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Prélogo £N TORNO A EL REPARADOR DE RECUERDOS, NOVELETA DE OSWALDO CONTRERAS QUIN TERO Fue Freud quien descubrié que el hombre era sentido, pensado y movido por una supra fuerza que se alberga en su inconsciente. Sefialé ade- mas que la misma es quien permite observar los reinos de sombras y de luces que hay al interior de nuestra mente, en lo mds hondo de nuestros sentimientos, en el vasto universo de nuestras preocupaciones, de nuestras latencias éticas y humanfsticas. Tal supra fuerza se erigié al tiempo como positivo bastién para no perdernos dentro de la caética materia de la existencia cés- mica, permitiéndonos, gracias a complejos y di- namicos procesos, el que podamos encontrarnos a nosotros mismos, comprendernos y relacio- narnos con los otros. Somos individualidades y nos entendemos como tales porque esa energia nimbada por el espiritu y por la psiquis nos da el vigor para hacerlo. Por ella, no nos perdemos ni nos quedamos en el mundo de los suefhos, pero al mismo tiempo, por ella podemos liberar- nos sin peligro de los cotidianos acechos que nos amenazan durante la vigilia. Oswaldo Contreras Quintero (9} menos 10COS, gracias a La o¢ i. Los locos ecie de gracia que tiene una aqca de 088 OFS corporeidad. Quienes have, puime ¥ MET confusas de la vida vegetati. aren a8 320° 5a contable posibilidad dey gener Por CT ge la consciencia. Por elia, yn. Fee nen multiples ocasiones derrotar ig. ‘ado Pos! uerte mental definitiva. iajes de la andurti renende: una tematica conectada al des. tramitarla desde la ficcig, , noes tarea sencilla. Para hacerlo, vig una gran sensibilidad, alta ca, de iaventiva, posesion y uso de un len. sa oso, preciso y al tiempo multi gus VE miento del alma humana y poten. forme, O° zambullirse en los profusos y a caldades PAP ig mares del inconsciente, ambrosos bate art llevar 2 este, luces vigorizantes que p scubrir sus perfiles, sus secretos, tan a F 5 promesas ¥ también sus carencias. sus en diversas ocasiones a que Gas aah como Proust, Dostolevski, Stevenson, Chejov, ftalo Svevo, Poe y Virginia Wolf, quienes han hurgado con sabiduria en las amplias anuras de esta tematica que involucra la sustancia de la subjetividad, esa ee que en la mayor parte de los casos €S Jaber! . tica, inasible e inabordable. Terry Eagleton cor sidera que ha sido Ja literatura quien mejor a sabido aproveen, aquellas que se deg tal signada por cris, cldentes dela ner’ e085, a a. SBTesic LOTIa fisicg ONES 0 ac lo desconocido y casi irreduetibie. eae Sujants cota somrerss Quintero, escritor y ai- a » Se ha atrevido a recorrer es- tos dificiles senderos del aparato psiquico hu. mano y como resultado ha surgido la noveleta El reparador de recuerdos, sorprendente texto que, sin presunciones, pero si con suficientes méritos, nos permite incursionar en un mundo- otro; un mundo que no es el acostumbrado, en el que se cuecen dolores y penas por la insatis- faccién de las necesidades materiales, sociales, religiosas, sexuales, culturales 0 politicas, sino un mundo en el que Jos maximos valores son e! ‘Oswaldo Contreras Quintero (11] amor, la alegria, las cOSaS SENCillag ue CO) fian y dan fuerza a la existencia, la Presen Mpa. quienes amamos 0 NOS aMaN y todog los nla de valorados tesoros de una naturaleza ie Mfg. Ma ante nuestros ojos y a la que gran pa las veces ignoramos. Pero lo impactante a e libro es precisamente que, solo Bracias est, fuerza del inconsciente el protagonista be e llegar @ comprender mejor su ethos YSU Vida En El reparador de recuerdos el abordaje q conflicto se hace desde una atmésfera en oe priman lo arcano, lo inicialmente indescifrable la desesperanza, la angustia, el miedo y e} fins. tio, hasta derivar a otra en que los fluidos de la razon, de la reflexion y del cuestionamiento del habitat y de la habitud, permiten ir soltando el ovillo que ha de conducir a estaciones atardxi- cas y a satisfacciones psicoldgicas, espirituales y materiales. No sé si Contreras Quintero escribié este Ie bro para nifios, para jovenes o para adultos. Lo cierto es que unos y otros lo disfrutaran desde la arista que elijan para incursionarlo. Es este uno de los relatos mas bellos que he leido en los Ultimos tiempos. RA BEL VERGA IGNACIO VER Mh ge 2022 Told, postrimerias de a8 [12] El reparador de recuerdos Un lugar extrafiio Después de accidentarse en la Motocicleta que compré con los ahorros de un afio completo, Jo- nathan creyé que habia despertado en su habi- tacién. Cuando abrié los ojos, observé con dete- nimiento cada rincén de aquel lugar y noté que nunca antes habia estado en él, de inmediato descarté la posibilidad de estar en un hospital, porque cada elemento y cada mueble en derre- dor suyo tenian un disefio totalmente distinto a los que él conocia y que eran propios de los cen- tros de salubridad: la forma, el color y el mate- rial en que estaban construidos eran novedosos. Las paredes eran gigantescas y grises y aunque no tenian ventanas, el techo Parecia una enorme claraboya de cristal; el piso era suave y voluble, formado por lo que parecia ser una sustancia viscosa de diversos colores que se movian y mezclaban constantemente, dando origen a to- nalidades nunca antes vistas por ningtin ojo hu- mano; la puerta era un ovalo que, al ser mirado, cambiaba de tamafio dando la impresién, pri- Oswaldo Contreras Quintero [15] eee alos iba y venta alt ¢ intervalos erna. reaps a reposar en cualquiera q: Y fe. ¥ Jgquinas. Ademas de la cama en 1, sus lado’ a, el mobiliario estaba con, gue see” ™ ena mesa cuadrada de pata: pea : ep normal ¥ una sila de espaids, | se alejava y luego Ce We Se ace, Jonathan hablo: “Hoja, » y continue aumentando el tong ar al Jimite de los gritos, Pero no ob, puscé insistentemente con }. ) tuvo el rastro de alguien que le ayudara a ypj_ mirada aquel extrafio espacio que se tragaba carse oP jevoraba cada vestigio de tiempo, perg dera evidente. Luego de muchos inten. ponerse de pie apoyado sobre aquella forme, sin embargo, en cuanto tocé e} su respaldo cuando dio el pri- mer paso en pusca de una salida de aquel re- cinto; pero S& elev6 hasta su cuerpo para redu- cir el impacto dela inevitable caida, dejéndolo postrado bocabajo sobre una superficie que en aquel momento parecia estar formada por bal- dosas de algod6n, hizo varios dntentos por le- vantarse pero sintié que no tenia fuerzas para regresar a aquella cama de la que estaba tra- tando de escapar. jHola! jHola: olo era una fuente inagotable Aquel sitio, no s i sino que parecia de elementos sorprendentes, 196] | reparador de recuerdos ignorar tanto las Jey es Ja mas elemental ein la fea como tas 4 : le ble, producido segurame analgésico 0 antibistice rarse del accidente moto taron unos cuantos segu lugar inicial y cada une taba tendido en la mism: ber la forma en que fableuenia oEmes aN she uiltimo que recordaba era que se babi Ha pee la dormido en el suelo, erhabla auedaito Tecibido para recu cictistico; pero, le bas, ten Para reconocer el wus Componentes, Es- Jonathan pasé d las aamcianel evelnon ee guide For asedios de las dudas que las. Rcnineitatan te solo era atormentado por el desconecimiento de la raz6n de ser de las cosas que hacian one scree 7 parte de aquel espacio, sino por la incapacidad de encon- trar persona alguna que le respondiera todos los interrogantes que tal situacién le suscitaban, 0 que por lo menos le acompafiara a sufrirlos. El peso de sus preocupaciones lo atormenté por una gran sumatoria de instantes que se acumu- Jaban para ser luego devorados por un miste- rioso vacfo que les negaba un nombre, no eran ni milésimas de segundos, ni segundos ni minu- tos. Esto aumentaba el desconcierto y la desubi- cacion espaciotemporal en la que se encontraba. Oswaldo Contreras Quintero [27] Gna ey ara emprender ung quiso jevantarse nueva ‘nuida, Pere en el intento ej6 Sus ditim: enerelas gpandonandose por completo al s ‘eroso de Ut Jecho que comenzaba a & dado gem a vonfiaZa y sus afectos. Un hombre sin gestos jonathan no se atrevia a abrir los ojos para en- frentarse a 8u tercer despertar en un lugar del que atin no haba podido extraer ni una sola res- puesta, Sin embargo, sus restantes sentidos le advertian Ja presencia de alguien a su lado, Esta sensaciOn provocaba en él una mezcla de emo- clones que contrastaban y que le animaban a buscar la forma de confirmar su sospecha visua- lizando el ser, ente o cosa que tenfa como acom- pafiante 0 como antagonista. Al abrir los ojos encontré frente a él la figura de un hombre joven, similar a muchos, pero a ninguno en particular, con un rostro sin gestos, cabello corto color castafio, perfectamente pei- nado, cuerpo ligeramente delgado, vestido de camisa lisa gris de mangas largas y cuello man- darin que llevaba por fuera de un pantalén del mismo color, Aquel desconocido tenia una voz clara que Jonathan pudo percibir cuando éste le llamé por su nombre: ~Jonathan, Jonathan, ¢cémo te sientes? —le dijo, intié que todas nathan sinti das sus dug amanton n sobre sus sentidos, impidién Se fer a aquel simple interrogante, cual ido responder @ undos mas tarde pudo responder, lo hizo con otra pregunt®: _ quien eres? El hombre respondié sin vacilaciones; _No es légico ni correcto desde ning, to de vista responder a una pregunta a reguntado ¢cémo te sientes? y aa ndido. = Ante el reclamo, Jonathan se vio obligado a responder: _confundido —dijo, y agreg6—: No sé ni sj. quiera donde estoy, ni qué dia es y mucho me. nos por qué razon estoy aqui. Este lugar, sea lo que sea, eS un universo de misterios que me atormenta Y confunde, ademas de eso se suman Jos enigmas Y me surgen interrogantes como: eQuién es usted? ¢Por qué sabe mi nombre? bre lo miré y le manifest6: ponder a todas tus pregun- do en una conversacién gantes a la vez, debes El hom —Creo poder res| tas, pero no es adecua formular varios interro; hacerlo uno por uno, €S lo correcto. 6 con la cabeza, dando la ra- Jonathan asinti sin embargo, la actitud z6n a su interlocutor; pasiva e inalterable de aque! certé, sino que, mines ve oe "0 descon- —Veras —dijo Jonath: . an todos sus miedos—, desde on ena im dre me enseié que no debfa hablar con exeans y ta eres eso para taf, por lo tanto, debo soe quién eres para poder continuar mu ions versacién, esa es mi primera fregntat or a: —zQuién eres? —Soy Reparador. —Pregunté zquién eres? No, cqué haces? ~Eso he dicho —insistié el hombre. Jonathan no se dio por vencido e hi pens6 era una explicacién: penie: ate —Yo soy Jonathan Paz —y repiti : '¥ repitio c i pausara los tiempos al hablar—: Jonathan’ Paz 7 puedes ljamarme Jonathan. “y —Entiendo —dijo el hombre. Yo soy Repa- rador, Re-pa-ra-dor y puedes llamarme Repa. Jonathan acepté y desde aquel momento lo llamé de esa manera. Jonathan sintié que todas sus dudas se le atravesaron entre la razén y el habla, de manera que, sin notarlo, perdié el interés de saber donde estaba. Increfblemente su primera pre- sobre la razon de que aquella habita- gunta fue -a una enorme ventana donde deberia cién tuvier Oswaldo Contreras Quintero [23] eo" & 3} | a manera se podia ais- ir las nO uenas: come la sas D' puestas a mues- a respuesta re- ocesaba aun I * vid a interroear® 5 tan volub! ando Vv! qué el piso © 5 307 Pro! re el gel del mores no te lastimen. 1e y colorido? ducidos por el efecto de ue esta hecho y es que mis errores? nar por la vida los errores Be n caidas y esas caidas nos siempre POS Org Repa sin dudar. Cuando Jastiman ~~ equivocas, también caes; sin caminas 24 Y vjidad del suelo absorbe el embarBo eso no sufres heridas, e Jas caidas ofrecen tir la esencia de la e] material del que ro cami asional yendes qui a de sen tierra, POM nos recuerdan estamos dos p2aj él reparador recuer Jonathan reco! nobleza de raé que ya habs. nosleze dengue! plana pn Soma de a lo er i atacé sin vacitas, “7% SWBuiente preene Ge : unta, —Pero siempre estan a distinta distancia en un lugar di {Ti no te ha dada coe pocoet v iS dadi nas salido de aqui —dijo Rese ese PoTaue no Ia puerta siempre esta dear Continud—: Pero distancia precisa de nuestro deste stay ala quieras salir 0 entrar, asi ohne Ya sea que tiempo y el tiempo es un don moe mucho die ha podido acumular suficien ee eee para comprar el m&s breve de los ineran te antes. ) Jonathan no estaba satisfech, respuesta obtenida y refurg, °°" !@ fltima iferente y Lo que me dices se 0} : on rales y de Ja logica fhlsiaar ¢ a las leyes natu- su interlocutor le explicé: —Aqui la légica es relativa lanaturaleza es la que esta suj, yes. En ese momento, Jonath; an re rés por saber dénde se cncontabee SU inte- ¥ conveniente y jeta a nuestras le- Oswaldo Contreras Quintera {25} y Re on —eQué lugar es éste? —pregunts eocupacion. * Rey, gran pr —A esa pregunta eres td quien debe anica gu * hay. es lau gue yo no te Pueg, Ar, respuesta, testar, solo cuando la respondas correcy,.” “r podras decidir el momento de irte, Amen, Después de responder, Repa desapar, una fraccién de segundo de la vista de Tore en por aquella misteriosa puerta, que esta uat an encontraba justo a su espalda, sin darle t; 8% Sq siquiera de pedir la menor aclaraci6nala die. 0 Ma respuesta. Cuando Jonathan consiguié levantarse d cama, intent6 en repetidas ocasiones atr, ela sarla, pero esta siempre se alejaba de su Gace Ve. o cambiaba de ubicacién hasta vencer su volun tad. Reparador de Recuerdos Jonathan despertaba siempre deseando que Repa hubiera regresado a su lado y se volvia a dormir cada vez mas afligido en la soledad de aquel recinto que le resultaba tan grande como el universo mismo. Ya habia perdido la cuenta de sus despertares el dia en que la puerta de su habitaci6n volvié a abrirse justo al lado derecho de su cama trayendo consigo la figura apacible de Repa que lo saludaba afectuoso con su rostro carente de enojos y sonrisas. —Hola, Jonathan, {como te sientes? —le dijo. Jonathan lo miré con cierta incredulidad an- tes de responderle: {—No sé. Ya no estoy seguro de poder saber de qué manera me siento ni tengo la seguridad para poder sentirme de alguna manera. | t En ese momento Jonathan sintié un gran es- truendo en las tripas y advirtié un hambre es- pantosa. ~—Lo unico que puedo sentir ahora es que muero de hambre —dijo. Oswaldo Contreras Quintero [29} e comer en cuanto despertaste —dijo sefialaba con la mirada la ban. da en la pequefia mesa junto a —Debist Repa, mientras deja con Ja comi la cama. Jonathan habria podido jurar que aquella mesa estaba completamente vacia; sin embargo, arena aliento ni deseos diferentes a satisfacer su necesidad de alimentarse, por lo que tome con sus manos la comida, mientras escuchaba a Repa que le decia: —Siempre habré comida en esa mesa cuando tengas hambre- con la boca lena, Jonathan no mostré nin- és en cuestionar el asunto. Y siempre gun intere: tuvo Ja comida deseada en el momento necesa- rio, como lo afirmé Repa. a pregunta nueva que hacer? —¢Tienes algun: mo si quisiera despertar el -interrogé Repa C0! interés de Jonathan. es una pregunta cuya res- —claro gue si, ecémo llegué a este lugar? puesta me apremia: Repalo miré, condescendiente, antes de res- ponder con tono suave y reposado: _Técnicamente tu moto te trajo aqui, debe- rias recordarlo claramente- Jonathan entrecerré los ojos ¥ luego cO- mento: —Ahora qui e cuerdo es aie ma mencionas, ina “jar ‘a Iti car el mayor praneitba mi mote je We ce ballos de potendin 2 10s sete nt*Mtando sa, centimetros ctibicnt ano ¥ sicte ocer la velociang so Sei los sescentg 0 cidad maxima que, page queria a Oda alanzar -anzar, que con intentaba aferrarse ala igo de alan le via tener el control de algo en aq wel mundo de le incertidumbre e1 £n que se hall not® que continuaba en su = Pero también dumbre cuando el muchacho unde de incerti. reg6: —Sin embargo, mi: » mis recuer . forma en que Ilegué hasta a no me dicen la Repa se dio cuenta de aquella re, se ade de, Jonathan Que podia toda. Como Jonathan no Manifest su ingui i en forma de pregunta panos peeing gado a precisarle su verdadera situacién y si . plemente manifesto: yen —Debemos trabajar en ello. —¢Trabajar en qué? —Cuestion6 jonathan, —En tus recuerdos, debemos repararlos para saber exactamente como llegaste haste aqui y para que luego puedas hallar la forma de regresar a tu hogar. jSi mi memoria no —gComo haremos eso? me el camino me sirve ni siquiera para mostrar swale Contreras cuter (4) que me trajo hasta aqui, mucho menos me ser. vird para regresar com mi familia! La voz de Jonathan estaba cargada de impo. tencia y de frustracion. —soy especialista em reparar recuerdos — dijo Repa—, Por es mi nombre completo es Re. parador de Recuerdos. Jonathan crey6 por un momento que Repa se burlaba de él, pero no, e] hombre conservaba la misma mirada ‘transparente de la primera vez y e] mismo rostro sin gestos ni misterios, por lo que asumid que aquel ser no tenia espacio en el corazon nien el alma para dar origen a una sola purla o mentira. Sentia que podia depositar en él toda su confianza, empezaba a verlo como a un amigo. Pens6 también que al analizar con un poco de cuidado aquellos argumentos que él le Pepozaba, no resultaban del todo descabellados, 9 de calma le pidid que fuera por ello, con alg mas explicito en cuanto a la manera en que ale repararia sus recuerdos. —He inventado una maquina de recuerdos — le dijo Repa, notando que Jonathan fijaba en él toda su atencién, y continué—: Esta maquina trabaja de tal manera en el cerebro que utiliza toda la informacién contenida en él para reor- ganizar y completar todos los recuerdos que he- mos fabricado a lo largo de nuestra vida; ade- més, los clasifica segin la importancia que nuestra conciencia les haya asignado, incluso a puede eliminar g, efinits aquellos que nos Pend © tempa, Jonathan intenté mens ralmente a tents men, vencién y sugirig osprecj tar una aa ~ Dubiera sae quella in. Pervde del Hem ou Puiera hacome Ne Henke que hee ee SETS Viajar g personas, ends imporanca netes expe. rayon ous efor aston alias Pras a ejores recu, Que fabri, facilmente su idea cones Peto Repa jena atgum se podia confiar en el ser humane se 2 PO sar i “i gresar en el tiempo sus pasiones paiieatre. | lese0s po- drian hacerle cambiar los hecho algunos beneficios que sus alma ens emt bergaran, lo cual daria origen a mezquinas al- cadena que alteraria la continuia desastre en tiempo. lad espacio- —Mi maquina es superior —agregs. te permite recuperar beats ioe detalles Sis plimes de tus recuerdos y te hac: dente cada vez més, sin el ri dni ¢ ds, sin el riesgo de afectar a los de- mas. Ademés, debes entender que la vida es aqui, es ahora. Jamas habré otro instante o 1u- gar en el que coincidan recuerdos, vivencias y suefios. Muchas personas creen que el lugar en el que habitan es insignificante comparado con la inmensidad del universo y que el tiempo de vida de una persona no es mas que un leve sus- piro en la eternidad. Pero la realidad es més fas oawaldo Contreras Quinte 3] porque este pequeho espa. te convergen para dar orj_ tra existencia, cinante y compli i reve instan! fen re y soporte a nues! mento Jonathan se vio impe. dido para lanzar algin ofr ave pudiera restarie 1a menor importancia, solo Puce articular algu. nas palabras imprecisas | © incomprensible, hasta que halld en el silencio 18 manera mag digna de aceptar su error. sin embargo, no con. cedid credibilidad @ la efectividad del mencig. 0 y no acept6 que Repa lo usara con ado artefact s Pero lanzé un tiltimo ataque escondido en uy Jeve pero certero susurro: gen, si Ante aquel argu! _Mejor inventaria la moto mas répida de mundo. opa se valié de una pregunta para debilitar aquella propuesta- _-gpara qué quieres la moto més rapida del mundo? Jonathan lo miré con arrogancia y contesté: _zlla me harfa ser el mas rapido piloto del mundo. —2¥ para qué quieres ser el mas rapido del mundo? Para acortar distancias, ahorrar tiempo, sentirme invencible; quiero ser el mas rapido del mundo, quiero ser inalcanzable. [34] El reparador de recuerdos Repa esperd ung, tarle: * S°8Ud0s antes © Pregun. —ePor quéy para = cia? ‘QUE quieres “OMT distan. —Para tardar menos tiempo llegar? cLiegar a a eR llegar, —Al lugar que yo : al que me dé la gan, sobra. Quiera, a) QUE se la. m Asi tendria yo tema —éTiempo de sobraz tiempo de sobra? : sobra? ev § Que hari éPara qué harfas con ese wieres tiempo ae ~Para hacer lo que yo quiera —Atin no lo sé. —Entonces, zni siquiera sabes quieres ser el més répido del mundo? ~iClaro que lo sé! Para sentitme vivo, para saborear ése fugaz, pero sublime instante en ol que todos los sentidos se concentran en un solo estimulo que se convierte en Jo tinico que en ‘Oswaldo Contreras Quintero (35) api hao? sCabl 6250? -b xe que se escondan las tardes, a que permit Oop mas felices cuando ma. He oido que age irlo y atrapar sus cg. nejan motos pare e] cofre de sus recuerdos. ; quardarios en lores y gua" No € gué hablas- snus, con una sucesion de interro- io anico fin era atreer el interés de Jo- eas detalles que enriguecen la expe- iencia Ie ander en moto: 2¥ el paisaje? <¥ los rai ¥y Ios &rboles? e¥ eh reflejo del sonido Ee lagaa? Pero Jonathan lo interrumpi6 luego del tiltimo interrogante: —zCémo que el reflejo del sonido en el agua? —Queria saber si estabas prestando aten- cin. Claro que $f —respenais pas sonreiay le record, fon en que le habla gic en wna COVErSacién fon, gentes ale vez. CSET atiag Repa COMServé $4 ross 5. pondio: Makerg E50 es vélido solo cuana : © Solo Cuands esperas ona puesta que desconoces, nerg gos Wie res, evidentes, ti has deci. in instante; sin ex una equivalente can: en resumen seria como y en solo un instante. Jonathan quiso intervenir, TO Reva se im ci emia, Rea puso con una sefial de su mano para seguir. —Dejaste de vivir la brisa contra tu cuerpo, tampoco viviste adornaba el tiempo, ni el paisaje ban él silencio, tampoco viviste la ofrends de ios arboles a la tierra; si hubieses querido, tamt hubieras vivido el reflejo del s Mientras Repa hablaba, Jonathan sintié que recuperaba cada uno de aquellos recuerdos y es- reviviendo las sensaciones que r causa de sus afanes, para Jonatha, primera vez. des. Meta timulos, cuidé po como sentirlas por Aquella experiencia lo llev6 a conceder m, yor valor a los detalles y a escudrifiar poy a jmismo los recuerdos que pudiera haberse Per. Gido. Simultaneamente recordé la imagen q, una joven que le sonreia cuando pasaba Por ¢| parque, la suave musica del motor de su moto 4 bajas revoluciones, veia las curvas de la carne. tera formarse y deformarse frente a él a tiempo que aceleraba y desaceleraba, percibié el aroma que desprendian los jazmines de su ruta fayo. rita después de la lluvia, el calor de su madre que lo despedia con un abrazo, 0 el sabor de log mangos maduros que disfrutaba en tiempo de cosecha. Comenzé a creer que realmente era po. sible vivir varias vidas, y cuando su conciencia Jo regres6 a la habitacién, Repa no estaba y la puerta parecia desaparecer en la distancia. En la siguiente ocasion que Jonathan vio a Repa, le dij —Quiero utilizar la m4quina, quiero recupe- rar todos mis recuerdos, y vivir todas las vidas que se me han perdido por mis descuidos. No la necesitas —le aseguré Repa—, ya has aprendido la forma de reparar tus propios re- cuerdos; con la practica descubriras nuevos de- talles sin importar que uses los mismos recuer- {38] EL reparadior de recuerdos dos, incluso tu mente ests car yremplazar de manera 'Sehiag; : ni Para f aguelloe Que creias haber eran ty “pontine: ' lo parse Por un tiempo Re, Pata siempr, a el desarrollo de todo ay sor P 2820 rar Y reparar recuergse Para re raba Por cortos periogo, ae ‘Cupe. gin paseo por un recuega@! otras ocasiones Repa parr ei mucho tiempo y regresar yas nathan en el mismo tha a vivir nuevamente y vida. NCe que pare, ir Por comp la Nevarig leto, toda sy | Oswaido Contreras Quintero [381 Sin usar las palabras jonathan cambi6 sus despertares po ‘ mientos, decia que andaba deslizando: a sus infinitas vidas y construyendo la éten iad, En uno de sus renacimientos, Jonathan caincllit con Repa, y este le pidié que lo escuchara un ime mento. Jonathan acepté, dado que en aquel me mento se sentia duefio indiscutible del pasado. —Pronto se te agotaran tus recuerdos —dijo Repa-, dentro de algtin tiempo la monotonia y Ja monocromia se apoderaran de todos ellos y de sus efectos en ti; si los sigues usando con tanta frecuencia, dejaran de ser importantes y especiales. Jonathan asintié con un gesto y dijo, como si quisiera completar la explicacién de su interlo- cutor: un repetir innumera- la y todo pierde sen- . Solo tengo veinte empo para cons- —Todo se vuelve como bles veces la misma pelicu tido si ya conoces el final.. afios y no he tenido mucho ti truir recuerdos. Oswaldo Contreras Quintero (43) _ashes ~Ajo Repay $0 te €5t8 acapang la pistorias Jonathan pregunt6: “qué puedo hacer? pepa no contest6 de inmediato, despug unpreve silencio le dijo: Sa « wa vida no solo esté hecha de recue Aas, asi que, debes fabricar un pregee®t sfevo gue te regale recuerdos para e] fut ® debes seguir viviendo a pesar de la incertiqyn’ pre, la vida es bella por si misma.! : Jonathan sonrié y dijo: _Debo confesarte que aqui todo es mas facil cuando ti me ayudas, pero insistes en ]a des. agradable costumbre de dejarme solo. ~Puedes llamarme cuando me necesites, Lo hago, pero tti no siempre estas para ofr millamado, est4s tan distante que mis palabras notealeanzan. -Lémame sin palabras, y la distancia no seré un problema. ~2Sin palabras? —Si, sin palabras. Es mds sencillo y por su- Puesto més efectivo y practico de lo que parece, Porque se eliminan todas las barreras de la co- ‘municacién, incluyendo desde luego el tiempo “Bread de reeverdos de respuesta, debidg samiento es Impresionte® |e Velocidaa 4 pido que lo que ti 22 es myc! pen- cleta. uleres sor gn tl mAs 44, NA Motog) Jonathan sonrig y Pregunts 8: —¢Pensami; i ePensamiento? sDijicte Pensamt - " fent Pensamiento he dicho, eres - yoya existe la suficienta congyr Me etre ti y a comunicarnos con ef pensamien at? Mcatzar bemos comenzar por prestar mayo, une de Jos gestos, luego a las miragn ey” *tenciOn a que después sea més fécil hacerig so permite miento: yo llevo escuchandote: gry Pens tiempo antes de que utilices las palabeag Jonathan buscé en vano ¢ 0 nm el mas leve de los gestos, yledijn RP ~Si es por tus gestos que comenzaremos, ya he aprendido a leer en ti un constante sitencin. =EI silencio siempre es 1o mejor que tengo para decir, y en mis didlogos contigo solo me de- dico a contestar preguntas, —Es cierto. Después de mucha préctica y dedicacién Jo- nathan desarroll6 gran habilidad no solo para detectar y descifrar los gestos y las miradas de Repa, sino su pensamiento mismo, logrando in- cluso, establecer una comunicacién que no ne- ‘Oswaldo Contreras Quintero [45] bos compartieran €] misrp, cesta 908, aU no estaba limitada fore peer ty pesar de ello, Jonathan y Reps a Gearon de asar_ compleramen® las palabras ye a veces el silencio servia de aliment, : os jad y sabian que hay ocasiones en las gy, elsilencio m: Jonathan confeso a Repa qué ya no senr:, ue er igual al resto de las personas, Puesty gue habla aprendido areparar los recuerdos ya hablar sin usar palabras, lo cual le concedja cierta ventaja ¥ le hacia en cierto grado supe. rior. _No es correcto pensar de esa Manera —dijg Repa—, Si pones un poco de cuidado, sdlo puedes reparar tus propios recuerdos, y solamente con- migo puedes hablar sin palabras, porque, como ya lo dijiste, las demas personas no tienen esa habilidad, lo que te sucedera es que te sentirés como alguien que puede usar las palabras, pero que habita entre sordos; la Unica ventaja que realmente tendras sera la capacidad de leer los gestos y las miradas. Jonathan silencié sus palabras y Repa enten- dié perfectamente el mensaje que su disc{pulo Ie envid como respuesta silente. ata las palabras no dichas a tiemp, Sin usar los ojos pespués de algan tiempo, Jonathan comenz6 a extrafiar a su familia. Aquella separacién le ha- pia ensefiado a encontrar el amor que se es- conde en la voz de un padre que exhorta y co- rrige; 0 el amor que subyace en las contiendas con hermanos que le contradicen, pero le admi- ran e imitan, asi como el bello amor que se ma- nifiesta en el cuidado de una madre que con- siente y perdona. También habia aprendido a reconocer la lealtad entre sus amigos, repa- rando sus recuerdos junto a ellos y leyendo sus gestos y miradas. Después de todo, sus habilidades si le conce- dian cierta ventaja frente al resto de las perso- has, Con el paso del tiempo, Repa noté que Jonat- han habia mudado su semblante y noté en él una mirada indiferente y distraida, pero respeto su silencio y usé las palabras para preguntarle por la causa de ello. Jonathan sabia que no podia esconder sus Sentimientos a su amigo y le contest6: Oswaldo Contreras Quintero [49] spo pasa y Sig0 sift saber dén, aoe « ee fuera por tu Compania, ot encuent™ fo taco; esta solcdad esté ahoys ™ habria ‘Jue me queda de cordura y mi copy aon ‘riste por todas 148 Personas que g”” Suvere werias nuevamente y decirles 16 que “ Rincan para mi, abrazarias, Desarlas, comp, con elias pare siempre. Junto a ellas no mo fr portaria estar encerrado en un sitio como Otte Pempre he pensado que la soledad solo ge gus, sino benes anadiecon quien compartirlasTem, que me olviden, porgue la oscuridad de] o}y, es mas espantosa que Ja muerte misma, sj je menos supiera que aquellos a quienes amo ¢,. tan bien, mi sufrimiento menguaria un poco, _ Puedes verlos cuando quieras —dijo Repa_ no estan lejos y mucho menos ausentes, =ya sé que no estan lejos ni ausentes, dijo pero, yo silo estoy de ellos, preso aqui y sin saber Ja razon. Repa quiso contradecir la percepcién de pri- sién que tenfa Jonathan, pero crey6 que no era ¢] momento, por lo que le aseguré: Puedes verlos cuando quieras. Jonathan creyé que Repa se burlaba, por lo que le dijo ironicamente: —Por supuesto, nada mas tengo que tumbar estas extrafias paredes para encontrarlos al otro (50) El reparadar o¢ recuerdos jado, POTQUE MIS O68 ne ellas. Pueden very tTavty de —Tienes taz6n cuande rumbar I88 Paredes, o que a"? We no vés de ellas; si pudieras. Campeeeie® nae ras, Porque ellos no estén air encentes, que no necesitas que ello, ome 0 necesitas tus oj0$ para von TEM, i pound des hacerlo cuando Quieras ' POP €80 Sue. —Si te refieres a mis usado todos y no es asi cone gat Ya los he los recuerdos pertenecen a) ree ¥erlo$, pues verlos en el presente para faby hea, Y YO quiero recuerdos que necesitaré usar G on doe los. 0. Repa no se rindi, cindole: Por lo que continud expit -No me interrumpas, e. sitas tus ojos para verios aie a i otra persona. Si meditas un poco. te a cuenta de que no usas tus ojos pata ver gna personas en tus recuerdos, como tampaco log usas cuando suefias. Las imégenes \egan direc. tamente a tu cerebro, y sucede lo mismo con los sonidos, los olores, los sabores y las sensaciones como el dolor o el placer: todo lega directa. mente al cerebro. Ver sin usar Ls ojos puede ser mas confiable que ver usandolos, puesto que en muchas ocasiones los ojos estan cargados de prejuicios, estereotipos, deseos, y muchos otros vicios que distorsionan la realidad y te hacen Osaaide Contreras Quintess (53) imagen defectuosa. Ver con y a una cdmara que tiene ¢] lege oy fe dafiado- jonathan entendié que No tenia ninguna % a dudar de su amigo; después de t, ue aes Je habia mentido y ademas, le h; abi gyudado @ desarrollar habilidades que ninggs cer humano tenla, POF lo tanto, le pidié que yg ensefara a ver sin usar los ojos. Repale animé: —Para ti y para mi es tan facil ver sin ojos como hablar sin palabras, hazlo. Jonathan intentaba hacerlo, pero fracasaba una y otra vez. zs muy dificil —decfa con gran frustraci6n, epa le decfa: —Fracasarés continuadamente si sigues per- diendo e] tiempo protestando. Jonathan quiso renunciar en varias ocasio- nes a aquel objetivo, pero la ilusién de ver nue- yamente a su familia era el motor que lo impul- saba a seguir en su empefio de aprender a ver sin ojos. Por su parte, Repa lo motivaba y guiaba pacientemente en su aprendizaje, le decia que la vida esté lena de colores intensos para los feli- ces y de colores palidos para los que svfren, pero que a todos les toca su parte. Hacia que se {82] £1 reparador de recuerdos granquilizara y le decta ena, cosa 0 Bar que qi maticamente, due pensara a ues N la per. auto ver y todo stun, Los primeros resultados po¢s ractica se dieron cuando Seats deaquetta Jajarse recordando las aguas pay intents re. arroyo en él que solfa bafiarse con reseas de un quando eran nitios, é! siempre a hermanos este arroyo porque, aunque no ee a era su lugar favorito de todos a laba de él, que habia estado, Esto le emociong tance en los se content6 con solo ver el sitio q ‘anto que no jiaba, sino que decidié recorrerig ae se ba- nacimiento, puesto que siempre habia de desu pacerlo, pero lo accidentado de la a leseado que corria, habfa frustrado cada u ie varafa en tentos; pensé que en esta ocasién poe, sus in- ventaja al hecho de no estar presente de Secarle fisica, pues, No estaba limitado por el ent a el cansancio 0 cualquier otra dificultad. m0, Ademés de ver claramente aquel lugar, Jo- nathan podia escuchar el ruido dei agua cho- cando contra las piedras, las voces de los paja- ros intercambiando sus secretos y las serenatas de los grillos disputando su derecho a procrear, también podia sentir el agua que acariciaba toda su humanidad y el leve olor de las flores silves- tres en las orillas. Todo esto le hizo entender gue, si las circunstancias fisicas no podian limi- tarlo, no era légico que sus razonamientos lo hi- Oswaido Contreras Quintero (53), } Jogue decidid utilizar su nueva or Jo a todos los lugares esp, des, estado alguna vez, Cuan - ave orrerios; Te parecié que sy vis b rer nscurric? en un o a 4S Peques, abla OF nsaba. Pero como si 1a que no ey, gel gue F presencia fisica para conocer ,.* pec soe terminado, decidié recorrer cada tie ig det |, Una vez termind, Tecorrig cercano, 1wego 10s mAs apartadg. cada PO" anocel todo su pais, hizo lo mismo } Ass pul ‘ies vecinos, luego con el continente con 108 Pa ag la tierra, los océanos, el cieig” despues i tanto de su objetivo inicial que des. sede pisteri0$ del lado oculto de la luna y cat as entrafas del sol- mi oo en aivis6 desde el espacio exterior ala jerra, esta no le parecié tan grande, mucho me- terra, * pararia con el resto de las maravillas sos as Hubo un momento en que Jonat- ae raspasat Jas fronteras de lo permisi- a conocer a Dios. Cuando fracasé en su empefio,reconocio que Dios es invisible; sin em- bargo, recordé que la Biblia cuenta que Dios ha- blécon muchos hombres, por lo que decidié pre- guntarle por los origenes del tiempo y del espa- cio, por civilizaciones extintas, por la existencia de los dinosaurios y por todos los misterios que haenfrentado la humanidad. Mas, Dios tampoco Je deié conocer su voz, nile respondié por lo in- abia ero, siendo el 6a Bee eee een eeRUOr de de aT ea Prescindig qo 28 for. pres ye eee dele lo que Ios sere: 15 Pala- pecesitan saber de la soteriologia “* manos Mientras regresaba de este encontré frente a si una tier Je hacia comprender Ja j, gee a influenci, jptividad de las cosas frente alos men de la re. ala Tierra recuperar su legitima fialesne Vio ‘osidad. pensé aprovechar la ocasi ubicacin y hallar el ay = conocer sy tormenta lo enred6 entre enormes me Pero, una pos que parecian océanos gaseosos ¢| mulo lim- or el fascinante poder de los rayos erttizadog entre elias, iluminando su expeaa’ fejugaban éuando escapé del hechizo se aferré ala nt jia de dos gotas de Iluvia que arertend compa- separarse a placer, intercambiando eu eae esencia hasta que se reventaron contra el ¢; isma de la enorme claraboya del techo af nee tiempo que Jonathan lo hacia contra su humane SU prim, er Viaje, Tra que crecia, 1, dad. El coraz6n de Jonathan se Hen6é de una paz que nunca antes habia sentido, ya no tenia miedo, ni dolor, ni se sentia solo. Sin embargo, habia momentos en los que el aburrimiento lo impulsaba a realizar nuevas exploraciones. A veces Viajaba al fondo del mar y jugaba con cria- turas que el resto de los seres humanos jamas hab{a visto o se dedicaba a explorar los confines

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