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COMENTARIO SOBRE LA COYUNTURA POLÍTICA Y ECONÓMICA DEL PERÚ

En la coyuntura actual, tanto el aspecto económico como político en Perú presentan desafíos
significativos. El país se encuentra en medio de una situación llena de complejidades. La
pandemia de COVID-19, como en la mayoría de los países de América Latina, ha tenido un
impacto negativo en la economía peruana, con una contracción significativa en sectores clave
como el turismo, la minería y la construcción. La disminución de la demanda interna y externa
ha llevado a una caída en la producción y el empleo, lo que ha generado dificultades para
muchos ciudadanos peruanos. Además, la inflación ha aumentado, afectando el poder
adquisitivo de la población.

Por otro lado, en el aspecto político, Perú ha atravesado una serie de cambios y tensiones en
los últimos años. En 2021, el país celebró elecciones presidenciales que resultaron en la
victoria de Pedro Castillo. Su elección creó incertidumbre en algunos sectores económicos
debido a sus propuestas y su gobierno, a su vez estuvo entorpecido por la oposición, aunque
considero importante mencionar que a diferencia de otros gobiernos el de Castillo obtuvo un
mayor desafío gracias a ese grupo, pues desde los resultados de primera vuelta no lo vio con
buenos ojos. Además, aquella oposición y ciertos partidos previamente nunca tuvieron la
disposición sincera con otros gobiernos de crear alianzas por el bien del país, aunque en
diversas ocasiones reiteraban que esas eran sus intenciones. Lamentablemente esa disputa fue
la llama que encendió las enemistades y las divisiones más allá de lo político, pasando al plano
social, acrecentándose más en el gobierno posterior, el de la actual presidenta Dina Boluarte,
quien ni con sus palabras o acciones, supo manejar adecuadamente las protestas y reclamos
de diversas poblaciones del país.

En cuanto al ámbito económico, el incremento del 27,5% de promedio de pobreza en el país


que menciona Víctor Andrés Ponce en su programa El Montonero, posterior a una tendencia
de más de dos décadas de reducción de esta, es una señal alarmante y preocupante pero no
tan sorprendente, debido a los acontecimientos expuestos anteriormente y a los que Ponce
también se refiere. Si bien la recuperación económica es un objetivo prioritario, y se requiere
un enfoque equilibrado que promueva la inversión, genere empleo y atienda las necesidades
de la población y la mejora de la calidad de vida. Al mismo tiempo, es fundamental fortalecer
el diálogo y la gobernabilidad democrática y representativa para asegurar una gestión eficiente
y efectiva de los asuntos públicos.

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