siempre vamos a enfrentarnos a circunstancias adversas, ya sea de parte de un Saul como lo veíamos en capítulos anteriores o un Core como lo vivió Moisés, sin embargo lo que va determinar el triunfo en esos momentos va ser nuestra actitud como un David, que siempre se mantuvo confiado en Dios a pesar que ahora tiene toda autoridad del trono para mandar a quitar a Absalon el deja que Dios sea quien decida, a mantener su corazón tranquilo sabiendo que Dios es quien tiene la última palabra y también nos enseña que todos lo momentos difíciles que pasamos nos hacen ganar experiencia y que debemos ponerla a prueba cuando llegan esos momentos.