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(Mt 16,15)
Queridos estudiantes, esta pregunta que Jesús hace a sus apóstoles, nos la hace
también hoy a cada uno de nosotros.
Día a día compartimos nuestra vida con tantas personas que son importantes para
nosotros, y muchas veces pensamos que ya las conocemos bien; pero para poder tener
un conocimiento profundo del otro, es necesario primero poder adquirir un conocimiento
profundo de uno mismo. Los apóstoles recién comenzaban a conocerse, porque las
palabras del Señor Jesús iban iluminando sus corazones, tanto sus riquezas como
pobrezas internas, por eso les es fácil repetir lo que otros dicen de Jesús, pero se
quedan sin palabras cuando tienen que dar una respuesta auténtica.
“Dios que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno
de la verdad” (cf. 1Tm 2,3-4) para prepararnos para la gran y solemne Pascua, nos van
mostrando en todo este tiempo de Cuaresma lo que llevamos en cada uno de nosotros.
Su Palabra que nos revela quien es el Él, quién es Dios, nos revela también el misterio
de nuestra humanidad.
Es más, la mirada de Dios es distinta a la nuestra; pues “los hombres ven las
apariencias, pero Dios ve el corazón” (1Sa. 16,7). Él revela lo que hay en nuestro corazón,
y es más nos da criterios para poder identificar lo que llevamos en el nuestro, como
cuando nos dice: “la boca habla de lo que rebosa el corazón” (Mt. 12,34b).
Dejémonos ayudar por el Señor, dejémonos ayudar por su Iglesia, que nos
proclaman la verdad que nos hace libres. Pues, la verdad que nos hace libres del error,
es la verdad que nos hace libre para amar y para amarnos.
ACTIVIDAD
- Elabora en tu cuaderno tu autobiografía, respondiendo en ella las
siguientes preguntas, y al concluir realiza un dibujo dónde se manifieste
cómo es tu relación con Dios este año.
¿QUIÉN SOY?