Está en la página 1de 32

ISSN 2448-8615

Feminismo y deconstrucción
de género: ayer, hoy y mañana
Márgara Millán • Karolina Mónika Gilas • Elsa Conde • Ana Celia Chapa
Juan Guillermo Figueroa • René López P. N° 274 | marzo 2020
D Í
DIRECTORIO ÍNDICE

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

Rector
Enrique luis Graue Wiechers PResentación
Feminismo y deconstrucción de género: ayer, hoy y mañana ...................... 1
Secretario General
Leonardo Lomelí Vanegas

Director General de Comunicación Social Actualidad


Néstor Martínez Cristo Márgara Millán. Los feminismos hoy: la diseminación de las
luchas antisistémicas de las mujeres ............................................................ 5
Karolina Mónika Gilas. ¿Dónde estamos y hacia dónde vamos? .............. 7
FAC ULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
Elsa Conde. Derechos humanos y feminicidio ........................................ 11
Directora Ana Celia Chapa. Feminismo y Psicología.
Carola García Calderón Deconstruyendo paradigmas sexistas en la psicoterapia ............................ 14
Juan Guillermo Figueroa. ¿Y si todos fuéramos mujeres?
Secretario General
Arturo Chávez López Reflexiones desde la otredad de género..................................................... 17
René López P. Deconstrucción del género de los hombres en la práctica 21

GAC E TA POLÍTICAS

Directora
Entrevista
Cecilia Paz Contreras.
patricia martínez torreblanca
La Unidad de Género en nuestra Facultad ............................................... 25
Subdirector y editor
Juan Carlos Gallo G.

CORRECCIÓN DE ESTILO
Leticia Martínez Eslava

Diseño e ilustración
Ángela Alemán León
Nancy García Arias

Gaceta Políticas No. 274, “Feminismo y deconstrucción de género: ayer, hoy y mañana”, marzo 2019, es una publicación trimestral
editada y distribuida por la Universidad Nacional Autónoma de México, a través de la Coordinación de Extensión Universitaria
de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Edificio “g”, Circuito Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, Delegación
Coyoacán, c.p. 04510, cdmx. Tel. (0052) 55.56.22.94.70 (ext. 84352). Correo electrónico: informacion.ceu@politicas.unam.mx.
Editor responsable: Juan Carlos Gallo G. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2016-060316453200-102, issn: 2448-
8615, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud de Título y Contenido No. 17208,
otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Impresa por
Imagen de portada Sasuke Distribución, calle Industria no. 75, col. Triunfo de la República, Gustavo A. Madero, cdmx, c.p. 07069, Tel. 75 94 94 50,
Zócalo de la CDMX Marcha #8M correo electrónico: cotizacionsasuke@yahoo.com.mx. Este número se terminó de imprimir el día de 2020, con un tiraje de 3000
ejemplares, impresión tipo offset, con papel bond de 90 g. para interiores y cartulina sulfatada de 250 g. para forros. Las opiniones
Santiago Arau expresadas por los autores no reflejan necesariamente la postura del editor de la publicación ni de la unam. Se autoriza la reproduc-
ción total o parcial de los textos aquí publicados, siempre y cuando se cite la fuente completa y la dirección electrónica de la revista.

Consulta la versón electrónica en gacetapoliticas.unam.mx


P
presentación

Feminismo y deconstrucción de género:


ayer, hoy y mañana
En el inicio del primer semestre de este 2020, la comunidad de la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM ha vivido el desafío de resolver, al interior,
una problemática que existe no sólo dentro de sus aulas, pasillos, explanadas y audito-
rios, y sí en toda Ciudad Universitaria, en todos los planteles de la UNAM, dolorosa-
mente en todo México y en todo el mundo.
No es un conflicto propio, sus causas vienen desde una realidad mundial, de mu-
chas generaciones atrás y sigue tomando fuerza en lo que va del presente milenio: la
desigualdad de oportunidades y derechos entre mujeres y hombres; el acoso sexual; el
abuso verbal, intelectual y económico, como expresiones de la violencia de ellos, que
viven ellas; así como el maltrato, la indiferencia o la directa complicidad, características
de un mundo dominado por los varones. En este contexto, es necesario entender que las
acciones que se tomen dentro de nuestra casa deberán permear hacia fuera, darse a co-
nocer al resto de la sociedad, a fin de empezar a recorrer un camino que, paso a paso, nos
conduzca hacia las soluciones que, en conjunto, debemos delinear mujeres y hombres.
El feminismo es el movimiento que puso el dedo en la llaga, propia e íntima de esta
situación que nos vulnera como sociedad. La voz de las mujeres ha sido sistemática-
mente silenciada por los hombres y su dominio de la opinión pública. Sin hacer ahora
un recuento exhaustivo, sí debemos retomar algunos puntos importantes del pasado
reciente, de cara a nuestro presente común. La lucha de las mujeres fue el germen para
que se reconocieran sus derechos a la educación, el voto, el trabajo, la independencia
económica y la igualdad ante la ley, entre otros. En el plano intelectual, el feminismo
denominó a sus agentes opresores, el machismo y el patriarcado, y coadyuvó al desa-
Foto: Silvia Escamilla

rrollo de los estudios de género. Más allá de las múltiples y muy válidas reivindicacio-
nes que este movimiento ha logrado históricamente, tenemos que profundizar en las
temáticas que nos desafían hoy, en un país donde el maltrato, la violencia, el abuso, la
indiferencia y la complicidad masculina es parte de la cotidianidad.
El machismo es una costumbre, una idealización del varón como el que debe pro-
veer los alimentos y el sustento básico; del hombre que no puede sentir pena, ternura,
timidez o cualquiera de los comportamientos considerados femeninos; una idea fija.
El feminismo no es un ente estático, definido o excluyente; está vivo, crece, se mueve,
hace apuestas arriesgadas, se contrae, se reinventa, y no se estará quieto hasta lograr
sus objetivos.
En este siglo, desde el momento en que las mujeres dijeron “no es no”, para evitar
que los hombres traspasen esa línea en donde ellas se saben vulneradas, hasta el ejemplo
reciente del colectivo feminista chileno, que supo hacer eco a escala mundial con “Y la
culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía”, la contienda de ellas demanda el re-
conocimiento de derechos humanos básicos y exhibe el hartazgo actual por la violencia
que aún reciben; es una acción viva y que sigue sumando razones para decir #yabasta.
Es responsabilidad de la sociedad, hombres, mujeres, homosexuales, lesbianas, tran-
sexuales, “cronopios y famas” de la raza humana toda, encontrar el camino que revierta
la tendencia. Eso es lo que se denuncia en los movimientos. Lo que debemos encontrar
son las acciones que nos conduzcan a un entendimiento conjunto, sin descalificaciones
de ninguna de las partes. Libres, iguales, sin acoso, sin violencia.
Desde hace varios años, en diferentes espacios académicos de la Facultad, hemos
compartido gran variedad de actividades con perspectiva de género, desde las periódi-
cas semanas de género y diversidad sexual, dos veces al año, con creciente participación,
hasta tareas de la reciente creada Unidad de Género, que busca generar y promover
mecanismos para una política preventiva de la violencia de género, con un impacto real
en la vida diaria de nuestra colectividad.
Los textos reunidos es este ejemplar de la Gaceta Políticas tienen como objetivos
reconocer la validez de las demandas feministas; mantener abierto el diálogo entre
manifestantes, autoridades y la comunidad, y dar los primeros pasos para una decons-
trucción de género a través de acciones concretas y revoluciones sistemáticas, que nos
encaminen a erradicar la violencia en general, comenzando por desbancar las prácticas
patriarcales que afectan a tod@s.
Un violador
en tu camino
El patriarcado es un juez
que nos juzga por nacer,
y nuestro castigo
es la violencia que no ves.
El patriarcado es un juez
que nos juzga por nacer,
y nuestro castigo
es la violencia que ya ves.

Es feminicidio.
Impunidad para mi asesino.
Es la desaparición.
Es la violación.

Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía.


Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía.
Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía.
Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía.

El violador eras tú.


El violador eres tú.
Son los pacos, los jueces,
el Estado, el presidente.

El Estado opresor es un macho violador.


El Estado opresor es un macho violador.
El violador eras tú.
El violador eres tú.

Duerme tranquila, niña inocente,


sin preocuparte del bandolero,
que por tu sueño dulce y sonriente
vela tu amante carabinero.
El violador eres tú.
El violador eres tú.
El violador eres tú.
El violador eres tú.

Colectivo Feminista Lastesis – Valparaíso, Chile, noviembre 2019


Foto: Iván Gomezcésar

4 actualidad
*A
actu
alida
d
Los feminismos hoy:
la diseminación de las luchas
antisistémicas de las mujeres
Márgara Millán
Socióloga y antropóloga social; investigadora del Centro de Estudios Latinoamericanos, FCPyS, UNAM, y profesora en el
Posgrado de Estudios Latinoamericanos en las materias de Estudios de género y cultura, Crítica a la modernidad y
Movimientos sociales latinoamericanos. Autora del libro, Derivas de un cine en femenino, y numerosos ensayos sobre
movimientos sociales y representaciones de género. Desde enero de 2011 coordina el proyecto de investigación,
“Modernidades alternativas y nuevo sentido común: anclajes prefigurativos de una modernidad no capitalista”.

E
n la actualidad hay un feminismo que se reclama implicado en y frente
a una crisis global; al hacerlo, ha ido caracterizando esa crisis como la
de una época. La crisis del capitalismo, del patriarcado, del colonialis-
mo-imperialismo. La crisis de la modernidad “realmente existente”. La
conciencia de esa crisis produce lo que se ha llamado un momento de bifurcación1.
Parafraseando a Rosa Luxemburgo, a la luz de las luchas de las mujeres de los úl-
timos años tendríamos que afirmar para el presente-futuro: feminismo o barbarie.
Se trata de un feminismo que responde como cuerpo social: #sitocanaunanos-
tocanatodas; que reacciona ante una violencia que atraviesa los continentes, #vi-
vasnosqueremos; que se atreve a socializar esa violencia común que nos vincula:
#metoo; que descubre que lo que le atañe a “las mujeres” se vincula con el sistema
en su conjunto, y que por ello reclama “cambiar la vida”, “cambiarlo todo”. Un
feminismo que pone el cuerpo. Un feminismo que habla en diversas lenguas, que
adopta y adapta formas de lucha, como el paro y la huelga, relanzando horizontes
de sentido de la lucha contra el sistema que parecían francamente anacrónicos.
Un feminismo que prefigura también el freno al tren del progreso, al producti-
vismo y su crecimiento “económico” infinito que pone en riesgo el planeta. Un
1 Para Immanol Wallerstein, siguiendo a Marx, habríamos llegado a un momento o punto de bi-
furcación, donde las decisiones que se tomen serán sustanciales para definir hacia qué modelo tran-
sitamos. Implica el reconocimiento del agotamiento sistémico y su transición a otra cosa. Ver: la
transición de un sistema a otro. Conocer el mundo, saber el mundo, 2001, México, Siglo XXI editores

actualidad 5
minada al cambio. Se trata, sin duda, de
un feminismo ni esencialista ni (neo)
liberal, sino de uno que ata cabos: de la
explotación laboral al trabajo doméstico,
de la falta de oportunidades al acoso, de
la discriminación al racismo, del techo
de cristal a la cadena de subordinaciones
entre-mujeres, del mandato de masculi-
nidad a la violencia del amor románti-
co y su ilusión. Y de ahí, al feminicidio.
Por supuesto, en nuestro país, a la figura
de las y los desaparecidos. Un feminis-
mo que ha ampliado su mirada crítica
porque su sujeto es cada vez más inter-
seccional, y su praxis tiende a unir a las
víctimas de las diversas violencias. Y esto
le ha llevado a reconocer al sistema en su
violencia patriarcal y al capitalismo en su
violencia social. El feminismo contem-
poráneo reconoce que vivimos una gue-
rra, una guerra que no es la nuestra.
Pensemos entonces la heterogenei-
dad de eso que seguimos llamando fe-
minismo, apelando a sus emergencias
de sentido, no en tanto una linealidad
histórica, sino como olas o mareas; un
horizonte liberal, socialista o radical;
como quiebres y emergencias internas
que reposicionan la lucha y su horizonte
Foto: Eduardo Cabrera Cruz de sentido ante un sujeto (mujeres) con-
tradictorio entre sí; que en un complejo
feminismo que reivindica en medio de la enfrentamos. El horizonte global ha ido movimiento de aparecimientos e insur-
lucha la fiesta y el abrazo. Por el buen vi- marcando los derroteros de un movi- gencias, logra articular sus diferencias
vir, la sanación, la expansión del deseo y miento de mujeres que se comprenden y asirse de un lugar común: la violencia
la sororidad. Anticapitalista, antipatriar- como parte activa y sustantiva del estado compartida, la potencia de las mujeres.
cal, descolonial, antiimperialista. de cosas vigente, no sólo en un aspec- En los movimientos callejeros, de pro-
La potencia del feminismo contem- to –la (des)igualdad de género– sino en testa, masivos, que han irrumpido en di-
poráneo, de las movilizaciones de mu- todas y cada una de las violencias que el versas partes del mundo desde al menos
jeres tomando las calles y produciendo capitalismo y su forma machista, misó- 2015 para acá, se nos ofrece la posibi-
manifiestos en muchos lugares del pla- gina, patriarcal, ejerce sobre los cuerpos, lidad de armar el rompecabezas de las
neta, radica en su consistencia cada vez sus necesidades, sus potencias y sus deseos. partes rotas y fragmentadas de un todo
más intergeneracional e interclasista, Como mujeres que somos, nos he- social, que hoy emerge con la fuerza de
intercultural e inter-trans-genérico. Se mos ido reconociendo en ese lugar en la rabia, a través del grito de las mujeres.
trata de la diseminación de un antipa- que nos coloca invariablemente un Este tiempo de las mujeres coincide,
triarcalismo y un anticapitalismo que mismo sistema. Ya sea en el campo o la no azarosamente, con una expansión y
es también descolonizante porque está ciudad, en el cuerpo de mujer indíge- diseminación de la conciencia antica-
logrando, no sin tropiezos y tensiones na, trans, migrante, obrera, trabajadora pitalista, que desde la crisis de 2008 se
internas, tejer puentes dentro del colec- administrativa, estudiante. Mujer sobre ha tornado cada vez más evidente. La
tivo “mujeres”, que hoy significa también todo joven, habitante de las periferias, emergencia de las movilizaciones fe-
entre clases, entre culturas, entre ciudad con vidas precarizadas, enfrentadas a meniles recientes tiene esa herencia; sin
y campo y transfronterizo. una violencia feminicida. Es la violencia duda, hoy se nos presentan con una fuerza
El feminismo contemporáneo no de la guerra contra las mujeres, como y una potencia singular. Se trata de una
puede ser comprendido sino como par- afirma Rita Segato, el hilo que teje una emergencia local continua, con una reso-
te y respuesta a la crisis civilizatoria que larga época histórica que hoy está con- nancia global, y de un laboratorio social.

6 actualidad
¿Dónde estamos y hacia
dónde vamos?
Karolina Mónika Gilas
Doctora en Ciencias Sociales por la unam y Maestra en Ciencias Políticas por la Universidad de Szczecin, Polonia. Miembro
del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel i (2019-2022). Forma parte del Equipo de Investigación del Observatorio de
Reformas Políticas de América Latina del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la unam, la Organización de los Estados
Americanos y del Comité Asesor Externo del Centro de Estudios Comparados de la Universidad Nacional de Rosario, Argentina.

¿ Hay un feminismo o muchos feminismos? El feminismo que observamos


hoy, reflejado en la rabia de las mujeres hartas de violencia, discriminación
y limitaciones impuestas por la sociedad patriarcal, ¿es una cara nueva del
movimiento? Sus estrategias de lucha y de apropiación, incluso violenta, de
los espacios públicos, ¿son un fenómeno nuevo?
La visibilidad de la lucha feminista que se ha logrado en los últimos años en
México y en América Latina plantea, para muchas y para muchos, la vigencia de
estas preguntas y hace necesario reflexionar sobre el pasado, el presente y, quizá,
el futuro del feminismo. Reconociendo la diversidad de posturas, explicaciones
y diagnósticos, es evidente que una reflexión de esta naturaleza no tiene una
respuesta sencilla ni unívoca, pero evidencia que el movimiento de hoy está
reflejando posiciones, estrategias y demandas nuevas y añejas al mismo tiempo.
La diversidad de posturas es más una constante que excepción en la lu-
cha por los derechos de las mujeres. Desde sus inicios, el feminismo ha tenido
diversas expresiones, atendido distintas problemáticas, situaciones históricas y
estrategias de lucha. Las perspectivas feministas difieren en la manera en la que
definen conceptos tan importantes como la igualdad, el significado propio de ser
mujer o las relaciones entre el sexo y el género. La visión liberal o universal, que
deriva de manera directa de los escritos de Mary Wollstonecraft y J. S. Mill y
que postula un feminismo basado en las ideas liberales de autonomía individual,
racionalidad y reconocimiento de los derechos individuales, fue fuerte y amplia-
mente criticada por otras perspectivas feministas. El feminismo radical, mar-
xista o postfeminismo, entre otros, han desafiado los fundamentos conceptuales

actualidad 7
Foto: Claudia Chong

y el repertorio de acción del feminismo reconocimiento de “la fragmentación del cluso, a sí mismo. Por ello nunca hubo y
liberal, considerando que este resultó in- sujeto del feminismo” (y su ampliación) no habrá un solo feminismo. Más allá de
suficiente en generar los cambios socia- llevó, naturalmente, a la fragmentación y la idea fundamental de la igualdad real,
les y la destrucción del patriarcado. ampliación del propio movimiento.2 tangible y vivida por todas las personas,
En oposición al feminismo liberal, En esta perspectiva, la diversidad de las feministas han (hemos) estado deba-
a partir de la década de 1990 surgieron posturas que se advierte actualmente tiendo, entre encuentros y desencuen-
otras corrientes y reivindicaciones que dentro del feminismo no es un fenóme- tros, sobre el significado del feminismo,
pugnaron por el reconocimiento de las no nuevo. Como antes, el feminismo de sus alcances, objetivos y métodos de acción.
diferencias entre las propias mujeres que, hoy sigue siendo más, “feminismos”, en Entre las demandas del movimiento
en función de color de la raza, etnici- plural, que “feminismo”, en singular. Esa también se pueden encontrar ecos de las
dad, sexualidad, identidad y clase social diversidad es algo que siempre ha carac- agendas sostenidas hace ya varias décadas.
viven experiencias y discriminaciones terizado al feminismo. Recordemos que En los últimos años3 los movimientos fe-
múltiples. Nuevas perspectivas apunta- se trata de una filosofía, una ideología y ministas en América Latina se han arti-
ron a que diversas estructuras de poder un movimiento social que, desde sus ini- culado alrededor de tres temas principales:
que viven las personas son complejas e cios hace más de dos siglos, siempre ha
interseccionadas, por lo que no se pue- estado cuestionando el estatus quo e, in-
3 Por supuesto. el movimiento feminista en
den reducir a una sola variable como es
voces feministas en América Latina: ¿continui- América Latina es mucho más antiguo. La ruta
el género. Los feminismos negro, indí-
dades, rupturas, resistencias? Presentación del Dos- latinoamericana pasa por las pensadoras del siglo xvii,
gena, chicano, postcolonial o antirracista sier”, Íconos: Revista de Ciencias Sociales, 45: 17–23. la lucha por el sufragio a inicios del siglo xx, los “años
se desarrollaron con base en la crítica del doi:10.17141/iconos.45.2013.3103. Rivera Ber- de silencio” en los que la participación de las mujeres
feminismo liberal como “blanco, clase- ruz, Stephanie, “Latin American Feminism”, The en la política no se traduce en la articulación de
mediero y heteronormativo”, lejano de los Stanford Encyclopedia of Philosophy  (Winter una agenda feminista, a mediados del siglo pasado,
problemas de la región, que, conforme a 2018 Edition), Edward N. Zalta  (ed.), https:// hasta la institucionalización del feminismo liberal,
esta nueva visión, deben ser atendidos a plato.stanford.edu/archives/win2018/entries/fem- en las últimas décadas del mismo, como parte de los
partir de un feminismo antipatriarcal, inism-latin-america. procesos de democratización. Para mayores detalles,
antirracista, descolonial y contrario a las 2 Follegati Montenegro, Luna, 2018, “El feminis- véase Gargallo, Francesca, 2009, “El feminismo fi-
políticas neoliberales.1 Este proceso del mo se ha vuelto una necesidad: Movimiento es- losófico”, en Enrique Dussel, Eduardo Mendieta, y
tudiantil y organización feminista (2000-2017)”, Carmen Bohórquez, (eds.), El pensamiento filosófico
1 Coba, Liset y Gioconda Herrera, 2013, “Nuevas Revista Anales, 7(14), pp. 262-291. latinoamericano, del Caribe y “latino” (1300–2000),
México: Siglo xxi Editores, pp. 418–433.

8 actualidad
Violencia contra las mujeres.4 Con la siempre han pugnado por el reconoci- enfrentamientos de las mujeres con las
campaña #NiUnaMenos, en respuesta a miento y la materialización de sus dere- fuerzas de seguridad olvidan (o desco-
una ola de feminicidios ocurridos en la chos desde las vías institucionales y los nocen) que estas mismas tácticas fueron
región desde 2015, el movimiento, ini- movimientos de protesta. Toda la histo- utilizadas por las sufragistas a finales del
ciado en Argentina, se ha convertido en ria de la lucha feminista evidencia cómo siglo xix y a inicios del xx. Las muje-
el más amplio, abarcando primero a Chi- estas dos rutas han estado presentes, han res en Gran Bretaña, después de haber
le y después a todos los países del área. permitido generar sinergias y, con ellas exigido pacíficamente por 50 años el re-
Acoso y agresiones sexuales. A la par los cambios sociales y legales necesarios. conocimiento de sus derechos políticos,
con la campaña estadounidense #Me- El movimiento de hoy proviene enton- también decidieron romper los vidrios,
Too surgió en las redes sociales una ola ces de una larga tradición de mujeres (y aventar piedras y destruir piezas de arte.5
de denuncias, rompiendo con la cultura algunos hombres) que desde diferentes Las logísticas de acción que toma
de silencio ante el acoso sexual. espacios y a partir de distintas herra- hoy el movimiento feminista, en par-
Derechos sexuales y reproductivos. El mientas lucharon por la igualdad de to- ticular su parte o ala que opta por una
movimiento la Marea Verde nacido en das y todos. En ese sentido, el feminis- lucha directa, enfocada en diversos me-
Argentina como respuesta a recientes in- mo actual es heredero y continuador de canismos de cuestionamiento y protesta
tentos de penalización del aborto se exten- una larga y rica tradición, de una larga y también son, en parte, consecuencia del
dió a México y otras naciones de la zona. atrevida lucha por los derechos que, en rechazo de la postura liberal que preten-
El movimiento feminista durante la diferentes momentos, en diferentes so- de buscar influencia en las decisiones
llamada “segunda ola” levantaba las mis- ciedades, y en diferentes contextos, tomó
mas demandas de erradicación de vio- caminos y estrategias variadas. Quienes 5 Bearman, Christopher, 2005, “An Examination
lencia de género y del reconocimiento se escandalizan por los edificios y mo- of Suffragette Violence”,  The English Historical
de los derechos reproductivos de las mu- numentos pintados de morado y por los Review, 120 (486), pp. 365-397.
jeres. El hecho de que aun hoy, 30 años
más tarde, la agenda feminista se centra
en la misma problemática debe hacernos
reflexionar acerca de la fragilidad de las
conquistas del movimiento y la ausencia
(o poca profundidad) de los cambios so-
ciales que se pretendía generar. En parti-
cular, el surgimiento de la derecha popu-
lista en la región ha regresado al debate
público los derechos reproductivos de
las mujeres, por lo que las feministas de
hoy tienen que dar la misma batalla que
libraron ya sus abuelas en el siglo pasa-
do. Por ello, la lucha por el control de los
cuerpos de las mujeres (con temas como
el aborto, la maternidad, la autonomía y
la violencia sexual) sigue vigente.
También se mantienen presentes los
ecos de las demandas y cuestionamientos
relacionados con el papel del Estado y del
capitalismo como pilares del sistema de
opresión patriarcal sobre las mujeres, a
la par con las perspectivas antirracistas,
postcoloniales y ecológicas. En cuanto
a las estrategias de acción, las mujeres
4 En la visibilización y combate a la violencia fue
la clave la definición de “feminicidio” propuesta
por Marcela Lagarde desde 1996. Véase, entre
otros, Marcela Lagarde, “El derecho humano de
las mujeres a una vida libre de violencia”, en Vir-
ginia Maquieira D’Angelo (coord.), Mujeres, glo-
balización y derechos humanos, Madrid, Cátedra,
Foto: Eduardo Cabrera Cruz
2010, pp. 477-534.

actualidad 9
nuador de las ideas, demandas y estra-
tegias de las generaciones de feministas
que lo precedieron. Sin embargo, tiene
también importantes rasgos distintivos,
que le dan identidad y le permiten trans-
formar y apropiarse de esa herencia.
Se trata de un movimiento disperso,
heterogéneo y horizontal, enfocado en
los valores de solidaridad y sororidad
entre las mujeres, cuyas demandas es-
tán encaminadas hacia resultados que
exigen cambios profundos en la forma
de actuar de las instituciones, aunque no
necesariamente a partir de la implemen-
tación de políticas públicas específicas.
También su distinción reside en el uso
de las tecnologías como mecanismos de
organización, articulación y comunica-
ción de sus demandas.
Como es propio del feminismo, el
actual también es un movimiento que
busca la contestación al estatus quo. Sin
embargo, la diferencia de su articulación,
frente a los postulados y recursos de
acción del movimiento feminista libe-
ral-universal, reside en el objetivo de la
lucha: ya no buscan modificar o ajustar
el modelo (político y económico, cons-
Foto: Silvia Escamilla truido a partir de la dominación patriar-
cal), sino pretenden cuestionar y trans-
colectivas y políticas públicas, al consi- actuales desconfían de la capacidad ins- formar el propio modelo.
derarlos ineficientes y/o insuficientes. titucional de satisfacer sus demandas y, Entonces, ¿qué es lo que sigue para el
Los repertorios de acción empleados en general, no se sienten representados feminismo? ¿Cuál es su futuro? Es difícil
actualmente son múltiples y van desde por quienes ocupan los espacios institu- y arriesgado hacer predicciones sobre los
la movilización social (organizaciones cionales. Si bien no renuncian por com- fenómenos sociales. No obstante, en este
territoriales, marchas, paros de mujeres, pleto a la influencia en la política, recu- caso, al menos dos cosas parecen inevi-
etc.), hasta el uso de las nuevas tecnolo- rren a otro catálogo de actos de protesta tables. Primero, que el feminismo tiene
gías (grupos de discusión, convocatorias y confrontación directa. Es de subrayar aún mucho futuro por delante. La lucha
a los eventos, distribución y difusión de que la radicalización del movimiento por los derechos de las mujeres y por una
datos e información relevante, principal- y el uso de la violencia como forma de igualdad real y efectiva sigue en pie. En
mente en los medios alternativos y en las protesta se dieron como resultado del si- las sociedades modernas persisten mu-
redes sociales como Twitter, Facebook lencio de las autoridades y de los medios chas estructuras y patrones de compor-
y WhatsApp). Todo ello ha permitido de comunicación, que no visibilizaban y tamiento que necesitamos identificar y
a los movimientos trascender al debate no atendían las demandas expresadas en deconstruir para materializar la igualdad
público y generar nuevas formas de ar- las movilizaciones pacíficas realizadas en para todas y todos. Los cambios que se
ticulación de demandas y de acciones.6 el transcurso de los años.7 requieren son profundos y, en definiti-
El uso de los mecanismos no con- El movimiento de hoy es, entonces, va, lograrlos y arraigarlos tomará tiem-
vencionales de participación política en muchos sentidos, heredero o conti- po. Segundo, el feminismo continuará
debe ser analizado en un contexto más 7 Lamas, Marta, 2019, “Protestas feministas mues- siendo diverso, heterogéneo e, incluso,
amplio y frente a la crisis de la repre- tran indignación y desesperación; faltan canales contradictorio en sus postulados, objeti-
sentación política. Los movimientos de comunicación con gobierno: Marta Lamas”, vos y estrategias. Con todo ello, seguirá
Aristegui Noticias, 19 de agosto de 2019, dis- cuestionando siempre las estructuras del
6 “La innovación política desde los feminismos”, ponible en: https://aristeguinoticias.com/1908/ poder y generando solidaridad y sorori-
Economía femini(s)ta, disponible en: https:// mexico/protestas-feministas-muestran-indigna-
dad más allá de las diferencias.
economiafeminita.com/la-innovacion-politi- cion-y-desesperacion-faltan-canales-de-comuni-
ca-desde-los-feminismos/ cacion-con-gobierno-marta-lamas/

10 actualidad
Derechos humanos
y feminicidio
Elsa Conde
Licenciada en Psicología por la unam. Directora General del Programa de Asuntos de la
Mujer y de Igualdad entre Mujeres y Hombres de la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos, cndh (2016 - 2020).

L
a Convención sobre la Elimi-
nación de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer
(cedaw), emitió en 2017 la Re-
comendación General 35. En ésta, el Co-
mité de expertas reitera a los Estados parte
que: “el derecho de las mujeres a una vida
libre de violencia por razón de género
es indivisible e interdependiente respecto
de otros derechos humanos, a saber: los
derechos a la vida, la salud, la libertad y
la seguridad de la persona, la igualdad
y la misma protección en el seno de la
familia, la protección contra la tortura
y otros tratos crueles, inhumanos o de-
gradantes y la libertad de expresión, de
circulación, de participación, de reunión
y de asociación”. Además, hace énfasis en
las obligaciones de los Estados de res-
petar, proteger y hacer efectivos los de-
rechos de la mujer a la no discrimina-
ción y al disfrute de la igualdad de jure
y de facto. La violencia contra ellas es
un asunto público que se reproduce en
todas las esferas de la interacción social e
impacta todos los ámbitos de su vida: en Foto: Eduardo Cabrera Cruz

actualidad 11
el espacio familiar, en los centros educativos, en el trabajo, en la comunidad. Violencia
que se agrava por los actos u omisiones de las/los funcionarios de los tres poderes: el
ejecutivo, el legislativo y el judicial.
La violencia contra la mujer es un tema de derechos humanos que debe ser aten-
dido como prioritario y urgente por el Estado mexicano. Todas las instituciones es-
tán obligadas a actuar con sentido de urgencia y atender, sancionar y erradicar dicha
agresión de género, a través del fortalecimiento de sus capacidades institucionales y
el diseño de nuevas rutas que permitan –en el marco de los derechos humanos– ga-
rantizar que todas las mujeres accedan a una vida libre de violencia y en condiciones
de igualdad. Es este sentido de urgencia el que debería estar permeando la actuación
del Estado frente al contexto de acciones feminicidas que actualmente tiene nuestro país.
La Recomendación General 40 de la Comisión Nacional de los Derechos Hu-
manos1 señala que, a la fecha, no existe un mecanismo que registre de manera ho-
mogénea el número de feminicidios en México. No obstante, en todas las fuentes
oficiales se observa un aumento en los homicidios dolosos de mujeres y de feminici-
dios. Para ejemplificar lo anterior, basta detallar las cifras que reporta desde 2015 el
Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública2, instancia que ha
registrado un crecimiento en la cantidad de presuntas víctimas en estos dos rubros:

Presuntas víctimas mujeres


Año Feminicidios
de homicidios dolosos

2015 1735 411

2016 2190 602

2017 2536 741

2018 2773 891

2019 2819 976

Fuente: Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública. Consultado el 21 de febrero de 2020.

Como se observa en la tabla, de enero a diciembre de 2019 se reportó un total de


976 feminicidios y 2,819 homicidios dolosos de mujeres, lo que representa una suma
de 3795 asesinatos de ellas para ese año; es decir, en promedio 10.5 mujeres fueron
privadas de la vida cada día en el país. Los asesinatos se suman a otros tipos y moda-
lidades de violencia contra las mujeres como las desapariciones, torturas, agresiones
y prácticas que atentan contra su dignidad, integridad, libertad y vida. El feminicidio
es la forma más extrema de esa violencia, pues expresa crueldad, maltrato y agresión
contra las mujeres por el solo hecho de serlo.
Todas estas violencias representan un problema de derechos humanos, pues
mientras exista una situación donde el Estado no proteja la vida de ellas, la vio-

1 Recomendación General 40 de la CNDH: https://www.cndh.org.mx/documento/recomendacion-gen-


eral-402019
2 Documento del Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública sobre Violencia contra las Mu-
jeres, con información al corte del 31 de diciembre de 2019. Consultado el 21 de febrero de 2020. Docu-
mento: https://drive.google.com/file/d/1R3URXMUBiFMa46moO4k2v_G95fR5LVfp/view

12 actualidad Foto: Santiago Arau


lación a sus derechos humanos seguirá
presente. El Estado mexicano debe ser
capaz de garantizar la vida de éstas, res-
petar sus derechos, actuar con legalidad,
y procurar una justicia pronta y expedita.
Sus acciones y omisiones para prevenir,
atender, sancionar y erradicar la violen-
cia contra las mujeres se traducen en
prácticas de complicidad y tolerancia de
todos los órdenes y niveles de gobierno,
que propician impunidad, el principal
impedimento para que ellas accedan a
una vida sin violencia.
En 2017 se cumplieron 10 años de
la publicación, en el Diario Oficial de la
Federación, de la Ley General de Acce-
so de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia, misma que sin duda, repre-
sentó un gran avance, pues estableció
las condiciones jurídicas necesarias para
brindar seguridad a todas las personas
del sexo femenino de este país. Esta ley
establece el procedimiento de Alerta de
Violencia de Género contra las Mujeres,
cuyo objetivo fundamental es garanti-
zar su seguridad , el cese del maltrato
en su contra y eliminar las desigualda-
des producidas por una legislación que
agravia sus derechos humanos. Ante el
creciente contexto de signos feminicidas
en México, resulta de la mayor urgencia
cumplir con las medidas establecidas en
las Declaratorias de Alerta de Violencia
de Género y en los Informes derivados
de las solicitudes de Alerta de Género,
para con ello generar las acciones que
garanticen los derechos de las mujeres y
en particular el de una vida sin agravios.
La Alerta es un mecanismo del Estado
mexicano que permite visibilizar no sólo
la violencia de género, sino también las
omisiones de los gobiernos y órganos de
justicia, para asegurar a las mujeres y a
las niñas una vida libre de violencia. Un
mecanismo que puede contribuir a la
construcción y posicionamiento de una
agenda pública con perspectiva de géne-
ro, que atienda un problema que vulne-
ra gravemente los derechos y libertades
fundamentales de las mujeres.

actualidad 13
Feminismo y Psicología.
Deconstruyendo paradigmas
sexistas en la psicoterapia
Ana Celia Chapa
Facilitadora en la capacitación a promotores educativos en la Red por los Derechos Sexuales y Repro-
ductivos en México; ayudante de investigación en la División de Estudios de Posgrado de la Facultad
de Psicología de la unam; Responsable del proyecto “Atención psicológica para víctimas de violencia
sexual desde una perspectiva de género” de la misma institución.; Profesora invitada en el Programa
Académico de Estudios de Género y el Posgrado de Derechos Humanos de la Universidad Autóno-
ma de la Ciudad de México.

D
urante los años setenta del siglo pasado, la sociología
del conocimiento hizo un agudo análisis de la clase
social, color y raza, como sesgos valorativos presentes
en la producción del conocimiento. No obstante, el
sexismo quedó relegado de tal estudio. Fue el avance del movi-
miento feminista, el aumento de mujeres científicas y su conso-
lidación en el ámbito universitario, elementos que confluyeron
para incorporar dicho sesgo valorativo, además de visibilizar a las
mujeres como productoras de conocimiento (Maffia, 2006).
Insertas en diversos campos del saber, las feministas, desde
su compromiso político, generaron teoría y metodología que
permitió evidenciar el androcentrismo y sexismo (aunado a la
clase, raza, color) presentes en la ciencia, mostrando cómo esta
situación reproduce, incorpora y legitima la discriminación de las
mujeres. A partir de esta mirada crítica y desarrollo teórico-me-
todológico, se abría la posibilidad de construir una ciencia más
plural, situada y menos jerárquica (Blazquez, 2008).
En el caso de la Psicología, área en la que me centraré, las
aportaciones de las mujeres han sido borradas sistemáticamente,
pese a que desde comienzos de la institución de esta disciplina
como ciencia (finales del siglo xix), y a pesar de las barreras y
exclusiones de género, las mujeres siempre han tenido presencia
en dicho campo. Sin embargo, sus contribuciones durante mucho
tiempo fueron infravaloradas (García-Dauder 2010; Guevara,
2015). Una de las repercusiones de esta exclusión y del sexismo
se evidenció en la teoría y práctica de la disciplina. Al respecto,
Eva Illuoz (2010, 148), a través de un análisis sociológico de la
Foto: Iván Gomezcésar penetración cultural de la psicología durante el siglo xx, señala:

14 actualidad
Foto: Carolina Solís.

(...) el conocimiento de la psico- los problemas que las personas traían a Desde las terapias feministas se re-
logía al servicio de definiciones del terapia (Rusell y Carey 2003). emplazó el postulado de los constructos
matrimonio de tipo patriarcal, en Desde esta orientación terapéutica los intrapsíquicos en la caracterización de
tanto legitimaban las relaciones de po- malestares (ansiedad, depresión, baja au- las víctimas por el de los factores con-
der entre hombres y mujeres dentro toestima) se entienden como producto textuales, dando así un giro en la génesis
de la familia responsabilizando a las de la falta de legitimidad política, meno- de la violencia e invalidando el mito de
mujeres por la violencia y el descui- res privilegios, merma en los derechos la responsabilidad y de la culpabilidad
do de los hombres e instruyéndolas de ciudadanía y en las posibilidades de femenina en la comisión de este tipo
para que entendieran el punto de elección, que pocas veces son proble- de actos delictivos (Neves y Nogueira
vista del hombre y, de manera más matizados en terapia, reforzando así 2003). Asimismo, desde esta perspectiva
general, obligándolas a rendir cuen- la patologización del sentimiento de in- se entiende que la víctima no es un ob-
tas por el bienestar del matrimonio. justicia proveniente de estas condiciones jeto pasivo de las violaciones a sus dere-
(Díaz-Mariwilda 2014). chos o de los hechos violentos, sino que
Conscientes de la naturaleza social- La aplicación de los presupuestos es un sujeto activo que despliega formas
mente construida del conocimiento, las feministas al ejercicio de la psicología de afrontarlos y desarrolla herramientas
psicólogas feministas abrieron el camino en contextos terapéuticos se ha vuelto, para enfrentarlos (Lachenal, Antillón,
para la deconstrucción, y reconstrucción, por lo tanto, particularmente relevante Estrada, Pérez y Domínguez 2016).
de las prácticas y metodologías domi- en situaciones donde las desigualdades Trabajar la violencia de género im-
nantes, especialmente en lo referente a entre los sexos constituyen un problema plica desnaturalizarla y deconstruir los
prácticas y metodologías terapéuticas, de salud pública, siendo la violencia en mitos misóginos y un cuestionamiento
sobre todo en las dirigidas a mujeres diversos ámbitos una de ellas. Aunado a del modelo social de base que condena a
(Neves y Nogueira, 2003). Terapeutas los avances legislativos a nivel interna- muchas mujeres a vivir sometidas a unos
familiares como Rachel Hare Mustin, cional en materia de violencia de géne- mandatos que las convierten en “seres
Marianne Walters, Betty Carter, Peggy ro, en México hace casi cuatro décadas para los otros” (Lagarde 2005). En este
Pap, Olga Silverstein, Mónica McGol- que grupos de feministas desde diversos sentido, la frase “lo personal es político”
drick, Carol Anderson, Froma Walsh y frentes (academia, activismo, gobierno) cobra sentido al entender que las expe-
Karrie James, fueron algunas de las pio- se han dedicado a la atención de vícti- lizadas en Delitos Sexuales en Tabasco y la Ciu-
neras en introducir un análisis de género mas de violencia sexual, brindando ser- dad de México, así como centros de orientación
en la investigación terapéutica, abriendo vicios médicos, asesoría legal y apoyo y apoyo para las mujeres. Se realizan iniciales ac-
así nuevas formas para entender la vida y psicológico, además de un trabajo arduo ciones para orientar y promover los cambios legales
tipificados en los códigos penales reconociendo la
las relaciones familiares, creando nuevas en la prevención de la violencia basada
violencia intrafamiliar como causal de divorcio
y diferentes posibilidades para abordar en género en todas sus manifestaciones.1
(De Barbieri y Cano 1990).
1 En 1980 se crean las primeras Agencias Especia-

actualidad 15
Foto: Luna de Rubí

riencias personales están influenciadas permitido emerger como un elemento tan poco: las reformas penales relativas a la violen-
por relaciones más amplias de poder. renovador de la ciencia psicológica tra- cia sexual”. Debate Feminista n° 1 (1990): 345-356.
Es decir, las vivencias personales de una dicional, siendo reconocida como una Padilla Díaz, Mariwilda. “Enfoque feminista de
mujer no son solamente suyas, ya que orientación terapéutica validada por el consejería: perspectivas generales para abordar a
la consejería profesional desde un entendimiento
están vinculadas a las de otras mujeres, mundo científico (apa, 2002).
teórico-práctico”. Revista Griot 7, n° 1 (2014): 61-72.
están ligadas a una política más amplia
Illouz, Eva. La salvación del alma moderna. Terapia,
(Russell y Carey 2003). Referencias
emociones y la cultura de la autoayuda. 2010.
Cuando una persona vive y busca American Psychological Association. “Guidelines
Lachenal, Cécile, Antillón Ximena, Estrada Ma
atención a una situación de violencia de for psychological practice with girls and women
de la Luz, Pérez Ana y Domínguez Rodolfo.
género en cualquier espacio, es indispen- (Draft)”. Joint Task Force of apa Divisions 17 and
Guía metodológica para la elaboración de peritajes
35, American Psychological Association (2002).
sable un conocimiento sobre los factores antropológicos, psicosociales y socioculturales en casos
Blazquez, Norma. “El retorno de las brujas”. Uni-
individuales, sociales y del contexto que de feminicidio en México. cdmx: Católicas por el
versidad Nacional Autónoma de México, 2008.
explican la violencia contra las mujeres, Bosch, Esperanza., Ferrer, Victoria y Alzamora,
derecho a decidir, Observatorio Nacional del Fem-
huyendo de planteamientos simplistas inicidio, Fondo Canadá, 2016.
Aina. “Algunas claves para una psicoterapia de
centrados de manera exclusiva en la psi- Lagarde, Marcela. Los Cautiverios de las mujeres:
orientación feminista en mujeres que han padeci-
madresposas, monjas, putas, presas y locas. México:
cología individual. De lo contrario, si se do violencia de género”. Feminismo/s n° 6 (2005):
Colección de Estudios de Posgrado unam, 2005.
parte de premisas sesgadas y esquemas 121-136.
Maffia, Diana. El vínculo crítico entre género y cien-
basados en prejuicios, el proceso se per- Ferrer, Victoria A. y Esperanza Bosch. “El papel
cia. 2006.
vierte inmediatamente (Bosch, Ferrer y del movimiento feminista en la consideración so-
Neves, Sofía y Nogueira, Concepción. “A Psico-
Alzamora 2005). cial de la violencia contra las mujeres: el caso de
logia Feminista e a Violência contra as Mulheres
Es así que la psicología feminista en España.” Revista Labrys, n.° 10 (2006).
na Intimidade: A (Re) Construção dos Espaços Ter-
García-Dauder, Silvia. “Las relaciones entre la Psi-
sus diferentes influencias y epistemolo- apêuticos”. Psicologia e sociedade 15, n.° 2 (2003): 43-64.
cología y el Feminismo en tiempos de igualdad”.
gías, además de la crítica en torno a la ob- Romero, Inmaculada. “Intervención en Vio-
Quaderns de Psicología 12, n.° 2 (2010): 47-64
jetividad y la universalidad, la adopción Guevara, Elsa. Ellas cambiaron la psicología: Un
lencia de Género. Consideraciones en Torno al
de una pluralidad metodológica como Tratamiento”. Intervención Psicosocial 19, n.° 2
abordaje interdisciplinario desde género y ciencia.
posibilidad de creación de visiones opta- (2010):191-199
México: Universidad Nacional Autónoma de
Russell, Shona, y Maggie Carey. “Feminism, ther-
tivas y complementarias, ha incorporado México, Centro de Investigaciones Interdiscipli-
apy and narrative ideas: Exploring some not so
en el quehacer científico su compromiso narias en Ciencias y Humanidades. Facultad de
commonly asked questions”. International Journal
con las asimetrías de poder, lo cual le ha Estudios Superiores Zaragoza, 2015.
of Narrative Therapy & Community Work  2003.2
De Barbieri, Teresita y Cano, Gabriela. “Ni tanto ni
(2003): 67.

16 actualidad
¿Y si todos fuéramos mujeres?
Reflexiones desde la otredad de género
Juan Guillermo Figueroa Perea
Doctor en Sociología y Demografía por la Universidad de París-x Nanterre: Profesor-investigador de El
Colegio de México y de asignatura en la unam; miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel iii.

E
l título de estas reflexiones parafrasea el de una marcha
convocada por un grupo de hombres en Buenos Aires,
Argentina, quienes afirmaban, “hoy todos somos mu-
jeres y estamos en peligro”. Me pregunto si podemos
ponernos en el lugar de personas con quienes compartimos la co-
tidianidad, como lo son las mujeres, pero con las que nos distin-
guimos por criterios de clasificación social, en particular porque
éstos asocian jerarquías y procesos de discriminación y violencia.
Vale la pena preguntarnos: ¿qué es lo que nos hace diferentes y
qué es ‘la otredad’?, en especial cuando quienes estudian el género
lo presentan en términos relacionales? (por ejemplo, Rubin, 1986;
Scott, 1990, y Connell, 1995); ¿será que dicha pregunta puede
contribuir a reconstruir nuestros aprendizajes de género y sus
consecuencias para unos y otras?
Marcela Lagarde (1994) alerta que los procesos de sociali-
zación de género nos entrenan en especializaciones excluyentes,
pero además jerárquicas; es decir, nos llevan a asumir que cada
quien debe cumplir ciertas expectativas y evitar otras, e incluso
que unas tienen más valor. Lo asociado de modo convencional
con la población masculina tiende a ser más valorado y, por ende,
se presenta como una tensión latente ponerse en el lugar de al-
guien con menor valor, a partir de lo socialmente construido. Joan
Manuel Serrat valora, con las siguientes palabras, que tenemos
diferencias y similitudes con las demás personas: “no sé qué me
gusta más de ti, lo que tenemos en común o aquello que nos dife-
rencia; lo común me reconforta y lo distinto me estimula”. ¿Será
realmente así o peca de ingenuidad? ¿Podríamos intentarlo cues-
tionando los caminos andados?
Hace poco más de una década invitamos a diferentes hombres
a tratar de imaginarse la experiencia que viven las mujeres cuando

actualidad 17
son golpeadas, violadas o amenazadas, y dolor, indignación, soledad y desolación, que el poder es una capacidad de todo
lo registramos gráficamente a través de mediante poesía, canciones, literatura y ser humano, como señala Foucault,
un cartel. En éste anotamos nombres fotografía, y después con recursos relacio- 1988) y, por tanto, se sostiene a través de
de muchos varones (como una manera nados con el teatro y el cine. la violencia; en este marco, si el sistema
de convocarlos en general); luego apun- Esto es , se recurre a múltiples repre- patriarcal está construido a partir de un
tamos la pregunta: “Como hombre, ¿te sentaciones de experiencias que buscan modelo masculino, se concluye que las
imaginas qué siente una mujer cuando una cercanía empática. ¿Será darle de- principales víctimas de la violencia son
es golpeada, violada o amenazada?”, y lo masiadas vueltas o basta con exigirles a las mujeres. Sin embargo, Rita Segato
complementamos con la frase, “por una los hombres disminuir o eliminar la vio- (2003) ha postulado recientemente que
vida libre de violencia”. Las primeras lencia contra las mujeres, al margen del las primeras víctimas de los mandatos de
respuestas fueron de mujeres, e incluso, contexto de aprendizajes de género? ¿Y masculinidad son los mismos hombres,
una de ellas cuestionaba la interrogante si ellos hablan a su vez de la agresión vi- pues de diferentes formas son quienes
misma, pues afirmaba que “los hombres vida, la cual se sigue considerando como tienen que instrumentar dicho mode-
no se preguntan al respecto”. Me sigo menos prioritaria y urgente? Pareciera lo patriarcal, a través del ejercicio de la
interpelando desde entonces si podemos que los aprendizajes de género han le- violencia en sus diferentes modalidades.
imaginarnos estas complejas vivencias, y gitimado diferentes umbrales de reac- Además, los varones sufren de violencia
por lo mismo he retomado la propues- ción ante diversos tipos de violencias y, estructural y cultural.
ta de colegas de Filipinas (Constanti- al mismo tiempo nos entrenan para ver Guillermo Núñez (2004) propone
no-David, 1995), quienes presentan sus y observarnos desde lugares distintos, algunas reflexiones sobre los hombres
“talleres sobre género para hombres” des- pero, ¿cómo vernos empáticamente des- como sujetos de género y confirma que
de una metodología que describen como de una diferencia que asociamos a jerar- el patriarcado tiene consecuencias nega-
facipulación; es decir, una combinación quías? tivas para las mujeres, pero también para
entre facilitar y manipular, cuya justifi- En la experiencia de muchos hom- los varones, incluso si son heterosexua-
cación es que si tratan de acercar a los bres la violencia se vive como parte de les. Un elemento inquietante del costo
hombres a las desventajas, discrimina- los mandatos de la masculinidad y se para ellos es que genera la contradicción
ciones y agresiones que viven las muje- aprende a ejercerla hasta como un recur- (¿y engaño?) de hacerles creer que saben
res, se sentirán señalados y se replegarán so de sobrevivencia, como estrategia para quiénes son, dado que en dicho sistema
defensivamente con argumentos, puesen ejercer el poder hacia quien se conside- son el sujeto de referencia. Es decir, no
dichos talleres les enseñan el valor de la ra diferente. Teresita de Barbieri (1993) son socializados como parte de la otre-
racionalidad. También confrontan sus apunta que la desigualdad en el ejercicio dad, por lo que los movimientos de cam-
emociones con relatos de mujeres de del poder es artificial e impuesta (dado bio social han provenido de las mujeres

Foto: Iván Gomezcésar

18 actualidad
Foto: Santiago Arau

(el feminismo), de los homosexuales (el Si no, ¿de qué otra forma conseguiría- Simone de Beauvoir decía que “no
trabajo sobre masculinidad), de las po- mos replantearlos, resignificarlos y, de se nace mujer, sino que se llega a serlo”;
blaciones de grupos étnicos (el antirra- alguna forma, dignificarlos? su compañero, Jean Paul Sartre, añadía
cismo) y de los pobres (la lucha contra A lo anterior se añade la propuesta que “si bien no somos responsables de
la explotación social), entre otros. Por de un psicoanalista (Fernández, 2007) lo que la sociedad hizo con nosotros, sí
ello, propongo hacer un paralelismo con que sugiere desarrollar en los hombres lo somos de lo que hacemos con ello”,
el pensamiento marxista, con el fin de la experiencia del yotro; es decir, del pues somos capaces de tomar concien-
descolocarnos y buscar deconstruir los yo como el otro. No se trata de desle- cia. Pensando en los hombres, ¿cómo
aprendizajes de género. gitimarse, sino de colocarse con mejores nos descentramos? Quizás recurriendo
Marx planteaba que si los obreros no recursos en la convivencia con la otre- al teatro, en el sentido global de su bús-
son dueños de los medios de producción dad, a partir de tomar distancia de sí queda, ya que posibilita construir, sentir
de su trabajo, éste es alienado/enajenado, mismos. Otra fuente de reflexión plan- y experimentar una diversidad de perso-
pues alguien más se queda con la plus- tea la idea de incluir la h en las siglas najes. ¿Será que así logremos ponernos
valía; de ahí su propuesta de la dictadura del movimiento de la diversidad sexual en el lugar de muchas personas más?
del proletariado que busca apropiarse de (lgbtttqai o bien lgbt+), ya que de En México existe ya desde 2007 una
dichos medios y paralelamente des-ena- otra forma ésta se ve como el parámetro Ley General de Acceso de las Mujeres a
jenar a los patrones, quienes viven en una de referencia, pero sin ser parte de la di- una Vida Libre de Violencia. (Igual que
posición alienada. ¿Podríamos construir versidad; más bien es el criterio de com- con otras acciones afirmativas, la discri-
procesos reflexivos análogos al feminis- paración para identificar al diferente. Es minación positiva no supone que a la
mo e incluso implementar estrategias decir, cada una de las pertenencias detrás sociedad no le importa lo que les pase
radicales usadas por poblaciones margi- de cada letra se reconoce diversa por no a quienes no tienen apoyos de no dis-
nadas (como mujeres, homosexuales, po- ser h, si bien ésta también es diversa por criminación, sino que se asume que los
bres y grupos étnicos diversos) para irnos no ser l, g, b, t, etcétera. ¿Cómo descen- individuos pueden atender sus necesida-
apropiando de los medios de producción trarla y en paralelismo con los hombres, des por su cuenta). ¿Qué decir cuando
de nuestra identidad, en tanto hombres? cómo descentrarnos desde afuera? la violencia contra los hombres, más que

actualidad 19
Foto: Santiago Arau

no existir, se ha naturalizado, por aso- cias negativas en la corporalidad de los una introducción teórico-metodológica”. Debates
ciarse a la identidad de dichos sujetos? hombres, así como en la de las mujeres, En Sociología, (18), 145-169.
¿Qué decir de los silencios de éstos ante en tanto compañeras de convivencia Fernández, C. (2007) “Masculinidad: errática zaga
la evidencia de que el ochenta por ciento cotidiana, es probable que la otredad de un lugar imposible”, en L. Jiménez y O. Tena
de los homicidios y las dos terceras par- adquiera un sentido distinto desde los (coordinadoras) Reflexiones sobre masculinidades
y empleo. Centro Regional de Investigaciones
tes de suicidios son del sexo masculino, aprendizajes de género. Con ello, el tí-
Multidisciplinarias de la Universidad Nacional
igual que la mayoría de muertos en acci- tulo de esta reflexión tendría otra refe-
Autónoma de México.
dentes automovilísticos, además de que rencia semántica y existencial: no una Foucault, M. (1988) “El sujeto y el poder”, Revista
en México está disminuyendo la espe- que devalúa sino que estimula (como di- Mexicana de Sociología. Vol. 50. No. 3, pp. 3-20.
ranza de vida de ellos? ría Serrat) ; que acompaña, siente en el Lagarde, M. (1994) “La regulación social del géne-
No se trata de victimizarlos, sino, en intercambio y lúdicamente se construye ro: el género como filtro de poder”, en Antología
congruencia con la teoría de las accio- de manera relacional. ¿Es ingenuo pro- de la sexualidad humana, Vol. I, Consejo Nacional
nes afirmativas, ¿por qué no promover poner esto como parte de la deconstruc- de Población y Miguel Ángel Porrúa, pp. 389-425.
estrategias para que se reconozcan a sí ción de género y en un diálogo construc- Núñez, G. (2004) “Los hombres y el conocimiento.
mismos como “titulares del derecho a tivo con el feminismo? Reflexiones epistemológicas para el estudio de los
una vida libre de violencia”, incluso sin hombres como sujetos genéricos”, Desacatos (Re-
vista de Antropología Social), Núm. 15-16, pp. 13-32.
una ley de por medio, pero sí mediante Referencias bibliográficas
Rubin, G. (1986) “El tráfico de mujeres: notas so-
la apropiación de los medios de produc- Connell, R (1995) Masculinities, Allen & Unwin,
Australia. bre la economía política del sexo”. Nueva Antro-
ción de su identidad? Esto podría estar pología, Vol. 30.
Constantino-David, K. (1995) Gender Seminar
alimentado por su derecho a la salud Segato, R. (2003) “Las estructuras elementales de
for men. The hasik experience, hasik, Quezon
(en sentido amplio de equilibrio entre la violencia: contrato y status en la etiología de la
City, Filipinas.
lo emocional, lo fisiológico y lo social) y violencia”, Serie Antropología, No. 334, Universi-
Correa, S. y R. Petchesky (1994) “Reproductive
a la par, recuperando la lectura feminis- and sexual rights: A feminist perspective”, en G. dad de Brasilia.
ta de los derechos (Correa y Petchesky, Sen, A. Germain y L. Chen (editores) Population Scott, J. (1990) “El género: una categoría útil para el
1994), que propone como principio éti- Policies Reconsidered (Health, Empowerment, análisis histórico”, en J. Amelang y M. Nash (com-
co la integridad corporal. and Rights). Harvard University Press, eua piladoras) Historia y género: las mujeres en la Eu-
Si se documentaran las consecuen- de Barbieri, T. (1993) “Sobre la categoría género: ropa moderna y contemporánea, Valencia Ediciones.

20 actualidad
Deconstrucción del
género de los hombres
en la práctica
René López Pérez.
Licenciado en Economía por la unam. Maestro en Psicoterapia por la Universidad
Gestalt de América. Responsable de investigación en Género y Desarrollo, gendes, a.c.

E
l término “deconstrucción”, desarrollado por Jaques De-
rrida, apela a la urgencia de realizar “lecturas subversivas
y no dogmáticas de los textos (de todo tipo), [como] un
acto de descentralización, una disolución radical de todos
los reclamos de ‘verdad’ absoluta, homogénea y hegemónica”; en
este sentido, su propuesta busca “acercamientos críticos y creativos,
no afirmativos o esquemáticos”1. En su origen, pues, la deconstruc-
ción implica cuestionar los discursos (leídos como texto) para visi-
bilizar la otredad que permanece oculta y así tener una visión más
amplia de las realidades –por tanto, más que prescribir respuestas,
amplía la posibilidad de las preguntas.
Aunque la deconstrucción ha sido adoptada por diversas dis-
ciplinas, en la sociología no ha tenido mucho éxito2; sin embargo,
dentro de los movimientos sociales –incluyendo el de mujeres– es
usada con cierta frecuencia.
Al utilizar la propuesta derridiana en el marco del género, espe-
cíficamente desde el enfoque de las masculinidades, la propuesta se
centra en abrir “la puerta a lo nuevo y lo imprevisto, a la posibilidad
de trastocar todos los discursos y situaciones en vistas a resarcir el
rechazo a todas las diferencias” y a cuestionar cualquier desigualdad
originada en “la supremacía de lo masculino”3.

1 Krieger, P. (marzo de 2004). La deconstrucción de Jacques Derrida (1930-2004).


Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, 26(84), 179-188. Recuperado el
18 de febrero de 2020, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttex-
t&pid=S0185-12762004000100009
2 Álvaro, D. (2019). Deconstrucción de la sociología. Una tentativa metodológi-
ca. En P. d. Marinis, Exploraciones en teoría social. Ensayos de imaginación
metodológica (págs. 69-87). Buenos Aires: Consejo Latinoamericano de Ciencias
Sociales (clacso). doi:doi: 10.2307/j.ctvt6rk7w.5
3 Artés, J., & Ribera, R. (18 de mayo de 2018). Adiós al macho: sobre microma-
chismos y deconstrucción. El Salto Diario. Recuperado el 18 de febrero de 2020,

actualidad 21
Lionel Delgado advierte sobre las interpretaciones erróneas del término; en este
sentido, no puede haber personas deconstruidas, pues el término aplicaría más bien
para poner en cuestión “los valores patriarcales aprendidos durante el proceso de
socialización”; se deconstruye la masculinidad (en cuanto valores prevalecientes en
sociedades patriarcales), no a las personas. Este autor, acudiendo a las propuestas
de Judith Buttler, plantea que no sólo se trata de evidenciar las limitaciones de los
discursos, sino también de construir nuevos imaginarios que posibiliten otras con-
ductas.4
El Modelo cecevim-gendes5 se inscribe en esta perspectiva derridiana –aun
cuando teóricamente no abrevó en esa fuente. Tiene como base la perspectiva de
género y parte de reconocer algunos elementos presentes en el aprendizaje de ser
hombres, y que sostienen las diversas violencias que ejercemos los varones. Dentro
del modelo, el patriarcado se conceptualiza como un “sistema de relaciones sociales
que usa a los individuos para imponer el control sobre sí mismos y sobre otros para
usar sus recursos y reforzar el domino del superior: el patriarca”; en este marco, la
violencia masculina en el hogar reproduce un control social de un grupo sobre otro,
es decir, de los hombres sobre las mujeres6. A partir de este tipo de consideraciones,
Ramírez Hernández –cofundador de gendes– generó una propuesta de trabajo con
hombres, que tiene como propósitos:
Analizar el proceso violento y entender cómo se usa el control y dominio en la
cotidianidad para resolver la tensión y fricción de las situaciones.
Entender cómo la cultura patriarcal apoya y sanciona la violencia en las relaciones.
Aprender a reconocer y reforzar los elementos que posibilitan establecer socieda-
des y culturas nuevas que sean íntimas, dignas, cooperativas y democráticas.
Dada la extensión de este artículo, sería difícil describir el proceso involucrado
en el modelo y cómo ello contribuye o no a la deconstrucción de la violencia mascu-
lina; por ello, parece más útil recurrir a la voz de quienes asisten a las sesiones para
tener una idea de cómo se va dando ese proceso. Antes, vale la pena contextualizar
que la mayoría de los varones llegan a las sesiones porque son remitidos por alguna
autoridad, ya sea administrativa –como las instancias primarias que atienden a las
mujeres por estar en una situación de violencia con su pareja– o judicial –cuando un
juez determina que deben asistir a grupos reeducativos como parte de la sentencia.
Según el testimonio de los hombres que asisten a grupo por primera vez, la idea
que prevalece es que no se reconocen como personas violentas. Se pueden presentar
diferencias que van desde quienes consideran que son acusados injustamente porque
nunca han hecho algo grave, a quienes admiten que llegaron a un punto extremo,
pero no tenían esa intención y, de hecho, no comprenden cómo pudo suceder, lo que
indica que no se percatan de que esos momentos extremos en realidad representan
un evento en un continuo ejercicio de violencias cotidianas.
Sin embargo, es más interesante conocer las reacciones emocionales que repor-
de https://www.elsaltodiario.com/el-rumor-de-las-multitudes/adios-al-macho-sobre-micromachis-
mos-y-deconstruccion.
4 Delgado, L. S. (30 de abril de 2019). Contra la deconstrucción masculina. El Salto Diario. Recuperado
el 18 de febrero de 2020, de https://www.elsaltodiario.com/masculinidades/contra-que-es-deconstruc-
cion-masculina
5 cecevim: Centro de Capacitación para Erradicar la Violencia Intrafamiliar Masculina; www.cecevim.
org. gendes: Género y Desarrollo, A.C.; www.gendes.org.mx.
6 Ramírez Hernández, f. a. (2007). Violencia masculina en el hogar (segunda ed.). Ciudad de México:
Pax. Pág. 24.

22 actualidad Foto: Santiago Arau


tan, pues allí es donde se advierte que,
pese a su racionalización de los hechos,
existe algún nivel de conciencia de que
algo no está funcionando de modo ade-
cuado. Lo que los testimonios revelan es
la existencia de: preocupación, tristeza,
vergüenza, ansiedad, confusión, deses-
peranza, miedo, intranquilidad, tensión,
frustración, escepticismo. Es interesante
que la emoción que prevalece no es el
enojo (por suposición, la respuesta más
validada socialmente en los hombres).
Una vez que inician el trabajo grupal
dentro del modelo, la experiencia se pue-
de resumir en este tipo de frases:
“Confrontado porque pensaba que la
culpa de mi violencia era mi pareja, pero
después entendí que yo soy responsable
de mis actos”.
“El trabajo aquí ha sido confrontante,
pero es muy útil analizar y desfragmen-
tar todos los elementos que conforman
un acto de violencia, a fin de detenerlo y
tomar caminos distintos”.
“Todas las sesiones han sido diferen-
tes y en todas siento que algo se me ha
quedado; cómo no actuar y cómo sí”.
“Durante el proceso en GENDES
me fue difícil; es confrontar mis miedos
por darme cuenta de la manera en cómo
violenté y afecté a mi pareja y mis hijas y
a otras personas. Difícil”.
“Sorprendido, esperanzado, en con-
flicto interior, solidario, comprendido,
ayudado”.
“Espantado, confundido, motivado,
contento”.
Los testimonios revelan que no es un
proceso sencillo, pero puede ser útil para
“mirarse” y aprender formas no violentas
de relacionarse. Sin embargo, no todo es
positivo, ni lineal; dentro del proceso en
el que se encuentran, otros hombres ex-
presan cosas como:
“Raro, con dudas y sacado de onda”.
“Frustrante, difícil, duro; he contac-
tado con enojo y miedo. Atascado, triste”.
“Ahora, además de la culpa, me sien-
to vigilante de mí, nauseabundo, con
miedo, enterrado en duda. La tranquili-
dad es un lujo escaso”.

actualidad 23
Foto: Santiago Arau

Lo relevante de estos testimonios es yecto de mi persona para poder tener gradúa de no violento”. En algunos ca-
que, pese a dar cuenta de un proceso que una vida mejor y más tranquila, y poder sos, empieza a gestarse un compromiso
puede no ser grato en lo inmediato, los invitar a otras personas o familiares para de convertirse en agente de cambio en
participantes deciden permanecer. Qui- que se unan a este proyecto”. su entorno.
zá ayuda que en el trabajo grupal con- “El compromiso de estar bien es Los testimonios revelan, entonces,
viven personas que recién se integran a conmigo mismo, y me veo en un futuro que el modelo permite deconstruir los
la dinámica con hombres que pueden más tranquilo, y si puedo salvar mi rela- aprendizajes que normalizan la violencia
tener un año asistiendo, lo cual permi- ción con mi pareja y mis hijos, tendría masculina en las relaciones intrafamilia-
te advertir los resultados que se pueden que trabajar más, ya que el culpable de res y visibilizar nuevas vías que pueden
lograr si permanecen en la dinámica. Sin esta situación fui yo y cometí muchos conducir a comportamientos que re-
embargo, también es importante aclarar errores, pero los estoy remediando”. duzcan paulatinamente esas violencias.
que no todos los varones que ingresan a “Me imagino a futuro viviendo en Siendo consecuentes con la visión de-
grupo concluyen el proceso. un hogar sin violencia mía, no sé si con rridiana de no prescribir una fórmula, el
Cuando se pregunta a los participan- mi pareja o no; pero en el lugar que esté modelo funciona como un referente para
tes en el modelo cuáles son sus expec- nunca más ser violento, porque la vio- que los hombres cuestionen los apren-
tativas en el futuro, los testimonios son lencia me ha quitado muchas cosas”. dizajes que normalizan diversas formas
esperanzadores: “Me miro compartiendo este modelo de violencia y construyan, a partir de sus
“Nunca pretender haber terminado con otros hombres, me miro trabajando propias realidades, soluciones diferentes.
mi trabajo en mí y mis relaciones. Con duro en mi terapia y en mi grupo para De acuerdo con lo anterior, se reco-
constancia y compromiso perpetuo, me poder modificar mi forma violenta de noce que el modelo funciona, pero no es
puedo mejorar continuamente a mí y a actuar. Me miro conociéndome más y la única posibilidad para la deconstruc-
mi entorno”. siendo libre de algunos introyectos del ción masculina. GENDES mismo recu-
“Me gustaría sentirme tranquilo, pasado que hoy rigen mi forma machista rre a diferentes formas de intervención
más seguro de mí mismo, no ejerciendo de actuar”. con hombres cuyos objetivos son simi-
violencia, con relaciones más igualitarias Los testimonios refieren la posibili- lares: desnaturalizar el comportamiento
y positivas”. dad de generar cambios positivos, pero machista, visibilizar que los modelos de
“Me gustaría apuntar a que en un fu- también reconocer que a veces el daño masculinidad hegemónicos están basa-
turo mis relaciones cambien, ser mejor causado ha sido tal que no puede ha- dos en la violencia, y generar reflexión
hijo, hermano, amigo y novio”. ber borrón y cuenta nueva; también la sobre modelos alternativos de ser hom-
“Espero poder cambiar mi chip y necesidad de continuar en un proceso bres, basados en la igualdad de género.
transmitir a mi familia este nuevo pro- personal que no concluye, pues “nadie se

24 actualidad
La Unidad de Género en

E
entrevista
nuestra Facultad
Cecilia Paz Contreras
Es Licenciada en Trabajo Social de Universidad Católica de Chile.
Maestra en Gobierno y Gerencia Pública, con especialidad en Políti-
cas Públicas, del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de
Chile y en Gobierno y Asuntos Públicos, FCPyS, UNAM. Doctora
en Ciencias Políticas y Sociales por la FCPyS, UNAM.

¿Cuáles son los antecedentes que lle- de los Lineamientos para la Igualdad
varon a la creación de la Unidad de de Género en la UNAM” (Documento,
Género en el plantel? Creación de la Unidad de Género, H.
Consejo Técnico, agosto de 2019).
La Unidad de Género (UG) de la Fa- Es importante destacar que la UG
cultad de Ciencias Políticas y Sociales no se agota en la activación del Proto-
(FCPyS) surgió inicialmente como una colo referido, pues la Oficina Jurídica de
demanda del Movimiento de las Mujeres la FCPyS debe iniciar el procedimiento
Organizadas de la misma, y en parti- legal si la víctima quiere iniciar un pro-
cular de la Asamblea Separatista. El 7 ceso formal, y ofrecer orientación para
de noviembre de 2019 las estudiantes de actuar en estos casos. Como parte de una
dicha Asamblea entregaron un pliego política preventiva, esta instancia brinda
petitorio en donde una de sus “exigen- orientación y acompañamiento a quie-
cias” fue la creación de esta Unidad. nes requieran hacer una denuncia.
Paralelo a esto, a través de la Comi- La UG deberá implementar un
sión de Género del H. Consejo Técnico Modelo de Prevención, Atención e In-
(CT) de la FCPyS, se habían venido ter vención, considerando el marco nor-
trabajando algunos lineamientos y ob- mativo de la UNAM, así como otros
jetivos para conformar una UG como instrumentos de carácter nacional e
un órgano relevante en la organización, internacional como la Ley General de
estructura y funcionamiento del plantel, Acceso de las Mujeres a una Vida Libre
que responde al Protocolo para la Aten- de Violencia y su Reglamento; la legis-
ción de Casos de Violencia de Género lación de la Ciudad de México en la
en la UNAM. “La UG se asume como materia; la Ley de Igualdad Sustantiva
un ámbito orientado a atender, preve- entre Mujeres y Hombres; la Conven-
nir y erradicar la violencia de género, ción sobre la Eliminación de todas las
así como para promover los procesos formas de Discriminación contra la
de asistencia, acompañamiento y segui- Mujer (CEDAW), particularmente las
miento de denuncias de víctimas de ésta. recomendaciones 19 y 35, que enfatizan
Su responsabilidad será cumplir funcio- la discriminación por razones de géne-
nes sustantivas teniendo como referente ro como una vulneración a los derechos Foto: Juan Carlos Gallo
normativo y prescriptivo el Artículo 3° humanos, y los postulados de la Conven-

Entrevista 25
ción Interamericana para Prevenir, San- para buscar su erradicación. Ahora bien,
cionar y Erradicar la Violencia contra la con base en el Artículo 3° de los Linea-
Mujer, Convención Belém Do Pará, ins- mientos Generales para la Igualdad de
trumentos jurídicos que consideran que Género en la UNAM, se pueden ir defi-
la violencia de género no sólo se da en niendo objetivos a mediano y largo plazo.
el ámbito privado, como la familia, sino Esta entidad tendrá vinculación
también en el público, lo cual nos obliga clave con toda nuestra comunidad, y
a vincular las acciones y estrategias de las propuestas de las y los estudiantes,
prevención en los espacios laborales y profesores y trabajadores serán de suma
educativos, como nuestra Facultad. Por relevancia, pues potenciarán el traba-
supuesto, como parte de este Modelo jo colectivo de transversalización de la
también se contempla apoyo psicoemo- perspectiva de género, herramienta que
cional y el seguimiento de los casos. hará operativos los objetivos, ejes y líneas
La UG es un proyecto que surge ante de acción. La transversalidad es un con-
la urgencia de atender la problemática cepto central en el diseño de la UG, ya
de violencia de género en la Facultad y que valora las implicaciones de cualquier
en la UNAM, que ha sido visibilizada acción planeada para hombres y muje-
y denunciada por las Mujeres Organi- res, incluyendo las legislativas, políticas
zadas; se fue gestando desde el CT del y de programación en todas las áreas y
plantel para consensuar las demandas de niveles. Hará de las preocupaciones y ex-
las estudiantes y las necesidades de toda
la comunidad.

¿Cuáles son los objetivos a corto, me-


diano y largo plazo?

A corto plazo y atendiendo las necesi-


dades inmediatas de la comunidad, és-
tos son: 1) Coadyuvar en la prevención,
atención y seguimiento de los casos de
violencia de género cometidos por o
contra los miembros de la comunidad
de la Facultad; 2) Promover y participar
en la creación de espacios y ambientes
libres de violencia de género.
La UG puede convertirse en lo
que se ha denominado como “primer
respondiente” a la queja o denuncia, a
fin de que las víctimas sientan en todo
momento la garantía de sus derechos
humanos. Además, se propone generar
un espacio de empatía y confianza que
facilite el desarrollo de una Cultura de la
Denuncia en la Facultad.
En este sentido, un quehacer fun-
damental será desarrollar una Política
de la Prevención, lo que requiere el re-
conocimiento de los tipos y modalidades
de la violencia de género y cómo se ha
naturalizado en la convivencia cotidiana.
La visibilización del acoso y el hostiga-
miento por parte de las Mujeres Orga-
nizadas de la Facultad es fundamental

26 entrevista
cida por cualquier agresor. Con respecto
al renglón escolar, un 25.3 % de las mu-
jeres de 15 años y más ha vivido algún
tipo de violencia a lo largo de su vida de
estudiante. Cabe señalar que la ENDI-
REH es una de las principales fuentes
de datos nacionales sobre violencia con-
tra las mujeres y es un parámetro a nivel
internacional por sus características e
innovaciones; su última realización fue
en 2016 y su periodicidad es quinquenal
(INEGI, 2016).
En cuanto a datos de la UNAM, el
Primer Informe sobre la Implementación
del Protocolo para la Atención de Casos
de Violencia de Género en la institu-
ción, el 96.6% de las quejas fueron de
periencias, tanto de ellas como de ellos, mujeres (Fichero para la Argumentación
una dimensión integral del diseño, im- de Casos de Violencia).
plementación, monitoreo y evaluación Estos indicadores son imprescindi-
de políticas en todas las esferas, incluida bles para construir estrategias efectivas
una política universitaria que beneficie que respondan a problemáticas espe-
a ambos géneros igualitariamente. La cíficas; por ello, la UG debe aportar
transversalidad con perspectiva de géne- estadísticas propias que coadyuven a
ro guiará desde los planes de estudio de comprender la magnitud y particula-
la FCPyS hasta su política laboral. ridades de la comunidad de la FCPyS,
Cabe aclarar que no basta estable- toda vez que las diferentes entidades y
cer una tarea preventiva, de atención facultades de la Universidad tienen sus
y sanción a la violencia de género; son propios contextos y especificidades.
necesarias estrategias que enfrenten las A mediano plazo también se debe ins-
diversas dimensiones violentas, vincu- trumentar un Programa de Capacitación
ladas con estereotipos y roles de género y Formación con Enfoque en Derechos
aprendidos y que es vital deconstruir para Humanos y Perspectiva de Género en las
generar relaciones de igualdad y respeto. modalidades presencial y/o en línea.
Entre los objetivos de la UG a me- Asimismo, además del trabajo con
diano plazo están recoger la información académicas y estudiantes del movi-
existente y sistematizarla para elaborar miento de Mujeres Organizadas de la
un diagnóstico sobre la posición y con- FCPyS, en torno a una materia común
dición de las mujeres en la Facultad, en el para las y los alumnos de primer ingreso,
contexto de la violencia de género, rubro es pertinente que los planes de estudio
en el cual las estadísticas sobre la mate- sean revisados y replanteados con esta
ria son muy relevantes como evidencia. perspectiva, y que la misma se rescate
Por ejemplo, en México, seis de cada 10 en los perfiles de las y los egresados, la
mujeres manifiestan haber sido víctimas currícula y las líneas formativas de las
de algún tipo de violencia durante su diferentes carreras. También se requie-
vida (Inmujeres e INEGI, 2018); según re formar y sensibilizar a las y los fun-
la Encuesta Nacional de Dinámicas y cionarios sobre el tema, ofreciendo una
Relaciones en los Hogares (ENDIREH, capacitación que se pueda equilibrar con
2016), realizada por INEGI, un 66.1% cargas de trabajo. Debemos reconocer,
de las mujeres de 15 años y más han su- de igual modo, que en nuestro plantel
frido al menos un incidente de violencia hay académicas que trabajan los temas
emocional, económica, física, sexual o de género desde diversas dimensiones, y
discriminación en algún ámbito y ejer- que han hecho aportaciones clave, pero

Entrevista 27
al mismo tiempo contamos con pro- nes de vinculación e investigación sobre incluso a México, y que ha dado lugar
fesoras y profesores, que, aun siendo la situación de la Facultad, tendientes a a nuevas formas de organización de las
especialistas renombrados en diferentes proponer alternativas de solución y es- mujeres.
temáticas, no necesariamente están sen- pacios de discusión plurales, diversos y En la Unidad de Género también se
sibilizados con los asuntos de género. democráticos. ha concretado trabajo de documentación
Ha recogido apreciaciones y opinio- y actividades encaminadas a conocer las
¿Qué líneas se trabajan en este mo- nes de profesoras, profesores y estudian- experiencias de otras Unidades de este
mento? tes sobre el momento que se vive en tipo, como la de la Escuela Nacional de
nuestro plantel y la Universidad, a fin de Trabajo Social, pionera en el asunto, mis-
De manera oficial, la UG como tal aún evaluar la diversidad de voces y posturas ma que, junto con nuestra Facultad, son
no se ha constituido, ya que la toma de frente a la problemática. Cabe recordar las únicas que cuentan con esta figura.
la Facultad inició el 30 de enero pasado que dicha toma fue definida por las Mu- Es necesario mencionar que la UG
e imposibilitó la presentación formal de jeres Organizadas de la Facultad como se incorpora a una FCPyS donde ya
su plan de trabajo ante el H. Consejo una acción de sororidad con las otras existían una serie de procesos y accio-
Técnico y la Secretaría Técnica. La UG escuelas, facultades y entidades que han nes de prevención, atención, sanción y
es una instancia de vinculación, por lo planteado demandas en pliegos petito- erradicación de la violencia de género,
tanto, contará con diferentes miembros, rios específicos. como las de la Coordinación de Aten-
entre ellos una estudiante representante También no debemos olvidar que ción a Estudiantes (CAE), y la Oficina
de las Mujeres Organizadas. la violencia de género, particularmente Jurídica. Es decir, ésta no parte de cero y
Por lo pronto, desde que inició el contra las mujeres, es un fenómeno que se integra a coadyuvar en estos esfuerzos
movimiento, la UG ha realizado accio- trasciende a la Facultad, a la UNAM e ya iniciados.

Foto: Alejandra Bazúa

28 entrevista
Foto: Santiago Arau
33
Foto: Santiago Arau

También podría gustarte