Está en la página 1de 1

PRIMER VOTO PARA TRIUNFAR

Nací para triunfar, no para inclinarme ante la derrota, nunca los


otros llegan a engañarnos tanto como podemos engañarnos
nosotros mismos, pues es muy fácil convencernos de aquello que
deseamos creer, nadie nunca me ha engañado tanto como yo
mismo me he engañado.
Pero basta ha llegado la hora de estudiar mi imagen en el espejo
hasta que reconozca que el peor enemigo que puedo tener soy yo
mismo, ha llegado la hora de arrojar lejos esas dos repugnantes
muletas en que me apoyaba, el sentimiento de autocompasión y
el desprecio por mí mismo. Cuan estúpido fui al detenerme
desesperado al borde del camino envidiando a los triunfadores y
a los ricos que pasaban a mi lado, acaso han sido ellos dotado de
talentos especiales, de especial inteligencia, de valor heroico, de
ambición y de otras cualidades que a mí me faltan; se les dieron
días más largos a fin de que puedan realizar sus tareas.
No, Dios no tiene favoritos todos hemos sido hechos del mismo
barro, hasta los más sabios y los mas grandes triunfadores
padecen épocas de dolor y de fracaso, pero ellos aprendieron que
no hay paz sin dificultades, ni risas sin penas, ni victoria sin lucha.
Ya nunca más volveré a compadecerme ni a despreciarme, hoy se
al fin que la paciencia y el tiempo pueden lograr más que la
fuerza y la pasión, estoy listo para una vida de felicidad por que
finalmente he reconocido el poderoso secreto.
En cierto sentido el fracaso es el camino al éxito, pues al
descubrir que algo es falso nos sentimos impulsados a buscar lo
que es verdadero y cada nueva experiencia nos señala un error
que en adelante sabremos evitar, con frecuencia regué con
lágrimas el camino pero recorrerlo no fue tiempo perdido.
Fui creado a imagen y semejanza de Dios, nada hay que no
pueda lograr si me lo propongo, nunca más volveré a
compadecerme ni a despreciarme.

También podría gustarte