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Levantate y Resplandece
Levantate y Resplandece
(ISAIAS 60,1)
Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Yahveh ha nacido sobre ti.
Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; más sobre ti
amanecerá Yahveh, y sobre ti será vista su gloria.
INTRODUCCION:
Cuando leemos la historia del pueblo de Israel nos damos cuenta de la condición espiritual y
moral, en la que se encontraba el pueblo del Señor. Se habían olvidado del DIOS de sus
padres, del Dios que les había sostenido por el Desierto mientras estuvieron errantes, se
olvidaron de todas las victorias que habían obtenido sobre sus enemigos.
Sintieron que lo habían alcanzado todo y que no necesitaban más de Dios, y empezaron a
decaer y todos sus enemigos hacían lo que querían con ellos, por haberse alejado del Dios
Todopoderoso.
Sus pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente; sus pensamientos,
pensamientos de iniquidad; destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos. Por esto se
alejó de nosotros la justicia, y no nos alcanzó la rectitud; ESPERAMOS LUZ, y he aquí
tinieblas; resplandores, y andamos en oscuridad. Palpamos la pared como ciegos, y andamos
a tientas como sin ojos; tropezamos a mediodía como de noche; estamos en lugares oscuros
como muertos.
Pero sabes una cosa el Pueblo tuvo que RECONOCER y por eso le llegó el momento de
SABERSE QUE HABIAN PECADO Y CONFESARON DELANTE DE DIOS SUS ERRORES Y SE
ARREPINTIERON DE SUS MALOS CAMINOS.
Al igual que la misma experiencia del Pueblo de Israel, hoy te digo a ti que estás en este
Coliseo, no importa que bajo has caído o cuan grande es tu pecado, DIOS ES FIEL Y JUSTO Y
QUIERE PERDONAR TUS FALTAS, pero basta una cosa QUE TE LA CREAS POR FAVOR.
Te invito que al hermano que tienes a tu lado le digas: NO LE DIGAS A DIOS QUE TIENES UN
GRAN PECADO, SINO MÁS BIEN DILE A ESE PECADO QUE TIENES UN GRAN DIOS.
Todos nosotros como bautizados estamos llamados a ser HIJOS DE LA LUZ, porque FUIMOS
LLAMADOS PARA RESPLANDECER, y esto no es POR TUS PROPIAS FUERZAS SI NO CON MI
SANTO ESPIRITU DICE EL SENOR.
A partir de los que hemos hablado me gustaría que concreticemos en 4 puntos que nos
servirán como eje, para poder recibir tambien nosotros todas las bendiciones al igual que el
Pueblo de Israel, porque hoy ha llegado para ti un KAYROS, UN TIEMPO OPORTUNO DE
GRACIA DEL SEÑOR.
1. LEVANTATE
Este es un tiempo de tensión, donde Su novia está siendo preparada y Dios espera de
la Iglesia la actitud de «entrar en escena», de ponerse en la brecha, con un corazón
dispuesto a responder a Su eterno propósito.
2. Ponerse en pie. La noche está avanzada, y muchos que deberían estar velando, se
han dormido, como aquellos discípulos de Jesús en la hora del Getsemaní. El Señor
busca siervos vigilantes, hombres y mujeres que estén en pie en medio de la noche.
3. Resistir. El llamado del Espíritu Santo, es que, sometidos a Dios, resistamos al diablo
(Sgo. 4,7). Y podamos vencer todas esas batallas en el Nombre del Señor.
Resplandecer alude al efecto que produce la incidencia de la luz sobre un objeto. Si la Iglesia
resplandece, es porque posee «aquella Luz verdadera que alumbra a todo hombre».
Dios no te llamó a ser del montón. Eres un hijo una hija de Dios así que comienza a
sobresalir, en tu trabajo, en tus estudios, en tu familia, en tu colonia, en tu grupo de oración.
Hoy es el momento que des el paso des el paso de LEVANTARTE Y CONFIAR EN DIOS.
Comienzas a RESPLANDECER, y por eso ha llegado tu tiempo, el tiempo de Dios para tu vida,
para tu libertad, para su salud, para tu salvación, para que salgas del anonimato, para que
comiences a ser Luz, a Resplandecer en medio de la oscuridad.
3. HA VENIDO TU LUZ
«Ha venido tu luz, y la gloria de Yahveh ha nacido sobre ti». ¿Ha resplandecido realmente la
gloria de Dios en nuestros corazones? Cuando hemos visto su gloria, la consecuencia
profunda es que todos nuestros esquemas y pensamientos caen delante de él. Nada es
mayor que verle a él, nada nos puede hacer volver atrás, porque, cuando su luz nos
conquista, quedamos cautivos de la visión celestial.
Esta promesa es para nosotros lo mismo que les dijo un día Jesús a sus discípulos: “Yo soy la
luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”
Primero, recibimos la luz de Dios (porque ha venido su luz), y después tenemos un servicio
que cumplir (LEVÁNTATE, RESPLANDECE). Tú no puedes resplandecer hasta que haya
venido tu luz, pero una vez que ha venido, hay de ti con que no te ¡Levantes y
resplandezcas!
Y la gloria de Yahveh viene sobre ti, y esa es la experiencia de su Espíritu que se derrama a
cada uno de nosotros, por eso no tengamos miedo a abrirnos al poder de Dios, que habita
en medio de la alabanza; sanando, liberando, restaurando corazones afligidos, etc.
CONCLUSION:
Hermanos hoy es ese día en el que en el Nombre del Señor te pongas de pie y le des la
gloria, puesto que es el único que es capaz de transformar tu vida y restaurarla para hacer
grandes cosas, por eso con el salmista decir: ESTE ES EL DÍA DEL SEÑOR, DÍA DE
MISERICORDIA. (Salmo 117)