Está en la página 1de 3
La camisa de Margarita RICARDO PALMA Tradiciones Peruanas Probable es que algunos de mis lectores hayan ofdo decir a las viejas de Lima, ‘cuando quieren ponderar lo subido de precio de un articulo: ~iQué! Si esto es més caro que la cami- sade Margarita Pareja. (...] 1 Margarita Pareja era (por los afios de 1765) la hija més mimada de don Rai- ‘mundo Pareja, caballero de Santiago y colector general del Callao. La muchacha era una de esas limeiitas que, por su belleza, cautivan al mismo diablo y lo hacen persignarse y tirar piedras. Lucfa un par de ojos negros {que eran como dos torpedos cargados ‘con dinamita y que hacian explosion sobre las entretelas del alma de los ga- lanes limefios. Lleg6 por entonces de Espafia un arro- gante mancebo, hijo de Ia coronada vi- Ma del oso y del madrofio', llamado don Luis Aleézar. Tenfa éste en Lima un tio solterén y acaudalado, aragonés’ rancio y linajudo, y que gastaba més orgullo {que los hijos del rey Fruela. Por supuesto que, mientras le Hegaba la cocasién de heredar al tf, vivia nuestro don Luis tan pelado como una rata y pasando la pena negra. [. En la procesién de Santa Rosa, conocié ‘Aleézar ala linda Margarita. La mucha- cha le Hlené el ojo y le fleché et cora- 26n. La eché flores, y aunque ella no le contest6 ni sf ni no, dio a entender con sonrisitas y demds armas del arsenal fe- ‘menino que el galén era plato muy de su gusto. La verdad, como si me estu- vviera confesando, es que se enamstaron hasta la rafz del pelo. ‘Como los amantes olvidan que existe la aritmética, crey6 don Luis que para el Jogro de sus amores no serfa obsticulo Ocas cerrat Tal fe Don ‘su presente pobreza, y fue al padre de dandc ‘Margarita y, sin muchos perfiles, le pi- camit ig la mano de su hija, rato, ‘A don Raimundo no le cayé en gracia Ven; la peticién, y cortésmente despidi6 al mafia postulante, diciéndole que Margarita Marg, era atin muy nifia para tomar marido, os v. pues, a pesar de sus diez y ocho mayos, -No | todavia jugaba a las muiiecas. mient Pero no era ésta la verdadera madre del ta, y temero. La negativa nacia de que don hijae Raimundo no queria ser suegro de un po- El di bretn; y asf hubo de decirlo en confian- mis ¢ za.a sus amigos, uno de los que fue con el biael ‘chisme a don Honorato, que asf se llama- a ret ba el tfo aragonés. Este, que era més alti- Luis, vo que el Cid, triné de rabia y dij —iCémo se entiende! ;Desairar a mi so- brino! Muchos se darfan con un canto ef el pecho por emparentar con el mu- chacho, que no le hay gallardo en todo Lima. jHabrase visto insolencia de la aya! Pero jadénde ha de ir conmigo ese colectorcito de mala muerte? Margarita, que se anticipaba a su siglo, Pues era nerviosa como una damisela de hoy, 1oted, y se arrancé el pelo, y Gre Rica 3 asta oo a venenarse fue porque todavia no se ha- bfan inventado los fésforos. Margarita perdfa colores y cares, se desmejoraba a vista de ojos, hablaba de ‘meterse monja y no hacfa nada en con- cierto. =i0 de Luis 0 de Dios! -gritaba cada vez que los nervios se le sublevaban, lo gp sontecta bua hors aly ot tal bién. ‘Alarmése el caballero santiagués, Hla- m6 a fisicos y curanderas, y todos de- clararon que la nifia tiraba a tisica y que Ja tinica medicina salvadora no se ven~ diaen la boca dre de le pi- gracia dié al rayos, salti- li so- vanto mu- todo, le la nigo iglo, sela vse ‘© casarla con el varén de su gusto 0 en- ‘cerrarla en el cajén de palma y corona. Tal fue el ultimétum médico. ‘Don Raimundo (jal fin padre!), olvi- dindose de coger capa y bast6n, se en- ‘caminé como loco a casa de don Hono- rato, y le dijo: Vengo a que consienta usted en que ‘mafiana mismo se case su sobrino con Margarita, porque si no la muchacha se ‘nos va por la posta. “No puede ser ~contesté con desabri- ‘miento el tio-. Mi sobrino es un pobre- {6n, y 1o que usted debe buscar para su hija es un hombre que varee* la plata, El didlogo fue borrascoso. Mientras ‘més rogaba don Raimundo, més se su- ‘fa el aragonés a la parra, y ya aquél iba fa retirarse desahuciado, cuando don Luis, terciando en la cuesti6n, dijo: Pero, to, no es de cristianos que mate- ‘mos a quien no tiene culpa. (Ti te das por satisfecho? : De todo corazén, tfo y sefior Pues bien, muchacho, consiento en darte gusto; pero con una condicién, y es ésta: don Raimundo me ha de jurar ante la hostia consagrada que no regala- 4 un ochavo a su hija ni le dejaré un real en la herencia, ‘Agu se entabl6 nuevo y mas agitado li- tigio. Pero hombre -arguy6 don Raimun- do-, mi hija tiene veinte mil duros* de dote. Renunciamos a la dote. La nitia ven- ‘drd a casa de su marido nada més que con lo encapillado’. ~Coneédame usted entonces obsequiar- le los muebles y el ajuar de novia. Ni un alfiler. Si no acomoda, dejarlo y que se muera la chica. Sea usted razonable, don Honorato. Mi hija necesita llevar siquiera una ca- isa para reemplazar la puesta. Bien; paso por esa funda para que no me acuse de obstinado. Consiento en que le regale la camisa de novia, y san se acabé. [...] u Y don Raimundo cumplis su jura- mento, porque ni en vida ni en muerte dio después a su hija cosa gue valiera un maraveds Los encajes de Flandes que ador- naban la camisa de la novia cos- taron dos mil setecientos duros. [...] tem, el cordoncillo @ 4 ajustaba al cuello era una ca dena de brillantes valorizada en treinta mil morlacos. Los recién casados hicie~ ron creer al tfo aragonés que la camisa a fo més valdrfa una onza; por- que don Honorato era tan testarudo, que, a saber lo cierto, habria forzado al so- brino a divor- ciarse. Convengamos en que fue muy mereci- da la fama que alcanz6 Ja camisa nupcial de Margarita Pareja. 1 Bl oso y el madrofo: se refiere al escudo dela ciudad de Madrid. 2 Aragonés: de Aragén, regia espafila, 3 Varee: del verbo varear, dar golpes de vara para derrbar los frutos de algunos drboes. 4 Duros: dinero de I época. 5 Encapillado: Ia ropa que se lleva puesta. icordo Palma nacié en Lima. Porticps en ko defensa del Calloo durante el combate del 2 de mayo. en 1866, Mais tarde le to- «6 vii la Guerra del Pocfico, durante la cual ls chienos in cendiaron su casa AI terminar la guerra, se dec a la recons- trucciin de la Bibjoteca Nacional. que habla quedado dest ‘da Su empefio por recuperar ios le vaié e apodo de "b ‘blotecario mendigo’.Escrbié poesia y obras de teatra Sin err- borg su obra cumbre lo constuyen ls TracionesPervanas sectuna 57 Se El vocabulario 1. Ubica en la lectura los siguientes dichos popu- ares y explica su significado. a)% tan pelado como una rata y p:sando la pena negra. ») La muchacha le Hlené el ojo y le fleché el corazén, ©) .« ys sin muchos perfiles. le pidié la sano de su hija } 4) Se enamoraron hasta ia ratz del pelo. «) Pero no era ésta la verdadera madre del ter- nero. f) ... dio a entender con sonrisitas y demas ar- ‘mas del arsenal femenino que él galin era plato muy de su gusto. 2) .. ms rogaba don Raimundo, més se subia el aragonés a la parra. 2. Explica la comparacién que aparece en el texto: “Lucia un par de ojos negros que eran como dos torpedos cargados con dinamita’ A Contesta. Qué efecto quiere Palma produ- cir en el lector al utilizar esta comparacién? 3. Escribe el gemtilicio de las siguientes palabras. * Sanpiago.—> — _santiagués Argon > Acne El texto : 4. Une cada personaje con su exacta definicién. __-~-* Muchacha espafiola, ena- Bererin ‘morada de don Luis. = Papa de Luis. Luis Alcazar «~~ ~* Joven aragonés. + Tio de Margarita. * Tio de Luis, muy rico. Det Hua «ori do dou Rast. *Joven madrilefio, ena- Don Raimundo» morado de Margarita. Padre de Margarita. 58 ssa 5. Las tradiciones de Ricardo Palma relatan epi- sodios que sucedieron en el Perti o anéedotas de personajes que vivieron en nuestro pais. Las tradiciones presentan, generalmente, la si- guiente estructura: 1. Presentacién 2. Contexto hist6rico 3. Desarrollo 4. Conclusién 4 Seftala en el texto qué fragmento correspon- de a cada parte. Marca. ;A qué época de 1a historia peruana corresponde esta tradicién? C1 Ineaica 5) Conquista o virreinato Einancipacién “] Repablica 7. Contest. a) {Por qué no acepté don Raimundo la peti- cin de mano de su hija que le hizo don Luis? 'b) (Qué condiciones puso don Honorato para ‘acepta el pedido de don Raimundo? ©) ¢Cumplié su juramento don Raimundo? Explica. 4) ,Qué'partes tan especiales tenfa la camisa de Margarita que le regal6 su padre? 8. Valigndote del texto, haz una descripeién ‘exhaustiva de Margarita, + Cémo es fisicamente. * Qué carscter tiene. La opinién 9. Contesta. a) {Qué buscaba lograr Margarita con su pre- tendida enfermedad? {Crees que logré exac- tamente su cometido? Justifica tu respuesta. b) {Qué te parece la actitud de los personajes de La camisa de Margarita? {Con cual sim- patizas mas y con cual menos? {Por qué? c) {La situacién planteada en esta tradicién est4 muy alejada de nuestra realidad actual? Por qué lo crees asi? La creacién 10.Imagina que eres Ricardo Palma. Relata, con el estilo peculiar que él tiene, la ceremonia de la boda de los dos jovenes. Ento man Junto

También podría gustarte