Está en la página 1de 2

DUODA Revista dfEstudisFeministes num 1 1- 1996

CULTURAS DEL NACIMIENTO

Una frase clasica que algunas, bastantes de nosotras aprendimos


en la escuela decia que <<elmayor delito del hombre es haber
nacido.,,' Es la expresión de una preocupación viril, repetida durante
siglos en Occidente, una preocupación que habla de un delito que
recorre la filosofia y la lengua, un delito que es el de la usurpación
por 10s padres de la autoria de la vida humana. Este delito ha
marcado y marca pesadamente el discurso dominante, que no es ei
Único discurso. En torno al nacimiento, se tejen relaciones sociales
que, históricamente, han sido vividas de manera distinta por las
mujeres y 10s hombres.

En el entre-hombres, el nacer y el nacimiento contaminan; lo que


justifica que ellos no entren o no entraran en el espacio en el que se
da a luz, como si no pudieran soportar la verdad de 10s hechos. El
entre-mujeres, en cambio, ha creado en torno al nacimiento un
núcleo de practicas y de significados fundamentales porque en ese
contexto se recrea una y otra vez la experiencia singular y compar-
tida de la capacidad de ser dos que tiene, y solo tiene, el cuerpo de
mujer.

De ahi que resulte paradójico oir decir que nuestra cultura es una
cultura de la muerte, una cultura en la que nos hemos acostumbrado
a definirnos como mortales y no como nacidas o nacidos. Esto es asi
porque a la potencia significadora de la relación entre mujeres en
que la humanidad es dada a luz no le es reconocida autoridad en el
mundo común, en el mundo de mujeres y hombres.

En realidad, en el pensamiento occidental no siempre se ha hablado


del nacimiento en esos t6rminos. Hay una tradición, preferentemen-
te femenina, de política y cje pensamiento que no ha ignorado la
trascendencia del reconocimiento del propio origen; por ejemplo,
Maria Zambrano en su frase c6lebre y repetida a lo largo de su obra
que dice que wivir humanamente es ir naciendo, seguir naciendo,~.~
Ni ha ignorado tampoc0 que hay cuypos que pueden ser origen y
cuerpos que no pueden serlo; un ejemplo reciente y dramático ha
sido el de las ((mujeresde negra),.

Es una gama de reflexiones en torno a esta cultura del nacimiento lo


que aportan las autoras del tema monográfico que publicamos en
este número de DUODA. Todas ellas inciden en la importancia del
trabajo simb6lico y de la política de 10 simbólico para que las mujeres
dispongamos libremente de la potencia significante de nuestro cuerpo
y la hagamos patente en el mundo comun.

notas:

1. Pedro Calder611de la Barca, La vida es sueño.

2. Maria Zambrano, España, sueño y verdad (1965). Madrid: Siruela, 1994,


161

También podría gustarte