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Este trabajo se enmarca en la culminación del cursado del “Seminario de Subjetividad y

Determinantes Colectivos”, el interés en el tema surge a partir de una experiencia personal


vivida en las prácticas pre profesionales que esta alumna realizó en el Centro de Salud “Padre
Cobo”, ubicado en Pedro de Vega al 3800.

Se realizará un análisis teórico de la unidad elegida (la primera según el programa) y se


articulará esto con una situación particular de la vida cotidiana, además se pretende realizar
una vinculación con un tema presente en la unidad 2: el de poder; desde la perspectiva de
Foucault y de Deleuze.

Como punto de partida para lo que sigue se retoma lo expuesto en la fundamentación del
programa de la materia respecto a la noción de subjetividad: “Se puede decir que la
subjetividad individual resulta de un entrecruzamiento de determinaciones colectivas de
varias especies, no sólo sociales, sino económicas, tecnológicas, de medios de comunicación
de masas, entre otras; lo que implica su carácter pluridimensional e interdisciplinario como
categoría general epistemológica, sociológica y psicológica.” (Bentolila; programa
seminario de subj. y det. colectivos, 2021)

Presentación de la temática.

Desde el año 2019 realizo mis prácticas en el Centro de Salud Padre Cobo1, se trata de un
efector de primer nivel de atención en salud que se encuentra a cargo de una trabajadora
social; ella se ocupa de la coordinación. Se brindan en él servicios de atención en salud desde
atención médica clínica, especialidades médicas, psicología, trabajo social, entre otros. En lo
referido a la atención a personas trans, se brindan terapias hormonales y atención general, hoy
es un lugar que recibe a estas personas pero no siempre fue así.

La trabajadora social asume el rol de coordinadora en el año 2009, en ese momento el equipo
de trabajo estaba fragmentado, no había una buena comunicación y los problemas eran
varios. Entre ellos, se pudo ver que la comunidad trans de los barrios (el CAPS2 recibe gente
del barrio Los Hornos, pero también de Villa Hipódromo y Ciudadela Norte) no se acercaba
al centro de salud ni siquiera para los controles médicos anuales, se empezó un proceso que
fue largo y complejo. Desde el equipo de trabajo se empezaron a hablar estas cuestiones, a
definir objetivos y a tener reuniones mensuales; también se conformó una red territorial en la
que participan la mayoría de las organizaciones de la zona, desde merenderos a escuelas.

Se iniciaron acciones para buscar a estas personas y averiguar el por qué de ese
distanciamiento, se realizaron visitas domiciliarias desde el trabajo social (esto se inició a
partir de los registros médicos ya que había muchas personas trans que venían una vez, daban
sus datos pero no regresaban por sus tratamientos ni sus controles anuales) los resultados
fueron positivos: se pudo visualizar que la mayor parte de esta población refería malos tratos,

1
En el año 2020 fueron de forma remota, a través de zoom y de la realización de entrevistas. Hoy,
siguen por esa vía hasta abril.
2
Centro de Atención Primaria en Salud.

1
discriminación, o una actitud negativa3 al momento de pedir asistencia a alguno de los
profesionales médicos.

El resultado entonces, estaba a la vista; la comunidad trans se encontraba alejada del efector
en gran medida por las condiciones en las que se daba el trato cuando se acercaban al mismo,
el problema no era la falta de acercamiento por parte de las personas sino el abordaje de estas
situaciones desde el Centro de Salud. Cabe destacar que la institución fue creada con otros
fines, en realidad surge como un anexo de la Iglesia contigua y es por eso que lleva el nombre
del cura que se encontraba al frente del establecimiento religioso en ese entonces, este punto
es importante porque una cuestión que durante años atravesó al CAPS fue lo religioso.

Progresivamente, luego del trabajo del equipo de salud; comenzó a acercarse la gente que
formaba parte de la comunidad, pero por ejemplo en lo referido a la atención en salud mental;
la profesional que estuvo hasta el año 2020 no atendía personas trans por alegar ser “objetora
de conciencia trans”.4 Hoy la población trans se encuentra en contacto con el centro de salud,
muchas realizan tratamientos y vienen en búsqueda de atención de distinta índole, igualmente
el trabajo de “búsqueda” sigue estando presente debido a que, según el equipo de trabajo,
siguen faltando personas que están en el barrio pero no se acercan al efector de primer nivel.

En el 2019 se presentó un proyecto a partir de la convocatoria a proyectos innovadores en


salud, enmarcado en el programa “redes” implementado desde el Ministerio de Salud y
Desarrollo Social de la Nación, su título fue “sensibilización y visibilización de la población
trans”. Se citan a continuación algunos fragmentos que luego serán abordados:

1. “El proyecto busca trabajar hacia adentro los prejuicios, tabúes y mitos que han
surgido en el equipo en relación a la identidad de género y específicamente en
relación a la población trans”.

2. “A raíz de las luchas sociales, la temática cobró cierto protagonismo el cual permitió
establecer estrategias para identificar y registrar la población trans que el efector tiene
a cargo. Para llevar a cabo un registro de calidad, dentro del equipo de salud se
propuso que algunos integrantes del mismo se capaciten como educadores sexuales,
pensando en reforzar el conocimiento en la temática y así potenciar el trabajo que se
venía realizando.”

3. “Actualmente, se busca relevar las población trans, de nuestra zona de influencia,


realizando una entrevista social y económica, a fin de garantizar el derecho y acceso a
la salud de dicha población dentro de la red, desde una mirada interdisciplinaria
buscando realizar un trabajo más territorial.”

4. “La propuesta busca que la población trans pueda acercarse al sistema de salud a
través del primer nivel de atención, logrando la adscripción de la misma al equipo.
Se espera así el ejercicio de una práctica de salud integral, promoviendo la

3
Con esto me refiero a que directamente se les decía que no podían ser atendidos en ese efector por
ser personas trans.
4
Cosa que no se encuentra habilitada por la Provincia de Santa Fe ni a nivel nacional.

2
articulación entre los diferentes niveles facilitando el tránsito en la red de salud
desde un enfoque de derechos.”

Para ubicar la temática usaré un aporte de Débora Tajer (2018) que sostiene que los sistemas
de salud evidencian las brechas que hay en materia de género y de salud. Esto se da a pesar
de los marcos legales vigentes y las políticas públicas, que parecieran no bastar en algunos
casos, es evidente que existe una hegemonía presente en las representaciones que son
producidas y reproducidas por las instituciones de salud. Los discursos y las prácticas
colaboran con esto y generan una exclusión de aquello que no encaja con lo establecido,
existen personas que no son reconocidas por estos sistemas y que incluso son excluidas de los
mismos. La pregunta sería: ¿qué implicancia tienen en esto los procesos de construcción de
subjetividad? ¿se encuentran de alguna manera determinados por esta institución y sus
diversos componentes?

Los conceptos de producción de subjetividad y determinantes colectivos en el enfoque


post estructuralista.

Uno de los conceptos más importantes que aborda la teoría post estructuralista es el de
subjetividad, en el seminario hemos visto como el interés de esta perspectiva teórica recae
en entender a la subjetividad como una construcción y como un producto de los diferentes
sistemas de representación que pueden estar presentes en una sociedad. Un elemento central
entonces en la producción de subjetividades sería el contexto, porque es este; con sus
diversos componentes, el que define o determina esos procesos de subjetividad y sus
resultados.

Podríamos decir entonces que el sistema capitalista es un componente que se erige como un
determinante al momento de dar lugar a la producción de subjetividades, así mismo la cultura
de una sociedad, las relaciones de poder, entre otros factores sociales, económicos, políticos,
etc.

Los procesos de construcción de subjetividad se dan en condiciones materiales de existencia


específicas que los determinan y, a su vez; las distintas instituciones a las que las personas se
acercan en su vida cotidiana pueden ser entendidas como espacios de reproducción de esos
determinantes, por lo que es importante que problematicemos esas producciones de
subjetividad y que tengamos en cuenta en qué marco se dan.

Hernández (2004) al analizar este concepto, habla de algunas cuestiones que parecen
centrales para el desarrollo de este trabajo:

❖ En primer lugar, la subjetividad puede ser entendida como un producto histórico


cultural: esta visión ubica a la subjetividad como una construcción que se da en la
interrelación entre los sujetos y su contexto, tanto social como natural. Hace
referencia a lo que sucede en la vida cotidiana de las personas que habitan una
sociedad determinada en un momento, lugar y contexto específico.

3
❖ La subjetividad como construcción histórica implica entender que todo proceso
comienza siendo externo (a través de su vivencia por parte de los sujetos) y luego es
internalizado. Tienen un rol fundamental los distintos factores macrosociales
presentes en una sociedad de forma estructural, las diferentes prácticas sociales
cotidianas y la subjetividad social constituida.

La situación que es abordada en este trabajo se da en un contexto determinado y en un


momento temporal específico, además se enmarca en una ubicación geográfica particular y se
da al interior de un efector de salud que tiene sus propias particularidades, en el momento en
el que esto toma lugar el efector se encontraba atravesado por la visión médico-hegemónica5
y por una forma binaria de entender al género y a las personas que se acercaban a pedir
alguna atención.

Más allá de esto, la organización no es ajena al contexto más general o global, se enmarca en
un sistema de representaciones que se caracteriza por un modelo de acumulación capitalista,
en un momento (previo al año 2009) en donde las leyes que “protegían” a la comunidad trans
no se encontraban aún legisladas. El movimiento LGBTIQ+ no tenía en ese entonces la
fuerza que tiene hoy en día, hoy aunque las vulneraciones de derechos siguen sucediendo y la
población sigue estando algo alejada del sistema de salud, existe un marco legal que establece
derechos y garantías para esta comunidad como así también se pueden realizar denuncias a
los profesionales que no cumplen con la atención establecida en la reglamentación vigente
hoy en nuestro país.

En este contexto que fue descrito anteriormente, sólo había lugar para aquellas personas que
se enmarcaban dentro de lo establecido y aceptado socialmente, no había lugar para quienes
se encontraban por fuera de esa norma. Los procesos de subjetividad admitidos en este marco
eran, justamente; los que acordaban con lo establecido, aquello que era reproducido y no las
nuevas formas de producción de subjetividad.6 Punto 2 del resumen del proyecto que se
encuentra en la presentación del tema elegido.

También es necesario remarcar que quienes trabajaban en el efector e incluso quienes


negaban la atención a la comunidad trans también eran personas que; según este análisis, se
encontraban atravesadas por los diversos determinantes y por el contexto en el que se
desarrollaban diariamente. Sus subjetividades eran también resultado de diferentes procesos
que se encontraban predeterminados, por supuesto que actuaban como reproductoras de este
sistema binario de representaciones y eso se traducía en una exclusión de aquellas identidades
o subjetividades que estaban por fuera de lo esperado pero también puede ser que no hayan
sido conscientes de eso; con esto no se pretende justificar sus acciones de ninguna forma
pero, algunos de los miembros de ese equipo hoy siguen en el CAPS y han cambiado su
forma de entender a esta comunidad, puede que en ese momento no hayan tenido la
información que hoy tienen, o que no hayan querido confrontar con quien dirigía la

5
Desde la incorporación de la trabajadora social se actúa a partir del modelo de Clínica Ampliada.
6
Esto no es por qué se entienda que sean “nuevas” en tanto antes no existían, sino a que para estos
marcos sociales aparecen como algo nuevo o diferente. Como una fuerza instituyente a la que
resisten desde el lugar de instituido.

4
institución. Lo importante, creo; es que los procesos de cambio son posibles. Es posible
desnaturalizar estos procesos de producción de subjetividad, tomar conciencia de que no
ocurren al azar o de forma natural y darnos cuenta de que somos parte también de eso.
Problematizarlo y poder repensar ciertas cuestiones.

La subjetividad, según Hernández; es un concepto complejo, que requiere de un abordaje


integral e interdisciplinario, la relación que se da entre el todo y las partes tiene dos
características centrales: en primer lugar, la multicausalidad y la incertidumbre pueden
generar que aquellas trayectorias a futuro de los eventos que suceden en la cotidianeidad
puedan presentar consecuencias múltiples e inesperadas como consecuencia y los escenarios
sociales que se van gestando, en tanto “emergentes” pueden dar lugar a momentos de
armonización con las tendencias sociales constructivas o generar bifurcaciones en el
desarrollo de alternativas posibles. Creo que esta situación se ubica en la segunda tendencia,
se generan bifurcaciones; no sólo en este caso puntual sino a nivel país, se empieza en ese
mismo marco una lucha por la comunidad trans y LGBTIQ+ por la regulación y la
garantización de sus derechos que, hasta entonces no eran reconocidos en cuanto tales. Se da
un quiebre, se instala al tema en la agenda pública y se exige que la dirigencia política esté a
la altura, se comienzan a debatir leyes como la Ley de Identidad de Género y, en el medio de
discursos conservadores y discriminatorios se erige la comunidad trans en tanto sujeto
político, es gracias a esta comunidad que la ley en el año 2012 es finalmente sancionada.

Identidad cultural.

La identidad cultural constituye un nivel de subjetividad, el de territorialización subjetiva.


Respecto a esta noción, Rolnik y Guattari (2006) la definen como un concepto
“reaccionario”, al igual que el concepto de cultura. Esto es así para estos autores debido a que
consideran que cuando usamos estos conceptos reproducimos (a veces sin darnos cuenta)
aquellas formas de representación de la subjetividad instaladas y no damos lugar a la
visibilización de la complejidad de las mismas y de su multiplicidad de componentes. Esto se
relaciona con lo expresado en el apartado anterior respecto a la forma en la que las
instituciones reproducen esas nociones que en un determinado sistema son aceptadas y
legitimadas.

“Así como el capital es un modo de semiotización que permite tener un equivalente general
para las producciones económicas y sociales, la cultura es el equivalente general para las
producciones de poder”. (Rolnik y Guattari; 2006, p.37)

Se propone entonces, pensar las expresiones culturales de otra forma; en términos de


agenciamientos de procesos de expresión, esta forma de entender estos procesos es
contradictoria con la forma en la que se producen las subjetividades en el contexto capitalista
actual, me refiero a que: la sociedad capitalista posee el control de la subjetivación y la
cultura equivale a las producciones de poder; las clases dominantes, por ende; siempre buscan
la doble plusvalía: económica, a través del capital y de poder mediante la cultura entendida
como valor.

5
Aquí es posible pensar que a partir de las formas de nombrar, las clases dominantes o
aquellos que tienen el poder pueden ubicar a los sujetos en una escala de tipo jerárquica y
decidir en torno a su futuro. En el Centro de Salud, antes de la inclusión de la comunidad
trans sus identidades eran patologizadas, su identidad de género no era respetada y sus
pedidos no eran escuchados; desde el efector, en ese entonces, esto no era visto como una
privación de derechos o como algo negativo sino que era entendido como algo normal o
aceptable porque se entendía que estas personas se encontraban fuera de lo que se aceptaba
como “normal” y entonces, se las rechazaba.

Para Rolnik y Guattari la identidad cultural: “tiene implicaciones políticas y micropolíticas


desastrosas, porque lo que no alcanza a comprender es precisamente toda la riqueza de la
producción semiótica de una etnia, de un grupo social o de una sociedad”. (Rolnik y
Guattari; 2006, 91)

Dentro de los sistemas capitalistas se genera lo que se conoce como “cultura de masas”, este
tipo de procesos produce individuos normalizados y articulados según los sistemas existentes
en una sociedad. La cultura de masas en la situación planteada considero que puede ser
aquello que en el centro de salud prevalecía, que era lo que en ese momento se establecía
como lo esperable también a nivel social y general, estos individuos que conforman esa
sociedad se se encuentran normalizados y no cuestionan lo que viven o lo que ven de forma
cotidiana porque lo entienden como algo normal. En una sociedad que genera cultura de
masas, el otro es entendido como aquello fuera de la norma, es lo raro o lo diferente mientras
que uno se encuentra dentro de ese marco de aceptabilidad en donde no puede ser
cuestionado.

A su vez, cuando desde el efector se rechazaba a la población trans y no se la atendía se


estaba reproduciendo y legitimando esa forma de entender a esta comunidad dentro de una
sociedad, se perpetuaba algo que en la mayoría de efectores de salud (y en la sociedad en
general) sucedía, no se realizaba un quiebre y no se problematizaba estas cuestiones.

La alternativa: los procesos de singularización.

Lo que Rolnik y Guattari proponen es generar procesos de singularización subjetiva que


salgan de los procesos determinados y esperados por el poder (2006). En el apartado anterior
ya se habló de la identidad, pero; para aportar a lo ya mencionado desde esta idea de
singularización podemos decir que:

1. la identidad es un concepto de referenciación que da lugar a procesos de


identificación, en cambio la singularidad es un concepto existencial; por ende:
2. los procesos de singularización implican el poder vivir en un lugar y momento
determinado y tiene que ver con el modo en el que funcionan y se articulan todos los
elementos que constituyen el ego.

La identidad para la comunidad trans es algo muy importante y significativo porque permite
identificarse con aquello que perciben o sienten en relación a su existencia, la Ley de
Identidad de Género sancionada en el 2012 sienta un precedente y habilita a que estas

6
personas puedan contar con un DNI que se corresponda con la identidad con la cual se
perciban y que puedan (y deban) ser tratadas de manera acorde a esa identidad. Este logro se
debe en primera instancia a la lucha del colectivo trans y el colectivo LGBTIQ+ por este
derecho, considero que este tipo de movimientos pueden considerarse procesos de
singularización subjetiva ya que se sale de lo esperado por el poder y genera una especie de
fuerza disruptiva que aparece en la sociedad y pone un tema en la agenda pública: en este
caso sus derechos, los cuales se exigía sean respetados y legislados. Esto implica, claramente;
un tipo de proceso específico: de singularización. Se da una construcción de tipo individual
pero también colectiva que da lugar a la aparición de; justamente, procesos ligados a la
singularidad: a procesos que se encuentran atravesados por ese componente existencial que
caracteriza a esta noción y la distingue de la identidad en tanto proceso de referenciación que
permite que se generen procesos de identificación.

Otro punto esencial: el poder.

Foucault, hacia la década de 1970 adhiere a la idea de que el sujeto se encuentra “sujetado” al
control y a la dependencia del otro, para él se da un atravesamiento y una constitución desde
formas específicas de poder, el saber y el poder son dos cuestiones vinculadas y no puede
entenderse a una sin la otra, aquí aparece el discurso; que se convierte en un elemento
esencial en el pensamiento de este autor. “El poder consiste en una serie de procedimientos
que han sido inventados y perfeccionados en virtud de situaciones concretas y que van
desarrollándose de forma permanente”. (Apreda, 12 )

En relación a esto, la mayoría de quienes rechazaban a la población trans al llegar al centro de


salud eran profesionales de la salud, eran quienes poseían ese saber que el otro necesitaba y
se encontraban claramente en una relación asimétrica de poder. (médico/paciente)Además el
discurso era un elemento clave, porque se nombraba a la persona de una forma específica; ya
sea no respetando su identidad de género o negándole atención.

Foucault, al hablar de la naturaleza del poder diferencia relaciones de poder del poder en sí
mismo: “Lo que define una relación de poder es que este es un modo de acción que no opera
directa o inmediatamente sobre los otros. En cambio el poder actúa sobre las acciones de los
otros.” Después sostiene que: “Una relación de poder solo puede ser articulada en base a
dos elementos: El otro (aquel sobre el cual es ejercido el poder) ampliamente reconocido y
mantenido hasta el final como la persona que actúa; y un campo entero de respuestas,
reacciones, resultados y posibles invenciones que pueden abrirse, el cual está enfrentando a
una relación de poder”. (Foucault, 1996, p. 13)

Lo que se da en el CAPS en ese entonces es claramente una relación de poder en términos de


este autor; se ejerce el poder sobre una población específica y existe un campo de posibles
respuestas. En lo particular, se aceptaba este rechazo y estas personas se alejaban del sistema
de salud pero, a nivel más global comenzaba una lucha muy grande y significativa por el
reconocimiento de derechos.

Para Deleuze y Guattari, el poder es una parte de los procesos de agenciamiento y está
íntimamente ligado a una noción que es clave para estos autores: la de deseo.

7
El deseo es la relación transversal entre singularidades y circula en el agenciamiento, sólo es
posible de ser pensado en términos de “agenciamiento” y esta noción supone una
interrelación entre dos ejes: el primer eje, llamado horizontal implica que el agenciamiento
incluye dos segmentos; uno de contenido otro de expresión. Por otro lado, un eje vertical
orientado; lo que significa que tiene partes territoriales que lo estabilizan y también
“máximos de desterritorialización que lo arrastra”.

Entonces, siguiendo a Torres Ornelas (2018) “el deseo es una composición (agencement de
désir); es un proceso, no una estructura ni una génesis; es afecto, no sentimiento.” Toda
producción es a la vez deseante y social; no se trata de lo inconsciente que se convierte en
consciente, sino de lo inconsciente de lo consciente; ni de lo molecular que se transforma en
molar, sino de lo molecular de lo molar. El deseo es una insistencia, no es algo que exista
pero igual produce acciones y está siempre presente y latente en la diferencia , atravesando
todos los sectores y momentos de una sociedad.

“No se trataría tanto de interpretar y descifrar, sino de constatar cómo funciona la


producción deseante de un individuo, es decir, cuáles son sus mecanismos y cuáles son los
obstáculos que impiden que funcionen. En definitiva, el deseo no remitiría a ningún objeto
más allá sino que sería el resultado de la actividad que hace girar los engranajes de las
máquinas deseantes.” (Fernández Soto;2019, 969)

Considero que la relación que existe entre el deseo y la situación planteada más significativa
o importante es la que refiere a la comunidad que protagoniza este trabajo: las personas trans.
Me parece que dentro de esos agenciamientos, el deseo está siempre presente y que un punto
que detiene la posibilidad de acercarse a ese deseo es el rechazo. Pero ese rechazo también
genera respuestas, genera un quiebre en el ego de estas personas, una idea comienza a
gestarse: la de no quedarse con aquello que reciben desde los lugares públicos. Se inicia y se
refuerza un lucha por eso que los cuerpos deseantes o las “máquinas deseantes” buscan, sólo
cuando no se genere ese rechazo se puede concretar ese deseo y se puede llegar a ese estado
de plenitud y equilibrio personal y colectivo, se trata de una producción que es a su vez
deseante y social. El deseo, como ya se mencionó; está siempre presente y latente en la
diferencia y no distingue momentos ni segmentos sociales.

En relación a las definiciones de poder de estos autores; existen dos: la primera definición
que dan de poder nos dice que: a nivel micro o nivel molecular puede describirse en términos
de deseo a condición de que ese deseo no es algo que va de un individuo a otro sino que fluye
y circula. Va más allá de “lo uno”. Se ubica en el interior de la distinción entre lo molar y lo
molecular inscribiendo al poder como la dinámica más compleja del deseo, definido como el
elemento de lo micro. Es una composición, un proceso y efecto, es una insistencia que está
siempre en estado naciente en la diferencia; atraviesa todos los estratos y se distribuye en
ellos. La segunda definición que dan de este concepto traduce el elemento molecular en
términos de elemento molar.

Deleuze y Guattari, por último sostienen que: “ante una sociedad de consumo que funciona a
base de convencer al sujeto de que carece de algo que ella le puede aportar, la estrategia de

8
Deleuze y Guattari pasa porque el sujeto descubra que su deseo no apunta a ningún objeto
del que carece, sino que es en sí mismo creador. La producción deseante debe ser libre y
original y no someterse a ninguna norma ni en lo íntimo ni en lo social: hay que
desterritorializar el deseo sin permitir la «re-territorialización artificial» de la sociedad, sea
la sociedad capitalista o cualquier otra.” (Fernández Soto;2019, 980) En relación a esto,
retomo un texto que si bien no fue dado en el marco del seminario creo que es útil para
abordar este tema; Ferioli (2018) aporta que Deleuze sostiene que el capitalismo es una
“empresa mundial de producción de subjetividad y no sólo de materialidades”, esto implica
que hace creer, genera flujos de creencias en virtud de sus promesas. (p. 53)

Creo que otro concepto importante que se puede abordar desde la visión de Deleuze y
Guattari es el de grupos; ellos proponen distinguir en las organizaciones dos grupos, por un
lado los grupos sujetos como aquellos con potencia instituyente; para resistir lo que se
impone y para intentar alternativas que escapen a esa imposición. Por otro lado, los grupos
objeto son aquellos que se adaptan de manera pasiva y reproducen lo dado sin problematizar
o criticar eso ya dado.7 El sujeto ya no es un “sujeto constitutivo” sino el designador de lo
constituido, el carácter constituyente está situado en el plano inconsciente de lo trascendental
del deseo. Los sujetos constituidos son en parte efectos del poder así como también lo son la
idea del sujeto y sus facultades, lo que hace el poder es modelar o producir los sujetos sobre
los cuales puede ejercerse la represión sobre los que se imparte la ideología.

A modo de cierre.

Para poder realizar la reflexión tomo la siguiente cita:

“Las instituciones suelen ser cajas de resonancia de lo que ocurre en el campo social. A
veces son cajas de amplificación opresiva y no sólo de resonancia. Fernando Ulloa decía que
contexto institucional y contexto social eran indisociables. Franco Basaglia, quien
protagonizara la reforma psiquiátrica italiana, caracterizaba a las instituciones en que había
una fuerte división entre “el poder y el no-poder” como necesariamente “instituciones de la
violencia”. Esta suerte de “violencia basal institucional”, crece o decrece, según el campo
social que se habite. Las instituciones también tienen la dosis propia de violencia, que se
manifiesta cuando toma por objeto a sus integrantes, en lugar de favorecer el despliegue y la
producción de subjetividad”. (Ferioli; 2018, 51)

Creo que, tanto para el trabajo social como para cualquier disciplina; es fundamental partir de
un enfoque de derechos que entienda al otro como una persona. Abramovich y Pautassi
(2009) definen al enfoque de derechos en el campo de las políticas públicas como un marco
conceptual y de acción que guía a los Estados y a sus intervenciones siempre desde la
garantía y el resguardo de los derechos de las personas. También creo que el trabajo de tipo
interdisciplinario es importante porque permite sumar otras visiones al momento de
interpretar una situación y pensar intervenciones. Esto se vincula con el punto 4 del resumen
del proyecto presentado por el equipo del CAPS en la presentación de la temática.

7
Esto también fue extraído del trabajo de Daniel Ferioli titulado “Violencia institucional y violencia
política”.

9
Como hemos visto a lo largo de este seminario, la subjetividad es un producto y una
construcción que responde a cuestiones previamente dadas y establecidas en una sociedad
específica en un momento determinado. Diferentes determinantes son los que, justamente;
“determinan” los resultados de los procesos de subjetividad y generan sujetos normalizados
que esa comunidad espera, la idea sería entonces, reproducir aquello que está dado. Sin
preguntas y sin cuestionamientos, sin problematizar y sin salirse de ese marco que está pre
establecido. Entonces podemos preguntarnos: ¿se puede generar producciones de subjetividad
que salgan de eso que se encuentra dado? ¿es suficiente cuestionarnos aquello que está
establecido? ¿cómo podemos alejarnos de los determinantes y generar procesos de
subjetividad que se salgan de aquello que el poder espera?

Creo que sí, si bien no es posible abolir el sistema capitalista o modificar toda la estructura e
identidad de una institución como el centro de salud Padre Cobo considero que se puede de
manera gradual y progresiva modificar algunas cuestiones, introducir en estos lugares una
nueva visión o forma de entender ciertas cuestiones y todo esto surge desde la
problematización y desde la desnaturalización de aquello que tenemos como “dado” y que no
siempre nos cuestionamos. El ejemplo que se aborda en este trabajo es claramente evidencia
de que estos procesos son posibles, es posible intervenir desde adentro y modificar algunas
cuestiones; de manera gradual, que parecen estar instaladas en ese lugar.

Es posible cambiar las lógicas o las maneras de entender ciertas cuestiones, es posible
construir colectivamente una nueva forma de interpretar la realidad y de incluir a ciertas
personas que, durante años; estuvieron excluidas de un lugar. Creo que no podríamos ser
profesionales de las ciencias sociales si no tuviéramos la creencia de que las cosas pueden
cambiarse, es un desafío poder desarticular esas lógicas que se encuentran tan instaladas pero
no es una tarea imposible, hoy desde este efector se sigue trabajando en torno a esta
situación; existe un interés genuino por aquella comunidad que en un momento no tenía
permitido la entrada. ¿qué es lo que cambio? es la pregunta que aparece, la respuesta más
sencilla podría ser que cambió la dirección, asumió ese rol una profesional del trabajo social
y vino a dinamizar esas situaciones que no estaban muy bien. Pero me parece que es mucho
más profundo, cambió la realidad; cambió el contexto; cambió la manera de entender ciertas
identidades y ciertos procesos de producción de subjetividad. Cambió el marco legal y
cambió; como consecuencia de todos estos factores: la forma de ver y entender a las personas
trans. Es cierto que no se erradicó la violencia institucional, que sigue habiendo
discriminación y transfobia, que siguen existiendo efectores que rechazan a esta comunidad.
Pero hoy, la norma es la aceptación y la inclusión, hasta el año 2009, en el Centro de Salud
pero también en toda la sociedad, la norma era la exclusión y el maltrato. Si esto no puede ser
entendido como una forma de cuestionar lo que está dado y lo que nos determina, no sé que
lo es.

La construcción colectiva es posible así como también lo son los procesos de agenciamiento,
es posible salirnos de lo que está establecido; de aquello que se espera de nosotros en una
sociedad. Por más pequeño que algo parezca, puede generar un proceso de cambio
significativo; si todos generamos pequeños procesos de cambio ellos pueden ser el principio
de lo que se convierta en un gran cambio.

10
Bibliografía.

❏ Bentolila, L. (2021) Programa de la asignatura “Seminario de Subjetividad y


Determinantes Colectivos”. Curso de Verano, Lic. en Trabajo Social. Universidad
Nacional del Litoral, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Santa Fe, Argentina.

❏ Hernández O. (2004) “La subjetividad y la complejidad.-Procesos de construcción y


transformación individual y social.” disponible en:
http://biblioteca.clacso.edu.ar/Cuba/cips/20120824040624/angelo14.pdf

❏ Rolnik, S. Guattari. (2006) “Micropolítica del deseo. Cartografías del deseo.” Cap 1;
Cap 2 Pto 2, Pto 3 y 4 y Pto 9. disponible en:
https://www.traficantes.net/sites/default/files/pdfs/Micropol%C3%ADtica-TdS.pdf

❏ Apreda G. “La concepción del sujeto en Michel Foucault”. Disponible en:


http://borromeo.kennedy.edu.ar/Artculos/SujetofoucaultApreda.pdf

❏ Equipo de trabajo Centro de Salud Padre Cobo. (2019) “Sensibilización y


visibilización de población trans'' .Proyecto de financiación presentado a Nación en el
marco de la convocatoria del programa “REDES”.

❏ Ferioli, D. (2018) “Violencia institucional y violencia política” en “Producción de


subjetividad. Perspectivas de la Salud Mental” Revista Soberanía Sanitaria, año 2.
Número 4, Junio de 2018.

❏ Foucault, M. (1996) “El Sujeto y el poder”, primera traducción al castellano.

❏ Fernández Soto. (2019) “El objeto del deseo. Producción deseante en el


esquizoanálisis de Deleuze y Guattari o falta en la teoría psicoanalítica de Jacques
Lacan”. Universidad de Santiago de Compostela. Disponible en:
https://entornovirtual.unl.edu.ar/pluginfile.php/884241/mod_resource/content/1/El%2
0objeto%20del%20deseo.pdf

Bibliografía consultada.

❏ Delueze, G. “Mil mesetas. capitalismo y esquizofrenia.” Ed. Pre-textos. Capitulo Del


Ritornello disponible en:
https://aisthesis2017.files.wordpress.com/2018/10/deleuze-guattari-mil-mesetas.pdf

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