreende-se que, hoje, empregariam uma


s

linguagem diferente”12.
ito re
os

4. O DIREITO COMO ESTRUTURA


PRODUTIVA CAPITALISTA:
ra ito

A FORMA JURÍDICA DA MERCADORIA


di

O Direito, portanto, para além de uma ideologia de in-


D sr

teresses de classe transposta como valor universal de justiça,


também se identifica e se mistura às relações econômicas
'P es

vigentes de um determinado modo de produção.


Em obra póstuma, Marx escreve o que seria a pedra
lá e

fundamental para se entender o Direito não somente como


ideologia, ou como infraestrutura, mas também como
ci rv
do a

it is quite possible to describe the bourgeois law by the statement that it


is – according to its own immanent meaning – a norm or a normative
order without being guilty of any ideological distortion of social reality:
if the term norm is used without any moral connotation (…) This is
just what a ´bourgeois theory of law` in its anti-ideological tendency
has achieved. It is the so-called pure theory of law, advocated by the
author of this study and his followers.” KELSEN, Hans. Op. cit.,
1955. Página 14.
11
“O próprio Marx, inclusive, durante um breve espaço de tempo, pagou o
d

seu tributo à terminologia das teorias voluntaristas do Direito. Na realidade,


Marx havia se formado nas concepções jurídicas dos anos trinta, que viam
os

no Direito uma expressão da vontade geral (Volkswille)”. STUCKA, op.


cit. 1988. Página 23.
12
STUCKA, op. cit., 1988. Página 23.

128
formulação própria e inafastável do modo de produção
de uma sociedade, portanto, de sua infraestrutura. Em uma
crítica aos clássicos da economia política, Marx reduz os
debates econômicos de sua época – seja no pensamento
de Adam Smith, David Ricardo ou John Stuart Mill – a
relações jurídicas de propriedade:
to

Quando se reduzem essas trivialidades a seu


do

conteúdo real, elas expressam mais do que sabem


Ed

seus pregadores, isto é, que cada forma de produ-


ção cria suas relações de Direito, suas formas de
s

governo próprias. A grosseria e a incompreensão


consistem precisamente em não relacionar senão
ito re
os

fortuitamente umas às outras, em não enlaçar,


senão no domínio da reflexão, elementos que
ra ito

se acham unidos organicamente.13


di

Essa união orgânica e não fortuita entre relações ju-


D sr

rídicas e relações econômicas é intuída por Marx, porém


será desenvolvida à exaustão somente no século XX, na
'P es

obra do jurista russo Evguiéni Pachukanis.


Pachukanis em sua obra Teoria Geral do Direito e o
lá e

Marxismo, publicada pela primeira vez em 1924, procura


descrever a natureza íntima do Direito no processo do valor
ci rv

de troca, buscando entender a especificidade burguesa no


do a

modo de produção capitalista.


Em resumo, Pachukanis descreve a necessidade ina-
fastável das relações jurídicas de sujeição, especialmente
da categoria “sujeito de Direito”, para a universalização
da mercadoria como mero valor-de-troca e, ainda, para a
consolidação do modo de produção capitalista. Sua citação
mais recorrente de Marx está no capítulo II do livro I d’O
d

Capital, no qual o sujeito de Direito é entendido como


subordinado à troca mercadológica:
os

13
MARX, Karl. Contribuição à Crítica da Economia Política. São Paulo:
Expressão Popular, 2008. Página 243.

129
As mercadorias não podem ir por si mesmas ao
mercado e trocar-se umas pelas outras. Temos,
portanto, de nos voltar para seus guardiões, os
possuidores de mercadorias. (...) Para relacionar
essas coisas umas com as outras como mercado-
rias, seus guardiões têm de estabelecer relações
uns com os outros como pessoas cuja vontade
to

reside nessas coisas e que agem de modo tal


que um só pode se apropriar da mercadoria
do

alheia e alienar a sua própria mercadoria em


Ed

concordância com a vontade do outro, portan-


to, por meio de um ato de vontade comum a
s

ambos. Eles têm, portanto, de se reconhecer


ito re

mutuamente como proprietários privados. Essa


os

relação jurídica, cuja forma é o contrato, seja ela


legalmente desenvolvida ou não, é uma relação
ra ito

volitiva, na qual se reflete a relação econômica.


di

O conteúdo dessa relação jurídica ou volitiva


é dado pela própria relação econômica. Aqui,
D sr

as pessoas existem umas para as outras apenas


como representantes da mercadoria e, por con-
'P es

seguinte, como possuidoras de mercadorias.14


lá e

Marx afirmaria nessa passagem a necessidade da rela-


ção jurídica e da própria noção de sujeito de Direito não
ci rv

só como condição inexorável para a mercantilização do


do a

mundo, mas como existente em razão desta. O Direito,


na obra máxima econômica de Marx, não é somente uma
ideologia jurídica, é uma forma de relação social que impõe
a sujeição das pessoas para que se tornem “representantes da
mercadoria” que “não podem ir por si mesmas ao mercado
e trocar-se umas pelas outras”.
Para Pachukanis, assim como a mercadoria é o áto-
d

mo do sistema capitalista, sua forma mínima descoberta


os

14
MARX, Karl. O Capital: Crítica da Economia Política. Livro I: O
processo de produção do capital. 2a. Edição. São Paulo: Boitempo,
2011. Página 190.

130
por Marx, o sujeito de Direito (ou forma jurídica sujeito)
é o átomo do Direito, para ele: “Toda relação jurídica é
uma relação entre sujeitos. O sujeito é o átomo da teoria
jurídica, o elemento mais simples e indivisível, que não
pode mais ser decomposto”15. Essa forma jurídica não
possibilita somente a circulação mercantil universal, mas,
to

especialmente, a circulação de uma mercadoria “especial”,


a força de trabalho. Essa mercadoria só pode ser oferecida
do

no mercado transfigurada em elemento jurídico, ou seja,


Ed

a exploração capitalista, diferente dos modos de produção


s

anteriores de coerção direta e imediata, é mediada por uma


forma jurídica: o contrato, entre sujeitos que trocam em
ito re
os

igualdade (perante a lei) e liberdade (autonomia privada):


ra ito

O servo está em uma situação de completa subor-


di

dinação ao senhor justamente porque essa relação


de exploração não exige uma formulação jurídi-
D sr

ca particular. O trabalhador assalariado surge no


mercado como um livre vendedor de sua força de
'P es

trabalho porque a relação capitalista de explora-


ção é mediada pela forma jurídica do contrato.16
lá e

Ao final das contas, essa união jurídico-contratual


ci rv

entre trabalho e os meios de produção é a própria base


do capitalismo: “entre as unidades econômicas privadas
do a

isoladas estabelece-se uma conexão, caso a caso, por meio


de contratos. A relação jurídica entre os sujeitos é apenas
outro lado das relações entre os produtos do trabalho tor-
nados mercadoria”17.
As investigações de Pachukanis sobre a forma jurídica
da mercadoria são um desenvolvimento impressionante
d

15
PACHUKANIS, Evguiéni. Teoria Geral do Direito e Marxismo. São
os

Paulo, Boitempo: 2017a. Página 117.


16
PACHUKANIS, op. cit., 2017a. Página 118.
17
PACHUKANIS, op. cit., 2017a. Página 97.

131
daquilo que Marx destacava sobre a relação quase iden-
titária entre relações de produção e relações jurídicas de
propriedade, na estrutura da sociedade burguesa. E se
mantem quase imunes a criticas quando restrita a análise
dos institutos do Direito privado construído ao longo
dos séculos XVIII e XIX, posicionando na teoria crítica
to

de forma definitiva o Direito como algo real, além da


mera ideologia ou somente superestrutural. Entretanto,
do

Pachukanis não deseja resumir sua teoria ao Direito


Ed

Privado, ele pretende descrever uma Teoria Geral do


s

Direito, que seja uma reflexão sobre todos os aspectos da


dogmática jurídica e, para isso, imagina o Direito Penal
ito re
os

como uma outra forma de troca “mercadológica” entre


crime e punição18 e, ainda, nega ao Direito Público uma
ra ito

essência jurídica plena:


di

Ao mesmo tempo que a doutrina do Direito


D sr

civil trata das camadas primárias fundamentais


do Direito e vale-se amplamente e com pro-
'P es

priedade dos conceitos do Direito subjetivo, na


teoria do Direito público tais conceitos suscitam
lá e

a cada passo um equívoco e uma contradição.


Por isso, o sistema do Direito civil destaca-se pela
ci rv

simplicidade, clareza e perfeição, enquanto nas


teorias do Direito público abundam construções
do a

forçadas, artificiais, unilaterais e, até mesmo, gro-


tescas. A forma do Direito com seu aspecto de
autorização subjetiva é gerada em uma sociedade
que se constitui de titulares isolados de interesses
privados, egoístas. (...) O Direito público pode
existir apenas como representação da forma ju-
rídica privada na esfera da organização política,
senão ele deixará de ser Direito.19
d

18
“Em resumo, o Estado estabelece sua relação com o infrator no quadro leal
os

de um negócio comercial, e é nisso que consiste a assim chamada garantia


do processo penal”. PACHUKANIS, op. cit., 2017a. Página 179.
19
PACHUKANIS, op. cit., 2017a. Página 112.

132
Neste ponto, a crítica a Pachukanis é muito maior,
inclusive pela formulação corrente a sua época de um
novo Direito Público soviético emergente, mas a defesa
de Pachukanis é feita na medida em que considera como
jurídico, tudo aquilo que é contraditório, que se posiciona
no princípio do sinalagma, no antagonismo de interesses
to

privados, no litígio que é real no Direito Privado e somente


falseado no Direito Público:
do
Ed

Uma das premissas fundamentais da regulamen-


tação jurídica é, portanto, o antagonismo dos
s

interesses privados. Isso é, ao mesmo tempo,


ito re

uma premissa lógica da forma jurídica e uma


os

causa real do desenvolvimento da superestru-


tura jurídica. O comportamento das pessoas
ra ito

pode ser regulado pelas mais diferentes regras,


di

mas o momento jurídico dessa regulamentação


começa onde têm início as diferenças e oposi-
D sr

ções de interesses.20
'P es

Um dos grandes juristas a criticar implacavelmen-


te Pachukanis neste aspecto é Hans Kelsen. O jurista
lá e

austríaco argumenta que Pachukanis, ao tentar negar o


caráter jurídico do Direito Público e também, por via de
ci rv

consequência, do direito objetivo, recai em uma ideologia


do a

jurídica alemã burguesa e conservadora21, que separa o


Estado e o Direito, sem base na realidade, por não con-
siderar os atos do Estado como atos de seres humanos
e, ainda, traduz a ideologia de que o direito subjetivo é
anterior ao direito objetivo lógica e historicamente, logo
20
PACHUKANIS, op. cit., 2017a. Página 94.
21
“Many bourgeois writers and especially German jurists of highly conser-
d

vative attitude have advocated this doctrine, at the basis os which is the
os

dualism of private and public law, closely connected with the dualism of
law and state, subjective law (right) and objective law. And these dualisms
are a characteristic element of certain legal theories developed by bourgeois
writers” KELSEN, op. cit., 1955. Página 95.

133
precedente ao dever (obrigação), resguardando-os como
intocáveis, especialmente o Direito de propriedade:

The only purpose of this dualistic interpretation


of the law is to guarantee the existing rights, that
is to say, to safeguard certain provisions of the
to

existing law stipulating these rights, especially


the property rights, against abolition by a change
of the legal order and, in particular, to prevent
do

expropriation without compensation in case of


Ed

a reform of the existing law, by maintaining that


such a reform would be contrary to the nature
s

of the law. (…) But, strange as it seems, it is just


ito re

because of theses contradictions that the Marx-


os

ist Pashukanis accepts the dualistic doctrine of


bourgeois jurisprudence.22
ra ito
di

Outro que o critica também nesses pontos, mas o faz


D sr

de forma construtiva, entendendo a teoria de Pachukanis


como relativa – portanto circunscrita ao Direito Privado
'P es

– é o já citado Petr Stucka. Sua ponderação em relação a


obra pachukaniana dá a esse autor que analisaremos uma
lá e

posição de vanguarda, na qual se pode adotar a ideia de que


o Direito socialista é ainda um Direito burguês, mesmo
ci rv

que supostamente sem burguesia (tal qual também afirma


do a

Pachukanis), por que ainda mantém a forma jurídica da


mercadoria em suas inúmeras e constantes (inclusive no
plano de empresas estatais) relações jurídicas típicas do
Direito privado, mas, por outro lado, se pode avançar na
tarefa marxiana de superação do “estreito horizonte do
Direito burguês”23 em suas inovações na esfera do Direito
Público, inclusive nas parcelas de Direito Privado que, aos
poucos, ao longo do século XX, se publicizavam, como
d os

KELSEN, op. cit., 1955. Página 98.


22

MARX, Karl. Crítica do Programa de Gotha. São Paulo: Boitempo,


23

2012. Página 31.

134
o contrato de trabalho, a propriedade rural ou mesmo o
domínio de mercados.

5. PETR STUCKA E O
DESMASCARAMENTO DO DIREITO
COMO INTERESSE DE CLASSE
to

Petr Stucka é criticado por Pachukanis de forma direta,


do

sob o argumento de que sua teoria versa sobre o conteúdo


Ed

do Direito e não da forma e, ainda, por não diferenciar


as relações jurídicas em sua especificidade das demais re-
s

lações sociais. Stucka, por sua vez, elogia o trabalho de


ito re

Pachukanis24, minimizando suas diferenças teóricas como


os

uma “reserva marginal”25, mas sempre deixando claro que


Pachukanis teria descoberto não a essência do Direito, mas
ra ito

a essência do Direito burguês, generalizando tais descobertas


di

equivocadamente. Em sua segunda edição da obra “Direito


D sr

e Luta de Classes”, que é posterior a publicação máxima de


Pachukanis, Stucka já refuta as críticas, indicando inclusive
'P es

a “ordenação” como especificidade das relações jurídicas


em uma sociedade.
lá e

Diante dessas balizas que Stucka é o principal re-


presentante da tendência moderada da chamada “Escola
ci rv

Jurídica da troca de mercadorias”, já que ele interpretava


do a

24
“No intervalo que transcorreu desde a primeira edição apareceu uma
série de livros que, de uma ou de outra maneira, completam o meu tra-
balho, mesmo apesar de em parte não concordarem com a minha posição.
Recordarei em primeiro lugar o trabalho de Teoria Geral do Direito e
Marxismo, de E. Pachukanis (..) a obra é uma contribuição muito valiosa
para nossa literatura teórica marxista, que até agora apenas nos deu uma
teoria geral do Direito, e além disso incompleta e insuficiente” STUCKA,
Petr Ivanovich. Direito e Luta de Classes:Teoria Geral do Direito. São
d

Paulo, Acadêmica, 1988. Página 11.


os

25
NAVES, Márcio Bilharino. Prefácio a edição brasileira. In: PA-
CHUKANIS, Evgeni. A Teoria Geral do Direito e o Marxismo e
Ensaios Escolhidos (1921-1929). São Paulo: Sundermann, 2017b.
Página 13.

135
a forma jurídica da mercadoria como essência do Direito
Civil (e de seu Código Civil de Napoleão, a quase Bíblia da
burguesia26), diferentemente de Pachukanis que a ampliava
radicalmente para o Direito em geral27.
Analisemos, brevemente, os principais conceitos de
Petr Stucka sobre a teoria jurídica para nos orientarmos
to

sobre a possibilidades do Direito que ele percebe – depois


somente do Direito Público – para além da identidade
do

Direito e capitalismo que Pachukanis advoga.


Ed

Stucka, o Comissário do Povo (ministro) para a Justiça


s

escolhido por Lênin, além de jurista era professor e respon-


ito re

sável pela reformulação do ensino jurídico na recém-criada


os

União Soviética28 e, dessa forma, traz uma preocupação


didática enorme em sua obra e tenta escrevê-la tendo por
ra ito

base a formulação de um conceito de Direito simples, que


di

pudesse ser estudado por todos. Essa definição, que por


D sr

muitas vezes é o todo do estudo da obra de Stucka em


compilados posteriores, deve ser um bom ponto de partida
'P es

de suas ideias: “O Direito é um sistema (ou ordenamento)


de relações sociais correspondentes aos interesses da classe
lá e

dominante e tutelado pela força organizada desta classe.”29


Assim, Stucka, primeiramente, concorda com Pa-
ci rv

chukanis, ao definir Direito de forma anti-normativista,


do a

ou seja, como um fenômeno social. Direito seria uma


26
STUCKA, op. cit., 1988. Página 13.
27
ARTHUR, Christopher J. Introdução a Teoria Geral do Direito e
Marxismo: In: PACHUKANIS, op. cit. 2017b. Página 30.
28
Stucka chega a coordenar a elaboração do Plano de Ensino do Di-
reito na URSS, no qual se teria uma grande divisão entre Direito em
geral (burguês) e Direito especial (soviético): “E quando, há tempos, se
d

compilou um plano de ensino do Direito, houve um projeto que traçou uma


divisão do mesmo em Direito em geral (ou seja, burguês, naturalmente) e
os

Direito soviético (ou seja, especial ou, diria eu, não natural)”. STUCKA,
op. cit., 1988. Página 06.
29
STUCKA, op. cit., 1988. Página 16.

136
espécie de relações de produção e reprodução social, isto é,
das relações econômicas produtivas e de troca. Além disso,
Stucka reforça, ao final de sua definição, que o Direito é
uma força organizada, ou seja, é ao menos potencialmente
coercitivo, mas que também funciona como persuasão30,
sendo que sua centralidade organizativa, na maioria dos
to

casos, se dá em torno da figura estatal. Neste ponto, Stu-


cka aproveita para responder a crítica de Pachukanis, de
do

que sua teoria não conseguiria diferenciar o Direito das


Ed

demais relações sociais31. Stucka, para isso, é claro ao inserir


s

que determinadas relações econômicas são organizadas


no nível jurídico, ou seja, centralizadas – e inclusive, mas
ito re
os

não unicamente, estatais32 – e outras não, como costumes


ra ito

30
“A característica da coerção estatal burguesa é aqui tratada de uma maneira
di

ingênua e idílica, uma vez que, na realidade, o mecanismo de coerção é


bastante complexo e oculto. Nas suaves expressões sobre a liberdade de
D sr

anular um contrato de prestação de serviços (dos serviços de alguém ou de


uma coisa) inclui-se, apesar de a pena de morte estar abolida, a ameaça de
'P es

morte pela fome e coisas semelhantes. Mas este é somente um aspecto da


situação: a classe dos capitalistas e o seus Estado têm à sua disposição a
Igreja, a ciência, a escola e a imprensa, que educam e persuadem e, por vezes,
lá e

quando necessário, aterrorizam.” STUCKA, op. cit., 1988. Página 66.


31
“Como consequência, no interior desses sistemas de classes, o Direito como
ci rv

relação é indistinguível das relações sociais em geral, e o camarada Stutchka


já não está em condições de responder à capciosa questão do professor Reis-
do a

ner sobre como as relações sociais se transformam em instituições jurídicas


ou como o Direito se transformou no que é”. PACHUKANIS, op. cit.,
2017a. Página 129.
32
“O primeiro ponto do conceito é absolutamente fundamental, pois observar
o Direito, não como uma categoria universal, mas como uma forma específica
das “relações sociais”, significa visualizá-lo como uma forma histórica de
mediação entre as relações de produção, troca e apropriação. Por sua vez, a
sua vinculação com os “interesses da classe dominante” resulta numa ruptura
ideológica com a ideia do Direito enquanto uma expressão dos interesses
d

públicos/universais para compreendê-lo como fruto de interesses contradi-


os

tórios derivados de uma sociedade cindida em classes. Por fim, a tutela da


relação jurídica pelo poder historicamente organizado desta classe, nem de
longe implica numa identidade entre Direito e Estado, sendo as normas
positivadas pelo “poder organizado” apenas uma das faces da forma jurí-

137
irrelevantes ao Direito ou mesmo práticas rechaçadas pelo
Direito, como o contrabando33.
Mas o ponto fundamental da definição de Stucka é,
sem sombra de dúvidas, a afirmação de que o Direito se
define como os interesses da classe dominante. É esse o
ponto que constitui, como ele mesmo diz, a “essência de
to

todo o Direito”34.
É isso que coloca o Direito na história, ou seja, evita-se
do

o desvio de se acreditar ser o Direito uma categoria eterna,


Ed

imutável, que os “juristas buscam até hoje”35. Assim, todas


s

as classes, e todos os períodos da humanidade, teriam seu


próprio Direito, já que esse se modifica com o movimento
ito re
os

incessante da luta de classes. Em uma sociedade sem classes,


objetivo final de um comunismo utópico, não se aplicaria
ra ito

o Direito, tendo em vista o caráter coercitivo não mais ser


di

necessário.Todavia, ao contrario do que advoga Pachukanis,


o longo período de transição pós-capitalista – que alguns
D sr

chamariam de socialismo – teria seu próprio Direito, ne-


'P es

cessário para, aos poucos, substituir o Direito hegemônico,


e que representasse não mais o interesse da burguesia e sim
lá e

os interesses do proletariado36, que se organizariam siste-


maticamente, modificando a própria filosofia do Direito.
ci rv

dica” SOARES, Moisés Alves e PAZELLO, Ricardo Prestes. Direito


do a

e Marxismo: entre o antinormativo e o insurgente. In: Revista Direito e


Práxis, vol. 5, n. 9, 2014, pp. 475-500. Página 487.
33
STUCKA, op. cit., 1988. Página 144.
34
STUCKA, op. cit., 1988. Página 16.
35
STUCKA, op. cit., 1988. Página 16.
36
O conceito de proletariado é mais complexo do que os objetivos
deste artigo, todavia, é bom lembrar que Marx analisava o prole-
tariado não como uma nova elite que se formava, e sim como o
d

eixo produtivo da sociedade que estava excluído das decisões sobre


os

os meios de produção, assim, a sua “libertação”, diversamente do


que tinha ocorrido com a burguesia, imaginaria um modo de
produção igualitário, pois significaria uma libertação da maioria e
não da minoria: “Todas as classes que no passado conquistaram o poder

138
O ordenamento das relações sociais sob o capitalismo
é o Direito Privado, que existe, inclusive, antes da lei, como
fonte pela qual todas as demais instituições jurídicas se voltam
para garantir a proteção desse Direito. Neste ponto, Stucka se
iguala a Pachukanis, na defesa de um Direito necessariamente
burguês. Inclusive o próprio Estado, quando assume o papel de
to

sujeito do “Direito privado”, assim o faz como personificação


do capital. Por isso, Stucka pode ser categorizado – com res-
do

salvas e sob a alcunha de “ala moderada” – na mesma “Escola


Ed

Jurídica de Trocas de Mercadorias” de Pachukanis.


s

Mas, como dissemos, sempre em uma ala moderada,


ito re

já que percebe que o pensamento jurídico que transforma


os

tudo, inclusive o Estado, em sujeitos de direito, não é uma


categoria eterna, mas um puro conceito de classe adota-
ra ito

do organicamente pela sociedade burguesa. A base desse


di

movimento, no entanto, como já afirmava Kelsen, não é


D sr

eterno e intrínseco ao Direito, e sim de um pensamento


filosófico jurídico que tem por base a ideia da vontade
'P es

autônoma individual como única fonte do Direito: “sobre


a liberdade do querer baseou-se tanto o Direito, como
lá e

toda a concepção jurídica burguesa”37. A hegemonia desse


pensamento seria tamanha no século XIX, que até Marx,
ci rv

de alguma forma, sucumbiria parcialmente a ele:


do a

trataram de consolidar a situação adquirida submetendo toda a sociedade


às suas condições de apropriação. Os proletários não podem apoderar-se
das forças produtivas sociais senão abolindo o modo de apropriação a elas
correspondente e, por conseguinte, todo modo de apropriação existente até
hoje. Os proletários nada têm de seu a salvaguardar; sua missão é destruir
todas as garantias e seguranças da propriedade privada até aqui existentes.
Todos os movimentos históricos têm sido, até hoje, movimentos de minorias
ou em proveito de minorias. O movimento proletário é o movimento autô-
d

nomo da imensa maioria em proveito da imensa maioria. O proletariado,


a camada mais baixa da sociedade atual, não pode erguer-se, pôr-se de pé,
os

sem fazer saltar todos os estratos superpostos que constituem a sociedade


oficial.” MARX, op. cit., 2010. Página 49-50.
37
STUCKA, op. cit., 1988. Página 71.

139
O próprio Marx, inclusive, durante um breve
espaço de tempo, pagou o seu tributo à termi-
nologia das teorias voluntaristas do Direito. Na
realidade, Marx havia se formado nas concepções
jurídicas dos anos trinta, que viam no Direito
uma expressão da vontade geral (Volkswille).38
to

Assim, a complementação a ideia de que o Direito é


classista é a de que o Direito, na verdade, não se move pela
do

vontade dos indivíduos ou pela vontade geral, como pensa


Ed

e quer a burguesia – e assim tentou impregnar no âmago


s

do seu Direito privado – e sim de acordo com interesses39.


ito re

Tais interesses, inclusive, nem mesmo são individuais, e sim


os

de classe. É o interesse de classe que se converte em Di-


reito depois da vitória histórica desta classe e perderia tais
ra ito

características quando a classe perde o poder. Nesse ponto,


di

a discordância com Pachukanis, que também entraria na


D sr

lógica burguesa de imaginar o sujeito de Direito na sua


autonomia da vontade como todo o Direito e não como
'P es

um forma jurídica do Direito histórico burguês.


Uma classe, que inicialmente teria interesses meramen-
lá e

te econômicos – sendo uma “classe em si” no vocabulário


marxista – converteria esses interesses, em algum momento,
ci rv

em ético-políticos, com a intenção de universalidade, ao se


do a

reconhecer como “classe para si”, consciente de um papel


histórico próprio:“As reivindicações resultantes dos interes-
ses comuns de uma classe só podem ser realizadas quando
essa classe conquista o poder político e suas reivindicações
alcançam validade universal sob a forma de leis”40.

38
STUCKA, op. cit., 1988. Página 23.
d

39
Neste ponto, Stucka faz referência que nem mesmo os juristas burgueses
acreditam mais na vontade como geradora única de um ordenamento
os

jurídico. A sua principal referência é Ihering, que afirmara que até a


lógica se subordinaria ao interesse. STUCKA, op. cit. Página 47.
40
ENGELS & KAUTSKY, op. cit. 2012. Página 47.

140
6. O DOMÍNIO DAS COISAS COMO
ESSÊNCIA DO DIREITO PRIVADO,
ANTES MESMO DAS RELAÇÕES
DE PRODUÇÃO E TROCA
Uma outra ressalva fundamental de Stucka a Pachuka-
to

nis é a de que não foram propriamente as relações de pro-


dução e troca entre sujeitos livres e iguais que formaram o
do

início de um Direito burguês.Tais relações, fundamentais e


Ed

definidoras da forma jurídica, não foram as iniciais, sendo


s

que o primeiro movimento burguês pela forma jurídica


como forma de dominação de classe e imposição de seus
ito re
os

interesses se coloca anteriormente, na medida da consoli-


dação da propriedade privada: é a garantia da propriedade
ra ito

privada dos meios de produção, como a terra e a fábrica, o


di

verdadeiro direito da desigualdade que gerava a antinomia


entre igualdade jurídica e desigualdade de fato (exploração).
D sr
'P es

Desta maneira o autor (Pachukanis) concluiu


que o Direito deriva da troca de mercadorias e
que não aparece antes dela, esquecendo a outra
lá e

fonte do Direito, as relações de domínio na


propriedade privada dos meios de produção (e
ci rv

da terra em primeiro lugar).41


do a

A propriedade não é uma simples relação social e mui-


to menos um mero conceito ou princípio abstrato, ela re-
presentaria a totalidade das relações burguesas de produção,
ou seja, é sobre ela que se ergue toda uma “superestrutura
de sentimentos, ilusões, modos de pensar e visões de vida
distintos”42 e por isso o risco de esterilidade do “socialismo
jurídico” de somente limitar o direito de propriedade sem
d os

41
STUCKA, op. cit., 1988. Página 11.
42
MARX, Karl. O 18 de Brumário de Luís Bonaparte. São Paulo: Boi-
tempo, 2011. Página 60.

141
construir um novo direito que caminhe para a abolição da
propriedade burguesa. A realização formal do capitalismo
não é, exatamente, o Direito como um todo, mas o Código
Civil43 e seus apoios: Direito Penal e até mesmo o Direito
Constitucional que “realiza apenas uma função auxiliar e
parcialmente técnica”44 ao Direito Civil, ao organizar o
to

poder da classe dominante.


O ponto máximo do domínio proprietário indivi-
do

dualista é, como já anotado anteriormente, o “rebaixa-


Ed

mento” do Estado a um outro sujeito privado qualquer e


s

que, portanto, agiria, em sua vida econômica, como mais


ito re

um proprietário privado, ou seja, seguindo sem desvios


os

os ditames do Direito Privado, por maiores que sejam os


interesses públicos envolvidos. O mero confisco anterior,
ra ito

na sociedade burguesa, foi substituído pela desapropriação


di

por estrita necessidade e, mesmo assim, mediante uma


D sr

indenização que tornava o Estado um “comerciante” que


pagava por suas propriedades antes de recebê-las, em mo-
'P es

eda corrente e a preço de mercado. Assim se preservaria a


máxima de Montesquieu de que o maior interesse público
lá e

é de que cada um conserve invariavelmente a propriedade


que o Direito civil concede:
ci rv
do a

Trata-se de um paralogismo dizer que o bem


particular deve ceder ante o bem público (...)
isso não acontece naqueles onde se trata da
propriedade dos bens, porque o bem público
sempre consiste em que cada um conserve in-
variavelmente a propriedade que as leis civis
lhe dão. (...) Coloquemos então como máxima
que, quando se trata do bem público, o bem
público nunca é que privemos um particular de
d

seu bem, ou mesmo que lhe retiremos a menor


os

STUCKA, op. cit., 1988. Página 83.


43

STUCKA, op. cit., 1988. Página 172.


44

142
parte com uma lei ou um regulamento político.
Neste caso, deve-se seguir com rigor a lei civil,
que é o paládio da propriedade.
Assim, quando o público precisa de fundos de
um particular, não se deve nunca agir pelo rigor
da lei política; mas é neste caso que a lei civil
to

deve triunfar pois, com olhos de mãe, olha cada


particular como toda a cidade.
do

Se o magistrado político quer construir algum


Ed

edifício público, algum novo caminho, é preciso


que ele indenize; o público é, neste caso, como
s

um particular que trata com outro particular.


ito re

Já é bastante que ele possa obrigar um cidadão


os

a vender-lhe sua herança e que retire dele o


grande privilégio que ele recebe da lei civil,
ra ito

de não poder ser forçado a alienar seus bens.45.


di

Essa simbólica passagem de Montesquieu, publicada


D sr

em 1748, se encontra embutida em um capítulo que traz o


título de “Não se devem regular segundo os princípios do
'P es

Direito político as coisas que dependem dos princípios do


Direito civil”: parece ser esta a essência da forma jurídica
lá e

desmascarada por Pachukanis, mas que Stucka reduz a


uma específica forma totalizante burguesa de se entender
ci rv

o Direito Privado/Civil. Ir além dessa forma jurídica é,


do a

então, plenamente possível, e seria a tarefa necessária para


um Direito que representasse algo além do que o interesse
da burguesia de então. Bastaria, para começar, a contrario
sensu, “regular por princípios do Direito Político as coisas
que parecem depender dos princípios do Direito Civil”.
Atualizando, por óbvio, a ideia de princípios abstratos para
interesses coletivos concretos e, ainda, atualizando Direito
Político como o Direito Administrativo,Agrário,Trabalhista,
d

Econômico e qualquer “ramo” que coloque a supremacia


os

45
MONTESQUIEU, Charles de Secondat. O espírito das leis. São
Paulo: Martins Fontes, 1996. Página 516-517

143
do interesse público como eixo acima da autonomia ili-
mitada da vontade individual, especialmente nos casos de
propriedade, contrato e demais domínios das “leis civis”.
Mesmo que esses avanços já estejam presentes no or-
denamento jurídico burguês (e tenham ganho ainda mais
força em alguns sistemas jurídicos ao longo do século XX) e
to

sejam assumidos com suas funções táticas imprescindíveis46,


não são autossuficientes, como o Direito não o é, e acabam
do

suprimidos, como é exemplo reiterado nesse século XXI


Ed

de flexibilização de legislações trabalhistas, venda de terras


s

para transnacionais estrangeiras, privatizações massivas ou


mesmo de bancos centrais “autônomos”. Stucka já alertava
ito re
os

que, “aos primeiros sinais de ameaça da chegada ao poder,


ainda que seja somente da ala mais moderada da classe ope-
ra ito

rária, procede-se à desnacionalização”47. Ou seja, ao fim e ao


di

cabo, a grande crítica ao “socialismo jurídico”, formulada


desde o acima citado Engels, não estava inexoravelmente
D sr

na sua essência, mas sim na força atribuída ao Direito sem


'P es

as necessárias condições econômicas, sociais e políticas ou,


nas palavras de Stucka, a sina de que “sua atividade depende
lá e

da dinâmica do movimento social”48.


ci rv

7. CONSTRUINDO OUTRAS FORMAS


JURÍDICAS: VON STEIN, RENNER E
do a

REPÚBLICA DE WEIMAR
Nessa parte final desse artigo tentaremos lançar luzes
sobre esses avanços que, mesmo precários, parecem enun-
ciar novas formas jurídicas que representariam um Direito
pós-capitalista. E como eles já estavam presentes, ainda de
d

46
SOARES, op. cit., 2014. Página 495.
47
STUCKA, op. cit. 1988. Página 83.
os

48
STUCKA, Petr Ivanovich. “Tribunal velho e tribunal novo”. In:
STUCKA, P. Direito de classe e revolução socialista. 3a. edição. São
Paulo: Sundermann, 2009, p. 26.

144
forma incipiente, em alguns teóricos específicos do século
XIX e início do século XX.
Ao tentar fazer essa espécie de arqueologia das refe-
rências de Stucka, ele, por entender o pensamento tota-
litário da propriedade burguesa como a base do Direito
moderno, tenta sempre interagir criticamente com juristas
to

formados nessas concepções, pois “deve a revolução prole-


tária precaver-se até dos seus juristas”49. Stucka faz isso, por
do

exemplo, com Ihering50, em diversas passagens, adotando


Ed

quase completamente sua teoria do interesse ao mesmo


s

tempo que o denomina “filósofo confuso”51. Todavia, é o


próprio Stucka que, em outras passagens, já fornece ca-
ito re
os

minhos para uma pesquisa de suas fontes teóricas ao citar


positivamente autores específicos, como Lorenz Von Stein
ra ito

(1815-1890), da Alemanha Bismarckiana, que já enunciava


di

a importância central da tutela da propriedade privada para


a sociedade burguesa ou o austromarxista moderado Karl
D sr

Renner (1870-1950).
'P es

Von Stein, chamado por Stucka de “grande jurista”52,


é referido como um dos primeiros a problematizar o
lá e

caráter primordial que a propriedade privada ocupa na


sociedade burguesa, analisando a ideia de formação de
ci rv

classes a partir da distribuição da propriedade. Era essa


distribuição que consolidava as funções dos indivíduos
do a

na sociedade e, assim, a ideia de constituir uma mesma


classe. O aumento da propriedade era uma luta contínua
de todas as classes, seja a classe superior dominante (que
também lutava para subordinar a si sempre o poder estatal
já conquistado), seja a classe inferior que nada possui e
que por isso somente aumentaria sua propriedade por
d

49
STUCKA, op. cit., 1988. Página 18.
os

50
STUCKA, op. cit., 1988. Página 21
51
STUCKA, op. cit., 1988. Página 96.
52
STUCKA, op. cit., 1988. Página 42.

145
meio de uma revolução social. Von Stein concluiu pela
conciliação de interesses de classes, com um papel decisivo
uma classe média, intermediária.
Assim, Von Stein é importante para a teoria de Stu-
cka, por um lado, por entender o conceito de classe social
sob a perspectiva da propriedade (ou não) dos meios de
to

produção e, por outro, como o precursor de uma desmisti-


ficação do Direito, entendendo-o como um compromisso
do

concreto e histórico entre classes díspares e não mais como


Ed

a ideologia de princípios morais e do justos inerentes ao


s

ser humano. Por óbvio, Stucka critica a solução compro-


missória ou conciliatória do Estado Social Moderno, mas
ito re
os

vê nela um avanço e uma aplicação direta da dialética no


mundo jurídico53.
ra ito

Von Stein surge em um contexto de tradição alemã de


di

pietismo e do cameralismo que “entendía al Estado como


un instrumento para el fomento del bienestar individual y
D sr

general”54 e jungia a ideia moderna de Estado de Direito


'P es

com o ideal do antigo Estado de polícia, reconhecendo uma


responsabilidade estatal de fomentar as bases materiais de
lá e

uma sociedade estruturada. O próprio Hegel afirmava ser


o estado um instrumento subsidiário de assistência social55,
ci rv

no mesmo sentido de Von Stein, de superação de contra-


dições de classe e de consequente dissuasão da revolução.
do a

Em sua obra “Socialismo e Comunismo na França


Atual”, analisada amiúde por Stucka, publicada em 185056,
53
STUCKA, op. cit., 1988. Página 157.
54
RITTER, Gerhard. El Estado Social, su origen y desarrollo en una
comparación internacional. Madrid: Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social, 1991. Página 88.
d

55
RITTER, op. cit., 1991. Página 89.
os

56
A primeira edição do livro se chamava Der Sozialismus und Kommu-
nismus des heutigen Frankreich, ein Beitrag zur Zeitgeschichte (ou, em
tradução livre, “Socialismo e Comunismo na França Atual: uma
contribuição a história de nosso tempo”), mas que ficou conhecido

146
o jurista alemão faz uma divisão entre sociedade econô-
mica e sociedade industrial. A sociedade econômica seria
originária da Revolução Francesa e da Declaração dos Di-
reitos do Homem e do Cidadão, de livre competição com
igualdade jurídica, tendo por base o sufrágio censitário
que garantisse o interesse dos proprietários. Já a socieda-
to

de industrial, oriunda da evolução da própria sociedade


econômica, é caracterizada de forma diversa, em uma
do

forte oposição de classe, entre capitalistas e proletariado,


Ed

sob uma carência permanente de propriedade e de li-


s

berdade material, sempre dependente de um “salário de


ito re

máquina”57.Von Stein chegava inclusive a anunciar que o


os

proletariado tomava consciência de sua classe e se tornava


sujeito de um movimento social que negava a propriedade
ra ito

privada e a família e que passava a lutar pela conquista do


di

Estado58. Ao ler essa passagem, não há dúvidas não só da


D sr

semelhança, como da leitura efetivamente realizada por


Marx da obra de Von Stein59.
'P es

Assim, a concepção classista do Estado e do Direito


se inicia, na verdade, na obra de Von Stein. Ou seja, a
lá e

ideia de que o Direito é voltado a uma classe de pro-


prietários e não para uma classe existente de proletários
ci rv
do a

pelo título modificado em sua terceira edição de 1850: “História


dos movimentos sociais na França: 1789-1850”.
57
RITTER, op. cit., 1991. Página 91.
58
Importante frisar que essas teses de Von Stein foram publicadas
antes mesmo da análise social da luta de classes do próprio Marx,
sendo que este mesmo, conforme já explicitado acima, se dizia não
ser pioneiro nessa temática. Além de Lorenz Von Stein, o próprio
Charles Louis Blanc (1813-1882) também já falava sobre a dis-
tinção de classes entre burguesia e proletariado antes dos textos
d

marxianos clássicos.
os

59
GUERRERO, Omar. Estudio Introductorio:Von Stein y Alemania. In:
VON STEIN, Lorenz. Tratado de teoría de la administración y derecho
administrativo. Cidade do México: Fondo de Cultura Economica,
2016. Página 13.

147
não-proprietários. A desmistificação do Direito é, assim,
tributada a ele pelo próprio Stucka. Todavia, a resposta
de Von Stein não é a de que a classe proprietária deva
aniquilar violentamente o proletário ou de que uma
revolução proletária seria iminente e sim de que, o es-
tado jurídico das coisas a seu tempo não seria o único
to

arranjo possível: o Estado – e o Direito – não estaria ne-


cessariamente submetido, como estava à época, ao poder
do

dos proprietários mas poderia ser utilizado para o bem


Ed

de todas as classes, fazendo as classes não proprietárias


s

adquirirem algum capital, nem que seja aos poucos, e


assim fossem jungidas ao sistema político por meio de
ito re
os

prestações públicas.
Nesse ponto, o que importaria era esse estado pres-
ra ito

tador, conciliador e consciente da existência de classes e


di

o debate meramente ideológico de um Estado de Direito


Constitucional para o monarquista Von Stein seria se-
D sr

cundário60. Logo, Von Stein tenta analisar as funções do


'P es

Estado como eixo condutor do Direito e não o debate de


formas constitucionais que Stucka chamaria de ideológi-
lá e

cas e meramente acessórias ao Direito Patrimonial (civil/


privado). Ou seja, o avanço social do Estado e do Direito
ci rv

está na solução da disputa entre classes sociais e, mesmo que


seja uma solução diversa encontrada pelos dois autores, a
do a

essência do conceito é a mesma: a heterodoxia de ir além


do debate sobre formas jurídicas que, ao fim e ao cabo,
representariam – se mantidas as mesmas funções estatais –
somente a classe dos proprietários.
Ao debater o Estado de Direito,Von Stein chama aten-
ção para a necessidade de uma nova democracia, na qual
os interesses das classes sejam atendidos, uma democracia
d

social61 e não simplesmente uma democracia política, se


os

RITTER, op. cit., 1991. Página 92.


60

RITTER, op. cit., 1991. Página 92.


61

148
assemelhando a tese de Marx62 que entende a necessidade
de uma emancipação humana e não uma simples eman-
cipação política.
Dessa forma, conforme já afirmamos antes, no debate
alemão sobre monarquia ou republica, a prioridade de Von
Stein é lutar por uma reforma social, que aconteceria na
to

medida em que o “capital acepta expresamente la reforma


social por la amenaza de uma revolución social”63. Um dos
do

seguidores de Von Stein, o conservador Hermann Wagener,


Ed

que assessorou Bismarck na implementação da política


s

social, sempre fez referência a citação de seu chefe de que


os reis da Prússia nunca tinham sido especificamente reis
ito re
os

dos ricos, mas sim se esforçaram para proteger e melhorar


a situação dos pobres64. Ou seja, quando se imagina a tese
ra ito

leninista de uma democracia para pobres sempre ser, por


di

outro lado, uma ditadura para os ricos65, começamos a per-


D sr

62
“A emancipação política é a redução do homem, por um lado, a membro
da sociedade burguesa, a indivíduo egoísta independente e, por outro, a
'P es

cidadão, a pessoa moral. Mas a emancipação humana só estará plena-


mente realizada quando o homem individual real tiver recuperado para
lá e

si o cidadão abstrato e se tornado ente genérico (...) quando o homem


tiver reconhecido e organizado suas forças próprias como forças sociais e,
ci rv

em consequência, não mais separar de si mesmo a força social na forma


de força política.” MARX, Karl. Sobre a Questão Judaica. São Paulo:
do a

Boitempo, 2010. Página 54.


63
RITTER, op. cit., 1991. Página 93.
64
RITTER, op. cit., 1991. Página 94-95.
65
“Mas a ditadura do proletariado, isto é, a organização de vanguarda
dos oprimidos em classe dominante para o esmagamento dos opressores,
não pode limitar-se, pura e simplesmente, a um alargamento da demo-
cracia. Ao mesmo tempo que produz uma considerável ampliação da
democracia, que se torna pela primeira vez a democracia dos pobres, a
do povo, e não mais apenas da gente rica, a ditadura do proletariado
d

acarreta uma série de restrições à liberdade dos opressores, dos explora-


os

dores, dos capitalistas. Devemos reprimir sua atividade para libertar a


humanidade da escravidão assalariada, devemos quebrar sua resistência
pela força.” LÊNIN, Vladimir Ilitch. O Estado e a Revolução. São
Paulo: Boitempo, 2017. Página 144.

149
ceber convergência na necessidade de uma mudança nas
funções do Estado, como outrora tinha pensado Marx66, que
seriam também tentadas no experimentalismo soviético.
Enfim, a ideia de reforma social, que Stucka rechaça
como conservadora por sua ineficácia a longo prazo, é na
essência, a base do conceito de um Direito que supere a
to

forma jurídica da mercadoria, ou seja, que explicitamente


se desmistifique, tornando ostensivo seu caráter de classe e
do

tomando uma posição perante os interesses de suas classes


Ed

influentes. E isso, necessariamente, levaria a um giro nos


s

debates jurídicos liberais, ou seja, na essência do Direito


ito re

de propriedade e no rebaixamento do Estado como um


os

simples burguês, como pretendia Montesquieu.


O resgate desse “Direito Político” é que deveria ser mais
ra ito

esclarecido, tendo em vista a necessidade de pormenorizar essas


di

novas funções do Estado que seriam funções de planejamento


D sr

econômico de um modo de produção – burguês ou não – e


sua consolidação em torno de bens essenciais, para isso, seria
'P es

necessário ativar instituições jurídicas específicas, que identi-


ficassem não somente leis novas e sim, uma nova filosofia do
lá e

Direito ou melhor, uma nova forma jurídica.Von Stein auxilia


nessa tese inserindo a ideia de Direito social como central67,
ci rv

para além da summa divisio clássica de Direito público e privado.


do a

Todavia, buscaremos o auxílio de outro jurista que


é muito mais específico nesta seara, dessa vez Stucka nos
lembra de uma liderança de uma ala específica do pensa-
mento socialista, o austromarxismo.

66
“Pergunta-se, então, por que transformações passará o ordenamento esta-
tal numa sociedade comunista? Em outras palavras, quais funções sociais
análogas às atuais funções estatais, nela permanecerão?” MARX, op. cit.,
d

2012. Página 39.


os

67
GUERRERO, Jinú Carvajalino. Solidaridad de intereses: la trans-
formación del derecho social como dominación en Lorenz von Stein. In:
Revista de Estudios Sociales no. 46, Maio/Agosto, 2013. Bogotá,
2013. Páginas. 74-85. Página 75.

150
O jurista austríaco Karl Renner, inicialmente citado
como mais um seguidor de Anton Menger e do “socialis-
mo jurídico”68, é retomado como “único jurista sério do
marxismo atual da Europa Ocidental”69 por Stucka, pois
traz o aporte da funcionalidade das instituições jurídicas,
fundamental para o conceito anti-normativista de Stucka,
to

em que o Direito não é simplesmente uma relação abstrata


fundada na lei ou na ideologia, mas também uma relação
do

social concreta, que forma as relações econômicas de pro-


Ed

dução de uma determinada sociedade e é também por elas


s

formado. A obra clássica de Karl Renner70, cuja primeira


edição é de 190471, serviu de inspiração possivelmente para
ito re
os

o conceito enunciado por Stucka:


ra ito

A sociedade não se baseia na lei. Esta é uma fantasia


dos juristas. Pelo contrário, a lei deve basear-se na
di

sociedade, deve ser expressão dos seus interesses


e das necessidades gerais que se originam de um
D sr

determinado modo de produção material em opo-


'P es

sição ao arbítrio individual. No momento em que


a lei não corresponde mais aos interesses sociais
converte-se apenas num pedaço inútil de papel.72
lá e

Nessa toada, é fundamental entender que para Stucka


ci rv

o conceito de Direito pressupunha três relações sociais73,


do a

68
STUCKA, op. cit., 1988. Página 91.
69
STUCKA, op. cit., 1988. Página 109.
70
RENNER, Karl. The institutions of private law and their social functions.
Londres: Routledge e Kegan Paul Limited, 1949.
71
Stucka também cita Leon Duguit (1859-1928) e suas concepções
sobre função social, todavia, como temos Karl Renner mais vezes
– e mais positivamente – citado e, ainda, seu trabalho é anterior,
d

há uma precedência temporal, lógica e de afinidade teórica que


levamos em conta para dar relevo ao segundo e não ao primeiro
os

autor em suas teses semelhantes.


72
STUCKA, op. cit., 1988. Página 113.
73
STUCKA, op. cit., 1988. Página 77.

151
duas abstratas (lei e ideologia dos princípios gerais) e uma
concreta, que seria a reprodução formal das relações eco-
nômicas. Renner, em sua obra, abre espaço para entender
que o Direito se posiciona sempre relacionado com as
suas funções econômicas. É o entendimento das funções
econômicas do Direito que o permitirá ser o teórico do
to

Estado Social tanto na Áustria quanto na República de


Weimar, na Alemanha.
do

É na República de Weimar que se tem a clareza de uma


Ed

mudança no patamar do Direito Constitucional, elencando


s

em suas preocupações normativas a vida econômica – e não


somente a vida política – e, assim, transformando o pensa-
ito re
os

mento bismarckiano de “reforma social” em “direitos sociais”


constitucionalmente garantidos, assim como também – algo
ra ito

jamais pensado no século XIX prussiano – o Direito dos


di

sindicatos em participar das relações econômicas por meio


de comitês, reconhecendo acordos coletivos, pela primeira
D sr

vez, como norma jurídica vigente (art. 165).Tal inovação era


'P es

descrita pelo constituinte social-democrata Hugo Sinzhei-


mer74 como o “reconhecimento pelo Direito da existência das
lá e

classes”. É a explicitação de que a sociedade, como apregoava


Von Stein, está contemporaneamente cindida em classes e o
ci rv

Direito precisaria reconhecer isso em sua organização estatal:


do a

A oposição se dá entre o capital e o trabalho,


como os interesses capitalistas estão represen-
tados por vários órgãos, se fazia necessária a
criação de uma representação pública para
os interesses dos trabalhadores, que seriam os
Conselhos de Fábrica. Já o Conselho Econô-
mico representaria a comunhão de interesses,
os deveres de produção comuns acordados por
d

todas as classes sociais.75


os

RITTER, op. cit. 1991. Página 149.


74

BERCOVICI, Gilberto. O Debate de Weimar e as Origens do Direito


75

Econômico. Apresentado no X Congresso Brasileiro de História do

152
Assim, começa a transformar em princípio uni-
versal do Direito aquilo que já estava explicitado um
ano antes na “Declaração Solene dos Direitos do Povo
Trabalhador e Explorado”, no Congresso dos Sovietes,
e inaugurando os prolegômenos de um Direito que,
declaradamente, queria superar a sociedade burguesa
to

convicta de seu Estado Liberal Clássico, caminhando da


cidadania política para a cidadania econômica76. A alte-
do

ração das estruturas jurídico-constitucionais em Weimar


Ed

é na verdade a incorporação do econômico, da discussão


s

do homem individual e privado no âmbito do espaço


público e da democracia, é incorporar o “bourgeois” nas
ito re
os

premissas articuladas somente para o “citoyen”, fazendo


o que Marx chamava de próximo passo para ir da eman-
ra ito

cipação política parcial para a completa (emancipação


di

humana)77. Weimar, baseada também na contribuição


dos austromarxistas como Renner:
D sr

Não representa mais a composição pacífica do


'P es

que já existe, mas lida com conteúdos políticos


e com a legitimidade, em um processo contínuo
lá e

de busca de realização de seus conteúdos, de


compromisso aberto de renovação democrática,
ci rv

que visava a emancipação política completa e a


igualdade de Direitos, incorporando os traba-
do a

lhadores ao Estado. (...) A constituição é vista


como um projeto que se expande para todas as
relações sociais.78

Direito. São Paulo: Faculdade de Direito da USP, 3 a 5 de setembro


de 2018. (no prelo). Página 09.
76
BERCOVICI, Gilberto. 2018. Página 11.
77
MARX, op. cit., 2010. Página 41.
d

78
BERCOVICI, Gilberto. O Ainda Indispensável Direito Econômico. In:
os

Maria Victoria de Mesquita Benevides; Gilberto Bercovici; Claudi-


neu de Melo. (Org.). Direitos Humanos, Democracia e República:
Homenagem a Fábio Konder Comparato. São Paulo: Quartier Latin,
2009. p. 503-519. Página 511.

153
Stucka, inclusive, se apoia na tese de Karl Renner de
que a admissão da propriedade como Direito Privado era
um problema gravíssimo de divergência entre a norma
e a realidade da produção absolutamente social da con-
temporaneidade. A descrição completa de Renner é a de
que os meios de produção somente são ainda suportáveis
to

como privados na medida em que o Direito Público incide


diretamente com regras suplementares sobre todo bem de
do

produção que concerne a sociedade como um todo. Ou


Ed

seja, as instituições complementares ao Direito Privado


s

retiram dos proprietários a disposição técnica sobre suas


propriedades e o bem comum, do ponto de vista do Direito,
ito re
os

submete a propriedade ao seu controle direto.


ra ito

Public law has for a long time recognized that


where the whole of society is in principle
di

concerned with an object, it can no longer be


D sr

treated as a matter that is merely private. So it


comes about that private law is supplemented
'P es

by rules of public law relating to the object; a


process that was cautious and tentative in the
beginning but soon became more decided an in
lá e

the end was developed in full consciousness79.


ci rv

Como um social-democrata que não perdeu o ho-


do a

rizonte do socialismo, Renner reivindica que o próximo


passo seria libertar-se, enfim, das amarras do Direito Privado
– ou poderíamos dizer, da forma jurídica da mercadoria
– para enfim estabelecer esses institutos complementares
como institutos centrais e permanentes do direito como
um todo. É o que Stucka surpreendentemente já denomi-
na de “Direito econômico”80, o que, futuramente81, seria
d

79
RENNER, op. cit., 1949. Página 297.
os

80
STUCKA, op. cit., 1988. Página 172.
81
A primeira edição da obra de Stucka é de 1921, sendo que nesse
mesmo ano os primeiros textos sobre Direito Econômico, ainda

154
consolidado não como um novo ramo do Direito, mas sim
uma nova forma de entender o Direito, na qual a economia
“deixa de ser privada para se tornar um problema de toda
a comunidade”82, uma nova construção jurídica ainda a ser
plenamente experimentada, ousada e inédita:
to

If it has surrounded property with so many


barriers that these have gained the specific and
do

paramount importance of a legal construction


Ed

sui generis, should it not set free this new con-


struction from the obstructions caused by its
s

origin? Or has it surrendered so much of its


ito re

autonomy that it can no longer perform this last


os

step or dare not do so? Does society still enjoy


freedom of will, the power to create new norms?
ra ito

(…) is society still able to control technically the


forces of development wich have been set free?83
di

D sr

Dessa forma, há, na hipótese de Renner, um caminho


aberto para se repensar o Direito para além da mera forma
'P es

jurídica da mercadoria e, ainda, reconstruir o caminho em


que o Direito privado não tenha mais, como propagou,
lá e

há mais de três séculos, Montesquieu, a hegemonia sobre


a base do Direito, que é a propriedade privada dos meios
ci rv

de produção. Ao fim e ao cabo, se trata de uma nova “fi-


do a

losofia do Direito”, como preconizava Engels, ou mesmo,


de uma nova forma jurídica na qual interesses coletivos se
sobrepõem aos sujeitos individuais.
Esse caminho, afirma Renner, é traçado com institu-
tos complementares de caráter público, que evidenciam o
interesse de toda a sociedade sobre determinados bens e a
d

entendido como Direito apenas temporário de guerra, estão


sendo produzidos na Alemanha (BERCOVICI, Gilberto. Op.
os

cit., 2018. Página 4).


82
BERCOVICI, op. cit., 2009. Página 512.
83
RENNER, op. cit. 1949. Página 299.

155
necessidade, como teorizou Von Stein, de que os interesses
de classe sejam clarificados e definidos em todo a regula-
mentação jurídica desses bens, que não podem se reduzir
a meras mercadorias livres ou neutras.
Mesmo sob o jugo do capitalismo, os sociais-democratas
conseguiram construir tais institutos complementares em
to

torno da função social da propriedade rural e o seu protago-


nismo no Direito agrário, em torno de cláusulas obrigatórias
do

e no princípio in dúbio pro operario no âmbito do Direito do


Ed

trabalho e, enfim, na tentativa de se planejar toda a economia


s

e seus mais relevantes meios de produção periodicamente, na


inauguração de uma nova visão jurídica, denominada Direito
ito re
os

econômico. O que chama a atenção na obra de Renner é que,


mesmo perante esses avanços, ele não esquece a necessidade
ra ito

de uma adequação total da forma jurídica a esses avanços, pois


di

sua perenidade corre perigo permanentemente.


Essa adequação total libertadora seria, portanto, a cha-
D sr

ve para se entender o que seria o Direito em uma fase de


'P es

transição pós-capitalista, mantendo a ideia de Direito, mas


agora como reflexo do interesse da classe trabalhadora, que
lá e

representaria a maioria governando em prol da maioria e,


por isso, privilegiando bens comuns que superassem a mera
ci rv

lógica denunciada por Pachukanis de mercadorias a serem


trocadas por indivíduos livres e iguais. Um Direito com
do a

uma nova tarefa, não mais de manter a igualdade e liberdade


formal, mas “perseguir o desenvolvimento da nova forma
comum da economia” e substituir um individualismo pela
“execução de uma vontade superior coletiva”, tornando-se
“um veículo para o socialismo”84.

REFERÊNCIAS
d

BERCOVICI, Gilberto. O Ainda Indispensável Direito Econômico.


os

In: Maria Victoria de Mesquita Benevides; Gilberto Bercovici;

BERCOVICI, op. cit. 2018. Página 14 e 15.


84

156
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do a
d os

158
ESTADOS UNIDOS:
IMPERIALISMO Y GEOPOLÍTICA
HEMISFÈRICA EN EL SIGLO XXI 7
to
do
Ed
s

Jorge Hernández Martínez1


ito re
os

1. INTRODUCCIÓN
ra ito

El siglo XXI nace bajo el signo de trascendentes


di

cambios geopolíticos internacionales, a partir de la con-


D sr

fluencia de dos procesos de alcance global: la resaca acu-


mulada al “terminar” la Guerra Fría, diez años antes, y
'P es

las repercusiones de los atentados terroristas del 11 de


lá e

septiembre de 20012. El entrecruzamiento de ambos


acontecimientos refuerza el lugar y papel mundial de los
ci rv

Estados Unidos, en la medida en que se consolida como


centro del imperialismo, al recuperarse en buena medida
do a

de la crisis hegemónica experimentada en los decenios

1
Sociólogo y politólogo. Profesor Titular del Centro de Estudios
Hemisféricos y sobre Estados Unidos (CEHSEU). Presidente de
la Cátedra “Nuestra América”, Universidad de La Habana.
2
El autor no comparte la visión acerca del fin de la Guerra Fría,
generalizada en la literatura académica, al considerar que aunque
desapareció la Unión Soviética y el socialismo como sistema en
d

Europa del Este, se sustituye al “enemigo” con el terrorismo, y que


os

la conflictividad bélica se ha mantenido, por o cual pudiera incluso


afirmarse que de la Guerra Fría, se pasó incluso a otra aún más fría.
Sobran los ejemplos que ilustran la permanencia del clima tensional,
con protagonismo de los Estados Unidos.

159
anteriores.3 Más allá del debate acerca de la declinación
o restauración de su poderío, lo cierto es que los Estados
Unidossiguen siendo la única superpotencia mundial,
dado que a nivel internacional no existe un contrapeso
efectivo a su superioridad general, resultante de la con-
jugación de sus recursos económicos, políticos, militares,
to

científico-técnicos e ideológicos4. En ese contexto, los


esfuerzos de los tres presidentes que han gobernado ese
do

país durante las dos décadas transcurridas en el presente


Ed

siglo (George W. Bush, Barack Obama y Donald Trump),


s

han logrado --entre errores, fracasos, aciertos,aprendiza-


jes, continuidades y cambios--, restructurar el sistema de
ito re
os

dominación a escala global y hemisférica.


Los empeños gubernamentales recientes --demócratas
ra ito

y republicanos-- en que esa dominación adquiera, de nuevo,


di

una envergadura hegemónica, se han expresado y expresan


en una constante apelación a la política exterior belicista e
D sr
'P es

3
Se trata de los efectos de la crisis de los años de 1980 que propician
la llamada Revolución Conservadora, dirigida a la restauración
hegemónica norteamericana y al impacto de hechos como la
lá e

guerra del Golfo Pérsico y de las invasiones a Afganistán e Irak,


que de manera parcial tributaron a tal propósito.
ci rv

4
A pesar de la rapidez con la que, en términos históricos, han emer-
gido nuevos centros de poder en varias regiones del mundo, todavía
do a

ninguno de ellos puede equipararse con los Estados Unidos en


cuanto a la capacidad para desplegar acciones y ejercer influencia
a escala global, aunque esta supremacía tiene límites cada vez más
visibles y enfrenta la intensificación de desafíos competitivos por
parte de otros actores en determinados ámbitos geográficos y temá-
ticos. Dentro de las principales potencias, la nación norteamericana
es la única con posibilidades de atender y enfrentar situaciones
complejas y simultáneas en los más recónditos rincones del planeta,
si bien el resultado de sus políticas y de sus acciones con respec-
d

to a los objetivos pretendidos merecería una valoración aparte y


os

casuística-. De hecho, grandes potencias como Rusia, China y la


India ni siquiera gozan de una situación consolidada o segura en
términos estratégicos en su propio entorno geográfico e incluso,
en importantes aspectos, son competidoras entre sí.

160
intervencionista, que se afinca enrenovadas concepciones
de seguridad nacional y enlas bases clasistas de la ideología
burguesa que forjan la identidad norteamericana.Asíse consi-
guela necesaria legitimidad ideológica interna y la proyección
geopolítica internacional. En ello convergen los intereses de
los variados sectores de la clase dominante estadounidense,
to

principalmente los de la oligarquía financiera y el complejo


militar-industrial, insertados en las estructuras de poder for-
do

mal, tanto en el sistema político como en las organizaciones


Ed

de la sociedad civil, con el respaldo de los poderosos medios


s

de comunicación y centros de pensamiento académico.


El patrón de política exterior que se promueve no es
ito re
os

novedoso. Si bien se ha venido manifestando en diferentes


etapas con variaciones, se trata de una permanente tenden-
ra ito

cia estratégica internacional de los Estados Unidos posterior


di

a la Segunda Guerra Mundial, que ha sido consistente


con su esencia imperialista y su pretensión geopolítica de
D sr

supremacía y dominación global.


'P es

Entre las direcciones regionales de esa estrategia, sin


desconocer que ha experimentadoreajustes, el hemisferio
lá e

occidental ha mantenido una constante importancia, habida


cuenta de la inmediata vecindad geográfica de América
ci rv

Latina, de los recursos diversos que concentra y de que los


Estados Unidos la consideran como su patio trasero, unido
do a

al significado de Canadá en la región, en tanto aliado del


imperio. Sin embargo, es en el espacio latinoamericano
donde se han presentado, desde el siglo XIX, las principales
preocupaciones e intereses estadounidenses. Esa región es
la que inspiró la primera formulación doctrinal en política
exterior, el Monroísmo, la que fue objeto de la primera
acción directamente injerencista, basada en el ideario del
d

Destino Manifiesto, al despojar a México de relevantes


os

territorios, y la que condujo a la conversión de dos viejas


colonias españolas, Cuba y Puerto Rico, en las primeras
neocolonias norteamericanas.

161
Aunque existe la discusión académica acerca de si
Nuestra América es o no una prioridad para los Estados
Unidos, es indudable su importancia estratégica, si bien en
determinados períodos, a causa de ciertos eventos o coyun-
turas críticas, otras regiones reciban mayor atención y sean
tratadas con recursos económicos o militares superiores.
to

En este sentido, la región latinoamericana puede conside-


rarse relativa y puntualmente, como de escasa o marginal
do

prioridad, dentro de un tablero global, pero su importancia


Ed

geopolítica ha sido inalterable y de primer orden.


s

El presente trabajo examina esta problemática en el siglo


ito re

en curso, deteniendo la mirada en la dinámica hemisférica


os

actual, en la que el papel de los Estados Unidos ha sido y es un


factor decisivo. Se parte, como premisas, de que: a)la condición
ra ito

imperialista de ese país, cuyos imperativos hegemónicos se


di

plasman en una proyección geopolítica que alcanza legitimidad


D sr

a través de la ideología, ha conllevado una restructuración del


sistema de dominación continental que refleja hoy, bajo la
'P es

Administración Trump, más continuidad que cambio; b) los


Estados Unidos se basanen la convicción de que el llamado po-
lá e

der inteligente (uso combinado de los poderes duro y blando),


garantiza el logro de las metas políticas y estratégicas en la arena
ci rv

global: proteger y promover el interés nacional, la seguridad,


do a

la prosperidad económica y los fundamentos ideológicos que


son bases de la geopolítica imperialista norteamericana; c) la
realidad hemisférica condiciona los objetivos dela restructu-
ración aludida, de manera tal que con Trump el sistema de
dominación hace suyo un legado ecléctico, de concepciones
y prácticas heredadas de las Administraciones de W. Bush y de
Obama, unificadas con rasgos propios, dirigiéndose a anular
de modo definitivo los procesos progresistas, emancipadores,
d

antimperialistas en Nuestra América5.


os

La referencia remite a la conceptualización de Joseph Nye sobre


5

los denominados Hard, Soft y Smart Power, así como a propuestas

162
2. IMPERIALISMO, HEGEMONÍA,
IDEOLOGÍA Y GEOPOLÍTICA
La proyección geopolítica de los Estados Unidos debe
comprenderse a partir de su condición imperialista, enten-
dida ésta en los términosen los que Lenin abordó el fenó-
to

meno, en el contexto histórico que rodeaba a la Primera


Guerra Mundial, como resultado de la monopolización y
do

del nacimiento del capital financiero, que dejaban atrás la


Ed

época del capitalismo de libre competencia6. La vigencia


de tal perspectiva responde a que no se trataba de una de-
s

finición acabada, sino de un abordaje metodológico, como


ito re
os

guía analítica. De ahí que su caracterización estructural haya


mantenido su vigencia, al presentar al imperialismo como
ra ito

articulación económica global, que, como todo fenómeno


di

histórico, no permanece inmutable, sino que se transfor-


ma. Las expresiones concretas reales de los atributos que
D sr

Lenin identificó han ido variando en consonancia con las


'P es

diferentes condiciones históricas, más sus puntos de partida


han conservado actualidad7.
lá e

Desde el punto de vista histórico, el proceso que sigue


a la Segunda Guerra Mundial le imprime al imperialismo
ci rv

contemporáneo su fisonomía como sistema internacional


que, sobre la base de tales rasgos, coloca su epicentro en
do a

los Estados Unidos, exhibiendo una rápida consolidación


de su hegemonía que desde entonces se manifiesta --en-
tre rivalidades interimperialistas, contradicciones globales,
competencias productivas y tecnológicas, conflictos bélicos

estratégicas elaboradas porZbigniewBrzezinski y Henry Kissinger,


entre las principales.
d

6
Véase VladimirIlichLenin, El imperialismo, fase superior del capitalismo,
Imprenta Nacional de Cuba, La Habana, 1968.
os

7
Véase Vladimir Ilich Lenin,“El imperialismo y la escisión del socia-
lismo”, en Obras Escogidas en 2 Tomos, Tomo 2, Editorial Progreso,
Moscú, 1974.

163
y redes de alianzas--, con una definida proyección estraté-
gica, ampliando su radio de influencia por los espacios más
diversos: geográficos, económicos, políticos, militares, ideo-
lógicos, culturales, y en períodos más recientes, cibernéticos.
En ese marco, tan importante como la identificación de los
amigos y aliados del imperialismo norteamericano, son las
to

percepciones de amenaza ante los que se consideran como


enemigos, reales o no, en cuya construcción simbólica es
do

determinante el papel de la ideología, como activo factor


Ed

subjetivo que fundamenta la visión geopolítica con la que


s

se posiciona en el sistema internacional.


En correspondencia con ello, la condición hegemóni-
ito re
os

ca de los Estados Unidos, como expresión multidimensional


que alcanza en el citado contexto posbélico, es integral y
ra ito

dinámica. Se manifiesta con ritmo creciente en los espa-


di

cios mencionados, alcanzando su plenitud en menos de


un decenio.Tanto al interior de la nación norteamericana
D sr

como en sus relaciones externas impera un consenso que


'P es

se materializa través de una diversidad de aparatos ideoló-


gicos del Estado, que incluyen instituciones educativas y
lá e

culturales, medios de comunicación, organizaciones sociales,


cuyo accionar conjunto propicia dinamismo mediáti-
ci rv

co-propagandístico, optimismo sociocultural, desarrollo de


alianzas diplomáticas y militares internacionales, expansión
do a

ideológica y auge económico-financiero.


Las nuevas codificaciones acerca de la “amenaza”,
que se estructuran bajo la Guerra Fría, sustituyen el peli-
gro fascista por el comunista, erigiéndose la confrontación
geopolítica en un mundo bipolar, entre el “Este” y el
“Oeste”, en la piedra angular de la política exterior nortea-
mericana, en cuya narrativa se jerarquiza la importancia de
d

defender la seguridad nacional, concebida como pretexto


os

y función de la hegemonía internacional. Ese complejo y


contradictorio proceso ideológico condiciona--y a la vez,
es resultado de-- una profundización creciente de la con-

164
dición hegemónica de los Estados Unidos o para expresarlo
con mayor exactitud, del imperialismo norteamericano.
En la medida en que se afirma el consenso doméstico y
exterior --aportando argumentaciones y justificaciones de
aceptación general en la opinión pública--, se convierte
en fuente de legitimidad de las políticas en curso, sin que
to

aparezcan dentro de esa sociedad límites morales o legales


trascendentes en su despliegue. Esa legitimación posee un
do

valor agregado.Y es que el establecimiento y reproducción


Ed

del consenso, toda vez que expresa los intereses de una


s

clase dominante, es el resultado político de la legitimación


ito re

ideológica del poder del Estado, impregnando la conciencia


os

de las clases dominadas.


Se trata del consenso que necesita el imperialismo,
ra ito

al ejercer el poder mediante su sistema de dominación.


di

En este sentido, se manifiesta la función de la ideología


D sr

como mecanismo de poder, según lo concibe Foucault, al


considerar que el poder no es algo que posee la clase do-
'P es

minante, sino una estrategia. Es decir, el poder no se posee,


se ejerce. Para Foucault, el poder es ante todo despliegue
lá e

de relaciones de fuerza, de dominación. Y la ideología es


un instrumento poderoso de dominación cuando propicia
ci rv

o sella la creación de consenso, sin tener que apelar a la


do a

coerción8. Desde este punto de vista, se corrobora la inter-


pretación gramsciana, según la cual la clase dominante en
el imperialismo ejerce su poder no sólo por la coacción,
sino porque logra imponer su visión del mundo a través
de los mencionados aparatos ideológicos del Estado, como
la escuela y los medios de comunicación, que junto a otras
entidades, como la familia y la religión, garantizan el re-
conocimiento y la internalización de su dominación por
d

las clases dominadas. Se trata del proceso de conformación


os

Véase Michel Foucault, Un diálogo sobre el poder y otras conversaciones.


8

Alianza Editorial S.A., Madrid, 2001.

165
de consensos para asegurar su hegemonía, incorporando
algunos de los intereses de las clases oprimidas y grupos
dominados. La mejor expresión de la hegemonía, o su
momento de mayor eficiencia, es cuando no necesita estar
acorazada de coerción9.
Estas precisiones son relevantes en la medida en que
to

en las condiciones del imperialismo norteamericano con-


temporáneo, en su actuación interna y externa, tiende a ser
do

más frecuente y cotidiana la dominación que la hegemonía.


Ed

Según lo señalara Lenin, el viraje de la democracia a la


s

reacción política constituye la tendencia política del impe-


ito re

rialismo, tanto en la política exterior como en la interna10.


os

Al producirse el llamado “fin” de la Guerra Fría, a


comienzos de la década de 1990, el término de impe-
ra ito

rialismo había prácticamente desaparecido del lenguaje


di

periodístico, académico, partidista y gubernamental. Como


D sr

lo precisara Atilio Borón,el desvanecimiento de la proble-


mática del imperialismo era un síntoma de dos cosas: del
'P es

irresistible ascenso del neoliberalismo como ideología de


la globalización capitalista en las últimas dos décadas del
lá e

siglo pasado, y de las transformaciones acaecidas a partir de


la finalización de la Segunda Guerra Mundial que ponían
ci rv

en cuestión algunas de las premisas mismas de las teorías


do a

clásicas del imperialismo.11


Desde que comienza el siglo XXI, el sistema de do-
minación imperialista procura ajustarse a las circunstancias
9
Véase Antonio Gramsci, Antología. Editorial Siglo XXI,
México, 1976.
10
Véase Vladimir Ilich Lenin,“El imperialismo y la escisión del socia-
lismo”, en Obras Escogidas en 2 Tomos, Tomo 2, Editorial Progreso,
d

Moscú, 1974.
os

11
Véase Atilio Borón,“Hegemonía e Imperialismo en el sistema In-
ternacional”, en: Atilio A. Borón (Compilador), Nueva hegemonía
mundial. alternativas de cambio y movimientos sociales, CLACSO/Libros,
Buenos Aires, 2004.

166
cambiantes del sistema internacional, que difiere bastante
del que existía en la época en que Lenin caracterizó al
imperialismo, en los primeros decenios del siglo XX.Y es
que teniendo en cuenta el condicionamiento histórico de
todo proceso social, el imperialismo no es un fenómeno
estático, sino dinámico. La realidad en el presente siglo es
to

otra, definida por los efectos acumulados de dos guerras


mundiales, de varias fases en el desarrollo de revolucio-
do

nes científico-técnicas, de profundos cambios políticos


Ed

y culturales, acompañados de la globalización neoliberal,


s

entre otros fenómenos que han transformado al modo


ito re

de producción capitalista, impulsando nuevas relaciones


os

sociales y desarrollando las fuerzas productivas. El auge


del pensamiento único (bajo la confluencia ideológica
ra ito

del neoliberalismo, el posmodernismo, y de un renovado


di

irracionalismo filosófico), ha traído consigo una narrativa


D sr

concentrada en la globalización y la posmodernidad que


llevaría a pensar más en visiones apocalípticas sobre el fin
'P es

del mundo que en el fin del capitalismo12. Ello llevaría a


muchos estudios a dejara un lado al imperialismo, consi-
lá e

derándolo como algo anacrónico o fosilizado.


Pero el imperialismo sigue vigente. El fenómeno ha
ci rv

cambiado, pero su esencia sigue siendo imperialista. Más


do a

allá de ciertas modificaciones en su morfología, sus com-


ponentes estructurales básicos, son los mismos: los gran-
des monopolios de alcance transnacional y base nacional,
fruto de la elevada concentración de la propiedad, de la
propiedad y del capital, junto a los gobiernos de los países
metropolitanos o potencias imperialistas; las instituciones
financieras internacionales, que integran una arquitectura
d

mundial; los procesos de exportación de capitales, en inte-


os

12
Véase Ignacio Ramonet, “El pensamiento único”, en INETemas,
Publicación del Instituto de Estudios Transnacionales de Córdoba.
Nº. 16, Año VI, Diciembre, Cordoba, 1999.

167
racción con una tendencia recíproca y complementaria, a
partir de la cual el imperialismo también recibe los efectos
importadores; y la continuidad del proceso geopolítico y
geoeconómico, relacionado con el control de territorios,
mercados, materias primas e inversiones. Por su diseño, pro-
pósito y funciones, esos elementos no hacen sino reproducir,
to

consolidar y perpetuar la vieja estructura imperialista. Su


lógica de funcionamiento no es la misma desde el punto
do

de vista de la forma, pero en cuanto a sus contenidos y


Ed

esencia sí lo son.También lo es la ideología que justifica su


s

existencia, los actores que la dinamizan y los resultados de


las relaciones de dominación y hegemónicas, de opresión,
ito re
os

explotación y control que promueve. La práctica imperialis-


ta es, por definición, profundamente geopolítica. El sistema
ra ito

de dominación que construye no puede sino establecerse


di

y desarrollarse a partir del ejercicio del poder en todos los


espacios, incluyendo en el siglo XXI, de manera priorita-
D sr

ria, el ideológico, el cultural y el cibernético. Más allá de


'P es

los territorios y los océanos, la conquista de las mentes y


los corazones se inserta en el centro mismo de la disputa
lá e

hegemónica actual.
Se ha venido produciendo una centralización muy
ci rv

marcada y pronunciada en la estructura o configuración


mundial del imperialismo, cuyo centro de gravedad se ha
do a

desplazado hacia los Estados Unidos. En la actualidad, el


imperialismo tiene una ubicación espacial, en términos
geopolíticos: se localiza en dicho país. Y se caracteriza
por una serie de rasgos, entre los cuales se incluyen: la
militarización del sistema internacional para preservar
el orden mundial capitalista; la creciente tendencia a
recurrir a la violencia en un sentido integral (psicoló-
d

gica, física, diplomática, política, comercial, militar) para


os

el control de los recursos y posiciones estratégicas; la


concentración económica y la tiranía de los mercados
financieros; la centralidad de la ideología como factor

168
indispensable que complementa y completa la diver-
sidad de instrumentos que garantizan la hegemonía
imperialista. El trasfondo de ese accionar lo confor-
ma la estructura de poder que en los Estados Unidos
comprende una compleja constelación de instancias y
sujetos, tanto del sistema político como de la economía
to

y la sociedad civil: departamentos y agencias de la rama


ejecutiva; cámaras, comités y subcomités de la legislati-
do

va; grupos de la oligarquía financiera, como núcleo de


Ed

la burguesía monopólica; corporaciones industriales;


s

centros de pensamiento; asociaciones y organizaciones


sociales, incluidas las religiosas, que operan como grupos
ito re
os

de interés y presión. Esa estructura se proyecta en todos


los ámbitos relevantes, a nivel interno y externo, para
ra ito

el ejercicio del poder y la consolidación hegemónica,


di

como los de las altas finanzas, la seguridad y la defensa.


Y es en el campo de la geopolítica internacional donde
D sr

la hegemonía imperialista puede alcanzar su plenitud.


'P es

Desde la concepción clásica, la geopolítica actual es


definida comola distribución geográfica del poder, orien-
lá e

tada a garantizar la expansión ideológica y política de la


democracia liberal, el modelo de economía neoliberaly la
ci rv

militarización como medios de la hegemonía imperialista


de los Estados Unidos como Estado que se ha apropiado
do a

de los principales espacios internacionales a través de una


conjugación de fuerzae influencia, con el fin de controlar
los recursos naturales yenergéticos. Como contraste, la
geopolítica críticadeconstruye la teoría geopolítica clásica,
mostrando sus funciones políticas e ideológicas para el im-
perialismo, concibiendo al espacio cual territorio, como una
construcción social compleja que incorporacomponentes
d

físicos, históricos y culturales, atendiendo a su carácter


os

clasista.De ahí que la teoría leninista del imperialismo siga


siendo una base indispensable para la comprensión de la
política exterior de cualquier Estado imperialista.

169
3. LAS BASES Y PAUTAS DE
LA PERMANENTE POLÍTICA
LATINOAMERICANA DE LOS
ESTADOS UNIDOS
La relación histórica de los Estados Unidos con América
to

Latina se define ante todo, desde el siglo XIX hasta el XXI,


por una gran asimetría de poder, por una fuerte dependencia
do

y reiterada conflictividad. El relieve, importancia yprioridad


Ed

que adquiere América Latina para los Estados Unidos a


través de los años y de los siglos, depende de coyunturas,
s

en una u otra etapa, pero existen intereses geopolíticos y


ito re
os

geoeconómicos de larga data, a partir de la vecindad geo-


gráfica y del simbolismo que conlleva la convivencia en un
ra ito

área tan cercana. La definición de Lars Schoultz es, desde


di

este punto de vista, sumamente gráfica y reveladora: “Tres


consideraciones siempre han determinado la política de los
D sr

Estados Unidos hacia América Latina: primero, la presión de


'P es

la política doméstica norteamericana; segundo, la promoción


del bienestar económico de los Estados Unidos; y tercero, la
lá e

protección de la seguridad estadounidense”13.


América Latina ha cambiado profundamente desde
ci rv

finales del siglo XX, abriéndose paso procesos, gobiernos y


movimientos sociales de izquierda, junto a alternativas inte-
do a

gracionistas, pero la proyección estadounidense ha mostrado


más continuidad que cambio. En ocasiones han cambiado
los medios, pero no los fines. Dicho autor ha puesto al des-
cubierto el componente esencial de la ideología de la clase
dominante y la cúpula dirigente de ese país, que subyace
tras esa política, confiriéndole singularidad y coherencia.
Según Schoultz, la política latinoamericana de Estados
d

Unidos se ha caracterizado por un “desbordamiento hege-


os

Lars Schoultz, Beneath the United States, Harvard University Press,


13

1999, p. 7.

170
mónico”, enmascarado por el pretexto de la protección ante
amenazas y enemigos. Utilizando sus palabras, sucede que
“por aproximadamente dos siglos, la política norteameri-
cana invariablemente ha tenido la intención de servir a los
intereses de los Estados Unidos, relacionados de una u otra
manera con la seguridad de la nación, su política interna o
to

su desarrollo económico. En la medida en que los desafíos


a esos intereses varían, la política de los Estados Unidos se
do

ajusta para enfrentarlos. Lo que permanece inalterable son


Ed

los intereses. Aunque estos tres intereses son cruciales en


s

cualquier explicación de la política de los Estados Unidos


hacia América Latina, aún falta algo para alcanzar una ex-
ito re
os

plicación completa. Lo que subyace tras ellos es la creencia


dominante de que los latinoamericanos constituyen una
ra ito

rama inferior de las especies humanas. Esa creencia en la


di

inferioridad latinoamericana es el núcleo esencial de la


política estadounidense hacia América Latina, pues deter-
D sr

mina las medidas concretas que adoptan para proteger sus


'P es

intereses en la región14.
Otra importante contribución relacionada con el
lá e

tema de la hegemonía en las relaciones los Estados Unidos


con América Latina es la de Samuel PinheiroGuimarães,
ci rv

cuya elaboración en torno al concepto clave de “estruc-


tura hegemónica” resulta, en su opinión, preferible al de
do a

“Estado hegemónico”, y de gran utilidad para matizar


en su justa medida una correcta visión estado-céntrica
de la política internacional, permitiendo comprender la
funcionalidad de la política exterior norteamericana como
instrumento dentro un sistema de dominación más amplio,
pero sin que ello conduzca a desdibujar la identidad de
los Estados Unidos como Estado nacional y como el actor
d

más poderoso en la geopolítica hemisférica, con intereses


os

específicos propios.

14
Ibídem, pp. 14-15.

171
Desde ese punto de vista, el concepto de estructura
hegemónica viene a ser el más apropiado para abarcar los
complejos mecanismos de dominación. El concepto de
estructura hegemónica de poder evita discutir sobre la
existencia (o no), en el mundo de la pos Guerra Fría, de
una potencia hegemónica, los Estados Unidos, y determi-
to

nar si el mundo es unipolar o multipolar, si existe o no un


condominio. “Es más flexible --señala el autor-- e incluye
do

vínculos de interés y de derecho, organizaciones interna-


Ed

cionales, múltiples actores públicos y privados, la posibilidad


s

de incorporación de nuevos participantes y la elaboración


ito re

permanente de normas de conducta; pero, en la esencia


os

de esas estructuras, están siempre los Estados nacionales”15.


Siguiendo el razonamiento dePinheiroGuimarães, las
ra ito

estructuras hegemónicas desarrollan estrategias de preser-


di

vación y expansión de su poder en los ámbitos económico,


D sr

tecnológico, político, militar e ideológico, y el liderazgo


de las mismas varía de acuerdo al espacio geográfico, el
'P es

momento y el tema en cuestión. Es una perspectiva dia-


léctica y totalizadora, congruente con la de la concepción
lá e

materialista de la historia, la teoría del imperialismo y la


geopolítica crítica.
ci rv

En cuanto a la ubicación y el papel específico de los


do a

Estados Unidos en el sistema de dominación mundial, dicho


autor ha señalado que “en el centro de las estructuras hege-
mónicas se encuentran las grandes potencias y, dentro de ellas,
la superpotencia (los Estados Unidos de América), el único
Estado con intereses económicos, políticos y militares en
todas las áreas de la superficie terrestre, en la atmósfera y hasta
en el espacio sideral, y el gran responsable por la creación de
d

las estructuras hegemónicas que lideran. Así, el examen de


os

Samuel Pinheiro Guimarães: Quinhentos anos de periferia: umacontri-


15

buçãoaoestudo da política internacional, UFRGS-Contraponto, Porto


Alegre-Rio de Janeiro, 2002, p. 28.

172
los objetivos de la política exterior norteamericana desde la
última posguerra es esencial para comprender el escenario
internacional, la evolución de las grandes tendencias y la
acción de las estructuras hegemónicas”16.
A los efectos del presente trabajo y dadas las limita-
ciones de espacio, las apreciaciones expuestas posibilitan
to

resumir las bases y las pautas que han caracterizado, de


manera general y esencial, el desenvolvimiento histórico
do

y estructural de la política estadounidense hacia América


Ed

Latina, y sus expresiones actuales, ante la tercera década


s

del siglo XXI.


ito re
os

4. ESTADOS UNIDOS Y LA DINÁMICA


GEOPOLÍTICA HEMISFÉRICA ACTUAL
ra ito

La Administración Trump ha tenido una orientación


di

geopolítica general que contrasta con la pauta que carac-


D sr

terizó al doble gobierno de Obama, adoptando acciones


que recuerdan el clima de la Guerra Fría, basadas en un
'P es

enfoque de línea dura, belicista, que se apoya en un incre-


mento del presupuesto militar y en una retórica agresiva
lá e

ante aquellos países o situaciones que considera hostiles a los


ci rv

intereses norteamericanos. Deja atrás el esquema adoptado


por Obama, que atendía al multilateralismo y la diploma-
do a

cia, y regresa al patrón geopolítico,por sólo mencionar el


antecedente más cercano, a comienzos del presente siglo,
que caracterizó la ejecutoria internacional de W. Bush17.
La novedad atribuida en no pocos estudios recientes
a la narrativa geopolítica que sirve de soporte a dicha
16
Ibídem, p. 73.
d

17
Para ampliar sobre el período de Trump, véase Jorge Hernández
os

Martínez,“Estados Unidos en transición. El trumpismo entre procesos


electorales y ciclos históricos”, en Huellas de Estados Unidos, Nº. 12,
Abril, Cátedra de Historia de Estados Unidos, Facultad de Filosofía
y Letras, UBA, Buenos Aires, 2017.

173
proyección, sin embargo, es bien relativa. Trumpretoma
el enfoque geopolítico bipolar, o sea, la relación binaria
“amigo-enemigo”, que se aplica hoy a nuevas percepciones
de amenaza. Ya no se trata del comunismo, ni tampoco
del terrorismo internacional, sino de “nuevas” potencias
revisionistas, identificadas con supuestos enemigos actuales,
to

como Rusia, China, Corea del Norte e Irán.


Para un país imperialista como los Estados Unidos
do

no podía ser de otra manera. Ese es el enfoque más fun-


Ed

cional a la hora de enfrentar lo que considera como retos


estratégicos en el mapa internacional (que en su mayor
s

parte provienen de presuntas amenazas de Estados,como


ito re
os

los mencionados, pero también de procesos de cambio,


movimientos sociales, organizaciones políticas u otros
ra ito

actores, considerados preocupantes) con el propósito


di

de neutralizarlos, en función de ajustar su poderío alas


nuevas condiciones.
D sr

La filosofía “trumpista” en este ámbito refleja una


'P es

mezcla ideológica ecléctica, confusa, difusa, que entrelaza


en política exterior concepciones del realismo político,
lá e

con otras que responden a un conservadurismo pragmático


internacionalista, al estilo de la derecha tradicional, iden-
ci rv

tificada convencionalmente con el Partido Republicano,


o el “viejo” establishment. En esa combinación también se
do a

advierten elementos de neoconservadurismo.18


Todo se ello se troquela en torno a los temas de sig-
nificación geopolítica, como la seguridad nacional, que
ocupa un sitio central, abordados en estrecha ligazón con
los valores del ideario fundacional norteamericano, colo-
cando la defensa de la identidad, la patria y los intereses
nacionales como foco de una narrativa permanente, que
d os

Se trata de distinciones ideológicas, que con frecuencia se utilizan


18

indistintamente y se crea confusión analítica.Véase al respecto Jor-


ge Hernández Martínez, Los Estados Unidos a la luz del siglo XXI,
Editorial de Ciencas Sociales, La Habana, 2008.

174
con frecuencia se maquilla o disfraza, y que en ciertas etapas,
gobiernos, mandatarios y estrategas de turno, se empeñan
en calificar como “nuevas”, con la intención de presentarse
con imágenes innovadoras, como liderazgos intelectuales
o políticos trascendentes.
Con Donald Trump se prolonga, si bien con matices y
to

expresiones diferentes, en un contexto distinto, el enfoque


que hicieron suyo en este siglo George W. Bush y Barack
do

Obama en su política exterior, confrontando lo que consi-


Ed

deraban como conductas antinorteamericanas. Esa visión se


s

basa en percepciones en torno a las fuentes de amenaza, se


ito re

proyecta contra los enemigos o peligros que en el sistema


os

internacional rodean a los Estados Unidos, colocándolos


en un presumible mundo hostil. Diversas contribuciones
ra ito

han intentado precisar, en este siglo, los componentes del


di

antinorteamericanismo. Las ilustraciones más diáfanas de


D sr

ello aparecen en los documentos denominados Estrategia


de Seguridad Nacional. En el caso de W. Bush, las de 2002
'P es

y 2006, en el de Obama, las de 2010 y 2015. En el de


Trump, la de 201719.
lá e

En este último documento se expone con claridad


la “nueva” narrativa geopolítica del imperio, al identificar
ci rv

cuatro pilares: proteger la patria, promover la prosperidad


do a

de los Estados Unidos, preservar la paz con el empleo de


la fuerza e impulsar la influencia estadounidense. En ella se
afirma que el país se enfrenta a unos “poderes revisionistas”
que intentan poner al mundo en conflicto con los valores
estadounidenses, entre los que identifica a China y su pa-
19
Sobre los enfoques de las tres Administraciones (W. Bush, Obama
y Trump) hacia América Latina, véase Jorge Hernández Martínez,
d

“Estados Unidos: ideología, política exterior y dominación en el


os

siglo XXI”, en Juan Ramón Quintana Taborga (Coordinador),


América Latina en el proyecto de dominación de Estados Unidos. Pautas
y perspectivas en el siglo XXI, Observatorio de Geopolítica, EGPP,
a Paz, 2019.

175
pel en el Mar del Sur de China; y a Rusia, mencionando
también los casos de Ucrania y Georgia.
La situación existente al concluir 2019 ha tenido lugar
en un entorno de abierto despliegue de la ofensiva estadou-
nidense articulada con las oligarquías latinoamericanas. Ello
ha promovido una ola contrarrevolucionaria beneficiada
to

en el plano político-ideológico de los aprendizajes de la


derecha, los errores de la izquierda y un derrotista enfoque
do

en el terreno intelectual que interpreta los procesos en


Ed

curso cual fin del ciclo progresista iniciado a comienzos del


s

siglo XXI. El cambiante y cambiado contexto en América


Latina responde a la combinación de una diversidad de
ito re
os

factores, endógenos y exógenos, entre los cuales la estra-


tegia de Estados Unidos ha sido elemento decisivo, que
ra ito

según las circunstancias específicas, ha generado, estimulado,


di

catalizado, manipulado y coordinado, la espiral subversiva,


desestabilizadora o más exactamente, contrarrevolucionaria,
D sr

estructurada en torno a las concepciones y métodos de la


'P es

llamada Guerra No Convencional20.


Ahí radica la esencia de la estrategia imperialista, que
lá e

incluye todas las opciones y herramientas, acorde con el


esquema de la dominación de espectro completo, caracteri-
ci rv

zado por Ana Esther Ceceña21. Se aplica con diferenciacio-


nes según las características de cada país, apreciándose hoy
do a

en ciertos casos reiteraciones de viejas prácticas, ensayadas


ayer con éxito, atemperadas a las nuevas condiciones his-
tóricas. Tales acciones remiten a las que implementaba en
anteriores etapas el Proyecto Democracia, dirigidas sobre
20
Véase Antonio Ramón Barreiro Vázquez,La Guerra cultural y la sub-
versión político ideológica en tiempos de guerra no convencional, Academia
d

Superior de las Fuerza Armadas Revolucionarias “Máximo Gómez”,


La Habana, 2014.
os

21
Véase Ana Esther Ceceña,“La dominación de espectro completo en
América Latina”, en Patria, No. 1, Ministerio de Defensa Nacional,
Quito, 2013.

176
la sociedad civil --a través de la NED, la USAID, entidades
empresariales, movimientos sociales, instituciones culturales,
comunitarias y religiosas, medios de comunicación tradi-
cionales, redes sociales, partidos y políticos opositores--,
unidas a la gestión de la diplomacia pública, viabilizada
por la labor de las Embajadas estadounidenses en los países
to

latinoamericanos. La guerra económica, a través de presio-


nes, sanciones y de bloqueo comercial y financiero, junto
do

a una amplia gama de instrumentos militares, integran un


Ed

variado expediente intervencionista, del que también forma


s

parte la guerra cultural (sustentada en acciones psicológicas,


ito re

subversión ideológica, estimulación a prejuicios y contra-


os

dicciones internas, con expresiones en la vida cotidiana y


con gran capacidad movilizativa, como las referidas a con-
ra ito

flictos étnicos, raciales y religiosos), tienen una meta clara:


di

lograr el cambio de régimen. El proyecto de dominación


D sr

norteamericano prioriza el respaldo, en las contiendas


presidenciales, a los candidatos y a los mandatarios que ha
'P es

fabricado o que puede operar a su antojo, al mismo tiem-


po que destruye la imagen de líderes y antiguos Jefes de
lá e

Estado que conservan apoyo popular. Los procedimientos


judiciales y legislativos están a la orden del día, como parte
ci rv

del arsenal político-jurídico que se emplea. La alternativa


do a

militar no está descartada, sino que por el contrario, como


se manifiesta en los documentos y pasos del Comando
Sur y del aparato de Seguridad Nacional, forma parte del
menú de opciones de ese proyecto de dominación, cuya
aplicación abarca la diversidad de métodos que conforman
la detallada y eufemística modalidad del llamado Golpe
Suave o Blando, sistematizada por Gene Sharp22. Estados
Unidos ha dejado atrás la época de las acciones encubier-
d

tas. Hoy, desde el presidente y el vicepresidente hasta los


os

22
Véase Gene Sharp, De la dictadura a la democracia. Un sistema conceptual
para la liberación, Institución Albert Einstein, Boston, 2003.

177
diversos funcionarios del Departamento de Estado y del
Consejo de Seguridad Nacional, manifiestan públicamen-
te las intenciones subversivas que conforman la “nueva”
narrativa del imperio.
La actual Administración republicana y conservadora
de Estados Unidos se caracteriza por una clara carga re-
to

gresiva interna y exterior, visible en la desbordada retórica


de índole populista, nativista, racista, xenófoba, misógina,
do

con ribetes fascistas, que acompaña la conducta de Donald


Ed

Trump, cuya proyección internacional imperial se resume


s

en las consignas AmericaFirstyMake Great AmericaAgain,


y que se concreta en su manifestación específica hacia
ito re
os

América Latina, en la profunda reacción anti-inmigrante


contra México, la obsesión con la construcción del muro
ra ito

fronterizo, y en la beligerancia mencionada contra Ve-


di

nezuela, Nicaragua y Cuba, a lo que se suma la ulterior


definición, planteada explícitamente por Trump, contra
D sr

toda alternativa socialista.


'P es

La Revolución Cubana ha conservado su especial sim-


bolismo como desafío para la política norteamericana. Por
lá e

esa razón, en el diseño e implementación de ésta convergen


intereses y objetivos que parecen constantes, prevaleciendo
ci rv

más el principismo ideológico que el utilitarismo pragmático.


En ello intervienen, a través de interacciones diversas, sectores
do a

de la burocracia gubernamental permanente, la comunidad


de inteligencia, el aparato legislativo, las instituciones aca-
démicas o centros de pensamiento, los grupos de presión,
los partidos y el exilio cubano, entre otros. El compromiso
orgánico de esa estructura de poder con la razón de Estado
trasciende las propuestas partidistas (demócrata o republicana)
e ideológicas (liberal o conservadora), en la medida en que
d

responde más a posiciones permanentes del sistema, que al


os

de gobiernos temporales o liderazgos personales.


Durante más de medio siglo, la política latinoa-
mericana de Estados Unidos se ha concebido, diseñado

178
e implementado sobre la base de definir sus objetivos,
direcciones, contenidos e instrumentos a partir de su
funcionalidad para la meta esencial del plan maestro
que la guía: el derrocamiento de la Revolución Cubana.
Así sucede desde la articulación de la propuesta que se
canaliza con la Alianza para el Progreso (ALPRO), en
to

el decenio de 1960, a través de la cual se desarrolló un


enfoque afincado en la conjugación de variantes refor-
do

mistas y contrainsurgentes, bajo las Administraciones de


Ed

Kennedy y de Johnson, que procuraban evitar nuevas


s

victorias revolucionarias. Y esa codificación persiste, en


la década siguiente, la de 1970, cuando a raíz del Informe
ito re
os

Rockefeller se argumenta, con el gobierno de Nixon, la


propuesta de impulsar una relación especial, de un nuevo
ra ito

diálogo, a fin de evitar los procesos revolucionarios alenta-


di

dos por el ejemplo de Cuba, enfatizándose la importancia


de defender la seguridad hemisférica.
D sr

En los años de 1980 se considera a través del Informe


'P es

de Santa Fe que América Latina se encuentra bajo ataque


y la que la política estadounidense se halla en desorden a
lá e

causa de la influencia comunista de la Unión Soviética,


que se lleva a cabo a través de Cuba, promoviéndose una
ci rv

agresiva política que la identificaba como responsable de


los contagios antimperialistas en Nicaragua y Granada. En
do a

este período el enfoque de la estrategia de Estados Unidos,


que pretendía, con Reagan, “ir a la fuente” de los conflic-
tos, se troquela de modo renovado en torno al activismo
internacionalista de la Revolución Cubana y al papel que
se le atribuye como satélite soviético en el hemisferio. Los
informes de la Heritage Foundation participaron, junto a los
documentos del Comité de Santa Fe, en la elaboración de
d

diagnósticos y recomendaciones encaminadas a neutralizar


os

la influencia de Cuba y, por implicación, a debilitar los


procesos revolucionarios, progresistas y antimperialistas en
el ámbito latinoamericano.

179
En la medida en que a partir de los cambios en la
correlación internacional de fuerzas que se opera luego,
con el desplome del socialismo en la década de 1990, se
aprecia a América Latina como un escenario tranquilo
--en medio de un retroceso de los movimientos de libe-
ración nacional y de un decrecimiento del internaciona-
to

lismo de la Isla a causa de la crisis del período especial y


de la pérdida de su aliado estratégico--, la lectura geopo-
do

lítica que se hace por los gobiernos de Bush (padre) y


Ed

de Clinton concluye que la Revolución Cubana, en un


s

mundo presidido por la avalancha neoliberal, tiene sus


días contados. Esa visión persiste en el siglo XXI, hasta el
ito re
os

inicio de su tercera década. Se trata, aún, de una política


enfilada contra la Revolución Cubana, como la que ins-
ra ito

piró la ALPRO, el Informe Rockefeller y el de Santa Fe,


di

entre otras ediciones de un mismo diseño imperial, que


apuestan a un efecto de dominó a escala continental. Se
D sr

nutren, en el fondo, del ideario de la Doctrina Monroe


'P es

y del Destino Manifiesto, lo cual relativiza lo novedoso


de la estrategia que se ejecuta hoy23.
lá e

En la ya mencionada Estrategia de Seguridad Nacional


de 2017 se identifican cuatro pilares, definidos a partir de los
ci rv

ejes ideológicos que nutren las visiones internacionales de


Estados Unidos: proteger la patria, promover la prosperidad
do a

de la nación, preservar la paz con el empleo de la fuerza e


impulsar la influencia internacional.
Desde un punto de vista analítico, interpretativo y
gráfico, Pinheiro Guimarães sintetizó, en un trabajo reciente,
los que consideraba como objetivos estratégicos perma-
nentes de los Estados Unidos para América Latina. Es un
d

23
Ese contexto se examina con amplitud en el artículo de Jorge Her-
os

nández Martínez, “La política latinoamericana de Estados Unidos


y la Revolución cubana. Sesenta años de confrontación”, en Cuba
Socialista. Revista teórica y política del Comité Central del Partido Co-
munista de Cuba, CCPCC, No. 10, La Habana, 2019.

180
excelente resumen, por lo que se reproduce a continuación
la relación que presenta:24
• Evitar que un Estado o alianza de Estados se
opongan o reduzcan la influencia de los Estados
Unidos en la región;
to

• Ampliar su influencia cultural / ideológica en


los sistemas de comunicación de cada Estado;
do

• Incorporar todas las economías de la región a


Ed

la economía estadounidense;
• Desarmar a los Estados de la región;
s

• Mantener el sistema de alineación y coordina-


ito re
os

ción de la política regional;


• Prevenir la presencia, especialmente militar, de
ra ito

poderes adversarios en la región;


di

• Castigar a los Estados que contradicen los prin-


cipios del liderazgo hegemónico estadounidense;
D sr

• Prevenir el desarrollo de industrias autónomas


'P es

en áreas avanzadas;
• Debilitar los Estados de la región;
lá e

• Elegir líderes políticos favorables a los objetivos


ci rv

de Estados Unidos.
do a

5. CONCLUSIONES
La estrategia geopolítica imperialista de los Estados
Unidos en América Latina refleja claramente la funciona-
lidad de las argumentaciones y construcciones ideológicas
para la legitimación de los intereses y acciones de dicho
país, y para la restructuración del sistema de dominación. En
d

24
Véase Samuel Pinheiro Guimarães,“Operación Lava Jato y objetivos
os

de EEUU para América Latina y Brasil”, en Nodal. Noticias de América


Latina y el Caribe, https://www.nodal.am/2019/08/operacion-lava-ja-
to-y-objetivos-de-eeuu-para-america-latina-y-brasil-por-samuel-pinhei-
ro-guimaraes/

181
esa estrategia, América Latina, se concibe metafóricamente
como al adversario, ante un tablero de ajedrez geopolítico,
en el que los Estados Unidos orientan cada jugada buscando
dar jaque mate a la Revolución Cubana. Es decir, conce-
diendo tratamientos singulares a cada situación y país, que
se subordinan a la intención, hoy como ayer, de debilitar
to

y derrocar el proceso revolucionario en la Isla, sesenta


años después de su triunfo. En un cuadro como ese es que
do

adquiere sentido la ofensiva contra Venezuela, como parte


Ed

de un diseño que contempla a Nicaragua y Cuba, como


s

casos críticos priorizados, dentro del panorama regional


más amplio de cambio, en la correlación de fuerzas entre
ito re
os

la izquierda y la derecha.
Al apreciar en su interrelación las proyecciones de las
ra ito

tres figuras que han ocupado la presidencia norteameri-


di

cana durante los dos primeros decenios del siglo XXI, es


posible concluir que en el caso de Trump, su lenguaje y
D sr

en parte, su desempeño latinoamericano recuerda, por un


'P es

lado, elementos de la retórica de W. Bush, que fue caja de


resonancia de conceptos como los de Cambio de Régimen
lá e

y Estados Fallidos, que resultaban útiles soportes para el


intervencionismo, y por otro, se beneficia de la cosecha
ci rv

de Obama, muy funcional para los intereses del imperia-


lismo, en la medida en que consiguió lo que no logró W.
do a

Bush, en el sentido de propiciar el cambio de rumbo en


los procesos progresistas, emancipadores, antimperialistas y
revolucionarios en la región, a partir del golpe de Estado
de nuevo rostro, el 28 de junio de 2009, en Honduras, al
desarrollarse, refinarse y aplicarse, en una nueva combina-
ción, los métodos subversivos de carácter judicial, legislativo,
mediático, junto a los tradicionales de guerra económica,
d

cultural, psicológica, presión diplomática y militar. La ofen-


os

siva norteamericana se lleva a cabo, desde entonces, con


un sostenido empeño por profundizar los retrocesos de los
procesos antimperialistas que se afianzaron fundamental-

182
mente en la región andino-amazónica (Venezuela, Bolivia,
Ecuador, Bolivia), así como en Centroamérica (Nicaragua),
donde ha seguido priorizando al llamado Triángulo Norte
(Honduras, El Salvador y Guatemala). No ha descuidado la
atención, más al sur del continente, procurando el control
en países como Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay.
to

En ese diseño se ha procurado la obstaculización y quiebra


de la unidad latinoamericana lograda en las experiencias
do

de integración, cooperación y concertación, como las de


Ed

ALBA, UNASUR, CELAG. Ha acompañado esa vertiente


s

la revitalización del viejo sistema interamericano, sobre todo


el papel de la OEA, pero además, el del TIAR.
ito re
os

Al mirar retrospectivamente el mapa político lati-


noamericano al prepararse el siglo XXI para entrar en su
ra ito

tercera década, a contrapelo de la mirada de ciertos autores


di

que hablan con pesimismo del fin de ciclo progresista, se


advierte la persistencia de un forcejeo o pulseo, como
D sr

resultado del cual varios gobiernos progresistas o de iz-


'P es

quierda fueron derrocados mediante la fuerza (Honduras


y Bolivia) o derrotados en contiendas presidenciales (Pa-
lá e

raguay, Argentina, El Salvador, Uruguay), uno traicionado


(Ecuador), y en dos casos se logró la victoria electoral de
ci rv

fuerzas progresistas (México y Argentina). El imperialismo


restructuró, en alianza con las oligarquías latinoamericanas,
do a

su sistema de dominación continental, y ha aplicado con


eficiencia su variado instrumental25.
25
Sobre el debate acerca del fin del ciclo progresista y de un nuevo
ciclo derechista, véase Raúl Zibechi, “Se acelera el fin del ciclo
progresista”, en La Jornada, México, viernes 30 de octubre de 2015;
Roberto Regalado, “La guerra de posiciones y la contraofensiva
imperialista”, en Los retos actuales de la izquierda en América Latina,
d

Ediciones del Senado de la República, México, 2014; KatuArkonada,


os

“¿Fin del ciclo progresista o reflujo del cambio de época en América


Latina? Siete tesis para el debate,” en Rebelión, 8 de septiembre de
2015, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203029; Jorge Her-
nández Martínez, “Obama, América Latina y el nuevo ropaje del

183
Las codificaciones actuales de la política latinoameri-
cana de Estados Unidos, sin embargo, a pesar de que no son
nuevas, tampoco son idénticas a las del pasado, en la medida
en que procuran mayor funcionalidad en los propósitos
que guían la restructuración del proyecto de dominación
continental: evitar el acceso al gobierno y al poder de las
to

fuerzas revolucionarias; conseguir su asimilación o coop-


tación por el sistema, en aquellos casos en que lo anterior
do

no se logre; y desalojar o expulsar a dichas fuerzas de los


Ed

gobiernos, mediante la aplicación de un variado menú de


s

opciones, que no descarta la fuerza militar. Ese proyecto


se define por la percepción de que los procesos revolucio-
ito re
os

narios, emancipadores, antimperialistas, no son viables, se


han comenzado a desmoronar. De que llegó la hora de su
ra ito

aniquilamiento físico y simbólico, y con ello, la posibilidad


di

de materializar el viejo propósito, de derrocar a la Revolu-


ción Cubana, anular su ejemplo y sepultar su simbología.
D sr
'P es
lá e
ci rv
do a

imperio”, en Cuba Socialista, Revista teórica y política del Comité


Central del Partido Comunista de Cuba, No. 2, CCPCC, La Ha-
d

bana, 2016; Yazmín Bárbara Vázquez Ortíz, “De Obama a Trump:


os

Estados Unidos y el cambio en la correlación de fuerzas políticas en


América Latina”, en Cuba Socialista, Revista teórica y política del
Comité Central del Partido Comunista de Cuba, No. 6, CCPCC,
La Habana, 2018.

184
GLOBALIZACIÓN,
PRESENTISMO Y
CORROSIÓN DE LA
SOBERANÍA POPULAR 8
to

EN BRASIL
do
Ed
s

Juliana Neuenschwander Magalhães1


ito re
os

1. INTRODUCCIÓN:
ra ito

GLOBALIZACIÓN Y PRESENTISMO
di

El término globalización entró en circulación en la


D sr

década de 1980 y pronto se tomó como una clave para los


misterios del presente y el futuro. Globalización es utiliza-
'P es

da como el triunfo del capitalismo a nivel mundial, con la


transnacionalización supuesta como definitiva e irreversible
lá e

de los mercados y el cumplimiento de la profecía hecha por


Marx y Engels, hace más de 150 años, de que la burguesía
ci rv

construiría un mundo a su imagen y semejanza. En los 90, el


do a

neoliberalismo, la nueva cara del capitalismo, se ha extendido


a las fronteras abiertas por la caída del Muro de Berlín y el
fin de las dictaduras militares en América Latina. Entonces
se creía que el neoliberalismo global no estaba en contra-
dicción con el modelo liberal de democracia e incluso se le
podría llamarlo “progresista”. Por lo tanto, en los mercados
transnacionales, la democracia liberal también fue vendida
por los países centrales como otro producto empaquetado
d

para el consumo inmediato en la periferia de la sociedad.


os

Profesora Titular de la Facultad de Derecho de la Universidad


1

Federal de Rio de Janeiro. Investigadora del CNPq.

185
Con los años, se ha vuelto cada vez más evidente el
fracaso de la globalización como la promesa de un nuevo
mundo o un nuevo orden mundial para una sociedad que
siempre ha sido global. Un fracaso económico, político y
social. Primero, porque el neoliberalismo no funcionó en
ninguna parte del mundo, es un gran fracaso.Y al contra-
to

rio de lo que suponían los teóricos más optimistas (o más


naïfs), la democracia no se extendió por todo el mundo
do

y los indicios de una reacción adversa a la democracia se


Ed

hizo cada vez más visible.


s

Podemos reunir esta evidencia a partir de tres aspectos:


1) el uso creciente de medidas excepcionales por parte de
ito re
os

los estados que ahora están abusando de la noción de ur-


gencia; 2) el aumento de la corrupción político-económica
ra ito

en la sociedad global, en la que opera como un reductor


di

de la incertidumbre (OLIVEIRA, 2018: 101) frente a la


“aceleración de la aceleración” (OLIVEIRA, 2018: 131)
D sr

y 3) la crisis de legitimidad democrática (FRASER, 2016)


'P es

que produjo una mayor inestabilidad en los gobiernos y,


en países latinoamericanos, constantes roturas democráticas
lá e

con la destitución de presidentes legítimamente elegidos.


Estos problemas comenzaron a observarse ya a media-
ci rv

dos de la década de 1990. Stephen Gill señaló la contradic-


ción entre la globalización y la democratización en el orden
do a

mundial emergente: si bien hubo una difusión de aspectos


formales de la democracia, como elecciones libres, libertad
de expresión y asociación, pluralidad de partidos, garantías
constitucionales y otros derechos, también hubo un fuerte
aumento de la desigualdad y una erosión de los servicios
públicos como la salud pública, la educación pública y otras
formas de redistribución económica (GILL, 1996: 214).
d

Más recientemente, Nancy Fraser ha sido aún más incisiva


os

al señalar una “contradicción política entre capitalismo y


democracia”, mientras que la economía valora el creci-
miento, la eficiencia, la elección y las libertades negativas,

186
la política apela al interés público, la igualdad, la legitimidad
democrática y la soberanía popular. Para Fraser, “whereas
economy valorizes growth, efficiency, choice, and negative liberty,
polity appeals to the public interest, equal citizenship, democratic
legitimacy and popular sovereignty” (FRASER, 2016: 163).
En este escenario, autores como Chantal Mouffe
to

afirman que todavía se habla de democracia, pero se ha re-


ducido a su componente liberal y solo significa la presencia
do

de elecciones libres y la defensa de los derechos humanos


Ed

(MOUFFE, 2018: 170). La literatura contemporánea está


s

llena de expresione que tienen la intención de traducir este


estado de cosas: post-democracy (FRASER, 2016; MOUFFE,
ito re
os

2018), façade-democracie, zombie-democracy, de-democratization


(BROWN, 2006).
ra ito

Sin embargo, todas estas expresiones parecen encubrir


di

un exceso de expectativas y un gran optimismo en relación


a la democracia liberal, pues sugieren la adopción de una
D sr

concepción idealizada de la democracia que, al final, nunca


'P es

se ha realizado de manera perfecta en ningún lugar. Quizás


sea más productivo desconfiar de la noción de democracia
lá e

como una forma pura y tratar de comprender la reacción


adversa a la democracia en su nexo con la globalización a
ci rv

partir de una otra comprensión tanto de la globalización


cuanto de la propia democracia.
do a

Sin rechazar el impacto que la transnacionalización de


los mercados en la economía global ha traído no solo a la
política sino también a la vida cotidiana de las personas, mi
interés se centra en enfoques que entiendan la globalización
como un fenómeno (no necesariamente nuevo) que afecta
dimensiones temporales y espaciales de la sociedad, en lo
que algunos autores se han referido como “compresión del
d

espacio y el tiempo” (BAUMAN, 1998 y 2001; GIDDENS,


os

1990 y 2002; ROBERTSON, 1992; HARVEY, 1989).


Esta idea no es nueva, ya está en el Manifiesto comu-
nista de Karl Marx y Friedrich Engels (1848), las reflexio-

187
nes de Paul Valery en Regards sur le monde Actuel (1945) y
también en el trabajo de Paul Virilio (Speed on Politics, 1977;
Politics of the Very Worst, 1999), que vincularon la globali-
zación al avance de la técnica y la aceleración social. Paul
Virilio vio la globalización como una sucesión violenta
de accidentes, en los cuales la invención y adopción de
to

una nueva tecnología también es la invención y adopción


de un nuevo accidente. El más grande de ellos es el acci-
do

dente de los accidentes, “el accidente del tiempo (...)”. El


Ed

accidente del tiempo es la hiperconcentración del tiempo


s

real que reduce todas las trayectorias a nada: las trayecto-


rias temporales se convierten en un presente permanente
ito re
os

(VIRILIO, 1999:80). Ya David Harvey, al definir la glo-


balización como una aniquilación del espacio a través del
ra ito

tiempo (HARVEY, 2006: 284), dice que a medida que el


di

espacio parece encogerse (...) los horizontes temporales se


reducen a un punto donde sólo hay el presente (el mundo
D sr

de lo esquizofrénico) (HARVEY, 2006: 219).


'P es

Debido a que la noción de “compresión espacio-tiem-


po” no se refiere a un cambio en el mundo físico, sino a una
lá e

transformación en la forma en que la sociedad experimenta


y construye su propia temporalidad y espacialidad, prefiero
ci rv

mirar a la globalización desde el aspecto del presentismo.


Entiendo aquí por presentismo una experiencia de tem-
do a

poralidad centrada en el presente. El avance de la técnica


y la velocidad de las comunicaciones sociales tornaron
evidente que en la sociedad todo lo que sucede, sucede
en el presente, un presente al mismo tiempo simultáneo
y global. Es en el presente que se construye la diferencia
entre pasado y futuro, porque en el momento del evento el
siguiente instante ya es pasado. Cuando uno experimenta
d

el presente como duración, como el presente eterno, el pa-


os

sado se vuelve demasiado distante para ser tanto recordado


cuanto olvidado, y el futuro (que ya es presente) imposible
de ser imaginado. Ese presente, vivido como eternidad en

188
la era de la aceleración máxima es, por lo tanto, paradó-
jicamente, también instantáneo y efímero. Todo lo que es
sólido se desmorona en el aire.
El presentismo de la sociedad global es el presentismo
del capitalismo y tiene implicaciones para la vida cotidiana,
con la aceleración de los tiempos de la producción, del in-
to

tercambio y del consumo que producen “la pérdida de un


sentido de futuro, excepto y en la medida en que el futuro
do

pueda ser descontado del presente ” (HARVEY, 2006: 263).


Ed

El presentismo, por lo tanto, también cambia la experiencia


s

política, que se relaciona directamente con la capacidad


ito re

de imaginación del futuro. Algo que me advirtieron, con


os

ocasión de mi viaje a Cuba, es que tendría una experiencia


de otra temporalidad. No porque Cuba es una isla bonita
ra ito

poblada por gente simpática, aunque Cuba sea una isla


di

muy bonita de gente muy simpática. Es porque Cuba se ha


D sr

sustraído del tiempo de aceleración máxima, atreviéndose


a imaginar un mundo fuera del capitalismo global.
'P es

2. DEMOCRACIA SIN FUTURO


lá e

Y CORROSIÓN DE LA
SOBERANÍA POPULAR
ci rv

En una sociedad que vive el presente como un tiempo


do a

eterno, como eternidad, el sistema político, que tiene sus


propias estructuras de construcción y reducción de la com-
plejidad, también transforma la manera como construye su
temporalidad. El tiempo de la política es el presente, porque
es en el presente que se toman las decisiones políticas.
Pero el presente de la política no es eterno, porque
en él se construye la diferencia entre pasado y futuro. Si el
d

pasado es la memoria del sistema político, aquello que hace


os

posible distinguir el presente como resultado de decisión


sobre lo que debe ser recordado y olvidado, el futuro es
el horizonte donde se proyectan las alternativas posibles y

189
futuras. Ese horizonte de alternativas futuras para la política
es precisamente lo que nos habituamos a llamar de demo-
cracia (DE GIORGI, 1998). Pero en el eterno presente
de la aceleración máxima global, no hay más espacio para
soñar un futuro.
Es así que, en el presentismo, la democracia es reem-
to

plazada por la dromocracia enunciada por Paul Virilio. Hay,


pues, una revolución dromocrática: “no hay democracia,
do

solo la dromocracia (...) los aparatos del estado son fun-


Ed

ciones, hasta artefactos, de maquinaciones dromocráticas


s

que exceden sus constituciones e incorporaciones”. La


dromocracia es la tiranía del tiempo real que destruye
ito re
os

la capacidad de reflexión de los ciudadanos (VIRILIO,


1999: 87). La “tiranía del presente” que se presenta como
ra ito

la globalización (un término que sugiere algo que siempre


di

está en proceso de suceder), la dromocracia de Virilio, es lo


opuesto a la democracia, entendida aquí no como el go-
D sr

bierno del pueblo por el pueblo, sino como la fórmula de


'P es

contingencia del sistema político, así como la justicia es la


fórmula de contingencia del sistema jurídico. La soberanía
lá e

popular es la referencia que, en las democracias modernas,


simboliza y garantiza la permanente apertura del sistema
ci rv

político en relación al futuro.


En una sociedad que vive el eterno presente de la
do a

globalización neoliberal, en que el presente es vivido como


necesario e inescapable, no hay espacio para el futuro. La
disyunción entre el proyecto hegemónico neoliberal de la
globalización y la democracia, mismo en su formulación
liberal, ocurre en la sustracción del futuro como horizonte
de posibilidades para la política, presa en un eterno pre-
sente. Eso, como veremos, tiene consecuencias también
d

para el derecho.
os

Contrariamente a lo que previeron los apologistas


del “fin de la historia” en la década de 90, el Estado en
la sociedad globalizada no desapareció, la “soberanía” no

190
tuvo fin y, como la trágica experiencia de quienes viven
al margen de las potencias mundiales sabe, la función
del Estado en la sociedad globalizada sigue siendo la de
diseñar fronteras y con ellas también trazar los límites
de la exclusión. Los flujos migratorios, en parte conse-
cuencia de la globalización, requieren estados fuertes y
to

autoritarios que actúen como guardianes de los límites


de la exclusión social. Los muros, los campos, los barrios
do

bajos, el exceso de pobreza producido por la globaliza-


Ed

ción son contenidos por el Estado. Entonces, el Estado


s

en la sociedad global tiene la doble función de insertar


ito re

y asegurar el mercado globalizado, conteniendo los ex-


os

cedentes de pobreza y, con ella, de demandas que ame-


nazan su hegemonía. Es liberal en el sentido económico
ra ito

y autoritario en el sentido político.


di

En ese escenario, el derecho debe ser mitigado, relativi-


D sr

zado, desregulado, para dejar flojas y aceitadas las cadenas de


la producción e del comercio y, al mismo tempo, para im-
'P es

posición de control sobre la población. La soberanía popular


más que nunca es una fórmula da legitimación de ese poder
lá e

que no tiene escrúpulos en, si fuera necesario, abrir mano de


los límites (y también de las garantías) del derecho. Se fue el
ci rv

tiempo en que el capitalismo, fundado en el contrato y en


do a

la reciprocidad, exigía el respeto al derecho y al pacta sunt


servanda. No hay igualdad entre las partes contratantes, ni
mismo en los contratos económicos y mucho menos en el
pacto civil.2 La presentificación ofrece al mundo la necesidad

(...) The exercise of political and economic power now frequently


2

escapes effective mechanisms of democratic control. And it will


continue to do so while democracy remains rooted in a fixed and
d

bounded territorial conception of political community. Globalization


os

has disrupted the neat correspondence between national territory,


sovereignty, political space and the democratic political community.
It allows power to flow across, around and over territory boundaries”
Held, McGrewGoldblatt and Perraton, 1999, p. 24.

191
del capitalismo y de una democracia de fachada, corrompida
por la recurrente penetración de la excepción.

3. BRASIL: EL PRESENTE
Y EL FUTURO DEL PRESENTE
Lo que ha ocurrido en mi país, Brasil, al menos des-
to

de 2016, ejemplifica trágicamente todo esto. Desde 2016


do

el Brasil está bajo un golpe. No es un golpe clásico, con


Ed

tanques y bayonetas en las calles, sino un golpe “frío” (un


término utilizado por Friedrich Müller (MÜLLER, 2016:
s

217), que podemos interpretar aquí en el doble sentido


ito re

de su técnica – no armada – y de su crueldad para con


os

el pueblo brasileño). Este golpe continuo permitió que la


ra ito

progresiva erosión de la soberanía popular, degradada por


la destitución de Dilma Rousseff, capturada con el arresto
di

de Lula y corrompida por la elección de Jair Bolsonaro.


D sr

El golpe no se reduce al proceso de destitución que,


en total desconsideración del sufragio universal, retiró de
'P es

su cargo, sin la existencia de un delito de responsabilidad,


una presidenta electa con más de 54 millones de votos. La
lá e

destitución de la presidenta Dilma fue un golpe no solo


ci rv

contra su mandato, sino también contra el pueblo brasileño


y contra la Constitución brasileña: este proceso, en el que la
do a

Constitución se usó contra sí misma, tuvo su continuidad


en la erosión de los derechos sociales que, en el gobierno
de Michel Temer, culminaron con la aprobación de la
reforma de la legislación laboral, se relajaron en puntos
sensibles, como la creación de trabajo intermitente y en la
Enmienda Constitucional No 95 que instituyó un nuevo
régimen fiscal que congela el aumento del gasto público
d

durante 20 años y, por lo tanto, hasta 2036. Cuando Michel


os

Temer completó su mandato usurpado de Dilma, el partido


del golpe (medios de comunicación, grandes empresarios,
poder judicial, la fiscalía y naturalmente también partidos

192
de derecha) buscó garantizar que las reformas contra los
derechos sociales se mantuvieran y, para este fin, también
que el Partido de los Trabajadores no volvería al poder.
Para eso, la salida más fácil, preparada por años de masa-
cre y criminalización de la política, fue demandar y condenar
al candidato favorito, Lula. En el ámbito de la llamada “Ope-
to

ración Lava Jato”, Lula fue procesado, juzgado y condenado


por supuestamente haber aceptado un departamento como
do

obsequio de un contratista. La sentencia proferida por el juez


Ed

federal Sérgio Moro, hoy Ministro de la Justicia do Gobierno


s

Bolsonaro, peca por numerosos defectos procesales y mate-


riales: incompetencia del juicio, ausencia de valor probatorio
ito re
os

de las llamadas “delatos premiados”, el hecho de que Lula


no tiene el título de propiedad ni la posesión del famoso
ra ito

“triplex” del Guarujá, que no existe un nexo causal entre


di

los actos de oficio practicados por Lula como Presidente de


la República y los contratos celebrados entre Petrobras y la
D sr

constructora OAS. Finalmente, la condenación por lavado


'P es

de dinero es absolutamente esdrújula sin ninguna indicación


de cuál dinero habría sido lavado.
lá e

El proceso, la condena y el encarcelamiento del pre-


sidente Lula fueron, en la verdad, una forma de capturar la
ci rv

soberanía popular mediante el uso político del derecho. El


Proceso de Lula nos hace pensar en un otro, descrito por
do a

Joseph Kafka hace casi cien años. En un cierto momento


de sus desventuras, perdido en el laberinto de la corte, en
cuya arquitectura Kafka representaba magistralmente las
complejidades de la ley y sus pliegues infinitos, K., el per-
sonaje perseguido por la justicia sin saber por qué, afirma:
- Mi inocencia no simplifica el caso (...) Todo depende
de muchas cosas sutiles, en las que la corte se pierde. Pero
d

al final surge, de un lugar donde no había nada, una gran


os

culpa (KAFKA, 2013: 174)


El proceso de Lula sacó a la luz las complejas relaciones
entre la ley y la política en el actual Brasil. El tiempo de polí-

193
tica desarticulada en medio de las acusaciones de corrupción
jurídicamente activadas y mediáticamente seleccionadas para
ser olvidadas o amplificadas. En ese contexto, el derecho ya
no puede contener la fuerza del ímpetu político, cediendo
a las lunas de la política y operando a partir de referencias
políticas más que jurídicas. La confusión entre las funciones
to

política y jurídica y el consiguiente colapso institucional,


como fue el caso con la destitución de Dilma Rousseff,
do

derrotó nuevamente el sufragio popular, esta vez evitando


Ed

que se manifestara con el arresto del candidato favorito en


s

todas las encuestas electorales


La condenación de Lula encarceló la soberanía popular
ito re
os

(NEUENSCHWANDER & GIRALDES, 2017) aún antes


de que se manifieste, fue un impedimento de esa soberanía
ra ito

popular, que, aunque domesticada todavía presenta algún


di

límite al poder de las oligarquías instaladas en Brasil desde


tiempos inmemoriales. Al mismo tiempo, el pueblo es
D sr

destituido, en el post-golpe, o en ese tiempo de duración


'P es

del golpe, de sus derechos, siendo aislado jurídicamente


del proceso político, puesto que los derechos individuales
lá e

y sociales son, antes de todo, facultades políticas de los in-


dividuos que les permiten ser reconocidos jurídicamente
ci rv

como pueblo.
Lo que se puede percibir, entonces, es que el pueblo
do a

simbólico y abstracto que fue invocado por los procesos


constituyentes democráticos desde el siglo XVIII, en este
bloque en el que vivimos, pasa a ser despreciado como
jurídica y políticamente relevantes. Para el gobierno de
facto instalado en Brasilia después del golpe de 2016, no
había más personas, sino cuerpos que buscaban sus propias
formas de sobrevivencia.
d

El día antes del anuncio de la sentencia contra Lula,


os

no por coincidencia, el Congreso aprobó una reforma in-


tegral de la legislación laboral a favor de los patrones. Las
supresiones de derechos políticos, económicos y sociales

194
del pueblo son un aflojamiento de los límites al poder de
la oligarquía, un retroceso en el Estado de Derecho, un
avance en el Estado de Excepción. La condenación de
Lula fue más un efecto de esta ofensiva y al mismo tiempo
una condición para que, en 2018, la captura de la sobe-
ranía popular permitiese que la noción de pueblo fuese
to

corrompida y reapropiada bajo el prisma amigo/enemigo.


El golpe mediático-judicial y parlamentario contra la so-
do

beranía popular y su sucesiva captura produjeron un clima


Ed

de hiperpolitización de las relaciones interpersonales, en


s

un cisma entre evangélicos y católicos, derecha e izquierda,


pueblo y élite, dando lugar a la ascensión del populismo de
ito re
os

derecha en Brasil, a ejemplo de lo que ha sucedido también


en otras partes del mundo. Bolsonaro, un político que ha
ra ito

estado parasitando en la Cámara de Representantes durante


di

28 años sin mucha relevancia, excepto por los absurdos


que decía, como elogiar al militar que había torturado a
D sr

Dilma Rousseff durante la votación de la denuncia para la


'P es

destitución, pasa a ser llamado “mito” por sus seguidores y


es elegido presidente de Brasil. Sin mérito, e tal vez precisa-
lá e

mente porque es un hombre sin cualidades, Bolsonaro fue


el que pudo surfear en este momento populista, marcado
ci rv

por el alto grado de desilusión con los medios tradiciona-


les de hacer política frente a la crisis económica, en gran
do a

medida producida políticamente, que se arrastra en Brasil


desde finales de 2014. Con su discurso antisistema, Bol-
sonaro simplificó el espacio político brasileño al dividirlo
simbólicamente entre el “pueblo” y la “élite” y, al mismo
tiempo, corromper esta relación, en la que la élite ya no
es identificada con las oligarquías, o con la burguesía o la
clase dominante, pero con los políticos y los simpatizantes
d

de la izquierda, los intelectuales y los artistas (NEUENS-


os

CHWANDER & GIRALDES, 2020).


De esta forma, en la lógica de “nosotros” contra
“ellos”, el antagonismo inherente a la política es rebajado a

195
una lucha por la eliminación del otro, visto como enemigo
Si eso no ocurre, necesariamente, por la eliminación física
de los enemigos, se da rutineramente por su destrucción
discursiva en cuanto tal, casi siempre con el amplio amparo
del discurso moral: de un lado “nosotros”, los ciudadanos
de bien, de otro “ellos”, los políticos corruptos (“petral-
to

has”), y también los intelectuales y artistas que gastan su


tiempo doctrinando y pervirtiendo la juventud con su
do

“marxismo cultural”.
Ed

Es parte y es consecuencia de ese proceso la sustitu-


s

ción del discurso político por el discurso moral. El uso de


la moral divide y descalifica a los adversarios políticos, sin
ito re
os

dejar espacio para el disenso legítimo (PANNIZA, 2005:


23). El debate político de esta manera es rebajado, con
ra ito

ataques personales en forma de memes, calcomanías y


di

noticias falsas divulgadas a los cuatro vientos a través de las


incansables redes de la Internet. El resultado es la erosión de
D sr

la línea divisoria entre lo personal y lo político, con el uso


'P es

de símbolos populistas no solo pobres en contenido sino a


menudo vulgares, utilizados como artificio para reducir el
lá e

consenso político a la adhesión a un líder populista capaz


de representar, en su rudeza, el espectro de la violencia, la
ci rv

ignorancia y el resentimiento estructurales en un país cuyas


élites aún viven en la época de la colonia, no obstante sean
do a

capitalistas y se pretendan modernas.


El ascenso de Jair Bolsonaro al poder en Brasil revela,
con violencia, la paradoja de la soberanía popular y la de-
mocracia. Una democracia que puede hacer cualquier cosa,
hasta escoger destruirse a sí misma como eterno presente,
donde no hay lugar para un futuro imaginado.
El eterno presente de la sociedad global se mani-
d

fiesta como excepción, como abandono selectivo de las


os

conquistas históricas de los derechos, del respeto al voto,


del respeto al otro. La excepción, que Walter Benjamin ya
decía que en la tradición de los oprimidos se tornó la regla,

196
“es el espacio de erosión del derecho a través del propio
derecho” y es, al mismo tiempo, “una condición política
en la cual la artificialidad del derecho es violentada por la
artificialidad de una política de fuerza que se legitima por
la perversa moralización de la economía que llamamos de
neoliberalismo y por el perverso monopolio de los medios
to

de comunicación que crean realidades controladas del


saber” (DE GIORGI, 2017).
do

El golpe en Brasil es blanco y frío porque los tanques


Ed

ya no son necesarios para la implementación de dictaduras


s

que decretan la excepción, la excepción del presente que se


produce como tecnología política, como técnica de gobierno
ito re
os

que penetra en el derecho. En ese “estado” de excepción, el


derecho no es suspendido y ni desaparece bajo una nueva
ra ito

orden soberana, como pensaron los autores clásicos: en la


di

excepción del eterno presente, el derecho es lenta y vigorosa-


mente erosionado y corrompido, tornándose eventualmente
D sr

en un mero instrumento de la política y un no-derecho.


'P es

Pero no necesariamente: el derecho puede construir


por sí mismo “zonas” de excepción, aplicando selectiva-
lá e

mente la excepción como un dispositivo, a ser ora activado,


ora desactivado. Como por ejemplo sucede diariamente en
ci rv

las intervenciones policiales en las favelas de Río de Janeiro


o como sucedió en la destitución de Dilma y la prisión de
do a

Lula. En ese contexto, aunque corrompido por esas zonas


de excepción, que lo tornan cada vez más poroso a los
fluidos de la política, el derecho puede seguir operando
como derecho. Hasta que se vuelva tan miserable como
inútil. En las democracias contemporáneas de fachadas,
a la sombra del presentismo, la aniquilación del futuro
y la democracia pueden significar la autodestrucción de
d

un pueblo a través del pueblo. En este “presente total” se


os

legitima la instalación de prácticas fascistas, poniendo en


peligro el futuro de la democracia y el derecho en Brasil,
como un ejemplo trágico para el mundo.

197
La crisis generada por la pandemia del nuevo corona-
virus, agente causante de la enfermedad COVID-19, por
un lado abrió una “brecha de tiempo” (HARTOG, 2014:
138-139), capaz de afectar la globalización actual y hacer
del futuro, nuevamente, un tema de comunicación social.
En medio de la crisis, tanto sanitaria como económica, y en
to

muchos casos también política, el mundo vuelve a afrontar


el problema del mañana y expresiones como “pospandemia”
do

circulan ampliamente en medio de una pandemia. Por otro


Ed

lado, en algunas regiones, como Brasil, el presente se impone


s

a la población como inexorable y necesario. Un presente


vivido como el tiempo de la muerte ineludible y la destruc-
ito re
os

ción de la selva amazónica, de los pueblos indígenas, de las


riquezas y los lazos de solidaridad que forman una Nación
ra ito

soberana, donde le toca al pueblo soñar y construir un futuro.


di

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ito re
os

ra ito
di

D sr
'P es
lá e
ci rv
do a
d os

200
EL REFERENDO
A DEBATE 9
to
do
Ed
s

Lisandra Esquivel Cabezas1


ito re
os

Yuri Pérez Martínez2


ra ito

1. INTRODUCCIÓN
di

En los últimos años, cuando parecía que la cien-


D sr

cia política y jurídica se había decantado por aceptar la


necesaria complementariedad entre los mecanismos de
'P es

democracia directa y la representación en política, una


serie de polémicos referéndums desataron nuevamente
lá e

los prejuicios y críticas contra este mecanismo como


método válido para la adopción de decisiones colectivas.3
ci rv
do a

1
Profesora Instructora de Derecho Constitucional y Metodolo-
gía de la Investigación Jurídica de la Universidad de La Habana.
Email: lisandra_esquivel@lex.uh.cu / ORCID iD – https://orcid.
org/0000-0003-3519-0679
2
Profesor Titular de Derecho Constitucional y Administrativo de
la Universidad de la Habana, Cuba. Doctor en Ciencias Jurídicas,
Máster en Derecho Constitucional y Administrativo. Especialista en
Justicia Constitucional, Interpretación y Aplicación de la Constitu-
ción por la Universidad de Castilla-La Mancha, España.Vicedecano
d

de Relaciones Internacionales y Cooperación al Desarrollo de la


Facultad de Derecho. Email: yuriperez1@lex.uh.cu ORCID iD –
os

https://orcid.org/0000-0002-8221-5296
3
Tómese, por ejemplo, el referendo sobre el rescate de la economía
griega en el 2015, la salida del Reino Unido de la Unión Europea

201
La avalancha referendaria de las últimas décadas y sus
resultados diversos y contradictorios justifican -una vez
más- el debate en torno al referendo.
La discusión hoy debe alejarse de posiciones extremas.
Ni el referendo es una panacea, ni su utilización erosiona
irremediablemente las instituciones representativas. El me-
to

canismo debe entenderse como un instrumento capaz de


articularse con el sistema de representación y convertirse
do

en herramienta popular eficaz de integración y control


Ed

político. Empero, para que se muestre de esta forma, debe


s

ser configurado bajo presupuestos democráticos. De ahí


que el debate deba concentrarse en encontrar las mejores
ito re
os

fórmulas para que el referendo se proyecte en el escenario


político cada vez más cerca de su ideal democrático4.
ra ito

A nuestro juicio, el primer paso en este empeño es


di

identificar referentes histórico y teóricos para su confi-


guración democrática. De esta forma, el presente artículo
D sr

busca sistematizar la evolución de la institución referen-


'P es

daria desde el surgimiento de su noción moderna hasta


la actualidad. Para ello se analiza su génesis en el seno
lá e

del pensamiento ilustrado de la Revolución francesa, su


constitucionalización y desviación plebiscitaria, así como
ci rv

se propone una sistematización de la polémica que ha


existido en torno al referendo en tres debates teóricos
do a

fundamentales. Sobre esta base se examinan las distintas


posturas asumidas con respecto a la configuración y fun-
cionalidad del referendo en el sistema político. Se concluye
con la identificación de referentes histórico-teóricos que

(Brexit) de 2016, el referendo sobre la paz en Colombia, así como


el proyecto de reforma constitucional impulsado por el primer
d

ministro italiano Matteo Renzi que se convirtió en una especie de


plebiscito sobre su acción de gobierno.
os

4
Esto no supone la defensa del retorno a modelos de democracia
directa pura, se defiende la articulación entre las instituciones par-
ticipativas y representativas.

202
pueden servir de sostén para una futura propuesta de
democratización de la institución.
Este estudio muestra además cómo la evolución del
referendo está signada por una concepción liberal que lo
concibe como instrumento de legitimación del poder
político. Elemento que le ha impedido proyectarse en su
to

forma más democrática.


do

1.1. SURGIMIENTO DE LA NOCIÓN


Ed

MODERNA DEL REFERENDO


s

Para la Revolución francesa y la guerra de indepen-


ito re

dencia americana encontrar las mejores fórmulas de expre-


os

sar y materializar la soberanía popular constituyó no sólo


ra ito

un imperativo teórico sino más bien una necesidad práctica.


Académicos y líderes políticos franceses y americanos se
di

abocaron al problema de cómo traducir en instituciones


D sr

y mecanismos de gobierno la soberanía. De este contexto


emerge –aunque de forma diferente- el referendo como
'P es

una de las fórmulas democráticas planteadas en ambas


lá e

sociedades. Las Revoluciones americana y francesa traje-


ron consigo los primeros ejemplos del referendum como
ci rv

“mecanismo general de toma de decisión democrática”.5


Para el naciente Estado norteamericano poner en
do a

práctica la soberanía popular fue un proceso mucho más


natural en el ámbito local. Desde épocas prerevoluciona-
rias los mecanismos democráticos se insertaron a partir
de los covenants6 en la vida política de las comunidades

5
Qvortrup, Matt:“Direct Democracy and Referendums”, en Herron,
Erik; Pekkanen, Robert and Shugart Matthew: The Oxford Handbook
d

of Electoral Systems, 2017, p. 3, consultado en https://www.oxfordhan-


dbooks.com/view/10.1093/oxfordhb/9780190258658.001.0001/
os

oxfordhb-9780190258658-e-3 el 4 de agosto de 2019 a las 2:00 pm.


6
Actos fundacionales de las colonias que consistían en convenciones
suscritas por todos los hombres libres por el que juraban perma-

203
al punto de constituirse, al decir de Esmein, como ver-
daderas democracias.7 Elemento determinante en que
los Estados que mantuvieron la tradición de aprobar las
leyes locales por la comunidad, sometieran a votación po-
pular sus primeras constituciones (Massachusetts (1778-
1780) y New Hampshire (1779-1784). Esta práctica se
to

volvió común para el surgimiento de nuevos Estados


(Mississippi-1817, Missouri-1820, New York-1821) y se
do

desarrolló hasta someter al voto popular las enmiendas


Ed

constitucionales estatales.8
s

No obstante, la aprobación popular de los textos y


ito re

enmiendas constitucionales se circunscribieron al ámbito


os

local y estatal de los Estados Unidos. Para el escenario


nacional –explican los textos del Federalista9- se busca-
ra ito

ba establecer una estructura que contuviera las fuerzas


di

democráticas del cuerpo político. Se juzgaba que “un


D sr

exceso de poder en el pueblo estaba encaminado no


'P es

necer juntos y obedecer las reglas establecidas en este acuerdo.


En principio la raíz de tales actos no parece relacionada con el
lá e

surgimiento de una teoría o concepción política democrática,


sino que tuvo una explicación religiosa en los influjos de la tesis
ci rv

de Calvino en los puritanos ingleses que llegaron a América.Véase


sobre las ideas de Calvino y su recepción en América: Holifield,
do a

Brooks: Theology in America: Christian Thought from the Age of the


Puritans to the Civil War,Yale University Press, New Haven, London,
2003, consultado en http://www.jstor.org/stable/j.ctt1nq5wz, el
28 de junio del 2019 a las 8:00 am.
7
Esmein Adhémar, Jean Paul Hippolyte Emmanuel: Éléments …op.
cit., p. 250.
8
Oberholtzer, Ellis Paxson: The referendum in America. A discussion of
Law-making by popular vote, Freeport, New York, 1970, p. 25. Puede
consultarse también sobre la aprobación de las primeras consti-
d

tuciones de los Estados americanos: Esmein Adhémar, Jean Paul


Hippolyte Emmanuel: Éléments …op. cit., p. 251.
os

9
Hamilton, Alexander; Madison, James y Jay, Jhon: The Federalist
Paper Nº. 14, Pole, J.R. (ed.), Hackett Publishing Company, Inc.,
Indianápolis, Cambridge, 2005, p. xliii.

204
simplemente al libertinaje sino también a un nuevo tipo
de tiranía.”10 De ahí que, aunque el texto constitucional
señala: “Nosotros el pueblo de los Estados Unidos (…)
decretamos y establecemos (…)”no existió participación
popular directa en la ratificación del texto, ni se preveía
en su articulado un rol directo del pueblo en el proceso
to

legislativo a nivel nacional.11


Para Francia materializar la soberanía popular después
do

del derrocamiento del régimen previo fue un proceso


Ed

mucho más complejo. Sobre todo, si se tiene en cuenta


que la participación popular en los asuntos públicos no
s

se aceptaba. Hasta la Revolución francesa, la sociedad y la


ito re
os

economía se organizaban por líneas feudales y aristocráticas.


La intervención de la muchedumbre en los asuntos públicos
ra ito

era por regla general mal vista y rechazada.


di

Fue en Jean-Jacques Rousseau donde los revolucio-


narios franceses encontraron las armas teóricas para la ins-
D sr

tauración de nuevas concepciones sobre el rol popular en


'P es

la toma de decisiones, su participación en la conformación


de la ley y en la estructura del poder. La teoría roussonia-
lá e

na invirtió la lógica del ancien régime sobre la soberanía.12


ci rv

10
Véase: Gordon, Wood: The Creation of the American Republic 1776-
1787, Chapel Hill. N.C., University of North Carolina Press, 1969,
do a

p. 127-255.
11
La intención era crear una “república” y no una “democracia”. Al
decir de James Madison la democracia debía ser confinada a un
pequeño punto y la república extenderse a una mayor región Ha-
milton, Alexander; Madison, James y Jay, Jhon: The Federalist Paper,
Nº. 14, …op. cit., p. xliii.
12
En 1776 el Rey Luis XV expresaba la concepción prevaleciente
hasta el momento de soberanía: “Es en mi persona que el poder
soberano reside (…) y a partir de mi solamente que mis cortes
d

poseen su existencia (…) la entereza de esa autoridad, (…) reside


os

solamente en mí, y;(…) es solamente a mí a quien el poder de


legislar pertenece, sin dependencia o compartir; (…) la totalidad
de los asuntos del orden público vienen de mí; (…) los derechos e
intereses de la nación (…).” Louis XV, Proces-verbal de la séance

205
Para el padre de la democracia moderna esta reside en el
pueblo entero de forma indivisible, inalienable, infalible
e ilimitable y al gobierno sólo le corresponde la admi-
nistración de los asuntos públicos de acuerdo a las leyes
promulgadas por la colectividad13.
Para el ginebrino el pueblo ejercía la soberanía al
to

expresar la voluntad general en la conformación de la Ley.


De esto se derivan tres principios fundamentales: todos
do

los miembros de la comunidad política debían participar


Ed

igualmente en la determinación del contenido de la vo-


s

luntad general; el rechazo a la representación en política14


ito re

y que toda ley no ratificada en persona por el pueblo sería


os

nula, no sería ley.15


ra ito

du Parlement de Paris du 3 mars 1766 dite, Séance de la Flagella-


di

tion, (“Flagellation” Session). Consultado en: http://www.scribd.


com/doc/2529849/Flagellation-1766 el 2 de agosto de 2020 a
D sr

las 11:15 am.


13
Rousseau entiende la legislación y la administración como dos
'P es

funciones distintas, separadas y subordinas la segunda a la primera.


Para el caso de las leyes consideraba inexcusable la participación del
lá e

soberano. “Las leyes no son propiamente sino las condiciones de la


asociación civil. El pueblo sometido a las leyes debe ser su autor; no
ci rv

corresponde regular las condiciones de la sociedad sino a los que se


asocian.”Véase: Rousseau, Juan Jacobo: El contrato social, Obras Esco-
do a

gidas, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1973, p. 23.


14
“La soberanía no puede ser representada, por la misma razón que no
puede ser enajenada; consiste esencialmente en la voluntad general,
y ésta no puede ser representada: es ella misma o es otra; no hay
término medio”. “El momento en que el pueblo adopta represen-
tantes, éste ya no es libre; ya no existe” rousseau, Jean Jacques: El
contrato social …op. cit., Libro III, Capítulo XIV y XV.
15
Rousseau distingue entre la función de elaborar el sistema de legis-
lación y la de aprobarlas. La primera –según el autor-es una empresa
d

demasiado grande y difícil para ser ejecutada por el propio pueblo,


os

de ahí la necesidad de un legislador que redacte las leyes, pero sin


llevar en sí ningún derecho legislativo. La segunda corresponde al
soberano en el ejercicio de consentir la aprobación, modificación
o revocación de las leyes incluso del propio pacto. Consentimiento

206
Estos postulados sobre la expresión general de la vo-
luntad y la formación de la ley constituyeron verdaderas
justificaciones teóricas de la democracia directa en el con-
texto moderno. No obstante, sus teorías tenían intrínseco
el dilema de la imposibilidad práctica de estructurar este
modelo en Estados con millones de personas y extendidos
to

sobre grandes territorios. El propio Rousseau termina por


aceptar la necesidad de la representación, pero bajo la premisa
do

de su actuación como agente de los intereses populares.16


Ed

La concepción democrática de la participación po-


s

pular en la formación de la ley se debatió frente a las ideas


ito re

de teóricos como Montesquieu17, De Lolme18 y Mably19


os

que podía ser expreso o tácito. rousseau, Jean Jacques: El contrato …


ra ito

op. cit., Libro II, Capítulo XV, p. 59.


di

16
“(…) jamás ha existido una verdadera democracia, ni es posible que
jamás exista. Es contrario al orden natural que gobierne la mayoría,
D sr

y que la minoría sea gobernada.” rousseau, Jean Jacques: El contrato


…op. cit., p.87. Véase también: Proyecto de Constitución para Córcega.
'P es

Consideraciones sobre el Gobierno de Polonia y su proyecto de reforma,


Capítulo VII, Tecnos, Madrid, 1996.
lá e

17
Sobre los postulados de Montesquieu puede verse: Montesquieu,
Charles Louis: El espíritu de las Leyes, Editorial de Ciencias Sociales,
ci rv

La Habana, 1976; Ebenstein,William: Los grandes pensadores políticos,


Ediciones de la Revista de Occidente, Madrid, 1965, pp. 511 y ss;
do a

Carré De Malberg, Raymond: Teoría general del Estado, Facultad de


Derecho, UNAM, México, 1998, p. 921.
18
De Lolme plantea la incapacidad de la consulta directa para limitar
y controlar al Ejecutivo y el riesgo que se asume ante una posible
usurpación de la soberanía. El genovés reconoce que la muchedum-
bre está ocupada en “acudir a su propia subsistencia” y que esto le
impide a la multitud cultivarse en “las complicadas investigaciones
de la legislación.”Véase: De Lolme, Jean Louis.: Constitución de Ingla-
terra o descripción del Gobierno inglés comparado con el democrático y con
d

otras monarquías de Europa, pp. 117-123, Biblioteca Virtual Miguel


de Cervantes, consultado en www.cervantesvirtual.com el 14 de
os

junio del 2019 a las 10 am.


19
Por su parte Mably dirigió sus principales críticas a la descripción
idílica roussoniana de las asambleas populares y elige la represen-

207
quienes, excepto para la elección de los representantes,
rechazaban la intervención directa del pueblo en la toma
de decisiones políticas por tres razones fundamentales: la
incapacidad popular para tomar decisiones de carácter
político, las dimensiones y complejidades de los Estados
modernos y la necesidad de resguardar la libertad a par-
to

tir del principio de tripartición de poderes. El modelo


político de Montesquieu rechazaba la concentración
do

del poder (ya fuese en manos de un individuo, grupo o


Ed

clase social) y su supremacía política y jurídica. El pue-


s

blo –aducía- estaba aún más necesitado que el monarca


ito re

de un consejo o senado que lo guiara. No podían, por


os

tanto, ejercer el poder legislativo en cuerpo entero en


los grandes Estados y en los pequeños estaban sujeto a
ra ito

disímiles inconvenientes. Su preocupación principal era


di

evitar el abuso del poder y con ello la tiranía, por lo que


D sr

era preciso -a su juicio- hacer a partir de representantes


lo que el pueblo no podía realizar por sí mismo.20
'P es

tación como una solución histórica más congruente con los fines
lá e

de la Constitución que la participación directa. Para el autor, el


sistema de poder legislativo debía estar concentrado en las manos
ci rv

de un cuerpo representativo que lo ejerciese completamente. No


obstante, Mably, como De Lolme, aboga por mantener un estrecho
do a

vínculo entre el diputado y su elector. Elemento que se muestra


al menos curioso ya que si bien estos teóricos tratan de salvar la
coherencia lógica del principio de soberanía popular con la téc-
nica de la representación recurriendo al mandato imperativo, a su
vez contradicen los criterios defendidos como invalidantes de la
participación popular. Véase: Bonnot de mably, Gabriel: Collection
complete des oeuvres de L´abbé de Mably, Tome Premier, Desbrières,
París, 1794-1795, pp.153-163.
20
Decía Montesquieu: “(…) La gran ventaja de los representantes
d

es su capacidad de discutir los asuntos públicos. Para esto la gente


os

en colectivo es extremadamente inapropiada, lo cual es uno de los


grandes inconvenientes de la democracia. (…)”.“El pueblo es admi-
rable para escoger hombres a quien debe confiar de su autoridad”.
Montesquieu, El espíritu …op. cit., p. 50.

208
El debate de los movimientos revolucionarios bur-
gueses se produjo en torno a estos dos modelos políticos
con visiones distintas sobre el papel que debía tener la
participación popular. Las ideas de Montesquieu parecen
en principio haber tenido mayor efecto en Estados Unidos
que en la Francia revolucionaria.21 Rousseau ofrecía a los
to

revolucionarios franceses un cambio radical en lo social,


político y en la estructura legal de la sociedad, lo que resul-
do

taba esencial para la destrucción del ancien régime. Mientras


Ed

que el modelo de Montesquieu brindaba las bases técnicas


s

para estructurar el gobierno que lo reemplazaría.22 De ahí


que fuese este último el modelo político que resultara
ito re
os

triunfante en el constitucionalismo del siglo XVIII.


Las revoluciones burguesas significaron la defensa de la
ra ito

soberanía popular frente a la soberanía monárquica. No obs-


di

tante, la construcción del Estado moderno estuvo signada por


la intervención popular desde el paradigma liberal-represen-
D sr

tativo frente al democrático. De los intentos por conciliar los


'P es

imperativos de ambas teorías, surgiría el referendo moderno.


Condorcet presentó en 1793 a la Convención Na-
lá e

cional francesa un proyecto de Constitución en el que


intentaba aunar las ventajas de los modelos representativo
ci rv

y democrático. Para él la tripartición de poderes de Mon-


tesquieu no era suficiente para garantizar y proteger los
do a

derechos populares. Se necesitaba limitar y controlar las


instituciones de gobierno. Su propuesta buscaba proveer
garantías democráticas al proceso de elaboración y deli-
beración de la ley.23
21
Hamilton, Alexander; Madison, James y Jay, Jhon: The Federalist,
Paper Nº. 63, …op. cit., p. 385.
d

22
Véase: García, Eloy; Palaci di Suni, Elisabetta y Rogoff, Martín: Los
instrumentos de democracia directa en el Derecho Comparado, Instituto
os

Nacional de Administración Pública, Madrid, 2019, p. 66.


23
Condorcet: Exposition des principes et des motifs du plan de Constitution,
OEuvres, XII, París, 1968, p. 335.

209
Desde años antes Sieyés ya reconocía que sólo la Na-
ción24 podía expresar la voluntad general. De ella dimanan
las leyes constitucionales que rigen al Estado, quien no
ejerce poder alguno si no es constitucional, es decir si no
es fiel a las leyes emanadas del poder constituyente.25 Aun-
que, para Sieyés al contrario de Rousseau, los integrantes
to

de la Nación debían hablar a través de sus representantes


en la Asamblea Nacional26, no dejó de reconocer que
do
Ed

24
Para Emmanuel Sieyès, la Nation estaba constituida por el Tercer
Estado francés, el cual comprendía a 26 millones de ciudadanos, la
s

población entera de Francia, excepto por los 200,000 miembros


ito re

de las dos órdenes hasta ese momento privilegiadas: el clero y la


os

aristocracia. Según Torres del Moral los vocablos pueblo y nación


eran sinónimos para la Ilustración, los revolucionarios franceses y
ra ito

los padres fundadores americanos. Su sinonimia aparece en la En-


ciclopedia, en las obras de Condorcet y para el propio Sieyés. No
di

obstante, a pesar de su tratamiento análogo en la época revoluciona-


D sr

ria, sin una aparente intención ex profeso por abstraer el significado


y alcance de pueblo y de la soberanía popular, la indiscutible fuerza
'P es

del lenguaje hizo mella en la ciencia política posterior que terminó


por consagrar a la Nación como un artificio enajenante del carácter
popular original para hacer recaer la soberanía y la voluntad general
lá e

en los cuerpos legislativos. Torres del Moral, Antonio: Democracia y


representación en los orígenes del Estado constitucional, Revista de Estudios
ci rv

Políticos, Nº. 203, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales,


1975, pp. 178-180.
do a

25
Para el abate la Nación “(…) existe ante todo y es el origen de
todo” de lo se deriva su distinción entre el poder constituyente
y constituido. El primero emana directamente de la Nación para
otorgarse una Constitución y el segundo emana de la Consti-
tución y confiere a los órganos instituidos el ejercicio de una
parte de la voluntad común que resulta necesaria para el buen
mantenimiento de la administración social. Sieyés, Emmanuel:
Qu’est-ce op.cit., p. 219.
26
Para Sieyés. cuando los asociados resultan demasiado numerosos y
d

dispersos en una superficie territorial para ejercitar por si mismos


os

su voluntad común, la comunidad debe, sin despojarse en absoluto


de su derecho de manifestar su voluntad, delegar su ejercicio a
un cuerpo de delegados. Esta voluntad –dice Sieyés- no es plena
e ilimitada, sino una porción de la voluntad común nacional. El

210
“(…) si la nación pudiera reunirse realmente y expresar
su voluntad ¿Quién osaría disputársela en razón a hacerlo
de una forma u otra?”27
Aquí radicó el ingenio de Condorcet al proponer la
aplicación de un mecanismo –llamado más tarde referen-
do28- que permitía la intervención popular directa en el
to

proceso de promulgación de la legislación a nivel nacional


sobre la base de su coexistencia con las instituciones de
do

representación. Esto con el objetivo de corregir la distorsión


Ed

de la voluntad general provocada por la actuación de los


s

representantes. Sus ideas fueron acogidas, en parte, en el


ito re

texto constitucional francés de 179329, el cual fue adoptado


os

por el pueblo en lugar de por una asamblea representativa,


lo que mostraba al mundo que era “materialmente posible
ra ito

consultar a la totalidad de los ciudadanos de un Estado


di

respecto a una medida concreta.”30


D sr

De esta forma surge en el contexto revolucionario


francés la noción moderna del referendum. Su configura-
'P es

ción quedó delimitada en tres sentidos: en lo técnico, en


lo geopolítico y en lo político-jurídico. Desde el punto
lá e

de vista técnico abandona prácticas consuetudinarias reali-


ci rv

ejercicio de esta voluntad común, no existirá sino en la forma en


que la nación le haya otorgado en la Constitución al cuerpo de
do a

representantes quien “no actúa, no se orienta, no dispone sino a través


de aquellas”. Sieyés, Emmanuel: Qu’est-ce que le Tiers État? 1789,
Zapperi, Roberto (ed.): Écrits politiques, Archives Contemporaines,
París, 1994, Capítulo V, pp. 208-211.
27
Sieyés, Emmanuel: Qu’est-ce op.cit., p. 217.
28
Como se verá más adelante, este mecanismo recibirá la denomina-
ción de referendo tiempo después en el constitucionalismo helvético.
29
Cfr. arts. 25, 28, 29. de la Declaración de los Derechos del Hombre
d

y los artículos 10, 19, 58, 59, 60 y 115 del Acta Constitucional
de la República, consultado en http://www.diputados.gob.mx/
os

biblioteca/bibdig/const_mex/const_fra.pdf el 20 de agosto de
2019 a las 5 pm.
30
Aguiar de Luque, Luis: Democracia …op. cit., p. 80.

211
zadas generalmente desde un sufragio de asamblea para
desarrollarse sobre la base del sufragio individual; en el
elemento geopolítico su aplicación excede los marcos de
un contexto territorial reducido para alcanzar todo el
territorio y la población de un Estado; y desde lo polí-
tico-jurídico el referendum pierde su carácter empírico y
to

tradicional para convertirse en un elemento dentro del


modelo político-racional, al que se le otorga jugar una
do

función determinada a partir de lo concebido y exterio-


Ed

rizado en un texto constitucional.


s

1.2. CONSTITUCIONALIZACIÓN Y
ito re
os

DESVIACIÓN PLEBISCITARIAS
ra ito

El primer rol asignado para este mecanismo estuvo


relacionado con la ratificación popular del pacto social, no
di

sólo entendido como la ratificación de un texto constitu-


D sr

cional sino para la creación o modificación misma de un


Estado. Es así como en el propio proceso revolucionario
'P es

francés se recurriría en varias ocasiones a la ratificación


popular para justificar el derecho de conquista y legitimar
lá e

anexiones de territorio.31
ci rv

No obstante, la llegada al poder del Bonapartismo


abrió una interpretación diferente sobre la participación
do a

popular directa en Francia.32 Para Napoleón el poder mili-


tar encontraba legitimación política en la voluntad popular

31
Se realizaron consultas en Avignon, Comtat Venaissin (1791), Savoy
(1792) y Nice (1793) -hasta aquel entonces parte del Reino de
Sardinia-, así como en Rhine Valley y Belgium (1793).Véase: Biagi,
Di Francesco: Plebiscite …op. cit., p. 4.
32
En cuatro ocasiones recurrió Napoleón Bonaparte a la aprobación
d

popular: en 1799 para su nombramiento como primer cónsul con


os

la Constitución del año VIII, en 1802 para su nombramiento como


cónsul vitalicio, en 1804 para el tránsito de la República al Imperio
y en 1815 para la aprobación del Acta Imperial como un intento
final por impedir el retorno de la monarquía.

212
que se expresaba en l’appel au peuple33 y que la doctrina
posterior definiría como plebiscitos napoleónicos34 aunque
no fue hasta el decreto de 2 de diciembre de 1850 que por
primera vez en su sentido moderno se utiliza en un texto
legal la denominación de plebiscito para hacer referencia a la
participación popular para aprobar o rechazar una decisión
to

política. Bajo el gobierno de Napoleón Bonaparte35 y luego


de Luis Napoleón36 la voluntad popular debía expresarse
do
Ed

33
“Mi política es la de gobernar a los hombres como lo quiere la
mayoría de ellos, así es como yo entiendo el modo de reconocer
s

la Soberanía popular”. Napoleón: Lettre a Roederer (agosto 1800)


ito re

en Dansette, Adrien: Napoleón.Vues politiques, 8va edición, Arthème


os

Fayard, París, 1939, p. 41.


34
El término plebiscito es asumido a partir del paralelismo con los
ra ito

acuerdos tomados en los concilios de la plebe romanos. En los pe-


di

ríodos de expansión territorial romana los grandes líderes militares


se hacían investir de los principales cargos por la vía del plebicitum.
D sr

Véase: Denquin, Jean-Marie: Referendum et plebiscite: Essai de théorie


générale, Pichon & Durand-Auzias, París, 1976, pp. 2 y 3.
'P es

35
Presentado como defensor de los principios revolucionarios, Napo-
león Bonaparte, pretendió ser el ejecutante de la voluntad popular,
actuar en su nombre y devenir en el legislador (divino). Un sistema
lá e

con tipicidades monárquicas asentado por una supuesta legitimidad


democrática. En palabras napoleónicas, el “Rey del pueblo”. “(…)
ci rv

la apelación al pueblo tiene la doble ventaja de legalizar la prórroga


y de purificar el origen de mi poder (…)” “El trono sin la nación
do a

no es nada (…) Vosotros os decís representantes del pueblo, pero


no lo sois (…) No hay otro representante de él más que yo. Cinco
millones de votantes me han llevado, sucesivamente, al Consulado,
al Consulado vitalicio, al Imperio (…) Yo no tengo la corona de mis
padres, sino de la voluntad de la Nación que me la ha dado.” Carta
a Thibaudeau, 1802 en: Pabón y Suárez de Urbina, Jesús: Las ideas
y el sistema napoleónico, Editorial Urgoiti Editores, Pamplona, 2003,
p. 353; Friederich, Carl: Gobierno constitucional y democracia, p. 551.
36
En tres ocasiones recurrirá a la consulta plebiscitaria: en 1850
d

para ser autorizado Luis Napoleón para redactar una nueva


os

Constitución, en noviembre de 1852 para el restablecimiento


del imperio y en 1870 para aprobar el paso al imperio parla-
mentario cuando su situación política era precaria. Friederich,
Carl: Gobierno… op. cit., p. 551.

213
en estos plebiscitos vistos como la aprobación pasiva de las
políticas de un gobierno personal y autoritario para dar
legitimidad a su estatus y acciones. La intervención directa
del pueblo no pretendía otorgar legitimidad a unas institu-
ciones u órganos públicos coherentemente articulados en un
texto constitucional sino legitimar un poder que se entendía
to

supraconstitucional. Así mismo la legalidad no recaía en la


Constitución democráticamente elaborada, sino que ella
do

constituía un marco de actuación del gobierno “subordinada


Ed

a los hombres y las circunstancias”37. La apelación al pueblo


s

rebasaba los límites de la constitucionalidad.


ito re

No fue hasta la derrota de Napoleón III que la teoría


os

política francesa buscaría en las experiencias de la Con-


federación Helvética un nuevo término para designar a
ra ito

las consultas populares sin el significado bonapartista del


di

plebiscito38. Sin embargo, los plebiscitos napoleónicos provo-


D sr

carían un total rechazo de las instituciones de democracia


directa durante la tercera República Francesa la que se
'P es

fundamentó en la soberanía parlamentaria frente a la idea


de soberanía popular.
lá e

Dansette, Adrien.: Napoleón …op. cit., p. 57.


37
ci rv

Dequin ilustra este proceso a partir de las definiciones de los diccionarios


38

de lengua francesa de la época. En 1869 aparece por primera vez el


do a

término plebiscite asociado a su significación moderna como “resolución


sometida a la aprobación del pueblo”. El término referendum es primero
asociado a las prácticas internacionales de la Confederación Helvética
en 1842 hasta 1874 finalizado el imperio de Napoleón III cuando
aparece en el “Dictionaire generale de la politique” como consulta
popular y se remite a ejemplos suizos y de constituciones estatales
americanas. Denquin, Jean-Marie: Referendum et plebiscite…op. cit., pp.
2 y 3. “Referendum: Ratification par le peuple des lois votées par les
conseils législatifs. Le mot est suisse, mais l’usage existe aux Etats-Unis
d

quoique seulement pour les constitutions, tandis que dans la république


os

helvétique le peuple est appelé à ratifler de simples lois’.” Block, Mau-


rice: Dictionnaire général de la politique, Tomo 2, H-Z, O. Lorenz, Paris,
1873-1874, p. 776, consultado en http://catalogue.bnf.fr/ark:/12148/
cb30114351f el 16 de julio de 2019 a las 10 am.

214
Sería el constitucionalismo helvético el primero en
recepcionar y desarrollar en su diseño político el mecanismo
propuesto por la Constitución francesa de 1793 en su vi-
sión democrática y no autoritaria. Su constitucionalización
evolucionó en el ámbito territorial desde su reconocimien-
to a nivel cantonal al federal y en la esfera funcional del
to

referendum constitucional al legislativo.39


A nivel cantonal el reconocimiento del referendum para
do

la aprobación de los textos constitucionales se generalizó


Ed

casi unánimemente desde 1830. En los cantones se estable-


s

ció un Parlamento unicameral que instituía un régimen de


asamblea inspirado en el modelo de la convención jacobina.
ito re
os

Frente a este órgano el pueblo carecía de todo mecanismo


de control, lo que provocó que ante la presión popular
ra ito

en cantones como: Saint Gall (1831), Bale (1832), Valais


di

(1839) y Lucerna (1841) gradualmente se introdujeran en


las constituciones cantonales mecanismos como el derecho
D sr

de veto y de iniciativa y luego el referendo legislativo en


'P es

función de controlar al órgano representativo.40


En cambio, en el ámbito Federal no fue hasta la Cons-
lá e

titución de 1848 en que como parte de las aspiraciones


ci rv

39
Con el paso de Napoleón Bonaparte y los influjos de la revolu-
ción de julio de 1830, se dio paso a la formación paulatina del
do a

Estado Democrático Liberal Helvético (1830-1848) y con ello a


la introducción en el modelo constitucional helvético de meca-
nismos participativos que hasta la fecha solo constituían prácticas
consuetudinarias con mayor o menor intensidad por periodos en
los cantones de la Confederación. Garcia pelayo, Manuel: Derecho
Constitucional Comparado, Alianza Universidad Textos, Madrid,
1984, p. 532.
40
Esta práctica terminó concediéndole a los integrantes del cantón
un rol trascendental en el proceso legislativo. rappard, William: La
d

constitution federale de la Suisse de 1848-1948: ses origines, son élabo-


os

ration, son evolution, Neuchatel, 1948, pp. 94 y ss; Santamaría, Julian:


Participación Política y democracia directa en Estudios de Ciencia Política
y sociología, Homenaje al profesor Carlos Ollero, Madrid, 1972, p.
758; Aguiar de Luque, Luis: Democracia op. cit., p. 87.

215
cantonales se constitucionaliza el referendum constitucional
y se establece la obligación para los cantones de “asegurar el
ejercicio de los derechos políticos, según las formas republi-
canas, representativas o democráticas”. Era imperativo que
sus constituciones fuesen “aceptadas por el pueblo y que
pudiesen ser revisadas cuando lo pida la mayoría absoluta
to

de los ciudadanos.”41 Este texto se convertiría en impulsor


de un nuevo proceso democratizador que cristalizaría en
do

el texto constitucional de 1874 en el cual se introduce el


Ed

referendum legislativo a nivel federal.42 Mientras el occidente


s

europeo se centraba en la conquista del sufragio universal,


ito re

en Suiza el debate se produce en torno a las reivindicaciones


os

de la participación popular en la legislación.43


En síntesis, la recepción del referendo como método
ra ito

de participación democrática en el siglo XIX fluctúa entre


di

su rechazo, generado a partir de las experiencias plebiscita-


D sr

rias bonapartistas por un lado y por otro su constitucionali-


zación y desarrollo democrático -bajo la voz referendum- en
'P es

Suiza. Paulatinamente este mecanismo comienza a tener


lá e

41
El texto preveía la posibilidad de revisión constitucional en cualquier
momento por solicitud de 50 mil ciudadanos o por iniciativa de las
ci rv

Cámaras, procedimientos que culminaban en una votación popular


que debía contar para ser aprobado con la mayoría de los ciudadanos
do a

y de los cantones. Cfr. arts.111-114. Constitución Federal para la


Confederación suiza del 12 de septiembre de 1848, consultada en
http://constitucionweb.blogspot.com/2012/02/constitucion-fe-
deral-para-la.html el 2 de mayo de 2019 a las 8 pm.
42
Su inserción se produce como compensación ante la centralización
de competencias cantonales en el nivel federal. Lo que provocó la
búsqueda de mecanismos que ampliaran el marco de participación
en la elaboración de las decisiones federales. rappard, William: La
constitution federale de la Suisse …op. cit., pp. 94 y ss.
d

43
En este proceso jugaron un importante papel el reconocimiento
os

de fórmulas participativas en el cantón de Zurich a partir del


movimiento popular de reforma dirigido por Karl Burkli y el
partido radical-democrático. rappard, William: La constitution …
op. cit., pp. 94 y ss.

216
virtualidad práctica, pero en su mayoría –al contrario de
lo ocurrido en Suiza- se utiliza con una naturaleza ad hoc,
con el objetivo de resolver cuestiones concretas como el
surgimiento de nuevos Estados. Así pudo verse en la crea-
ción del Estado moderno italiano (1840-1860), la creación
del Estado de Romania (1857) y las cesiones y anexiones
to

de territorio en Dinamarca y Suecia.44 Su presencia llega


incluso a tratados internacionales como el Tratado de Praga
do

en 186645 y el Tratado de Ancón en 188346. No es hasta las


Ed
s

44
El Estado moderno italiano nace a partir de la celebración de una
serie de consultas populares en territorios como Piacenza, Modena,
ito re

Parma, Lombardy y Venetia (1848), Tuscany, Emilia, Sicily, Naples,


os

Umbria y las Marches (1860) y Venecia (1866) y Roma (1870)


concluyendo con el nombramiento de Victor Enmanuel como Rey
ra ito

de Italia. Además, mediante este mecanismo se aprobó el Tratado


di

de Turín (24 de marzo de 1860) por el cual se cedía Savoy y Nice


a Francia. Así mismo ocurrió en la cesión de territorios, como las
D sr

islas de St.Thomas y St. John por parte de Dinamarca a los Estados


Unidos en 1868 y de la isla St. Bartholomew de Suecia a Francia
'P es

en 1877. Durante la segunda mitad del siglo XIX este mecanismo


reapareció una y otra vez en la creación de otros Estados como el
de Romania a partir de la unión entre Moldavia y Wallachia en
lá e

1857. Biagi, Di Francesco: Plebiscite: An Old but Still Fashionable


Instrument, in corso di pubblicazione in University of Illinois Law
ci rv

Review, 2017, pp. 4-6; Arangio-Ruiz,Vincenzo y Teodosio, Marchi:


Plebiscito, Enciclopedia italiana,Treccani, 1935, consultado en http://
do a

www.treccani.it/enciclopedia/plebiscito_(Enciclopedia-Italiana)/
el 2 de febrero de 2019 a las 4 pm.
45
En el Tratado de Praga en su artículo quinto el Emperador de
Austria transfería a Prusia todos los derechos sobre los ducados de
Holstein y Schleswing, con la condición de que las poblaciones de
los distritos del Norte de Schleswing fuesen cedidas sólo si por libre
voto las poblaciones expresaran su voluntad de unirse a Dinamarca.
Véase en http://www.dipublico.org/16298/tratado-de-paz-entre-
-austria-y-prusia-23-de-agosto-de-1866/.
d

46
Por el artículo 3 del Tratado de Paz y Amistad entre Chile y Perú
os

se establecía la ocupación chilena en las provincias de Tacna y Arica


por el plazo de 10 años. Expirado este periodo se organizaría una
consulta para determinar la nacionalidad de éstas y otras concesiones.
No obstante, esta consulta nunca tuvo lugar. La controversia llegó a

217
primeras décadas del siglo XX que el constitucionalismo
comienza a incorporar de forma generalizada instituciones
de democracia directa47 propias de los modelos suizo y
norteamericano como paliativos frente a la crisis del Estado
liberal después de la primera guerra mundial.
to

1.3. DEBATE PARLAMENTARISMO


VERSUS REFERENDO
do
Ed

En el período entreguerras el debate sobre el referendo


se movería del plano filosófico al teórico-técnico. Al decir
s

de Mirkine el problema del referendum dejó de apoyarse en la


ito re
os

Filosofía del Derecho y en las discusiones sobre la soberanía


del pueblo, para devenir en una cuestión exclusivamente
ra ito

técnica. 48 Este elemento concentró el debate en la posi-


bilidad de la incorporación del referendo ante la crisis del
di

parlamentarismo clásico.49 Los teóricos ingleses, franceses y


D sr

su fin en el Tratado de Lima en 1929 al asignarle Tacna a Perú y Arica


'P es

a Chile sin que mediara consulta popular.Véase el texto completo


del Tratado de Ancón y el Tratado de Lima en http://www.astro.
lá e

puc.cl/~rparra/tools/ROCK_EDITIONS/tratado_de_ancon.pdf.
47
Esta denominación se generalizaría para referirse a mecanismos
ci rv

como el referendum sobre todo a partir de la obra de battelli, Maurice:


Les institutions de démocratie directe en Droit suisse et comparé moderne,
do a

Sirey, París, 1932.


48
Para mirkine el desarrollo progresivo del Derecho se caracterizaba
“porque los mismos problemas planteados a fines del siglo XVIII
como problemas filosóficos e ideológicos, se presentan en nuestra
época como problemas exclusivamente técnicos. El problema del
Referendum (…) actualmente no es más que una cuestión exclu-
sivamente técnica (…)” “(…) la nueva combinación del parlamen-
tarismo y la votación popular (…) es uno de los fenómenos más
importantes del constitucionalismo de postguerra.”Véase: mirkine
d

guetzévitch, Boris: Les nouvelles tendences du Droit Constitutionel, París


1931, p. 140.
os

49
Este a su vez se vinculaba con la irrupción de las masas populares
en la escena política, concretamente con la aparición del proleta-
riado organizado políticamente en grandes partidos políticos.Véase:

218
alemanes serían los primeros en ofrecer sus consideraciones
sobre este particular y en intentar desentrañar las funciones
de este mecanismo en la sociedad.
En la dogmática inglesa si bien fueron varios los auto-
res que se pronunciaron sobre el mecanismo referendario
sólo Albert Venn Dicey lo incorporó dentro de su teoría
to

liberal de la democracia representativa.50 Su principal ar-


gumento para la introducción del referendum se basaba en
do

una profunda frustración con la implementación práctica


Ed

del principio de gobierno representativo.51 Para Dicey ha-


s

bía llegado el momento de tomar prestado de América las


provisiones constitucionales que sin alterar la constitución
ito re
os

permitían proteger la soberanía del pueblo.52


Su propuesta consistía en la introducción del referen-
ra ito

dum con una función de “veto del pueblo” para prevenir


di

Mosca, Gaetano: Teórica dei governi e governo parlamentare, Giuffré,


D sr

Milán ,1968.
'P es

50
Dicey no fue el único británico en abogar por el referendum, así lo
hizo William E.H Lecky en 1899, Henry Sidgwick para resolver un
desacuerdo entre las cámaras del parlamento y también lo hicieron
lá e

liberales radicales como Hobhouse y Hobson. Véase: Sidgwick,


Henry: Elements of politics, Cambridge University Press, London,
ci rv

1891, p. 559; William, Lecky: Democracy and Liberty, Vol. I, Liberty


Fund, Indianapolis, 1981, pp. 277 y ss; Hobson, John Atkinson: The
do a

Crisis of Liberalism, Elibron Classics, London, 1909, p. 47.


51
Su punto de partida en 1884 fue la oposición a la introducción de
este mecanismo al que describiría como uno de los más dudosos
instrumentos de la democracia suiza. No obstante, gradualmente
va cambiando su parecer al percibir que el tradicional control de
la Cámara de los Lores sobre los Comunes perdía su legitimidad al
intensificarse la corrupción de los controles informales que impedían
al parlamento legislar más allá de su mandato. Argumentaba que la
falta de controles en la Cámara de los Comunes incrementaba la
d

posibilidad de cambios fundamentales a través de las leyes sin que la


mayoría de la Nación los deseara.Véase: Dicey, Albert Venn: Ought
os

the referendum to be introduce into England, Contemporany Review,


LVIII, 1890, p. 506.
52
Idem.

219
que la falta de controles sobre las cámaras parlamentarias
hiciera posible la aprobación de leyes sin la sanción y el
mandato popular.53 Según el autor la principal deficiencia
del sistema representativo británico era que una pequeña
mayoría en la Cámara de los Comunes podía modificar
elementos fundamentales del modelo político, lo que se
to

mostraba como una vulnerabilidad ante los excesos de parte


del partido que hubiese obtenido la mayoría parlamentaria.
do

Ante este contexto, Dicey defendió el referendo como


Ed

único mecanismo disponible para controlar la legislación


s

precipitada y resguardar las instituciones fundamentales.


ito re

No compartía que “el establecimiento de las masas en


os

el poder fuera el más negro presagio para toda la legisla-


ción”54. Sin ser un teórico democrático radical enfatizó en
ra ito

la importancia de este mecanismo desde una perspectiva


di

conservadora en su carácter meramente negativo (de veto).


D sr

Sus argumentos señalaban el potencial daño de su uso ex-


cesivo, su utilización debía ser excepcional para garantizar
'P es

que los votantes tuviesen la oportunidad y el incentivo de


participar y de discutir el asunto llevado a consulta.
lá e

No creía que el gobierno representativo pudiera rem-


plazarse, ni que el referendo fuese un antídoto a todas sus
ci rv

deficiencias. Su objetivo último era desarrollar un fuerte


do a

control sobre el parlamento, el desarrollo indetenible de


los partidos políticos y la posibilidad de estos de arrogarse
para sí mismo la omnipotencia legislativa. A diferencia
de otros teóricos liberales que buscaban las respuestas en
esquemas elitistas, para Dicey ese control político podía
proporcionarlo el pueblo y con ello cumplir varios fines en
sí mismo: fortalecer el gobierno representativo de manera
indirecta al impulsar a los legisladores a ser más apegados
d os

53
Véase: Dicey, Albert Venn: The Law of the Constitution, OXFORD
University Press, United Kingdom, 2013, p. 533.
54
Sumner Maine, Henry: Popular Goverment, Indianápolis, 1976, p. 112.

220
a los intereses de los electores por la sola posibilidad del
veto nacional y a su vez este mecanismo debía al menos
teóricamente causar un efecto educacional.55
Una visión distinta y contraria a la inserción del refe-
rendo fue planteada en la dogmática francesa por Adhémar
Esmein en un artículo publicado en el primer número de
to

Revue du droit public et de la science politique en France et à


l’étranger en 1894.56
do

Para el jurista francés el sistema representativo y la


Ed

democracia directa son dos formas antitéticas de gobierno,


s

una derivada de la soberanía parlamentaria y la otra de


la soberanía popular. Dos formas de gobierno entre las
ito re
os

cuales el sistema representativo es preferible.57 A su juicio,


la introducción del referendo junto a otras “novedades”
ra ito

como la asamblea legislativa única, el mandato imperativo


di

y la representación de las minorías “no puede suponer


D sr

55
Dicey coincidía con John Stuart Mill al creer que cualquier
'P es

participación es útil. Véase: Stuart Mill, John: Considerations on


Representative Goverment, Imprenta y Librería del Mercurio,
Valparaiso, 1865, p. 256.
lá e

56
Esmein Adhémar, Jean Paul Hippolyte Emmanuel: Dos formas de
gobierno, traducido del francés por guillén lópez, Enrique consulta-
ci rv

do en ReDCE núm. 23. Enero-Junio de 2015 https://www.ugr.


es/~redce/REDCE23/articulos/09_ESMEIN.htm el 23 de julio
do a

de 2019 a las 4:15 pm.


57
“El sistema representativo no se asume porque el gobierno directo
de los poderes ejecutivos y judicial sea materialmente imposible, ni
porque sea casi impracticable en una gran nación el que atañe al po-
der legislativo. Es porque puede hacer más y mejor que el gobierno
directo, tal y como Sieyés demostró en la Asamblea Constituyente.
Sólo ese sistema puede asegurar una legislación ilustrada, cuidadosa-
mente preparada y correctamente discutida; como sólo en él puede
darse la aplicación inteligente y constante de las leyes. Igualmente,
d

en este modelo, la nación, es decir, el delegante, es considerada


os

tanto jurídicamente como de hecho incapaz para intervenir por sí


misma en ninguno de los actos atribuidos a sus delegados, esto es,
a los poderes constituidos”. Esmein Adhémar, Jean Paul Hippolyte
Emmanuel: Dos formas de gobierno…op. cit., p. 7.

221
sino la destrucción del equilibrio preestablecido, provo-
car problemas de funcionamiento y puede que incluso
sembrar las semillas de su destrucción.”58 Superponer el
referendo al sistema representativo aunque parece viable
por su difusión en Suiza y Norteamérica es una ilusión
-argumentó Esmein-, por dos grandes defectos que tiene:
to

puede convertirse en un obstáculo a menudo invencible


contra una buena legislación59 y disminuye de hecho el
do

poder deliberante de las asambleas y su aptitud para dis-


Ed

cutir eficazmente.60
s

Frente a esta retórica, Hauriou y Duguit, dos de los


grandes clásicos de la doctrina francesa de Derecho Público
ito re
os

del siglo se pronuncian a favor de la incorporación del refe-


rendum. Para el primero el referendum es una manifestación
ra ito

del poder de sufragio61 al que considera indicado incluir


di

Idem, p. 8.
D sr

58

59
“El referéndum no solamente preserva contra una legislación ar-
'P es

bitraria o perversa; también es un obstáculo a menudo invencible


contra una buena legislación. Las mejores leyes, las más útiles para
el progreso nacional pueden escapar a los prejuicios populares e
lá e

irreflexivos, gracias, algunas veces, a una disposición de importan-


cia secundaria, escondida en algún artículo. Es un dato constatado
ci rv

por los historiadores más atentos que si la Constitución de los


Estados Unidos de América hubiera sido sometida al voto directo
do a

de los ciudadanos hubiera sido rechazada por la mayoría.Y es esta


Constitución la que ha procurado a la Unión más de un siglo de
prosperidad y poder”. Idem, p. 22.
60
“El referéndum tiene otro defecto: disminuye de hecho el poder
deliberante de las asambleas, su aptitud para discutir eficazmente. Si
su responsabilidad decrece por la posibilidad del referéndum y su
obra puede frustrarse, tanto la preparación como la aprobación de
las leyes se tomarían inevitablemente más a la ligera.” Idem, p. 22.
61
Para Hauriou con la Revolución Francesa y el advenimiento del
d

régimen administrativo, el poder judicial propio de la tripartición


os

de poderes, se había separado de la política y había tomado su lugar


el Poder del Sufragio del cual el referendo popular es expresión.
Incluso en los países en que no existe aún el gobierno directo –
plantea- “el poder del sufragio participa en el juego político del

222
en la lista de poderes políticos. Para Hauriou lo interesante
era enjuiciar la intervención directa del pueblo como sín-
toma de que el régimen parlamentario puro no es el ideal
último de la democracia. En este sentido aduce: “El refe-
rendum y el recall son manifestaciones de desconfianza: es
la personalidad corporativa del pueblo reaccionando sobre
to

los representantes”62. El verdadero peligro se encontraba


para él en no realizar a tiempo una reforma del sistema
do

parlamentario y que los acontecimientos la impusieran


Ed

de manera súbita y brutal por lo que se mostraba a favor


s

de combinar la organización representativa de los estados


ito re

modernos con el referendum en cuanto instrumento de


os

integración y equilibrio entre los poderes.


Para Duguit era posible la combinación lógica de
ra ito

ambas modalidades de gobierno sintetizadas en lo que


di

llama gobierno semirepresentativo o semidirecto63 en la


D sr

medida en que era necesario complementar las deficiencias


del sistema representativo. Frente a Esmein arguye que el
'P es

sistema de Montesquieu es limitado en cuanto a que las


elecciones no aseguran que les representantes sean verdade-
lá e

ros portavoces de la voluntad general por lo que el sistema


de referendo podía ser útil al “establecer una concordancia
ci rv

tan perfecta como posible y permanente entre la Asamblea


do a

que vota las leyes y la voluntad del cuerpo de ciudadanos en


el momento en que la ley sea votada”64. El decano de Bur-

gobierno parlamentario, pues es uno de los elementos de equilibrio


de este; así cuando la disolución de la Cámara de los diputados
plantea un conflicto –que solo los electores pueden resolver- entre
el poder ejecutivo y el legislativo: entonces se apela al pueblo, pero
en realidad, se apela al poder de sufragio, que adviene así un poder
de gobierno”.Véase: hauriou, Maurice: Principios de Derecho público
d

y Constitucional, Reus, Madrid, 1927, p. 384.


os

62
Idem, p. 412.
63
Antes lo había hecho Esmein Adhémar en: Dos formas… op. cit., p. 9.
64
Duguit, León: Tratado…op. cit., p. 477.

223
deos ve las afirmaciones de Esmein sobre las experiencias
de su uso conservador en Suiza y Norteamérica demasiado
generalizadas. Por el contrario, consideraba una ventaja las
respuestas conservadoras de los votantes en la medida que
prevenían de reformas temerarias de los parlamentos.65
Son las ideas de Carré de Malberg en 1931 las
to

que logran demostrar desde una perspectiva histórica


y teórica la legitimidad de las reivindicaciones que
do

pretendían maridar al parlamento con la democracia,


Ed

tomando como punto de partida las concepciones que


s

están en la base del parlamentarismo primitivo.66 En


su artículo Considérations théoriques sur la question de la
ito re
os

combinaison du référendum avec le parlementarisme aborda


cómo la intervención directa del pueblo en la confor-
ra ito

mación de la voluntad general es consecuencia lógica


di

de los planteamientos roussonianos que están en la base


del Estado moderno francés.
D sr

Para él, sólo la Constitución de 1793 había com-


'P es

partido verdaderamente ese postulado teórico estable-


cido en la Declaración de Derechos (art. 4) “La ley es
lá e

expresión libre de la voluntad general”. Esta sustitución


de la soberanía electoral por la soberanía parlamentaria
ci rv

–decía- no era otra cosa que una fórmula establecida


por la burguesía para asegurar el dominio de su clase
do a

sobre las masas populares y relegar al pueblo a un papel


meramente electoral.
En este sentido el parlamentarismo se muestra en su
visión histórica como una fórmula política de transición
en el proceso de transformación entre la monarquía abso-
65
Idem, p. 490.
d

66
Carré de Malberg, Raymond: Considérations théoriques sur la question
os

de la combinaison du référendum avec le parlementarisme, Revue du


droit public et de la science politique en France et à l’étranger, 2e
trimestre, 1931. Traducción al español en guillén lópez, Enrique,
ReDCE, Año 11. Nº. 21, enero-junio 2014, pp. 291-305.

224
luta y el régimen democrático.67 Cualquier Estado que se
funde sobre la idea de la soberanía de la voluntad general
le es imposible negar la posibilidad de deliberar y decidir
a aquellos de los que esta voluntad parte y por el contrario
darle poderes ilimitados al Parlamento. Desde esta lógica
no sólo era necesario la incorporación del referendum, sino
to

que es consecuencia también de los conceptos en los que


descansa el régimen representativo “es el sentimiento del
do

cuerpo electoral el que se manifiesta a través de los cargos


Ed

electos”. Esta aparente contradicción se encontraba de


s

antemano resuelta ya que era de principio que los poderes


del representante estuviesen necesariamente limitados por
ito re
os

los derechos del representado. La admisión del referendum


iría más allá de provocar un efecto limitativo sobre el par-
ra ito

lamentarismo, sino que supondría la transformación de las


di

jerarquías entre los poderes, dándole al pueblo verdadero


carácter de soberano.68
D sr
'P es

67
“Al igual que en el siglo XIX la monarquía se vio obligada en
muchos Estados a soltar lastre, admitiendo, por medio de con-
cesiones y cartas otorgadas, someterse a restricciones diversas,
lá e

y, sobre todo, al principio según el cual el monarca sólo podrá


sancionar aquellas leyes que hubieran sido previamente adoptadas
ci rv

por asambleas, al menos una de las cuales ha de ser electiva, en


el siglo XX, la introducción de mecanismos de participación
do a

popular directa como el referéndum está destinada, según lo


conciben los que lo defienden, no solamente a dar una satisfac-
ción adicional a las aspiraciones democráticas, sino, además, a
aportar un elemento de moderación al poder, estimado excesivo,
del parlamento.” Idem, p. 291.
68
“Importa poco, por lo demás, que de hecho las consultas populares
sean escasas o incluso excepcionales: tanto en la democracia como
en la monarquía, la cualidad de soberano ni se obtiene ni se mide
en función de la frecuencia de sus intervenciones. A partir del mo-
d

mento en que se constata que el Pueblo se sitúa en la Constitución


os

en posesión de medios que le permiten intervenir cada vez que


lo desee, sobre todo en lo que concierne a la legislación, y que,
además, le aseguran, si interviene, la posibilidad de hacer prevale-
cer su voluntad, será suficiente para que debamos afirmar que la

225
Sus ventajas en la práctica política – aducía Carré de
Malberg – serían: proporcionar la solución del problema
relativo a la limitación del poder del Parlamento frente al
Gobierno; desplazar al Parlamento de su rango soberano a
la condición de simple órgano que actúa bajo la égida de la
soberanía popular, subordinado a la Constitución y además
to

atenuaría la formación de la llamada voluntad nacional de


la política de partidos. Con su incorporación se debían
do

restablecer los derechos esenciales de la voluntad general


Ed

sobre cuya primacía había encontrado su fundamento


s

originario el Estado francés.69


ito re

En la dogmática germana, el acercamiento al tema


os

referendario no fue tan minuciosos como se produjo en la


iuspublicística francesa. Los análisis sobre este particular son
ra ito

tratados de manera indirecta bajo la voz democracia inmedia-


di

ta.70 Sobre la inserción del referendo Jellinek explica que


D sr

en Alemania la teoría constitucional dominante durante


mucho tiempo expresaba la concepción de que, en sentido
'P es

jurídico, no existía voluntad del pueblo fuera de la voluntad


parlamentaria pero que ese pueblo sin voluntad jurídica
lá e

se había desarrollado de manera inesperada y desbordado


las proposiciones jurídicas establecidas. El escenario par-
ci rv

lamentario ya distaba mucho de ser el único vehículo de


do a

comunicación entre el Gobierno y el pueblo. El desarrollo


de la prensa y la estratificación de la sociedad a partir del

Constitución lo ha erigido en órgano supremo, e incluso, que lo


ha erigido en soberano.” Idem, p. 300.
69
Idem, p. 302.
70
No parece en principio en la doctrina alemana existir distinción
semántica entre democracia directa e inmediata. Según Aguiar de
d

Luque el término germano Unmittelbaren en estricta traducción


os

literal puede entenderse con ambos significados. Fernando de los


Ríos en su traducción de la “Teoría del Estado” de jellinek y Jules
Freund en su “Sociologie de Max Weber” traducen el término bajo
la voz de democracia inmediata.

226
surgimiento de asociaciones, asambleas y partidos de todo
tipo había alcanzado imputar una responsabilidad social en
el gobierno independientemente de toda responsabilidad
constitucional. Esta estructuración social “que intentaba
-sin éxito-, expresarse mediante el Derecho electoral y
parlamentario, ha de repercutir por una necesidad histórica
to

inevitable, en la configuración de las relaciones estatales.”71


Según Jellinek los defectos del parlamentarismo per-
do

judicaban al pueblo, quien debía incluso individualmente


Ed

hacerse oír con su voto. En este sentido elogia a los Estados


s

en los que instituciones cómo el referendum había alcanzado


reconocimiento constitucional y lo considera como una
ito re
os

vertiente política esencial en el control de la legislación,


impidiendo medidas legislativas impopulares. A su juicio
ra ito

esta era una institución de carácter conservador que servía


di

para mantener el orden jurídico existente al retrasar el


proceso legislativo.72
D sr

La personificación jurídica del Estado propia del ius-


'P es

positivismo alemán conduce a Jellinek a considerar al pueblo


como un órgano dentro de la soberanía estatal el cual podía
lá e

expresarse por sí en las democracias inmediatas o por el


parlamento en los regímenes representativos.73 Desde esta
ci rv

visión el referendum se insertaba como expresión de voluntad


de uno de los órganos de la estructura estatal y con ello
do a

pasaba a jugar un papel pre-asignado en las dinámicas de


poder y control internas del aparato estatal.74 Esto abrió
71
jellinek, Georg: Reforma y mutación constitucional, Centro de Estudios
Políticos y Constitucionales, Madrid, 2018, p. 86.
72
Idem, p. 88.
73
Para jellinek el referendum y la decisión de un Parlamento, son “una
d

doble declaración de voluntad de un órgano inmediato único, el


pueblo”.Véase: battelli, Maurice: Les institutions de démocratie directe,
os

Sirey, París, 1932, p. 258. Esto causó importantes críticas de carre


de malberg en su Contribution a la Théorie generale del ’Etat.
74
jellinek, Georg: Teoría del Estado, Eudeba, Buenos Aires, 1973, p. 441.

227
las puertas a su reconocimiento desde una función de ar-
bitraje entre los órganos estatales en el siglo XX. Bajo esta
concepción el mecanismo referendario debía jugar un rol
más allá de la elaboración de normas jurídicas, sino que
debía fungir, en su condición de expresión del órgano su-
premo, como mecanismo para desautorizar o mediar entre
to

órganos subordinados.
Por su parte, Max Weber, en un análisis sociológico
do

del fenómeno político, ubica dentro de sus modelos


Ed

puros de legitimación a la fórmula plebiscitaria como


s

una manifestación de la dominación carismática y al


ito re

referendum como instrumento de desconfianza frente a


os

Parlamentos corrompidos en el modelo racional-legal.75


En el primer caso el plebiscito queda configurado para
ra ito

Weber despojado de su carácter popular y relacionado


di

a la función que cumple: la de explicitar un apoyo al


D sr

“héroe o demagogo” pero la fuente de legitimidad en


este modelo no es el mecanismo en sí mismo sino las
'P es

cualidades especiales del caudillo. Tendrá entonces un


carácter plebiscitario toda votación que sirva para re-
lá e

forzar este carisma.76


En su modelo de legitimación racional-legal el ré-
ci rv

gimen parlamentario constituía un baluarte en el Estado


do a

de masas moderno contra la dominación del populacho


y los abusos monárquicos y burocráticos. Empero ante las
patologías de la dominación legal reconocía el papel del
plebiscitarismo para crear las condiciones de un cierto

75
weber, Max: Economía y sociedad. Esbozo de sociología comprensiva,
Fondo de Cultura Económica, Madrid, 2002, pp. 214, 237, 238, 744
y 863. Puede verse además sobre sus ideas el análisis de schmitt, Carl
d

en: Legalidad y legitimidad, traducido por Díaz García, José, Aguilar


S.A. de Ediciones, Madrid, 1971, p. XIV.
os

76
La doctrina alemana calificaría de plebiscitaria cualquier elección
por sufragio universal y directo de la suprema magistratura del
Estado. Aguiar de Luque, Luis: Democracia …op. cit., p. 135.

228
liderazgo político y del referendum como un regulativo y
correctivo útil, aunque funcionalmente limitado.77
Las posturas doctrinales en favor de la incorporación
del referendo al régimen parlamentario terminan por
influir en el constitucionalismo posterior a la Primera
Guerra Mundial que intentaba estructurar políticamente
to

la democracia de masas. La Constitución de Weimar, en


este sentido, marcó un referente en el Derecho Constitu-
do

cional contemporáneo al incorporar el referendo en un


Ed

régimen parlamentario moderno geográficamente exten-


s

so.78 Su catálogo de mecanismos participativos devino en


ito re

modelo teórico para la incorporación de dicha institución


os

en los regímenes parlamentarios europeos lo que quedó


reflejado en los textos constitucionales de la época.79 En
ra ito

el caso alemán específicamente la incorporación de varias


di

modalidades referendarias estuvo relacionado no sólo con


D sr

la influencia de las ideas weberianas sino también como


'P es

77
En palabras de Max Weber: “La votación popular tiene límites in-
ternos, tanto como medio de elección cuanto como de legislación,
lá e

que resultan de su peculiaridad técnica (…) sólo responde con “sí”


o “no” (…) no le está atribuida (…) la función más importante del
ci rv

Parlamento: la fijación del presupuesto”. weber, Max: Economía …


op. cit., p. 1113. “(…) la revisión de los acuerdos del Parlamento por
do a

medio del “referéndum” significa, en el fondo, un esencial robuste-


cimiento de todos los poderes irracionales, de la obstrucción, pues
excluye normalmente, desde el punto de vista técnico, el regateo y
la transacción entre las personas interesadas.”. Idem, p. 863.
78
Aguiar de Luque, Luis: Democracia …op. cit., p. 145.
79
Los instrumentos de democracia directa fueron paulatinamente in-
cluidos en las constituciones europeas: Cfr. Constitución de Austria
de 1920, Constitución Checa de 1920, Constitución de Estonia de
1920, Constitución de Latvia de 1922, Constitución Irlandesa de
d

1922, Constitución Griega de 1927, Constitución de Lituania de


os

1928 y Constitución Española de 1931.Véase: García, Eloy; Palaci


di Suni, Elisabetta y Rogoff, Martín: Los instrumentos de democracia
directa en el Derecho Comparado, Instituto Nacional de Administración
Pública, Madrid, 2019, p. 82.

229
resultado de compromisos entre los partidos políticos den-
tro de la Asamblea Constitucional.80 Dentro del amplio
abanico de posibles usos del referendo se encontraba: el
referendo constitucional81, legislativo82, de arbitraje83, local84
y para la revocación del presidente85. Destinadas a servir
de contrapeso a la actividad parlamentaria en el sistema
to

80
Idem, p. 83.
do

81
Durante los años de vigencia de la Constitución jamás se llegó a
Ed

celebrar alguno. Para Carl Schmitt esta institución constituía una


quiebra en la lógica del Estado Legislativo Parlamentario al exigirse
s

dos tercios de aprobación para las reformas de la Constitución en


ito re

el parlamento mientras que una mayoría simple para la decisión


os

popular. Schmitt, Carl: Legalidad …op. cit., p. 102.


82
Más amplia fue la regulación del referendum legislativo: 1) a pro-
ra ito

puesta del presidente (art. 73.1). 2) a petición de un tercio del


Reichstag y su remisión a referéndum después de una petición de
di

1/20 parte del electorado (iniciativa de referendum) (arts. 72, 73.2).


3) iniciativa de la décima parte del electorado (art. 73.3).
D sr

83
El referendo de arbitraje es la más novedosa de las modalidades re-
'P es

ferendarias que reguló la Constitución de Weimar. Sólo antecedida


por la Constitución suiza de 1874. Esta modalidad buscaba recurrir
a la votación popular en caso de divergencias entre el Reichstag y
lá e

Reichsrat. Cfr. Constitución de Weimar de 1919, artículo 74, con-


sultado en http://www.zum.de/psm/weimar/weimar_vve.php el
ci rv

11 de noviembre del 2019 a las 3:20pm.


84
El artículo 18 de la Constitución de Weimar vino a reflejar el uso
do a

que durante el siglo XIX había tenido el referendum para determinar


el status territorial de nuevos Estados y la modificación de otros ya
existentes. Según el articulado de Weimar las poblaciones de uno
o varios “Lander” podían solicitar las modificaciones territoriales
internas del Reich. Cfr. Constitución de Weimar de 1919, artículo
18, consultada en http://www.zum.de/psm/weimar/weimar_vve.
php el 11 de noviembre del 2019 a las 11:32 am.
85
Con la incorporación de este mecanismo se introduce en el Dere-
cho Constitucional Europeo una variante participativa frecuente
d

en las constituciones estatales de los EE.UU. bajo la denominación


os

de recall con la diferencia de que aquí se proponía para la máxima


magistratura de la Nación. Al denominarlo bajo la voz referendum se
inicia una práctica constitucional y teórica de denominar referendum
a toda consulta popular sin distinguir entre las diferentes tipicida-

230
político alemán, las instituciones de participación directa
adoptaron un carácter restringido al punto de cuestionarse
su virtualidad. Desde su propia configuración constitucio-
nal estos mecanismos se vieron entorpecidos por disímiles
cautelas para evitar las posibles connotaciones plebiscitarias
y garantizar la primacía parlamentaria. Los altos porcientos
to

de participación requeridos para su activación, la iniciati-


va de referendo legislativo a instancia del presidente y su
do

función de enfrentamiento presidencial contra las cámaras


Ed

entre otros frenos, hicieron que sólo en dos ocasiones en


1926 y 1929 se intentara utilizar el referendo. En ambos
s

momentos no se alcanzó el cincuenta por ciento de par-


ito re
os

ticipación requerido.86
La dinámica política de este período se desarrollaba
ra ito

fuera de la democracia directa, aunque se había querido


di

aparentar la incorporación de las masas a la toma de decisio-


nes políticas. El propio texto de Weimar no fue sometido a
D sr

votación popular, así como tampoco ocurrió con los textos


'P es

constitucionales europeos que siguiendo a Weimar intro-


dujeron el referendo en términos relativamente similares
lá e

a los aquí planteados.87


El debate teórico del referendo frente al parlamenta-
ci rv

rismo termina por demostrar su compatibilidad técnica. La


inserción del referendo en los regímenes parlamentarios
do a

no sólo era posible sino también deseado por teóricos


como Dicey, Hauriou, Duguit, Carré de Malberg, Jellinek
y Weber. Su funcionalidad democrática –según estos au-
tores- estaba relacionada con la limitación parlamentaria y
de los partidos políticos, así como el control popular sobre

des, objetivos y fines que cumplen mecanismos participativos tan


d

distintos como la revocatoria de mandato y el referendum.


86
Aguiar de Luque, Luis: Democracia …op. cit., p. 169.
os

87
Véase: Constitución de Austria de 1920 (arts. 43 y 44), Constitución
de Letonia de 1922 (arts. 78-80), la Constitución Griega de 1927
y la Constitución de Lituania de 1928.

231
el proceso legislativo. Algunos como Dicey se refieren a su
papel como veto popular y su labor educativa. Para otros
como Carré de Marberg, su función debía ir más allá de
un efecto limitativo sobre el parlamentarismo, sino que
le correspondía buscar la transformación de las jerarquías
entre los poderes. Sin embargo, en la práctica constitucional
to

imperó su reconocimiento formal y una configuración


llena de subterfugios para impedir su realización material.
do
Ed

1.4. DEBATE AUTORITARISMO


s

VERSUS DEMOCRACIA
ito re
os

Un punto de inflexión en el debate teórico estuvo


en la fundamentación que se hizo de este mecanismo por
ra ito

la ideología nazi. Frente a la concepción de Kelsen88 del


referendo como una forma de reforzar los elementos demo-
di

cráticos del diseño constitucional se levantó en el escenario


D sr

teórico y práctico una visión del referendo que lo utilizaría


como una herramienta de legitimación autoritaria.
'P es

Su fundamentación teórica vino de la mano de Carl


Schmitt89. Este autor distinguió entre Estados basados en
lá e
ci rv

88
Además de los autores analizados en el epígrafe anterior, véase tam-
bién a Kelsen quien expresaba que el referendo admite y necesita
do a

mayor amplitud en los sistemas políticos ya que “la teoría política


no conoce ninguna forma de Estado mejor que el parlamentarismo
restringido por el referendum” Véase: Kelsen, Hans: Esencia y Valor …
op. cit., p. 63. En su reforma a este sistema de gobierno consideró
que podría intensificar sus elementos democráticos a partir de una
mayor participación del cuerpo electoral. Defendía que los políti-
cos profesionales que integraban el Parlamento debían reprimir su
desvío contra la institución y admitir el referendo constitucional
y legislativo, sino obligatorio al menos facultativo, así como la ini-
d

ciativa popular, por facilitar una relativa injerencia del pueblo en la


formación de la voluntad estatal. Idem, pp. 63-65.
os

89
Para Schmitt, un sistema parlamentario no podía hablar en nombre
de la gente, debido a su naturaleza dividida y los partidos políticos
de oposición. Como resultado de esto, instituciones de democracia

232
un sistema cerrado de legalidad90 y aquellos asentados en
el principio de legitimación. Para el modelo de legalidad
el legislador debía ser siempre el parlamento sin la concu-
rrencia de legisladores de otra categoría. En este modelo
al referendum se le reservaba aquella participación que no
introducía una desconfianza en el actuar parlamentario,
to

sino que simplemente expresaba la culminación del proceso


legislativo sin gozar de un carácter creador.91 A criterio
do

de Schmitt la participación popular en este modelo no


Ed

respondía a un juicio técnico de cada ciudadano sino a la


s

elección entre uno u otro partido político que proponía y


formulaba la cuestión.92
ito re
os

Por el contrario, la decisión popular constituía el


principio de legitimación en el Estado Democrático-Ple-
ra ito

biscitario en el cual “el sentido de la manifestación ple-


di

directa serían siempre una posición superior a la llamada democracia


D sr

indirecta del estado parlamentario.Véase: schmitt, Carl: Teoría …op.


cit., pp. 252-273; qvortrup, Matt: Referendums Around the World:The
'P es

Continued Growth of Direct Democracy, Palgrave Macmillan, United


Kingdom, 2014, p. 9.
lá e

90
Para el Estado legislativo o Estado Liberal de Derecho como se
había ido denominando en Europa, su principio justificador es la
ci rv

racionalidad de la legalidad, por lo que la ley ocupa un lugar central.


Empero el significado de Ley se traslada según schmitt del interés
do a

general al procedimiento y los sujetos que intervienen en el proceso


legislativo. schmitt, Carl: Legalidad …op. cit., p. 32.
91
En dicho modelo el referendum en sentido estricto es definido
como votación popular sobre confirmación o no de un acuerdo
del cuerpo legislativo. Para schmitt “no es recomendable designar
como Referendum indistintamente todos los casos de votación
popular, sino que debe reservarse para el caso en que se someta a
los ciudadanos un acuerdo de la representación popular”. schmitt,
Carl: Teoría de la Constitución, Alianza Editorial S.A., Madrid, p. 302.
d

92
schmitt concentra su crítica principalmente en la disposición del
os

artículo 73.3 de la Constitución de Weimar. Para él no existe re-


almente una décima parte que proponga el referendo sino unos
pocos que inducen a otros a decir sí o no. schmitt, Carl: Legalidad
…op. cit., p. 302.

233
biscitaria de la voluntad no es el de una norma, sino, (…)
el de una decisión.”93
Para Schmitt la intervención popular podía ser “ex-
presión de dos tipos de Estados totalmente diferentes.”94
En la visión schmittiana el referendum era propio del
Estado legislativo parlamentario con una función rati-
to

ficadora del acuerdo entre representantes y el plebiscito


pertenecía al Estado plebiscitario donde el pueblo era la
do

figura determinante.95
Ed

Sobre la compatibilidad en un mismo sistema de ambas


s

instituciones, como lo proponía la práctica constitucional


ito re

de Weimar, su respuesta fue negativa. Para él la legalidad


os

parlamentaria estaba presente en situaciones de normalidad


política y a corto plazo mientras que en épocas de crisis o
ra ito

a largo plazo el sistema debía decantarse por la legitimidad


di

democrática plebiscitaria. 96
D sr

Para Alemania con un sistema político fraccionado


por las luchas de partidos se necesitaba -a criterio de este
'P es

autor- de otra clase de justificación distinta a la legalidad


parlamentaria. El Estado de legitimación plebiscitaria -
lá e

ultimaría Schmitt- era la opción que debía reconocerse


como válida. Este modelo además de asentarse en la deci-
ci rv

sión popular “precisa de un gobierno o de cualquier otra


do a

instancia autoritaria en la que pueda tenerse confianza.”97

93
schmitt, Carl: Legalidad…op. cit., p. 145.
94
schmitt, Carl: Legalidad …op. cit., p. 97.
95
Para schmitt, al igual que Weber, el término plebiscito tiene un signi-
ficado más amplio, para ellos incluía también la elección subsiguiente
a una disolución del Parlamento o la elección por sufragio universal
de la cabeza del ejecutivo en la medida en que el veredicto popular
d

no se mueve en el marco de la racionalidad, sino de la decisión o


de la voluntad. schmitt, Carl: Legalidad …op. cit., p. 146.
os

96
schmitt, Carl: Legalidad …op. cit., p. 104.
97
“El pueblo solo puede decir sí o no; no puede asesorarse, ni delibe-
rar, ni discutir; no puede gobernar ni administrar; tampoco puede

234
Carl Schmitt termina abogando por un modelo político
plebiscitario-autoritario donde la consulta popular lleva en sí
la legitimación del sistema pero que -retomando a Weber- lo
que se legitima realmente es esa instancia autoritaria o caris-
mática en la que se deposita la confianza. Sus tesis vendrían a
justificar la transformación años más tarde de la Constitución
to

de Weimar hacia las pretensiones del nacismo. Con la llegada


de Hitler al poder en 1933, las ideas de Carl Schmitt toman
do

virtualidad práctica no sólo en Alemania sino también con


Ed

el fascismo en Italia y el franquismo en España.98


s

Mientras que en años anteriores las consultas popu-


ito re

lares habían permanecido en papel, el Führer utilizó las


os

“aclamaciones” populares como una confirmación de su


poder.99 A sólo meses de tomarlo se celebra la primera
ra ito
di

elaborar normas, sino únicamente sancionar con su sí el proyecto


de norma que se le presente. Sobre todo, tampoco puede hacer
D sr

preguntas, sino que tiene que limitarse a responder con un sí o un


no a la pregunta que se le someta”. Idem, pp. 145 y 146.
'P es

98
El fascismo en Italia llevó a cabo dos plebiscitos (1929 y 1934) para la
elección de la Cámara de Diputados, aunque en 1939 fueron abolidas
lá e

las elecciones e instaurada la Cámara del Fasci. Por su parte el régimen


franquista tuvo la peculiaridad de utilizar el plebiscito para asegurar
ci rv

su continuidad política en 1947 y 1969. El primero se realizó para


apoyar la prolongación del régimen de Franco frente a la posibilidad
do a

de restaurar la monarquía democrática y el segundo para confirmar la


supervivencia del régimen una vez fallecido el caudillo en la persona
designada por él: Juan Carlos I. La tendencia fascista antiparlamen-
taria se funda en las tesis de Wilfredo Pareto “el Gobierno precisa el
asentimiento de las masas, pero no su colaboración. (…) El Gobierno
debe confiar no sólo en el poder sino en el aplauso de la opinión
pública. Para este objeto prestan servicios muy útiles el Parlamento
y el referéndum”. Pareto,Wilfredo: Testamento político. Pochi punti d’un
futuro ordinamento costituzionale”, Giornale Economico,Vol. I, Nº. 18,
d

citado por Kelsen, Hans: Esencia y Valor de la Democracia, traducido


por Luengo Tapia, Rafael y Legaz y Lacambra, Luis, Editorial Labor
os

S.A., Barcelona-Buenos Aires, 1934, p. 63.


99
Hitler, Adolfo: Hacia la consolidación de Europa. Discursos del Can-
ciller de Alemania ante el Reichtag del 20 de febrero al 18 de marzo de

235
consulta popular en relación a la retirada de la Sociedad de
Naciones100. En 1934 se unifican los cargos de presidente
y canciller mediante la aprobación plebiscitaria de la Ley
de Plenos Poderes101, así como son anexados los territorios
de Saar y Austria.102
Estas consultas populares se realizaron sin las más
to

mínimas garantías democráticas. La “Ley para eliminar las


necesidades del pueblo y del Imperio” de marzo de 1933
do

introdujo modificaciones al texto constitucional que al-


Ed

terarían el procedimiento para su realización.Vale la pena


s

detenerse en cómo se suprimió la iniciativa popular o la


ito re

de las cámaras y se otorgó exclusivamente al Gobierno


os

1938, p. 9 consultado en https://biblioteca.cordoba.es/BibDigital/


ra ito

OCR/1938_Consolidacion_Europa_Hitler_Adolf_ocr.pdf el 20 de
di

febrero de 2019 a las 3:00 pm; Ridola, Paolo: La costituzione della


Repubblica di Weimar come “esperienza” e come “paradigma”, Rivista
D sr

AIC, Nº. 2, 2014, p. 13.


100
“Las boletas fueron parafraseadas de tal manera que uno sólo podría
'P es

dar una respuesta positiva; la única forma de expresar disenso era al


no ir a las consultas o al entregar una boleta en blanco. Los votos
lá e

“negativos” fueron muy pocos y se concentraron en las grandes


ciudades.” García, Eloy; Palaci di Suni, Elisabetta y Rogoff, Martín:
Los instrumentos, …op. cit., p. 93.
ci rv

101
El uso del plebiscito por Hitler fue reduciéndose significativa-
do a

mente con el paso del tiempo. Esto estuvo relacionado con que
la votación sobre la ley de plenos poderes fue menor respecto de
previos plebiscitos, lo que propició que Hitler evadiera el riesgo
de realizar futuras consultas. corni, Gustavo: Il nazionalsocialismo:
¿una dittatura plebiscitaria?, en fimiani, Enzo (ed.): ¿Vox populi?
Pratiche plebiscitarie in Francia Italia Germania (secoli XVIII-XX),
CLUEB, Bologna, 2010, p. 179.
102
En el caso de Austria, como en el de Saar, el porcentaje de votos
favorables fue extremadamente alto.Véase rauch, Delfin. y vernier,
d

Olivier: Un consentement orienté et un plébiscite sous surveillance: le


os

cas de La Sarre en 1935 en ortolani, Marc y berthier, Bruno (eds.):


Consentement des populations, plébiscites et changements de souveraineté
a l’occasion du 150° anniversaire de l’annexion de la Savoie et de Nice a
la France, Serre, Nice, 2013, p. 451.

236
del Reich, se amplió el objeto de la consulta a cualquier
tipo de normas o decisiones gubernativas y se suprimió la
necesidad de la participación mayoritaria de los electores
para que fuesen válidas.103 Estas modificaciones buscaban
permitir la utilización arbitraria del mecanismo para la
aprobación de cualquier decisión política que Hitler como
to

intérprete y vocero de la raza aria manifestara.104


Con el fin de la Segunda Guerra Mundial varios
do

países utilizaron nuevamente el referendum para volver a


Ed

modelos democráticos.105 No obstante, su reminiscencia


s

a estos gobiernos y su posible utilización plebiscitaria,


ito re

hizo que hasta hoy la institución sea objeto de una par-


os

ticular desconfianza.
Estas experiencias pusieron al descubierto la mane-
ra ito

ra de cubrir con técnicas y procedimientos propios del


di

constitucionalismo regímenes autoritarios, así como la


D sr

necesidad del análisis fáctico del ejercicio del poder.106 La


utilización del referendo por el nazismo abrió dos visiones
'P es

encontradas de su función de legitimación: para ratificar


acuerdos de los órganos democráticos-representativo
lá e

(visión democrática) o para otorgar un voto de confianza


ci rv

103
Cfr. Ley de 24 de marzo de 1933 “Ley para eliminar las necesida-
do a

des del pueblo y del Imperio” consultada en 23. März 1933 – Das
„Ermächtigungsgesetz“, 1000dok.digitale-sammlungen.de, el 20 de
febrero de 2020.Véase además García, Eloy; Palaci di Suni, Elisabetta
y Rogoff, Martín: Los instrumentos …op. cit., p. 93.
104
rapone, Leonardo: Un plebiscitarismo riluttante. I plebisciti nella cultura
politica e nella prassi del fascismo italiano, en Fimiani, Enzo (ed.): Vox
populi?... op. cit., p. 173; fimiani, Enzo.: La legittimazione plebiscitaria
en el fascismo e el nazionalsocialismo. Un’interpretazione comparata, 32
Quaderni storici 94, 1997, p. 202.
d

105
En Francia después del régimen de Vichy la IV República es instau-
rada sobre la base de dos referendums y se reconoció esta institución
os

para los procedimientos de reforma constitucional.


106
Loewenstein, Karl: Teoría de la Constitución, Editorial Ariel, Barcelona,
1979, pp. 24-88.

237
a una autoridad carismática (visión autoritaria). La ex-
periencia histórica demuestra que el modelo carismático
redunda en arbitrariedad y autoritarismo. De ahí que su
configuración y práctica democrática tengan como re-
ferente evitar elementos como: su desarrollo fuera de un
Estado de Derecho, su dependencia al liderazgo político,
to

la exclusividad de su iniciativa por parte del gobierno, el


carácter ilimitado del contenido de la consulta y la elimi-
do

nación de reglas democráticas como el voto mayoritario


Ed

para determinar su validez.


s

1.5. DEBATE DEMOCRACIA PARTICIPATIVA


ito re
os

VERSUS REPRESENTATIVA
ra ito

La fundamentación democrática del referendo toma


di

auge ante el quiebre del paradigma de la democracia re-


presentativa.107 Después de la segunda mitad del siglo XX
D sr

se produce un lento pero continuo movimiento a favor


'P es

del referendo como instrumento de democracia partici-


pativa. Este nuevo modelo de democracia, sostenido desde
lá e

diversos enfoques teóricos108, insiste en la superación de las


ci rv

107
En este período se produce una crítica generalizada de los meca-
nismos representativos tradicionales, en particular al parlamento
do a

y los partidos políticos, generado por las políticas privatizadoras


del Estado social de Derecho, la corrupción en el manejo de los
recursos públicos; la escasa representatividad que logran los partidos
políticos de los intereses de minorías étnicas, sexuales y religiosas;
la ambigüedad para asumir la responsabilidad política por parte
de los representantes frente a sus electores, entre otros elementos.
Véase: Bobbio, Norberto: El futuro de la democracia, Editorial Plaza y
Janes, Barcelona, 1985, p. 61; Pedraza Mora, Andrés: ¿La democracia
participativa: utopía o realidad?, Revista CRITERIOS, Cuadernos
d

de Ciencias Jurídicas y Política Internacional, enero-junio de 2014,


Vol. 8, Nº. 1, p. 73.
os

108
Véase sobre la democracia participativa: Pateman, Carole: Participation
and democratic theory, Cambrige University Press, Cambrige, 1970, pp.
22-103 consultado en https://doi.org/10.1017/CBO9780511720444

238
carencias y excesos de la democracia representativa a partir
–entre otros elementos- de la incorporación de vías alter-
nativas a la representación para la intervención directa de
la ciudadanía en los procesos de decisión político-pública.
Inserción que a diferencia de los diseños semirepresentativos
del constitucionalismo precedente109, no debía limitarse al
to

reconocimiento formal de la institución, sino que pretende


configurarlo como un medio regular de reforma política
do

en manos de la ciudadanía.
Ed
s

el 12 de febrero de 2020 a las 2:46 pm; Mcpherson, Crawford Brou-


gh: La democracia liberal y su época, Alianza Editorial, Madrid, 1997,
ito re

pp. 113-138; Poulantzas, Nicos: Estado, Poder y Socialismo, Editorial


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David: Modelos… op. cit., pp. 306-318; Pedraza Mora, Andrés: ¿La
ra ito

democracia… op. cit., pp. 71-101. Sobre los modelos participati-


di

vo-deliberativos Véase: Habermas, Jürgen: Facticidad y validez. Sobre el


derecho y el Estado democrático de derecho en términos de teoría del discurso,
D sr

Trotta, Madrid, 2005, pp. 363-407 y 589-619. Para las propuestas


sobre la radicalización democrática proveniente de sectores próximos
'P es

al marxismo renovado o corrientes de pensamiento crítico. Véase:


laclau, Ernesto y mouffe, Chantal: Hegemonía y Estrategia Socialista.
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lá e

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Olin,Wright; Abers, Rebecca; et al: Democracia en profundidad. Nuevas
formas institucionales de gobierno participativo con poder de decisión, Bogotá,
Colombia, Universidad Nacional de Colombia, 2003, pp. 19-88.
109
De los autores que se refieren a la inserción del referendo en sis-
temas semirepresentativos o semidirectos véase: Loewenstein, Karl:
Political power and the govermental process, University of Chicago
Press, , Chicago, 1967, p. 79; Duverger, Maurice: Instituciones políti-
d

cas y Derecho constitucional, Editorial Ariel, Barcelona, 1988, p. 319;


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Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas
de la UNAM, 2002, consultado en: https://goo.gl/9JkUEs el 23 de
febrero del 2020 a las 10 am.

239
En este contexto el debate sobre la pertinencia del
referendo estuvo signado por las posturas a favor o en contra
del modelo representativo o participativo. Los argumentos
contra la inclusión del referendo en los sistemas representa-
tivos modernos están relacionados con: la idoneidad de los
representantes para velar por los intereses de una pluralidad
to

de grupos y la protección del derecho de las minorías, así


como que la aplicación del referendo debilita el prestigio y
do

la autoridad del gobierno representativo.110 Sobre su praxis


Ed

se esgrime la falta de habilidades analíticas y de información


s

del ciudadano ordinario, los bajos porcientos de partici-


ito re

pación en las consultas y el riesgo de establecer el criterio


os

tiránico de la mayoría frente a la minoría.111


No obstante, frente a estos criterios, se levanta un
ra ito

grupo importante de teóricos que desde el ámbito político


di

y jurídico defienden la necesidad de la incorporación del


D sr

referendo desde el principio de complementariedad de las


instituciones participativas y representativas. La doctrina
'P es

refiere como elementos positivos: la concreción y mate-


rialización de la soberanía popular y su deslinde hegemó-
lá e

nico de la representación política; el combate a la apatía y


al distanciamiento ciudadano de los asuntos públicos; su
ci rv

utilización como herramienta educativa; la corresponsabi-


do a

lidad que se genera en la toma de decisiones públicas entre


ciudadanos y representantes, los que estarán compelidos a

110
Butler, David y Ranney, Austin (eds.): Referendum around the world.
The growing use of direct democracy, Macmillan,Washington D.C, 1994,
pp. 17 y 18.
111
Entre los teóricos que muestran preocupación se encuentran: Sartori,
Giovanni: Teoría de la Democracia. El debate contemporáneo, Alianza
d

Editorial, Madrid, 1995, pp. 156-162; Dahl, Robert: La democracia


os

y sus críticos, Paidos, Barcelona, 2002, pp. 163-195. También puede


verse sobre los criterios en contra Budge, Ian: Direct Democracy:
Setting appropriate terms for debate en Held, David (ed.): Prospects for
Democracy, Polity Press, Cambridge, 1993, pp. 136-155.

240
tomar en serio los intereses populares; así como la capacidad
dinamizadora y democratizadora de los sistemas políticos.112
Es inútil pretender un análisis cuantitativo de los pros
y contras señalados para demostrar la eficacia del referendo.
Sobre todo, si se tiene en cuenta que su praxis está con-
dicionada por las particularidades políticas, sociológicas
to

y culturales de la sociedad en que se inserta. Uno de los


elementos que sí puede inferirse de este debate es que el
do

referendo es un mecanismo que puede presentar limitacio-


Ed

nes o riesgos en su implementación. Posibilidad que obliga


s

a encontrar las mejores fórmulas para la configuración de


ito re

este mecanismo en los sistemas políticos.


os

El modelo de democracia de tipo participativo mar-


ca como pauta la necesidad de generar democratización
ra ito

en la institución participativa.113 Este elemento, enten-


di

dido como la progresión constante del principio demo-


D sr

crático implica optimizar al referendo desde dos puntos


de vista. El primero está relacionado con la necesidad de
'P es

despojar al referendo de su función liberal tradicional y


la segunda con cómo hacerlo. Es decir, por un lado, el
lá e

referendo debe rebasar su papel como mero legitimador


político para convertirse en una herramienta popular de
ci rv

control sobre la gestión de los representantes. Por otro,


do a

112
Dunn, John: Western Political theory in the Face of the Future, Cam-
bridge, Cambridge, University Press, 1979, p.16; Qvortrup, Mads:
A.V. Dicey: the Referendum as the People’s Veto, Journal of History of
Political ought 20, Nº. 3, 1999, pp. 531-546; Frey, Bruno y Stutzer,
Alois: Happiness Prospers in Democracy, Journal of Happiness Studies
1, Nº. 1, 2000, pp.79-102; Frey, Bruno; Kucher, Marcel y Stutzer,
Alois: Outcome, Process and Power in Direct Democracy – New Econo-
metric Results, Public Choice 107, Nº. 3-4, 2001, p. 283.
d

113
“En el dominio de la democracia participativa, más que en cualquier
os

otro, la democracia es un principio sin fin y las tareas de democra-


tización sólo se sustentan cuando ellas mismas son definidas por
procesos democráticos cada vez más exigentes.” De Sousa Santos,
Boaventura: Democratizar…op. cit., p. 9.

241
esta optimización se expresa en el orden técnico-nor-
mativo al ampliar el alcance de la participación popular
en los elementos que integran su diseño constitucional
(subjetivos, objetivos y funcionales).
Sobre las funciones asignadas al referendo en los siste-
mas constitucionales no existe un criterio unánime a lo lar-
to

go de su historia. Se señalan, entre otras, funciones de: veto,


ratificación, arbitraje, legitimación, educativa, integración,
do

equilibrio y control político. Si se toma como referencia la


Ed

clasificación de los mecanismos de participación inmediata


s

según su finalidad114 -comunicación, legitimación o con-


trol- se advierte que, para el caso del referendo, potenciar
ito re
os

la función de control popular es coherente con una visión


del referendo más cercana al discurso de la democracia
ra ito

participativa y de la propia aspiración democrática.


di

Lo referido ad supra no parte de una concepción uni-


funcional o reduccionista del referendo. Por el contrario,
D sr

de su utilización se derivan varias funciones. No obstante,


'P es

su configuración determina la intensidad con que cada una


de ellas se muestra.
lá e

Por ejemplo, el referendo cumple predominantemente


una función de comunicación cuando a través de su utili-
ci rv

zación, se direcciona o sugiere determinado actuar político


en los representantes, sin que estos pierdan la libertad de
do a

decisión.115 Consiste -parafraseando a Habermas- en que


la opinión pública elaborada conforme a procedimientos
democráticos, se transforma en poder comunicativo, donde
no puede ella “mandar” por sí misma sino sólo sugerir el
uso del poder en una determinada dirección.116 Esta función
jurídico-político se construye a partir de la combinación en
su configuración normativa de presupuestos como facultar a
d os

114
Guzmán Hernández,Yan: Representación en política…op. cit., p. 134.
115
Idem, p. 135.
116
Habermas, Jürgen: …op. cit., p. 376.

242
los órganos de poder público para su activación y conferirle
un carácter consultivo al resultado de la consulta popular.
La función de legitimación del referendo constituye la
interpretación que la concepción liberal hizo de este me-
canismo, donde “la formación democrática de la voluntad
tiene exclusivamente la función de legitimar el ejercicio
to

del poder político”117. En esta concepción la ciudadanía


responde ante la convocatoria de los órganos públicos,
do

ya sea para la ratificación de acuerdos parlamentarios o


Ed

el apoyo/rechazo a la decisión de un líder político. Esta


s

funcionalidad, como se analizó, tiene dos visiones encon-


tradas, la democrática y la autoritaria. Lo distintivo en su
ito re
os

configuración –con respecto a la de comunicación- reside


en otorgarle carácter vinculante al resultado de la consulta
ra ito

para los poderes públicos.


di

Por el contrario, la función de control popular en el


referendo implica concebirlo como una herramienta de
D sr

control vertical de los ciudadanos sobre la gestión de los


'P es

órganos democrático-representativos.118 Desde esta con-


cepción el referendo se configura como un mecanismo
lá e

que permite a la ciudadanía, por una parte, corregir, limitar


y/o sancionar prácticas de la representación que laceren
ci rv

los intereses populares. Por otra parte, posibilita promover


y decidir sobre asuntos que, por diferentes circunstancias,
do a

quedan relegados del debate y la decisión política. Potenciar


esta función en el referendo es conteste con la aspiración
-desde la democracia participativa- a un paradigma donde
la ciudadanía sea el epicentro del sistema y el principal
defensor de su status soberano.

Habermas, Jürgen: …op. cit., p. 376.


117
d

La distinción entre control vertical y horizontal fue propuesta por


118
os

O’Donnell al presentar su modelo de “democracia delegativa”.


Véase: O’Donnell, Guillermo: Delegative Democracy, Journal of
Democracy,Vol. 5, Nº. 1, January, Johns Hopkins University Press,
1994, pp. 55-69.

243
Para ello en su configuración, desde el elemento sub-
jetivo, debe garantizarse la participación del mayor número
de ciudadanos en el mayor número de espacios políticos y
en los diferentes momentos dentro del procedimiento de
toma de decisión. Es decir, no sólo en la decisión final del
referendo sino también en los pasos que se realizan para
to

llegar a ella.Todo esto sin que medie ardid discriminatorio


por causa de sexo, etnia, condición social, etc. que menos-
do

cabe el principio de igualdad material.119 En lo relativo al


Ed

elemento objetivo, la participación debe producir efectos


s

político-jurídicos vinculantes y limitar las mediaciones


ito re

valorativas de las instancias del poder político. Desde el


os

elemento funcional, el procedimiento de referendo debe


observar principios como el de transparencia, celeridad,
ra ito

información oportuna e imparcial sobre el tema sujeto a


di

debate popular y sobre el mecanismo participativo en sí


D sr

mismo. Además, deben aplicarse reglas democráticas tales


como la toma de decisiones por mayoría y la regulación
'P es

de quórums de participación y aprobación legitimante sin


que su configuración impida su puesta en práctica.120
lá e

El reto está en lograr aunar en una misma regulación


esta concepción (democratizada) del referendo con una
ci rv

normativa que propicie los efectos deseados: empoderar a los


do a

ciudadanos en el ejercicio de su soberanía.121 En este empeño


los procesos constitucionales latinoamericanos de finales del
siglo XX e inicios del XXI ofrecieron algunas luces.
119
Para Bobbio mientras mayor sea el número de personas que par-
ticipen directa o indirectamente en el ejercicio del poder podrá
calificarse de más democrático el régimen, así como los procesos
electorales serán materiales y no formales. Bobbio, Norberto: El
d

futuro de la democracia… op. cit., p. 5.; Guzmán Hernández,Yan: Re-


presentación en política, …op. cit., p. 77.
os

120
Guzmán Hernández,Yan: Representación en política…op. cit., pp.130 y131.
121
Friedman, John: Empowerment.The Politics of Alternative Development,
Wiley-Blackwell, Massachusetts, 1992, p. 15.

244
En América Latina cada uno de los debates teóricos
precedentes tuvo su expresión.122 Uruguay, seguidor de la
práctica suiza, fue pionero en el reconocimiento de los
mecanismos de democracia directa y el país con mayor
experiencia en su utilización en la región.123 Entre los años
cuarenta y ochenta del siglo XX los referendos intentaron
to

evitar, consolidar o superar los golpes de Estado y las dic-


taduras militares.124 Con la transición a la democracia en
do

América Latina, el descontento creciente con la política


Ed

trató de ser superado mediante reformas constitucionales


s

por un lado e incorporación de mecanismos de democracia


directa por otro125 pero muchos de ellos quedaron sin de-
ito re
os

122
Aunque las constituciones de los nuevos Estados independientes del
ra ito

siglo XIX acogieron los principios liberales de gobierno, en algunos


de sus textos se aludió expresamente a la posibilidad de someter a la
di

voluntad popular el texto constitucional.Véase: Constitución Federal


de 1811 para los Estados de Venezuela art. 137: “El pueblo de cada
D sr

provincia por medio de convenciones particulares, (…), expresará


solemnemente su voluntad libre y espontánea de aceptar, rechazar
'P es

o modificar en todo o en parte esta Constitución”.


123
Cfr. Constitución uruguaya de 1934, aunque la de 1919 ya había
lá e

regulado varios de ellos para el nivel local.


124
Es el caso de Colombia y Venezuela en 1957 donde fueron con-
ci rv

vocados consultas ad hoc por juntas militares, así como en Chile en


1978 con la dictadura militar de Augusto Pinochet quien optó por
do a

el referendo para contrarrestar los reclamos internacionales por la


violación de los derechos humanos.Véase:WELP,Yanina: El referendo
en América Latina. Diseños institucionales y equilibrios de poder, Revista
Nueva Sociedad, Nº. 228, julio-agosto de 2010, p. 27.
125
Algunos ejemplos de estos mecanismos en los textos constitucionales
se pueden ver: Constitución Costa Rica 1949 (arts.102, 105, 123,
124, 129, 195); Constitución de Bolivia de 1967 (art. 4); Constitu-
ción Uruguaya de 1967 (arts. 79, 82, 304, 322, 331); Constitución
de Panamá de 1972 (arts. 227, 238, 239, 313, 314, 325); Consti-
d

tución de Chile de 1980 (arts. 5, 32, 107, 117, 119); Constitución


os

de Honduras de 1982 (art. 2); Constitución del Salvador de 1983


(arts.73, 89); Constitución de Guatemala de 1985 (arts.173, 277,
280 y Disposición Transitoria 19); Constitución de Nicaragua de
1987 (art. 2, 18, 173); Constitución de Brasil de 1988 (arts. 14, 49,

245
sarrollo legislativo posterior y con una reducida utilización
práctica hasta la década del noventa.
Sin embargo, a partir de las constituciones de Vene-
zuela (1999), Ecuador (2008) y Bolivia (2009) se genera
para América Latina un cambio en el matiz con que era
reconocido este mecanismo. Se aspiraba desde el diseño
to

constitucional a un modelo político donde la ciudadanía


fuese la protagonista126, reivindicar sectores sociales históri-
do

camente excluidos del resguardo constitucional y procurar


Ed

subsanar el déficit democrático a partir de generar espacios


s

de control y decisión popular. Bajo este contexto se gene-


ró un escenario propicio para la evolución -en términos
ito re
os

democráticos- del mecanismo referendario, al intentar


despojarlo de su concepción liberal tradicional.
ra ito

Sin embargo, los esfuerzos democratizadores no han


di

sido suficientes. Aunque la región latinoamericana se ubica


en un escenario de avanzada en el diseño normativo del
D sr

referendo, en la práctica los resultados continúan siendo


'P es

18); Constitución de Paraguay de 1992 (arts. 121, 122, 123, 290);


Constitución de Perú de 1993 (arts. 2, 31, 32, 190, 206) Constitu-
lá e

ción de Argentina de 1994 (arts. 39, 40); Constitución de Ecuador


de 1998 (arts. 103, 104, 105, 106, 107, 108, 109, 110, 111, 112, 113;
ci rv

146) Para un análisis comparado de la utilización de los mecanismos


de democracia directa en América Latina véase: Zovatto, Daniel:
do a

Las instituciones de democracia directa, Revista de Derecho Electoral,


Nº. 20, 2015, pp. 34-75, consultado en https://dialnet.unirioja.es/
servlet/articulo?codigo=5605179 el 4 de marzo de 2020 a las 10 am.
126
“Las experiencias de gobiernos progresistas en América del Sur
durante los últimos diez años demuestran que es posible cuestionar
el neoliberalismo y volver a otorgarles prioridad a los valores de-
mocráticos sin por eso renunciar a las instituciones representativas
liberales.” Mouffe, Chantal: Democracia y representación: una perspectiva
agonista, en Minnaert, Anja y Endara, Gustavo (coords.), Revista
d

Democracia Participativa e Izquierdas. Logros, contradicciones y


os

desafíos, Friedrich Ebert Stiftung FES-ILDIS, Ecuador, 2015, p. 29;


Viciano Pastor, Roberto. y Martínez Dalmau, Rubén: Fundamentos
teóricos y prácticos del nuevo constitucionalismo latinoamericano, Gaceta
Constitucional Nº. 48, Lima, 2011, pp. 307-328.

246
desalentadores. Iniciativas exclusivas desde el poder político
para su propia legitimación, campañas de desinformación,
obstáculos para la movilización popular, son elementos que
continúan limitando la expresión democrática del referendo.
Todavía en la región hay países que no lo reconocen
(Haití) y sin el desarrollo legislativo necesario (El Salva-
to

dor, República Dominicana, Venezuela). No se regulan


referendos preceptivos en países como Argentina, Chile,
do

México, Costa Rica, Nicaragua y Honduras, mientras que


Ed

prevalece la regulación facultativa de los mismos. Argentina,


s

Brasil, Chile y Paraguay todavía reconocen exclusivamen-


te la iniciativa desde arriba y otros ocho lo reconoce en
ito re
os

combinación con la IPR (Bolivia, Ecuador, Colombia,


Costa Rica, Honduras, México, Nicaragua y Venezuela).
ra ito

No obstante, la regulación de esta última está rodeada de


di

obstáculos normativos que dificultan su puesta en marcha


y la condenan, en la práctica, a su anulación. La previsión
D sr

de reglas para cuestiones claves cómo la elaboración de la


'P es

pregunta es todavía ambigua. No se precisan en todos los


casos elementos como quién formula, aprueba y controla la
lá e

pregunta. La campaña de referendo necesita de reglas que


lo alejen de la lógica del espectáculo. Todavía la mayoría
ci rv

de los países no establecen un porcentaje de participación


legitimante para validar el resultado de la consulta, así como
do a

se reconocen referendos de tipo consultivo.


Ante este panorama queda mucho por perfeccio-
nar todavía en el diseño del referendo. Sobre todo, si se
quiere ser conteste con un modelo democrático de tipo
participativo que empodere a la ciudadanía. La hoja de
ruta se encuentra en las pautas ofrecidas por este modelo:
potenciar su función de control popular sobre la gestión
d

de los representantes, lo que se expresa en el orden téc-


os

nico-normativo en la optimización de los elementos que


conforman su diseño desde el punto de vista subjetivo,
objetivo y funcional.

247
2. REFLEXIONES FINALES
Las insuficiencias de las instituciones representativas
movilizan a los pueblos en función de ocupar espacios
de decisión antes exclusivos de las élites políticas. En este
empeño, el referendo puede llegar a convertirse en un
to

instrumento popular importante a la hora de reordenar


las jerarquías en favor de la ciudadanía.
do

Sin embargo, la experiencia demuestra que su im-


Ed

plementación no es algo que pueda tomarse a la ligera.


Su finalidad y el diseño de los elementos que conforman
s

al referendo determina en muchos casos su proyección


ito re

democrática o autoritaria.
os

En este sentido, el estudio de los derroteros por los que


ra ito

transitó este mecanismo permite identificar lecciones impor-


tantes que devienen en referentes histórico-teóricos a tener
di

en cuenta en una propuesta que genere democratización:


D sr

1. El referendo surge de la búsqueda de una fór-


'P es

mula política-jurídica que conciliara el ideal


democrático con los imperativos del modelo de
lá e

representación. Con el proceso revolucionario


francés la noción moderna del referendo queda
ci rv

delimitada en lo técnico por su desarrollo sobre


la base del sufragio individual, en lo geopolítico
do a

por la posibilidad de realizarse sobre todo el


territorio y la población de un Estado y desde
lo jurídico en que se convierte en un elemento
del modelo político-racional al cual se le otorga
jugar una funcionalidad determinada.
2. Su defensa y crítica teórica discurre sobre la base
de tres debates fundamentales: parlamentarismo
versus referendo, autoritarismo versus democracia,
d

democracia representativa versus democracia


participativa. Si bien el eje polémico varía de
os

acuerdo al contexto histórico, las ideas de sus


partidarios buscan la intervención popular en
el ámbito político público mientras que sus

248
detractores señalan su carácter erosionador sobre
las instituciones representativas.
3. Su inserción y configuración jurídica en el cons-
titucionalismo quedó determinado por el rol
(jurídico-político) asignado para él en los sistemas
políticos. Aunque desde la doctrina se aboga por
to

reconocer su funcionalidad de límite y control so-


bre la gestión representativa, en su configuración
do

constitucional liberal hegemónica el referendo


Ed

queda reducido a instrumento de ratificación y


legitimación del poder parlamentario o ejecuti-
s

vo. Configuración que tuvo su expresión tanto


en escenarios democráticos como autoritarios.
ito re
os

Las desviaciones autoritarias de la institución lo


conciben como un mecanismo supraconstitucio-
ra ito

nal lo que se traduce en la pérdida de garantías


democráticas en su implementación.
di

4. Los imperativos del modelo participativo de de-


D sr

mocracia imponen la necesidad de generar un


cambio de paradigma en cuanto a la función que
'P es

debe cumplir el referendo en los sistemas políticos.


Su funcionalidad -interpretada como legitimación
lá e

política en la concepción liberal- tiene en el control


político popular su concepción más democrática.
ci rv

El reto se encuentra hoy en traducir esta finalidad


do a

de control y empoderamiento político popular en una


configuración normativa del referendo que lo optimice y
despoje de subterfugios que limiten o desvirtúen su realiza-
ción democrática. Hasta la fecha los textos constitucionales
cercanos a esta visión democratizada del mecanismo quedan
a medio camino en su diseño e implementación. Una vez
más el referendo se abre a debate.
d os

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fecha 4 de marzo de 2020.


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255
dos
do a
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lá e
'P es
D sr
ra ito
ito re
Ed di
os
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do
to
FRAGILIDADES DAS
DEMOCRACIAS LIBERAIS
SOB AS AMEAÇAS DO
FASCISMO ESTRUTURAL 10
to
do
Ed
s

Lucas de Alvarenga Gontijo1


ito re

Mariana Ferreira Bicalho2


os

1. INTRODUÇÃO E FORMULAÇÃO
ra ito

DO PROBLEMA TEMA
di

Desde o início das campanhas eleitorais que levaram à


D sr

presidência do Brasil Jair Bolsonaro, em 2018, a população


passou a conviver quotidianamente com manifestações tanto
'P es

nas ruas quanto virtuais que aclamam violência, extermínio


dos opositores. O símbolo escolhido para identificação da
lá e

chapa Bolsonaro-Mourão e de seus partidários (Partido So-


cial Liberal - PSL) para a campanha foi a arma – que passou a
ci rv

ser feita com as mãos a imitar um revólver -, o que se traduz


do a

como manifestações de ódio, intimidação, eliminação dos


supostos “bandidos”, em defesa dos “cidadãos de bem”. Com
efeito, se generalizaram, em todos os ambientes políticos3,
xingamentos, ameaças e até espancamentos.
1
Doutor e Mestre em Filosofia do Direito pela UFMG. Professor
da graduação e do programa de pós-graduação em direito stricto
sensu da PUC Minas. Professor titular de Filosofia do Direito da
d

Faculdade de Direito Milton Campos.


2
Doutoranda e Mestre em Teoria do Direito e da Justiça pelo PPGD
os

PUC. Bolsista CAPES.


3
Há violência em manifestações de rua, como intimidações e amea-
ças a qualquer pessoa que esteja usando uma camisa vermelha. Há,

257
Eleito o candidato da extrema direita, a violência
que deveria se arrefecer fez o avesso, pois intensificou-se,
sobretudo em manifestações do próprio presidente, que
continuou incentivando discursos de ódio e perseguição
aos seus opositores. No segundo ano de sua gestão, durante
a pandemia do coronavírus, em 2020, Jair Bolsonaro passou,
to

para espanto das instituições democráticas do País, a fre-


quentar aglomerações que pediam o fim da democracia e
do

a instauração de uma ditadura militar, além do fechamento


Ed

do Congresso Nacional e do Supremo Tribunal Federal,


s

cometendo, explicitamente, crime previsto pela Lei de


Segurança Nacional (Lei 7.170 de 1983), que criminaliza
ito re
os

apologias ao fim do Estado de direito.


Essas ações, notoriamente ilícitas, não são reprimidas
ra ito

pela polícia e a única reação no campo jurídico começou a


di

ser levada a efeito pelo próprio Supremo Tribunal Federal,


em autodefesa, vez que a Procuradoria Geral da União, ins-
D sr

tituição que teria o dever legal de reagir, finge não entender


'P es

que a Corte e o Parlamento sofrem ameaças e intimidações


explícitas, inclusive incentivando a morte a queima roupa
lá e

dos filhos dos ministros e estupro de suas filhas4.


ci rv

entretanto, verdadeiros linchamentos virtuais aos desafetos políticos.


O uso de robôs, perfis inautênticos e maciças distribuições de mensa-
do a

gens difamadoras e caluniosas. A Polícia Federal brasileira investiga a


existência do que ficou apelidado de “Gabinete do Ódio”, chefiado
pelos filhos de J. Bolsonaro.
4
As intimidações foram lidas pelo Ministro Alexandre de Moraes, no
Plenário do Supremo Tribunal Federal (STF), no dia 17 de junho
de 2020, no julgamento da Arguição de Descumprimento de Pre-
ceito Fundamental (ADPF) 572, em que foi declarado a legalidade
e a constitucionalidade do Inquérito (INQ) 4781, instaurado para
investigar a existência de ameaças e propagações de notícias frau-
d

dulentas contra o STF, seus ministros e familiares. Ver: Portal STF.


os

Fake news e ataques ao STF: oito ministros votam pela legalidade


da abertura do inquérito. Disponível em: http://portal.stf.jus.br/no-
ticias/verNoticiaDetalhe.asp?idConteudo=445764&ori=1. Acesso
em 11 de julho de 2020; G1. Incitar estupro de filhas de ministros

258
É curioso que há cem anos, na também liberal demo-
cracia da República de Weimar, na Alemanha pré-nazista,
ameaças e intimidações à magistrados e ao establishment não
eram reprimidas, mas contavam com a condescendência e
vista grossa das instituições que deveriam, por deve legal,
defender as instituições democráticas daquele país.
to

O presente artigo pretende discutir como as democracias


liberais permitem o crescimento da intolerância e da radicali-
do

zação que pregam o extermínio da própria democracia liberal.


Ed

Faz-se assim evidenciar que como apontaram teóricos políticos


s

do lastro de Theodor Adorno, Gilles Deleuze, Félix Guattari,


Nicos Poulantz e revolucionários como Clara Zetkin, Palmiro
ito re
os

Togliatti e Antonio Gramsci, o fascismo tem, nas democra-


cias liberais, um ninho propício para seu desenvolvimento.
ra ito

O escopo do presente artigo não é criticar as democracias


di

liberais, mas mostrar que nelas há uma fragilidade que precisa


de atenção. Como ver-se-á adiante, o fascismo não foi um
D sr

sistema político histórico e encerrado, mas uma possibilidade


'P es

sempre eminente das democracias liberais.


Para cumprimento de tal escopo, far-se-ão duas digres-
lá e

sões historiográficas, a atingir propósitos complementares.


Analisar-se-ão similitudes entre as contingências políticas
ci rv

e econômicas da aparição e crescimento do nazifascismo


na Alemanha (1), como no Brasil contemporâneo, desde o
do a

rompimento democrático de 2016 até o tempo presente


(2). Ambos os processos históricos se estruturam dentro da-
quilo que se pode definir por democracia liberal. Ambas as
conjunturas históricas assistiram tomar corpo movimentos
reacionários de classes intermediárias5, com aspirações anti-

não é liberdade de expressão, diz Moraes. Disponível em https://


d

g1.globo.com/politica/noticia/2020/06/17/moraes-vota-pela-le-
galidade-e-continuidade-do-inquerito-das-fake-news.ghtml.Acesso
os

em 11 de julho de 2020.
5
Ver: TOGLIATTI, Palmiro. Lições sobre fascismo. Livraria Ed. Ci-
ências Humanas: São Paulo, 1978; BOITO JR, Armando. Por que

259
proletárias, fruto da crise de representação da burguesia e da
depreciação das instituições políticas fundamentais. Ambos
os sistemas se viram metidos em graves crises econômicas
do capitalismo e, portanto, suas instituições estavam sob
pressão popular, vez que a população quando sob a égide
do medo por não haver sinalização de um futuro estável
to

no horizonte, tende á radicalizações. O medo é inerente


aos contextos liberais, ainda mais sob a bruma do neoli-
do

beralismo, por desestruturar as bases de solidariedade e de


Ed

estabilidade institucionais e econômicas.


s

Aparentemente, o Brasil teria restaurado a legitimidade


ito re

de representação de seu poder executivo quando levou a


os

efeito a eleição de 20186. Inegável que houve um golpe


de Estado em 2016, sob uma forma inédita de rompi-
ra ito

mento, o que vem se definindo terminologicamente pela


di

nomenclatura “golpe jurídico-parlamentar”. A burguesia,


D sr

para manter seus privilégios de classe, não vê problema


em romper com o Estado de Direito, como se constata na
'P es

história recente das ditaduras latino-americanas, sob outros


formatos. Mas como dito, a eleição de 2018, formalmente,
lá e

caracterizar o bolsonarismo como neofascismo. Crítica Marxista,


ci rv

n. 50, pp. 111-119, 2020.


6
Na perspectiva dos autores deste artigo, não houve impeachment
do a

do governo Dilma Rousseff. Perspectiva que tem se consolidado


entre analistas políticos brasileiros, paulatinamente. Forças políticas
oriundas de um pacto do capital internacional, da burguesia nacional
dependente, da grande mídia, do Supremo Tribunal Federal e de
bancadas conservadoras e liberais do parlamento brasileiro lograram
afastar o governo legitimamente eleito, com apoio de movimentos
reacionários das classes intermediárias e da pequena burguesia,
cooptados por grupos e políticos da extrema direita para propiciar
espaço político para execução de reformas neoliberais radicais, o
d

que se consolidaram no governo Michel Temer. Sobre o tema, su-


os

gere-se a leitura da coletânea sistematizada Rompimento Democrático


no Brasil: teoria política e crise das instituições públicas, coordenado por
Lucas Gontijo, José Luiz Quadros e Ricardo Morais, constante nas
referências do presente artigo.

260
reestabeleceria a soberania do povo brasileiro e corrigiria
a deterioração da democracia liberal. Então, seria possível
afirmar que a democracia liberal estaria vigente ou, ao
menos, reconstituindo a si mesma (os retrocessos demo-
cráticos são constantes na história das democracias liberais
latino-americanas).
to

A República de Weimar também não vinha de tempos


tranquilos. Ela, por si só, representava uma ruptura com o
do

Império do Kaiser Guilherme II, em decorrência da derrota


Ed

na Primeira Guerra Mundial. Weimar deveria simbolizar


s

um recomeço para o povo alemão, mas a realidade expe-


rimentada era muito mais complexa e desafiadora.
ito re
os

As eleições no Brasil e promulgação da Constituição


de Weimar são momentos distintos, no Brasil seria retomada
ra ito

da democracia liberal, enquanto na Alemanha se instaura


di

propriamente uma democracia liberal pela primeira vez


em sua história. Mas há duas circunstâncias comuns que
D sr

merecem atenção: a – forte crise econômica do capita-


'P es

lismo e crise das representações burguesas tradicionais; b


– a circunstâncias específicas das democracias liberais, que
lá e

não são capazes de solucionar as contradições do sistema


econômico capitalista.
ci rv

Analisar-se-á, primeiro, o contexto da República de


Weimar, entre os anos 1919 e 1933. Isto é, até a nomeação
do a

de Adolf Hitler, líder do maior partido político da Alemanha


naquele momento, pelo então presidente Von Hindenburg,
como chanceler da república que ele jurara destruir.
O foco dessa análise é perscrutar como se organizou
e se desdobrou o funcionamento de organizações para-
militares dentro do partido nazista, isto é, organizações de
cunho miliciano chamados de Sturmabteilung, daí a sigla S.A.
d

E, depois, como essas organizações serviram de balões de


os

ensaio para formação de outras organizações de opressão,


ainda mais infiltradas no governo e mais elaboradas, como
o Esquadrão de Proteção [Schutzstaffel], reconhecido pela

261
sigla S.S., que por sua vez se subdividiu na S.S. Geral [All-
gemeine-SS] e na S.S. Armada [Waffen-SS], além da Unidade
da Caveira, do Serviço de Segurança, do Centro para Questões
de Raça e Colonização (Rasse-und-Siedlungswesen) e a Gestapo.
Na conclusão do artigo pretende-se deixar claro que
as milícias são compatíveis com o fascismo e o meio pelo
to

qual essa forma de fazer política se estrutura: vigilância


ideológica, uso de intimidação, propagação de discursos
do

de ódio, criação de inimigos a serem exterminados e


Ed

culto à violência em geral. Como será demonstrado, os


s

movimentos e governos nazifascistas crescem por meio


ito re

da mobilização reacionária das classes intermediárias e,


os

para isso, utilizam-se de uma ideologia conservadora


superficialmente crítica, vinculada aos valores das classes
ra ito

intermediárias7. Ver-se-á que não raro, para se estruturar


di

e se manter politicamente, os governos nazifascistas se


D sr

valem de milícias paramilitares ou virtuais.


'P es

2. A FRAGILIDADE DA REPÚBLICA
DE WEIMAR E AS TROPAS DE
lá e

CHOQUE NAZISTAS
ci rv

[...] “dois dias antes daquele crucial fim de se-


mana, o velho e grisalho Marechal-de-Campo
do a

[então presidente da República de Weimar, von


Hindenburg] havia dito ao General von Ham-
merstein que ele ‘não tinha a menor intenção de
fazer daquele cabo austríaco Ministro da Defesa
ou Chanceler do Reich’” (SHIRER, 1963, p.
20 – grifo nosso).

A Constituição da República de Weimar surgiu após


d

6 meses de debates da Assembleia Geral do Povo Alemão,


os

Nesse sentido, ver: BOITO JR, Armando. Por que caracterizar o


7

bolsonarismo como neofascismo. Crítica Marxista, n. 50, pp. 111-


119, 2020.

262
em julho de 1919 e foi ratificada pelo presidente em 31
de agosto daquele ano. Era, no papel, o documento mais
democrático e liberal que já existira no mundo ocidental.
O próprio Max Weber foi um dos assessores da assembleia
constituinte em seu processo de elaboração.
Cheia de dispositivos admiráveis a garantir o funcio-
to

namento de uma democracia supostamente impecável.


Previu-se governar por formação de gabinete, como no
do

regime parlamentarista inglês, mas, para representar o povo,


Ed

havia numa segunda dimensão além do parlamento, a com-


s

posição com um poder executivo forte e popular como nos


EUA, com a eleição de um presidente. Instituiu-se a prer-
ito re
os

rogativa dos referendos, a tomar o exemplo democrático da


Suíça, além de mecanismos e dispositivos de representação
ra ito

proporcional. As eleições eram bienais. Queriam assegurar


di

ao povo domínio constante sobre o Reichtag. O que pôde,


talvez, ter apenas mantido o povo alemão num estado de
D sr

febril agitação política, submetido a eleições sucessivas.


'P es

Não obstante, explicitou-se as garantias individuais na


qualidade de cláusulas pétreas e ampla defesa de direitos
lá e

de consciência, crença, expressão e garantias de liberdade


de imprensa. O estilo literário era tipicamente iluminista,
ci rv

tomado de expressões fortes a garantir que todo poder


político emanava do povo. Sufrágio universal, igualdade
do a

perante a lei, liberdades invioláveis, direito à formação de


associações políticas, até mesmo para pronunciar que uma
vez tomado o poder, extinguiram a forma republicana
democrática, como previa o regimento interno do próprio
Partido Nazista.
Esse governo democrático e liberal, em perspectiva,
era incompatível com a realidade racista, a retórica nacio-
d

nalista e os ressentimentos revanchistas que eram respirados


os

na Alemanha devido à controversa resolução da guerra e


a crise econômica que daí resultara. Ideias conspirativas
pairavam sobre o imaginário do povo alemão, como, por

263
exemplo, a de que foram traídos pelo governo provisório
propositor do armistício, levando a Alemanha a uma ren-
dição sem que ela de fato tivesse sido derrotada em campo
de batalha. É preciso lembrar, também, que a República
de Weimar nasce para recompor um momento de grande
tensão política para além do fim da guerra, porque havia
to

uma tensa disputa de regime político entre o comunismo


soviético e o liberalismo da Europa ocidental. A eminência
do

de uma tomada de poder “espartacista”, chefiada por Rosa


Ed

Luxemburg e Karl Liebknecht, aquecia o ímpeto revolu-


s

cionário ideológico bolchevique no território alemão – o


maior bloco étnico da Europa central -, o que era propício
ito re
os

devido a esse povo encontrar-se demasiadamente assolado


pela miséria e pelas grandes desigualdades sociais.
ra ito

Far-se-á a introdução à tensão experimentada na


di

Alemanha de Weimar por meio da narrativa de um epi-


sódio ocorrido nos anos 1929-30, na pequena cidade de
D sr

Schweidnitz, localizada na Silésia [hoje parte da Polônia].


'P es

Retomar-se-á discussão teórica em seguida.


Muito tempo antes do Partido Nacional-Socialista
lá e

ocupar o governo da então República de Weimar, em


janeiro de 1933, o partido valia-se de mecanismos de in-
ci rv

timidação para fazer política – ou melhor, de impedir que


se prevaleça a política propriamente dita - por meio de
do a

milícias. As tropas de assalto do partido nazista, nominadas


oficialmente por Sturmabteilung, reconhecidas pela sigla S.A.,
constituíam-se de homens recrutados do exército alemão
desmobilizado, após a guerra. Esses grupos paramilitares
tinham função de desestabilizar comícios e reuniões de
partidos rivais, intimidar seus militantes e líderes, por meio
da violência, ameaças e espancamentos ou, quando menos,
d

por meio de empurrões, gritos, vaias e assobios. A missão


os

dessas tropas de broncos revelou-se ainda mais complexa e


profunda, pois nutriam o fanatismo do nacional-socialismo,
transformando-se em um órgão de vigilância ideológica

264
interno, a atestar o nível de comprometimento com o parti-
do, com o radicalismo, como ver-se-á mais detalhadamente
adiante, na conclusão deste artigo.
Pois bem, no dia 12 de junho de 1930, numa sessão
que julgaria atos de violência perpetrados pela S.A., no
Tribunal da cidade de Schweidnitz, o procurador-geral
to

do município estava sendo constrangido pela S.A. a sub-


meter-se a entrar pela porta dos fundos. Depois de muito
do

protestar, conseguiu o procurador-geral do município,


Ed

enfim, entrar pela porta da frente. Mas a sessão do tribunal


s

foi marcada por intimidação das autoridades presentes do


começo ao fim, com gritos e assobios, além de quebras de
ito re
os

normas regimentais. Ações como essa eram frequentes se


os réus provinham do partido nazista.
ra ito

A causa do julgamento teve cena um ano antes, em 27


di

de setembro de 1929, quando a S.A. atacou uma reunião


do Partido Social-Democrata (PSD) nessa mesma cidade,
D sr

Scweidnitz. Havia uma reunião política do PSD no res-


'P es

taurante Volksgarten. Entretanto, 150 membros da S.A. se


infiltraram à paisana, com boinas e braçadeiras ocultadas em
lá e

seus bolsos, a ocupar lugares estratégicos num salão onde


se acomodavam cerca de 800 membros do SPD.
ci rv

Os discursos dos oradores do partido eram interrom-


pidos sistematicamente e cadeiras usadas como tambores
do a

até a situação ficar insustentável, quando se ouviu um grito


de ordem:“Tirem as boinas e ponham as braçadeiras com a
suástica nazista”. Na narrativa de Léon Schirmann, “o pâ-
nico se espalhou, e o público correu para a porta principal,
mas essa foi obstruída com cadeiras. Enquanto tentavam
sair da sala, as pessoas eram espancadas por um grupo de
S.A.” (2009, p.70). Contaram-se dezenas de feridos, alguns
d

em estado grave e, apesar disso, a S.A. ainda saiu a fazer um


os

desfile pela cidade sem que a polícia fizesse coisa alguma.


Fazer vistas grossas, isto é, a cumplicidade da polícia alemã
era algo reconhecido e muito criticado à época.

265
O episódio foi razão de um inquérito, naturalmente
e, no julgamento acima referido, em 1930, o advogado dos
acusados dominava os debates. Nas palavras de Schirmann:
“Não paravam de ironizar os magistrados em alto em bom
som, e seu defensor [Hans Frank, futuro governador-geral
da Polônia ocupada, que mais tarde seria enforcado em
to

Nuremberg] gritava para encobrir a voz do presidente da


corte” (2009, p.71). O tribunal, por fim, limitou-se a aplicar
do

multas irrisórias de algumas dezenas de marcos.


Ed

No julgamento, os acusados negaram as declarações


s

anteriormente prestadas à polícia. Disseram, infamemente,


ito re

que foram à reunião do partido social-democrata por aca-


os

so. Defenderam-se com o argumento de que agiram em


legítima defesa e ao responder o porquê da ocultação das
ra ito

boinas e braçadeiras, além da ocupação de pontos estraté-


di

gicos no salão, limitaram-se a dizer que tudo isso também


D sr

foi mera coincidência e que o PSD seria o agressor. O


surpreendente é que essa argumentação foi aceita por dois
'P es

tribunais sucessivamente8.
Além disso, quando do julgamento dessa demanda
lá e

no tribunal de segunda instância, os membros da S.A. se


apresentaram uniformizados com suas camisas-pardas, o que
ci rv

era contrário à lei da cidade de Breslau. O procurador-geral


do a

também sofreu intimidações durante todo o tempo, sendo


sistematicamente vaiado como se tratasse de uma partida
de futebol. Adolf Hitler, escalado como testemunha pelo
advogado dos réus, passou a guarda de honra da S.A. em
revista antes de entrar, como se fosse composta por milita-
res regulares e ele uma autoridade constituída para tal. O
fato de estarem ilegalmente uniformizados foi contornado
d

com um “acordo” entre as partes envolvidas, em troca de


os

8
O julgamento de segunda instância foi na cidade de Breslau,
quando a pena foi, inclusive, atenuada em relação a pena aplicada
no primeiro julgamento.

266
respeitarem a ordem. A contramanifestação comunista foi
proibida, porém. Isso era comum: ser enérgico contra os
comunistas e leniente com os nazistas. O PSD representou
contra às autoridades do corpo judiciário local, mas nada
disso surtiu efeito. (SCHIRMANN, 2009, p. 73).
Essa narrativa diz muito sobre a áurea política dos anos
to

que antecederam o grande desastre não só para a Alema-


nha mas para todo o mundo: a ascensão do nazifascismo
do

na Europa.
Ed

Mas em que consistiam e como funcionavam as Stur-


s

mabteilung? Como previsto na introdução desse artigo, elas


não são apenas um efeito do partido nazista, mas essência
ito re
os

das práticas políticas dos movimentos e governos nazifas-


cistas. Senão veja:
ra ito

As tropas de assalto do Partido Nazista foram orga-


di

nizadas por Hitler em 1921, em Munique, para atacarem


militantes de outros partidos, embora a justificativa fosse a
D sr

proteção de seus próprios líderes. Seus membros eram re-


'P es

crutados dentre veteranos de guerra, mais precisamente das


chamadas “unidades livres”, que se formavam como milícias
lá e

armadas mercenárias logo após a desmobilização do exército


alemão que combatera na Primeira Grande Guerra. É possí-
ci rv

vel dizer que esse era também o currículo do próprio Hitler,


que deu início à sua carreira política prestando serviços de
do a

delator (dedo duro) de organizações políticas subversivas de


esquerda, ao Reichswehr – exército regular da República de
Weimar – em seu destacamento em Monique.
Hitler nomeou como seu primeiro estruturador um
dos membros fundadores do partido nazista, Ernst Röehm,
quem, mais tarde, em 1934, seria condenado à morte pelo
próprio Führer sob a acusação de traição. Acusação con-
d

troversa, porque há especulações no sentido de que os reais


os

motivos seriam, ao menos, dois: Röehm era demasiadamen-


te popular e poderoso a frente das S.A., o que teria levado
Hitler a querer eliminá-lo para alunar sua concorrência

267
e, também, por ser o organizador das S.A. homossexual.
Hitler não só procurou livrar-se de Röehm, como da
própria S.A, por ser demasiadamente vulgar e popular, a
substituí-la por outras organizações não menos perversas,
só que compostas por membros oriundos de classes sociais
mais abastadas e menos rudes do partido, fazendo confundir
to

os militantes nazistas com o corpo da cúpula das forças


armadas alemãs, como a S.S., a polícia secreta dirigida por
do

Heinrich Himmler9.
Ed

As tropas de choque partidárias não eram uma exceção


s

do nacional-socialismo na época. Como testemunhou Eric


ito re

Hobsbawn, “todos os dias havia batalhas entre as milícias


os

uniformizadas de proteção aos diversos partidos. Somente


em julho [de 1932] morreram 86 pessoas, principalmente
ra ito

nos entreveros entre nazistas e comunistas, e o número de


di

feridos graves atingiu centenas” (HOBSBAWN, 2002, p.


D sr

76). O que caracteriza a S.A. do partido nazista é que além


de fanáticos e dispostos à violência, podem ser entendidos,
'P es

como assinala Hannah Arendt, como o coração do par-


tido. A mobilização contínua da Sturmabteilung mantinha
lá e

um sistema de prova de comprometimento radical com a


ideologia do partido, sendo não apenas o braço armado,
ci rv

paramilitar, mas seu referencial e seu modo específico de


do a

fazer política: culto a violência e construção de adversários


a serem eliminados (ARENDT, 1997, pp. 417 e segs.).
A S.A., transitava facilmente e frequentemente para
a ilegalidade, cometendo delitos sucessivos. Funcionava,
sem dúvida, como uma força assassina, levando centenas

O quadro de dirigentes da Sturmabteilung era composto quase que


9

exclusivamente por membros do partido que já tinham demostrado


d

desapego à lei. Quase todos tinham experimentado temporadas em


os

penitenciárias. Um de seus primeiros dirigentes, Emil Maurice,


havia sido sentenciado à prisão por ter cometido diversos tipos de
crimes. Johann Ulrich Klintzich, um de seus mais celebres capitães,
sentenciado por assassínio.

268
de opositores ao desaparecimento. O grupo mobilizado
pela intolerância, contava com a tolerância da democracia
liberal alemã. Na análise de William Shirer, um dos mais
reconhecidos historiadores do III Reich, Hitler “não teria
podido, certamente, levar avante os seus métodos de ter-
ror e intimidação, sem que contasse com a tolerância do
to

governo e da polícia bávara” (1963, p. 72). Suas ações não


eram periféricas ao partido, mas seu método mais reve-
do

lador. Não por coincidência, a primeira prisão de Hitler


Ed

se deu, inclusive, por uma ação da S.A., o espancamento


s

do adversário político do PSD, o orador Ballerstedt. Hi-


tler, apontado como mandante do crime, foi condenado
ito re
os

a quatro meses de reclusão, dosimetria de pena que, por


pressões políticas e protestos de seus partidários, acabou
ra ito

por ser reduzida para apenas um mês de prisão. (SHIRER,


di

1963, p. 78). Hitler aproveitou essa prisão para escandalizar


seu vitimismo e deixou claro a conivência das autoridades
D sr

judiciárias alemãs com seu radicalismo.


'P es

Por outro lado, a lógica paramilitar da S.A. foi a matriz


da S.S. e de todas suas ramificações, ou seja, métodos de
lá e

aparelhamento do Estado a forçá-lo a compactuar com


ilegalidades, opressões e repressões dos adversários, além
ci rv

de vigilância e controle dos próprios partidários. Logo, a


S.A. pode ser interpretada como forma essencial de se fazer
do a

política ao modo nazifascista.


É de se ponderar que as causas dessa tática política
de se constituir organizações paramilitares se tornou fértil
porque o ambiente do início dos anos 20 do século XX lhe
eram propícios. Para compreender melhor o contexto em
que uma estratégica política de intimidação e violência se
torna opção, faz-se preciso desvendar as causas das tensões
d

sociais daquele tempo. A primeira delas é a crise econômica


os

capitalista experimentada pela Alemanha logo depois dos


grandes prejuízos causados pela Primeira Grande Guerra
Mundial. As pesadas indenizações que o Tratado de Ver-

269
salhes impôs ao povo alemão motivou tenebrosa recessão
financeira. Com certa retomada do crescimento, após 1922,
o apelo pelo radicalismo nazista arrefeceu-se e em 1928 a
Alemanha estava quase livre desse tipo de postura política
com apenas 2,5% do Reichtag ocupado pelos nacional-so-
cialistas, isto é, apenas 12 cadeiras do parlamento. Mas com
to

a quebra de bolsa novaiorquina em 1929, outra crise do


capitalismo, que afetou a Alemanha sobremaneira e com a
do

implementação do Plano Young, que previa reorganização


Ed

e intensificação das indenizações de guerra para os países


s

vencedores, novamente a conjuntura se tornou propicia aos


filhos do medo, levando a um crescimento exponencial de
ito re
os

seus quadros no cenário daquele país. Em 1930 elegeram


107 representantes e em 1932 chegaram a 230 cadeiras10.
ra ito

Em 1931 a insolvência foi tamanha que a Alemanha se viu


di

forçada a decretar a Moratória de Hoover. No ano seguinte,


os nacional-socialistas capitalizam reconhecer a si mesmos
D sr

como o maior partido político dentro da fatídica crise,


'P es

enquanto o desemprego na Alemanha chegou a 44%. Na


escrita de Hobsbawn, quando a República de Weimar pa-
lá e

receu se afirmar, entre 1922 e 1929,“a ultradireita lunática


parecia virtualmente extinta. Mas Wall Street e à Grande
ci rv

Depressão os ressuscitaram” (2002, p. 65).


Paralelamente, há que se pensar em como forças ide-
do a

ológicas foram movidas neste contexto. Os nazistas ali-


mentam sistematicamente e reiteradamente ressentimentos,
vitimismos, discursos de ódio, especialmente de classes
intermediárias. Os recalques são propícios aos afastamentos
das obstruções éticas e caminho aberto para aceitação de
um estado generalizado de exceção, abrindo uma fresta
d

10
“Em 1928, conquistara apenas doze cadeiras no Reichstag; em 1930,
os

cento e sete e em 1932, duzentas e trinta. Por essa ocasião, toda a


estrutura da Alemanha já tinha sido minada pelos diretórios distritais
e pela disciplina do Partido Nacional Socialista” (CHURCHILL,
1948, p. 55).

270
para a ascensão de criminosos. Nessas configurações, os
movimentos e governos nazifascistas se impõem como
solução, enquanto são sintomas. Nesta explicativa passagem,
Hobsbawn dá conta do que era viver na muitíssimo frágil
República de Weimar, sem futuro:
to

Para aqueles que não viveram a “Era da Catás-


trofe” do século XX na Europa Central é difícil
do

compreender o que significa viver num mundo


Ed

que simplesmente não se imaginava que fosse


durar, algo que na verdade não poderia ser consi-
s

derado um mundo, mas meramente uma transição


ito re

entre um passado morto e um futuro que ainda


os

não nascera, [...]. Em nenhum lugar isso era tão


perceptível quanto na moribunda República de
ra ito

Weimar (HOBSBAWN, 2002, p. 65).


di

Sucessivas crises políticas, inflação escorchante, de-


D sr

semprego atingindo quase metade da população alemã, os


nazifascitas martelando em todas as oportunidades ranços
'P es

reacionários associados ao vitimismo, além, é claro, de


apontar supostos culpados, quais sejam, os “traidores da
lá e

pátria”: comunistas e judeus, levaram o Terceiro Reich a


ci rv

autoproclamar-se em 30 de janeiro de 1933.


Não se pode subestimar o quanto a propaganda destes
do a

discursos falaciosos foi decisiva. Constituem, sabidamente,


mentiras (fake-news), mas sem dúvida foram eficientes. A
primeira mentira que se deve analisar é a de que o exér-
cito alemão não teria sido vencido no campo de batalha,
mas fora “apunhalado pelas costas”, na própria Alemanha,
pelos traidores facilmente identificáveis. Segundo a orató-
ria dominante na época, o governo provisório estava sob
d

influência de intelectuais judeus.


os

Mas isso não passava de uma crença fanática, capaz de


mobilizar de forma reacionária as classes intermediárias, es-
pecialmente a pequena burguesia e as classes médias.Todos

271
sabiam de que o reconhecidíssimo General Ludendorff,
o todo poderoso chefe do Alto Comando do Exército
alemão, em 28 de setembro de 1918 pedia um armistício
imediato. Em decorrência disso, outra reconhecida e amada
personalidade do povo alemão, o Marechal-de-Campo von
Hindenburg, em 2 de outubro, pediu ao Kaiser Guilherme
to

II cessar o confronto. O Kaiser reconheceu a necessidade


incontornável de fazê-lo e fugiu da Alemanha. Nada disso
do

era desconhecido pelo povo alemão. Mas a insistência na


Ed

versão de “traidores da pátria”, repetida milhares de vezes,


s

como diagnosticara, mas tarde, o próprio Göering, fazia


da lenda da “apunhalada pelas costas” a verdade. Era, cer-
ito re
os

tamente, uma fraude, como demonstra William L. Shirer,


mas os nominados “criminosos de novembro” foram ins-
ra ito

trumentalizados por Hitler massivamente. Criminalizar os


di

adversários, mesmo sem qualquer prova ou consistência,


era uma estratégia que funcionava. O próprio Winston
D sr

Churchill, na sua narrativa da II Guerra Mundial, assim


'P es

resume a conspiração:“A Alemanha tinha sido apunhalada


pelas constas e derrubada pelos judeus, pelos aproveitadores
lá e

e intrigantes da retaguarda, pelos malditos bolchevistas,


em sua conspiração internacional de judeus intelectuais”
ci rv

(CHURCHILL, 1948, p.50).


Além dos supostos inimigos judeus e tecnocratas do
do a

povo alemão, a Baviera, berço do nazifascismo, vivia uma


atmosfera em que os nacional-socialistas julgavam mais
perigosa: a ameaça comunista. Isto porque, em novembro
de 1918, o rei de Wittelsbach abdicara e assim, a Baviera
caíra nas mãos dos socialdemocratas, sob o mote de se
formar o Estado do povo bávaro, sob o governo de Kurt
Eisner, que por sua vez era também judeu. A república
d

socialdemocrata bávara durou pouco porque Eisner mor-


os

re assassinado por um agente da extrema direita, o conde


Anton Arco-Valley. Em decorrência do assassinato ter sido
feito pelas forças conservadoras bávaras, o efeito desse ato

272
foi arrastar a Baviera para uma república soviética. O que
também foi muito breve, pois em primeiro de maio de 1919,
tropas regulares do exército alemão depuseram o regime
soviético, massacrando vararias centenas de pessoas. Com
a deposição dos soviéticos, Johannes Hoffmann assume o
governo bávaro e o conduz a uma política radical de direita.
to

É sob essa atmosfera de perseguição aos comunistas que


Adolf Hilter tem acesso ao Reischwehr - o exército regular
do

alemão, em sua unidade na Baviera –, participando do seu


Ed

órgão de “educação política”, como espião, a infiltrar-se em


organizações políticas para depois entregá-las às autoridades
s

bávaras, como já disposto acima.


ito re
os

Um dos partidos qual Hitler espionou, em setembro


de 1919, foi o originalmente denominado “Partido dos
ra ito

Trabalhadores Alemães”. Ao saber que a expressão ‘traba-


di

lhista’ em nada remetia, no caso desse pequeno partido, à


esquerda, mas tão somente um apelo à adesão das massas,
D sr

interessou-lhe11. Por ser composto de nacionalistas ressen-


'P es

tidos e antissemitas e, sobretudo, francamente alinhados à


ideologia direitista, essa agremiação abrigou a iniciante
lá e

carreira política do futuro Führer da Alemanha. O nome


“Partido Nacional-Socialista dos Trabalhadores Alemães”,
ci rv

sigla N.S.D.A.P., foi a nomenclatura nova dada por Hitler


a esse partido em 1921, momento em que também se
do a

instituiu a S.A.. As expressões “socialista” e “trabalhadores”


serviam apenas retoricamente para atrair as massas às fileiras
do partido. Os primeiros quadros desse partido partiam,
em sua maioria, das chamadas “Unidades Livres”, isto é,
milícias armadas que surgiam em toda Alemanha, sendo
equipadas secretamente pela própria Reichswehr (SHIRER,
1963, p. 64). É possível sustentar que o próprio Hitler é
d os

11
A percepção de atrair as massas com a palavra “trabalhadores” era
parte do ideário do fundador do partido, Anton Drexler. Drexler
nutria, também, ódio à burguesia, o que era compartilhado por
muitos militantes políticos da época.

273
um típico recrutado dessas milícias. Depois de ter vivido
literalmente como um vagabundo em Viena, fazendo ser-
viços esporádicos de pintor de parede, teve a guerra que o
alçou à condição de soldado e, depois, obteve a patente de
cabo. Quando terminou a guerra, viveu prestando serviços
qualificado como homem de armas, pois foi assim que con-
to

seguiu o posto de vigia de penitenciária em Berlin, durante


o inverno de 1918-19.Voltando à Monique, na primavera
do

de 1919, conseguiu destacar-se perante os comandantes da


Ed

Reichswehr, como relata Shirer, por manifestar-se antisse-


s

mita. Daí o comando distrital do exército de Munique o


ito re

contratar como “dedo duro”, a encaixá-lo em seus quadros


os

de milicianos informais12.
Na democracia liberal alemã dos anos 20, ponti-
ra ito

lharam-se dezenas de agremiações políticas de todas as


di

frentes ideológicas. O partido nazista era apenas mais um


D sr

dentre muitos com tendências autoritárias, antissemitas e


ultranacionalista. Mas há uma peculiaridade no N.S.D.A.P.
'P es

Como dispõe Hannah Arendt, a história do partido nazista


pode ser contada em termos de novas formações dentro
lá e

do movimento da S.A. As tais Tropas de Assalto formavam o


núcleo radical dentro do próprio partido nazista. A S.S. só
ci rv

foi fundada em 1926, a partir da elite da S.A.Três anos de-


do a

pois, a S.S. foi separada da S.A. e colocada sob o comando


de Himmler. Testando a estrutura miliciana das Tropas de
Choque [Verefügungstruppe], o partido nazista desdobrou-se
sequencialmente. Seguindo a autora, sabe-se que logo
depois da S.S. vieram as Unidades da Caveira, criadas para
guardarem os campos de concentração pré-guerra, cria-
dos para prender e assassinar adversários políticos. Ainda
d os

Essa é também tanto a narrativa de Churchill como a de Heiden


12

sobre como o cabo Hitler consegue empregar-se na condição de


“oficial de educação política, em verdade, delator de organizações
políticas de esquerda (CHURCHILL, 1948, pp. 50-51).

274
seguindo as subdivisões da Tropa de Choque, o próprio
Himmler fundará as S.S.-Armada [Waffen-SS] e, ainda, o
Serviço de Segurança, que funcionava como serviço de es-
pionagem ideológica do Partido. Isto é, uma organização
de matriz paramilitar, ainda, de controle sobre o nível de
radicalização e comprometimento dos próprios parti-
to

dários. Por fim, Arendt descreve outras duas subdivisões


dedicadas à vigilância disciplinar, que eram a Exstucart
do

(política de população negativa) e o Rasse-und-Siedlungswe-


Ed

sen (Centro para Questões de Raça e Colonização). Todos, de


s

uma forma ou de outra, decorrentes da Allgemeine-SS (S.S.


Geral), tento todas as organizações o espírito miliciano,
ito re
os

secreto, marginal à lei, que têm por gênese a ancestral S.A.


(ARENDT, 1997, p. 418).
ra ito

É fundamental notar que as organizações paramilitares


di

se confundem com o partido, ou melhor, seus quadros saem


do âmago do partido. O aparelhamento do Estado alemão
D sr

foi feito por uma lógica hierárquica miliciana.


'P es

Uma das mais importantes conclusões de Arendt ao


analisar o funcionamento das milícias nazifascistas é que
lá e

o objetivo principal dessas organizações não era agredir


outros partidos e defender os seus membros, embora esse
ci rv

fosse o pretexto.“A natureza paramilitar dos grupos de elite


nazistas e fascistas resultou do fato de terem sido fundados
do a

como ‘instrumentos para a luta ideológica do movimen-


to’” (ARENDT, 1997, p. 419). Na lógica nazifascista, o
inimigo comum se quer precisa existir, basta a construção
de um imaginário apropriado como elo motivador entre
os membros da massa reacionária13.
A Gestapo não se distanciará desse pressuposto ideo-
lógico, disciplinar e opressor, naturalmente sempre partin-
d

do a repressão física. Sua tática é a intimidação por meio


os

13
Ver: ADORNO,Theodoro. Ensaios sobre psicologia social e psica-
nálise. São Paulo: Editora Unesp, 2015.

275
de denúncias e espionagem, mas o efeito é a eliminação
não só de opositores, mas de supostos traidores. O que
se denominou Gestapo [Geheime Staatspolizei], isto é, a
polícia secreta de Estado, estava sob a administração geral
da S.S. Por isso a Gestapo era considerada uma Tropa de
Proteção [Schutzstaffel].
to

A conclusão de Arendt demonstra que a violência or-


ganizada de cunho miliciano infiltrada nos corpos policiais
do

do próprio Estado tem duas características básicas, a primeira


Ed

é a cumplicidade em atos ilegais. A segunda é a manuten-


ção de uma espécie de guerra civil por meio de ameaças
s

e chantagens.Vale a pena transcrever as palavras da autora:


ito re
os

A criação de condições artificiais de guerra


civil, através das quais os nazistas exerceram
ra ito

chantagem até subir ao poder, não pretende


di

apenas provocar desordens. Para o movimento,


a violência organizada é o mais eficaz dos muros
D sr

protetores que cercam o seu mundo fictício, cuja


“realidade” é comprovada quando um membro
'P es

receia mais abandonar o movimento do que


as consequências de sua cumplicidade em atos
lá e

ilegais, e se sente mais seguro como membro


do que como oponente. Esse sentimento de
ci rv

segurança, resultante da violência organizada


com a qual as formações de elite protegem os
do a

membros do partido contra o mundo exterior,


é tão importante para a integridade do mundo
fictício da organização quanto o medo do seu
terrorismo (ARENDT, 1997, pp. 422-423).

Feitos esses apontamentos circunscritos à realidade


nazista alemã sobre como as estruturas milicianas e para-
militares não só se infiltraram, mas dominaram o cenário
d

político no período, far-se-ão, no próximo seguimento,


os

algumas breves análises da atmosfera fascista que o Brasil


se enredou, um século a frente, mas com várias similitudes
a serem observadas.

276
3. O FASCISMO CONTEMPORÂNEO
E A CONJUNTURA BRASILEIRA
Na noite do dia 13 de junho de 2020, o grupo
autonomeado “300 do Brasil”, composto por
apoiadores do presidente Jair Bolsonaro, a empu-
nhar tochas que lembravam as manifestações da
to

Ku Klux Klan, lança fogos de artifícios contra o


prédio do Supremo Tribunal Federal. Os agres-
do

sores “ofenderam com xingamentos pesados os


Ed

ministros da Corte, inclusive o presidente Dias


Toffoli. Em tom de ameaça, perguntavam se os
s

ministros tinham entendido o recado e manda-


ito re

ram que eles se preparassem”14.


os

Antes de adentrar na realidade brasileira, faz-se neces-


ra ito

sário deixar claro que, apesar da digressão historiográfica


di

do tópico anterior, fascismo não pode ser compreendido


como mero período histórico, mas como um movimento
D sr

político que pode acarretar ou não em uma ditadura fascista


'P es

na atualidade, a depender da correlação de forças. Ao afastar


a dimensão temporalizada do fascismo, é possível buscar o
lá e

que é essencial ao fenômeno, levando em consideração que


cada realidade nacional e histórica acarretará características
ci rv

próprias, efeito das condições materiais do seu tempo.


Partindo desta compreensão, busca-se demonstrar que,
do a

além de surgirem em situações de crises econômicas capita-


listas, um fator essencial dos movimentos e regimes fascistas,
é a mobilização reacionária das camadas intermediárias
da sociedade capitalista, por meio de milícias ideológicas,
que mantém a coesão de seus seguidores, fomentando a
polarização política e ideológica conservadora, em especial,
d

ao prover o culto à violência, à intimidação dos adversários


os

14
Fonte PORTAL G1, acessado em 21/09/2020: https://g1.globo.
com/politica/noticia/2020/06/14/grupo-de-apoiadores-de-bol-
sonaro-lanca-fogos-de-artificio-contra-o-predio-do-stf.ghtml.

277
políticos e institucionais. Ressalta-se que os movimentos
fascistas nascem da mobilização das camadas intermediárias
da sociedade capitalista, como classe média e pequenos
burgueses, mas são cooptados por frações reacionárias da
burguesia, que permitem a ascensão de suas estruturas
ideológicas ao poder (BOITO JR, 2020).
to

Na Cerimônia de Posse, no Congresso Nacional, o


presidente Jair Bolsonaro convocou, em seu discurso15, os
do

congressistas para missão de restaurar e libertar o país da


Ed

“corrupção, da criminalidade, da irresponsabilidade eco-


s

nômica e da submissão ideológica”. Afirmou que iria unir


o povo, por meio da valorização da família, do respeito
ito re
os

às religiões e da “nossa” tradição judaico-cristã. Propôs o


combate à ideologia de gênero, para conservar “nossos”
ra ito

valores. Ainda, assumiu o compromisso de colocar o “Brasil


di

acima de tudo e Deus acima de todos” e de garantir que


o “cidadão de bem” disponha de meios para se defender”.
D sr

Percebe-se que, assim como na campanha eleitoral,


'P es

em seu discurso de posse, o Presidente mobilizou sua


base eleitoral a partir da exaltação de valores conser-
lá e

vadores típicos das classes intermediárias da sociedade,


especialmente da classe média brasileira, e do ataque as
ci rv

políticas, políticos, partidos e ideologias típicas da classe


trabalhadora. Bolsonaro também propôs uma economia
do a

liberal e desregulada, além de focar na segurança pública


e no armamento dos cidadãos. Com isso, unificou o libe-
ralismo e conservadorismo por meio da defesa a família
tradicional heteronormativa e supostamente cristã, asso-
ciando a liberalização econômica ao conservadorismo e

Ver: Discurso do Presidente da República, Jair Bolsonaro, du-


15
d

rante Cerimônia de Posse no Congresso Nacional, disponível


os

em: https://www.gov.br/planalto/pt-br/acompanhe-o-planalto/
discursos/2019/discurso-do-presidente-da-republica-jair-bolso-
naro-durante-cerimonia-de-posse-no-congresso-nacional. Acesso
em 11 de julho de 2020.

278
os problemas do país aos desvios progressistas (NETTO,
CAVALCANTE & CHAGURI, 2019, p. 2).
Para discussão deste artigo, focar-se-á no discurso arma-
mentista e na intimidação de opositores políticos e institu-
cionais do governo Bolsonaro por meio de milícias virtuais.
Eleito com apoio de atiradores, caçadores e milicianos, o
to

presidente se dedica a ampliar o acesso às armas de fogo.


Apesar de ter tido alguns decretos revogados, o governo
do

conseguiu estender para civis o acesso a armas que antes


Ed

estavam restritas à militares e policiais e conseguiu expandir


s

o número de armas e munições para atiradores e caçadores16.


ito re

Se no discurso demagógico o governo afirma que a posse


os

de armas de fogo serve para proteção do cidadão, na reunião


ministerial, do dia 22 de abril de 202017, ficou claro sua de-
ra ito

fesa explícita a desobediência civil armada. Ao comentar as


di

medidas de isolamento social, em virtude da pandemia do


D sr

coronavírus, imposta por prefeitos e governadores, amparados


por recomendações de órgãos nacionais e internacionais da
'P es

área da saúde, como a própria OMS, o Presidente alegou


que gostaria de armar a população, pois assim os cidadãos
lá e

poderiam descumprir os decretos municipais e estaduais.


Além dos discursos em prol da desobediência, desde
ci rv

o início da pandemia do coronavírus no Brasil, que até


do a

meados de julho de 2020, já havia provocado mais de


75 mil mortes, o Presidente participou de diversas ma-
nifestações antidemocráticas18, descumprindo, ao mesmo
16
Ver: CRUZ, Isabela. Qual o impacto da política de armas do governo
Bolsonaro. Nexo. Disponível em: https://www.nexojornal.com.br/
entrevista/2020/06/14/Qual-o-impacto-da-pol%C3%ADtica-de-
-armas-do-governo-Bolsonaro1. Acesso em 11 de julho de 2020.
d

17
A descrição da reunião compõe o LAUDO Nll 1242/2020 -INC/
DITEC/PF, do Inquérito nº 4831-STF (http://portal.stf.jus.br/
os

processos/detalhe.asp?incidente=5899439).
18
Ver: G1. Bolsonaro descumpre monitoramento por coronavírus,
participa de ato e cumprimenta apoiadores no DF. Disponível em

279
tempo, as normas sanitárias e a constituição brasileira, vez
que participar de manifestações contrárias às instituições
democráticas, insinuando e mobilizando os cidadãos para
o fechamento do Congresso e do STF, configura crime
contra democracia.
O ataque às instituições democráticas não vem apenas
to

do Presidente. Como exemplos, na reunião ministerial


do dia 22 de abril de 2020, o então ministro da educa-
do

ção, Abraham Weintraub, disse que, por ele, botava todos


Ed

os “vagabundos” na cadeia, começando pelos ministros


s

do STF. Também alegou odiar o partido comunista e o


termo “povos indígenas”, pois só teria “um povo nesse
ito re
os

país”. Intimidações ao STF já eram expressas desde 2018


e 2019, quando o General Villas Bôas, se posicionou, em
ra ito

datas próximas aos julgamentos pelo STF sobre prisão em


di

segunda instância, de maneira a enquadrar os ministros da


corte, apontando o posicionamento do exército e citando
D sr

possível convulsão social a depender da posição do STF.


'P es

As posições têm incentivado os ataques aos membros


do STF e do Congresso Nacional por parte da população.
lá e

Além das manifestações com pedido de fechamento do


Congresso Nacional e do STF, os ministros estão sendo
ci rv

agredidos diariamente por milícias virtuais, que colocam


em risco a integridade dos mesmos e de seus familiares,
do a

por meio de notícias fraudulentas, ameaças e ofensas, a


atingir a instituição e o Estado Democrático de Direito. Os
ataques estão sendo investigados no Inquérito (INQ) 4781
do STF e espera-se que as investigações possam contribuir
na elucidação das ações das milícias virtuais nas eleições

https://g1.globo.com/politica/noticia/2020/03/15/mesmo-com-
d

-recomendacao-de-monitoramento-por-coronavirus-bolsonaro-
os

-participa-de-carro-de-ato-em-brasilia.ghtml. Acesso em 11 de
julho de 2020; O GLOBO. Bolsonaro ultrapassa limites e desafia o
estado de direito. Disponível em https://oglobo.globo.com/opiniao/
bolsonaro-ultrapassa-limites-desafia-estado-de-direito-1-24382334.

280
presidenciais de 2018 (as eleições foram permeadas pela
disseminação de notícias fraudulentas - fake news- sobre
políticos e partidos da oposição, especialmente sobre par-
tidos de centro-esquerda e esquerda).
Destaca-se, ainda, o envolvimento da família Bolsonaro
com milicianos (organizações criminosas formadas por
to

ex-policiais e militares), especialmente no Estado do Rio


de Janeiro. Adriano da Nóbrega, ex-capitão do Batalhão de
do

Operações Especiais (Bope), morto em operação policial,


Ed

em 2020, suspeito de coordenar o Escritório do Crime, que foi


s

responsável por dezenas de homicídios, e por envolvimento


com jogo do bicho, foi homenageado publicamente, mais
ito re
os

de uma vez, pela família Bolsonaro. Em 2003, o deputado


estadual Flávio Bolsonaro prestou uma moção de louvor
ra ito

a Adriano da Nobrega e, em 2005, concedeu a mais alta


di

honraria da Assembleia Legislativa do Estado do Rio de


Janeiro - ALERJ ao policial que não pode receber a comen-
D sr

da porque estava preso, acusado de matar um guardador de


'P es

carros que havia denunciado o grupo miliciano. No final


de 2005, Adriano da Nobrega foi condenado por homi-
lá e

cídio em júri popular e, após quatro dias da condenação,


o então deputado Jair Bolsonaro, discursou em defesa do
ci rv

ex-capitão na Câmara dos Deputados.


Adriano da Nobrega estava sendo investigado no Rio
do a

de Janeiro, na operação nominada Intocáveis, coordenada


pelo Gaeco. Além de Adriano da Nobrega, Fabrício Quei-
roz também foi denunciado na mesma operação, em 2003.
Em 2007, Fabrício Queiroz, já expulso da polícia, começou
a trabalhar no gabinete do então deputado Flávio Bolsonaro.
Daniele Mendonça, ex-mulher de Adriano, também foi
contratada como assessora do gabinete. Em 2013, Adriano
d

foi expulso da Polícia Militar do RJ, suspeito de envol-


os

vimento em jogo do bicho. Três anos depois, Raimunda


Magalhaes, mãe de Adriano, foi nomeada como assessora
de Flávio Bolsonaro.

281
No final de 2018, foi iniciada nova investigação para
apuração de desvio de recursos no gabinete do então de-
putado Flávio Bolsonaro19. No começo de 2020, Adriano
da Nobrega foi encontrado em um sítio de um vereador
do PSL de Esplanada, na Bahia (ex-partido do Presidente
Bolsonaro). Em junho de 2020, no desenrolar da investi-
to

gação sobre supostas “rachadinhas” da ALERJ, Fabrício


Queiroz foi preso, após ser localizado na casa do advogado
do

do Presidente Bolsonaro e de seu filho Flávio Bolsonaro20.


Ed

Como se não bastasse, no decorrer das investigações


s

da Operação Intocáveis, novas operações surgiram, e de-


ito re

sencadearam na prisão de Ronnie Lessa e Elcio Queiroz,


os

acusados do assassinato da vereadora Marielle Franco e do


motorista Anderson Gomes, em 14 de março de 201821.
ra ito

Marielle Franco era mulher preta, mãe, lésbica, nascida e


di

criada na favela da Maré, defensora dos Direitos Humanos


D sr

e Vereadora da Câmara do Rio de Janeiro pelo PSOL.


Embora, a princípio, a organização do movimento
'P es

bolsonarista, de cunho fascista, ainda seja um movimento


lá e

19
Ver: G1. Adriano da Nóbrega era suspeito de chefiar matado-
res, foi expulso da PM e homenageado 2 vezes por Flávio Bol-
ci rv

sonaro. Disponível em: https://g1.globo.com/rj/rio-de-janeiro/


noticia/2020/02/10/adriano-da-nobrega-era-suspeito-de-che-
do a

fiar-matadores-foi-expulso-da-pm-e-homenageado-2-vezes-por-
-flavio-bolsonaro.ghtml
20
Ver: FOLHA. Fabrício Queiroz é preso em SP na casa de advogado
de Bolsonaro e de seu filho Flávio Disponível em: https://www1.
folha.uol.com.br/poder/2020/06/fabricio-queiroz-e-preso-em-
-operacao-da-policia-civil-e-do-mp-de-sao-paulo.shtml
21
G1. Major da PM e mais 4 são presos em operação contra milícia
que age em grilagem de terras no RJ. Disponível em https://g1.
globo.com/rj/rio-de-janeiro/noticia/2019/01/22/operacao-mira-
d

-grilagem-de-terras-pela-milicia-na-zona-oeste-do-rio.ghtml; G1.
os

Polícia e MP prendem 33 em operação contra a milícia na Zona


Oeste. Disponível em: https://g1.globo.com/rj/rio-de-janeiro/
noticia/2020/01/30/policia-e-mp-fazem-operacao-na-zona-oes-
te-do-rio.ghtml.

282
frouxo, com atuação predominantemente por redes sociais
e pouco organizado (BOITO JR, 2020), ou seja, ainda
não apresenta uma organização de massa ou um partido
de massa organizado com milícias paramilitares, como
aconteceu no movimento fascista alemão, a hipótese não
pode ser descartada, mesmo que na atual conjuntura ainda
to

não seja o mais provável. A avassaladora crise econômica


agravada pela pandemia de coronavírus e pela ineficiência
do

das políticas econômicas do governo federal abrem espaço


Ed

para que movimentos fascistas se fortaleçam, inclusive com


s

a disseminação de milícias paramilitares, que já contam com


ito re

mais acesso às armas de fogo. Ao mesmo tempo, é possível


os

que a ineficiência governamental e as mobilizações demo-


cráticas antifascistas ganhem força. O campo está em disputa.
ra ito
di

4. CONCLUSÃO
D sr

Em nenhum momento este artigo procurou criticar


o valor da democracia.Traços fundamentais da democracia
'P es

são exatamente tudo aquilo que é preciso para estancar e


combater a formação de grupos milicianos: a transparência,
lá e

a autolimitação do poder, a ética republicana preocupada


ci rv

em garantir a impessoalidade das gestões públicas, além do


combate a inobservância da lei. Entretanto, é preciso fazer
do a

saber que as democracias liberais, por garantirem a livre


associação política, a liberdade de consciência, de expressão,
de credo, também abrem, paralelamente, fissuras para o de-
senvolvimento de organizações políticas perversas, muitas
vezes com tendência a manutenção de práticas criminosas
que não só podem se infiltrar, como também dominar o
quadro político. Não que isso seja efeito das democracias
d

liberais, mas sua perversão. No entanto, perversão sempre


os

possível e eminente.
Quando a crise política e econômica é aguda, a bur-
guesia não vê problemas em cooptar e mobilizar movi-

283
mentos fascistas a revogar o Estado de Direito para manter
seus interesses de classe. Por isso é necessário refletir sobre
a fragilidade das democracias liberais e suas relações com
o fascismo estrutural.
Há que se lembrar de que o partido do nacional-so-
cialismo chegou ao poder democraticamente na Alema-
to

nha, por nomeação do presidente da República eleito, no


exercício de suas faculdades constitucionais. O cabo Hitler
do

era o líder do partido político com o maior número de


Ed

deputados eleitos pelo voto popular naquele momento


s

histórico. Entretanto, as complexas contingências da época,


crise econômica, medo, ressentimentos, uso de mentiras
ito re
os

– embora absurdas – mas massivamente repetidas para o


povo alemão, propiciaram conjuntura favorável ao radica-
ra ito

lismo de extrema direita. Somando-se ao radicalismo que


di

em si mesmo era apenas um elemento possível dentro do


contexto democrático liberal, havia este outro elemento
D sr

intruso, mas sempre propício quando os fins justificam os


'P es

meios: organizações milicianas.


Por isso, é preciso compreender que as milícias não
lá e

decorreram do movimento nazifascista, são sua própria gê-


nese. São elas as responsáveis por manter vivo a mobilização
ci rv

de base de caráter reacionário, autoritário, alimentando o


desprezo pela lei, atacando os movimentos proletários e às
do a

organizações democráticas, além de utilizar-se da lógica


patrimonialista. Esses são os ingredientes para as milícias
nazifascistas tomarem corpo, tanto milícias paramilitares
como virtuais.
Nesse sentido, é preciso refletir em que consistem e
o que fazem as organizações milicianas, isto é, essa mo-
dalidade específica de crime organizado. As milícias são
d

organizações criminosas que se fazem infiltrar em sistemas


os

políticos e sociais com intenção de proveito econômico.


Atuam por meio da intimidação, da extorsão e forçam
monopólio de alguns esquemas que propiciam renda. Com

284
efeito, são organizações tipicamente mafiosas, mas com
uma peculiaridade a ser ressaltada, usualmente provem de
contingentes egressos de forças militares, polícias, daí seu
caráter paramilitar.
Usualmente impõem contribuições compulsórias sob
a alegação de que algum serviço estaria sendo prestado em
to

troca, como proteção ou eliminação de eventuais crimi-


nosos, mas é crua extorsão. Como as estruturas mafiosas,
do

gerenciam negócios, constroem rígidos sistemas hierárqui-


Ed

cos, seus agentes podem ser lidos como “empresários” do


s

crime. O que este artigo destaca é que as milícias, não raro,


ito re

se infiltram na política e na vida social. Enxergam o Estado


os

como um nicho para proveito próprio ou enriquecimento.


Um miliciano eleito, ou um representante das milícias
ra ito

eleito para algum cargo público legislativo ou executivo,


di

procura relacionar caserna e política. Isso porque a caserna,


D sr

o batalhão, as armas em geral, lhe são garantia de autorita-


rismo. No imaginário do miliciano, hierarquia, violência
'P es

e lealdade são os códigos decisivos. Os movimentos fas-


cistas podem se valer dessa relação entre poder político e
lá e

uso emblemático das forças militares. Hitler na Alemanha,


Mussolini na Itália, Franco na Espanha, Perón na Argentina,
ci rv

até Getúlio Vargas, durante o Estado Novo, fardaram-se


do a

de generais e conduziram seus governos com aparato de


quem estaria à frente de uma guerra eminente. A milita-
rização dos quadros principais do governo J. Bolsonaro é
escandalosa, contando, no momento, com 8.450 militares
ativos ou da reserva22.
22
Em pesquisa do site Poder, verificou-se que no governo Jair Bolso-
naro estão lotados 2.930 militares da ativa e mais 5.520 da reserva,
d

totalizando 8.450 militares trabalhando nos ministérios, comandos


os

e tribunais, e percebendo 30% a mais no salário. Disponível em:


https://www.poder360.com.br/brasil/8-450-militares-da-reserva-
-trabalham-em-ministerios-comandos-e-tribunais/, consulta feita
em 17 de julho de 2020.

285
O antídoto contra a fragilidade das democracias libe-
rais é mais democracia. Isso porque a democracia tem dois
pilares incompatíveis com a criminalidade: a transparência
e a igualdade. A lógica mafiosa precisa exatamente do
contrário: opera por meio de ações camufladas, recônditas,
porque o crime se organiza e age sob segredo, sua ação
to

é dependente da sombra, efetiva-se por meio de acordos


ocultos. Em segundo, toda atividade mafiosa não traba-
do

lha em plano de igualdade, mas ao contrário, opera pela


Ed

lógica amigo/inimigo, isto é, inclusos/exclusos. Portanto,


s

as organizações criminosas operam por meio da desigual-


ito re

dade, primeiro em defesa dos privilégios dos membros da


os

organização criminosa - muitas vezes um clã -, depois em


defesa de seus séquitos, quanto mais submissos e leais mais
ra ito

protegidos serão.
di

O criminoso é incompatível com a lógica democrática


D sr

republicana, porque vê o Estado como um mecanismo para


se tirar proveito. Jair Bolsonaro, por exemplo, derrapa em
'P es

suas convicções intimas porque só se expressa no campo


político por meio da única lógica que conhece: a defesa dos
lá e

interesses próprios e de seus correligionários23. Ele não se


ci rv

23
O incluso não pode cometer faltas com os seus superiores hierárqui-
cos, mas qualquer deslize ético com pessoas externas à organização
do a

é aceito. Por isso, pouco ou nada importa para J. Bolsonaro se o


ministro do Meio Ambiente, Ricardo Sales, fora condenado, antes
de ocupar o Ministério, por crime ambiental em SP. Assim também
o fato de Ônix Lorenzoni, uma vez investigado, ter inclusive con-
fessado desvio de dinheiro (100 mil reais) e feito uma tatuagem no
braço para justificar-se arrependido. Ele é capaz de muito mais do
que isso, Jair Bolsonaro, enquanto deputado federal, elogiou publica-
mente o já reconhecido assassino e expulso da Política Militar - RJ
Adriano da Nóbrega.Ver: G1. Justiça de SP condena futuro ministro
d

do Meio Ambiente por improbidade administrativa. Disponível


os

em: https://g1.globo.com/sp/sao-paulo/noticia/2018/12/19/
justica-de-sp-condena-futuro-ministro-do-meio-ambiente-por-im-
probidade-administrativa.ghtml; Veja. Onyx Lorenzoni, o homem
de confiança (e algumas polêmicas) do presidente. Disponível em:

286
constrange em reafirmar quotidianamente sua perspectiva
autoritária: intolerância com a oposição e proteção incon-
dicional de sua família ou base política24. Mais precisamente,
Jair Bolsonaro faz a política do inimigo, declara aniquilar
e até mesmo fuzilar seus opositores25.
Se houve êxito nos propósitos desse artigo, demons-
to

trou-se algumas vulnerabilidades das democracias liberais,


mais precisamente o perigo de ascensão de aspectos do
do

fascismo estrutural e, consequentemente, deterioração da


Ed

democracia liberal. O prognóstico esboçado consiste em


ampliar os quadros da própria democracia, como, por exem-
s

plo, a transparência, a igualdade perante a lei e a necessidade


ito re
os

de combate às organizações criminosas paramilitares. Ao


investigar como se estruturaram as tropas de choque na-
ra ito

zistas, revelou-se que elas não são irrelevantes, mas muito


di

antes pele contrário, são elementos imbricados a gênese do


nazifascismo. Suas características estruturais propiciaram o
D sr

aparelhamento do Estado e o meio pelos qual se processava


'P es

https://veja.abril.com.br/podcast/onyx-lorenzoni-o-homem-de-
-confianca-e-algumas-polemicas-do-presidente/; G1. Adriano da
lá e

Nóbrega era suspeito de chefiar matadores, foi expulso da PM e


homenageado 2 vezes por Flávio Bolsonaro. Disponível em: https://
ci rv

g1.globo.com/rj/rio-de-janeiro/noticia/2020/02/10/adriano-da-
-nobrega-era-suspeito-de-chefiar-matadores-foi-expulso-da-pm-e-
do a

-homenageado-2-vezes-por-flavio-bolsonaro.ghtml.
24
O que importa é a lealdade, indiferentemente se o protegido co-
meteu ou não um crime. Na reunião ministerial do dia 22 de abril
de 2020, Bolsonaro diz que, se necessário, irá alterar os quadros da
Polícia Federal para defender sua família e amigos. A descrição da
reunião compõe o LAUDO Nll 1242/2020 -INC/DITEC/PF, do
Inquérito nº 4831-STF (http://portal.stf.jus.br/processos/detalhe.
asp?incidente=5899439).
25
Na campanha eleitoral, em um evento no Rio Branco, Acre, Bol-
d

sonaro declarou: “Vamos fuzilar a petralhada toda aqui do Acre!”.


os

Ver: G1. PGR pede a Bolsonaro para explicar declaração sobre


‘fuzilar a petralhada’. https://g1.globo.com/politica/eleicoes/2018/
noticia/2018/09/05/pgr-pede-a-bolsonaro-para-explicar-declara-
cao-sobre-fuzilar-a-petralhada.ghtml

287
ilegalidades, perseguições políticas, intimidações, além de
controle do grau de lealdade dos próprios membros.
Em outra mão, fez-se necessário demonstrar a com-
plexidade desse arranjo político, que seria impossível se não
houvesse uma conjuntura de crise política e econômica,
medo e incerteza quanto ao futuro, porque, nessa situação,
to

as classes burguesas reacionárias tendem a não ver problemas


em cooptar e mobilizar movimentos fascistas e milicianos a
do

revogar o Estado de Direito para manter seus interesses de


Ed

classe. Por fim, defendeu-se aqui que as organizações cri-


s

minosas de cunho miliciano podem ser interpretadas como


forma compatível de se fazer política ao modo fascista.
ito re
os

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ra ito

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lá e

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original:The second word war, tradução de Ênio Silveira, Breno
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História Viva, Ano IX, n. 97, São Paulo: Edigráfica, 2009.
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SHIRER, William L. Ascensão e queda do III Reich, vol. 1, título


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original: The Rise and Fall of the Third Reich, tradução de


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Pedro Pomar, 3ª edição, Rio de Janeiro: Editora Civilização


Brasileira, 1963.
ra ito
di

D sr
'P es
lá e
ci rv
do a
d os

289
dos
do a
ci rv
lá e
'P es
D sr
ra ito
ito re
Ed di
os
s
do
to
AGOTAMIENTO LITERARIO
X RESISTENCIA POLÍTICA:
COMO NO HACER UN
POEMA DE PROTESTA 11
to
do
Ed
s

Marcílio Godoi1
ito re
os

“Un hombre tiene que hacer algo” ha dicho Varlam


ra ito

Chalámov en uno de sus Cuentos de Kolimá, en el que


describe su temporada en el infierno, más precisamente en
di

Siberia, nordeste de Rusia. Ahí ha sufrido tortura mental


D sr

por veinte años bajo cincuenta grados negativos, por la


acusación de ser un elemento socialmente peligroso, por
'P es

difundir una carta de Lenin que advertía sobre las tenden-


cias políticamente monopolizadoras de Stálin.
lá e

Según algunos historiadores, más de tres millones de


personas han muerto en medio a los trabajos forzados del
ci rv

Gulag. Kolimá era la región más fría y cruel. Chalámov, en los


do a

Doutorando em Literatura Brasileira pela USP (Universidade de


1

São Paulo) e mestre em Crítica Literária pela PUCSP (Pontifícia


Universidade Católica de São Paulo).Vencedor do Grande Prêmio
Cásper Líbero de 2002 com São Paulo, cidade invisível (BomTexto),
e do Prêmio Barco a Vapor de 2012, com A inacreditável história
do diminuto senhor minúsculo (SM Edições). Arquiteto, jornalista,
o escritor mora em São Paulo há vinte anos e lançou também,
recentemente, os livros Livro de Bichos – Infanto-juvenil (Sagüi);
d

Estados úmidos da matéria – Poemas (Patuá), Frágil recompensa


os

– Crônicas (Sagüi). Participou também de algumas coletâneas de


textos e performances contra o Golpe de 2016 no Brasil, como
Primeiramente (Link Editora) e Golpe: antologia-manifesto (No-
sotros Editorial), com prefácio da presidenta Dilma Roussef.

291
cuentos que escribió tras sobrevivir a los campos de concen-
tración en las décadas de mil novecientos treinta y cuarenta,
nos dice: “no creo en la posibilidad de anular un hecho, o
evitar su repetición”, pero “un hombre tiene que hacer algo”.
En otra narrativa sobre el horror stalinista en la pri-
sión, en la que se considera una de las obras maestras de la
to

literatura testimonial en el siglo veinte, Chalámov escribe:


“?Con qué facilidad un hombre se olvida de ser hombre?”
do

El autor, que parece haber vivido para narrar todo el ho-


Ed

rror por el que ha pasado, relata la manera por la cual un


s

amigo resistió: “Alguna cosa más fuerte que la muerte no


lo dejaba morir. ¿Amor? ¿Rabia? No. El ser humano vive
ito re
os

por acción de los mismos principios que hacen vivir a un


árbol, una piedra, un perro.”
ra ito

En el sistema carcelario soviético, Chalámov logró,


di

como enfermero, reunir en pequeños poemas la base de


lo que se transformaría, después, en los hoy muy conoci-
D sr

dos Cuentos de Kolimá. “Mi lenguaje, mi lengua grosera


'P es

era pobre, como eran pobres los sentimientos que todavía


vivían cerca de los huesos … yo me las arreglaba con dos
lá e

docenas de palabras había más de un año (…) No había


restado mucha carne sobre mis huesos. La rabia, no la
ci rv

indiferencia, era el último sentimiento humano – lo que


estaba más cerca de los huesos (…) Yo no moría”.
do a

En sus ensayos sobre experiencia y pobreza, Walter


Benjamín nos dice que “las guerras empobrecen de len-
guaje el hombre”. En efecto, Chalámov ha sobrevivido
para contarnos, para colocar su vida en función de una
narrativa de excepción, no importa si con pobres, pocas o
grandilocuentes palabras. Se trata de la esencia de lo que
efectivamente somos, por eso es necesario escribir. Toda
d

escrita consiste en eso: arañar la superficie de la piedra con


os

un hasta de metal, herirla con ranuras.


“Un hombre tiene que hacer algo”: sí. Correr y avisar
a los demás lo que de hecho ocurre dentro de nuestras

292
nuevas cavernas de Platón. El poeta es el encadenado que
huyó de la cueva pero que está ahora delante de un viejo
cliché: resistir, hacer un poema que revele todo el arbitrio e
injusticia social. Le preguntan si eso no ha perdido todo su
sentido exactamente por su repetición. ¿Acaso los poetas del
inicio al final del siglo veinte ya no inflaron sus pulmones
to

contra toda la estupidez de las guerras?


En algún sitio del recorrido, hay que reconocer, el
do

tono de la revuelta se ha escapado, como si fuera un gran


Ed

escape no identificado, como en una tragedia ambiental,


s

sin el rostro de los responsables por ella. Tomar la poesía


como resistencia hoy ha perdido toda la furia con que un
ito re
os

día, con panfletos manuscritos, jóvenes revolucionarios


escenificaron su revuelta. Maiakóviski, Brecht, Appolinaire,
ra ito

Lorca, Neruda, Drummond: ¿todavía viven?


di

Adorno nos contesta, en su ensayo “Lírica y So-


ciedad”: la referencia al social no debe llevar uno hacia
D sr

fuera de la obra de arte, pero hacia más dentro de ella”.


'P es

Necesitamos poner tensión en nuestras respuestas, creo.


Pero, en tiempos de internet, ¿cuáles respuestas? Si por
lá e

detrás de los teclados solo hay venas explotando en los


cuellos, pozos llenos de razón, gritos valientes, fakenews
ci rv

y ningún intercambio genuino, ¿cómo hacerlo? Volvamos


a Adorno, en el intento de una respuesta. Él dice que “la
do a

composición lírica tiene la esperanza de extraer, del más


individual, el universal”.
El tema de la poesía como forma de embate en la era
de las catástrofes se retomó muchas veces a lo largo del siglo
veinte. La más arquetípica de las reflexiones la debemos
otra vez a Adorno, sobre la complejidad del enfoque lírico
en tiempos de guerra:“La crítica cultural se encuentra por
d

delante de la última etapa de la dialéctica entre cultura


os

y barbarie: escribir un poema tras Auschwitz es un acto


bárbaro, y eso corroe el mismo conocimiento de por qué
hoy es imposible escribir poemas”.

293
Es decir, Adorno quería, sí, abordar la urgencia de los
modos de tratar, discutir, poner en perspectiva la cuestión
de la barbarie y su representación. Pero hoy, con la manipu-
lación de la sociedad técnico-instrumental y el utilitarismo
de la industria cultural en el siglo XX, podemos percibir
que la crítica de Adorno ha sido quizá el más contundente
to

entre todos los poemas sobre Auschwitz.


Más que un natural vaciamiento retórico, hoy lo que
do

hay es la pérdida de las palabras por un perverso pacto de


Ed

agotamiento, por el estrangulamiento del sentido. Las pa-


s

labras se nos van, otra vez, como ha pasado con Chalámov,


escapándonos por los dedos del entendimiento, desapare-
ito re
os

ciendo como algo inútil. Inútil como imaginar una sociedad


libre. Algo utópico. Utópico como la solidaridad, el deseo
ra ito

de justicia social. Las palabras, el debate, las ideas sensibles


di

se han convertido en algo no deseado por el sistema capi-


talista, responsable por la gestión de los tribunales y de los
D sr

medios de comunicación.
'P es

Por eso nos robaron todas las palabras, extrayéndoles


el sentido provocador que nosotros, los poetas, buscamos
lá e

darles diariamente. Aparentemente no hay salida. No obs-


tante las encuestas, informes fehacientes, datos económicos,
ci rv

reportajes con índices estadísticos sobre la miseria, el auto-


ritarismo y la violencia. Brasil está entregado a las fuerzas
do a

de la ultra-derecha: es desesperador.
Nadie tiene obligación de servir a una causa. Pero a los
poetas, se les llamen así, no obstante su cansancio espiritual,
o su vocación eminentemente estética, les cabe hablar, ur-
gentemente, sobre el tiempo que se vive y sobre el mundo
que se habita, provisionalmente, en la compañía del otro.
En ese sentido, nos cabe resistir, aceptar el terrible reto
d

de buscar la verdad más cruda que vivimos, arriesgarnos


os

a que no tengamos ya palabras como forma de expresión.


Resistencia. Resistir tanto a la opresión como también a los
llamamientos para amenizar, olvidar o postergar el espanto

294
y la indignación que todavía nos queda. Delante de un
mundo injusto, es necesario inventar nuevos modos de furia.
Si un hombre tiene que hacer algo, un poeta debe na-
rrar el horror en la forma inconformada de un poema. Pero
¿cómo hacerlo en los tiempos actuales del Estado-Empresa
que actúa con técnicas sofisticadas de masacre legal de la
to

población, golpes parlamentarios asociados a esquemas de


encarcelamiento de adversarios sin pruebas bajo el esquema
do

del “lawfare”? Si los gobiernos están totalmente blindados


Ed

contra cualquier investigación e inducen el pueblo a la


s

ignorancia, miseria y esclavitud, ¿qué puede hacer un


hombre ¿qué puede hacer una mujer? ¿ Cómo reaccio-
ito re
os

nar a su silenciosa, invisible e inevitable muerte? ¿Cómo


mostrar en un relato la faz del horror del día de hoy, si
ra ito

el día de hoy se traviste con la célebre idea neoliberal de


di

que, si sufres, es porque no ha hecho lo necesario para no


sufrir? Sufrir, en nuestro tiempo, es sólo una cuestión de
D sr

demérito personal. ¿Cómo poner en palabras la exclusión


'P es

de una inmensa parte de la sociedad y su condenación al


abandono oficial del Estado, sin derechos, sin asistencia
lá e

social, sin seguridad, sin la mínima dignidad? ¿Qué decir


al pueblo si le han inculcado la idea de que, si sufre, es
ci rv

por “meritocrácia”? ¿Cómo describir el infierno de un


individualismo enfermo que todos los días dice cobar-
do a

demente a los ciudadanos frases como “Tú eres lo que tú


sueñas”, “?qué te hace feliz?”, “prepárate para la mejor
versión de tú mismo”. Por detrás de esos slogans hay un
monumental silencio sobre el cruel genocidio carcelario,
sobre los asesinatos higienistas en las periférias de las ciu-
dades, sobre el comercio de las religiones hegemónicas
que deshumanizan los hijos de Dios.
d

La relativización de las leyes, el abandono de la Cons-


os

titución, la manipulación judicial, la creciente promoción


de la violencia con los recortes de gastos sociales, la vuelta
de la censura, la criminalización de la solidaridad, con la

295
persecución de los sindicatos bajo la lógica de una sociedad
de consumo sin frenos y sin regulación. Leyes gananciosas
de mercado aplicadas a los programas gubernamentales,
condonación fiscal a las empresas financieras, subsidios a
los ricos y un ciego fundamentalismo religioso: todo eso va
minando, poco a poco, cualquier esperanza de utilidad del
to

actual sistema política. O de que cualquier sistema político.


Repito: es necesario hacer algo, pero ¿cómo?
do

Un poema puede establecer un principio, medir el


Ed

espacio que en el ser humano ocupa su esencia, aún después


s

de que nos hayamos perdido todo en la contabilidad de


ito re

un mundo que se ha deshumanizado. Pero un poema no


os

puede servir a una causa, no obedece a un clamor, no tiene


valor monetario, no salvará el almuerzo. Tampoco puede,
ra ito

con una palabra exacta, exhortar el triunfo del bien sobre


di

el mal. Literatura no se encomienda.


D sr

Según Roberto Saviani, traductor italiano de Chalá-


mov, es posible resistir sin retórica o religión: “La bondad
'P es

es humana, pero el bien es histórico”. Me aferro a esta idea:


que la moral puede ser una decisión íntima, pero la ética
lá e

rige lo que es colectivo.


Necesito hacer un poema ahora o estaré definitiva-
ci rv

mente muerto como persona. Pero hagamos un trato y, para


do a

eso, tengo que volver a Chalámov, en el exacto instante


en el que le preguntan sobre la carga poética de su obra.
Él contesta sin vanidad: “No hay nada de literatura ahí,
todo es real”.

ANTI-POEMA
d

¡Hola! ¿qué tal?, Brasil.


os

Somos la carnicería, el Estado terrorista


lavándose las manos sucias de sangre.
Exterminamos negros, universidades, museos.

296
Mucho gusto. Somos los ángeles de
la muerte de ecosistemas,
Ministerios de Cultura, aldeas indígenas
y reservas ambientales.
Encantado, Brasil.
Tenemos asco de pobres, refugiados
to

Asco de los que se acuerdan, de


los que preguntan
do

Asco de los que piensan.


Ed

Mucho gusto.
s

Somos el país de las nuevas escuelas


cívico-militares,
ito re
os

Con sus cursos de eugenésia


y necro-política higienista.
ra ito

Mucho gusto.
di

Somos la narrativa de las deyecciones,


D sr

De los dineros, del autoritarismo


'P es

“macho-crático”.
Aniquilamos el pensamiento, el arte
lá e

La filosofía y la ciencia en nombre de


la libre iniciativa privada.
ci rv

Somos el paraíso prometido de la tierra plana.


Mucho gusto.
do a

Criminalizamos el movimiento periférico


De las cercanías, quebramos el pacto social,
Pagamos el pato, dejamos intactos
Los tribunales paramilitares,
anunciamos definitivamente
La moratoria de la deuda histórica
con los negros.
d

Mucho gusto, Brasil.


os

Somos los que no ven


Los ciegos burgueses más que hipócritas
De los fondos de inversión e inmovilidad social

297
El tope de la pirámide eterna simulando
horror a la violencia, a la muerte
Pero practicándolas como nadie. Encantado.
Fijamos el fundamentalismo
religioso neo-pentecostal
Que pune a la mujer, quema libros,
to

destruye imágenes, pero no rasga billetes.


Somos lo que llena el Parlamento de dogmas
do

Y ametralladoras para fieles de buena índole


Ed

y Dios en el corazón.
Somos la generosa distribución de balas, cárceles
s

Y falsas clínicas de rehabilitación.


ito re
os

Suministramos munición policial para matar gays


O encarcelarlos en mientes reprimidas.
ra ito

Mucho gusto.
di

Somos el país de los fetos malformados,


D sr

perdidos en el laberinto
Del laboratorio subdesarrolado de la ganancia.
'P es

Damos también en el blanco


De caminantes en la estrada desierta a la
lá e

búsqueda de un pedazo de tierra


En el cual se cultiven fincas improductivas
ci rv

Que todavía se puedan llamar Nación.


Encantado, la nueva nación brasileña.
do a

Somos el sitio del ciudadano desechado


Por la más que conveniente
polarización de todo.
Somos el progreso predador genocida
Feminicida, fratricida, “pobrecida”, insecticida,
Somos el país del glifosato libre.
Somos los nuevos siquiátricos, los viejos sótanos
d

De los viejos nuevos tiempos de


os

las mismas amarguras.


Somos el electrochoque y el tubo de escape
Somos la vergüenza, la grave amenaza,

298
El palo del guacamayo, el grito
de libertad ahogado
Con lágrimas y sangre en la
almohada de cuerdas.
Somos los sin tierra, sin techo, sin nada
Ambulando con casas, carrozas, perros
to

En el centro de la ciudad.
Nice to meet you.
do
Ed

Somos la cura para toda inconveniencia.


Somos la demencia vestida de médico,
s

Persiguiendo más médicos.


ito re
os

Somos la nueva dicha, somos la desdicha.


Somos los matones de Brasília, mucho gusto.
ra ito

Tenemos tentáculos en los tres poderes


di

Y tomamos las fuerzas armadas


D sr

Antes que la izquierda democrática


Progresista, aquellos comunistas
'P es

Bolivarianos osasen hacerlo.


Somos la corrosión y el colapso.
lá e

Somos el gran lapso de la historia.


ci rv

Inventamos mil y una formas de corrupción


y moler carne negra.
do a

Sacramentamos el estado policial -


Para nuestros enemigos, naturalmente.
Y mientras tú te acostumbras con la idea
De que llegamos para quedarnos,
Para que consigas comprender más rápidamente
Quién somos, de qué somos hechos – de hecho
– y a que hemos venido – de “fake”,
d

Hemos comprado a todos os grandes


os

canales de comunicación:
Corporativos, cristianos,
deportivos, pornográficos.

299
Tú no te darás cuenta de que
tus derechos y garantías
Tú mismo te has quitado mientras dormías.
Meritocraticamente.
Somos el Make Brazil Great Again. My pleasure.
to

Somos tú como esclavo, encantado.


Somos la milenaria fascinación fascista,
do

travestida de ladrones de naranjas.


Ed

Somos la corte de los bufones y de la guardia


No tan bufona del Supremo Tribunal Federal
s

Supremo filtrador de silencios inconfesables.


ito re
os

Supremo lastro del spread bancario,


Derramado secreto bancario,
ra ito

En paraísos fiscales, encantado, tontos.


di

Mucho más que la pequeña corruptela


Somos la suprema “corrompliance”,
D sr

El torticero camino moderno que hemos creado


Thank you guys, por entregar la fuerza de trabajo
'P es

de tu pueblo, tu plusvalía
Y tu petróleo, vía tribunales estadunidenses.
lá e

Somos robots sensibles, movidos a langosta y


ci rv

gasolina de aviones de la Fuerza Aérea Brasileña.


Inmenso gusto.
do a

Somos el gran circo de curiosidades


De inofensiva intervención fanfarrona burlesca
Somos la nueva camiseta de la selección nacional
Protestando en los sofisticados balcones
gourmets, just do it!
Pero somos la vieja distención política
neocolonial de siempre.
d

¿Ya nos hemos visto antes?


os

Sí, mucho gusto en reverte ahora.


Somos el viejo patio cucaracha
De operaciones tácticas del imperio que ahí

300
construyó con odio de clases
Y capataces de servicio un remedo
de “patria-amada”
Que sostiene Dios en el slogan del gobierno
con una risa loca
Dos armitas en los dedos y harta escatología
juvenil para las masas.
to

Mucho gusto. Un gusto inenarrable.


do

Somos el estado de excepción como regla


Ed

Una construcción orquestada por la injusticia


Erguida por la violencia, travestida de sarcasmo
s

Y sostenida por corruptelas históricas,


ito re

acuerdos gananciosos
os

y criminales, pero siempre no rastreables


en sus varias dimensiones y esferas. Encantado.
ra ito
di

Somos la foresta en llamas en


D sr

un whatsapp gubernamental
Somos ahora un solo pasto de soja
'P es

transgénica y sin fin.


Somos tú solo, en tu más larga espera,
lá e

pop-pesticida.
ci rv

Somos el mandatario impune ametrallando


de la ventana del helicóptero
do a

Los que él cree que son la razón de la miseria.


Somos el país del fusilamiento sumario, del
encarcelamiento inmediato de inocentes
Por el poder paralelo de la República
de Curitiba. Encantado.
Somos la nación terciarizada por
las empresas de seguridad
Verdugos torturadores en el palo de
d

guacamayo del nuevo azote


os

Que vale por cien tiros de fusil


para averiguaciones.
Mucho gusto.

301
Somos el país de los ochenta furos,
Digo, somos el País del Futuro.
Y bajo un delicioso embargo de la justicia,
Yo les saludo.
Mucho gusto, Brasil.
to

El poema está hecho. Ahora ¿qué? Su voz es nada,


do

su eco es sordo; su llanto, en el torbellino de tantas voces


Ed

entontecidas, enmudece a sí mismo y ya no cala en quién


s

la escucha. No moviliza, no une, pues todo está inmóvil y


silente, a raíz de una sola voz, un solo grito, aunque bien
ito re
os

intencionado y socialmente lírico.


Ya es hora de saber que el cambio, si viene, será por
ra ito

los pequeños gestos, por el poema también, pero, sobretodo,


di

por la movilización lenta y casi invisible de los encuentros


solidarios por las calles, en las redes de amistad más cerca-
D sr

nas, en las palabras sin odio, en las aulas abiertas, que nos
'P es

esperan en las pistas, plazas, aceras, terrazas, patios.


No es obligatorio un poema ahí, quizá porque todo
lá e

puede ser un gran poema, una canción. Pero aún más por
el hecho de que solo nos restó el silencio, que recogemos
ci rv

con la grandeza de los que saben que pueden habitar na-


turalmente un estado latente de poesía, otra poesía, con
do a

otros ritos de delicadeza.


La poesía va mejor ahora en la invisibilidad de los
gestos, en la construcción viva de toda espera en la que se
siembra la consciencia y la fuerza del otro, en el anonima-
to del encuentro, en el sentido exacto del no-poder, que
puede tanto. Como en una recogida selectiva paciente, a
reciclar sus propias ideas de lo que puede ser un reciclaje
d

del alma brasileña.


os

Sólo con el encuentro de las aldeas humanas, con el


principio de los rituales de los pueblos de la Tierra, con
su noción intuitiva de pedagogía relacional, comunidades

302
temáticas colectivas y de aprendizaje podemos subvertir el
sentido utilitario del poder sin participación ni autonomía,
que nos debilita y luego nos diezma.
La próxima revolución acontece ahora, subrepiticia,
insinuándose subversiva. Es lenta, pero se hace presente en
las mesas de los bares, en las pequeñas comunidades, en
to

las huertas comunitarias, en las organizaciones sin fines de


lucro, en el spray generoso de los ateliers de pintura, música
do

y literatura, en las cocinas colectivas, en las fiestas de cerca-


Ed

nías, en el baile funk, en los talleres de hip hop y bordado,


s

en el mix de la canción regional con el streetdance, en la


horizontalidad del gesto, en las bombas de efecto moral
ito re
os

que son los abrazos, en el chorro poderoso de las miradas


más hondas, de los afectos de quien se deja afectar por el
ra ito

próximo, por el distante, en la fuerza de la expresión de los


di

cuerpos eventualmente silenciosos, fraternos que, aunque


esclavizados o tristes, siguen resistiendo - solidarios, sabios.
D sr

Sí, todos los hombres y todas las mujeres, juntos, tene-


'P es

mos que hacer algo: hagamos de la micropolítica nuestro


delirio poético. Ellos odian toda forma de política que, alma
lá e

humana, se les escape de sus manos de hierro.


ci rv
do a
d os

303
dos
do a
ci rv
lá e
'P es
D sr
ra ito
ito re
Ed di
os
s
do
to
EL ASCENSO DE LA
EXTREMA DERECHA AL
GOBIERNO DE BRASIL1 12
to
do
Ed
s

Marcus Giraldes2
ito re
os

¿Qué es el gobierno de Bolsonaro y qué significa


ra ito

su victoria en las elecciones presidenciales de octubre de


di

2018? ¿Cuál es la esencia de estos fenómenos? Éstas son


D sr

preguntas que intrigan a los observadores externos de


Brasil, así como a sus observadores internos, porque no
'P es

siempre vivir la experiencia resulta en un conocimiento


más profundo. Cuestionar la esencia de estos fenómenos
lá e

presupone comprender dialécticamente qué relaciones


sociales están involucradas, al menos las más determi-
ci rv

nantes, y cómo están integradas en la historia reciente de


do a

Brasil. ¿Por qué un gobierno tan incompetente, que no


ha hecho nada para capear la crisis económica y mejorar
la vida de las personas, y lo que muestra una total falta
de empatía con las casi 140 mil muertes de COVID-19
(cifras oficiales al 22/09/2020), aún recibe cierto nivel de
confianza de casi el 60% de la población, según distintas
encuestas de opinión?
d

1
Versión revisada y actualizada de la presentación realizada en La
os

Habana, Cuba, en 16 de octubre de 2019.


2
Doctor en derecho por la Pontificia Universidad Católica do Rio
de Janeiro, Analista de la Fundação Oswaldo Cruz

305
En resumen, podemos decir que primero la candi-
datura de Bolsonaro y después su gobierno constituido
son el producto de una alianza política e ideológica que
reúne: 1) los elementos burgueses más reaccionarios y
autoritarios; 2) los oficiales de las fuerzas armadas, con la
primacía de los generales del Ejército3; 3) los dueños de las
to

iglesias fundamentalistas evangélicas4; 4) los sectores más


conservadores y reaccionarios, y en ocasiones criminales,
do

del aparato estatal policial-judicial y; 5) sobre todo, porque


Ed

su influencia ideológica es fundamental para el gobierno, un


s

movimiento de masas de extrema derecha que ha crecido


en los últimos años en las redes sociales, especialmente
ito re
os

desde las elecciones de 2014 y las manifestaciones por la


destitución de Dilma Rousseff entre 2015 y 2016, y que
ra ito

demuestra articulación con la extrema derecha global 5. A


di

veces esta alianza se muestra tensa y contradictoria, pero


hasta el momento ha prevalecido una fuerte unidad por
D sr

el poder y sus privilegios, contra la izquierda y en a favor


'P es

de la restauración neoliberal en curso.


Hay una dialéctica en el surgimiento de la extrema
lá e

derecha de masas y cada dialéctica presupone contradiccio-


nes y luchas. Los gobiernos del Partido dos Trabalhadores
ci rv

(PT) fueron una coalición pluriclasista que intentó, moti-


do a

3
El cuerpo de oficiales militares aún conserva gran parte de su menta-
lidad en la época de la dictadura militar y se adhirió ideológicamente
al neoliberalismo durante los años posteriores al fin del régimen. Las
declaraciones públicas de los generales Mourão y Heleno expresan
claramente esta síntesis de elogios de la memoria de la pasada dictadura
militar y defensa del actual programa neoliberal.
4
Estas iglesias, de hecho, son empresas comerciales que controlan
televisores, radios, editoriales, oficinas públicas y el mercado para
d

la explotación de los fieles.


os

5
Y cuyo ícono ideológico es Olavo de Carvalho, un charlatán que
se hace llamar filósofo y que vive en el estado estadounidense de
Virginia (dos de los tres hijos de Bolsonaro que ocupan cargos
políticos son parte de este movimiento de masas).

306
vada en parte por una mentalidad sindicalista, conciliar el
trabajo con el capital en un proyecto de desarrollo social
y económico. Si bien la economía iba bien, en gran parte
debido al aumento de los precios internacionales de los
productos básicos agrícolas y minerales, este proyecto fue
posible y resultó en mejores condiciones materiales y
to

culturales para los pobres. Cuando la economía mostró


signos de desaceleración (la crisis económica es interna-
do

cional, pero en Brasil fue políticamente amplificada por la


Ed

oposición de los medios capitalistas de comunicación, el


s

Congreso Nacional y del capital al gobierno de Dilma), la


solución buscada por el frente único burgués fue presentar
ito re
os

un programa redistributivo a la inversa, es decir, expropiar


los trabajadores para aumentar las ganancias. Pronto, el PT
ra ito

se convirtió en una barrera y necesitaba ser derrocado.


di

Para ser más precisos, desde 2011, al menos tres o cua-


tro años antes del inicio de la crisis económica interna, el
D sr

gobierno ya había perdido el apoyo de la fracción industrial


'P es

del gran capital. Dilma había tratado de enfrentar las altas


tasas de interés cobradas por los bancos, lo que Lula nunca
lá e

se atrevió a hacer. Se esperaba que los industriales apoyaran


al gobierno, pero se aliaron con los banqueros, organizando
ci rv

lo que André Singer (2015) llamó “el frente único burgués


contra el desarrollo”. La ilusión sobre el carácter progresista de
do a

los capitalistas industriales subestima dos determinaciones


de la realidad: 1) el nivel de integración entre las finanzas y
la industria en el capitalismo dependiente brasileño, lo que
resulta en el hecho de que los capitalistas son a menudo
tanto financieros como industriales, es decir lo que Hil-
ferding (1963) y Lenin (1981) llamaron capital financiero;
2) la unidad ideológica de la burguesía brasileña contra la
d

clase trabajadora, lo que hace que los industriales y los co-


os

merciantes se rindan ante las altas tasas de interés cobradas


por los financieros, siempre que estén compensados ​​por
un programa de retirada de los derechos laborales, recortes

307
de impuestos y regulaciones y también transferencias de
riqueza del sector público al privado6.
El método por el cual gobernó el PT evitó la resis-
tencia popular efectiva al golpe parlamentario-judicial de
2016. Durante sus años de gobierno, el PT no intentó
construir una nueva hegemonía de izquierda en la sociedad
to

civil, lo que requeriría la organización y movilización del


pueblo, lo que nunca se intentó. La opción implementada
do

fue gobernar dentro de una amplia alianza que incluyera


Ed

tantas facciones oligárquicas y representantes de capital


s

como fuera posible. En ausencia de una acción política


ito re

popular, es decir, de abajo hacia arriba, se mantuvo la for-


os

ma tradicional de hacer política, que en Brasil pasa por el


dinero y la corrupción. Esta táctica hizo posible la mayo-
ra ito

ría parlamentaria para la implementación de las políticas


di

públicas que el PT propuso implementar en el gobierno,


D sr

lo que generó logros materiales reales para la población


más pobre. Sin embargo, la izquierda brasileña finalmente
'P es

se identificó con el sistema político. Y una izquierda que


se aferra al sistema burgués existente corre el riesgo de
lá e

sucumbir a él en la crisis.
Cualquier discusión sobre la coyuntura brasileña ac-
ci rv

tual es incompleta sin mencionar los desarrollos ocurridos


do a

durante 2013. Hubo tres eventos de masas en ese año: ma-


nifestaciones espontáneas en más de cien ciudades, explo-
sión de huelgas económicas en todo el país y ocupaciones
de tierras urbanas por personas sin casas en São Paulo. Lo
más llamativo de todos estos eventos por sus consecuen-
6
Como resume Marcus Ianoni (2020): “O eixo programático dessa ten-
dência estrutural à unidade dos capitalistas assenta-se no lado econômico da
d

oferta: visa fornecer ao business uma dupla redução, a de custos (salários


os

e impostos) e a de regulação (flexibilização do contrato de trabalho,


enfraquecimento dos sindicatos e liberalização dos negócios). A
centralidade do combate à inflação (que produz também um custo)
e as privatizações (novos negócios) também entram nessa receita”.

308
cias políticas fue sin duda la aparición de manifestaciones
espontáneas que estallaron en más de 100 ciudades durante
el mes de junio y se desencadenaron por aumentos en
los precios de los boletos de autobús (competencia de los
gobiernos municipales y de los estados) y por la represión
violenta de la policía militar en las primeras manifestaciones
to

que tuvieron lugar (competencia de los gobiernos de los


estados). Estas protestas también se opusieron a la corrup-
do

ción, el gasto en la Copa Mundial de Fútbol y exigieron la


Ed

mejora de los servicios públicos (afectando negativamente


s

la popularidad de todos los gobiernos, incluido el federal).


Cuando las manifestaciones se volvieron numéricamente
ito re
os

relevantes, el oligopolio de los medios quería manipularlas


en una agenda anticorrupción puramente moral, pero esas
ra ito

manifestaciones espontáneas resultaron inmanejables a los


di

efectos del poder económico y mediático. Luego, menos


de una semana después de que comenzara este intento
D sr

de manipulación de los medios, las Organizações Globo


'P es

comenzaron a invertir en defender el orden y apoyar la


represión. Los gobiernos de todos los estados de todos
lá e

los matices políticos, tanto el ala derecha como el PT,


continuaron su represión policial y el gobierno de Dilma
ci rv

Rousseff cometió un error al no condenar la violencia


policial. Por el contrario, el Ministerio de Justicia anunció
do a

la colaboración con la policía de los estados. En segundo


lugar, 2013 fue el año con el mayor número de huelgas
de trabajadores desde 1982 (el año en que comenzaron
las series estadísticas históricas): más de 2000 huelgas en el
año, un poco más del 50% en el sector privado. Las huelgas
habían estado creciendo desde 2008 y estaban relaciona-
das con dos factores: bajo desempleo y bajos salarios, que
d

impulsaron las reclamaciones de los trabajadores. El tercer


os

evento significativo de 2013 fue la explosión en el número


de ocupaciones urbanas en la ciudad de São Paulo, que
desde entonces ha proyectado al Movimento dos Trabal-

309
hadores Sem-Teto (MTST) como uno de los principales
protagonistas de la izquierda brasileña.
Los acontecimientos de 2013 revelaron los límites y
contradicciones de la coalición pluriclasista liderada por
el PT. Ha habido mejoras en las condiciones materiales de
vida de los pobres, pero estas mejoras han creado nuevas
to

contradicciones, incluso porque han elevado el horizonte


de expectativas de quienes han mejorado sus vidas. Durante
do

los años del PT hubo una gran expansión de vacantes en


Ed

las universidades, pero la mayoría de los empleos creados


s

se concentraron en el rango de hasta 1.5 salarios mínimos


y aumentó la contratación externa, lo que resultó en las
ito re
os

siguientes contradicciones: 1) el trabajador estaba más in-


cluido en el mercado laboral formal y, al mismo tiempo, más
ra ito

sujeto a enlaces de subcontratación deficientes; 2) déficit


di

entre la expectativa generada por el diploma y la realidad


del trabajador mal pagado. Además, hubo un aumento en
D sr

la carga de los hogares con alquiler, ya que los precios de


'P es

alquiler y el precio de venta de inmuebles habían aumen-


tado desde 2008, lo que explica por qué el aumento en
lá e

los boletos de transporte público fue el detonante de las


manifestaciones. La reacción de los gobiernos y los medios
ci rv

fue hacia la represión policial y el discurso ideológico en


defensa del orden. El efecto fue que esta reacción contribu-
do a

yó al desplazamiento ideológico a la derecha de la sociedad


brasileña. Mientras que las manifestaciones de 2013 estaban
en conflicto con la policía, las manifestaciones en masa por
la destitución de 2015 y 2016 estaban en fraternización
con la policía y con escenas de exaltación de la dictadura
militar. Sin embargo, la inquietud sobre el sistema político
que surgió en junio de 2013 no desapareció. El atractivo
d

popular que Bolsonaro más tarde conquistaría expresa es-


os

tos dos aspectos opuestos que han estado presentes desde


2013: la defensa del orden, la represión y el defensa de la
violencia policial (el lado de la represión de 2013), pero

310
también el malestar frente a la desigualdad fomentada por
el sistema político (el lado de la demostración de 2013). El
apoyo de Bolsonaro a la agencia policial es real, su crítica
al sistema es una estafa. La espontaneidad subversiva de
los eventos de 2013 fue una oportunidad perdida para la
izquierda brasileña7.
to

Los medios capitalistas de comunicación invirtieron en


el discurso anticorrupción contra la centro izquierda en el
do

gobierno, ayudaron en la movilización de las masas para el


Ed

derrocamiento de Dilma Rousseff y mantuvieron relaciones


s

privilegiadas con el poder judicial, el fiscal federal y la po-


ito re

licía federal. Sin embargo, el gremio que se hizo cargo del


os

gobierno con Michel Temer en mayo de 2016 desmoralizó


por completo todo discurso ideológico anticorrupción
ra ito

y en la sociedad creció una nueva derecha, extremista y


di

populista, que había surgido del control ideológico de los


D sr

medios corporativos. Contra la izquierda, la prioridad fue


toda la campaña de farsa judicial y mediática para evitar que
'P es

Lula fuera candidato, y que resultó en su arresto para que ni


siquiera participara en la campaña electoral. Por otro lado,
lá e

las Organizações Globo, el Grupo Abril y los principales


periódicos de São Paulo se encontraron compitiendo por
ci rv

la misma base social contra una derecha en ascenso que


do a

combinaba un discurso de apelación populista contra el


“sistema” y la regresión en las costumbres. Las tendencias
derechistas, mediáticas y populistas coinciden en la defensa
del ultra-liberalismo económico, pero esta nueva derecha
ataca a los principales medios de comunicación por su

Como Lenin (1985: 308) dijo una vez ante manifestaciones espon-
7

táneas: “El deber incondicional del partido proletario era estar con las masas,
d

esforzándose por dar un carácter más pacífico y organizado a sus acciones


os

justas, no dejar de lado, no lavarse las manos como Pilatos con el argumento
pedante de que la masa no se organizó hasta el último hombre y que en
su movimiento puede haber excesos (... como si en la historia hubiera un
movimiento de masas serio sin excesos)”.

311
liberalismo cultural. Es importante decir que esta nueva
derecha condensada en la figura extremista y marginal de
Bolsonaro ganó la disputa contra la derecha tradicional.
Bolsonaro es el efecto colateral, generado dentro de las redes
sociales, de la campaña de los medios de comunicación de
masas en el golpe de estado contra Dilma Rousseff8.
to

Una vez un militar indisciplinado obligado a dejar el


Ejército, durante años Bolsonaro fue solo un diputado dedi-
do

cado principalmente a las agendas económicas corporativas


Ed

de interés para la “familia militar”. Debido a sus prejuicios y


s

vulgaridades verbales, se convirtió desde un momento dado


ito re

en un personaje de (mal) humor en programas televisivos


os

sensacionalistas, lo que lo llevó a darse a conocer a nivel


nacional. Así que habría permanecido como un payaso
ra ito

extraño si la crisis económica, el desgaste del gobierno


di

del PT y la campaña mediática para su derrocamiento no


D sr

hubieran provocado un giro de derecha en la sociedad civil


brasileña. De repente, siendo él mismo, había coincidido
'P es

con el nuevo espíritu de la época. Pero también hubo una


inversión competente en publicidad. Al menos desde 2014,
lá e

año en que se convirtió en el diputado federal más votado


en Brasil, aparece en videos de YouTube siendo calificado
ci rv

de “mito”. Estos videos han alcanzado millones de visitas


do a

con su lenguaje joven y cómico. Así apareció un rostro para


la nueva derecha reaccionaria de masas: contra un sistema
corrupto, un hombre rudo que maldice lo que piensa y se
ríe a carcajadas. Por mucho que tengamos dificultades para
admitir esto, había carisma en esa imagen.
Es fundamental para la lucha contra la extrema dere-
cha en Brasil entender de dónde proviene su apoyo de las
d

masas. La industria más o menos secreta de noticias falsas es


os

En mi libro O Acaso e o desencontro: das manifestações de 2013 ao golpe


8

de 2016, describo y analizo el proceso de este proceso hasta octubre


de 2017.

312
importante, sin duda. Otra explicación muy repetida, dentro
y fuera de Brasil, es que Bolsonaro establece con una parte
de la población una relación de identificación psicológica
sobre la base de los odios y prejuicios que han circulado
en la sociedad brasileña desde su fundación. Todos estos
factores son reales. Sin embargo, estas explicaciones son
to

insuficientes para explicar el atractivo popular de extrema


derecha en Brasil. Si el populismo de extrema derecha de
do

Bolsonaro es un movimiento reaccionario de retirada de


Ed

los derechos, que reproduce parte del lenguaje y la men-


s

talidad del fascismo, entonces recordar las formulaciones


de los teóricos y combatientes antifascistas nos será útil.
ito re
os

Quiero referirme específicamente a un pasaje muy rico de


Dimitrov en su famoso informe del VII Congreso de la In-
ra ito

ternacional Comunista de agosto de 1935, que, como todos


di

saben, consagra la política del frente único proletario y el


frente popular antifascista. Dice el líder comunista búlgaro:
D sr

“El fascismo no se limita a revivir prejuicios arraigados en


'P es

las masas; también juega con los más altos sentimientos de


justicia e incluso a veces con sus tradiciones revolucionarias”
lá e

(DIMITROV, 1976,Vol. 3, p. 13).


Por lo tanto, según la lección de Dimitrov, el fascismo
ci rv

gana apoyo de las masas porque manipula los prejuicios y


los anhelos de justicia, canalizándolos hacia su política de
do a

terror. Hoy en día, la extrema derecha que llega al gobierno


por voto popular moviliza y manipula en sus campañas
tanto los prejuicios arraigados desde hace tiempo, como
la indignación de la gente corriente contra la corrupción
y el elitismo del sistema político.
En el artículo Anxiety and Politics, de 1954, Franz Neu-
mann (2017) reúne elementos de la psicología de masas
d

de Freud y la teoría de la alienación de Marx para criticar


os

los grupos de masas identificados con un líder carismático


que promueve la expropiación de los derechos y libertades
logrados. Según Neumann, el apoyo popular a las dictaduras

313
reaccionarias es el resultado de la suma de alienaciones y
la manipulación de la ansiedad en la sociedad. La división
de la sociedad en clases antagónicas y la competencia en-
tre individuos estructuran una vida de alienación “social”,
ya que los seres humanos no reconocen el mundo como
resultado de su praxis. Como resultado, surge una reali-
to

dad social de los individuos que experimentan miedo a


la degradación social, es decir, ansiedad por la posibilidad
do

de degradar las condiciones de existencia o de pérdida de


Ed

estatus. A su vez, la alienación “política” es el descrédito


s

del sistema político representativo. Ocurre cuando los


ciudadanos se ven incapaces de cambiar un sistema que
ito re
os

pocos competidores consideran cerrado. Esta alienación


puede ser pasiva, es decir, caracterizada por un desinterés
ra ito

por los asuntos públicos. En este caso, esta apatía sigue


di

siendo funcional a un sistema político elitista y orientado


a los intereses económicos de unos pocos. Sin embargo, la
D sr

alienación política puede tornarse activa cuando es ma-


'P es

nipulada por un liderazgo que moviliza afectos contra las


instituciones del orden jurídico-político.
lá e

Neumann también se da cuenta de que la manipula-


ción de la ansiedad social y la alienación frente al sistema
ci rv

político por parte de un liderazgo carismático regresivo está


necesariamente acompañada de “teorías de la conspiración
do a

en la historia”. De esta forma, se manipulan ciertos aspectos


de la realidad, aunque no del todo falsos, para seleccionar
y señalar a falsos culpables del sufrimiento de la mayoría.
La revuelta contra un sistema elitista y corrupto puede
asumir históricamente un sesgo revolucionario o regresivo.
Lamentablemente en Brasil ha predominado la segunda po-
sibilidad. Bolsonaro asume una fantasía antisistema cuando
d

en realidad él mismo como político no viene de afuera,


os

sino del inframundo marginal de este sistema.


La crisis económica desde 2015 (agravada en gran
medida por la oposición parlamentaria de derecha y los

314
medios capitalistas de comunicación) ha aumentado el
temor a la degradación de las condiciones sociales de vida
de la mayoría y también el temor a la pérdida de estatus por
parte de la clase media. El aumento resultante de la violencia
urbana se ha sumado a la inseguridad social generalizada. El
oligopolio mediático en alianza con la Operación Lava Jato
to

manipuló la indignación contra la corrupción en una cam-


paña centrada principalmente contra el PT. En el proceso
do

de enderezar la sociedad civil, surgieron grupos de masas


Ed

más a la derecha que los partidos burgueses tradicionales,


s

que se dedicaron a una “guerra cultural” basada en arrai-


ito re

gados prejuicios sociales y teorías de la conspiración. Esta


os

nueva derecha reaccionaria en la sociedad civil encontró


en la imagen del poco activo diputado Jair Bolsonaro su
ra ito

“mito” para las masas.


di

El movimiento social de extrema derecha brasileño


D sr

transmutado en un momento dado en bolsonarismo copia


el vocabulario de sectores de la extrema derecha estadou-
'P es

nidense y dice combatir el “marxismo cultural”, que sería


una conspiración comunista anticristiana que controlaría la
lá e

mayoría de las instituciones públicas y privadas de cultura,


artes y medios de comunicación. No son muy creativos y
ci rv

casi literalmente plagiaron a los nazis, quienes afirmaron


do a

combatir el “bolchevismo cultural”. El lenguaje de Bolso-


naro y el grupo más ideológico de su gobierno recuerda el
fascismo en la forma de discurso de odio que se presenta
demagógicamente como antisistema9.

Según el historiador Robert Paxton, las “pasiones movilizadoras” del


9

fascismo incluyen:“una sensación de crisis catastrófica, la creencia de que el grupo


es una víctima, el temor a la decadencia, la superioridad de los instintos del
d

líder sobre la razón abstracta y universal” (2007, p. 78-79, 360). La extrema


os

derecha en Brasil comparte con el fascismo algunas de sus pasiones


movilizadoras, tanto que el discurso dominante sobre la extrema derecha
brasileña, de hecho falso, es que, desde el final de la dictadura militar,
Brasil ha estado en declive y está dominado por la izquierda.

315
El bolsonarismo tienen sus raíces en la realidad brasile-
ña, pero este movimiento se alinea con el frente internacio-
nal de la extrema derecha. Algunas teorías de conspiración
son comunes, como que supuestamente existe una élite
comunista oculta que controla la globalización y las orga-
nizaciones internacionales como las Naciones Unidas, y al
to

mismo tiempo promueve la revolución marxista a través de


la hegemonía cultural10. El bolsonarismo también importa
do

de la extrema derecha de Estados Unidos el culto al hombre


Ed

que porta armas para proteger a su familia y su “libertad”.


s

A pesar de decirse patriótico, el bolsonarismo es la


sumisión completa de Brasil al imperialismo estadouni-
ito re
os

dense. Es un proceso de reneocolonización. Otro aspecto


fundamental del discurso de extrema derecha en Brasil
ra ito

hoy es el odio a la Revolución Cubana y la Revolución


di

Bolivariana y la campaña ideológica contra la República


Popular China.
D sr

Sobre todo, el liderazgo de Bolsonaro es la repre-


'P es

sentación grotesca de poderosos intereses en mantener


lá e

Evidentemente, este mito sobre una supuesta élite oculta que al


10

mismo tiempo controla el dinero y el marxismo evidentemente


reproduce la estructura ideológica del antiguo antisemitismo. Sin
ci rv

embargo, hay poco lugar hoy para el antisemitismo manifiesto y,


además, como es bien sabido, el gobierno israelí es miembro de esta
do a

alianza mundial de extrema derecha, que a su vez admira el sistema


colonialista-racial israelí. Además, la islamofobia es una caracterís-
tica importante de la extrema derecha occidental (y también de
la extrema derecha de la India). Es, por lo tanto, un antisemitismo
reprimido, que se revela muy claramente en la imagen manipulada
que el gobierno de extrema derecha de Hungría atribuye a George
Soros, que se ha extendido por todo el mundo y reproduce viejos
mitos antisemitas. Entre otros de su clase, George Soros es un pro-
motor de la ideología neoliberal del capital monopolista a escala
d

global, asociado, sin embargo, a una línea culturalmente progresista


os

en cuanto a los derechos de las minorías. Debido a tal liberalismo


cultural, la extrema derecha internacional lo presenta mitológica-
mente, incluso en Brasil, como alguien que financia el marxismo y
que controla el mundo desde las sombras.

316
y expandir las desigualdades económicas y sociales en
Brasil. El 6 de febrero de 2018, ocho meses antes de la
primera vuelta de las elecciones de ese año, cuando gran
parte de la izquierda se engañaba con la creencia de que
la popularidad de Bolsonaro sería temporal, el entonces
candidato fue el invitado de honor para hablar el primer
to

día de la XIX CEO Conferencia, evento organizado por


el Banco BTG Pactual y calificado por el anuncio de
do

esta institución financiera como “a maior conferência do


Ed

mercado financeiro na América Latina”. Como escribió Igor


s

Gielow al cubrir el episodio de la edición Folha de São


ito re

Paulo del día siguiente, Bolsonaro “pontuou o discurso com


os

questões sobre segurança pública e valores” y “ao acabar, foi


aplaudido de pé e demorou cerca de meia hora para conseguir
ra ito

sair do salão, parando para selfies, no hotel Hyatt”. El 16 de


di

mayo del mismo año, un informe de la agencia de noticias


D sr

estadounidense Bloomberg haría referencia a ese mismo


hecho en base a fuentes presentes. El título del reporte
'P es

clasificaba a Bolsonaro“vulgar, offensive and wildly popular


with traders in Brazil”. Como se describió, la audiencia
lá e

aplaudió al candidato especialmente cuando insultó a la


ci rv

ex presidenta Dilma Rousseff y le hizo promesas de com-


batir el “crime nas favelas”. Su exaltación de la dictadura
do a

militar y la tortura y sus numerosas declaraciones en tono


misógino, homofóbico y racista no parecieron molestar
a la mayoría del público asistente al evento organizado
por el poderoso banco de inversión y, como señaló el
informe, esos hombres del mercado financiero “estavam
se divertindo de mais para isso” y, “quase sem exceção”, las
fuentes señalaron que Bolsonaro era “surpreendentemente
d

razoável e engraçado – um verdadeiro showman”.


os

Durante la campaña electoral de 2018, Bolsonaro fue


ganando cada vez más apoyo de otras fracciones e indi-
viduos de la clase propietaria. Desde abril se había vuelto

317
muy cercano a Nabhan Garcia11, el controvertido titular
de la União Democrática Ruralista (UDR), que, a pesar
de su nombre, es la asociación de los sectores más atrasados​​
y violentos de los terratenientes. La principal entidad del
sector, la Confederação Nacional de Agricultura e Pe-
cuária do Brasil (CNA) se mantuvo oficialmente neutral,
to

pero el Frente Parlamentar Agropecuário, con más de 250


parlamentarios del Congreso Nacional, entre diputados y
do

senadores federales, declaró su apoyo a la extrema derecha


Ed

el 2 de octubre, cinco días antes de la primera vuelta elec-


s

toral12. La líder del Frente,Tereza Cristina, sería nombrada


ito re

para el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abasteci-


os

miento. El Latifundio y la agroindustria están interesados​​


en el compromiso de reprimir la lucha de los sin tierra,
ra ito

la parálisis de toda demarcación de reservas indígenas y


di

la flexibilización de la normativa laboral y ambiental. Por


D sr

otra parte, algunos de los más exaltados partidarios de Bol-


sonaro durante la campaña, que luego serían investigados
'P es

en una investigación pendiente ante el Tribunal Supremo


Federal (STF) por el financiamiento ilegal de Fake News en
lá e

Internet, son empresarios de grandes grupos del comercio


minoristas y de servicios, entre los cuales se encuentran
ci rv

nombres prominentes como Havan, Riachuelo, Centauro,


do a

Smart Fit y Madero. El discurso en contra de los derechos


laborales y a favor de una mayor seguridad pública de
las mercancías resulta muy atractivo para los propietarios
de cadenas de tiendas comerciales. Y no podía dejar de
mencionar el apoyo del eterno presidente de la poderosa
Federação das Indústrias do Estado de São Paulo (FIESP),
Paulo Skaf, candidato derrotado en 2018 en la disputa
d

https://piaui.folha.uol.com.br/rede-de-intrigas-agrotoxicas/
11
os

https://revistagloborural.globo.com/Noticias/Politica/noti-
12

cia/2018/10/frente-parlamentar-da-agropecuaria-declara-apoio-
-jair-bolsonaro.html

318
por el gobierno del estado de São Paulo. Oficialmente, su
apoyo a Bolsonaro fue solo para la segunda vuelta, ya que
en la primera se había comprometido con el candidato de
su partido (MDB), el financiero Henrique Meirelles. Sin
embargo, aunque su proximidad al candidato vencedor se
disfrazó, fue evidente desde el principio13.
to

Parece que los mayores grupos económicos tendieron,


al menos en un principio, a preferir la victoria de Alckmin
do

del PSDB o algún otro representante burgués ya conocido


Ed

y, por tanto, más predecible14. Sin embargo, no hay duda de


s

que Bolsonaro también obtuvo un fuerte apoyo burgués


ito re

desde el principio (ver la antes mencionada conferencia del


os

BTG Pactual, en febrero). Por consiguiente, a medida que se


consolidó en el primer lugar en las encuestas, dejando muy
ra ito

por debajo a representantes tradicionales del gran capital


di

como Alckmin y Meirelles, el apoyo empresarial creció15.


D sr

Estos políticos y sus partidos estaban muy desgastados por


las acusaciones de corrupción que afectaban al sistema
'P es

político y por la impopularidad del corrupto gobierno


lá e

13
https://www1.folha.uol.com.br/poder/2018/06/nem-co-
nheco-bolsonaro-pessoalmente-diz-skaf-ao-negar-alianca.
ci rv

shtml, https://g1.globo.com/sp/sao-paulo/eleicoes/2018/no-
ticia/2018/10/04/skaf-diz-que-seria-bom-bolsonaro-ganhar-
do a

-no-primeiro-turno.ghtml
14
https://www1.folha.uol.com.br/poder/2018/06/mercado-sonha-
-com-alckmin-mas-o-considera-inviavel-mostra-pesquisa.shtml,
https://www1.folha.uol.com.br/poder/2018/06/banqueiros-pres-
sionam-meirelles-a-desistir-de-candidatura-ao-planalto.shtml
15
Em julho de 2018, Bolsonaro compareceu a evento dos presiden-
ciáveis na Confederação Nacional da Indústria (CNI). Segundo
declarou à agência Bloomberg o presidente da entidade, Robson
Braga de Andrade: “Ele foi aplaudido 12 vezes por empresários, não
d

deveria ter sido aplaudido? Mas se foi aplaudido é porque gostaram do


os

que ele falou, principalmente naquilo que ele demonstra de autoridade em


relação a alguns desmandos que existem no Brasil” (https://noticias.uol.
com.br/politica/eleicoes/2018/noticias/bloomberg/2018/07/17/
bolsonaro-nao-assusta-empresariado-afirma-presidente-da-cni.htm).

319
de Temer. En la segunda vuelta, en la disputa solo contra
el candidato del PT, Fernando Haddad, su candidatura de
extrema derecha obtuvo el apoyo del frente único de los
patrones y dueños del dinero16.
La aparición de un líder carismático con un discurso
pro-mercado que despertó entusiasmo popular fue vista
to

como atractiva para la burguesía. Para muchos trabajadores,


Bolsonaro fue visto y sigue siendo visto como un “revolu-
do

cionario” contra el sistema político corrupto, y los capita-


Ed

listas ven esto como una oportunidad de oro para avanzar


s

precisamente en la implementación, contra los derechos de


ito re

la clase trabajadora, de su programa económico y social del


os

frente único neoliberal. Luego de confirmada la elección


de Bolsonaro, los tres principales bancos comerciales pri-
ra ito

vados del país (Itaú Unibanco, Bradesco y Santander) y la


di

Federação Brasileira de Bancos (FEBRABRAN) emitieron


D sr

declaraciones optimistas y colaborativas.


Si, por un lado, la clase dominante está unida a favor
'P es

del programa económico-social neoliberal, por el otro,


hay divisiones en torno al carácter reaccionario cultural
lá e

del gobierno y su chantaje golpista de quebrantamiento


explícito del orden constitucional. La tragedia humanitaria
ci rv

provocada por la postura del gobierno de Bolsonaro ante


do a

la pandemia del COVID-19 hizo más explícitas las dife-


rencias políticas interburguesas. Bolsonaro desmovilizó el
Ministerio de Salud y lo entregó a oficiales del Ejército
sin ningún conocimiento y experiencia en salud pública

16
Como escribió el candidato derrotado, en un artículo publicado en
la edición Folha de São Paulo del 11/9/2020: “Em 2018, diante da
“difícil” escolha, a elite económica optou por Bolsonaro” (https://
d

pt.org.br/haddad-soberania-e-integracao/). La frase de Fernando


os

Haddad es una cita irónica del editorial hipócrita que publicó el


diario tradicionalmente identificado con la oligarquía paulista, O
Estado de São Paulo, sobre la segunda vuelta de las elecciones pre-
sidenciales y cuyo título decía: “Uma escolha muito difícil”.

320
y alentó el incumplimiento de las medidas sanitarias de
distancia social. Al mismo tiempo, Bolsonaro ha hecho
declaraciones contra la Ciencia y publicitado falsos medi-
camentos milagrosos.También trató de limitar las medidas
de ayuda económica a quienes perdieron sus fuentes de
ingresos como resultado del estallido de la crisis económica
to

asociada con la pandemia. Cuando estos fueron aprobados


por el Congreso Nacional, el gobierno retrasó su ejecución
do

total tanto como fue posible.Todo apuntaba a que pretendía


Ed

sembrar el caos para cosechar un golpe militar a su favor


s

(GIRALDES; NEUENSCHWANDER, 2020).


Una parte de la burguesía, representada por la posición
ito re
os

de grupos mediáticos como Organizações Globo, Folha de


São Paulo y O Estado de São Paulo, se opuso claramente
ra ito

al extremismo político-ideológico y la total irresponsa-


di

bilidad social del gobierno. El Manifiesto “Juntos por la


Democracia y por la Vida”, en junio de este año, demostró
D sr

una postura política de la facción más racional del capital.


'P es

Por otra parte, la visita, el 7 de mayo, al Palacio do Planalto


y al Supremo Tribunal Federal, de dirigentes industriales
lá e

fue solo una de varias manifestaciones de que gran parte


de los controladores del PIB apoya la forma en que se
ci rv

ha comportado el gobierno. en la crisis. Sin embargo, si


la burguesía está desunida por el golpismo de Bolsonaro,
do a

permanece unida en el neoliberalismo (IANONI, 2020).


La existencia de este frente único neoliberal es lo que ha
impedido una oposición burguesa que se oponga sistemá-
ticamente a la afrenta del gobierno de Bolsonaro al orden
constitucional, lo que debe conducir a su impeachment y
posterior rendición de cuentas.
Sin embargo, no existe una coyuntura de normali-
d

dad institucional, pues hubo varias amenazas implícitas y


os

explícitas de uso de las Fuerzas Armadas contra los demás


poderes de la República cuando intentan imponer límites
a Bolsonaro. Según la Revista Piauí en la edición 167 de

321
agosto de 2020, Bolsonaro llegó a decidir, durante una re-
unión ministerial el 22 de mayo, realizar una intervención
militar en el Supremo Tribunal Federal17. Él retrocedió
en ese momento en su intento golpista abierto, pero ¿por
cuánto tiempo? Ya sea por intereses corporativos o por ideo-
logía, el Ejército permanece unido para apoyar al gobierno
to

de Bolsonaro, incluso en lo que tiene de más irracional.


Durante la crisis sucedió algo curioso. Como hemos
do

visto, Bolsonaro boicoteó las ayudas económicas a los más


Ed

necesitados. Sin embargo, una vez que se implementó un


s

programa temporal de transferencia de dinero aprobado


por el Congreso Nacional, esto resultó en un aumento en
ito re
os

la popularidad de Bolsonaro entre los más pobres. En su


ignorancia y necesidad, muchos atribuyeron el milagro al
ra ito

santo equivocado. Podríamos decir que, a pesar de su falta


di

de virtú política y militar, Bolsonaro ha sido un hombre


afortunado. Tal vez lo sea. Pero también podemos asumir
D sr

que este efecto es el resultado de las corrientes de transmi-


'P es

sión sobre los pobres de dos de las facciones que forman la


alianza bolsonarista: las iglesias fundamentalistas evangélicas
lá e

y el movimiento social de extrema derecha con su industria


de Fake News vía grupos de WhatsApp.
ci rv

Esta resiliencia e incluso la ampliación de la base social


del gobierno incluso le ha permitido a Bolsonaro traicionar
do a

a la alianza con la Operación Lava Jato. Esta fue importante


para darle prestigio social durante la campaña electoral. Sin
embargo, hoy Bolsonaro tiene una base social suficiente
para prescindir de Sergio Moro y del apoyo del lavajatis-
mo. Con eso se deshizo de los competidores dentro de la
derecha en la disputa por el control de la Policía Federal,
que se puede utilizar con más flexibilidad para proteger a
d

sus familiares y amigos y para la persecución de otros que


os

se interpongan en su camino. Además, Moro siempre ha

https://piaui.folha.uol.com.br/materia/vou-intervir/
17

322
sido un aliado de las Organizações Globo y éstas son vistas
por Bolsonaro como un enemigo.
El gobierno brasileño es de extrema derecha, pero ob-
viamente no existe un régimen fascista y ni siquiera hay un
movimiento fascista en el sentido clásico. Lo que hay es un
estado de derecho y una democracia liberal que están siendo
to

erosionados y corrompidos por el neoliberalismo y el popu-


lismo de extrema derecha. Sin embargo, si se pone en práctica
do

lo que Bolsonaro declaró en la reunión ministerial del 22 de


Ed

abril, que la población se arme para reaccionar a órdenes de


s

organismos gubernamentales e institucionales con los que él


ito re

no está de acuerdo, entonces estaríamos ante un movimiento


os

realmente fascista18. Por otro lado, un régimen político en el


que el jefe de Estado y de gobierno amenaza constantemente
ra ito

con el uso de las Fuerzas Armadas contra otras instituciones,


di

puede considerarse cada vez menos como un Estado de de-


D sr

recho. Es un estado de chantaje golpista permanente.


'P es

REFERENCIAS
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lá e

Editora Estampa.
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manifestações de 2013 ao golpe de 2016. Rio de Janeiro:
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demias-e-pandemonio-no-brasil-cristiane-brandao-augusto-
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18
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-povo-se-arme.htm.

323
HILFERDING, Rudolf (1963). El capital financiero. Madrid:
Editorial Tecnos.
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com.br/frente-unica-burguesa-sustenta-bolsonaro/> .
LÊNIN,Vladimir I. U. (1981). Imperialismo: etapa superior do
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capitalismo. In: Obras Escolhidas em três tomos.Volume I. Lisboa:


Edições “Avante!”.
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_____. (1985a). Sobre as ilusões constitucionais. In: Obras Escolhi-


Ed

das em Seis Tomos. Tomo 3. Moscovo: Edições Progresso; Lisboa:


Edições “Avante!”.
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NEUMANN, Franz (2017). Anxiety and Politics. In: TripleC


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15(2), p. 612-636, disponible electrónicamente en <https://


www.triple-c.at/index.php/tripleC/article/view/901> .
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Paz e Terra.
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SINGER,Andre (2015). Cutucando onças com varas curtas: o en-


saio desenvolvimentista no primeiro mandato de Dilma Rousseff.
'P es

In: Novos Estudos CEBRAP, Edição 102, Julho de 2015, p. 43/71,


disponible electrónicamente en <https://www.scielo.br/scielo.
php?script=sci_arttext&pid=S010133002015000200039&ln-
lá e

g=pt&nrm=iso&tlng=pt>.
ci rv
do a
d os

324
C-2019:
GARANTÍAS CONSTITUCIONALES.
COMENTARIOS PARA UN ANÁLISIS 13
to
do
Ed
s

Martha Prieto Valdés1


ito re
os

Amanda Prieto Valdés2


ra ito

1. IDEAS PRIMARIAS
di

Estos comentarios para el debate se asientan en el


criterio de que “garantías constitucionales” es una cate-
D sr

goría amplia que comprende no solo las consagradas en la


'P es

Constitución respecto a los derechos que ella contiene, si no


también los mecanismos para hacer realidad esas garantías y
lá e

los contenidos, todos, de ese magno texto. En este sentido,


asumimos que la Constitución será garantía superior del
ci rv

orden jurídico político y en especial de los derechos en ella


consignados, si además de ser expresión de las conquistas
do a

y valores, de consensos nacionales, es origen de cambios y


1
Profesora Titular de Teoría del Derecho y Derecho Constitucional de
la Universidad de La Habana, Cuba. Doctora en Ciencias Jurídicas.
Vicepresidenta de la Sociedad Cubana de Derecho Constitucional y
Administrativo de la Unión Nacional de Juristas de Cuba. Presidenta
de la Sección de Ciencias Sociales de la Academia de Ciencias de
Cuba. Email: mprieto@lex.uh.cu / ORCID iD: https://orcid.
d

org/0000-0001-8696-7623
os

2
Profesora Asistente de Teoría del Estado, Teoría del Derecho y
Derecho Constitucional de la Universidad de La Habana. Email:
amanda.prieto@lex.uh.cu / ORCID iD: https://orcid.org/0000–
0001–9484–4340

325
fuente de desarrollo3, consolida derechos y libertades no
estáticos, desde la perspectiva de un dar y recibir de todos
los sujetos sociales, a fin de contribuir a la realización de
las aspiraciones siempre crecientes en cualquier sociedad.
En relación con los derechos, Ferrajoli defendió que
todas las garantías, aún en su diversidad, “…tienen en co-
to

mún el dato de haber sido previstas a sabiendas de que su


falta daría lugar a la violación del derecho que, en cada
do

caso, constituye su objeto” 4. Por tanto, al decir garantías nos


Ed

referimos a instituciones, normas, acciones y procederes,


s

ordinarios y específicos, que propician la realización de


ito re

esos derechos.
os

Por consiguiente, el aseguramiento jurídico del disfru-


te o defensa de los derechos y su inclusión en las constitu-
ra ito

ciones sin las respectivas garantías, los convierte en meras


di

proclamaciones de principios y colocan al ciudadano en


D sr

una situación de indefensión frente a lesiones de sus igua-


les, e incluso, frente al posible abuso del poder estatal5. A
'P es

tales efectos, la función de las garantías es tributar al ase-


guramiento y defensa de los derechos de toda persona, de
lá e

ahí que la principal vía que se ha concebido e instituido


para reclamar la reparación de las lesiones, en materia de
ci rv
do a

3
Ver Valadés, Diego. “El dilema constitucional”, en Valadés, D y
Gutiérrez, R. (coordinadores). Derechos Humanos. Memorias del
IV Congreso Nacional de Der Constitucional. T.III.UNAM. Mex,
2001, pp. xi.
4
Ferrajoli, L. Garantías. (Original publicado en italiano en Parole-
chiave, n 19, 1999.) (Trad. de Antonio de Cabo y Gerardo Pisarello)
Aula Virtual Derecho Procesal Penal. Facultad de Derecho. Univer-
sidad Nacional de Mar del Plata. (http://procesalpenal.wordpress.
com/2007/11/18/garantias-articulo-de-luigi-ferrajoli/ )
d

5
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os

justicia, 1ra Edición, Instituto Latinoamericano de Investigaciones


Sociales (ILDIS), Caracas, p. 22. López Garrido, Diego; Marcos F.
Massó Garrote y Lucio Pegoraro: Derecho Constitucional Comparado,
Tirant lo Blanch, 1ra Edición, España, 2017, pp. 312-313.

326
derechos y libertades, continúa siendo la judicial, asentado
en su carácter de ente imparcial.
Asimismo, la expresión garantías incluye una diversi-
dad de instituciones, normas, acciones y procederes, ordi-
narios y específicos, que tienen como finalidad asegurar el
orden jurídico establecido en la Constitución y las leyes,
to

de conformidad con la coherencia que se hace necesaria


para que prevalezca la seguridad jurídica como escalón
do

previo para alcanzar la justicia, los que han de poder ser


Ed

empleados por los sujetos políticos y la ciudadanía de


s

manera individual o colectiva.


ito re

En cuanto a la Constitución, debe partirse que ella no


os

es solo un programa político, sino que es norma de apli-


cación directa en cualquier sociedad, y eso se expresa en
ra ito

los principios de supremacía constitucional y, por ello, los


di

diversos medios que se establecen para su aseguramiento,


D sr

entre ellos el control de constitucionalidad de las disposi-


ciones generales.
'P es

2. GARANTÍAS CONSTITUCIONALES
lá e

EN TEXTO DE 2019.
LIMITACIONES PRESENTES
ci rv

Actualmente, el texto constitucional, conforme a


do a

los reclamos y necesidades en las esferas políticas, eco-


nómicas y sociales, ha previsto no sólo una amplia gama
de derechos, algunos incluidos por primera vez entre las
normativas y prácticas cubanas, sino también ha incre-
mentado y perfeccionado las garantías jurídicas necesarias
para su defensa y aseguramiento.
Un primer elemento a destacar es que la Constitución,
d

si bien regula esos derechos y garantías, en la mayor parte


os

de los casos no los delimita, o no determina el ámbito de


ejercicio de los derechos e incluso en materia de garantías
básicamente las enuncia de manera principista, por lo que

327
se advierten varias remisiones a la ley en pos de definiciones
o determinaciones básicas para facilitar su concreción. Si la
Constitución “…al reconocer los derechos, los configura
directamente, o habilita al legislador para regularlos, ya sea
configurándolos o estableciendo sus contornos, …el legis-
lador [entiéndase todo creador de Derecho] está obligado
to

a respetar esos límites definidos [en la letra superior] y


tiene prohibido constitucionalmente afectar el contenido
do

de esos derechos”6. Pero, no se le previeron los límites al


Ed

desarrollo de las mismas.


s

Por lo que puede suceder que las leyes de desarrollo


ito re

se dicten con carácter restrictivo respecto a la preceptiva


os

constitucional, pero como el creador de las mismas es el


único intérprete, está impidiendo el pleno desarrollo del
ra ito

mandato, e incluso pudiendo excluir a quiénes tenían el


di

derecho o el deber, o reconocerle derechos y fijar deberes


D sr

a quiénes no estaban contemplados en el diseño inicial.


En este sentido, es evidente un conflicto ético y polí-
'P es

tico, porque si analizamos la relación voto popular -consti-


tuyente- que estableció un conjunto de derechos a disfrutar
lá e

en una sociedad, todavía, mientras el cronograma legislativo


no se cumpla, son derechos que estarán sin ejercer, aún
ci rv

después de 1 año de su entrada en vigor, son inaplicables.


do a

Por tanto, si se asumiese la Constitución como norma


de aplicación directa, no habría la necesidad de esperar a
la normativa inferior ordinaria que la desarrolle, lo cual
requeriría un cambio en la práctica de los operadores
del Derecho, que siguen bajo la concepción de que es la
ley la que debe imponer las pautas y no la Constitución.
Como fundamento adicional, es la necesidad de realizar la
norma de Derecho superior que necesita ser interpretada
d

con arreglo a los principios y valores en que descansa, a


os

Ver para abundar al respecto, entre otros, a Nogueira Alcalá, Hum-


6

berto. Ob. cit.

328
las razones en que está inspirada, a los fines de cumplir la
misión que le corresponde en el orden político jurídico
de la sociedad.
El aseguramiento de la observancia del mandato cons-
titucional requiere de la instrumentación de controles
eficaces de constitucionalidad para verificar la actuación
to

del representante superior, como los de legalidad respecto


al resto de los órganos de poder y de administración.Tales
do

controles fueron previstos en la Constitución como medio


Ed

de garantía, pero lo conserva como control político sin la


s

intervención del aparato de justicia, con lo que el estímulo


de estos depende más de factores orgánicos-funcionales y
ito re
os

volitivo-políticos que jurídicos-garantistas.


Asimismo, son limitadas las posibilidades de accionar
ra ito

del soberano para estimular directamente el control de


di

constitucionalidad como medio de garantizar la suprema-


cía constitucional, por cuanto se requiere la conjunción
D sr

de intereses de 500 ciudadanos, con capacidad electoral y


'P es

otros requisitos formales. Esta misma situación se mani-


fiesta en la iniciativa legislativa o de completamiento de la
lá e

letra constitucional a fin de asegurar su instrumentación


eficaz y con inmediatez pues, aunque el texto de 2019 lo
ci rv

prevea, la cantidad de personas requeridas -10 000- hace


difícil su instrumentación ante la falta de un proceder ágil
do a

y propiciador, que deberá ser adoptado.


En síntesis, si la tutela constitucional es la primera
garantía jurídica de los derechos esenciales para el hombre
en cada sociedad, el control efectivo de la preservación
de esa supremacía constitucional constituye la garantía
de la garantía.
De igual manera, llama la atención que, en el texto
d

constitucional de 2019, se modificó la denominación del


os

capítulo que contiene los derechos, deberes y garantías, (C.


2019,T.V), así a secas, sin señalar que son los fundamenta-
les los que se han incluido; quizás el propósito fue asumir

329
la categoría de derechos humanos. Tengamos en cuenta
que se incorporaron los derechos por su condición son
esenciales para el hombre, tanto individualmente como en
lo colectivo, y ellos son punto de partida para el recono-
cimiento o disfrute de otros - los derechos civiles, luego
los políticos, los sociales y culturales, como también los
to

familiares-, y aunque los denominemos diferenciadamente,


ellos se condicionan recíprocamente, por lo que la lesión
do

o amenaza de algún derecho constitucionalizado afectaría,


Ed

y de hecho afecta en cadena, a múltiples derechos con sus


s

respectivas garantías.
Se requieren entonces medios de defensa que han de
ito re
os

ser capaces de detener la lesión o amenaza, ante la acción


o inacción del ente vulnerador, la inaplicación de la norma
ra ito

lesiva -cuando sea este el caso- hasta la solución del litigio


di

y la culminación del proceso, con suficiente fuerza para


mandatar y obligar a los vulneradores al restablecimiento de
D sr

los derechos que han sido lesionados y capaces de ordenar


'P es

lo conculcado.
Amén del perfeccionamiento que se está produciendo
lá e

de la normativa ordinaria conforme a la constitucional, y


de la ampliación de las garantías de los derechos, es una
ci rv

necesidad constante, desde el poder y la política, brindar


protección especial a los derechos que se consagran en la
do a

Constitución, por ser estos los de mayor relevancia para la


realización de la persona humana.
Entre los medios para asegurar los derechos vale des-
tacar, que en el orden sustantivo se previó que las personas
puedan acceder a los órganos judiciales a fin de obtener
una tutela efectiva de sus derechos e intereses legítimos
[…] (C. 2019, art. 92)7. De la redacción de este precepto,
d

y por el lugar en que se consigna, pudiera asumirse que


os

no se regula el “acceso” como derecho, si no como medio

Ibídem. p. 40.
7

330
para alcanzar una garantía. ¿Cómo asegurar el acceso a la
justicia en todo momento? ¿no es este el propósito?
Por eso llama la atención que perviven normativas
que impiden el acceso a la justicia y queda pendiente ver
si sufre alguna modificación lo referido a los -funciona-
rios públicos-, pues las normativas que regulan el régimen
to

disciplinario de los directivos, funcionarios y de algunos


sectores económico productivos, establecen un régimen
do

especial impidiendo el acceso a la vía judicial. Respecto a


Ed

este precepto, también se señala la denominación de “efec-


s

tiva” que acompaña a la tutela judicial, cuando lo efectivo


supone ejecución de la decisión judicial y no se tienen los
ito re
os

medios en todas las esferas para asegurarlo, ni práctica de


observancia inmediata de estas decisiones.
ra ito

También es de resaltar el reconocimiento de los mé-


di

todos alternos de solución de conflictos [MASC] (C. 2019,


art. 93); pues ello abre el espacio a una nueva manera de
D sr

conducir a las partes hacia la solución de sus controversias,


'P es

convirtiéndolas, con más o menos protagonismo, en ac-


tores responsables de su solución, distinto a la litigiosidad
lá e

característica del proceso judicial8. El acceso a los MASC


proporcionan a las personas vías que complementan la
ci rv

judicial para la solución de sus conflictos, dibujando una


manera distinta, aunque no distante para satisfacer el pro-
do a

pósito de conseguir la justicia que demandan, bien por sus


propios acuerdos, a través de los métodos que se ofrecen; o
de laudos en el caso de arbitraje. Se tiene práctica en ma-
teria familiar, económica y comercial; ¿en qué otras esferas
se podrán utilizar los MASC? ¿Quiénes podrán intervenir

Pérez Silveira, Maelia Esther: El acceso a los métodos alternos de


8
d

solución de conflictos desde la nueva Constitución en Cuba, en


os

Lledó Yagüe, Francisco; Benítez Ortúzar, Ignacio F. y Mendoza


Díaz, Juan. Garantías de los derechos en el nuevo panorama constitucional
cubano. Editorial DYKINSON, Madrid, 2020, pp. 91-110. ISBN:
978-84-1324-645-1.

331
en la solución de los conflictos que ante estas garantías se
presentan? En este escenario, se debate si la inserción de
los MASC podría cumplir la misma función, amén que del
reconocimiento constitucional se desprende su dualidad:
como derecho y garantía9.
En otro orden de ideas, se reconoce por primera vez
to

en las constituciones socialistas cubanas el debido proceso


como garantía. Al decir de Mendoza Díaz y Goite Pierre10,
do

el legislador constitucional cubano separó, con acierto, las


Ed

categorías tutela judicial efectiva (C. 2019, art. 92) y debido


s

proceso (C. 2019, art. 94) conocido también como debido


proceso legal o proceso con todas las garantías. Ahora bien,
ito re
os

en la propia regulación constitucional se entremezclan


cuestiones relativas al proceso y al procedimiento, cuando
ra ito

debieron formularse de manera diferenciada a fin de su


di

plena instrumentación. Un ejemplo, es la referencia a “(…)


autoridad competente” a la vez que a los tribunales o cuan-
D sr

do se refiere a “recursos o procedimientos”, “resoluciones


'P es

judiciales o administrativas” [C. 2019, art. 94 e) y f)].


Llama la atención la manera en que se consigna el
lá e

acceso al tribunal competente independiente e imparcial


como expresión del debido proceso, ya que lo anterior
ci rv

se acompaña con la expresión “(…) en los casos que co-


rresponda” [C. 2019, art. 94 d)], lo cual ante la práctica
do a

anterior de impedir acceso a la justicia pudiera suponer


un impedimento al disfrute de esta garantía.
Por otro lado, y vinculado al debido proceso es menester
destacar las garantías relativas al proceso penal (C. 2019, art.
95). En este, se han previsto ocho garantías básicas del enjuicia-

Ibídem. p. 12.
9
d

Mendoza Díaz, Juan y Goite Pierre, Mayda: “El debido proceso


10
os

penal en el modelo constitucional cubano”, en Lledó Yagüe, Fran-


cisco; Benítez Ortúzar, Ignacio F. y Mendoza Díaz, Juan. Garantías
de los derechos en el nuevo panorama constitucional cubano. Editorial
DYKINSON, Madrid, 2020, p. 186. ISBN: 978-84-1324-645-1.

332
miento en esta materia; lo que no implica que sean las únicas
que debe contener un modelo procesal penal garantista, sino
las que no pueden faltar, para que pueda ser calificado como
tal. La Constitución de 2019 abre un espacio sin precedentes
en el panorama normativo cubano, pues definió de manera
clara y precisa las principales garantías del proceso penal y con-
to

mina al legislador ordinario a tenerlas en cuenta en la norma


procesal que debe generarse11. No obstante, hasta tanto no se
do

modifique la ley relativa al proceso penal estas garantías deben


Ed

ser entendidas e implementadas en la práctica cotidiana; de lo


s

contrario, la inclusión constitucional solo será garantía a través


ito re

de la ley de desarrollo. Entre estas garantías relativas al proceso


os

penal, ha sido objeto de debate, entre otros, lo relativo al “(…)


inicio del proceso” [C. 2019, art. 95 b)], momento a partir del
ra ito

cual se puede tener asistencia letrada. ¿Quién define el inicio


di

del proceso? ¿Cuándo inicia el proceso? Será el momento de


D sr

la detención, de la instrucción de cargos o de la presentación


del expediente para el juicio oral.
'P es

La institución del Habeas Corpus, aun cuando tenía


tutela legal, se introdujo en la Constitución cubana de 2019,
lá e

como un mecanismo específico de protección del derecho


a la libertad personal, frente a la privación de libertad ilegal
ci rv

(C. 2019, art. 96). En el precepto no se estableció cual era


do a

“(…) el tribunal competente” para presentar este reclamo,


ni tampoco se advierte el órgano ante el cual se puede
reclamar su denegación, como si hacía la Constitución de
1940. Tampoco se establecen las “(…) exigencias” para su
presentación, si no que son remitidas a la ley, por lo que el
reto de la ley de desarrollo está en poder llenar de conte-
nido ese pronunciamiento, que permita hacer efectiva la
garantía constitucional12.
d os

11
Ibídem. p. 200.
12
Goite Pierre, Mayda: “El Habeas Corpus en la Constitución
cubana”, en Lledó Yagüe, Francisco; Benítez Ortúzar, Ignacio F. y

333
Una garantía que merece atención es el Habeas Data
(C. 2019, art. 97), aun cuando no se formula con esta de-
nominación. En su configuración, recoge algunos de los
elementos principales propios del derecho a la protección
de datos de carácter personal; cuestión esta novedosa en
el constitucionalismo cubano pos-revolucionario, pues la
to

Constitución cubana de 1976 no reconocía el derecho a la


protección de datos, lo que por otra parte resultaba com-
do

prensible por el año de elaboración del texto13. Amén de la


Ed

ubicación que recibe en el CapítuloVI relativo a las Garantías


s

de los Derechos, de su redacción se puede desprender que


no solamente se trata de recoger una garantía concretada a
ito re
os

través de un procedimiento de acceso a los datos, sino que


el texto alberga también un derecho constitucional14. Pero
ra ito

es esta otra garantía que debe esperar por la ley de desarrollo


di

para que se determine el uso y tratamiento de estos datos,


así como el procedimiento y órgano solucionador.
D sr

Se mantiene casi de idéntica manera a como estaba


'P es

regulado en el texto de 1976 (art. 26) el derecho de toda


persona a reclamar y a obtener la correspondiente repa-
lá e

ración o indemnización -salvo la referencia a los posibles


vulneradores que en la presente son “(…) directivos, funcio-
ci rv

narios y empleados del Estado” [C. 2019, art. 98]-, cuando


actúen con motivo del ejercicio de las funciones propias de
do a

Mendoza Díaz, Juan. Garantías de los derechos en el nuevo panorama


constitucional cubano. Editorial DYKINSON, Madrid, 2020, p. 240.
ISBN: 978-84-1324-645.
13
Serrano Pérez, María Mercedes y Rodríguez Marcano, Eligio Ra-
fael: “El derecho a la Protección de datos de carácter Personal en la
Constitución cubana de 2019” en Lledó Yagüe, Francisco; Benítez
Ortúzar, Ignacio F. y Mendoza Díaz, Juan. Garantías de los derechos
d

en el nuevo panorama constitucional cubano. Editorial DYKINSON,


Madrid, 2020, p. 243. ISBN: 978-84-1324-645-1.
os

14
Ojeda Bello, Zahira y Amoroso Fernández,Yarina: “La protección
de los datos personales en Cuba desde la legislación vigente”, Justicia
Iuris 12 (2), 2016, p. 96.

334
sus cargos. Según Matilla Correa15 este precepto se refiere
materialmente a la responsabilidad patrimonial del Estado
y el personal a su servicio16. Esta fue una vía para acceder
a los tribunales ante lesiones provocadas por los entes de la
Administración Pública y obtener la reparación material,
pero en la práctica no ha sido sinónimo de ello en fun-
to

ción de la defensa de los derechos dadas las limitaciones


impuestas por las normativas ordinarias.
do

Vale destacarse el artículo 99 (C. 2019) que consignó


Ed

una nueva garantía judicial para la defensa de los derechos


s

consagrados en la Constitución, y que al haber estado


ito re

ausente del ordenamiento jurídico cubano por más de 40


os

años, las previsiones y carencias merecen ser valoradas en


pos de propiciar la mejor instrumentación y el perfecciona-
ra ito

miento de esta especial institución17. En el propio precepto


di

se aprecia una incongruencia normativa esencial pues a la


D sr

vez que se previó que son “(…) reclamables los derechos


consagrados en la Constitución”, en un segundo párrafo se
'P es

ordena que “la ley establece aquellos derechos amparados


por esta garantía”, por lo que se corre el riesgo que la ley de
lá e

desarrollo limite el acceso a este cauce procesal para reparar


derechos que, por su importancia, se constitucionalizaron.
ci rv

Asimismo, en la redacción de este precepto se tuvo


do a

como patrón el referido a la garantía antes comentada (C.


15
Matilla Correa, Andry: “La responsabilidad patrimonial del Estado:
una primera lectura general del artículo 98” en Lledó Yagüe, Fran-
cisco; Benítez Ortúzar, Ignacio F. y Mendoza Díaz, Juan. Garantías
de los derechos en el nuevo panorama constitucional cubano. Editorial
DYKINSON, Madrid, 2020, p. 315. ISBN: 978-84-1324-645-1.
16
Ibídem. pp. 316-317.
d

17
Prieto Valdés, Martha: “El amparo en el nuevo panorama cons-
os

titucional cubano”, en Lledó Yagüe, Francisco; Benítez Ortúzar,


Ignacio F. y Mendoza Díaz, Juan. Garantías de los derechos en el nuevo
panorama constitucional cubano. Editorial DYKINSON, Madrid, 2020,
pp. 355-356. ISBN: 978-84-1324-645-1.

335
2019 art. 98), con lo que se mantiene la referencia a lo
“indebido” pero aquí acompañado de la “(…) acción u
omisión” de los posibles vulneradores, no incluyendo los
fundamentos de lo indebido ni quien lo determina, si no que
eso corresponderá a la ley de desarrollo. De igual manera, se
insiste en que este precepto se asienta en una visión restrictiva
to

“(…) acción u omisión” y no se consigna la posibilidad de


reclamar ante normas lesivas. No obstante, consideramos que
do

las leyes son resultado de una acción del órgano legislativo,


Ed

como lo pueden ser las demás normativas emanadas de los


s

órganos del Estado y de la Administración y la inacción o


ausencia de leyes de desarrollo o de preceptos reguladores
ito re
os

de una institución son expresión de omisiones normativas.


Esta garantía implica el acceso a los tribunales de ma-
ra ito

nera privilegiada, de ahí que se prevea un cauce expedito,


di

concentrado y preferente, pero no supone un medio para


cuestionar la jurisdicción ordinaria, pues se establecerá un
D sr

proceso especial para estos derechos, como tampoco para


'P es

valorar la legalidad o la constitucionalidad de disposiciones


normativas que perviven y pueden ser limitativas de dere-
lá e

chos constitucionalizados al amparo del nuevo texto, como


tampoco de las nuevas que surjan. Lo anterior es algo que
ci rv

puede y debe ser perfeccionado a fin de que se instituya en


una garantía superior de los derechos del texto supremo.
do a

El último precepto en el Capítulo de las Garantías es


el relativo a los principios de irretroactividad como rector
y la retroactividad de las normas con carácter secundario,
solo cuando las leyes lo dispongan expresamente atendiendo
a razones de interés social o utilidad pública. Hubiera sido
conveniente que se estableciese de manera expresa o directa
el ámbito o esfera socio-jurídica en las que pudiese deter-
d

minarse la retroactividad por las razones antes apuntadas; el


os

hecho es que en la doctrina constitucional este principio solo


es aplicable en la esfera civil-patrimonial, pero con la expre-
sión presente queda al amparo de lo que disponga cada ley.

336
3. CONSIDERACIONES FINALES
Queda claro entonces, que todos los derechos re-
claman por igual de la existencia de garantías materiales
y jurídicas, normativas y procesales, e institucionales que
concurran a la protección y validación de los mismos.
to

Para la defensa de los derechos reconocidos en el magno


texto, debieran tenerse en cuenta determinados presupuestos
do

imprescindibles: la práctica obligada de la aplicación directa


Ed

de la Constitución, no como norma de acompañamiento


sino como regla directa de solución de conflicto y la falta
s

de leyes de desarrollo; la implementación y aplicación de


ito re
os

los principios generales como mandatos de optimización y


normas de cabal cumplimiento; el pleno acceso a la justicia;
ra ito

la ejecutoriedad inmediata de las sentencias judiciales; la


di

exigencia de responsabilidad a quien incumpla el mandato


judicial y administrativo de restablecer el derecho lesionado,
D sr

restringido o vulnerado; así como la consideración de que


'P es

todos los derechos que se constitucionalizan tiene igual rango


y requieren de igual protección.
lá e

Para garantizar no solo los derechos, las propias garantías


si no también la supremacía de la Constitución, debe siempre
ci rv

tenerse presente que la Constitución fue aprobada por el


soberano y que todos sus contenidos entrañan la obligación
do a

de respeto para todos como medio de realización. Es por ello


que García de Enterría18 puntualizó que las constituciones
son normas jurídicas efectivas, que prevalecen en el proceso
político, en la vida social y económica del país, y que sus-
tentan la validez a todo orden jurídico y la interrelación que
pueda darse entre la política, el poder y la sociedad.
Estas y otras son las problemáticas que en torno a la
d

defensa y plena realización de los derechos constitucionales,


os

18
García de Enterría, Eduardo. La Constitución como norma y el Tribunal
Constitucional, Madrid, 1981, pp. 33, 39, 66, 71, 177 y 187.

337
las garantías y el magno texto, han motivado estos comenta-
rios, los que tienen el propósito de llamar la atención sobre
aquellos contenidos que deben ser perfeccionados a fin de
fortalecer la valía de la Constitución de 2019.
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proclamada el 10 de abril de 2019, edición extraordinaria, año
d

CXVII, número 5.
os

339
dos
do a
ci rv
lá e
'P es
D sr
ra ito
ito re
Ed di
os
s
do
to
A DIMENSÃO GEOPOLÍTICA
DO GOLPE DE 2016
NO BRASIL1 14
to
do
Ed
s

ito re

Natacha Rena2
os

Maira Ramirez3
Danilo Barbosa4
ra ito

Henrique Porto5
di

D sr

1
Este texto foi previamente apresentado em uma aula na disciplina - “O
Impeachment de Dilma Rousseff como Golpe de Estado: Perspec-
'P es

tivas jurídicas, filosóficas, políticas e históricas” - composta por 30


conferências de professores da UFMG e tem o material completo
disponível no link: <https://files.indlab.net/ge_geopoliticas/13_hipo-
lá e

teses_sobre_o_golpe.pdf>. Acesso em 16 de setembro de 2020. Este


texto também foi publicado na revista Indisciplinar n.7 anteriormente:
ci rv

<https://wiki.indisciplinar.com/download/007.pdf>.
2
Doutora e Professora Assistente da Escola de Arquitetura da UFMG.
do a

Líder do Grupo de Pesquisa Indisciplinar. Coordenadora do Pro-


grama de Extensão IndLab e dos Projetos de Extensão: Geopolí-
tica e Cidades, Cartografias Emergentes e Plataforma Urbanismo
Biopolítico. Editora da Revista Indisciplinar. Participa da Pesquisa
Territórios Populares coordenada pelo LabCidade USP e da Pes-
quisa Geopolítica e Territórios. Editora-chefe da revista de extensão
da UFMG - Interfaces -. Participa do Comitê Gestor do CELA
- Centro de Estudos Latino-Americanos da DRI - Diretoria de
Relações Internacionais da UFMG
d

3
Arquiteta e urbanista formada pela Universidade Federal de São João
os

del Rei e mestranda no Programa de Pós-graduação em Ambiente


Construído e Patrimônio Sustentável da Universidade Federal de
Minas Gerais. Pesquisadora no “Grupo de Pesquisa Indisciplinar”
(UFMG), no “Grupo de Pesquisa Pedagogias do Espaço” (UFSJ) e

341
Há um conflito que se agrava entre um espaço
45

local, espaço vivido por todos os vizinhos, e um


espaço global, habitado por um processo racio-
nalizador e um conteúdo ideológico de origem
distante e que chegam a cada lugar com os obje-
tos e as normas estabelecidos para servi-los. Daí
o interesse de retomar a noção de espaço banal,
to

isto é, o território de todos, frequentemente


contido nos limites do trabalho de todos; e de
do

contrapor essa noção à noção de redes, isto é, o


Ed

território daquelas formas e normas ao serviço


de alguns. Contrapõem-se, assim, o território
s

todo e algumas de suas partes, ou pontos, isto é, as


ito re

redes. Mas, quem produz, quem comanda, quem


os

disciplina, quem normatiza, quem impõe uma


racionalidade às redes é o Mundo. Esse mundo é
ra ito

o do mercado universal e dos governos mundiais.


O FMI, o Banco Mundial, o GATT, as organiza-
di

ções internacionais, as Universidades mundiais,


D sr

as Fundações que estimulam com dinheiro forte


a pesquisa fazem parte do governo mundial
'P es

que pretendem implantar, dando fundamento à


globalização perversa e aos ataques que hoje se
lá e

fazem, na prática e na ideologia, ao Estado Terri-


torial. Quando se fala em mundo, está se falando,
ci rv

nos projetos de pesquisa “Geopolítica e Territórios” e “Territórios


do a

Populares”, coordenado pelo LabCidade USP. Participa do Programa


de Extensão IndLab e dos projetos de extensão “Cartografia das
lutas territoriais” e “Geopolítica e Cidades”.
4
Arquiteto e urbanista formado pela Universidade Federal de Minas
Gerais, mestrando no Programa de Pós-graduação em Ambiente
Construído e Patrimônio Sustentável da Universidade Federal de
Minas Gerais. Pesquisador no “Grupo de Pesquisa Indisciplinar”
(UFMG) e no projeto de pesquisa “Geopolítica e Territórios”. Par-
ticipa do Programa de Extensão IndLab e do projeto de extensão
d

“Geopolítica e Cidades”.
os

5
Graduando no curso de Arquitetura e Urbanismo da UFMG. Bolsista
no projeto de pesquisa “Geopolítica e Territórios” e no programa
de extensão “Ind.Lab”, ambos vinculados ao “Grupo de Pesquisa
Indisciplinar” (UFMG).

342
sobretudo, em mercado que hoje, ao contrário
de ontem, atravessa tudo, inclusive a consciência
das pessoas. Mercado das coisas, inclusive da na-
tureza; mercado das ideias, inclusive da ciência
e da informação; mercado político. Justamente,
a versão política dessa globalização perversa é
a democracia de mercado. O neoliberalismo
to

é o outro braço dessa globalização perversa, e


ambos esses braços – democracia de mercado e
do

neoliberalismo – são necessários para reduzir as


Ed

possibilidades de afirmação das formas de viver


cuja solidariedade é baseada na contiguidade, na
s

vizinhança solidária, isto é, no território compar-


ito re

tido. Se essa convivência conhece uma regulação


os

exterior, esta se combina com formas nacionais


e locais de regulação. O conflito entre essas
ra ito

normas deve, hoje, ser um dado fundamental


da análise geográfica. Antes do enfraquecimento
di

atual do Estado Territorial, a escala da técnica e a


D sr

escala da política se confundiam. Hoje essas duas


escalas se distinguem e distanciam-se. Por isso
'P es

mesmo, as grandes contradições do nosso tempo


passam pelo uso do território. Na democracia de
lá e

mercado, o território é o suporte de redes que


transportam regras e normas utilitárias, parciais,
parcialidades, egoísticas (do ponto de vista dos
ci rv

atores hegemônicos), as verticalidades, enquan-


do a

to as horizontalidades, hoje enfraquecidas, são


obrigadas, com suas forças limitadas, a levar em
conta a totalidade dos atores. A arena da opo-
sição entre o mercado – que singulariza – e a
sociedade civil – que generaliza – é o território,
em suas diversas dimensões e escalas. (SANTOS,
2005, p. 142 - 143).

1. INTRODUÇÃO
d os

Este texto é resultado da preparação de material para


compor a Conferência “A dimensão Geopolítica do Golpe:
produção de narrativas e processos imediatos de desna-

343
cionalização/estrangeirização” como parte da disciplina
- “O Impeachment de Dilma Rousseff como Golpe de
Estado: Perspectivas jurídicas, filosóficas, políticas e histó-
ricas” - composta por 30 conferências de professores da
UFMG, além da e aula inaugural da Presidenta Dilma. Esta
disciplina, coordenada pelo professor Thomas Bustamante,
to

aconteceu na UFMG durante o segundo semestre letivo


de 2018. Para construção da Conferência, num primeiro
do

momento, desenvolvemos uma espécie de glossário com


Ed

conceitos fundamentais para a compreensão do aspecto


s

geopolítico do Golpe de 2016 no Brasil, trazendo breves


descrições sobre termos como: geopolítica e globalização,
ito re
os

Império, Imperialismo e Neoliberalismo. Num segundo


momento, sistematizamos uma metodologia específica
ra ito

para organização do conteúdo da Conferência: (i) trans-


di

crição de partes da Conferência de Abertura proferida


pela presidenta Dilma Rousseff, sobretudo questões que
D sr

envolvem soberania nacional, financeirização e estrangei-


'P es

rização/desnacionalização; (ii) fichamento do conteúdo


em um documento de texto e em seguida, (iii) realização
lá e

de grifos nos trechos com cores para separar em categorias


criadas na organização temática. A partir daí, preparamos
ci rv

uma tabela contendo dados que ilustrassem as falas da


Presidenta, utilizando categorias temáticas supracitadas em
do a

uma primeira coluna, trechos da fala da Presidenta Dilma


em uma segunda coluna e dados complementares que
pudessem nos auxiliar com a comprovação de algumas de
nossas hipóteses sobre o Golpe de 2016 extraídos de di-
versos artigos, matérias e livros em outras colunas. Depois
da sistematização deste material de pesquisa, construímos
os slides para a segunda parte da Conferência utilizando a
d

seguinte sequência lógica para cada uma das 13 hipóteses


os

sobre o Golpe internacional levantadas: hipótese; trecho


da fala da aula inaugural da Presidenta Dilma; prints de
notícias; citações de outros autores; mapas, infográficos,

344
tabelas, usando a marcação lateral com a tag da cor de cada
categoria temática - Geopolítica, Corrupção, Financeiriza-
ção, Política Social, Crise da representação/ anti-política,
Estrangeirização. As 13 hipóteses que envolvem a realização
do Golpe, que consideramos internacional, são:
to

GEOPOLÍTICA
do

O Golpe é para interromper a disputa do Brasil


Ed

HIPÓTESE 01
pela hegemonia na geopolítica mundial;
s

O Golpe é para derrubar a hegemonia


HIPÓTESE 02 dos governos de esquerda na América latina
ito re
os

com Brasil protagonista;

O Golpe é para reduzir a influência da China/


ra ito

HIPÓTESE 03
Eurásia nos mercados emergentes;
di

O Golpe é para diminuir a competitividade das


HIPÓTESE 04
empresas brasileiras nos mercados internacionais;
D sr

CORRUPÇÃO
'P es

O Golpe é operacionalizado
HIPÓTESE 05
lá e

via judiciário/Lava-Jato;

FINANCEIRIZAÇÃO
ci rv
do a

HIPÓTESE 06 O Golpe é financeiro;

POLÍTICA SOCIAL
O Golpe é para desmontar as
HIPÓTESE 07
políticas sociais - Saúde;

O Golpe é para desmontar as


HIPÓTESE 08
políticas sociais - Educação;
d

O Golpe é para desmontar as


HIPÓTESE 09
políticas sociais - Trabalho;
os

O Golpe é para desmontar as


HIPÓTESE 10
políticas sociais - Previdência;

345
CRISE POLÍTICA
O Golpe é operado via desmonte
HIPÓTESE 11
do sistema democrático;

ESTRANGEIRIZAÇÃO
to

O Golpe é para estrangeirizar/privatizar


HIPÓTESE 12
nossos recursos naturais;
do
Ed

O Golpe é para estrangeirizar/privatizar


HIPÓTESE 13 nossas empresas estatais e também
estrangeirizar as privadas.
s

ito re
os

Neste artigo, decidimos abordar apenas 4 das 13 hi-


póteses levantadas. Iremos tratar apenas das HIPÓTESE
ra ito

01, 06, 12 e 13, pois as consideramos fundamentais para


di

compreensão dos processos de um Golpe tipicamente in-


ternacional realizado por blocos geopolíticos hegemônicos
D sr

que atuam desestabilizando os poderes nacionais de países


'P es

periféricos para realizar maior acumulação de renda e ri-


queza (por elites globais) dentro de uma lógica neoliberal,
lá e

ou seja, em estágio avançado do capitalismo mundial.


ci rv

2. ANÁLISE DE CONJUNTURA
GEOPOLÍTICA
do a

Em termos gerais, acredita-se que o Golpe de Estado,


consolidado sob a máscara de impeachment da Presidenta
Dilma Rousseff, foi realizado por meio de articulações
internacionais, das quais pode-se apontar, como finalidade
principal, a estrangeirização, tanto de recursos naturais,
quanto de empresas brasileiras, sejam elas públicas ou priva-
das6. Para que seja possível elucidar esse processo, é preciso
d

evidenciar cinco percepções tomadas como pressupostos


os

Estas, dentre outras investigações sobre estrangeirização, estão


6

sendo realizadas pela equipe do Projeto de Pesquisa “Geopolítica e

346
para a investigação recém-iniciada: (i) O neoliberalismo é
uma razão do mundo desde o ciclo de globalização pós
Segunda Guerra Mundial, atingindo todo o planeta e
adotando características singulares em cada país ou bloco
político-econômico-social que atravessa; (ii) o Imperialismo
com moldes de fortalecimento de Estados-nacionais se
to

enfraqueceu perdendo poder entre os anos 1970 e 2016 e


o Império Transnacional Global se expandiu (envolvendo
do

elites globais configuradas em redes empresariais, financei-


Ed

ras, monarquias, meios de comunicação, principalmente via


s

grupos envolvidos com União Europeia e com os Estados


ito re

Unidos da América); (iii) a partir do Brexit (saída do Reino


os

Unido da União Europeia) e das eleições de Trump para


presidente dos EUA em 2016, houve uma continuidade
ra ito

desta reação conservadora aos processos de globalização


di

neoliberal também em toda Europa, assim como o avanço


D sr

paralelo da consolidação do bloco Eurasiático (Rússia,


China, Irã,Turquia, Síria, etc.) colocando em evidência um
'P es

certo declínio da hegemonia do Império Transnacional


Global e um retorno forte de um discurso conservador
lá e

em defesa do Estado-nação com características racistas e


nativistas (EUA, Itália, Áustria, até mesmo na Holanda);
ci rv

(iv) o avanço do Imperialismo Americano (com Trump


do a

no comando), que tem características ao mesmo tempo


neoconservadoras e neoliberais, ressurge para disputar
com o Império Transnacional Global (que possui caracte-
rísticas progressista para pautas como raça e gênero, e/ou
liberdades individuais) e com o bloco Eurasiático (com
destaque principalmente para o avanço econômico da
China sobre a economia mundial); (v) o Golpe no Brasil
em 2016 é importante para a aplicação deste país em um
d

hiper neoliberalismo, com traços neoconservadores e fortes


os

Território” vinculada ao Grupo de Pesquisa Indisciplinar - Escola


de Arquitetura da UFMG.

347
tendências à estrangeirização das riquezas nacionais, dentro
de um processo de globalização perversa e desigual, na qual
apenas os países hegemônicos, que comandam o proces-
so de internacionalização, acumularão riquezas e renda,
espoliando grupos que configuram países periféricos, em
desenvolvimento ou emergentes.
to

Apoiando a investigação sobre estes cinco pressupostos,


faz-se necessário compreender alguns conceitos centrais
do

com a finalidade de adentrar questões relativas à percepção


Ed

de que o Golpe é parte de uma articulação internacional


s

inerente a conflitos geopolíticos globais. São eles: geopo-


ito re

lítica; globalização; neoliberalismo; Imperialismo, Império


os

(no ocidente), e Eurásia (no oriente).


ra ito

3. GEOPOLÍTICA E GLOBALIZAÇÃO
di

O conceito geopolítica foi cunhado por Johan Rudolf


D sr

Kjellén, cientista político, no ano de 1899. No primeiro


momento tratava-se de uma articulação entre os termos
'P es

geografia e política, entretanto, com o passar do tempo,


geopolítica deixou de ser considerado como uma simples
lá e

contração e passou a ser tomado por alguns autores como


ci rv

ação do Estado no espaço ou como algo que diz respeito


às disputas complexas de poder no contexto mundial.
do a

Bertha Becker (2005) aponta que a geopolítica sem-


pre foi caracterizada pela presença de pressão de diferentes
tipos. Ou seja, a geopolítica trata “de um campo de conhe-
cimento que analisa relações entre poder e espaço geográ-
fico.” (BECKER, 2005, p.71). Em um primeiro momento
o epicentro desta disputa era o Estado, por ser entendido
como o principal detentor do poder, posteriormente,
d

houve uma extensão do debate para a esfera territorial.


os

Este deslocamento fez com que o conceito passasse a ser


cunhado em relação à possibilidade de intervir na tomada
de decisão dos Estados sobre os territórios. Neste sentido,

348
ocorre o que pode-se denominar por coerção velada, ou
seja, pressões de todo tipo para influir nestas decisões. Estas
pressões são aplicadas por redes “desenvolvidas nos países
ricos, nos centros do poder, onde o avanço tecnológico
é maior e a circulação planetária permite que se selecio-
nem territórios para investimentos, seleção que depende
to

também das potencialidades dos próprios territórios”.


(BECKER, 2005, p. 71).
do

Milton Santos, em 1993, já tratava da caracterização


Ed

do intenso processo de globalização do espaço geográfico


s

via instantaneidade da informação globalizada, antecipando


um debate geopolítico envolvendo o que o autor chama
ito re
os

de rede global atuando no enfraquecimento do Estado


Territorial através de uma mundialização de “todos os
ra ito

indivíduos e de todos os lugares”:


di

A instantaneidade da informação globalizada apro-


D sr

xima os lugares, torna possível uma tomada de co-


nhecimento imediata de acontecimentos simultâneos
'P es

e cria, entre lugares e acontecimentos, uma relação


unitária na escala do mundo. E, como já não é
lá e

possível medir a mais-valia, esta, tornada mundial


pelo viés da produção e unificada por intermédio do
sistema bancário, constitui o motor primeiro. E aí
ci rv

que se situa a base da mundialização de todos os


do a

indivíduos e de todos os lugares. O mundo oferece


as possibilidades, e o lugar oferece as ocasiões. Não
se trata aqui de um ‘Exército de reserva de lugares’,
senão da produção racionada de um espaço, no qual
cada fração do território é chamada a revestir caracte-
rísticas específicas em função dos atores hegemônicos,
cuja eficácia depende doravante de uma produtividade
espacial, fruto de um ordenamento intencional e espe-
cífico. (SANTOS, 1993 apud 2005, p. 146-147)
d os

A imbricação entre os conceitos geopolítica e globali-


zação são, portanto, desde os anos 90 principalmente, uma
questão fundamental para a compreensão dos sistema-mun-

349
do no qual os blocos hegemônicos mundiais disputam os
processos de acumulação capitalista entre si.
O ciclo de globalização contemporâneo teria se ini-
ciado na segunda metade do século XX e conduzido à
crescente integração das economias e sociedades, principal-
mente no que tange à produção de mercadoria e serviços,
to

ao mercado financeiro e à difusão de informações (uso


de novas tecnologias de informação e processamentos de
do

dados). Articulada ao neoliberalismo, a globalização provoca


Ed

um modelo hegemônico do capitalismo que envolve novas


s

relações entre centro e periferia, modifica a função do Es-


tado interna e externamente, garantindo assim, a expansão
ito re
os

do capital financeiro transnacional.


De acordo com Bauman, já em 1999, a globalização
ra ito

é “uma palavra na moda que se transforma rapidamente


di

em um lema, uma encantação mágica, uma senha capaz de


abrir as portas de todos os mistérios presentes e futuros. (...)
D sr

Todas as palavras da moda têm o mesmo destino: quanto


'P es

mais experiência pretendem citar, mais opacas se tornam”.


(BAUMAN, 1999, p.7).
lá e

O autor alerta para o fato de que o uso de conceitos


como globalização e universalização, criaram expectativa
ci rv

da produção de uma nova ordem em escala global que


suprima o que anteriormente era representado pelo sím-
do a

bolo do Estado.“O significado de ‘Estado’ era precisamente


o de um agente que reivindicava o direito legítimo e se
gabava dos recursos suficientes para estabelecer e impor as
regras e normas que ditavam o rumo dos negócios num
certo território.” (BAUMAN, 1999, p.68). Entretanto, em
um mundo globalizado e neoliberal, o papel do Estado
tem sido constantemente modificado e adaptado à lógica
d

fluida e desprovida de fronteiras. Há uma redistribuição


os

mundial de soberania, poder e liberdade, alcançada com o


desenvolvimento tecnológico e com a transformação da
relação com o tempo. Frente à essa composição pode-se

350
perceber a forma como, inerente aos processos de globaliza-
ção, encontram-se privilégios e carência, riqueza e pobreza,
recursos e impotência, liberdade e restrição.
Em 2005, Boaventura de Souza Santos afirmava que é
com um consenso neoliberal que são gestadas as principais
características da globalização contemporânea. Segundo
to

Santos,“o período actual é já designado por pós-Consenso


de Washington. No entanto, foi esse consenso que nos trou-
do

xe até aqui e é por isso sua a paternidade das características


Ed

hoje dominantes da globalização.” (SANTOS, 2005, p.27).


s

Immanuel Wallerstein (2003) já anunciava alguns impasses


ito re

da globalização em seu texto “Geopolítica, Política de


os

Classe e a Atual Desordem Mundial”, publicado no livro


coordenado por Theotônio dos Santos “Os impasses da
ra ito

globalização: Hegemonia e contra-hegemônica”:


di

Quanto ao aspecto da luta de classes mundial, o en-


D sr

fraquecimento dos movimentos anti-sistêmicos (tanto


dos velhos quanto dos novos) permitiu que as forças
'P es

da ordem mundial lançassem uma contra-ofensiva de


alguma considerável magnitude. Esta contra-ofensiva
lá e

tomou a forma, antes de mais nada, da chegada ao


poder dos regimes neoliberais (de fato, furiosamente
ci rv

conservadores) na Grã-Bretanha e nos Estados Unidos


(Tatcher e Reagan); do chamado Consenso de Washin-
do a

gton, que enterrou o ideal do desenvolvimentismo e


o substituiu pelo ideal da ‘globalização’, do vigoroso
crescimento do papel e da atividade do FMI (Fundo
Monetário Internacional), do Banco Mundial e da
recém-chegada OMC (Organização Mundial do
Comércio) - todos eles buscando tolher a capacidade
dos Estados das zonas periféricas de interferir no
livre fluxo de produtos e sobretudo de capital. Esta
d

ofensiva mundial tinha três objetivos principais: rebai-


xar o nível dos salários em todo o mundo; restaurar
os

a exteriorização dos custos de produção, acabando


com os sérios impedimentos aos abusos ecológicos;
reduzir os níveis tributários mundiais, diminuindo

351
em parte ou totalmente os suprimentos estatais para
o bem-estar. Em primeiro lugar, esta ofensiva parecia
espetacularmente bem-sucedida, e o slogan tina (there
is no alternative) da Sra.Tatcher parecia ter alcançado
a vitória. Mas, de fato, quase no final dos anos 1990,
esta ofensiva tinha chegado a seus limites políticos. As
desvalorizações monetárias do final dos anos de 1990
to

na Ásia Oriental e no Sudeste, na Rússia e no Brasil


levaram imediatamente ao poder Roh Moo-hyun na
do

Coréia do Sul, Megawati Sukarnoputri na Indonésia,


Ed

Vladimir Putin na Rússia e Luis Inácio (Lula) da


Silva no Brasil. Nenhum destes líderes estava concer-
s

tado exatamente com as expectativas do Consenso de


ito re

Washington. (WALLERSTEIN, 2003, p.18-19).


os

Como lembra Amin (2018), em entrevista para o Ins-


ra ito

tituto Tricontinental pouco antes de sua morte, a globali-


di

zação é muito mais antiga do que costuma-se observar. De


acordo com o autor, trata-se de um importante aspecto do
D sr

capitalismo que o acompanha há anos, tendo em vista que


'P es

já a colonização era um tipo de globalização. A globalização


conhecida como bipolar, instaurada com o fim da Segunda
lá e

Guerra Mundial, seria caracterizada, por ele, muito mais


como uma espécie de Globalização Negociada, ou seja,
ci rv

governos e povos da URSS, dos EUA, assim como da Ásia


e da África, negociaram uma ordem mundial baseada em
do a

uma estrutura multipolar.


Segundo Amin (2018), esta estrutura negociada teve
diversos desdobramentos, principalmente para a URSS que,
além de se dividir em quinze repúblicas, teve parte delas
integradas à União Europeia e compondo a Organização
do Tratado Atlântico Norte (OTAN). Diferente do que
aponta o senso comum das mídias hegemônicas, a derrota
d

do comunismo não significou uma vitória da social demo-


os

cracia, já que o segundo grupo se tornou social liberal, ou


seja, se rendeu à ideia de irreversibilidade do capitalismo,
aceitando a implantação de democracias de baixa inten-

352
sidade ofuscando o que se tinha por política de classes.
“Isso significa que tanto os antigos conservadores quanto
os antigos social democratas estão agora em aliança com o
Capital Monopolista Global.” (AMIM, 2018).
Seguindo este raciocínio de que a geopolítica con-
temporânea engloba um processo crescente de globalização
to

desigual, por vezes negociada entre países periféricos emer-


gentes e países centrais hegemônicos, entende-se que o ne-
do

oliberalismo tem sido o modus operandi desenvolvido pelas


Ed

elites globais dos países centrais para criar uma racionalidade


s

e um conjunto de estratégias para conduzir os fluxos do


ito re

capital contemporâneo no ocidente ocupando o Estado e


os

alinhando políticas econômicas e sociais de acordo com seus


interesses.As sociais democracias ocidentais, mesmo quando
ra ito

com perfil declarado de esquerda ou progressista, levaram


di

à cabo múltiplos procedimentos neoliberais de reforma do


D sr

Estado para atender às demandas de acumulação do sistema


financeiro mundial até o atual momento, conduzindo o
'P es

sistema de controle, exploração e acumulação de renda e


riqueza pelas elites mundiais ocidentais ao esgotamento, o
lá e

que induziu a uma resposta neoconservadora por parte de


grande parte das elites locais, muitas vezes com apoio po-
ci rv

pular (vide a votação pelo Brexit na Inglaterra, por Trump


do a

nos EUA e por Bolsonaro no Brasil).

4. NEOLIBERALISMO
TINA ou “There is no alternative”, foi assim que o pro-
cesso de neoliberalização se consagrou como um slogan de
Margareth Thatcher, Primeira-Ministra do Reino Unido
entre 1979 e 1990. Esse termo significava que não haveria
d

alternativa para os processos sociais, políticos e econômicos


os

no mundo que fosse diferente do conjunto de regras do


mercado. Tal lógica, praticamente totalitária, apontava (e
aponta) para a ausência de alternativas democráticas, nas

353
quais a sociedade poderia decidir os futuros das políticas
em seus países.
Do governo Thatcher surgiram os principais postula-
dos que compuseram a cartilha neoliberal como o desman-
telamento das políticas sociais envolvidas numa lógica de
bem-estar-social keynesiana, incluindo saúde e educação
to

públicas. Dentro deste pacote neoliberal, também estavam


presentes a política de implementação da privatização ge-
do

neralizada, incluindo bancos públicos. Junto de Thatcher,


Ed

outros políticos adotaram também esta lógica neoliberal


s

para governar, é o caso do presidente dos Estados Unidos,


Ronald Reagan. Os dois chefes de Estado difundiram as
ito re
os

políticas neoliberais assim como as diretrizes econômicas


consideradas como “a única alternativa” à crise do capital
ra ito

dos anos 70 que se estendia aos 80 e 90.


di

O neoliberalismo é, para Laval e Dardot (2009), uma


nova razão do mundo, para Harvey (2012), uma hegemonia
D sr

discursiva incorporada ao cotidiano, para Hardt e Negri


'P es

(2001, 2005, 2009), um aparelho Imperial de desterrito-


rialização que incorpora o mundo inteiro. De fato estes
lá e

autores avançam no debate que lança o neoliberalismo para


fora do simples entendimento de que ele seria apenas um
ci rv

estágio avançado do liberalismo, que recusa a presença do


Estado como limite ao capital. O mais interessante talvez
do a

seja que, para todos eles, além dos processos de tomada do


Estado pelo mercado, da privatização dos bens públicos, de
precarização das leis trabalhistas, de políticas econômicas de
austeridade, o neoliberalismo é um modo de atuação do
Estado-capital na construção de novas subjetividades. Estas
subjetividades estariam atravessadas pela noção de empreen-
dedorismo individual e competitividade em diversos níveis
d

da vida, incentivando assim, a competição por uma melhor


os

posição econômica e social, induzindo o mundo inteiro a


um comportamento empresarial e corporativo, seja como
modelo de gestão governamental, seja como modo de vida

354
cotidiana.Trata-se da produção de uma nova subjetividade,
de uma subjetivação contábil e financeira que é um modo
de subjetivação do capitalismo contemporâneo.
Segundo Harvey (2012), o neoliberalismo é em pri-
meiro lugar uma teoria das práticas político-econômicas
que propõe o bem-estar humano como mais bem promovi-
to

do quando se libera as liberdades e capacidades empreende-


doras individuais no âmbito de uma estrutura institucional
do

caracterizada por sólidos direitos à propriedade privada,


Ed

livre mercado e livre comércio. Assim, neste contexto, o


s

papel do Estado tem sido o de criar e manter uma estrutura


institucional apropriada a essas práticas neoliberais. Para o
ito re
os

autor, o neoliberalismo tem se tornado hegemônico nos


discursos e passou a afetar modos de viver e pensar:
ra ito

O processo de neoliberalização, no entanto, envolveu


di

muita destruição criativa, não somente dos antigos


D sr

poderes e estruturas institucionais (chegando mes-


mo a abalar as formas tradicionais de soberania do
'P es

Estado), mas também das divisões do trabalho, das


relações sociais, da promoção do bem-estar social,
lá e

das combinações de tecnologias, dos modos de vida


e de pensamento, das atividades reprodutivas, das
ci rv

formas de ligação à terra e dos hábitos do coração.


(HARVEY, 2012, p.12-13)
do a

5. NOVOS BLOCOS DE PODER


MUNDIAL: ENTRE IMPERIALISMO
NEOCONSERVADOR, IMPÉRIO
TRANSNACIONAL, E EURÁSIA
Praticamente 10 anos antes de Dardot e Laval publi-
carem A nova razão do mundo, Hardt e Negri (2001) em
d

Império já apontavam o sistema neoliberal atuando numa


os

lógica imperial. Para os autores, o Império, diferente do


Imperialismo (apoiado no sistema Estado-nação), não es-
tabelece um centro territorial de poder, nem se baseia em

355
fronteiras ou barreiras fixas, pois seria um aparelho de des-
centralização e desterritorialização global “que incorpora
gradualmente o mundo inteiro dentro de suas fronteiras
abertas e em expansão, já que o Império administra enti-
dades híbridas, hierarquias flexíveis e permutas plurais por
meio de estruturas de comando reguladoras” (HARDT;
to

NEGRI, 2001, p.12-15). O Império atua em um registro


de produção material e imaterial diferente do capitalismo
do

fordista, no qual a mais-valia que era prioritariamente ex-


Ed

plorada via força de trabalho nas fábricas, atualmente se dá


s

via capital em expansão dirigindo a exploração para todo


o território metropolitano, dentro e, principalmente, fora
ito re
os

das fábricas. A exploração capitalista atual passa pela captura


dos desejos e, neste sentido, todo um sistema simbólico
ra ito

abduz a subjetividade e torna os indivíduos trabalhadores e


di

consumidores obedientes, dentro de um sistema capitalista


tipicamente financeiro.
D sr

Hardt e Negri (2001) consideram o Império como


'P es

“uma nova ordem global, uma nova lógica e estrutura de


comando, uma nova forma de supremacia” (HARDT;
lá e

NEGRI, 2001, p. 11), em que, num processo intenso de


globalização, os Estados- -Nação se veem cada vez com
ci rv

menos poder de regular fluxos de produção e troca. Elu-


cida-se, portanto, as subjetividades que animam esta reali-
do a

dade social, e os processos de biopolítica em que o poder


do Império atinge a produção da própria vida social, “na
qual o econômico, o político e o cultural cada vez mais
se sobrepõem e se completam um ao outro”. (HARDT;
NEGRI, 2001, p. 13).
Diferentemente do que ocorre no Império, os Estados-
-Nação, no Imperialismo, representariam o centro absoluto,
d

ou seja, seriam responsáveis pela administração do território


os

e de suas riquezas. Além de contar com um território bem


definido e protegido, estes Estados controlam outros terri-
tórios extra fronteiriços onde exploram recursos naturais

356
e humanos, já que sua economia é baseada neste sistema
de exploração e acumulação. Entretanto, com o avanço
do Império transnacional, os Estados-Nação passaram a
ocupar função secundária: sua capacidade administrativa
e amplitude foram retraídas, sendo apenas (no caso das
nações centrais) agentes do poder imperial, que operam
to

em nome da consolidação dos “consensos” (dentro e fora


de seus territórios) estabelecidos por instituições de caráter
do

supranacional.” (HARDT; NEGRI, 2001, p.14).


Ed

A centralidade do poder pós-moderno é direcionada


s

para os territórios onde o paradigma imperial é estabele-


cido em sua forma íntegra. Grupos de poder vinculados
ito re
os

às nações hegemônicas no mundo ocidental, europeias e


norte americanas, reunidas em organizações como a ONU
ra ito

e a OTAN, concentram a maioria das chamadas “cidades


di

globais”, que funcionam como centro de controle de toda


economia imperial e também, como polo da produção
D sr

biopolítica mundial, ou seja, atuam também produzindo


'P es

subjetividade em escala global. Isso porque, de acordo com


Hardt e Negri (2001), os fluxos comerciais, populacionais e
lá e

informacionais no Império, que compõe a rede do capital


internacional, enfraqueceram as fronteiras dos Estados-
ci rv

-Nação, de forma que a base da economia do Império


acontece devido à atuação de grandes grupos do capital
do a

transnacional nos mercados das nações globalizadas. Esses


grupos operam favorecidos pela diminuição do controle
dos Estados-Nação sobre seus mercados e, muitas vezes, em
parceria com os próprios Estados-Nação, implementando
novas regulamentações que propiciem contratos e empre-
endimentos que reforçam resoluções geopolíticas vantajosas
para os grupos econômicos e de poder das elites globais.
d

A partir da leitura da obra de Hardt e Negri, Pelbart


os

(2003) afirma que o Império, ao contrário do imperialismo,


não obedece a fronteiras. Ele engloba o espaço, domina o
tempo ao se apresentar como eterno e definitivo e, prin-

357
cipalmente, penetra na subjetividade, na inteligência, pro-
duzindo desejos. Se os Estados-Nação visavam o domínio
sobre um território e a reprodução de riquezas, essa nova
ordem globalizada é universal e visa a produção e a repro-
dução da própria vida em si. Se antes o poder soberano era
mantido sobre uma sociedade disciplinar, o novo sistema
to

exerce o biopoder sobre uma sociedade de controle7.


Entretanto, para além da análise de Hardt e Negri -
do

feita em um momento de forte pulsão do neoliberalismo


Ed

e consolidação de um paradigma pós-guerra fria - obser-


s

vam-se atualmente alguns atravessamentos. Considerando


ito re

principalmente o contexto provocado pela crise financeira


os

mundial de 2008, hoje é possível observar uma configuração


geopolítica diversificada. Da mesma forma que a crise de
ra ito

acumulação do final da década de 1990 provocou algumas


di

anomalias geopolíticas em relação ao ideal de globaliza-


D sr

ção neoliberal, após quase uma década de reestruturação,


a crise de 2008 retoma uma reconfiguração radical do
'P es

ambiente geopolítico com o crescimento do poderia mi-


litar russo e da economia chinesa em escala global. Esta
lá e

análise permite compreender como, a partir de um certo


esgotamento do sistema de acumulação flexível, alguns
ci rv

países de industrialização tardia assumem protagonismo


do a

geopolítico por meio de uma atuação política-econômi-


ca- -militar vinculada a valores e padrões remetentes a um
Estado-nação fortalecido, ainda que adaptado ao ambiente
financeiro e às práticas políticas neoliberais. Além disso, essa
crise acentua também um processo de fortalecimento de

Segundo Pelbart (2003), o biopoder está ligado à mudança funda-


7

mental na relação entre poder e vida. Na concepção de Foucault,


d

o biopoder se interessa pela vida, pela produção, reprodução, pelo


os

controle e ordenamento de forças. A ele competem duas estratégias


principais: a disciplina (que adestra o corpo e dociliza o indivíduo
para otimizar suas forças) e a biopolítica (que entende o homem
como espécie e tenta gerir sua vida coletivamente).

358
grupos conservadores, nos países centrais do capitalismo -
até então, ocupados por uma lógica imperial, interessados
na retomada de uma atuação imperialista, como forma de
resposta à crise econômica e social perpetrada em suas so-
ciedades. Nesse sentido, aponta-se a reemergência de uma
prática imperialista por parte dos Estados-Nação situados
to

no centro de um capitalismo imperial. Além disso, desta-


ca-se também a articulação de um terceiro bloco de poder
do

pouco debatido em análises políticas no Brasil, abordado


Ed

por alguns jornalistas e pensadores contemporâneos, dos


s

quais pode-se citar Pepe Escobar (2016) e Andrew Korybko


(2018): a Eurásia. Hibridando uma tradição político-mili-
ito re
os

tar histórica e remanescente de períodos de imperialismo


a um crescimento econômico fervoroso, impulsionado
ra ito

pela transferência do centro de produção material para o


di

oriente, ambos os autores apontam a emergência de um


novo grupo protagonista na geopolítica mundial a partir
D sr

do fortalecimento do Estado como é o caso do bloco que


'P es

une China e Rússia, com evidentes articulações políticas,


militares e econômicas feitas em torno do continente eu-
lá e

rasiático. O exemplo da formação de uma “Nova Rota da


Seda” por meio do projeto “One Belt One Road”, envol-
ci rv

vendo também o Irã, a Síria e a Turquia, podem configurar


um eixo geopolítico em atuais condições de disputar com
do a

os outros dois grandes blocos ocidentais: tanto o Império


Transnacional Progressista quanto com o Imperialismo
Nacionalista Neoconservador aos moldes “Trumpistas”.
Neste sentido, como parte do desafio de análise geopolítica
em desenvolvimento, iniciamos um esboço experimental de
um quadro comparativo sobre as principais características
destes três grupos supracitados (Tabela 1) a fim de facilitar
d

a compreensão destas relações geopolíticas que compõem


os

as reconfiguradas redes de poder globais, atentando para


suas semelhanças e divergências. Faz-se necessário entender
que há, geopoliticamente, atritos e aproximações entre tais

359
conjuntos em situações, relações e interesses distintos, de
modo que o Golpe agenciado sobre o Brasil está direta-
mente ligado à disputa travada por esses grupos.
A partir desta análise, é possível indicar uma parti-
cipação do Brasil neste ciclo que experimentou a con-
tra-hegemonia na geopolítica mundial atuando junto
to

ao Mercosul e à formação dos BRICS. Tendo tido um


expressivo desenvolvimento no período dos governos
do

petistas (entre 2003-2016), o Brasil fez parte de diversas


Ed

movimentações internacionais chaves nesse momento


s

de reconfiguração de forças mundiais. Entretanto, como


resposta ou consequência à disputa supracitada, observa-se
ito re
os

hoje a retração de boa parte daquilo que se estabeleceu


como uma condição para o desenvolvimento nacional
ra ito

nesse período pós Golpe. Tendo uma maior vulnerabili-


di

dade geopolítica e uma tradição de subordinação interna-


cional, o Brasil foi alvo de um movimento internacional
D sr

perverso que hoje nos coloca em situação indefinida


'P es

frente ao ambiente geopolítico global. Com o fim de


uma política de desenvolvimento e defesa da soberania,
lá e

instaura-se agora, desde o governo golpista de Temer,


um estado de anomia, em que os recursos, os mercados,
ci rv

os territórios, e demais ativos brasileiros são postos, com


mais evidência, em disputa por estes três grandes grupos
do a

preponderantes mundialmente.
Neste sentido, observa-se que existe uma conexão
entre as lógicas geopolíticas, territoriais e de poder que
envolvem processos estratégicos e hegemônicos de glo-
balização por meio da ocupação do Estado pela lógica
empresarial via neoliberalismo, assim como constituições
de redes de poder globais que podem ser denominadas
d

como Império, com intenção clara de desestabilização dos


os

Estados- -Nacionais ou de qualquer lógica que envolva a


soberania nacional. A produção de subjetividade em escala
global, promovida, principalmente, pelos novos meios

360
técnico-científicos informacionais, acelera enormemente
a globalização, gerando intensos processos de subjetiva-
ção via arte, cultura, mídias variadas como redessociais
(Facebook, Whatsapp, Twitter, etc) aproveitando-se do
enfraquecimento gradual das fronteiras fixas e do poder
do Estado, assim como da potência da fluidez das infor-
to

mações em escala global.


do
Ed

OCIDENTE ORIENTE
s
em disputa global
Blocos de poder

ito re
os

Imperialismo Império
Nacionalista Transnacional Eurásia
ra ito

Neoconservador Progressista
di

D sr

Neoliberalismo Pro-
gressista Envolvendo
Redes transnacionais. Outra lógica
'P es

Esta rede é configurada política/ outras


por: famílias - Rocke- Redes; Bloco
lá e

fellers, etc.; reinados, ex: envolvendo


Príncipe da Holanda; países da Euro-
Neoconser- grupos capitalistas como pa e da Ásia;
ci rv

vadorismo; petroleiras, ex: Exxon, BP, Nacionalismo;


Resistência ao Shell, etc.; bancos: Banco Eurasianismo;
do a
Características

capitalismo do da Inglaterra, FED, Banco Capitalismo


Império Global Mundial, JP Morgan; neoliberal e/
Transnacional; mídias: Times, New York ou capitalismo
Aposta no Esta- Times, The Economist, de Estado, com
do-nação forte e CNN, etc.; empresas de foco no forta-
no nacionalismo tecnologia “ Vale do Si- lecimento do
Anti-globali- lício” (Nasdaq em geral); Estado-nação
zação Universidades (Harvard, e na formação
MIT, Oxford, etc); circui- de um bloco
tos culturais, museus, etc. oriental para
d

Aposta na multipolaridade disputar com


e na integração mundial redes e países
os

em rede com enfraqueci- do ocidente


mento do Estado-nação;
globalização perversa

361
OCIDENTE ORIENTE
to

Trump/ EUA;
Le Penn/
França; Orban/
do

Hungria; União Européia com


Exemplos de políticos, países e redes
Ed

Salvini/ Itália; Putin/ Rússia;


alguns grupos americanos;
Bolsonaro no Xi/ China;
Bush, Clintons, Obamas/;
Erdogan/
s

Brasil (com a Estados Unidos ; Trude-


diferença que Turquia; Irã
au/ Canadá; Macron/
ito re

é um falso na- França UEE(União


os

cionalismo pró Econômica


Famílias Reais: inglesa,
EUA comanda- Eurasiática)
holandesa, espanhola, etc.
ra ito

do pelo grupo BRICS


neoconservador Otancentristas/ Atlanti-
cistas APEC
di

aliado a Trump); (Cooperação


The Move- (ex: OTAN, Clube de Bil-
Econômica
D sr

ment; (Rede derberg, Clube de Roma,


Ásia-Pacíficos)
coordenada por Comissão Trilateral)
'P es

Steve Bannon
com sede em
Bruxelas)
lá e
ci rv
do a

Tabela 1. Quadro que configura a hipótese de diferenciação dos


três principais blocos de poder mundiais na atualidade: Imperialismo
Nacionalista Neoconservador (no ocidente), Império Transnacional
Progressista (no ocidente) e Eurásia (parte da Europa e Ásia). Fonte:
Pesquisa Geopolítica e Territórios/Grupo Indisciplinar UFMG.

6. O GOLPE É INTERNACIONAL E TEM


COMO PRINCIPAL CARACTERÍSTICA
d

A DESNACIONALIZAÇÃO
os

A seguir o artigo apresenta as 4 hipóteses selecionadas


para aprofundamento, parte do conjunto de 13 hipóteses
elencadas na introdução do trabalho.

362
6.1. HIPÓTESE 01: O GOLPE É PARA
INTERROMPER A DISPUTA DO
BRASIL PELA HEGEMONIA NA
GEOPOLÍTICA MUNDIAL
Aqui a gente tem de perguntar: por que é que foi dado
to

o Golpe? O Golpe foi dado, por vários motivos, (...)


mas a grande questão é que tinha de enquadrar o Brasil
do

econômica, social e geopoliticamente. O Brasil era a séti-


Ed

ma economia, às vezes a gente chegava a sexta, variava,


mas nós éramos isso. Esse país que era a sexta ou a
s

sétima economia nadava contra a corrente. (Dilma,Aula


ito re

Inaugural Disciplina, 2018, minuto 1:19 - 1:20)


os

Elemento recorrente nos pronunciamentos da presi-


ra ito

denta Dilma, a colocação do Brasil no cenário internacional


di

durante os governos petistas é matéria de destaque para


qualquer análise geopolítica da contemporaneidade, sobre-
D sr

tudo quando se trata do Golpe. O protagonismo assumido


'P es

pelo Brasil em escala global ao longo da última década


e o icônico momento em que Barack Obama declarou
lá e

publicamente que o presidente Lula era “o cara” tem uma


razão geopolítica de ser.
ci rv

A política externa “altiva e ativa”, como classificou


o ex-Ministro de Relações Exteriores Celso Amorim,
do a

colocou o Brasil em uma posição de grande articulador in-


ternacional, assumindo papel decisivo em diversos acordos.
Partindo dos princípios e objetivos de um mundo menos
assimétrico e mais multipolar, de uma lógica de desenvol-
vimento das economias periféricas e do fortalecimento
das relações Sul-Sul, a diplomacia brasileira se colocou
com altivez e independência nos fóruns internacionais,
d

conquistando espaços tais como o Grupo dos 20 (G20)8


os

8
Grupo formado pelas 19 maiores economias do mundo e a
União Europeia.

363
com representação dos chefes de Estado, cuja articulação
contou com marcante presença brasileira; a formação de
blocos como os BRICS9; a Comunidade de Estados Latino-
-Americanos e Caribenhos (CELAC); e a União de Nações
Sul-americanas (UNASUL), além de decisivas participações
em fóruns econômicos, climáticos, sociais, etc. Esse novo
to

posicionamento do país tem uma grave importância geopo-


lítica: a medida que confere ao Brasil autonomia comercial
do

e política perante o mundo, amplia as condições para seu


Ed

desenvolvimento. Nesse sentido, serão abordados adiante


s

alguns acordos e formulações decorrentes.


ito re
os

6.2. AMÉRICA LATINA:


CELAC, UNASUL E MERCOSUL
ra ito

A importância da América Latina afinal é o nos-


di

so espaço geopolítico, econômico, social (...). E isso


D sr

significou - não só o Mercosul porque o Mercosul


já existia. Mas significou a Unasul e a CELAC.
'P es

A Unasul e a CELAC tinham um problema sério,


por que significavam os latino americanos entre sí, e
lá e

não a OEA (...) a OEA congrega, além de nós, os


Canadenses e os EUA. A CELAC não, a CELAC
ci rv

é América do Sul, América Central e o Caribe e o


México. E tinha um objetivo, construir uma política
do a

Latinoamericana, construir um processo em que nós


pensássemos a América Latina, não só como espaço de
cooperação econômico (...), mas como espaço de uma
política econômica de desenvolvimento comum. Não
gostaram muito disso não. (Dilma, Aula Inaugural
Disciplina, 2018, minuto 1:27 - 1:29)

Como mencionado, as relações Sul-Sul foram um


d

eixo orientador para a política externa brasileira no perí-


os

9
BRICS é o acrônimo para Brasil, Rússia, Índia, China e África
do Sul. Juntos, estes países formam um grupo de cooperação
política e econômica.

364
odo de governo federal petista. Nesse sentido, a América
Latina - como nosso “espaço geopolítico” - tem um papel
fundamental, considerando-se o Mercosul, fortalecido neste
processo, e a criação da UNASUL e da CELAC. Os dois
últimos são locais de cooperação política, sendo a UNA-
SUL composta por países da América do Sul, enquanto a
to

CELAC conta também com a presença dos países caribe-


nhos e da América Central. Tendo atuado como principal
do

articuladora desses dois blocos, a diplomacia brasileira


Ed

inicia um projeto de posicionamento unitário dos países


s

latino-americanos no cenário político internacional, em


oposição a uma lógica de “arquipélago”10, em que cada
ito re
os

país dialoga com o restante do mundo individualmente.


Esse processo ocorre paralelamente ao fortalecimento do
ra ito

Mercosul, bloco econômico que visa fomentar as relações


di

comerciais no continente, em oposição a acordos como a


ALCA (Área de Livre Comércio das Américas), elaborada
D sr

a partir de uma tradição econômica de dependência das


'P es

nações latino-americanas em relação aos EUA.


A partir desse processo, o Brasil passa a fortalecer sua
lá e

posição como grande exportador de produtos manufatu-


rados e serviços para o continente, fomentando a indústria
ci rv

nacional e a geração de renda. A participação brasileira nas


exportações de manufaturados para o mundo cresceu de
do a

0,64%, em 2003, para 1,32%, em 2014, enquanto as impor-


tações de produtos industrializados caíram de 0,68% para
0,59%, no mesmo período (MERCADANTE; ZERO,
2018, p.69). A colocação do Brasil como nação progressi-
vamente industrializada, assim como a formação de solidez
e independência econômica (a partir de processos como a
acumulação de reservas cambiais) nos conferiram um novo
d

posicionamento perante o mundo e uma condição inédita


os

de desenvolvimento que, no período foi representada po-

10
Mais informações. Disponível em: . Acesso em: 06 dez. 2018.

365
ruma taxa de crescimento superior a média do comércio
internacional (MERCADANTE; ZERO, 2018, p.67).

6.3. BRICS
Além disso, vocês vão lembrar dos BRICS - Brasil,
Rússia, Índia, China e África do Sul (...), os BRICS
to

foram muito importantes, por quê? Porque os BRICS


eram o reconhecimento de que havia uma nova correla-
do

ção de forças no mundo, e que não era possível o G7,


Ed

o G7 que incluía só os países desenvolvidos, e que os


BRICS faria uma política para os países populosos,
s

de todos os 5 continentes. (Dilma, Aula Inaugural


ito re

Disciplina, 2018, minuto 1:29 - 1:31)


os

Neste mesmo contexto, outro acontecimento central


ra ito

no desenvolvimento da política externa brasileira, e crucial


di

para o entendimento da conjuntura geopolítica do Golpe,


D sr

é a constituição dos BRICS. A formação do bloco ocorre


em meados de 2006 a partir de reuniões informais entre os
'P es

chanceleres dos quatro países (inicialmente, apenas Brasil,


Rússia, China e Índia participaram das negociações) e,
lá e

pouco a pouco, encaminha-se para sua consolidação. A


realização de encontros oficiais - cuja coordenação fora
ci rv

de responsabilidade do Brasil a partir de 2007 - formaliza


do a

o que era apenas um agrupamento do mercado financeiro


para designar economias emergentes como um bloco mul-
tilateral de cooperação política e econômica entre cinco
dos países mais populosos e economicamente proeminentes
no mundo11. O bloco surge então com os objetivos de se
estabelecer uma coordenação política internacional (po-
sicionamento no âmbito do multilateralismo), cooperação
econômico-financeira e cooperação multissetorial entre
d

os países, no sentido de se constituir diálogos, políticas e


os

Informações disponíveis na página web do Itamaraty dedicada aos


11

BRICS. Disponível em: . Acesso em: 11/12/2018.

366
mecanismos voltados para o desenvolvimento e um novo
posicionamento dos países emergentes frente ao cenário
geopolítico e econômico global. Com a adesão da África
do Sul (como S) aos BRICS, o bloco passa a corresponder
a 40% da população mundial e cerca de 25% da superfície
do planeta, além de representar a junção de cinco grandes
to

economias que, no momento, obtinham ritmos de cresci-


mento expressivos, sobretudo, apostando no fortalecimento
do

de suas cadeias produtivas e no fomento ao consumo de


Ed

suas grandes populações, tudo isso operado a partir de me-


s

canismos de distribuição de renda e a consolidação de uma


ito re

grande classe média com padrões de vida progressivamente


os

melhores (MANCE, 2018).


Em pouco tempo, a partir da realização de encontros
ra ito

anuais de delegações dos cinco países a fim de empreender


di

negociações e debater temas comuns, os BRICS conquista-


D sr

ram grande relevância geopolítica. Destaca-se a participação


incisiva do grupo em órgãos como o G20 e a Assembleia
'P es

Geral das Nações Unidas em defesa de um mundo multi-


polar, dentre outras questões como a reforma das Nações
lá e

Unidas e do Fundo Monetário Internacional. Entretanto,


os principais resultados do agrupamento dizem respeito à
ci rv

cooperação econômico-financeira, representada por dois


do a

grandes instrumentos instituídos na IV cúpula do BRICS,


realizada em Fortaleza no ano de 2014. Na ocasião, foram
criados o Novo Banco de Desenvolvimento (NBD) - tam-
bém conhecido como “Banco dos BRICS” - e o Acordo
Contingente de Reservas (ACR). O NBD, primeiro banco
multilateral criado desde a Conferência de Bretton Woods,
tendo funcionamento similar ao Banco Mundial12, é voltado
para o financiamento de projetos de infraestrutura e desen-
d

volvimento sustentável em países emergentes, e contou com


os

12
Informações disponíveis na página web do Itamaraty. Disponível
em: . Acesso em: 11/12/2018.

367
um capital subscrito inicial de US$ 50 bilhões. Enquanto
isso, o ACR consiste de um acordo em que os cinco países
comprometem-se a disponibilizar reservas cambiais para
apoio mútuo em situações de flutuação nos balanços de
pagamentos, ou seja, representa uma “blindagem” frente
às crises da economia mundial, contando com um aporte
to

inicial de US$ 100 bilhões.


Dessa forma, estes dois grandes acordos econômi-
do

co-financeiros entre os países BRICS, subscritos a uma


Ed

postura soberana assumida por eles frente a economia


s

mundial, têm o papel de desenhar progressivamente um


novo cenário baseado na condição para o desenvolvimento
ito re
os

a partir das sólidas e crescentes economias de países perifé-


ricos, colocado em oposição à lógica perpetrada pela crise
ra ito

econômica mundial de 2008 que vigorava dentre os países


di

desenvolvidos ocidentais. Nesse sentido, algumas iniciativas


incipientes merecem destaque, como as sucessivas tentativas
D sr

destes países (principalmente Rússia e China) de realizar


'P es

transações comerciais internacionais em moedas alternativas


ao Dólar, apostando no chamado sistema “Petro-Yuan”13,
lá e

e também, no que se refere a tecnologia, como o “BRICS


Cable”. O BRICS Cable é um projeto em construção,
ci rv

anunciado em 2012, que consiste na ligação entre os cinco


países por cabos de fibra ótica, com o intuito de viabilizar
do a

a comunicação e circulação de dados entre as nações sem


a necessidade de se utilizar cabeamento norte americano14.
Assim, a medida que fortalece-se um projeto contra-
-hegemônico na geopolítica mundial, crescem também as
13
O Petro-Yuan é um sistema de moeda para negociações de pe-
tróleo que utiliza a moeda chinesa como base, em detrimento do
d

dólar. Mais informações: https://www. brasil247.com/pt/247/


mundo/349458/ China-lan%C3%A7apetro-yuan-eamea%C3%A-
os

7ahegemonia-dod%C3%B3lar.htm
14
Mais informações: https://thediplomat. com/2015/04/a-fiberop-
tic-silk-road/

368
tentativas de freá-lo. Frente a um galopante aumento da
cooperação Sino-Russa em termos econômicos, políticos
e militares, observam-se também as insistentes tentativas de
interromper esse processo a partir de disputas comerciais,
manobras políticas ou mesmo a iminência de conflitos
armados em áreas de interesses divergentes. Percebe-se um
to

notável protagonismo imperialista nacionalista e nativista


dos EUA de Trump nesse processo, que atualmente rece-
do

be grande destaque midiático por conta de sua declarada


Ed

guerra comercial à China, mas também há de se destacar


s

o papel das grandes empresas representantes do capital


transnacional Imperial, principalmente contando com paí-
ito re
os

ses membros da União Europeia, que em diversas ocasiões


figuram represálias políticas e econômicas à ameaçadora
ra ito

influência russa sobre seus mercados e territórios.


di

Nesse contexto, entendendo os BRICS como um


espaço de instrumentalização dessa cooperação em que
D sr

fortalecem-se também nações menos poderosas na geopo-


'P es

lítica mundial, porém com grande potencial de crescimen-


to - sobretudo Brasil e Índia - elucidam-se os insistentes
lá e

ataques ao bloco. Para o jornalista e analista geopolítico


brasileiro - que vive entre Paris e Moscou - Pepe Escobar,
ci rv

os BRICS se tornam uma “sigla amaldiçoada no eixo Casa


Branca-Wall Street” por razões tais como a tentativa de
do a

“realizar comércio e negócios em suas próprias moedas,


evitando o dólar norte-americano; a criação do banco de
desenvolvimento dos BRICS; a declarada intenção de au-
mentar a integração na Eurásia” (ESCOBAR, 2016), dentre
outras mencionadas anteriormente. Nesse sentido, para
Escobar, além das fortes investidas operadas diretamente nas
fronteiras de Rússia e China e a pressão comercial sobre
d

esses dois atores, para os membro mais frágeis dos BRICS,


os

aplicam-se estratégias mais sutis de desestabilização política


e econômica, o que leva o autor a acreditar que o Brasil é
alvo de uma “Guerra Híbrida”.

369
O conceito de Guerra Híbrida aparece, além da aná-
lise de Escobar, em diversos textos que tratam dos novos
“manuais” de condutas militares utilizados no século XXI
- sobretudo sob influência de inteligência norte-ame-
ricana - que figuraram boa parte das revoluções/trocas
de regime recentes no mundo, operadas, muitas vezes, a
to

partir de manifestações da sociedade civil. Utiliza-se aqui


a conceituação feita pelo analista político russo Andrew
do

Korybko, em seu livro “Guerras Híbridas: das revoluções


Ed

coloridas aos golpes”, traduzido em 2018 pela editora


s

expressão Popular (KORYBKO, 2018). Para o autor, a


Guerra Híbrida é o modelo que conjuga uma “Revolução
ito re
os

Colorida” e uma “Guerra Não-Convencional”. A chamada


Revolução Colorida é entendida como a emergência de
ra ito

grandes manifestações de uma sociedade civil insuflada e


di

convocada via internet, que protesta por pautas genéricas


como “democracia, liberdade e combate à corrupção”.
D sr

Por Guerra Não Convencional, define- -se a interferência


'P es

direta de forças políticas sobre uma estrutura de poder de


um Estado, de maneira amplamente assimétrica. No livro
lá e

- publicado pela primeira vez em 2015 - o autor destaca


a aplicação desta técnica em conflitos como o da Síria e
ci rv

o da Ucrânia, relacionando-a à inteligência militar norte-


-americana em aplicação direta em territórios em disputa
do a

e/ou fronteiriços em relação à Rússia.


Escobar explora o conceito de Guerra Híbrida para
explicar a instabilidade política e econômica provocada no
Brasil. Para o autor, a técnica fora utilizada para se realizar
um Golpe “soft”, sem a necessidade de violência ou fo-
mento às células de terrorismo urbano, como na Ucrânia.
Assim, o que se buscava era “intensificação da propaganda;
d

e a preparação psicológica da população para a rebelião”


os

(ESCOBAR, 2016), estratégias desenvolvidas em diversas


frentes. Por um lado, a criação de um estado de incerteza e
insegurança institucional, através de denúncias de corrupção

370
de uma suposta “célula criminosa” dentro da Petrobrás que,
como se fez saber após as denúncias de Edward Snowden15,
estava sob espionagem da NSA (Agência de Segurança
Nacional dos EUA). Por outro lado, o fomento a grupos
da sociedade civil (na lógica das revoluções coloridas),
pelo financiamento de movimentos, pela articulação mi-
to

diática e parlamentar, para criar dentre uma “classe média


não engajada” um descontentamento crescente com seus
do

governantes. Assim, é a partir destes instrumentos que


Ed

Escobar descreve a criação de uma “infra-estrutura social


s

para a mudança de regime” (ESCOBAR, 2016).


ito re
os

6.4. HIPÓTESE 06: O GOLPE É FINANCEIRO


(…) uma coisa é como era na época do Fernando
ra ito

Henrique, outra quando o Lula assumiu: a nossa


di

dívida era denominada em Dólar, portanto nós não


tínhamos controle dela. O quê nós fizemos desde o dia
D sr

em que o Lula assumiu até o dia em que eu saí? Nós


transformamos a nossa dívida em Real. Dívida em
'P es

Real quem controla? Nós! (Dilma, Aula Inaugural


Disciplina, 2018, minuto 1:18 - 1:19)
lá e

Mas tinha uma coisa que incomodava muito. O Bra-


sil tinha três bancos públicos grandes. Um (...) dos
ci rv

maiores bancos comerciais - empatava com os privados


grandes - que era o Banco do Brasil. Até por que
do a

durante a crise de 2008, o Branco do Brasil avançou


muito, por que os bancos são anticrise, então o banco
do brasil tinha avançado. O maior banco imobiliá-
rio, a Caixa. E um banco de investimento, que eles

15
A denúncia de espionagem fora feita por Edward Snowden através
do portal Wikileaks, em meados de 2013. Além disso, o portal de-
nunciou também (em 2009) o chamado “Projeto PONTES”, que
d

consistiu em um programa de treinamento de juízes brasileiros e


os

latino americanos, realizado no Rio de Janeiro por parte da CIA,


para a capacitação no combate a “Crimes financeiros e terro-
rismo”. Mais Informações: https://www.bbc.com/ portuguese/
noticias/2013/09/130908_ eua_snowden_petrobras_dilma_mm>.

371
tão corroendo e tirano do funding dele que era (...)
Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e
Social, era um pouco maior que o Banco Mundial.
Três Bancos. (Dilma, Aula Inaugural Disciplina,
2018, minuto 1:24).

Outra questão explorada nessa análise (e que se relacio-


to

na muito com a hipótese anterior), é a dimensão financeira


do Golpe. Dois elementos aparecem com protagonismo
do

nas colocações da presidenta Dilma nesse sentido: a dívida


Ed

pública e os bancos públicos.


s

Implicando-se diretamente com a questão geopolítica, a


ito re

dívida pública fora um elemento de importância central nos


os

governos Lula e Dilma. Como mencionado, a partir de 2003,


os governos petistas adotaram medidas econômicas no sentido
ra ito

de zerar a dívida externa, que em 2002 representava 32,7% do


di

PIB, além de ser denominada em Dólar (MERCADANTE;


ZERO, 2018, p.68). Com isso, o Brasil se desvencilha da su-
D sr

bordinação às exigências do FMI (do qual se tornou credor),


'P es

e converte toda a sua dívida em Real, conferindo maior con-


trole e soberania frente ao ambiente financeiro internacional.
lá e

O segundo elemento que está diretamente relacionado


com o desenvolvimento obtido no período, diz respeito
ci rv

ao papel dos bancos públicos. Muito do que se passou no


Brasil nas últimas décadas no que se refere a uma melhora
do a

das condições de vida da população, a modernização da


infra-estrutura nacional e a ampliação do acesso a diversos
serviços e bens de consumo deve-se a atuação do Banco
Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (BN-
DES), do Banco do Brasil e da Caixa Econômica Federal
(CEF). De um lado, o BNDES teve um papel fundamen-
tal como banco de investimento produtivo, aquecendo
d

a indústria nacional, fomentando o desenvolvimento da


os

infra-estrutura e gerando renda e empregos. No período,


os desembolsos do banco saltaram de R$ 35,2 bilhões, em
2003, para R$ 190 bilhões, em 2014 (MERCADANTE;

372
ZERO, 2018, p.78), tendo uma participação decisiva na
viabilização de programas como o PAC (Programa de
Aceleração do Crescimento) e o Minha Casa Minha Vida,
e acumulando um volume de financiamentos superior ao
Banco Mundial. Essa atuação do banco fora fundamental
para uma rápida recuperação do país frente a crise mun-
to

dial de 2008, incentivando o setor produtivo nacional e a


movimentação do mercado interno de maneira anticíclica.
do

Em outra frente, o Banco do Brasil e a Caixa Econô-


Ed

mica Federal desempenharam um papel decisivo, sobretudo


s

com relação ao crédito disponível. Como bancos de varejo,


ito re

Caixa e Banco do Brasil atuaram na disponibilização ampla


os

de crédito consignado para a população, na ampliação e


popularização dos serviços bancários, na redução das taxas
ra ito

de juros e spreads bancários em momentos decisivos para


di

a economia do país, sem falar no financiamento direto e


D sr

disponibilização de crédito em programas sociais, como o


Minha Casa Minha Vida e o Pronaf. No período, o crédito
'P es

total na economia foi de 25% do PIB, em 2002, para 54,5%,


em 2015 (MERCADANTE; ZERO, 2018, p.78).
lá e

Essa atuação dos bancos públicos como garantidores


da seguridade social, do desenvolvimento e da ampliação
ci rv

do acesso a diversos bens e serviços se tornou uma verda-


do a

deira afronta às práticas tradicionais de mercado. A redução


das taxas de juros, por exemplo, foi vista com maus olhos
pelo setor financeiro que perderia rentabilidade em seus
investimentos. Hoje, portanto, após o Golpe de 2016, en-
caminha-se um desmonte e perda de protagonismo dos
bancos públicos, evidenciados pela redução nos volumes
de investimento, e mesmo pelos ataques políticos constan-
tes a essas instituições, com investigações e denúncias de
d

corrupção e ameaças de privatização no novo governo16.


os

16
Lembrando que a construção das 13 hipóteses sobre o golpe parte
da fala da presidenta Dilma na aula inaugural do curso que, como

373
6.5. HIPÓTESE 12/13: O GOLPE É PARA
ESTRANGEIRIZAR/PRIVATIZAR NOSSOS
RECURSOS NATURAIS, NOSSAS
EMPRESAS ESTATAIS E TAMBÉM
ESTRANGEIRIZAR AS PRIVADAS
to

(…) o quê que pode fazer a cadeia de petróleo e gás?


Gerar emprego de ultra qualidade. Extrair petróleo
do

(...) a cinco mil metros da lâmina d’água, com alta


Ed

temperatura, alta pressão significa alta tecnologia, sig-


nifica produto de alta tecnologia, e tudo era pra ser feito
s

aqui, era possível ser feito aqui. Então essa é a segunda


ito re

etapa do Golpe. (...) Além de acabar e vender partes


os

do pré-sal, etc etc, como agora hoje estavam discutindo


a cessão onerosa. São quase 350 bilhões de dólares,
ra ito

é quase isso. (Dilma, Aula Inaugural Disciplina,


di

2018, minuto 1:51 - 1:57)


D sr

Além disso, a venda dos blocos do pré-sal! Venda da


Embraer! A Embraer concorre em jato médio com
'P es

a Boeing, em vez da gente fortalecer a Embraer a


gente entrega pra Boeing!! Isso é o maior crime co-
lá e

metido.(Dilma, Aula Inaugural Disciplina, 2018,


minuto 1:50)
ci rv

Passados, então, dois anos do Impeachment, alguns


do a

efeitos do Golpe ficam evidentes. Tanto naquilo que se


refere a um desmonte das bases de desenvolvimento na-
cional, mencionadas nas hipóteses anteriores, quanto a uma
investida direta em direção a expropriação do patrimônio
nacional. Assim, o interesse estrangeiro passa a se mani-
festar diretamente em vários aspectos. O primeiro deles
diz respeito àquilo que representa talvez o maior ativo de
d

interesse geopolítico: o petróleo.


os

método de escrita adotado, dispara comentários e criam as hipóte-


ses, sabe-se que muitos pontos sobre o golpe financeiro não estão
abordados neste texto.

374
Durante os governos do PT, a descoberta de reservas
de petróleo na camada do pré-sal aconteceu como grande
marco para a exploração de recursos naturais no país.A partir
disso, desenvolveu-se um sistema de exploração, baseado no
protagonismo da Petrobras, no qual seria utilizada a dimensão
estratégica deste recurso para promover o desenvolvimento
to

de diversos setores produtivos, além de financiar a melhoria


de serviços públicos como saúde e educação. Destaca-se a
do

elaboração do regime de partilha, com a exigência de uma


Ed

participação mínima de 30% da estatal brasileira em todos os


s

consórcios de exploração do pré-sal, as exigências de con-


teúdo local para os fornecimentos e serviços relacionados à
ito re
os

cadeia de petróleo e gás, e a aprovação, no governo Dilma,


da lei que determina a destinação de 100% dos royalties do
ra ito

pré-sal para os orçamentos da educação e da saúde.


di

Desde de 2016, várias iniciativas foram tomadas na


gestão da Petrobras e da exploração de petróleo como um
D sr

todo no país (sobretudo do pré-sal) no sentido de se limitar a


'P es

predominância estatal e flexibilizar os parâmetros em busca de


maior “variedade e competição”. No governo Temer, grande
lá e

destaque foi dado à alteração na política de preços realizada


pela gestão de Pedro Parente na Petrobras que, dentre outros
ci rv

fatores, motivou a greve dos caminhoneiros em 2018. Além


disso, boa parte daquilo que compôs a base do sistema de
do a

exploração instituído nos governos Lula e Dilma foi alvo


de muitos debates e alterações substanciais. Destacam-se o
fim da exigência de conteúdo local na cadeia de petróleo
e gás, as discussões em torno do fim da exigência de 30%
de participação da Petrobras nos consórcios, os debates pela
alteração do modelo de partilha, a realização de inúmeros
leilões de partilha e concessão, com participação diminuta
d

da empresa brasileira, além da intenção clara e manifesta de


os

membros do governo eleito pela privatização da Petrobras.


Nesse sentido, os leilões de partilha do pré-sal (em que
são escolhidos os consórcios para exploração de determina-

375
da área) representam muito bem a evolução da participação
estrangeira como parte resultante do Golpe de 2016. Desde
o início da exploração do pré-sal, várias empresas estrangei-
ras compuseram os consórcios vencedores, tendo sempre
participação expressiva da Petrobras. Até 2016, era possível
verificar empresas chinesas, americanas, europeias, sempre
to

acompanhadas da estatal brasileira na composição dos


consórcios. Entretanto, com a mudança de regime, o que
do

se verifica é a progressiva perda de relevância da Petrobras


Ed

nesses leilões e um crescimento da participação estrangeira,


s

sobretudo de empresas norte-americanas e europeias.


ito re
os

ra ito
di

D sr
'P es
lá e
ci rv
do a

Fig 1. Manchetes de Carta Capital e Folha de São Paulo sobre os


últimos leilões do pré-sal. Disponível em: . Acesso em: 16/11/2018.
Disponível em: . Acesso em: 16/11/2018.

Além do petróleo e da Petrobras, é importante também


mencionar as diversas declarações de membros do novo
d

governo (Temer e atualmente Bolsonaro) que apontam


os

uma intenção em privatizar uma série de empresas estatais,


dentre elas a Eletrobrás. A empresa pode ser considerada
estratégica, uma vez que atua no controle de um recurso

376
fundamental para o desenvolvimento - a energia - e que,
associa-se também a gestão das águas, por fazer parte do
controle das barragens de usinas hidroelétricas.
to
do
Ed
s

ito re
os

ra ito
di

D sr
'P es
lá e
ci rv
do a
d os

377
Figs 2, 3 e 4. Gráficos e mapa elaborados pelos autores contendo a
porcentagem adquirida das reservas leiloadas nas 5 primeiras rodadas
da partilha do pré-sal. Fonte: ANP/Carta Capital. Mais Informações:
Disponível em <https://www. cartacapital.com.br/ economia/leilao-
dopre-sal-vitoria-dasestrangeiras-e-derrotada-petrobras>

Outro ponto de destaque nas declarações da presidenta


to

Dilma é a situação da Embraer. A empresa - privada desde


a década de 1990, é hoje a terceira maior de seu setor (atrás
do

apenas de Airbus e Boeing) e uma das maiores exportadoras


Ed

e mais importantes empresas brasileiras. A União conta,


desde sua privatização, com a chamada Golden Share, ou
s

ação de classe especial (assim como em relação à minera-


ito re
os

dora Vale), que consiste em uma participação acionária que


condiciona ao governo brasileiro o poder de influir em
ra ito

decisões estratégicas da empresa. Tal condição é de suma


di

importância, uma vez que a Embraer é responsável, não


só por uma produção de altíssima tecnologia, com grande
D sr

inserção nos mercados internacionais, capacidade de ge-


'P es

ração de empregos para mão de obra qualificada e desen-


volvimento de tecnologia de ponta, mas também, por boa
lá e

parte do desenvolvimento da tecnologia de defesa nacional.


A Embraer é responsável, por exemplo, pela produção do
ci rv

cargueiro militar KC-390, recém desenvolvido, e apontado


como potencial competidor do Hercules, da estadunidense
do a

Lockheed Martin, que hoje domina o mercado. As Forças


Armadas Brasileiras já encomendaram 28 unidades do
cargueiro brasileiro. Além disso, a Embraer participa, junto
à empresa sueca Saab, da produção dos caças Gripen, que
compõem a frota da aeronáutica brasileira, e também de
projetos fundamentais para a soberania militar e territorial,
como o Sistema de Vigilância da Amazônia (Sivam)17.
d

Contudo, após uma série de negociações iniciadas


os

em dezembro de 2017, a Embraer anunciou no dia 17 de

Mais informações: <https://br.sputniknews.com/defesa/


17

378
dezembro de 2018 a aprovação de um joint venture para a
área de aviação comercial com a norte-americana Boeing18.
O acordo determina que a empresa americana terá 80%
da participação na joint venture, frente a 20% da Embraer,
passíveis de negociações futuras para compra por parte da
primeira. O acordo depende ainda da aprovação do go-
to

verno federal que, por deter uma golden share, pode vetar
a decisão. Entretanto, tanto Temer, quanto o recém eleito
do

Bolsonaro, se mostraram favoráveis às negociações. Com


Ed

isso, a Boeing passa ter controle sobre o setor de aviação


s

comercial da Embraer, que corresponde à maior parte dos


ito re

lucros e exportações da empresa atualmente. Além disso,


os

apesar de o acordo não incluir o setor da empresa destinado


à defesa, firmou-se também uma segunda joint venture para
ra ito

a participação da Boeing nas vendas do KC-390. Apesar de


di

permanecer independente, a divisão de defesa da Embraer


D sr

sofre com o acordo por perder potencial de inovação e


pesquisa estando agora desvencilhada da divisão comercial,
'P es

que abarca os maiores montantes da empresa.


Além da Embraer, devem-se destacar outras empresas
lá e

privadas nacionais de caráter estratégico que sofreram com


o Golpe de 2016. Muitas empresas brasileiras, sobretudo no
ci rv

ramo da construção civil, tiveram um expressivo crescimento


do a

nacional e internacional nos governos petistas. Odebrecht,


Andrade Gutierrez, OAS, e mesmo o frigorífico JBS, tor-
naram-se grandes empresas com competitividade mundial.
Muitas vezes com apoio do BNDES, essas empresas em-
preenderam no exterior, abrindo as portas dos mercados
internacionais para o Brasil, e fizeram parte também das
grandes obras de infra-estrutura em território nacional, do
aquecimento da economia e da geração massiva de em-
d

pregos. Durante o processo jurídico-midiático em que se


os

18
Mais informações: <https://outraspalavras.net/outrasmidias/dos-
sie-adeus-a-embraer/>

379
situa o Golpe de 2016, boa parte dessas empresas perderam
expressivamente seus valores de mercado e fecharam inú-
meros postos de trabalho e empreendimentos após serem
envolvidas em operações e investigações da polícia federal.
Processos como os descritos acima vêm ocorrendo
de maneira sistemática no Brasil pós 2016. Seja no que diz
to

respeito à exploração de recursos naturais, à produção de


tecnologia, à produção de infraestrutura, etc, é flagrante
do

como vêm-se desestruturando as bases de desenvolvimento


Ed

nacional por meio da estrangeirização. No período que se


s

configura agora, será necessário acompanhar cada vez mais


ito re

processos como esses, que tendem à intensificação.


os

Neste momento, início de 2019, ainda não existem dados


concretos levantados para calcularmos o nível de estrangeiri-
ra ito

zação das riquezas e empresas brasileiras mas, vê-se necessário


di

ampliar esta investigação observando com mais afinco, em um


D sr

banco de dados com informações precisas, como este amplo


processo de neoliberalização acoplam-se ao procedimento de
'P es

estrangeirização através de uma disputa global entre os blocos


de poder. Compreender melhor o que ocorria, em termos
lá e

comerciais no sentido ampliado do termo, que incluiria con-


cessões de territórios para exploração mineral, por exemplo,
ci rv

antes do Golpe de 2016 e depois. Como a hipótese aqui é


do a

que há 3 grandes blocos em disputa geopolítica e o Brasil


tem sido afetado diretamente por esta disputa, seria necessário
compreender como: a China vinha expandindo seu campo
de comercialização no Brasil e na América Latina velozmente
e o que ocorreu pós Golpe de 2016; como os EUA e a UE
ampliam compra de empresas ou substituem as empresas
brasileiras por concorrentes de seus países.
d

7. CONSIDERAÇÕES FINAIS
os

Ainda em processo, a pesquisa desenvolvida pelo pro-


jeto Geopolítica e Territórios, que deu origem à aula pro-

380
ferida na Conferência “A dimensão Geopolítica do Golpe:
produção de narrativas e processos imediatos de desnacio-
nalização/estrangeirização”, parte de uma visão geopolítica
para iniciar um processo de compreensão sobre como e
porquê aconteceu o Golpe no Brasil, consolidado sob a
forma de Impeachment da Presidenta Dilma Rousseff em
to

2016. Compreende-se que o mundo está imerso em uma


lógica de globalização, pautada por uma razão neoliberal,
do

que atinge os países de maneiras e intensidades distintas.


Ed

O desenvolvimento destes processos (globalização e neoli-


s

beralização, assim como estrangeirização) está diretamente


ito re

relacionado à interesses geopolíticos de grupos de países


os

hegemônicos que disputam entre si sua implementação e


formato, visando benefícios próprios. Resumindo, acredi-
ra ito

ta-se que neste momento histórico mundial há três prin-


di

cipais blocos travando tal disputa: o Império Transnacional


D sr

Progressista, o Imperialismo Norte-Americano Neocon-


servador Nativista - ambos no ocidente - e a Eurásia - no
'P es

oriente - que, como supracitado, possuem características


próprias e atuam de maneira particular neste embate.
lá e

Milton Santos em 1993 já se perguntava pelo que caracte-


rizaria naquele momento de globalização o espaço geográfico:
ci rv
do a

De fato, os eventos são, hoje, dotados de uma si-


multaneidade que se distingue das simultaneidades
precedentes pelo fato de ser movida por um único
conjunto motor, a mais-valia em nível mundial, que é,
em última análise, responsável direta ou indireta pela
forma como os eventos se dão sobre os diversos terri-
tórios. Essa unificação se dá em grande parte através
do nexo financeiro e conduz a uma reformulação do
espaço à escala mundial. (SANTOS, 2005, p. 124)
d os

Vinculadas aos conceitos abordados anteriormente,


acredita-se em três razões centrais que levaram ao Golpe
no Brasil, cuja principal finalidade era a estrangeirização

381
de bens naturais e empresas nacionais (estatais ou privadas):
(i) há um grande interesse mundial nos recursos nacionais,
intensificado com a descoberta do pré-sal; (ii) o Brasil, pós
2003, passou a disputar hegemonia mundial; (iii) por meio
principalmente do governo Dilma, com destaque para a
criação dos BRICS, observou-se uma aproximação deste
to

país com o bloco euroasiático.


Que o território brasileiro é rico em recursos naturais,
do

é de conhecimento praticamente geral, fato que torna o


Ed

país alvo de uma constante disputa internacional pela ex-


s

ploração de tais bens. Entretanto é preciso compreender


que, mais que o desejo pela extração das riquezas naturais
ito re
os

(ampliado devido à descoberta do pré-sal), o novo espaço


(geopolítico e econômico) assumido pelo Brasil ao longo
ra ito

do século XXI, que o rendeu o sétimo lugar entre as po-


di

tências econômicas mundiais, aumentou sua visibilidade e,


consequentemente, o reposicionou ante a disputa mundial.
D sr

Este novo posicionamento fez com que o Brasil passasse a


'P es

simbolizar dois elementos geopolíticos principais: por um


lado o país representava uma ameaça às outras potências,
lá e

tendo em vista seu rápido e intenso crescimento, por outro,


apresentava-se como alvo de cobiça mundial, através do an-
ci rv

seio por estrangeirizações. Cobiça essa estendida para além


dos bens naturais, alcançando também as empresas nacionais
do a

estatais e privadas. Estrangeirizar recursos e empresas repre-


senta, então, uma saída para os dois problemas, pois, além
de direcionar os lucros aos países hegemônicos, atua como
um agente de enfraquecimento político e econômico do
Brasil. Trata-se de um ataque direto à sua soberania.
Por fim, observa-se que, principalmente durante o
governo da Presidenta Dilma, o diálogo como bloco eu-
d

rasiático se intensificou significativamente. A ampliação


os

dos BRICS e a criação do NBD foram ações centrais


dentre muitas outras relacionadas ao desenvolvimento de
tecnologia própria e de canais de comunicação entre os

382
países, que levaram à respostas diretas dos outros blocos em
disputa e, consequentemente, ao Golpe. De acordo com
a visão de Korybko (2018), a Eurásia representa o centro
da disputa geopolítica mundial e, como indica Escobar
(2016), a ofensiva ao Brasil por meio de uma Guerra Hí-
brida “soft” simboliza um ataque aos BRICS estabelecido,
to

primeiramente, sobre os países mais frágeis da sigla. Diante


deste quadro, vale realçar um ponto fundamental: o rápido
do

crescimento do Brasil, somado às alianças estabelecidas pelo


Ed

país, deveria ter vindo acompanhado por um fortalecimento


s

de sua soberania e bases de defesa, de forma a reduzir sua


fragilidade frente às investidas internacionais.Tanto a leitura
ito re
os

de Escobar (2016) quanto a de Korybko (2018), apontam


para a escolha de alvos “secundários” como uma forma
ra ito

de “ataque indireto” de acordo com sua vulnerabilidade.


di

José Luis Fiori (2014), em seu livro “História, Estratégia e


Desenvolvimento para uma Geopolítica do Capitalismo”,
D sr

já apontava para os riscos do avanço geopolítico do Brasil:


'P es

No século XX, o Brasil deu um passo enorme e sofreu


uma transformação profunda e irreversível dos pontos
lá e

de vista econômico, sociológico e político. No início do


século, era um país agrário, com um Estado fraco e
ci rv

fragmentado, e com poderes econômico e militar muito


inferiores aos da Argentina. Hoje, na segunda década
do a

do século XXI, o Brasil é o país mais industrializado


da América Latina e a sétima maior economia do
mundo; possui um Estado centralizado e democrático,
uma sociedade altamente urbanizada - ainda que
desigual - e é o principal player internacional do con-
tinente sul-americano. Além disso, é um dos países do
mundo com maior potencial de crescimento pela frente
se levarmos em conta seu território, sua população e
d

sua dotação de recursos estratégicos, sobretudo se for


capaz de combinar seu potencial exportador de com-
os

modities com a expansão sustentada do seu próprio


parque industrial e tecnológico. Tudo isso são fatos e
conquistas inquestionáveis, mas esses fatos e conquistas

383
colocaram o Brasil frente a um novo elenco de desa-
fios internacionais, e hoje, em particular, o país está
enfrentando uma disjuntiva extremamente complexa.
(FIORI, 2014, p. 275)

Observa-se que Golpe sofrido pelo Brasil dentro do


to

contexto geopolítico globalizado e neoliberal faz parte


de articulações supranacionais realizadas por elites globais
do

que, ao controlar o fluxo de capital no ocidente, tendem


Ed

a ocupar os Estados-nação, buscando formas de atuação


alinhadas a seus interesses políticos, econômicos e sociais.
s

É perceptível que no ocidente até as sociais democracias


ito re

progressistas, com discursos à esquerda, levam este modelo


os

neoliberal à diante, mesmo que em diferentes intensidades,


ra ito

atendendo às demandas de acumulação e controle (poder)


do sistema financeiro mundial. Frente a isso, tem-se ob-
di

servado, em diferentes partes do oeste planetário, reações


D sr

neoconservadoras que visam um fortalecimento dos Es-


tados-nação como potência contrária ao novo modelo de
'P es

soberania global caracterizado pelo Império Transnacional, a


exemplo do Brexit na Inglaterra, de Trump nos EUA e dos
lá e

Coletes Amarelos na França. Em relação ao último grupo,


ci rv

têm ocorrido intensas manifestações na capital francesa


que articulam membros da extrema esquerda aos de ultra-
do a

direita atuando em contraponto às políticas neoliberais de


Emmanuel Macron, forte títere do Império Transnacional.
O caso do Brasil, por sua vez, apresenta-se complexo.
O presidente eleito Jair Bolsonaro pode ser considerado
um óbvio representante do grupo dos neoconservadores,
alinhado a Trump, à Orban ou a Salvini, tendo Steve Ban-
non como mediador e articulador deste bloco neocon
d

mundial agora representado pelo The Movement (com sede


os

em Bruxelas). Entretanto seu posicionamento nacionalista


contraditório, por meio do qual se faz evidente uma su-
jeição ao governo norte americano, indica fortes vínculos

384
coloniais e imperialistas aos moldes antigos, diferentemente
do que se observa nos demais casos mundiais. Mas há que
se notar também um alinhamento estabelecido entre o
governo Bolsonaro e o que pode ser chamado de grupo
ultra neoliberal que se faz cada dia mais claro por meio da
escolha do Ministro da Economia Paulo Guedes. Guedes
to

estudou na Universidade de Chicago, cujo nome de grande


destaque era Milton Friedman, conhecido como pai inte-
do

lectual dos Chicago Boys. No período, o futuro Ministro


Ed

estabeleceu laços com estudantes chilenos que, posterior-


s

mente, desempenharam papéis relevantes na ditadura de


Augusto Pinochet. No começo dos anos 1980, Guedes
ito re
os

trabalhou no Departamento de Economia da Universidade


do Chile e, junto aos Chicago Boys e a Pinochet, partici-
ra ito

pou da implementação do que se entende como um dos


di

primeiro exemplos no mundo de extremismo neoliberal.


Portanto, o governo Bolsonaro vem apresentando tanto
D sr

a vertente neoconservadora com discurso nacionalista,


'P es

como uma vertente neoliberal ligada ao capital do Império


Transnacional financeiro em geral.
lá e

Por fim, em termos de disputa ideológica e geopolítica,


é preciso indagar acerca do papel da esquerda neste processo.
ci rv

Qual é o espaço de atuação esperado das esquerdas de di-


ferentes países frente esta crescente onda neoconservadora?
do a

Esta pergunta pode ser considerada uma das chaves para


se pensar a abordada disputa. São muito comuns alianças
da esquerda com o bloco globalista do Império Transna-
cional em defesa de pautas progressistas, entretanto outras
associações vêm sendo estabelecidas, como no caso francês,
quando a esquerda tem se articulado à ultra direita contra
o neoliberalismo. Tendo em vista estas variáveis, deixa-se,
d

aqui, um questionamento no que tange possíveis passos da


os

esquerda, principalmente em termos de Brasil. Frente ao


governo neoconservador que aí está, quais devem ser as
estratégias e articulações do que entende-se por resistência?

385
Sabe-se que a corriqueira associação da esquerda às elites
globais neoliberais (Império) é um caminho contraditório,
tal qual o que se dá quando aliada aos neoconservadores
(Imperialismo), por outro lado entende-se os riscos e poten-
cialidades de um posicionamento pró Eurásia. Desta forma,
é necessário que os pensadores e militantes da esquerda
to

associados aos processos de globalização comandados pelo


grupo neoliberal progressista, ou associados a grupos em
do

defesa da soberania nacional ao molde do bolivarianismo,


Ed

desenvolvam mais análises geopolíticas que permitam uma


s

compreensão ampliada desta situação global e que possa


ito re

nos munir de informações mais concretas fora da lógica


os

binária direita x esquerda ou imperialismo americano x


progressismo global.
ra ito
di

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d os

387
dos
do a
ci rv
lá e
'P es
D sr
ra ito
ito re
Ed di
os
s
do
to
LA COMUNICACIÓN POLÍTICA
EN CUBA EN TIEMPOS
DE COVID-19 15
to
do
Ed
s

Olga Rosa González Martín1


ito re
os

Noel González García2


ra ito

1. INTRODUCCIÓN
di

Mucho se ha escrito sobre Cuba y la Revolución que


triunfó en 1959 tanto en la Isla como en el exterior. Sin
D sr

embargo, los temas más estudiados han sido la historia, la


'P es

política, la economía y hasta el desarrollo científico-tec-


nológico del país. Las investigaciones en el ámbito de la
lá e

comunicación social se han concentrado, fundamentalmen-


te, en lo mass-mediático y en el papel de los medios en la
ci rv

sociedad socialista, así como en los estudios históricos y


la comunicación institucional. Al hacer un análisis crítico
do a

de la producción científica realizada como resultado de la


educación postgraduada a nivel doctoral en el país, se pudo
comprobar que hasta el año 2018 se habían publicado 37
libros y 116 artículos científicos en siete disciplinas: Estudios
Históricos de la Comunicación, Estudios Epistemológicos
1
Profesora Titular y subdirectora del Centro de Estudios Hemisfé-
d

ricos y sobre Estados Unidos, Universidad de La Habana. Email:


olgarosa@cehseu.uh.cu
os

2
Licenciado en Ciencias Sociales y Director General de la Empresa
de Artes Gráficas Federico Engels, La Habana, Cuba. Email: noel@
empag.cu

389
y Teóricos de la Comunicación, Análisis de Medios de
Comunicación, Comunicación y Cultura, Comunicación
y Desarrollo, Comunicación Institucional, Comunicación
Política. De estas, Comunicación y Cultura y Comunica-
ción Política son las que menos se han investigado y Cuba
ha demostrado tener mucho que aportar en ambas.
to

En el caso de la Comunicación Política, por ejemplo,


la línea de investigación más prolífica con relación a Cuba
do

ha sido la de los Sistemas y Políticas de Información y


Ed

Comunicación a partir del ya clásico libro de Julio García


s

Luis titulado Revolución, Socialismo, Periodismo. La Prensa y


los Periodistas Cubanos ante el Siglo XXI (2013). Más recien-
ito re
os

temente y del mismo autor, aunque publicado póstuma-


mente, ¿Qué Periodismo Queremos? (2018). Sin embargo, es
ra ito

casi nula la producción científica en un área que a nuestro


di

juicio es esencial para la seguridad nacional del país. Así


lo demuestran en sus investigaciones sobre el campo de la
D sr

comunicación en Cuba Hilda Saladrigas y Dasniel Oliveras


'P es

cuando en 2012, luego de haber hecho un levantamiento


crítico de toda la producción académica realizada en el país
lá e

en la primera década del siglo XXI apuntan que, aunque


se hace en casi toda Cuba con respaldo institucional, sólo
ci rv

un 1% se concentra en la comunicación y la política (p.


351). Asimismo, en 2018, y como parte de la documenta-
do a

ción presentada a la Academia de Ciencias de Cuba para


la obtención y recibimiento del Premio Academia, Hilda
Saladrigas refiere que, si bien se evidencian avances en el
campo profesional de la comunicación, la comunicación
política todavía es un área constreñida por las distintas “me-
diaciones “ideológicas, cognitivas, culturales, económicas,
técnicas, estructurales, rituales, institucionales e individua-
d

les” (2018, p. 7).


os

Sin embargo, y desde que se aprobaran los Linea-


mientos de la Política Económica y Social del Partido
y la Revolución para el período 2016-2021 así como

390
la Conceptualización del Modelo Económico y Social
Cubano de Desarrollo Socialista por el Comité Central
del Partido Comunista de Cuba (PCC), la comunica-
ción ganó relevancia ante los ojos de los decisores. En el
caso de los Lineamientos, específicamente en el 265, se
aboga por la definición e implantación de una política
to

de comunicación del Estado y el gobierno cubanos que


«acompañe la actualización del modelo económico y
do

social, y contribuya a mantener las principales fortalezas


Ed

con las que se cuenta para el desarrollo de un socialismo


s

próspero y sostenible» (2017, p. 45).


ito re

La Conceptualización del Modelo Económico y Social


os

Cubano de Desarrollo Socialista aprobada por el Comité


Central del Partido en su VII Congreso fue, hasta la defini-
ra ito

ción y publicación de la Política de Comunicación Social


di

del Estado y el Gobierno cubanos en enero de 2018, el


D sr

documento más abarcador emitido por las autoridades cu-


banas en torno a la relevancia de la comunicación para el
'P es

país si bien reconocemos que en los congresos anteriores el


PCC no la había obviado, aunque se limitaba a cuestiones
lá e

asociadas a las funciones de los medios y la propaganda.


Así lo plantea el documento sobre la Conceptualización:
ci rv
do a

La comunicación social constituye un impor-


tante componente del proceso de desarrollo
económico y social como recurso estratégico de
dirección del Estado y el Gobierno, las institu-
ciones, las empresas, las organizaciones políticas,
de masas, sociales y los medios de comunicación,
estando principalmente al servicio de propiciar
la participación y el debate ciudadano en torno
a los asuntos públicos, la formación de valores y
d

la cultura en general (…)


os

La gestión comunicacional promueve la siste-


maticidad, transparencia, calidad y oportunidad
de la información pública, así como el acceso

391
a ella, por lo que se regula y controla teniendo
en cuenta la política trazada por el Partido Co-
munista de Cuba, mediante las normas jurídicas
correspondientes.
Al propio tiempo, el conocimiento, la comunica-
ción e información veraz y oportuna constituyen
to

derechos ciudadanos y bienes públicos cuyo


ejercicio se perfecciona con ética, profesiona-
lidad y responsabilidad, en cumplimiento de la
do

legislación vigente (2017, p. 22).


Ed

En este contexto se produce la elección de Miguel


s

Díaz-Canel Bermúdez como presidente de Cuba y con él


ito re
os

una dinámica de transformación del funcionamiento del


Gobierno, de sus ministerios e instituciones acompañada
ra ito

por una comunicación más fluida, más directa y “persona-


di

lizada” con el pueblo como parte de la ya aprobada y en


proceso de implementación Política de Comunicación So-
D sr

cial del Estado y del Gobierno, si bien las normas jurídicas


'P es

que la respaldan todavía están en proceso de elaboración en


el momento en que se escribe este artículo. Pero, ¿cuál ha
lá e

sido el papel de la comunicación política? ¿Cuál ha sido la


esencia de su estrategia de comunicación con el pueblo en
ci rv

un momento en que la hostilidad de los Estados Unidos


hacia Cuba se ha incrementado notablemente y enfrenta-
do a

mos, además, la pandemia de la COVID-19?


Para responder estas preguntas se impone que hagamos
un conjunto de definiciones conceptuales que nos van a
ayudar a establecer los límites que nos interesa marcar en el
ámbito de los estudios sobre comunicación en Cuba. Por
ello, primero explicaremos qué entendemos por comuni-
cación política, estrategia de comunicación y lema. Pos-
d

teriormente, estableceremos la relación entre la estrategia


os

del presidente y sus lemas con la política de comunicación


vigente en Cuba. En un tercer acápite, hablaremos de las
acciones de comunicación que en tiempos de pandemia

392
COVID-19 se hacen en el país, sin olvidar la variable que
ha estado presente en Cuba desde sus inicios como nación:
el conflicto con los Estados Unidos. Al final, ofreceremos
nuestras conclusiones.

2. ALGUNAS PRECISIONES
to

CONCEPTUALES
do

En este trabajo nos vamos a acoger a la definición de


Ed

comunicación política de la escuela latinoamericana de


comunicación. Según Guerrero, esta se entiende a partir
s

del «Intercambio de informaciones entre los gobernantes


ito re

y los gobernados a través de canales de intermediación


os

estructurados o informales sobre los asuntos políticos y


de políticas públicas de interés del momento» (2003: 82).
ra ito

El hecho de que haya canales de intermediación y no


di

de transmisión es lo que hace que la información no sea


D sr

neutra. Por otro lado, se establece que el contenido de lo que


se comunica es lo que determina el carácter político de la
'P es

comunicación y marca, asimismo, la diferencia entre este tipo


de comunicación y el marketing político que es lo que se
lá e

entiende, básicamente, desde la escuela estadounidense como


ci rv

comunicación política. Esto quiere decir que, aunque ambos


compartan o tengan en común a los actores principales del
do a

proceso, tanto la manera de concebir a los medios como a


los individuos varía entre una y otro. Por ejemplo, para la
comunicación política, como establece el concepto antes
referenciado, los medios son organizaciones con intereses
particulares que en muchos casos no sólo influyen sino de-
terminan la manera en que se da una información. De ahí
su relevancia como intermediaros en el proceso y no como
d

simples vehículos de transmisión que es como, por lo general,


os

los ve y los usa el marketing político (Guerrero, 2003).


Los individuos, por su parte, son considerados en la
comunicación política como actores que participan del

393
proceso de toma de decisiones políticas. De ahí su carácter
dialógico en torno a cualquier tema de la sociedad. Sin em-
bargo, para el marketing político el individuo es el público
meta al que hay que persuadir, en última instancia, para
que vote a favor de alguien o algo en tiempos de campaña
electoral (Guerrero, 2003). No obstante, es importante
to

reconocer que, aunque no se esté en campaña, al menos


en los Estados Unidos, líder por excelencia del marketing
do

político, los políticos siempre están en campaña por la na-


Ed

turaleza propia del sistema electoral estadounidense.


s

Por otro lado, la estrategia de comunicación política, más


ito re

allá de responder a la política de comunicación de cualquier


os

estado o gobierno en el poder, no es más que la «Vía por la que


se pretende posicionar determinado concepto comunicativo
ra ito

(mensaje principal) entre su público o sus públicos. Se expresa


di

en acciones específicas que definen una alternativa principal


D sr

para conseguir el fin y otras alternativas (…)» (Martínez, 2009,


p. 160). De ahí la relevancia del lema como eje central de la
'P es

misma. Aquí nos parece importante establecer las diferencias


entre lema y consigna porque, por lo general, se utilizan
lá e

como sinónimos y no lo son, más allá de compartir aspectos


puramente conceptuales que los especialistas de la propaganda
ci rv

política estipulan -brevedad del mensaje, selección exacta de


do a

la palabra para dar fuerza y contenido de la idea o tema, entre


otros no menos importantes-. Para nosotros, la gran diferencia
entre uno y otro radica en que la consigna llama a la acción
inmediata, identificándose con la agitación, término acuñado
en el antiguo campo socialista. El lema lo hace a la reflexión.
Por ello, el slogan político o consigna es más usado durante
campañas electorales. Así lo confirman Peña y Ortíz (2011):
d

Etimológicamente, la palabra eslogan viene del


os

inglés slogan -que, a su vez, procede de dos pa-


labras gaélicas, sluagh y gairm-, que en la antigua
Escocia significaba “grito de guerra de un clan”.

394
El término pasó a Inglaterra en el siglo XVI,
donde, a finales del XIX, adquiere el significado
de “consigna” de un partido político. En el siglo
XX, los estadounidenses utilizan esta voz para
referirse a la frase breve y atractiva que figuraba
en los carteles y en los anuncios de prensa. Y
con este nuevo sentido regresa a Europa, coin-
to

cidiendo con el tiempo de los totalitarismos. De


consigna electoral en Reino Unido a expresión
do

publicitaria en Norteamérica, y después, de nue-


Ed

vo, de la publicidad a la política, y de la política


a la publicidad. Hoy está presente en la comu-
s

nicación institucional, empresarial y política.


ito re

El eslogan es una fórmula breve, llamativa, em-


os

pleada en un contexto político o comercial


como expresión reiterada de una idea o de un
ra ito

propósito, con el fin de condensar la principal


di

promesa de una campaña (pp. 551-552).


D sr

Por lo tanto, el slogan o consigna política tiene una


'P es

duración limitada en el tiempo y queda enmarcado dentro


de los límites de una campaña electoral. El lema no. Como
lá e

apuntamos anteriormente, el lema llama a la reflexión


por su propia esencia. Según el Diccionario Filosófico, la
ci rv

palabra lema viene del griego y significa «(…) En lógica:


razonamiento disyuntivo-condicional (…). El tipo más
do a

difundido de lema es el dilema, que expresa la necesidad


de elección entre dos conclusiones (alternativa) (Rosental y
Iudin, 1981, p. 265). Por consiguiente, de lo que se trata es
de expresar la disyuntiva que puede tener un ser humano,
una nación, ante una situación determinada. El lema, por
otro lado, responde a los intereses de quien lo propugna,
ya sea un partido, una organización social o un estado o
d

gobierno. Pero, ¿cómo se articulan los lemas a la política


os

de comunicación de un país? De eso, y aplicado al caso de


Cuba, en particular a la presidencia de Miguel Díaz-Canel
Bermúdez, se hablará en el próximo acápite.

395
3. RELACIÓN ENTRE LA ESTRATEGIA
DEL PRESIDENTE Y SUS LEMAS
CON LA POLÍTICA DE COMUNICACIÓN
VIGENTE EN CUBA
Desde 1959 y hasta la actualidad han sido tres las
to

principales direcciones de la Revolución: «la defensa de


la soberanía e independencia de la Patria como parte in-
do

disoluble de la consolidación del poder revolucionario, su


Ed

desarrollo económico y social y la solidaridad» (González


y González, 2019, p. 59). Por ende, estos han sido los tres
s

macrotemas de la propaganda revolucionaria si bien cada


ito re
os

uno de ellos se ha ido desglosando en mensajes particulares


por medios, públicos y períodos históricos.
ra ito

Así, en función del momento histórico-concreto y so-


di

bre la base de que la defensa de la soberanía e independen-


cia del país son esenciales para la consolidación del poder
D sr

revolucionario, se han implementado varias campañas. En


'P es

todas se ha tenido en cuenta la agresividad de la política de


los Estados Unidos hacia Cuba, en particular la implanta-
lá e

ción del bloqueo, y la necesidad de la Isla de desarrollarse


económicamente. Por ello, entre 1965 y 1970, por ejemplo,
ci rv

el apoyo propagandístico se concentró en el desarrollo de la


agroindustria azucarera. Para acompañar las zafras de todo
do a

el pueblo se realizó un efectivo trabajo de propaganda di-


recta, cara cara, combinado con el inestimable trabajo de los
medios de comunicación masivos motivando a que más de
50 000 trabajadores se movilizaran por tiempo indefinido
hacia las labores de la zafra, se constituyeran las Columnas
Juveniles Agropecuarias y la del Centenario compuestas por
más de 100 000 jóvenes que marcharon por tres años hacia
d

la agricultura en la provincia de Camagüey. La gráfica fue


os

otro medio ampliamente utilizado. Sólo para las labores de


la zafra se imprimían al inicio de cada una entre 25 y 30
carteles diferentes con más de 20 mil ejemplares cada uno

396
(González y González, 2019). Anualmente se imprimían
hasta cuatro millones de carteles. Entre otros factores ello
explica el alto valor estético, cultural, de la gráfica en la
Revolución cubana. Sin embargo, la campaña más célebre
de esos años fue la de los 10 millones de la zafra de 1970
pues, aunque no se cumplió con la meta establecida, el
to

revés se reflejó a nivel de cartel con un mensaje positivo:


convertir el revés en victoria. Así se reflejó en un cartel:
do
Ed
s

ito re
os

ra ito
di

D sr
'P es
lá e
ci rv

Fuente: Mirta Muñíz: Mi Profesión a Debate, Ediciones Formas, ONDI,


do a

La Habana, 2012, p. 71.

Asimismo, y a raíz de los cambios producidos en


Cuba durante el llamado Período Especial, Cuba desarrolla
varias campañas propagandísticas. Sin embargo, hay tres
que no pueden dejar de mencionarse por la relevancia
que tuvieron. La primera de ellas está asociada a la caída
del campo socialista y, por ende, a la pérdida del principal
d

referente ideológico que se había utilizado hasta ese mo-


os

mento. Por ello se organiza la campaña por el Centenario


de la Guerra de Independencia que, probablemente, haya
sido la más larga en el tiempo pues, en la concreta, se

397
convirtió en un programa de siete años donde se apela a
las raíces históricas de la nacionalidad cubana y se resca-
tan no sólo figuras sino monumentos y sitios históricos.
Las segunda y tercera campañas de este período que no
deben obviarse en ningún análisis son las del regreso de
Elián González y la de los Cinco Héroes. En estas no sólo
to

se imprimieron miles de carteles, vallas y libros, sino que


se acudió a actores de la sociedad civil cubana que no
do

habían sido sujetos, públicamente, de campañas políticas


Ed

en el país como, por ejemplo, las instituciones religiosas


s

(González y González, 2019).


En términos económicos, Cuba opta por desarrollar lo
ito re
os

que posteriormente se conoció como el Polo Científico, el


turismo y la inversión extranjera.Todo esto en un período
ra ito

en el que los Estados Unidos no sólo aprobaron e imple-


di

mentaron la Ley para la Democracia Cubana (conocida


en Cuba como Ley Torricelli) sino la Ley para la Libertad
D sr

(conocida como Ley Helms-Burton). En 1997 se adopta,


'P es

en el Quinto Congreso del PCC, la concepción de que


Patria, Revolución y Socialismo son conceptos indisolu-
lá e

blemente ligados. Se potencian, por otro lado, los mensajes


de Cuba como un país de hombres y mujeres de ciencia
ci rv

y fundamental al respecto fue el papel de Fidel Castro en


vivo en la televisión explicando cómo cada cubano debía
do a

ser parte de lo que definió posteriormente en su concepto


de Revolución.
Sin embargo, el gobierno del presidente Díaz-Canel
se ha caracterizado por el uso de dos lemas que se han ido
interiorizando y calando hondo en la conciencia colectiva
de la nación y que, a nuestro juicio, expresan el sentido
y contenido de su Presidencia; a saber, Pensar como País y
d

Somos Continuidad.
os

El primero refleja una concepción que acompaña


a la nación cubana con variados nombres desde el siglo
XIX aunque con raíces más ancestrales. Es un lema que

398
define en sí la estrategia de lucha de la nación cubana
desde que Félix Varela, «el profeta de la nación cubana»,
como le llamó Armando Hart (1999, p. 90) dijera cómo
debía ser Cuba. Asimismo, contiene la visión participa-
tiva de la democracia cubana y apela, en tiempos de la
COVID-19, a la responsabilidad de los ciudadanos de
to

protegerse y proteger a los demás para frenar la expansión


de la enfermedad y reducir al máximo el costo económico
do

de la misma, además del humano.


Ed

Para nosotros, los orígenes de este lema datan del siglo


s

XIX, específicamente a partir del momento en que el Padre


Félix Varela publicara en 1825 en El Habanero, periódico
ito re
os

que editaba en Filadelfia luego de su exilio en los Estados


Unidos, sus visiones en torno a cómo debía ser Cuba. Así
ra ito

lo dijo: «(…) Yo soy el primero que estoy contra la unión


di

de la Isla a ningún gobierno, y desearía verla tan Isla en


política como lo es en la naturaleza (…)» (en Torres Cueva,
D sr

Ibarra y García, 1997a, p. 200). Esta frase encierra lo que


'P es

va a ser, desde entonces hasta la actualidad, la disyuntiva de


Cuba. Sin embargo, no viene de la nada. Es resultado del
lá e

pensamiento emancipador latinoamericano del que bebió


Varela y que el recientemente fallecido historiador de La
ci rv

Habana, Eusebio Leal (1999), considera tiene sus raíces en


los siglos XV y XVI cuando en nuestra América se lleva
do a

a cabo lo que él denomina como «(…) la gran primera


protesta conceptual y desacralizadora de la conquista (…)»
(p. 328). De ahí que considere que Varela está a la altura de
aquellos que se oponen a la conquista y a la encomienda,
de los que abogaron entonces por una sociedad igualita-
ria, utópica en el momento, pero no menos digna en su
concepción y, en especial, a la altura de la «(…) primera
d

utopía continental» (Leal, 1999, p. 328).


os

Por su parte, Torres Cueva (1997b) incluye el pen-


samiento vareliano en lo que él denomina la Teoría de
la Expansión Latinoamericana. Aclara, asimismo, que lo

399
fundamental en Varela « (…) es no sólo haber iniciado
el camino que conduce a la independencia ideológica y
política, sino también haberle dado una base ética a las as-
piraciones del pueblo cubano (…)» (Torres Cueva en Torres
Cueva, Ibarra y García, 1997b, p. XL). De esta manera se
va definiendo en el pueblo cubano no sólo su concepción
to

patriótica sino su visión anti-anexionista. Seguidores de


estas fueron Saco y Luz y Caballero, Céspedes, Agramonte,
do

Sanguily, Varona, Martí (Guadarrama, 1999). De ahí que,


Ed

para Carlos Rafel Rodríguez, las guerras de 1868 y 1895


s

hayan tenido en Varela «(…) un principio ideológico y


actuante (…)» (1987, p. 58).
ito re
os

Sólo así puede entenderse la concepción de Patria


dada por José Martí, Héroe Nacional de Cuba, cuando en la
ra ito

Escena Quinta de su célebre poema Abdala dice: «El amor,


di

madre, a la patria No es el amor ridículo a la tierra, Ni a


la yerba que pisan nuestras plantas; Es el odio invencible a
D sr

quien la oprime, Es el rencor eterno a quien la ataca; (…)»


'P es

(en Centro de Estudios Martianos, 2010, p. 29).


Como se evidencia, el lema Pensar como País expresa
lá e

claramente la disyuntiva a la que se ha enfrentado Cuba


desde sus orígenes: pensarse como país libre e indepen-
ci rv

diente. Por eso, cuando se habla del complejo conflicto


entre los Estados Unidos y Cuba se hace hincapié en su
do a

esencia: la dicotomía dominación-soberanía pues tiene


largas raíces históricas que nada tienen que ver con el
triunfo de la revolución en 1959 si bien reconocemos
que la misma marcó un punto de inflexión importante
en la evolución del mismo.
Somos Continuidad, por su parte, no requiere un des-
montaje o análisis especial del contenido porque en sí mis-
d

mo es una reafirmación de la larga lucha de nuestro pueblo


os

por su independencia y libertad que nos viene del pasado


mambí. José Martí, con su verbo elocuente, movilizador
y comprometido se refirió a la heroica herencia de “(…)

400
aquellos batalladores maravillosos que sin más paga que
la virtud, ni más sabiduría que la que improvisó el genio
natural - ¡donde hay valor hay academias! - ni más defensa
que la que le pone al pecho el desdén de la muerte, pelea-
ron, año sobre año por nuestra honra y nuestra salvación,
de tal modo que están ya, para toda la vida, como ungidos
to

y consagrados (…)” (1890, p. 3).


A la generación que asaltó el Moncada en 1953 se
do

le llamó Generación del Centenario por asumir como


Ed

bandera las ideas y principios martianos en el centena-


s

rio del natalicio del apóstol. De ahí que, en el juicio del


Moncada y como parte de su célebre defensa conocida
ito re
os

como “La Historia Me Absolverá”, Fidel señalara que


Martí era el autor intelectual del mismo. Asimismo, en
ra ito

acto celebrado en la Escalinata de la Universidad de La


di

Habana para rendir homenaje a los mártires del 13 de


marzo Fidel expresó en 1965:
D sr

Por el camino se han juntado todos los hom-


'P es

bres dignos de esta tierra, en la larga lucha han


muerto muchos hombres dignos de esta tierra.
lá e

Los primeros no eran marxista-leninistas. Car-


los Manuel de Céspedes no lo era, Martí no lo
ci rv

era, porque en la época en que vivió y en las


condiciones históricas en que se desenvolvió
do a

su magnífica lucha no podía serlo. ¡Nosotros


entonces habríamos sido como ellos, ellos hoy
habrían sido como nosotros! (APLAUSOS),
porque lo que determinó en cada época fue
el espíritu revolucionario de nuestro pueblo,
la tarea en cada momento de nuestro pueblo.
Y lo que puede decirse es que, desde entonces
hasta hoy, largo ha sido el camino, larga ha sido
d

la evolución de nuestro pensamiento revolucio-


nario porque a principios de la segunda mitad
os

del pasado siglo no eran en nuestra patria las


tareas de la revolución proletaria las que estaban
planteadas: la lucha por la independencia (…)

401
Somos Continuidad, por tanto, declara el sentido de
tradición heroica, de defensa de la independencia y sobe-
ranía nacional, de respeto, admiración y compromisos con
aquellos que han luchado a lo largo de nuestra historia
para legarnos el sentido de nacionalidad que caracteriza al
pueblo cubano. Es válido afirmar, entonces, que en mo-
to

mentos en que las actuales generaciones revolucionarias,


como parte de un proceso continuo de lógica renovación,
do

van asumiendo las más altas responsabilidades del país, pro-


Ed

clamen con orgullo y firmeza que son continuidad porque,


s

aunque no participaron en la lucha para derrocar a la tiranía


ito re

batistiana, no han sido actores pasivos de un proceso que


os

los ha forjado en la lucha diaria, en las grandes y pequeñas


batallas que a diario escribe nuestro pueblo.
ra ito

Pero, ¿qué relación guardan ambos lemas con la


di

política de comunicación de Cuba? Para responder esta


D sr

interrogante debe tenerse en cuenta que en el primero de


sus principios queda establecido que la misma, además de
'P es

fundamentarse en la Constitución, lo hace en la política


definida del PCC y en las Palabras a los Intelectuales de
lá e

Fidel Castro en 1961 cuando expresó su célebre frase


«(…) Dentro de la Revolución, todo; contra la Revolu-
ci rv

ción, nada (…) Por cuanto la Revolución comprende los


do a

intereses del pueblo, por cuanto la Revolución significa


los intereses de la Nación entera, nadie puede alegar con
razón un derecho contra ella» (Política de Comunicación
del Estado y del Gobierno, 2018). Esta política tiene seis
objetivos que, aunque pudieran parecer innecesarios para
algunos, a nuestro juicio sí merece que se citen por la
relevancia que tienen para nuestro problema de investi-
d

gación. Estos son:


os

1.1 Contribuir a garantizar el consenso y la uni-


dad nacional en torno a la Patria, la Revolución
Socialista y el Partido.

402
1.2 Potenciar la actuación consciente y protagó-
nica del pueblo en la actualización del modelo
económico y social cubano. Priorizar en ello el
liderazgo y compromiso de los jóvenes.
1.3 Reforzar la identidad y la cultura de la na-
ción; preservar la justicia social, la igualdad de
to

oportunidades y la ética humanista y solidaria


forjada por la Revolución.
do

1.4 Fortalecer la cultura del diálogo a nivel social,


Ed

institucional y comunitario, y el uso responsable


de la información y la comunicación; propiciar
s

mayor participación de la población en el control


ito re

y fiscalización de la gestión pública.


os

1.5 Contribuir a generar en el país un ambiente


de legalidad, defensa del patrimonio público,
ra ito

protección del medio ambiente, de respeto a la


di

dignidad de las personas, los valores, la disciplina


y la convivencia social.
D sr

1.6 Defender la independencia y la soberanía de


'P es

la nación (Política de Comunicación del Estado


y del Gobierno, 2018).
lá e

Por consiguiente, los lemas Pensar como País y Somos


ci rv

Continuidad llaman, como expresamos anteriormente, a la


reflexión. Mas, no para una interiorización pasiva de lo que
do a

encierran esas expresiones sino para que los cubanos sean


conscientes de que ante la situación actual que vive el país
-determinada por el recrudecimiento del genocida bloqueo
norteamericano bajo la actual administración de Donal
Trump y la agudización de la crisis mundial capitalista en
su variante más despiadada y cruel que es la neoliberal, que
abarca a la inmensa mayoría de los países, incluyendo las
d

economías más fuerte y desarrolladas,- no hay otra opción


os

que no sea la de pensarnos como un país, en el que todos


somos responsables del futuro y supervivencia de la nación,
tal y como lo hicieron nuestros héroes pasados. De ahí que

403
la estrategia comunicativa del presidente, en total concor-
dancia con lo establecido por la Política de Comunicación
de Cuba, venga acompañada de un verdadero programa de
tareas y acciones propagandísticas que responden al cum-
plimiento de políticas, acuerdos y resoluciones adoptados
en el 6to y 7mo Congresos del Partido y a la situación
to

actual que vive el país. Pero, ¿cuáles son? De eso se trata


el próximo acápite.
do
Ed

4. ACCIONES DE COMUNICACIÓN
EN ETAPA DE COVID-19
s

ito re

Durante la etapa caracterizada por la pandemia de la


os

COVID-19, Cuba ha tenido que enfrentar una serie de


retos importantes. Entre ellos, los siguientes: disminución
ra ito

creciente de los ingresos del turismo y otros renglones


di

exportables así como la disminución de las remesas prove-


D sr

nientes del exterior por las medidas del bloqueo; obstáculos


para la adquisición de combustibles y materias primas para
'P es

la elaboración de medicamentos y alimentos en general;


feroz campaña de propaganda contra Cuba en la que se
lá e

destacan las acusaciones por violaciones de derechos hu-


manos, la trata de personas, el terrorismo y la distorsión de
ci rv

la colaboración médica cubana en el mundo; amenazas del


cambio climático que en nuestra área geográfica significan
do a

sequias, huracanes, intensas lluvias, inundaciones, tornados y,


últimamente, los efectos de las llamadas arenas del desierto.
Por ello, solo apelando al esfuerzo de todos como
parte de la responsabilidad que como ciudadanos tenemos
en el cumplimiento de la parte que le toca a cada uno en
su puesto de trabajo, en su centro laboral -ya sea fábrica,
empresa agrícola, ganadera, centro científico, de salud,
d

docente o militar-, todos, cumpliendo sencillamente con


os

nuestro deber, podemos enfrentar estos grandes retos y


vencer. A esto se ha referido en el pasado también el Primer
Secretario del PCC de Cuba, Raúl Castro Ruz.

404
La COVID-19 trae aparejadas formas de vida, de
trabajo y convivencia social que todavía a nivel global
no están suficientemente estudiadas y mucho menos
aceptadas por la población. Por eso se dice que después
de la COVID-19 ya nada será igual. Cuba no es una ex-
cepción. Pero, ¿qué se está haciendo Cuba en este terreno
to

en materia de comunicación política?


Lo primero es la elaboración de un programa in-
do

tegral para enfrentar la Covid-19 que abarca todos los


Ed

sectores de la sociedad priorizando los económicos,


s

financieros, científicos, docentes y sociales en general


y que incluye la cultura y el deporte y, por supuesto,
ito re
os

la comunicación en todos los soportes y medios. Este


programa abarca etapas y fases que determinan el modo
ra ito

y la convivencia social. Paralelo y conjugado con este


di

ha elaborado una estrategia para enfrentar la crisis eco-


nómica mundial que, como se ha explicado, abarca las
D sr

repercusiones de ésta en la economía de Cuba a corto,


'P es

mediano y largo plazo.


Por otro lado, se ha implementado una comuni-
lá e

cación fluida, permanente, diaria, del gobierno central


con la población a través de los medios sociales y los
ci rv

convencionales de forma tal que la población esté ac-


tualizada en torno a la situación del país y lo que se está
do a

haciendo. Asimismo, se ofrece información científica


diaria sobre la COVID-19 en un horario fijo donde el
Ministerio de Salud Pública informa sobre la situación
epidemiológica en Cuba, las Américas y el resto del
mundo. Esta información es posteriormente retrasmitida
por los noticieros, medios sociales y sitios oficiales de los
gobiernos nacional, provinciales y municipales. Igual-
d

mente, se hacen programas televisivos diarios especiali-


os

zados con la participación de las principales autoridades


del país para explicar cómo los ministerios y organismos
de la administración central del estado tienen previsto

405
enfrentar esta situación. Por su parte, los contenidos de
las videoconferencias que se hacen entre el Consejo de
Estado y de Ministros con todos los Consejos de Defensa
Provinciales se dan a conocer en los noticieros de todos
los medios de comunicación del país.
En términos de propaganda gráfica e impresos en
to

general, se ha hecho un amplio trabajo de socialización


de información para que la población conozca las medidas
do

higiénico-sanitarias que se deben observar para evitar la


Ed

propagación del virus. Esto labor se ha caracterizado por


s

la colaboración entre equipos especializados de la Direc-


ción de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública
ito re
os

de Cuba (MINSAP), la Organización Panamericana de


la Salud (OPS), el Instituto Cubano de Radio y Televi-
ra ito

sión (ICRT) y la academia cubana. Los ejemplos que se


di

muestran a continuación fueron obtenidos del sitio web


de la presidencia y el gobierno de Cuba (https://www.
D sr

presidencia.gob.cu/es/cuba/covid-19/) pero fueron igual-


'P es

mente entregados a la población, explicados en programas


televisivos y radiales, spots.
lá e
ci rv
do a
d os

406
dos
do a
ci rv
lá e
'P es
D sr

407
ra ito
ito re
Ed di
os
s
do
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D sr
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408
ito re
Ed di
os
s
do
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do a
ci rv
lá e
'P es
D sr

409
ra ito
ito re
Ed di
os
s
do
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to
do
Ed
s

ito re
os

ra ito
di

D sr
'P es
lá e
ci rv
do a
d os

Tanto en los spots de bien público como menciones


radiales y televisivas han participado personalidades de la
cultura, el deporte y las ciencias. Para llegar a los públicos

410
más jóvenes, niños y adolescentes, se ha reorganizado toda
la programación infantil y juvenil y se ha contado con la
participación de ellos para que, desde sus propias lógicas
comunicativas, puedan interactuar con sus pares.
Se ha hecho un uso efectivo de las tecnologías de la
información para facilitar el trabajo del MINSAP y ayudar
to

a la población en la lucha contra la COVID. En este sentido


es importante reconocer la relevancia del Pesquisador Vir-
do

tual COVID-19, una aplicación para dispositivos móviles


Ed

que emplean el sistema operativo Android y que ha estado


s

disponible para toda la población desde el mes de abril libre


de costos. La misma incluye una encuesta epidemiológica
ito re
os

en la que los datos que las personas mayores de 18 años y


en plena capacidad legal pongan se envía directamente al
ra ito

policlínico al que pertenece la persona y, por consiguien-


di

te, éste actuará en función de lo que se determine por las


autoridades sanitarias locales.
D sr

A nivel comunitario, no deben obviarse las miles de


'P es

audiencias sanitarias que tanto en los barrios como en los


centros de trabajo que se han mantenido laborando se han
lá e

realizado para elevar la percepción de riesgo, además de


explicar las medidas higiénico-sanitarias orientadas (uso de
ci rv

mascarillas, lavado obligatorio de las manos, distanciamiento


social y físico). A esto debe sumarse lo que se conoce en
do a

Cuba como la pesquisa activa. En esta labor participan no


sólo el personal de la salud que trabaja en las comunidades
sino los activistas y miembros de las distintas organizacio-
nes de masas del país. La idea es que todos colaboren en la
ubicación e identificación de posibles focos de transmisión
para evitar la propagación del virus.
El Ministerio de Cultura ha organizado una progra-
d

mación musical televisiva con videos online grabados por


os

los propios músicos, fundamentalmente en sus casas, con-


tribuyendo así a que el distanciamiento social y físico sea
más creativo y se sienta menos el enclaustramiento. Estos

411
se transmiten también por la televisión. Asimismo, ha con-
vocado a creadores musicales a cantarles a los trabajadores,
principalmente a los de la salud, que no sólo arriesgan sus
vidas en los hospitales y centros de aislamiento cubanos,
sino que, voluntariamente, se han unido en 21 brigadas
médicas Henry Reeve y han prestado asistencia médica
to

en 20 naciones para contener la COVID (Ministerio de


Relaciones Exteriores, 2020). Por su parte, la población
do

cubana rinde homenaje todos los días a las 9:00 PM (hora


Ed

del cañonazo en La Habana) a todo el personal de la salud


s

con un aplauso generalizado en balcones, portales, casas,


calles en general. La idea es que todos apoyemos también
ito re
os

a esas personas.
Algo similar ha hecho el Instituto Nacional Deporte
ra ito

y Recreación (INDER). Este convocó a los atletas de alto


di

rendimiento y estos han compartido por todos los medios


de comunicación no sólo sus rutinas de entrenamiento,
D sr

sino que han asesorado a la población para que realicen


'P es

preparación física en sus casas y puedan enfrentar en mejores


condiciones físicas y mentales los efectos de la pandemia.
lá e

El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, por su


parte, ha indicado que los trabajadores mayores de 65 años y
ci rv

otros con alto grado de vulnerabilidad sean liberados de sus


funciones laborales y enviado a sus casas con el propósito
do a

de protegerlos. En estos casos, el estado cubano asumió


el pago del 100% del salario el primer mes de todas estas
personas y a partir del segundo mes el 60 % del salario
mensual.También se ha establecido el trabajo a distancia y
el teletrabajo, modalidades a las que se han acogido más de
medio millón de trabajadores (Feitó, 2020), teniendo dere-
cho al 100 % de su salario y a la estimulación económica
d

si su entidad obtiene ganancias. Por otro lado, a aquellos


os

trabajadores de importantes sectores laborables paralizados


por las medidas de aislamiento social (turismo, transporte,
gastronomía, administración pública, entre otros) se les ha

412
dado la posibilidad de incorporarse a los centros de hospi-
talización para la atención de las personas sospechosas de la
COVID -19 durante el período de cuarentena establecido
y así recibir sus respectivos salarios.
Mas, volvamos al inicio. ¿Qué relación tiene lo que
acabamos de describir con la comunicación política y la
to

estrategia de comunicación del presidente? La respuesta


está indisolublemente ligada a la capacidad de fortalecer las
do

ideas y convicciones políticas en el seno del pueblo de que


Ed

depende de nosotros, de los cubanos, tener el país próspero


s

y sustentable que nos hemos propuesto construir aún con


ito re

bloqueo, aún con Pandemia, aún con las adversidades que


os

nos imponga la naturaleza y, por tanto, generar un verdadero


movimiento capaz de vencer los gigantescos retos que tiene
ra ito

que enfrentar la nación cubana.


di

Esto no se logra con consignas, sino con argumenta-


D sr

ción, persuasión, con información actualizada y veraz de


lo que ocurre en el mundo y en nuestra zona geográfica,
'P es

apelando al sentido de identidad nacional, al sentido de


independencia y soberanía nacional frente un vecino po-
lá e

deroso que hace lo imposible por destruir la Revolución y


eliminar la esperanza de millones de personas de que otro
ci rv

mundo es posible. Por ello, en una amplia explicación a la


do a

población por todas las vías y medios de comunicación, el


presidente de la República, Miguel Diaz-Canel Bermúdez,
expuso la estrategia cubana para enfrentar la crisis post
COVID-19, seguida y ampliada después por los ministros
del gobierno revolucionario. La misma descansa en cinco
objetivos fundamentales:
• Implementar los acuerdos del Congreso del Par-
d

tido y cumplir con las demandas populares ema-


os

nadas del debate popular de sus Lineamientos.


• Derrotar la política del bloqueo económico
impuesto a la Isla desde los Estados Unidos.

413
• Enfrentar la crisis global y multidimensional que
el Neoliberalismo y la Pandemia han exacerbado.
• Aplicar Ciencia e Innovación en todos los pro-
cesos productivos y dinámicas sociales para afian-
zar el desarrollo.
• Legitimar y afianzar el ideal Socialista como
to

único camino hasta ahora conocido hacia la


prosperidad con justicia social.
do

• Si unimos las letras iniciales de estos cinco Ob-


Ed

jetivos fundamentales, leeremos IDEAL (Díaz-


-Canel, 2020).
s

ito re

Así, con una visión de futuro, encaminada no sólo


os

sortear los problemas de la crisis ocasionada por la pandemia


ra ito

de la COVID-19 sino a pensar la nación que queremos,


terminó el presidente cubano uno de sus últimos discursos
di

a la nación.
D sr

5. CONCLUSIONES
'P es

Luego de haber explicado lo que nosotros considera-


lá e

mos, desde la comunicación política, como la esencia de la


estrategia de comunicación del presidente Miguel Díaz-Ca-
ci rv

nel Bermúdez para con el pueblo cubano, específicamente


durante el período de la Pandemia de la COVID-19 y en
do a

momentos en que ha aumentado notablemente la hos-


tilidad de la política de los Estados Unidos hacia Cuba,
concluimos que:
• En el ámbito de la comunicación política Cuba
ha demostrado que, además de las organizaciones
mediáticas como canales de intermediación en-
d

tre los gobernados y gobernantes, otros actores


tienen una participación activa en dicho proceso.
os

Dentro de estos se destacan, por la naturaleza


propia del sistema político cubano y su inte-
rrelación con los demás subsistemas del sistema

414
social, las organizaciones de masas y toda la red
de colaboradores que a nivel regional, territorial
y local tienen. Esto evidencia la naturaleza parti-
cipativa de la democracia cubana como uno de
sus mayores logros en tanto que, como nación
bloqueada que ha tenido que sortear no sólo
los efectos del bloqueo sino todos los planes de
to

subversión y desestabilización que el gobierno


estadounidense ha empleado contra la Revo-
do

lución, tener a la población organizada hasta a


Ed

nivel local, además de ser partícipe activo de los


procesos políticos que hay en el país, constituye
s

una fortaleza en materia de seguridad nacional.


ito re

• La estrategia de comunicación empleada por el


os

actual gobierno cubano y sus lemas están en total


concordancia con la política de comunicación
ra ito

del estado. Esto demuestra pensamiento estraté-


di

gico y coherencia en el ejercicio práctico de la


política. La manera en que el gobierno cubano
D sr

ha actuado en materia de comunicación política


en una situación histórico concreta demuestra
'P es

que tiene capacidad no sólo de organización sino


de convocatoria para cualquier proyecto a nivel
lá e

nacional, incluidos aquellos relacionados con la


comunicación para el desarrollo y el cambio
ci rv

social siempre desde los intereses de la nación


cubana y sin ceder soberanía. Esto es esencial en
do a

tiempos en que la derecha en América Latina se


ha rearticulado y ha ido ganando espacios con
proyectos que nada tienen que ver con lo que
significa Cuba para que aquellos que piensan
que otro mundo es posible.

No obstante, hay desafíos que no deben obviarse.


Entre ellos, aunque no son los únicos, está la necesidad
d

de que se publiquen las normas jurídicas que regularán la


os

aplicación de la Política de Comunicación del Estado y


del Gobierno cubanos. Esto es sumamente relevante para
el modelo de democracia participativa de Cuba en tanto

415
existe todo un ecosistema de medios no oficiales que son
una realidad palpable y cuyo papel en la sociedad cubana
hay que acabar de definir. Por otro lado, hay que pensar el
papel de la comunicación política en Cuba en un escenario
de normalización de relaciones con los Estados Unidos
en el que se retome la política de engagement diseñada por
to

Obama y, por tanto, se produzca un cambio notable en las


relaciones bilaterales entre los dos países.
do
Ed

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ito re

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I (IX-XLIV). Editorial Cultura Popular, La Habana.
d os

418
EL PROCEDIMIENTO
ADMINISTRATIVO:
GARANTÍA PARA LA TUTELA DE LOS
DERECHOS DE LOS ADMINISTRADOS
16
to

EN CUBA – NOTAS PARA ANALIZAR


do
Ed
s

Orisell Richards Martínez1


ito re
os

1. UN PUNTO PARTIDA PARA EL ANÁLISIS


ra ito

Los procedimientos administrativos –en sus diferentes


di

ámbitos de ordenación– tienen un rol esencial para la satis-


facción del interés público en cualquier sociedad. A través
D sr

de ellos, la Administración Pública encauza sus modos de


'P es

actuación, lo que le permite lograr un mayor grado de


organización, así como establecer los límites esenciales a
lá e

su actividad en los marcos de lo establecido por el orde-


namiento jurídico.
ci rv

Sin embargo, el ente público de referencia tiene el gran


reto de establecer, asimismo, las garantías a través de estos
do a

procedimientos y que estás, a su vez, posibiliten la tutela de


derechos de los administrados extendida en sede contenciosa,
lo que pudiera tener prima facie reconocimiento y virtuali-
dad –jurídicamente hablando– en el ámbito administrativo.
Esta idea preliminar no desconoce la noción de buena
administración por su trascendencia para el equilibrio que
d

Profesora Titular de Derecho Administrativo de la Facultad de


1
os

Derecho de la Universidad de La Habana. Doctora en Ciencias


Jurídicas por la Universidad de La Habana y la Univeridad Paris-Ou-
est-Nanterre-La Défense, Paris X, Francia. Email: orisellricahrds1@
lex.uh.cu / ORCID iD - https://orcid.org/0000-0003-0192-2173

419
debe caracterizar las relaciones jurídico-administrativas,
elemento que a juicio nuestro adquiere también un valor
esencial para el cumplimiento de los fines de interés general.
Desde esta perspectiva, las consideraciones precedentes
reconocen «las nuevas formas de concebir el derecho ad-
ministrativo, basadas por un lado en el intento de superar la
to

visión estrictamente formal que legitima a la Administra-


ción por el mero cumplimiento de la norma que le otorga
do

las potestades de actuación y, por otro lado, en la voluntad


Ed

de situar al ciudadano en el centro de la preocupación de


s

las normas que ordenan la actividad administrativa».2


ito re

Esta cuestión responde también a la idea de defensa


os

y garantía especial de los derechos de los administrados,


premisas esenciales que son objeto de valoración en las
ra ito

reflexiones que a continuación se desarrollan para el con-


di

texto nacional cubano.


D sr

2. PRESUPUESTO PARA LA TUTELA


'P es

DE LOS DERECHOS DE LOS


ADMINISTRADOS: LOS FUNDAMENTOS
lá e

CONSTITUCIONALES DE 2019
ci rv

En los fundamentos constitucionales radican, como


regla general, las pautas esenciales de actuación que sirven
do a

de base a la organización y funcionamiento de la Admi-


nistración Pública en una sociedad, lo que le ofrece no
solo legitimidad, sino también, un referente de obligatorio
cumplimiento para el desarrollo de la actividad administra-
tiva. En ellos resaltan, además, los límites al ejercicio de la
función administrativa, así como la tutela de los derechos
d

Tornos Más, Joaquín, “El principio de buena administración o el


2
os

intento de dotar de alma a la Administración Pública”, en Martín


Rebollo, Luis (director), Derechos fundamentales y otros estudios en
homenaje al Prof. Dr. Lorenzo Martín-Retortillo, volumen I, El Justicia
de Aragón, Zaragoza, 2008, p. 639.

420
que le sirven de referencia al equilibrio de sus relaciones
con los administrados.
En esta línea de razonamiento, el texto constitucional
de 2019 dispuso para Cuba el “Estado socialista de derecho
y justicia social, democrático, independiente y soberano, or-
ganizado con todos y para el bien de todos como república
to

unitaria e indivisible, fundada en el trabajo, la dignidad, el


humanismo y la ética de sus ciudadanos para el disfrute de
do

la libertad, la equidad, la igualdad, la solidaridad, el bienestar


Ed

y la prosperidad individual y colectiva”3.


s

Esta declaración –como se ha reconocido en otros


ito re

espacios- introduce un presupuesto indispensable que in-


os

corpora, sin lugar a dudas, una nueva mirada para la organi-


zación estatal, así como la ordenación de los vínculos entre
ra ito

los entes públicos y los particulares, con especial atención


di

en la Administración Pública y sus relaciones.


D sr

Al mandato de “Estado socialista de derecho y justicia


social” se corresponde la referencia del artículo 9 constitu-
'P es

cional cuando determina que: “Cumplir estrictamente la


legalidad socialista es una obligación de todos. Los órganos
lá e

del Estado, sus directivos, funcionarios y empleados, además,


velan por su respeto en la vida de toda la sociedad y actúan
ci rv

dentro de los límites de sus respectivas competencias”, lo


do a

que se vincula también con los fundamentos que se man-


datan desde la supremacía constitucional4.
Esta premisa de base para los procedimientos administra-
tivos se erige no solo como cauce sino también como límite
para la actuación de la Administración Pública, lo que sin lugar
a dudas, representa una garantía para el establecimiento de los
derechos de los administrados, al tiempo que posibilita el con-
trol de los excesos en el ejercicio de la función administrativa.
d os

3
Véase artículo primero de la Constitución de la República de Cuba
publicada en Gaceta Oficial Extraordinaria, No. 5 de 10 de abril de 2019.
4
Véase artículo 9 de la Constitución de la República de Cuba, ob. cit.

421
Desde esta perspectiva, la observancia primera a
la legalidad, como premisa informadora de la actividad
administrativa, se extiende no solo al bienestar colectivo
sino también individual. Así, dos variables para el ejerci-
cio de la función administrativa no deben desconocerse
desde las pautas constitucionales del Estado de Derecho.
to

De una parte, la sujeción de la Administración Pública


al orden jurídico vigente –por su significación para el
do

adecuado funcionamiento administrativo5 y de otra,


Ed

la satisfacción del interés colectivo como guía para su


s

implementación y desarrollo.
ito re

Ambas cuestiones pueden concretarse a través de los


os

procedimientos administrativos, cuya ordenación jurídica


deberá corresponderse con los fundamentos constitucio-
ra ito

nales, lo que implica no solo la obligatoriedad de sujeción


di

a sus postulados, sino además la necesidad de velar porque


D sr

en el ejercicio de la función administrativa no se irrespeten


sus contenidos. Claro que, esta interpretación trasciende
'P es

además a los mecanismos diseñados para la protección


jurídica de los administrados en sus relaciones con la Ad-
lá e

ministración Pública.
En esa línea de razonamiento resalta, como elemento
ci rv

distintivo para el mejor hacer de la Administración Pública


do a

en pos de los administrados, la tendencia recurrente a la


5
Un estudio sobre este particular, desde la perspectiva administrativa
en Cuba, puede consultarse en Matilla Correa, Andry, “Notas so-
bre la ley y el principio de legalidad en el ordenamiento jurídico
cubano”, en AA.VV., Memorias del VI Foro iberoamericano de Derecho
Administrativo.VIII jornadas de Derecho Constitucional y Administrativo,
Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2007 y Arias Gayoso,
Grethel,“La significación de jurídica del principio de legalidad para
d

la Administración Pública”, en Panorama de la Ciencia del Derecho en


os

Cuba. Estudios en homenaje al profesor Dr. C. Julio Fernández Bulté, obra


coordinada por Andry Matilla Correa, Editora Universidad de La
Habana y Editor Lleonard Muntaner, La Habana-Palma (Mallorca),
2009, pp. 165-180.

422
determinación de pautas comunes para la ordenación de los
procedimientos como mecanismo para su simplificación y
actualización en el contexto actual. De esta forma, y resul-
tando el procedimiento administrativo el cauce formal para
la actuación de la Administración Pública, así como el espacio
de garantía de protección jurídica de los administrados como
to

principales destinatarios de su actividad; queda al desarrollo


constitucional la determinación de algunos de los criterios
do

esenciales sobre los que se erige dicha actuación administrativa.


Ed

Sin embargo, hay que destacar que en el contexto


s

jurídico patrio se aprecia una regulación sectorial de los


ito re

procedimientos –que aunque necesaria- pudiera tener una


os

repercusión en el mejor hacer administrativo de cara a su


uniformidad. Téngase en cuenta que, la determinación de
ra ito

pautas con carácter común para su ordenación benefician


di

no solo la eficacia y eficiencia en la gestión administrativa,


D sr

sino que contribuye además a la tutela de derechos de los


administrados, para los casos en los que incluso pueda no
'P es

existir reconocimiento o específica protección.


lá e

3. PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO Y
GARANTÍA DE PROTECCIÓN JURÍDICA
ci rv

DE LOS ADMINISTRADOS: MIRADAS


do a

PARA SU IMPLEMENTACIÓN ARMÓNICA


EN EL CONTEXTO NACIONAL
La tutela de los derechos a través de los procedimientos
administrativos permite a los administrados apropiarse de
las pautas que sirven de referente al ejercicio de la función
administrativa, al tiempo que establece los mecanismos de
defensa de los administrados, lo que se complementa tam-
d

bién, en las condiciones actuales, con las exigencias para el


os

buen hacer administrativo.


Desde la perspectiva jurídico-constitucional si bien
es cierto que no se dedica un espacio en particular a la

423
regulación de los procedimientos administrativos de manera
común, al menos en su connotación más actual, es dable
la mención a algunas pautas novedosas respecto al texto
anterior que permiten colegir la ordenación de las rela-
ciones jurídico-administrativas, así como los mecanismos
de defensa de los administrados frente a la actuación de
to

los entes públicos.


En este sentido, se ha significado con especial aten-
do

ción la referencia al debido proceso –del que se ha de-


Ed

rivado, para el ejercicio de la función administrativa, el


s

debido procedimiento administrativo–, así como la tutela


efectiva –o la que se ha hecho extensiva, asimismo, al
ito re
os

ámbito procedimental–.
De los presupuestos anteriores algunos elementos
ra ito

pueden colegirse como pautas de base que permiten orde-


di

nar, en buena medida, desde nuestro contexto nacional y a


través de una disposición normativa –con carácter general–,
D sr

las reglas que puedan servir como referente común a la


'P es

actuación de la Administración Pública en nuestros predios.


Ello no obsta, como se ha resaltado en otros espacios,
lá e

y por la propia naturaleza de las diferentes actividades


administrativas, la posibilidad de mantener –desde una
ci rv

perspectiva sectorial– una regulación jurídica a través de


disposiciones normativas inferiores que sirven de base a la
do a

articulación de estos procedimientos.


Así, desde la mirada a la defensa jurídica de los admi-
nistrados, puede significarse en la sistemática constitucional
con la incorporación en el capítulo VI del título V dedicado
a la garantía de los derechos, algunas de las pautas para
ordenar de los procedimientos administrativos en general,
como mecanismos de protección para los principales des-
d

tinatarios de la actividad administrativa.


os

Claro que, la tutela de los derechos no solo se extien-


de al ámbito contencioso, sino también a lo que se le ha
denominado debido procedimiento en sede administrativa.

424
De esta forma, el artículo 94 constitucional dispone, prima
facie, que toda persona como garantía a su seguridad jurídica
disfruta de un debido proceso tanto en el ámbito judicial
como en el administrativo.
En consonancia con lo anterior, el fundamento cons-
titucional desarrolla además, que los derechos para las
to

personas como garantía de la seguridad jurídica, pueden


verse contenidos en estos preceptos; así, pueden resaltarse,
do

la igualdad –como correlato del 13 inciso d constitucional-,


Ed

la asistencia jurídica, el derecho a aportar medios de prueba


s

y solicitar la exclusión de aquellos que se determine, el


acceso a tribunal competente, el derecho a una resolución
ito re
os

fundada, a interponer recursos, a un proceso sin dilaciones


indebidas, así como a la reparación por daños de diferentes
ra ito

concepto con su respectiva indemnización6.


di

La introducción de estos nuevos elementos eviden-


cia un salto cualitativo en el tratamiento de las vías para
D sr

tutelar los derechos en general, con especial atención tam-


'P es

6
La referencia textual del 94 dispone que: Toda persona, como ga-
lá e

rantía a su seguridad jurídica, disfruta de un debido proceso tanto


en el ámbito judicial como en el administrativo y, en consecuencia,
goza de los derechos siguientes:
ci rv

a) disfrutar de igualdad de oportunidades en todos los procesos en


que interviene como parte;
do a

b) recibir asistencia jurídica para ejercer sus derechos en todos los


procesos en que interviene;
c) aportar los medios de prueba pertinentes y solicitar la exclusión
de aquellos que hayan sido obtenidos violando lo establecido;
d) acceder a un tribunal competente, independiente e imparcial, en
los casos que corresponda;
e) no ser privada de sus derechos sino por resolución fundada de
autoridad competente o sentencia firme de tribunal;
f) interponer los recursos o procedimientos pertinentes contra las
d

resoluciones judiciales o administrativas que correspondan;


os

g) tener un proceso sin dilaciones indebidas, y


h) obtener reparación por los daños materiales y morales e indem-
nización por los perjuicios que reciba. Constitución de la República
de Cuba, ob. cit.

425
bién a los relacionados con los administrados. Claro que,
ello indica un desarrollo tanto en sede procesal como en
materia administrativa, ya que si bien es cierto que desde
lo técnico-jurídico pudieron haber quedado relaciona-
dos en acápites independientes, el mandato de garantía
constitucional abre una nueva etapa en la articulación de
to

los procedimientos, dejando pautas indispensables para su


regulación y en especial, un camino en los criterios de base
do

para su ordenación común.


Ed

En este sentido, algunas claves esenciales para la tutela


s

de los derechos pueden resaltarse en el marco de los pro-


ito re

cedimientos administrativos; las que tienen presencia en


os

las exigencias formales para la interposición, tramitación


y resolución de los procedimientos administrativos en
ra ito

general, ya sea para los que crean derechos, ya sea para los
di

que permiten su impugnación.


D sr

En lo que se refiere a su inicio y tramitación destacan


las cuestiones asociadas a su celeridad y el carácter expe-
'P es

dito, lo que vincula no solo a la Administración Pública


con las fases del procedimiento en todas sus formas, sino
lá e

que permite al propio tiempo la adecuada realización de


los derechos de los administrados.
ci rv

En este sentido, y para transformar el espacio admi-


do a

nistrativo en una vía más expedita no solo para la solución


de posibles controversias, sino además, para dar un cauce
natural a su actuación, el formalismo moderado «permite
cumplir con dichos requisitos de múltiples formas y sub-
sanar su ausencia cuando se produzca, a requerimiento en
su caso de la propia Administración»7; lo que viabiliza la
conducción de los procesos en este ámbito. A este respecto
debe reconocerse de manera acertada la referencia en el
d

artículo 94 inciso g, del derecho a tener un proceso sin


os

Sánchez Morón, Miguel, Derecho Administrativo. Parte General, 6ta


7

edición, Ed. Tecnos, Madrid, 2010, p. 832.

426
dilaciones, lo que pudiera interpretarse extensivamente a
la ordenación común de los procedimientos administrati-
vos en correspondencia con la formulación de inicio del
artículo 94 de la Constitución.
Otra de las garantías de protección jurídica se encuen-
tra asociada al derecho a contar con asistencia jurídica, lo
to

que se constata del 94 constitucional inciso b, y aunque no


es requisito obligatorio para los procedimientos administra-
do

tivos nada limita su utilización sobre todo por las comple-


Ed

jidades que en el orden técnico pudieran generar. Nótese


s

que el resultado que se derive de estos procedimientos de


impugnación es esencial, asimismo, para la revisión y tutela
ito re
os

posterior en sede judicial.


En este sentido, y en estrecho vínculo con la termi-
ra ito

nación de los procedimientos por medio de actos admi-


di

nistrativos, cierra el ciclo procedimental las cuestiones rela-


cionadas con la necesaria argumentación de las decisiones
D sr

administrativas.Téngase en cuenta que para estos casos no es


'P es

suficiente que la Administración conteste, debe hacerlo en


el tiempo establecido y conforme a las exigencias formales,
lá e

a lo que habría que adicionar la valoración íntegra de las


peticiones formuladas por los administrados; criterio que
ci rv

completaría sus mecanismos de protección jurídica y, al


propio tiempo, la satisfacción del interés general.
do a

Reafirma esta tesis, el artículo 94 de la Constitución


que establece en su inciso (e) la imposibilidad de que una
persona pueda ser privada de sus derechos por resolución
que no sea fundada de autoridad competente o por sen-
tencia firme de tribunal, supuesto que aunque pudiera ser
restringido a determinados derechos vía ex lege, debieran
exigir a este respecto el reconocimiento de criterios argu-
d

mentados y razonados en todos los casos.


os

En este sentido, no debe dejar de significarse en lo


que se refiere a las decisiones que resuelven recursos, que
la motivación –como expresión de la forma de estos actos

427
administrativos–8 resulta obligatoria, por una parte, en tanto
se trata de declaraciones de juicio que deciden sobre la
legalidad o ilegalidad de un acto administrativo y, al propio
tiempo, por la repercusión que tiene sobre los derechos
e intereses legítimos de los administrados,9 cuestión que
deviene más garantía para la defensa de los administrados
to

y, simultáneamente, expresión de transparencia y orden en


el ejercicio de la función administrativa.
do

Hasta aquí y antes de abordar las cuestiones asociadas


Ed

a la reclamación en vía administrativa como expresión


también de la tutela de los derechos, dos cuestiones mere-
s

cen destacarse, las que a su vez viabilizan la realización de


ito re
os

los derechos en análisis en el marco de los procedimientos


administrativos. Por una parte, lo asociado al derecho de
ra ito

acceso a la información y de otra la transparencia.


di

En este sentido, la referencia constitucional es directa


cuando en el artículo 53 se dispone que:“Todas las personas
D sr

tienen derecho a solicitar y recibir del Estado información


'P es

veraz, objetiva y oportuna, y a acceder a la que se genere


en los órganos del Estado y entidades, conforme a las
lá e

regulaciones establecidas”. A tales efectos, el acceso a la


información de interés general, al tiempo que garantiza el
ci rv

ejercicio de la función administrativa, es un derecho que


permite acceso y transparencia.
do a

A este respecto y como referente también para la pro-


tección y defensa de los derechos, destaca el artículo 101
inciso (h) de la Constitución vigente que reconoce entre
los principios que informan la estructura y funcionamiento
del aparato estatal que los órganos del Estado, sus directivos
y funcionarios actúan con la debida transparencia, lo que
d

8
Garrido Falla, Fernando y José María Fernández Pastrana, Régimen
jurídico y procedimiento de las administraciones públicas (Un estudio de
os

las Leyes 30/1992 y 4/1999), 3ra. edición, Ed. Civitas Ediciones,


S.L., Madrid, 2000, p. 186.
9
Ibídem, p. 192.

428
se fundamenta como condición transversal a la ordenación
jurídica de las fases del procedimiento administrativo.
Por último, en la instrumentación armónica de los pro-
cedimientos administrativos con los derechos administrados,
especial atención merece la posibilidad de reclamar. Ello
implica el acceso pleno a la vía recursiva en los diferentes
to

ámbitos de actuación de las Administración Pública.


Desde esta perspectiva, el derecho a recurrir las deci-
do

siones administrativas –que permite la reclamación y res-


Ed

tablecimiento del derecho vulnerado–, en el nuevo marco


s

constitucional abre un espectro de protección general que


no se limita a los casos especiales de protección, lo que
ito re
os

amplia y refuerza los mecanismos de defensa.


En este sentido, se dispone constitucionalmente como
ra ito

elemento distintivo el derecho a interponer recurso admi-


di

nistrativo, elemento que lleva implícito todas las cuestiones


asociadas a su instrumentación y resolución como garantía
D sr

reforzada del artículo 94 inciso (f) de la Constitución, lo


'P es

que debe significarse a los fines de la adecuada articulación


de los procedimientos administrativos.
lá e

Asimismo, no puede desconocerse tampoco, la tras-


cendencia que para la realización de este derecho se le
ci rv

reconoce al derecho a dirigir quejas y peticiones con un


contenido y alcance desde el punto de vista técnico-ju-
do a

rídico. Queda claro que, aunque tratándose de derechos


diferentes a los recursos administrativos, tienen sus bases
en la posibilidad de peticionar a la Administración Pública
frente a posibles irregularidades que pueden ocurrir ya
fuera al inicio y tramitación, como al momento de decidir
la petición formulada.
Desde esta perspectiva, se deja dispuesto claramente
d

en el artículo 61 constitucional, un mandato expreso que


os

reconoce no solo el derecho, sino además, la obligación


de tramitar y ofrecer respuestas oportunas, pertinentes y
fundamentadas en el plazo y según el procedimiento esta-

429
blecido en la ley. Lo anterior implica, el derecho a exigir
de las autoridades administrativas un comportamiento no
de cualquier tipo, sino uno oportuno, pertinente y funda-
mentado conforme a la preceptiva constitucional.
A lo anterior se adiciona el hecho de que la ordena-
ción común de los procedimientos en el contexto patrio
to

tiene en el principio de igualdad un elemento esencial


para su adecuada articulación, y que en nuestros predios se
do

deriva de la igualdad no solo como derecho, sino –como


Ed

en este caso– en tanto presupuesto para el disfrute de otros


s

derechos.10 En este sentido y por los retos que impone


ito re

para el perfeccionamiento de los mecanismos de protec-


os

ción jurídica hemos sostenido, tradicionalmente, que para


los efectos de los recursos administrativos esta igualdad
ra ito

no debe interpretarse solo como el reconocimiento de


di

la posibilidad de recurrir, sino también, como igualdad


D sr

en la tramitación y resolución de las controversias en este


ámbito de actuación, cuestión que no debe desconocerse
'P es

en la actualización del régimen jurídico de los recursos


administrativos en el contexto nacional.
lá e

En este caso, si bien es cierto que se trata de un tema


que tributa a la cumplimentación de los fines de interés
ci rv

general, como se ha venido sosteniendo en las líneas pre-


do a

cedentes, adquiere un valor esencial para los administrados


en el marco de desarrollo de los procedimientos adminis-
trativos en general.
Como correlato de lo anterior, puede resaltarse además
el derecho de los ciudadanos a acceder a la reclamación de

Algunas valoraciones en torno a la igualdad desde ambas pers-


10

pectivas puede encontrarse en Villabella Armengol, Carlos, “Los


d

derechos humanos. Consideraciones teóricas de su legitimación


os

en la Constitución cubana”, en Pérez Hernández, Lissette; Martha


Prieto Valdés (compiladoras) et al., Temas de Derecho Constitucional
cubano, 2da. reimpresión, Ed. Félix Varela, Ciudad de La Habana,
2004, p. 322.

430
sus derechos no solo en sede administrativa sino también
en el ámbito judicial, lo que trasciende además al cómo
se diseñan e implementan estas garantías en este contexto.
Al mismo tiempo, queda abierta la posibilidad en
el artículo 98 de la Carta Magna que toda persona que
sufriere daño o perjuicio causado indebidamente por di-
to

rectivos, funcionarios y empleados del Estado con motivo


del ejercicio de las funciones propias de sus cargos, tiene
do

derecho a reclamar y obtener la correspondiente reparación


Ed

o indemnización en la forma que establece la ley. Claro que,


s

y como hemos reconocido en otras oportunidades, aunque


habrá de tenerse en cuenta como premisas fundamentales la
ito re
os

actuación indebida causante del daño o perjuicio, así como


el reconocimiento del derecho a reclamar y obtener la co-
ra ito

rrespondiente indemnización, quedan al desarrollo ex lege


di

los contenidos constitucionales, lo que, por supuesto, deja a


estas regulaciones la ordenación de los criterios conforme a
D sr

los que resulta indebida la actuación y, al propio tiempo, el


'P es

alcance de la reparación o indemnización11. Claro que para


estos casos, también resulta esencial reconocer su transcen-
lá e

dencia jurídica para la realización de algunos derechos en


el marco de los procedimientos administrativos.
ci rv

4. UNA IDEA CONCLUSIVA


do a

Las transformaciones que se implementan en el sector


público nacional tienen en los procedimientos adminis-
11
En esa línea de razonamiento el artículo 99 constitucional establece:
“ La persona a la que se le vulneren los derechos consagrados en
esta Constitución y, como consecuencia sufriere daño o perjuicio
por órganos del Estado, sus directivos, funcionarios o empleados, con
motivo de la acción u omisión indebida de sus funciones, así como por
d

particulares o por entes no estatales, tiene derecho a reclamar ante los


os

tribunales la restitución de los derechos y obtener, de conformidad con


la ley, la correspondiente reparación o indemnización. La ley establece
aquellos derechos amparados por esta garantía, y el procedimiento
preferente, expedito y concentrado para su cumplimiento”.

431
trativos, y particularmente en su ordenación común, parte
de las herramientas que pueden contribuir al perfeccio-
namiento del ejercicio de la función administrativa, con
especial atención además, en los mecanismos para la tutela
de los derechos de los administrados en sus relaciones con
la Administración Pública. En esa línea de razonamiento,
to

los fundamentos constitucionales del Estado socialista de


derecho constituyen el sustento jurídico principal que
do

legitima el cauce actuación administrativa, al tiempo que


Ed

dinamizan las vías de protección jurídica de los adminis-


s

trados para la garantía de su seguridad y la de todos.


ito re
os

ra ito
di

D sr
'P es
lá e
ci rv
do a
d os

432
POLÍTICA PÚBLICA DE
SALUD DE LA FAMILIA Y
TRABAJO COMPARTIDO:
ENTRE LO GLOBAL Y LO LOCAL 17
to
do
Ed
s

Patrícia Pinto de Paula1


ito re
os

Traducción: Juan Ferrari Rizzo


ra ito

1. INTRODUCCIÓN
di

Entre los años 2003 y 2006 el Ministerio de Salud


promovió, a través de fórums de las comisiones de salud en
D sr

las tres esferas de gobierno: municipal, estadual y federal,


'P es

movimientos con vistas a expandir y consolidar el Sistema


Único de Salud (SUS). La confluencia de las directrices
lá e

resultantes de esos fórums se presenta en el Pacto por la


Salud, firmado en 2006. Aún en busca de la consolidación y
ci rv

expansión de la red de asistencia y de modelos de atención,


en el mismo año se firmó la Política Nacional de Aten-
do a

ción Básica, presentando la estrategia de salud de la familia


como guía de la organización de los servicios dirigidos a
la atención de las necesidades de la población que vive en
el área vecina a la Unidad Básica de Salud (UBS).
La citada Política Nacional de Atención Básica la
concibe bajo la perspectiva de la salud colectiva, o sea:
d

Profesora de la Facultad de Psicología de la PUC Minas- Brasil.


1
os

Doctora en Psicología por la USP Dirección para contacto con la


autora: patriciapintodepaula@gmail.com. Rua Delutor Américo
Gianetti, n. 199. Aptº 1004. Belo Horizonte, Minas Gerais. CEP:
31140-200. Brasil. Teléfono: 55.31.98844.6758.

433
La Atención Básica se caracteriza por un con-
junto de acciones de salud, en el ámbito indivi-
dual y colectivo, que abarca la promoción y pro-
tección de la salud, la prevención de agravantes,
el diagnóstico, el tratamiento, la rehabilitación y
el mantenimiento de la salud. [...] Es la puerta
de entrada preferencial en el sistema de salud.
to

(BRASIL, 2006).
do

Los equipos de salud de la familia que trabajan en las


Ed

Unidades Básicas de Salud están formados por profesionales


generalistas, con énfasis en salud de la familia: un Enferme-
s

ro; dos Auxiliares de Enfermería; un Médico y de cuatro a


ito re
os

ocho Agentes Comunitarios de Salud (ACS). La cantidad


de equipos y el número de profesionales varían según el
ra ito

índice de vulnerabilidad social y el riesgo epidemiológico


di

de la población que será atendida por el equipo.


Es de destacare el crecimiento significativo de la
D sr

estrategia de la salud de la familia como organizador


político y de gestión de la Atención Primaria de Salud
'P es

(APS). Esto se puede ver en los siguientes datos: “(...) en


lá e

diciembre de 1994 estaban actuando en el territorio brasi-


leño 328 equipos de salud de la familia, en mayo de 2008
ci rv

esos números llegaban a 28.300 equipos de SF en todo


Brasil”. (BRASIL, 2009). Los últimos datos disponibles
do a

en el Departamento de Atención Básica del Ministerio


de Salud confirma la inversión en esa estrategia de aten-
ción a la salud, con el ejemplo del primer semestre de
2015, cuando en enero había 39.308 equipos de salud de
la familia implantados y en junio del mismo año Brasil
contaba con 39.527 equipos que atendían cerca de ciento
veintiún millones de brasileñas y brasileños.
d

La Unidad Básica de Salud deberá ser la “puerta de


os

entrada preferencial del usuario en el SUS”, cuya atención


y referencia son de responsabilidad de los profesionales del
equipo de salud de la familia. Ante el creciente grado de

434
solución en promoción de salud, resultado del trabajo de
los equipos de salud de la familia, sumado a la complejidad
del amplio alcance de ser referencia para toda una población
vecina a la Unidad Básica de Salud, se creó el Núcleo de
Apoyo a la Salud de la Familia (NASF) por la Resolución
MS/GM, n.154 (bRasil, 2008).
to

Podrán formar parte de un equipo del NASF, teniendo


como directriz la interdisciplinariedad multiprofesional, los
do

siguientes profesionales, según la Clasificación Brasileña


Ed

de Ocupaciones (CBO): Asistente Social, Farmacéutico,


s

Fisioterapeuta, Fonoaudiólogo, Médico (Ginecólogo/Obs-


ito re

tetra), Homeópata, Pediatra, Psiquiatra, Geriatra, Clínico, del


os

Trabajo,Veterinario, Nutricionista, Profesional/Profesor de


Educación Física en la Salud, Psicólogo, Educador Social,
ra ito

Sanitarista y Terapeuta Ocupacional (Resolución MS/GM


di

nº 256. Brasil, 2013). La principal atribución de los pro-


D sr

fesionales especialistas del NASF es desarrollar, a través de


reuniones, la capacitación y ampliación de la acción de los
'P es

equipos de salud de la familia relativas a la promoción de


salud de la población bajo la responsabilidad de la misma,
lá e

un trabajo compartido entre los especialistas del NASF


y los profesionales de salud de la familia partiendo de las
ci rv

demandas de salud más complejas que exigen un cuidado


do a

continuo al usuario.
En 2009 el Ministerio de Salud publicó el Cuaderno
de Atención Básica: Directrices del Núcleo de Apoyo a
la Salud de la Familia (NASF). Este documento presenta
directrices sobre la atención que deben ofrecer los pro-
fesionales de salud de la familia en cuanto a las líneas de
cuidado previstas para la Atención Básica, confirmando el
d

tamaño y complejidad del trabajo que debe ser desarrollado:


os

Salud mental; Rehabilitación y salud integral


de la persona; Alimentación y nutrición; Asis-
tencia farmacéutica; Inter sectorialidad, Redes

435
sociales y participación ciudadana: el Servicio
Social en el NASF; Atención integral al niño y
al adolescente; Atención integral a la salud de
la mujer; Prácticas integradoras y complemen-
tarias; Prácticas corporales y actividades físicas.
(BRASIL, 2009).
to

Debido a los avances en la atención a la salud de la


población brasileña debido a los éxitos de la estrategia de
do

salud de la familia, se oficializó, por la Resolución no3124,


Ed

de 28 de diciembre de 2017, el trabajo en red, interdisci-


s

plinario y multiprofesional, como se afirma en el Artículo


ito re

3 de la citada Resolución.
os

VII - Trabajo en Equipo Multiprofesional -


ra ito

Considerando la diversidad y complejidad de las


di

situaciones con las que la Atención Básica lida,


una atención integral requiere la presencia de
D sr

diferentes formaciones profesionales trabajando


con acciones compartidas, así como con un
'P es

proceso interdisciplinario centrado en el usuario,


incorporando prácticas de vigilancia, promoción
lá e

y asistencia a la salud, así como el matriciamento2


del proceso de trabajo cotidiano. (Brasil, 2017.
ci rv

Destaque nuestro).
do a

En una secuencia de documentos formales, registros


oficiales con directrices políticas y de gestión, como por
ejemplo las Resoluciones antes mencionadas de 2008, 2009,
2012 e 2017, queda explícito que la atención a la salud
deberá regirse por el trabajo compartido entre diferentes
profesionales especialistas del NASF junto con los equipos
de salud de la familia, a través de una actuación interdiscipli-
d os

Matriciamento o apoyo matricial es um término propuesto por


2

Campos (año) que consiste en una actividad de trabajo en la que


se comparten conocimientos y se amplía la comprensión del diag-
nóstico y la acción terapéutica según las necesidades del paciente.

436
naria entre equipos multiprofesionales. Una visión histórica
que reitera la potencialidad del trabajo compartido entre
especialistas del NASF y los profesionales del equipo de
salud de la familia, cuya función es referenciar cualquier
demanda de salud de la población moradora en el mismo
territorio de la Unidad Básica de Salud, se confirma en
to

los resultados de la investigación de Paula (2012). Los da-


tos del siguiente gráfico confirman la creciente inversión
do

del Ministerio de Salud en la ampliación del número de


Ed

equipos NASF en Brasil.


s

ito re

GRÁFICO SOBRE LA EVOLUCIÓN


os

DEL NÚMERO DE EQUIPOS NASF-AB


BRASIL (BRASIL, 2018)
ra ito
di

D sr
'P es
lá e
ci rv
do a

Sin embargo, se destaca, basado en Mendes (2016),


que es necesario entender que la atención multiprofesio-
nal interdisciplinaria no es solo un grupo de diferentes
d

personas con diferentes profesiones que actúa juntas por


os

un tiempo determinado dentro de la Atención Primaria


de Salud. El trabajo multiprofesional interdisciplinario da
un valor agregado, de más ojos y más oídos, de insights de

437
diferentes cuerpos de conocimientos y de un espectro más
amplio de habilidades y, por ello, se ha considerado como
un criterio de calidad de la APS
Acerca de la implementación del NASF en el te-
rritorio brasileño, desde su oficialización en el año 2008
hasta el año 2017, cuando se completaron diez años de su
to

institucionalización en el SUS, es posible observar su im-


portancia social y científica, tanto de la estrategia de salud
do

de la familia como, fundamentalmente, la posibilidad de


Ed

compartir diferentes conocimientos profesionales sobre


s

salud, teniendo en cuenta la salud para todos. Actualmente


se cuenta con 5.987 equipos NASF (Brasil, 2018), actuando
ito re
os

en la red de Unidades Básicas de Salud, junto a los equipos


de salud de la familia en todo el territorio brasileiro.
ra ito

Es posible entonces observar la creciente inversión del


di

Ministerio de Salud en cuanto a los equipos del NASF, lo


que también ocurre en la aplicación destinada a las Unida-
D sr

des Básicas de Salud y a los equipos de salud de la familia.


'P es

Los datos del Catastro Nacional de Empleos (CNE)/DAB/


MS (Brasil, 2019), evidencian esa dinámica de crecimiento:
lá e

en 2006, año de aprobación de la Política Nacional de


Atención Básica, existían 26.729 equipos de salud de la
ci rv

familia actuando en el territorio brasileño; en 2011 este


número pasó para 32.295 equipos; en 2015 llega a 40.162
do a

equipos y actualmente, hasta el mes de junio de 2019, ya


hay 42.139 equipos de salud de la familia trabajando en
todo el territorio nacional. La pregunta-problema que
sirvió de orientación para el presente artículo es: ¿cómo los
especialistas del NASF desarrollan el trabajo compartido
con los profesionales de los equipos de salud de la familia?
Dicho de otra forma, el objetivo principal de este artículo
d

es reflexionar sobre la relación entre las directrices globales


os

de la política pública de salud para la actuación profesional


de los equipos de salud de la familia y el NASF, teniendo
en cuenta las demandas de la población local correspon-

438
diente. Se intentará problematizar la relación entre lo global
establecido por la política pública de salud de la familia y
lo local en cuanto a la dimensión del trabajo desarrollado
por los profesionales de los equipos.

1.1. EN BUSCA DEL TRABAJO


to

COMPARTIDO: MATRICIAMENTO
do

Campos y Delmitti (2007), realizaron un estudio com-


Ed

parativo entre algunos municipios en Brasil que ya venían


trabajando con interfaces entre especialistas y las múltiples
s

demandas de los equipos da Atención Primaria de Salud.


ito re

Los autores citados señalaron dos vías de trabajo compartido


os

para viabilizar la esperada ampliación y calificación de las


ra ito

acciones de promoción de la salud. Esas dos dimensiones


de actuación de los especialistas del Núcleo de Apoyo a
di

la Salud de la Familia, de apoyo a los profesionales de la


D sr

salud de la familia, son dos vertientes complementarias: el


apoyo técnico asistencial y el apoyo técnico pedagógico. El
'P es

apoyo técnico asistencial se presenta cuando el grado de


complejidad y prioridad exige del especialista del NASF
lá e

una actuación directa con el usuario y, en esa vertiente de


ci rv

la asistencia, un profesional del equipo de salud de la familia


deberá acompañarlo para capacitarse.Ya la vía de actuación
do a

técnico pedagógica es la que ocurre durante las reuniones


de matriciamiento. Campos (1999 ; 2003) ya se refería a la
importancia de establecer espacio y tempo en la agenda de
trabajo que ofrecieran condiciones concretas para que los
profesionales de la salud pudieran realizar intercambio de
informaciones, cuestionamientos, propuestas y problematiza-
ciones, teniendo como eje central las conversaciones, las ne-
d

cesidades y las condiciones de vida del usuario, su comunidad


os

y su territorio. En cada Centro de Salud en la ciudad de Belo


Horizonte un equipo de especialistas del NASF apoya de una
a tres Unidades Básicas de Salud. Cada Unidad tiene, como

439
promedio, cuatro equipos de salud de la familia y cada uno
de esos equipos tiene una mañana o una tarde por semana
reservada para la reunión del equipo con los especialistas del
NASF para realizar el matriciamento. Los encuentros para el
apoyo matricial forman parte de una agenda anual acordada
entre la gerencia NASF y los gestores de cada Centro de
to

Salud para que el servicio de apoyo, el trabajo compartido


interdisciplinario y multiprofesional, pueda realizarse. La
do

estrategia de actuación de los especialistas del NASF, apoyo


Ed

técnico asistencial y apoyo técnico pedagógico, a través de


s

las reuniones de matriciamento, se convirtió en una referen-


ito re

cia institucionalizada para todos los municipios brasileños,


os

principalmente a partir de la Resolución n.3124 de 2017.


La Unidad Básica de Salud es el principal instrumento
ra ito

de salud de la red de Atención Básica, o red de Atención


di

Primaria de Salud, como se denomina en Belo Horizonte,


D sr

ciudad donde se lleva a cabo la investigación realizada por


la autora. Belo Horizonte tiene nueve Distritos Sanitarios
'P es

de Salud que aglutinan los territorios que componen la


ciudad y en cada Distrito, según la vulnerabilidad social
lá e

y las demandas epidemiológicas, existe un determinado


número de UBS, denominados de Centros de Salud.
ci rv

En Brasil, aproximadamente ciento setenta millones


do a

de personas están vinculadas a la Atención Primaria de


Salud. (BRASIL, 2017). En Belo Horizonte, que cuenta
con 156 Centros de Salud, los profesionales que componen
el equipo de salud de la familia y el NASF consideran que
aproximadamente dos millones quinientas mil personas
están vinculadas al sistema. De esa forma, es posible darse
cuenta de la importancia de la estrategia de salud de la fa-
d

milia y de este servicio a la población de Brasil en general


y de Belo Horizonte en particular.
os

Las UBS son responsables por las acciones di-


rigidas a la población del área de actuación,

440
funcionan de lunes a viernes, y deben ser las
primeras procuradas en caso de alguna ne-
cesidad de tratamiento, informaciones o
cuidados básicos de salud. (BELO HORI-
ZONTE, 2014, destaque nuestro).

La orientación vigente reitera la formación de vínculos


to

entre la población y los profesionales de la Unidad Básica


de Salud de referencia, colocando al equipo de salud de
do

la familia como el primero a acudir cuando alguien del


Ed

vecindario necesite de cuidados de salud. Por otra parte,


s

aumentan también las exigencias y la complejidad del


ito re

trabajo que debe ser desarrollado por los profesionales de


os

salud de la familia, que tienen como meta resolver el 85%


de los problemas que puedan surgir en la puerta de entrada
ra ito

del sistema, la UBS. (PAULA, et al, 2017).


di

En diciembre del 2014, los 587 equipos de salud de


D sr

la familia actuantes en los 147 Centros de Salud realizaron


cerca de cuatro millones de visitas domiciliares, cubriendo
'P es

aproximadamente el 86,93% de la población de Belo Hori-


zonte. Los equipos de salud de la familia de los 156 Centros
lá e

de Salud realizaron un promedio de 51 mil atenciones/día


a la población de Belo Horizonte en el año de 2017, con
ci rv

el apoyo de los profesionales especialistas del NASF (Belo


Horizonte, 2017). Como se dijo anteriormente, la política
do a

de salud pública presenta directrices para la estrategia de


salud de la familia, como actualmente es considerada en
Brasil. En cuanto al principal objetivo de reflexionar sobre
las interfaces entre el ámbito global de la política pública
de salud (Brasil, 2006 ; 2012 ; 2017) con la dimensión local
del trabajo compartido entre los profesionales del equipo de
salud de la familia y los especialistas del NASF, se destacan
d

las directrices que orientan los siguientes aspectos:


os

i. Los equipos de salud de la familia tienen que


resolver el 80% de las necesidades de salud de la

441
población adscrita a determinada Unidad Básica
de Salud o Centro de Salud, como se denomina
en Belo Horizonte. Necesidades desde el pre-
natal hasta la vacunación; a la salud del niño, de
la mujer, del adulto, hasta la salud del anciano
con más de una enfermedad (comorbidad).
to

ii. Las directrices actuales del Ministerio de Salud


establecen un total de hasta 4.000 personas para
cada equipo de salud de la familia. Con el paso
do

del tiempo las personas se mudan, cambian


Ed

de dirección, nuevas construcciones se van


s

sumando a las ya existentes, y una de las con-


secuencias es el aumento continuo de familias
ito re
os

que deben ser atendidas por un mismo equipo,


que puede alcanzar más del doble del límite
oficial, llegando a diez o doce mil personas por
ra ito

equipo de salud de la familia


di

D sr

Lo que se presentará es la discusión sobre algunos


resultados de la investigación de doctorado junto a ob-
'P es

servaciones e informes de estadías en Psicología y Salud


Colectiva en Centros de Salud de un mismo territorio de
lá e

la ciudad de Belo Horizonte supervisadas por la autora.


ci rv

2. PRESENTACIÓN E DISCUSIÓN
do a

DE RESULTADOS
En cuanto al objeto de la investigación, el interés se
foca en las relaciones entre política, trabajo y subjetivi-
dad en el sector de salud pública, en especial en la red de
atención primaria de salud, donde los equipos de Salud
de la Familia y los profesionales especialistas del NASF
actúan. Bajo esa perspectiva, se destacan dos dimensiones
d

que deben ser consieradas en constante interacción dia-


os

léctica: un ámbito macro como contexto social en el que


se circunscriben los sujetos y las relaciones intersubjetivas
en el trabajo, y un ámbito micro localizado en las viven-

442
cias y prácticas desarrolladas. Ese enfoque de lectura se
justifica aún más cuando se pretende analizar la relación
entre trabajo y subjetividad de los profesionales de salud y
el trabajo de salud en circunstancias políticas de múltiples
exigencias profesionales.
Ya nl cuanto al análisis del trabajo, teniendo en cuenta
to

la dimensión local, el trabajo real, se observaron reuniones


de matriciamento en cuatro Centros de Salud del Distrito
do

Sanitario Nordeste de la ciudad de Belo Horizonte. La


Ed

investigación se sometió al Consejo de Ética en la Investiga-


s

ción de la PUC Minas y de la Alcaldía de Belo Horizonte,


y fue aprobado con el nº CAAE 48678315.3.0000.5137. En
ito re
os

correspondencia con los preceptos éticos de investigación


envolviendo seres humanos, se usarán nombres de flores
ra ito

para cada equipo participante del estudio con el fin de


di

resguardar la identificación y preservar el sigilo en cuanto


a su identificación.
D sr
'P es

2.1. UNA CONTRADICCIÓN


CONSIDERABLE: ‘PUERTAS ABIERTAS’
lá e

X EVALUACIÓN CUANTITATIVA X
ci rv

CREACIÓN DE VÍNCULOS
do a

Siempre es cantidad. Cantidad de hipertensos, can-


tidad de neuróticos, cantidad de Diazepán que usted
debe haber recetado,... sí ..., debe ser así que ellos
cuentan. Pero es necesario concentrarse en las personas
y en la búsqueda de soluciones. Porque si no el pro-
blema viene para nuestro lado y lo peor es que el
SUS pierda su principal foco, que es la salud de
la población. (ESF Lírio).
d

Los documentos del Ministerio de Salud son claros


os

en el sentido de destinar a las UBSs el lugar de ‘Puerta de


Entrada’ en el sistema de salud y de hacer énfasis en los
principios doctrinarios del SUS: equidad, universalidad

443
e integralidad (Brasil, 2006; 2008). Como se ha dicho, se
trata de directrices políticas que se reflejan en el trabajo de
los equipos de Salud de la Familia: acoger ‘toda demanda
de salud’ es de una complejidad que encuentra límites y
contradicciones en la práctica cotidiana de los profesionales.
En la justificación de la Resolución no 648/GM del
to

2006 que explícita la estrategia de expansión de la Salud


de la Familia para reorganizar la Atención Básica en el
do

sistema de salud pública brasileño, uno de los criterios


Ed

para la liberación de verbas y otros recursos para los Es-


s

tados y municipios es la presentación sistematica de los


resultados obtenidos.
ito re
os

La política de Atención Básica, por su parte, tiene


como uno de sus fundamentos: “[...] Realizar la evaluación
ra ito

y seguimiento sistemático de los resultados alcanzados como


di

parte del proceso de planificación y programación.” (Brasil,


2006). La citada Resolución define las responsabilidades
D sr

de cada esfera de gobierno, quedando para el municipio la


'P es

responsabilidad de: “Elaborar metodologías e instrumentos de


monitoreo y evaluación de la Atención Básica en la esfera muni-
lá e

cipal”. En este sentido, uno de los contrastes que se debe


destacar está relacionado con el desarrollo del acogimiento
ci rv

humanizado y, al mismo tiempo, el cumplimiento de metas


cuantitativas establecidas por Leyes y Resoluciones.
do a

De forma vigorosa Campos (2000; 2003; 2010) viene


analizando de modo crítico la propuesta de aspectos de
ese orden que abordan la gestión y el trabajo en el área
de salud. En un trabajo reciente, Campos (2010, p. 2337-
2339) define tres elementos que justificarían y sustentarían
el control del trabajo a partir de la gestión basada en una
‘racionalidad gerencial’. Según la opinión de este autor,
d

en el capitalismo moderno tal racionalidad se tornó una


os

lógica predominante en el control del trabajo en busca de


productividad, sustentada (y sustentadora) en los aspectos
económico, político y científico. La primera racionalidad

444
sería aquella que subordina el trabajo a modos de funcio-
namientos estandarizados a priori, o sea, protocolos que
definan conductas y comportamientos. Esta estaría seguida
por la ‘racionalidad gerencial dominante’, que inclye un
modo de control disciplinario en la esfera general sobre
el trabajo y, a un nivel más particular, el control sobre los
to

trabajadores a partir de la: “centralización normativa y des-


centralización ejecutiva”. La tercera modalidad del discurso
do

y prácticas de gestión es la ‘esencialista’, una racionalidad


Ed

que considera al ser humano como un recurso. Todas esas


s

perspectivas pueden concentrarse, según el autor, en una


única gestión.
ito re
os

Encontramos en la Política Nacional de Atención Bá-


sica la explicitación de mecanismos de control del trabajo a
ra ito

partir de la fiscalización de metas para municipios, distritos e


di

unidades de Salud de la red del SUS. Eso representa bien la


lógica de la ‘racionalidad gerencial dominante, que centra-
D sr

liza la planificación y descentraliza la ejecución del trabajo


'P es

que se va a realizar. Algunas interrogantes surgen en esa


lógica productivista que pasa a ser asimilada por la gestión
lá e

de los servicios públicos de salud como ejemplo de lo que


obtuvimos a partir de las observaciones y entrevistas reali-
ci rv

zadas en los servicios de salud y también en el análisis do-


cumental de textos y resoluciones del Ministerio de Salud
do a

y de la Secretaría Municipal de Salud de Belo Horizonte.


De esa forma, se destacan interrogantes tales como: ¿cuál
es el número ideal de pacientes atendidos por turno/día de
trabajo del equipo? ¿Los elementos cuantitativos revelados
representan realmente un ‘acogimiento humanizado’, con
creación de vínculos, de corresponsabilidad y promoción
de autonomía y ciudadanía, como preconizan los programas
d

de salud vigentes? ¿La evaluación cuantitativa, por ejemplo,


os

de un número de pacientes no reincidentes revela la real


calidad y posibilidades de solución de la atención ofrecida?
En ese sentid, véase la siguiente declaración:

445
¡¿Cómo atender en un día de trabajo 40 personas
para lograr un Acogimiento Humanizado?!
¿Y además incluir la atención de salud mental?
¿Cuál es la diferencia con el trabajo de la clínica ge-
neral? Así también me enfermo! (ESF Hortência).
to

Basado en esa comprensión del trabajo y la subjeti-


vidad indisociable en la dinámica de los enfrentamientos,
do

surgen interrogantes sobre la evaluación cuantitativa del


Ed

trabajo: ¿el hecho de un ciudadano no regresar al Centro


de Salud sería, de hecho, un buen indicio para evaluar un
s

acogimiento resolutivo? ¿El control ahora informatizado


ito re
os

del tiempo invertido y la cantidad de atenciones realizadas


por turno/día de trabajo de los equipos está midiendo (y
ra ito

principalmente viabilizando) la creación de vínculos, la


di

clínica ampliada por medio de la corresponsabilización


profesional de la salud/usuario? Existen interrogantes com-
D sr

plejas, como revelan algunas declaraciones:


'P es

¿Con tiempo usted no va a sufrir con tantos controles?


Porque lo que hago es por la calidad el mi trabajo,
lá e

porque vi que podía resolver una casa bien resuelta


[...] entonces no voy a preocuparme porque tenga
ci rv

otras nueve visitas. No, mi trabajo fue realizado


en una visita con un buen acogimiento, buenos
do a

intercambios, buenas orientaciones, que valió por


no sé cuantos que pudiera hacer en un mes entero.
Entonces estuvo bien hecho y esta única visita
valió la pena. (ESF Girassol).
Ahí yo dije: yo no logro atender más que cuatro preven-
ciones por la tarde. Hasta porque nuestra tarde es pequeña.
Ellos colocaron cinco prevenciones [...] usted no tiene
tiempo ni para ir al baño. O usted comienza a ignorar
d

o acaba por también enfermarse. (ESF Hortência).


os

En la Política Nacional de Atención Básica se tiene


como uno de los dispositivos de gestión del servicio y de la

446
asistencia de la salud pública el control cuantitativo:“evaluar
el desempeño y los resultados cuantitativos de las UBS”. Este es
un parámetro para la liberación de recursos del Ministerio
de Salud a los Estados y sus respectivos municipios. Las
políticas de salud de ‘puertas abiertas’ y el control cuan-
titativo del trabajo representan un punto de tensión en la
to

actividad de los trabajadores de la punta del sistema con el


usuario: divergencias en cuanto al número de atenciones,
do

el tiempo invertido y el ‘acogimiento humanizado’ con


Ed

la ‘creación de vínculo’. Contradicciones de las políticas


s

que tienen efectos en el proceso de subjetivación de los


trabajadores de la salud.
ito re
os

“Nosotros trabajamos mucho aquí en el Centro de


ra ito

Salud.Y ahora tenemos que tener tiempo para registrar


todo en la computadora. A veces estoy con la duda
di

de si miro y escucho al paciente hablando de


D sr

sus problemas o si escribo en la computadora.”


(ESF Lírio).
'P es

Un dispositivo que las políticas gubernamentales po-


lá e

nen a disposición para reconocer la extensión y complejidad


que ganó el trabajo de los equipos en las UBS es el apoyo
ci rv

técnico-asistencial ofrecido por especialistas a los profe-


sionales generalistas de Salud de la Familia: o matriciamento.
do a

2.2. MATRICIAMENTO:
TRABAJO COMPARTIDO?
¡La idea del Matriciamento es buena! No es
simplemente presentar el caso, tenemos que apro-
vechar el tiempo del encuentro para intercambiar
más informaciones.
d

Solo que con la actual agenda no se logra: los


os

casos graves necesitan seguimiento más próximo.


De la forma actual eso no ocurre.Tenemos que rever
qué es ‘caso grave’ y rever la agenda. La secretaría

447
de salud y el SUS tienen que rever esta forma de
trabajo. (ESF Hortência).

La propuesta metodológica del matriciamento pretende


integrar el trabajo del Equipo de Salud de la Familia a un
equipo de especialistas por medio de un apoyo especializa-
to

do según las necesidades de la población vinculada a cada


respectiva UBS. Según Campos (2010, p. 2343) el apoyo
do

matricial pretende:
Ed

Organizar el trabajo compartido mediante: 1)


s

atención conjunta de casos; 2) atención por


ito re

el y en contacto con el equipo que define el


os

seguimiento complementario; 3) Intercambio


de conocimientos y de orientaciones, diálogos
ra ito

sobre proyectos terapéuticos entre apoyo y con-


tra referencia, estimulando el contacto directo
di

entre referencia y apoyo.


D sr

Entendemos que el apoyo matricial es un arreglo ‘or-


'P es

ganizativo’ desarrollado con el fin de integrar la atención


a la salud del usuario del SUS, potencializando la acción
lá e

del equipo de Salud de la Familia, ya que en la actualidad


la Atención Primaria se considera la principal ‘puerta de
ci rv

entrada’ al sistema. Usar los encuentros entre equipos de SF


do a

y SM con la expectativa de crear mejores condiciones para


acoger al usuario con necesidades más complejas exige un
cambio cultural- de valores, de costumbres, de decisiones-,
para el que se necesita de la participación de los trabajadores
y disponibilidad para compartir saberes, dudas, creatividad,
acuerdos cotidianos, según estudios semejantes realizados
por Lancman et al. (2008) e Campos (2003; 2005).
d

Es un proceso... hace 2 años que trabajamos con el


os

matriciamento en tres Centros de Salud. Es un proceso.


Recuerdo cuando comenzó, a la 1ª reunión fue todo
el mundo. Todos los equipos con un monte de remi-

448
siones. Con una gran expectativa: Ahora tenemos
la solución de los problemas. Vamos a pasar los
casos para el personal de salud mental. (NASF 1).
Usted lo vio en aquella reunión en la que partici-
pó. El personal todavía quiere ‘pasar el caso’. Pero
gradualmente viene mejorando. En cada encuentro
to

intentamos informar al equipo y discutir más los


casos antes que cualquier remisión.
do

Entonces, es un trabajo lento, cultural: que sig-


Ed

nifica desmontar esto de la referencia, del ‘pasar el


caso’. (NASF 2).
s

Eso lleva tiempo: crear un vínculo entre los equi-


ito re

pos, porque es ahí que se pierde la hostilidad, la agre-


os

sividad y se gana en colaboración. (ESF Hortência).


ra ito

Establecer vínculos aparece como una necesidad, en


di

este caso la de superar los límites de la propia formación y


experiencia al buscar una relación de confianza entre pares
D sr

de diferentes equipos para el intercambio de informaciones.


'P es

O sea, hasta para superar límites para la actuación en la sa-


lud, la participación para establecer y mantener el vínculo,
lá e

es necesaria una complicidad que, más allá del trabajo con


el usuario, demanda también del vínculo afectivo entre
ci rv

diferentes colegas. ‘Una relación de confianza es fundamental


para trabajar en salud’, según relatos de entrevistados.
do a

O matriciamento es una relación de doble sentido,


de ida y vuelta. Necesitamos de la cooperación, de
circular los saberes, de uno dar apoyo al otro con sus
conocimientos. El universo de problemas de la SM es
muy grande, muy grande.Tenemos que unir y dividir.
En este sentido hubo grandes avances en cuanto a
valorizar los diferentes saberes. (ESF Girassol).
d os

Sin embargo, esa relación dialógica, horizontal, entre


los diferentes especialistas que comparten el mismo espa-
cio de trabajo en una unidad de salud no es natural ni está

449
dada por la prescripción normativa legal. Lo que está en
juego es la organización del trabajo, los acuerdos y rela-
ciones intersubjetivas que influyen o no directamente en
los vínculos que se establecen. La relación intersubjetiva
que crea los marcos de la organización del trabajo, como
afirma Dejours (2008 ; 2009), relaciona las diferencias de
to

poder, lo que siempre crea un punto de conflicto entre las


personas involucradas y que tienen diferentes posiciones
do

sobre el mismo objetivo de trabajo.


Ed
s

¡El trabajo en Equipos fue una solución fantástica!


ito re

Compartir conocimientos fue fantástico porque divide


os

el peso del trabajo y también gana el usuario.Valori-


zar los diferentes saberes mejora la autoestima de los
ra ito

profesionales. Eso es muy bueno. Pero, infelizmente,


eso no es fácil y mantener una Unidad con bue-
di

nos equipos con buena interacción es un desafío.


D sr

(ESF Lírio).
Nosotros tenemos un buen apoyo de referencia técnica.
'P es

El problema es que ellos tienen mucha gente para


apoyar. Entonces, a veces no tienen tiempo...
lá e

(ESF Girasol).
ci rv

Por su parte, como se desprende de lo antes discu-


tido, el matriciamento se empobrece y puede reducirse
do a

a ‘pasar casos’, lo que se refleja en el propio proceso de


trabajo del equipo de SF, ya que un caso poco discutido
no garantiza una buena orientación terapéutica, inclusive
ante tantas dudas presentadas por los generalistas de los
equipos de Salud de la Familia. Evaluado como el peor
efecto de las contradicciones existentes en las políticas
de salud en relación con el Matriciamento, fue el hecho
d

de que el usuario se quede ‘en la estaca cero’, sin una


os

atención especializada cuando el equipo de Salud de la


Familia se encuentra en sus límites y el equipo NASF
no tiene agenda disponible.

450
3. CONSIDERACIONES FINALES
El Sistema Único de Salud (SUS) sigue las orienta-
ciones de la Constitución Federal de Brasil de 1988 y de
la Ley Orgánica de Salud, ley 8.080 de 19 de septiembre
de 1990. Trata de uno de los mayores sistemas públicos de
to

salud del mundo, con acceso universal a toda persona que


se encuentre en Brasil.Y cuando se reconoce la extensión
do

territorial continental del país y la diversidad de culturas,


Ed

hábitos y costumbres de vida entre los 220 millones de


brasileñas y brasileños, son comprensibles los éxitos del tra-
s

bajo vivo realizado por los profesionales de la salud pública


ito re

brasileña que actúan en las unidades del SUS, inclusive ante


os

desafíos inconmensurables.
ra ito

Límites e impedimentos de un trabajo intenso son los


que provocan efectos en la subjetividad de los profesionales
di

de la salud: ‘sensación de impotencia’ frente a los límites


D sr

concretos de la red del SUS; ‘sentimiento de inseguridad’


en cuanto a la falta de apoyo suficiente para dar respues-
'P es

ta a la demanda. Como ejemplo de estos señalamientos


pueden mencionarse las declaraciones que escuchamos
lá e

en el trabajo de campo, que apuntan hacia el dilema entre


ci rv

‘engañar al paciente con medicamentos’ que no lograrán


que el marido pare de beber y de ser violento dentro de la
do a

propia casa, o parar la medicación sin tener otra opción que


ofrecer a la usuaria. Como planteó un generalista en una
reunión de grupo de Salud de la Familia:“Estoy poniendo la
basura debajo de la alfombra. ¿Eso es correcto? hablando cuando
se refería a los casos en que prescribía medicamento sin
tener como remitir la persona para los servicios de apoyo
comunitario, y ya sabiendo que el medicamento dejará a
d

la persona más aletargada ante la vida y, por consiguiente,


os

a pesar de dormir mejor, la ciudadana reaccionará menos


todavía a las agresiones que sufre dentro de su propia casa.
El mismo profesional que realiza el acompañamiento de

451
esa persona responde: “Es un dilema, y por eso es muy difícil
trabajar y no enfermarse también”.
Las contradicciones entre las directrices políticas y el
trabajo en la UBS son claras en cuanto a esto: El matricia-
mento, una propuesta de trabajo compartido, vendría para
suplir las necesidades de los generalistas, como se mani-
to

fiesta en una de las directrices propuestas por el Núcleo


de Apoyo a la Salud de la Familia. (Brasil, 2008). Además,
do

el matriciamento encuentra, entre otras barreras, las que


Ed

destacamos basados en los relatos de los entrevistados y en


s

las observaciones hechas durante nuestra participación en


las reuniones. Estas son:
ito re
os

a. Rotatividad de los profesionales, principalmen-


te de la clínica médica, lo que rompe totalmente
ra ito

el ciclo de capacitación en desarrollo.


di

b. Ausencia en las reuniones del clínico, que se


D sr

justifica por una agenda sobrecargada.


c. Un proceso que depende directamente de
'P es

la disponibilidad del sujeto trabajador de


‘querer asumir responsabilidades que van más allá de
lá e

la clínica general para la que se formó’.


ci rv

d. Un cambio cultural lento, complejo y que


depende también del alineamiento en la forma-
do a

ción académica de los profesionales, tanto para


el SUS como ahora para la salud mental.

De esa forma, es posible darse cuenta que el trabajo


compartido en la estrategia de Salud de la Familia, aún
con la participación de los especialistas del NASF, provoca
molestias y sufrimientos a esos trabajadores, efectos de
este trabajo en la subjetividad de los profesionales, según
d

relatos de ellos mismos, ante el ‘sentimiento de impotencia’,


os

‘de ansiedad e inseguridad’. El paso de lo global a lo local


teniendo en cuenta la salud para todos ocurre, irreme-
diablemente, a través del intercambio de conocimientos

452
entre los especialistas del NASF y los profesionales del
equipo de salud de la familia, lo que ya viene siendo
implementado oficialmente a través de las políticas y sus
resoluciones con directrices operacionales. Mientras tanto,
la demanda de salud crece en cantidad y complejidad, lo
que crea algunos obstáculos para la efectiva participación
to

y desarrollo del apoyo matricial, del matriciamento.Y la in-


vestigación y las observaciones analizadas anteriormente
do

apuntan para posibles riesgos a la salud de los trabajadores


Ed

de los equipos de Atención Primaria de Salud, equipos


s

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ito re
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ra ito

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453
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para populações específicas, cria a Modalidade NASF 3, e dá
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ito re
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ra ito

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d os

455
dos
do a
ci rv
lá e
'P es
D sr
ra ito
ito re
Ed di
os
s
do
to
TEOLOGÍA DE LA
LIBERACIÓN Y EL DESAFÍO
DE LA FORMACIÓN
POLÍTICA JUVENIL 18
to
do
Ed
s

Paulo Agostinho Nogueira Baptista1


ito re
os

1. INTRODUCCIÓN
ra ito
di

La lucha por la liberación de toda forma de colo-


nialidad es cada vez más desafiante. En ciertos momentos,
D sr

desafía la fe y la esperanza frente a las nuevas fuerzas tec-


'P es

nológicas de opresión, poder y control, pero el poder del


amor y lucha por la justicia y liberación alimentan creer
lá e

en otro mundo posible para creyentes e incrédulos. Y en


esa esperanza está la fuerza de la juventud.
ci rv

Por ello, fue con alegría que Brasil vio resurgir la


expresión política de estudiantes y jóvenes en las Ma-
do a

nifestaciones de 2013, que comenzaron en São Paulo,


como reacción al aumento de las tarifas de autobuses.
Ciertamente, se necesitará más tiempo y otro espacio para
1
Doctor y Máster en Ciencias de la Religión (UFJF), Especialista en
Filosofía de la Religión (PUC Minas), Graduado y Licenciado en
Filosofía (UFJF), Licenciado en Teología (PUC Minas), Post-doc-
torado en Demografía (CEDEPLAR / UFMG), profesor titular del
d

Programa de Posgrado en Ciencias de la Religión en PUC Minas,


os

en la Línea de Investigación “Religión, Política y Educación”,


Líder del Grupo de Investigación “Religión, Educación, Ecología,
Liberación y Diálogo - REDECLID”. País de origen: Brasil. E-mail:
pagostin@gmail.com

457
analizarse el sentido que han tomado esas manifestaciones
desde entonces, y el uso político resultante, especialmente
en la preparación del impeachment presidencial de Dilma
Rousseff (2016). Otro movimiento más esperanzado y muy
importante de estudiantes en 2016 fue la ocupación de
más de 1.100 escuelas, en 22 estados del país.Ya en 2015,
to

este movimiento ya había paralizado escuelas en São Paulo.


Hace pocos meses, en mayo y junio de 2019, tres
do

grandes manifestaciones paralizaron Brasil. El 15 de mayo


Ed

se celebró el Día Nacional de Lucha por la Educación y


s

la juventud estaba masivamente en las calles. Y el 30 de


mayo hubo otra gran manifestación nacional que alió la
ito re
os

defensa de la Educación y la lucha contra la Reforma


Previsional, preparando la huelga general que ocurrió el
ra ito

día 14 de junio. Y en todos esos momentos, los jóvenes


di

estudiantes estuvieron presentes nuevamente, animando la


fiesta cívica, protestando creativamente contra el “recorte”,
D sr

eufemísticamente llamado por el desgobierno brasileño de


'P es

“contingentación” de fondos en la educación; contra la


intención de control de los profesores por rodaje, acusados
lá e

de “adoctrinadores” y “marxistas culturales” por el gurú


gubernamental (un astrólogo descalificado, sin titulación,
ci rv

que se nombra profesor); con el intento de atacar el mayor


pedagogo brasileño, Paulo Freire; y la reforma previsional,
do a

que perjudica a los más pobres y mantiene el poder del


sector bancario y financiero, entre otras diversas banderas.
En este contexto político, esta Comunicación tiene
como objetivo analizar, a partir de datos de investigación
con la juventud universitaria de la UFMG (2017), sobre
el tema de la formación y participación política, pero
también religiosa de esos jóvenes, y reflexionar sobre las
d

implicaciones que esa realidad ofrece a la Teología de la


os

Liberación. Otras dos experiencias también servirán para


esa discusión: la formación política juvenil en el MST y
el proyecto de extensión de la PUC Minas “Parlamento

458
Joven”. Después de una breve contextualización histórica,
se sigue con la presentación de los datos de la investigación
y su problematización, con algunas reflexiones sobre esas
otras dos experiencias de formación política, finalizando
con cuestiones provocativas a la Teología de la Liberación.
to

2. JUVENTUD Y CONTEXTO
HISTÓRICO LIBERADOR
do
Ed

Nuestro tiempo se caracteriza por la marca de la di-


versidad. Alcanza a todos los sectores. Se acabó la era de los
s

reduccionismos y jerarquías simplistas y prejuiciosas, típicas


ito re

de las colonialidades del ser, del poder, del saber y de la


os

naturaleza, así como de la modernidad. Estudios actuales


ra ito

muestran que no tiene sentido comprender y definir la


juventud solo por el criterio cronológico. Además, hoy,
di

señalan también la necesidad de hablar sobre “juventu-


D sr

des”, en plural, pues hay una gran diversidad de jóvenes


y de sus culturas, de aspectos que deben observarse más
'P es

allá de lo cronológico: género, escolaridad, raza / color


de piel, etnia, expresión de la afectividad y sexualidad, de
lá e

los espacios de vivienda y trabajo, de ambientes familiares,


ci rv

geográficos, sociales, políticos, culturales y religiosos, entre


otros. (BAPTISTA, 2014).
do a

Tal concepción plural ayuda a superar la tradicional


visión de la juventud como grupo homogéneo, que se
caracteriza por pertenecer a un grupo de edad y por vivir
cierta etapa de la vida. Existen múltiples culturas juveniles
que se ubican e intervienen en la sociedad con sus distintos
intereses. Son ellas: expresión, construcción y representación
social y simbólica. Evidentemente, habrá algún parámetro
d

cronológico, tal como se define por la ONU, desde 1985,


os

por ocasión del Año Internacional de la Juventud: los jóve-


nes serían aquellos entre 15 y 24 años. En el caso brasileño,
con la creación del Estatuto de la Juventud (BRASIL, 2013),

459
este espectro temporal se extendió entre 15 y 29 años,
comprendiendo los jóvenes adolescentes (de 15 a 17), los
jóvenes (de 18 a 24) y los jóvenes adultos (de 25 a 29 años).
Y es en la juventud que se puede esperar, que se ci-
menta la esperanza de cambio y el germen de transforma-
ción de las generaciones y de la revolución en la historia.
to

Por lo menos podemos leer muchos momentos históricos


con ese sesgo.Y es el caso de la TdL.
do

Es bien conocida la historia de la TdL, ya que tiene,


Ed

desde sus primeros pasos, la actuación de los jóvenes en


s

una perspectiva ecuménica, animada por los cambios del


inicio de los años de 1960 y en el contexto del Concilio
ito re
os

Vaticano II. Estos jóvenes estudiantes, muchos universitarios,


educadores y teólogos, se preguntaban: ¿cómo es posible
ra ito

ser cristiano en un mundo de opresión con tantos pobres y


di

miserables? (GOMEZ DE SOUZA, 1984). Indignados por


la opresión, actuando en movimientos sociales y políticos,
D sr

pero también motivados por una experiencia espiritual y


'P es

pastoral, especialmente vivida en la doble militancia, en el


mundo académico y sociopolítico, fueron capaces de hacer
lá e

surgir otra forma de producir teología, en un contexto de


negación de libertad, miseria y opresión.
ci rv

En diversos movimientos, como en la Acción Ca-


tólica Especializada (JAC, JEC, JIC, JOC y JUC), en el
do a

Movimiento Estudiantil Cristiano Protestante (FUMEC),


en el trabajo del Sector de Responsabilidad Social de la
Iglesia de la Confederación Evangélica de Brasil, en la
Unión Nacional de los Estudiantes Católicos de Perú
(UNEC), en el Movimiento Internacional de Estudiantes
Católicos (MIEC) y de la Juventud Estudiantil Católica
Internacional (JECI), en el Movimiento de Educación de
d

Base (MEB), y tantos otros grupos y colectivos, en Brasil y


os

en toda América Latina, los jóvenes fueron fundamentales


para alimentar el sueño profético jesuítico de libertad y
liberación. (BAPTISTA, 2015).

460
La generación universitaria participante de la Ju-
ventud Universidad Católica (JUC) marcó ese proceso.
La población universitaria brasileña en 1960 era de unos
95.000 estudiantes. En este contexto, la JUC llegó a
tener entre 5.000 y 10.000 jóvenes en su personal. Es
un número muy significativo y ha dejado huellas en la
to

historia del país, formando liderazgos en diversas áreas,


que aún hoy están presentes en el ámbito religioso, po-
do

lítico, social y académico.


Ed

Por ello, Luiz Alberto Gómez de Souza (1984, p. 9)


s

afirma que la juventud presente en la JUC se sembró de la


ito re

TdL:“Se fue en Brasil, más precisamente en la JUC, al prin-


os

cipio de los años 60 que, muchas de las intuiciones que más


tarde constituiría la teología de la liberación latinoamericana,
ra ito

comenzaron a concretizarse en un lento proceso vinculado


di

a una práctica y, sobre todo, a una práctica política “.


D sr

Sin embargo, hoy, puede plantearse una cuestión


importante: ¿cómo la actual generación universitaria se
'P es

coloca ante las cuestiones religiosas y políticas, más par-


ticularmente de la TdL? Según lo presentado, mediante la
lá e

participación de los jóvenes en las manifestaciones recien-


tes, ellos están presentes en la militancia y en la lucha por
ci rv

la liberación de toda opresión, así como por toda forma


do a

de colonialidad. Pero podrían ser más. Y podrían estar


juntos con aquellos y aquellas que actúan en la TdL. Es
lo que comenzaremos a reflejar a partir de algunos datos
iniciales de investigación con jóvenes universitarios en la
UFMG (2017), planteando algunos análisis e indicaciones.
Después trabajaremos otras dos experiencias de formación
política: la del MST y la otra de un proyecto de extensión
d

universitaria, el Parlamento Joven.


os

3. LA ENCUESTA CON JÓVENES


UNIVERSITARIOS DE LA UFMG (2017)

461
La encuesta con la generación universitaria de la
UFMG, una de las más importantes universidades públi-
cas brasileña, se realizó entre agosto y octubre de 2017 y
se enviaron cuestionarios en línea a 31.870 estudiantes,
matriculados en agosto de 2017 en la UFMG, siendo
que del total de 3.480 encuestados fueron validados el
to

número de 3.463 respuestas. Con eso, el margen de error


se quedó inferior al 2% y la fiabilidad superior al 95%.
do

El cuestionario contenía 136 preguntas, distribuidas en


Ed

distintas secciones, de las cuales incluían aspectos vincu-


s

lados al curso, año de ingreso, unidad de estudio, carac-


ito re

terísticas socio demográficas, incluyendo aspectos sobre


os

sexo, trabajo, familia, origen escolar e ingresos, además de


dedicar parte considerable a la religión/religiosidad, ya
ra ito

sea del joven universitario, en su ciclo de vida (infancia,


di

adolescencia y juventud), pero también del padre y de


D sr

la madre. También se abrió espacio para informaciones


al respecto de la cultura, utilización del tiempo, internet
'P es

y redes sociales, política, manifestaciones estudiantiles,


posicionamiento sobre el uso de drogas, normas, valores
lá e

y conducta sexual de los encuestados.


ci rv

3.1. DATOS DE LA ENCUESTA


do a

Algunos resultados indicaron la necesidad de producir


el recorte que destaca esta Comunicación. En los datos
generales, la mayoría es de mujeres jóvenes, prácticamente
90% solteras, con 51,4% identificadas como blancas, 40%
pardas y 8,8% negras. Hay un 35% de estudiantes que
trabajan y la mayoría ha estudiado en escuelas públicas
(50,8% en la Enseñanza Fundamental I y 51,4% en la
d

Enseñanza Media).
os

Con respecto a la religión, a diferencia de las encuestas


con la generación universitaria de la PUC Minas, que en
1990 (BAPTISTA, 2013) revelaron haber 63,1% de estu-

462
diantes con religión y que en 2013 (BAPTISTA, 2014)
mostraron este porcentaje con 89,3%., ya en la UFMG este
número fue mucho más bajo: el 53,3% de los estudiantes,
prácticamente la mitad dijo que tiene religión. El hecho de
“no tener” religión de la UFMG de 2017, con un 27,5%
se encuentra muy cerca del resultado de 1990 en la PUC
to

Minas, dentro del margen de error. Por lo tanto, se obser-


vó que el estudiante de una de las mejores universidades
do

públicas de Brasil es menos religioso que el estudiante de


Ed

la universidad católica más grande del mundo.


s

GRÁFICO N. 1:
ito re
os

TENER RELIGIÓN EN LA UFMG


ra ito
di

NO – 17% SIM – 53%


D sr
'P es
lá e
ci rv
do a

NO, PERO HE
TENIDO – 30%

Fuente: Elaboración propia, datos de la Encuesta Religiosidad en la


universidad: perfil de los estudiantes de la UFMG, 2017-2018.

Pero, ¿cómo se ubica esta afiliación religiosa de los


d

estudiantes? ¿Y cómo se expresa esta afiliación en el ciclo de


os

vida de los estudiantes? Los resultados fueron interesantes,


según la Tabla no. 1. Es posible percibir lo que sucedió en
el desarrollo de vida de este joven.

463
TABLA 1: AFILIACIÓN RELIGIOSA EN EL
CICLO DE VIDA - UFMG EN 2017 EN%

PREADOLESCENCIA
(HASTA 9 AÑOS)

ADOLESCENTE
(10-14 AÑOS)

(15-18 AÑOS)
to

RELIGIÓN

ACTUAL
NIÑO
do
Ed
s

ito re

53,1 ↓ 31,8 ↓ 39,7 ↑­


os

Catolico 67,8

Protestante 15,1 16,5 ↑ 13,9 ↓ 20,5 ↑­


ra ito

Espíritu 4,5 6,0 ↑­ 7,5 ­↑ 13,2 ­↑


di

Otros 2,4 2,9 ­↑ 4,6 ­↑ 9,9 ­↑


D sr

Ateo 0,5 3,6 ­↑ 10,1 ­↑ 0,1 ↓


'P es

Agnóstico 0,8 4,4 ↑­ 9,6 ­↑ 2,1 ↓


lá e

Sin religión,
1,4 2,6 ↑­ 5,4 ­↑ 10,1 ­↑
con fe
ci rv

Religiosidad
0,5 0,8 ­↑ 1,4 ­↑ 3,7 ­↑
múltiple
do a

No tenía 7,0 10,1 ­↑ 15,7 ­↑ 0,7 ↓

Total 100,0 100,0 100,0 100,0

Fuente: Elaboración propia, datos de la Encuesta Religiosidad en la


universidad: perfil de los estudiantes de la UFMG, 2017-2018.

La encuesta en la UFMG, así como había sucedido


d

en la PUC Minas en 2013, buscó identificar el tipo de


os

catolicidad de este alumno, datos que prácticamente se


desconocen en otras encuestas con generación de jóvenes

464
universitarios. Los católicos se manifestaron, como hemos
visto en la Tabla n. 1, cerca del 39,7% de los estudiantes.
También respondieron sobre el tipo de su fe católica. El
resultado fue el siguiente:

GRÁFICO 2: TIPOLOGÍA DE CATÓLICOS


to
do
Ed
s

ito re
os

ra ito
di

D sr
'P es

Fuente: Elaboración propia, datos de la Encuesta Religiosidad en la


lá e

universidad: perfil de los estudiantes de la UFMG, 2017-2018.


ci rv

Una diferencia significativa, al comparar la encuesta


de la UFMG con la de PUC Minas en 2013, fue que
do a

en la universidad católica la presencia de carismáticos es


más expresiva: el 14% contra el 4,2% de la UFMG. Los
que se identifican con la TdL también son un poco más
numerosos en la PUC Minas (4%) en comparación con
el 2,6% en UFMG. Sobre el conocimiento de grupos de
reflexión religiosa, pastoral y estudios bíblicos, el 43,6%
dijo conocer la actuación de esos grupos y el 26,8% de
d

los estudiantes tiene interés en participar, siendo que el


os

6,6% ya ha participado y 3,8 % participa actualmente. Con


respecto al trabajo extensionista, el 70,6% está interesado
en participar.

465
Los datos sobre política mostraron que cerca del 20%
de los estudiantes votaron en partidos de izquierda, con
destaque del 9,6% para el PSOL y el 8,4% para el PT, siendo
que el 7,1% de los estudiantes son afiliados a partidos, y el
45,4% dijo que analizan “las informaciones del candidato
y partido” y eligen el mejor representante “.
to

Acerca de las redes sociales, el 79% de los estudian-


tes manifestaron su conformidad con la afirmación que
do

“Las redes sociales contribuyen para la actuación política


Ed

y la expresión de la ciudadanía” y el 80,3% están de


s

acuerdo que “Las manifestaciones, como las marchas y


ocupaciones de escuelas, son importantes para cambiar
ito re
os

la política del país”. Además, el 63,2% está de acuerdo


que “Las manifestaciones ayudan a cambiar la visión y
ra ito

el compromiso político”.
di

En cuanto a la democracia brasileña, el 53% no está


de acuerdo que “Brasil ha avanzado en su democracia, a
D sr

pesar de la calidad de sus representantes”. Solo el 34% está


'P es

de acuerdo con esta afirmación. Y sobre el impedimento


de la presidente Dilma, el 81,4% está de acuerdo que “La
lá e

sociedad brasileña se dividió en la discusión del impeach-


ment y sobre las reformas del gobierno Michel Temer, así
ci rv

que creció la intolerancia y la agresividad”. Ya el 75,6%


considera que “Las últimas decisiones del congreso y de la
do a

justicia muestran que la democracia brasileña está en riesgo:


hay una judicialización de la política y una politización del
poder judicial”.
También se preguntó sobre la evaluación de los po-
líticos de esa legislatura. Y el 58,5% no está de acuerdo
que “Todos los políticos son iguales y solo ven sus propios
intereses”. Pero el 94,2% está de acuerdo que “Para cambiar
d

la política se debe acompañar y fiscalizar los representantes


os

políticos”. Sobre la posibilidad de acabar con las políticas


de inclusión, como “bolsa familia” y las cuotas, solo el 7,6%
de los estudiantes son favorables.

466
3.2. PROBLEMATIZANDO LOS DATOS
DE LA ENCUESTA
Estos datos ya son suficientes para nuestra breve
reflexión. Si en la década de 1960 la JUC llegó a tener
más del 6% de los estudiantes universitarios en su per-
to

sonal, hoy los católicos no alcanzan el 40% y, entre ellos,


menos del 3% se consideran vinculados a la TdL. Pero
do

más del 53% de los estudiantes se consideran religiosos


Ed

y, de estos, el 60% son cristianos, es decir, casi el 32%


de los estudiantes. Y, sorprendentemente, el 26,8% de
s

los estudiantes tiene interés en participar de grupos de


ito re
os

reflexión religiosa o pastoral, con el 3,8% de participantes


actuales, además de la manifestación expresiva en actuar
ra ito

en trabajos extensionistas (70,6%). La gran mayoría de


di

los estudiantes se posicionan políticamente de forma


bastante crítica, y el 20% se considera de izquierda y
D sr

votan en partidos como PSOL y PT.


¿Será que la TdL dialoga con ellos y tiene algo a
'P es

ofrecer de referencia para sus vidas? Y otra pregunta


lá e

importante: ¿Cómo los cristianos han trabajado con la


juventud, de forma religiosa y política, especialmente los
ci rv

jóvenes universitarios? ¿Qué diálogo teórico y praxista


establecen con la universidad?
do a

La universidad comprende gran parte de la masa crítica


y de las posibilidades de construir la esperanza de nuevos
tiempos, así como del surgimiento de nuevos liderazgos.
Ya la TdL tiene un papel importante a desempeñar a nivel
universitario, actuando tanto en la parte teórica como
para nuclear grupos, así como en la formación política
y religiosa. Para esto, es importante reflexionar sobre los
d

espacios y medios de actuación. Como hemos visto, los


os

estudiantes consideran las redes sociales como un espacio


importante de formación y actuación política, así como
ejercicio de la ciudadanía.

467
4. DOS EXPERIENCIAS DE
FORMACIÓN POLÍTICA JUVENIL
Brevemente, presentamos dos experiencias en diferen-
tes ámbitos: una en el movimiento social (MST) y otra en
un proyecto de extensión universitaria (Parlamento Joven
to

de la PUC Minas).
do

4.1. LA FORMACIÓN POLÍTICA


Ed

JUVENIL EN EL MOVIMIENTO
s

DE LOS SIN TIERRA


ito re
os

Hay diversas investigaciones sobre juventud y forma-


ción política en el MST como SANTOS, 2007; MAR-
ra ito

TINS, 2009; ARAÚJO e SILVA. 2013; y ARAÚJO e


di

SILVA; BRISOLA, 2013. Nuestro objetivo aquí es solo


mostrar algunas características principales para la discusión
D sr

de esta Comunicación.
'P es

En el MST la formación política se articula con los


objetivos del movimiento y con su estructura organizativa.
lá e

Así, cabe salientar como principios importantes: el estudio,


el vínculo con la base, la lucha de masas, la formación de
ci rv

personal, la disciplina, la división de tareas y la dirección


colectiva (MARTINS, 2009, p. 135).
do a

En general, la educación en el MST no se sitúa solo


a nivel de escolarización, a pesar de su importancia. Está
presente en los momentos de ocupación, en las marchas, en
la organización del movimiento, en el trabajo productivo,
en los encuentros y cursos, sino también en la vida escolar.
Según Suely Martins (2009, p. 138), la educación debe ser
abierta, buscando lo nuevo, con el vector de la acción, en
d

diálogo con el mundo, vinculada a la acción y al MST,


os

una educación para todos y todas, una educación de clase.


El cuadro 2 muestra esta situación en comparación con la
escuela tradicional.

468
TABLA 2: COMPARATIVO SOBRE LA
EXPERIENCIA ESCOLAR
Educação escolar Educação escolar
tradicional alternativa - MST
Prepara para deixar o campo Prepara para permanecer no campo
to

Desconsidera a realidade dos Considera a realidade


sujeitos do campo dos sujeitos do campo
do
Ed

Serve apenas para preparar Preocupada com a relação


mão-de-obra teoria e prática
s

Prepara para submissão e a


Prepara para a intervenção na realidade
ito re

passividade
os

Preocupada com o aprendizado


Só despeja conteúdos
do aluno, considera o diálogo
ra ito

e não é dialógica
no processo de ensino
di

Não proporciona uma visão Proporciona uma visão


de mundo crítica de mundo crítica
D sr

Não se preocupa com a Há preocupação com


'P es

qualidade de ensino a qualidade do ensino


Só ensina o básico Preocupada com a formação integral
lá e

Infra-estrutura é precária
ci rv

Fuente: MARTINS, 2009, p. 226


do a

Esta perspectiva ofrece un nuevo horizonte para el


joven que se siente desafiado a asumir el espacio en que
vive y actuar también para la transformación:

TABLA 3 - POLÍTICA
SER JOVEM DO
SER JOVEM MILITANTE DO MST
d

CAMPO
os

Política
Política
• É participar do processo político, ir para
• Ser desafiado;
a luta, ter o seu espaço;

469
• É estar comprometido com a classe
trabalhadora, com a luta pela
Reforma Agrária;
• É ter dificuldades, ajudar o compa-
nheiro, indignar-se com as injustiças e
acreditar no amanhã;
• É entender o todo; • É fazer parte da história, contribuir
to

• Tem que ser crítico; com a transformação social;


• É participar do processo • É ser persistente, vencer as barreiras; ser
do

político de construção humilde, não se deixar levar por elogios,


do capo como lugar aceitar críticas, ser construtivo;
Ed

de vida; • É ter disciplina;


• É ter vontade de fazer as • É fazer parte de um projeto que busca
s

coisas acontecerem. a igualdade, o socialismo e não se aco-


ito re

modar nunca;
os

• É ter oportunidades, falar o que pensa;


• Aquele que acredita, propõe, contribui,
ra ito

é feliz, tem os pés no chão, sabe dife-


rencias momentos de diversão e mo-
di

mentos de seriedade, responsabilidade.


D sr

Fuente: MARTINS, 2009, p. 245.


'P es

La formación política en el proceso educativo es fun-


lá e

damental para la conciencia, organización y movilización.Y


la juventud es importante por ser estratégica al contribuir
ci rv

con la formación personal del movimiento, tal como pensa-


ba Che Guevara, que decía que el personal era su “columna
do a

vertebral”. Para Che era importante la persona desarrollarse


políticamente para interpretar las pautas centrales, así como
incorporarlas y acercarlas a la gente. En la perspectiva de
Gramsci, se deben formar las masas, el menor grupo de
cohesión, que debe ponerse al frente, como vanguardia, y
el otro grupo que articula los dos.
Para el sacerdote François Houtart (2007, p. 56), que
d

ha formado tantos líderes y muchos brasileños, la educación


os

política, especialmente del personal, debe considerar la to-


talidad y la articulación entre “relaciones sociales, la cultura,
la organización política, la dimensión de micro y macro,

470
incluso el papel concreto de hombres y mujeres”, en tanto
que debe ser dialéctica. Por ello, el método de ese proceso,
así como en la TdL, es el VER-JUZGAR-ACTUAR. La
espiritualidad y la mística ayudan mucho en ese proceso,
mantienen encendida la llama que ilumina la lucha, motiva
el compromiso revolucionario.
to

En su investigación, Suely Martins (2009) evidencia


que en el proceso de formación política es muy significativa
do

la articulación entre vida y experiencia, así como teoría y


Ed

práctica. Pero plantea un cuestionamiento que marca mu-


s

chas instituciones, incluso el MST, los partidos y las iglesias:


ito re

la dificultad de integrar más efectivamente la juventud. En


os

otro trabajo (SIQUEIRA et al, 2018) mostramos eso en


respecto a la difícil relación entre la JUC y la jerarquía de
ra ito

la iglesia, en la década de 1960.


di

Aquí podemos cuestionar si alguna cosa de la expe-


D sr

riencia del MST, a pesar de sus singularidades y especi-


ficidades, no podría ayudar a la práctica de la formación
'P es

política de izquierda, especialmente de la TdL, como de


las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) y otras so-
lá e

ciedades pastorales.
ci rv

4.2. LA EXPERIENCIA DEL PROYECTO


do a

DE EXTENSIÓN PARLAMENTO JOVEN,


DE LA PUC MINAS
Este proyecto fue creado en la PUC Minas, en el
curso de Ciencias Sociales, en colaboración con la Escuela
Legislativa de la Asamblea de Minas Gerais, en 2004, con
el objetivo de formar estudiantes de Enseñanza Media de
escuelas públicas y privadas. Lo que estaba restringido a la
d

ciudad de Belo Horizonte en 2016, llegó a 43 municipios,


os

con 163 escuelas. Se inició con experiencias que simulaban


situaciones de legislativo y, a partir de 2005, pasó a una
formación más abierta, con talleres, ruedas de conversación,

471
visitas, cursos sobre política, ciudadanía, estado y muchos
otros temas.
A pesar de las dificultades de gestión y formación de
un público tan grande, más de 1.350 estudiantes, debido a
la estructura voluntaria y con recursos humanos de perfiles
muy variados, la evaluación ha mostrado un avance en los
to

conocimientos y competencias sobre el ámbito político


de esos estudiantes, así como en el reconocimiento de
do

la importancia de la participación política (TEIXEIRA,


Ed

BARBOSA, 2017, p. 42). 2El desafío es extender y trans-


s

formar este proceso en una red, con nuevas metodologías


y la participación de más socios.
ito re
os

¿Será que esta experiencia no podría ser llevada tam-


bién a la universidad?
ra ito

La PUC Minas ya cuenta con un Núcleo de Estudios


di

Sociopolíticos - NESP, con casi 15 años, de un importante


servicio prestado, con asesoría a movimientos, elabora-
D sr

ción de manuales, videos cortos, análisis de coyuntura


'P es

(Contextus), con importante participación en períodos de


elección, incluso en el Movimiento Nacional Fe y Política.
lá e

(NESP, 2019). Pero podría actuar más directamente en el


ambiente universitario.
ci rv

5. CONCLUSIÓN
do a

Las tres realidades presentadas, una a partir de la inves-


tigación con jóvenes universitarios, otra sobre estudiantes
de enseñanza media y además sobre la formación política
de jóvenes en el MST, aunque también alcanzan su escola-
rización, muestran que existe una demanda por formación
política. Un proyecto académico, en articulación con la
Asamblea Legislativa, que alcanza casi media centena de
d

municipios y que podría aportar una valiosa contribución


os

a la democracia brasileña. Otro proyecto, más introducido

Ver también MEDEIROS; MARQUES, 2012.


2

472
en la dinámica popular y en el sesgo transformador y re-
volucionario, muestra como un movimiento social avanza
contra todo tipo de presión, incluso de persecución y
continúa formando su personal. Y aún una encuesta con
la generación universitaria actual de una importante uni-
versidad brasileña, que muestra una juventud que quiere
to

compartir sus conocimientos con las comunidades (70%),


con una parte importante (20%) considerándose de iz-
do

quierdista, participante de manifestaciones en defensa de


Ed

la democracia, que tiene interés en participar de grupos y


s

movimientos, pero que es poco trabajada, especialmente


por grupos de izquierda como la Teología de la Liberación.
ito re
os

El trabajo de formación, especialmente para aquellos


y aquellas que ocupan funciones formadoras en escuelas
ra ito

y universidades, pero también en movimientos y grupos


di

de izquierda, religiosos o no, es de vital importancia en el


contexto político que vive la América Latina. El avance de
D sr

grupos políticos de derecha, así como de grupos religiosos


'P es

conservadores está muy bien orquestado.Y trabajan no solo


con tecnologías de información y comunicación, como las
lá e

redes sociales, sino también utilizan estrategias tecnologías


de TI para su difusión, a través de algoritmos que producen
ci rv

sus mentiras y el clima de intolerancia. Además, en este


contexto, es fundamental el trabajo de formación política.
do a

En este sentido, los jóvenes pueden y deben partici-


par más activamente de su proceso de formación política.
Movimientos como el MST, como constatado por Suely
Martins (2009), la TdL y tantos otros, necesitan empoderar
más la juventud, especialmente las mujeres jóvenes. Los
grupos y movimientos que luchan por la liberación y el fin
de los decolonialismos necesitan de capacidad, creatividad
d

y competencia de los jóvenes y de sus habilidades con las


os

nuevas tecnologías. Esto requiere nuevas metodologías


activas que involucren a los jóvenes, formas dinámicas de
comunicación o uso de redes, como se ha constatado en

473
la investigación de la UFMG, todo que pueda contribuir
para la formación política y la construcción de una de-
mocracia participativa, impidiendo que la lógica del capital
se imponga y continúe produciendo víctimas y opresión.
Este breve espacio de Comunicación tuvo como
objetivo traer algunas reflexiones y datos que sirven para
to

problematizar, plantear cuestiones y producir el debate,


que ayudará en el desarrollo y profundización del tema.
do
Ed

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d os

476
EDUCOMUNICACIÓN EN PROYECTOS
DE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA:
UNA CONTRIBUCIÓN PARA LA FORMACIÓN
CIUDADANA DE NIÑOS Y ADOLESCENTES EN
SITUACIÓN DE RIESGO - LAS EXPERIENCIAS DE RE

19
SIGNIFICACIÓN A TRAVÉS DA FOTOGRAFÍA EN LOS
TALLERES NUEVAS MIRADAS, NUESTROS
to

LUGARES Y CABELLO Y PODER


do
Ed
s

Sandra Maria de Freitas1


ito re
os

Ana Gleicimara Vaz Martins2


Ane Guimarães3
ra ito

Pedro Fernandino Ogando4


di

1. INTRODUCIÓN
D sr

La retomada de un conjunto de acciones políticas


'P es

desarrolladas en la década del 70 en las comunidades ecle-


siásticas de y en los colectivos de izquierda que se reorga-
lá e

nizaban en todo el país para combatir la dictadura militar


instalada por el golpe de 1964, a partir, evidentemente, de
ci rv

su evaluación crítico estratégica, es urgente.Y la universidad


tiene ahí un importante papel, especialmente en lo que se
do a

refiere a la extensión universitaria, al compartir conoci-


mientos y prácticas con diferentes sectores de la sociedad,
principalmente con aquellos grupos más vulnerables y en
situación de riesgo social.
1
Doctora en Comunicación - ECO-UFRJ, profesora FCA-PUC Minas.
2
Periodista formada por la Facultad de Comunicación y Artes - PUC
d

Minas. Fotógrafa.
3
Maestrante en Comunicación Social en la Pontificia Universidad
os

Católica de Minas Gerais - FCA\PUC Minas


4
Maestrante en Educación y Formación Humana en la Universidad
del Estado de Minas Gerais - UEMG

477
En un escenario más amplio, se puede evocar a Paulo
Freire, quien dice que: “la práctica educativa de opción
progresista jamás dejará de ser una aventura desveladora,
una experiencia de desocultación de la verdad” (FREIRE,
1992, p.9).
En este ensayo trataremos de pensar, a partir del con-
to

texto brasileño actual y de reflexiones colectivas con nues-


tros colegas extensionistas, si y de qué forma una sencilla
do

experiencia de extensión universitaria, que viene siendo


Ed

desarrollada con financiamiento de la Vice Rectoría de


s

Extensión de la Pontificia Universidad Católica de Minas


Gerais, que viene apoyando la dirección indicada por el
ito re
os

Papa Francisco y sus acciones concretas de defensa de


los pobres y excluidos de todo el planeta, nuestra Casa
ra ito

Común, por estudiantes y profesores de la Facultad de


di

Comunicación y Artes, que ofrece los cursos de Cine y


Audiovisual, Periodismo, Publicidad y Propaganda y Re-
D sr

laciones Públicas, en dos unidades diferentes en la capital


'P es

minera y en su campus Coração Eucarístico, también en


Belo Horizonte, podría contribuir a transformar en acto
lá e

el potencial de algunas experiencias de comunicación en


interface con la educación, teniendo como base la fotogra-
ci rv

fía, el cine y el audiovisual que estimulan la expresión de


niños, jóvenes y adolescentes de tres territorios de extrema
do a

vulnerabilidad, atendidos por un proyecto social que tiene


más de 30 años de existencia, dirigido por una entidad de
la Arquidiócesis de Belo Horizonte, la Providens, gestora
del Proyecto Providencia.
En primer lugar trataremos, de forma muy general, los
conceptos básicos relacionados con el tema que se ha desa-
rrollado, como comunicación, educación y sus relaciones,
d

basándonos en diversos autores, pero con fuerte influencia


os

de Loris Malaguzzi y, en especial, Paulo Freire, y el papel


de la extensión universitaria en la formación ciudadana de
adolescentes y jóvenes.

478
En la segunda parte del trabajo se pretende narrar
la experiencia de talleres de fotografía con niños y jó-
venes educandos del Proyecto Providencia en sus tres
unidades: Vila Maria, Taquaril y Fazendinha, este último
en el Aglomerado de la Serra, todos en Belo Horizonte.
Participaron directamente de los talleres alumnos con
to

becas de extensión de la Proex y monitores del Centro


de Extensión de la Comunicación de la Facultad de Co-
do

municación y Artes de la PUC Minas. Debe destacarse


Ed

que el objetivo inicial es que los niños y jóvenes educan-


s

dos del proyecto, con edades entre 8 y 15 años, tuviesen


contacto con el universo de la fotografía, conociendo
ito re
os

el lenguaje fotográfico, dominando los comandos de la


cámara. A partir de ese conocimiento, lo que se espera es
ra ito

que hagan fotografías de acuerdo con la visión de cada


di

uno, trayendo esa singularidad en cada imagen.


Durante dos semanas los educandos tuvieron contacto
D sr

con cámaras analógicas y DSLRs, ejercitando en cada clase


'P es

la visión fotográfica, dominando iluminación, encuadra-


miento, composición y realizando actividades que perfec-
lá e

cionasen ese conocimiento. Al final, los alumnos exploraron


diferentes espacios de sus comunidades y de su entorno para
ci rv

constatar la vida en su ambiente cotidiano. Las fotografías


producidas se convirtieron en material de una exposición
do a

denominada “Muchas miradas. Nuestros lugares”.


En esta segunda parte del ensayo también abordare-
mos, aunque de forma breve, la experiencia del segundo
taller de fotografía, que, en esta ocasión, busca el compro-
miso con una temática más desafiadora que se esbozaba
en los primeros encuentros con el grupo de educandos:
el modelo de belleza considerado por una la parte de los
d

integrantes como el ideal de belleza. Cabello y poder fue


os

el tema del segundo taller y trajo nuevas percepciones y


formas expresivas en fotos de las modelos, todas niñas,
de las unidades del proyecto. Durante todo el trabajo de

479
planificación, pre producción y producción de los ensayos
fotográficos de este taller los debates giraron en torno del
empoderamiento, entendido, según Nayara Garófalo como
“devolver poder para todo grupo minoritario y eso inclu-
ye todas las mujeres, negras, desde la empleada doméstica
hasta la consulesa de Francia, de la que vive en la calle
to

hasta la médica” (GARÓFALO, 2019). Esas exposiciones,


que pretenden contribuir en esos procesos de empodera-
do

miento, recorrieron (y aún recorren) diferentes espacios


Ed

de las comunidades y de la universidad, se presentan en


s

diversos eventos, además de haber sido montadas también


ito re

en el municipio de Tiradentes, Minas Gerais, durante dos


os

ediciones del Festival Internacional de Fotografía, FOTO


EN PAUTA. El registro de las fotos fue hecho por los
ra ito

propios adolescentes del proyecto y por los estudiantes de


di

la FCA, bajo la orientación del profesor coordinador del


D sr

proyecto Providencia en la Comunidad.


'P es

2. COMUNICACIÓN Y EDUCACIÓN EN
LA FORMACIÓN CIUDADANA VÍA
lá e

EXTENSIÓN UNIVERSITARIA EN EL
PROYECTO PROVIDENCIA EN
ci rv

LA COMUNIDAD
do a

El proyecto Providencia en la Comunidad pretende


contribuir a la formación ciudadana de niños, adolescentes
y jóvenes, estos últimos estudiantes de comunicación en
él involucrados, que se corresponde con la concepción de
Boaventura de Souza Santos quien dice que
El “abrirse al prójimo” tiene el profundo sentido
d

de la democratización de la universidad, una


democratización que va mucho más allá de la
os

democratización del acceso a la universidad y


de la permanencia en ella. En una sociedad cuya
cantidad y calidad de vida se basan en configu-

480
raciones cada vez más complejas de saberes, la
legitimidad de la universidad solo se cumplirá
cuando las actividades, hoy consideradas de ex-
tensión, se profundicen tanto que desaparezcan
como tal y pasen a formar parte integrante de
las actividades de investigación y de enseñanza
(SANTOS, 1995, p.225).
to

Para alcanzar esos objetivos es fundamental el diálogo


do

con otros sectores de la sociedad en la interface educa-


Ed

ción y comunicación y que se entienda que “educación


s

y comunicación es diálogo en la medida en que no sea


transferencia de saber, sino un encuentro de sujetos inter-
ito re
os

locutores que buscan la significación de los significados”


(FREIRE, 1983, p.69). La perspectiva teórica adoptada
ra ito

transita entre dos vertientes cuyos estudios tienden a


di

enfocar las relaciones y las interrelaciones entre los dos


campos del conocimiento, principalmente el que aborda
D sr

la enseñanza-aprendizaje como mediada por un proceso


'P es

comunicativo (PERUZZO, 2016).


La segunda vertiente trata de los procesos de educación
lá e

– comunicación forjados en otro lugar, en el ámbito de la


educación informal, más exactamente la que ocurre en el
ci rv

contexto de organización y acción de las organizaciones


y movimientos populares y ONGs - Organizaciones no
do a

Gubernamentales, en el ámbito del tercer sector, cuando


las personas se movilizan, se organizan o se envuelven en
organizaciones ya existentes para garantizar el cumplimien-
to de los derechos fundamentales de la persona humana
y/o para tratar de temáticas sociales más amplias, que tratan
del conjunto de la sociedad, como por ejemplo, cuestiones
relativas a la ecología, a la construcción de la paz y de la
d

propia vida en el planeta (PERUZZO, 2016).


os

El proyecto Providencia en la Comunidad concibe la


educación como el conjunto de procesos multidisciplina-
rios de responsabilidad del poder público, de las familias y

481
comunidades locales y de las universidades; y la comunica-
ción como procesos interaccionistas simbólicos (BRAGA,
2012). La interface comunicación y educación nos parece
ser su mayor potencia. En esos procesos
no podemos dejar de lado, despreciado como
to

algo inservible, lo que los educandos, sean ni-


ños llegando a la escuela o jóvenes y adultos a
centros de educación popular, traen consigo de
do

comprensión del mundo, en las más variadas di-


Ed

mensiones, de su práctica en la práctica social de


que forman parte. Su forma de hablar, su forma
s

de contar, de calcular, sus saberes en cuanto al


ito re

llamado otro mundo, su religiosidad, sus saberes


os

acerca de la salud, del cuerpo, de la sexualidad, de


la vida, de la muerte, de la fuerza de los santos,
ra ito

de los conjuros” (FREIRE, 1992, p.85).


di

De esta forma, hemos tratado de partir de los saberes en-


D sr

contrados en los diferentes grupos atendidos por el Proyecto


'P es

Providencia, como veremos detalladamente más adelante, y


compartir nuestros conocimientos, en el caso de este trabajo,
lá e

en el campo de la fotografía y de la comunicación.


ci rv

Sobre esto, entonces el saber popular implica


necesariamente el respeto al contexto cultural.
do a

La localidad de los educandos es el punto de


partida para el conocimiento que ellos se van
creando del mundo. “Su” mundo, al final de
cuentas, es la primera e inevitable faz del mundo.
(FREIRE, 1992, p.86).

El proyecto actúa dentro de los parámetros de la Política


de Extensión Universitaria de la PUC Minas, que concibe:
d

la actividad-fin integrada a la Enseñanza y a la


os

Investigación como uno dos espacios de ejer-


cicio de la función social de la PUC Minas. Al
posibilitar la articulación de la academia con la

482
sociedad, trabaja en pro de la promoción de la
ciudadanía, de la inclusión y del desarrollo so-
cial. Eso se refleja en la formación ciudadana y
humanista discente y docente, en la perspectiva
de desarrollo integral del ser humano, misión
primera de la Universidad. (PPI PROEX).
to

El Proyecto Pedagógico Institucional (PPI) de la PUC


Minas destaca que la Extensión Universitaria es parte im-
do

portante del quehacer académico, “uno de los lugares de


Ed

ejercicio de la función social de la universidad”. La Política


s

de Extensión Universitaria establece que las actividades


pretendan “la construcción de un proyecto societario, que
ito re
os

permita, de forma efectiva, concretizar una pauta de inclusión


social, la formación ciudadana y humanista, en la perspectiva
ra ito

de desarrollo integral del ser humano”.Y también,


di

la extensión universitaria representa la inserción


D sr

de la comunidad académica en el contexto so-


cioeconómico, en la política y en la cultura del
'P es

país. La acción educacional extra muros permite


que más personas aprendan el valor de la igual-
lá e

dad, la libertad, la autonomía, la pluralidad, la


solidaridad y la justicia, principios adoptados por
ci rv

la PUC Minas y que se reflejan en sus proyectos


y programas extensionistas. (PPI PROEX)
do a

El proyecto Providencia en la Comunidad está financia-


do por la Vice Rectoría de Extensión y prevé un conjunto
de acciones de comunicación que van desde la confección
de un informativo que rinde cuentas de las acciones del
Proyecto Providencia, suministra contenidos para su sitio,
hasta ofertar talleres de Cine y Fotografía a sus educandos.
d

3. EL PROYECTO PROVIDENCIA
os

El Proyecto Providencia es uno de los proyectos desa-


rrollados por la Providens - Acción Social Arquidiocesana,

483
asociación benéfica de asistencia social sin fines lucrativos y
de derecho privado, con finalidades estatutarias de natura-
leza educacional, cultural y asistencial, siendo sus acciones
completamente gratuitas para los usuarios.
El Proyecto Providencia inició sus acciones en 1988
con el Pe. Mário Pozzoli, con el objetivo de ofrecer ac-
to

tividades dirigidas a la educación, formación y desarrollo


integral de niños, adolescentes y jóvenes, con unidades
do

en la ciudad de Belo Horizonte, en periferias con alto


Ed

índice de vulnerabilidad social, ofreciendo atención inte-


s

gral y continuada por medio de las unidades de atención


Vila Maria - Jardim Vitória, en la región Nordeste (en el
ito re
os

año 1988), Taquaril, en la región Este (en el año 1994) y


Fazendinha, en el aglomerado de la Serra (en el año 2000)
ra ito

en la región Centro Sur.


di

La Unidad Vila Maria es el resultado de un largo


y tortuoso proceso de urbanización, iniciado con un
D sr

campamento de emergencia para socorro de víctimas


'P es

de las inundaciones del verano de 1979/80. Ella per-


tenece al regional Nordeste de Belo Horizonte y está
lá e

localizada en la periferia de este municipio. La población


de esta región es muy pobre, su indicador económico
ci rv

permaneció prácticamente invariable a lo largo de la


década, mientras que el índice de escolarización creció
do a

significativamente. Se trata de una de las regiones más


densas de Belo Horizonte, contando con un sistema vial
relativamente ordenado.
La Unidad Taquaril está localizada en la regional Este
del municipio. Se trata de uno de los mayores centros de
pobreza urbana aguda más consolidada de la capital, que
creció como pilar de las políticas habitacionales municipa-
d

les (destacando los conjuntos, como Taquaril y Granja de


os

Freitas). Es significativa la falta de infraestructura urbana y


de servicios, así como la precaria estructura de articulación
vial. Una importante referencia es la Sierra del Taquaril,

484
topografía accidentada sobre la que progresa una ocupación
precaria y desordenada.
La Unidad Fazendinha está localizada en el Aglome-
rado de la Serra, en la regional Centro Sur del municipio.
Es una de las áreas históricamente más consolidadas de
pobreza urbana en la capital. La vulnerabilidad social y la
to

falta de infraestructura urbana son significativas, a pesar de


los diversos proyectos sociales y urbanos que allí se han de-
do

sarrollado. La situación irregular se hace más visible debido


Ed

a la topografía accidentada y a la ocupación de carácter


s

desordenado, confirmando la situación de heterogeneidad


social en la región Centro Sur de Belo Horizonte, aquella
ito re
os

de mayor desarrollo de la ciudad.


En las comunidades de actuación de la Providens, a
ra ito

través del Proyecto Providencia, es posible darse cuenta que


di

las mismas están localizadas en áreas de vulnerabilidad social,


determinadas por su Índice de Vulnerabilidad Social (IVS).
D sr
'P es

Este índice utiliza diversos factores que con-


figuran el proceso de exclusión social. Para
medir los diversos factores que configuran el
lá e

proceso de exclusión social y determinar indi-


cadores como el IVS, fue necesario, además de
ci rv

la sensibilidad, una metodología con criterio


científico. (PROVIDENS)
do a

En las comunidades donde la institución actúa los IVSs


son los siguientes:Vila Maria, 0,70; Taquaril, 0,77; Cafezal,
0,76, todos considerados Clase I, con IVS Médio de 0,71.
Para la directora de la Providens,

Más que transmitir conocimientos específicos,


d

en cada acción del Proyecto Providencia, se


pretende desarrollar valores y actitudes, pro-
os

mover la sociabilidad y la capacidad creativa,


estimular el potencial cognitivo, propiciar una
actitud positiva frente a los conocimientos y

485
el deseo de aprender cada vez más. Las ac-
tividades ofrecidas incentivan el desarrollo
humano, la autonomía, llevando a los niños,
adolescentes y jóvenes a buscar su propia ca-
lidad de vida. (PROVIDENS).

Una de las iniciativas del proyecto fue la organización


to

de talleres de fotografía dirigidos a niños y adolescentes


con edades entre 8 y 15 años, generalmente poco contem-
do

plados en actividades lúdicas dentro del proyecto, según


Ed

destacó la dirección del mismo. Considerando que una


s

de las alumnas extensionistas, la estudiante de periodismo


ito re

Ana Martins, también es fotógrafa profesional, ella fue


os

seleccionada como responsable por los talleres. Elaboró


un programa, apoyado por un profesor de fotografía de
ra ito

la FCA, y propuso el cronograma de las clases adecuado


di

a las necesidades y posibilidades de recursos del proyecto.


D sr

Con el apoyo de funcionarios del proyecto, los talleres se


desarrollaron durante dos semanas en cada una de las tres
'P es

unidades, según se detalla a continuación.


lá e

4. LA CÁMARA
ci rv

El taller de fotografía comenzó con niños y jóvenes


de 11 a 14 años en la unidad Fazendinha, una región del
do a

Aglomerado de la Serra dominada por el tráfico de drogas.


El grupo estaba formado por tres hembras y tres varones
de personalidades bien diferentes.
La personalidad de cada uno de los educandos se
podía notar en sus diferentes modos de fotografiar. Aquel
con una mirada más atenta buscaba el minimalismo en el
más simple objeto que esta retratando y el foco y la niti-
d

dez eran algo primordial en su fotografía. El alumno más


os

impaciente quería enseguida una actividad fuera del aula,


quería retratar el movimiento de los carros en la calle y
no se contentaba con una composición simple, con pocos

486
elementos; quería todas las informaciones en una única
imagen. Uno de ellos, que consideraba todo lindo, fue el
único que, en principio, no se opuso cuando fue presentada
la propuesta de una exposición que mostrase la belleza del
lugar donde ellos vivían.
“Profesora, no hay nada de bonito en esa favela para
to

nosotros tirar foto”. Esa fue la primera frase que un alum-


no de la unidad Taquaril usó cuando la estudiante de
do

periodismo propuso registrar las bellezas existentes en la


Ed

comunidad. Ese grupo tenía 15 educandos con edades entre


s

11 y 14 años. En la primera clase dijeron que sería difícil


desarrollar el trabajo con aquel grupo, porque los alumnos
ito re
os

eran más agitados y sería difícil presentar un contenido que


llamase la atención de ellos. Al principio hubo resistencia
ra ito

en aceptar que jóvenes estudiantes pudiesen llevar cualquier


di

conocimiento que se aplicase a aquella realidad a la que


ellos estaban acostumbrados. En la primera clase, cuando se
D sr

hablaba del surgimiento de la fotografía y de la fotografía


'P es

analógica, ellos ya estaban cada vez más curiosos y ansiosos


por el primer contacto con la cámara. Cuando pudieron
lá e

disparar el primer clic cada uno ya buscaba, por ejemplo,


una herramienta específica que usaría para mejorar la luz
ci rv

de la foto. Querían saber dónde estaba el foco porque la


imagen estaba fuera de foco y eso no traía la belleza que
do a

ellos querían alcanzar.


A lo largo del taller lo que más llamaba la atención
eran las muchachas, que traían siempre, en cada ejercicio
propuesto, un poco de vanidad. En una clase en la que
estábamos trabajando los planos – close up, medio, ame-
ricano y general – se les sugirió que fotografiaran a otros
estudiantes y la proposición de una alumna fue para que
d

ella misma fuese la modelo. La niña, que en la segunda


os

clase había peleado con el colega que apuntó la cámara


para ella, ahora quería ser fotografiada por 14 colegas.
Comenzamos a observar que la fotografía para aquellos

487
educandos se convirtió también en una herramienta para
mejorar su autoestima.
Al final del taller en la unidad Taquaril, mientras
andaban por el entorno de la comunidad, los alumnos
presentaban sus casas y a de sus familiares, insistían con
orgullo que hiciéramos fotos en la escuela en la que ellos
to

estudiaban. Toda la visión de un lugar en el que antes no


se percibía belleza desaparecía bajo la mirada de quien
do

ahora quería presentar a un visitante su realidad de la


Ed

mejor forma posible. El ejercicio de fotografiar, por tanto,


s

demostró su potencial de resignificación de los espacios


que antes rechazaban.
ito re
os

Así, la imagen fotográfica se convierte en un objeto de


valor para quien la clicó. Para niños que viven en comuni-
ra ito

dades como la de Taquaril, la resignificación en las formas


di

de comprender el propio espacio nos parece un fenómeno


transformador posibilitado por el arte de fotografiar.
D sr

Para los estudiantes vinculados con el proceso de los


'P es

talleres la experiencia también fue transformadora, porque


salir de su zona de confort, que es el aula dentro del campus
lá e

universitario, y lanzarse hacia nuevos desafíos, enseñar y


aprender, partiendo de los saberes de aquellos con los que
ci rv

ellos compartieron la experiencia de fotografiar sus lugares


con diferentes ópticas, fortalece su propia autoestima y
do a

contribuye a su formación ciudadana, lo que, seguramente


impactará su actuación profesional, que tenderá a ser más
sensible y humanista.
En la unidad Vila Maria el primer día parecía que los
12 alumnos eran íntimos de la cámara y estaban seguros de
que querían ser fotógrafos; contaban historias de fotógrafos
conocidos a los que querían ser iguales. Pero cuando se les
d

propuso que las fotografías hechas en la comunidad fueran


os

expuestas en el Festival Internacional de Fotografía de Ti-


radentes (donde de hecho el conjunto de fotografías fue
expuesto en marzo de 2017, cuando los educandos visitaron,

488
la mayoría por primera vez, aquella ciudad histórica), dije-
ron que los fotógrafos que conocían no retrataban favelas
porque no hay ninguna belleza en estos lugares.
En la clase siguiente llevamos algunas fotos de pro-
yectos fotográficos desarrollados en favelas por el mundo
y pedimos que cada uno analizara las fotos y dijera lo que
to

creía de ellas. De forma unánime, en cada imagen ellos


vieron, se quedaron admirados y decían cuánto las habían
do

encontrado bonitas y usaban hasta o término “malado”,


Ed

una jerga de la comunidad que se usa cuando consideran


s

algo increíble.
ito re

Continuando los talleres de fotografía, en el semestre


os

siguiente se pasó a tematizar cuestiones más agudas vividas


dentro de las propias unidades del proyecto. Principalmente
ra ito

muchas niñas eran objeto de burla, llamadas de feas, gene-


di

ralmente aquellas que no se alisaban los cabellos.


D sr

A partir de los debates se definió que las muchachas


que asumieron los cabellos rizados serían modelos para los
'P es

ensayos fotográficos que serían realizados durante los talle-


res. Cabello y poder pasó a ser el tema de todos los debates
lá e

y también acompañó los paseos por las comunidades y en


el interior de las unidades.
ci rv

El resultado fue muy interesante y las fotografías que-


do a

daron más bonitas, se veía toda la dedicación de cada uno


de los participantes en los procesos de pre producción,
producción y realización de los ensayos fotográficos.

5. LA FOTOGRAFÍA COMO HERRAMIENTA


DE TRANSFORMACIÓN
El objetivo del taller de fotografía no era formar fotó-
d

grafos profesionales, sino buscar la identidad de cada uno a


os

través de la fotografía, y cuando los educandos encontraron


su propia identidad comenzaron a ganar más confianza
en sí mismos y a valorizar más el espacio, el territorio en

489
que viven. De cierta forma, los objetivos del taller, a priori,
estaban limitados al carácter indicial de la fotografía, por
los términos de la tripartición en la semiótica pierciana.
Las prácticas conjuntas de entender la cámara y usarla
en aquellos momentos fueron, de hecho, transformado-
ras para aquellos adolescentes, independientemente de lo
to

que sea hecho o interpretado del producto fotografía. Las


fotos son índices de aquella vivencia, inseparables de sus
do

experiencias referenciales por un motivo pragmático, físico


Ed

químico. En las palabras del autor:


s

Las fotografías, y en particular las fotografías


ito re

instantáneas, son muy instructivas porque sabe-


os

mos que, bajo ciertos aspectos, ellas se parecen


exactamente con los objetos que representan.
ra ito

(PIERCE, p. 151)
di

Esto significa una transferencia de foco de la finalidad


D sr

para el proceso de las decisiones creativas del propio acto de


'P es

hacer. En otras palabras, nos llama especialmente la aten-


ción el acto creativo y las potencialidades de estas vivencias.
lá e

Apostamos que este valor de las fotos como evidencias


de hechos importantes vividos en conjunto, sumados a
ci rv

las habilidades realmente aprendidas por los adolescentes,


permiten que estas fotos sean especialmente notadas en las
do a

exposiciones realizadas.
Concentrarse en el acto de fotografiar nos parece
también primordial, en la medida en que los adolescentes
de las comunidades tienen la oportunidad de comenzar
a entender mejor la noción en sí de lo imagético. Nos
encontramos en una época de hegemonía en el uso de las
imágenes como representaciones de lo que viene a ser una
d

información verdadera.Y en la contemporaneidad estamos


os

sumergidos en imágenes en todo momento, a través del


celular, de las TVs, de los posters, etc. Así, el poder de edu-
car la mirada y crear imágenes puede convertirse en una

490
forma de empoderamiento, de huir de la posición pasiva de
sometimiento a los monopolios de información y creación.
La fotografía debe considerarse como una importante
aliada de la confianza y autoestima de los educandos. En
la exposición realizada en el edificio 7 de la Universidad
Católica de Minas Gerais, PUC Minas, al finalizar los
to

primeros talleres, escuchamos decir a uno de los alumnos,


después de ver una de sus fotos expuesta, que él podría
do

ser un fotógrafo de verdad, el mismo alumno que en las


Ed

primeras clases pensó que no lograría aprender, pues nunca


s

antes había tenido contacto con una cámara.


Los educandos que viven en el Aglomerado de la
ito re
os

Serra, de cierta forma, estaban con la visión limitada por


prejuicios y estereotipos relacionados con la comunidad,
ra ito

con el territorio donde viven. De forma bastante nociva


di

siempre vieron en sus hogares un lugar de miseria y de


pocos recursos, dominado por la violencia. Sin dudas, ellos
D sr

habitan un espacio con diversos problemas sociales que


'P es

deben ser resueltos por el poder público. Sin embargo, es


la comunidad donde ellos viven con sus familias y seres
lá e

queridos, y el deseo de preservarla está muy relacionado


con su posible mejoría a largo plazo.Además, cuando fueron
ci rv

instados a crear una nueva mirada, una mirada fotográfica


que pudiese mostrar a los demás las realidades fuera del
do a

estereotipo de costumbre, comenzaron a conocer nuevos


elementos y a explotar otros sentidos. En una de las salidas
fotográficas uno de los alumnos dijo que no quería fotogra-
fiar una determinada calle debido al mal olor, y no quería
mostrar que existían albañales a cielo abierto pasando por
el medio de la calle.
Se les pidió que fueran a esa calle para conocer el
d

mal olor del lugar, el alumno rió y dijo que no iría, pero
os

después de mucha insistencia, el profesor acabó llevando a


todo el grupo. Llegando a la calle aquel alumno se quedó
maravillado con una flor colgada en el balcón de una de las

491
casas de la calle e hizo una grande secuencia de fotos de la
flor, y ni se dio cuenta que estaba pisando en los albañales.
La fotografía asume esa misión de crear nuevas
visiones, escapar de lo que los ojos se acostum-
braron a ver todos los días y crear otra mirada,
usando también otros sentidos;“si fotografiar es
to

darle importancia a algo que atrae nuestro inte-


rés, entonces el respeto por lo que fotografiamos
do

es comprensible e indispensable” (FELIZARDO


Ed

in PERSCHIETTI, 2000, p.144).


s

Y en ese momento eso se pudo constatar nítidamente.


ito re

En cuanto al taller Cabello y poder, se ve claramente


os

el empoderamiento de las muchachas cuando asumen su


ra ito

cabello rizado, tal como él es, y encontrar lo bello en sí


mismas con un nuevo significado.
di

En un país en el los pobres, moradores de la perife-


D sr

ria, negros y negras, indígenas, homosexuales, población


LGBTQI+, donde principalmente los más jóvenes son
'P es

muertos todos los días y con el consentimiento público


del propio presidente de la República, el empoderamiento
lá e

de muchachas negras nos parece un paso importante en la


lucha por una sociedad más justa e igualitaria.
ci rv
do a

6. SENSACIÓN DE PERTENENCIA
Al final de una de las primeras clases en la unidad
Vila Maria notamos que ellos no tenían muy claro el
sentimiento de pertenencia en cuanto a sus comunidades,
siempre mencionaban otros lugares en los que quisieran
haber nacido o les gustaría vivir. En una de las clases se
mostró una fotografía de Sebastião Salgado, la madre en la
d

colecta con un niño muy delgado en sus espaldas. Uno de


os

los alumnos, observando a foto, pregunta dónde había sido


tirada aquella foto. Con la respuesta de que era en África, él
miró una vez más la foto y comentó: ‘Menos mal que no

492
vivo en África‘.Aprovechando el comentario le preguntaron
si le gustaba el lugar donde vivía y respondió que no, e
inmediatamente todo el grupo comenzó a hablar a la vez,
cada uno exponiendo su opinión sobre el barrio Jardim
Vitória. Ninguna de las opiniones era positiva. Hasta que
comenzaron a discutir que vivir en tal calle era mejor que
to

vivir en la calle de abajo, cada uno defendiendo su calle.


Esa controversia llamó la atención, porque los mismos a
do

los que no les gustaban sus comunidades ahora estaban


Ed

peleando en su defensa.
s

Lo más adecuado sería usar el dicho popular ‘solo yo


puedo hablar mal’. A lo largo de los talleres era posible ver
ito re
os

el cambio de la visión de ellos en relación a su comuni-


dad; en las salidas fotográficas de cierre de los talleres la
ra ito

selección de los lugares que irían a ser fotografiados dentro


di

del barrio quedó a criterio de los educandos. Cada uno


quería presentar su calle, mostrando con orgullo la escuela
D sr

donde estudiaba, diciendo que el jardín era lindo y que


'P es

daría excelentes fotos para la exposición.


En el mes de marzo de 2017 se realizó la primera
lá e

exposición del taller en la unidad Fazendinha del Proyecto


Providencia. La exposición fue en la ciudad de Tiradentes,
ci rv

en Minas Gerais, durante el Festival de Fotografía Foto en


Pauta. Los alumnos expusieron 30 fotos que mostraban
do a

un poco del Aglomerado de la Serra. Durante el montaje


de la exposición la euforia era mucha y cada uno quería
opinar sobre el orden de las fotos, unos querían sus fotos
más a la vista, otros querían dejar las suyas un poco más
escondidas, porque todavía insistían en la idea de que era
un paisaje que a nadie le gustaría ver.
Durante la exposición un visitante de Rio Grande
d

do Sul se detuvo analizando foto por foto y preguntó para


os

uno de los alumnos dónde era el lugar registrado en la foto.


Rápidamente el niño le dijo el nombre de la calle, sin darse
cuenta que el visitante era de otro estado y nunca había

493
oído hablar del Aglomerado de la Serra. Un poco confuso el
hombre preguntó dónde quedaba ese lugar y cuando supo
que era en el Aglomerado de la Serra, en Belo Horizonte, se
interesó mucho en conocer el lugar. Uno de los alumnos se
dio cuenta del entusiasmo del visitante en conocer el lugar
que para él era tan poco interesante y rutinero y en tono de
to

broma comentó con los colegas “ahora la favelita es famosa’’.


En realidad ese comentario mostraba en el subtexto que, a
do

través de la fotografía, podemos mostrar el lado positivo de


Ed

la realidad que vivimos todos los días, y reconocerse parte


s

de ella es un paso importante para la real consciencia de los


ito re

problemas locales y de futuras transformaciones sociales.


os

En cuanto a Cabello y Poder, la postura de las mu-


chachas como modelos ya demostró cómo el simple hecho
ra ito

de ser vistas las empoderan.


di

7. CONSIDERACCIONES FINALES
D sr

Nuestro trabajo pretende, por lo menos, minimizar


'P es

los impactos del desmantelamiento de las políticas públicas


por el actual gobierno brasileño, buscando fortalecer una
lá e

formación para la ciudadanía ya desarrollada por el proyecto.


ci rv

Actualmente son atendidos diariamente cerca de 1.800


niños y adolescentes oriundos de escuelas públicas munici-
do a

pales y/o estaduales de cada territorio de las tres unidades.


Se realizan diversas actividades organizadas en el horario
contrario al de clases, de lunes a viernes, de 7 a 11 de la
mañana y de 1 a 5 de la tarde.
En el proyecto Providencia son atendidos adolescentes
de hasta 16 años de edad, algunos de estos educandos parti-
cipan de nuestros talleres y tenemos el gran desafío de poder
d

superar esa realidad dramática, teniendo en cuenta una de


os

las conclusiones de la pesquisa presentada a continuación.


El primer desafío al impartir un taller de fotografía para
alumnos con edades de 9 a 14 años está en la selección de

494
un método que llame la atención del alumno. Ellos quieren
descubrir muy rápido todos los comandos de la cámara y
cuando usted necesita explicar algo teórico tiene que ser
muy preciso para que ellos no se retiren.
No es solo enseñar fotografía, es ayudarlos a crear au-
toconfianza, y establecer un lazo de confianza entre ellos y
to

nosotros. Ellos ven al educador que está allí al frente como


una referencia y eso dice mucho del tamaño de la responsa-
do

bilidad que significa formar parte de un proyecto como ese.


Ed

Fotografiar es más que documentar. Es el arte de registrar,


s

como lo concibe Loris Malaguzzi en las experiencias en


Reggio Emilia, en Italia, proyecto que también nos inspira.
ito re
os

La organización del trabajo pedagógico en los talle-


res y su documentación dependerá siempre de la forma
ra ito

como el edu-comunicador interpreta deseos, actitudes y


di

potencialidades del niño.


“La documentación se concibe como una herramienta
D sr

fundamental en el proceso de evaluación y autoevaluación;


'P es

[...] en este contexto la documentación es elaborada en


su valor reevocativo, es decir, como posibilidad reflexiva”.
lá e

(RINALDI, 2009, p.87). Cuando realizamos los talleres


tenemos como punto de partida la necesidad de registrar
ci rv

como forma de arte, más allá de la documentación; en las


exposiciones tanto en los espacios de la comunidad, de la
do a

universidad, como en el Festival.Viéndonos nos reconoce-


mos como sujeto y sujeto de acción, de creación y, quién
sabe, de poder y de transformación.
El intercambio de conocimientos es algo mutuo, el
tiempo pasado enseñando sobre fotografía y cómo ellos
desarrollaban una visión fotográfica también posibilitó la
educación del propio educador para mirar nuevas realidades,
d

nuevos escenarios, nuevos lenguajes.


os

El empeño y compromiso de los estudiantes en cada


taller era visible en cada una de las actividades. Como dice
Renato Janine Ribeiro:

495
Si educamos personas que no partan de la creen-
cia de que existe una única teoría cierta, sino
que hayan sido formadas en el confronto de
lenguajes, de teorías, enfoques y abordajes, sa-
biendo que cada una de esas herramientas de
pensar está dotada de cualidades, pero también
de limitaciones, tendremos ante nosotros una
to

generación de personas más apta para lidiar con


lo que es mutable en el conocimiento y en el
do

mundo. (RIBEIRO, 2003, p.23).


Ed

Demoramos un tiempo para descubrir algunas jergas,


s

costumbres tan comunes en el día a día de ellos y que para


ito re
os

nosotros llegaban llenas de novedades, como la fotografía


era una novedad para ellos, y la extensión ocurrió como
ra ito

un intercambio, un compartir saberes y conocimientos.


Trabajar con niños es aproximarnos de un universo más
di

delicado y lleno de “sayas justas”, es tener que pensar rá-


D sr

pido para lograr dar respuestas coherentes a preguntas tan


inteligentes y tan espontáneas.
'P es

A pesar de los esfuerzos, como los emprendidos por


la dirección de la Providens en el Proyecto Providencia y
lá e

de la Proex en el Providencia en la Comunidad, lo que


ci rv

infelizmente presenciamos hoy es exactamente el desmonte


de la enseñanza universitaria pública, el corte de verbas para
do a

la educación y la salud, acciones iniciadas en el gobierno de


Michel Temer y profundizadas en el actual, con impactos
que ya están siendo sentidos en diversos proyectos sociales
en nuestro país.
Para Paulo Freire es necesario que haya cierta educa-
ción para la esperanza.
d

Es que ella tiene tanta importancia en nuestra


existencia, individual y social, que no debemos
os

experimentarla de forma errada, dejando que


ella vaya hacia la desesperanza y el desespero.
Desesperanza y desespero, consecuencia y ra-

496
zón de ser de la inacción o de la inmovilidad.
(FREIRE, 1992, p.11).

Y en este momento lo que más necesitamos es de


acción colectiva. Con los niños, adolescentes y jóvenes
podemos aprender siempre y mucho. Es necesario estar
to

atento y fuerte. Termino con Loris Malaguzzi, para quien


los niños, y podemos decir sin dudas, los jóvenes y adoles-
do

centes de los proyectos con los que hemos trabajado, tienen


Ed

Cien Lenguajes y nuestra esperanza es lograr entender por


s

lo menos uno de ellos y dar el apoyo efectivo a cada una y


cada uno de los educandos con los que convivimos. Este
ito re
os

es el mayor desafío.
ra ito

LOS CIEN LENGUAJES DEL NIÑO


di

El niño
D sr

está hecho de cien.


'P es

El niño tiene cien manos


cien pensamientos
lá e

cien modos de pensar


ci rv

de jugar y de hablar.
do a

Cien, siempre cien


modos de escuchar
de maravillar y de amar.
Cien alegrías
para cantar y comprender.
Cien mundos
d

para descubrir.
os

Cien mundos
para inventar.

497
Cien mundos
para soñar.
El niño tiene
cien lenguajes
(y después cien, cien, cien)
to

pero le robaron noventa y nueve.


do

La escuela y la cultura
Ed

le separan la cabeza del cuerpo.


s

Le dicen:
ito re
os

de pensar sin las manos


de hacer sin la cabeza
ra ito

de escuchar e de no hablar
di

de comprender sin alegrías


D sr

de amar y de maravillarse
'P es

solo en la Pascua y en la Navidad.


Le dicen:
lá e

de descubrir un mundo que ya existe


ci rv

y de cien le robaron noventa y nueve.


do a

Le dicen:
que el juego y el trabajo
la realidad y la fantasía
la ciencia y la imaginación
el cielo y la tierra
la razón y el sueño
d

son cosas
os

que no están juntas.


Le dicen por fin:

498
que las cien no existen.
El niño dice:
Al contrario, las cien existen.
Loris Malaguzzi
to

REFERENCIAS
do

BRAGA, J. L. (2012). Interação como contexto da Comunicação.


Ed

Revista Matrizes, 6(1-2):25-41.


FREIRE, Paulo. Pedagogia da Esperança: um reencontro com a
s

pedagogia do oprimido. Rio de Janeiro: Paz e Terra, 1992.


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os

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PEIRCE, Charles Sanders. 11w Ilrt of reasoning, QlP. II, em
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nota 4), p. 151
D sr

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'P es

São Paulo: SENAC São Paulo, 2000.


PERUZZO, C.M.K. (11 mai. 2016). Comunicação Comunitária e
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Educação para a Cidadania. Disponible e: < http://www.usp.br/


nce/wcp/arq/textos/48.pdf >. Acceso el 31/05/2017
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RIBEIRO, R. J. (08 jul.2015). Desafios e proposições. In: RI-


BEIRO, R. J. A universidade num ambiente de mudanças: políticas
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públicas de Educación Superior – Brasília:ABMES/FUNADESP,


2002. p. 427-441. Disponible en <http://www.comciencia.br/
reportagens/universidades/uni10.shtml >.Acceso el 28/05/2017
SANTOS, B. S. (1995). Pela mão de Alice: o social e o político
na pós-modernidade. São Paulo: Editora Cortez.
d os

499
dos
do a
ci rv
lá e
'P es
D sr
ra ito
ito re
Ed di
os
s
do
to
LÍMITES DEL MODELO DE
DESARROLLO ACTUAL PARA UN
PROCESO DE DECOLONIALIDAD:
EXPERIENCIA DE PAÍSES DEL CONO
20
to

SUR - ARGENTINA Y BRASIL


do
Ed
s

Tania Cristina Teixeira1


ito re
os

1. INTRODUCCIÓN
ra ito

El artículo está fundamentado en el tema del desa-


di

rrollo. Sin embargo, pretende ir más allá de la teoría de la


D sr

dependencia que solamente mira el Cono Sur y sus res-


pectivas sociedades como apéndices si vida, si expresión,
'P es

como un retallo del un sistema que tiene la particularidad


de mantener unos con todas las garantizas, incluso, de
lá e

Graduada en Ciencias Económicas por la Pontificia Universidad


1
ci rv

Católica de Minas Gerais (1984), máster en Ciencias Políticas por


la Universidad Federal de Minas Gerais (1995), máster en MAS-
do a

TER-DEA por la Universidad de Valencia (2003) en Economía


Aplicada. Doctora en Economía Aplicada por la Universidad de
Valencia - España. Actualmente es investigadora en NUTRA /
PROEX-PUCMINAS. Profesor de la Pontificia Universidad Católica
de Minas Gerais en Economía, Derecho.Tiene experiencia en Eco-
nomía de la Tecnología, Economía Laboral, con énfasis en Políticas
y Programas de Bienestar Social, actuando en los siguientes temas:
desarrollo, precariedad y flexibilidad laboral, nuevas tecnologías de
comunicación e información (TIC), economía cultura, tecnologías
d

sociales, economía social, economía solidaria y género, internacional


os

y comparativo. Actualmente es miembro de la Unidad de Investi-


gación ECONCUT. Universidad de Valencia España. Presidente del
Consejo Regional de Economía -CORECON MG. Presidente de
la Asociación de Maestros de la PUC MINAS - ADPUC.

501
reprodujese, copiarse, remedarse si dar permiso a estas so-
ciedades de almejar su propia vía o camino, de producir la
relación de decolonialidad. Es importante destacar aún que
las economías en marcha forzada, aprisionadas, y sintetizadas
o resumidas, básicamente, en los instrumentos de políticas
económicas fundamentados en los principios económicos
to

de las escuelas clásicas, neoclásica e de los nuevos clásicos.


Hay que resaltar que estas escuelas no fueron capases
do

de criar mecanismos eficientes para equiparar estas socie-


Ed

dades a los parámetros del crecimiento ni del desarrollo


s

difundidos por estas escuelas económicas en finales del siglo


XIX y en principios del siglo XX. Sin embargo, hay que
ito re
os

resaltar que las escuelas keynesiana y shumpteriana, que


pretendían crear condiciones equivalentes o aproximadas
ra ito

a las de las economías consideradas desarrolladas o de las


di

superpotencias hegemónicas tales como, EUA, Inglaterra o


Alimaña a las economías en desarrollo, permitieron cierto
D sr

control de las oscilaciones en el campo del empleo, de la


'P es

renta, de la valoración de la moneda, de los niveles de in-


versión pública o privada, bien como, del monitoreo de las
lá e

tasas de juros o del cambio en las sociedades en desarrollo


en los siglo XX y en el XXI.
ci rv

No obstante, las fluctuaciones y las crisis de origen


globales no acudieron estas economías que copiaron, re-
do a

producirán políticas macroeconómicas restrictivas con vista


a seguir las orientaciones de las economías hegemónicas.
Puede decirse que esta es la grande herida abierta en las
venas de Latinoamérica en los finales de siglo XX.
Estas políticas de ajustes de cuño financiero e del
atendí miento a los intereses de los rentistas fueron apun-
tadas, señaladas, difundidas y denunciados pelos autores y
d

investigadores comprometidos con los procesos de libera-


os

ción de los pueblos, marcados por el estigma en el siglo


XX de continuar a favorecer las sociedades cooperantes o
explotadoras con la fuerza de los imperios hegemónicos,

502
cuya estratega era de dar continuidad a la destrucción, el
rechazo de personas, alternativas, idearios y de propuestas
de superación del modelo protagonista de la desigualdad,
con el objetivo de vencer el servilismo de los pueblos y
naciones de Latinoamérica, África, entre otros.
Hay que destacar aún que estas economías en estudio
to

la baja productividad de la mano de obra y los niveles de


innovación están, en la mayoría de las veces, sin sintonía con
do

la “Gran franja” donde si sitúan las economías consideradas


Ed

como padrón a ser seguido de manera linear y impensada,


s

machacando personas y partidos políticos, movimientos socia-


ito re

les y iniciativas que desean la creación de espacios efectivos y


os

alternativas robustas con potencial de generar respuestas efec-


tivas frente al modelo sociopolítico e económico hegemónico,
ra ito

difundido ampliamente en escala mundial en los últimos siglos.


di

Es en esto contexto que se examina las respuestas que las dos


D sr

sociedades en estudio respondieron a los desafíos enfrentados


en principios del siglo XXI con vistas a la superación de las
'P es

prácticas, acciones, políticas, programas y proyectos desarro-


llistas dentro del contexto del modelo colonialista.
lá e

A seguir presentase un análisis de las dos economías


y sociedades en estudio acerca de la reacción teniendo en
ci rv

vista a las crisis y los planteamientos de los gobiernos y las


do a

resultantes a partir de la década de los noventa hasta 2020.

2. DEL COLONIALISMO A OTRA FACETA


DEL COLONIALISMO. EL CASO DE
BRASIL Y ARGENTINA Y EL SUBYUGA
DEL CAPITAL FINANCIERO
En este apartado del artículo analizase los diversos
d

matices del modelo colonial y su relectura, destacándose


os

el caso de Brasil y Argentina a partir de la situación eco-


nómica y financiera que presentan en finales del siglo XX
y principios del XXI.

503
Es importante esclarecer que esta reflexión fue basada
en un estudio en ámbito exploratorio, cualitativo y cuantita-
tivo desarrollado en la tesis doctoral nombrada “Condicio-
nantes de los Procesos de Flexibilización y Precarización en
el contexto de la Globalización. Un Estudio Comparativo
del sector de las nuevas tecnologías de la información y de la
to

comunicación en España y Brasil”, cuyo marco conceptual


adoptado permitió analizar el proceso de desarrollo de las
do

economías del Cono Sur en meados del siglo XX hasta


Ed

principios del XXI, destacando la inserción o dominación


s

de los mercados internacionales y regionales.


Hay que analizar los cambios en la estructura pro-
ito re
os

ductiva, las reformas fiscales, laborales e los condicionantes


macroeconómicos, juntamente a los procesos de flexibi-
ra ito

lización empresarial, destacando las políticas demasiada-


di

mente restrictivas adoptadas a partir de 2014 hasta el 2020.


Averiguase que estas medidas adoptadas han culminado en
D sr

grandes retrocesos en la economía brasileña, sumado al aco-


'P es

metimiento de un golpe político que llevo a bancarrota un


proyecto social democrático que fue malogrado de manera
lá e

muy peculiar, con la participación efectiva de los sectores


tradicionales, parte del judiciario y de los sectores religioso
ci rv

extremado han oscurecido el proyecto de inclusión social


si romper el modelo colonial en curso.
do a

La investigación mencionada arriba ha permitido identi-


ficar los procesos y motivaciones que llevaron a los gobiernos
de estos dos países adoptaren políticas de fortalecimiento de
los mercados internos, asociados a los planes de gobiernos
difundidos por el Fondo Monetario Internacional (FMI) o
la atracción masiva de recursos financieros y de las ahorro
internacional o captación de las inversiones por la vía del
d

mercado de los títulos del gobierno con altas tasas de interés,


os

con vistas a efectuar los pagos de las deudas externas y internas.


Hay que señalar, por un lado, la reacción en Latinoa-
mérica frente a las crisis mundiales propagadas de 2008 hasta

504
2014, cuyos gobiernos presentaron propuestas, iniciativas y
adoptaron políticas de generación de empleo y renta, con
el interés que propiciar el fortalecimiento de los mercados
internos con vista a la reorganización de sectores indus-
triales claves a partir de la matriz del modelo de desarrollo
dirigido a los mercados internacionales a través de la venta
to

de las Commodities.
Por otro, subraya el proceso de dependencia creciente
do

de la financiarización y del endeudamiento interno de las


Ed

economías en estudio, destacando el caso de Brasil que


s

profundizo su dependencia y está en situación de grande


queda del empleo, del Producto Interno Bruto y de la
ito re
os

renta, capturado pela teoría económica de orientación


excesivamente balizada por la ortodoxia de la Escuela de
ra ito

Chicago, involucrada con el rentismo, propagada pelo ac-


di

tual gobierno que reniega el proyecto social democrático


adoptado anteriormente por el Presidente Luiz Inácio Lula
D sr

da Silva y la presidente Dilma Vana Rousseff.


'P es

Ya Aglietta (1976), Berman (1986), Offe (1989), Li-


pietz (1991), Castoriadis (1992), Harvey (1993), Drucker
lá e

(1993), Levy (1993), Landes (1994), Kurz (1996), Arrighi


(1996), Adda (1996), Hobsbawm (1997), expertos del área
ci rv

de las ciencias sociales,


do a

“(…) consideraron que las crisis del capitalismo


son cíclicas, sistémicas, originadas por el pro-
pio proceso de acumulación, que es capaz de
generar periodos de expansión y de retracción
económica, ya sea en ámbito internacional,
regional o local. El sistema puede presentar
crisis en determinados sectores y expansiones
en otros, estableciendo una relación dialécti-
d

ca, es decir, el crecimiento del sistema puede


convivir con la retracción del sector agrícola
os

y la expansión de los servicios, sin amenazar


el funcionamiento en términos generales. Por
tanto, la estabilidad y la inestabilidad forman

505
parte de un solo proceso cuyo fin consiste en
mantener la acumulación capitalista. (Teixei-
ra,T.C:2014.p.186)

Todavía, hay que reflexionar que las políticas eco-


nómicas y los acuerdos políticos internos e interna-
to

cionales con vistas a reducir los efectos de la crisis que


asoló, primeramente las economías centrales y potencias
do

mundiales fueron demarcadas por elevados niveles y


Ed

volumen de recursos y de inversiones por parte de los


Estados Nacionales. Enseguida, en efecto dominó atin-
s

gió las economías consideradas emergentes tales como


ito re

Argentina y Brasil, generando fuerte inestabilidad en la


os

región del Cono Sur, amenazando de manera drástica


ra ito

los Estados Nacionales que fueron obligados a convivir


con las turbulencias provocadas por los inversores inter-
di

nacionales, resbalando en los proyectos de desarrollo en


D sr

el sistema colonial en la actualidad.


En la perspectiva de Drucker (1994) y Castells (1996),
'P es

que son considerados como dos de los exponentes de esta


línea por afirmar que el ciclo del capitalismo industrial está
lá e

en su fase terminal, al igual que Boyer (1995), Lipietz (1989)


ci rv

y Leborgne (1989), Corsane, Lazarrato y Negri (1996), han


admitido que el capitalismo en cuanto sistema pasa por
do a

un cambio profundo y por un proceso de fragmentación.


(Teixeira, T.C:2014. P.190)
En esto sentido, concluirse a partir de las contribucio-
nes de los expertos que la tendencia al ciclo expansionista y
la retracción se hacen presentes en la evolución sistémica del
sistema capitalista y en la actualidad estas oscilaciones están
enlazadas en el funcionamiento en ámbito global y nacional,
d

generando fuertes asimetrías que levan a manutención de


os

la crisis demarcada por la fragmentación que es peculiar


a la reproducción y evolución del sistema. Respecto a los
países de Latinoamérica hay que destacar aún que

506
“… las economías y los Estados nacionales si-
guen el mismo modelo de las importaciones
en general y de la dependencia tecnológica. Se
basan en una matriz productiva centrada en el
proceso de importación restringida obstaculiza-
do por el nivel de desarrollo técnico - científico
desigual comparado con los países desarrollados
to

durante del siglo XX y que perdura en el siglo


XXI dependiendo de los capitales financieros
do

y manteniendo las proporciones con relación a


Ed

la crisis actual de los países desarrollados.” (op.


cit:2014. P. 266)
s

ito re

Esta es la naturaleza de la crisis que lleva en tor-


os

no de quince años. Solapando los pueblos, generando


las altas concentraciones da renta y de la riqueza en la
ra ito

región. Cotejase que estos resultados económicos y re-


di

percusiones al ámbito de las condiciones Sociopolíticas


de estos países al final de 2014, con el ataque a las insti-
D sr

tuciones en Brasil, seguido de otro ataque a Bolivia han


'P es

alterado la política económica e social de los países mar-


cados por los cambios de gobiernos en marcha forjadas.
lá e

Ya Argentina paso por un cambio de gobierno de orienta-


ción neoliberal para otro de una perspectiva socialdemó-
ci rv

crata. Sin embargo, sufre con la presión de los militares y


los sectores rentistas y de los terratenientes. Demostrando
do a

la fragilidad de las democracias de los países del Cono Sur,


donde la cuestión económica siempre fue y es el panóptico
de los conflictos de clase abierto y sin precedentes en los
últimos años.
Una indagación a ser hecha: ¿cuál es la motivación de
las crisis políticas instauradas en los momentos de fortale-
cimiento en los Estados Nacionales en Latinoamérica? ¿Es
d

posible establecer una relación con la inserción económica


os

y social con las intervenciones de otros Estados Nacionales


hegemónicos, impendiendo la estabilidad en la región?
La incitación puede ser la mera necesidad de mantener el

507
modelo colonial en plena evolución técnica - tecnológica
sin incluir países como los nuestros. ¿Esta es la motivación
que explica las intervenciones y la desmovilización de los
planes de desarrollo y de distribución de renta?
Algunos creen que estas dudas y cuestiones son ino-
cuas, dado que estas indagaciones hacen parte de la teoría
to

de la maquinación o de la conspiración. Entretanto, hay


que plantear que estas cuestiones están para ser estudiadas
do

e investigadas. El análisis realizado por Mbembe (2000) es


Ed

esclarecedor acerca del tema, ya que para él


s

“(…) la modernidad/colonialidad están produ-


ito re

ciendo nuevos horizontes epistemológicos que se


os

articulan en un marco global de post colonialismo.


Esta corriente de pensamiento conecta a todas las
ra ito

sociedades que han surgido de la experiencia de


di

la colonización occidental, considerada como una


relación de violencia, servidumbre y dominación.
D sr

(Mbembe, 2000, 139-140).


'P es

En fin, el capitalismo es demarcado por relaciones


fragmentadas, imperfecta, pero hay una lógica sistémica que
lá e

alimenta y retroalimenta en un fluyo desigual, orgánico y


ci rv

muchas veces, univoco, hegemónico, unísono. Sin embargo,


en la franja es posible analizar y delinear un proceso inverso
do a

de la decolonialidad, contrapunto del modelo colonial.

3. CONSIDERACIONES FINALES
El tema central del estúdio hace referencia a los
límites de los modelos de desarrollo y las condiciones
efectivas de países colonizados tales como Brasil y Ar-
gentina que hasta el presente momento han realizado
d

procesos de modernización económica sin los cambios


os

de las relaciones de poder que solamente reafirman la


desigualdad y la injusticia social, distanciándose a pasos
largos del ritmo que las economías colonizadoras.

508
Otro factor a ser mencionado y a ser considerado es
que el poder está generalmente relacionado con el cono-
cimiento. En Latinoamérica, desde la conquista y la colo-
nización, el conocimiento ha sido utilizado para dominar
tanto a la naturaleza como a los pueblos originarios. En esta
dirección se hace necesario reflexionar acerca de algunas
to

perspectivas generalmente olvidadas por los teóricos más


influyentes en los debates sobre la realidad económica, po-
do

lítica y social internacional de contrarrestar la colonialidad


Ed

del poder impuesta por el tradicional centro hegemónico


s

del poder capitalista mundial. Esto se logrará poniendo de


relieve las visiones que emergen del Sur global, contribu-
ito re
os

yendo al debate decolonial en las relaciones internacionales


contemporáneas al buscar ser un contrapunto al discurso
ra ito

tradicional predominante.
di

En esto sentido, el estudio propuesto objetivó salir del


campo teórico estrictamente del análisis económico y esta-
D sr

blece un hilo con la discusión acerca del poder colonial y


'P es

las posibilidades de estructurar otro modelo basado en otros


principios que estén imbricados con una perspectiva crítica.
lá e

Este es un gran desafío, agregar o desarroparse de los mo-


delos tradicionales o poco alternativos y sumar a otra línea
ci rv

teórica que nos posibilita pensar que “ (…) la producción


teórica poscolonial permite una nueva mirada al campo
do a

jurídico, y especialmente a la realización de los derechos


humanos, en un mundo globalizado, todavía gobernado
por la lógica de la matriz cultural del poder colonial”.
(Mbembe, 2000, 139-140 en Bragato.2018.p.1).
Desgajar del marco lógico y de las estructuras en el
campo de las ciencias económicas y delinear un estudio
comparado de los países del Cono Sur a partir de las tesis y
d

del pensamiento crítico de la decolonialidad es el propósito


os

mayor de una investigación futura acerca de los países del


Cono Sur, sus raíces y los impeditivos de ruptura del poder
de dominación en el campo de la cultura que nos asola.

509
Sin embargo, es esta fuerza que hay para la reconstruc-
ción a partir de otra mirada acerca de nosotros mismos, en
nuestro propio hábitat, con nuestras circunstancias y em-
poderamientos. Se puede concluir, parafraseando el poeta
que navegar es preciso, vivir también es preciso. Para finalizar
esta reflexión cito el poeta, que ya dicho de manera intensa:
to

“Navegantes antiguos tenían una frase gloriosa:


do

“Navegar es preciso; vivir no es preciso.”


Ed

Quiero para mí el espíritu de esta frase,


s

transformada
La forma para casarla con lo que yo soy;Vivir no
ito re

Es necesario; lo que es necesario es crear.


os

No cuento gozar mi vida; ni en gozarla pienso.


ra ito

Sólo quiero tornarla grande, pese a que para eso


Tenga que ser mi cuerpo y mi alma
di

la leña de ese fuego.


D sr

Sólo quiero tornarla de toda la humanidad;


pese a que para eso
'P es

Tenga que perderla como mia.


Cada vez más así pienso. Cada vez más pongo
lá e

En la esencia anímica de mi sangre el propósito


Impersonal de engrandecer la patria y contribuir
ci rv

Para la evolución de la humanidad.


do a

Es la forma que en mí tomó el misticismo


de nuestra Raza.”

Fernando Pessoa2

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'P es
lá e
ci rv
do a
d os

512
REVOLUCIÓN
EN LA IZQUIERDA
CATÓLICA BRASILEÑA 21
to
do
Ed
s

Wellington Teodoro da Silva1


ito re
os

La religión y la política son temas que recurrentemente


ra ito

se imponen en la historia en una relación de mutuas signifi-


caciones que son sorprendentemente simples para los sujetos
di

que las experimentan. Mientras que para el sujeto académico


D sr

muchas veces esa relación es vista con el extrañamiento de


una realidad extemporánea al ambiente moderno. Las afir-
'P es

maciones que las consideran temas privilegiados de análisis


ya son por demás recurrentes. Para algunas, el hombre es un
lá e

animal político que convive con el complicado factor histó-


rico de la religión. Para otras, el humano es en el mismo acto
ci rv

existencial un animal político y religioso. Unos piensan que


do a

la religión como la pervertidora potente de la naturaleza de la


política. Otros entienden que la mera politicidad no consigue
aprehender toda la existencia del humano, animal abierto a
la efectividad y a la transcendencia. Una y otra comprensión
poseen defensores capaces de construir argumentos lúcidos
y capaces de deleitar la inteligencia.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Brasil se
d

constituyo en un ambiente histórico donde “precipito”


os

Profesor del Programa de Posgrado en Ciencias de la Religion de


1

la Pontifícia Universidad Católica de Minas. Profesor invitado por


la Universidad de La Habana - 2017.

513
una relación entre la religión y la política, en el cual, ambas
se legitimaban en un estatuto bastante particular. Dicho
evento revela un caso de sumo interés para el análisis his-
toriográfico y para los demás análisis que se ocupen de ese
nivel de relación, posiblemente, de perversión.
Nos referimos al surgimiento de la Izquierda Católica
to

y de su famosa, predilecta e inquietante hija, la Teología


de la liberación. Esa nueva tradición de la izquierda del
do

catolicismo fue uno de los grandes movimientos políticos


Ed

y religiosos del Brasil Republicano. A los historiadores les


s

interesan porque de ese ambiente salieron diversos gru-


pos y personas de gran producción y que vieron permear
ito re
os

todos los niveles organizacionales de los diversos sectores


de acción política, que son objetos de investigación de
ra ito

aquellos que buscan comprender la republica brasileña pos-


di

1945: Movimiento de Educación de Base, los movimientos


específicos de Acción Católica; sectores pro-reformas de
D sr

base de los años de 1963 y 1964; Acción Popular; Comu-


'P es

nidades Eclesiales de Base; Partido de los Trabajadores; el


movimiento sindical de la segunda mitad de la década de
lá e

1970; los movimientos ecuménicos del protestantismo de la


izquierda; Movimientos de Barrios y otros. El esfuerzo de la
ci rv

comprensión del Brasil Republicano necesariamente recae


por la comprensión de sus lastres religiosos de su historia.
do a

Par los demás estudiosos que se ocupan de las densas y ten-


sas relaciones entre religión y política este movimiento se
presenta como un caso inédito y cuya naturaleza militante
permite que las relaciones internas de mutuas legitimacio-
nes sean observables con nitidez meridiana.
La izquierda católica siguió en la matriz del cato-
licismo brasileño inaugurada por el padre Júlio Maria
d

quien, en el inicio del siglo XX, argumenta la necesidad


os

de la Iglesia de superar la postura netamente anatemizante


frente al mundo que se transformaba de manera singular.
La modernidad debería ser comprendida como el lugar

514
de propuestas e invenciones densas, legítimas y relevantes
sobre el humano y el mundo natural. Al catolicismo no
lograba asumir el pasajero lugar de autoridad condenatoria
que piensa logar su papel salvífico en la mera condenación
de todo aquello que desviara su compresión domestica
del humano y de la historia.
to

La modernidad inaugura la revolución que, a su vez,


inaugura la propia modernidad que es comprendida como
do

un gran evento gestado dentro de la propia cultura cris-


Ed

tiana.2 Esa idea fue la puerta por la que la idea-fuerza


s

revolución entró al catolicismo brasileño.


Esa novedad temática impone a los intelectuales or-
ito re
os

gánicos católicos la necesidad de una notable ingeniería


conceptual. Dentro de los militantes e intelectuales que
ra ito

vivieran ese primer esfuerzo teórico se encuentran los


di

dominicanos frei Carlos Josaphat y Thomas Cardonnel, el


jesuita Henrique de Lima Vaz, el diputado federal y ex-
D sr

ministro de João Goulart, Paulo de Tarso, los jóvenes Luiz


'P es

Alberto Goméz y Hebert de Souza, “el Betinho”, entre


otros. La historia fue generosa con el catolicismo en este
lá e

periodo pues reunió una singular producción intelectual, de


coraje y de buena voluntad transformadora de la historia:
ci rv

una regeneración romántica.3


Esos militantes tenían el cuidado de no confundir la
do a

naturaleza del cristianismo con la modernidad. El Padre Vaz,


por ejemplo, reivindica un estatuto ontológico superior al
cristianismo al afirmar que éste no se agota o se degrada en
una u otra ideología históricamente situada. El tema de la
revolución, asimismo, era comprendido como el increíble
e irresistible movimiento histórico de muerte de las es-
tructuras y mentalidades nuevas e históricamente situadas
d

por otras que superaban a las anteriores. Los intelectuales


os

Cf.VAZ, 2002 y GANDILLAC, 1995.


2

Cf. LOWY y SAYRE, 1995.


3

515
de la izquierda católica comprendían que el cristianismo
había elaborado las matrices de la modernidad, ofreciendo
la pedagogía para la revolución. El acto revolucionario se
torna una realidad propia del cristianismo, que preparó la
cultura para ese gran evento, inaugurando la idea del ab-
surdo histórico: el absoluto habita, muere y resucita en la
to

historia. Por tanto, a los cristianos correspondía devolverlo


a su lugar original. Efectivamente, un diálogo con los mar-
do

xistas se estableció. El monopolio que ellos se arrogaban


Ed

de ese evento-fuerza fue contestado por los cristianos de


s

izquierda. Aunque, reconocen legitimidad en Marx, ellos


comprendían ese intelectual militante no pensó todo lo
ito re
os

humano, sino, apenas un breve momento: después de la


creación y antes de la salvación.
ra ito

La Teología de la Liberación fue la sistematización


di

teológica de los movimientos de izquierda del catolicismo


a principios de la primera mitad de la década de 1960.
D sr

La revolución también es un elemento central, aunque


'P es

un tanto diluido en la metáfora “liberación”, también


ocupándose en defender la idea de que la tradición ju-
lá e

dío-cristiana es revolucionaria en sus matrices. Sobre esa


afirmación, nos corresponde tratar un evento histórico
ci rv

que permita su verificación.


Aconteció en el año de 1990, un encuentro entre
do a

el líder de la revolución cubana Fidel Castro y cerca


de 1300 lideres ligados a las comunidades eclesiales de
base, orientada por la Teología de la Liberación en el
auditorio de Anhembi, en São Paulo. Según frei Betto,
el cubano fue saludado con canticos litúrgicos populares,
el teólogo Leonardo Boff le dirigió unas palabras y el
Biblista luterano Milton Schwantes lo saludo en nombre
d

de todos los cristianos:


os

Aconteceu, no ano de 1990, um encontro entre o líder


da revolução cubana Fidel Castro e cerca de 1300 lideranças
ligadas às comunidades de base, orientadas pela Teologia

516
da Libertação, no Auditório do Anhembi, em São Paulo.
Segundo frei Betto, o cubano foi saudado com cânticos
litúrgicos populares, o teólogo Leonardo Boff dirigiu-lhe
algumas palavras e o biblista luterano Milton Schwantes
saudou-o em nome de todos os cristãos:
to

La gente no aguanta más. Fue lo que el otro


día concluyeran Sara y Abraham, aquellos de
do

la Biblia. Ya no soportaban vivir amordazados


Ed

en Ur de los caldeos, que era el nombre de ese


lugar donde su vida se hacía insoportable para
s

los pobres con Sara y Abraham. Ur, metrópolis


babilónica, era una desgracia. Atormentaba la
ito re
os

vida de su gente. Sus ejércitos invadían donde


llegaran. Sus botas aplastaban. Sus masacres eran
imperialistas. Era preciso salir de allí. Se orga-
ra ito

nizaron contra el impero. Y allá huyeron hacia


di

las montañas –nombre que se le daba en aque-


llos tiempos a las sierras-. Dios así lo ordenaba.
D sr

Comenzaron a re-hacer su vida. Hicieron su


historia. En el comienzo el grupo era peque-
'P es

ño. Pero la resistencia aumentaba. Otros Sara y


Abraham se juntaron. Nacía un nuevo pueblo,
lá e

un pueblo anti-imperialista.Así comenzó nuestra


historia. Nuestra, en el sentido amplio.Tú, Fidel,
ci rv

recientemente. Nuestra, pero más antiguamente.


Tuya, al final de los años cincuenta. Nuestra, hace
do a

muchos siglos. Casi ya caí en el olvido, no fueron


días como hoy. Nuestra historia se parece.4

El encuentro con horas de retraso.Y, para ganar tiempo,


la idea era partir luego para el debate con la sala de conferen-
cias. Mientras, Fidel Castro pidió hablar y dijo lo siguiente:
d

-Permítanme pronunciar unas palabras para


decirles que lamento mucho hacerlos esperar.
os

Sabía que ustedes estaban esperando y pregunté:

Cf. BETTO, Frei. s/d.


4

517
“¿Desde qué hora?”. Me dijeron: “desde tal
hora”. Respondí: “¿Cómo es posible?”.Vengo
lleno de pesar, realmente, porque ustedes pa-
saron horas esperando en este lugar. Al entrar,
tuve un fuerte impacto viendo esta sala repleta
como está, viéndolos a ustedes, viendo el espíri-
tu de ustedes, la energía de ustedes, el entusias-
to

mo, la fe y la alegría de ustedes. Me impresionó


mucho escuchar los cantos, que me dijeran que
do

así pasaron horas y también me impresionó


Ed

cuando Frei Betto nombro los diversos grupos


que aquí están representados.Tuve la impresión
s

de un gran movimiento, de una gran fuerza.


ito re

Ahora comprendo el entusiasmo permanente


os

con el que él me habla del movimiento cris-


tiano de Brasil, las comunidades de base y las
ra ito

diferentes organizaciones.5
di

Posteriormente, una líder de las comunidades de base


D sr

hizo la siguiente pregunta: “Compañero Fidel –cuestionó


Davina Valentim da Silva, del movimiento popular de San
'P es

Bernardo del Campo–, los nicaragüenses dicen que entre


cristianismo y revolución no hay contradicción.“¿Por qué
lá e

no hay cristianos en el Partido Comunista de Cuba?”6. Fidel


inicio su larga respuesta con la afirmación: “– ¿Porque los
ci rv

cristianos no están en el Partido Comunista de Cuba? Diré


do a

con toda la franqueza, creo que si allá tuviéramos personas


como usted, ellas ya estarían en nuestro partido”7.
Castro siguió proponiendo que era imperativo para la
revolución recibir la contribución de los cristianos como
aquellos que los tenía delante de él. El afirmó usar el
ejemplo de la abnegación de esos cristianos para animar
a los miembros del Partido Comunista Cubano. Y, ahora,
decía que Jesús de Nazaret que él conoció en los colegios
d os

5
Cf. BETTO, Frei. s/d.
6
Cf. BETTO, Frei. s/d.
7
Cf. BETTO, Frei. s/d.

518
católicos donde estudió se aproxima más al revolucionario
que al conservador.
La Teología de la Liberación sigue el proceso de cris-
tianizar la revolución iniciado por los movimientos de
la izquierda católica de principios de la década de 1960
como podemos observar en la citación del luterano Mil-
to

ton Schwantes. Al identificar el acto revolucionario en la


tradición judío-cristiana, reinventado la tradición, en los
do

términos de E. Hobsbawn, el biblista afirma que Cuba no


Ed

inauguró nada de nuevo en la historia. La tradición bíblica


s

y revolucionaria tiene milenios.


Esos sujetos experimentan las orientaciones íntimas
ito re
os

de la esperanza, el principio dinámico del cual nos habla


Ernst Bloch. Ella se constituye en el lugar hermenéutico
ra ito

fundamental para la compresión de ese sentimiento fo-


di

mentador de una praxis y de una comprensión histórica


y de la historia. Trabajar el tema de la esperanza y de la
D sr

utopía es un desafío difícil porque se sitúa en el nivel de


'P es

los sentimientos y de la emoción humana.


Interpretando el itinerario personal de Ernst Bloch,
lá e

Pierre Furter afirma que este filósofo se orientaba por el


principio esperanza.“Era este que indicaba para donde ir: el
ci rv

Bien Supremo.”8 La propuesta fundamental de esta idea la


supone no sólo como una directriz o una orientación sino
do a

también como un principio, una fuente de la praxis –nos


transforma y transformando el mundo a nuestra vuelta. En
ese sentido la cuestión a seguir nos parece esencial:“¿Cómo
explicar que la esperanza no sea sólo una directriz o una
orientación sino también un principio, esto es, una causa
de acción, una fuente de praxis?”9.
Ella se anida en lo más profundo de la existencia
d

humana y adquiere el propio dinamismo de la vida com-


os

FURTER, 1974. p. 79.


8

FURTER. p. 79. (sombreado por el autor).


9

519
prendiendo que la única permanencia de la historia es su
mutabilidad. Eso permite reflexiones en los más variados
niveles de las conciencias anticipadoras de la realidad y de
las formas de superación. Según Furter, el hambre lejos
de ser un factor socio-económico universal tiene de suyo
una significación más profunda con gran potencial para la
to

comprensión de la condición humana.


Si, por un lado, el hambre puede llevar al hombre y a
do

la mujer a salir de sí, provocando cuestiones fundamentales


Ed

acerca de la garantía de la existencia individual, obligándolos


s

la elaboración de estrategias eficaces de apertura al medio


y al otro, puede por otro lado, llevarlos a una condición de
ito re
os

inanición donde cualquier posibilidad de acción se torna


imposible debido a imperativos de orden biológico. Puede
ra ito

ocurrir también que además, según Furter, que si el hombre


di

tiene hambre por demás la consciencia de esta hambre, de la


carencia, se torne omnipresente en su consciencia al punto
D sr

de hacerlo enloquecer. Esto se debe al hecho del hambre,


'P es

como cualquier otro sentimiento, conociendo límites.


Existe también el otro extremo: el hombre, la mujer
lá e

o el joven que come demás. La consciencia del hambre


se paga. En su lugar hay un estado de satisfacción total y
ci rv

definitiva. Este hombre y esta mujer sufren como resul-


tado de una atrofia de su potencial creativo, de apertura
do a

para el otro y para el medio. Se banaliza las dimensiones


fundamentales de la existencia humana. La creatividad se
aturde. Las vías de las relaciones sociales se estrechan. Esta
vida se torna vegetativa y parasitaria, incapaz de crear lo
bello y bueno. Furter termina por decir que el hambre, así
como el dolor, es fundamental para la existencia humana.
La grande cuestión es determinar sus límites.
d

Aquellos que tiene hambre, el revolucionario, se sitúa


os

en la marginalidad. Su interés fundamental es saciar el ham-


bre que la esperanza alimenta. En función de este interés,
él se abre para el medio, para el otro y para la historia. Su

520
consciencia niega la realidad social que no abriga la sacie-
dad de su hambre. Los hambrientos representan uno de
los mayores riesgos para la continuidad de las realidades
socio-económicas históricamente situadas.
El deseo e otro nombre del hambre, que posee
diversas connotaciones, no existiendo apenas en la di-
to

mensión de lo biológico, las necesidades del cuerpo.


También existe hambres afectivas, sentimentales, eróticas,
do

intelectuales…. es la voluntad humana de ir más allá de lo


Ed

que hace crecer, desenvolver y aumentar las dimensiones


s

del hombre. Esta diversidad de connotaciones para el


hambre encuentra en la religión cristiana reconocimien-
ito re
os

to y legitimidad: “Infelices, ustedes que están saciados


ahora: tendrán hambre.”10 “Felices los que tiene hambre
ra ito

y sed de Justicia: ellos serán saciados.”11


di

Siguiendo el pensamiento de Bloch, Furter propone


además otros “hechos elementales en que se anida la es-
D sr

peranza. Se trata de los sueños despiertos (…).”12 El sueño


'P es

despierto está repleto de sentido. En él se gesta el porvenir.


Manifiesta la verdadera hambre de los planos futuros. Anti-
lá e

cipa. Ofrece el norte a ser alcanzado por la acción objetiva


de los individuos en busca de la superación del presente, en
ci rv

cuya omnipotencia es negada justamente por el hecho de


estos sujetos históricos sueñen despiertos. El sentimiento de
do a

necesidades y el sueño despierto como imagen posible de


un futuro en el cual el deseo encuentra satisfacción, torna
la continuidad de un determinado estatuto del presente y
del presente como imperativo un tanto improbable y el
objeto de reflexión y re-significaciones.
El lugar de esos cristianos de izquierda es de extre-
ma densidad intelectual, de dinámica de la inteligencia y
d os

10
LUCAS, 6, 25.
11
MATEUS, 5, 6.
12
FURTER. 1974. p. 83.

521
de la emoción. Así es porque ellos niegan el estatuto del
presenten y esbozan continuadas estrategias que, por un
lado, cambian una realidad socio-económica dada y, por el
otro, relacionan esa producción histórica con un proyecto
salvífico de su referencia de la divinidad. Lo real, por tanto,
no es meramente un conjunto de datos que oprimen. Es,
to

simultáneamente, el lugar de la revolución que se com-


prende como anticipación del Reino de Dios todavía en la
do

historia. Esa relación entre una realidad histórica con una


Ed

realidad absoluta y sagrada13 impone densas hermenéutica


s

y producción de sentidos de la realidad. La historia es com-


prendida con un sentido, un fin último, que la ultrapasa y
ito re
os

que la contiene. Ofreciendo, así una gran potencialidad de


establecer el nomos,14 ofreciendo amparo utópico contra la
ra ito

desesperanza y, en última instancia, contra el caos.


di

La utopía es un constructo ideal en el nivel de la


mentalidad y puede situarse en el lugar de lo posible y
D sr

en el no-lugar al mismo tiempo y sin contradicción. Es


'P es

un ambiente privilegiado para el encuentro de la religión


con la política. Los movimientos mesiánicos y milenaristas
lá e

ofrecen grandes posibilidades de análisis de dicho encuentro.


La religión, la política y la utopía se afectan de manera
ci rv

especial. Su descripción es más densa en los movimientos


milenaristas. En estos movimientos, se puede observar como
do a

a partir del hambriento, se erige de manera privilegiada, la


esperanza y la utopía. La primera ofreciendo un soporte,
una reserva de fe en la plausibilidad de la segunda. La espe-
ranza de este porvenir no ocurre de manera precaria. Es la
utopía de la tierra sin males, donde mana la leche y la miel.
La utopía religiosamente situada elabora una triple
dinámica pasado-presente-futuro. El pasado es el tiempo
d

mítico de las referencias fundamentales. El tiempo-ejemplo.


os

Sagrado en los términos de Otto y Eliade.


13

Según la comprensión de Peter Berger.


14

522
Denso. Cargado de significados. El presente es el tiempo
donde se sitúan los sujetos religiosos. Tiempo de la expe-
riencia objetiva de la vida. Es en el presente que se da la
memoria del pasado. Memoria ritualmente mantenida. Es
de donde se experimentan el futuro en el nivel de sueños
despiertos. Se vive una realidad dada de manera anticipada,
to

por tanto, precaria. Es el tiempo que está siempre sobre-


puesto para situarse entre el tiempo-ejemplo y el futuro. No
do

pose la misma densidad mítica del pasado y está distante de


Ed

las promesas de lo que gira. El futuro a su vez es el tiem-


s

po de las realizaciones. Es el buen lugar. Es el tiempo del


ito re

mileno y del pos-milenio. También es tiempo denso una


os

vez que está pleno de las realizaciones de las esperanzas. La


utopía se hace a partir de la dinámica de estos tres tiempos.
ra ito

Según Bloch, las primeras formas de utopías fueron


di

medicinales. Ese interese por la garantía de la vida y de sus


D sr

satisfacciones es el núcleo duro de las utopías. Ellas se hacen


por la vía de la mediación del trabajo, intervención racional
'P es

y consciente, de la persona, en el medio que se sitúa. Este


trabajo es expresión de la profesión de fe de que lo que
lá e

existe en el presente no se agota en sí. “El pensamiento


utópico, al testimoniar potencialidad del presente que lo
ci rv

trasciende, es ‘innatural’ porque exige más de lo que está


do a

presente. Lo real apunta para mucho más de lo que está


totalmente presente”15 Es decir, la posibilidad de vivir en
densidad la condición de la persona humana.16
Todavía, la utopía debe ser apreciada pero su grado
de negación de la realidad y por su capacidad de despertar
el entusiasmo para una práctica de transformación de una
coyuntura dada. Por ello, podemos afirmar que la utopía
d

15
FUTER, p. 146. (Sombreado por el autor).
os

16
Sobre la condición de la persona humana ver RUBIO, 2001. Esa
condición de dignidad existencial no debe ser confundida con la
anémica abstracción liberal conocida como individuo.

523
devela una dialéctica anticipadora. Ella es el sustrato de la idea
transformadora de la realidad. Es el núcleo denso de la moti-
vación de la praxis del cristiano militante, locus privilegiado
de aquello que Paul Tillich refirió al principio protestante.
Los cristianos de izquierda, proponen la revolución
como un elemento constituyente del propio cristianismo,
to

experimentan la dialéctica histórica anticipadora de la


esperanza y de la utopía en una perspectiva no operada
do

por Bloch: la salvífica. Para ellos el humano posee una


Ed

dignidad que se eleva al absoluto. Dicha compresión parte


s

del acto de fe de que el absoluto se tornó histórico en la


condición humana. El humano apunta hacia Dios y él, a su
ito re
os

vez es absurdamente, apunta para el humano. Las utopías y


esperanzas cristianas se relacionan con lo sagrado sin negar
ra ito

la historia y sus contingencias. Si la historia humana es la


di

condición histórica de lo humano fuera legitimada por


lo sagrado, la revolución, acto de máxima densidad de la
D sr

historia puede, por tanto, ser deseable y hasta exigido por


'P es

el cristiano. Eso, efectivamente, si ella representa un acto de


emancipación humana. Sobre esa idea, terminamos nuestro
lá e

texto con una cita de Thomas Cardonnel:


ci rv

Ahora, en el centro del Cristianismo no des-


cubrimos la ligación a una vaga idea de Dios
do a

sino la adhesión a un acontecimiento o hecho


histórico: Dios se torna hombre para que to-
dos los hombres se puedan tornar Dios (…) El
Cristianismo no es una contemplación de una
verdad intemporal, sino la historia de un Dios
que enseña a vivir como hombres para despertar
en los hombres el gusto de una vida de dioses.17
d

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Econômica e Social. Número 9.Ano III. Janeiro – Março de 1961.
do a
d os

526
ESTADOS UNIDOS:
POLARIZACIÓN
SOCIOECONÓMICA, CLASE
CAPITALISTA E IMPERIALISMO
EN EL SIGLO XXI 22
to
do
Ed
s

Yazmín Bárbara Vázquez Ortiz1


ito re
os

El proyecto norteamericano fue especialmente exitoso


ra ito

entre 1945 y 1970, sin embargo, a partir de esta última fe-


di

cha, tal y como han analizado Marco Gandásegui (2017),


Dídimo Castillo (2017, 2018), entre otros, el proyecto de la
D sr

sociedad de bienestar comenzó su declinación. En lo que va


del siglo XXI los cambios que se observan en la estructura
'P es

socioeconómica en Estados Unidos expresan un proceso de


polarización de la riqueza y el ingreso descrito por Joseph
lá e

E. Stiglitz (2012: 59) en su obra El Precio de la Desigualdad


ci rv

cuando afirma: “(…) los ricos se están haciendo más ricos,


y los más ricos de entre los ricos se están haciendo todavía
do a

más ricos, los pobres se están haciendo más pobres y más


numerosos, y la clase media se está vaciando.”
Esta situación ha colocado al país entre los de mayor
pobreza y desigualdad de ingresos de los que se agrupan
en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE). La expresión del fenómeno en el
ámbito teórico se ha revelado en el desplazamiento del
d os

1
Profesora e investigadora del Centro de Estudios Hemisféricos y
sobre Estados Unidos de la Universidad de la Habana, La Habana,
Cuba. Email yazminbarbara@cehseu.uh.cu Código ORCID: 0000-
0003-4575-0385

527
foco de los análisis sobre desigualdades, polarización social
y trabajo hacia los factores que determinan la creciente
desigualdad de ingresos en las décadas recientes. En tal
sentido, se destacan los aportes de Stiglitz (2012), Maritza
Caicedo (2015), Dídimo Castillo (2017, 2018) y Alejandro
Canales (2017, 2018), entre otros, en cuyas obras se iden-
to

tifican entre las condicionantes del fenómeno:


do

• Profundas raíces estructurales que permanecen y


Ed

se profundizan desde los cambios tecnológicos,


la desindustrialización y la tercerización de la
s

economía estadounidense.
ito re

• La polarización del empleo expresada en la re-


os

ducción absoluta y relativa de los trabajadores de


clases medias, y el incremento en contrapartida,
ra ito

de los trabajadores ubicados en los dos extre-


di

mos de la jerarquía laboral, con una creciente


desigualdad social y ocupacional2.
D sr

• Variables demográficas como la etnicidad, la


'P es

raza, el lugar de origen y el género, que en


este contexto determinan en buena medida la
lá e

situación de vulnerabilidad social y política, la


discriminación salarial y la precariedad laboral
ci rv

de las llamadas “minorías” (afrodescendientes,


población aborigen, asiáticos y latinos o hispa-
do a

nos), dentro de las que sobresalen los latinos por


su vertiginoso crecimiento.
• El debilitamiento de los sindicatos y de la ca-
pacidad negociadora de los trabajadores ante el
capital, como condicionante especialmente de
la desigualdad salarial.
• La adopción de un programa de políticas por
d

el Estado que ha causado que la economía se


torne en salvajemente desigual, dejando a los
os

2
Desde esta perspectiva se define la polarización ocupacional (Canales,
2018), asociada a la polarización del ingreso (Alichi, 2017).

528
segmentos más vulnerables de la sociedad cada
vez más y más atrás.

En este contexto, reflejando los diversos matices del


fenómeno, entre los rasgos para definir la desigualdad se
han incluido: la distancia entre las posiciones de individuos
to

y grupos en la jerarquía de acceso a bienes socialmente


relevantes (ingreso, riqueza, etcétera) y a recursos de poder
do

(derechos, participación política, cargos políticos, etcétera).


Ed

A tono con esta diversidad también se han planteado im-


portantes desafíos epistemológicos para su comprensión,
s

marcados por la multidimensionalidad de sus condicio-


ito re
os

nantes e impactos, que atraviesan modelos económicos,


sistemas políticos y herencias culturales. En especial, se
ra ito

destaca la importancia de desbordar al área de la economía


para llevar el análisis y las propuestas para hacerle frente
di

al campo del desarrollo social, y la necesidad, en función


D sr

de ello, de interconectar una tercera área de análisis: la del


funcionamiento y evolución de los sistemas políticos. De
'P es

otra parte, los estudios en el entorno del sistema-mundo y


lá e

del transnacionalismo, amplían la posibilidad del examen


que convencionalmente se realiza sobre el tema al inte-
ci rv

rior de los espacios del Estado-nación (Braig et al, 2015;


Navarrete, 2016).
do a

En línea con estos desafíos, desde la perspectiva teórico


metodológica de análisis marxista o vinculada a la misma,
se desarrollan estudios que presentan la desigualdad y la
polarización socioeconómica como fenómenos inherentes
a la lógica de la mundialización capitalista y sus relaciones
de dominación de naturaleza imperialista.
En este marco analítico se argumenta la extensión de la
d

superexplotación de la clase trabajadora de los países identi-


os

ficados como periféricos por los teóricos de la dependencia,


a los de altos niveles de ingresos como una de las invariantes
más importantes para comprender el fenómeno objeto de

529
estudio en el presente trabajo. En tal sentido, Claudio Katz
(2018) hace referencia a dos niveles de la polarización en
los que existe superexplotación desde las nuevas condicio-
nantes de la distribución de renta, riqueza, salario: como
proceso que caracteriza la extracción de la plusvalía en la
relación capital trabajo a escala internacional, pero también
to

nacional, considerando las nuevas modalidades de la división


global del trabajo, así como la forma en que la plusvalía es
do

transferida a empresas ubicadas en la cúspide de la cadena


Ed

de valor. Un proceso que se verifica en las maquilas y en


s

ciertas empresas transnacionales. Como antecedentes se


basa en los últimos trabajos de Mauro Marini, importante
ito re
os

teórico de la Dependencia, en los que sostuvo que la supe-


rexplotación ya no constituía una peculiaridad de América
ra ito

Latina o la periferia, sino que integraba las características


di

del capitalismo globalizado. Un contexto en que Samir


Amin (2017) postula que la creciente desigualdad en la
D sr

distribución de los beneficios y las riquezas es propia de lo


'P es

que califica como subcontratación en beneficio de la renta


monopolista, atendiendo a que la ley del valor, analizada
lá e

a ese nivel, supone la integración de los mercados a escala


mundial solamente en las dos primeras de sus dimensiones:
ci rv

los mercados de productos y de capital, mientras que los


mercados de trabajo permanecen segmentados.
do a

En la misma línea aportan los estudios realizados so-


bre el capitalismo global como contexto de los procesos
de polarización por Atilio Borón, David Harvey, Willian
Robinson, entre otros, al abordar las particularidades que
asume la clase capitalista global, su relación con la sub-
secuente sociedad global, así como las expresiones de la
dominación inherentes a la misma en la esfera ideológico
d

cultural y el corrimiento de la concentración de la riqueza


os

a la concentración del poder político que se deriva de ello.


La clase capitalista global, como expresión de “la mun-
dialización polarizante del imperialismo contemporáneo”,

530
se vincula a cinco grandes monopolios, que también coin-
ciden con los que señalan los análisis sobre el capital es-
tadounidense: (i) el monopolio de las nuevas tecnologías;
(ii) el del control de los flujos financieros a escala mundial;
(iii) el control del acceso a los recursos naturales del pla-
neta; (iv) el control de los medios de comunicación; y (v)
to

el monopolio de las armas de destrucción masiva. Sobre


la misma se ha expresado que constituyen grandes mo-
do

nopolios, transnacionales por su alcance y la escala de sus


Ed

operaciones, pero inocultablemente “nacionales” cuando se


s

atiende al origen de su propiedad, el destino de sus ganan-


cias, los marcos jurídicos elegidos para dirimir controversias
ito re
os

y la composición de su elenco directivo; sus intereses radi-


can en la economía mundial como un todo y un sistema
ra ito

de propiedad privada internacional que permite el libre


di

movimiento de capital entre los países; y sus ganancias se


incrementan en ritmos y proporciones desmesuradamente
D sr

mayores que el crecimiento global de la economía (Boron,


'P es

2006; Amin, 1994 y 2017; Beate y Casanova, 2010; Harvey,


2007; Stiglitz, 2012)
lá e

El análisis de las condiciones desde las que acciona ha


destacado que su despliegue se apuntala desde la labor de
ci rv

Estados Nación y la capacidad de la burguesía, en medio del


despliegue de su dominio global, para incidir en los Estados y
do a

subordinar ideológicamente a otras clases sociales en función


de sus intereses. El carácter histórico de este fenómeno, que se
reproduce especialmente en los contextos de crisis, se aprecia
a través de los textos de Vladimir I. Lenin (1917), Hannah
Arendt (1968), Rosa Luxemburgo (1968), David Harvey
(2005), entre otros. En los mismos destacan, para el análisis
que nos concierne, aquellas tesis que postulan el viraje hacia
d

una forma liberal de imperialismo (asociada a una ideología


os

de progreso y a una misión civilizatoria) como resultante


no de imperativos económicos absolutos, sino de la falta de
voluntad política de la burguesía para resignar alguno de sus

531
privilegios de clase, bloqueando así la posibilidad de absorber
la sobreacumulación mediante la reforma social interna; la
formación del movimiento liberal-conservador como funda-
mento ideológico de su acción en tal sentido; el carácter dual
que asume la acumulación del capital que tiene lugar, de una
parte, en los sitios de producción de la plusvalía (la fábrica
to

, la mina, el fundo agrícola y el mercado de mercancías) y


de otra, a través de las formas de producción no capitalistas
do

en la escena mundial con métodos de la política colonial, el


Ed

sistema de empréstitos internacionales, la política de intere-


s

ses privados, la guerra; así como la exportación de capitales,


el reparto del mundo entre las asociaciones de capitalistas
ito re
os

y el reparto del mundo entre las grandes potencias, como


mecanismos para promover su proceso de concentración y
ra ito

centralización.
di

Los elementos antes referidos se integran en el estudio


de las modalidades de acumulación por desposesión que
D sr

se despliegan en el siglo XXI como parte de lo que se ha


'P es

definido como nuevo imperialismo, y en su contexto, las


fases II y III del dominio global burgués (Harvey, 2005).
lá e

En estos análisis se destacan las implicaciones en términos


de hegemonía de la expansión de la burguesía como clase
ci rv

dominante del sistema capitalista, en la medida en que


amplía su capacidad de acción a escala global.
do a

Teniendo en cuenta los referentes teóricos antes enun-


ciados en el presente trabajo nos proponemos contribuir al
análisis de las determinantes de la polarización socioeconó-
mica en los Estados Unidos en el contexto de las disputas
por la hegemonía a escala nacional e internacional de su
clase capitalista, en especial de la que opera a escala global.
En función de ello, analizaremos algunos de los mecanismos
d

que permiten explicar cómo incide la misma en la confi-


os

guración de las condiciones que enmarcan la polarización


socioeconómica que se agrava hoy en los Estados Unidos
y supone importantes obstáculos para el progreso nacional.

532
1. CLASE CAPITALISTA, RACIONALIDAD,
IDEOLOGÍA Y CONTROL POLÍTICO
Un análisis integral de los antecedentes de la polariza-
ción socioeconómica en los Estados Unidos debe tener en
cuenta, tal y como ha referido Marcos Gandásegui (hijo)
to

(2017: 9), que:


“La transformación del capital industrial en ca-
do

pital financiero se logró al convertir el proyecto


Ed

nacional (mercado nacional) en un proyecto


s

global (mercado mundial). El control de los


mecanismos productivos globales quedaron en
ito re

manos de los grandes operadores de los cen-


os

tros financieros. La ciudad de Nueva York (Wall


Street) dejó de ser sólo la capital financiera de
ra ito

Estados Unidos para convertirse en la capital


di

financiera global. Mientras que Estados Unidos


se convertía en país de servicios globales, tercia-
D sr

rizaba su planta industrial a países con fuerza de


trabajo barata. Los cambios tuvieron un impacto
'P es

significativo sobre el tejido social del país. La


clase obrera, las capas medias y los pobres (de
lá e

la ciudad y del campo) se transformaron. La


cuestión de género ocupó un lugar privilegiado
ci rv

como consecuencia de la invasión femenina en


los centros de producción. Las reivindicaciones
do a

de la población afroamericana escalaron a niveles


antes desconocidos. La desigualdad social se con-
virtió en un problema político (la emergencia
del “1 por ciento”).”

En este entorno, el abandono paulatino de las inver-


siones en el sector productivo, así como su traslado hacia
el redistributivo, financiero, especulativo, condicionó la
d

disminución de la oportunidad de trabajo en la industria


os

manufacturera, a la vez que en el ámbito de la produc-


ción se adoptaron diversos mecanismos conducentes a
la reducción de los costos del trabajo. Las innovaciones

533
tecnológicas, la desaparición de la producción en masa, las
estrategias de descentralización o deslocalización de los
procesos productivos hacia aquellos países de la periferia
que dispusieran de suficientes condiciones sistémicas para
su eficiente asimilación, junto a la diversificación de formas
de contratación y uso de la fuerza de trabajo incidieron en
to

su precarización. A la par, aumentaban las tasas de beneficio


de las corporaciones financieras respecto a las no finan-
do

cieras, y se diferenciaba la renta y los beneficios del capital


Ed

que operaba a nivel internacional respecto al que operaba


s

en frontera. (Grobart, 2017; Castillo, 2018; Harvey, 2007).


Como parte de este proceso, el respaldo del po-
ito re
os

der Estatal a la clase capitalista estadounidense ha sido


revelada en varios sentidos. Por ejemplo, la alianza de
ra ito

los poderes estatales con los aspectos depredadores del


di

capital financiero, como parte de la nueva arquitectura


financiera internacional, el surgimiento de un complejo
D sr

“Wall Street-Reserva Federal-FMI” dentro de los Esta-


'P es

dos Unidos, capaz de controlar las instituciones globales


y de proyectar un vasto poder financiero alrededor del
lá e

mundo mediante una red de otras instituciones finan-


cieras y gubernamentales, el denominado Consenso de
ci rv

Washington-CW de mediados de los años 90 y el resto


de las medidas implementadas luego de 1997-98 como su
do a

continuidad. Mientras que, a la par, se destaca la aplicación


de lo que Harvey (2005) ha denominado mecanismos de
acumulación por desposesión, mediante el énfasis en los
derechos de propiedad intelectual en las negociaciones de
la Organización Mundial del Comercio con incidencia en
la mercantilización de las formas culturales, las historias
y la creatividad intelectual, así como la corporativización
d

y privatización de activos previamente públicos, utilizan-


os

do frecuentemente el poder del estado para forzar estos


procesos, incluso en contra de la voluntad popular, y si
fuera necesario el poder militar estadounidense (abierto

534
o encubierto) si el poder de mercado no fuera suficiente
para alcanzar determinados objetivos y para poner en caja
a los elementos recalcitrantes o “estados canallas” de los
países a cuyos recursos se quiere acceder.
En este entorno, mientras la concentración de la ri-
queza en manos del capital sigue creciendo, Estados Uni-
to

dos, como se ha reiterado en diversas fuentes y estudios


(Piketty, 2014; Stiglitz, 2012; Castillo, 2017), tiene una de
do

las peores desigualdades de la distribución del ingreso del


Ed

mundo desarrollado. La tendencia muestra el éxito de la


s

acumulación creciente y desmesurada de la clase capitalista a


expensas de una mayor explotación de las clases trabajadoras
ito re
os

de diversas formas teniendo como resultado el incremento


y profundización inusitada de las desigualdades de ingresos
ra ito

y los niveles de pobreza (Castillo, 2017).


di

Los análisis sobre la posibilidad de cambiar esta situa-


ción en el corto, mediano o largo plazo, consideran que las
D sr

desigualdades en resultados están estrechamente ligadas a


'P es

desigualdades en oportunidades. La desigualdad de ingresos


se correlaciona con inequidades en los ámbitos de salud,
lá e

acceso a la educación, y exposición a riesgos ambientales


pero la creciente concentración de la riqueza, y una re-
ci rv

ducción significativa de los impuestos sobre dicha riqueza,


se tradujo en que se tiene menos dinero para gastar en
do a

inversiones destinadas al bien público, como en educación


y protección para los niños.
Los niveles de pobreza creciente que afectan a la niñez
no suponen una garantía para revertir, o al menos parar,
el proceso de pauperización de la clase trabajadora y de
desaparición de la clase media, en especial considerando
que la desigualdad depende no solo de cuánto le paga el
d

mercado a un trabajador cualificado en comparación con


os

un trabajador no cualificado, sino también del nivel de


cualificación que ha adquirido un individuo y en ausencia
de ayudas del gobierno, muchos hijos de familias pobres

535
no podrían permitirse una atención sanitaria y una ali-
mentación básicas, por no hablar de la educación necesaria
para adquirir la cualificación que da acceso a una elevada
productividad y buenos salarios.
De otra parte, la inserción laboral de los jóvenes
en el sector laboral del país presenta una tendencia
to

decreciente. Aún en el largo plazo, cambiar esta situa-


ción supondría aumentar el gasto público y desplegar
do

políticas para favorecer las oportunidades de acceso a


Ed

la educación, hasta la universitaria, pero la tendencia


s

continúa siendo inversa. El gasto del gobierno, y el


mismo presupuesto también tienen visos de debilidad
ito re
os

atendiendo al contenido de la Reforma Fiscal promovida


por Donald Trump, así como a su acción para continuar
ra ito

desregulando los mercados financieros, un elemento que


di

ha demostrado ya la inestabilidad que puede causar en el


equilibrio económico y por tanto en el nivel de creci-
D sr

miento sostenido de los indicadores macroeconómicos


'P es

y en el progreso que por concepto de renta per cápita


obtiene la sociedad (Castillo, 2017).
lá e

En Estados Unidos los datos de la Oficina del Censo


mostraron pocos cambios en la brecha entre ricos y pobres
ci rv

en el año 2017. En el año 2018, a pesar del incremento


del empleo que se mostró en la economía estadouniden-
do a

se a partir de las medidas tomadas por la administración


Trump, continúan identificándose dos grupos ocupacio-
nales fundamentales: uno en el que preponderan empleos
con trabajadores altamente calificados (economía de la
información) y otro con empleos flexibles y desregulados
(principalmente trabajo informal) en los que sobresalen
esencialmente inmigrantes, ya sean documentados o no.
d

Por otra parte, como consecuencia de esta concentración


os

en los dos grandes polos de la estructura ocupacional, sigue


visibilizándose una reducción absoluta y relativa de aquellos
empleos que se clasifican de nivel medio según los ingresos

536
percibidos (actividades de administración y distribución,
producción y construcción).3
La Pandemia generada por la COVID-19 ha remar-
cado la vulnerabilidad de la sociedad estadounidense en
estas condiciones, en especial, la de los sectores antes re-
feridos como los más afectados. En este contexto, más allá
to

de que la desigualdad de ingreso ralentiza el crecimiento


económico, conduce a desigualdades sociales más graves,
do

genera problemas sociales y de salud, produce inestabili-


Ed

dad política, en Estados Unidos se pone en entredicho la


s

capacidad de las protestas y procesos eleccionarios para


ito re

cambiar la situación. Varias preguntas se imponen en tal


os

sentido: ¿qué posibilidades ofrecen los procesos políticos


estipulados para ajustar el funcionamiento social en función
ra ito

del cambio necesario? ¿qué elementos limitan su acción


di

efectiva para tales fines?


D sr

A finales de este año 2020 tendrán lugar elecciones


presidenciales en los Estados Unidos, y la pregunta es si
'P es

marcarán condiciones para un cambio en la situación antes


descrita. Sin embargo, el ejemplo de Bernie Sanders en los
lá e

dos últimos procesos de elección presidencial, incluyendo


estas, muestra cómo cuando un candidato clama mínima-
ci rv

mente por volver al gasto público de orientación social y


do a

da un paso en otra dirección, es sacado del mecanismo elec-


toral. Incluso desde el ejercicio del poder ejecutivo, el caso
Obama mostró las posibilidades de influencia de la clase
capitalista en tal sentido, en especial, cuando su gobierno

3
Según el US Bureau of Labour Statistics en http://www.dlt.ri.gov/
lmi/pdf/usadj.pdf, de enero de 2017 a marzo 2018 (administración
Trump) la fuerza laboral creció en 2.045 millones, la tasa de desem-
d

pleo de enero de 2017 a marzo de 2018 decreció en 0.7, el empleo


os

aumentó en 3,102 millones, pero hasta ahora la mayor parte de la


población está ubicada en el nivel más bajo de la estructura ocupa-
cional. Los empleos que se están creando, a partir de la política de
Trump, continúan aportando a ese segmento.

537
planteó recomendaciones de políticas redistributivas, que
fueron rechazadas durante su administración por el sector
de las grandes finanzas en sus expresiones políticas. El mis-
mo sector que ha dominado la economía desde la década
de los setenta, y que constituyó el principal grupo que lo
respaldó en las elecciones de 2008 (Fernández, 2018). En
to

el mismo sentido, la capacidad de la clase capitalista para


incidir en las decisiones gubernamentales ha sido analizada
do

durante la administración Trump, mostrando cómo la lucha


Ed

entre capitales y los procesos de crisis alimentan las pujas


s

político-estratégicas en este marco en torno a modelos de


capitalismo, geoestrategias, identidades y cosmovisiones.
ito re
os

(Merino, 2018: P. 28-29).


Los financiamientos de campaña han sido identifica-
ra ito

dos entre las vías a través de las cuales la clase capitalista


di

interviene en los procesos políticos y del ejercicio del po-


der desde los gobiernos, en el área de la acción estatal, sin
D sr

embargo no es la única, y probablemente ni siquiera la más


'P es

importante en aras de garantizar que el mismo promueva


las condiciones necesarias para mantener la acumulación
lá e

capitalista a escala nacional e internacional por encima de


las necesidades que plantea la sociedad. Los análisis sobre
ci rv

este proceso en los Estados Unidos han destacado, además,


como modos de intervención la construcción o el desplie-
do a

gue de mecanismos de incidencia en estructuras de la rama


legislativa de los Estados, así como el acercamiento entre el
sector empresarial y grupos de intelectuales organizados en
universidades y tanques de pensamiento con funciones de
consultoría y asesoría política (Maira b, 1984; Borón, 1984;
Harvey, 2007; Foucault, 2007; Pazmiño, 2020).
En el primer caso, desde la década del 80 del si-
d

glo XX se plantea que, a pesar de que todos los sistemas


os

políticos que se inscriben en la matriz de la democracia


liberal se proponen asegurar una máxima independencia
y separación entre los legisladores y los grandes intereses

538
organizados que se expresan en la sociedad, sean estos los
de los grupos empresariales, los sindicatos, las organiza-
ciones profesionales o los intereses regionales, en Estados
Unidos, desde la aprobación de la Lobbyng Act de 1946,
se consagra el derecho de todos los grupos de tratar de
influir en el curso del proceso de creación normativa, para
to

lo cual precisamente se regula el mecanismo por el que las


organizaciones profesionales de “cabildeo” canalizan los
do

recursos y las propuestas de sus mandantes.


Ed

Como resultado de ello, la acción cada vez más orga-


s

nizada y eficaz de los grandes grupos de presión, realizan lo


que Luis Maira califica como una “violación psicológica”
ito re
os

de la voluntad política real de los integrantes del congreso,


quienes en muchas ocasiones más que interpretar el inte-
ra ito

rés general deben actuar condicionados por los criterios


di

de los grupos más organizados y con más capacidad para


defender sus intereses específicos (Maira, 1984 a).Ya en el
D sr

siglo XXI, la acción del lobby petrolero para garantizar el


'P es

apoyo al sector petrolero en la administración Trump se


ha constatado en investigaciones que revelan su impacto
lá e

en la eliminación de restricciones a la contaminación,


así como en el “negacionismo” climático en medio de
ci rv

huracanes, sequías y variaciones extremas de la tempera-


tura (Katz, 2018). Otros puntos de presión desde la clase
do a

capitalista hacia el gobierno se han mostrado en relación


al impuesto fronterizo o un impuesto a las importaciones,
así como a la prohibición del ingreso al país a ciudadanos
de siete países de Oriente Medio en medio de pugnas
entre corporaciones estadounidenses a escala nacional e
internacional por mantener el control monopólico y la
hegemonía (Merino, 2018).
d

El segundo elemento mencionado se configura desde


os

lo que se ha definido como corporativización del cono-


cimiento y las ideas. De matriz inicial estadounidense en
el siglo XX, ha sido destacado como uno de los procesos

539
más importantes en las líneas de trabajo antes enunciadas.
Con sus antecedentes en la promoción de organización
de la clase empresarial y la articulación alrededor de sus
necesidades gnoseológicas de universidades y tanques de
pensamiento, ha constituido la expresión de la organización
de la producción del conocimiento de manera corporativa
to

con los investigadores adquiriendo un papel de vendedores


de ideas para el que transitan entre universidades, puestos
do

públicos y centros de investigación (Parraguez, 2016).


Ed

La importancia de este mecanismo se fundamenta en


s

su función de generar las ideas que sustentan la influencia


política y aseguran la permanencia de la élite. Como ejem-
ito re
os

plo de su acción desde los años 70 del siglo XX Harvey


destaca a la Heritage Foundation, el Hoover Institute, el
ra ito

Center for the Study of American Business, el American


di

Enterprise Institute y el National Bureau of Economic


Research en la difusión de las ideas neoliberales y la cons-
D sr

trucción de propuestas de políticas para orientar la acción


'P es

del gobierno en función del interés de un poderoso grupo


de individuos ricos y líderes empresariales comandados
lá e

por la Cámara de Comercio articulada con la Asociación


Nacional de Manufactureros y la Business Roundtable en el
ci rv

contexto de la promoción e implementación del proyecto


neoliberal (Harvey, 2007).
do a

En esta misma línea Foucault alude a la American


Interprise Institution como ejemplo del ejercicio de la
crítica mercantil opuesta a la acción del poder público
y que asume la tarea de evaluar en términos de costos y
beneficios todas las actividades públicas. Así alude al pro-
ceso desde el que se trató de calibrar la actividad de los
numerosos organismos federales establecidos desde el New
d

Deal y sobre todo desde el final de la II guerra mundial,


os

como la administración para los alimentos y la salud, la


Federal Trade Comission, etc, y a programas sociales refe-
ridos a la educación, a la salud, a la segregación racial que

540
la administración Kennedy y la administración Johnson
implementaron durante el decenio 1960-1970, concluyen-
do que a diferencia del siglo XIX, cuando la jurisdicción
administrativa permitía juzgar la acción del poder público
en términos de Derecho, ahora se constituía una especie
de tribunal económico que pretendía juzgar la acción del
to

gobierno desde el punto de vista estricto de la economía


y el mercado (Foucault, 2007).
do

Se conforma así una matriz que desde los campos


Ed

de la teoría económica y política fundamenta la ideolo-


s

gía que se promoverá en el entorno de la disputa por la


hegemonía de la clase capitalista estadounidense a escala
ito re
os

nacional e internacional. Un fenómeno sobre cuyas bases


Foucault (2007) expresó que a diferencia del liberalismo
ra ito

clásico, donde se pedía al gobierno que respetara la forma


di

del mercado y dejara hacer, con las concepciones que se


inscriben en el neoliberalismo el dejar hacer se invierte
D sr

para transformarse en un no dejar hacer al gobierno, en


'P es

nombre de una ley del mercado que permitirá juzgar y


evaluar cada una de sus actividades. Por lo que concluye
lá e

que el mercado ya no es un principio de autolimitación


del gobierno, sino un principio que se vuelve contra él.
ci rv

La expansión de esta matriz ideológica, de base teórica


neoliberal, y su asimilación por poderes públicos en todo
do a

el mundo, como parte de la creación de condiciones para


facilitar la acción del capital transnacional estadounidense
se ha producido especialmente en el entorno de la gestión
de las crisis económicas que han afectado a la humanidad
desde entonces. En este fenómeno, cuyas particularida-
des se han analizado como parte de los estudios sobre la
captura del Estado y la corporativización de la política, se
d

ha destacado, en particular, el aporte que se realiza desde


os

el gobierno de Ronald Reagan, de una parte, a través de


la constitución del régimen financiero basado en Wall
Street-Reserva Federal-Fondo Monetario Internacional,

541
y de otra, la promoción de un sistema de instituciones,
fundaciones, organizaciones no gubernamentales, a tra-
vés de las cuales los modelos de democracia y progreso
fundados en la racionalidad neoliberal, especialmente la
de base estadounidense, se han expandido aportando a la
hegemonía del capital (Harvey, 2005 y 2007; Robinson,
to

2015; Minella, 2017).


En este entorno los ajustes económicos y políticos en
do

función, supuestamente, del desarrollo se han sustentado,


Ed

como ha apuntado Luis Mayra (1984 b) en la vinculación


s

ideológica y orgánica entre segmentos precisos de las clases


dominantes de los Estados Unidos y de diversos países para
ito re
os

configurar una nueva especie de “interdependencia”. Este


autor argumenta su tesis con el análisis de casos en América
ra ito

Latina, y entre los ejemplos que destaca en sus estudios


di

desde la década del 80 del siglo XX pueden mencionarse


el Centro de Estudios Públicos, cuyo presidente honorario
D sr

fue Friedrich von Hayek, que con acuerdos formales con


'P es

la Hoover Institution y con el American Interprise Insti-


tute pretendió desempeñar una función de think Tank de
lá e

las tendencias de la institucionalización de la dictadura en


Chile; el Instituto de Pesquisas e Estudos Sociales (IPES)
ci rv

y el Instituto Brasileiro de Açao Democrática (IBAD) en


Brasil y en Argentina la presencia activa del American In-
do a

terprise Institute, con varios seminales internacionales en


Buenos Aires en asociación con organizaciones empresaria-
les argentinas con el propósito de consolidar las relaciones
tradicionalmente favorables entre los grupos dirigentes del
sector privado de ambos países que prosperaron incluso a
despecho del estado de las relaciones intergubernamentales
entre los Estados Unidos y la Argentina.
d

Desde estos vínculos, desplegados en el tiempo, la


os

“modernización de políticas públicas” que se ha propues-


to disminuir el gasto público en programas asistenciales y
reorientar el mismo a favor del ahorro y la inversión del

542
capital en Estados Unidos, Europa y América latina; el
ajuste de leyes para favorecer la libre acción del mercado
y la competencia como fundamentos del progreso a través
de procesos de desregulación; y el despliegue de un marco
legal en función de ello, a escala nacional e internacional,
han aportado al ajuste del Estado de Derecho, ese que desde
to

los postulados de la teoría neoliberal implica minimizar


las decisiones del gobierno en la gestión de la economía
do

y exponenciar las de corporaciones empresariales para


Ed

promover el mercado como entorno de realización de la


s

democracia, intervenida solo por el gobierno si se presen-


tan obstáculos al desarrollo de la lógica de la competencia
ito re
os

desde la protesta social (Foucault, 2007; Hinkelammert,


2007; Orjuela, 2007).
ra ito

Estos procesos, aplicados en el marco del Consenso


di

de Washington en América Latina y en todos los países


del orbe supuestamente asistidos por el Fondo Monetario
D sr

Internacional y el Banco Mundial frente a las crisis, han


'P es

constituido premisas que lejos de favorecer el progreso


de las naciones y sus pueblos han apuntado a la pérdida
lá e

de soberanía de sociedades y Estados nacionales frente al


capital. Como parte de los mismos, reformas laborales han
ci rv

debilitado la capacidad de los sindicatos para respaldar los


derechos de la clase trabajadora y han favorecido la liber-
do a

tad-impunidad de la acción empresarial corporativa, mien-


tras que lo definido como pluralismo constitucional como
“tendencia posnacional” o constitucionalismo multinivel
ha impactado sobre el principio democrático consagrado
por las Constituciones de los Estados condicionando la
implementación de reglas del derecho internacional que
limitan las formas del poder político y la defensa de los
d

intereses nacionales (Vázquez, 2019).


os

Los impactos de la formación de un orden jurídico


global, ajustado a las necesidades de expansión del capital,
se han reflejado en debates desde Estados Unidos, Europa

543
y América Latina. Como parte de los mismos, la desna-
cionalización del derecho nacional se relaciona con una
diversidad de condicionantes entre las que se sitúan: la
americanización impulsada por la Organización Mundial
de Comercio (OMC) y el Banco Mundial (BM); una es-
trategia capitalista que busca reducir las instituciones del
to

Estado de bienestar para incrementar las ganancias y con-


quistar mercados y el debilitamiento de las instituciones
do

del Estado frente a grupos, individuos y organizaciones


Ed

transnacionales que son capaces de emanciparse de la


s

supremacía política de las instituciones estatales (Serna


de la Garza, 2010).
ito re
os

En general, el análisis de los impactos de este fenóme-


no ha incluido el aumento de las ganancias y la concen-
ra ito

tración de la riqueza en manos del capital, en especial del


di

sector financiero transnacional, junto a la disminución de


los ingresos de las clases trabajadoras. Un proceso de alcance
D sr

global que se acompaña del retroceso en indicadores macros


'P es

en los ámbitos científico, educativo, de salud y amenaza los


del económico, por ejemplo, en un país como los Estados
lá e

Unidos cuyo nivel de desarrollo ha sido considerado em-


blemático por mucho tiempo (Stiglizt, 2012; Piketty, 2014;
ci rv

Martins, 2017; Grobart, 2017).


Esta realidad ha puesto en serio cuestionamiento
do a

importantes tesis de la racionalidad económica neoliberal


que han constituido importantes soportes del andamiaje
para su aplicación. Entre ellas cabe destacar las que alu-
den a la necesidad del cambio en la lógica de la acción
gubernamental desde el Estado en función del correcto y
efectivo funcionamiento de la economía para el bien social,
así como las propias premisas que garantizarían el mismo
d

asociadas a las posibilidades que ofrecería la competencia


os

capitalista sin obstáculos para proveer de un crecimiento


económico que aseguraría, desde el incremento del ahorro,
la inversión y el empleo, ingresos suficientes a cada indi-

544
viduo para acceder al consumo de los bienes y servicios
necesarios para vivir con calidad. Una tesis que centró
procesos de marginación política de base racional desde
los años 80 del siglo XX, y a partir de la cual se produjo
la ofensiva neoliberal-neoconservadora contra la izquierda
emergente, sus organizaciones y el pensamiento crítico en
to

su base (Castro, 2015).


En este último punto cabe destacar aquellos elemen-
do

tos que se han identificado como esenciales por su rol


Ed

en el fenómeno objeto de estudio. Aquellos que aportan


s

luces para comprender cómo la racionalidad que sustenta


las políticas neoliberales se ha constituido en importante
ito re
os

componente de los imaginarios sociales a pesar del impac-


to económico negativo que ha tenido la aplicación de las
ra ito

mismas para las mayorías.


di

La construcción y ajuste permanentes del sistema de


cooptación que ha operado como parte de este sistema
D sr

de dominación fue analizado por Lenin desde inicios del


'P es

siglo XX y se ha enriquecido a través de la intervención


creciente de la clase capitalista en el ejercicio de la polí-
lá e

tica desde la sociedad civil. Un fenómeno que muestra


su capacidad para promover la reconstitución del sistema
ci rv

socioeconómico que comanda ante las crisis que lo afectan


y, como parte de ello, las potencialidades que ha adquirido
do a

para subordinar ideológicamente a los sectores y clases más


afectados por las mismas.
Para ello se asume la ideología como el sistema de
ideas, creencias, valores, y símbolos de carácter moral, po-
lítico, económico y social que proporcionan identidad a las
colectividades, sentido y orientación a su acción política,
y permiten la elaboración de propuestas de construcción,
d

conservación o transformación del orden social (Orjuela,


os

2007: 219-220) y se destaca, como parte de la misma, el


lugar central que ha ocupado el creciente rol de consen-
timientos, desde el liderazgo cultural e intelectual en la

545
construcción de hegemonía como parte de proyectos de
dominación de clase y de gobierno (Robinson, 2015).
En Estados Unidos el éxito de la acción de la clase
capitalista en este entorno puede relacionarse con varios
factores (Borón, 1984; Maira a, 1984; Harvey, 2007;Vom-
maro, 2014; Grassetti et al, 2017), entre ellos:
to

• El estrecho vínculo que despliegan con impor-


do

tantes universidades, instituciones internacio-


Ed

nales y una red de tanques de pensamiento que


se extiende progresivamente a escala global con
s

funciones de asesoría y consultoría técnico-po-


ito re

lítica y desde los que se construyen, socializan e


os

instrumentalizan los fundamentos de racionali-


dad a través de los cuales se legitima su acción;
ra ito

• La diversificación y articulación de los medios


di

para su difusión a través de publicaciones aca-


démicas y medios de comunicación masivos,
D sr

potenciados por el despliegue de las telecomu-


nicaciones y la incidencia de la Internet en la
'P es

homogenización de los discursos;


• La utilización de partidos políticos y movimien-
lá e

tos sociales como instrumentos para operativizar


la incidencia de dicha racionalidad en función
ci rv

de los intereses y disputas por el poder político


do a

de los diferentes sectores del capital.

Los impactos de estas vías de intervención se han re-


velado desde finales del siglo XX en fenómenos que se han
definido como crisis política y del sistema de partidos en
Europa y Estados Unidos, indistintamente, así como en el
cambio de la correlación de fuerzas políticas que se produ-
ce desde el año 2009 en América Latina, frente a lo que se
d

denominó a inicios de la presente centuria Ciclo Progresista


os

de la izquierda (Castro, 2015;Vázquez y González, 2019).


Estos impactos pueden relacionarse con el estrecha-
miento del espectro ideológico que sustenta las apuestas

546
sociales que desde el sistema de partidos debía hacer
posible el cambio a favor del bien social y que se han
concentrado alrededor de los ajustes necesarios en el
marco del modelo económico neoliberal para responder
a las exigencias planteadas por los intereses en conflicto
de los diferentes sectores del capital. El ejemplo de los
to

Estados Unidos es paradigmático en tal sentido. Un país


en el que la disputa entre los partidos Demócrata y Re-
do

publicano no apunta a situarse en un plano de diferencias


Ed

esenciales en relación al objeto de nuestro análisis desde


s

las incidencias que ha tenido en el orden ideológico la


reformulación de los viejos preceptos del liberalismo y
ito re
os

el conservadurismo que se produjo en el contexto de la


crisis económica y política de los años 70 del siglo XX
ra ito

(Borón, 1984; Foucault, 2007; Merino, 2018).


di

Dicha reformulación situó un potencial marco de


articulación entre el neoliberalismo y el neoconservaduris-
D sr

mo que ha hecho posible reforzar en el imaginario social


'P es

el arraigo de las concepciones que avalan la necesidad de


la autoridad empresarial corporativa en la gestión de la
lá e

economía, la del Estado en función de promover todas las


condiciones necesarias en función de ello, incluyendo la
ci rv

intervención social, junto a la responsabilidad individual en


la gestión del progreso, desde el aumento de las garantías
do a

para una inserción “adecuada” de cada ciudadano en esta


lógica a partir de la reafirmación de la familia y la religión
como fuentes reguladoras de autoridad moral. Estos puntos
de confluencia han incidido en la variación de la agenda
política hacia qué hacer en cada momento para preservar
el progreso del capital, como supuesta fuente esencial del
desarrollo social, y el lugar de los Estados Unidos en el
d

mundo para mantener el entorno histórico que desde la


os

segunda mitad del siglo XX ha sido favorable a ello.


Fue desde la misma, por ejemplo, que se cuestiona-
ron y limitaron en su despliegue las medidas de beneficio

547
social que Barack Obama promovió como el llamado
Obamacare (Affordable Care Act) para ampliar la cobertura
de atención médica. Las críticas de los conservadores por
intromisión del gobierno en decisiones individuales y sus
efectos económicos de incrementar los costos del servicio
fueron determinantes en tal sentido (Fernández, 2018).
to

La articulación que se produce entre la intervención


de la clase capitalista que genera tales impactos y los movi-
do

mientos políticos vinculados a lo que se ha definido como


Ed

nueva derecha, ha potenciado la capacidad de expansión


s

a escala nacional e internacional de la racionalidad y los


valores que sustentan esta ideología desde los vínculos or-
ito re
os

gánicos que se han establecido desde la década del 80 del


siglo XX entre los mismos. Ejemplos de ello son la Unión
ra ito

de Partidos de Latinoamérica (http://uplalatinoamerica.


di

org/partidos-miembros/) que incluye las articulaciones


con actores estadounidenses, en especial con el Partido
D sr

Republicano de los Estados Unidos, a través del Institu-


'P es

to Republicano Internacional (https://www.iri.org/iri-


around-world) y los centros de pensamiento asociados al
lá e

mismo; la Unión Demócrata Internacional (https://www.


idu.org/members/); y la Organización Demócrata Cristiana
ci rv

para América Latina (ODCA) (www.odca.cl).


Los enlaces entre partidos de derecha de Estados
do a

Unidos, Europa y América Latina han sido funcionales


para construir estrategias de dominación y subversión
político-ideológicas en función de ajustar las condiciones
políticas y sociales en cada país en pro de garantizar las
reformas en interés de los diversos sectores de la clase ca-
pitalista. Es por ello que se identifican en lugares diversos
formas de hacer que solo se ajustan según los contextos
d

histórico-concretos, pero que presentan muchos elementos


os

de base en común. La inducción de lo que se ha denomi-


nado una metamorfosis en los partidos socialdemócratas
y de izquierda, como parte de esta agenda, ha sido parte

548
del contexto de acumulación de intervenciones que en tal
sentido se ha gestado desde el entono de la guerra fría y
como expresión del cual masivas protestas como las que
han en ocurrido en Estados Unidos, Europa y América
Latina recientemente pudieran no llegar a crear las con-
diciones suficientes para la elaboración de un discurso
to

articulado y limitar la capacidad de la amplia movilización


de masas para expresarse en un programa político viable.
do

En particular, las masivas protestas contra el racismo a raíz


Ed

del asesinato de George Floyd pareciera que no llegarán


s

a crear las condiciones suficientes para la elaboración de


ito re

un discurso articulado y la amplia movilización de masas


os

podría no alcanzar a expresarse en un programa político


viable, como ha ocurrido reiteradas veces desde finales del
ra ito

siglo XX en la historia de esa nación.


di

2. CONSIDERACIONES FINALES
D sr

El proceso de polarización socioeconómica que vive


'P es

hoy los Estados Unidos y la incapacidad de sus institucio-


nes estatales y organizaciones sociales para hacerle frente
lá e

se vincula a la naturaleza de un fenómeno, de carácter


ci rv

histórico, con importantes fundamentos en la disputa del


país y de su clase capitalista por mantener su hegemonía en
do a

un contexto que desde principios del siglo XXI ha estado


signado por lo que se ha identificado como su relativo
descenso a escala regional e internacional.
En este entorno la polarización socioeconómica puede
definirse como la diferenciación creciente entre clases y
grupos sociales con diversidad de expresiones en la ca-
pacidad de acceso a bienes, servicios (inequidades en los
d

ámbitos de salud, acceso a la educación, y exposición a


os

riesgos ambientales), así como en las oportunidades para


insertarse en el ejercicio del poder, condicionado multi-
dimensionalmente, entre otros, por:

549
• El cambio estructural que se produce en la eco-
nomía estadounidense (la desindustrialización y
la tercerización).
• Las políticas públicas y programas que se aplican
como parte de su modelo económico, condiciona-
do por los intereses que se expresan como domi-
to

nantes en la acción de los elementos constitutivos


de su sistema económico y de su sistema político.
do

• Las variables demográficas como la etnicidad, la


Ed

raza, el lugar de origen y el género.


s

• El despliegue creciente de expresiones ideoló-


gicas de base ético-racional y alcance cultural
ito re
os

para legitimar el orden en desarrollo.


• El debilitamiento de los sindicatos para hacer
ra ito

frente al capital.
di

• La disfuncionalidad del sistema de partidos para


promover alternativas viables a la situación.
D sr

La incidencia de la clase capitalista estadounidense ha


'P es

sido determinante en los rasgos que asume este fenómeno,


lá e

en especial, desde la fuerte oposición por parte de los pro-


pietarios del capital a cualquier política de redistribución
ci rv

o de mejora social interna en el país. Una posición que


promueve la opción que mirar al exterior para resolver sus
do a

dificultades económicas (Harvey, 2005).


Los mecanismos de incidencia que en tal sentido se
han mostrado en el presente trabajo han condicionado que
el sistema político estadounidense funcione cada vez más
de una forma que incrementa la desigualdad de los resul-
tados y reduce la igualdad de oportunidades. Como parte
del mismo, incluso los acontecimientos más recientes en el
d

entorno de las protestas sociales contra el racismo muestran


os

un uso mucho mayor del Estado en su carácter policiaco.


La pérdida tendencial de la confianza en el poder ejecutivo,
junto al desgaste del sistema de partidos se ha reflejado en

550
las investigaciones de Gallup, según las cuales, respecto al
último punto, se ha producido un incremento del 40% al
58% de la población que entre enero de 2004 y enero de
2014 opinaban sobre la necesidad de crear un tercer partido
para los ámbitos de la disputa electoral (Martins, 2017).
En esto último cabe destacar la relevancia de la con-
to

fluencia de elementos de las ideologías neoliberal y neo-


conservadora en una matriz o construcción racional que
do

impone serios obstáculos para la superación de las condicio-


Ed

nes existentes en el sistema político y el modelo económico


s

imperante en los Estados Unidos y que fundamentan la


polarización socioeconómica.Y en especial, su constitución
ito re
os

en importante componente de los imaginarios sociales y


de la ideología que mueve su accionar.
ra ito

En estas condiciones la desigualdad económica es afectada


di

por el rápido deslizamiento de la concentración del ingreso


y la riqueza hacia la concentración del poder político con la
D sr

aparición y consolidación de formas de operación política


'P es

excluyentes (Suárez-Cao, 2013). Los impactos de la concentra-


ción del poder político en el modelo económico y de progreso
lá e

social muestran el achicamiento del Estado de bienestar de


forma paralela al apoyo sostenido del gobierno estadounidense
ci rv

al despliegue de sus corporaciones, especialmente desde la


última década del siglo XX. Un fenómeno cuyo carácter
do a

histórico se aprecia en los análisis de Lenin sobre el colonia-


lismo y el imperialismo como las únicas formas posibles de
evitar la guerra civil, en los de Harvey sobre la búsqueda de
ajustes espacio-temporales en otros lugares como salida a las
relaciones y la lucha de clase dentro de una formación social
territorialmente circunscripta, entre otros (Harvey, 2005).
d

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os

556
SOBERANÍA POPULAR
COMO SIGNIFICACIÓN
SOCIAL POSITIVA:
REFLEXIONES PARA DEBATIR 23
to
do
Ed
s

Dr.Yuri Pérez Martínez1


ito re
os

1. A PROPÓSITO DE LA SOBERANÍA
ra ito

POPULAR COMO SIGNIFICACIÓN


di

SOCIAL POSITIVA
D sr

Soberanía y pueblo son voces relevantes en las sociedades


democráticas modernas. Constituyen signos lingüísticos que
'P es

presentan variaciones de conceptos en los diferentes discursos.


En el presente siglo, las estructuras semánticas de estos
lá e

vocablos se pueden equiparar a las estructuras conceptuales,


ci rv

siempre que su contenido, a partir de la naturaleza objetiva,


suponga representar en el plano de la conciencia las im-
do a

plicaciones que las palabras pueblo, soberanía o la unidad


de estas, a partir de la adjetivación (soberanía popular o
pueblo soberano), tienen para la legitimidad de los sistemas
políticos y modelos constitucionales.

Profesor Titular de Derecho Constitucional y Administrativo de


1

la Universidad de la Habana, Cuba. Doctor en Ciencias Jurídicas,


Máster en Derecho Constitucional y Administrativo. Especialista en
d

Justicia Constitucional, Interpretación y Aplicación de la Constitu-


os

ción por la Universidad de Castilla-La Mancha, España.Vicedecano


de Relaciones Internacionales y Cooperación al Desarrollo de la
Facultad de Derecho. Email: yuriperez1@lex.uh.cu ORCID iD –
https://orcid.org/0000-0002-8221-5296

557
Se trata de saber qué son y cómo se configuran dentro
de las relaciones sociales, en la dialéctica entre el ser humano,
su entorno de desarrollo y el contexto histórico concreto;
conocer cómo se perciben a nivel subjetivo; reconocer cómo
y con qué otros signos se relacionan para alcanzar un sen-
tido específico en ámbitos democráticos y, finalmente, qué
to

designan en la realidad.Todo ello con las particularidades de


los lenguajes político y jurídico como espacios cognitivos y
do

comunicativos determinados, pero que se intersecan.


Ed

Así, soberanía popular se erige sobre términos que


s

presentan variación formal y pueden tener, al examinarse


ito re

individualmente sentidos diversos, incluso al interior de la


os

especialidad. Soberanía -por ejemplo- como término pre-


senta variaciones conceptuales en las diversas disciplinas del
ra ito

Derecho, aspecto que evidencia la polisemia en el discurso


di

jurídico y que se justifica por el principio de poliedricidad


D sr

de estos conceptos.
Por su parte, pueblo es un término que demuestra que
'P es

los significados que convencionalmente se asocian a él, no


tienen identificación absoluta con sus variaciones conceptuales.
lá e

La proyección conjunta de estos y su encuadre en la


esfera del derecho constitucional puede generar el con-
ci rv

cepto de soberanía popular como estructura compleja, de


do a

pluralidad de características y facetas que se dimensionan,


cuyo análisis debe asumir sistematizaciones teóricas, for-
mulaciones en constituciones, leyes, declaraciones políticas
y su realización en la praxis, a través de mecanismos de
participación política, las funciones del Estado, los criterios
democráticos, entre otros.
Interesa – a los efectos de estas reflexiones- fijar el con-
cepto soberanía popular en su dimensión de significación
d

social positiva2, o sea, como valor, cuya nota distintiva es la


os

Pérez Martínez,Yuri: Articulación axiológica de la sociedad demo-


2

crática: los valores constitucionales, en Seabra de Godoi, Marciano;

558
cualidad de ser eminentemente objetivo y diferenciarla de
la valoración que de este se realiza, como reflejo subjetivo
en la conciencia humana, para luego insistir en su arista
de principio cardinal para el ejercicio del poder público.
Su consagración como valor fundacional de las socie-
dades contemporáneas, su objetivación, es resultante de la
to

trascendencia que cada comunidad le atribuye, pero solo


en la medida en que las necesidades que esa consideración
do

abarca, concuerdan con las que se producen del sistema de


Ed

relaciones sociales donde se manifiesta el proceso valorativo.


s

La soberanía popular es un valor porque es expresión


ito re

de la necesidad histórica y del progreso de la humanidad


os

en la búsqueda de elementos para solventar el conflicto


democrático. Dicho en otras palabras, la democracia des-
ra ito

cansa en la significación social positiva que los individuos


di

atribuyen a la soberanía popular y la legitimidad que implica


D sr

su realización. Sin embargo, esta significación no deriva de


las inclinaciones subjetivas de las personas que valoran, sino
'P es

de su capacidad para satisfacer y garantizar una cualificación


del poder público en la realidad social. No se niega que las
lá e

necesidades sociales existen por medio de la cimentación


de las necesidades individuales durante el proceso evolu-
ci rv

tivo, pero ello no fundamenta la naturaleza subjetiva de


do a

los valores, pues estos son orientadores y reguladores de la


conducta humana.
La valoración del sujeto individual puede coincidir con
la significación que la sociedad le asigna a la soberanía po-
pular, pero son de contenidos diferentes. Entre la condición
de valor que presenta y la valoración que sobre ella realizan
los individuos, grupos políticos, élites económicas, minorías,
d

mayorías, pueden existir divergencias y hasta contradicciones


os

Alverenga Gontijo, Lucas; Pérez Martínez, Yuri: Diálogos Cuba-


-Brasil sobre democracia, soberanía popular y derechos sociales,
Ed. D´Placido, Belo Horizonte, 2018, p. 283.

559
antagónicas. Las valoraciones intervienen en ultima instancia
en la significación social, pero no la determinan.
Defender el carácter objetivo de la soberanía popular
es fundamental para evitar una relativización extrema de
su contenido y evadir su dependencia de cuantos sujetos
con intereses distintos existen.
to

2. SOBERANÍA POPULAR:
do

LAS PARTE DEL TODO Y EL


Ed

TODO A TRAVÉS DE SUS PARTES


s

Al analizar en los textos constitucionales la alusión a la


ito re

soberanía popular, metodológicamente, se puede descom-


os

poner el concepto en tres facetas que se dimensionan y que


a su vez contribuyen a caracterizar el fenómeno general,
ra ito

a saber: la titularidad, el contenido y el alcance. Estas se


di

entrecruzan para validar, desde las teorías del estado y del


D sr

derecho, la eficacia de este concepto en la legitimación de


los sistemas democráticos y dentro de ellos, de las estructuras
'P es

de creación del derecho3. Se centrará la atención en las dos


primeras facetas, en tanto el alcance se fija por la manera
lá e

que estas se estructuran y se determinan.


En atención a la faceta de titularidad esta «radica»4,
ci rv

«reside»5 o «corresponde»6 al pueblo y ello se dimensiona:


do a

3
Al respecto señala Foucault que “La teoría del derecho, desde la
Edad Media, tiene esencialmente el papel de fijar la legitimidad
del poder; es decir, que el principal problema alrededor del que se
organiza toda la teoría del derecho es el de la soberanía”. Foucault,
Michel: La microfísica del poder, Ed. La Piqueta, 2da edición,
Madrid, 1979, p. 141.
4
Artículo 1.- El Ecuador es un Estado constitucional de derechos y
justicia, social, democrático, soberano, independiente, unitario, in-
d

tercultural, plurinacional y laico. Se organiza en forma de república


os

y se gobierna de manera descentralizada.


La soberanía radica en el pueblo, cuya voluntad es el fundamento
de la autoridad, y se ejerce a través de los órganos del poder público
y de las formas de participación directa previstas en la Constitución.

560
una dimensión que nos remite a la interrogante de qué
56

entender por pueblo y cómo se conceptualiza en el or-


den constitucional y la teoría del poder político, otra que
impacta en la correlación entre los sujetos, las maneras o
formas en que se exterioriza esa titularidad y la tercera que
persigue obtener que la estructura semántica del signo tenga
to

un límite en el término a partir de su status monosémico


dentro de la sociedad democrática.
do

La falsedad a la que conduce tratar de otorgar un


Ed

sentido unívoco a pueblo y que tiene como uno de los


s

propósitos que la titularidad de la soberanía no se frag-


ito re

mente y se concrete en ámbitos de minorías económicas o


os

políticas que deciden en torno al ejercicio del poder; es la


mejor evidencia para descifrar el sentido de pueblo como
ra ito

corpus necesario en la legitimación del poder público y en


di

la presunta formación y estabilidad del pacto social.


D sr

La significación de pueblo como elemento de homo-


geneidad del sujeto político en la sociedad democrática es,
'P es

Cfr. Constitución de la República del Ecuador de 2008, publicada


lá e

en el Registro Oficial No. 449 del 20 de octubre de 2008.


5
Artículo 3. En la República de Cuba la soberanía reside intransfe-
ci rv

riblemente en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado.


El pueblo la ejerce directamente o por medio de las Asambleas del
do a

Poder Popular y demás órganos del Estado que de ellas se derivan,


en la forma y según las normas fijadas por la Constitución y las
leyes. Cfr. Constitución de la República de Cuba (2019): Gaceta
Oficial de la República de Cuba, proclamada el 10 de abril de 2019,
edición extraordinaria, año CXVII, número 5.
6
Artículo 2. La soberanía corresponde al pueblo del cual emanan
todos los poderes del Estado y que se ejercen por representación.
La suplantación de la soberanía popular y la usurpación de los
poderes constituidos se tipifican como delitos de traición a la Pa-
d

tria. La responsabilidad en estos casos es imprescriptible y podrá


os

ser deducida de oficio o a petición de cualquier ciudadano. Cfr.


Constitución Política de Honduras. Decreto número 131 de 11 de
enero de 1982. Diario oficial La Gaceta No. 23612 de fecha 20 de
enero de 1982.

561
de igual forma, el argumento que sostiene el desvanezco
de lo diferente, de la diversidad y la presentación de la
democracia como un espacio ideal exento de contradic-
ciones. Esta variación del término sirve para catalogar
como legítima o ilegítima la estructura y el ejercicio
del poder, todo estará en dependencia de qué lado del
to

conflicto democrático se esté, de la entidad del sujeto


pueblo y de las formas de legitimación de la ordenación
do

jurídica-política de la sociedad.
Ed

En este sentido, la soberanía se vincula con la categoría


s

poder constituyente, como referente que se conecta con


pueblo, en la medida en que estos términos sirven para de-
ito re
os

finir procesos de fundación y refundación de la ordenación


social, por ende, de definición de las reglas democráticas.
ra ito

«Pueblo» también se estructura como el fundamento


di

originario del poder que se coloca en la base de la sociedad


para indicar que en el plano de ordenación es ilimitado, en
D sr

tanto se sitúa en la cúspide como el referente de legitimidad


'P es

de todo lo que está sujeto a los mandatos constitucionales.


No obstante, lo anterior conlleva al análisis de varios ele-
lá e

mentos: primero, el poder ilimitado que se le endosa y que


está en los cimientos de las sociedades modernas; segundo, la
ci rv

apelación al corpus como depositario de la voluntad general,


que legitima, da certeza y seguridad y asimismo limita, y no
do a

solo a los entes en que se organiza el poder público, sino


al propio soberano; tercero, la libertad que viene implícita
en la conformación de la voluntad popular y que se mide
a partir de mecanismos de participación, esencialmente
aquellos donde media el sufragio activo.
Ciertamente, la voluntad ilimitada, autónoma y primi-
genia que subyace en esta variación conceptual de pueblo,
d

no es suficiente y es limitada en sí misma, pues solo alcanza


os

a la determinación de los aspectos sociales, económicos,


políticos, jurídicos, etc., que no entran en el núcleo de la
dignidad como fundamento de todos los derechos y ello

562
tiene que ver con las luchas de la humanidad por la consa-
gración de estos, por tanto, la ilimitación debe entenderse
a partir del descarte de un contenido que en principio está
vedado para todos, incluido el sujeto popular.
Se expresa así el binomio soberanía popular y dere-
chos humanos como espacio donde el titular-soberano
to

se autolimita, pues su voluntad no puede desdecir el pro-


greso civilizatorio que constituye el reconocimiento y las
do

garantías de los derechos7. Por consiguiente, los derechos


Ed

humanos se cristalizan en criterio de legitimación del


s

soberano como sujeto que legitima al poder político. La


ito re

dificultad estriba en cuáles son los derechos necesarios


os

para esa legitimación y cómo cada sociedad se proyecta


por establecerlos y salvaguardarlos.
ra ito

En relación a la legitimidad que se invoca con la realiza-


di

ción de la soberanía popular, valdría preguntarse si la autoridad


D sr

suprema a la que refiere el término pueblo puede expresarse


más allá de los moldes institucionales, si la voluntad general
'P es

puede ir más allá de lo por ella establecido. Solucionar la


interrogante en lógica democrática, transita por cuantificar y
lá e

cualificar al sujeto que legitima. Pero, por ese camino, se tro-


pieza con las reacciones, oposiciones y sinergias entre el mayor
ci rv

número y el menor, entre mayorías y minorías. Se insiste en


do a

que la mejor manera de corregir los efectos negativos de la


prevalencia del mayor número es cualificando a la democracia
y ordenar las vías para que el menor se exteriorice.
Para que la voluntad sea general -sentenció Rous-
seau- no siempre es necesario que sea unánime; pero sí es
indispensable que todos los votos sean tenidos en cuenta:
Toda exclusión formal destruye su carácter de tal8. De lo
d

7
Existen, además, otros límites que se definen a tenor de las relaciones
os

entre los estados y que pauta el derecho internacional.


8
Rousseau, Juan Jacobo: El contrato social o principios de derecho polí-
tico, en Obras escogidas, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 1973, p. 619.

563
contrario pueden considerarse ilegítimas las manifestaciones
que desde la soberanía popular quieran romper con pa-
trones de dominación. En definitiva, ello permite convivir
en el conflicto democrático, pero no zanjarlo, realidad que
es propia de la esencia clasista de la sociedad y la lucha de
intereses que supone.
to

No disponer de mecanismos de corrección cuando


el poder constituido se mueve más allá de lo delineado
do

constitucionalmente, incluso, cuando las acciones de facto


Ed

se visten con el ropaje formal del derecho, indican un sal-


s

do negativo para la democracia, que tiene consecuencias:


titular enclaustrado, maniatado, sin salida dentro del modelo
ito re
os

constitucional, que se mueve en los márgenes que delinea


la política, el derecho, los medios de comunicación y los
ra ito

círculos de poder, víctima de su propia voluntad presun-


di

tamente libre.
La historia reciente de Latinoamérica da cuenta de
D sr

cómo el discurso jurídico desarrolla formas de dominación,


'P es

en ocasiones ocultas, en otras abiertas y que se amparan en


la legitimidad. En suma, es ineludible rescatar la soberanía
lá e

popular, restituirle su significación.


De Sousa se refiere a este proceso como la democrati-
ci rv

zación del espacio de la ciudadanía y sostiene que solo será


emancipadora cuando se articule con la democratización
do a

de todos los restantes espacios estructurales. Además sostie-


ne que la ciudadanía solo será sustentable diseminándose
más allá del espacio de la ciudadanía, o sea, desbordando
el espacio que tiene estructurado. Cada forma democrática
-enfatiza- representa una articulación especifica entre la
obligación política vertical y la obligación política horizon-
tal, teniendo cada una su propia concepción de derechos,
d

de representación y de participación. En todas ellas, por


os

tanto, el proceso democrático se profundizará a través de


la transformación de las relaciones de poder en relaciones
de autoridad compartida, del derecho despótico en dere-

564
cho democrático, del sentido común regulado en sentido
común emancipador9.
En cuanto a la libre manifestación de la voluntad
general, corporificada en la expresión «el pueblo ha ha-
blado», tiene en las fórmulas cuantitativas su elemento de
defensa. La libertad se mide en votos y ello de conjunto
to

con la igualdad formal -consustancial a la modernidad- y


la autonomía, levantan una muralla de protección de la
do

sacrosanta libertad del pueblo para decidir en democracia.


Ed

En este punto, es ineludible retomar la idea de concebir la


s

soberanía popular como valor, o sea, como significación


ito re

social positiva y diferenciarla de la valoración que de este


os

realizan los ciudadanos, pues son herramientas que permi-


ten el análisis crítico.
ra ito

En el proceso valorativo cada sujeto incorpora sus


di

emociones, sentimientos, experiencias, condicionantes in-


D sr

ternas y externas. Estas últimas, actúan en ocasiones como


elementos globalizantes que buscan estandarizar conceptos
'P es

y con ello, generalizar doctrinas y concepciones políticas e


ideológicas, culturales, lingüísticas y de orden socioeconó-
lá e

mico, desdibujando las fronteras y peculiaridades de cada


sociedad, cada sistema democrático y las diferencias entre
ci rv

los sistemas conceptuales nacionales.


do a

El conflicto democrático requiere siempre una proyec-


ción de ciudadanos politizados. Cómo se influye sobre el
individuo, cómo convive con una pluralidad de discursos,
en tanto pluralidad de intereses y lo más importante, cuál
discurso capta y cómo lo refleja en las urnas y otros espacios
participativos, conforme a las dinámicas de poder. Este es
el peligro de la subjetivación de la soberanía popular y su
d os

Véase: De Sousa Santos, Boaventura: Crítica de la razón indolen-


9

te. Contra el desperdicio de la experiencia, vol. I Para un nuevo


sentido común: la ciencia, el derecho y la política en la transición
paradigmática, Ed. Desclée de Brouwer, S.A., España, 2003, p. 388.

565
negación como fenómeno de la realidad social que actúa
de barrera de contención de esencia objetiva.
La condición subjetiva y la reminiscencia al carácter
soberano de la decisión popular, en tanto suma de indi-
vidualidades, es decir, de valoraciones de los sujetos que
operan a nivel de la conciencia, pueden alterar el con-
to

cepto de soberanía popular, incluso dotarlo de un matiz


antidemocrático, si la actuación del sujeto colectivo no se
do

orienta por la significación social positiva de aquel, sino


Ed

por la construcción de espacios de opinión política10 que


s

favorecen posturas irreconciliables con la democracia.


ito re

Ello explica la «naturalidad» con que sectores mar-


os

ginados y mayoritarios asimilan discursos de dominación.


Mayorías con letargo social que se mueven circunscritos a
ra ito

un guion preconcebido y escrito por minorías y élites del


di

poder y que lo muestran como válido por la legitimidad


D sr

que se construye con arreglo al comportamiento ciudadano


en espacios de decisión política.
'P es

Sobre estos criterios en torno a la manipulación de


la ciudadanía se realizan críticas a la «voluntad general»
lá e

propuesta por Rousseau, en tanto constituye un reduccio-


nismo del control de la opinión pública al cuerpo políti-
ci rv

co. Habermas en una posición de reproche sostiene: “La


do a

democracia rousseauniana de la opinión no pública acaba


postulando el ejercicio del poder manipulador. La voluntad
general lleva siempre razón, se dice en el desacreditado
pasaje, pero no siempre queda dilucidado el juicio que le
sirve de guía; por eso hay que ponerle siempre ante los
ojos las cosas tal como son, y a veces tal como le deben de
aparecer. Pero, ¿por qué no llama simplemente Rousseau
d

opinion a la opinión popular soberana; por qué la identifica


os

Véase: Habermas, Jürgen: Historia y critica de la opinión pública.


10

La transformación estructural de la vida pública, Ed., Gustavo Gili


S. A., España, 1982, pp. 132-133.

566
con opinion publique? La explicación es sencilla. Una demo-
cracia directa exige la presencia real de quien es soberano.
La volonté général como corpus mysticum está ligada al corpus
physicum del pueblo reunido. La idea del plebiscito duradero
se la imagina Rousseau de acuerdo con la imagen de la
polis griega: el pueblo estaba allí, por así decirlo, reunido
to

sin interrupción en la plaza; así también se convierte a los


ojos de Rousseau la place publique en fundamento de la
do

constitución. De él recibe la opinion publique su atributo, es


Ed

decir, del ciudadano reunido en asamblea y dispuesto a la


s

aclamación, no del raciocinio público de un public éclairé”.


ito re

En la actualidad, este fenómeno de la manipulación


os

mediática se acrecienta en las redes sociales como escenario


donde se define parte del conflicto democrático. Su utili-
ra ito

zación como mecanismo desestabilizador de las dinámicas


di

políticas evidencia que constituyen instrumentos del poder


D sr

con probada eficacia en sistemas políticos. Estos entornos


digitales se muestran como catalizadores de golpes de
'P es

estado, crisis internas, descredito de líderes políticos, judi-


cialización de adversarios, entre otros ejemplos que acuñan
lá e

su rol en la estructuración de un discurso elaborado sobre


la base de fake news y que pretende legitimar determina-
ci rv

dos objetivos. Lo más grave es que la soberanía popular, a


do a

partir de la variación conceptual que promueven, es una


plataforma ideal para la realización de tales propósitos.
Otra arista del análisis que se concatena con los ángulos
ya examinados, radica en que el sujeto social “legitima”
con arreglo al orden establecido y opera de esta manera
una mezcla de estirpe weberiana, pues la acción social está
orientada,“por el lado de sus partícipes, en la representación
d

de la existencia de un orden legítimo”11.


os

11
Weber, Max: Economía y sociedad. Esbozo de sociología comprensiva, Ed.,
Fondo de Cultura Económica-España, 2da reimpresión, Madrid,
2002, pp. 20-25.

567
Para Weber la legitimidad de un orden “puede estar
garantizada de manera puramente afectiva: por entrega
sentimental, racional con arreglo a valores: por la creencia
en su validez absoluta, en cuanto expresión de valores
supremos generadores de deberes (morales, estéticos o de
cualquier otra suerte) y religiosa: por la creencia de que
to

de su observancia depende la existencia de un bien de


salvación. También, por la expectativa de determinadas
do

consecuencias externas; o sea, por una situación de inte-


Ed

reses; pero por expectativas de un determinado género”12.


La crítica a Weber parte de los argumentos que ofrece
s

para justificar la legitimidad de la dominación y en cómo los


ito re
os

dominados se someten a ella. Aunque estructura otros tipos


de dominación legítima: de carácter racional, de carácter
ra ito

tradicional, de carácter carismático y con arreglo a valores13,


di

la legitimidad del orden de derecho, de la autoridad legal


es la que ocupa un lugar cimero en su pensamiento. Desde
D sr

este enfoque legalidad y legitimidad se identifican y ello


'P es

constituye un reduccionismo.
El argumento de otorgar validez legítima a un orden
lá e

determinado a través de acciones sociales14 que se engendran


ci rv

12
Ibídem., p. 27.
13
Esta última no la sistematiza en los mismos espacios de la obra: El
do a

tipo más puro de una validez racional con arreglo a valores está
representado por el derecho rurtural. Cualquiera que haya sido su
limitación frente a sus pretensiones ideales, no puede negarse, sin
embargo, el influjo efectivo y no insignificante de sus preceptos
lógicamente deducidos sobre la conducta; preceptos que hay que
separar tanto de los revelados como de los estatuidos o de los de-
rivados del derecho tradicional. Ibídem., p. 30.
14
Para Weber la acción social, como toda acción, puede ser: 1) ra-
cional con arreglo a fines: determinada por expectativas en el
d

comportamiento tanto de objetos del mundo exterior como de


os

otros hombres, y utilizando esas expectativas como “condiciones”


o “medios” para el logro de fines propios racionalmente sopesados
y perseguidos; 2) racional con arreglo a valores: determinada por
la creencia consciente en el valor -ético, estético, religioso o de

568
en valoraciones del sujeto social, encuentra eco en mode-
los contemporáneos, ya que permite mover al ciudadano,
condicionar su actuar en el sistema político para validar los
actos del poder y, lamentablemente, lo consiguen sobre la
base de una legitimidad que construyen. Esta legitimidad
construida se muestra como autosuficiente para justificar en
to

la teoría y la práctica expresiones contrarias a la democracia,


pero refugiadas en un espejismo de la soberanía popular y
do

las variaciones conceptuales en torno a su titularidad.


Ed

Ahora bien, la segunda de las facetas del concepto


s

es su contenido, el cual por una parte se configura como


espacio -en última instancia- de indisponibilidad para el
ito re
os

poder político constituido; por otra, en mandatos de op-


timización15 que implica su conversión de significación
ra ito

social positiva a principio político-jurídico.


di

La transformación de valor en principio es vital para


comprender por qué la soberanía popular es el fundamento
D sr

de legitimidad del modelo democrático y del ordenamien-


'P es

to jurídico. La cualidad de significación social positiva es


lo que posibilita dicha evolución, lo que a su vez facilita
lá e

dilucidar su eficacia jurídica.


Desde la primera dimensión se advierte que la au-
ci rv

toridad suprema es inalienable, intransferible e impres-


criptible. “La soberanía una y simple, no puede dividirse
do a

sin destruirla”16.
Aunque existe la posibilidad del ejercicio indirecto,
este nunca alcanza a la capacidad de autoengendrar legiti-

cualquiera otra forma como se le interprete- propio y absoluto de


una determinada conducta, sin relación alguna con el resultado, o sea
puramente en méritos de ese valor; 3) afectiva, especialmente emo-
d

tiva, determinada por afectos y estados sentimentales actuales, y 4)


tradicional: determinada por una costumbre arraigada. Ibídem., p. 20.
os

15
Alexy, Robert: Teoría de los derechos fundamentales, Ed. Centro
de Estudios Constitucionales, Madrid, 1973, p. 145 y ss.
16
Rousseau, Juan Jacobo: ob., cit., p. 660.

569
midad al modelo democrático. Las formas de representación
política son posibles en tanto legitimadas por la soberanía
popular que las fundamentan, pues “no se está obligado a
obedecer sino a los poderes legítimos”17.
Estas reflexiones no pretenden el análisis profundo
de concepciones filosóficas, pero es imprescindible en este
to

punto, hacer un giño a las teorías contractualistas, princi-


palmente al pensamiento de Rousseau, al menos por su
do

impronta en la soberanía popular18.


Ed

El contrato social como forma de asociación que


s

defiende y protege de toda fuerza común a la persona y


a los bienes de cada asociado, y por virtud de la cual cada
ito re
os

uno, uniéndose a todos, no obedezca sino a sí mismo y


quede tan libre como antes19, fue la manera de racionalizar
ra ito

el poder a partir de la construcción de lo colectivo, de la


di

voluntad general.
Para Rousseau, la soberanía no es “sino el ejercicio
D sr

de la voluntad general, no puede enajenarse jamás, y el


'P es

soberano, que no es sino un ser colectivo, no puede ser


representado más que por sí mismo: el poder es susceptible
lá e

de ser transmitido, mas no la voluntad”. La soberanía no


puede ser representada, por la misma razón que no puede
ci rv

ser enajenada; consiste esencialmente en la voluntad general,


y ésta no puede ser representada: es ella misma o es otra;
do a

no hay término medio”20.


Opuesto a estas ideas, Hobbes inclina la balanza al po-
der del Estado porque es el único que racionalmente puede
defender a los individuos de la muerte, de la inseguridad.
“Mientras que en Rousseau, el contrato social convierte

Ibídem., p. 608.
d

17

18
No obstante se considera que en la actualidad estas teorías se mues-
os

tran insuficientes para el análisis del poder y su legitimación.


19
Ibídem., p. 612.
20
Ídem.

570
la soberanía del Estado en derivada y precaria, en Hobbes,
el Covenant, la vuelve original y absoluta. Por esta razón, a
mi entender, Rousseau es el arquetipo del teorizador del
principio moderno de la comunidad y Hobbes el arquetipo
del teorizador del principio moderno del Estado. Según
Hobbes, el contrato social es el instrumento por medio
to

del cual el pueblo renuncia al estado de naturaleza -o


sea, a la libertad total y a la igualdad que necesariamente
do

conduce a la guerra de todos contra todos-, y crea una


Ed

sociedad civil basada en la soberanía absoluta del Estado


s

que, en vez de la libertad y de la igualdad, garantiza la paz,


la autoridad efectiva y, finalmente, la única sociedad justa
ito re
os

posible. Como el soberano es absoluto, no está sujeto a


ninguna ley, ni siquiera a las que él mismo promulga. En
ra ito

el polo contrario, el pueblo tiene un interés fundamental


di

en obedecer al soberano, por lo menos mientras que éste


garantice la protección de sus vidas” 21.
D sr

Esta divergencia de posturas pervive en el «enfren-


'P es

tamiento» entre democracia representativa y democracia


directa y la utilidad de cada variable para estructurar un
lá e

espacio democrático que se levanta sobre valoraciones en


torno a la soberanía popular que solo pueden entenderse,
ci rv

tras el examen de sus variaciones conceptuales y que apun-


tan a una significación social positiva que las complemen-
do a

tan para generar, en un sistema socioeconómico propicio,


funcionalidad democrática. La complementariedad, bajo
esta terminología, será posible en la medida en que la en-
trada de la representación política no desnaturalice aquel
significado de soberanía popular en cuanto ejercicio de la
voluntad general y fundamento de la más alta autoridad,
sobre la que se sostiene todo el andamiaje del poder.
d

Sin pretender agotar el análisis que al respecto se realiza


os

en la ciencia jurídica y en las ciencias políticas, se coincide

21
De Sousa Santos, Boaventura: ob., cit., p. 149.

571
con Del Río, en que más allá de la polémica existente en
torno al carácter excluyente de los términos democracia
y representación, en las condiciones actuales a partir del
análisis de su viabilidad universal, lo cierto es que tienden
a coexistir -aunque con más fuerza una que otra- cuando
en pura técnica debían excluirse. La expresión concreta
to

y objetiva de la democracia en la actualidad, pasa por el


reconocimiento de la representación como una vía de-
do

mocrática, aún cuando en puridad teórica y conceptual la


Ed

representación sea la negación de la democracia tal como


s

fue concebida en sus orígenes22.


Esta dimensión del contenido de la soberanía popular
ito re
os

se fuerza constantemente a partir de la maximización de


riegos, de práctica de estados de excepción y constantes
ra ito

referencias a categorías como bienestar general, orden pú-


di

blico, seguridad nacional y que generan disfuncionalidad


de los sistemas democrático.
D sr

La segunda dimensión se identifica con los mecanis-


'P es

mos y procedimientos de participación popular, las formas


de realización y sus efectos en los modelos democráticos, es
lá e

decir, la necesidad de incorporar al ciudadano a la construc-


ción de la realidad, en cuanto su realidad y la realidad social.
ci rv

Una multiplicidad de mecanismos de democracia


directa se exhibe en los ordenamientos jurídicos contem-
do a

poráneos. Su estudio escapa a las pretensiones de estas me-


ditaciones. Baste señalar que se deben evaluar y reconsiderar,
de cara a la plena realización de la soberanía popular y para
que cumpla con la significación positiva que la sociedad
le atribuye, la configuración normativa de estos institutos
participativos, su utilización preceptiva (pues el carácter fa-
d

Del Río Hernández, Mirtha A., en “La participación popular en el


22
os

proceso de toma de decisiones públicas en el ámbito local comuni-


tario en Cuba. Su régimen jurídico”. Tesis presentada en opción al título
de Doctora en Ciencias Jurídicas, Facultad de Derecho, Universidad
Central “Martha Abreu” de Las Villas, Santa Clara, 2001, p. 17.

572
cultativo de invocarlos o no, que en muchos modelos tiene
el poder constituido, solapa viejas fórmulas de dominación),
el acceso y la capacidad del soberano de iniciar estas vías
directas para implicarse o intervenir en la cosa pública y el
carácter vinculante para la decisión política.
Sin embargo, por la importancia que reviste para la
to

soberanía popular y la funcionalidad de la democracia, es


necesario el abordaje de una patología que afecta la esta-
do

bilidad de la sociedad política: el abstencionismo pasivo.


Ed

La abstención constituye un catalizador político de la


s

relación establecida entre soberanía popular, participación,


legitimidad, gobernabilidad y funcionalidad democrática.
ito re
os

En la medida en que el ciudadano concientice la signi-


ficación de su comportamiento activo para la formación
ra ito

y desarrollo del sistema político, la no concurrencia a las


di

urnas puede representar rechazo hacia las opciones en


disputa; siempre que la conducta del partícipe denote tales
D sr

propósitos. Sobre la base de este enfoque, el no participar


'P es

motivado por disconformidad con el “régimen” -posible


en ejercicio de la libertad y el pluralismo desde la con-
lá e

cepción liberal-, dinamizan la democracia y diferencian


la voluntad de la mayoría abstencionista a la del menor
ci rv

número. Desde las teorías republicanas, el abstencionis-


mo político puede cumplir dicha función, si se concibe
do a

como una válvula de escape a la inmovilidad a la que la


institucionalidad confina al soberano.
Es en el caso de la abstención pasiva donde se con-
figura la verdadera patología democrática. El ciudadano
no interviene en los asuntos públicos por la indolencia
e incultura política-jurídica que matizan su voluntad.
Este tipo de abstencionista decide no ejecutar su acción
d

por considerarla una más. La conducta electoral no está


os

relacionada con un aborrecimiento del sistema político,


sino con el desconocimiento de que la participación es
básica para la vigorización de la democracia e incluso

573
con un cálculo egoísta de costos y beneficios individuales
que se realiza.
Esta modalidad de abstención puede estar origina-
da, además, por la complacencia de sectores favorecidos
con políticas públicas desplegadas por las fuerzas que
conforman gobierno, pero solo cuando los beneficiarios
to

muestran una baja conciencia política que no les permi-


te discernir la importancia de su participación electoral
do

para la mantención de las conquistas alcanzadas; ya que,


Ed

la teoría liberal de la participación justifica índices ele-


s

vados de abstencionismo con la aparente consecución de


demandas ciudadanas, de modo que no sería necesario
ito re
os

un mayor compromiso a través de la presencia en el acto


de participación.
ra ito

Ahora bien, la dificultad práctica referente a la identifi-


di

cación de qué tipo de abstencionismo constituye elemento


de disfuncionalidad democrática, transita por determinar el
D sr

quantum de abstencionistas para quebrantar la legitimidad


'P es

en democracia, dificultad que se acrecienta si tenemos en


cuenta que en los contextos donde media el voto ciuda-
lá e

dano reina la tiranía del mayor número. Importa entonces,


desde la soberanía popular y su materialización, no llamar
ci rv

democracias a sistemas políticos donde la real mayoría es


ajena a la acción política de sus gobiernos.
do a

En los procesos de participación la opción vencedora


se legitima formalmente por haber obtenido el mayor nú-
mero. Sin embargo, esta mayoría no está en función de todos
los individuos que pueden, conforme al ordenamiento
jurídico legitimado, ejercer la acción participativa, sino de
aquellos que efectivamente lo hicieron. “Si las elecciones
deberían ser un instrumento cuantitativo con el objeto de
d

una selección cualitativa, la necesidad de hacer número ha


os

subordinado a la necesidad de cualificación. El mecanismo


ha suplantado a los maquinistas, y si la intención era contar
para elegir, las democracias actuales funcionan contando

574
mucho y eligiendo poco. La tiranía de los números valora
la cantidad, es decir, devalúa la calidad.”23
En los modelos constitucionales, la interacción de la
cultura política-jurídica con la participación ciudadana,
se presenta como una relación bidireccional, donde la
primera actúa como uno de los factores determinantes
to

de la segunda y a su vez esta última revela los grados en


sociedad de la primera. Sin cultura política-jurídica de la
do

ciudadanía, la eficacia de la soberanía popular tiende a cero


Ed

y el contenido se vuelve opaco.


s

3. A MODO DE CONCLUSIÓN/
ito re
os

PROVOCACIÓN
ra ito

• En las actuales condiciones de Latinoamérica,


salvaguardar el principio de soberanía popu-
di

lar implica considerar las vías para socializar


D sr

la economía (como base que condiciona a las


estructuras sociales, políticas y jurídicas) y so-
'P es

cializar el poder.
• La titularidad como faceta conceptual de la
lá e

soberanía popular está en crisis y la única ma-


nera de solventarla es acudir a la emancipación
ci rv

del soberano.
do a

• El contenido de la soberanía popular como sig-


nificación social positiva está bien identificado y
se objetiva, ello permite apreciar los niveles de

23
Sartori, Giovanni, en Qué es la democracia Nueva edición revisada
y ampliada. Ed. Santilla Ediciones Generales, S. L., España, 2007, p.
118. En este sentido, Santos Jiménez, advertía: “Si es una minoría
la que concurre a las urnas, no podrá afirmarse realmente que se
está viviendo dentro de un régimen propiamente democrático
d

que presupone no solo el gobierno del número*, sino también el


os

gobierno de la razón”. Santos Jiménez, Rafael, en Tratado de Derecho


Electoral, Ed. Lex. La Habana, Cuba, 1946, p. 193. *El autor utiliza
la expresión como sinónimo de mayoría ciudadana, que dota de
legitimidad al poder.

575
eficacia y funcionalidad de la democracia. No
obstante, existe una tendencia a su limitación,
incluso a su corrupción y contaminación con
prácticas antidemocráticas.
• La búsqueda de la justicia social y la dignidad
plena del ser humano fundamentan la necesidad
to

de una ordenación jurídica diferente de la socie-


dad, a partir de repensar su fuente de legitimidad.
do

• La situación de caos en la que vive hoy el mundo,


Ed

reivindica la idea de que los análisis sociales no


pueden hacerse desde el positivismo mecanicista.
s

Al contrario, deben realizarse con un enfoque


multidimensional de variables económicas, po-
ito re
os

líticas, jurídicas y sociales, es una lógica material


que debe tener expresión formal.
ra ito

• Es preciso desterrar la enajenación inducida de la


di

ciudadanía en torno a la estructuración del po-


der político y las formas de su ejercicio. Además,
D sr

es necesario crear un clímax de participación


ciudadana que permita socialización en ámbitos
'P es

democráticos y de solidaridad e igualdad.


• La participación popular constituye eje central
lá e

del sistema democrático, pues sostiene, por legí-


timo, la validez del ordenamiento político-jurí-
ci rv

dico y la capacidad del sistema para solventar los


problemas con una orientación participativa. Las
do a

falsas imágenes y prácticas de estos principios se


deben identificar y destruir.
• Existe un peligro latente de asistir a la defensa
de intereses políticos y socioeconómicos deter-
minados en nombre de la soberanía popular, ello
vacía de contenido a esta última.
• La democracia debe percibirse como un espacio
d

donde prime el ser humano en un ámbito de


plena interculturalidad, solidaridad, en armonía
os

con la naturaleza, en pleno respecto a los dere-


chos y sus garantías y en la corresponsabilidad
ciudadano-Estado.

576
• Es necesario devolver a la soberanía popular
su condición de significación social positiva
y de principio articulador de la sociedad que
permita alcanzar relaciones políticas demo-
cráticas emancipadoras.

REFERENCIAS
to

OBRAS CIENTÍFICAS
do

Alexy, Robert:Teoría de los derechos fundamentales, Ed. Centro


Ed

de Estudios Constitucionales, Madrid, 1973.


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recho político, en Obras escogidas, Ed. Ciencias Sociales, La


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Habana, 1973.
Santos Jiménez, Rafael, en Tratado de Derecho Electoral, Ed. Lex.
La Habana, Cuba, 1946.

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y ampliada. Ed. Santilla Ediciones Generales, S. L., España, 2007.
Weber, Max: Economía y sociedad. Esbozo de sociología comprensiva,
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extraordinaria, año CXVII, número 5.
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Constitución de la República del Ecuador de 2008, publicada


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en el Registro Oficial No. 449 del 20 de octubre de 2008.


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de enero de 1982. Diario oficial La Gaceta No. 23612 de fecha
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20 de enero de 1982.
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dos
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Este livro foi impresso em papel Off-Set 75g,


com tipografia Bembo Std 12/14.

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