140
¥ NIPPUR DE LAGASH &
, §&
EL ENEMIGO/
ce Ke
ree) yo
15 te a
Eran treinta y se mecfan en los érboles como
siniestros trutos de una oscura cosecha. Cuer-
os muertos pobremente vestidos, con manos
callosas y ples deformes,
[’ ‘campesinos. 2Quién los ha ma-
‘ado as?)
(Ns alld las chazas Incen-
tiadas ain laraban ser:
pientes de hum hacia el
cielo, Se olfe fa madera
y la paja quemada. Tam
bién se olfan los cadéve
res quemados,
Un mhurmullo me sobre~
salté. Sin darme cuenta
casi mi espada estaba a
medio deservainar.
El viejo harapiento estaba sertado cerca de los cadaveres y cartaba
entre dientes, Cantabe mondtonamente columpiando un poco si
cuerpo, Légrimas pasads y lentas le
lavardo la Suctedad de su pel.
a
taron.., Lo
venes de mi pueblo
Como uvas que aplastas
Hombres como tu142
Como vas... Asi los
‘aplastaron,
Bey Mombres que cargan espadas y cuyas espaldas no
Z/[GaY se nan encorvado nunca sobre el campo sembra-
do, Hombres que s6lo siembran a cabailo y sSto
riegan con sangre. Hombres como ti
T viejo won s canturrear (2Quién habré sido?
su terrible melopea. No lo e¥ por qué?)
quise escuchar y taloneé mi
caballo. h fs
|
~~ 8
Jaros volaron en aquel
(Hmmm, Extrano, Los pd
a} TW hay rca oro
altas,., 0 sea que si hay
alguien allt...)