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estratégica familiar Jay Haley y Madeleine Richeport-Haley thulox publicados: B Keeney fa rmprovisacion en psicoterapia | Calll® Une mds uno son tres. La pareja revelada a sf misma , Garpenter y A. Treacher Problemas y soluciones en terapia familiar y de pareja | Pappellu No veo, no oigo, no hablo. El autismo infantil | Navarro Gongora Técnicas y programas en terapia familiar 99, GC. Madunes Sexo, amor y violencia $6. M. Whitey D. Epston Medios narrativos para fines terapéuticos 97, WK. Beavers y RB. Hampson Familias exitosas arte de 1 a w al ar la realidad . 4V. S. Cirillo El canabio en los contextos no terapéuticos se MS. Minuchiny M.-P. Nichols. La veciperacion de la familia. Relatos de esperanza terapia estrategica y renovacion . D. A. Bagarozzi y S.A. Anderson Mitos personales, matrimontales y familiares Navartoy M. Beyebach Avances en terapia familiar sistémica 43. B, Cade y W. H. O'Hanlon Guia breve de terapia breve 64. B.Camdessus y otros Crisis familiares y ancianidad 63. J.L. Linares Identidad y narrativa 66. L. Boscolo y P. Bertrando Los tiempos del tiempo 67. W. Santiy otros Herrantientas para psicoterapeutas 68. M. Elkaim (comp.) La terapia familiar en transformacion 69. J.L. Framo Familia de origen y psicoterapia 70. J. M. Droeven (comp.) Mads alld de pactos y traiciones .M.C. Ravazzola Historias infames: los maltratos en las relaciones . M. Coletti y J. L. Linares La intervenci6n sistémica en los servicios sociales ante 1a familia multiproblemética 73. R Perrone Violencia y abusos sexuales en la familia 74, J. Barudy El dolor invistble de la infancia 75. $8. Minuchin y otros El arte de la terapia familiar 76. M. Selvini Palazzoli y otros Muchachas anoréxicas y bulimicas 77S. Cirillo y otros La familia del toxicodependiente 78. P, Watzlawick y G. Nardone (comps.) Terapia breve estratégica 79. M. Malactea Trauma y reparacicin 80. J. Navarro y J. Pereira - Parejas en situaciones especiales 81. J.L. Linares yC. Campo Tras la honorable fachada x 82. V. Ugazio Historias permitidas, historias probibidas 83. B. O'Hanlon Desarrollar posibilidades 84. R. Ramos Narrativas contadas, narraciones vividas L. Linares Del abuso y otros desmanes G. Cecchin, G. Lane y W. A. Ray Irreverencia. Una estrategia de supervivencia . para terapeutas 87. M. Andolfi El coloquio relacional : 88. S. Cirillo, M. Selvini y A.M, Sorrentino (comps.) La terapta familiar en los servicios psiquidtricos A 89. P. Bertrando yD. Toffanetti Historia de la terapia familiar PAIDOS 90. M.R.CeberioyJ.L. Linares Ser y hacer em terapia sistémica Barodona 91. J. Haley y M. Richeport-Haley Elarte de la terapia estratégica Buenos Aites Titulo original: The Art of Strategic Therapy Publicado en inglés, en 2003, por Brunner-Routledge, Nueva York ‘Traduccién de Genis Sanchez Barberan (caps. 1-5) y Ferran Meler-Orti (caps. 6-10) Cubierta de Mario Eskenazi T3481 616.89152 HAL.a 1. edicién, 2006 2 impresién, mayo 2011 No se permite la reproduccién total o parcial de este libro, ni su incorporacién a un sistema informitico, ni su transmisién en cualquier forma 0 por cualquier medio, sea éste electeSnico, eciinico, por fotocopia, por geabacién u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infraccién de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra !a propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Cédigo Penal). Dirijase a CEDRO (Centro Espatil de Derechos Reprogrificos) si necesita fotocopiar o escanest alin fragmento de esta obra. Puede contactar con CEDRO a través de la web www.conlicencia.com 0 por telefono en el 91 702 19 70 / 93 272 04 4 © 2003 by Taylor and Francis Books, Inc. © 2006 de la traduccién, Genis Sanchez Barberan y Ferran Meler-Orti © 2006 de todas las ediciones en castellano Espasa Libros, S. L. U., Paseo de Recoletos, 4. 28001 Madrid Paidés es un sello editorial de Espasa Libros S. L. U. www.paidos.com ISBN: 978-84-493-1844-3 Depésito legal: B. 17802-2011 Impreso en Book Print Botanica, 176-178 - 08908 L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) Impreso en Espatia ~ Printed in Spain Para Helen McCullough SUMARIO Prélogo, Michael P Nichols Prefacio 1. Terapia estratégica . . : 2. El origen étnico en la terapia estratégica 3. Terapia estratégica con Parejas 4. Terapia familiar a distancia: un caso de depresién 5. Cambiar una familia violenta 6. La terapia obligatoria: un caso de violencia 7 Paradoja y juego en los niiios: e nifio que no podia dejar de pelear 8. Incesto madre-hija 9. Confusiones culturales: ¢cudntos clientes hay en un mismo cuerpo? . 10. Un enfoque positivo en el caso de una Pareja psicética Epilogo Apéndice: Informes de casos: cémo desequilibrar una pareja Indice analitico y de nombres i 17 21 41 57 79 105 123 139 157 169 193 213 219 235 PROLOGO Cuando uno de los genios fundadores de la terapia familiar publi- ca un libro nuevo, se debe prestar atencion. Hubo un tiempo en el que cualquier cosa que llevara el nombre de Jay Haley tenia un publi- co instantaneo. En la edad de oro de la terapia familiar, libros como Problem-Solving Therapy y Trastornos de la emancipacion fuvenil y te- rapia familiar eran ejemplos supremos de lo que hizo de la terapia es- tratégica el enfoque més influyente de la época. Pero eso era antes del posmodernismo, antes del modelo basado en la colaboracién y antes de que la terapia narrativa y la terapia centrada en las soluciones Ile- garan a ser tan populares, Hoy en dia hay quien dice que la terapia es- tratégica ha muerto. La terapia estratégica que florecié en la década de 1980 se centraba en tres grupos excepcionales y creativos: el centro de terapia breve del MRI (Weakland, Watzlawick y Fisch); Mara Selvini Palazzoli y sus co- legas de Milén; y, naturalmente, Jay Haley y sus colegas del Family Therapy Institute de Washington, D.C. El maestro, Milton Erickson, era una escuela en si mismo. Lo que hizo que la terapia estratégica fue- ra tan popular era que ofrecia un sencillo marco de referencia para en- tender por qué las familias se quedan atascadas y un ingenioso conjun- to de técnicas para ayudarlas a seguir adelante. Segiin la metafora cibernética, les familias se quedan atrapadas en pautas disfuncionales cuando se aferran a soluciones que no funcio- nan. El truco consiste en conseguir que prueben algo diferente. Si la esencia de la conducta neurética es la obstinacion en comportarse de una manera contraproducente, la esencia de la terapia estratégica es hacer que la gente pruebe algo diferente. Para conseguirlo, los tera- Peutas estratégicos introdujeron varias técnicas ingeniosas, muchas 12 EL ARTE DE LA TERAPIA ESTRATEGICA de ellas paraddjicas, disefiadas para deshacer las soluciones homeos- tdticas («que mantienen el problema») y conseguir que las familias se pusieran en marcha y siguieran adelante. ‘Al igual que muchas personas sin la fortuna suficiente para recibir instruccién de un maestro consumado como Jay Haley, aprendi tera- pia estratégica leyendo libros y uniéndome a un grupo de terapeutas de posgrado con un supervisor. Lo que recuerdo de aquellas sesiones es que un grupo de personas serias e inteligentes solian entrevistar a familias con una amplia gama de dindmicas complejas. Y resulta que, invariablemente, la «solucién estratégica» del grupo era prescribir a las familias que siguieran haciendo exactamente lo que venian haciendo. Esta «orden parad6jica» (0 esta «psicologia al revés», como diria nues- tra abuela) tenia como objetivo hacer que los clientes se rebelaran contra esta directiva descabellada y abandonaran sus propias solucio- nes, que no hacian mas que mantener el problema. Por desgracia, esta tactica dejaba frias a muchas personas, yo mismo entre ellas. Total, que la terapia estratégica era manipuladora, efectista y su- perficial y era légico que el campo siguiera adelante sin ella. Por cier- to, si el lector desea ver algunas de las criticas mas sentidas del habil tecnicismo de la terapia estratégica, bastaré con que lea las obras de los principales terapeutas narrativos. Resulta que muchos de ellos son refugiados de su propio estilo manipulador de terapia estratégica. Como el lector habra supuesto, desde entonces he descubierto que en la terapia estratégica hay mucho més de lo que parece. ¢Y cémo lo he sabido? Pues entrando en contacto con profesionales en ejercicio que habian sido formados por Jay Haley. Estos terapeutas tenfan una comprensién de la familia mucho més rica y profunda de lo que nin- gun critico podria imaginar y su ingenioso uso de las directivas era tan sutil y acertado que les he robado (he tomado prestadas) muchas de sus estrategias para mi propia practica profesional. Naturalmente, se puede aprender terapia estratégica leyendo un capitulo de algin libro de texto. De igual modo, se puede aprender a hacer terapia familiar estructural leyendo Familias y terapia fami- liar, de Minuchin, donde aprenderemos que lo tinico que hace falta es unirse a las familias, establecer unas reglas y luego hacer todo lo que hace Minuchin para reestructurarlas. El problema es que la mis- ma elegancia de los modelos estructurales y estratégicos que los hacia tan faciles de resumir y de ensefiar provocaban la ilusién de que eran faciles de aprender y practicar. Como alguien que ha estado treinta PROLOGO 1B afios intentando entenderla, puedo asegurar al lector que la terapia familiar no tiene nada de facil. ° Como podré confirmar quienquiera que haya tenido la suerte de haberse sentado tras un espejo unidireccional con Jay Haley, las sen- cillas bases de su linea de terapia estratégica suponen una profunda comprensién. Como dice el propio Haley, «lo que hace que la tera- pia sea tan dificil [...] es que la vida es tan compleja que tienes que di- sefiar una terapia para cada caso». Lo que hace que El arte de la terapia estratégica sea tan especial es que invita al lector a unirse a Haley detras del espejo unidireccional para que asista a sus fascinantes cbservaciones sobre el tratamiento de familias reales, de carne y hueso. Naturalmente, todos los princi- pios familiares de la terapia estratégica se pueden encontrar aqui. Los principiantes aprenderdn que la clave para cambiar es la accién (no la comprensién), que las familias deben tener una jerarquia viable para funcionar bien, que la mayoria de los problemas familiares supo- nen tridngulos y que las directivas se deben adaptar a las peculiarida- des de cada familia y de sus problemas, El lector también encontrar4 unas directrices para la intervencién estratégica expresadas en un cla- to proceso de diez pasos. Pero la verdadera sustancia de este libro se encuentra en el sutil andlisis que hace Haley de los casos concretos que se describen con gran riqueza de detalles. Por ejemplo, zen qué conjunto de directrices generales podriamos encontrar a un supervi- sor que diga: «Si las cosas no van bien, quizd debas hacer que vengan mas miembros de la familia», o algo tan sencillo yal mismo tiempo tan util como: «Llémalos dentro de una semana mas © menos para com- probar que todo vaya bien»? Caso tras caso, las mesuradas sugerencias de Haley se concentran como un rayo laser en los problemas presentados que las familias traen ala terapia y en las pautas estructurales subyacentes. Se recordar al lector que el terapeuta «sistémico» se centra en dos cosas: la interac. cion interpersonal, con frecuencia manifiesta, entre alguien que pre- senta sintomas y alguien més, y el hecho con frecuencia menos paten- te de que invariablemente hay terceras personas que ensombrecen toda relacién-con problemas. Pero, como decia antes, es en las suge- rencias especificas para cada caso donde Haley demuestra su arte. Por ejemplo, en un caso comenta con toda tranquilidad que la neu- tralidad de un terapeuta sirve para reforzar el statu quo malsano de una pareja. ¢Qué mejor ejemplo que éste de lo que pueda ser lo con- 14 EL ARTE DE LA TERAPIA ESTRATEGICA trario a la neutralidad?: «Corre usted el peligro de perder a su mujer. Creo que se equivoca por completo, que est haciendo cosas para fas- tidiarla como no hablar con ella, no ser agresivo, no cortejarla». Es alentador observar que los licidos comentarios de Haley no sdlo se dirigen a los clientes, sino también a los terapeutas que inten- tan ayudarles. Por ejemplo, en un caso ofrece unas sugerencias genia- les sobre Ja forma en que los terapeutas pueden aprovechar sus atri- butos personales. (Sélo lamento que ninguno de sus ejemplos incluya a profesores universitarios dectépitos que parecen incapaces de recor- dar nada. Quizé los pueda extrapolar.) En otro caso, Haley explica el proceso paralelo por el que la respuesta de un terapeuta al supervisor refleja la respuesta de los clientes al terapeuta. Una y otra vez, las comedidas preguntas de Haley llegan al meollo de las cosas. Cuando un terapeuta describia con detenimiento el his- torial de un paciente y de su depresion, Haley le dijo: «¢Por qué no dices cudles son los problemas que intentas resolver con él?». E, igual que aconseja a los terapeutas que trabajan con las familias, Haley nun- ca se olvida de preguntar a los terapeutas que parecen estar atascados: «¢Qué has probado con ellos?». Naturalmente, la cuestién es que las cosas no cambiaran a menos que probemos algo diferente. Aunque muchos de los ejemplos y las ideas clinicas de este libro se podrian haber escrito en cualquier momento de los dltimos veinte aiios, también hay muchos que podrian no haberlo sido. Veinte afios atras eran pocos los terapeutas familiares que trabajaban con los ca- sos enviados por un tribunal que Haley ensefia a tratar de una mane- ra tan brillante. Ademés, es importante tener presente que Haley no ha escrito este libro en solitario. Una cosa es decir que un terapeuta estratégico debe adaptar sus intervenciones a las caracteristicas pro- pias de cada caso, pero son mucho mis instructivos los numerosos ejemplos de otras culturas que ofrece este libro y que suponen pose- sién de espiritus, chamanismo, curacién a través de la oracién y de la fe, y médiums espiritistas de culturas originarias de lugares tan diver- sos como Sudamérica y Centroamérica, Japon, Bali, India o el sur de California. Gracias a la perspectiva antropoldgica de Madeleine Richeport- Haley, el lector podra ver la aplicacién de los principios de la terapia estratégica a una variedad de situaciones extraiias y fascinantes. Pero estos ejemplos pintorescos son algo mds que curiosidades exticas. Al mostrar que los terapeutas y los curanderos pueden emplear estrate- PROLOGO, 15 gias Ilenas de inventiva en una variedad de situaciones extraftas, Ha- ley y Richeport-Haley nos ayudan a desbloquear nuestros habitos fa- miliares de percepcién. Si queremos ser utiles a una mujer balinesa que esta «poseida por un espiritu», no podemos limitarnos a sentar- nos y reflejar sus sentimientos. Tampoco podemos recurrit a reglas parad6jicas formularias. Tenemos que ser flexibles, tenemos que apli- car nuestra inventiva y adaptar nuestro enfoque a la visién del mundo que tiene esa persona. Y, como se explica claramente en este libro, ésta es precisamente la clase de mentalidad que un terapeuta debe aplicar a cada caso con independencia de lo extrafio o familiar que pueda parecer. Parte de lo que hace que El arte de /a terapia estratégica sea tan util es que los autores nos muestran cémo hacer terapia estratégica en lu- gar de decirnoslo. Tomemos, por ejemplo, el uso de la paradoja. No sé qué pensar el lector, pero a mi nunca me ha acabado de gustar la idea de decir a una familia que haga algo que en el fondo no conside- ramos util sélo para conseguir que reaccione. Se parece demasiado a.una artimaiia. Pero, después de leer este libro, creo que al final lo he entendido. En un caso, Haley recomienda que la hermana buena finja ser la mala y que la hermana mala finja ser la buena. Lo que mi descripcién no deja claro, aunque sf lo hard la lectura del caso, es que este mandato paradéjico (prescribir el sintoma) consigue dos cosas muy importantes. En primer lugar, introduce una atmésfera festiva y experimental en la sala de consulta, una atmésfera que comparten el terapeuta y la familia. Este uso de la paradoja no engaiia a nadie. Al contrario, se invita a los clientes a que se unan al terapeuta experi- mentando con la adopci6n de una mayor flexibilidad. Lo segundo que consigue Haley con el uso de la paradoja puede ser el elemento mds importante de toda forma de terapia con éxito. Al mantener la actitud amable, festiva y llena de inventiva necesaria para hacer sugerencias paraddjicas, el terapeuta evita verse «absorbido», es decir, atraido a la manera improductiva de ver las cosas que tiene una familia. Las familias que son clientes nuestras merecen nuestro mayor respeto; cada uno de sus miembros hace lo que puede para afrontar las dificyltades de la vida. Sin embargo, es importante tener presente que lo que lleva a la gente a la terapia es que sus acciones y sus puntos de vista no funcionan. Por Jo tanto, la tarea del terapeuta es aportar algo diferente. Por desgracia, lograr alguna clase de perspectiva nueva y mas productiva muchas veces acaba siendo dificil o imposible si el HL ARTE DE LA TERAPIA ESTRATEGICA Satpets sucumbe a la fuerte presién de aceptar la clase de supuestos ‘que In mayoria de las familias llevan consigo, como que el problema es tna persona, que los problemas de conducta son fisicos, que Jos bue- fiow padres siempre deben justificar sus reglas ante sus hijos, etc. Cuando me pidieron que redactara este prdlogo, Jay y Madeleine me dicron a entender que les haria un favor. Pero resulta que ha ocu- trido todo lo contrario, pues al darme la oportunidad de leer este expléndido libro me han hecho el enorme favor de ayudarme a com- prender por primera vez lo verdaderamente eficaz y lena de inventi- va que puede llegar a ser la terapia estratégica. No tiene nada que ver con el enfoque formulario y manipulador que se describe en la mayo- tia de los libros de texto. Al contrario: en las manos de Jay Haley 1a terapia estratégica es una rica combinacion de comprensi6n estructu- ral y sensibilidad clinica y, sobre todo, es una manera maravillosa de ayudar a las familias atascadas en sus rutinas para que prueben algo diferente. MICHAEL P NICHOLS PREFACIO Este libro representa la terapia moderna. Los casos vienen de lu- gares donde se debe elegir entre cércel o terapia, de instituciones pi- blicas, de refugios para personas maltratadas, de refugios para indi- gentes, de grupos de drogodependientes, de centros de menores, de nifios en régimen de acogida familiar y de personas que estan ingresa- das en un hospital o asisten a hospitales de dia. Tanto los clientes como los terapeutas en practicas que los tratan pertenecen a una va- tiedad de grupos étnicos que incluyen hispanos, afroamericanos, ciu- dadanos originarios de Oriente Préximo o de las islas del Pacifico, asia- ticos y ciudadanos de clase media de suburbios estadounidenses. Los casos se han elegido en funcién del interés de los problemas, la efica- cia de las técnicas, el origen étnico y la claridad en la expresién de los objetivos y en la supervision de la terapia estratégica en una sala dota- da de un espejo unidireccional. Algunas ideas de este libro se desarrollaron durante la década de 1960 con personas pobres como terapeutas en practicas en la Philadel- phia Child Guidance Clinic. El dilema era cémo formar a la clase media para que tratara a los pobres. Nosotros decidimos formar a los pobres. Los profesionales aprendieron mucho de los pobres, incluyendo qué era ser pobre. Salvador Minuchin, Braulio Montalvo y otros ya tenian experiencia con esta poblacién. Aprendimos a ser practicos en rela- ci6n con la vida y menos esotéricos que muchos terapeutas. El espejo unidireccional y la guia de un supervisor que se hallaba tras él prote- gian a los terapeutas en practicas y a las familias cuando lo necesitaban. Lo que hace que la terapia sea dificil para los terapeutas en prac- ticas es que la vida es tan compleja que debemos disefiar una terapia para cada caso y debemos ser innovadores. Hasta la década de 1950, 18 EL ARTE DE LA TERAPIA ESTRATEGICA si un terapeuta daba una directiva, se consideraba que hacia mal por- que se suponia que debia reflejar al cliente. El doctor Milton H. Erick- son fue la excepcién. Algunas personas usaban la hipnosis para dar di- rectivas. Luego aprendieron que podian dar directivas sin hipnosis. Erickson animaba a sus estudiantes a que estudiaran antropologia y a los antropélogos a que estudiaran terapia. Richeport-Haley, una de los muchos antropélogos (como Margaret Mead y Gregory Bate- son) que estudiaron con Erickson, se beneficié durante diez afios de su retroalimentacién sobre su trabajo en Latinoamérica y en Estados Unidos integrando sistemas curativos médicos y tradicionales. Com- prender el contexto cultural es importante para planificar una terapia para casos concretos. Durante quince afios, Richeport-Haley ha sido observadora participante de la instruccién de Jay Haley y ha aporta- do una perspectiva antropolégica a algunos casos. Creimos que valdria la pena filmar su proceso de supervision en los programas de formacién, tanto delante del espejo unidireccional como detrés de él, para poder explicitar el proceso gradual de apren- der y ensefiar terapia. Este libro ha surgido de parte de este material bien documentado que resolvié algunos de los problemas especiales de filmar terapia y de hacer etnografias filmicas de casos de terapia. Las peliculas terminadas han demostrado ser unos medios de instruc- cién muy eficaces. E! doctor Milton H. Erickson era el estratega supremo. El enfoque directivo de Haley se basa en sus diecisiete afios de asociacién con Erickson, perfodo en el que publicé numerosos trabajos. El enfoque estratégico se presenté por primera vez en 1963. «La terapia se puede lamar estratégica si el profesional inicia lo que ocurre durante la tera- pia y disefia un enfoque particular para cada problema. El terapeuta debe identificar problemas que sean resolubles, fijar unos objetivos, disefiar intervenciones para lograr esos objetivos, examinar las respues- tas que recibe para corregir su enfoque y, por tltimo, examinar el re- sultado de su terapia para ver si ha sido eficaz» (Terapia no convencio- nal: las técnicas psiquidtricas de Milton H. Erickson, 1973). Algunas personas tienen prejuicios contra la terapia familiar estra- tégica y otras no la entienden porque, como terapeutas, se han forma- do en una orientacién diferente. Algunas objeciones son que impide la espontaneidad, que dicta a la gente lo que debe hacer, que no se centra en los sentimientos, que no se centra en las causas, que no bus- ca necesariamente la verdad de una teorfa y que supone disefiar una PREFACIO. 19 terapia para cada caso en lugar de seguir un método. Este libro cam- biara y eliminara estas objeciones a medida que el lector aprenda a hacer terapia estratégica. El enfoque de la terapia est4 influenciado por la necesidad de tera- peutas y supervisores competentes. Muchas han sido las personas que han contribuido a las ideas de este libro. Braulio Montalvo ha sido un critico y un guia entusiasta. Scott Woolley ha ofrecido sus profundos conocimientos en el campo de la administracién. Neil Schiff es capaz de abordar los casos més dificiles. A Salvador Minuchin le gusta explo- rar teorias.' Michael Hoyt ha ofrecido sus comentarios y revisiones. Milton H. Erickson ejerce una influencia permanente por su desarro- Ilo del enfoque estratégico.? El Mental Research Institute contintia la tradicién sistémica. Nuestro agradecimiento a los colegas y estudian- tes que se han adaptado al espejo unidireccional. Este libro es para ensefiantes, supervisores, estudiantes de terapia y terapeutas en practicas que trabajen en el sector piblico y privado. Su objetivo es ofrecer un modelo practico para formular problemas de modo que sean resolubles, asi como instrumentos para abordar cuestiones habituales. Se destacan varias maneras de planificar la te- rapia, algunas de ellas poco corrientes, asi como técnicas concretas a utilizar. Ofrece al lector una visién privilegiada del proceso de didlo- go entre el supervisor y el terapeuta en formacion. Los lectores debe- rian quedarse con la impresién de que la terapia puede ser agradable a pesar de la gravedad de los problemas humanos. 1. El doctor Michael Nichols ha ofrecido valiosas sugerencias. 2. La familia Erickson ha ofrecido su apoyo y estimulo. 1 TERAPIA ESTRATEGICA Las ideas de la terapia estratégica no son tan sencillas como parece. Tampoco es facil llevar estas ideas a la practica. Una forma sencilla de presentar la terapia estratégica es destacar que es lo contrario de las terapias tradicionales. Se pueden resumir algunos contrastes entre las ideas tradicionales y las estratégicas. El pasado En el enfoque estratégico, las entrevistas no se centran en abusos, traumas y culpas del pasado. A menos que se dé alguna circunstancia especial, en una entrevista estratégica no se dedica tiempo a recordar. En lugar de empezar con el genograma 0 con la historia, el terapeuta se centra en la tarea que realizar. El terapeuta tradicional suele con: derar erréneo centrarse en el presente, sobre todo si se guia por la idea de que lo que ocurre ahora debe de tener su causa en el pasado. Es dificil minimizar el papel del pasado si las teorias establecidas ¢ in- cluso el diagnostico oficial destacan el pasado como causa. A modo de ilustracién, supongamos que nos viene una mujer que sufrié abusos sexuales siendo nifia. Ahora tiene poblemas se- xuales con su esposo. ¢Deberemos dar por sentado que estos pro- blemas sexuales estan causados por los abusos que sufrié de nifia o por los problemas actuales con su marido? Cabe preferir la teoria estratégiea de los problemas actuales porque esta idea también in- cluye prestar atencién a los problemas de su marido ademés de a los de ella. 22 EL ARTE DE LA TERAPIA ESTRATEGICA Causa del cambio Otras diferencias entre los enfoques estratégicos y los tradicio- nales son mas polémicas. Una de estas diferencias se refiere a la cau- sa del cambio. Un supuesto comin en el enfoque tradicional es que la persona puede cambiar si se comprende a sf misma. Por lo tanto, la interpretacién es el instrumento de la comprensién. El enfoque estra- tégico no presupone que la comprensién de uno mismo provoque el cambio. En el fondo, esta intervencion puede ser contraproducente ‘en muchas situaciones porque los clientes cambian sin comprender y a muchos de ellos no les gustan las interpretaciones. Por ejemplo, cuando el terapeuta ofrece a unos padres la interpre- tacién de que su hija ha intentado suicidarse para ayudarles a resolver sus problemas, esta interpretacién preocupa més a los padres y hace que aumente la frecuencia de los intentos de suicidio de {a hija. La idea de que la comprensién es la base del cambio podria ser el resul- tado de la formacién impartida en Jas universidades, donde los inte- lectuales creen que la comprensién conduce al cambio. Directivas Para que el cambio se produzca debe haber acci6n. La terapia no directiva carece de accion. Por lo tanto, la terapia no directiva es la terapia tradicional. En el fondo, el terapeuta se enorgullece de no de- cirle al cliente lo que debe hacer. En el enfoque estratégico se presupo- ne que la conversacién no provoca el cambio. Para que se produzca el cambio es necesario actuar. En el enfoque estratégico el terapeu- ta debe prescribir una directiva, sea directa o metaférica. ¢Dénde se aprenden estas directivas? Es dificil encontrar formaci6n para saber dar directivas. Un plan particular para cada caso Dada la complejidad de nuestra vida social en estos tiempos, no es posible aplicar el mismo método a todos los casos. Se dan demasiadas diferencias entre las situaciones. Utilizar !a misma intervencién en mu- chos casos diferentes es tradicional, no estratégico. El terapeuta com- petente aprende a disefiar una terapia para cada caso. El terapeuta presenta el caso en las reuniones de formacién y el supervisor, el tera- peuta y el grupo elaboran un plan basdndose en las caracteristicas del TERAPIA ESTRATEGICA 23 caso y en su desarrollo. La supervision basada en el espejo unidirec- cional facilita la adaptacién de la terapia a cada caso. Aprender a tratar con colegas Una de las necesidades de la terapia estratégica es tratar con los co- legas que pueda haber en la periferia de un caso y con los grupos étni- cos implicados. La terapia no es sélo privada. En un caso de libertad condicional, el terapeuta debe hacer intervenir de una manera positi- va al asistente social encargado del caso. Una aptitud importante es saber negociar la medicacién con el psiquiatra que lleve a un cliente. El terapeuta debe tener un buen criterio para determinar cuando se debe hospitalizar a un cliente para que no sea demasiado pronto ni demasiado tarde. Para tratar con casos judiciales hace falta habilidad. En el caso de una familia violenta (véase el capitulo 5) habia hasta seis profesionales que trabajaban por separado con distintos miembros de la familia. El éxito se produjo cuando la terapeuta familiar conven- cid a los demas de que tenia que tratar a la familia entera. Lo logré te- niendo en cuenta a los otros profesionales. La situactén normal Cuando aceptamos la idea de que el cliente esta respondiendo a una situaci6n social es mejor organizar una situacién lo més normal posible y tan pronto como sea posible. Por ejemplo, la capacidad de trabajar y de ganarse la vida es esencial para todos nosotros. Si un adolescente responde a una situacién dificil encerrandose en casa, lo mejor para conseguir que salga de ella es hacer que vuelva a estudiar. Para los jévenes, lo mejor es que actéen en una situacién normal. En el caso de una pareja psicotica que se presenta en el capitulo 10, la su- gerencia del supervisor es tratar a la pareja como si fuera normal y quizds esperar que vayan a trabajar. Jerarquia Cuando dos personas se retinen se forma una estructura de comu- nicacién y, en consecuencia, se plantea un problema de poder. El en- foque estratégico requiere el examen de las estructuras jerarquicas porque la comunicacién se da en esta forma. Un sintoma indica un 24 EL ARTE DE LA TERAPIA ESTRATEGICA problema en una jerarquia. Resolver el sintoma puede exigir un cam- bio en la estructura. El terapeuta en formacién debe aprender a supo- ner qué estructuras familiares son tipicas. Por ejemplo, las estructu- ras evidentes son que los padres no deben formar coaliciones para enfrentarse entre si o que las suegras deben respetar los limites es- tructurales. Estas ideas tan sencillas se entretejen por todo el libro. En el caso de una familia afroamericana (véase el capitulo 7), una in- tervencién primaria consiste en hacer que la madre y los hijos respe- ten al padrastro, elevando asi su posicién en la jerarquia familiar. La evoluci6n de la supervision directa en la terapia estratégica El espejo unidireccional que damos por descontado no surgié sim- plemente de la nada. En la década de 1950 me encontraba en Menlo Park, California, participando en el proyecto Bateson (Bateson, Jack- son, Haley y Weakland, 1956). Estabamos empezando a ver a familias enteras y tuve noticia de que habia un psicdlogo que vefa a familias en un centro de menores de San Leandro. Asi que decidi ir a verle. Como sdlo sabia de unos cuantos terapeutas en el pais que hicieran terapia con familias enteras, siempre era interesante encontrar a otra persona que trabajara con ellas. Conoci al doctor Charles Fulweiler (Haley y Hoffman, 1967) y me enteré de que usaba un espejo unidireccional para formar a ensefiantes en la administracién de pruebas psicoldgi- cas a estudiantes. El ensefante se sentaba detras del espejo y observaba a alguien mientras pasaba una prueba. Me dijo que empez6 a hacer terapia con el espejo. Le pregunté como se le habia ocurrido. Me dijo que le habia venido una familia con una hija delincuente: la habian encontrado borracha en algun lugar del valle y la habfan traido al cen- tro. El doctor Fulweiler le administré unas pruebas psicoldégicas que no revelaron ningtin problema neurético, por lo que supuso que no tenia ninguno. Si las pruebas lo dicen, debe de ser verdad. Asi que la dejé ir y les dijo a los padres que la chica era normal. Dos o tres meses después volvié a aparecer borracha en un bar del pueblo y vol- vieron a traerla. Entonces, el doctor Fulweiler sintié curiosidad por saber en qué habian fallado las pruebas. Se pregunté por primera vez de qué clase de familia venia aquella muchacha. Asi que hizo venir a la familia y los dejé en la sala de entrevistas mientras él se sentaba detras del espejo. Observé a la familia reunida y les vio comportar- se de una manera muy banal. El padre le dijo a la joven: «¢Aqui puedes ‘TERAPIA ESTRATEGICA 25 conseguir cigarrillos?». Y la madre le pregunté: «¢Qué ropa te dejan levar?». Se trataba de una chica que tenia problemas graves. Fulweiler era un hombre muy vehemente. Entré en la sala, hizo salir al padre al pasillo y le dijo: «¢Usted quiere a su hija?». Y el padre respondié: «Si». Entonces Fulweiler le dijo: «Pues entre ahi y digaselo». Asi que el pa- dre entré y, aunque tardé cerca de diez minutos, al final le dijo: «Te quiero». Entonces todos se emocionaron, incluso el padre, La madre rompié a llorar y la muchacha también. La madre dijo: «¢Dénde has estado?». Fulweiler se qued6 tan satisfecho con la interaccién que les pidié que regresaran y volvieran a hacer lo mismo. Luego empez6 una serie de tratamientos. Al principio ponia a la familia en la sala y saca- ba a sus miembros uno a uno para hablar. Luego empezo a entrar él mismo pata reunirse con ellos. Hoy todo el mundo hace una terapia que encaja con la personalidad del terapeuta, pero en aquel tiempo el procedimiento del doctor Fulweiler era insdlito, No queria ser tan ve- hemente con aquella familia, por lo que dejé de entrar para quedarse detras del espejo. Hacia salir a uno de los miembros de la sala y luego le hacia entrar otra vez. Hizo varias cosas con aquel espejo. Después de hablar con él volvi a nuestro proyecto y pusimos un espejo unidi- reccional. A través de él pude ver por primera vez la interaccion real entre los miembros de una familia y no tuvimos que gastar tanto dine- to filmando para poder ensefiar. Empezamos a tener muchos visitan- tes. Todos admiraban el espejo y pensaban que la terapia familiar con- sistia en trabajar detras de él. Al final, la gente empezé a poner espejos por todo el pais. De inmediato se planteé un problema: ¢cémo iba a comunicarse el supervisor con el terapeuta en formacién que se encontraba delan- te del espejo mientras entrevistaba a una familia? Una alternativa era que el supervisor Iamara a la puerta e hiciera salir al terapeuta para hablar con él. Esto solia salvar al terapeuta que se encontrara en difi- cultades y permitia hablar de la situaci6n sin la presencia de los clien- tes. Sin embargo, estas interrupciones perturbaban el desarrollo de las sesiones. La siguiente innovacién en este proceso fue instalar un teléfono en las dos salas, la del terapeuta y la del supervisor. El super- visor usabg el teléfono principalmente para hacer sugerencias siguien- do la linea de un plan fijado de antemano. Mientras observaba a tra- vés del espejo unidireccional, el supervisor podia llamar al terapeuta y hacerle una sugerencia. Cuando el teléfono de la sala de terapia se iluminaba, el terapeuta lo descolgaba, escuchaba y seguia con la en- 26 EL ARTE DE LA TERAPIA ESTRATEGICA trevista. Como las respuestas a las llamadas no debian ser exageradas, las Hamadas eran breves y concisas. Otra intervencién consistia en colocar un «pinganillo» en el ofdo (Neukrug, 1991). La colocaci6n de un pequefio auricular en el oido del terapeuta en formacién permitia darle consejos sin que el cliente lo supiera. Si se usaba mal, este método podfa parecerse a instruir a un robot. El terapeuta tenia que prestar atencién tanto al cliente como al supervisor con la esperanza de no quedarse con la mirada vidriosa. En muchos de los casos presentados en este libro, el principal me- dio de supervisién es el monitor de un ordenador. En general, se co- loca un monitor en la sala de entrevistas de forma que el terapeuta lo pueda ver pero los clientes no. Se informa a los clientes de que la fun- cién del monitor es recibir sugerencias de la sala que se encuentra tras el espejo unidireccional. Los clientes lo encuentran aceptable porque no pueden ver los mensajes. Los mensajes deben ser breves y claros. La supervisién basada en el monitor se desarrollé usando un enfoque estratégico consistente en ofrecer una supervisién directiva y activa en lugar de escuchar de una manera pasiva (Scherl y Haley, 2000). En resumen, las distintas técnicas de supervisién directa no son mutuamente excluyentes y todas se emplearon en esta serie de te- rapias. A veces no es posible. dar una sugerencia concisa en el moni- tor del ordenador y el supervisor debe explayarse més con el terapeu- ta; en estos casos, hace que salga de la sala de entrevistas para hablar con él, éQué es un diagndstico? En el campo de la terapia siempre se ha dado una confusi6n en re- laci6n con el diagnédstico. Los objetivos de la terapia y las maneras de definirlos siempre han sido poco claros. A medida que cambia la ideo- logia, las maneras de etiquetar lo que esté mal pueden cambiar. Por ejemplo, el objetivo puede ser ayudar a comprender o podria ser ofre- cer al cliente una experiencia de crecimiento. ¢Y eso qué es? ¢Cémo se mide? ¢Cual es el resultado que el terapeuta debe considerar un €xito o un fracaso? Estas preguntas se han venido planteando en este campo desde la década de 1950. No se pueden evitar. Aqui podemos especificar el tipo de diagnéstico adecuado para la terapia estratégi- ca. Hay varias cuestiones que se deben aclarar. TERAPIA ESTRATEGICA 27 El problema puede ser una persona, dos personas tres o mas per- sonas. Por ejemplo, una mujer busca terapia porque no puede dejar de comer. Ese es su problema. Las rifias con su marido hacen que este problema sea de dos personas. Su madre culpa a su marido y el pro- blema es de tres personas, etc. La mujer es la misma. La eleccién dela unidad tendré una influencia decisiva en la forma de contemplar el diagnéstico por parte del terapeuta. En otro ejemplo, a un nifio de 12 afios se le diagnostica una depre- sién y no quiere ir a la escuela. El nifio es el problema. Cuando su pa- dre insiste en que vaya a la escuela, el nifio se deprime mas y su madre discute con su padre. De nuevo vemos un triangulo. Los problemas del diagnéstico se pueden ilustrar con otro caso. A una asistente social se le asigné un nifio de 5 afios que prendia fuegos. No solo prendia fuegos en casa y en la escuela, sino que andaba por la oficina echando fésforos encendidos en !as papeleras. La asistente protesté diciendo que no sabia qué hacer con un pirémano. Se le dijo que se asignaria mas personal al caso para ayudarle con el problema. Unas semanas y unas cuantas fogatas después, se convocé una reu- in de personal y todos hablaron del caso. Al cabo de un rato, el di- rector de la oficina dijo que era un problema edipico muy claro, se levanté, y dio la reunién por finalizada. La asistente social se senté y rompis a Ilorar. No habia oido ni una palabra sobre lo que tenia que hacer. Un terapeuta que pasaba por allf le pregunté qué le ocurria. Ella le conté lo sucedido. Pensando como un conductista, el tera- peuta le dijo: «Bueno, vamos a ver, para encender un fuego tienes que encender fésforos. Podemos arreglarlo». Le dijo que le diera un pe- nique al nifio por cada diez fosforos que trajera sin encender. «Lo podras hacer?», le preguntd a la asistente social. Ella le dijo que pro- baria cualguier cosa. Acordé el plan con los padres y el nifio se puso contentisimo con el dinero. Los padres estaban encantados de que alguien les brindara un poco de ayuda. El nifio dejé de encender fo- gatas, Tradicionalmente, los diagnésticos eran conjuntos de ideas que se usaban para clasificar a los clientes con fines administrativos. Lo que se necesitaka, y atin se necesita, son diagndsticos disefiados para la te- rapia. Es evidente que serian conjuntos de categorias de cardcter prac- tico y faciles de entender que guiarian la actuacién del terapeuta para que la terapia tuviera éxito. Atin esperamos que un terapeuta ofrezca esta sencilla idea. 28 EL ARTE DE LA TERAPIA ESTRATEGICA Cémo dar directivas La habilidad en el uso de las directivas es esencial en la terapia es- tratégica cuando se comprende que la accién provoca el cambio y que la conversacién no lo hace a menos que contenga directivas. Los profesionales que se sienten incémodos diciendo a los clientes lo que deben hacer deben tener presente que es imposible xo dar directivas. Ray Birdwhistell, la autoridad del body-movement, calculaba que dos personas intercambian 100.000 mensajes por minuto durante una con- versacién. Asi es de complejo el intercambio de una comunicacién. Carl Rogers, que preferia decir que sus directivas no eran directivas, pare- cia dar unas directivas manifiestas cuando hablaba con un cliente. En realidad, parecia dar unas directivas manifiestas aunque dijera que no queria que el cliente esperara que le dijera lo que tenia que hacer. El terapeuta no puede ser neutral. En la era de la terapia no directiva es dificil recibir formacién para seleccionar y dar directivas. La gente suele oponerse a las directivas porque no sabe cémo darlas. Una fuente de directivas es el doctor Mil- ton H, Erickson (Haley, 1973, 1985, 1993). A modo de ejemplo: una mujer levé al doctor Erickson a su hijo de 50 afios diciendo que era in- omne fe bases: wesley sescodaecttin delle, Gece: wPlaianiexe ened: leer un libro porque no deja de molestarme», El doctor Erickson no les ayud6 a comprender su necesidad de dependencia mutua. En cambio, le dijo a la mujer que queria que se adentrara una milla con su hijo en el desierto. Luego tenia que hacer salir a su hijo del automdvil (podia ver que la madre era mas fuerte). Luego tenia que conducir una milla mas y detener el automévil. A continuacién, debia quedarse sentada dentro del coche con el aire acondicionado en marcha y leer el libro. Su hijo tendria que llegar hasta el coche andando bajo el sol y este ejercicio le iria bien. A la madre esta idea le gusté, pero al hijo no. Cuando vol- vieron a la semana siguiente la mujer habia hecho este recorrido de la milla tres veces. La madre estaba contenta. El hijo no. El hijo pregunté: «éNo podria hacer otro ejercicio que no sea a pleno sol?». «¢¥ qué al- ternativa propones?», pregunto el doctor Erickson. El hijo dijo: «Pues podria ir a la bolera y, mientras juego, mi madre se puede sentar y leer el libro». Esto les parecié bien a los dos. También se asignaron otras ta- reas que ayudaron al hijo a desvincularse de su madre. Milton Erickson usaba la hipnosis para cambiar el pasado y lo hacia muy bien. ¢Ha ofdo el lector hablar del «hombre de febrero»? TERAPIA ESTRATEGICA 29 Se trata de un caso donde el doctor Erickson cambié el pasado. Una mujer acudié a su consulta diciendo que era solitaria y que siem- pre habia sido asi. Tenia miedo de tener hijos porque no creia que los pudiera criar adecuadamente ya que habia tenido una infancia muy in- feliz. Asi que el doctor Erickson la hipnotiz6. La hizo regresar a su infancia y le hizo imaginar que volvia a ser una nifia. Un hombre vino a visitar a su padre y ella le dejé entrar. En aquel momento su padre no estaba en casa y ella se puso a hablar con el visitante. Le llamaba «el hombre de febrero» porque vino en febrero. Pasé un rato agrada- ble con aquel hombre y lo recordaba con agrado. Luego Erickson la llevé unos afios mas adelante y el hombre de febrero volvié a Ppresen- tarse. Erickson los condujo por una experiencia en la que jugaban juntos y ella disfrutaba de los ratos que pasaba con él. Luego volvié a llevarla adelante dos o tres afios mas, cuando ya era mayor, y después la llevé hasta la edad adulta y la desperté. La mujer empezé a disfru- tar de la experiencia que habia tenido. Dijo: «La verdad es que mi pa- sado no fue tan malo». Es discutible si lo que hizo el doctor Erickson es ético 0 no. ¢Debemos cambiar el pasado de un cliente aunque este cambio pueda tranquilizar su mente? Esta es la clase de preguntas que se plantean cuando empezamos a actuar para cambiar a la gente con directivas. Erikson es el unico que se propuso deliberadamente cambiar el pasado mediante la hipnosis para ver hasta dénde se podia llegar. La hipnosis ofrece un buen entrenamiento para dar directivas. Aunque no Ia utilicemos, nos ensefia a escuchar con atencién, porque vamos a hacer algo con cuidado y nos ensefia a ser precisos. Si le de- cimos a una persona que su mano se hard mds y mds pesada y que sentir el deseo de alzarla, nunca alzar4 la mano porque no le hemos pedido que lo haga. Le hemos dicho que sentiria el deseo de alzarla. Cuando nuestras directivas alcanzan este nivel de precisién, nuestros resultados mejoran. Un sintoma bien definido se sucle resolver rapi- damente con la hipnosis. Nos ensefia a contemplar las cosas con mas amplitud, de una manera mas metaférica. Pensamos cosas que no ha- biamos pensado. Es un fenémeno curioso. También es un fenémeno misterioso en algunos aspectos. A veces tenemos un éxito extraordi- nario y no siempre sabemos por qué. Una de las cosas que se empeza- ron a probar fue la hipnosis con una familia entera y nunca acabé de funcionar, aunque con las parejas si. 30 EL ARTE DE LA TERAPIA ESTRATEGICA Tipos de directivas Una manera de clasificar las directivas es agruparlas en directivas directas e indirectas. Cuando el terapeuta tiene poder, basta con una di- tectiva directa. Cuando el cliente necesita trabajar indirectamente, se pueden usar directivas indirectas. Por ejemplo, si un hombre bebe y maltrata a su mujer, se le puede decir que deje de hacerlo. Si deja de hacerlo, la directiva directa ha funcionado. Si bebe y maltrata a su mujer mds que antes, sera necesario adoptar un enfoque indirecto. Las directivas directas incluyen consejos, coaching, pruebas exigentes y penitencias. Las directivas no empiezan con la directiva misma, sino con el establecimiento de una relacién de confianza. Las directivas em- piezan con un saludo, mostrando empatia € interés, y compartiendo, todo lo cual hace que el cliente quiera hacer lo que le decimos. Haley tuvo el caso de una pareja con un nifio pequefio de 2 afios. Querian saber si la terapeuta creia que el nifio estaba preparado intelectual- mente para ir al parvulario, La terapeuta examin6 al nifio en la sala con y sin los padres y concluyé que estaba preparado. Los padres no podian acudir a sus propios padres en busca de consejo y la terapeuta se lo dio. Podemos dar coaching a una mujer para que recupere a su matido oa un adolescente para que se lleve mejor con sus padres, En las pruebas exigentes (Haley, 1984) el terapeuta le dice a alguien que haga algo mas duro que el sintoma, con lo que abandonan el sintoma. Organizamos Ia situacién de forma que cada vez que tengan el pro- blema, hagan algo que sea bueno para ellos. La técnica de las pruebas exigentes fue creada por el maestro Mil- ton Erickson. Una persona que sufria de insomnio vino a verle. Le dijo que por la noche dormia unas dos horas y que se sentia agotado en el trabajo. Pidié ayuda a Erickson para superarlo. Erickson le pre- gunté al cliente qué cosa deberia hacer mas de lo que hacia. El clien- te dijo que deberia leer mas libros. Erickson organizé la prueba di- ciendo: «Quiero que se acueste usted esta noche, pero sin acostarse. Quiero que se ponga el pijama y se prepare para dormir. Quiero que lea esos libros toda la noche, y como estando sentado y leyendo po- dria caer dormido, quiero que se ponga sobre la colcha toda la noche y lea los libros». El cliente hizo lo que se le dijo durante tres noches. Cada noche pensaba que podia acostarse y cerrar los ojos unos mi- nutos. Y se quedaba dormido. Dormia toda la noche y se despertaba para empezar la jornada de trabajo a las siete de la mafiana. Enton- ‘TERAPIA ESTRATEGICA 31 ces se sintié culpable pensando que le debia una noche a Erickson y decidié que se prepararia por si esto volviera a pasar. Salié y se com- pro una serie de obras de Dickens por si alguna noche no dormia. Le es més dificil leer a Dickens toda la noche que irse a dormir, asi que se va a dormir, Otra directiva directa es la penitencia. Establecemos para la per- sona una penitencia que sea Util para otras personas. Nos vienen personas que se sienten fatal y que se sienten culpables por lo que han hecho y hablan de su culpa, Debemos darles algo que hacer para que la afronten. Un terapeuta recibié una llamada de una mujer que decia tener un hijo de 18 afios que iba a matarse, por lo que lo in- gresaron en el hospital. Se lo tomaron en serio cuando dijo que se mataria en la fecha en que se habia suicidado su hermano. El tera- peuta sugitié que lo sacaran de alli y les dijo a los padres que habla- ran de todas las cosas agradables que el otro muchacho habria hecho si hubiera vivido. Era boy-scout. Los padres y el hijo de 18 afios estu- vieron encantados. El chico sabia perfectamente lo que su herma- no habria hecho, por lo que quiso salir del hospital y hacer esas co- sas. Toda la familia se sentia muy culpable y el terapeuta les dio algo que hacer. Las directivas indirectas se usan cuando los terapeutas carecen de poder en la situacién. Como ejemplos de directivas indirectas cabe ci- tar prohibir que las personas cambien, aconsejarles que sigan como estan, imponer una paradoja, usar una comunicacién metaférica, fijar tareas absurdas y no hacer nada para provocar frustracién. Un cole- ga, Neil Schiff, ofrece un ejemplo de directiva absurda. Un pediatra le derivé una mujer. Su hijo se orinaba en Ja cama y siempre lo habia hecho. Neil le dijo lo que dirfa un terapeuta directivo: «¢Esté usted dispuesta a hacer lo que sea para superar el problema?». Ella res- pondi6: «Si». El doctor Schiff le dijo: «Quiero que le dé 50 délares a su hijo cada vez que moje la cama». La mujer contesté: «Vale». El nifio gané 150 délares. Mojé la cama tres veces y luego dejé de ha- cerlo: Cuando la madre se lo conté al pediatra, éste le dijo: «Ese hombre esta loco. No se premia a un nifio por un sintoma que se in- tenta eliminar». La madre contesté: «Pues a mi no me importa. Ha dejado de mojar la cama». La tarea los habia abrumado por ser tan absurda. 32 EL ARTE DE LA TERAPIA ESTRATEGICA Paradojas La terapia estratégica es conocida por su interesante uso de las pa- radojas. También la idea de la paradoja es sencilla, pero dificil de lle- vat a cabo, Requiere formacién. En general hay dos tipos. Uno consis- te en impedir que el cliente mejore. Por ejemplo, el terapeuta le dice aun cliente: «Creo que puedo ayudarle a superar este problema, pero no estoy seguro de que esté usted preparado». Podemos decir: «Si us- ted cambia, ecudles seran las consecuencias?». <¢Qué hard el marido si la mujer se autoafirma?» Adoptamos una postura donde en lugar de tirar de la gente para que cambie, es la gente la que tira de noso- tros para cambiar. Luego se pueden introducir varios retrasos hasta que el cliente insista en la terapia. El segundo procedimiento parad6- jico, que es el mas frecuente, consiste en animar al cliente a que tenga un sintoma cuando se encuentra alli para librarse de él. Cuando se hace bien, este procedimiento tiene un efecto curioso. Se puede usar el mismo enfoque con las parejas que tienen problemas. Podemos programar las peleas de una pareja. Hagdmosles elegir una noche y una hora, digamos de ocho a diez de la noche, para que nadie les in- terrumpa y puedan discutir largo y tendido. En general no lo haran. Otro caso de Haley ilustra una intervencién paraddjica que tuvo un resultado polémico. «Un hombre me trajo a su esposa, que practi- camente no salia de casa. Sélo podia salir de casa con él 0 con su ma- dre. El hombre queria que su mujer cambiara. Vi a los dos cényuges juntos y les dije que iba a pedirles que hicieran algo tonto. Le dije al marido que cuando saliera a trabajar a 1a majiana siguiente le dijera a su mujer que se quedara en casa. El hombre sabia que su mujer no saldria, pero de todos modos queria que se lo dijera y que hiciera lo mismo cada maifiana hasta que los viera a la semana siguiente. A la pa- reja parecié hacerle mucha gracia esta propuesta y, a la majiana si- guiente, cuando el hombre le dijo a su mujer que se quedara en casa, los dos se echaron a reir. La segunda majiana ya no fuc tan divertida. La tercera majfiana, después de que su esposo le hubiera dicho que se quedara en casa, la mujer se fue sola al supermercado del barrio por primera vez en siete afios. En la siguiente entrevista me encontré con un marido muy disgustado que se preocupaba por saber adénde iria su mujer y con quién si empezaba a salir sola. La mujet reconocié que muchas veces habia dicho que si salia de casa lo harfa con la maleta en la mano.» TERAPIA ESTRATEGICA 33 ETAPAS DE UNA TERAPIA PARADOJICA 1. Establecer una relacién definida en funcion de provocar el cam- ‘bio: esto suele estar implicito en el hecho de que alguien pida terapia y pague por ella. Se debe poner de relieve discutien- do explicitamente con la persona cémo quiere superar el pro- blema. . Definir el problema con claridad: cuanto ms precisa sea la defi- nicién del problema, mds facil sera seguir el procedimiento. (Una excepcidn es cuando el problema es la ambigiiedad.) . Establecer los objetivos con claridad: cuanto més claros sean los objetivos del terapeuta, menos probabilidades habra de dis- traccion. Es posible que el terapeuta acuerde un objetivo con el cliente aunque esté pensando en un objetivo diferente. 4. Ofrecer un plan: al preparar el marco para dar una directiva parad6jica puede que sea necesario ofrecer una base para ha- cerla razonable. A veces basta con seguir adelante y dejar el plan implicito para evitar debates, pero en general se deben ofrecer unas directrices. Por ejemplo, un marco descondicionador es adecuado para los clientes que piensan en funcién de la teoria del aprendizaje. |. Establecer con tacto la autoridad actual sobre el problema: es im- portante que esto no suponga un desprecio que provoque anta- gonismo, sino un acto benévolo y definido con el propésito de ser util. 6. Volver a destacar que el marco estd disehado para provocar el cambio. 7 Dar una directiva paraddjica: en esencia, esta directiva no debe cambiar. Puede consistir en fomentar la conducta, la estructura o fa secuencia habituales. Puede ser implicita, como fomentar un sintoma, o explicita, como pedir a alguien que «finja» tener el problema. Si es explicita, el cliente puede fingir que tiene el _ problema manifiesto, como un nifio que tiene miedo por la no- che, o un problema encubierto, como cuando quien de verdad tiene miedo es la madre y no el nifio. 8. Observar la respuesta y seguir fomentando la conducta habitual: el terapeuta no debe transigir ante una mejora causada por la rebeldia o el disgusto y debe volver a recalcar el plan. Definir el cambio como falta de cooperacién. Puede ser necesario ofre- N we we 34 EL ARTE DE LA TERAPIA ESTRATEGICA cer otra raz6n para seguir con la conducta habitual, como fo- mentar una recaida porque la mejora ha sido demasiado rapida. 9. A medida que se produzca el cambio, el terapeuta debe evi- tar atribuirse el mérito: atribuirse el mérito supone el riesgo de una recaida en relacién con el terapeuta. Aunque podria ser mas agradable «compartir» con el cliente cual ha sido el procedimiento, supone arriesgarse a una recaida por propia comodidad. Una manera de evitar el mérito es mostrarse desconcertado sobre la razén de que se haya producido la mejora. 10. Empezar la desconexion, quizd mediante un cese temporal, y fi- nalizar la terapia cuando el cambio se estabilice. Los casos de este libro ilustran todas las clases de directivas, des- de las més directas, como «Escribe una carta a tu padre» en un caso de terapia familiar a distancia o «Incorporar al padre a la terapia», hasta las mas indirectas, como «¢Puede protegerte tu espititu guia?», o de- cirle a una nifia pendenciera que «se turne siendo mala» con su her- mana mis pacifica. Etapas de la vida familiar Las personas pueden pasar discretamente de una etapa de desarro- Ilo a Ja siguiente. En muchas sociedades, el hecho de convertirse en un adulto esté acompajiado de un ritual formal, obligatorio y que se realiza repetidamente, con frecuencia en un contexto religioso. Un objetivo de la terapia es que las personas pasen por las etapas dificiles de la vida fa- miliar. Los terapeutas intentan hacer pasar al cliente a la siguiente eta- pa. Haley desarrollé este marco en Terapia no convenctonal (1973) pata presentar la terapia de Milton Erickson. Se dan transiciones del naci- miento a la infancia y luego a la nifiez, a la escuela, a la adolescencia, a irse de casa, a ser padre, a ser abuelo y a afrontar la vejez. Con frecuen- cia, un cliente se bloquea en una de estas etapas y se le debe ayudar a superarla, En general, un sintoma indica un problema relacionado con una etapa de la vida y guia al terapeuta hacia un enfoque. Los proble- mas psicoldgicos no surgen al azar en la vida de una familia. Se agrupan en torno a ciertos puntos. Una manera de concebir este ciclo es verlo como etapas de compromiso. Durante el noviazgo siempre podemos pensar que el divorcio es posible. Con la llegada de un hijo hay mds TERAPIA ESTRATEGICA 35 compromiso para cuidar de él y acordar cémo hacerlo. El parto tiene sus problemas especiales. El marido puede desarrollar sintomas de embarazo conocidos como couvade durante el embarazo de su esposa; se ha observado en muchas sociedades incluida la nuestra. En otras culturas, un ritual marca el paso de un hombre del matrimonio a un matrimonio con un hijo. Una tarea de la terapia debe centrarse en el he- cho de que afirme sus derechos paternos sobre el recién nacido. Cuan- do alguien entra en una familia se pueden plantear graves problemas. Las mujeres pueden tener serios problemas en este momento. Cuando el nifio va a la escuela, empieza a desvincularse de la familia. Luego vie- ne la adolescencia, que es la etapa mas ambigua. Se encuentra a medio camino entre estar en casa como un nifio e irse de casa como un adulto. Los objetivos son vivir fuera de casa y ganarse la vida. Irse de casa es la etapa més dificil. Un nifio puede tener muchas funciones en la familia que cambian cuando surge la amenaza de irse de casa. Irse de casa tiene varias etapas diferentes (Haley, 1996). Algunas son positivas. Pero sue- len surgir problemas graves cuando un hijo se va de casa después de ha- ber actuado de puente entre los padres durante muchos afios. Cuando un hijo se va de casa y abre un espacio en el hogar todas las relaciones se revisan. El terapeuta y los padres con frecuencia se enfrentan a un hijo disgustado y a un padre disgustado que observa cémo se va el hijo. Cuando Jay Haley queria probar las relaciones familiares, buscé una fa- milia normal para aplicarle la prueba. Un vecino se ofrecié. El dia que la familia tenia que acudir a la prueba, llamaron diciendo que ya no eran una familia normal. Su hija se iba a la universidad y su hogar habia caido en el caos. (Cuando el hijo se va de casa y se viene abajo —con lo que no puede irse— su desmoronamiento intenta mantener la esta- bilidad del hogar.) El objetivo es fundar una familia y producir una fa- milia propia y los padres sobreviven a ello. Por ultimo, estan el retiro y la vejez, con todos los impedimentos propios de la edad. Un caso ilustra que el hecho de pasar a la siguiente etapa puede normalizar un problema. Haley tenia el caso de una mujer joven a la que le temblaba la mano derecha. Temblaba de una manera irregular y las pruebas neuroldgicas no revelaron causas fisicas. Le fue deriva- da para hipnosis. Haley le pregunté qué pasaria si el problema em- peorara. Ella dijo: «Perderé mi trabajo». Haley le pregunté: «¢¥ qué pasar si pierdes el trabajo?». Ella dijo con un suspiro: «Mi marido tendré que trabajar». Los padres se oponian a que su hija mantuviera al marido e intentaban romper el matrimonio. La hija se quedé em- 36 EL ARTE DE LA TERAPIA ESTRATEGICA barazada y dejé de trabajar, y su marido tuvo que ponerse a trabajar para mantener a la familia. Los padres que querian que su hija volvie- ta no quisieron que volviera con un bebé. Empezaron a apoyar al ma- trimonio en lugar de intentar romperlo. Esto pasé durante las etapas naturales de hacerse independiente. La familia pasé de una etapa del matrimonio al nacimiento de un hijo, to que normalizé el problema. Hoy en dia existen muchas formas alternativas de familia y los te- rapeutas deben trabajar con familias monoparentales, mixtas 0 gays, integrando padrastros y madrastras y afrontando la multiplicacién de abuelos en las familias en crisis. Este libro ilustra algunas de las estra- tegias empleadas. Problemas éticos Las cuestiones éticas tienen una impotancia especial para la tera- pia estratégica porque la terapia es breve y directiva. El terapeuta que adopta este enfoque es eficaz y en ocasiones severo. Si un terapeuta se limita a sentarse pasivamente y decir: «Hablame mas de esto», no se arriesga a una accién que se deba controlar. Quizé sea util esbozar algunos aspectos éticos basicos de esta terapia. 1. El terapeuta no causaré dafio. Sélo se utilizarén procedimien- tos de terapia que el terapeuta esté dispuesto a experimentar él mismo 0 a que los experimenten su esposa y sus hijos. 2. No habré etiquetas de diagnéstico que dafien la reputacidn so- cial de una persona. 3. El terapeuta no pedira a un cliente que emprenda alguna ac- cién perjudicial, inmoral o ilegal, ni siquiera como intervencién directiva o paradojica. 4. No se usara ninguna intervencién de terapia que tenga sus ori- genes en el deseo de venganza del terapeuta. 5. El terapeuta no hard terapia con nadie a quien defina como in- curable, 6. El terapeuta es responsable de los resultados de la terapia y no puede culpar de ellos a otras personas. 7. La terapia no se debera confundir con la medicacién usada para el control social. 8. El terapeuta no intentara hacer terapia en un contexto de con- trol social, como un hospital psiquidtrico o una prisién, cuando TERAPIA ESTRATEGICA 37 el alta o la puesta en libertad se site en un futuro indefinido y no haya un plan de terapia. Origen étnico El mundo de los clientes y los terapeutas ha cambiado. El origen étnico estd presente en las escuelas. Una escuela local tenia un «dia de las etnias». Estaban representados ciento ochenta y siete grupos étnicos diferentes. Un porcentaje de ellos podria pedir terapia. Por lo menos hay dos maneras de abordar la etnia. Una manera es comprometerse uno mismo comprendiendo, entendiendo y expresan- do ideas de la terapia en el marco de referencia del cliente. Esto su- pone intentar adaptar las ideas étnicas como método para unirse a la familia. Por ejemplo, cuando una familia emigra a Estados Unidos, se enfrenta al problema de la confusién en la jerarquia familiar: gquién esté al frente? La disciplina y los malos tratos se pueden confundir en algunas culturas. La otra manera es suponer que las familias de todas las culturas son iguales, por lo menos en parte. El terapeuta busca aspectos uni- versales. Al adoptar este enfoque no nos centramos en las diferencias culturales y, con independencia del grupo étnico, nos centramos en la estructura y las ideas compartidas de las familias que provocan el cambio en un problema concreto. Al tratar con un grupo étnico hay unos factores que se deben tener en cuenta: 1. ¢El caso ha llegado por via judicial? 2. ¢La educacién de los padres influye en la educacién de los hijos? Algurios casos son tan insdlitos que debemos hacer un plan para un caso concreto que no tiene nada que ver con la familia. Por ejem- plo, un hombre llego a una sala de urgencias del noroeste y no habla- ba inglés. El personal mando lamar a un traductor para saber por qué estaba tan alterado. Llegé un traductor que fue presentado al pa- ciente. El traductor se enfad6 y se nego a hablarle. Al final, el perso- nal se enteré de que el traductor era vietnamita y que el paciente era camboyano. El camboyano no queria hablar con el vietnamita. El problema médico era dificil de tratar a causa de un problema que no tenia nada que ver con la familia y si con Ja guerra. 38 EL ARTE DE LA TERAPIA ESTRATEGICA Hoy en dia, la sensibilidad cultural es politicamente correcta y, con frecuencia, la exploracién cultural puede prolongar la terapia en lugar de hacer que mejore. Cuando utilizar sistemas de creencias y cuando minimizarlos es una decisién que el terapeuta debe afrontar practicamente en cada caso donde los terapeutas y los clientes pertene- cen a etnias distintas. En general, y con independencia del grupo étnico o del diagnéstico, la cortesia y el respeto por las diferencias culturales son necesarios. Hoy en dia, los programas de formacién tienen clientes y terapeu- tas muy diversos. Los clientes van desde la clase media hasta la indi- gencia. Proceden de muchos grupos étnicos. Los que no hablan in- glés necesitan un traductor. Los casos presentados en este libro se han elegido porque son adecuados para la formacién y plantean cues- tiones pertinentes al campo. Los casos se organizan para dar un enfo- que estratégico gradual a cada caso. Incluyen el tratamiento de pro- blemas conyugales, violencia infantil, delincuencia, tratamientos por orden judicial, consumo de alcohol u otras drogas, vivir en refugios, conflictos de parejas de distintos grupos étnicos, posesién de espiri- tus, conducta psicética y hacer diagndsticos. La terapia estratégica es una terapia activa y, cuando tiene éxito, es la forma més interesante de terapia para el cliente, para el terapeuta y para el supervisor. BIBLIOGRAFIA Bateson, G., Jackson, D., Haley, J. y Weakland, J. (1956), «Toward a theory of schizophrenia», Behavioral Science, n° 1, pags. 251-264. Haley, J. (1973), Uncommon therapy: The psychiatric techniques of Milton H. Erickson, M.D., Nueva York, Norton (trad. cast.: Terapia no convencio- nal: las técnicas psiquidtricas de Milton H. Erickson, Buenos Aires, Amo- rrortu, 1980). (1984), Ordeal therapy: Unusual ways to change behavior, San Francisco, Jossey Bass (trad. cast.: Terapia de ordalta: caminos inusuales para modrfi- car la conducta, Buenos Aires, Amorrortu, 1987). (1985), Conversations with Milton H. Erickson, M.D. (tomos 1-3), Nue- va York, Triangle Press/Norton. (1993), Jay Haley on Milton H. Erickson, Nueva York, Brunner/Mazel. (1996), Leaving home (2* ed.), Nueva York, Brunnet/Mazel (trad. cast.: Trastornos de la emancipacién juvenil y terapia familiar, Buenos Aires, Amo- rrortu, 1985). TERAPIA ESTRATEGICA 39 Haley, J. y Hoffman, L. (1967), Techniques of family therapy, Nueva York, Basic Books (trad. cast.: Técnicas de terapia familiar, Buenos Aires, Amo- rrortu, 1989). Neukrug, E. S. (1991), «Computer-assisted live supervision in counseling skills training», Counseling Education and Supervision, n° 31, pags. 132- 138. Scherl, C. R. y Haley, J. (2000), «Computer monitor supervision: A clinical note», American Journal of Family Therapy, n° 28, pigs. 275-282. 2. EL ORIGEN ETNICO EN LA TERAPIA ESTRATEGICA Los terapeutas de hoy no sélo deben aprender a comprender la va- tiedad de personalidades y de psicopatologias que entran en la tera- pia, sino que también deben tratar con una sorprendente variedad de grupos étnicos. Las familias desplazadas estan inundando los siste- mas de salud mental de todo el mundo y muchas areas urbanas de Estados Unidos se componen ahora de un abanico de minorias, Con mas de cien culturas que emigran a Estados Unidos hoy en dia, mu- chas de ellas con familias en crisis, no se puede esperar que los tera- peutas entiendan todas las costumbres, los estilos, los simbolos y las normas de conducta, sobre todo las creencias y las practicas relaciona- das con la salud y la enfermedad; no obstante, se espera que las traten. Los terapeutas no pueden comprender por completo todas las culturas y deben decidir qué material étnico es pertinente a la terapia. ¢Deberia el mundo académico dar prioridad a formar a los terapeu- tas en las diferencias étnicas? ¢Puede un terapeuta provocar el cam- bio terapéutico en un cliente sin trabajar con su sistema de cteencias? Cuenta el origen étnico cuando es un juzgado y no la cultura quien dicta cémo se debe comportar una persona en su familia, por ejemplo en relacién con la violencia doméstica? El sistema judicial esta dise- fiado para hacer cumplir las reglas de la cultura dominante, aunque hoy eg dia a veces no estd claro quién domina. ¢Deberian los terapeu- tas participar en la defensa de una politica social? Para complicar més las cosas, los terapeutas no pertenecen a un nico grupo cultural. En los programas de supervisién no es raro ver a terapeutas en practicas de todo el mundo encargandose de casos de todo el mundo. En un dia normal, Richeport-Haley observé a tera- peutas en practicas alemanes, filipinos, argentinos, puertorriquefios € 42 EL ARTE DE LA TERAPIA ESTRATEGICA istaelies tratando a familias de origen centroamericano, sudameri- cano, afroamericano y japonés. Hoy en dia, y en todas partes, los te- rapeutas deben tratar casos con culturas distintas a la suya. Como antropéloga que trabaja como consultora de salud mental en Estados Unidos, Puerto Rico y Brasil, siempre he creido importante descri- bir las diferencias culturales con detalle por suponer que esta infor- macién mejoraria la comunicacién entre los profesionales de la salud y sus clientes (Richeport, 1975, 1984, 1985a, 1985b, 1985c, 1988, 2002). Sin embargo, la observacién de esta terapia directiva orien- tada a la familia me ha ofrecido otro punto de vista. Lo ideal seria que los terapeutas fueran expertos en distintas culturas ademas de ser expertos en todas las otras areas de la terapia, pero esto, ¢seria practico? El origen étnico se puede definir como lo hacia Weidman (1978): «La afiliacién étnica se basa principalmente en la enculturacién en una estructura de significado cognitivo y conductual que proporcio- na la cultura y que se transmite de una forma perdurable de una ge- neraci6n a otra [...] Se puede determinar teniendo en cuenta térmi- nos lingiiisticos, pautas de matrimonio, redes de amistades étnicas, socializaci6n en enclaves étnicos establecidos y autodefinicién en ciertos casos» (pags. 16-17). La etnia difiere de la raza, que «es una categoria de personas que estan relacionadas por una herencia o un linaje comin y que se perciben —y se responde a ellas— en funcién de rasgos o caracteristicas externas». La etnia se refiere a «una cultu- ray unos estilos de vida compartidos» (Wilkinson, 1993, pag. 19) que con frecuencia supera los limites raciales. Esta terapia minimiza la importancia del origen étnico como fac- tor esencial para provocar el cambio. Haley (1996) se centra en los cambios estructurales de la familia. Estos cambios pueden ser simila- res entre grupos étnicos. Los terapeutas que adoptan este enfoque se centran mds en cuestiones relacionadas con la inmigracién que en las diferencias culturales. Animan a las familias a integrarse en la socie- dad dominante por medio de la accién, no mediante la reflexién so- bre sus raices, La terapia no es una terapia de comprensién. Es mas una terapia de resolucién de problemas que una terapia centrada en cambiar la ideologia. En la situacién de inmigracién, la terapia con grupos diferentes permite considerar qué tienen en comtin las culturas en su reaccién al cambio social. Pueden darse pautas repetitivas que estan mds relacio- EL ORIGEN ETNICO EN LA TERAPIA ESTRATEGICA 43 nadas con las reacciones a la emigracién que con las creencias étnicas. Por ejemplo, una esposa puede ltegar a Estados Unidos y tener una movilidad social superior a la de su marido porque puede conseguir un trabajo y su marido no, El estatus jerarquico del marido es incier- to y, a veces, este cambio hace que el marido se deprima 0 sea violento y acabe recibiendo terapia. Esta sucesién es comin a una variedad de culturas muy diferentes. Las situaciones de coalicién son evidentes en distintas culturas. En la mayoria de las culturas, una suegra, o los abuelos, tienen poder para romper un matrimonio. Una de las opor- tunidades que ofrece esta situacién es que podemos determinar qué tienen en comin desde un punto de vista estructural culturas apa- rentemente diferentes. Por ejemplo, aunque un padre indonesio y un padre nicaragiiense tenian unos sistemas de creencias totalmente di- ferentes, presentaban el mismo problema: los dos habian sido dete- nidos por maltratar a sus esposas y los dos debian recibir terapia por orden judicial. En ambos casos, la familia se habia trasladado a Esta- dos Unidos y la esposa habia encontrado trabajo y habia empezado a afirmarse mas como mujer estadounidense. El marido, incapaz de en- contrar trabajo y viendo que su estatus se habia reducido, maltrataba asu esposa. Al ser detenido, supo que en esta cultura va contra la ley pegarle a la propia esposa. En estos casos, la tarea del terapeuta no es entender las diferencias culturales, sino saber cémo debe intervenir para que la violencia cese y estos problemas se aborden de otra mane- ra. Un objetivo puede ser, en el caso del marido, provocar un ascenso de su estatus, y en el caso de la esposa, que tenga una vida mas rica que antes al obtener los derechos de las mujeres en Estados Unidos, su pais de adopcién. El enfoque estructural organico a la terapia familiar permite resol- ver problemas cuando existe una comunicacién minima entre tera- peuta y cliente. Haley recuerda la experiencia de un psiquiatra italia- no en practicas que apenas hablaba inglés y que trataba a una mujer afroamericana que hablaba un dialecto del inglés que le era dificil de entender. La supervisién directa hizo posible ofrecer sugerencias para aclarar malentendidos. De este modo se resolvié el problema del nifio, y los dos adultos —cliente y terapeuta— acabaron congenian- do. En parte, el problema de la madre con el nifio surgié del hecho de que ella y su madre no podian ponerse de acuerdo sobre la mane- ra de criar al nifio. El terapeuta ayud6 a las dos mujeres a resolver sus diferencias porque comprendia aspectos de su problema gracias a su 44 EL ARTE DE LA TERAPIA ESTRATEGICA experiencia con unos problemas similares entre su propia madre y su abuela en Italia. Cuando nos centramos en la familia, las similitudes interculturales hacen posible el tratamiento por parte de un terapeuta cuya cultura difiere de la del cliente. Otra dificultad tipica es que la brecha generacional creada por la situacién de inmigracién puede hacer que los hijos se avergiiencen de sus padres y reciban més influencia de sus compafieros y ensefiantes. Los padres son incapaces de disciplinar a sus hijos y pueden recurrir alos malos tratos. El maltrato y la disciplina difieren de distintas ma- neras en distintas culturas. Ademés, las culturas no sélo pueden ser diferentes entre si, sino que dentro de una cultura dada puede haber variaciones intraétnicas a causa de diferencias relacionadas con la si- tuacin geografica, la religién, la clase social y el sexo. A los terapeutas les es dificil conocer todas estas diferencias. La cortesia y el respeto son unos requisitos minimos para la tera- pia. Haley (1996) también considera que los terapeutas deben adap- tarse a ciertas premisas basicas de una cultura. Si un marido no quiere sentarse con su esposa y tratarla como una igual, podemos ver a los cén- yuges por separado para resolver sus problemas. El objetivo no es hacer que los miembros de la familia del cliente se porten como miembros del grupo étnico del terapeuta, sino respetar la cultura de los clientes y aun asi resolver sus problemas. Podemos preguntar a la familia como se abordaria su problema concreto en su pais de origen. Sistemas de creencias alternativos Los sistemas de creencias alternativos se refieren a métodos de tra- tamiento que no forman parte de la corriente dominante. Los pro- blemas culturales de los inmigrantes que entran en Estados Unidos pueden estar relacionados con la creencia en la posesin de espiritus, una cuesti6n que ilustra el trato con grupos étnicos diferentes. La po- sesién de espiritus es la explicacién mas comtin de los problemas en todo el mundo. La curacién por medio de la posesidn de espiritus se practica en todo el mundo. Los especialistas o médiums actéan como intermediarios entre los vivos y los muertos. Con frecuencia adivinan y curan cayendo en trances de posesién. Los antropdélogos distinguen la posesion ritual de la posesién morbosa (Richeport, 1975, 1985b, 1985c, 1988). Los ejemplos de este capitulo relacionados con el ori- gen étnico se refieren a problemas relacionados con la violencia y EL ORIGEN ETNICO EN LA TERAPIA ESTRATEGICA 45 un sistema de creencias alternativo y con las estrategias usadas en es- tos casos. Una familia centroamericana Una pareja centroamericana presenté el problema de la violencia del marido. La pareja aceptaba la idea de que el marido tenia un espi- ritu burl6n que le hacia actuar violentamente. Juan y Rosa, que ron- daban los 40 afios, llevaban ocho afios en Estados Unidos. Fueron en- viados a terapia por orden judicial. Rosa tenia un trabajo a tiempo parcial y Juan estaba en paro. Tenian dos nifios pequefios. En priva- do, Rosa dijo que Juan amenazaba con herirla y «sacarle los ojos». El temor de Rosa aumenté més al ver los tres puntos que Juan se ha- bia tatuado en el antebrazo. Para ella reforzaban la alianza entre su esposo y las fuerzas maléficas. Rosa también estaba disgustada por los lios extramatrimoniales de Juan y decia que se queria separar. Durante el nacimiento de su primer hijo, Juan estaba con una amiga. El objeti- vo de la terapia era prevenir toda violencia futura y mejorar la relacién entre los dos. CUATRO ALTERNATIVAS PARA TRATAR ESTE CASO Los terapeutas pueden elegir entre cuatro métodos para tratar con un caso que suponga un sistema de creencias alternativo. Estos méto- dos no tienen por qué ser mutuamente excluyentes: 1) el terapeuta puede minimizar el sistema de creencias alternativo y tratar el caso desde un punto de vista estructural, 2) el terapeuta puede usar aspec- tos del sistema alternativo para lograr los objetivos terapéuticos, 3. el terapeuta puede derivar al cliente a un curandero del sistema de cura- cidn local, 4) el terapeuta puede colaborar con el curandero. En el caso anterior se eligié la primera alternativa. El terapeuta puede minimizar el sistema de creencias alternativo y tratar el caso desde un punto de vista estructural. Intervenciones: el su- pervisor del caso no sabia cémo interpretar la amenaza de violencia y consulté a los terapeutas hispanos que se encontraban detras del espe- jo. (La terapia se llevaba a cabo en una sala con espejo unidireccional 46 EL ARTE DE LA TERAPIA ESTRATEGICA con un grupo de practicas detras del espejo-que entraban por turnos aver a las familias.) Crefan que era peligroso que Juan siguiera en casa. La terapeuta se mostré comprensiva con el marido y con su mujer y hablé con ellos de sus dificultades pasadas y presentes. Las estrategias propuestas a la terapeuta inclufan persuadir a uno de los cényuges para que se fuera de casa durante una semana. Se marché Juan. Se les pro- puso que buscaran la ayuda de un miembro de la familia. Se hizo venir a la madre de la mujer. Su presencia resulté ser contraproducente porque era muy critica con Juan. Se debian recalcar los atributos po- sitivos de cada cényuge. Recordaron por qué se sintieron atraidos mutuamente al principio. Juan debia invitar a Rosa a salir por la tar- de. Se sugirié que la terapeuta les organizara una despedida afectuosa porque se iban a separar. Ademés de no tenerse en cuenta la explicacién sobrenatural de la conducta de Juan, también se prescindié de otras variables culturales como el valor hispano de la palabra respeto, que significa deferencia al var6n, a la autoridad (Paniagua, 1994). El hecho mismo de traer a Juan a una sesién de terapia para hablar de su vida personal con un terapeuta —que ademds era mujer— ponia en entredicho la esencia de su masculinidad. Aun siendo mujer, la terapeuta adoptaba un rol masculino como autoridad de la familia y le decia lo que tenia que ha- cer. La terapeuta hizo caso omiso de la conducta paralingiiistica y no verbal. Por ejemplo, la terapeuta podia haber malinterpretado como resistencia o falta de atencién el hecho de que Juan no la mirara a los ‘ojos, cuando la realidad es que si un hombre mira a los ojos a una mu- jet se puede interpretar como una insinuacién sexual. Las sugeren- cias hechas a la esposa también violaban los valores tradicionales basicos de la sumisién, la obediencia y la dependencia, como la direc- tiva, que ella rechaz6, de que acompaiiara a su marido a un bar. En resumen, el plan de terapia consistié en introducir a la familia en la corriente dominante de la realidad estadounidense donde de- bian afrontar el sistema legal que los habia enviado a la terapia. Las sesiones de terapia les dieron la oportunidad de ensayar nuevas con- ductas y de cuestionar, minimizandolas, pautas culturales importan- tes como el machismo. El hecho de que Juan recurriera a la brujeria se interpreté como un intento de ejercer poder sobre su esposa en la relacién de bajo estatus en la se encontraba como inmigrante a Es- tados Unidos. Aunque el objetivo terapéutico era que aumentara la confianza que tenia en si mismo y el hecho de haber usado la creencia EL ORIGEN ETNICO EN LA TERAPIA ESTRATEGICA 47 del cliente en la brujeria podria haber contribuido a ese objetivo, la prioridad era acabar con la violencia. No se intenté hacer uso de su sistema de creencias alternativo como se hizo en los ejemplos que se presentan a continuacién. El terapeuta puede utilizar aspectos del sistema alternativo para promover los objetivos terapéuticos: una pareja indonesia creia que un espiritu maléfico les perseguia y les controlaba. Se lo demostra- ron a Milton Erickson en una sesién espiritista donde los espiritus se comunicaban alzando una mesita. Erickson, que no creia en los espi- titus, sabia mas que ellos de las mesas que se alzan porque las habia estudiado en relacién con los fenémenos hipnéticos. Mientras les ins- truia en la manera correcta de trabajar con la mesa, les ayudé a descu- brir unos espiritus benéficos que, aun siendo mas débiles, cuando se sumaban sobrepasaban en fuerza al espiritu maléfico. Reflejando la creencia de la pareja en los espiritus, Erickson pudo reconocer y utili- zar aspectos de este sistema de creencias pata cambiar de negativo a positivo el significado de los espiritus (Richeport, 1985a). Haley co- municé que en casos de ataque —un estado histérico transitorio pare- cido a un cuadro epiléptico en el que se sumian algunos puertorri- quefios— un joven psiquiatra del Bellevue Hospital que no creia en espiritus aprendio suficiente castellano para realizar un ritual espiri- tista que permitié dar de alta con rapidez a varios pacientes. En otro caso tratado con el enfoque directivo orientado a la fami- lia, una madre sudamericana se habia casado con un indonesio que habia fallecido. La mujer tenia un hijo de 21 afios al que se le habia diagnosticado autismo, aunque iba a la escuela y conducia un auto- movil. La mujer decia que todos sus problemas se debian a una «bru- ja» cubana. La madre nunca habja vuelto a su pais natal y su familia no conocia a su hijo. Puesto que crefa que un chaméan de su tierra na- tal podia curar a su hijo, el objetivo de la terapia era que la madre y el hijo volvieran para visitar a su familia. La estrategia para lograr este objetivo fue sugerirle a la madre que volviera a su pais para encon- trar un curandero nativo con poder para neutralizar la magia negra. En el enfoque directivo, lo espiritual sdlo se utilizé para ocasionar una solucién interpersonal. No se examiné el sistema de creencias como causa del problema del mismo modo que no se exploraba el pasado para explicar el presente. Cuando el sistema de creencias es muy séli- do, como le ocurria a otra mujer indonesia que interpretaba todo su sufrimiento como resultado de su «karma» (sus vidas pasadas), Haley 48 EL ARTE DE LA TERAPIA ESTRATEGICA recomendaba entrar en el sistema del cliente haciendo una regresi6n a vidas pasadas bajo la direccién del terapeuta. Cuando el terapeuta usa sistemas de creencias alternativos, al cliente no se le ofrece discu- sién ni comprension. La utilizacién de las creencias de los clientes es paraddjica en el sentido de que se amplia lo que se quiere cambiar, El terapeuta puede dertvar al cliente a un curandero del sistema de cu- racion local: en nuestro trabajo de campo en Bali, Indonesia, un nifio de 15 afios fue Ilevado a un balan o curandero porque sufria unos ata- ques para los que los médicos no encontraban ninguna cura fisica. El balian propuso que el nifio, Nyoman, y un miembro de su familia vi- vieran con la familia del balian para que éste pudiera observar los ata- ques. El padre de Nyoman habia fallecido y Nyoman se habia queda- do en casa de su padre, mientras que su madre habia vuelto a casarse y vivia con la familia de su nuevo esposo. El balian realizé muchos ritua- Jes con el nifio. También lo derivé a un médium con quien colaboraba en ciertos casos. Poseido por el espiritu del padre muerto de Nyoman, el médium revelé que la familia no habia realizado la ceremonia fami- liar correcta cuando se habia trasladado. El balian se encargé de reali- zar la ceremonia correcta, que requeria una larga preparacién; toda la familia tenia que asistir, incluida la madre de Nyoman. Haley interpre- t6 este caso de la misma manera que interpreta la mayoria de los pro- blemas. Al haber reunido a la familia, el problema se pudo resolver y Jos elaborados rituales permitieron llegar a unas soluciones interper- sonales (véase Richeport-Haley y Haley, 2003). Otro ejemplo ilustra la destreza de un curandero para crear una dura prueba con el fin de resolver la amargura provocada por la infide- lidad de un conyuge. Un hombre llevé a su esposa a un curandero de Nueva York diciendo que su mujer le habia sido infiel y que no que- tia matarla. ¢Se podia hacer algo? El curandero vio a la esposa a solas. Luego comunicé a la pareja que la mujer no habia sido infiel. Quien habia sido infiel era el espiritu de la primera esposa del hombre. El problema era hacer algo para impedir que esto se volviera a repetir. El curandero les ofrecié un ritual. La pareja debfa tomar un autobiis a otro Estado e ir a una ciudad concreta. Debian andar una milla hasta un Arbol concreto y realizar una ceremonia para exorcizar al espititu. Des- pués tenfan que volver andando al autobtis y regresar a Nueva York. Segiin Haley, el espiritu fue utilizado para guardar las apariencias y el viaje y la ceremonia resolvieron el problema porque la inversi6n era lo bastante grande como para superar el resentimiento (Haley, 1994). EL ORIGEN ETNICO EN LA TERAPIA ESTRATEGICA 49 El terapeuta puede colaborar con un curandero: en muchos paises, los terapeutas que entienden su cultura hacen uso de curanderos in- formales como recurso (véanse ejemplos en Harwood, 1977; Lambo, 1966; Richeport, 1979, 1985a, 1985b). Un ejemplo de colaboracion entre un terapeuta y un curandero es el caso de Paul Lebron, un cliente puertorriquefio de 25 afios que sufria una esquizofrenia créni- ca indiferenciada. Su psicosis se manifestaba en la creencia de que estaba poseido por un demonio que habia visto por primera vez cuando tenia 6 afios. Su madre lo Ilevé a un médium espiritista que le aconsejé que llevara al nifio a un doctor. Sin embargo, la mujer siguié confiando en médiums y no Ilevé a su hijo a un psiquiatra hasta que tuvo 23 afios. Paul usaba la explicacién espiritista para explicar sus sentimientos de indiferencia, el hecho de que se lavara las manos compulsivamente y su negativa a tocar a nadie. Dividia las fuerzas de su interior en buenas y malas y decia que él se encontraba en medio intentando impedir que las malas se acabaran imponiendo. Para im- pedir el triunfo de las fuerzas del mal, caminaba compulsivamente durante horas y, por lo tanto, era incapaz de tener un trabajo. Después de que Paul llevara dos afios de psicoterapia, el psiquia- tra lleg6 a la conclusién de que no podia provocar ningun cambio y lo derivé al doctor Hilton Lépez para que lo sometiera a hipnoterapia. Al mismo tiempo, Paul seguia viendo a espiritistas. Paul volvié a tra- bajar y a la universidad. Viendo que, «a pesar de sus progresos, de todos modos Paul estaba visitando a médiums», el doctor Lopez cre- y6 oportuno utilizar a un médium como consultor para que le ayuda- ra a expulsar el demonio de Paul. El doctor Lépez Ilamé a Carmen, una anterior paciente suya a quien habia guiado para que dejara de estar poseida por espiritus y se convirtiera en una médium que se co- municaba con ellos, una actividad que le habia dado mucho presti- gio. Lopez dirigié la interaccién y luego transfirid el control a Lao- tzu, el espiritu gufa de Carmen. Lao-tzu localizé el «mal» en la mano izquierda de Paul y el «bien» en su mano derecha. Paul parecia muy expectante cuando Carmen le junté las manos y luego se las separé bruscamente. Paul empezé a temblar por el combate entre la entidad que le poseia y-que se resistia a irse y el «fluido vital» de Carmen, que actuaba para expulsar la entidad. Lao-tzu le dijo a Paul que era «un hombre bueno, inteligente y normal». El doctor Lopez retomé la direccién de Ia interaccién. Cuando agradecié a Lao-tzu que hubiera venido, Carmen, recuperandose len-

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