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as teorlas tibetanas dicen que los hijos eligen a los padres. Segin esta sign de la vida, tres meses antes de iniciar la gestacién cada alma bace leceién de acuerdo con las lecciones que debe aprender en esa vida Rayo Garmin ve los vinculos “divinos” en la Tierra, el mds poderota ex el de la Madre aos genera un aprendizaje profundo, tan doloroso que a veces lnstima, \namoroso que, en ocasiones, mutila y sobreprotege. Todo en nombre del undo mand latina es un libro que encierra hstoriaa verdaderas converti- as en mentiras que se sienten de verdad, porque donde a uno le duele un fcrafo es porque ha conectado con alguna herida interior. No pretence arar las heridas de la relacién més importante de nuesiraexistencia como la de la madre con un hijo, pero s{ busca, sin juicios, sin prejuicio, sin :ncores, la comprensién del porque y del para que. n sintess, una recopilacién de historias conmovedoras narradas desde se deshace de su dolor exénico y smnina hacia el sendero de la Uberacién emocional, de la reconeiiacién y ravine ie nfo herido que, a través del pe ‘ova mama sina ainssrowe WIM Rayo Guzman cuando mama lastima Relatos de perdén para con el corazén herido MILESTONE Rayo Guzman Cuando mama lastima Relatos de perdén para hijos con el corazén herido PILESTONE. Code mama tastima Consejo editorial: Joe! Franctco Hemandeny Silvia inches Eneaada Disefio de portads: Victor Manuel Montalvo Fotografia de la autora: Rad Cabrera Velizquee ustacion de porada: Pedro Tvin Guemdn Torres Diseno ysupervisiin editorial: Milestone Ealtions Derechos reservados (© 2015, Ma. dl Rayo Guzmén Centeno Faitoral Milestone, $A de CV. [La Mesa 38-6, Col. Sta Ursula Xia cRMao ISBN; 978-607-96921-0-0 ‘Queds prohibidaa reproduccin o transmis total o parcial del con- tenido de la presente obra en evalesquiera formas, sean electrnicas 0 ‘mecdnias, sin el conentimiento previo y por ecrito dela editorial. Impreso en México Printed in Mexico Atodos lo hijos que abrieron su corazén ‘para mostrarme sus heridas A todas las madres que, por ignorancia, descuido, por amor 0 desamor, han lastimado ‘ un hijo y nunea se han dado cuenta. La vida de los hombres no siempre «es un libro bien paginado y encuadernado. ‘A veces a infencia y la adolescencia ‘vienen cuando deberian haberse ido, José Luis Martin Desealzo Durante los dltimos cinco afios me he dedicado a escuch historias, a ler historiasya escribir historias. Comencé por escribir la mia, xn texto autobiografico que obtuvo mencién honorific fen un concurso literario dirigido a mujeres. A partir de ese ‘momento empecé a rechir historias de otros para ser narradas desde a Bccién, Muy a menudo, al finalizar algin taller 0 confe~ rencla de desarrollo humane (alos que mehe dedicado los ttimos {quince afios de mi vida profesional), se acercaban mujeres y me ‘ontaban ous historias. La semejanza entre unas y otras me hizo pensar en un proyecto iterario de gratitad, Gratitud hacia todas ‘esis mbjeres que abrieron su corsz6n y que me conviction en ‘su confidente para regslarme sus experiencias més intimas. Lo Uinico que me pedlan era que esas reaidades las convirtira en ficcién y que omitiera nombres y datos precisos para que sus historias se confundiersn con las de otras con un solo objetivo ‘comin: muitiplicar su fortaleza. As, en na reopilacion de relatos Dbreves nacié Regalos para toda acasién, Historias que las mujeres comparten pars multiplicar su fuerza, cta la fase descriptiva dela ‘obra, publicada por MileStone en 2012. Lasleciorss de dicha obra levaron el bro a sus entornos, en donde los encontraron sus, ‘varones. Fsposos, padre, hijos, amantes, hermanos, amigos. Los hombres, por curiosidad, casuaidad 0 morbo, comenzaron ler exe boy de pronto comencé a recibir en mis bandejas de correo clectrénico, en misespacios en redes sociales, relatos de varones nu (Conn anak LAST que me decian unay otra ver: «Nosotros también tenemosnucstras historias, solo que ustedes as mujeres no nos dejan hablar» THs asf como nace el siguiente libro: Td princes, y yo sapo. Las historias que los hombres cuentan después del beso, MileStone 2013. ‘Un libre con gratas satisfacciones sobre todo en el plano emotivo, ‘pues escuchar hablar alos homabzes de sus sentimientos y de sus ‘dolores resulté un edlido acontecimiento literario. Los Sapos», como se titulan cada uno de los relatos breves del libro, {fortalscieron de manera involuntaris el vinealo entreloshombree Y las mujeres lectores de la obra. A medida que recoreiamos Giferentes ciudades con presentaciones, conferencias o lecturas dde ambos libros, iba emergiendo desde lo profundo de las texperiencias de as parejas una figura poderosa, la figura de LA MADRE. ‘Yo estoy repitiende lo mismo que mi madres, «Mi madre me censené a trata alas mujeres de esta manera», «Por culpa de mi rmusdre el amor de mi vida me abandonés, «Busco a una mujer ‘como mi madres, «Si no fuera por mi madre no estarfa divor- ciados, oSi mi madre no lo acepta lo tengo que descartar como pprospecto»,#Siento que soy hipocondriaca como mimamés, «Mi madre me cri inseguro y temeroso», «Existen hombres como yo porque hay madees como la mia... Mi madre, sn madre nesta ‘made. ‘Volvéa aplicar la misma (mula. Haciendo uso de las redes| sociales laneé al ire una pregunta yla cantidad de respuestas que ‘ecibj en tun par de meses fue abrumadora. Nunca pensé recibir ‘antos relatos, muchas veces a zlacin con a madre esen aparien- ‘ia normal pero en el coraz6n de los hijs se esconden en lo pro- fundo muchos dolores, resentimientos y miedos. £1 presente trabajo de relatos breves de ficcin es un tibuto a cada una de ‘eas personas que abrieron la pnerta de i realidad para syodarme a construir mis personajes. Es un libro que encierra historias ‘yerdaderas convertidas en mentiras que se sienten de verdad, 2 Rayo Gumi porque donde a uno le duele un pirrafo es porque ha conectado ‘con alguna herids interior. No pretende curar las hezidas de la relacién mas importante de nuestra existencia como ola de la ‘madre con un hij, pero si de manera humilde y no pretenciosa ‘busea en el conocer lo de otros escata lo propio. Sin juicios, sin Prejuicios, sin rencores, buscar la comprensién del porque y del para qué. ‘Las teorias tibetanas dicen que los hijoseligen a los padres. Seguin esa vision del vid, tres meses antes de niciarlagestacia cada alma hace a eleccisn de acuerdo con les lecciones que debe aprender en esa vida, Delos vinculos por asllamarlos edvinos» cen la Tierra, el mis poderoso es el dela Madre y nos genera un aprendizaje profundo, tan doloroso que a veces lastima, tan ‘amoroso en ocasiones que mutilay sobreprotege. Todo en nombze del amor. Es una relacign muy poderosa, en la cual hijo, en su estado de indefencién absoluta,establecela vinculacién con su madrede ‘manera inmediata, Una relaci6n no igualitria en la que existe ‘una total dependencia de! hijo. Esa indefensi6n temprana se hace duradera sie vinculo no madura. Elzol de madre no se aprende, se configura desde las memorias de haber sido hija, es un tramo ‘de autogestion permanente en el cual la madre va conoclendo sus Iuces yl mismo tiempe van emergiendo sus ombras. tipo de snadze que hemos tenido determina en mucho nuestra persona idad, pero esto noesalg inamovible, el ser humano es constante ‘evolucién y puede tomar la decisi6n deser cada dia ms sano en. sus emociones y contexto, aunque a veces eso implique deshacer fo rehacer ese vincalo afsctivo tan poderoso y lograr caminar por Jas ruta del perdon. ara las que somos madres esté claro que no existen recetas y| {que os hijos no vienen con un instructivo. En ocasiones los lasti- :mamos sin querer o por cargar con heridas emocionales que no ‘hemos logrados sanar,yse ls heredamos de manera inconsciente 13 ‘Coupe waned rasa 'A veces nos sozprendemos @ nosotras mismas haciendo justo lo {que habiamos jurado no hacer jams con nuestros hijos porque fran seciones que @ nosotras nos habjan provocado un dolor ‘profundo. Los astimamos por error por ignoranci, por accidente. No soloselastima por maldad o por egoismo. También en ocasio nes se lastima pensando que se esti prodigando un acto de amoz. ‘Muchos sezes humanos han sido prvilegiados por eontar con una ‘madre amoroea que os escucha, quesse tomacel tiempo para estar a su lado, que les reconoce sus logros, que les prodigacaricas sin Importarle la edad del hijo, que con una disciplina carinosa les tensefia principios y valores. Pero muchos otros seres humanos hhan vivido y viven experienciasllenas de resentimiento, dolor y decepeion con sus madres, Han tenido que aprender a transitar por el sendezo del abandono, I injusicia, la desitusion o de la culpa ‘Sin embargo, dice Carl Gustav Jung que eaquellos que no aprenden nada delos hechos desagradables dela vida fuerzan ala oneiencia césmmiea a que los reproduzca tantas veces como sea recesatio para aprender lo que ensefia el drama de lo sucedido. ‘Lo que niegas te somete; lo que aceptas te transforma.» Aprender de nuestra cicatrices es Ia opcién transformadora. Fl vinculo ‘snsoroeoeiroperfecto que tencios con nuestra madre te convierte fn el estambre con el que tejemos historias agridulees.¥ seemos hhombres @ mujeres, todos hemos tenido una madre con una historia personal especifica, nica, imperfecta. Cuentan las historia del ser que quien armoniza el vinculo con su madre se hha reconciliado con su vida en plenitud. Cuando mam lastima ‘es una recopilacién de historias conmovedoras narradas desde tse nic herido que, a través del perdén, se deshace de su dolor crénico ycamina hacia el sendero dela liberacion emocional, de la reconciliacién, y hacia la gratitud. “4 Rayo Guzman Cuando una madre lastima llora el esprit Sieres nif Loris Porque no comprendes que la persona que mis amas no te proteja, que te compare, te abandone o te ignore. (Cuando eres adulto, Horas porque sientes que, por més que {quieres lograr su reconocimiento y aceptacién, 50 se hace imposible y te sientesfrustrado ‘Yapesar de todo, 1 petar del dolor y de os rencores que esto provocs, Ja sigues amando con fervor porque tienes In esperanza perpetua de que lo hizo fin querer haberlo hecho. Rayo Guzmén 5 DESDE EL ABISMO Bl perdé cae como Ilia suave desde el ilo a tierra Es dos veces bendito; bendice al que lo da yal que lo recibe William Shakespeare ‘Nunes pens¢ vivir mas de setenta afios. Desde que era nifio he tenido tn auefo recurrente, Sueo que camino por una vereda angosta, bajo la luz de la luna y que de pronto aparece frente a mi ‘uns mujer vestidade blanco com largos cabellosplateados que me toma dela mano y me guia hasta un precipicio. Una vez ahi, me sefala el abiamo y me empuja. Caigo. Despierto banado en un. tudor fo, Respizo profundo y enciendo Ia luz. Una y otra vez, ‘durante toda mi vida. 'E] martes proximo cumpliré setenta y dos affos. Hace cuatro ‘dis visité ami meédico por una serie de dolentias y achaques que {yo atribul a la edad. Mi relacion con el dolor fisico ha sido de evasion constante y de resistencia permanente. Desde niflo se me entrené para no qucjarme y eaconder de os demés cualquier pena ‘gue me acongojara. El resultado es ast de simple: esa serie de do~ leneias y achaques no eran otra cosa que avises de una enferme~ dad que erecta en mi cuerpo como hiedra y yo ni enterado. Enemigo de los andlisisy estudios médicos de rutina, he acudido ‘a buscar ayuda demasiado tarde, E] médico dice que, si bien me ‘ve, me quedan tres meses de vida. ~ “Amis setenta y dos casi cumplidos es una noticia que no me importa mucho. Que si mis venas se han engrosado, que si mi Rayo Gurmin corazsn ya casi no late, que si mis piernas se hinchan sin mi ‘autorizacién previa, que si mi orine es muy concentrada, qué ‘mis da para alguien que ya ha vivido el tiempo suficiente? Por el ‘contrario, hay ocasionesen las que el cuerpo me pesa la muerte rmeesatractiva.Regresé de ver al médico con si diagnostioo mortal, ‘en mi mente y comencé ahacer una rtrospectiva de mi existencia, Estos dia lo he pasado sentado sobre mis recuerdos mis anejos ‘yon la mirada sumergida en mi pasado. Cuando ya tiene uno el visa de que el Futuro ¢5 corto el pasado es un buen refugio. Por ‘mis doloroso que este sea, reconforta toparse con momentos felices que habitan nuestes memoria, Aunque sean pocos, son, suficientes para dibujar una sonrisa en mi rostro ajado por las areugas ;Rofino! jNo me kages enojar! -gritaba dofia Altagracia “Moncada, mi sefiora made, mientras me cozreteaba por el jardin ‘con fa palma de su mano abierta y Usta para soltar el manaz0 sobre milomo.Parece que es hoy mismo quelo hace. Al recordarls ‘wielvo a sentir miedo, "Mimadre fue una mujer de pocas palabras y de carécter seco. \Nacida en el seno de una familia de clase media donde las mujeres tenfan menos valor quelos varones, crecié lena de resentimlento hacia los hombres. primer jo hombre nacié muerto ylaabuela Hortensia puso todas las esperanzas en su segundo embarazo, del ‘que nseié mai madre, quien la desilusioné al no reemplazar asi. Ij muerto por nacer aia. Fl varoncito leg6 hasta el embarazo cuatro de mi abuela, y mi madre y sus dos hermanas que la siguieron en orden de nacimiento ya babian sido entrenadas para rendir pleitesa al macho que legaba al hogar. Después del tio ‘Moisés ya no hubo embarazosy dana Hortensia se dedicd acuidar del hijo con devociOn. Flabuelo Marco marié de pulmonia cuando ‘mi made reciéa habia cumplido quince afios. Dofia Hortensia y sus tes hija ce dedicaron 2 atender a tio Moisés, convirtiéndolo al paso de los afios en un bueno para nada que no tenia oficio ni ” ‘Cuno ats Lass santo quelo luminars, Le mataron en uns cantina, cuentan que por un lio de faldss, justo cuando faltaban dos meses para que ‘cumpliera los treinta. Desde ese dia la abuela se encerr6 en. su ‘casa deadobe quele heredé el abuelo Marco, se dedicéa encender ‘elas ya rezar rosarios para que el alma de su inmaculado hijo Legara derechito al cielo. 'No debe de haber sd fil para mi madze recer entre ls I _mentos de mi abuela ylas exigencias que puso sobre sushombros al recordarle sin descanso que era la hija mayor y, por lo tanto, responsable de lo que sucediera a todos en esa familia. Servir de tjemplo alos demis es uno de los roles més pesados e injustos ‘que existen en ls familias. Sus hermanas menores huyeron tan. ‘Pronto tuvieron oportunidad. La ta Paula se lien amores con tun militar de origen costefo, quien see lev6 a radicara miles de kalémetros del hogar y solo una postal navideha nos zecordaba sa cexistencia, La tia Felicitas fe metié ana congregacion de monjas {el Sagrado Coraz6n ysehizo camede convento. Murié de pulmo- fa cinco afios después ce haberse ido. Ala abuela Hortensia le legazon sus dos mudas de ropa y sus escapularios en una caja de cartén con algunas monedas. Mi madre se qued6 a vivir con mi abuela aun después de que mi padre, el buen Fidel, la desposara. Mipedre ers el tendera del pueblo, Enlas pocas ocasionesen que platiqué con mi padre de otras cosas que no fueran eudntos costes {de harina habia en a tienda, meleg6.aconfesar queuina condicién {que mi madre le puso para casarse con él,fuela de irsea vivircon lla la casa de a abuela Hortensia, porque no podia abandonar ‘su made a su suerte. Mi padre acept6 y entonces ereci en la ‘misma casa en que crecié mi madre, siendo yo, Rufino el primo- ‘génito y a final de cuentas el tinico hijo, pues mi hermana Gua dalupe, que nacié dos afios despues de mi, muri de tfoidea sin Inaberciamplido los tes afos. "Taciturma, secaen sus palabrasy en sus emociones. Dura como piedra, Ast eta mi madre. Para ella «ser buena madres era el arte 18 ayo Gussndn de saber acomodarme el manazo en el momento preciso antes de {que me convirtiera en un intl. Por las mananas despertaba enojada y abandonaba suhabitacin gritando mi nombre, sino respondia ipso facto, la nalgada no se hacia esperar. Rufino! Arribe,holgazdnt No me hagas enojar tan temprano! ‘Nunes comprendi cb1r era posible hacera enojarsiyo estaba dormido. Nunca compzendl por qué me repetia una y otra vez ‘que no la hiciera enojar si ella ya estaba enojada desde antes de ‘conacerme. Asi era dofia Altagracia. Fria enojada eon la vida, seca yy dura como una piedr ‘Mi padre aprendié a vivir con ellay su eterno enojo. Aprendig 4 quererla como era, tanto la amé que siempre he estado ‘convencido de que ctuidaba cada uno de sus movirnientos y pala- bras para no shacerla enojar». Por ejemplo, « nni madre no ke gustaban las demostracionesfsicas de afectoyy mi padee termind por ecostumbrarsea abrazarme a escondidas para no molestara Mi padre me regalaba golosinas que yo escondia bajo mi cama, recordandome siempre que las comiera sin que mi madre se diera ‘cuenta, Alguna vez que me sorprendié comiendo dulces de coco ‘2 media noche en mi recimara, le bastaron tres segundos para arrebatérmelos y jalarme la oreja con tanto coraje y fuerza que tent que la desprendia de mi cabeza. «;Nunca legaris a viejo Comiendo estas porquerias, Rufinals Me decia mientras desba- ‘ataba mis golosinas en el bote de basura. Les he de confesar que, a pesar de sus regafos, cas cumplo setenta y dos munca he dejado de comer dees de coco. ‘Uno de los dias més tistes de mi vida fue cusndo muri6 mi pacre, Las dos caja de cgarrillos que fumabe cada dis cobraron ‘su facturay ln angina de pecho lo mat6. Yo tenia catoree aos. Mi madre me dijo que los hombres no lloran y me presente en el ‘elorio vestido con el inic trajenegro que tenfa, con el semblante ddlido pero sin Hora. Tuve que ime después a llorar al monte, allé onde nadie me viera. Ella se puso deluto ycubri6 su cabera 19 ‘Cumeno wana rasta con una mantita de encoje negro. ¥ asi ve visti el resto de su vida, ‘A-veces sent! que ese dla ella se sini importante, que el papel de vida digna ha sido el que mas le gusto interpreta. Tal vez por fin ante todos tenia una excusa para su cara adusta yl frialdad de su ‘mirada. Escondi mi dolor, evadi mi pena dedicindome «trabajar fen el negocio de mi padre, y ese dia me despedi de mis tardes. correteando por el campo éan mi amigo Pepe, y ce mis maianas de escuela. Justo cuando terminé el novenario mi madre me fordené queabandonara losestudios y que me quedara asulado a trabajar en la tienda "El rumbo de mi patética historia lo cambié por campleto don ‘Anastasio, un proveedor de jabén que distribula su producto alo largo y ancho del pais. Cada semana que legaba a la tienda me platicaba del mundo exterior, de los cambios en la politica, en la Industria, y me mostraba fotogatlas de los lugares que visitaba, Me hacia sonar con un mundo diferente y anhelar una vide distinta, Don Anastasio fae el que me dijo que yo era bueno con los nmeros y que sin problema alguno pedia conseguirme una plaza en la escuela nocturna de contabilidad. Cuando se lo ‘comentéa mi madre ella se puso furiosay, como siempre, me dijo ‘que no la hiciera enojar y que dejara de pensar tonterias, Me dijo ‘queun muchacho como yo estaba destinado acuidar de lla y del ppatrimonio que nos habla dejado mi padre. Pero no la escache Por primera vez dejé de ser el hijo obedientey respetuoso. A pesar de sus reproches acepté la propuesta de don Anastasio y me met estudiar en la Bscuela Nocturna ce Contadores Era unapequeia, ‘escuela técnica mereantil de poca monta, pero para aquellos aos ‘cualquier lugar de estudio era bueno paralabrarse un futuro mejor. Mi madre se endurecié més. Dej6 de hablarme durante el di ‘para ignorarme por las noches. Las dinieas palabras que eruzaba ‘con ella eran para entregarle cuentas los sébados. Me dejaba el plato con comida sobre la mesa para que lo recalentara a mi conveniencia. Lo peor vino cuando termin€ mis estudios de 2 Rayo Guzemin idad y uno de mis profesores me ofrec6 trabajar en su

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