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La mecanografía (del griego μηχανή (mechané): mecánico, máquina,

y γραφή (grafé): escritura, dibujo) es el proceso de introducir texto o


caracteres alfanuméricos en un dispositivo por medio de un teclado
como los que poseen las máquinas de escribir, los ordenadores
(computadoras) y las calculadoras.

Historia Editor

El término se acuñó cuando se empezaron a utilizar las primeras


máquinas de escribir (mecánicas). Con el avance de la tecnología se
han desarrollado otros métodos para realizar dicha tarea, al mismo
tiempo que se facilita su labor. Algunos de estos mecanismos son los
punteros o apuntadores, los ratones y el reconocimiento de voz.

Debido a estos cambios y al consecuente menor uso de las máquinas


de escribir (mecánicas) propiamente dichas así como de sus
sucesoras eléctricas, así como de las híbridas denominadas
«procesadoras de palabras» (quasicomputadoras), el vocablo ha
quedado obsoleto. Resulta más apropiado dactilografía, que se usa
en francés (dactilographie) y en portugués: (datilografia). Entre otros,
lo emplea el laureado con el Premio Nobel de Literatura de 2010 Mario
Vargas Llosa.[1]
En la actualidad, en lengua española, se utilizan los términos
mecanógrafo y mecanógrafa para denominar a personas con
conocimientos de mecanografía, es decir que, con soltura (a alta
velocidad, sin necesidad de mirar el teclado) son capaces de
introducir texto en una máquina de escribir. Además la mecanografía
es una asignatura que por lo general suele impartirse a jóvenes que
cursan la secundaria. En algunas escuelas esta disciplina incluye
taquigrafía: taquimecanografía. Entre otros ejercicios que se realizan
en la clase («taller») de mecanografía, se emprenden prácticas de tres
quintetos, hojas enteras, etc.

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