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Tabla 7.1.
Variables a incluir en el registro de vacunación
DATOS DE IDENTIFICACIÓN
• Apellidos y nombre • Localidad de residencia
• Domicilio y teléfono • Sexo y fecha de nacimiento
CONTRAINDICACIONES PERMANENTES
• Anotar las posibles contraindicaciones conocidas de carácter permanente por si
acude a vacunarse a otro centro
• Situación o patología que motiva la contraindicación
• Indicar a qué vacuna si es posible (las contraindicaciones a veces son genéricas
para un antígeno y a veces son debidas a la composición concreta de un prepa-
rado comercial)
DATOS RELATIVOS A CADA VACUNA ADMINISTRADA
• Identificación genérica de la • Centro asistencial donde se vacuna
vacuna • Sello del Centro de vacunación
• Marca registrada • Firma y nº de colegiado del personal
• Fecha de administración sanitario
• Lugar anatómico • Fecha recomendada para la próxima
• Número de Lote vacunación, especificando sólo mes
• Laboratorio fabricante y año
VACUNACIONES EN SITUACIONES ESPECIALES
Anotar las vacunaciones en situaciones especiales (viajes, embarazo, inmunodefi-
ciencias, etc.)
OBSERVACIONES
Anotar las observaciones de los profesionales sanitarios
REACCIONES ADVERSAS
Anotar las reacciones adversas (ver capítulo 6), con las siguientes especificacio-
nes:
– Fecha de la reacción
– Tipos de vacunas (nombre comercial y lote) administradas en la sesión de vacu-
nación
– Descripción de la reacción adversa: Síntomas, inicio en horas tras la adminis-
tración de las vacunas, duración, tratamiento requerido, evolución y desenlace
(secuelas)
– Determinación de si constituye una contraindicación o precauciones a adoptar
en sucesivas dosis
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cindible para garantizar la continuidad de los calendarios de vacuna-
ción.
La realidad es que la mayoría de los adultos tiene una idea muy
imprecisa de sus antecedentes vacunales. Resulta imprescindible esta-
blecer y fomentar registros individuales de inmunizaciones al ser estos
la prueba documental de que una determinada vacuna ha sido admi-
nistrada. En general, si hay dudas, es mejor considerar a un individuo
como no vacunado, por lo que sólo deberán estimarse como dosis reci-
bidas, aquéllas que estén debidamente documentadas.
Este registro debe realizarse tanto para la vacunación infantil
como para la vacunación de adolescentes y adultos. Debe realizarse
siempre que sea posible en los documentos oficiales que editan todas
las Comunidades Autónomas (CCAA) para este fin. La realidad actual
es que suelen editarse cartillas de vacunación infantil y por otro lado,
las cartillas de vacunación del adolescente y del adulto, lo que difi-
culta el conocimiento sobre el grado de protección de las personas en
las diferentes etapas de su vida. Sería deseable establecer una cartilla
o carné de vacunación en la que se registraran todas las vacunas admi-
nistradas a una persona a lo largo de su vida.
Los profesionales sanitarios deben actualizar estos registros
con cada nueva vacuna administrada. En caso de pérdida debería con-
feccionarse otro registro con los datos de la historia clínica e identifi-
car este nuevo registro como “duplicado” para evitar errores futuros.
Administrar la vacuna y dejar pendiente el registro para otra
ocasión es una fuente de posibles errores posteriores.
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Es deseable que este registro sea de tipo nominal, al menos en
lo que respecta a la vacunación infantil, y debe ser cubierto en todos
sus apartados siguiendo los modelos establecidos por cada CCAA.
En la medida en que las historias clínicas estén informatizadas,
estos sistemas de información deberían ser capaces de utilizar como
fuente de información, el propio registro de actividad asistencial, lo
que evitaría una gran proporción de esfuerzos paralelos y la puesta en
marcha de actividades complementarias para conseguir la información
requerida.
Este registro nominal y poblacional tiene como función pri-
mordial el seguimiento y mejora constante de las coberturas vacu-
nales en la población a través de la agregación de los datos enviados
por los diferentes puntos de vacunación, pero presenta otras ventajas
y, sobre todo, debe representar un apoyo al sistema asistencial para
conseguir una alta calidad de los programas de vacunación. Las ven-
tajas de este tipo de sistemas se indican en la tabla 7.2.
Este tipo de sistemas requiere una mayor dotación tanto de
recursos humanos como materiales y se sustenta sólo con el compro-
miso de un esfuerzo adicional y continuado de todos los agentes que
intervienen en la generación de los datos, sobre todo en el personal de
enfermería.
Muchas de estas funciones pueden ser desarrolladas por cada
centro asistencial a través de sus propios registros de historia clínica,
ficheros de vacunación, etc. Sin embargo el registro centralizado es
necesario para obtener datos globales y sobre todo debe ser capaz de
reducir el tiempo que los profesionales sanitarios dedican a funciones
como el de emitir certificados de vacunación, captación de personas
que no acuden a la vacunación, etc. A su vez, el registro poblacional
puede completar datos sobre el estado de vacunación de personas que
hayan podido recibir las vacunas fuera del centro de salud: campañas
de vacunación en colegios, instituciones cerradas, durante su estancia
en el hospital, servicios de urgencias, etc.
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Tabla 7.2.
Ventajas y utilidades de los registros poblacionales nominales
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rizados de 2.098 niños, transferidos a mano al ordenador copiando la
información de los registros originales, se produjo un error global de
transcripción en torno al 10%. El uso de etiquetas código de barras
anexadas a los preparados vacunales, conteniendo la información
básica requerida en el registro vacunal, y transferido al ordenador del
Centro de Vacunación mediante un lector láser portatil conectado al
equipo informático, se ha mostrado como un método rápido y fiable
para transferir la información. En un estudio que evaluaba esta tecno-
logía, realizado por el Instituto Sueco para el Control de las
Enfermedades, se demostró que, sobre un total de 21.214 vacunacio-
nes tan sólo 3 requirieron la transferencia manual de datos.
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