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Fenicia 

(en fenicio  , kanaʿan; o Pūt)1 es el nombre de una antigua región de Oriente Próximo, cuna de la


civilización fenicio-púnica, que se extendía a lo largo del Levante mediterráneo, en la costa oriental del mar
Mediterráneo. Su territorio abarcaba desde la desembocadura del río Orontes al norte, hasta la bahía de
Haifa al sur, comprendiendo áreas de los actuales Israel, Siria, Líbano y Palestina, una región denominada
antiguamente Canaán, con cuya denominación se engloba muy a menudo en las fuentes.2 Poblada desde
principios del II milenio a. C. por semitas cananeos, la Fenicia histórica se extendía sobre una estrecha franja
costera de 40 km, desde el Monte Carmelo hasta Ugarit (unos 300 km). Su suelo, montañoso y poco apto
para la agricultura (aunque se esforzaron por sacarle provecho), orientó a sus habitantes hacia las actividades
marítimas. Con más razón el mar se le impuso a este pueblo, al quedar dividido en pequeñas ciudades
estado separadas por espolones rocosos, pues el cabotaje era mejor que las vías terrestres para el contacto
entre las ciudades, que se escalonaban desde Acre y Tiro, por Sidón y Biblos, hasta Arados y Ugarit. Fenicia,
al ser un estrecho paso entre el mar y el desierto sirio, en contacto al sur, a través de Canaán y
del Sinaí con Egipto, y al norte, a través del Éufrates, con Mesopotamia y Asia Menor, estaba destinada a ser
una rica encrucijada comercial, codiciada por los grandes imperios vecinos.

Egipto (en árabe: ‫مصر‬, Miṣr, pronunciado en dialecto egipcio: Maṣr; en copto, Ⲭⲏⲙⲓ, Kēmi), oficialmente


la República Árabe de Egipto10 (en árabe: ‫رالعربيّة‬FF‫جمهوريّة مص‬ Ŷumhūriyyat Miṣr Al-ʿArabiyyah;10 en copto,
Ϯⲙⲉⲑⲙⲏϣ ⲛ̀ Ⲭⲏⲙⲓ ⲛ̀ Ⲁⲣⲁⲃⲟⲥ, Timethmēsh nKēmi nArabos), es un país soberano transcontinental. Está ubicado
mayoritariamente en el extremo noreste de África, mientras que en Asia se encuentra la península del Sinaí.11
Limita con Sudán al sur, con Libia al oeste, y al noreste con Israel y la Franja de Gaza (Palestina). Al norte
limita con el mar Mediterráneo y al este y sureste con el mar Rojo frente a Arabia Saudita. La mayor parte de
su superficie la integra el desierto del Sahara. El río Nilo cruza el desierto de sur a norte, formando un
estrecho valle y un gran delta en su desembocadura en el Mediterráneo. Estas tierras fértiles se hallan
densamente pobladas, concentrando la cuarta mayor población nacional de África. Casi la mitad de los
egipcios viven en áreas urbanas, sobre todo en los centros densamente poblados de El Cairo, su capital,
y Alejandría.
Mesopotamia es el nombre por el cual se conoce a la región histórica del Oriente Próximo ubicada entre los
ríos Tigris y Éufrates, si bien se extiende a las zonas fértiles contiguas a la franja entre ambos ríos, y que
coincide aproximadamente con las áreas no desérticas del actual Irak y la zona limítrofe del norte y este
de Siria.
El término alude principalmente a esta región en la Edad Antigua que se dividía en Asiria (al norte)
y Babilonia (al sur). Babilonia (también conocida como Caldea), a su vez, se dividía en Acadia (parte alta)
y Caldea (parte baja).1 Sus gobernantes eran llamados patesi.
Los nombres de ciudades como Ur o Nippur, de héroes legendarios como Gilgameš, del Código Hammurabi,
de los asombrosos edificios conocidos como zigurats, provienen de la Mesopotamia Antigua. Y episodios
mencionados en la Biblia o en la Torá, como los del diluvio universal o la leyenda de la Torre de Babel, aluden
a hechos ocurridos en esta zona. La historia de Mesopotamia está dividida en cinco etapas:
periodo sumerio, Imperio acadio, Imperio babilónico, Imperio asirio e Imperio neobabilónico. El sistema social
estaba ligado a la economía, por lo que no había castas ni estratificación, solo diferenciación en las posiciones
económicas.

La India es un país del sur de Asia cuyo nombre proviene del río Indo. El nombre «Bharata» se emplea para
hacer referencia a la formación del país, al aludir al antiguo emperador mitológico Bharata, cuya historia se
cuenta, en parte, en la epopeya India Mahabarata. Según los escritos conocidos como Puranas (textos
histórico-religiosos compuestos en el siglo V d. C.), Bharata conquistó la totalidad del subcontinente indio y
gobernó el territorio en paz y armonía. La región se conoció, por tanto, como Bharatavarsha («el
subcontinente de Bharata»). La actividad homínida en el subcontinente indio se remonta más de 250 000 años
y en consecuencia es una de las regiones habitadas más antiguas del planeta.Las excavaciones
arqueológicas han descubierto artefactos entre los cuales se cuentan herramientas de piedra empleadas por
los primeros humanos, que sugieren la presencia de asentamientos y tecnologías humanas en el área desde
fechas muy tempranas. 
Con el nombre de “Antigua China” se hace referencia, de una manera muy imprecisa, al pasado ancestral de
la cultura China, una de las más antiguas de la humanidad. Se trata de una civilización asiática surgida en la
región oriental del continente, hace alrededor de 5.000 o 6.000 años (según sus propios relatos orales),
aunque sus más antiguos documentos escritos provienen de hace cerca de 3500 años. Es una de las pocas
culturas que se ha conservado de manera ininterrumpida desde la Antigüedad remota hasta la Era
Contemporánea. A pesar de que la Antigua China abarcó un inmenso territorio en el que vivían distintos
pueblos y civilizaciones, su historia se centra mayormente en la etnia Han, el más numeroso y dominante
entre los cincuenta y seis pueblos chinos reconocidos, al cual le corresponde el 92 % de la población actual
de China y el 20 % de la población mundial actual. Este grupo étnico consolidó su dominio durante la llamada
dinastía Han (206 a. C. – 220 d. C.), considerada como el periodo dorado y fundacional de la identidad china.

Las locuciones antigua Grecia y Grecia antigua (griego clásico: Ἀρχαία Ἑλλάς; neogriego: Αρχαία


Ελλάδα; latín: Graecia antiqua) se refieren al período de la historia griega que abarca desde la Edad
Oscura de Grecia, comenzando en el año 1200 a. C. y la invasión dórica, hasta el año 146 a. C. y la
conquista romana de Grecia tras la batalla de Corinto. Se considera generalmente como la cultura seminal
que sirvió de base a la civilización occidental. La cultura griega tuvo una influencia notable sobre el Imperio
romano, que la difundió a través de sus territorios en Europa, norte de África y Oriente Próximo. La civilización
de los antiguos griegos ha sido enormemente influyente para la lengua, la política, los sistemas educativos, la
filosofía, la ciencia y las artes, dando origen a la corriente renacentista de los siglos XV y XVI en el continente
europeo y resurgiendo también durante los movimientos neoclásicos de los siglos XVIII y XIX en Europa y
América. La civilización griega era básicamente marítima, comercial y expansiva. Una realidad histórica en la
que el componente geográfico jugó un papel crucial en la medida en que las características físicas del sur de
la península de los Balcanes, de accidentado relieve, complicaban la actividad agrícola y las comunicaciones
internas, mientras que su dilatada longitud costera favorecía su expansión hacia ultramar. 

La antigua Roma o Roma antigua fue tanto la ciudad de Roma como el Estado que fundó en la Antigüedad.


La civilización romana, de origen latino, se formó en el siglo VIII a. C. a partir de la agrupación de varios
pueblos de la Italia central.1 Roma se expandió más allá de la península itálica y, desde el siglo I hasta el
siglo V, dominó el mundo mediterráneo y la Europa Occidental mediante la conquista y la asimilación de las
élites locales. Durante estos siglos, la civilización romana fue una monarquía, una república oligárquica y
posteriormente un imperio autocrático. Su dominio dejó un importante legado lingüístico, jurídico, artístico,
religioso y cultural que contribuyó profundamente a dar forma a la civilización occidental.
La imagen de una ciudad en continuo progreso no se corresponde plenamente con la complejidad de los
hechos. Su historia no ha sido de crecimiento continuo: el progreso (a ritmos muy diferentes) ha sido seguido
por el estancamiento y a veces incluso el retroceso. Sin embargo, los romanos lograron resolver las
dificultades internas nacidas de la conquista bajo la República transformando sus instituciones republicanas.
El establecimiento del Imperio marcó el inicio de un período en el que la conquista romana alcanzó los límites
del mundo conocido en aquel tiempo.

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