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Secreto, Cecilia. “Reseña bibliográfica: Matías Moscardi, El gran Deleuze. Para pequeñas máquinas infantes”.

Estudios de Teoría Literaria. Revista digital: artes, letras y humanidades, julio de 2021, vol. 10, n° 22, pp. 189-192.

Matías Moscardi
El gran Deleuze
Para pequeñas máquinas infantes
Rosario
Beatriz Viterbo
2021
214 pp.

Cecilia Secreto1

Recibido: 10/05/2021
Aceptado: 27/05/2021
Publicado: 08/07/2021

El gran Deleuze: la historia del pez, biando no ya su forma sino el modo de ser
el gato, la caca, la abuela, la lluvia y percibida: es así que asistimos, en el inicio,
la mosca (y otros personajes inolvidables) a una gran apertura, al mejor estilo circen-
se, cuando el presentador (en este caso la
voz narrativa o la voz que habla) en letras
¡Pecideas, vengan a mí! Porque sería una mayúsculas (que equivale a decir gritando)
gran falta de empatía con El gran Deleuze nos anuncia qué es lo que vamos a presen-
escribir una reseña siguiendo las órdenes ciar. Y si bien dice que no se trata de una
de “los adultos adultizados”, los grandes historia sucede, de todos modos, que la
adversarios de esta historia.1 historia se va armando, el texto circense
Primera pecidea (no las voy a ir que nos anuncia la llegada del Gran Mago,
enumerando, solamente la primera): Bien- del prestidigitador, del Brujo Mágico: El
venido, una vez más, un texto que no per- gran Deleuze, irá, página tras página
tenece a ningún género reconocible. Por- “creando” un mundo de pensamientos y
que, paulatinamente, este texto va cam- conceptos filosóficos a través de persona-
jes.
1
De este modo podríamos comenzar
Magister en Letras Hispánicas (UNMDP). Profe-
sora en el área de Teoría Literaria en la carrera de
con el personaje destinatario de este libro.
Letras (UNMDP). Integrante del Ce.Le.His y del ¿Es lo mismo decir “niños y niñas” que
INHUS. Contacto: ceciliasecreto@gmail.com decir “máquinas infantes”? No, no es lo

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Cecilia Secreto

mismo. Y (letra importante), desde la pers- con bombitas, las pecideas. Porque las
pectiva que considera quiénes son tenidos ideas son como los peces que se pescan
en cuenta como destinatarios de este dis- para devolverlos al mar. EL GRAN DE-
curso, sí, es lo mismo. Es lo mismo y no es LEUZE sostiene que en el mundo secreto
lo mismo. La explicación reside en prestar de las pecideas no hay nada que entender,
un poco de atención a los epígrafes, por un todo pasa por CREAR (no por creer) o
lado, y a la propia filosofía de Deleuze, por reventar. Para trazar el mapa de esta idea
el otro. Uno de los epígrafes sostiene que: Moscardi va llevando a la máquina infante
“¿Por qué razón no hemos de hablar como por un camino de imágenes, comparacio-
los niños?” (Nietzsche); otro de ellos ad- nes, metáforas, expresiones, películas, di-
vierte que: “Todos los niños crecen, menos bujitos, situaciones infantiles en general.
uno” (J. M. Berrie). Ambos aluden a que la Pensar y pescar se asemejan en mucho (les
niñez no es solamente una etapa de la vida dice) y para ello traslada a Deleuze al mar,
destinada a quedar en el pasado, sino que en una tarde fría, y lo pone a pescar, pescar
aún de adultos podemos conservar ese in- peces, pescar ideas, para terminar dicien-
fante que fuimos y que seguimos siendo y do: “Pensar requiere de semejante pacien-
hablar como ellos. Seguir siendo niñas y cia. La espera es el momento más difícil de
niños equivale a decir que de adultos no todos. Allí es donde el verdadero pescador
nos convertiremos en “adultos adultizados” y el verdadero pensador se lucen, donde
(esa amenaza que Deleuze advierte y que demuestran su perseverancia” (26).
Moscardi nos explica en un acto de docen- ¿Cómo transmite Moscardi la liber-
cia, pedagogía, humor y claridad). Dedica- tad del pensamiento, de idear, de crear, de
do “a Fermín” (el hijo, el infante), El gran vivir? Sostiene que cada máquina infante
Deleuze tiene como protagonista a todos tiene su propio mar, allí donde se encuen-
los fermines y todas las ferminas para que tran todas las pecideas “que no tuvimos
no lleguen a convertirse en “adultos adulti- pero que ciertamente podemos llegar a
zados” (es decir, seres que no pueden pen- tener” (27). ¡Qué fácilmente explicada la
sar y vivir fuera de las estructuras, las ge- idea de inmanencia!
nealogías, las arborescencias, los dualis- Aún faltan nuevos personajes: el
mos, el orden, la creencia, los calcos, las gato y el perro, por ejemplo. Comenzare-
copias, la rostridad, las clasificaciones) y mos por el perro, llamado Orejas. Con la
también, llegado el caso de ser un “adulto ayuda de Graciela Montes, Moscardi nos
adultizado” apelar a nuestra máquina in- presenta a orejas como a un PERRÓSOFO:
fante adormecida. Por eso es que, me atre- un perro que piensa con el hocico, con los
vo a decir, el destinatario de este libro no dientes, con la boca y con la lengua. Lo
tiene edad, los destinatarios de este libro que nos lleva a entender que no se piensa
son las máquinas infantes en uso o desgas- con la razón sino también hay que pensar
tadas. con la imaginación y con el corazón. Así,
Aparece luego el otro protagonista, este relato que cuenta la historia de las
el que se escribe con mayúscula, el que pecideas nos hace entender cómo Deleuze
merece una ilustración en el libro que lo hace entrar al cuerpo dentro del pensa-
representa como un hombre con dos cabe- miento. A esta acción-creación la llama
zas, ese que no es nada más ni nada menos GIMNOSOFÍA y también AMIGOSOFÍA
que EL GRAN DELEUZE (fusión de De- (porque sería imposible pensar sin perso-
leuze y Guattari), amigos agenciados, un najes que piensen).
verdadero rizoma de persona. También Antes de hablar del gato haremos
está el pez, un pez que fusionado a una mención a otro personaje, sin el cual no
lamparita deviene en “pecidea” (la ilustra- entenderíamos nada de El gran Deleuze: es
ción más metafórica y representativa de la lluvia (el diccionario también puede
todas): de la galera del Mago salen peces funcionar como personaje, ese personaje
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que si bien nos explica también nos limita jos de raíces, árboles y rizomas. Así como
en la creación de pecideas, porque el dic- el orden es un calco, el desorden o el rizo-
cionario es arborescente y clasificador). ma es un mapa, a EL GRAN DELEUZE le
Para hacernos comprender el con- interesa enseñar al lector a hacer mapas,
cepto de “las multiplicidades” EL GRAN hacer rizomas y buscar nuevos territorios
DELEUZE sacará de la galera el término creativos.
LLUVIOSOFÍA y aludirá al trabajo de De este modo somos testigos o lec-
Andrés Bello. En este punto la “historia” tores de una máquina infante que conoce la
nos pone ante una encrucijada: ¿cómo lluvia, discute con el diccionario, pesca
puede la lluvia ser un sustantivo individual ideas en el mar, deja a su gato hacer rizo-
si la lluvia está formada por miles y miles mas, a su perro pensar con el olfato y aho-
de gotitas? “La lluvia-lluvia (acá Moscardi ra, tendrá una abuela electrónica. La abuela
alude, utilizando el guion que colabora a electrónica es el personaje que se suma
reduplicar la palabra, a la lluvia “real” di- (con la ayuda de un cuento de Silvia Schu-
ferente a la lluvia “palabra”), es su propio jer). La abuela en cuestión no es electróni-
llover lluvioso” (51), dice. Y agrega: la ca porque funciona enchufada sino porque
lluvia no es un sustantivo individual sino el sistema nervioso es un sistema eléctrico,
un verdadero llover-lluvioso, que requiere la electricidad es rizomática y los rizomas
de cientos de miles de gotitas, un caer que son los cablecitos de la máquina. “Lo que
no deja nunca de caer y un salpicar. Las significa es que los otros, las demás perso-
cosas son múltiples, SON MULTIPLICI- nas, son nuestra fuente de energía vital ¿o
DADES: “Esto quiere decir que cada cosa no necesitamos estar enchufados a otros
tiene sus gotas de lluvia, ese polvo de es- seres y cosas para poder vivir?” (107).
trellas, sus miles de hojas, sus cantos, sus A medida que se van incorporando
aves y peces y abejas, con su irrefutable, personajes-pecideas y conceptos el “con-
característico y único llover-lluvioso” (60). flicto” de la trama filosófica (y novelística)
La última cita también nos muestra la con- se va intensificando. Porque sucede que el
vivencia de géneros que habitan en El gran personaje principal, la máquina infante
Deleuze: por momentos la historia, la filo- ahora puede formularse preguntas más
sofía, la fábula y el circo se transforman en complejas, como por ejemplo: “Esperen un
poesía. “La lluviosidad es una multiplici- momento. Si soy una máquina, entonces no
dad”, dice, “dentro de cada cosa hay una sería justo decir que solamente duermo en
llovizna que todo deshilacha en múltiples mi cama. ¡También me conecto a mi cama
briznas” (53). cuando duermo! ¡Y cuando me conecto a
Ahora sí, vamos a ese personaje mi cama, caramba, formo una nueva má-
que tiene aspecto de preferido o principal: quina con mi cama! ¡Mi cama y yo, juntos
el gato Ovillo de Lana. Ovillo de lana ovi- somos un AGENCIAMIENTO!” (110). La
lla todos los objetos, personas, cosas de la película infantil Cómo entrenar a tu dra-
casa con muchos ovillos de lana, de este gón le sirve a Moscardi para ejemplificar
modo el lector puede visualizar y com- claramente.
prender qué es un rizoma, y, en un irónico Quizás una de las notas de color
contrapunto con las canciones educativas más risueñas de la voz que nos va llevando
del Jardín de Infantes, este libro crea otra a través de El gran Deleuze sea aquella
versión de la canción conocida (una can- que, en medio de la explicación de los de-
ción que no es ritornelo sino rostridad) y venires animales, se detiene a realizar una
dice: “A enredar, a enredar/cada cosa en su advertencia al mejor estilo “no lo intenten
no-lugar”. El gato Ovillo de Lana es una en sus casas” y eso, creo yo, porque es una
suerte de personaje metáfora del “hacer fantasía que toda máquina infante ha teni-
rizoma”. Una idea tan compleja es acom- do alguna vez (quizás un deseo innato en el
pañada por ilustraciones y dibujitos: dibu- que todas las máquinas infantes nos reco-
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nocemos), nos dice: “Hablando de pájaros, Quedan aún dos personajes: el pio-
debemos tener especial cuidado con las jósofo y la pulgósofa, porque pensar en
aves: jamás intenten volar porque recuer- chiquito es pensar en grande. A ellos recu-
den que el DEVENIR es un sentir pero, rre EL GRAN DELEUZE para concluir
por más pájaro que nos creamos, el sentir recordando que “la tarea más importante
jamás de los jamases nos hará volar de de toda máquina infante deberá ser la de
verdad, demás está decirlo” (155). Detrás desarmar en miguitas el inmenso mundo de
de tan cuidadosa advertencia señala que el los adultos adultizados, rayar con un raya-
devenir animal tiene, entre sus ventajas, su dor sus clasificaciones de gigantes” (205).
incuestionable libertad: ¡nadie puede de- A modo de cierre: El Gran Deleuze nos
cirnos qué somos, ni qué seremos! (156). invita a encontrar y cantar nuestro propio
Esta historia que no se reconoce ritornelo. La abeja zumba, el búho ulula,
historia pero que tiene mucho de ella llega las cabras balan. Debemos desplazarnos
a un momento que se puede denominar de como un pez, saltar como una pulga. Mos-
tristeza. Se trata de la instancia en que Ovi- cardi voló como una mosca (176) y devino
llo de Lana no está más, se ha ido (muere). ritornello junto a Rimsky Korsakov en El
EL GRAN DELEUZE siente una gran pe- vuelo del moscardón.
na y esta pena lo lleva a seguir pensando
en los territorios, las casas, los lugares que
se habitan. A veces las palabras son difíci-
les para explicar también cuestiones difíci-
les, por eso la voz que habla en el libro
enseña a las máquinas infantes a pronun-
ciar y practicar los siguientes términos:
TERRITORIALIZAR - DESTERRITO-
RIALIZAR - RETERRITORIALIZAR.
“Cuando encuentran una casa nueva, los
gatos RETERRITORIALIZAN”, se dice
Deleuze.
Ya entrando a la última parte del li-
bro, las máquinas infantes han paseado por
el mar, bajo la lluvia, se han duchado, se
han enredado con Ovillo de lana, cantado
con los músicos de Bremen, desterritoriali-
zado con el gato, han devenido pájaro, han
hecho perrosofía, completado una lista de
“truchos de magia”, se han agenciado con
un dragón, entre varias cosas más. Es de-
cir: es el momento oportuno para poder
comprender el concepto de NOMADISMO
(ese viaje interior).
Un nómade sabe que la vida de to-
dos los días da vueltas, como una calesita;
que la vida está llena de multiplicidades y
rizomas, de conexiones, agenciamientos y
devenires, nada está quieto, nada es estáti-
co, todo vibra, porque la vida misma es la
gran NÓMADE por excelencia: porque
todo lo que vive, respira y todo lo que res-
pira, se encuentra en movimiento (175).
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