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Análisis de la política energética chilena 2050 a la luz de los

principios del derecho de energía.


Maximiliano Vergara Herrera

Tema: Análisis de políticas regulatorias específicas de acuerdo con los principios del
Derecho de la energía. (Profesor Guzmán)

Introducción
En su ensayo “Concepto, contenidos y principios del derecho de la energía” 1 Iñigo del
Guayo modela tres principios rectores del derecho de energía actual: el principio de
seguridad del suministro; el principio de eficiencia económica y el principio de
sostenibilidad medioambiental.
En este trabajo intentaré hacer uso de dichos principios, cual sables, para atravesar el texto
que detalla la política energética chilena “Energía 2050”, el cual fija metas y objetivos a
conseguir por el país, a mediano y largo plazo (horizonte de años 2035 y 2050) mediante la
implementación de políticas públicas, en general, junto con el uso de otras herramientas,
como la cooperación internacional o la consulta a expertos y ciudadanía, en particular.
Este trabajo constará de tres partes: un somero estudio de los principios energéticos
actuales y su aplicación a la historia y actualidad chilena; un análisis crítico de la política
“Energía 2050”, su creación y objetivos; y, finalmente, una búsqueda y exposición de como
estos principios se ven reflejados en dicha política.

1. Los principios del derecho de la energía en clave chilena.


1
Guayo Castiella, I. del (2020). Concepto, contenidos y principios del derecho de la energía. Revista de
administración pública, 212, 309-346.
Iñigo del Guayo nos señala el camino que debió atravesar España para llegar al estado
jurídico-político actual en que se constata convencionalmente la existencia de los tres
principios del derecho de la energía en dicho país: principio de seguridad del suministro,
principio de eficiencia económica y el principio de la sostenibilidad medioambiental.
El primero de ellos, el de la seguridad del suministro, consiste en la “garantía de que todo
consumidor que necesite energía podrá satisfacer esa necesidad en cualquier momento”. 2
Este principio tiene una serie de implicancias, pero la más clara y tajante es la obligación
del proveedor de mantener un suministro (o la posibilidad de contar con él) de manera tan
constante como sea posible. Este proveedor, tal como sucedió en España, fue cambiando de
figura en nuestro país. Hasta la década de los 80 en el siglo XX la producción de energía
estaba mayoritariamente en manos del estado, lo cual cambió drásticamente, con especial
énfasis en la electricidad, entregando la generación, distribución y transmisión a manos del
sector privado, siendo, al día de hoy, uno de los 10 países en el mundo con mayor inversión
privada en este sector.3
El proceso de privatización comienza en 1980, pero no es hasta un hito que se firma en
1989 cuando se puede considerar completa la transición del sector eléctrico desde el estado
a los privados, con la venta total, por parte de la CORFO, de su participación en ENDESA.
A esto se le suma la difusión de la propiedad de esta última mediante el mecanismo de
“capitalismo popular”, en que diversas instituciones, como por ejemplo fondos de
pensiones, aumentaron su propiedad de ENDESA.4
Así las cosas, de aplicar en abstracto este principio en la realidad energética chilena actual,
quien debiese soportar esta obligación sería el sector privado, comprometiendo una garantía
de constancia en el suministro energético en favor del consumidor final.
Existen actualmente una serie de métricas mediante las cuales evaluar el desempeño en esta
área respecto de redes eléctricas, siendo las mas importantes la SAIDI (System Average
Interruption Duration Index) Índice que entrega la duración promedio de la interrupción del
sistema eléctrico, CAIDI (Customer Average Interruption Duration Index) índice que
entrega la información de la duración promedio de la interrupción del servicio eléctrico
respecto del cliente, SAIFI (System Average Interruption Frequency Index) índice que
señala la frecuencia promedio de la interrupción del sistema eléctrico, entre otras.5

2
Guayo Castiella, I. del (2020). Concepto, contenidos y principios del derecho de la energía. Revista de
administración pública, página 325.
3
“El sector de la energía en Chile. Capacidades de investigación y áreas de desarrollo científico-tecnológico”.
Conycit, Gobierno de Chile.
4
Moguillansky, Graciela (1997). La gestión privada y la inversión en el sector eléctrico chileno. Serie reformas
económicas. N.1.
5
Adedayo Ajenikoko, Ganiyu (2018). Impact of System Average Interruption Duration Index, Threshold on the
Reliability Assessment of Electrical Power Distribution Systems. International Journal of Electrical and
Electronics Research. P. 17-31.
Estadísticamente, el año 2022, en promedio en el territorio nacional el índice SAIDI fue de
14.53 horas, lo que significó un monto compensatorio ascendiente a 6.670 millones en
favor de los clientes que vieron interrumpido su acceso al servicio eléctrico. 6
Profundizando un poco en el tema, las estadísticas entre 2007 y 2015 señalan que según el
origen de la falla que resulta en una suspensión del servicio eléctrico, la mas importante
esta dada por un “evento externo” tales como sismos, descargas atmosféricas, fuertes
vientos, etc. Mas adelante veremos que la política energética chilena se hace cargo de este
problema en el informe Energía 2050.7
Para ilustrar lo anterior se acompaña un gráfico del índice SAIDI por región al año 2014.

6
Estos datos fueron tomados del informe de la SEC correspondiente a enero del año 2023 que, además,
señala las causas de origen de la interrupción del suministro eléctrico y el tipo de compensaciones que se
suman para llegar al valor final. Aquí se debe señalar que, de los 6.670 millones en compensaciones durante
el año 2022, 5.533 de ellos se pagaron de forma automática a los consumidores finales.
7
Zárate Muñoz, Francisca Fernanda (2018). “Desarrollar un modelo de predicción de fallas en sistemas de
distribución basado en información histórica” Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. P. 28
Continuando con el siguiente principio, de eficiencia económica, este consiste en la
exigencia de que el suministro de energía se haga al menor coste posible. 8 La
materialización de este principio se encuentra intrínsecamente ligada a ideas que
reconocemos no solo en el ámbito del derecho en nuestro país, sino que son de frecuente
manejo por parte de la ciudadanía en general: libertad de empresa y competencia.
Si bien la imagen que se pueda tener respecto de la regulación de mercados en otras áreas,
esto no es inmediatamente trasladable al mercado energético y, mas específicamente, al
eléctrico. A continuación, ofreceré una muestra de esta afirmación, pero primero, me
gustaría profundizar en la lógica del principio.
La fundamentación es relativamente simple: si la generación y distribución de energía
eléctrica es controlada por un solo ente, resulta fácil ver que la manipulación de precios
constituiría un peligro constante en un sector de tan alta importancia para la gente como lo
es la energía eléctrica. Así, este principio nos señala que, a través de la liberta de empresa y
el fomento de la competencia, se puede producir y distribuir energía a un menor coste,
siendo esto una ventaja para el consumidor final.
En Chile actualmente el panorama es, estadísticamente, bueno. El índice Hirschman-
Herfindhal que determina niveles de concentración en contextos que van desde ingresos
económicos de hogares a mercados industriales y es usado por el Departamento de Justicia
de los EEUU9, señala que el 31 de diciembre de 2019 alcanzó el guarismo de 1.281 en el
mercado eléctrico chileno. 10
Este nivel ha, incluso, disminuido desde su anterior medición, dando muestras de que el
mercado eléctrico chileno es desconcentrado y se está desconcentrando aún más.
Sin embargo, esto solo nos entrega una imagen estática y promedio de la situación real.
Según el mismo informe, si diseccionamos los datos por otros criterios, como horas del día,
por ejemplo, vemos concentraciones enormes de capacidad generadora en solo algunos, o
incluso un solo conglomerado productor. Así, en general, se puede concluir que la
concentración del mercado eléctrico en Chile es de un nivel medio, pudiendo adoptarse
políticas energéticas o económicas tendientes a su mayor dispersión.
Otro panorama se observa en el mercado del gas natural licuado (GNL) en Chile. Fuera lo
mediático que resultó el tema en su momento se constató que no existen antecedentes
suficientes para afirmar que los nivele de competencia disciplinen de manera adecuada los
precios del GN y, adicionalmente, no pareciera haber evidencia de la existencia de
sustitutos fuertes del GN para el caso de los clientes residenciales en usos distintos a la

8
Guayo Castiella, I. del (2020). Concepto, contenidos y principios del derecho de la energía. Revista de
administración pública, 212, 309-346.
9
Nota técnica de Stephen A. Rhoades de la División de estadísticas e investigación del Banco Federal de Saint
Louis “The Herfindhal-Hirschman Index” (1993)
10
Según el “Informe de monitoreo de la competencia en el mercado eléctrico de Chile de 2019”, elaborado
por el Coordinador Eléctrico Nacional. P. 17.
calefacción, de modo que fueran capaces de competir con el GN y disciplinar sus precios
(…).11
A similares conclusiones, o incluso peores, llega el informe la fiscalía nacional económica
en el mismo tema, señalando que desde 2016, Metrogas ha podido, mediante aplicación de
legislación reciente, mantener o incluso elevar precios del GN residencial, cuyos
consumidores podrían estar pagando entre un 12.7% a un 20.2% menores precios.12
Sumado a este antecedente se constata que existiría concentración tanto horizontal como
vertical: horizontal dado que existen solo tres empresas distribuidoras y vertical por cuanto
estas mismas empresas controlan importación, almacenamiento, transporte, distribución y
comercialización del mismo.13
Así las cosas, este es un principio que no se está cumpliendo cabalmente en el mercado
energético chileno, y respecto del cual se requieren ingentes avances en un futuro próximo,
especialmente teniendo en cuenta la importancia que este mercado tiene en el bienestar de
la población.
Finalmente, respecto del principio de sostenibilidad medioambiental, Chile se encuentra en
un lugar un tanto extraño: las emisiones de CO 2 por persona se encuentra levemente sobre
el nivel mundial, pero muy por debajo del promedio de la OCDE. Sin embargo, las
emisiones se han incrementado un 114% desde 1990 y 20% desde 2007, por lo que, si bien
no es Chile el mayor contribuidor de CO 2 per cápita, si se visualiza un agravamiento de
esta situación en los últimos años.14
Sumado a esto el sector energía es el principal emisor de GEI (Gases de Efecto
Invernadero), representando el 76% de las emisiones totales en 2020, mayoritariamente
por las emisiones producto de la quema de carbón mineral y gas natural para la
generación eléctrica (…)15
Podemos ver cómo, mediante datos duros, Chile se encuentra en un momento pivotal de su
historia y la incorporación de este principio a las políticas publicas propuestas, aprobadas e
implementadas en un horizonte de tiempo próximo serán absolutamente claves para el rol
que puede cumplir nuestro país en el contexto general mundial de cambio climático que se
ya no solo se avecina, sino que también esta dejando sentir sus consecuencias
progresivamente, las cuales, a su vez, ponen en peligro la estabilidad de las redes de
transmisión de energía del país, redoblando la importancia que debiese tener este principio
en particular.

11
Estas conclusiones constan en el informe “Propuestas para la mejora regulatoria del mercado del gas
natural en Chile”, de 2023, confeccionado por un comité de expertos y solicitado por el ministerio de energía.
12
Informe “Estudio de mercado del Gas” (diciembre, 2021). Fiscalía Nacional Económica.
13
Informe de asesoría técnica parlamentaria “Antecedentes del mercado de gas residencial en Chile”. (junio
2021) Nicolas García Bernal.
14
Actualización 2020 de la “Contribución determinada a nivel nacional (NDC) de Chile” del Ministerio de
Medioambiente de Chile.
15
“Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero, 1990-2020: Resumen de Puntos Clave” (noviembre,
2022). División de cambio climático del ministerio de medio ambiente.
2. Los principios del derecho de la energía en la política energética 2050 de Chile.
Antes de entrar de lleno en el estudio de la política energética en comento, se debe señalar
que el texto ofrece cuatro pilares en torno a los cuales se estructura la propuesta de política
energética con objetivos que miran al 2050, estos son: seguridad y calidad del suministro;
energía como motor del desarrollo; energía compatible con el medio ambiente; y eficiencia
y educación energética.
Podemos ver como tres de los cuatro se acercan naturalmente a los principios en estudio,
mientras que el cuarto pilar nos resulta ajeno al estudio que se intenta efectuar. Este es el de
“energía como motor del desarrollo” y lo trataré someramente a continuación.
El capitulo que se explaya sobre este tema se compone de cuatro acápites, a saber:
Desarrollo energético inclusivo; Acceso equitativo a servicios energéticos y calidad de vida;
Inclusividad territorial; y Competitividad en el sector energético.
Como este último acápite resulta contrastable a la luz de un principio estudiaré los primeros
tres.
Desarrollo energético inclusivo

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