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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LOS LLANOS
CENTRALES
“RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA DE POSTGRADO

LAS POLÍTICAS PUBLICAS DE REINSERCIÓN SOCIAL DEL PENADO SEGÚN LO


ESTABLECIDO EN EL SISTEMA LEGAL PENITENCIARIO
Trabajo final de Grado presentado como requisito para optar al título de
Especialista en Derecho Penal y Criminología.

Autor: Abg. Belkis Palma

Tutor: Esp. José D. Figueroa

San Juan de los Morros, Mayo de 2021.


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APROBACIÓN DEL TUTOR.

Ciudadano(a):
Coordinador de la
Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos.
Presente.

En mi carácter de Tutor del Trabajo Especial de Grado presentado por la


Ciudadana: Abg. Belkis Palma, titular de la cédula de identidad Nº V- 4738280., para
optar al Grado de Especialista en: CIENCIAS PENALES Y CRIMINOLOGICAS,
considero que dicho trabajo: “LAS POLÍTICAS PUBLICAS DE REINSERCIÓN
SOCIAL DEL PENADO SEGÚN LO ESTABLECIDO EN EL SISTEMA
LEGAL PENITENCIARIO”. Reúne los requisitos y méritos suficientes para ser
sometido a la presentación pública y evaluación por parte del Jurado Examinador que
se designe.

En la Ciudad de San Juan de Los Morros, a los 25 días del mes de mayo del
2021.

Esp. José David Figueroa


C.I.V- 9.437.031
iii

DEDICATORIA

A Dios Todopoderoso por guiarme e iluminar cada uno de mis pasos y por
permitir que haber logrado uno de mis objetivos.

A mis Padres por el amor, comprensión y apoyo que siempre me han dado, y
por enseñarme la satisfacción que dan las cosas logradas, cuando las obtenemos con
esfuerzos, perseverancia y honradez.

A mis hijos Pedro y Barbara, nietos Augusto, Miguel Ángel y Anastacia


Victoria, por formar partes de mi familia..

A todos los Facilitadores, por permitirnos formarnos y brindarnos todos los


conocimientos obtenidos para alcanzar nuestro título y de esta manera servirle a la
sociedad.
iv

RECONOCIMIENTOS

Dios Todopoderoso y a la Virgen María, por guiarme e iluminar cada uno de


mis pasos y por permitir haber logrado uno de mis objetivos.

Al tutor por su dedicación, enseñanzas y ayuda incondicional, para llevar a


cabo este proyecto.
v

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
RÓMULO GALLEGOS
ÁREA DE POSTGRADO
ESPECIALIZACION EN CIENCIAS PENALES Y CRIMINOLOGICAS

LAS POLÍTICAS PÚBLICAS DE REINSERCIÓN SOCIAL DEL PENADO SEGÚN LO


ESTABLECIDO EN EL SISTEMA LEGAL PENITENCIARIO
UTOR: Abg. Palma Belkis
TUTOR: Esp. José Figueroa
FECHA: Mayo 2021.

RESUMEN

Es así como en la presente investigación se desarrolla el análisis de la política del estado


venezolano en cuanto a la reinserción social del penado según lo establecido en el sistema legal
penitenciario de Venezuela. Es de vital importancia mentalizar a toda la población de que la
reeducación, resocialización y reinserción de las personas penadas es beneficiosa para todos,
puesto que evitará en gran medida la reincidencia y, de este modo, se desarrollaría una óptima
convivencia en la comunidad. La Metodología que fundamento el estudio corresponde a un
trabajo documental, de tipo jurídico dogmático las técnicas empleadas fueron el fichaje, el
subrayado, la recopilación, el análisis comparativo de la información y se empleó además el
método deductivo analítico. En lo que respecta a conclusiones, podemos decir, que el sistema
penitenciario en Venezuela se ajusta en su política de estado a la reinserción social del penado
según lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana y al ordenamiento jurídico
legal penitenciario vigente, atendiendo al principio de progresividad lo que implica la evolución
del tratamiento del recluso, según el cual se va ascendiendo a espacios de libertad durante el
tiempo que supone la condena. Además, podemos decir que el estado venezolano reproduce el
modelo de política en cuanto a la reinserción social del penado por una Teoría Mixta donde
convergen los Programas Máximos, también conocidos como resocialización para la moralidad,
que son aquellos donde la intervención del tratamiento penitenciario aspira a una internalización
de aquellos “criterios valorativos dominantes” que operan en la sociedad, no obstante, esta
noción de reinserción no se adecúa con el Estado democrático de derecho operante en la
actualidad y la sociedad pluralista que desprende, suscitando un cuestionamiento respecto a la
obligación de internalizar valores dirigidos a una admisión “acrítica del sistema vigente”.
También, podemos concluir que la función rehabilitadora contemplada en el artículo 272 de la
CRBV, viene acompañada de una mención general sobre algunas actividades para alcanzarla: la
recreación, la educación, el trabajo y el deporte, aunque no se habla de metodologías y acciones
concretas.

Descriptores: Reinserción social, Política Publicas, Sistema Penitenciario.


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INDICE GENERAL

pp.

PORTADA.....................................................................................................................i
CARTA.........................................................................................................................ii
DEDICATORIA...........................................................................................................iii
AGRADECIMIENTO..................................................................................................iv
INDICE GENERAL......................................................................................................v
RESUMEN...................................................................................................................vi
INTRODUCCIÓN.........................................................................................................1
CAPÍTULOS

I EL PROBLEMA.......................................................................................................3
Planteamiento del Problema.....................................................................3
Objetivo General......................................................................................6
Objetivos Específicos...............................................................................6
Justificación..............................................................................................6
Delimitación.............................................................................................7

II MARCO TEÓRICO................................................................................................8
Antecedentes............................................................................................8
Bases Teóricas........................................................................................11
Bases Legales.........................................................................................37

III MARCO METODOLÓGICO............................................................................44


Tipo de Investigación.............................................................................44
Modelo de la Investigación....................................................................45
Nivel de la Investigación........................................................................45
Método de la Investigación....................................................................46
Técnicas de la Investigación..................................................................46
Procedimiento de la Investigación….....................................................47

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES......................................................50

MATERIALES DE REFERENCIA........................................................................55
1

INTRODUCCIÓN

Renueva su importancia el estudio del Derecho Penal, si tomamos en cuenta que ciertos
sectores han requerido una reforma audaz del Sistema Procesal Penal Venezolano, que
consideran cónsona con los tiempos que vivimos y concordantes con la realidad social
existente que reclama una justicia penal transparente, pronta y breve. Por otra parte, los
problemas que generan el crimen y la criminalidad han sido motivo de perturbaciones
constantes en todas las épocas y sociedades humanas, y grande el interés y la preocupación
para estudiarlos en sus causas, más aún en la actualidad, donde se evidencia un marcado
aumento de la violencia y el índice delictivo y se requiere la orientación de una sana política
criminal a nivel de la Reinserción Social del penado en nuestras cárceles.
Es de vital importancia mentalizar a toda la población de que la reeducación,
resocialización y reinserción de las personas penadas es beneficiosa para todos, puesto que
evitará en gran medida la reincidencia y, de este modo, se desarrollaría una óptima
convivencia en la comunidad.
No solamente en países como el nuestro, caracterizados por su pobre desarrollo y por la
ineficiencia de las actuaciones de sus autoridades públicas, nos hemos acostumbrado a
convivir con los problemas que se presentan en el campo penitenciario (hambre, abusos
sexuales, transmisión de enfermedades mortales, rumores de práctica de videos snaff, certeza
de práctica de videos pornográficos, torturas físicas y mentales, delincuencia organizada al
interior de los centros de reclusión, entre otros). Se habla, en efecto, de una crisis mundial de
este sector que, sin consideraciones presupuestales ni relaciones con los niveles de vida de la
población, se extiende y abarca a la casi totalidad de los sistemas penitenciarios del planeta.
Por otra parte, para comprender la magnitud del problema que se nos presenta con esta
situación, recordemos que la pena privativa de la libertad es una institución que se
encuentra concebida dentro de la más sagrada de las funciones del Estado: administrar
justicia.
Para lo anterior, he querido desarrollar una investigación puntual en el Centro
Penitenciario David Viloria (URIBANA) ubicado en la ciudad de Barquisimeto, Estado Lara,
una Investigación que se acerque más a la realidad que se nos presenta a diario, que confronte
a la teoría y a la práctica penitenciaria y, por sobre todo, que se oriente a concebir a la pena
privativa de la
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libertad como la institución que no solamente pertenece ni necesita de los pronunciamientos


jurídicos, sino que, además, requiere de una sociedad que la haga respetar y que vele por el
real cumplimiento de los postulados que la rigen, está amparado por el artículo Constitucional
que da participación a las comunidades a través de los Consejos Comunales donde se
encuentre el Centro Penitenciario o de detención.
Aún cuando se reconoce la necesidad de la represión no creo que sea el único medio ni
el mejor. Ha sido precisamente durante los últimos cincuenta años que los estudiosos del
delito han llegado a valorizar en su justa medida el aspecto preventivo al comprobar que
siglos de aplicación de torturas y de castigos indescriptibles y de rodear a la sanción penal
de un espíritu de venganza social notable han dado frutos muy escasos y que se hace
presente la necesidad de una nueva orientación.
Por último, con las herramientas que podamos obtener con nuestra investigación,
trataremos de dilucidar lo que, en nuestro entender y con nuestras interpretaciones, si el
Sistema Penitenciario cumple con la infraestructura carcelaria en cuanto al hacinamiento,
áreas de seguridad, áreas de educación y reeducación, servicios sanitarios, servicios
religiosos, áreas de deportes y recreación, de alimentación y visitas, entre otros.

La investigación está estructurada en cuatros capítulos desarrollados de la siguiente


manera:

Capítulo I: El Problema: El Planteamiento del Problema, Los Objetivos de la


Investigación que incluye el Objetico General seguido de los Objetivos Específico, La
Justificación y Delimitación de la Investigación.

Capítulo II: Marco Teórico: Los Antecedentes, Las Bases Teóricas, y Las Bases Legales
de la Investigación.

Capítulo III: Marco Metodológico, el Tipo, el Modo, Nivel, Métodos y Técnicas de la


investigación.

Y por último se presenta el Capítulo IV: que contempla las Conclusiones, las
Recomendaciones y para finalizar con los Materiales de Referencias.
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CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema

Nuestro sistema de penas privativas de libertad está orientado hacia la reeducación y la


reinserción social de los condenados, tal como establece la Constitución tras romper y
proclamar nuestro Estado como un Estado Social Democrático de Derecho, constitucionaliza
no sólo la reeducación y la reinserción social como finalidad de las penas privativas de
libertad sino también el reconocimiento de los derechos fundamentales a favor de los
reclusos que se hallen cumpliendo condena. Nuestro sistema está orientado así hacia la
finalidad retributiva de las penas, propia de las teorías absolutas, que defienden que el
sentido de éstas se fundamenta en la culpabilidad del autor del hecho delictivo y que éste
último sólo puede compensarse con la imposición de una pena que suponga únicamente la
retribución del mal causado. La función rehabilitadora del sistema penitenciario y el papel
de las unidades de tratamiento, supervisión y orientación (UTSO).
La función rehabilitadora contemplada en la constitución de la República Bolivariana
de Venezuela 1.999, viene acompañada de una mención general sobre algunas actividades
para alcanzarla: la recreación, la educación, el trabajo y el deporte, aunque no se habla de
metodologías y acciones concretas.
Para lo cual establece el artículo 272 de la CRBV:
El Estado garantizará un sistema penitenciario que asegure la
rehabilitación del interno o interna y el respeto a sus derechos humanos.
Para ello, los establecimientos penitenciarios contarán con espacios para el
trabajo, el estudio, el deporte y la recreación... En general, se preferirá en
ellos el régimen abierto y el carácter de colonias agrícolas penitenciarias. En
todo caso las fórmulas de cumplimiento de penas no privativas de la libertad
se aplicarán con preferencia a las medidas de naturaleza reclusoria…(p.12)

La razón de ser del sistema penitenciario debería responder, en principio, a la


aplicación o ejecución de un programa enmarcado en una política criminal seria, objetiva y
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moderna, que facilite al Estado la aplicación de medidas de tipo preventivo y penal destinadas
a llevar la criminalidad a límites tolerables. Esto permitiría evitar que los comportamientos
considerados como antisociales, perturben el nivel y calidad de vida de la mayoría de los
ciudadanos, garantizando así el mayor bienestar posible, lo que implica, la determinación de
medidas extrajudiciales de corte preventivo, normativas y medidas penales que en definitiva
respondan a una política social general. Lo deseable sería, que la utilización de medidas
penales por no ser las más adecuadas para reducir la delincuencia, se constituyeran en la
última alternativa, y decididamente se abordarán las causas del delito en su origen; como lo es
la problemática de la pobreza, el desempleo, el acceso a la educación, la vivienda, la salud, la
recreación, la cultura, el deporte e inclusive el acceso a una Administración de Justicia
oportuna; variables que influyen significativamente en la conformación del sistema de valores
de las personas.
En el aumento de la criminalidad inciden factores socioeconómicos y políticos; ya en
1976, López y Arrojo, expresaban que la criminalidad se encontraba en proceso de aumento
tanto en los países desarrollados como en los países en vías de desarrollo. Este incremento se
niega a veces en estos últimos en parte a causa que las estadísticas criminales y demás fuentes
de información son defectuosas o inexactas; o porque las 21 condiciones de pobreza, de
subdesarrollo o los trastornos políticos convierten el crimen en algo de menor importancia.
Al aumento de la criminalidad, se suma la desproporción en algunos centros de
reclusión la distribución de la población en los locales de alojamiento, existiendo pabellones y
locales abarrotados de presos; la debilidad en la autoridad; la rivalidad y el enfrentamiento
entre bandas de reclusos; obedeciendo la hostilidad, en muchos casos a intereses en la
comercialización de estupefacientes y la prevalencia de la fuerza en el liderazgo. Entre otras
causales del hacinamiento, se encuentra la deficiencia de Tribunales Penales, Despachos de la
Fiscalía del Ministerio Público y de la Defensoría Pública de Presos, los cuales son muy
desproporcionados con relación a la gran cantidad de causas penales en proceso.
Tal deficiencia genera retardo y violación de los lapsos procesales y por ende
hacinamiento, cuya responsabilidad recae en éstas instituciones. También es adjudicable el
retardo y hacinamiento al Ministerio del Poder Popular para el Servicio Penitenciario y a la
Guardia Nacional al incumplir los traslados de los imputados a los tribunales, quienes deben
asistir a las diferentes audiencias de las incidencias del proceso, aunado a la falta de
transporte, personal y esposas de seguridad. Un aparte especial de revisión lo constituyen los
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traslados indiscriminados de imputados o condenados desde sus centros de origen hacia otros
establecimientos, con la intención de aliviar los conflictos carcelarios, cuyas decisiones en
muchos casos no representan una solución más que inmediata, ya que lo que se traslada es un
problema de un reclusorio a otro.
Esto además de violentar los lapsos procesales y por ende el debido proceso en el caso
de imputados, aleja al recluso de sus vínculos familiares, soporte importante en el tratamiento,
eleva los niveles de ansiedad y agresividad. El incremento de la población reclusa en clara
desproporción a la capacidad de albergue, a la cantidad de custodios para la vigilancia interna
y de los equipos técnicos profesionales de los centros de reclusión, destinados a la ejecución
de medidas de seguridad y tratamiento, genera descontrol en todos los sentidos; mientras que
el vigilante se ve limitado en hacer seguimiento, imponer disciplina y facilitar el tratamiento,
los profesionales encargados del proceso no pueden aplicar los métodos referidos a la atención
de casos individuales. Lo expuesto, obviamente genera todo un número de situaciones de
desasistencia, descontrol, ocio e indisciplina que terminan siendo potencialmente peligrosas,
como de hecho se manifiestan permanentemente en las cárceles sobrepobladas, así lo muestra
el siguiente cuadro estadístico:

Años Población Reclusa Capacidad Instalada Hacinamiento (%)

2012 48, 262 16, 539 192

2013 52, 933 16, 539 220

2014 51, 256 19, 000 170

2015 49, 644 26, 000 190.93

2016 54, 738 35, 562 54

2017 57, 096 19, 000 300

Fuente: OVP Observatorio Venezolano de Prisiones 2018

Del presente cuadro se desprenden estas premisas que el personal de vigilancia debe
estar formado técnicamente para el ejercicio de la función de custodia, encontrándose su
acción estrechamente relacionada con las directrices que sobre el sujeto vigilado se tengan en
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materia de tratamiento, puesto que, el personal de custodia además de hacer seguimiento al


cumplimiento de la disciplina, participa directa e indirectamente de manera muy importante en
el logro de éste. El contacto permanente del vigilante con el recluso, le permite estar en
conocimiento sobre la evolución en cuanto a los cambios de conducta deseados, es decir, tiene
posibilidades de verificar observando el comportamiento, si el recluso ha internalizado valores
positivos que permitan su rehabilitación, lo que implica que el custodio debe conocer la
temática de la seguridad y del tratamiento, para tener habilidades y destrezas con las que
pueda atender a una población que presenta condiciones especiales de comportamiento.
Todo ello, genera tal descontrol en la seguridad interna de los establecimientos
carcelarios, que en algunos centros del país la vigilancia no accede a las áreas de reclusión y
se mantiene en los espacios administrativos, motivado a esto, la mayor parte del tiempo los
reclusos se encuentran a su libre albedrío. La falta de vigilancia en áreas internas, trae como
resultado la imposición de las normas de convivencia que deciden los reclusos líderes de los
penales, por lo que progresivamente se pierde la autoridad y el control sobre los presos,
predominando en lugar de la disciplina los acuerdos entre bandas de reclusos que
supuestamente contribuyen a mantener la calma y el control.
Los Medios para ofrecer Actividades de Tratamiento Los servicios de educación se
presentan igualmente muy deficitarios, la población incorporada en los programas de
formación es de bajo porcentaje, puesto que la violencia carcelaria dificulta que los reclusos
asistan a las actividades, e inclusive en ocasiones los líderes negativos impiden que los
internos asistan a clases. La actividad de capacitación laboral, salvo la iniciativa que está a
cargo del Instituto Nacional de Cooperación Educativa Socialista (INCES)a través del
programa "Juventud Desocupada", también es muy reducida y consigue muchos obstáculos.
En materia de capacitación el INCES viene ejecutando desde hace aproximadamente
10 años un programa de importancia. Las actividades se dirigen a la formación de internos en
áreas artesanales, industriales, de servicios, agropecuarias, técnicas de formación de micro
empresarios, educación formal, alfabetización, etc., constituyendo una alternativa que ha
rendido muy buenos resultados. En la actualidad esa unidad ejecuta el programa de
capacitación e incorporación al trabajo contenido en el Plan Vuelvan Caras y Robinson, donde
se atienden más de 1000 reclusos; aunque la iniciativa es importante no ha logrado abordar un
porcentaje mayor del total de la población, por todas las incidencias que ocurren en las
cárceles y la falta de apoyo de la administración penitenciaria para la realización a plenitud de
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este programa. La mayoría de las prisiones tienen aulas de estudio que están infrautilizadas
por una serie de motivos, como la falta de personal educativo.
Con la vigencia de la Ley de Redención de la Pena por el Trabajo y el Estudio la
matrícula estudiantil en las cárceles ha venido aumentando, dado el efecto motivador de esta
Ley, además se han venido incorporando docentes del INCES, el Ministerio del Poder Popular
para la Educación y las Gobernaciones; sin embargo, no se alcanza todavía la matrícula
deseada y en materia de dotaciones la situación se mantiene igual de deficitaria sino agravada.
En lo relacionado a deportes y cultura se restringe a la práctica de eventos inter penales
programados anualmente. Las disciplinas deportivas no se fomentan bajo la visión formativa,
sino de entretenimiento, reciben dotaciones del Ministerio del Poder Popular para las
Relaciones de Interior y Justicia, de Fundaciones y de dependencias gubernamentales en
mayor medida que la actividad de educación; pero nunca de acuerdo a la necesidad. Las
acciones culturales son sufragadas por los mismos reclusos en la mayoría de los casos porque
reciben poco aporte y los medios son muy limitados, termina siendo un espectáculo donde
pretenden protagonizar anualmente las autoridades de prisiones a través de festivales de teatro,
música, artesanía, etc.
Una debilidad de los equipos de tratamiento se observa en los programas
motivacionales para la incorporación de internos en las actividades, por esta razón,
usualmente se encuentran los mismos reclusos participando en lo cultural, lo deportivo y lo
educativo. La actividad de incorporación de la población reclusa en la producción laboral,
presenta condiciones similares de deficiencia, siendo la participación de los internos reducida
a un pequeño porcentaje. El trabajo pocas veces sirve de medio de formación y creación de
habilidades para la incorporación posterior al mercado de trabajo en las comunidades, debido
a que los métodos son empíricos en la mayoría de los casos; prevalece la economía informal a
través del buhonerismo.
El trabajo artesanal en ocasiones no es especializado; la supervisión es muy débil. Las
cárceles se han convertido en verdaderos mercados persas, donde abundan la choza y la
ranchería, en las cuales se expende desde café y cigarrillos hasta armas y drogas, existiendo
poco o ningún control de parte de las autoridades. Para fines de mantenimiento y preparación
de alimentos las administraciones de los centros, incorporan algunos reclusos en las cocinas,
comedores y cuadrillas de mantenimiento, en labores de cocineros, electricistas, mecánicos,
plomeros, albañiles, latoneros, pintores y aseadores, entre otros; quienes trabajan sobre todo
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motivados por la posibilidad de optar a una medida alternativa a la prisión, pero no cuentan
con medios adecuados para cumplir la actividad.
Los reclusos perciben pagos irrisorios que de ninguna manera alcanzan para satisfacer
necesidades elementales. Son sometidos a jornadas extensas de trabajo, los cocineros que
preparan los alimentos inician el trabajo aproximadamente a las tres de la madrugada y
terminan las jornadas pasadas las ocho de la noche, en todos los casos cuentan con muy pocos
medios para desarrollar la labor. Excepcionalmente se encuentra en algunos reclusorios casos
particulares, donde los internos por iniciativa propia han logrado constituir pequeñas unidades
de producción, beneficiándose en oportunidades varios reclusos. Estas experiencias, aunque
son positivas no se repiten con frecuencia dada la falta de cooperación de las autoridades. En
cuanto a las visitas existen cronogramas para ello, ejemplo tres visitas al mes, dos para recibir
y compartir con los familiares y una para la visita conyugal si la hubiere.
A pesar de que en Venezuela es extremadamente difícil conseguir estadísticas fieles
emanadas de alguna Institución del Estado Venezolano, continuamente podemos leer en
medios impresos, oír y ver por radio y televisión a personajes tanto del gobierno como de
oposición política señalar no solo el aumento de la delincuencia, sino que los delitos son
cometidos por delincuentes reincidentes, algo preocupante para todos los habitantes del
país, ya que podemos derivar de ello la poca eficacia que de los centros penitenciarios
tienen a la hora de resocializar al penado.

La realidad social, no sólo del país sino de muchos otros Estados impone patrones
inherentes a los antecedentes más antiguos del estado patriarcal, que aún definen los requisitos
laborales, profesionales, culturales y familiares traducidos en una carga para las mujeres en
cuanto a su rol social. Es a la mujer a quien se le imponen los patrones sociales, con las
limitaciones de las políticas de empleo, en cuanto a la cantidad de hijos bajo su cuidado o al
estado de gravidez; carga moral y social de concebir hijos dentro de un núcleo familiar; a ser mal
vista si es madre soltera y asumir la responsabilidad económica ante la paternidad irresponsable.

Ante todo, estos planteamientos surgen las siguientes interrogantes:

¿Cuál es la política pública de reinserción social del penado según lo establecido en el


sistema legal penitenciario venezolano?
¿Cuál es el modelo o tratamiento resocializador aplicado en Venezuela al sistema
penitenciario?
9

¿Que establece la Ley de Régimen Penitenciario para el tratamiento resocializador


aplicado en el sistema penitenciario venezolano?

¿Cuál es la función de las Unidades de Tratamiento, Supervisión y Orientación (UTSO), como


instituciones encargadas de acompañar al ex interno en este nuevo proceso de reinserción?

OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

Objetivo General
Analizar las políticas públicas de reinserción social del penado según lo establecido en el
sistema legal penitenciario venezolano.

Objetivos Específicos

1. Estudiar el modelo político del estado venezolano en cuanto a la reinserción


social del penado según lo establecido en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela.

2.
Determinar lo que establece la Ley de Régimen Penitenciario para el
tratamiento resocializador aplicado en el sistema penitenciario
venezolano
3. Describir de acuerdo a la norma la función de las Unidades de Tratamiento,
Supervisión y Orientación (UTSO), como instituciones encargadas de
acompañar al ex interno en este nuevo proceso de reinserción
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JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN

En Venezuela no es sino a partir de la segunda mitad del siglo XX cuando comienzan los
primeros acercamientos hacia una investigación criminológica formal. Se ha hablado sobre
cuatro fines que persigue la pena: retributivo, expiativo, correctivo y
rehabilitador. La primera función de la pena se busca devolver al delincuente el daño que ha
causado a la sociedad.
En el caso de la segunda función, expresa que el Estado es la manifestación de la
voluntad de Dios, que los mandatos que devienen del Estado son, a su vez, mandatos divinos y
que, por tanto, los delitos son en sí mismos pecados. La función correctiva proviene de la idea de
transformar, modificar y alterar la condición que determina al hombre, lo cual corregirá su
conducta. Por último se encuentra la función rehabilitadora de la pena, y es allí donde surgen
algunas dicotomías en cuanto al término rehabilitación por cuanto aún no se tiene clara la idea
central de este término.
Los derechos fundamentales se encuentra restringido por determinadas exigencias propias
de la vida en sociedad por eso se vincula con un reforzamiento de las garantías de una existencia
plena, pacífica y respetuosa por los derechos y la dignidad humana. por otra parte los internos o
ex internos mediante sus experiencia por esa falta de dedicación de fomentar y aplicar esos
derechos con normas ,leyes y demás reglamentos se le ha sido difícil incorporarse a la
reinserción social en nuestra sociedad, buscando de cambiar su conducta delictiva y buscando las
oportunidades que el Estado como garante les brinde oportunidades para su mejoramiento, no se
justifica por eso mismo toman la misma conducta delictiva dentro de la sociedad y vuelven a
reincidir por lo mismo u otro hecho para conseguir lo que necesita para poder sobrevivir en
nuestro país y sostener a su familia para darle una calidad de vida que el Estado con intención o
sin ella la han limitado para su surgimiento transformador.

Ahora bien, la presente investigación en correspondencia con lo anterior se inserta en la


Línea de Investigación “Derecho Penitenciario” y se justifica desde varios puntos de vista a
saber:

Desde el punto de vista social, se persigue con esta investigación estudiar mediante un
análisis de los diversos factores intervinientes en la privativa de libertad que sufre un ciudadano
al asumir una conducta antijurídica, es decir, de qué manera esos factores moldean una conducta
que a la postre convertirá a ese ciudadano en potenciales y mejores delincuentes o si con la
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ayuda del Estado con políticas y estrategias para sensibilizar a la comunidad, a la sociedad de
darle una oportunidad para ser reinsertado mediante el estudio y el trabajo.
Desde el punto de vista metodológico e institucional, la presente investigación se justifica
porque está ajustada a un manual de elaboración de trabajos especiales de grado, tesis de
maestría y tesis doctorales de la UNERG por lo que servirá de instrumento o material de consulta
para estudiantes de esta especialización, así como de otras de igual naturaleza.
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CAPÍTULO II

MARCO TEORICO

El marco teórico, es aquel que trata con profundidad los aspectos relacionados con el
problema y vincula lógica y coherentemente los conceptos y las proposiciones existentes en
estudios anteriores. Según Tamayo y Tamayo (2012), El marco referencial: “ayuda a precisar
y a organizar los elementos contenidos en la descripción del problema, de tal forma que
puedan ser manejados y convertidos en acciones concretas”. (p. 145). Por su parte, Palella y
Martíns (2012), define al marco teórico como: “El soporte principal del estudio, en él se
amplía la descripción del problema, ya que permite integrar la teoría de la investigación y
establecer sus interrelaciones”. (p.154).

Antecedentes de la Investigación
El fenómeno de la violencia debe ser considerado, como un problema social y familiar,
es por tal motivo que los esfuerzos de los investigadores que aborden esta problemática deben
estar dirigidos a obtener datos confiables y desarrollar modelos causales relacionados con la
temática.

Antecedentes internacionales

Se estudió el trabajo de investigación de González, L. (2018). Cuyo título es “Reinserción


social, un enfoque psicológico”. Fue un trabajo presentado ante la Facultad de Derecho y
Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, para optar al título
de Especialista en Derecho Penal. En este trabajo la investigadora estudió los planteamientos de
la psicología frente al tratamiento del condenado, analizando la aplicación de estos métodos en
otros ordenamientos y su pertinencia con el nuestro. Durante los últimos años, la psicología ha
hecho muchos avances, ya no se habla del sujeto que delinque como un enfermo que debe ser
alejado de la sociedad, sino como un ser integral, con características específicas, que puede
recibir tratamiento para ser devuelto a la sociedad como parte funcional de la misma. Fue un
trabajo de campo con apoyo documental. Llegando a las conclusiones siguientes: El método de
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trabajo y aprendizaje implantado en nuestro sistema penitenciario, como manera de


rehabilitación social del condenado, no cumple a cabalidad su función, dejando muchos vacíos
en el proceso. La individualización del tratamiento del condenado representa un verdadero paso
para su rehabilitación social. La Psicología Jurídica ha hecho grandes aportes al sistema penal en
diferentes ordenamientos y tiene una rama dedicada al estudio de los tratamientos en los centros
penitenciarios. Los países que han incluido los postulados de la Psicología Jurídica en el trato al
condenado han notado una disminución de la criminalidad.

Antecedentes nacionales

En primer lugar, se revisó el trabajo de Navarro, Y. (2017). Quien es Socióloga, Docente


de la Universidad Deportiva del Sur (UDS) Cojedes- Venezuela. Fue un trabajo de investigación
ante la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora, para optar al título
de Doctora en Ciencias de la Cultura Física. Su trabajo fue titulado “La Reinserción Social De
Los Adolescentes En Conflicto Con La Ley Penal A Través De Las Actividades Físico
Recreativas”. En él la investigadora desarrolló su investigación en la entidad llanera, para
conocer casos de adolescentes en conflicto con la ley penal ubicados o recluidos en la institución
“Fray Pedro de Berjas” del estado Cojedes, tuvo como objetivo fundamental: Elaborar una
estrategia de reinserción social desde una perspectiva físico-recreativa destinada a los
adolescentes con conductas delictivas que se encuentran institucionalizados cumpliendo medidas
de privación de libertad por la comisión de delitos. En este trabajo se exponen los fundamentos
teóricos en los que se sustenta la reinserción social, familia y delincuencia juvenil, características
psicosociales del adolescente con conducta delictiva y algunas teorías sociales, la actividad física
- recreativa como factor de socialización e integración de los adolescentes institucionalizados y
potencialidades de la educación en valores.

Es una investigación descriptiva, orientada hacia una investigación de campo. En la


muestra se consideró pertinente incluir los adolescentes entre 13 y 17 años de edad
institucionalizados en este recinto. Se trabajó con un muestreo intencional, debido a que los
elementos son escogidos con base a criterios o juicios preestablecidos por el investigador, se
abarcó la totalidad de los sujetos, conformada por 15 adolescentes (masculinos) presentes en la
entidad que presentan conductas delictivas por cometer hechos punibles. Entre las técnicas e
instrumentos de recolección de información empleados figuran: una entrevista para conocer las
características de la conducta delictiva de los adolescentes privados de libertad y las relaciones
14

en su contexto familiar, un test de los 10 deseos y un estudio de gustos y preferencias de


actividades físico – recreativas.

En segundo lugar, se estudió la investigación de Leal, L. y García, A. (2017). Quienes


titularon su investigación como “Programa De Reinserción Social Como Mecanismo
Rehabilitador De La Pena. Un Estudio De La Región Centro Occidental Zuliana”. El presente
trabajo de investigación expone los resultados de la investigación sobre el Programa de
reinserción Social en la región Centro Occidental, analizados bajo la perspectiva del Modelo
Humanista de Política Criminal. Los datos recogen el estudio de la medida de Suspensión de la
Ejecución de la Pena y el Destacamento de Trabajo, como alternativa a la pena privativa de
libertad y fórmula de cumplimiento de pena, respectivamente, previstas en el ordenamiento
jurídico venezolano.

En un sentido estadístico dicotómico sobre el cumplimiento/incumplimiento de las


medidas. Desde el punto de vista cualitativo se realizaron entrevistas semi-estructuradas a los
funcionarios del Ministerio de Interior y Justicia que coordinan y dirigen el Programa de
Reinserción Social a los fines de describir y detectar las limitaciones, obstáculos y alcances en la
determinación de las condiciones de desarrollo humano que se ofrecen a los beneficiarios dentro
del Programa. La población estuvo representada por los expedientes de casos concluidos de
ambas medidas, en el período 1998 – 2004. Los resultados evidencian una tendencia mayor al
cumplimiento, lo que, por otra parte, tomando en cuenta los procesos de reforma legal que
redujeron la posibilidad de solicitud de estas medidas a la población penada, realizados en 2001
y 2005, evidencian una ruptura entre la realidad del funcionamiento del sistema de ejecución
penal y las decisiones legislativas sobre la materia.
15

BASES TEÓRICAS

La fundamentación teórica de acuerdo a Arias (1999), constituyen “Un conjunto de


conceptos y proposiciones que constituyen un punto de vista o enfoque determinado, dirigido
a explicar el fenómeno o problema planteado” (p. 78). Pueden subdividirse de acuerdo a su
naturaleza en psicológicas, filosóficas, pedagógicas, legales, entre otras. Su desarrollo debe
iniciarse con una breve introducción donde se indique el tema a estudiar, el concepto de bases
teóricas debidamente citado y la mención de las teorías relacionadas con el trabajo.

Grado de intervención en materia de reinserción

La graduación existente en relación a los efectos que derivan de la resocialización es


amplia, esto debido, como ya se hizo mención, a la diversidad de términos y concepciones
coexistentes sobre la materia, por lo cual, tanto los procesos como los resultados que emanan del
tratamiento resocializador son múltiples, dando origen a diversos modelos, teorías y programas
que adhieren, según el objetivo que se pretenda alcanzar con la reinserción social, a los distintos
grados de intervención que implica el tratamiento penitenciario. (García-Pablos de Molina,
1979).

Dando respuesta a la implicancia de un tratamiento resocializador surgen los Principales


Modelos, a saber, Funcionalista y Correccionalista.

Principales Modelos

Modelo de Funcionalista o de Socialización

Este modelo parte de la concepción de que el hombre, en base a la interacción que


experimenta en sociedad, va adquiriendo e incorporando “valores, normas y directrices”, ideas
que conforman una “conciencia” y que fundamentan su actuar, por lo que sus elementos
principales emanan de la psicología social, rama que mediante el psicoanálisis y la antropología
cultural, ha confirmado que tanto las pautas de conducta como los ordenamientos jurídico-
sociales se asimilan a través de una interiorización. La socialización sucede en dos niveles
graduales, en una primera instancia, se produce a causa de “controles externos de
comportamiento”, los que una vez incorporados en las “estructuras internas” pasan a formar
parte de esta “conciencia” que conduce el actuar. Es en atención a este entendimiento, que la
16

Teoría Funcionalista concibe la conducta delictual como el efecto de una socialización


defectuosa o incompleta de los patrones de conducta socialmente aceptados, configurando un
“conflicto (…) [en los] sistemas valorativos”. (García-Pablos de Molina, 1979, p. 657). Por lo
que el fin resocializador se traduce, para este modelo, en subsanar tanto los errores como los
vacíos de socialización existentes a través de una “socialización en reemplazo” (Cuesta
Arzamendi, 1993, p. 11), procurando la adaptación del condenado a la comunidad en base a la
adecuación de su conducta a las normas.

Este modelo ha sido criticado desde distintas ópticas, primero, en base a la psicología
social, que es su sustento, puesto que considerando la existencia de una socialización primaria y
secundaria, es difícil sino utópico que del tratamiento penitenciario pueda facilitar una
internalización de “valores” que deben ser incorporados en una etapa temprana del desarrollo de
la persona, sumado al contagio criminógeno asociado a la pena privativa de libertad, donde el
condenado puede adquirir internalización de “valores negativos” (Cuesta Arzamendi, 1993). Por
otro lado, se ha señalado que este modelo excluye a aquellos individuos que si bien han
desplegado un comportamiento delictual no presentan diferencias significativas, en la
incorporación de valores socialmente aceptados, respecto de aquellos que han incorporado una
“socialización normal”. (García-Pablos de Molina, 1979, p. 658).

Modelo Correccionalista

Este modelo apunta a una “terapia individualizada, tutelar y pedagógica” en el entendido


que el sujeto que ha cometido un delito posee una voluntad trastocada, por lo que no solo deben
incorporarse pautas que adecuen su actuar en sociedad, sino que el tratamiento debe estar
dirigido a corregir su “voluntad débil”, en este entendido, el delito constituye, para este modelo,
el indicio de su desintegrada moralidad, dejando en manifiesto que el condenado no posee la
racionalidad para dirigir su conducta, por lo que necesita la ayuda del Estado, la cual incluso
constituye un derecho para este, entendiendo el tratamiento, y específicamente la pena, como un
auténtico bien sin perjuicio del castigo que implica. (García-Pablos de Molina, 1979, p. 659-
660).

La reprobación que ha suscitado este modelo se sustenta en la ilegitimidad que se


presenta al internalizar en el sujeto, por parte del Estado, cierta moralidad aceptada, atentando
contra la dignidad humana y también otros derechos reconocidos, tal como la libertad de
17

conciencia, sumado a la existencia tanto de reclusos que no pueden ser corregidos como aquellos
que no es necesaria tal corrección. (García-Pablos de Molina, 1979 y Cuesta Arzamendi, 1993).

Efectos derivados de la objeción efectuada a los Principales Modelos: Teorías Mixtas y


Programas Mínimos y Máximos

Las críticas que permearon al Modelo Funcionalista y Correccionalista, calificándolas


como extremistas, hicieron prosperar el apogeo de diversas Teorías Mixtas al incorporar
elementos de ambas, no obstante el mayor aporte de estas fue la propensión que suscitaron en el
desarrollo del “estudio de la intensidad de la resocialización” (Cuesta Arzamendi, 1993, p. 12),
hallándose así una problemática doctrinaria en la determinación de un tratamiento resocializador
que atienda a Programas Máximos o Mínimos.

Los Programas Máximos, también conocidos como resocialización para la moralidad, son
aquellos donde la intervención del tratamiento penitenciario aspira a una internalización de
aquellos “criterios valorativos dominantes” que operan en la sociedad, no obstante, esta noción
de reinserción no se adecúa con el Estado democrático de derecho operante en la actualidad y la
sociedad pluralista que desprende, suscitando un cuestionamiento respecto a la obligación de
internalizar valores dirigidos a una admisión “acrítica del sistema vigente” lo que es del todo
ilegítimo. (Cuesta Arzamendi, 1993).

Así, la finalidad resocializadora de la pena no puede exceder de una adecuación de la


conducta a la norma, sin pretensiones valorativas, donde soslayar la reincidencia constituye el fin
último, esta es la directriz de los Programas Mínimos o de legalidad, el cual tiene coherencia con
la naturaleza del Derecho Penal y su subsidiariedad, es decir, en el entendido tanto de la
implementación del principio de mínima intervención, como de que dentro de un ordenamiento
jurídico se albergan ciertas expectativas de comportamientos determinados legalmente, los que
transgredidos habilitan al poder punitivo del Estado configurando la imposición de la pena, se
concluye que el fin resocializador no puede ser sino, que el condenado acomode sus acciones u
omisiones a la norma. (García-Pablos de Molina, 1979).

Estos Programas Mínimos encuentran crítica por la debilidad que presenta la adecuación
de la conducta a la ley sin una internalización, principalmente su persistencia, el apego a una
conducta aceptada por el mero temor a la pena asociada no implica auténtica resocialización, de
18

ahí que se sostenga por algunos autores que esta rama del derecho tiene la función de prohibir y
sancionar, pero también se le atribuye cierta acción pedagógica en relación a los “valores que
protege” aún en el reconocimiento de la libertad de conciencia, por otro lado, la pena carece de
sentido bajo este programa para aquellos que a pesar de cometer acto ilícito se apegan a las
pautas mínimas de comportamiento. La mayor objeción se efectúa desde posturas radicales
donde se expone que estos programas promueven un respeto sin ejercer crítica sobre la legalidad,
la cual, por momentos, puede ser injusta. (Cuesta Arzamendi, 1993).

Posición Intermedia o Terceras vías

La falta de consenso respecto a la legitimidad y eficacia de los Programas Máximos y


Mínimos dan paso a lo que García-Pablos de Molina (1979) llama “terceras vías”, por su parte,
Cuesta Arzamendi (1993) las denomina “posición Intermedia”, refiriéndose a la Pedagogía de la
Autodeterminación y a la Terapia Social Emancipadora.

La Pedagogía de la Autodeterminación, a la cual postula Harmut von Hentig (Cuesta


Arzamendi, 1993) y defendida por Eser, indica que la resocialización se logra, no ya mediante la
internalización de valores, sino que facilitando las herramientas para que el penado pueda
decidir, siendo necesario mostrarle las vías de comportamiento existente dentro de la pluralidad
que entraña una sociedad complexa, esta posición en ningún caso difiere en la aserción que
manifiesta la necesidad de que el condenado internalice ciertas pautas, sin embargo, no debe
anexársele una “concreta moral” puesto que lo que se debe acometer es que, impulsado por el
“reclamo positivo de los caminos y alternativas que dispensan una protección de los bienes
jurídicos afectados”, el recluso, por su propia voluntad dirija su actuar. (García-Pablos de
Molina, 1979, p. 668).

Al mismo tiempo, Haffke postula a una Terapia Social Emancipadora como modelo para
alcanzar la resocialización, donde, a través de la ejecución pedagógica que envuelve el
tratamiento, el penado adecúe su comportamiento social sin que este aprendizaje implique un
“adoctrinamiento ideológico” obligatorio, por lo que no supone una imposición de pautas
sociales de comportamiento sino más bien situar al condenado en circunstancias idóneas donde
este, atendiendo a su aptitud de autodeterminación, tenga la capacidad de soslayar las
dificultades que se le presenten. (García-Pablos de Molina, 1979, p. 668).
19

Las críticas no estuvieron ajenas a los postulados de estas dos corrientes, principalmente
porque si bien estas trataron de restar cualquier clase de imposición, de todas formas suponen
una obligatoriedad, que si bien puede ser más tenue, sigue significando imposición. Por otro
lado, la mayor reprobación que se erigió fue, por parte de las ideas marxistas y neo-marxistas, la
“falta de contenido revolucionario” en sus proposiciones. La muestra de esto se presenta en el
reparo que hace Haffke a su idea de Terapia Social Emancipadora, señalando el nulo “alcance
político” vertido en esta, donde solo expone la disfunción con que opera el sistema penal sin dar
una fórmula que permita suprimir “las contradicciones sociales objetivas que se reproducen” en
este. (García-Pablos de Molina, 1979, p. 669).

Ciertamente el desarrollo de modelos y teorías que pretenden explicar el significado,


contenido, alcance y efectos de la resocialización como meta del tratamiento penitenciario son
múltiples, donde, como se visualiza, no se llega a determinar una respuesta univoca de su
entendimiento, cuestionándose incluso la reinserción como meta y finalidad de la pena. Así,
Muñoz Conde (Citado en García-Pablos de Molina, 1979), junto con postular la inexistencia de
un tratamiento resocializador que no sea ilusorio, objeta el sistema penitenciario, indicando en
primer lugar, que la institución penitenciaria debe ser abolida constituyendo este el fin primero;
segundo, mientras no exista una transformación de la realidad socio-política imperante, tal
abolición sería inane y simple alegoría evacua, lo que hace ineludible el desarrollo de una
apropiada estrategia; tercero y último, este autor indica que tales estrategias resocializadoras
deben responder al agotamiento que experimenta el sistema represivo vigente, dando resguardo a
los intereses colectivos, por lo que se deben salvaguardar aquellas garantías que han demostrado
ser eficaces circunscribiendo el poder punitivo al Estado democrático.

La dogmática jurídica ha realizado intentos -en su mayoría frustrados ante la crítica- por
descifrar las interrogantes que plantea la resocialización, de ahí que el derecho ha indagado
desde la criminología, examinando la materia a partir de una óptica fáctica, en función de
advertir cuales son aquellos elementos que han evidenciado resultados favorables que sustenten
y fundamenten a la resocialización del penado.

Efectividad de los programas de reinserción


20

Ha sido la criminología, específicamente aquellos académicos adherentes a la finalidad


resocializadora de la ejecución penal, que en búsqueda de dilucidar las prácticas penitenciarias
que recondujeran a una efectiva reinserción del condenado, han examinado las distintas técnicas
implementadas en el sistema penitenciario. Es en este plano de estudio donde se afianzó la
concepción de que la resocialización es utopía. (Morales, Welsch, Cárcamo, Aguilar & Sosa,
2015)

Fueron los estudios realizados por Robert Martinson, dentro del contexto de una amplia
aceptación a mitad del siglo XX, del tratamiento resocializador, los que instauran una
interpretación de la reinserción social como práctica carcelaria ilusoria, dando paso al
movimiento denominado “Nothing Works”, es decir “Nada Funciona”, esto a causa de la
evidencia, la cual se desprendía de la exigua efectividad mostrándose, por parte de los
condenados, una reincidencia delictual alta. (Morales, A. M., Welsch, G., Cárcamo, J., Aguilar,
L., Sosa, M. E., 2015).

En medio de la crisis suscitada por el abatimiento que se generó en relación a la


efectividad del tratamiento resocializador, alrededor de los años 80, surge respuesta al
planteamiento expuesto, dando origen a un “nuevo rehabilitacionismo”, este movimiento, en
base a la hipótesis de que el fin resocializador de la pena no era efectivo y por tanto, la
reincidencia no era posible de aminorar, intentó dar luces de aquellas prácticas que si resultaban
atender a una resocialización del penado. ¿Distintos autores que adhirieron a este movimiento, el
cual fue conocido como “What works? (¿Qué Funciona?), por medio de estudios en base a meta
análisis y la evidencia, concluyeron la existencia de programas que si tenían resultados en
rehabilitación, instaurando la idea de “los principios de las prácticas efectivas”, exponiendo de
esta forma una serie de principios para el diseño y la implementación de los programas de
reinserción, no obstante estos estudios, el consenso no fue logrado respecto a los elementos
orientadores de políticas de resocialización, considerándose actualmente tres elementos, estos
son, primeramente la evaluación de riesgo, necesidades y capacidad de respuesta; luego los
programas y servicios -donde el modelo cognitivo conductual es el que mayores efectos
positivos ha demostrado en razón de los “programas basados en la evidencia”- y como tercer
elemento, el manejo del caso. (Morales, Welsch, Cárcamo, Aguilar & Sosa, 2015).
21

Como se da cuenta, la reinserción social como fin preventivo especial de la pena no ha


estado ajeno a toda clase de crítica y cuestionamientos, desde la legitimidad de su concepto,
contenido y grado de intervención en la vida del penado como se detalló con anterioridad, hasta
su implementación fáctica, donde la resocialización ha experimentado un vasto recorrido en
busca de aquellos modelos y programas de tratamiento que permitan una efectiva reinserción del
condenado a la sociedad.
No obstante, todas las dificultades que entraña, se debe precisar que cada país, como
Estado independiente y soberano, concibe la resocialización de forma distinta en atención a los
principios y normas que conforman su ordenamiento jurídico, de ahí que Venezuela le confiera a
la reinserción el carácter de principio orientador, implementando una resocialización en base al
principio de segmentación y progresividad de la pena como se referirá en el próximo apartado.

La prevención, entendida en un sentido amplio, persigue evitar la ocurrencia del


delito con cara al futuro, por intermedio de todos los programas de atención a la comunidad en
las materias de salud, empleo, educación, recreación, cultura, deportes, vivienda y otras
medidas de carácter profiláctico. Es por todo conocido, las grandes limitaciones que
actualmente existen en materia preventiva, comparable con lo que se observa en la mayoría de
los países calificados como del tercer mundo. Las medidas penales responden a la acción
represiva del Estado frente al comportamiento tipificado como antisocial en la legislación
penal. Se instrumentan a través de los órganos policiales y de investigación criminalística en
principio, con la participación de la Fiscalía del Ministerio Público, los Jueces de Control,
Juicio y Ejecución, para culminar con la intervención del sistema penitenciario, que en el caso
venezolano debe atender imputados y condenados, representando éste sector el último eslabón
de la cadena, pero el más hipertrofiado.
Asumiendo una visión positivista del delito, en su estudio, origen y formas de control,
el Estado tiene la responsabilidad de facilitar los servicios penitenciarios que sirven de
estructura para el control, el aislamiento y la ejecución de las penas, incluyéndose en el caso
venezolano la atención a imputados y condenados. Estos servicios suponen como fin principal
el tratamiento, la reeducación, la rehabilitación y futura reinserción social, cuya eficacia y
eficiencia dependen de la inversión estatal, al igual que su organización, infraestructura,
recursos humanos profesionales, marco regulatorio de funcionamiento y la planificación y
ejecución del plan de acción enmarcado en la política penitenciaria nacional.
22

La situación penitenciaria venezolana se presenta sumamente compleja y violenta,


evidenciando el fracaso de los diferentes actores responsables de la Administración de Justicia
y como consecuencia la flagrante violación de los Derechos Humanos de las personas
sometidas al régimen penitenciario. Conceptualización con el propósito de ubicar el manejo de
las categorías teóricas esgrimidas, es pertinente revisar los conceptos relacionados con la
temática examinada.

Sistema Penitenciario
Al asignar al régimen penitenciario la calificación de sistema penitenciario, se hace
referencia al conjunto de normas, procedimientos y dependencias dispuestas por el Estado
para la ejecución del régimen penitenciario, es decir, el conjunto de normas, procedimientos,
principios, programas, equipos de personal, dependencias e infraestructura que se encuentran
relacionadas y destinadas a este propósito.
Al respecto, Osorio (1963) asocia el sistema penitenciario con régimen penitenciario,
definiéndolo como el conjunto de normas legislativas o administrativas encaminadas a
determinar los diferentes sistemas adoptados para que los penados cumplan sus penas y a
obtener la mayor eficacia en la custodia o en la readaptación social de los reclusos. Estos
regímenes son múltiples, varían a través de los tiempos y van desde el aislamiento absoluto y
de tratamiento rígido hasta el sistema de puerta abierta con libertad vigilada.
Por su parte, Albornoz Berti (1980), define el sistema penitenciario, como el “conjunto
de normas generales y específicas y establecimientos referidas a las penas en sí, al modo de su
cumplimiento y el tratamiento de los condenados y procesados” (p.56).
En el caso venezolano tal sistema, estaría constituido por la legislación de la materia,
los métodos para la realización, las diferentes dependencias encargadas de la aplicación, los
equipos de trabajo y la infraestructura carcelaria.

Seguridad
La seguridad debe entenderse como una condición donde el ciudadano sienta que está
fuera de riesgos, daño o peligro, con garantía de estar protegido. Entonces, la función de
seguridad termina siendo administrativa; es decir, busca establecer y mantener un flujo de
relaciones físicas y operacionales, entre las normas, las obligaciones, los procedimientos, el
control; que en definitiva regulan las relaciones entre personas y personas, personas y cosas,
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teniendo todas como fin dar confianza y garantía de protección, de sentirse al margen de los
riesgos y peligros. Por lo tanto, al hacer referencia a la seguridad penitenciaria se concibe
como todos aquellos dispositivos destinados a lograr el control y vigilancia eficaz en los
establecimientos penitenciarios, a fin de dar cumplimiento a las normas legales; ello implica,
ejecutar acciones para el mantenimiento del orden y la disciplina, que eviten la evasión de
detenidos, garanticen los derechos e integridad física de las personas detenidas y de
funcionarios, su protección y la de los bienes nacionales.

La Infraestructura Penitenciaria
La posibilidad de garantizar las condiciones de seguridad que faciliten la convivencia y
la ejecución de un programa de tratamiento para la rehabilitación de la población reclusa,
depende en gran medida de la disponibilidad, la calidad de las instalaciones físicas con que se
cuente y del equipamiento que proporcione la consecución de cada una de las competencias
que con ese propósito deban ejecutar los operadores del sistema.
Las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos (ob. cit.), señalan la
obligación de hacer la separación por categorías; es decir, considerar la edad, el sexo, la razón
de la detención, la condición de imputado o condenado; además recomiendan la reclusión
nocturna unicelular, satisfacer exigencias de higiene, clima, alumbrado, calefacción y
ventilación, donde los reclusos tengan que vivir o trabajar. De igual forma, la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela en el ya reseñado artículo 272, el Reglamento de
Internados Judiciales y la Ley de Régimen Penitenciario, imponen la obligación al Estado
venezolano de facilitar toda una serie de servicios que viabilicen condiciones de vida
favorables y el tratamiento, cuya satisfacción corresponde al recluso por derecho, obligando al
Estado a crear la infraestructura necesaria.
A los efectos de brindar asistencia a imputados y condenados, el sistema penitenciario
nacional dispone de dos grandes áreas, la de internamiento permanente que se realiza en los
32 centros de reclusión del país y la modalidad de prelibertad, que se efectúa en diferentes
dependencias y en los Centros de Tratamiento Comunitario bajo la coordinación nacional de
la División de Medidas de Prelibertad. El Hacinamiento, sus Causas y Consecuencias Las
causas del hacinamiento carcelario son múltiples, por lo que la responsabilidad de ésta recae
en varios actores. Primeramente, hay que considerar el aumento de la criminalidad que ocurre
en el país por efectos de la descomposición social.
24

Concepto de Reinserción Social

Respecto al concepto de reinserción social existen dos problemáticas, una de ellas, es la


inexistencia de una definición jurídica, si bien en la normativa nacional se encuentran preceptos
que refieren a la materia, de estos, no es posible colegir su naturaleza jurídica. Además, cabe
precisar que constitucionalmente la reinserción no ha sido tratada de forma expresa, como si lo
ha sido en otras legislaciones, tal es el caso de la Constitución Política de los Estados
Mexicanos1, la Constitución Política Española2, la Constitución de la República Italiana, entre
otros, donde se destaca la reinserción como un tratamiento penitenciario que debe realizarse con
pleno respeto a los Derechos Humanos, a excepción de aquellos que se vean limitados por la
pérdida de la libertad ambulatoria, como medio para lograr que al egreso de la cárcel el
condenado pueda desarrollar su vida sin reincidir, como por añadidura la seguridad ciudadana.

Paralelamente, otro inconveniente se suscita por la multiplicidad de acepciones que


coexisten en doctrina para referirse a la reinserción social, imposibilitando la concreción de su
categorización en el ámbito jurídico, como bien lo exterioriza Cuesta Arzamendi (1993),
señalando que:

La amplia aceptación doctrinal de la finalidad resocializadora [de la


pena] y el hecho de que durante la década de los 70 hasta se vayan
multiplicando las referencias legales a la misma, en ningún caso ha
determinado la existencia de un asentimiento general acerca de su
contenido y alcance. Por el contrario, la misma amplia variedad de
los términos empleados (reeducación, rehabilitación,
repersonalización, reinserción, readaptación social) es ya síntoma de
la diversidad de entendimientos y acepciones que suscita. (p. 11).

Dado esta pluralidad de términos y la ausencia de definición unívoca, tanto legal como
doctrinaria, es que el significado y sentido de la reinserción social ha sido objeto de discusión a
lo largo de los años.
Existe la idea asentada de que el vocablo oficial es “Resocialización”, atendiendo a que la
primera aproximación que se tuvo del término provino del alemán “Resozialisierung”, esto en
virtud de que se estima su utilización por primera vez en el Lehrbuch de Franz von Liszt, sin
embargo, este término no ha estado ajeno a las críticas de la doctrina, donde se ha señalado que
carece de un contenido apriorístico, desconociendo sus verdaderos fines, sumado a la
25

imposibilidad de aducir un argumento de autoridad, puesto la advertencia de que este autor no


utilizó tal vocablo sino la palabra “Besserung” que significa “mejora”, siendo su discípulo,
Eberhard Schmidt, quien introdujo, en la vigésimo quinta reedición, esta locución, junto con la
palabra “Erziehung”, que significa educación, con el fin de dar cuenta de las teorías
contemporáneas al tiempo de tal edición. (García-Pablos de Molina, 1979, p. 649).

La consagración del término “Resocialización” no se alcanzó desde las teorías sobre el


fin que cumple la pena, sino que fue en la ejecución de esta y en las medidas de seguridad
privativas de libertad, contribuyendo en gran medida el trabajo elaborado en el año 1969 por
Schüller-Springorum, en el cual se planteó que la pena constituye un mal considerablemente
nocivo por lo que no tiene cabida el aditamento de “males innecesarios”, quedando de manifiesto
que la justificación de esta se basa en su concepción resocializadora y no en la “defensa de la
sociedad, ni en el de la restauración del orden jurídico”

La función rehabilitadora en las medidas alternativas y formas de cumplimiento de pena.


La legislación penitenciaria venezolana establece el sistema de progresividad para el
cumplimiento de la pena privativa de libertad y la implementación de Medidas Alternativas a la
prisión (Ley de Régimen Penitenciario; Código Orgánico Procesal Penal).
El sistema de progresividad implica la evolución del tratamiento del recluso, según el
cual se va ascendiendo a espacios de libertad durante el tiempo que supone la condena.
Así, el cumplimiento de las condiciones de las medidas y el mantenimiento de cierto
estilo de vida, le proporciona al penado el acceso a nuevos beneficios, que suponen el alcance
progresivo de los valores y criterios que el individuo va desarrollando para gestionar
“adecuadamente” su comportamiento dentro de la sociedad. De tal manera, que una fórmula de
cumplimiento de pena depende de la otra, hasta alcanzar la “capacidad necesaria” que amerita la
libertad plena.
En este sentido, se puede afirmar que la adaptación del penado a este sistema es una
condición sine qua non para considerar su reinserción en la sociedad. En efecto, el artículo 7 de
la Ley de Régimen Penitenciario define el sistema progresivo en los siguientes términos: “Los
sistemas y tratamientos serán concebidos para su desarrollo gradualmente progresivo,
encaminados a fomentar en el penado el respeto a sí mismo, los conceptos de responsabilidad y
convivencia sociales y la voluntad de vivir conforme a la Ley”.
26

El régimen penitenciario nacional establece tres fórmulas de cumplimiento de pena o


excarcelación, que tienen como presupuesto la anterior imposición de la pena privativa de
libertad, a las que el sujeto puede optar, bajo ciertos requisitos, al reemplazo de un período de la
pena de prisión, para finalizar su condena, bajo supervisión en medio semiabierto o libre.
Además, prevé Medidas Sustitutivas a la privación de libertad contempladas para delitos con
condenas cortas que se caracterizan por la sustitución de la privación de libertad (prevista en el
tipo penal del hecho imputado), por programas de supervisión en medio no institucional,
impuestos bajo el cumplimiento de ciertas condiciones, de conformidad a lo establecido en el
artículo 494 del Código Orgánico Procesal Penal.
Como es sabido, la Suspensión Condicional de la Ejecución de la Pena, es la única
medida propiamente alternativa a la pena privativa de libertad contemplada en la legislación
venezolana. Bajo el cumplimiento de esta medida el beneficiario se somete igualmente a un serie
de condiciones que garanticen su desenvolvimiento de forma acorde con expectativas sociales
(trabajar, estudiar, mantener el apoyo familiar, etc.) y con expectativas institucionales
(fundamentalmente la no reincidencia), revocándose la medida en casos de incumplimiento de
acuerdo con lo establecido en el artículo 499 del Código Orgánico Procesal Penal.
El sistema de progresividad en el que se insertan las fórmulas de cumplimiento de pena,
implica la evolución del tratamiento del recluso, por lo que resulta clara la relevancia que la
función resocializadora tiene en esas medidas, relación que no se presenta tan evidente en la
forma sustitutiva de suspensión condicional de la ejecución de la pena. Sin embargo, si se toma
en cuenta la previsión del artículo 272 de la Constitución Nacional en cuanto a la consideración
de fórmulas de cumplimiento de pena no privativas de libertad con preferencia a las medidas
reclusorias, dentro del mismo precepto en el que se establece la función rehabilitadora, parece
adecuado adjudicar a aquélla dicha función, en el entendido que todo el sistema penal debiera, al
menos formalmente, responder a los mismos fines.
A este respecto, la exploración en los supuestos utilitarios que sostienen las fórmulas de
cumplimiento de pena y las medidas alternativas a la pena privativa de libertad, a través del
estudio del funcionamiento de las mismas, constituye el núcleo central de este trabajo. “El
Tribunal de Ejecución revocará la medida de suspensión Condicional de la Ejecución de la Pena
cuando por la comisión de un nuevo delito sea admitida acusación en contra del condenado. Así
mismo, este beneficio podrá ser revocado cuando el penado incumpliere alguna de las
condiciones que le fueren impuestas por el juez o por el delegado de prueba (…)”.
27

Sobre nuevas posturas en el Derecho Penal que adjudican fines diferenciados a la


intervención punitiva del Estado en contra de toda racionalidad del principio de igualdad formal
ver Ferreira de Abreu (2005).
La reinserción social del penado se ha interpretado tradicionalmente desde un punto de
vista apegado a una ideología del sometimiento o de la resocialización, entendida como
adaptabilidad a la disciplina penitenciaria. Criterio orientado hacia los fines preventivo
generales, es decir, desde una perspectiva de reafirmación de los valores imperantes o de defensa
social; de tal manera que la congruencia entre medios y fines se logra a través de la
mediatización del individuo para alcanzar la seguridad social, lo que por otra parte, se sostiene
sobre la fragilidad de una incidencia prácticamente nula de los efectos de la pena privativa de
libertad sobre los índices de criminalidad.
Por el contrario, la reformulación del concepto de “reintegración del condenado”,
concebida como la posibilidad de acceder a espacios de satisfacción de necesidades básicas y
desarrollo humano, resultaría mínimamente congruente con los criterios ético filosóficos de la
centralidad del ser humano aún en su condición de penado y, al mismo tiempo, cumpliría con la
condición de no admitir fines generales ligados a la seguridad o defensa social, que violan la
autonomía y dignidad del condenado.
Tal como explica Baratta (1999):
Se parte de la premisa según la cual la reintegración social del condenado no
puede y no debe hacerse a través de la pena (detentiva), sino no obstante y contra
la pena, vale decir, contrarrestando los efectos negativos que la privación de
libertad ejerce sobre sus oportunidades de reinserción, en lugar de pretender
cambiar las modalidades de la pena en sí misma para hacerla congruente con la
finalidad de resocialización (…). (p.72).

Según este planteamiento, la pena privativa de libertad no cumple ninguna función que
legítimamente pueda sustentarse. Sin embargo, como ya se afirmó, renunciar a ciertas premisas
humanistas de la pena puede dar lugar a una interpretación meramente retributiva que afianzaría
aún más los postulados de la defensa social. Lo que se propone es, considerar la pena como un
espacio donde el reo pueda ejercer ciertos derechos que posibiliten su superación de desventaja
social (en la mayoría de los casos originaria).
Debido a la selectividad estructural del sistema penal, la condición socio económica de la
población que ingresa al sistema es mayoritariamente de bajo estrato. No obstante, dado el
carácter estigmatizante de la pena, se considera que todo aquel que se encuentre bajo el castigo
28

penal se encuentra en desventaja social. El Estado cumpla con la obligación de prestar los
servicios correspondientes de asistencia (acceso a la educación, formación técnica, salud,
programas de trabajo, etc.), lo que estaría en concordancia con los postulados del garantismo
penal.
Ahora bien, centrando el análisis en un nivel práctico funcional, es preciso considerar que,
además de la problemática relacionada con los derechos humanos, los puntos más relevantes en
cuanto a la deslegitimación de la privación de libertad como estrategia de resocialización,
convergen en los efectos nocivos que produce la institucionalización. Cabe preguntarse,
entonces, si en las fórmulas desinstitucionalizadas de control penal confluyen las mismas
objeciones, o si el ambiente no institucional puede ser más propicio para alcanzar los objetivos
declarados de la función resocializadora.

La función rehabilitadora del sistema penitenciario y el papel de las Unidades de


Tratamiento, Supervisión y Orientación (UTSO)
La función rehabilitadora contemplada en el artículo 272 de la CRBV, viene acompañada
de una mención general sobre algunas actividades para alcanzarla: la recreación, la educación,
el trabajo y el deporte, aunque no se habla de metodologías y acciones concretas. Veamos:

El Estado garantizará un sistema penitenciario que asegure la rehabilitación del


interno o interna y el respeto a sus derechos humanos. Para ello, los
establecimientos penitenciarios contarán con espacios para el trabajo, el estudio, el
deporte y la recreación.(..) En general, se preferirá en ellos el régimen abierto y
el carácter de colonias agrícolas penitenciarias. En todo caso las fórmulas de
cumplimiento de penas no privativas de la libertad se aplicarán con preferencia a
las medidas de naturaleza reclusoria…(p.12)

Hay que acotar que tanto en el discurso como en las políticas implementadas suelen
usarse indistintamente términos como: ‘reinsertar’, ‘rehabilitar’, ‘resocializar’, ‘readaptar’. No
obstante, pese al establecimiento formal de este objetivo, la crisis en los establecimientos
penitenciarios venezolanos se ha venido agravando de manera dramática hasta llegar al punto de
encender las alarmas de todos los entes e instancias estatales, creándose recientemente un
Ministerio de Servicios Penitenciarios.
Lo cierto es que en un intento por mejorar la situación penitenciaria y ofrecer
posibilidades al recluso, se han venido creando medidas alternativas a la pena privativa de
29

libertad, todo esto acompañado de un proceso que los prepare para una nueva vida en sociedad,
de forma que se “reinserte” a ésta y cumpla con las normas de convivencia ya establecidas.
Allí nacen las Unidades Técnicas de Apoyo al Sistema Penitenciario, recientemente
llamadas Unidades de Tratamiento, Supervisión y Orientación (UTSO), como instituciones
encargadas de acompañar al ex interno en este nuevo proceso.
Sus funciones están consagradas en el Código Orgánico Procesal Penal.
Según los postulados de la propia Institución, extraídos del tríptico oficial, tenemos que
su misión es “brindar atención, orientación, asesoría legal e información de forma eficiente y
eficaz [a los probacionarios] para garantizar a los penados(as) las condiciones y herramientas
necesarias para el desarrollo de sus potencialidades y/o capacidades, con el fin de mejorar sus
posibilidades de reinserción en la sociedad, con estricto apego y observancia a los derechos
fundamentales del ser humano”, mientras que su visión es “proyectarse ante la comunidad y la
sociedad en general, como un modelo de institución pública, humanista, científica, moderna y
eficiente en la prestación de un servicio de la más alta calidad”.
Por su parte, el objetivo que se plantea la Institución es “velar porque los probacionarios
cumplan las funciones y requerimientos impuestos por el tribunal de forma que se logre una
reinserción social”. Esta Unidad cuenta con un equipo técnico o equipo de evaluación
conformado por un psicólogo, un trabajador social, un criminólogo y un abogado. Cada
especialista se encarga de abordar el área de su competencia y mediante una entrevista observa y
analiza la situación de cada interno para luego determinar si conviene o no, concederle la medida
o el beneficio que está solicitando, y un equipo de seguimiento conformado por abogados y
criminólogos que una vez otorgada alguna medida o beneficio alternativo a la privación de
libertad, se encargan de observar el progreso de los internos una vez que están fuera del
establecimiento penitenciario. Estos profesionales son conocidos como delegados de prueba y
tienen la potestad de remitir informes a los tribunales informando sobre el incumplimiento de las
medidas establecidas al probacionario, a fin de que la medida o beneficio les sea revocada.
Ahora bien, es necesario hacer una evaluación para conocer si están cumpliendo con sus
objetivos, si cuentan con planes y programas que aseguren, o de alguna forma promuevan, el
logro de los objetivos programados. De no ser así, es necesario determinar qué hace falta para
que pueda hablarse de una reinserción social de los privados de libertad basada en los principios
aceptados actualmente en esta materia.
De manera oportuna Nuñez (2005), nos comenta que:
30

Pero no sólo al ámbito institucional se limitan las contradicciones del sistema.


La desarticulación es general. La deslegitimación en que se ve sumida la fase de
ejecución de penas subyace en la improvisación de sus operadores, en la falta de
continuidad administrativa y en una marcada desarticulación entre leyes,
políticas y líneas de acción en materia penitenciaria, así como entre los
organismos de justicia penal entre sí. (p.49)

Estas mismas contradicciones se observan en la poca claridad que se tiene cuando se


habla del objetivo que persiguen estas instituciones.
Por otro lado, Piña y Rivas (2007) nos acotan que: “…se ha señalado que la idea de la
rehabilitación ha estado conectada con posiciones humanistas… que ven como requisito
indispensable, el trato y consideración digna y humana a los (reclusos) en las instituciones
penitenciarias, asimismo, las condiciones de higiene, salubridad y progresividad que deben
mantenerse en todo establecimiento de cumplimiento de pena”. (p.416)
Ahora bien, para tratar de extrapolar este enunciado a la realidad, creemos que es
necesario buscar una asistencia más que resocializable, que permita una actitud del liberado
acorde con su entorno, mediante programas integrales (sociales, salud, vivienda, empleo,
educación, entre otros).

BASES LEGALES

La Fundamentación legal está constituida por el conjunto de documentos de naturaleza


legal que sirven como término referencial y de soporte legal a la investigación. Por ello que
según lo indicado por Villafranca D. (2002), “Las bases legales no son más que se leyes que
sustentan de forma legal el desarrollo de la investigación”. Así mismo el precitado autor, explica
que las bases legales “son leyes, reglamentos y normas necesarias en algunas investigaciones
cuyo tema así lo amerite”.

De acuerdo a las indagaciones realizadas, es importante mencionar que todo proyecto de


ejecución debe sustentarse a unas bases legales. Las bases legales son aquellos artículos que
servirán de funcionamiento legal a la ejecución del proyecto. En este sentido Arias (2006) señala
que “implica un desarrollo amplio de los conceptos mediante las leyes, ordenamientos
relacionado con el eje que lo rige” (p.45).
31

En función a lo antes mencionado las bases legales de la presente investigación están


conformadas por un conjunto de elementos jurídicos nacionales, que regulan el ejercicio de las
diversas disciplinas entre los cuales tenemos:

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela


(Gaceta Oficial N° 5453. Caracas Marzo de 2000)

El artículo 2 establece que:


Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de
Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y
de su actuación, la vida, la libertad y la justicia, la igualdad, la solidaridad, la
democracia, la responsabilidad social y, en general la preeminencia de los
derechos humanos, la ética y el pluralismo político.(p.3)

Por las consideraciones anteriores, se podría decir que en Venezuela, existe un sistema
para hacer efectiva la responsabilidad del Estado frente a las violaciones de los derechos
humanos en el proceso judicial, sin embargo, durante la vigencia de la CRBV (1999) se han
venido presentado constantes denuncias acerca de la violación y quebranto al articulado referente
a los derechos humanos, establecidos por esta Constitución y por las diversas convenciones y
tratados internacionales suscritos y ratificados por la República, entre ellos, la Convención
Interamericana de Derechos Humanos.
De esta carta magna también se consultó en segundo lugar el artículo 26, el cual establece
que:
Toda persona tiene derecho de acceso a los Órganos de Administración de
Justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o
difusos, a la tutela judicial efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la
decisión correspondiente. El estado garantizará una justicia gratuita, accesible,
imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable,
equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalidades o reposiciones
inútiles. (pág. 30).

La función rehabilitadora contemplada en la constitución de la República Bolivariana


de Venezuela 1.999, viene acompañada de una mención general sobre algunas actividades
para alcanzarla: la recreación, la educación, el trabajo y el deporte, aunque no se habla de
metodologías y acciones concretas.
Para lo cual establece el artículo 272 de la CRBV:
El Estado garantizará un sistema penitenciario que asegure la
rehabilitación del interno o interna y el respeto a sus derechos humanos.
Para ello, los establecimientos penitenciarios contarán con espacios para el
32

trabajo, el estudio, el deporte y la recreación... En general, se preferirá en


ellos el régimen abierto y el carácter de colonias agrícolas penitenciarias. En
todo caso las fórmulas de cumplimiento de penas no privativas de la libertad
se aplicarán con preferencia a las medidas de naturaleza reclusoria…(p.12)

Además, se consultó lo establecido en Articulo 49 ordinal 1 “El debido proceso se aplicará


a todas las actuaciones judiciales y administrativas, en consecuencias:
1. La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en todo estado y grado
de la investigación y del proceso. Toda persona tiene derecho a ser notificada de los
cuales se le investiga, de acceder a las pruebas y de disponer de tiempo y de los
medios adecuados para ejercer su defensa. Serán nulas las pruebas obtenidas mediante
violación del debido proceso. Toda persona declarada culpable tiene derecho a
recurrir del fallo, con las excepciones establecidas en esta constitución y la ley. 2. toda
persona se presume inocente mientras no se pruebe lo contrario. 3. toda persona tiene
derecho a ser oída en cualquier clase de proceso, con las debidas garantías y dentro
del plazo razonable determinado legalmente por un tribunal competente,
independiente e imparcial establecido con anterioridad. Quien no hable castellano, o
no pueda comunicarse de manera verbal, tiene derecho a un intérprete. 4. Toda
persona tiene derecho a ser juzgada por sus jueces naturales en la jurisdicción
ordinaria o especial, con las garantías establecidas en esta constitución y en la ley.
Ninguna persona podrá ser sometida a juicio sin conocer la identidad de quien la
juzga, ni podrá ser procesada por tribunales de excepción o por comisiones creadas
para tal efecto. 5. Ninguna persona podrá ser obligada a confesarse culpable o declarar
contra sí misma, su cónyuge, concubino o concubina, o pariente dentro del cuarto
grado de consanguinidad y segundo de afinidad.

Ley de régimen penitenciario


Capítulo I
Disposiciones Generales

Artículo 1. Corresponde al Ejecutivo Nacional, por órgano del Ministerio del Interior y Justicia,
la organización y el funcionamiento de los centros de cumplimiento de penas privativas de
libertad y los servicios que le son inherentes.
33

El tribunal de ejecución velará por el correcto cumplimiento del régimen penitenciario.


Artículo 2. La reinserción social del penado constituye el objetivo fundamental del período de
cumplimiento de la pena.
Durante el período de cumplimiento de la pena deberán respetarse estrictamente todos los
derechos inherentes a la persona humana consagrados en la Constitución y leyes nacionales,
tratados, convenios, acuerdos internacionales suscritos por la República, así como los derivados
de su particular condición de condenado. Los tribunales de ejecución ampararán a todo penado
en el goce y ejercicio de los derechos individuales, colectivos y difusos que le correspondan de
conformidad con las leyes.
Artículo 3. Las penas privativas de la libertad se cumplirán en las penitenciarías, cárceles
nacionales y otros centros penitenciarios o de internación que bajo cualquier denominación
existan, se habilitaren o crearen para ese fin.
Artículo 4. Las disposiciones de la presente Ley serán aplicadas a los condenados a penas
privativas de la libertad por sentencia definitivamente firme, es decir, aquélla contra la cual se
hayan agotado o no sean procedentes los recursos ordinarios o extraordinarios que determine la
Ley. A tal efecto, el Tribunal de Ejecución deberá enviar al Ministerio del Interior y Justicia y al
establecimiento que corresponda, copia de la sentencia con inserción del auto de ejecución.
Artículo 5. El Ministerio del Interior y Justicia, así como el propio penado o su defensor, podrán
solicitar al juez de ejecución revisar el cómputo practicado en el auto de ejecución en caso de
error o nuevas circunstancias que lo modifiquen.
Artículo 6. Las disposiciones de la presente Ley, serán aplicadas a los penados sin diferencias ni
discriminación alguna, salvo las derivadas de los tratamientos individualizados a que sean
sometidos. Se prohíbe someter a los penados a tortura y a cualquier clase de trato cruel,
inhumano o degradante, así como el empleo de medios de coerción que no sean permitidos por la
Ley. Cualquier violación de la presente disposición dará lugar a la imposición de las sanciones
previstas en la Ley.
Artículo 7. Los sistemas y tratamientos serán concebidos para su desarrollo gradualmente
progresivo, encaminados a fomentar en el penado el respeto a sí mismo, los conceptos de
responsabilidad y convivencia social y la voluntad de vivir conforme a la Ley.
34

Del Trabajo Penitenciario

Artículo 15. El trabajo penitenciario es un derecho y un deber. Tendrá carácter formativo y


productivo y su objeto primordial será la adquisición, conservación y perfeccionamiento de las
destrezas, aptitudes y hábitos laborales con el fin de preparar a la población reclusa para las
condiciones del trabajo en libertad, obtener un provento económico y fortalecer sus
responsabilidades personales y familiares.
Artículo 16. Las relaciones laborales de la población reclusa se regirán por la Ley Orgánica del
Trabajo. El Ministerio del Interior y Justicia dispondrá de los medios necesarios para
proporcionarles adecuado trabajo y estimulará la creación de talleres y microempresas
penitenciarias, con la participación directa de los mismos, de las gobernaciones, municipios,
empresas y organismos públicos y privados. Las microempresas creadas de conformidad al
párrafo anterior, deberán adecuarse al sistema de seguridad social vigente. Para financiar la
constitución y el desarrollo de microempresas se organizará un sistema de ahorro y préstamo que
permita a los reclusos el manejo de dichos recursos económicos.
Artículo 17. La remuneración de los penados será destinada, en la proporción que establezca el
reglamento, para adquirir objetos de consumo y de uso personal, atender a las necesidades de sus
familiares, formar el propio peculio que percibirá a su egreso, adquirir materiales y útiles
renovables para el trabajo e, incluso, para compensar parcialmente el costo de su internación en
la medida en que lo permita la cuantía de la remuneración asignada.
Artículo 18. El trabajo en los establecimientos penitenciarios se orientará con preferencia hacia
aquellas modalidades más acordes con las exigencias del desarrollo económico nacional,
regional o local.
Artículo 19. El penado será informado por los funcionarios del establecimiento penitenciario de
las condiciones de trabajo y de los beneficios que habrá de obtener de él.

Capítulo V

De la Educación

Artículo 20. La acción educadora será de naturaleza integral, alcanzará a todos los penados y se
preocupará de fijar sanos criterios de convivencia social
35

Artículo 21. Será objeto de atención preferente el proceso de alfabetización y la educación


básica. La instrucción de los penados se extenderá en cuanto sea posible hasta la educación
media, diversificada y profesional.
Artículo 22. Las enseñanzas correspondientes a la educación básica, media, diversificada y
profesional, se adaptarán a los programas oficiales vigentes y darán derecho a la obtención de los
certificados que otorga el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, sin que dichos
certificados contengan indicación alguna expresiva del establecimiento penitenciario y
circunstancias en que se obtuvieron.
Artículo 23. Los establecimientos penitenciarios deberán tener una biblioteca, fija o circulante,
para uso de los penados.
Artículo 24. Se fomentará la enseñanza y prácticas musicales de los penados por medios tales
como coros, bandas, orquestas, conciertos y sesiones de música grabada.
Artículo 25. Como integrantes de la labor educativa, para todos los reclusos se organizarán ciclos
de conferencias, certámenes artísticos y literarios, representaciones teatrales y otros actos
culturales, preferentemente orientados a la formación integral de la población reclusa.
Artículo 26. La administración penitenciaria garantizará las condiciones para el desarrollo y la
realización de ejercicios físicos y fomentará las actividades deportivas.

Plan de la Patria (2.013 – 2.019)

El Plan de la Patria, o Plan de Desarrollo Económico Social 2013-2019 es el que rige en la


actualidad a nuestra nación. En tal sentido el Estado Venezolano representado al más alto nivel
por el Presidente Constitucional Nicolás Maduro ha girado instrucciones para que esos
lineamientos sean convertidos en Ley de desarrollo del país en lo económico, político y social.
Básicamente está estructurado por cinco grandes lineamientos, a saber:

1. Independencia Nacional.
2. Socialismo y democracia participativa.
3. Convertir a Venezuela en potencia económica.
4. La multipolaridad del mundo.
5. La ecología como socialismo.
Está fundamentado en lo establecido según los siguientes principios:
36

La suprema felicidad social es la visión de largo plazo que tiene como punto de partida la
construcción de una estructura social incluyente, formando una nueva sociedad de incluidos, un
nuevo modelo social, productivo, socialista, humanista, endógeno, donde todos vivamos en
similares condiciones rumbo a lo que decía Simón Bolívar: “La Suprema Felicidad Social”.

En conclusión, se persigue darles las herramientas a las ciudadanas y ciudadanos para que
mediante la transferencia de poder que se ha venido haciendo en este periodo de cambios y de
transición el pueblo empoderado tenga el mayor y mejor acceso a los servicios básicos, a la
educación, a la seguridad, a la vivienda y a una vida digna. Es por esto que, desde el aspecto
social, se le dará mayor relevancia al Plan de la Patria 2013-2019, a fin de ayudar a construir una
cultura del trabajo que se contraponga al rentismo mediante el impulso de la formación desde la
praxis del trabajo, conciencia del trabajador y trabajadora, como sujetos activos del proceso de
transformación y participación democrática del trabajo bajo los más altos intereses nacionales.
37

CAPITULO III

CONTEXTO METODOLÓGICO

Tipo de Investigación
Sobre las bases de las consideraciones anteriores, se puede decir que el siguiente trabajo se
basará metodológicamente en una investigación de tipo documental analítica, lo cual ha
involucrado la consulta de distintas fuentes y métodos de información tales como: prensa escrita,
periódicos on-line, revistas, monografías, bibliografías, que permitan sustentar todo lo
relacionado a la temática estudiada.
En este tópico, Alfonso (1995), afirma que “la investigación documental es un
procedimiento científico, un proceso sistemático de indagación, recolección organización,
análisis e interpretación de información o datos en torno a determinado tema” (P.6). Al igual que
otros tipos de investigación, éste es conducente a la construcción de conocimientos. Esta tiene la
particularidad de utilizar como una fuente primaria de insumos, más no la única y exclusiva, el
documento escrito en sus diferentes formas: documentos impresos, electrónicos y audiovisuales.
Sin embargo, según Kaufman y Rodríguez (1993), manifiesta que
“los textos monográficos no necesariamente deben realizarse
sobre la base de sólo consultas bibliográficas; se puede recurrir a
otras fuentes como, por ejemplo, el testimonio de los protagonistas
de los hechos, de testigos calificados, o de especialistas en el
tema. Las fuentes impresas incluyen: libros enciclopedias,
revistas, periódicos, diccionarios, monografías, tesis y otros
documentos.
Las electrónicas, por su parte, son fuentes de mucha utilidad, entre
estas se encuentran: correos electrónicos, CD Roms, base de
datos, revistas y periódicos en línea y páginas Web. Finalmente, se
encuentran los documentos audiovisuales, entre los cuales cabe
mencionar: mapas, fotografías, ilustraciones, videos, programas de
radio y de televisión, canciones, y otros tipos de grabaciones”.
(P.107).

Visto en distintos términos, la Investigación Documental podemos caracterizarla de la


siguiente manera: según Araujo (2001) “Se caracteriza por la utilización de documentos;
38

recolecta, selecciona, analiza y presenta resultados coherentes. Y utiliza los procedimientos


lógicos y mentales de toda investigación; análisis, síntesis, deducción, inducción, etc.” (P.85)
Realiza un proceso de abstracción científica, generalizando sobre la base de lo
fundamental; también realiza una recopilación adecuada de datos que permiten redescubrir
hechos, sugerir problemas, orientar hacia otras fuentes de investigación, orientar formas para
elaborar instrumentos de investigación, elaborar hipótesis, etc.

En este sentido, el estudio es pertinente a nivel social, pretenderá analizar la


socialización de la lectura como actividad permanente de formación académica, desde la
visión de la docencia universitaria. De igual forma, a nivel técnico, el trabajo realizado puede
servir de marco de referencia o de punto de partida para otras investigaciones que traten el
mismo tema, por cuanto la investigación describe con propiedad variables de los hábitos de
lectura los cuales debe asumir el estudiante de educación básica como elemento fundamental
en el proceso enseñanza. Ahora bien, para efectuar el estudio propuesto, se seguirá según el
objetivo que persigue, los lineamientos para el desarrollo de una investigación documental de
nivel descriptivo, la cual según Ramírez (2006), es:
“Una variante de la investigación científica, cuyo objetivo
fundamental es el análisis de los fenómenos (De orden histórico,
psicológico, etc…) de la realidad a través de la indagación
exhaustiva, sistemática y rigurosa, utilizando técnicas muy precisas;
de la documentación existente, que directa o indirectamente, aporte
la información atinente al fenómeno que estudiamos” (p. 74).

Esto significa que la investigación documental viene a constituir aquélla en la cual la


fuente principal de información son los documentos, por lo que Arias (2006), señala que los
estudios documentales son aquéllos “que se basan en la obtención y análisis de datos
provenientes de materiales impresos u otros tipos de documentos” (p. 47).
Dentro de las técnicas de Recolección de datos, utilizadas para efectuar el estudio se
encuentran las relacionadas con el análisis documental de las fuentes bibliográficas, las cuales
para Balestrini (2006), “están constituidas por las técnicas de análisis de contenido,
observación documental, presentación resumida de un texto, resumen analítico, análisis crítico”
(p. 133). Ahora bien, la aplicación de esta técnica fue de gran utilidad para la revisión y
construcción teórica de la investigación.
39

En concordancia con el autor antes señalado y en lo que respecta a la técnica análisis de


contenido, visto como un conjunto de técnicas de investigación destinadas al análisis de la
comunicación escrita, oral o visualizada, se determinó la tendencia o información dominante
en los documentos escritos, orales o visuales revisadas, la misma fue aplicada con el
propósito de analizar la información presentada en el texto a los fines de determinar las
características propias de la Educación Superior y de los Enfoques educativos utilizados por el
docente para la enseñanza.
Otra de las técnicas que complementaron el estudio, fue la técnica de observación documental, en
la cual, según el autor señalado, mediante una lectura general de los textos, se inicia la búsqueda y
observación de los hechos presentes en los materiales escritos consultados, seleccionados de interés para
la presente investigación. Esta primera lectura fue seguida de varias lecturas más profundas y rigurosas
de los textos a fin de captar los planteamientos lógicos que subyacen en los contenidos y propuestas de
los autores consultados.

En lo que se refiere a la técnica de presentación resumida de un texto, la misma permitió


sintetizar las ideas básicas de las obras revisadas. En tal sentido, la técnica de la presentación
resumida fue de singular importancia para la construcción de los contenidos teóricos de la
investigación, así como también para relacionar y sintetizar los aspectos básicos de las
aseveraciones de los autores consultados.
Técnica de Recolección de Datos

Ahora bien, otra de las técnicas de recolección de datos utilizadas fue la técnica del
fichaje, la cual según Pallela y Martins (2006), “consiste en registrar los datos que se van
obteniendo en la revisión bibliográfica, en las entrevistas, en las observaciones, en fin en las
diferentes etapas y procesos que se van desarrollando” (p. 111).
En el desarrollo del estudio fue utilizada la técnica del fichaje con el propósito de
organizar la información encontrada sobre el tema objeto de estudio.
Procedimiento de Investigación

En cuanto al procedimiento empleado durante el proceso de investigación, el


investigador comparte las afirmaciones de Watker (1997), quien manifiesta que "según sea la
posición epistemológica que se asuma cambia, la metodología jurídica será
diferente..."(p.115). En este particular, se superaron una serie de procedimientos intelectuales
y eventualmente materiales, ordenados de acuerdo con el siguiente plan racional
preestablecido; compuesto por las siguientes fases durante el proceso en la investigación.
40

Fase I: el investigador recolecto y seleccionó el material documental utilizado para el


desarrollo de la investigación.
Fase II: Se organizaron y analizaron minuciosamente las informaciones Jurídicas
obtenidas durante la fase del proyecto.
Fase III: Se aplicaron las diferentes técnicas de investigación documental.
Fase IV: Se procedió a redactar el desarrollo o cuerpo del Trabajo Final de
Investigación, el cual fue ordenadamente presentado en capítulos sucesivos para verificar los
planteamientos presentados en los objetivos dirigidos al análisis de la problemática jurídica
objeto de la presente investigación.
Fase V: El investigador aportó sus conclusiones dirigidas a presentar en forma ordenada
los resultados obtenidos luego de su investigación, e incluso, aportando entre sus
planteamientos algunos puntos de referencia que sirven para futuras investigaciones; y en este
orden, no podrían faltar las recomendaciones finales que serán consideradas como
consecuencia de las conclusiones del estudio.
41

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Conclusiones
El sistema penitenciario en Venezuela se ajusta en su política de estado en cuanto a la
reinserción social del penado según lo establecido en la Constitución de la Republica Bolivariana
y al ordenamiento jurídico legal penitenciario vigente, atendiendo al principio de progresividad
lo que implica la evolución del tratamiento del recluso, según el cual se va ascendiendo a
espacios de libertad durante el tiempo que supone la condena.
El cumplimiento de las condiciones de las medidas y el mantenimiento de cierto estilo de
vida, le proporciona al penado el acceso a nuevos beneficios, que suponen el alcance progresivo
de los valores y criterios que el individuo va desarrollando para gestionar “adecuadamente” su
comportamiento dentro de la sociedad. De tal manera, que una fórmula de cumplimiento de pena
depende de la otra, hasta alcanzar la “capacidad necesaria” que amerita la libertad plena.
La adaptación del penado a este sistema es una condición sine qua non para considerar su
reinserción en la sociedad. En efecto, el artículo 7 de la Ley de Régimen Penitenciario define el
sistema progresivo en los siguientes términos: “Los sistemas y tratamientos serán concebidos
para su desarrollo gradualmente progresivo, encaminados a fomentar en el penado el respeto a sí
mismo, los conceptos de responsabilidad y convivencia sociales y la voluntad de vivir conforme
a la Ley”.
El régimen penitenciario nacional establece tres fórmulas de cumplimiento de pena o
excarcelación, que tienen como presupuesto la anterior imposición de la pena privativa de
libertad, a las que el sujeto puede optar, bajo ciertos requisitos, al reemplazo de un período de la
pena de prisión, para finalizar su condena, bajo supervisión en medio semi abierto o libre.
Además, prevé Medidas Sustitutivas a la privación de libertad contempladas para delitos con
condenas cortas que se caracterizan por la sustitución de la privación de libertad (prevista en el
tipo penal del hecho imputado), por programas de supervisión en medio no institucional,
impuestos bajo el cumplimiento de ciertas condiciones, de conformidad a lo establecido en el
artículo 494 del Código Orgánico Procesal Penal.
En cuanto modelo de política del estado venezolano en cuanto a la reinserción social del
penado según podemos decir que este se inclina por una Teoría Mixta donde convergen los
Programas Máximos, también conocidos como resocialización para la moralidad, son aquellos
donde la intervención del tratamiento penitenciario aspira a una internalización de aquellos
42

“criterios valorativos dominantes” que operan en la sociedad, no obstante, esta noción de


reinserción no se adecúa con el Estado democrático de derecho operante en la actualidad y la
sociedad pluralista que desprende, suscitando un cuestionamiento respecto a la obligación de
internalizar valores dirigidos a una admisión “acrítica del sistema vigente” lo que es del todo
ilegítimo.
Así, la finalidad resocializadora de la pena no puede exceder de una adecuación de la
conducta a la norma, sin pretensiones valorativas, donde soslayar la reincidencia constituye el fin
último, esta es la directriz de los Programas Mínimos o de legalidad, el cual tiene coherencia con
la naturaleza del Derecho Penal y su subsidiariedad, es decir, en el entendido tanto de la
implementación del principio de mínima intervención, como de que dentro de un ordenamiento
jurídico se albergan ciertas expectativas de comportamientos determinados legalmente, los que
transgredidos habilitan al poder punitivo del Estado configurando la imposición de la pena, se
concluye que el fin resocializador no puede ser sino, que el condenado acomode sus acciones u
omisiones a la norma.
También, podemos concluir que la función rehabilitadora contemplada en el artículo 272
de la CRBV, viene acompañada de una mención general sobre algunas actividades para
alcanzarla: la recreación, la educación, el trabajo y el deporte, aunque no se habla de
metodologías y acciones concretas.
En tal sentido podemos concluir que mientras el individuo está privado de libertad no se
encuentra en la sociedad, está alejado de ella, está recluido en una sociedad artificial que es la
cárcel y cuando se habla de reinserción social lo que se busca es volver a integrarlo a la sociedad
de la que fue excluido por el delito cometido, devolverlo curado a la vida en sociedad, de forma
que respete las normas pautadas. Ésta sería entonces la función de la UTSO. Además, “contar
con la participación de instituciones privadas que permita darle mayor soporte e incentivo de la
responsabilidad que tiene que asumir el Estado, así como, la valiosa colaboración de la
participación ciudadana”
Por último, la Ley de Régimen Penitenciario expone en su artículo 7 que “Los sistemas y
tratamientos serán concebidos para su desarrollo gradualmente progresivo, encaminados a
fomentar en el penado el respeto a sí mismo, los conceptos de responsabilidad y convivencia
sociales y la voluntad de vivir conforme a la ley”, de allí la repetida pregunta: ¿Cómo se hace?
¿Con qué actividades eespecíficas? ¿Mediante qué métodos o estrategias?
43

Es importante destacar que durante el tiempo que ha estado funcionando la Unidad, no se


conocen estudios que hayan evaluado su funcionamiento. Varias cosas se han abordado acerca de
los beneficios en concreto, pero realmente poco se sabe de la efectividad o no con la que ha
procedido la UTSO. Esto permite cuestionar el hecho de que muchas personas hayan sido
atendidas por esta Institución y, aún cuando finalizaron su régimen de prueba, las medidas bajo
las cuales lo hicieron no fueron las más idóneas y, al término del mismo, no se haya cumplido el
objetivo que se persigue con el otorgamiento de beneficios procesales o medidas alternativas a la
pena privativa de libertad.
De esta manera encontramos que son varios los factores presentes en la función de las
Unidades de Tratamiento, Supervisión y Orientación (UTSO), como instituciones encargadas de
acompañar al ex interno en este nuevo proceso de reinserción que no
permiten el completo logro de los objetivos y metas planteadas. Esos factores van desde el
ámbito teórico hasta la aplicación de metodologías concretas para el funcionamiento
institucional. Quizás una de las dificultades más notorias sea las contradicciones presentes al
momento de definir el objetivo que persigue la UTSO, ya que se habla indistintamente de
reinserción, rehabilitación, resocialización, reeducación, reintegración y readaptación. Nosotros
consideramos que el personal debería conceptualizar claramente el rol que desempeña y no sólo
tener nociones (vagas, ambiguas y a veces contradictorias). Y es que desde el punto de vista
criminológico la misión intrínseca de todos estos términos conlleva a una enorme complejidad:
trabajar, transformar, mejorar, tratar a un ser humano es por sí sola una tarea difícil, pero más
aún lo será si no se tiene absolutamente claro ni lo que se quiere lograr ni cómo hacerlo, o
cuando cada funcionario tiene su peculiar noción sobre el tema y su propia manera de hacer las
cosas.

Recomendaciones

Se les recomienda a las autoridades competentes en áreas criminológicas y penitenciarias


que lleven a cabo los programas de readaptación en el propósito de velar por la reinserción del
interno a la sociedad.

El Estado debe orientar una efectiva política penitenciarias para disminuir la actitud a
través del rechazo hacia el individuo con un historial, por parte de las comunidades, en algunas
veces de las misma instituciones públicas, es necesario fortalecer esos programas y orientaciones
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que sean necesarios para que la sociedad colabore con la reinserción social de esto personas que
buscan oportunidades al salir de prisión.
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