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FINAL DE PSICOANALISIS

El psicoanálisis es tanto un campo teórico como un dispositivo terapéutico creado por Signmund Freud (médico neurólogo,
austríaco), es la teoría de una praxis.
La construcción del psicoanálisis comienza cuando Freud empieza a tratar con pacientes histéricos. La histeria, antes de Freud,
era abordada por la neurología, pero sus síntomas no podían ser adjudicados a causas orgánicas, era una afección que no tenía
ningún correlato orgánico, y contrariaba al discurso médico hegemónico de la época.
EL APARATO PSIQUICO
LA REGRESIÓN
A partir de los sueños, Freud esquematiza el aparato psiquico:

 Posee una localidad psíquica, no anatómica, es decir que su existencia es ideal y no material
 Es un instrumento compuesto por intancias o sistemas. Estos se caracteizan por tener:
o Espacialidad fija, poseen una secuencia fija establecida (in-pc-cc).
o Temporalidad móvil, las excitaciones que recorren los sistemas pueden hacerlo en series temporales
diversas (progradiente-regrediente).

 La base para la construcción del aparato es el esquema del arco reflejo


El aparato posee un extremo p que recibe las percepciones, recepciona estímulos, y un extremo m que corresponde a la
motilidad, descarga de energía. Las excitaciones que recorren el aparato lo hacen desde el extremo p hacia el extremo m
en un sentido progrediente.

 El segundo esquema propuesto por Freud es el esquema del peine


Aquellas percepciones que ingresaron en el aparato dejan huellas mnémicas, es decir, alteraciones permanentes que
sobrevienen en elementos de los sistemas. En este esquema se pueden reconocer dos subsistemas: el sistema p, que es el
sistema delantero encargado de recibir estímulos, este carece de memoria y nada conserva de ellos pero ofrece al aparato
diversas cualidades sensoriales que quedan impresas en nuestra memoria como las primeras huellas mnémicas (las más
cercanas al extremo p) y el sistema mnémico que se encuentra detrás y se encarga de transponer la excitación en huellas
mnémicas, estas huellas son inconcientes y suelen asociarse por simultaneidad.

Como resultado de este sistema podemos reconocer que percepción y memoria se excluyen mutuamente ya que
competen a dos sistemas diferentes.

 El tercer esquema reconoce la distinción entre los sistemas inconciente, preconciente y conciente
Para explicar la formación de los sueños supone la existencia de dos instancias psíquicas que será la base de los sistemas
inconciente y preconciente, estas son la instancia criticadora que corresponde al preconciente y es la que realiza juicio
sobre la actividad de la otra instancia evitando su devenir conciente y la instancia criticada que corresponde al inconciente
es la censurada.

El sistema pre-conciente es aquel mas cercano al polo motor, mantiene relaciones más estrechas con la conciencia y se
ubica entre este sistema y el inconciente a modo de pantalla, evitando que lo inconciente pase a lo conciente a través de
la censura. Este sistema guía nuestra vida de vigilia y nuestro obrar conciente.

El sistema inconciente se encuentra detrás del anterior y no tiene acceso a la conciencia si no es por medio del
preconciente, que produce modificaciones en la excitación que recorre el aparato. En est sistema encontramos la fuerza
impulsora del sueño.

Durante la noche, la censura que el pre-conciente ejerce contra el inconciente disminuye abriendo el acceso a la
conciencia, a su vez se clausura el mundo exterior cesando asi la continua corriente progrediente de la excitación y dando
lugar a una contra-corriente regrediente. Esta genera que la excitación se propague hacia el extremo p del aparato
produciendo una investidura alucinatoria de las imágenes perceptivas. A este proceso se lo denomina regresión y es
efecto de un doble juego de fuerzas simultánneas:
 La resistencia, aquella fuerza de repulsión que se opone a que los pensamientos inconcientes accedan a la
conciencia.
 La atracción, aquella fuerza que las escenas infantiles de gran vivacidad sensorial ejercern sobre los
pensamientos inconcientes.

Por esto se puede decir que la regresión se expresa de tres modos:

1. Regresión tópica: corresponde al esquema de sistemas que recorre la excitación.


2. Regresión temporal: corresponde a la reanimación de escenas infantiles.
3. Regresión formal: corresponde al uso de modos de expresión primitivos y arcaicos del sueño.

El soñar es en su conjunto, una regresión a la condición más temprana del soñante.

Freud divide a las etapas que atraviesa en el aparato en tres para explicar el cumplimiento de deseo:

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1. FUNCIONAMIENTO TEMPRANO DEL APARATO (el sueño es testimonio de este funcionamiento)

Esta regido por el principio de constancia, es decir que busca mantener los niveles de excitación lo mas bajos y estables posible
y para eso adopta el esquema del arco reflejo, descargado por via motriz las excitaciones que provienen del exterior,
satisfaciendo las necesidades externas por medio de acciones específicas.

El problema de este primer funcionamiento es que no puede satisfacer las necesidades internas, estas actúan como una
fuerza constante que perturba el aparato y solo sobreviene un cambio a través de la vivencia de satisfacción que cancela el
estímulo mediante el cuidado ajeno, la presencia del otro.

A partir de la vivencia de satisfacción se inscriben en el aparato dos huellas mnémicas asociadas entre sí:

La huella de la excitación producida por la necesidad interior.


La huella de la percepción de la satisfacción de la necesidad.

Cuando sobreviene nuevamente la necesidad se despierta en el aparato una moción psíquica que intenta reestablecer
fallidamente es primera percepción de satisfacción, la acumulación de excitación es percibida como un displacer y pone en
funcionamiento el aparato para alcanzar nuevamente el placer. A esta moción la llamamos deseo y es el único capaz de poner
en movimiento el aparato.

2. PROCESO PRIMARIO (propio del sistema inconciente)

Es regido por el principio de placer, es decir que busca regular el displacer para alcanzar el placer. En esta instancia se ubica el
cumplimiento de deseo a partir de una investidura regrediente (ya que la excitación se mueve hacia las primeras huellas
mnémicas= hambre de signos) y alucinatoria (ya que busca reanimar la primera percepción de satisfacción) de la vivencia de
satisfacción.

El problema de este proceso es aunque se cumpla el deseo no se satisface la necesidad, ese busca descargar la excitación que
circula libre en el aparato a fin de encontrar la identidad perceptiva con la vivencia de satisfacción, la cual nunca se cumple ya
que hay un punto de perdida que marca la diferencia entre lo buscado y lo encontrado. La no satisfacción produce un quiebre
en la homeostastis del aparato e inscribe una tensión del deseo.

3. PROCESO SECUNDARIO

Está regido por el principio de realidad, es decir que inhibe la actividad del proceso primario, mudando la excitación en
investidura quiescente y evitando que se invistan alucinatoriamente las primeras huellas mnémicas. Para esto se lleva acabo
una actividad de pensamiento, un rodeo mediante el cual se reconduce la excitación del aparato para lograr que sobreventa la
percepción real de la satisfacción de la necesidad por medio de la motilidad voluntaria que levanta la inhibición.

El objetivo de este proceso es alcanzar la identidad de pensamiento con la vivencia de satisfacción via la motilidad.

La contraparte de la vivencia de satisfacción es la vivencia de terror frente a algo exterior: cuando el estimulo es percibido
como algo doloroso, sobrevienen reacciónes motrices que buscan sustraer esa percepción dolorosa. Siempre que reaparezca
ese estimulo se repetirán las reacciones que lo sustrajeron la primera vez. Esta conducta reacciona con la tendencia del
aparato a no investir aquello doloroso (defensa normal).

CARTA 52
En su primer esquema del aparato psiquico Freud plantea que la memoria es múltiple, que esta se registra en diversas variedades
de signos y que el material mnémico sufre cada tanto de ordenamientos o transcripciones. Estas se llevan a cabo en una serie de
instancias.

1- Percepción: donde se generan las percepciones pero se conserva nada de ellas, es el material bruto de la percepción.
2- Signos de la percepción: es la primera transcripción y corresponde a aquellas huellas perceptivas primitivas insusceptibles de
conciencia.
3- Inconciencia: es la segunda transcripción y corresponde a aquellas huellas ordenadas según nexos causales también inasequibles
a la conciencia.
4- Preoconciencia: es la tercera transcripción y corresponde a huellas de representaciones palabras y son capaces de devenir
concientes.
5- Conciencia

Estas transcripciones se suceden de una etapa o la otra a lo largo de la vida, entre las dos primeras etapas de la vida debe darse la
traducción del material psiquico, es decir, una resignificación de las vivencias. En la neuro psicosis esta traducción se deniega y
eso es lo que denominamos represión.

NOTAS SOBRE EL CONCEPTO DE LO INCONCIENTE EN PSICOANÁLISIS

Freud hace un pasaje de un abordaje descriptivo a uno dinámico de lo inconciente, utilizando a las representaciones como
referencia para dar cuenta de los distintos abordajes ya que el aparato psíquico es un aparato de representaciones. Así
introduce su segundo ordenamiento metapsicológico.

La metapsicología es el abordaje de un fenómeno psíquico desde tres perspectivas:

 Aspecto dinámico: refiere a qué fuerzas intervienen en la producción y sostenimiento del fenómeno.
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 Aspecto tópico: refiere a en qué sistema/s acontece el fenómeno.
 Aspecto económico: refiere a qué ocurre a nivel de investidura energética en el fenómeno.

Según la concepción descriptiva del inconciente, llamamos “concientes” a aquellas representaciones presentes en nuestra
conciencia e “inconcientes” a aquellas representaciones latentes, representaciones de las que no nos percatamos. Se
consideraba que los pensamientos latentes lo eran a consecuencia de su debilidad y podían devenir concientes al cobrar
fuerza.

Desde la concepción dinámica del inconciente, se establece una diferencia entre preconciente eficiente, que corresponde a
aquellos pensamientos que no se encuentran en la conciencia pero son fácilmente susceptibles de devenir concientes; e
inconciente eficiente, que corresponde a aquellos pensamientos que, a pesar de su intensidad, no pueden penetrar en la
conciencia, están coartados de ella, son permanentemente inconcientes.

Freud plantea que todo acto psíquico comienza siendo inconciente, puede permanecer así o avanzar hasta la conciencia
según se encuentre o no con alguna resistencia a raíz de su contenido. La distinción entre preconciente e inconciente no es
primaria, solo se establece después de haber entrado en juego el mecanismo de defensa.

LO INCONCIENTE – CAPÍTULO II, V y VII

Todo acto psíquico atraviesa dos fases entre las cuales opera la censura:

 En la primera fase es inconciente y pertenece al sistema icc. Si es rechazado por la censura, es decir que se le
deniega el pase a la segunda fase, este pasa a llamarse reprimido y permanece inconciente.
 Sí logra pasar la barrera de la censura, este pasa a la segunda fase y pertenece ahora al sistema pcc/cc. El acto
psíquico no es todavía conciente sino que es susceptible de conciencia.

Para explicar el pasaje de una representación del sistema icc al sistema pcc/cc, Freud postula dos hipótesis:

 Supuesto tópico: el pasaje de una representación de un sistema a otro implica una transcripción nueva de la representación,
habría una transcripción originaria en el sistema icc y una nueva en el sistema pcc/cc. Esta hipótesis implica un divorcio tópico
entre los sistemas ya que plantea la posibilidad de que una representación esté presente al mismo tiempo en dos lugares
distintos del aparato. Esta hipótesis es considerada la más grosera pero cómoda.

 Supuesto funcional: el pasaje de una representación de un sistema a otro implica un cambio de estado en la investidura
energética de la representación, todo acto psíquico comienza con investidura icc y solo pasa al siguiente sistema si recibe
investidura pcc/cc. Esta hipótesis es considerada la más verosímil pero difícil.

Finalmente, Freud postula un último supuesto para ubicar la diferencia entre las representaciones cc e icc que es el supuesto
de la representación objeto conciente. Freud plantea que una representación está conformada por dos subestructuras:

 La representación cosa, que caracteriza al sistema icc.


 La representación palabra, que caracteriza al sistema pcc.

Por lo tanto, la diferencia entre una representación icc y una cc se halla en que la representación objeto conciente abarca a la
representación cosa más la representación palabra correspondiente, mientras que una representación inconciente abarca
solo a la representación cosa.

El sistema icc contiene las investiduras de cosa de los objetos, el sistema pcc nace cuando esas representaciones cosa son
sobreinvestidas por el enlace con las representaciones palabra que les corresponden. La represión en las neurosis de
transferencia, le deniega la traducción en palabras a las representaciones cosa, ese acto psíquico no sobreinvestido queda en
el icc como reprimido, y es por eso que lo reprimido es imposible de nombrar.

PROPIEDADES DE LOS SISTEMAS ICC Y PCC

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por él, y están sometidos al principio del placer, por lo cual
Propiedades del sistema icc: sustituyen la realidad exterior por la realidad psíquica.

 Su núcleo está conformado por representantes de


pulsión que buscan descargar su investidura, es decir por Propiedades del sistema pcc:
mociones de deseo, que por más opuestas que parezcan
 Se rige por el proceso secundario, que implica
no dan lugar a la contradicción.
una inhibición de la libre descarga de las
 Dentro de este sistema no existe la negación, ni la
investiduras, la energía es quiescente y está
duda, ni la certeza.
ligada.
 Se rige según el proceso primario, que implica la libre
 Los procesos de este sistema siguen un
movilidad de las investiduras en el cual actúan los
ordenamiento temporal diacrónico y están
mecanismos de condensación y desplazamiento.
sometidos al principio de realidad.
 Los procesos de este sistema son atemporales, no
 Introduce el examen de la censura.
se ordenan según el tiempo cronológico ni se ven afectados
 La función de la memoria conciente depende
de este sistema.

RUPTURA DEL PRINCIPIO DEL PLACER


MÁS ALLÁ DEL PRINCIPIO DEL PLACER – CONFERENCIA 29
TERCER MOMENTO
En este tercer momento, Freud introduce un más allá del principio del placer que representa un segundo quiebre. Este
más allá implica pensar una dimensión pulsional independiente del campo de las representaciones, una irrupción
pulsional que excede lo representacional. Cae el imperio del principio del placer ya que Freud empieza a discernir en la
clínica una gran cantidad de procesos anímicos que no se ven acompañados ni llevan al placer, lo cual no implica su
desaparición, sino que hay algo que es independiente de él.

EJEMPLOS
Freud postula dos ejemplos que no contradicen al principio del placer y otros tres ejemplos que van más allá o no
están regulados por de él.

Los primeros dos corresponden a dos fuentes de displacer que son:

 El principio de realidad: por el influjo de las pulsiones de autoconservación, en un punto, el principio del placer,
propio del proceso primario en el cual la investidura es libre y móvil, es relevado por el principio de realidad,
propio del proceso secundario en el cual la investidura está ligada.
Este implica posponer la satisfacción inmediata y tolerar provisionalmente el displacer, introduce la espera
como condición para acceder al placer mediante un rodeo.

 Placer para un sistema y displacer para otro: la represión logra que aquello que en su origen estaba destinado
a producir placer, es decir, mociones pulsionales inconciliables con el yo, produzca displacer, es decir, síntomas
como satisfacciones sustitutivas. Todo displacer neurótico, es un placer que no puede ser sentido como tal por
el yo, sino como padecimiento.

Los tres siguientes corresponden a tres referentes clínicos que son:

EL JUEGO INFANTIL DEL “FORT DA”


Freud desarrolla este referente a partir de la observación del juego de su nieto. El niño solía arrojar un carretel lejos de él
pronunciando “o – o – o” lo cual Freud traduce a “fort” que significa “se fue”. Y luego, el niño recogía el carretel
pronunciando “a – a – a” lo cual Freud traduce a “da” que significa “acá está”. Este era el juego completo, el de
desaparecer y volver, sin embargo, el niño solía jugar más frecuentemente solo al fort, arrojando lejos de sí distintos
juguetes, aunque el mayor placer correspondía al da.

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La primera interpretación que Freud hace de este juego es que el niño escenifica la partida de su madre, lo cual era
vivenciado como algo penoso, es decir, displacentero para él. Freud da distintas explicaciones acerca por qué el niño pone
en escena la partida de su madre:

Se puede decir que el niño juega a la partida porque es la condición para el regreso, que es vivenciado como algo
placentero lo cual es correcto si se toma el juego completo, pero Freud observa que el fort era escenificado por sí solo, en
ausencia del da, es decir que solo se repetía la partida que conllevaba displacer para el niño. Por lo tanto, el juego completo
se puede ubicar dentro del principio del placer pero el juego incompleto va más allá él, implica una ganancia de placer de
otra índole.

Freud plantea que el juego es la exteriorización más primaria y originaria que el principio del placer del esfuerzo de
procesar psíquicamente algo impresionante, el niño repite en el juego aquella impresión desagradable para abreaccionar
su intensidad y adueñarse de la situación (el niño vivenciaba la situación de manera pasiva y en el juego se coloca en un
papel activo).
Otro juego que observa Freud consistía en que el niño se hacía desaparecer a sí mismo frente a un espejo y al hacerlo
pronunciaba “bebé o – o – o”. Esto llevó a Freud a una nueva interpretación: el carretel no representa solo a la madre que
se va, sino también al niño como caído de la madre, el niño como objeto de la libido de su madre cae con su ausencia y ese
punto de inexistencia es el núcleo de la vivencia penosa. A través del juego el niño se nombra como existente por fuera
de la madre, es la primera constitución subjetiva del niño como sujeto individual e independiente.

LOS SUEÑOS DE LAS NEUROSIS TRAUMÁTICAS

Parte del padecimiento de las neurosis traumáticas se ve en la vida onírica de los pacientes: sus sueños los reconducen
una y otra vez al accidente y se despiertan con renovado terror. Los enfermos se encuentran fijados psíquicamente al
trauma, es decir que su aparato quedó anclado pulsionalmente a esa escena displacentera. En estos sueños se pueden
destacar dos rasgos:

 El hecho traumático es repetido compulsivamente, reaparece una y otra vez de manera idéntica.
 La función del sueño se encuentra alterada.

Estas características obedecen a las enigmáticas tendencias masoquistas del yo y llevan a Freud a reformular su
doctrina de los sueños:

 Los sueños son un intento de cumplimiento de deseo.


 Este intento de cumplimiento de deseo puede fallar, y el principal impedimento para la función del sueño es la
pulsión aflorante de la fijación inconciente a un trauma.

La tesis anterior consideraba al sueño como un cumplimiento de deseo que implicaba distintas operaciones como la
desfiguración y la condensación como parte del trabajo del sueño a través del cual se investía regresiva y
alucinatoriamente las huellas mnémicas originarias del aparato siendo el sueño una regresión a la condición más
temprana del soñante. Esta se ve refutada por dos dificultades:

 Las vivencias sexuales infantiles, que son centrales para la producción del sueño, están enlazadas a impresiones
dolorosas de angustia, prohibición, desengaño y castigo y sin embargo se reproducen o se hace alusión a estas
mociones pulsionales reprimidas o deseos incumplidos en la mayoría de los sueños.

En los sueños de las neurosis traumáticas falla la función del sueño en tanto no figuran un cumplimiento de deseo, no
opera el proceso primario, no aparece nada de lo infantil y no funciona como el guardián del dormir, ya que no puede
evitar el despertar. La escena traumática se repite una y otra vez de manera idéntica como intento de ligadura de aquel
exceso de energía que irrumpió en el aparato y que no pudo ser ligado a ninguna representación; el sueño obliga al
aparato a un trabajo constante.
El aparato intenta recuperar el dominio sobre el estímulo mediante un desarrollo de angustia que produce el despertar
(en esto se asemejan a los sueños de angustia, con la diferencia de que en esos sí opera el trabajo del sueño y a los dos
se los distingue de los sueños punitorios que figuran un cumplimiento de deseo del superyó).
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Los sueños de las neurosis traumáticas exceden al principio del placer no por su contenido sino por la compulsión de
repetición de aquella escena traumática como intento de ligadura.

SEGUNDA TÓPICA
EL YO Y EL ELLO – INHIBICION, SÍNTOMA Y ANGUSTIA
SEGUNDA TÓPICA
La primera tópica comienza a resultar insuficiente para explicar los fenómenos con las que Freud se encuentra en la
práctica, esta no alcanza para incluir el conflicto entre pulsión de vida y pulsión de muerte en el aparato, es decir que no
hay lugar en la primera tópica para lo no ligado. Es por esto que Freud crea una segunda tópica a partir de la
conceptualización de la pulsión de muerte. La misma no invalida ni sustituye a la primera, sino que es formulada para
abordar aquellos obstáculos que se presentan en el análisis que evidencian:

 Resistencias que no provienen de lo reprimido.


 Mociones pulsionales que exceden el marco del principio del placer.

Lo inconciente que denominamos como reprimido, no ofrece resistencia alguna en el análisis, solo pugna por irrumpir
en la conciencia, es decir que insiste. Las resistencias, por el contrario, parten del yo que provocó la represión de
ciertas mociones pulsionales que se contraponían con él en primer lugar, el yo resiste al advenimiento a la conciencia de
aquello reprimido. Sin embargo, Freud observa que los pacientes nada saben sobre sus resistencias y como las
resistencias son yoicas, Freud postula la existencia de algo inconciente en el yo que actúa como lo reprimido.

Así, Freud pasa de la oposición entre conciente e inconciente a la oposición entre lo reprimido y el yo coherente. Este
yo coherente se ubica como el núcleo inconciente del yo por lo cual este deja de ser homologable a la conciencia. A
partir de esta conceptualización lo inconciente ya no coincide con lo reprimido:

 Todo lo reprimido es inconciente.


 No todo lo inconciente es reprimido.

Es por esto que Freud se ve obligado a postular un tercer estatuto de lo inconciente: aparte del inconciente descriptivo
ubicado como latente y del inconciente dinámico ubicado como reprimido, hallamos un inconciente estructural ubicado
como no reprimido. Este tercer inconciente es el antecedente de lo que Freud en su segunda tópica llamara Ello.

La conciencia es la superficie del aparato anímico y son concientes todas las percepciones que provienen desde afuera
y desde adentro. Aquellas representaciones que desde adentro buscan devenir concientes deben transponerse en
percepciones exteriores mediante el enlace con representaciones palabra, restos mnémicos de palabras que provienen
de la percepción acústica, es por esto que la diferencia concreta entre representaciones cc e icc es su conexión con las
representaciones palabra.

 El ello: es lo otro psíquico en el que el yo se continúa y que se comporta como inconciente.


Es el núcleo inconciente del yo, ya que el yo es su superficie. El ello está conformado por lo reprimido, esto es
solo una parte de sí ya que también se lo ubica como la sede de las pulsiones y el genuino reservorio de la
libido, por eso es completamente amoral. El ello es aquel otro cualitativo – cuantitativo (en relacion al monto
de afecto) que escapa a la síntesis del yo y comprende el campo de lo no ligado, por lo cual incluye al resto de la
pulsión de muerte que no es transpuesto al exterior.
Los antecedentes del ello pueden ubicarse en:
1. La fuente independiente de desprendimiento de displacer.
2. El resto autoerótico no cedido a los objetos del narcisismo.
3. El núcleo inconciente del yo.

 El yo: es la parte del ello alterada por la influencia directa del mundo exterior. Encuentra su génesis, en las
sensaciones corporales que parten de la superficie del cuerpo propio.

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Se ubica como moral y ejerce la función de síntesis: tiene la tarea de ligar propia del campo de las
representaciones y de las pulsiones de vida, pero esta fracasa y aquello que escapa a la síntesis es el ello, ese
núcleo inalterable que escinde al yo. Hunde sus raíces en el ello e intenta dominarlo.
Este gobierna el acceso a la motilidad, es el representante del mundo exterior en lo anímico y somete a los
procesos psíquicos al principio de realidad. También se lo considera el genuino almácigo de la angustia en
tanto es el responsable de emitir la angustia señal.
Los antecedentes del yo pueden ubicarse como:
o Masa homogénea de representaciones escindida por una representación inconciliable.
o Un todo unificado con el cual nos identificamos a partir del narcisismo.

 El superyó: es una instancia particular dentro del yo que se localiza por encima de él y que se surge a partir de
una identificación primaria con el padre de la prehistoria personal que atestigua la endeblez del yo, y a partir
del sepultamiento del complejo de Edipo.
El superyó es el heredero del complejo de Edipo ya que desciende de las primeras investiduras de objeto del ello,
lo cual hace que aparezca como subrogado del ello ante al yo y por eso puede permanecer como inconciente
para este.
Subroga los mandatos que provienen de la identificación parental, esta identificación implica una
desexualización y una desmezcla pulsional que libera la pulsión de muerte de la cual el superyó extrae su
severidad. El superyó es la introyección de lo oído, es decir, de representaciones palabra, que le dan la
posibilidad de acceso a la conciencia, cuya energía de investidura proviene del ello.
Tiene la función de la conciencia moral y la tensión entre esta conciencia y el yo es sentida como sentimiento de
culpa o necesidad de castigo. Es portador de ambas pulsiones y se pueden identificar en él dos dimensiones:
o La normativa, que se articula con el ideal del yo. Es la inscripción de lo que sí y lo que no e implica el
enlace entre la ley y el deseo, comprende la prohibición. Es aquella que ejerce la regulación pulsional.
o La punitoria, que es la vertiente que ordena gozar e implica lo ilimitado, nunca es suficiente para esta
cara del superyó. Es el imperativo categórico que al yo le es imposible cumplir ya que implica la
satisfacción pulsional y su prohibición. A esta cara se articula el masoquismo.
Esta es la paradoja del superyó, cuanto más renuncia a nivel pulsional más exige y más severo e hipermoral se
vuelve al castigar al yo. La conducta del superyó determina la gravedad de la neurosis.
Los antecedentes del superyó pueden ubicarse en:
o Los diques pulsionales de la latencia: asco, vergüenza y moral.
o La identificación primaria con la formación del ideal del yo.

LA REPRESIÓN

La represión es uno de los destinos de las mociones pulsionales, es un mecanismo que está destinado a evitar el
displacer psíquico y se ubica entre la huida, que no vale para las pulsiones ya que el yo no puede escapar de sí mismo, y
el juicio adverso (reflexión sobre el contenido de pensamiento), que tampoco es posible.

La represión no acontece por la tensión provocada por la insatisfacción pulsional sino por la inconciliablidad de la
satisfacción pulsional con otras exigencias y designios, esta produciría placer en un sistema y displacer en otro. Por lo
tanto, la condición para la represión es que el motivo de displacer cobre mayor poder que el placer de satisfacción y su
esencia consiste en rechazar algo de la conciencia y mantenerlo alejado de ella. Lo que hace es perturba el vínculo entre
una representación y el sistema conciente, por lo cual, no es un mecanismo originario, sino que supone la diferenciación
entre los sistemas.

Freud explica a la represión en tres tiempos lógicos:

1. Represión primordial o primaria: esta primera fase de la represión es un postulado teórico que Freud hace para introducir
al representante psíquico de la pulsión. A este se le deniega el acceso a la conciencia fundando así el campo inconciente
en el aparato y quedando inscripto en él, fijado e inmutable. La inscripción del representante psíquico de la pulsión

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conlleva la inscripción de un vacío en el aparato, el cual hace posible el recorrido pulsional y el movimiento de las
representaciones.

2. Represión propiamente dicha o secundaria: esta segunda fase de la represión recae sobre los retoños psíquicos del
representante reprimido o sobre las representaciones que entran en vínculo asociativo con este y sufren el mismo
destino, ser reprimidos. En este mecanismo cooperan tanto la fuerza de repulsión que se ejerce desde la conciencia como
la fuerza de atracción que lo reprimido primordial ejerce sobre aquello a reprimir. Es un proceso individual que se cumple
representación por representación, y móvil ya que su sostenimiento, es decir que lo reprimido secundariamente se
mantenga así, exige un gasto de fuerza constante debido a la continua presión que lo reprimido ejerce en dirección a lo
conciente.

3. Retorno de lo reprimido: aparecen los retoños de aquello reprimido que son la manera en la que nos anoticiamos de que
aconteció la represión.

Lo que se reprime, para dar cuenta de las distintas neurosis, debe descomponerse en dos:

 La representación representante de la pulsión , cuyo destino tras la represión es desaparecer de la conciencia o


mantenerse coartada de ella.
 El monto de afecto o energía pulsional, es el factor cuantitativo que hace al aspecto económico, nos anoticiamos de él a
través de los afectos, factor cualitativo que deviene registrable para la sensación. El monto de afecto puede sufrir tres
destinos distintos tras la represión:
o Ser sofocado, que ocurre en las histerias de conversión, en las cuales el monto de afecto se sofoca e inerva de manera
hiperintensa una parte del cuerpo.
o Transponerse en un afecto coloreado cualitativamente, que ocurre en las neurosis obsesivas, en las cuales el monto de
afecto parece haber desaparecido pero luego retorna a través de formaciones sustitutivas que implican una alteración del
yo.
o Transponerse en angustia, que ocurre en las histerias de angustia.

Dado que el fin de la represión es evitar el displacer, el destino del monto de afecto resulta más importante que el de la
representación y dado que la represión solo opera sobre representaciones, esta es estructuralmente fracasada.

La represión es un proceso que se cumple sobre representaciones en la frontera de los sistemas icc y pcc/cc. Dado que la
representación reprimida sigue teniendo capacidad de acción desde el icc, esta conserva su investidura icc y lo que se le
sustrae en la represión es la investidura pcc.

Para explicar cómo se mantiene la represión, Freud introduce la noción de contrainvestidura que opera manteniendo lo
reprimido secundariamente y cuidando la permanencia de lo reprimido primordial. Este mecanismo opera en el interior del
sistema pcc, es el modo en el que este se protege del intento reiterado de la representación inconciente de acceder a la
conciencia y representa un gasto de energía constante. Es el único mecanismo de la represión primaria y se le suma la
sustracción de investidura pcc en la represión secundaria.

PSICOPATOLOGIA DE LA VIDA COTIDIANA


Freud dice que las formaciones del inconciente son las distintas formas en las que lo reprimido retorna a la conciencia y
dentro de estas podemos distinguir los lapsus, olvidos, chistes, sueños y síntomas (las primeras cuatro son cotidianas y la
ultima es patológica).

RECUERDO DE INFANCIA Y RECUERDOS ENCUBRIDORES


Freud plantea que los mecanismos que operan en la formación de los síntomas pueden hallarse en la vida cotidiana. Llama
recuerdos encubridores a aquellos recuerdos nimios e indiferentes que conservamos acerca de nuestra infancia que están
reemplazo de recuerdos de gran significación y plenos de afecto. Su existencia se debe a un proceso de desplazamiento en el
cual el recuerdo no importante forma un enlace falso con el afecto antes adherido al recuerdo importante, hay un vinculo
asociativo entre ambos recuerdos que permite esta sustitución. Son una formación de compromiso entre una fuerza que
busca recordar y otra que lo impide.

Existen tres tipos de recuerdos encubridores según su relación temporal con el recuerdo encubierto:
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 Aquellas vivencias previas (de la primera infancia) a la vivencia encubierta constituyen los recuerdos atrasadores.
 Aquellas vivencias posteriores/actuales respecto a la vivencia encubierta constituyen los recuerdos adelantadores.
 Aquellas vivencias que se enlazan por su contigüidad en el tiempo constituyen los recuerdos simultáneos.
No existe ninguna garantía de corrección de los recuerdos conservados, sino que por lo general están falseados, incompletos
o desplazados en tiempo y espacio. Esto significa que los recuerdos son la elaboración de la huella mnémica que se inscribe
en el aparato y no la huella real; en ese sentido los recuerdos de la infancia son recuerdos encubridores.

EL OLVIDO DE NOMBRES PROPIOS


Para Freud, el olvido de nombres propios con recordar fallido no es un fenómeno trivial sino que en él operó un proceso de
desplazamiento en el empeño de recordar un nombre aparecen nombres sustitutivos en la memoria que, aunque sean
reconocidos como erróneos, no dejan de imponerse; la búsqueda de un nombre particular se ha desplazado hacia otros
nombres que poseen algún nexo lógico o asociativo con el buscado.
EJ: Signorelli – Boticelli – Boltrafio (Bosnia – Herzegovina [Herr=Señor|Signor] – Trafoi)
Una representación reprimida relacionada con la muerte y sexualidad se apodera asociativamente del nombre buscado y lo
sustituye con los nombres incorrectos u otras representaciones sustitutivas. Estos nombres o representaciones son
formaciones de compromiso, ya que aluden tanto a lo que se quería olvidar como a lo que se quería recordar. Se olvida el
nombre contra la voluntad del sujeto cuando se buscaba olvidar otro pensamiento con intensión.

LA TECNICA DEL CHISTE


Para Freud, el chiste es una formación del inconciente en tanto es el resultado de los mecanismos de desplazamiento y
condensación y tanto es un modo de decir aquello que no alcanza a ser dicho de otra manera.

TECNICA DEL CHISTE – FAMILIONARMENTE


Dos pueden convertir a en chiste a un dicho:
 El pensamiento expresado de chiste (“R me trato como a uno de los sueños, por entero familiarmente, como lo haría un
millonario”)
 La expresión verbal del chiste (“… por entero familionarmente”).
En el caso de este chiste, el carácter chistoso está en la expresión, la forma de enunciarlo es la esencia del mismo.

La técnica de este chiste consiste en una condensación lingüística con formación sustitutiva. Una fuerza comprensora actúa
sobre la frase que expresa el pensamiento cabal del chiste sofocando la segunda parte de la misma. Una de las palabras se
resiste a la sofocación y logra introducirse a presión en la primera parte de la frase fusionándose con el elemento más
semejante de ella. Esta da como resultado una palabra mixta (familiarmente + millonario= familionariamente) que subroga a la
frase reprimida y es la responsable del carácter chistoso.
OTRAS TÉCNICAS
 Doble sentido- chiste del baño: el chiste contiene una palabra susceptible de la interpretación múltiple.
 Desplazamiento-chiste del salmón con ahumado: el chiste contiene un desvío de la ilación de pensamiento desplazando
el acento psiquico a un tema diverso.
LOS SUEÑOS
Un sueño es el acto psiquico de pleno derecho y su fuerza impulsora es el cumplimiento de un deseo. Representa la vía regia
de acceso al inconciente y cumple la función de ser el guardian del dormir.
CONFERENCIA 7,9,11 Y EL INTERES POR PSICONALISIS
El sueño se presenta como algo no genuino que sustituye algo desconocido para el soñante cuyo saber esta presente en él
pero le es inaccesible; el sueño es el sustituto transpuesto de algo inconciente.
 Contenido manifiesto del sueño: relato que el sujeto enuncia, lo que se evoca del sueño.
 Pensamientos oníricos latentes: aquellos pensamientos ocultos detrás de los elementos del sueño que se forman en la
interpretación, a partir de la lectura del contenido manifiesto surgen estos pensamientos.
TRABAJO DEL SUEÑO
Consiste en la redacción del texto del sueño, son operaciones que se realizan sobre cierto material que dan como resultado un
sueño: es el trabajo que cifra el sueño.

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La censura o desfiguración onírica es un mecanismo que opera en la transposición del sueño volviendo ajeno e
incomprensible. Se presenta en el trabajo de interpretación como resistencias. La censura se ejerce contra mociones de
deseo que perturban al yo y sus efectos son:

Omisión: lagunas de contenido en el contenido manifiesto.

Modificación: alusiones o alteraciones de contenido genuino.

Reagrupamiento: descentramiento del sueño, desplazamiento del acento psiquico en el contenido manifiesto respecto de los
pensamientos oníricos latentes.

Las operaciones del trabajo del sueño son:

1. Condensación: no es efecto de la censura onírica, sino de un mecanismo de economía, el hecho de que el contenido
manifiesto tenga menos contenido que el latente es obra de la condensación. Esta produce que:
a. Algunos elementos sean omitidos por completo.
b. Aparezcan solo jirones de los elementos latentes en el contenido manifiesto.
c. Aparezcan formaciones mixtas (elementos latentes con algo común se fusionan en uno y así aparecen en el contenido
manifiesto).
2. Desplazamiento: es efecto de la censura onírica, por lo tanto, opera a través de la alusión y el descentramiento del
sueño.
3. Puesta en escena en imágenes: también se denomina a esta operación figurabilidad en imágenes sensibles y es la
operación esencial en la formación del sueño. Esta consiste en trasponer a imágenes sensibles los pensamientos aplicándoles
un tratamiento regresivo. El sueño no debe ser leído como una pictografía, sino como escrituras antiguas no alfabéticas o
rebus (acertijos en imágenes); lo signos de los sueños deben ser interpretados en su relación con otros signos (muchas veces
funcionan como determinativos, no valen nada en sí mismos pero permiten comprender otros) y por su contexto (en el cual es
crucial el papel del analista).
4. Elaboración secundaria: intenta formar, a partir del resultado de las otras operaciones, un todo mas o menos
entramado, busca darle coherencia y racionalidad al material.
5. Temporalidad: la idea de que el sueño ocurre en un tiempo presente.
TRABAJO DE INTERPRETRACIÓN DEL SUEÑO
Consiste en producir, a partir del contenido manifiesto, los pensamientos oníricos latentes detrás de él: es el trabajo que
descifra el sueño, traduce el lenguaje del sueño (modo de expresión de la vida anímica inconciente) al de nuestra vida de
vigilia.
El trabajo de interpretación se cumple en contra de resistencias que suelen ser exteriorizadas por los sujetos como objeciones
contra los pensamientos que acuden a su memoria durante la interpretación. Las resistencias son la distancia en
representaciones que existe entre el contenido manifiesto y los pensamientos oníricos latentes. Estas resistencias poseen un
carácter dinámico ya que puede haber mayores o menores resistencias:
 A menor resistencia, el elemento se encuentra más próximo al sustituto y será necesario recorrer menos asociaciones
para alcanzarlo.
 A mayor resistencia el elemento genuino se encuentra más alejado del sustituyo y será más necesario recorrer mas
asociaciones para alcanzarlo.
LA INTERPRETACIÓN DE LOS SUEÑOS
EL OLVIDO DE LOS SUEÑOS
Para Freud, el texto del sueño es sagrado y todo aquello que perturbe su interpretación es considerado una resistencia. El
olvido y la duda son para Freud resistencias que forman parte del texto del sueño y detrás de estas resistencias se encuentran
los pensamientos oníricos latentes buscados.

El trabajo de interpretación de los sueños posee un límite, ese límite es el ombligo del sueño: es un punto sin clausura (no hay
una última representación) del sueño donde convergen los pensamientos oníricos latentes y no puede ser interpretado, es el
lugar donde se asienta lo no reconocido. De este punto es de donde emerge el deseo inconciente.

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EL CUMPLIMIENTO DE DESEO
El sueño es el cumplimiento de un deseo inconciente, este se caracteriza por ser inmoral, infantil, indestructible y reprimido,
por lo tanto, no sabido.

Para producir un sueño es necesaria una formación de compromiso entre dos elementos:

Los restos diurnos (socio-empresario), pensamientos que se engendran durante el día pero que resultan indiferentes o pasan
inadvertidos para nuestra conciencia (pertenecen al sistema preconciente) y son el material que el trabajo del sueño remodela
en el sueño manifiestos. Estos pensamientos pueden devenir concientes pero no lo hacen debido a que:

Fueron descuidados, es decir que no se les aplico atención, no recibe energía de investidura de las representaciones meta
(aquellas que ejercen atracción sobre otras representaciones).

Fueron sofocados, es decir que fueron desestimados dejando caer la investidura de atracción, se les sustrajo la energía de
investidura de las representaciones meta.

Estas ilaciones de pensamiento poseen dos destinos;


Extinguirse, es decir que decaen por su propia investidura energética que se transmuda en investidura quiescente (en reposo).
Conservarse, a partir de la transferencia de energía desde un deseo inconciente que arrastra estas ilaciones hacia el
inconciente haciendo que sufran procesos psíquicos anormales vinculados con el trabajo del sueño.
El deseo inconciente (socio capitalista), una moción de deseo intensa pero reprimida que aporta la energía psíquica necesaria
para la producción de un sueño.

PULSIÓN Y FANTASÍA
PULSIONES Y DESTINOS DE PULSIÓN (CINCO CONFERENCIAS SOBRE PSICOANÁLISIS,
CONFERENCIA 22)
Freud introduce el concepto de pulsión, que resulta de vital importancia para el psicoanálisis. Primero hace una
distinción entre estímulo y pulsión:

 Estímulo fisiológico: es un estímulo para el organismo que proviene del exterior y opera como una fuerza momentánea, el
sujeto puede sustraerse del mismo mediante una acción acorde al fin según el esquema de arco reflejo.

 Pulsión: es un estímulo para lo psíquico que proviene del interior del organismo y opera como una fuerza constante, el
sujeto no puede sustraerse del mismo mediante lo motriz, es una necesidad que solo se cancela mediante la satisfacción ya
que el aparato psíquico está sometido al principio de placer, su actividad está regulada por sensaciones de la serie placer –
displacer donde el placer corresponde a la disminución del estímulo y el displacer a su incremento.
Desde el punto de vista de la vida anímica, la pulsión es un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, es
el representante psíquico de estímulos intrasomáticos en continuo fluir y representa una medida de exigencia de
trabajo impuesta a lo anímico producto de su trabazón con lo corporal.

Los términos asociados al concepto de pulsión son:

1. Esfuerzo: es el factor motor, la medida de exigencia de trabajo que la pulsión representa o acarrea. Es constante debido a la
diferencia entre lo buscado y lo encontrado, el vacío que se crea a partir de la vivencia mítica de satisfacción constituye el
punto de pérdida inaugural de la pulsión.

2. Fuente: es aquel proceso somático de excitación interior a un órgano o parte del cuerpo que es representado en lo anímico
por la pulsión, corresponde a lo que Freud denomina zona erógena y dado que se ubica en el propio cuerpo se caracteriza a
las pulsiones como autoeróticas. La relación con su fuente es lo que distingue entre sí a cada pulsión.

3. Meta: la meta de toda pulsión es la satisfacción que solo puede alcanzarse cancelando el estado de estimulación en la
fuente de la pulsión, esto consiste en sustituir el estímulo proyectado sobre la zona erógena por otro estímulo que cancele
el anterior provocando la satisfacción (carácter paradójico de la pulsión).
11
4. Objeto: es aquello en y por lo cual la pulsión puede alcanzar la meta, la misma no se satisface en el objeto sino en el
recorrido (valor instrumental). El objeto no está enlazado originariamente con la pulsión sino que es variable, implica una
soldadura, será aquel que sea apto para posibilitar la satisfacción en cada quién (valor de condición). Un lazo
particularmente íntimo entre el objeto y la pulsión se denomina fijación, la misma suele ocurrir en períodos tempranos del
desarrollo pulsional e implica una detención del mismo.
La fijación es una demora de la pulsión en una etapa anterior del desarrollo. Las fijaciones constituyen un punto
débil en la ensambladura de la función sexual, por lo cual, fácilmente aquellas partes que siguieron avanzando en
su desarrollo ante algún obstáculo externo pueden retroceder hasta alguno de estos puntos de fijación; este
proceso se denomina regresión. Ambos procesos dependen uno del otro.

Freud distingue dos grupos de pulsiones primordiales (que constituyen un dualismo pulsional) que son:

 Las pulsiones yoicas o de autoconservación: son aquellas que hacen a la conservación del organismo, corresponden a las
grandes necesidades orgánicas vitales, no representan verdaderas pulsiones ya que no son constantes y poseen un objeto
determinado pero Freud las postula para evidenciar el conflicto. Su energía es el egoísmo o interés.
 Las pulsiones sexuales: son aquellas, que en su origen, se apuntalan en las pulsiones yoicas y luego se independizan de
ellas, actúan de manera independiente unas de otras y luego se reúnen en una síntesis más o menos acabada entrando al
servicio de la reproducción bajo el primado de la genitalidad. Su energía es la libido.
A partir de la separación de estos grupos, cuando las pulsiones sexuales se independizan de las pulsiones yoicas, se
abre la posibilidad de que entren en oposición, las pulsiones sexuales entran en pugna con las de
autoconservación.

Las pulsiones son, por definición, parciales, ya que actúan con independencia unas de otras en un sentido
anárquico y no conforman una totalidad; esto se relaciona con la parcialidad del cuerpo, que para el psicoanálisis
es un cuerpo recortado por el lenguaje, es decir, por lo simbólico; con la exigencia pulsional que recorta un cuerpo
erógeno. También la satisfacción pulsional es parcial en tanto el objeto de la necesidad está perdido y en tanto la
satisfacción en el recorrido pulsional no implica una descarga. Se puede ubicar un pasaje de la satisfacción de la
necesidad a la necesidad de repetir la satisfacción.

DESTINOS DE PULSIÓN
En el curso de su desarrollo, las pulsiones pueden experimentar distintos destinos (como modos de defensa ante
ellas), estos son:

 La represión
 La sublimación
 La vuelta hacia la persona propia
 El trastorno hacia lo contrario

SEGUNDO MOMENTO
Al igual que una ameba con sus pseudópodos, una parte de la libido puede ser cedida a los objetos y retirada de
ellos, tiene el carácter de reversible, y otra parte de la libido siempre persiste en el yo. Entonces, la libido puede (a
modo de pseudo – dualismo) distinguirse según donde esté colocada entre:

 Libido yoica
 Libido de objeto

SEGUNDO DUALISMO PULSIONAL


MÁS ALLÁ DEL PRINCIPIO DEL PLACER – CONFERENCIA 32 – EL MALESTAR EN LA
CULTURA – EL PROBLEMA ECONÓMICO DEL MASOQUISMO
SEGUNDO DUALISMO PULSIONAL

12
Con la conceptualización del más allá del principio del placer Freud introduce su segundo dualismo pulsional que se
sostiene en la oposición entre pulsión de vida y pulsión de muerte. El conflicto psíquico pasa a ser entre estos
grupos de pulsiones, entre la libido y lo no ligado. De la acción eficaz conjugada y contraria de ambas pulsiones,
que nunca aparecen de manera pura sino entrelazadas, lo cual evidencia una mezcla y desmezcla pulsional, surgen
los fenómenos de la vida:

• La pulsión de vida o Eros

La pulsión de vida alude a aquellos estímulos pulsionales ligados que se encuentran dentro del campo de las
representaciones, estando al servicio de estas pulsiones el principio del placer. Esta busca aglomerar la sustancia
en unidades mayores, busca producir ligadura. La pulsión de vida se presenta como ruidosa y revoltosa, produce
tensiones cuya tramitación es sentida como placer.

Contiene a las pulsiones yoicas libidinizadas y a las pulsiones sexuales, son la parte de la pulsión de vida vuelta
hacia los objetos.

• La pulsión de muerte o Tanatos

Freud postula que la vida surgió de la materia inorgánica y que en ese momento también surgió una pulsión que
esfuerza a reproducir el estado anterior que el organismo vivo debió resignar por el influjo de perturbaciones
externas. A esta pulsión se la denomina pulsión de autodestrucción que refleja la naturaleza conservadora de las
pulsiones y es una expresión de la pulsión de muerte.

La pulsión de muerte alude a aquellos estímulos pulsionales no ligados que se encuentran fuera del campo de las
representaciones, ubicando un más allá del principio del placer. Esta busca disolver y disgregar la sustancia,
empuja a volver a lo inorgánico y contraría el afán de ligar. Estas pulsiones producen los fenómenos de la
compulsión de repetición y contienen a las pulsiones yoicas no libidinizadas (núcleo inconciente del yo). La pulsión
de muerte realiza su trabajo de forma inadvertida y muda.

Al servicio de estas pulsiones está el principio de Nirvana o principio de constancia, que es la tendencia a mantener
al aparato exento de excitaciones o mantener los niveles de excitación lo más bajos y estables posible.

Hay un momento en el desarrollo del individuo en el cual se produce una mezcla pulsional entre la pulsión de vida
y la pulsión de muerte por la cual la pulsión de vida conquista un lugar junto a la pulsión de muerte en la regulación
de los procesos de la vida. La tarea de la libido (pulsión de vida) es volver inocua la pulsión de autodestrucción y lo
hace desviándola o transponiéndola al exterior, dirige su energía hacia afuera para que no se produzca la
autoaniquilación. Hay un sector de la pulsión de muerte que no obedece a ese traslado y permanece en el interior
del organismo, ese resto y testimonio de la mezcla pulsional es el masoquismo erógeno primario.

El masoquismo erógeno primario es el placer de recibir dolor y se halla en la base constitucional del sujeto. De
aquel sector de la pulsión de muerte que es proyectado hacia el exterior y aparece como pulsión de destrucción,
surge el sadismo, que es el anudamiento de la satisfacción sexual a la condición de que el objeto sexual padezca
dolor.

El sadismo se presenta como la necesidad de destruir a otros para no destruirnos a nosotros mismos.

Por exigencias del mundo exterior, la pulsión de destrucción puede ser introyectada, es decir, vuelta hacia adentro
dando por resultado los masoquismos secundarios que tienen como fundamento al masoquismo erógeno
primario. Los masoquismos secundarios son:

• El masoquismo femenino, aparece en las fantasías onanistas de pacientes varones, el contenido de las
mismas es ser maltratado y humillado y la interpretación que puede hacerse es que el paciente se pone en una
situación que entrelaza lo femenino y lo infantil como situación pasiva frente a otro:

o Femenino porque las fantasías representan ser castrado, ser poseído sexualmente o parir.

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o Infantil porque las fantasías evidencian la primera posición del niño como dependiente de otro y porque
aparece en ellas un sentimiento inconciente de culpa respecto de la masturbación infantil sostenida en deseos
incestuosos.

• El masoquismo moral, que puede ser ubicado como un sentimiento inconciente de culpa o necesidad de
castigo que se articula con la tensión entre yo y superyó (uno de los vasallajes). Este masoquismo se aleja de su
vínculo con la sexualidad, lo que importa es el padecer como tal y no quien lo infrinja. En el tratamiento, este
masoquismo se exterioriza como reacción terapéutica negativa que, como resistencia estructural del superyó,
representa uno de los mayores obstáculos para la cura.

PRIMER TEORIA DE LA ANGUSTIA

SOBRE LA JUSTIFICACIÓN DE SEPARAR


Freud distingue a las neuropsicosis de defensa de lo que llama las neurosis actuales dentro de las cuales están comprendi
neurastenia y las neurosis de angustia.

En esta primera teoría acerca de estos fenómenos plantea que las neurosis actuales no poseen mecanismo psíquico alguno, sin
hay en su base encontramos un acumulación de excitación sexual somática no tramitada o no adecuadamente que se mu
angustia.

Se cae en este tipo de neurosis cuando el aparato psiquico no puede reequilibrar mediante la acción específica necesar
excitaciones endógenas, es decir, las fuentes internas de excitación.
A pesar de que las neurosis actuales se relacionan con la sexualidad como las neuropsicosis de defensa, la diferencia está en q
estos fenómenos las escenas sexuales etiológicas son actuales, tienen que ver con la sexualidad presente y no infantil como en o

MANUSCRITO E
La fuente de la angustia se halla en una acumulación de excitación sexual somática que, como consecuencia de una des
estorbada, se transpone en angustia (no esta contenida en esta tensión sexual física estancada sino que surge a partir de esta).

Las excitaciones endógenas, a diferencia de las exógenas, provienen del propio cuerpo y requieren de una acción específica
impedir que esta excitación siga creciendo. Al alcanzar cierto umbral despiertan un afecto psiquico que luego lleva a la ejecución
acción específica; esto ultimo es lo que no ocurre en las neurosis actuales.

En las neurosis actuales de la excitación sexual somática alcanza su valor de umbral pero el anudamiento psiquico resulta insufi
y esa tensión no ligada psíquicamente se muda en angustia.

SEGUNDA TEORIA DE LA ANGUSTIA

La sexualidad en el psicoanálisis rebasa el sentido popular, por eso Freud habla de psicosexualidad, incluyendo
el factor anímico en la vida sexual. Esto, junto con la introducción del concepto de pulsión, que implica que lo
sexual esté inscripto en el aparato, le posibilita postular una segunda teoría de la angustia en la cual la angustia
ya no es producto de la acumulación de tensión sexual somática sino del mecanismo psíquico de la represión,
la angustia queda dentro del ámbito psíquico. Freud hace un abordaje metapsicológico de la represión en la
histeria de angustia y distingue tres fases:

1. Primera fase: una representación ligada a una moción libidinal de tinte erótico, es reprimida, a esta se le sustrae la
investidura pcc y la investidura icc es descargada como angustia sin que pueda distinguirse ante qué, aparece como una
angustia no ligada.

2. Segunda fase: la investidura pcc sustraída se desplaza a una representación sustitutiva que se entramó por vía asociativa
con la representación reprimida permitiendo la racionalización del desarrollo de angustia, es decir que se anude la
angustia a una representación específica. Esta representación sustitutiva funciona a modo de contrainvestidura, ya que
asegura que no emerja en la conciencia la representación reprimida.

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3. Tercera fase: se busca inhibir el desarrollo de angustia que parte del sustituto. Esto se logra invistiendo con una gran
intensidad todo el entorno asociado a la representación sustitutiva de manera tal que cualquier excitación que se de en
ese parapeto producirá un pequeño desprendimiento de angustia a modo de señal para evitar el desarrollo posterior de
la misma. Este parapeto fóbico también funciona a modo de contrainvestidura. El conjunto de esta construcción se
denomina fobia y solo proyecta el peligro pulsional hacia afuera pero nada puede hacer contra en verdadero peligro
interno, solo pone diques al desprendimiento de angustia.

TERCER TEORÍA DE LA ANGUSTIA

TERCERA VERSIÓN
En esta tercera versión, se invierte la fórmula, la angustia ya no es producto de la represión sino que la
angustia crea a la represión. El motor del mecanismo defensivo de represión es la angustia de castración, es
decir, la angustia frente a la posibilidad de ser castrado, contra la cual se estrella el varón a final del complejo de
Edipo.

FOBIAS INFANTILES
En estas fobias, el yo reacciona contra una investidura libidinosa del ello (incestuosa) proveniente del complejo
de Edipo ya que acceder a ella conlleva el peligro de la castración.

Frente al peligro de castración, da la señal de angustia e inhibe la investidura amenazadora del ello por medio
de la instancia placer – displacer.

Como resultado de esta represión, se forma la fobia: la angustia de castración cambia de objeto y aparece
desfigurada, por ejemplo, en el caso de Hans, la angustia frente a la posibilidad de ser castrado por el padre se
sustituye por la angustia frente a ser mordido por el caballo. Esta formación sustitutiva le permite al yo
suspender el desarrollo de angustia mediante inhibiciones ya que la angustia solo emerge cuando el objeto
está presente.

La fobia es la proyección de un peligro pulsional interior por un peligro de percepción exterior pudiendo el yo
defenderse mediante la huida pero, la exigencia pulsional no es un peligro en sí misma, sino que lo es porque
conlleva el peligro externo de la castración, por lo tanto, la fobia sustituye un peligro exterior por otro peligro
exterior.

TIPOS DE ANGUSTIA
La angustia es una reacción afectiva del yo frente al peligro y, en el caso de la angustia neurótica, los síntomas
son creados para evitar la situación de peligro que el desarrollo de angustia señala.

 Angustia realista: reacción lógica frente a un peligro esperado desde afuera que se discierne de manera conciente, que
es el peligro realista, es la cual se manifiesta en el apronte angustiado, el cual no se sostiene en una representación pero
vale como contrainvestidura y defensa frente al terror.
 Angustia neurótica: angustia que se siente frente a un peligro inconciente del cual no tenemos noticia, que es el
peligro pulsional, a la propia libido.
La angustia implica un carácter displacentero por incremento de excitación que conlleva a procesos de
descarga y percepciones de estos. Para cada momento del desarrollo, se puede destacar un tipo de angustia:

 Angustia del nacimiento: la primera vivencia de angustia arquetípica podría ubicarse en el trauma del nacimiento, que
representa la separación de la madre o castración de la madre, mediante la ecuación simbólica de pene = hijo. El peligro
del nacimiento es sentido como una enorme perturbación económica por incremento de las magnitudes de estímulo
carece de contenido psíquico. Esta constituye el núcleo genuino del peligro y el desvalimiento que sentimos frente a él
que vale como situación traumática que no puede ser tramitada por el principio del placer.

 Angustia del lactante: en el lactante, el contenido de la situación de peligro es el aumento de la tensión de la necesidad
cuya condición es la ausencia del objeto ya que reconoce a su madre como quien satisface sus necesidades. Se establece
para el lactante una analogía con la vivencia del nacimiento que produjo una enorme perturbación económica por la

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pérdida del objeto. Entonces, la angustia funciona como una señal para la evitación de la situación de peligro que pasa a
ser la pérdida o separación del objeto. A este tipo de angustia se la denomina angustia señal.

 Angustia de castración: esta angustia que sobreviene en la fase fálica también está ligada a una angustia de separación,
en este caso, a la pérdida de los genitales que, para el varón, tienen la garantía para una reunión con la madre: perder el
pene equivale a separarse de la madre nuevamente, es decir, quedar expuesto a una tensión displacentera de la
necesidad. En el caso de la niña, la angustia es frente a la pérdida del amor del objeto que es una continuación de la
angustia del lactante (madre ausente sustrae su amor al hijo)

 Angustia de la conciencia moral: esta angustia, también llamada angustia social, refleja el peligro de la pérdida de amor
y el castigo de parte del superyó que, en última instancia, se puede mudar en angustia de muerte.
El yo es el genuino almácigo de la angustia, solo él puede registrar el estado afectivo de la angustia, el superyó
no exterioriza angustia alguna y en el ello se producen procesos que generan el desarrollo de angustia:

1. Angustia señal: en el ello se activa una situación de peligro para el yo y lo mueve a dar la señal de angustia para evitar
ese peligro, es una reacción acorde al fin que busca prevenir el peligro. Esta caracteriza a las psiconeurosis.
o En la histeria, la condición de la angustia es la pérdida del amor del objeto.
o En la fobia, la condición de la angustia es la castración.
o En la neurosis obsesiva, la angustia es frente al superyó.

2. Angustia automática o traumática: en el ello se produce una situación análoga al trauma de nacimiento por la cual la
reacción de angustia sobreviene de manera automática, es una reacción inadecuada en una situación nueva de peligro
que no puede ser ligada ya que carece de contenido psíquico. Esta caracteriza a las neurosis actuales, específicamente a
la neurosis traumática.

SÍNTOMA

PRIMER MOMENTO
Freud, plantea que la escisión de conciencia es secundaria y adquirida respecto de la operatoria de la defensa. Él habla de
neuropsicosis de defensa (ya que incluye junto a la histeria a las neurosis obsesivas y psicosis alucinatorias), en las cuales
sobreviene en la conciencia del sujeto una representación inconciliable con el yo, es decir, una representación tan penosa,
usualmente de índole sexual, que entra en conflicto con el conjunto de representaciones del sujeto.
Una vez que la huella mnémica de la representación (marca que deja la representación en nuestro psiquismo) y el monto
de afecto (investidura de al representación) adherido a ella sobrevinieron en la conciencia no pueden ser olvidados y ahí es
donde opera la defensa.

La defensa es un mecanismo psíquico que consiste en el divorcio entre la representación inconciliable y el monto de
afecto adherido a ella para debilitar su huella mnémica. La huella mnémica debilitada queda segregada de la conciencia
formando un grupo psíquico separado y el destino de la suma de excitación es diferente en cada neuropsicosis:
 Histeria: el monto de afecto es traspuesto en parte del cuerpo a través de un nexo lógico o asociativo con la representación
inconciliable formando así un enlace falso. Para que esto ocurra es necesario que el sujeto tenga aptitud para la
conversión.
 Neurosis obsesivas: el monto de afecto permanece en el ámbito psiquico y es desplazado a una representación no
inconciliable a la cual se asocia por medio de un nexo lógico o asociativo formando así un enlace falso en virtud del cual
devienen obsesivas.
 Psicosis de confusión alucinatoria: el monto de afecto se entrama con un fragmento de la realidad objetiva pero el yo
desestima tanto a la representación inconciliable como a su monto de afecto y se deshace de ellos desprendiéndose
también ese fragmento de la realidad.

A partir de esto, los síntomas serían representaciones sustitutivas de la representación inconciliable y dan testimonio del
conflicto psíquico que puso en marcha la defensa.

SEGUNDO MOMENTO
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CONFERENCIA 23
Los síntomas neuróticos son resultado de los conflictos con los que se encuentra la satisfacción pulsional. La libido
insatisfecha, a la cual se le resigna o deniega el objeto en la realidad, emprende un camino regresivo con el objetivo de
encontrar la satisfacción en organizaciones ya superadas o en objetos ya abandonados. Cuando el yo no acepta estas
regresiones, la libido busca sustraerse del él y lo hace a través de los puntos de fijación que dejo en el curso del desarrollo
que el yo, para protegerse, había reprimido. Así, la libido transfiere su energía a representaciones que pertenecen al
sistema inconciente. Por lo tanto, la escapatoria de la libido es posibilitada por la existencia de fijaciones que constituyen
un modo de quebrantamiento de las represiones.

La fijación libidinal se descompone en dos factores:

 La disposición heredada, es decir, lo innato.


 La predisposición adquirida en la infancia, es decir, las vivencias infantiles.
Ambos factores posibilitan la fijación libidinal que combinada con vivenciares accidentales traumáticos del adulto pueden
dar como resultado una neurosis.

Entonces, los síntomas se forman como sustitutos para la satisfacción frustrada por medio de regresiones de la libido;
estos repiten aquellas modalidades de satisfacción de la infancia desfiguradas por la censura que provoca el conflicto y
entrelazados con elementos del hecho que llevó al sujeto a contraer la enfermedad. Los síntomas figuran un cumplimiento
de deseo libidinoso inconciente, son un modo de satisfacción que el yo vive como padecimiento.

CASO DORA
Dora, de 18 años, llega a Freud luego de que sus padres encontraran una carta de suicidio en su escritorio y la forzaran a
iniciar el tratamiento. Entre los síntomas que presentaba Dora se distinguían la afonía y la toz espasmódica, ambos
relacionados con la cavidad bucal:

 La afonía se presentaba cuando el señor K (amigo de la familia a quien su padre la entregó para mantener una relacion con
la señora K, su esposa) se ausentaba, cuando éste estaba lejos, Dora renunciaba al habla, forma de atraer la atención de su
padre sobre ella y separarlo de la señora K.
 La toz espasmódica se presentaba cuando Dora acusaba a su padre de tales actos y la toz, a su vez, era un rasgo
característico del padre (esto se relaciona con la identificación secundaria).
Dora, insistía con que la señora K solo quería a su padre por ser un hombre con recursos; Freud nota que detrás de esa
afirmación se ocultaba la contraria, su padre era un hombre sin recursos, es decir, impotente. Ante esta revelación, Dora
plantea que hay más de una manera de obtener la satisfacción sexual y Freud interpreta que refería a las partes del
cuerpo que en ella estaban irritadas. En su toz y afonía se representaba una satisfacción sexual entre su padre y la señora
K, la fantasía de fellatio.

Freud explica que todo síntoma histérico requiere tanto de la parte somática como de la anímica:

1. Precondición somática: intensa activación de una zona erógena determinada durante la infancia. Para Dora fue en la zona
de la boca ya que ella de pequeña había sido muy chupeteadora, costumbre que su padre le quito.
2. Solicitación somática: proceso normal o patológico relativo a un órgano del cuerpo que ocurre una sola vez a menos que se
le adose un sentido. Para Dora fue un cosquilleo en la garganta.
3. Sentido: el síntoma no trae consigo un sentido sino que le es soldado, corresponde a los pensamientos sofocados que
buscan expresarse. El síntoma puede tener más de un sentido adosado a él pero por lo menos uno corresponde a la
figuración de una fantasía inconciente de índole sexual que es lo que le da sostén al síntoma. Para Dora, esa fantasía era la
práctica masturbatoria oral.

LAS ABERRACIONES SEXUALES

Con la introducción del concepto de pulsión, se comienza a entender al síntoma y a las neurosis desde lo pulsional, se hace
un pasaje de la noción de lo sexual como genitalidad a lo sexual como pulsión. Freud dice que las psiconeurosis descansan
en fuerzas pulsionales de carácter sexual y que la energía de estas pulsiones, es decir, la libido, es la única fuente
energética constante de las neurosis.

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A partir de esto se resitúa el conflicto psíquico y se le da un nuevo estatuto al síntoma:

 El conflicto sea halla entre el yo y lo sexual, entre la desautorización sexual y el esforzar de la pulsión.
 El síntoma aparece como un sustituto de las aspiraciones libidinosas, y figura no solo el retorno de lo reprimido sino la
práctica sexual de los enfermos.

En la histeria, se puede ubicar, por un lado una necesidad sexual hipertrófica, es decir un desarrollo hiperpotente de
alguna pulsión sexual, y por otro lado, una cuota de represión sexual que rebasa lo normal, un aumento de las resistencias
frente a las pulsiones sexuales.

TERCER MOMENTO

DESARROLLO DE UNA NEUROSIS OBSESIVA – RELACIONARLO CON ANGUSTIA ¡!


En las neurosis obsesivas se asiste a una lucha continua contra lo reprimido y de su formación de síntomas participa
considerablemente el superyó. La necesidad inicial de estas neurosis es la defensa contra las exigencias libidinosas del
complejo de Edipo. Freud halla 3 mecanismos de defensa, motorizados por la angustia de castración:

1. La regresión: como primera respuesta defensiva, el yo rechazar la organización genital infantil correspondiente
a la fase fálica y regresa a la fase anterior, la fase sádico – anal. Esta regresión implica una desmezcla pulsional que
segrega los componentes eróticos que se habían sumado a los componentes destructivos de la fase sádico – anal, es decir
que se libera la pulsión de muerte.

2. La represión: el yo repudia las mociones hostiles liberadas, las reprime y así se clausura frente al ello.

3. Las formaciones reactivas: con la entrada en el período de latencia, el complejo de Edipo se sepulta, se erigen las
barreras éticas del yo, es decir, los diques pulsionales y se consolida el superyó. En las neurosis obsesivas, a esto se le
suma la previa degradación regresiva de la libido que vuelve al superyó más severo. El yo en obediencia al superyó,
desarrolla formaciones reactivas de conciencia moral, que son exageraciones de rasgos de carácter, también nombrados
por Freud en un momento anterior como síntomas defensivos primarios.

Al advenir la pubertad se instala la organización genital definitiva y aquellas mociones hostiles reprimidas reaparecen y
fuerzan por expresarse al mismo tiempo que arrastran a las nuevas mociones libidinosas por caminos regresivos
prefigurados. El superyó castiga al yo por las mociones libidinosas e incestuosas provenientes del ello, que en sí son
estructurales, es un crimen constitucional no cometido por el yo que, igualmente, registra el sentimiento de culpa
hiperintenso de manera conciente y asume la responsabilidad aunque no pueda justificarlo. Esto lleva al yo a emprender
la lucha defensiva secundaria, en la cual se forman las acciones obsesivas, también llamadas síntomas defensivos
secundarios. Los mismos, inicialmente representan limitaciones para el yo que luego se ve obligado a buscar satisfacción
en esos síntomas.

PEGAN A UN NIÑO
La fantasía de “pegan a un niño” aparece de manera frecuente en el tratamiento y es el resultado y la heredera de la
resignación de las investiduras libidinales incestuosas del complejo de Edipo que se ven agravadas por la conciencia de
culpa que parte del superyó. Estas fantasías aparecen durante la fase fálica y su contenido se modifica más de una vez.

 Primera fase de la fantasía: esta aparece en la fase preedípica. El niño azotado siempre es otro y nunca es el
fantaseador, el yo solo es espectador. La persona que pega no suele discerniese al comienzo solo se sabe que es un
adulto y solo luego se vuelve reconocible como el padre. Esta fantasía satisface los celos de la niña y se puede decir que
aquel niño pegado es el sustituto del clítoris que la niña debe trocar por la vagina para entrar al complejo de Edipo. Su
contenido puede sintetizarse como “el padre pega a un niño que yo odio, entonces el padre me ama solo a mí”

 Segunda fase de la fantasía: esta aparece en la fase fálica. La persona que pega se mantiene pero el niño azotado pasa a
ser el fantaseador. Esta segunda fase es la más importante, la fantasía se carga de un placer de carácter masoquista y es
la expresión directa de la conciencia de culpa ante los deseos incestuosos edípicos que degrada por regresión el “ser
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amado por el padre” de la fase fálica a “ser azotado por el padre” de la fase sádico - anal. Esta conciencia de culpa
transmuda el sadismo en masoquismo para desexualizar el amor hacia los progenitores. Su contenido puede sintetizarse
como “Yo soy azotado por el padre”. La misma nunca llega a devenir conciente, es permanentemente inconciente y
debe ser reconstruida en el análisis.

 Tercera fase de la fantasía: esta aparece en el período de latencia. La persona que pega permanece indeterminada o el
padre es sustituido por un subrogante (un maestro, por ejemplo). En lugar de ser un solo niño azotado, muchos niños
son azotados y el azotamiento puede ser sustituido por otras humillaciones. La fantasía ahora carga con una excitación
sexual intensa que procura la satisfacción onanista, la misma parece sádica pero es masoquista, ya que el fantaseador
se identifica con esos niños.

Este es el caso para la niña. En el caso del varón se pueden reconocer dos fases: la primera que equivale a la segunda de
la niña tiene por contenido “Yo soy amado por el padre” y la segunda que equivale a la tercera de la niña tiene por
contenido “Yo soy azotado por la madre”. En ambos casos, las fantasías surgen de la ligazón – padre, para la niña, de la
postura edípica normal y para el varón, de la postura edípica trastornada (inversa).

TRAUMA

PRIMER MOMENTO

Los histéricos padecen de traumas psíquicos incompletamente abreaccionados.

Ante una impresión psíquica se acrecienta en el aparato psíquico una suma de excitación, que este trata de reducir para
mantener el equilibrio; a esta propiedad Freud la postula como el principio de constancia.
Esta suma de excitación puede reducirse mediante una acción o una palabra específica. Si esta reacción ante un suceso es
interrumpida se conserva de manera plena el afecto y este suceso puede devenir como trauma psíquico.
A partir de él, se generaría un síntoma, un modo de descarga patológico del afecto no abreaccionado.

La terapia, por lo tanto, consiste en averiguar el ocasionamiento del síntoma y consumar la abreacción del afecto
asociado a ese suceso. Esta cura descubierta en la práctica es sintomática ya que solo resuelve los síntomas y no la
histeria en sí misma.

Los síntomas histéricos derivan su determinismo psíquico de viviencias de eficacia traumáticas que son reproducidas
en la vida psíquica, es decir que los síntomas están enlazados asociativamente con las representaciones inconciliables
que los originaron y aparecen como sustitutos de estas.
Para que la vivencia tenga eficacia traumática debe satisfacer dos condiciones:

 Ideoneidad determinadora
 Fuerza traumática.
El método catártico puede conducir hasta escenas que cumplan con las dos condiciones, pero la mayoría de las veces
cumplen solo una de ellas o ninguna. Cuando Freud se encuentra con esta situación en el análisis comienza a
sospechar que los síntomas no están determinados unívocamente por una escena, sino que están sobre-
determinados:
 La escena hallada cumple el rol de un eslabón en una cadena asociativa de representaciones, un conjunto ramificado
de representaciones anudadas que se encuentran en la base de los síntomas histéricos.
 Solo la acción conjugada de dos o más escenas puede producir un síntoma histérico.
Si se sigue el camino de las distancias cadenas asociativas encontradas en el análisis estas comienzan a converger
formando puntos nodales (vivencias que pertenecen a dos o más cadenas) y desembocan en escenas sexuales
infantiles.

Las escenas sexuales infantiles:


 Vivencias de la niñez temprana de carácter sexual.
 Experiencias en el propio cuerpo.
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 A diferencia de las escenas de la pubertad, uniformes y sustantivas.
 Mudas cuando ocurre, son ineficientes y el paciente nada recuerda sobre ellas (amnesia histérica).
Por lo tanto, el origen de los síntomas histéricos esta dado por el afán defensivo contra una representación
inconciliable, la cual debe entrar en un nexo lógico o asociativo con una escena sexual infantil en carácter de recuerdo
inconciente. Las escenas sexuales infantiles pueden sustentar un síntoma histérico solo cuando están presentes como
recuerdos inconcientes, es decir que solo despliegan su efecto patógeno cuando pasada la pubertad son despertados
por vía asociativa con otras representaciones; esta es la condición psicológica de los síntomas.

MANUSCRITO K
Freud define a las neuropsicosis de defensa como aberraciones patológicas de estados afectivos psíquicos normales
que no llevan a ninguna tramitación, sino que ponen en marcha el mecanismo de defensa. El suceso que pone en
marcha dicho mecanismos debe cumplir dos condiciones:
oCondición sexual: el suceso debe ser de índole sexual.
oCondición temporal: el suceso debe ocurrir en un periodo prepuberal (infantil).

Se puede distinguir dos tipos de tendencias defensivas:

Normal: se dirige contra representaciones de orden yoico que al ser recordadas no despiertan un displacer mayor al
que produjeron en el momento en el que ocurrieron.

Nociva: se dirige contra representaciones que al ser recordadas desprenden un displacer mayor al que produjeron en
el momento en que ocurrieron; su eficacia es póstuma, el recuerdo de una vivencia desprende un displacer mas
intenso que la vivencia en sí. Para que esto ocurra entra la vivencia y su recuerdo se debe ubicar la pubertad.

Para Freud, el displacer que desprenden estas escenas sexuales infantiles proviene de una fuente independiente de
desprendimiento de displacer que es parte estructural del psiquismo, este concepto es el antecedente de la pulsión.

SEGUNDO MOMENTO

Antes, la etiología de las neurosis se ubicaba en los traumas psíquicos que pertenecían a la infancia de los enfermos y
concernían a la vida sexual, los síntomas histéricos eran efecto de los traumas sexuales infantiles.

En la clínica, Freud se encuentra con un enorme número de casos de seducción de parte de adultos hacia niños; no
pone en duda su existencia pero dice no poder distinguir entre:

 Las huellas mnémicas reales de esas vivencias.


 Los espejismos mnémicos de los sujetos respecto a su infancia.
Entonces, Freud hace un pasaje de la teoría de la seducción a la fantasía de seducción: intento de defenderse del
recuerdo de la propia práctica sexual infantil, la cual marca la dirección de la sexualidad en la madurez. Esta noción
(junto con la introducción de las pulsiones) permite ubicar a la sexualidad como algo estructural y constitutivo que
todos atravesamos, cayendo así el elemento accidental.

Así, se sustituye:

 El trauma accidental por lo traumático de la propia sexualidad.


 Los traumas sexuales infantiles por el infantilismo de la sexualidad.
A su vez, se altera el mecanismo de producción de síntomas, ubicando no solo al recuerdo reprimido entre las vivencias
sexuales infantiles y el síntoma sino también a la fantasía, como una construcción que rebasa las impresiones infantiles
y que es elaborada en la pubertad.

Lo decisivo respecto a los influjos sexuales accidentales es si el sujeto responde con represión o no y respecto a las
prácticas sexuales espontaneas que nos atraviesan a todos, Freud dice que durante su desarrollo las mismas se ven
interrumpidas por un acto de represión, por lo cual todos los adultos traen consigo una cuota de represión estructural.

La disposición sexual constitucional del niño es enormemente variada y Freud la caracteriza como:

 Perversa, ya que excede a la genitalidad y a la función de reproducción.


 Polimorfa, ya que se manifiesta en múltiples formas.
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El niño es un perverso polimorfo ya que practica todas las trasgresiones posibles y tropieza con escasas resistencias ya
que todavía no se han construido los diques de la latencia. A raíz de esta disposición se puede ubicar que:

 La disposición sexual normal es fruto de la represión de ciertas pulsiones sexuales y la subordinación de las restante bajo
el primado de los genitales y al servicio de la reproducción.
 En la perversión se perturba la síntesis de las pulsiones por un desarrollo hiperpotente de alguna de estas.
 En la neurosis hay una represión excesiva de las pulsiones, lo cual la caracteriza como el negativo de la perversión.
Freud afirma en este texto los síntomas son la práctica sexual de los enfermos ya que se revelan como figuraciones de
fantasías sexuales y como resultado del conflicto (y formación de compromiso) entre la libido y la represión.

TERCER MOMENTO

El trauma es leído como la irrupción de un estímulo no ligado al campo representacional, se conserva el concepto de lo
estructural y lo pulsional como responsables del trauma pero se ubicados en la dimensión del vacío representacional
que no puede ser abordado desde el principio del placer.

Las neurosis traumáticas son aquellos estados que sobrevienen tras accidentes que aparejaron riesgo de muerte. El
cuadro se asemeja en los síntomas corporales a la histeria pero el padecimiento subjetivo la sobrepasa. En estas
neurosis se pueden destacar dos rasgos:

 Su causa se halla en el terror producido por el accidente. Si bien suelen usarse como sinónimos se pueden
distinguir entre los siguientes tres términos:
o El miedo, es un estado de expectativa frente al peligro anudado a un objeto determinado.

o La angustia, es un estado de expectativa frente al peligro pero que carece de objeto, el peligro es desconocido.
Esta protege al yo del terror en tanto lo prepara para el peligro.

o El terror, es un estado en el cual se cae cuando aparece un peligro para el cual no se estaba preparado, se
vincula con el factor sorpresa.

 El accidente no produjo daño físico, las heridas permiten la tramitación del estímulo que irrumpió en el aparato
contrarrestando el surgimiento de una neurosis traumática.

Para explicar cómo irrumpe lo traumático en las neurosis traumáticas Freud propone la metáfora de la vesícula:

 El organismo es una vesícula cuya superficie exterior actúa a modo de receptora de estímulos externos, esta superficie
es análoga a la conciencia que queda igualada a la percepción, es la frontera entre lo interior y lo exterior. Los
estímulos ingresan por este sistema pero no queda registro de ellos ya que percepción y memoria se excluyen: en este
sistema el proceso excitatorio deviene conciente pero las huellas mnémicas de las excitaciones que ingresan se forman
por la propagación de la excitación a los sistemas contiguos.

 A raíz del impacto de los estímulos sobre esta la superficie, la misma se vuelve inorgánica y se forma una corteza
protectora antiestímulos que protege a los sistemas subsiguientes de ellos, actúa como filtro de las excitaciones
exteriores.
Esta protección antiestímulos solo vale para estímulos externos, pero nada puede hacer contra los internos, estas
fuentes de excitación internas son las pulsiones.

Por lo tanto, Freud denomina traumáticas a aquellas excitaciones externas que poseen suficiente fuerza para perforar
la protección antiestímulo. La perforación de la protección antiestímulo genera una perturbación económica, es decir,
energética en el aparato que produce la abolición del principio del placer. El aparato intenta dominar es un quantum de
energía que irrumpió, intenta ligar psíquicamente los volúmenes de estímulo y conducirlos a su tramitación. Para eso,
moviliza energía hacia el punto de intrusión para crear una contrainvestidura, aquellos sistemas con mayor nivel de
investidura quiescente serán más capaces de ligar psíquicamente los estímulos, es decir, de transponer la investidura
de libre fluir en investidura quiescente.
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El desarrollo de angustia funciona a modo de protección ya que prepara al aparato para una posible irrupción de un
estímulo sobreinvistiendo los sistemas que posiblemente lo reciban primero. Este apronte angustiado, que funciona a
modo de contrainvestidura y es la última trinchera de la protección antiestímulo, falla en las neurosis traumáticas.

El fracaso de la ligadura de la energía pulsional provocaría una perturbación análoga a la producida por los estímulos
externos. Estas excitaciones serían tratadas como externas por el aparato, a lo cual se denomina proyección.

CONSTITUCIÓN DEL YO
NARCISISMO
INTRODUCCIÓN DEL NARCISISMO (CONFERENCIA 26)
El narcisismo es una colocación libidinal en el yo. En un principio era considerado una perversión por la cual un individuo
da un trato a su propio cuerpo parecido al que le daría a un objeto sexual. Luego, se lo pasa a ubicar como parte del
desarrollo sexual regular del individuo y pasa a ser el complemento libidinoso del egoísmo, la energía de las pulsiones
yoicas. Así, ambas instancias del conflicto psíquico planteado por Freud, el yo y las pulsiones sexuales, pasan a estar
libidinisadas, de modo que el conflicto ya no está sostenido en esa oposición, la misma solo refleja la doble función del
individuo.

Freud ubica tres tiempos en el desarrollo libidinal:

1. Autoerotismo: el autoerotismo es un estado temprano de la libido, las pulsiones sexuales se apuntalan en las yoicas para
obtener la satisfacción sexual. Por lo tanto, la satisfacción se obtiene en el propio cuerpo que es un cuerpo fragmentado,
no hay desde el inicio en el individuo una unidad comparable al yo, es necesario un nuevo acto psíquico para que el yo se
constituya como tal y ese acto es la identificación.
En este primer tiempo se puede ubicar al narcisismo primario, este no puede observarse de manera directa en el niño
sino que es una inferencia retrospectiva. El narcisismo primario refiere a la libidinización del cuerpo del niño por medio de
los primeros cuidados de los padres, es una reedición del narcisismo propio de los padres desplazado en el niño al cual le
atribuyen toda clase de perfecciones, es considerado his majesty the baby. El narcisismo primario es la base que permite
luego la constitución del yo.

2. Narcisismo secundario: a partir de la identificación, que consiste en colocar la libido en un semejante e identificarse con
este, reconocerlo como una unidad y así reconocerse a uno mismo, se conforma el yo como unidad y se pasa al
narcisismo secundario. En este segundo tiempo se unifican las pulsiones parciales en el yo, se toma al yo como objeto de
amor lo cual implica la introversión de la libido, se repliegan las investiduras de objeto en el yo. Hay ciertas pulsiones
parciales que no entran en la síntesis yoica, por lo cual siempre queda un resto de libido en el yo que persiste.

3. Elección de objeto: Freud también lo denomina hallazgo de objeto, este tercer tiempo en realidad, consiste propiamente
en un o reencuentro con una falta que remite a aquel objeto de satisfacción perdido. Existen dos vías para la elección de
objeto:
 Elección de objeto según el tipo del apuntalamiento: se toma como modelo para la elección de objeto a las personas que
cumplieron la función de satisfacer las necesidades vitales del niño y a sus sustitutos:
o Se ama a la madre nutricia.
o Se ama al padre protector.

 Elección de objeto según el tipo narcisista: se elige al objeto en relacion al yo:


o Se ama a lo que uno es (o cree ser).
o Se ama a lo que uno fue (el falo de la madre, objeto de deseo de un otro).
o Se ama a lo que uno querría ser (quien posee lo que a uno le falta para alcanzar el ideal del yo).
o Se ama a la persona que fue parte del sí mismo propio.
PSICOLOGÍA DE LAS MASAS Y ANÁLISIS DEL YO (EL YO Y EL ELLO)
El psicoanálisis considera a la identificación como la más temprana exteriorización de una ligazón afectiva con otra
persona. Freud distingue tres tipos de identificaciones:

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 Identificación primaria: el varoncito quiere ser como el padre, toma al padre de la prehistoria personal (padre como
instancia) como su ideal y se identifica con él. Esta identificación es directa e inmediata, es decir que es directa con el
objeto y no esta mediada por la elección de objeto, y la misma aspira a configurar el yo propio a semejanza del otro,
tomándolo como modelo. Contemporáneamente se emprende una investidura de objeto a la madre, el varoncito quiere
tener a la madre. Ambos lazos psicológicamente diversos conviven durante un tiempo hasta confluir en el complejo de
Edipo, por lo tanto, este tipo de identificación contribuye a la prehistoria de este complejo.

 Identificación secundaria: es secundaria a la elección de objeto y es característica de la formación de síntomas neuróticos.


Cuando al sujeto se le resigna el objeto, la elección de objeto es reemplazada por la identificación, sigue un modelo
regresivo ya que la elección de objeto regresa hasta el modo originario de exteriorización de un enlace afectivo con otra
persona. Se basa en un rasgo único del objeto que el yo toma sobre sí, por ejemplo, Dora imitaba la tos de su padre.

 Tercer tipo de identificación: prescinde de la relacion de objeto con la persona copiada. Consiste en querer ponerse en la
misma situación (de deseo) que determinada persona.
A partir de la introducción del narcisismo a la teoría de la libido, Freud considera que todas las neurosis implican una
sustracción de la libido del mundo externo, pero no todo recogimiento de la libido en el yo resulta patógeno, sino que es
el obstáculo a su movilidad, la estasis libidinal lo que lleva ese carácter. Entonces, Freud clasifica a las neurosis según el
destino de esa libido:

 Neurosis narcisistas: son la esquizofrenia, la paranoia y la parafrenia. En ellas, la libido que fue sustraída del mundo
exterior se repliega sobre el yo produciendo, por ejemplo, el delirio de grandeza como intento de restituir la libido al
objeto. Dado que bajo estas neurosis no es posible investir objetos no hay posibilidad de transferencia.

 Neurosis de transferencia: son la histeria de conversión, la neurosis obsesiva, la histeria de angustia y las fobias. En ellas,
se sustrae la libido del mundo exterior pero se conserva el vínculo erótico en la fantasía, se sustituyen los objetos reales
por objetos fantaseados.
En la constitución del yo se articulan los conceptos de ideal del yo y yo ideal:

 Ideal del yo: es una instancia simbólica y normativa compuesta por las representaciones culturales y éticas de un
individuo, el yo introyecta emblemas, insignias o marcas que se conforman por la influencia de los padres y de otras
personas del medio. Produce una exigencia o demanda para el yo que favorece o es condición para la represión, y para
cumplir con esa exigencia y evitar la represión se da el mecanismo de sublimación, el ideal del yo también incita a este
proceso. Se conforma sobre la base de la identificación primaria, surge de esta. No debe confundirse con la conciencia
moral que luego conformara al superyó, esa es una instancia punitiva y esta solo es normativa. Es una introyección.
o La sublimación es un proceso que atañe a la libido de objeto, consiste en desviar a la pulsión hacia otra meta distante
de la satisfacción sexual.

 Yo ideal: es una instancia imaginaria que se relaciona con las formas. Es una imagen idealizada del uno mismo que posee
todas las perfecciones valiosas, está regulada por el ideal del yo. El yo ideal es un desplazamiento del narcisismo primario,
el individuo es incapaz de renunciar a la satisfacción que una vez gozó, por eso lo que el yo proyecta como su yo ideal es
una sustituto del narcisismo perdido de su infancia. Es una proyección.
o La idealización es un proceso que atañe al objeto, consiste en engrandecer y realzar psíquicamente el objeto.

TOTEM Y TABÚ
Freud se pregunta acerca del origen de las organizaciones sociales humanas y halla al totemismo como un primer tipo
de organización social.

Un tótem representa a un animal sagrado que ordena la vida social de una tribu determinada. El clan, en ocasiones
solemnes, realiza lo que se denomina banquete totémico, una celebración en la cual todos los miembros del clan matan
y devoran al animal totémico, disfrazados como el animal y actuando como él. Este acto que llevaban a cabo como
tribu estaba totalmente prohibido de manera individual, solo era legitimo con la participación de todos, nadie podía
quedar excluido. Una vez muerto el animal, aparece el lamento totémico, el animal es llorado y lamentado por el miedo
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de una represalia y para deshacerse de la responsabilidad del acto cometido. Este duelo introduce a la fiesta, como
momento de liberación de las pulsiones y de excesos permitidos.

Para explicar el origen del totemismo, Freud postula la existencia de un estado de organización previo en la cual los
individuos se agrupaban en hordas que eran lideradas por un padre tirano: violento, celoso, expulsaba a los varones y
se reservaba a las mujeres para su goce irrestricto.

Este orden llega a su fin cuando los hermanos expulsados por el padre se unen para matarlo y devorarlo, unidos logran
aquello que individualmente no podrían haber hecho: el crimen parricida. Luego del crimen, los hermanos gobernados
por los sentimientos ambivalentes hacia el padre, se ven bajo una conciencia de culpa por el cual se ven impedidos a
ocupar el lugar del padre, se da una obediencia de efecto retardado volviendo al padre muerto más fuerte de lo que fue
en vida.

Así aparecen los tabúes totémicos:

 Matar al animal totémico, el sustituto del padre.


 Acceder a las mujeres liberadas.
Estos tabúes, aseguran que, mientras sean cumplidos, ningún hermano sufrirá el destino del padre, prohíbe los mismos
deseos que se reprimen en el complejo de Edipo: el parricidio, que deriva en el precepto de “no mataras”, y el incesto,
que posibilita la salida exogámica. La horda primordial es sustituida por el clan de hermanos que se asegura mediante
el lazo sanguíneo, permite la inscripción de un linaje.

El asesinato del padre funda la cultura, en tanto posibilita la instauración de un orden de legalidad y la regulación
pulsional. A su vez, inscribe un vacío, en tanto aquella satisfacción irrestricta ahora está perdida, lo cual se relaciona
con la represión primordial. Al padre muerto podríamos considerarlo un padre habilitador en el punto en el que la
renuncia al goce irrestricto encarnado por uno permite el goce encarnado por varios.

RESISTENCIAS
SOBRE LA PSICOTERAPIA DE LA HISTERIA
Freud establece dos barreras para limitar el alcance del método:

1era barrera: aunque la etiología de ambas se halle en factores sexuales, el método no es aplicable para las neurosis
actuales (neurosis de angustia y neurastenia) ya que no poseen un mecanismo psiquico.

2da barrera: el método no influye sobre las condiciones causales de la histeria, solo elimina síntomas individuales y no
puede evitar el surgimiento de otros nuevos.

En la práctica, se encuentra con la dificultad de que no todos los pacientes eran hipnotizables. Debido a esto abandona el
método catártico y comienza a utilizar la orden sugestiva: Freud les ordenaba a sus pacientes cerrar los ojos, les decía que
mediante la presión de sus manos en su frente, los recuerdos vendrían a su mente y que debian comunicar aquellos
recuerdos. Con el cambio de método, descubre que debe superar resistencias, es decir, fuerzas en los pacientes que
contrariaban el devenir conciente de las representaciones patógenas (que no son patógenas en sí mismas, sino por efecto
de la defensa). Freud sospecha que esta fuerza es la misma fuerza que en la génesis del síntoma reprimió esas
representaciones inconciliables con el yo. La fuerza psíquica que había esforzado fuera de la conciencia las
representaciones patógenas es la misma que ahora contraría su retorno en recuerdo, por lo tanto, el “no saber” de los
pacientes es un “no querer saber” y la tarea del terapeuta está en disolver esas resistencias de asociación para alcanzar
el núcleo de la cadena asociativa (ya no piensa al sintoma como un cuerpo extraño a extirpar sino como una infiltración
que alcanza la conciencia descompuesta en fragmentos ya que el síntoma esta diversamente determinado).

El material psíquico (aquello que rodea al núcleo de la cadena) en la histeria es un producto multidimensional de triple
estratificación/ordenamiento:

1- Ordenamiento cronológco: las vivencias mas recientes, aparecen primero pero se avanza de manera lineal hasta la
representación patógena.

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2- Ordenamiento concéntrico: las vivencias se organizan en capas de estratos entorno al núcleo, aquellas que se encuentran
en la superficie presentan menor resistencia de asociación que aquellas más cercanas al núcleo, este tipo de resistencia se
denomina resistencia radial.
3- Ordenamiento según el contenido del pensamiento: las vivencias se enlazan en hilos lógicos de pensamiento en forma
ramificada que llegan hasta el núcleo. Es de carácter dinámico a diferencia de los otros dos ordenamientos que son
morfológicos.

Otra de las dificultades con las que se encuentra Freud en el análisis es la perturbación del vínculo con el paciente:
cuando esta relación pasa a 1er plano se generan nuevas resistencias y síntomas neo-producidos que involucran al
analista por enlaces falsos (antecedente de la transferencia) lo cual dificulta el curso del análisis.

LOS VASALLAJES DEL YO


El yo se encuentra sometido a tres servidumbres y las relaciones entre cada instancia son múltiples. Se puede decir
que el yo es siervo de:

1. El mundo exterior: la realidad le plantea al yo exigencias y limitaciones propias de la vida cotidiana por las cuales el yo
debe someter a los procesos psíquicos al principio de realidad. La angustia que decanta de este vasallaje es la angustia
realista.
2. El ello: el yo busca mediar entre el ello y el mundo haciendo que la libido obedezca a las exigencias externas pero en
su lugar se posiciona como siervo sumiso del ello y suele transponer su voluntad como si fuese propia. La angustia que
decanta de este vasallaje es la angustia de castración.
3. El superyó: este vasallaje se identifica como angustia del yo frente al superyó es decir la angustia de la conciencia
moral y dicha angustia es una continuación o procesamiento de la angustia de castración. Esta angustia se manifiesta
en las neurosis obsesivas donde el yo busca sustraerse de ella mediante la ejecución de los mandatos expiatorios
impuestos por el superyó.
LAS RESISTENCIAS
A partir de la conceptualización de la segunda tópica, Freud postula una nueva sistematización de las resistencias.

ANTECEDENTES
Las resistencias que hallamos en un primer momento de la obra freudiana son:

 La resistencia de asociación, que producía la detención de las asociaciones entre las representaciones de la cadena
asociativa que conducía al núcleo patógeno.
 La resistencia radial, en relación a la resistencia que se acrecentaba cuanto más profundo era el estrato de
representaciones al cual se llegaba en el análisis en relación a su cercanía con el núcleo patógeno.

En un segundo momento aparecen también las resistencias transferenciales que se asociaban con la dimensión de
la transferencia como obstáculo, que eran:

La transferencia positiva de mociones eróticas.


La transferencia negativa de sentimientos hostiles.

LAS RESISTENCIAS ESTRUCTURALES


La represión exige un gasto de energía constante para que aquello reprimido se mantenga como tal, esa fuerza es a la
cual denominamos resistencia y la misma presupone la formación de contrainvestiduras de las que el yo se vale para
resistir. Sin embargo, las resistencias no solo parten del yo, sino que también hay resistencias inconcientes que parten
del ello y del superyó. La nueva doctrina de las resistencias ubica 5 resistencias, 2 de las cuales son estructurales:

 Resistencias yoicas:
o Resistencia de represión: opera a modo de contrainvestidura que se opone al devenir conciente de aquello reprimido.
o Resistencia de transferencia: consigue establecer un vínculo con el analista y repetir en acto aquello reprimido que solo
debería ser recordado.
o Ganancia de la enfermedad: se basa en la integración del síntoma en el yo, es la renuencia o falta de disposición para
renunciar a esa satisfacción sustitutiva.

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 Resistencia del ello: es la responsable de la necesidad de reelaboración y de la compulsión de repetición. Se articula con la
estasis libidinal, la inercia psíquica y la viscosidad de la libido como aquello que queda fijado, es el eterno retorno de lo
igual que insta al aparato a trabajar.

 Resistencia del superyó: brota del sentimiento de culpa o necesidad de castigo que se articula con la ganancia primaria de
la enfermedad, se satisface en el padecimiento que la neurosis conlleva y halla su fundamento en el masoquismo
erógeno primario. Esta resistencia muestra la cara punitoria del superyó y se opone a todo éxito de la curación. Es la
resistencia más difícil de superar y se manifiesta en el análisis como reacción terapéutica negativa: esta testimonia la
tensión entre yo y superyó y a raíz de ella el paciente siente la posibilidad de curación como una amenaza, el avance en el
tratamiento solo intensifica su padecer, el paciente no quiere renunciar al castigo de la enfermedad.

LA SEXUALIDAD INFANTIL

Es falsa la afirmación de que las pulsiones sexuales no están presentes en la infancia y solo despiertan en la
pubertad; Freud afirma que las manifestaciones sexuales de la infancia revelan rasgos esenciales de las
pulsiones sexuales.

La razón por la cual muchos afirman lo contrario es que existe una amnesia infantil que oculta los comienzos de
la propia práctica sexual infantil de la mayoría de las personas. Es semejante a la represión y esta amnesia es la
que posibilita la amnesia histérica.

Freud distingue tres fases en la infancia, estas son:

1. Primera fase:
Freud ubica a esta fase durante el período de lactancia. Corresponde a la primera organización sexual pregenital
y se denomina oral – canibálica. En esta ubicamos al chupeteo que consiste en un contacto de succión con la
boca repetido rítmicamente que no tiene por fin la nutrición. El mamar del pecho materno es el punto de partida
de toda vida sexual, el lactante quiere repetir la acción de recepción de alimento sin que se le vuelva a dar en
realidad. El pecho materno constituye el primer objeto de la pulsión sexual, la madre es el primer objeto de
amor y es de vital importancia para todo hallazgo posterior de objeto.

Freud toma al chupeteo como el modelo de las exteriorizaciones sexuales infantiles y partir de este extrae tres
caracteres esenciales de la pulsión:
 La pulsión es autoerótica, es decir se satisface en el propio cuerpo prescindiendo de un otro.
 La pulsión nace apuntalándose en las funciones corporales vitales y luego se independiza de ellas, la satisfacción
primero se asocia a la satisfacción, por ejemplo, de alimentación y luego encuentra la satisfacción en el chupeteo sin
fines nutricios.
 El órgano de la pulsión es la zona erógena, un sector de piel o de mucosa en el cual estimulaciones específicas provocan
sensaciones placenteras que se denominan placer de órgano, si bien hay zonas erógenas predestinadas cualquier sector
del cuerpo puede ser erógeno ya que no depende de la lugar sino del estímulo que lo erogeniza, son los lugares del
cuerpo significativos para cada sujeto para la ganancia de placer sexual.
En esta fase también se puede ubicar la activación de las zonas genitales a partir de los primeros cuidados por
parte de un otro que estimula esas zonas pero suele desaparecer tras un breve lapso. En este punto, y también
en relacion a aquella vivencia de satisfacción, podemos ubicar el lugar del otro como condición necesaria para la
pulsión.

2. Segunda fase:
Freud denomina sádico – anal a esta segunda fase de la organización sexual pregenital y corresponde a la
activación de la zona anal mediante la retención y expulsión de las heces. El niño trata a las heces como parte de
su propio cuerpo, las considera un regalo que él decide dar o no dar.

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En esta fase también se da la segunda oleada de la masturbación infantil, la pulsión sexual despierta nuevamente
en la zona genital durante un lapso hasta que una nueva sofocación la detiene.
A su vez se puede ubicar en este período el surgimiento de las pulsiones de ver y exhibir, en relacion a los genitales
y la pulsión de crueldad, en relacion a la pulsión de apoderamiento.
En esta fase surgen las teorías sexuales infantiles, despertadas por la pulsión de saber. Las mismas no responden a
intereses teóricos sino prácticos. Desde el inicio están destinadas a fracasar debido a que el niño desconoce la
diferencia entre los sexos, sobre todo la función de la anatomía femenina.
Período de latencia: durante un lapso de tiempo se produce una inhibición de las pulsiones sexuales, estas
quedan sofocadas. La energía de estas pulsiones es desviada del uso sexual y aplicada a otros fines, se orienta
la libido hacia nuevas metas relacionadas con los logros sociales y culturales; a este proceso se lo denomina
sublimación. A su vez, durante este periodo se edifican los diques psíquicos o anímicos, el asco, la vergüenza y
la moral, que implica la represión de ciertos componentes pulsionales; esto ocurre debido a que las mociones
sexuales infantiles resultan inaplicables ya que la función de reproducción esta diferida, es decir que no hay
acceso al coito, y ya que son en sí perversas lo cual provocaría sensaciones displacenteras. Los diques, en la
pubertad, marcan el camino de la sexualidad llamada normal evitando reanimar las pulsiones reprimidas. En
este período es donde se ubica también la amnesia infantil.

3. Tercera fase:
Esta última fase corresponde a la pubertad, en la misma se produce la unificación y subordinación de las
pulsiones parciales (casi por completo) bajo el primado de las zonas genitales y la consecución de placer es
puesta al servicio de la reproducción.
En cuanto a la elección de objeto se pueden distinguir dos tiempos:

1. Primer tiempo: se da entre los dos y cinco años y se ve detenida por el período de latencia, sus metas sexuales figuran la
corriente tierna de la vida sexual. El niño toma como objeto a los progenitores, particularmente a uno de ellos a partir
del cual se construye el complejo de Edipo que luego será reprimido.
2. Segundo tiempo: sobreviene con la pubertad y determina la conformación definitiva de la vida sexual, el sujeto debe
renunciar a los objetos infantiles y empezar de nuevo figurando la corriente sensual de la vida sexual. Se deja atrás el
autoerotismo y la pulsión busca satisfacerse en el objeto ajeno, en la persona amada.
SOBRE LAS TEORÍAS SEXUALES INFANTILES (EL ESCLARECIMIENTO SEXUAL DEL
NIÑO)
La sexualidad le plantea preguntas al niño en los años anteriores a la pubertad. Es el esfuerzo de la pulsión lo
que despierta esta curiosidad en el niño, sobre todo de la pulsión de saber. A este, la primer pregunta que se le
plantea es de dónde vienen los bebés.

Así, el niño comienza un proceso para el armado de su teoría:

 Interroga a los padres que para él representan la fuente de saber pero el niño recibe una respuesta evasiva, una
reprimenda o información a modo de mito.
 A partir de este primer engaño se vivencia el primer conflicto psíquico para el niño ya que una opinión por la que siente
predilección pulsional pero no es correcta para los adultos entra en conflicto con las opiniones sustentadas por los
adultos pero que a él le producen desconfianza. De este conflicto se desprende una escisión psíquica entre la opinión
que conlleva ser “bueno” pero resignar la reflexión, la cual deviene dominante, es decir, conciente, y la que conlleva lo
contrario y deviene sofocada, es decir, inconciente; de esta manera se constituye el complejo nuclear de las neurosis.
 Así, el niño comienza a investigar por su cuenta manteniéndolo en secreto.
Hay un punto en el cual la investigación se detiene, es inhibida por una ignorancia que no se deja sustituir, este
punto es el desconocimiento de la diferencia de los sexos, en particular de la vagina. Las teorías sexuales
infantiles, aunque sean completamente erróneas poseen un fragmento de verdad en tanto surgen y están
sostenidas por las objetivas necesidades de la constitución psicosexual del niño, por eso se pueden mencionas
tres teorías típicas:

1. Premisa universal del pene: consiste en atribuir a todos los seres humanos un pene. Esta teoría en particular se anuda al
desconocimiento de la diferencia de los sexos, el pene no es considerado como órgano sino como falo, elemento

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simbólico que establece la dimensión de la falta (el niño lo tiene y lo puede perder = complejo de castración, la niña no
lo tiene y lo quiere = envidia del pene).

2. Teoría de la cloaca: según esta teoría si el bebé crece en el vientre de la madre el parto ocurre por el ano, el bebé es
evacuado como un excremento. Esta creencia también se apoya en la ignorancia de la existencia de la vagina y se
sostiene en las pulsiones anales.

3. Concepción sádica del coito: surge cuando los niños son testigos del comercio sexual entre sus padres, creen que el sexo
es una pelea, lo conciben como algo violento entre una parte pasiva y otra activa.
EL COMPLEJO DE EDIPO Y EL COMPLEJO DE CASTRACIÓN
LA ORGANIZACIÓN GENITAL INFANTIL – ESQUEMA DEL PSA – EL
SEPULTAMIENTO DEL COMPLEJO DE EDIPO – ALGUNAS CONSECUENCIAS
PSÍQUICAS DE LA DIFERENCIA ANATÓMICA ENTRE LOS SEXOS
El carácter principal de la organización genital infantil y su principal diferencia respecto de la organización
genital definitiva es que para ambos sexos solo desempeña el papel rector un genital, el masculino, los
genitales femeninos siguen sin ser descubiertos. Por lo tanto no hay un primado genital en esta fase ya que los
genitales no comandan la sexualidad, sino que hay un primado del falo, que no alude al órgano sino que es un
elemento simbólico que establece la dimensión de la falta. Así, Freud pasa de llamar fase genital a llamar fase
fálica a la etapa que se continúa luego de la etapa sádico – anal.

Durante esta fase, la fuerza pulsional que parte de los genitales de los niños, se exterioriza en ellos como
curiosidad sexual a través de su pulsión de investigación y comienzan a preguntarse por la diferencia de los
sexos. Al investigar, los niños descubren que no todos poseen pene y que atribuyen esa falta a una castración.

 Durante la etapa sádico – anal, la oposición dominante es entre pasivo y activo.


 Durante la etapa fálica, hay representación de lo masculino pero no de lo femenino, por lo tanto la oposición es entre
falo y castrado, se distribuye a las personas de acuerdo a su relacion respecto al falo.
 A partir de la pubertad, la polaridad sexual coincide con masculino y femenino.
El complejo de Edipo es el fenómeno central del período infantil, es una situación que todo niño está destinado
a atravesar y constituye el complejo nuclear de las neurosis, siendo la sexualidad infantil, que termina con él, la
principal fuerza pulsional de la formación de síntomas. Los dos sexos recorren de igual modo las primeras fases
del desarrollo libidinal, precisamente hasta la fase sádico – anal. Hasta este punto, para ambos sexos:

 El pecho es el primer objeto de satisfacción. Este se engendra como tal apuntalado en la necesidad de nutrición que
satisface aunque el pecho no sea distinguido del cuerpo propio.
 La madre es el primer objeto de amor. Esta deviene la primera seductora del niño a partir de los primeros cuidados que
erogenizan su cuerpo.
 El padre es el primer objeto de identificación, es el ideal al cual el niño aspira y hacia quien tiene sentimientos de
ambivalencia.
A partir de la fase fálica el desarrollo se diferencia en el varón y en la niña:

 Varón:
El niño, empujado por las excitaciones que parten de sus genitales, deviene el amante de la madre y el padre
pasa ser su rival: el niño desea ser como el padre y tener a la madre. A raíz de esto y del onanismo que deja ver
su gran interés por sus genitales, el varón recibe, de manera implícita o explícita, la amenaza de que su miembro
será cortado. Esta amenaza de castración solo cobra efecto cuando el niño ve o recuerda haber visto los
genitales femeninos ya que con ellos se hace representable y creíble la pérdida del propio pene (produciendo
menosprecio u horror frente a la niña mutilada). En ese punto, el niño cae bajo el influjo de la angustia del
complejo de castración: el varón tiene miedo de su posible consumación.
Para salvar su pene el niño renuncia a la investidura libidinosa de los objetos parentales y al onanismo. Las
investiduras de objeto son desexualizadas y sustituidas por identificaciones: la autoridad de los progenitores es
introyectada formando el núcleo del superyó e incorporando las leyes contra el incesto y el parricidio.
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Con la entrada en la latencia, todo el episodio sufre una represión extremadamente enérgica que puede
caracterizarse como la destrucción del complejo produciendo su olvido radical: nada queda de este episodio, ni
siquiera en el inconciente, salvo el superyó como heredero del complejo. Si esto no se logra por completo, el
complejo subsistirá en el interior del ello desde donde desplegará su efecto patógeno.

 Niña:
La niña primero descubre, por haber visto los genitales masculinos, que no tiene pene y considera que este es
superior a su propio órgano, el clítoris, que hasta ese momento producía una satisfacción de manera análoga al
pene, ignorando todavía la existencia de la vagina. Ella cae presa de la envidia del pene, no lo tiene y quiere
tenerlo, y atribuye esa falta a una castración por la cual entra en el complejo de castración: la niña la acepta
como un hecho consumado, aunque en su cuerpo no falte nada realmente. Con la admisión de esta castración
consumada, se establece un sentimiento de inferioridad en la niña, que comparte su menosprecio hacia esa
parte mutilada con el varón y, cuando reconoce este rasgo como universal y reconoce que ella y su madre están
castradas se posibilita el abandono de la misma como objeto de amor. Esta fase preedípica de la ligazón –
madre es la más importante y decisiva para el desarrollo de la femineidad.

La niña abandona el onanismo masculino apartándose de la masculinidad que da paso a la femineidad,


cediendo el lugar del clítoris a la vagina. Ella hace responsable a su madre por su falta de pene y la resigna
como objeto de amor. Por medio de una ecuación simbólica de aquello que se separa del cuerpo propio, iguala
pene a hijo y el deseo de la niña pasa a ser tener un hijo. Así, la niña desemboca en la ligazón – padre tomando
al padre como objeto de amor lo cual la introduce en el complejo de Edipo: pasa a identificarse con la madre, a
quien ahora desprecia por celos y por no haberle dado un pene, y pasa a querer sustituirla junto al padre, que
puede darle lo que a ella le falta.

En la niña no hay motivo para la destrucción del complejo, se cree que estos deseos son abandonados de a poco
por incumplibles o reprimidos, a raíz de lo cual, el superyó no deviene tan severo como en el caso del varón.

De la confrontación con la dimensión de la falta parten tres posibles orientaciones del complejo de Edipo para la
niña:
o La inhibición sexual o neurosis, a partir de que la niña, al renunciar a la satisfacción masturbatoria por influjo de la
envidia del pene, reprime o inhibe sus aspiraciones sexuales.
o El complejo de masculinidad, en el cual la niña se rehúsa a reconocer su castración y refuerza aquellas conductas
masculinas refugiándose en la identificación con el padre. A través de este proceso, la niña evita la pasividad que
produce el giro a la femineidad.
o La femineidad normal, es decir, la maternidad.

Las tres salidas propuestas por Freud son en términos fálicos, no hay un representante psíquico del sexo
femenino por eso ninguna explicación alcanza para determinar qué es ser una mujer, solo cómo se deviene una.
El complejo de Edipo cae sepultado a raíz de su imposibilidad interna, es decir que está estructuralmente
destinado a fracasar. La principal diferencia entre el complejo de Edipo en cada caso está dada por el complejo
de castración:

 El niño sale del complejo de Edipo por el complejo de castración.


 La niña entra en el complejo de Edipo por el complejo de castración, el Edipo es una formación secundaria.
CONFERENCIA 33
Freud afirma que todos los sujetos contamos con una disposición constitucional bisexual, la proporción en que
masculino y femenino se mesclan en el individuo va variando y solo posteriormente al complejo de Edipo nos
posicionamos respecto a nuestro sexo. La sexualidad es, en este punto, psíquica.

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La femineidad representa un enigma o misterio que la psicología no puede resolver, es un continente oscuro.
Freud no describe qué es ser una mujer, sino cómo un sujeto de disposición bisexual deviene mujer. Este
desarrollo de niña a mujer implica dos pasos más que el desarrollo del niño:

 La niña intercambia su zona erógena y su objeto de amor primarios.


 El niño conserva su zona erógena y su objeto de amor primarios.

TRANSFERENCIA
La transferencia es un fenómeno propio de las neurosis y el psicoanálisis hace un uso particular de la misma. Esta cumple
dos funciones dentro del tratamiento:

 Opera como motor de la cura cuando propicia la apertura del inconciente, facilitando la rememoración y sosteniendo el
retorno de lo reprimido. Así funciona como la más poderosa palanca del éxito.
 Opera como obstáculo para la cura cuando se articula con la detención de las asociaciones, es decir, con las resistencias,
provocando el cierre del inconciente, el paciente pone en primer plano al analista y le surgen ocurrencias en relacion a él y
no a sus propios padecimientos, surgen las ideas transferenciales. La transferencia como obstáculo también se solidariza
con la repetición de lo reprimido (poner en acto en lugar de recordar). Así funciona como el agente más poderoso de la
resistencia.
La transferencia puede ser separada bajo las dos modalidades en las que aparece:

 La transferencia positiva, que corresponde tanto a los sentimientos tiernos y amorosos susceptibles de conciencia, que
figuran la corriente tierna de la vida sexual, como a las mociones eróticas inconcientes, que figuran la corriente sensual de
la vida sexual.
 La transferencia negativa, que corresponde a los sentimientos hostiles.
La transferencia, por lo tanto, funciona a modo de obstáculo cuando es una transferencia negativa o positiva de
mociones eróticas, y funciona a modo de motor cuando es una transferencia positiva de sentimientos tiernos, esto
demuestra su carácter ambivalente.

La condición para toda contracción de una neurosis es la introversión de la libido y su regresión a puntos de fijación
infantiles a partir de la frustración de la satisfacción en la realidad. En el tratamiento, al perseguir un complejo patógeno,
las fuerzas que causaron la regresión de la libido se elevan como resistencias y en ese punto sobreviene la transferencia:
si algo del material patógeno es apropiado para ser transferido sobre el médico, esa transferencia se produce, invistiendo
al médico con la libido amarrada a las representaciones reprimidas. Así, el médico queda inserto en una serie psíquica
de objetos de amor, es decir que se lo anuda a un clisé, a una estructura que se repite a lo largo de la vida como resultado
de la especificidad para el ejercicio de la vida amorosa de cada persona, la cual surge de sus disposiciones innatas e
influjos recibidos en su infancia.

Mientras la transferencia no se vuelva un obstáculo para el tratamiento, es decir que mientras las ocurrencias del
paciente sigan fluyendo sin interrupción no hay que tocar el tema de la transferencia, solo se la debe evidenciar si
deviene como una resistencia para el análisis. En ese caso, no se debe corresponder al amor de transferencia, pero
tampoco debe ser rechazado o sofocado, el analista debe tratar de sostenerlo y reorientarlo a sus orígenes inconcientes.
Entonces se podrían ubicar tres momentos:

1. La detención de las asociaciones.


2. El surgimiento del analista en las ocurrencias.
3. La reanudación de las asociaciones a partir de la puesta en evidencia de la transferencia resistencial.
El amor de transferencia al operar como obstáculo muestra al paciente poco predispuesto, este pierde el interés en el
análisis produciendo una resistencia a modo de enamoramiento en lugar de presentarse dispuesto y dócil ante el
tratamiento. A su vez, este no conlleva ningún rasgo nuevo que brote de la situación actual, sino que se compone de

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repeticiones de reacciones infantiles. Sin embargo, ninguna de estas características descarta el carácter genuino del
amor de trasferencia:

 Por un lado, Freud plantea que la resistencia no crea este amor, sino que el mismo ya estaba ahí y la resistencia solo se
sirve de él.
 Por otro lado, dice que el carácter esencial de todo enamoramiento es, precisamente, la repetición de modelos
infantiles.
En el análisis, el paciente presenta una compulsión a repetir, este no recuerda nada de lo reprimido sino que lo actúa, no
lo reproduce como recuerdo sino como acción, repite sus rasgos patológicos de carácter y sus síntomas sin saber que lo
hace, la repetición aparece como una forma del retorno de lo reprimido. La transferencia, aparece también como un
modo de repetición y es en este terreno en el cual se libra la batalla por retener en el ámbito psíquico lo que el paciente
quiere guiar hacia lo motor.

La transferencia, ubica al analista en el centro de la enfermedad en calidad de objeto, por lo cual, toda la nueva
producción de la enfermedad, la cual continua su desarrollo a pesar de haber iniciado el tratamiento, se concentra en la
relacion con el médico. A través de la transferencia se resignifican los síntomas abandonando su sentido originario
dándoles un nuevo estatuto como síntomas neoproducidos; así, la neurosis del paciente es sustituida por una neurosis
de transferencia.

LA REPETICIÓN EN TRANSFERENCIA
La compulsión de repetición fuerza a los neuróticos a repetir en transferencia, es decir, en la relacion con el médico,
ciertas vivencias que no contienen posibilidad alguna de placer y que tampoco en aquel momento fueron placenteras,
es la repetición de aquello no ligado como intento de ligadura. La compulsión de repetición es el eterno retorno de lo
igual que insta al aparato a trabajar, esta compulsión es más originaria que principio del placer.

En este punto se diferencian la compulsión de repetición de la repetición en acto de lo reprimido (agieren) que no
contradice al principio del placer. Esta consiste en repetir lo reprimido como vivencia presente, los pacientes se ven
forzados a escenificar un fragmento de su vida sexual infantil en el terreno de la transferencia; en lugar de reproducir lo
reprimido a través del recuerdo lo reproducen a través de la acción sin saber que lo hacen. El agieren implica solo la
repetición de mociones pulsionales reprimidas que producen placer para un sistema y displacer para el otro.

La compulsión de repetición que se instaura más allá del principio del placer se observa también en el juego infantil y los
sueños de las neurosis traumáticas y fuera del análisis en aquellas personas que parecieran perseguidas por un destino
fatal pero que en realidad es un destino autoinducido que repite influjos de su infancia.

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